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REVISTA PERUANA DE
DROGODEPENDENCIAS
ANÁLISIS E INVESTIGACIÓN
CONTENIDOS
Comité Editorial:
José Anicama Gómez (Universidad Nacional Federico Villarreal), Elisardo
Becoña Iglesias (Universidad de Santiago de Compostela), Gilbert J. Botvin
(Cornell University Estados Unidos), Tom Dishion (University of Oregon
Estados Unidos), Enrique Echeburúa (Universidad del País Vasco, España),
Luis Flórez-Alarcón (Universidad Católica de Colombia - Colombia), Francisco
González Saiz (Universidad de Cadiz - España), Antoni Gual (Institut de
Psiquiatria i Psicologia. Hospital Clínic, Barcelona), Eduardo Haro Estabridis
(Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas DEVIDA), Juan
Manuel Jiménez-Lerma (Centro de Tratamiento de Toxicomanías de Álava-
Osakidetza - España), Carmen Masías Claux (CEDRO), Rafael Navarro Cueva
(Universidad Peruana Cayetano Heredia), Edwin Peñaherrera (Universidad
Peruana Cayetano Heredia), Marina Piazza Ferrand (Universidad Peruana
Cayetano Heredia), Edgard Rodríguez Vilchez (IPSICOC), Milton Rojas
Valero (CEDRO), Emilio Sánchez Hervas (Unidad de Conductas Adictivas de
Catarrosa Consellería de Sanitat. Generalitat Valenciana), Fernando Salazar
Silva (Universidad Peruana Cayetano Heredía), Alfredo Saavedra Castillo
(Universidad Nacional Federico Villarreal), Carlos Saavedra Castillo
(Universidad Peruana Cayetano Heredia).
REVISTA PERUANA DE
DROGODEPENDENCIAS
Análisis e Investigación
LIMA - PERÚ
2007
Revista Peruana de Drogodependencias. Análisis e Investigación
Volumen 5, Número 1, 2007
Edita
Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas - DEVIDA
Gerencia de Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas
Av. Benavides 2199, Lima - 18 PERÚ
www.devida.gob.pe
Impresión:
Servicios Gráficos 2001 S.R.L.
Telefax: 265-7350
E-mail: 2001srl@speedy.com.pe
Diseño:
Victor Araucano Ubaldo
Presentación
Este es el quinto número de la Revista Peruana de Drogodependencias en el
marco de un ánimo institucional permanente por el fortalecimiento técnico de
todos aquellos, que en nuestro país e Iberoamérica, trabajan en la prevención y
tratamiento de las drogodependencias.
RECENSIONES
Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 1, 9-41
RESUMEN
Objetivos: Estimar la prevalencia de consumo de drogas legales, ilegales y
médicas en escolares de educación secundaria del país, describir la asociación
entre el consumo de drogas y las características personales del escolar, y de su
entorno familiar, escolar y amical y elaborar un modelo explicativo sobre el
consumo de drogas en escolares del nivel secundario.Métodos: Se realizó un
Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
ABSTRACT
Objectives: To estimate the prevalence of legal, illegal and medical drugs use
in secondary education schools in Peru, to describe the association between drug
use and personal, school, friends and family characteristics, and to develop an
explaining model of drug use in secondary school level. Methods: Cross-sectional
survey of a representative sample of schoolchildren from 2nd, 4th and 5th year
of secondary school, from public or private schools of Regular Basic Education,
residents of cities with more than 30 thousand people throughout the country.
The variables identified in this study were collected through a self-administered
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio trasversal de una muestra representativa de escolares de
2º, 4º y 5º año de secundaria, de los colegios públicos o privados de la Educación
Básica Regular, residentes en ciudades con más de 30 mil habitantes en todo el
territorio nacional. El marco muestral se preparó a partir del listado de centros
educativos de nivel secundario del Ministerio de Educación.
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
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Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
RESULTADOS
La distribución por sexo fue similar. La edad de los escolares encuestados
fluctuó entre 11 y 23 años, la mediana y el promedio fueron de 15 años; este último
con una desviación estándar de 1.5. El 85% de alumnos fue menor de 17 años. La
mayoría perteneció a colegios públicos (78.4%) y de tipo mixto (85.3%).
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Fuente: “Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Perú, 2005” DEVIDA – MINEDU.
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
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Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
de inicio de consumo de los inhalantes fue 13 años, que fue el menor promedio; el
mayor promedio lo tuvo la marihuana con 14.4 años. Las drogas médicas tuvieron
edad promedio de inicio de consumo similares, 13.4 años los estimulantes y 13.5
años los tranquilizantes. Se encontró que la edad mínima de inicio de consumo
para todas las drogas ha sido de diez años, a excepción del consumo de tabaco, en
el que se encontró que la edad mínima de inicio fue ocho años.
El 18.3% de los escolares consideró que las personas que fuman cigarrillos
alguna vez presentan un gran riesgo y 10.6% que este consumo no presenta
riesgo; al plantearse la pregunta sobre “Fumar cigarrillos frecuentemente”, 73.3%
consideró esto como un gran riesgo y 1.4% consideró que no se corre ningún riesgo.
Sobre el consumo de alcohol, “Tomar bebidas alcohólicas alguna vez”, 12.5% de
escolares lo consideró como de gran riesgo y 12.0% como que no presenta riesgo.
“Tomar bebidas alcohólicas frecuentemente”, 75.0% de escolares consideró que
era un gran riesgo y solo 1.3% consideró que no presentaba riesgo.
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Factores asociados
La edad del estudiante y el año de estudio fueron las características
personales asociadas con una mayor probabilidad de consumo de drogas legales.
Los escolares de 17 ó más años tuvieron tres veces más probabilidad de consumir
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
Los escolares que han participado tres o más veces en grupos que molestaron a
compañeros que estaban solos, tuvieron entre tres y cuatro veces más probabilidad
de consumir drogas legales e ilegales. Quienes han participado en grupos que
agredieron físicamente a otros escolares, presentaron entre tres y cinco veces
más probabilidad de consumir drogas ilegales. Hubo una fuerte asociación entre
haber participado una o más veces en grupos que han comenzado peleas con otros
grupos, teniendo entre tres y siete veces más probabilidad de consumir drogas
ilegales y médicas; también se encontró que quienes participaron dos o más veces
en grupos que han comenzado peleas con otros grupos, tuvieron 2.7 veces más
probabilidad de consumir las drogas legales. Los escolares que habían cometido
uno o más robos en el colegio tuvieron de dos a siete veces más probabilidad
de consumir drogas ilegales y médicas, respecto a los que no habían cometido
ningún robo.
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Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
legales y médicas, y diez veces más de consumir drogas ilegales. Por otro lado,
los escolares que refirieron que probarían drogas ilegales de tener la oportunidad,
presentaron cuatro veces más probabilidad de consumir drogas legales y médicas
y 16 veces más de consumir drogas ilegales.
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
Modelos Multivariados
En el análisis de regresión logística multinivel para el consumo de drogas
legales, ilegales y médicas, la mayoría de variables que se interrelacionaron
significativamente a esta conducta en el análisis bivariado resultaron estar
asociadas a la prevalencia anual de consumo de drogas, independientemente del
efecto de las otras variables incluidas en el modelo (Merlo et al., 2005; Tabachnick
y Fidel, 1996).
El análisis de las variables del segundo nivel mostró que los escolares
de colegios privados tuvieron 2.6 veces más probabilidad de consumo de
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Los hijos de padres que no viven juntos y las buenas relaciones amicales
tuvieron una leve asociación con el consumo de drogas legales (18% y 25% más
probabilidad respectivamente). Los escolares con relaciones amicales malas o
muy malas presentaron 46% mayor probabilidad de consumo de drogas ilegales
y el doble de probabilidad de consumo de drogas médicas en comparación a
los escolares con una relación amical regular. Del mismo modo, la percepción
del escolar sobre el consumo de drogas en el colegio (por otros escolares y sus
profesores) y alrededores también estuvo débilmente asociada al consumo de
drogas legales, ilegales y médicas. En cambio, la actitud del escolar hacia las
drogas ilícitas estuvo fuertemente asociada al consumo de drogas.
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
El nivel de protección alcanzado por el escolar según las escalas EPI, EPAE
y EIS tuvo una relación inversa, un menor nivel de protección, mayor probabilidad
de consumo de drogas.
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Tabla 3
Modelo de regresión múltiple de dos niveles para el consumo de drogas legales.
FACTOR Valores Valor p OR (IC 95%)
Características Demográficas
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
Probaría drogas ilícitas No
si tuviera la ocasión Sí 0.000 2.10 (2.01-2.18)
Disponibilidad de dinero
Dinero disponible al mes <= 30 soles
31-70 soles 0.000 1.15 (1.10-1.20)
71-80 soles 0.000 1.22 (1.15-1.29)
>80 soles 0.000 1.20 (1.12-1.28)
Participación en actos violentos
Participación en actos violentos Bajo
Medio 0.000 1.77 (1.70-1.84)
Alto 0.000 1.61 (1.50-1.72)
Grado de protección individual
Escala de padres involucrados Protección alta
Protección media 0.000 1.40 (1.35-1.45)
Protección baja 0.000 1.96 (1.88-2.03)
Escala de protección del ambiente escolar Protección alta
Protección media 0.000 1.13 (1.08-1.18)
Protección baja 0.000 1.20 (1.13-1.27)
Escala de integración social Protección alta
Protección media 0.000 1.31 (1.28-1.37)
Protección baja 0.000 2.21 (2.09-2.34)
SEGUNDO NIVEL (características del colegio, variables de grupo)
Tipo de Colegio según gestión Público
Privado 0.000 2.57 (2.43-2.70)
Tipo de Colegio según sexo Femenino
Masculino 0.343 0.88 (0.62-1.14)
Mixto 0.006 0.78 (0.60-0.95)
Exigencia Académica Mucho / bastante
Poco / algo 0.002 0.76 (0.59-0.93)
Exigencia Disciplinaria Mucho / bastante
Poco / algo 0.101 1.16 (0.98-1.34)
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Tabla 4
Modelo de regresión múltiple de dos niveles para el consumo de drogas ilegales.
FACTOR Valores Valor p OR
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Tabla 5
Modelo de regresión múltiple de dos niveles para el consumo de drogas médicas.
