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1918 – noviembre - 2008

Un mojón, un molino y una idea en el nacimiento de Trevelin

Gustavo De Vera

ABSTRACT

Acostumbrados a conmemorar cada 25 de Noviembre la llegada de los Rifleros del


Chubut al Valle 16 de Octubre (1885) como el hito fundacional de lo que luego sería el
pueblo de Trevelin, se intenta con este trabajo poner en relieve los hechos que a partir
de 1918 derivaron en el surgimiento del Pueblo del Molino, precisando así que el
mismo no deviene de un hecho fortuito, sino de la decisión de sus propios habitantes.

No son ajenas a esta propuesta las disímiles posiciones de los historiadores respecto de
los documentos o acontecimientos que determinan el acto fundacional de un pueblo o
cuidad.
Las polémicas surgidas en torno a la fundación de Esquel, sólo por mencionar un
ejemplo cercano, dan cuenta de ello.
Lejos de interceder en dicha discusión, el presente trabajo se propone partir del
concepto de identidad, como el factor aglutinante que permite a un determinado grupo
humano sentirse parte de una comunidad, de sus costumbres, tradiciones, su historia y
por ende de su origen.

La llegada de los Rifleros del Chubut al Valle 16 de Octubre, el 25 de noviembre de


1885, y el establecimiento en él de una colonia agrícola, marca sin dudas el inicio de un
proceso de poblamiento que será luego común a varias localidades, como Esquel,
Corcovado y Trevelin, en el lado argentino de la Cordillera de los Andes, y Futaleufú y
Palena en territorio chileno.

No obstante, el surgimiento de Trevelin como pueblo, obedece a hechos y


acontecimientos que le son propios y distintos de las causas que originaron al resto de
las comunidades mencionadas.

Estos hechos encuentran un punto de cohesión histórica en el mes de noviembre de


1918, momento que puede establecerse como el origen de Trevelin y del que han
transcurrido 90 años.
1918 – noviembre - 2008
Un mojón, un molino y una idea en el nacimiento de Trevelin

Gustavo De Vera

Tres chacareros del Valle 16 de Octubre se reúnen cierto día de 1918 con ánimo de
mejorar algunas cosas.
“Vamos a formar una sociedad para construir un molino harinero más grande –dicen- y
así procesar todo el trigo que se produce en la Colonia” .
“Y ya que estamos, vamos a donar un lote para que se construya un pueblo”.
Punto.
Hay veces que las ideas emprendedoras, o los sueños, cobran luego magnitudes que
superan a los soñadores.
Sólo en esos casos la historia llega para darles la razón.
Eran tiempos donde los pobladores patagónicos tenían una vaga idea del Estado, y el
Estado apenas tenía idea de ellos.
Las cosas se hacían porque había que hacerlas. Nada más.
De todo ello han pasado hoy 90 años

Un punto en el mapa de un valle cordillerano, marcado por un simple mojón de madera,


fue el germen.
En torno a ese mojón, rodeado por una serie de casualidades y causalidades, florecería
el sueño de tres pobladores que más tarde verían nacer el pueblo de Trevelin

Los procesos fundacionales de la mayoría de los pueblos y ciudades de Argentina


reconocen orígenes semejantes entre sí: un acta, ley o decreto por el que el Estado
determina su creación; la instalación de una estación ferroviaria, un almacén de ramos
generales en el cruce de dos caminos importantes, el establecimiento de una gran
empresa (generalmente ingenios, o extractivas, como en el rubro forestal o minero)…

Esos mismos procesos han sido también causa de la desaparición de muchos de ellos: el
cierre de ramales ferroviarios; el trazado de una ruta más moderna, pero alejada del
casco urbano; un nuevo decreto, acta o ley determinando el traslado de un pueblo, o el
nacimiento de otro más importante en las cercanías, o finalmente el cierre de una
empresa.

Pocos, muy pocos pueblos surgieron de manera espontánea, y menos aún por la sola
decisión de un puñado de hombres que luego serían sus habitantes.
Trevelin, el Pueblo del Molino, en Chubut, se cuenta entre ellos.

Cada 25 de noviembre, la comunidad de Trevelin conmemora la llegada de la Compañía


de Rifleros del Chubut.
Un grupo de expedicionarios conformados por colonos del Valle del Chubut, que al
mando del teniente coronel Luis Jorge Fontana, por entonces gobernador del Territorio
del Chubut, llegaron en 1885 a los valles de la cordillera para crear una colonia agrícola:
Colonia 16 de Octubre.
De la creación de la Colonia a la conformación de un pueblo, no obstante, se registra un
largo proceso que, si bien ha sido documentado en abundancia, no ha reparado en el
momento en que Trevelin surge como localidad, aceptándose como un hecho que su
origen está dado por la creación de la Colonia.

Debe señalarse, sin embargo, que la Colonia 16 de Octubre, su desarrollo como


asentamiento humano y proyecto productivo, fue igualmente origen de otras
comunidades, incluso anteriores a Trevelin.
Tal es el caso de Esquel.

Sabido es que el nacimiento de Esquel fue determinado por una resolución del Gobierno
Nacional para dotar, precisamente a la Colonia del Valle 16 de Octubre, de un enclave
administrativo que permitiera garantizar la presencia del Estado en el lugar, además de
resolver cuestiones de tipo administrativa y de servicios.
Conocido y documentado está, también, que ante dicha resolución, lo pobladores de la
Colonia no permitieron que el nuevo pueblo se levantara dentro de sus límites. La razón
más aceptada es la de no ocupar con un pueblo la superficie de tierras aptas para la
producción.
Fue así que los ingenieros responsables del trazado de la nueva localidad optaron por el
valle de Esquel, donde finalmente se llevó a cabo el proceso de establecer una localidad
entre 1904 y 1908.

Por entonces, Trevelin no existía.


Ni siquiera un agrupamiento de casas, o un cruce de caminos hacían prever que allí,
alguna vez, se levantaría un pueblo.
Sin embargo, clavado desde 1888 en el corazón de la Colonia, un simple y precario
mojón de madera oficiaba de semilla para lo que más tarde sería el Pueblo del Molino.

25 DE NOVIEMBRE
La conmemoración del 25 de Noviembre, como fecha fundacional del Valle 16 de
Octubre, nace a partir de 1935, en ocasión de celebrarse en Trevelin, el cincuentenario
de la expedición de Fontana y sus Rifleros del Chubut.
Prueba de que este hecho histórico no se vincula exclusivamente con el Pueblo del
Molino, es que los pomposos actos celebratorios comenzaron el día 24 en Esquel.
La crónica señala que “La celebración comenzó a las tres de la tarde del día 24 en el
pueblo de Esquel, con la inauguración de un monolito en la intersección de las
avenidas Fontana y Ameghinoi. El monumento había sido costeado por la
Municipalidad del pueblo”.

Al día siguiente, 25 de noviembre, “comenzaron los actos en Trevelin, con una


concentración de las escuelas de la Colonia 16 de Octubre, con más de trescientos
niños presentes. Por la tarde, a las 17, tuvo lugar el acto central con la inauguración
del monumento construido por suscripción popular en homenaje a Fontana y donde
poco después se colocaría la placa de bronce alusiva que todavía hoy se observa con el
texto: ‘Expedición del Tte. Coronel Luis Jorge Fontana. 1885 – 25 de noviembre –
1935’, seguida por la nómina de todos los expedicionarios que acompañaron al primer
gobernador del Chubut”.
MOJÓN Nº 11
Si bien la expedición de Fontana determinó el “descubrimiento” –a los ojos del
gobierno argentino- de los valles cordilleranos en el Territorio del Chubut, el origen de
la Colonia 16 de Octubre data de tres años más tarde, en 1888, cuando en una segunda
expedición, se inicia la demarcación de la colonia.
Una demarcación apresurada en la que sólo se dejarán marcadas dos líneas, como relata
John Daniel Evans en sus memorias: “Los días subsiguientes nos abocamos a planificar
la mensura de la Colonia 16 de Octubre. Teníamos que trazar líneas divisorias para
luego confeccionar el mapa.
“Una vez en el valle, Fontana y la comitiva siguieron adelante por la parte sur de la
Colonia y allí nos reuniríamos. Pero cuando llegamos había una nota en la cual nos
comunicaba que siguiéramos los rastros. Thomas Griffiths y Ap Iwan iban conmigo; las
pertenencias de Ap Iwan y algunos caballos de Griffiths iban con la comitiva. Por ese
motivo tuvimos que suspender la mensura con sólo dos líneas trazadas”.

La primera y la más extensa de estas dos líneas une dos puntos geográficos claramente
identificables: desde la Loma Encantadora, en Río Grande, se dirige hacia el este,
pasando por el faldeo del Cerro Nahuel Pan, hasta dar con una formación que Evans
menciona como “Las Tres Marías”, y que hoy puede identificarse como el cerro Tres
Picos, en el cordón Esquel.
Como al pasar, Evans afirma que dicha línea atraviesa “el centro de la plaza de
Trevelin” (cabe recordar que sus memorias fueron escritas a partir de 1933).