FACTOR Valores Valor p OR
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
Disponibilidad de dinero
Dinero disponible al mes <= 30 soles
31-70 soles 0.043 1.15 (1.01-1.29)
71-80 soles 0.049 1.20 (1.02-1.39)
>80 soles 0.006 1.32 (1.13-1.52)
Participación en actos violentos
Participación en actos violentos Bajo
Medio 0.000 2.05 (1.90-2.20)
Alto 0.000 2.28 (2.06-2.50)
Grado de protección individual
Escala de padres involucrados Protección alta
Protección media 0.189 1.11 (0.98-1.26)
Protección baja 0.000 1.57 (1.37-1.77)
Escala de protección del ambiente escolar Protección alta
Protección media 0.351 1.08 (0.92-1.24)
Protección baja 0.007 1.31 (1.11-1.51)
Escala de integración social Protección alta
Protección media 0.002 1.22 (1.10-1.35)
Protección baja 0.034 1.37 (1.08-1.66)
SEGUNDO NIVEL (características del colegio, variables de grupo)
Tipo de Colegio según gestión Público
Privado 0.000 1.81 (1.64-1.99)
Tipo de Colegio según sexo Femenino
Masculino 0.384 0.86 (0.53-1.19)
Mixto 0.440 0.81 (0.60-1.02)
Exigencia Académica Mucho / bastante
Poco / algo 0.26 0.87 (0.64-1.11)
Exigencia Disciplinaria Mucho / bastante
Poco / algo 0.906 1.01 (0.78-1.25)
DISCUSIÓN
Este estudio confirma la observación de otras investigaciones acerca de la
elevada prevalencia de vida de consumo de drogas legales en escolares. Lo cual
implica una mayor exposición de los escolares al abuso de estas sustancias y
por tanto mayor riesgo de desarrollar adicción. A ello se suma, que el 50% de
escolares que alguna vez consumió drogas legales o ilegales inició su consumo
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
entre 12 y 15 años. Esto significa que 25% de escolares que ha consumido alguna
vez drogas inició su consumo antes de los 12 años. Los informes mundiales y
nacionales más recientes coinciden con este hecho, que obliga a prestar cuidadosa
atención a esta población (DEVIDA, 2003; ONUDD, 2007).
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
En este estudio, por la falta de datos apropiados, sólo se han analizado dos
niveles de determinación: Las características del colegio y las de los escolares. Sin
embargo, los hallazgos obtenidos sugieren importantes relaciones que ayudarían a
formular políticas de control y prevención de consumo de drogas en la población
escolar. Así, es importante destacar que el conjunto de variables individuales
y del colegio incluidas en el modelo multinivel para las drogas legales alcanzó
a explicar el 83% del consumo de alcohol o tabaco entre los escolares. Como
sabemos ambas drogas son socialmente aceptadas y su consumo es tolerado tanto
en la escuela como en la familia. Las características de la escuela analizadas en
este estudio, podrían estar asociadas a un ambiente permisible que al parecer es
mayor en colegios privados, que fue la característica institucional más fuertemente
asociada al consumo de alcohol y tabaco. Es necesario analizar más a fondo
las características del ambiente escolar en estos casos, a fin de identificar los
factores específicos que favorecen el consumo de estas drogas, incluyendo el
currículo de estudios. Además, en este modelo, las variables del segundo nivel
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
El rol del colegio en el consumo de drogas médicas fue menor que en las
drogas legales. Aún así se observó una tendencia similar con éstas, es decir,
mayor en colegios privados, pero además la probabilidad de consumo también
fue mayor en colegios de mujeres. Esto es explicable si consideramos el costo de
estas drogas y su utilización por las adolescentes para otros fines, como el bajar
de peso.
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
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Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
como cabe la posibilidad que en algún caso se haya presentado algún grado de
sesgo de selección.
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Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
Agradecimientos
Agradecemos al equipo técnico de DEVIDA por su apoyo y aportes al
adecuado análisis de los resultados, y a la Ing. Verónica Palomares y al Sr. Luis
Cofré de la Sección de Epidemiología del Instituto de Medicina Tropical de la
UNMSM por el apoyo logístico.
REFERENCIAS
39
Jorge Alarcón, César Gutiérrez, Carlos Saavedra, Edith Alarcón, Julio Ramos,
Ysela Agüero, Arturo Vergara, Francisco de la Cruz y Julia Piscoya
Graves, K.N., Fernandez, M., Shelton, T., Frabutt, J. y Williford, A. (2005). Risk
and Protective Factors Associated with Alcohol, Cigarette, and Marijuana Use
During Adolescence. Journal of Youth and Adolescence, 34(4), 379–387.
Merlo, J., Chaix, B., Yang, M., Lynch, J. y Råstam, L. (2005). A brief conceptual
tutorial of multilevel analysis: linking the statistical concept of clustering to the
idea of contextual phenomenon social epidemiology. Journal o Epidemiology
Community Health, 5(59),443-449.
40
Prevalencia y factores asociados al riesgo de consumo de drogas en escolares de secundaria del Perú.
Perales, A., Sogi, C., y Morales, R. (2001). Salud mental en adolescentes de las
Delicias (Trujillo - Perú). Anales de la Facultad de Medicina Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, 2001. 62(4), 301-311.
United Nations, Office on Drugs and Crime (2007). World drug report 2007.
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Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 1, 43-70
RESUMEN
Los objetivos principales de este estudio son dos: (1) obtener una descripción
detallada de los patrones de consumo de alcohol en un grupo de estudiantes
universitarios peruanos, así como en dos subgrupos definidos por el género
y el nivel socioeconómico (NSE); (2) investigar los determinantes del uso de
alcohol problemático y no problemático entre los estudiantes universitarios
peruanos buscando tanto las características del contexto social como las variables
psicosociales que influyen en ellos.En términos específicos, podemos decir que
estamos interesados en explorar los patrones del uso de alcohol entre estudiantes
universitarios peruanos a partir de la frecuencia y cantidad de consumo, el uso
problemático de alcohol, las diferencias de consumo entre hombres y mujeres y
las diferencias según niveles socioeconómicos.
ABSTRACT
The main objectives of the study were two: (1) to obtain a detailed description
of alcohol consumption patterns among Peruvian university students in general
and of a two subgroups defined by gender and socioeconomic status (SES); and
Correspondencia: Cecilia Chau Pérez Aranibar, PhD. Pontificia Universidad Católica, Departamento de Psicología. Av.
Universitaria 1801, San Miguel, Lima 32. Correo electrónico: cchau@pucp.edu.pe
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Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
INTRODUCCIÓN
Durante los últimos veinte años se ha registrado en los países desarrollados
un alto grado de preocupación por el aumento de la disponibilidad de diversas
sustancias psicoactivas y el incremento de los problemas sanitarios y legales
derivados de su consumo. Sin embargo, los profesionales vinculados al estudio
de las conductas adictivas, consideran que es absolutamente necesario volver a
prestar atención a la problemática generada por el alcohol.
En los últimos estudios realizados por CEDRO (1993, 1997, 2006) se observa un
patrón de consumo que se caracteriza por el uso generalizado de bebidas alcohólicas,
seguidas por el tabaco; y, según Saavedra (1997), en el Perú el alcoholismo constituye
la principal dependencia a sustancias psicoactivas, que produce los mayores estragos,
tanto a nivel personal y familiar, como social y comunitario.
44
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
45
Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
fue correlacional ya que más allá de describir las variables de manera individual,
se identificó el grado de relación existente entre dos variables y luego se analizó
dicha correlación. Es decir, se pudo apreciar el comportamiento de una variable
a partir del comportamiento de otra variable relacionada (Hernández et al., 1997
y Van Dalen y Meyer, 1983).
PARTICIPANTES
Participaron en este estudio 1,171 estudiantes hombres y mujeres
matriculados en una de tres universidades de Lima: una pública y dos privadas.
Debido a la falta de datos completos en algunos casos, la muestra se redujo a
1,081 casos válidos.
Edad
M 19.25 19.41 19.07
SD 1.81 1.89 1.70
NSE
Alto 182 (34.8%) 199 (35.7%) 182 (34.8%)
Medio 190 (36.3%) 172 (30.8%) 190 (36.3%)
Bajo 151 (28.9%) 187 (33.5%) 151 (28.9%)
Universidad
Pública 507 (46.9%) 258 (46.2%) 249 (47.6%)
Privada Uno 256 (23.7%) 119 (21.3%) 137 (26.2%)
Privada Dos 318 (29.4%) 181 (32.4%) 137 (26.2%)
46
† Fuente: “Estudio Nacional de Drogas en Población Escolar de Perú, 2005” DEVIDA – MINEDU.
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
INSTRUMENTOS
Datos sociodemográficos
Para obtener información sobre las características sociodemográficas de
los estudiantes, se utilizó un cuestionario que incluyó preguntas sobre género,
edad, estado civil, lugar de residencia, y año en que iniciaron sus estudios
universitarios. Además, se le preguntó a los sujetos sobre el número de semestres
que habían estudiado en la universidad, si habían repetido cursos, el número de
cursos repetidos y la nota promedio en el último semestre.
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Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
(A1), medio alto (A2), medio típico (B1), medio bajo (B2), bajo emergente (C1),
bajo típico (C2), pobre o bajo (D) y extremadamente pobre o muy bajo (E).
48
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
RESULTADOS
Uso de alcohol en la muestra total
Para los fines de este estudio, el consumo actual de bebidas alcohólicas fue
definido como el auto reporte de uso de las mismas durante los últimos seis meses
49
Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
Tabla 2
Frecuencia de estudiantes que usaron bebidas alcohólicas en los últimos seis.
Los resultados indicaron que durante los días de semana (de lunes a jueves)
los estudiantes beben, de manera frecuente entre 1 ó 2 bebidas alcohólicas (b.a)
(58.8%) ó 3 a 4 (18.9%) por día. La cantidad se incrementa durante los fines
de semana, donde un 37% consume entre 1 o 2 bebidas alcohólicas el 19.8%
entre 3 ó 4 el 15% 5, el 14.2% 6 b.a , y el 14.2% consume entre 7 u 8 bebidas
alcohólicas.
50
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
Tabla 3
Tipo de bebida alcohólica preferida en función al género.
Tabla 4
Tipo de bebida alcohólica preferida en función al NSE.
Tipo de bebida
Bajo Medio Alto Total
Alcohólica
Cerveza 119 (55.61%) 178 (57.23%) 198 (59.64%) 495 (57.76%)
Vino 27 (12.62%) 27 (8.68%) 36 (10.84%) 90 (10.50%)
Licores 41 (19.16%) 68 (21.86%) 65 (19.58%) 174 (20.30%)
Otros 11 (5.14 %) 8 (2.57%) 8 (2.41%) 27 (3.15%)
Más de una 16 (7.48%) 30 (9.65%) 25 (7.53%) 71 (8.28%)
Universidad
51
Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
Tabla 6
Tipo de bebida alcohólica en función a la universidad.
Universidad
Tipo de bebida
Alcohólica Privada Uno Privada Dos Estatal Total
Beber problemático
Para evaluar la presencia del bebedor problemático utilizamos el criterio de
beber excesivamente y el número de problemas generados por el consumo.
Bebedor excesivo
Este tipo de consumo fue medido considerando tres aspectos: (a) frecuencia
de binge drinking; (b) frecuencia de incapacidad para detenerse; y (c) frecuencia
de consumo hasta embriagarse. Las respuestas fueronevaluadas desde, “nunca”
hasta “diariamente”. Sin embargo, debido al pequeño número de sujetos que
reportaron la opción semanal y diariamente, éstas categoría fueron eliminadas.
52
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
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Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
Tabla 9
Frecuencia de beber para embriagarse.
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Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
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Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
Correlaciones
En este punto de la investigación vamos a revisar las variables que se asocian
al consumo de bebidas alcohólicas: sexo, NSE, consumo del padre y de la madre,
así como de los mejores amigos. En este caso, el N = 888, incluyó solo a los que
reportaron consumo de bebidas alcohólicas
56
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
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Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
DISCUSIÓN
Esta investigación fue diseñada para examinar los predictores de la conducta
de beber en una muestra de estudiantes universitarios en Lima usando un estudio
correlacional.
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Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
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Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
El uso del alcohol entre los estudiantes de la muestra fue más alto en los
fines de semana que durante los días laborables. Esto coincide con los hallazgos
de otros estudios que señalan que, a diferencia de lo que ocurre en muchos países
europeos donde el consumo de alcohol es un fenómeno diario (por ejemplo, al
beber vino o cerveza para acompañar las comidas), el consumo de alcohol en el
Perú se concentra en los fines de semana y en reuniones o fiestas. (Castro de la
Mata y Zavaleta; Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, GOP,
2004); lo que refleja un patrón encontrado en otros países de América Latina.
La bebida alcohólica más consumida por los jóvenes de esta muestra fue la
cerveza (57.76%). Ello es consistente con los últimos hallazgos de GOP (2004)
que reportó que la cerveza fue preferida por el 56.1% de su muestra. También
es consistente con el aumento reportado entre 1960 y 1990 en muchos países
de Sudamérica (OMS, 1994; Weltin, 2002) y específicamente en Perú (Rojas y
Castro de la Mata, 1999, Castro de la Mata y Zavaleta, 2002, 2004). Es importante
remarcar que las políticas publicitarias restringen los avisos comerciales de
licores pero no imponen las mismas condiciones para la cerveza. Por el contrario,
el consumo de cerveza es promovido por campañas de marketing que asocian
la cerveza con deportes y tiempo libre; confirmando así los hallazgos de dos
estudios previos sobre el uso de alcohol en jóvenes (Chau, 1993, 1998) en el
que se halló que los adolescentes utilizan el alcohol acompañado de cigarrillos
(47%). Una asociación similar fue encontrada por Castro de la Mata y Zavaleta
(2002, 2004) y DEVIDA (2003). Más aún, se encontró una asociación entre el
uso de alcohol y el uso de sustancias psicoactivas, principalmente la marihuana
(9.1%). Esta asociación fue especialmente prevalente entre bebedores riesgosos,
de los cuales, el 19% reportó uso de estas sustancias. Aunque las proporciones
de prevalencia difieren, estos hallazgos confirman los del reporte de GOP (2004)
que menciona una prevalencia de vida de 18.8% para el uso de sustancias ilegales
entre los estudiantes universitarios. Tal y como lo señala la literatura científica,
esta asociación entre el alcohol y el uso de drogas ilegales podría reflejar una
intensificación progresiva del consumo y una aproximación secuencial hacia
un consumo dañino y riesgoso (Thorlindsson y Vilhalmsson, 1991; Villanueva,
1989b; Kandel, 1980: Kandel, Yamaguchi, y Chen, 1992). En este camino, los
hallazgos de este estudio van en la línea del Reporte Mundial de Drogas del
2004 en el que se establece que “el consumo de cannabis tuvo un ascenso en el
periodo 2000-2002. Al contrario de las tendencias estables en Norte América, el
consumo de cannabis ha seguido ascendiendo en Sudamérica (Naciones Unidas,
2004, p.144). A pesar del consumo de cannabis, el consumo de otras sustancias
60
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
psicoactivas como la cocaína, éxtasis o pasta básica de cocaína sólo fue reportado
por un pequeño porcentaje de participantes de esta muestra. Sin embargo,
estos números son nuevamente altos para los identificados como consumidores
riesgosos. Por lo tanto, debe concluirse que la asociación entre uso de alcohol y
uso de otras sustancias psicoactivas merece mayor atención y requiere un estudio
más profundo.
61
Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
62
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
Este lazo puede ser explicado por la influencia de los pares como modelos
de roles en esta edad. Durante la etapa de estudios, muchas actividades sociales
ocurren en contextos de consumo de alcohol y estas interacciones podrían ser
facilitadas por el mismo. La sociabilidad que se expresa mientras se bebe puede
servir como un indicador de éxito de las relaciones con los pares y los lazos en
63
Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
Los individuos que se alejan del hogar para ir a estudiar a menudo forman
parte de grupos fuertemente unidos con gente de su edad. Muchos mitos y normas
culturales apoyan el periodo de partida para iniciar los estudios universitarios;
sin embargo, las influencias de los pares no son monolíticas en su poder o
direccionalidad. Los individuos tienden a buscar y ser seleccionados por pares
que tienen las mismas metas, valores y comportamientos. (Kandel et al., 1992;
Engels, 1998). Esto concuerda con la conclusión planteada por Maisto et al
(1999) en la que “el uso de alcohol de los pares ha mostrado estar estrechamente
relacionada con el consumo de alcohol en los adolescentes” (p.141). Además
de estas consideraciones importantes, la teoría del aprendizaje social señala que
la evaluación de la conducta de un individuo que consume alcohol así como la
de sus pares, ha sido pensada como el reflejo de la acción de los procesos de
modelado, así como que está directamente influenciada por el reforzamiento del
consumo de alcohol del individuo. Estas relaciones podrían ser bidireccionales
(Windle, 1999).
En resumen, los hallazgos más importantes del estudio son los siguientes:
64
Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
RECOMENDACIONES
Dadas las características de la muestra y las proporciones de consumo
encontradas, se sugiere la realización de estudios en lo que se profundice el
llamado consumo riesgoso, así como la asociación existente entre consumo de
alcohol y sustancias psicoactivas.
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Características del consumo de bebidas alcohólicas en estudiantes universitarios.
69
Cecilia Chau y Haydeé Oblitas
70
Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 1, 71-96
RESUMEN
El consumo de drogas se ha convertido en los últimos años en un problema
importante en casi todos los países. Un modo de hacerle frente a este fenómeno
es a través de su prevención. En este artículo se analizan algunas cuestiones que
subyacen a la realización de una buena prevención en drogodependencias. Se
analiza el consumo de drogas bajo la óptica de la vida recreativa, nuevo fenómenos
de las últimas décadas, y que explica una buena parte del incremento del consumo;
la necesidad de conocer el periodo adolescente y el de la adultez temprana, ya
que es en estos momentos donde comienzo o se consolida el consumo de drogas;
la necesidad de conocer los factores de riesgo y protección para el consumo de
drogas dado que este conocimiento es básico para la aplicación de los programas
preventivos; qué evidencia tenemos sobre la eficacia de la prevención; y por qué
debemos hacer la prevención del consumo de drogas en distintos contextos, como
escuela, instituto, universidad, familia, comunidad, trabajo, etc. Se concluye que
se puede hacer prevención si disponemos de medios para hacerlo pero que no
siempre hay suficiente sensibilidad administrativa o política para ponerla en
práctica.
71
Elisardo Becoña Iglesias
ABSTRACT
Drugs consumption has become in last years an important problem in almost all
the countries in the world. A way of control of this phenomenon is through the
drug prevention. In this article some questions are analyzed that they underlie
to make a good work in drug prevention. The drug consumption is analyzed
under the optics of the recreational life, a new phenomena of the last years in
many countries, and that explains a good part of the increase of the consumption
of drugs; the necessity to know the adolescent period and that of the early
adulthood, since is in these moments where begin or make the consolidation of
the consumption of drugs; the necessity to know the risk and protective factors for
drug consumption (this knowledge is basic for the application of the preventive
programs); what is the evidence that we have about the effectiveness of the drug
prevention; and why the drug prevention should make in different contexts, as
school, institute, university, family, community, work, etc. We concludes that we
can make a effective prevention if we have means to make it but that there always
are not enough sensibility for the administration or the policy makers to put into
practice the knowledges of drug prevention.
INTRODUCCIÓN
Hay tres motivos fundamentales por el que tenemos y debemos prevenir
el consumo de drogas, especialmente tabaco, alcohol y cannabis (marihuana),
principalmente, y del resto de las drogas ilegales en niños, adolescentes y adultos
jóvenes. El primero, el más evidente y conocido, es que si conseguimos que las
personas no fumen cigarrillos o cannabis, ni beban abusivamente alcohol, evitaremos
que de adultos no se conviertan en adictos o abusadores. El segundo motivo es
que hoy sabemos que si esa persona no consume evitaremos enfermedades físicas
directamente relacionadas con ese consumo (cáncer de pulmón, cirrosis hepática,
trastornos cardiovasculares, etc.) y también reduciremos la probabilidad de que
padezca trastornos mentales en su vida adolescente y adulta. Hoy sabemos que
el consumo de drogas está asociado con un gran número de trastornos mentales,
algunos de los cuales acarrean gran sufrimiento, como depresión, trastornos de
ansiedad, esquizofrenia, etc. (Becoña, 2003; Comisión Clínica, 2006; Regier et
al., 1990). Y, en tercer lugar, sabemos que el consumo de alcohol y tabaco facilita
72
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
Hoy sabemos, sobre el consumo de drogas, que: 1) hay factores que facilitan el
inicio y mantenimiento en el consumo de las distintas sustancias en unas personas
respecto a otras, 2) hay una progresión en el consumo de las drogas legales a las
ilegales en una parte significativa de los que consumen las primeras respecto a los
que no las consumen, y 3) toda una serie de variables socio-culturales, biológicas
y psicológicas modulan los factores de inicio y mantenimiento y la progresión o
no en el consumo de unas a otras sustancias. Y, de los estudios realizados sobre
esta cuestión (ver Becoña, 1999), podemos concluir que: 1) existe una relación
significativa entre el consumo de drogas legales (alcohol y tabaco) y el posterior
consumo de cannabis, y entre el consumo de cannabis y el posterior consumo de
cocaína y/o heroína; 2) aunque existe relación no se puede confundir “relación”
(estadística) con “causalidad”; 3) también existen otras variables relacionadas
con el consumo de heroína, como del cannabis que, a su vez, en muchos casos
están en la base del consumo previo de cannabis, heroína o cocaína, que deben
ser tenidas en cuenta, porque pueden ser las que explican el inicial consumo de
cannabis, su mantenimiento y su progresión al consumo de cocaína o heroína y a
otras conductas asociadas con dicho consumo; 4) aún así, desde una perspectiva
preventiva y de salud pública, hay que intervenir tanto sobre el cannabis, como
sobre las otras variables que se relacionan con el consumo, tanto las sustancias
previas en la cadena de consumo (ej., alcohol, tabaco), como en variables de tipo
social (aceptación, disponibilidad), biológicas (predisposición) y psicológicas
(ej., rasgos de personalidad, aprendizaje); y, 5) la prevención debe, por tanto,
centrarse tanto en poner en marcha acciones para frenar el consumo de drogas
como igualmente para mejorar todas aquellas variables que se relacionan con el
inicio, progresión y mantenimiento del consumo de las distintas drogas centrándose
en las variables del individuo (ej., incrementar sus estrategias de afrontamiento)
y del sistema social (ej., que tenga oportunidades), así como en otras conductas
relacionadas con el consumo de drogas (predisposición, conductas delictivas,
baja autoestima, etc.).