En el trazado de esa línea imaginaria, el grupo de pioneros a cargo de Ap Iwan colocó


una serie de mojones de madera para permitir su identificación a nivel del suelo.
Así dejaron instalado el Mojón Nº 11, el que nos interesa para esta historia.

Pasarían 16 años, hasta que en 1904, los agrimensores Pigretti y Molinari, designados
por el gobierno nacional para la demarcación definitiva de la Colonia, su ensanche y la
mensura de un pueblo, tomaran en cuenta nuevamente este mojón.

Dicen Pigretti y Molinari en su informe: “Situados en el mojón N° 11 en el mismo punto


donde existía el antiguo mojón de madera que el agrimensor Ap Iwan colocó en la
mensura primitiva, como esquinero común de los lotes 14, 15, 20 y 21, se arrancó la
operación de este punto y se midió sobre la línea establecida como divisoria de los
lotes 14 y 15…”ii.
Ténganse presentes estos datos, ya que ambos lotes 14 y 15, serán epicentro de nuestra
breve historia.
Y cabe destacar, a los efectos de este relato, que la Legua Nº 15 le había sido adjudicada
a John Daniel Evans, por el gobierno Nacional como integrante de la Compañía de
Rifleros del Chubut

Otro dato interesante es que en el momento de iniciar el trabajo, se encontraban junto a


Pigretti y Molinari conocidos pobladores de la Colonia, entre ellos, los ingenieros
mencionan en su informe a William Lloyd Jones Glyn, John Daniel Evans, y el propio
agrimensor Lwyd Ap Iwan entre otros, quienes dieron su conformidad con el punto
elegido para hincar las mensuras.
De allí en más, todo parecerá transcurrir sosegadamente en el Valle y en el pueblo que
se llamará Esquel, situado fuera del límite norte de la Colonia.

En 1910, los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo tendrán su epicentro en


Esquel, que rápidamente habrá de constituirse en el núcleo urbano más importante.
Muchos de los principales pobladores de la Colonia 16 de Octubre figuran en las
nóminas de organizadores de aquellos festejos.

Trevelin no era entonces siquiera un vocablo que alguien hubiera pronunciado alguna
vez.

Pero las cosas se hacían porque había que hacerlas.

Para esos años, el cultivo de trigo daba buenos rindes en la Colonia. Varios intentos por
construir molinos harineros no bastaban para procesar toda la producción.
En el mes de noviembre 1918, hace exactamente 90 años, tres de estos productores
toman una decisión casi natural en estas circunstancias.
“Los años de prueba, desdicha e infortunio habían quedado atrás y parecía que eso
estimulaba a los colonos que habían comenzado una etapa de modernización en las
maquinarias agrícolas, por lo tanto la agricultura iba en aumento. La Colonia merecía
y exigía a medida que se desarrollaba un molino acorde con sus necesidades”, expresa
John Daniel Evans en sus memoriasiii.

Evans, en sociedad con Elias Owen y Thomas Morgan adquieren la Legua Nº 14,
lindante con la suya, y que, como se dijo en párrafos anteriores, compartían como
esquinero el mojón Nº 11.

La Legua 14, que había pertenecido originalmente a David Roberts, es subdividida en


cuatro lotes, distribuyéndose uno por cada uno de los nuevos propietarios. Al lote
restante, con un vértice sobre el Mojón Nº 11 y sobre la margen izquierda del Río
Percy, deciden reservarlo para la fundación de un pueblo.
Así de simple.
Y así de simple lo registra Evans en sus memorias.
Pero no sólo eso: también previeron la creación de una Comisión de Fomento que
seguramente tendría a su cargo la promoción y gestación del nuevo asentamiento
urbano.
Esta comisión, presidida por el propio John Daniel Evans, estuvo integrada, además, por
Mattehew R. Jones, Robert Williams, Dyfed Thomas y Plenydd R. Williams. Pero no
sería oficializada hasta nueve años más tarde, en 1927.
Todo esto habría sido refrendado en un documento al que se llamó “Pacto de
Dolbrwynog”, testimonio citado en el libro “El Molinero” que recoge las memorias del
John Daniel Evans, pero que no ha podido ser hallado.

Sin embargo, el relato concuerda con los hechos posteriores.