Otro fenómeno nuevo que hay que indicar a lo que ya conocíamos es que
en los últimos años, muchas personas se inician en el consumo de drogas en su
adultez, después de los 18 años, tanto cuando entran en la Universidad como
cuando entran en el mercado laboral (Becoña, 2002). Como un ejemplo, en las
universidades españolas se encuentra consistentemente que un tercio de los
73
Elisardo Becoña Iglesias
que fuman (desde el primer año hasta el último) han comenzado a fumar en la
Universidad, no antes de ingresar en la misma (Becoña, 2006c).
Como es bien sabido, en los jóvenes se ha producido en los últimos años una
importante transformación de la diversión y de los hábitos de consumo asociados
con ella. La vida recreativa, el pasarlo bien, el salir de marcha, se ha convertido en
un nuevo fenómeno, más que por nuevo, ya que la gente se ha divertido siempre,
por sus nuevas características. Además, este nuevo fenómeno ha estado asociado
en parte importante en sus inicios, al consumo de éxtasis, para pasarlo mejor y
aguantar la noche, a la baja percepción de riesgo de su consumo, al cambio de
los horarios de diversión, al surgimiento de los locales “afters” (que abren a altas
horas de la madrugada y cierran a media mañana o final de la misma), las “rutas
del bakalao”, etc., todo lo cual ha constituido un nuevo modo de divertirse que
antes no existía y que es reciente en el tiempo. Y, esta nueva forma de diversión,
se asocia en una parte de los que participan en ella con un consumo de sustancias
para “aguantar” mejor la noche y pasarlo bien. De ahí la asociación entre vida
recreativa y consumo de drogas. En todo caso nunca hay que olvidar que cuando
hablamos de consumo de drogas hay que conocer el dato epidemiológico real,
74
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
en el sentido de que siempre hay más personas jóvenes, si nos referimos a ellos,
que no consumen drogas ilegales que los que las consumen (Calafat et al., 2001,
2004).
75
Elisardo Becoña Iglesias
algún momento (Calafat et al., 2000). Esto nos obliga a conocer este fenómeno
para poder así actuar y ayudar a estas personas.
Además, son varios los factores que hacen que las personas no se comporten
saludablemente, como (Bayés, 1991; Becoña y Oblitas, 2006): 1) por el carácter
placentero (reforzante) de la mayor parte de las consecuencias que siguen a muchos
comportamientos nocivos, así como a la inmediatez de sus efectos, 2) lo dilatado
del tiempo que, normalmente, separa la práctica de los comportamientos nocivos,
de la aparición de la enfermedad en su estado clínico diagnosticable, 3) el hecho de
que mientras las conductas no saludables (ej., carcinógenas) proporcionan siempre,
o casi siempre, una satisfacción real e inmediata, la aparición de enfermedades
o de otros efectos nocivos son remotas y poco probables, 4) el convencimiento
del poder sin límites de la medicina y de su tecnología para solucionar cualquier
76
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
problema que podamos llegar a padecer, 5) por el sistema cultural, que a través
de distintas creencias y por su arraigo suele mantener y “justificar” prácticas no
saludables, pero socialmente correctas, y 6) el cambio como un proceso cíclico
y lento más que rápido y lineal, en muchos casos caracterizado por la recaída.
Muchos adolescentes no ven los problemas que pueden causar las distintas drogas
o las conductas de riesgo que realizan a corto plazo; ven que esos son problemas
muy lejanos y que no van con él, si es incluso que llega a plantearse que pueden
llegar a causarle problemas (ej., emborracharse).
Por tanto, es claro que una parte del consumo de drogas que hacen los
adolescentes remite con el tiempo, incluso aunque dicho consumo esté asociado
a distintos problemas psicosociales (Baer et al., 1998). Los problemas que no
remiten suelen estar asociados con problemas de desarrollo temprano como
conflicto familiar y conducta desviada. Esto sugeriría que en estas personas
hay un proceso de desarrollo diferente a la gran mayoría de los adolescentes,
especialmente a los que aún consumiendo drogas han tenido problemas medios
o moderados y que, incluso, consumiendo esporádicamente en su vida adulta, e
incluso en una ocasión puntual de modo importante, no desarrollan problemas.
Conocer estos aspectos más claramente es de una relevancia clara, especialmente
para el campo de la prevención de las drogodependencias, para la detección
precoz de las conductas problema y para el rendimiento académico de los que
77
Elisardo Becoña Iglesias
ahora están en la fase de prueba. También para los adultos que llevan a cabo estas
conductas. El poder conocer tipos de personas con patrones distintos de consumo
y tipos de problemas producidos por los mismos, nos podría proporcionar un
cuadro más exacto de esta evolución desde las edades tempranas hasta la adultez,
con todos los aspectos de incorporación social con plenos derechos que tienen los
adultos, en su sentido social. Por ello, White, Bates y Lebouvie (1998) consideran
que ya es hora de modificar el centro de la actual investigación y de los esfuerzos
preventivos y que hay que dedicar más esfuerzos al estudio de los últimos años
de la adolescencia y a la adultez temprana. Por ello lo relevante sería analizar
las conductas de riesgo de los adolescentes en sus periodos de transición y ver el
modo de disminuir esos riesgos.
78
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
79
Elisardo Becoña Iglesias
Por suerte los factores de riesgo y de protección no suelen ser fijos (aunque
algunos lo son como el sexo y la edad). Los programas preventivos pueden
mejorar los de protección y disminuir los de riesgo. En la tabla 1 indicamos, a
título de ejemplo, los factores de riesgo y protección de jóvenes españoles para
el consumo de tabaco en una población de 14 a 25 años. En ocasiones lo que
realmente pretendemos es conseguir individuos sanos, maduros y resilientes
(Becoña, 2006b), individuos con autonomía e identidad, individuos que se
puedan enfrentar a los retos del mundo sin tener que consumir drogas, como
así pueden hacer muchos de ellos, la mayoría de ellos (Calafat et al., 2004).
Al mismo tiempo, los programas preventivos se orientan a reducir los factores
80
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
Tabla 1
Factores de riesgo para el consumo de tabaco en personas de 14 a 21 años que han
consumido recientemente tabaco (al menos una vez en los últimos 6 meses).
Tipo de factor Factor de riesgo (1)
Variables - Fuman menos los que viven con sus padres o con su padre o madre
sociodemográficas separada (más los que viven solos, con familiares, en pareja
o con amigos)
- Conforme desciende la clase social a la que se autoasignan fuman más
- Los que trabajan fuman más que los que estudian
81
Elisardo Becoña Iglesias
(1) Los factores de riesgo se analizan en los fumadores, en relación con los no fumadores de la muestra del estudio.
Fuente: Becoña (2006a).
82
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
los aspectos de las ciencias biomédicas, las ciencias sociales y otras actividades
humanas. Esto está llegando también a la prevención de las drogodependencias.
Lo que subyace a esto es que debemos utilizar aquello que tiene no sólo una buena
fundamentación teórica (Becoña, 1999), sino que tiene que tener una buena base
empírica basada en la evidencia y demostrar que consigue el resultado que se
espera. Esto es, que es eficaz (Becoña, 2002) (ver Tabla 2).
Tabla 2
Tipos de programas preventivos predominantes por décadas.
83
Elisardo Becoña Iglesias
84
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
que animan la interacción entre ellos, y 4) los programas más interactivos. Con
ello puede diferenciar a los programas preventivos en interactivos (los de las
categorías anteriores 3 y 4) y en no interactivos (los 1 y 2).
Se presenta como la media del grupo experimental menos la media del grupo control, partido por la desviación típica
conjunta de ambas muestras.
85
Elisardo Becoña Iglesias
Tabla 3
Los principios de la prevención en drogodependencias del National Institute on Drug
Abuse, NIDA (2003), basado en los estudios de investigación que han financiado.
1. Los programas preventivos deberían ser diseñados para realzar los factores de protección y revertir o
reducir los factores de riesgo.
2. Los programas preventivos deberían incluir todas las formas de abuso de drogas, solas o en combinación,
incluyendo el consumo de drogas legales (tabaco y alcohol) en los menores de edad; el consumo de drogas
ilegales (ej., marihuana o heroína); y el consumo inapropiado de sustancias obtenidas legalmente (ej.,
inhalantes), medicamentos de prescripción, o medicamentos que se pueden comprar sin receta.
3. Los programas preventivos deberían dirigirse al tipo de problema de abuso de drogas en la comunidad
local, a los factores de riesgo que son modificables, y a fortalecer los factores de protección identificados.
4. Los programas preventivos deberían estar orientados a los riesgos específicos de una población o a las
características de la audiencia, tales como edad, género y etnicidad para mejorar la efectividad de los
programas.
86
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
Planificación de la prevención
5. Los programas preventivos familiares deberán mejorar el apego familiar y las relaciones dentro de ella e
incluirán habilidades de crianza; práctica en el desarrollo, discusión y cumplimiento de reglas familiares
sobre el abuso de sustancias; y proporcionarle información y entrenarle en educación sobre drogas.El apego
a la familia es el fundamento de las relaciones entre padres e hijos. El apego puede fortalecerse a través
del entrenamiento en habilidades sobre el apoyo de los padres a sus hijos, comunicación padre-hijo e
implicación parental.
6. Los programas preventivos pueden ser elaborados para intervenir tan tempranamente como en los niños de
preescolar para centrarse en los factores de riesgo para el abuso de drogas, tales como la conducta agresiva,
escasas habilidades sociales, y dificultades académicas.
7. Los programas preventivos para los niños de la escuela elemental deberían centrarse en mejorar el
rendimiento académico y el aprendizaje socio-emocional para dirigirse a los factores de riesgo para el
abuso de drogas, tales como la agresión temprana, el fracaso escolar y el abandono de la escuela. La
educación debería centrarse en las siguientes habilidades: autocontrol, conocimiento de las emociones,
comunicación, solución de problemas sociales y apoyo académico, especialmente en lectura.
8. Los programas preventivos para los estudiantes de la escuela secundaria deberían incrementar el rendimiento
académico y la competencia social con las siguientes habilidades: hábitos de estudio y apoyo académico;
comunicación; relaciones con iguales; autoeficacia y asertividad; habilidades de resistencia a las drogas;
reforzamiento de actitudes antidroga; y fortaleder las afirmaciones personales contra el abuso de drogas.
9. Los programas preventivos dirigidos a la población general en puntos claves de transición, como la
transición a la escuela secundaria, pueden producir efectos beneficiosos incluso entre familias y niños de
alto riesgo. Tales intervenciones no simplemente reducen el riesgo de esta población sino que promueven
el apego a la escuela y a la comunidad.
10. Los programas preventivos comunitarios que combinan dos o más programas efectivos, tales como los
programas basados en la familia y en la escuela, pueden ser más eficaces que la aplicación de uno solo de
estos programas.
11. Los programas preventivos comunitarios que llegan a las poblaciones en múltiples lugares -por ejemplo,
en escuelas, clubs, asociaciones y medios de comunicación de masas- son más eficaces cuando los mismos
están presentes consistentemente, con mensajes para toda la comunidad en cada uno de esos lugares
12. Cuando las comunidades adaptan programas para cubrir sus necesidades, normas de la comunidad,
o requerimientos culturales diferentes, se deberían retener los elementos centrales de la intervención
preventiva original basada en la investigación, que incluye:
- Estructura (cómo fue organizado y estructurado el programa);
- Contenido (la información, habilidades y estrategias del programa); y
- Implantación (cómo es adaptado, implementado y evaluado el programa).
87
Elisardo Becoña Iglesias
13. Los programas preventivos deberían llevarse a cabo a largo plazo con intervenciones repetidas ej.,
programas con sesiones de recuerdo) para reforzar los objetivos preventivos iniciales. La investigación
muestra que los beneficios de los programas preventivos de la escuela primaria disminuyen sin programas
de seguimiento en la escuela secundaria.
14. Los programas preventivos deberían incluir el entrenamiento de los profesores sobre prácticas de buen
manejo de las clases, tales como el apropiado refuerzo de la conducta de los estudiantes. Tales técnicas
ayudan a fomentar las conductas positivas de los estudiantes, el rendimiento, la motivación académica y el
apego a la escuela.
15. Los programas preventivos son más efectivos cuando emplean técnicas interactivas, tales como grupos de
discusión entre iguales y role-playing de los padres, que lleva a una implicación activa en el aprendizaje
sobre el abuso de drogas y en las habilidades de reforzamiento.
16. Los programas preventivos basados en la investigación pueden ser coste-efectivos. De modo similar a las
investigaciones previas, la reciente investigación muestra que por cada dolar invertido en prevención se
ahorran hasta 10 dólares en el tratamiento del abuso del alcohol o de otras sustancias.
88
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
89
Elisardo Becoña Iglesias
para que las personas no consuman drogas. De ahí, por las dificultades que a
veces tiene implantar este tipo de programas, la relevancia de asumir por parte de
los responsables políticos y administrativos la necesidad de prevenir el consumo
de drogas y, al tiempo, dotar los recursos necesarios para poder hacerlo de modo
eficaz.
CONCLUSIÓN
Hoy disponemos de suficientes conocimientos para hacer una prevención
de calidad. La psicología fundamenta muchos de estos conocimientos (Becoña,
2007). Otro tema es que sea fácil hacerla. Los datos son claros. Actuar no siempre
es fácil para los administradores y para los que tienen que poner fondos (dinero)
para hacer una prevención efectiva. Empezando por las drogas legales (que están
en la base del futuro consumo de drogas más potentes, e ilegales), es claro que
hay enormes intereses económicos que impiden tomar medidas para su control
y para reducir la morbilidad y mortalidad que les produce a sus consumidores
(mortalidad por cáncer de pulmón, cirrosis hepática y cáncer de hígado,
enfermedades cardiovasculares, accidentes de tráfico, etc.). Poco a poco se va
avanzando en su control, pero este avance es lento. Se podrían evitar miles de
muertes en poco tiempo consiguiendo que las personas no fumasen cigarrillos o
que se redujese drásticamente el actual consumo de alcohol en cualquier país. Y,
en el caso de las drogas ilegales, también hay que indicar que hay claros intereses
económicos por parte de muchos grupos (ej., muchos de los movimientos pro-
legalización, detrás de los cuales están grupos con claros intereses económicos,
como está bien demostrado en el caso de la marihuana, o de mantener su lucrativo
negocio en el caso de la cocaína, heroína, drogas de síntesis, etc., a veces incluso
para mantener una red de personas pagadas y así conseguir poder político, respeto,
financiar contiendas bélicas, guerrillas, etc. Estamos ante un tema complejo, que
exige tener una visión global del fenómeno, pero también exige por nuestra parte
tomar medidas eficaces para que las personas no se mueran o no enfermen por el
consumo, abuso y dependencia de las distintas drogas. Esta es una responsabilidad
que tenemos como docentes, sanitarios (médicos, psicólogos, enfermeros,
farmacéuticos, etc.) y, también, como personas humanas.
90
¿Qué debemos saber para hacer una buena prevención de las drogodependencias?
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RESUMEN
La multicausalidad del comportamiento antisocial durante la adolescencia parece
no sólo obedecer a la combinación de múltiples factores de riesgo ubicados en
diferentes niveles del desarrollo humano, sino también a procesos históricos,
sociales y culturales que afectan de manera diferenciada a varias generaciones
de jóvenes desde su temprana infancia. Este artículo revisa las principales teorías
explicativas del comportamiento antisocial durante la adolescencia, enfatizando
en la teoría neuropsicológica de la Taxonomía del Desarrollo de la Conducta
Antisocial propuesta por Terrie E. Moffitt (1993, 1994, 1996 y 2003). Asimismo,
se mencionan algunos estudios realizados que confirman la validez transcultural
del modelo teórico de Moffitt y sus contribuciones para el diseño de programas de
prevención del comportamiento antisocial entre población adolescente y juvenil
en América Latina.
Correspondencia: Hugo Morales. Diplomatura en Desarrollo Integral y Prevención de la Violencia Juvenil. Unidad de
Post Grado de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Av. Germán Amézaga s/n.
Lima – Perú. Correo electrónico: hmorales@pucp.edu.pe
97
Hugo Morales Cordova
ABSTRACT
Several causes of the antisocial behavior during the adolescence seems to
respond not only to the combination of many risk located along the different
levels of human development, but also to cultural and historical, social processes
affecting, in many ways, to specific generations during their early childhood.
This paper revises the main explicative theories about antisocial behavior during
the adolescence and tries to reflect them, emphasizing on the theory of the
Neuropsychological Taxonomy of the Antisocial Behavior proposed by Terrie
E. Moffitt (1993, 1994, 1996 and 2003). Moreover, some studies are mentioned
due to the fact that they confirm the cross-cultural validity of Moffitt’s theorical
model and its contributions to the design of prevention programs against antisocial
behavior for youngsters and adolescents in Latin America.
INTRODUCCIÓN
La violencia adolescente y juvenil daña profundamente no sólo a las
víctimas, sino también a sus familias, amigos y comunidad (Lynam, Caspi,
Moffitt, Wikstrom, Loeber y Novak, 2000 y OMS, 2003). Sus efectos pueden
apreciarse no sólo en los casos de muerte, enfermedad y discapacidad de sus
víctimas directas, sino también en la calidad de vida de los habitantes de una
comunidad (víctimas indirectas) y el crecimiento económico de una nación
(OMS, 2003). La violencia que afecta a los adolescentes y jóvenes y los hace
delincuentes, incrementa enormemente los costos de los servicios de salud y
asistencia social, reduce la productividad, disminuye el valor de la propiedad,
desorganiza una serie de servicios esenciales y en general, deteriora la estructura
de una sociedad (Pattishall, 1994).
Sin embargo, es importante precisar que no todos los adolescentes que han
cometido alguna infracción a la Ley persisten en este comportamiento a lo largo
de su vida; ello ocurre pese al riesgo de los efectos de sus entornos criminógenos
(Farrington, Jollife, Loeber, Stouthamer-Loeber y Kalb, 2001 y Seydlitz y Jenkins,
1998). Aunque ciertamente, existirá un pequeño grupo de adolescentes cuya
conducta antisocial persistente los expone a desarrollar el Trastorno Antisocial
de la Personalidad (APA, 1994).
99
Hugo Morales Cordova
Asimismo, los homicidios, así como los delitos bajo la forma de agresiones
(lesiones) no mortales que involucran a adolescentes y jóvenes, incrementan
enormemente la carga mundial de muertes prematuras entre población general y
población económicamente activa principalmente, años de vida no productivos,
lesiones y discapacidad (OMS, 2003). Las tendencias de las magnitudes de la
violencia perpetrada por adolescentes y jóvenes van en aumento en muchas
partes del mundo. Este aumento va acompañado del uso de armas de fuego, del
involucramiento de adolescentes y jóvenes varones en el crimen organizado y
en conflictos armados, y de políticas represivas y criminalizadoras de justicia
juvenil, antes que por políticas de promoción del desarrollo juvenil (servicios de
salud diferenciados para adolescentes, educación de calidad e inserción social
y laboral apropiada y con equidad para los jóvenes) en general, y prevención
efectiva y oportuna del comportamiento antisocial adolescente en particular. A
continuación se presentan algunas estadísticas al respecto (ver Gráficos 1 y 2).
Gráfico 1
Tendencias de las formas de ataque en los homicidios de jóvenes de 10 a 24 años de edad,
1985 - 1994a.
50
Arma de fuego
40
Porcentaje de homicidios
Instrumento
30 cortante
20
Otros
10
Ahorcamiento
o estrangulamiento
0
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994
Año
Basada en los datos de la OMS sobre la mortalidad en 46 países.
Tomado de: Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud. Con autorización de la OMS.
Figura 1 y 2. Fuente y elaboración: OMS (2003)
100
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
Gráfico 2
Tendencias mundiales de las tasas de homicidios juveniles entre los varones y las mujeres
de 10 a 24 años de dad, 1985 - 1994a.
50
Tasas de homicidios (por 100 000)
40
Varones
30
20
10
Mujeres
0
1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994
Año
Basada en los datos de la OMS sobre la mortalidad en 66 países.
Tomado de: Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud. Con autorización de la OMS.
Figura 1 y 2. Fuente y elaboración: OMS (2003)
Los motivos que impiden que la edad de admisión al empleo sea menor,
se justifican en el valor que representa el término de la educación básica para
los adolescentes en todas partes del mundo, así como la postura de las Naciones
Unidas (UNICEF, OIT) acerca de la erradicación progresiva del trabajo infantil
101
Hugo Morales Cordova
102
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
103
Hugo Morales Cordova
104
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
105
Hugo Morales Cordova
Figura 1
Modelo causal del comportamiento antisocial adolescente (Dodge y Pettit, 2003).
Predisposición Predisposición
biológica biológica
Estilo
parental Conducta de
Procesos
Infracción a la
mentales
Pares Ley Penal
Contexto Contexto
sociocultural sociocultural
106
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
107
Hugo Morales Cordova
108
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
109
Hugo Morales Cordova
110
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
En las tres trayectorias, los comportamientos más serios son precedidos por
otros menos graves. Un primer camino, denominado abierto o público, se inicia
con una agresión menor (molestar o amedrentar a otros), seguido por participar en
peleas con enfrentamientos físicos y verbales, terminando en delitos violentos.
Soporte empírico adicional para este modelo surge de los análisis de los
datos de la National Youth Survey (una encuesta nacional tomada a una muestra
aleatoria de jóvenes de ambos sexos entre 12 y 17 años de edad en los EE.UU.)
y del Chicago Youth Development Study (un estudio de seguimiento de niños de
quinto y séptimo grado de escuelas públicas en la ciudad de Chicago). En esta
prueba del modelo, el 84% de los delincuentes cumplieron los pasos o caminos
propuestos por Loeber et al. (Tolan y Gorman-Smith, 1998). Este porcentaje
111
Hugo Morales Cordova
Figura 2
Caminos a la delincuencia (Loeber et al., 1998).