A la firma del pacto, le sigue la creación de “Molino Andes, Sociedad en Comandita de
John Daniel Evans y Cía.”, firma que posibilitará la construcción del Molino Andes, el
más grande de la región y a cuyo reparo habrá de nacer Trevelin, el Pueblo del Molino.
ANTECEDENTES DE OTROS NÚCLEOS POBLADOS
No es que la colonia 16 de Octubre careciera de poblamientos espontáneos precedentes
a lo que luego sería Trevelin.
En tierras de Antonio Miguens, a orillas del Río Corintos, se levantó la primera capilla
de la Colonia en 1894, donde también funcionó la primera escuela. Junto a ella se
hallaba el cementerio.
La elección del lugar no fue casual: por entonces se lo consideraba el centro de la
Colonia y un incipiente, pero aún disperso asentamiento comenzaba a formarse.
En esa fecha llegaban nuevas familias procedentes del Valle del Chubut, y era natural
que dentro de las tierras asignadas levantaran sus viviendas lo más cercanas posibles al
que era su principal centro social: la capilla y la escuela.

Sin embargo, una violenta crecida del Río Corintos arrasó con el precario templo en
1996.

La construcción de una nueva capilla fue encarada nuevamente en 1899 por los colonos.
Un edificio igualmente rústico, pero con mejoras, fue levantado donde hoy se encuentra
la Capilla Bethel.
El lugar se halla dentro de lo que entonces se conocía como la legua 14. Y no es
casualidad.
La razón es que el nuevo emplazamiento se situaba equidistante a la mayoría de los
pobladores.
Las nuevas familias que llegaron sobre el final del Siglo XIX ocuparon las tierras más al
norte, cercanos al actual emplazamiento de Esquel, razón por la cual, el centro de la
Colonia se vio desplazado.

Un nuevo núcleo poblacional se registró también, con posterioridad a 1901 sobre el


camino a Súnica, en la zona oeste del Valle 16 de Octubre.
La denominada “Villa Repentina”, tuvo su origen por dos razones básicas: la primera es
que a partir de 1900 se estableció allí el edificio propio de la Escuela Nacional Nº 18,
que más tarde pasareía a la historia por haber sido el lugar donde se llevó a cabo el
Plebiscito referido a la cuestión de Límites entre Argentina y Chile.
La segunda razón es que tanto esta escuela, como así también un comercio de ramos
generales, se hallaban sobre el camino por el que los colonos viajaban hacia y desde el
Valle del Chubut, camino que además los conducía hacia el paraje de Súnica donde se
hallaban la Comisaría, el Juzgado de Paz, y -a partir de 1903- también la cabecera del
Telégrafo-. Todo indicaba por esos años que en Súnica o al menos sobre ese importante
camino, habría de instalarse un pueblo.

La resolución final de que el pueblo para la Colonia 16 de Octubre habría de situarse en


el Valle de Esquel, acabó por desalentar aquellos incipientes caseríos y volcó el eje de la
región hacia el sector norte.

De acuerdo al Censo General de los Territorios Nacionales, 1920 (Tomo II), el


Departamento 16 de Octubre (que abarcaba una superficie casi equivalente a una tercera
parte del territorio del Chubut) contaba con 3272 habitantes dispersos en diferentes
colonias y parajes.
Así tenemos que en la propia Colonia 16 de Octubre vivían 739 pobladores y en Esquel
1489. En el Valle del Corintos, germen de la Colonia, sólo quedaban 66 habitantes, en
tanto que en Súnica, paraje hoy casi desconocido y despoblado, se registraban 139
pobladores.

Con la producción de trigo en aumento, concentrada su molienda en el Molino Andes, y


la cercanía del centro administrativo en Esquel, pronto surgió el camino entre ambos
como una consecuencia natural.
También natural resultó el establecimiento de varias casas comerciales y de servicios en
las cercanías del Molino.
El caserío se volvió entonces más denso. La subdivisión de lotes alcanzó a otras leguas
vecinas y para el primer lustro de 1920 ya se perfilaba un poblado.
Pero aún así, las correspondencias llegaban bajo la dirección postal de “Colonia 16 de
Octubre”.

TREVELIN: UN NOMBRE ESPONTÁNEO?


Al no poder hallar el “Pacto de Dolbrwynog”, el origen del nombre de “Trevelin” queda
reservado a las incógnitas por develar. Más no puede desecharse que el uso y costumbre
haya sido finalmente formalizado luego por las primeras instituciones de la localidad.
Se transcribe a continuación los párrafos que junto al Licenciado Jorge Fiori dedicamos
a este tema en el libro “Trevelin, un pueblo en los tiempos del Molino”:
“Conocemos el significado del vocablo galés y su íntima relación con el molino
harinero.
Pero persisten los interrogantes acerca de quién o quienes y por qué decidió o
decidieron poner ese nombre al nuevo pueblo, y quienes apoyaron y oficializaron esta
determinación.
No obstante, es posible establecer el momento a partir del que el incipiente caserío
alrededor del molino deja de llamarse ‘Colonia 16 de Octubre’, para ser conocido
como ‘Trevelin’. La fecha probable puede situarse en 1925.
Mientras que en 1924, Pablo Halder, un ex empleado que trabajó en la construcción
del Molino Andes, obtiene una patente para montar un taller de herrería establecido
en ‘Colonia 16 de Octubre’iv, en marzo de 1925, la Compañía del Molino Andes
resolvió adquirir una marca con la inscripción ‘Molino Andes –Trevelin’, para
estampar sus bolsas de harinav.
El dato que confirma esta oficialización del nombre es, casualmente, la patente
otorgada el 30 de abril de 1925 a Francisco Halder, hermano de Pablo y también ex
empleado del Molino, que fechada en Puerto Madryn ubica al establecimiento en
‘Trevelin, Colonia 16 de Octubre”vi.

Como se dijo, la primera Comisión de Fomento se había formado con las primeras
gestiones para iniciar el trazado del Pueblo del Molino, en 1918. Pero recién fue
oficializada en 1927.
La dimensión alcanzada por el poblado en poco menos de una década, queda registrada
por las resoluciones que adoptó la Comisión de Fomento. En ellas se decide gravar con
impuestos diversas actividades que evidentemente ya se observaban en la comunidad:
En su capítulo III, “Patentes Varias”, la Comisión fija el monto a tributar por las “Casas
de Tolerancia”: 1200 pesos anuales “por adelantado”, advierte el texto.
También se tributaba por cada mesa de billar instalada, por mesa de juego de naipes y
dados, por fonógrafos, cajas de música, pianos etc. que funcionaran en cafés, bares,
hoteles o fondas. Las mascotas no estaban exentas de impuestos: por cada “segundo
perro” dentro del pueblo las familias deberían pagar 5 pesos, 25 pesos por cada perro
siguiente.
Así mismo, se debía pagar para obtener permiso si se quería, por ejemplo, organizar
bailes y festivales, o bien “tirar bombas”, actividad esta gravada con 2 pesos por día.

EN RESUMEN
De todo el complejo proceso de poblamiento en el Valle 16 de Octubre y sus
alrededores, el nacimiento de Trevelin como localidad queda signado por una trama de
causas y causalidades que se suceden hasta confluir en el mes de noviembre de 1918.
Desde que fuera fijado al suelo del Valle 16 de Octubre, en noviembre de 1888, pasando
luego por ser el punto de referencia de la mensura definitiva a cargo de Pigretti y
Molinari, y luego del pacto de Dolbrwynog, en noviembre de 1918, hasta transformarse
en el punto central de la Plaza Coronel Fontana, también en noviembre pero de 1935, el
Mojón Nº 11 fue un testigo silencioso e involuntario del devenir humano que, a su
alrededor, buscaba e imaginaba todas las formas posibles para sobrevivir y desarrollarse
en este rincón de la cordillera.

En ese contexto, la idea Evans, Owen y Morgan que finalmente daría origen al pueblo
de Trevelin, debe entenderse en su justo contexto: no como producto de una inspiración
mística, sino como el resultado de un puñado de hombres que, percibiendo con claridad
el curso de los acontecimientos, comprendieron la necesidad del momento y tomaron su
decisión.
Como en todo, las cosas se hicieron así, simplemente porque había que hacerlas.

Desde aquél noviembre de 1918, entonces, hace exactamente 90 años, un mojón, y un


molino verían nacer un pueblo.
i
Revista Argentina Austral. Enero 1936, Página 10.
ii
Pigretti, Adolfo, Molinari, Lázaro: Actas de mensura definitiva y ensanche de la Colonia 16 de Octubre y Pueblo de
Esquel. 1905. Foja 6. Dirección de Catastro de la Provincia de Chubut.
iii
Evans, John Daniel. “El Molinero” (Cleri Evans, Trevelin, 1994). Pág. 144.
iv
Administración General de Contribución Territorial de Patentes y Sellos de la Nación.
v
Libro de Actas Molino Andes. Acta N° 34.Pág. 27. Marzo de 1925.
vi
Administración General de Contribución Territorial de Patentes y Sellos de la Nación.

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