Robo,
Violencia venta de
drogas
Daño a propiedad
Peleas físicas (vandalismo)
Escapar
Pegar/molestar a otros clase, fugarse Mentiras, robo menor
del hogar
Camino abierto Camino encubierto
Desobediencia Desafío
Terquedad
Establecer las diferencias entre estos dos tipos de agresión y sus factores
determinantes tiene importantes implicancias para la prevención y el control
de la violencia y la criminalidad. Primero, porque es muy probable que ciertos
programas tengan mejores resultados con algún tipo de agresión que con otro.
En segundo lugar, porque conociendo los factores determinantes de cada tipo
de agresión, es posible diseñar programas de prevención primaria. Por ejemplo,
ciertos factores como el alcohol y el estrés podrían ser más importantes para
los reactivos que para los proactivos. La evolución de cada tipo de agresión nos
podría también orientar sobre los momentos apropiados de la intervención.
113
Hugo Morales Cordova
114
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
Roca y Martinez, 2000). Estos dos caminos parecen ser similares entre hombres
y mujeres (Moffitt y Caspi, 2001), aunque algunos estudios son consistentes en
señalar un mejor ajuste del modelo a muestras de adolescentes varones.
115
Hugo Morales Cordova
Esto parece ser el pico para el comportamiento agresivo, porque según los
datos de un estudio transversal en una muestra representativa de niños canadienses,
el porcentaje de niños con comportamientos agresivos disminuye progresivamente
a partir de los dos años de edad (Morales, 2006a). En otro estudio con una cohorte
de niños seguidos desde los 6 hasta los 15 años de edad, Nagin y Tremblay (1999)
encontraron que alrededor de 5% de su cohorte mostraban comportamiento
agresivo persistente; mientras que 20% a 30% de los niños tenían altos niveles
de agresión a los 6 años, y otro 50% tenía niveles moderados de agresión pero
desistían con el tiempo. Alrededor de la mitad del grupo con agresión persistente
manifestaban también comportamiento oposicionista.
116
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Existe consenso respecto a la estrategia para prevenir la violencia juvenil;
se considera que, junto a otros comportamientos de riesgo, el fortalecimiento
de políticas públicas eficaces y sostenidas, representa la mejor alternativa para
promover la calidad de vida, el desarrollo y la inserción social de los adolescentes
y jóvenes (Cortázar, Francke y La Rosa, 1998; Francke, 1998 y La Rosa, 1998).
Por lo tanto, es necesario replantear y reformular las estrategias actuales para
atender y prevenir el comportamiento antisocial durante la adolescencia, a la luz
de las evidencias provenientes de la investigación.
117
Hugo Morales Cordova
en esta línea, representa una adecuada alternativa para los servicios públicos de
atención y prevención de la violencia juvenil por múltiples razones.
118
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
119
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130
Factores asociados y trayectorias del desarrollo del comportamiento antisocial durante la adolescencia:
implicancias para la prevención de la violencia juvenil en América Latina.
131
Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 133, -158
RESUMEN
El juego patológico, tambien conocido como ludopatía, es un trastorno frecuente
que progresivamente ha ganado la atención de pacientes, clínicos y políticos.
Los factores etiológicos que se han relacionado con este trastorno incluyen: (i)
anormalidades en los sistemas serotonérgico, dopaminergico y noradrenergico,
(ii) distorsiones cognoscitivas; y (iii) un refuerzo de la actividad lúdica por
ganancias episódicas o por el entusiasmo que acompaña al juego. Corresponder
al género masculino, residir en área urbana, ser de bajo nivel socio-económico
y la presencia de comorbilidad psiquiátrica, particularmente abuso de sustancias,
constituyen los factores de riesgo para la presencia del trastorno. Así mismo,
se han sugerido diversos tratamientos potencialmente eficaces: Jugadores
Anónimos, terapia conductual, terapia cognitiva, terapia cognitiva-conductual;
así como farmacoterapia con diversos medicamentos. Actualmente, solamente la
terapia cognitiva-conductual y la farmacoterapia con inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (5-hydroxytryptamine; 5HT), antagonistas opiáceos y
estabilizadores del ánimo han demostrado eficacia en estudios sistemáticos. No
obstante, futuros estudios que permitan entender mejor la patofisiología del juego
patológico son necesarios para demostrar firmemente la eficacia de los diversos
abordajes propuestos, y establecer los criterios de tratamiento de acuerdo a cada
paciente.
Correspondencia: Analucia Alegria. Gambling Counselor Columbia Gambling Disorders Clinic New York State
Psychiatric Institute Columbia University 1051 Riverside Drive, box 69 NY, NY 10032 Correo electrónico: alegria@
nyspi.cpmc.columbia.org
133
Analucía Alegría y Carlos Blanco
ABSTRACT
Pathological Gambling is a prevalent disorder that is gaining attention from
patients, clinicians and policy makers. Aethiological factors that have been
related to pathological gambling include: (i) abnormalities in the serotoninergic,
dopaminergic and noradrenergic systems, (ii) cognitive distortions; and (iii) a
reinforcement of the gambling activity by either episodic gains or the excitement
that accompanies gambling. Male gender, urban residence, lower income and the
presence of a comorbid psychiatric disorder (particularly substance abuse) appear
to constitute risk factors for the presence of the disorder.A number of treatments
have been suggested as potentially effective: Gamblers Anonymous, manualized
behavioral therapy, cognitive-behavioral therapy and several medications. At
present, cognitive-manualized psychotherapy and pharmacotherapy with selective
serotonine (5-hydroxytryptamine; 5-HT) reuptake inhibitor, mood stabilizers
and opioid antagonists have shown efficacy among systematic studies. However
much research remains to be done to better understand the psychophysiology
of pathological gambling, to firmly demonstrate the efficacy of the different
proposed treatment approaches, and to establish criteria for treatment selection
for individual patients.
INTRODUCCIÓN
Los juegos de apuesta son percibidos como actividades populares y
placenteras en muchas culturas. Sin embargo, profesionales de la salud, así
como público en general, han empezado a reconocer cada vez más la existencia
de individuos que han desarrollado un patrón caracterizado por la disminución
del control sobre los juegos de apuestas, acompañado por un aumento de la
importancia de estas actividades en la jerarquía de sus motivaciones personales.
El juego patológico, también llamado “juego compulsivo”, “juego excesivo”,
“ludopatía” o “adicción al juego” por diferentes autores, fue formalmente
134
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
EPIDEMIOLOGÍA
Varios estudios han evaluado la prevalencia del juego patológico obteniendo
una tasa de prevalencia de vida que oscila entre el 2% y 3% de la población adulta
española (Becoña, 1999) y entre el 1.5% hasta 11.2% en la población adulta de
EEUU y Canadá (Shaffer, Hall y Vander Bilt, 1999). A pesar de que algunas
diferencias se atribuyan a los diferentes instrumentos utilizados, la varianza de
los resultados se explica mejor a partir de las diferentes características entre las
poblaciones. La prevalencia es más alta en áreas urbanas, particularmente en los
sectores más pobres o en aquellas zonas en donde los juegos de apuestas son de
fácil acceso (Lesieur y Rosenthal, 1991).
135
Analucía Alegría y Carlos Blanco
TEORÍAS ETIOLÓGICAS
Teorías Psicodinámicas
Las teorías dinámicas fueron las primeras en ofrecer una explicación para
el desarrollo del juego patológico. Freud (1928) y más tarde Bergler (1958)
relacionaron este trastorno con el complejo edípico. En principio, el jugador
patológico tendría una personalidad masoquista que experimenta el conflicto con
las figuras de autoridad y así, recurre al juego como una manera de experimentar
placer tras castigarse a sí mismo.
136
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
Teorías Cognitivas
Existe suficiente evidencia para concluir que los jugadores patológicos han
sufrido una distorsión en sus patrones cognitivos, lo que los lleva a sobreestimar las
probabilidades de ganar las apuestas que realizan y el significado de sus resultados
(Ladouceur, Mayrand y Tourigny, 1987). El ganar las apuestas es interpretado
como la confirmación de sus creencias sobre su buena suerte, mientras que el
perder es interpretado como un signo de que la “racha” va a cambiar en cualquier
momento y que se encuentran a punto de ganar. Además diversos estudios han
demostrado que el jugador patológico posee una memoria sesgada; ya que tiende
a recordar más sus ganancias, mientras que olvida sus pérdidas.
137
Analucía Alegría y Carlos Blanco
ASPECTOS NEUROBIOLÓGICOS
Muchos estudios han sugerido la implicación de varios sistemas de
neurotransmisores en la patofisiología del juego patológico.
Sistema serotonérgico
Se ha descrito muchas veces el papel que tiene la disfunción del sistema
serotonergico (5-hidroxitriptamina; 5-HT) en los comportamientos impulsivos
como en la piromanía, suicidios violentos y comportamientos agresivos. Moreno,
Saiz-Ruiz, López-Ibor y Aliño (1991) administraron clomipramina intravenosa a
ocho jugadores patológicos (hombres y mujeres), y a ocho controles de la misma
edad y género. En comparación con los controles, los pacientes diagnosticados con
juego patológico mostraron bajos niveles de prolactina y respuestas abruptas ante
la clomipramina una hora después de la infusión. Esto sugeriría una disminución
en la unión del transportador de serotonina en los jugadores patológicos.
Por otro lado, estudios genéticos han revelado que trastornos en el gen que
codifica para el transportador de serotonina podría contribuir en la patogénesis
del juego patológico. Estos estudios reportan una variación significativa del alelo
menos funcional en los jugadores excesivos y no en los controles con los que
fueron comparados (Pérez del Castro, Ibáñez, Saiz-Ruiz, et al., 1999).
138
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
Sistema Noradrenérgico
En diversos estudios se ha sugerido que la noradrenalina (norepinefrina)
central se encuentra implicada en algunas funciones fisiológicas asociadas a
la activación psicofisiológica (arousal) y al control de impulsos. Esta línea
de investigación propone como hipótesis una disfunción noradrenérgica en la
etiopatogenia de la ludopatía, y tiene su base teórica en los estudios sobre el
rasgo “búsqueda de sensaciones” de Zuckerman y el rasgo “extraversión” de
Eysenck, basados ambos en la teoría del “arousal” Un estudio dirigido por Roy,
Adinoff, Roehrich et al. (1988) sugirió que los jugadores patológicos poseen altos
niveles de 3-methoxi-4-hidroxifenylglycol (MHPG), principal metabolito de la
noradrenalina, en el LCR y el plasma; así como altas medidas de noradrenalina y
acido vanililmandélico en la orina. Esto indica que el sistema noradrenérgico, al
afectar la activación psicofisiológica (arousal), puede jugar un rol importante en
la patofisiología del juego patológico.
139
Analucía Alegría y Carlos Blanco
Sistema Dopaminérgico
Se ha encontrado evidencia que sugiere que el sistema de dopamina se
encuentra asociado con los mecanismos de recompensa. Aún cuando Roy,
Adinoff, Roehrich et al. (1988) no encontraron diferencias entre jugadores
patológicos y controles con respecto a los niveles de dopamina en plasma, orina
y LCR, un estudio reciente en el que se compararon diez jugadores patológicos
hombres con siete controles hombres, se observó que los niveles de dopamina
en el LCR se encontraban disminuidos; mientras que el nivel de metabolitos
dopaminérgicos había aumentado en los jugadores patológicos.
EVALUACIÓN
Instrumentos de Exploración – Screening
Existe un gran número de instrumentos que pueden utilizarse como
herramientas de exploración del juego patológico. El instrumento más común para
evaluar problemas con el juego de apuestas, es probablemente, un instrumento de
autoaplicación llamado South Oaks Gambling Screen (SOGS, Leiseur y Blume,
1987) donde aquellos individuos que obtienen una puntuación mayor o igual
a 5, son clasificados como posibles jugadores patológicos. Este instrumento
esta basado en los criterios del DSM-III-R y su validez y confiabilidad son
buenas; mientras que su mayor desventaja radica en el tiempo que demora su
administración. Por lo general, un clínico no puede hacer rutinariamente 20
preguntas para explorar un trastorno.
140
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
Diagnóstico
Cuando se sospecha el diagnóstico de juego patológico luego de la debida
exploración, es necesario confirmar el mismo. Sin embargo, hasta el momento no
se ha estandarizado una manera para hacerlo por lo que muchos clínicos utilizan
los criterios del DSM-IV. Este manual muestra diez criterios, de los cuales el
jugador patológico debe cumplir por lo menos con 5. De esta manera, se creó la
Entrevista Diagnóstica para la Evaluación de Severidad del Juego (Diagnostic
Interview for Gambling Severity, DIGS) (Winters, Specker y Stinchfield, 2002);
dicho instrumento es una entrevista estructurada en la que a través de 19 preguntas,
se intenta determinar si el paciente presenta los criterios diagnósticos de juego
patológico según el DSM-IV.
Los ítems del DIGS son preguntas parafraseadas de los criterios del DSM-
IV para el diagnóstico de juego patológico. La prueba muestra dos ítems por
cada criterio del DSM-IV, a excepción del criterio referente al síndrome de
abstinencia (“¿Se siente usted, intranquilo o irritable después de disminuir o dejar
de apostar?”). Al utilizar los ítems se intenta asegurar que el paciente comprenda
la pregunta y con ello disminuir los falsos negativos. El DIGS ha mostrado tener
niveles adecuados de validez y confiabilidad (Stinchfield, 2003).
Severidad
Una de las mayores dificultades en la evaluación del juego patológico es
que, en contraste con la evaluación de aquellos que abusan de sustancias y en
los que las pruebas de orina proveen un estimado más objetivo del uso reciente
de la droga, la mayor fuente de información del comportamiento del jugador es
el auto reporte. A pesar de que información proveniente de familiares y amigos
generalmente se encuentra disponible, y debe ser siempre buscada con el permiso
141
Analucía Alegría y Carlos Blanco
Un instrumento que puede ser utilizado para evaluar la severidad del trastorno
en el juego patológico es el Índice de Severidad del Juego (ISJ) (Gambling
Severity Index; ASI-G) (Lesieur y Blume, 1991). Esta es una versión modificada
del Índice de Severidad de Adicción (ISA) (Addiction Severity Index, ASI) que
incluye ítems relacionados al desfalco, fraude y delitos concernientes al juego
dentro de una lista de posibles problemas legales. Así mismo, esta entrevista
estructurada incluye un grupo de preguntas sobre las características del juego;
tales como frecuencia, problemas financieros y otros problemas relacionados. A
pesar de la vasta información que se logra obtener a través de este instrumento, el
ISJ ha sido empleado muy pocas veces en estudios clínicos.
142
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
COMORBILIDAD
Como parte esencial de la evaluación del juego patológico, debe investigarse
la posibilidad de un trastorno psiquiátrico comórbido en el paciente que pueda
influir en el curso y severidad del mismo. Varios estudios han demostrado que
el juego patológico es un trastorno con una tasa muy alta de comorbilidad con
otros trastornos psiquiátricos, especialmente trastornos por abuso o dependencia
de sustancias psicoactivas, trastornos del ánimo y el desorden de atención e
hiperactividad (Lesieur y Heineman, 1988; McCormick, Russo, Ramírez, et al.,
1984; Specker, Carlson, Christenson, et al., 1995).
143
Analucía Alegría y Carlos Blanco
no se encuentra claro si es que los trastornos del ánimo son causa o consecuencia
del juego patológico, ya que existen datos que soportan ambas hipótesis (Thorson,
Powell, Hilt, 1994; McCormik, Russo, Ramirez, et al., 1984).
144
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
TRATAMIENTO
Jugadores Anónimos y Gam-Anon
Jugadores Anónimos (JA), un programa de doce pasos diseñado anteriormente
para personas que abusan del uso de alcohol, es probablemente el programa de
intervención para juego patológico más popular. Este enfatiza la necesidad de
confesar públicamente el problema de juego ante un grupo de pares. Su eficacia
como tratamiento único para el juego patológico no ha sido claramente establecida.
Algunos reportes indican una tasa de retención al tratamiento de entre 10 a 30%.
Además, de aquellos que continúan, solo el 8% permanecen abstemios por un año
y solo el 7% por dos años o más (Stewart y Brown, 1988).
Otros dos estudios con veteranos de guerra también apoyan la noción de que
la asistencia a JA, junto con el tratamiento profesional, puede ser un abordaje
eficaz para los jugadores patológicos. Russo, Taber y McCormick et al. (1984)
encuestaron a 60 de 124 sujetos tratados en un programa para pacientes internados
en un hospital (la encuesta enviada por correo no fue devuelta por 64 sujetos).
Dichos pacientes fueron abordados con terapia grupal e individual y, además
asistieron a JA. El 55% de los encuestados reportó abstinencia. En otro estudio
145
Analucía Alegría y Carlos Blanco
Psicoterapia
a) Psicoterapia Psicodinámica
b) Terapia Cognitivo-Conductual
Con el objetivo de lidiar con los deseos de jugar, hacerle frente al “craving”
y aumentar las expectativas de auto eficacia respecto a la capacidad de control,
técnicas de control de estímulos y exposición en vivo con prevención de respuesta
fueron implementadas por los investigadores Echeburua, Báez y Fernández-
Montalvo (1996) para detener la conducta de juego. Los resultados del estudio en
el que compararon los efectos de estas técnicas con técnicas de reestructuración
cognitiva señalaron que las técnicas implementadas eran significativamente
superiores para el logro del cese del juego. Años más tarde el mismo grupo de
investigadores complementó esta técnica con la de prevención de recaídas para
asegurar la abstinencia del juego a largo plazo (Echeburúa, Fernández-Montalvo
y Báez, 2000).
146
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
Por otro lado, Bujold, Ladouceur, Sylvian, et al. (1994) usaron técnicas de
reestructuración cognitiva, entrenamiento en habilidades sociales, solución de
problemas y prevención de recaídas para tratar a tres individuos diagnosticados con
juego patológico. En un periodo de prueba siguiente, 29 pacientes fueron asignados
aleatoriamente a un tratamiento manualizado que incorporaba cuatro estrategias
usadas en el estudio piloto o a una lista de espera en la que mensualmente eran
contactados por un terapeuta. 12 de 14 pacientes que completaron el tratamiento
fueron considerados como respondientes, en comparación con el único caso de
15 en el grupo control. Luego de pasados doce meses, de los pacientes atendidos
con terapia cognitiva conductual, 8 mantuvieron los beneficios de la misma.
147
Analucía Alegría y Carlos Blanco
a cada una de las fases del cambio del paciente, según el modelo de Prochaska y
DiClemente (1982), dentro de una intervención cognitivo conductual, constituye
un camino prometedor en el tratamiento de jugadores patológicos (Wulfert,
Blanchard, Freidenberg y Martell, 2006).
Farmacoterapia
Un sin número de aproximaciones a la psicofamacología han sido utilizadas
y evaluadas en jugadores patológicos.
148
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
149
Analucía Alegría y Carlos Blanco
Antagonistas de opiáceos
En un estudio de caso único se encotró que Naltrexona era efectiva en la
reducción de comportamientos relacionados al juego patológico, así como en la
compra compulsiva. Los beneficios se mantuvieron a lo largo de los nueve meses
de seguimiento (Kim, 1998). Un ensayo clínico no-ciego que incluyó a 30 pacientes
demostró que 16 se mantenían abstemios en la décima semana de seguimiento
(Turon, Salgado, Gonzalez, et al., 1990). El supuesto mecanismo de acción de
los antagonistas de opiáceos sería la inhibición en la liberación de dopamina en
el nucleus acumbens. De esta manera se modulan los caminos que se encuentran
involucrados con la patogénesis de las conductas adictivas. Dos estudios recientes
con Naltrexona fueron conducidos por Kim y sus colegas. Naltrexona resultó en
150
Epidemiología, patofisiología y tratamiento del juego patológico.
una reducción significativa de los niveles de impulsividad por el juego así como
de las conductas de juego luego de seis semanas de tratamiento en 17 pacientes
(Kim y Grant, 2001). Un ensayo doble ciego controlado con Nalextrona de once
semanas, seguido por una semana de placebo demostró altos niveles de eficacia
en tratamiento de juego patológico basados en resultados de 45 pacientes (Kim,
Grant, Adson y Shin, 2001).
151
Analucía Alegría y Carlos Blanco
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Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 159, -185
RESUMEN
Objetivos: Identificar factores de riesgo y protección de la recaída en el abuso
y adicción a las drogas, y desarrollar modelo predictivo para el éxito/fracaso
del tratamiento. Métodos: Estudio de casos-controles en 152 pacientes (75
casos/fracaso y 77 controles/éxitos en el tratamiento), quienes culminaron
tratamiento hospitalario en un centro de salud mental y adicciones. Se analizaron
características demográficas, personales, familiares, antecedentes legales,
consumo de sustancias, relaciones familiares, situación laboral; se utilizó prueba
Chi-cuadrado, Odds Ratio, intervalo de confianza y modelo predictivo de
regresión logística. Resultados: Los casos y controles presentaron características
demográficas similares. Principales factores de riesgo: utilización del tiempo
libre con consumidores, indiferencia afectiva, falta de autoridad, ausencia
de comunicación y no contribuir económicamente al ingreso familiar; los
protectores: motivación personal para el tratamiento, participación en grupos de
apoyo, modelo de autoridad democrático en la familia, comunicación directa y
vínculo afectivo de aceptación. Conclusiones: Las variables predictoras para el
fracaso del tratamiento son abuso de drogas por mejor amigo y falta de actividad
productiva, las predictoras del éxito son modelo de autoridad democrática y
comunicación directa en la familia.
Correspondencia: Mario A. Zapata., Centro de Atención en Salud Mental y Adicciones (CARISMA), Medellín,
Colombia; Carrera 93, No. 34AA-01, teléfono (57-4) 4924000, fax (57-4) 4921576. Correo electrónico: mzapatav@une.
net.co
159
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
ABSTRACT
Purposes: To identify risk and protective factors associated to relapse treatment
and to develop a predictive model for treatment outcomes. Design and
participants: A case-control study, the sample is comprised of 152: 75 cases
referred to as failure (total or partial relapse) and 77 controls known as success
(total or partial abstinence) that had completed treatment at a Colombian mental
health and addiction public centre. Measurements: A bivaried analysis and a
multivaried phase was conducted through a predictive logistic regression model.
Findings: The predictive model showed that outcomes on treatment predictive
variables are: drug abuse by best friend, democratic authority within the family
as risk factors and direct communication and productive occupation as protective.
Conclusions: The most important factors to maintain abstinence and successful
treatment outcomes are family support and productive occupation. Therefore,
treatment programs should emphasize these components in their protocols.
INTRODUCCIÓN
La adicción a sustancias psicoactivas se ha convertido en uno de los
primeros problemas de salud pública para la sociedad actual. Según informe de
las Naciones Unidas (2006), alrededor de 200 millones de personas en el mundo
usaron drogas ilícitas en el último año (UNODC, 2006), situación que plantea
un enorme reto para las autoridades sanitarias en búsqueda de implementar
estrategias y programas eficaces de promoción, prevención y tratamiento, para
los cuales se requieren modelos de atención interdisciplinarios que atiendan la
complejidad del problema (Miller, 1992).
160
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
161
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
entre otros por Montgomery, Miller y Tonigan (1995) y constituyen otro grupo de
factores importantes en el proceso de recuperación.
162
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
MATERIALES Y MÉTODO
El estudio utilizó una metodología de tipo analítica de casos y controles y
fue elaborado en la población con problemas de farmacodependencia atendidos
para su tratamiento en un centro de atención en salud mental y de adicciones
(CARISMA) en Colombia. En la definición de Caso (fracaso en el tratamiento),
se incluyeron los pacientes que recibieron atención en la modalidad de tratamiento
hospitalario y quienes luego del alta hospitalaria por terminación del tratamiento,
presentaron recaída durante los seis meses siguientes a su finalización. Como
Controles (éxito en el tratamiento), se incluyeron los pacientes que recibieron
igual tratamiento, pero luego del alta hospitalaria no presentaron recaídas durante
los seis meses siguientes a su finalización.
163
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
RESULTADOS
Caracterización de la Población
La media de la edad años para el total de la población fue de 31,5±12,1, el
90,8% es del género masculino y el 9,2% del femenino, el promedio general de
años de escolaridad fue de 8,1±3,8 años y los ingresos familiares de la población
fueron en promedio de 1.85 salarios mínimos mensuales colombianos que
equivalen aproximadamente US $300. Se resalta en general que las características
sociodemográficas en los grupos de casos y controles fueron similares sin
diferencias significativas (Tabla 1).
164
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
Tabla 1
Distribución de la población según grupo de estudio y características sociodemográficas.
Casos Controles
Valor p
Variable (n = 75) (n = 77)
Edad
10 a 19 17.3 24.7
20 a 29 30.7 26.0
30 a 39 22.7 16.9
40 a 49 21.3 27.3
50 a 59 6.7 5.2
60 y más 1.3 0.0
Edad (media, SD) 31.6 ± 11.6 31.4 ± 12.7 0.90
Sexo
Hombres 92.0 89.6
Mujeres 8.0 10.4 0.61
Educación
Sin estudio 4.0 1.3
1 a 5 años 26.7 23.4 0.84
6 a 11 años 53.3 62.3
Más de 12 años 16.0 13.0
Educación (media, SD) 8.1 ± 3.9 8.2 ± 3.8
Ingresos familiares (US$) (media, SD) 343 ± 379 343 ± 379 323 ± 249 0.70
165
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
166
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
Tabla 3
Distribución de la población según grupo de estudio y resultados del tratamiento.
Caso Controles
Valor p
Resultado del tratamiento (n = 75) (n = 77)
167
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
Resultados Bivariados
El análisis bivariado de las variables estudiadas y el cual se describe en la
tabla 4, permite señalar cuales de estas variables se comportan como de riesgo o
de protección para la recaída de los pacientes después del tratamiento e identificar
la fuerza de asociación que tiene la ocurrencia de dichas variables con respecto a
la situación en estudio, esto es, éxito o fracaso en el tratamiento.
168
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
Decisión personal para iniciar tratamiento 62.7 77.9 0.48 0.23 0.97 0.04
Presencia de otros diagnósticos en salud mental 36.0 27.3 1.50 0.75 2.98 0.25
Asistencia a grupos de apoyo 6.7 36.4 0.12 0.05 0.35 0.00
Compañía en tiempo libre con consumidores 76.0 6.5 45.60 15.96 130.31 0.00
Modelo de autoridad en la familia
Democrática, consensuado 7.5 81.1 0.02 0.01 0.05 0.00
Autoritario 6.0 8.1 0.72 0.19 2.67 0.75
Permisiva 61.2 9.5 15.09 6.01 37.89 0.00
Ausente 25.4 1.4 24.82 3.20 192.53 0.00
Comunicación en la familia
Directa 23.9 88.0 0.04 0.02 0.10 0.00
Mediante otros 6.0 0.0 2.19 1.83 2.63 0.05
Bloqueada o Ausente 70.1 12.0 17.23 7.21 41.18 0.00
Vínculo afectivo
De Aceptación 17.9 88.0 0.03 0.01 0.07 0.00
De Rechazo 13.4 4.0 3.72 0.96 14.39 0.04
De Sobreprotección 49.3 6.7 13.59 4.87 37.91 0.00
De indiferencia 19.4 1.3 17.81 2.26 140.33 0.00
Sin ocupación 29.7 10.4 3.65 1.50 8.85 0.00
Sin aporte económico 31.9 2.6 17.37 3.92 77.01 0.00
Modelo Predictivo
En el análisis multivariado con los factores de riesgo y de protección
identificados (ver Tabla 5), se encontró como resultado en un modelo predictivo,
que la probabilidad de recaídas en el tratamiento para pacientes con problemas de
adicción a drogas, depende principalmente de las siguientes cuatro variables: dos
de riesgo, el consumo de drogas por el mejor amigo y no tener actividad laboral u
ocupacional productiva y dos variables de protección, el ejercicio de una autoridad
democrática no impositiva y la comunicación directa en la familia.
169
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
Tabla 5
Variables que predicen el resultado en el tratamiento.
IC95% Exp(B)
Variable B S.E. Wald gl Signif. Exp(B)
Inf. Sup.
Consumo por mejor amigo 3.641 1.019 12.780 1 0.000 38.131 5.180 280.698
Sin Actividad productiva 3.191 1.555 4.213 1 0.40 24.311 1.155 511.852
Autoridad democrática -2.998 1.086 7.627 1 0.006 0.050 0.006 0.419
Comunicación directa -2.570 0.960 7.160 1 0.007 0.077 0.012 0.503
Constante 0.580 0.749 0.600 1 0.439 1.786
Discusión
La complejidad del problema del abuso y adición a las drogas, obliga a
los servicios asistenciales que trabajan en el tema, a redoblar sus esfuerzos en
búsqueda de encontrar mejores prácticas basadas en la evidencia y en experiencias
exitosas, para intentar mejorar los indicadores de éxito en el tratamiento. Con
este propósito, los resultados presentados en este estudio, permiten conocer la
interrelación de variables importantes y que generan como resultado el éxito o
el fracaso en el tratamiento de pacientes farmacodependientes de una población
específica. Estos resultados pueden ser útiles para guiar las atenciones que se
realizan en el tema.
170
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
171
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
Con respecto a los resultados del tratamiento, vale la pena traer a discusión,
la generalización que existe del concepto sobre los pobres resultados que en
general se pueden tener para disminuir o suspender la dependencia a las drogas
(McLellan y cols., 1992 y O´Brien y McLellan, 1996). De otra parte existe
consenso que los resultados del tratamiento no sólo pueden ser vistos como la
abstinencia, tal y como lo señala Miller (1996), sino que debe tenerse en cuenta
la recuperación de las relaciones familiares y sociales del individuo y la puesta en
marcha de actitudes de responsabilidad y de búsqueda de objetivos de vida.
172
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
173
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
Agradecimientos
Especial agradecimiento a Carisma “Centro de Atención en Salud Mental y
Adicciones” (Departamento de Antioquia – Colombia) y a su grupo de funcionarios
y pacientes quienes permitieron y facilitaron el desarrollo de la investigación.
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178
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
ANEXO
ENCUESTA SOBRE FACTORES PREDICTIVOS PARA EL RESULTADO
DEL TRATAMIENTO EN EL PACIENTE FARMACODEPENDIENTE
Instrucciones para llenar correctamente este formulario.
• Llenar completamente el óvalo, de acuerdo con el ejemplo debajo.
• Si se comete un error al responder coloque una “X” sobre la respuesta
incorrecta.
• Por favor no rayes el formulario con marcas diferentes a las necesarias.
• Escriba los números dentro de las casillas.
Marca Correcta Números correctos
1 2 3
A. DATOS REFERIDOS A LA IDENTIFICACIÓN
1. Nombre completo:
___________________________________________________________
5. Municipio: __________________________________________________
179
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
10. Cuantas veces había sido privado de la libertad por problemas con la justicia
(si no ha sido arrestado, marque 00)?
180
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
23. ¿En cuantos grupos de apoyo terapéutico participó en los 6 meses siguientes
al egreso del último tratamiento hospitalario? (escriba en el recuadro el
número correspondiente, 00 ninguna):
181
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
26. ¿Cual fue la edad de inicio para el consumo de alcohol? (escriba en el recuadro
al frente el número de años cumplidos, 00 si no consume alcohol):
27. ¿Cual fue la edad de inicio para el consumo de otras drogas (escriba en
el recuadro al frente el número de años cumplidos, 00 si no consume
drogas):
28. Droga principal (de mayor consumo) en el inicio del consumo de sustancias
psicoactivas: (marque solo una)
1. Alcohol 2. Marihuana
3. Pasta básica de Coca o Basuco 4. Cocaína
5. Benzodiacepinas 6. Heroína
7. Anfetaminas 8. Inhalantes
9. Hongos
29. Numero de años que el paciente consumió drogas antes del último tratamiento
hospitalario. (escriba en el recuadro el número correspondiente, codifique
01 para períodos menores de 1 año)
30. Droga principal (de mayor consumo) antes del último tratamiento
hospitalario: (marque solo una)
a. Alcohol b. Marihuana
c. Pasta básica de Coca o Basuco d. Cocaína
e. Benzodiacepinas f. Heroína
g. Anfetaminas h. Inhalantes
i. Hongos
31. ¿Como ha sido el consumo de drogas durante los 6 meses siguientes al egreso
del último tratamiento hospitalario?:
1. Dejó totalmente las drogas durante este período (Abstinente Total)
2. Presentó 3 o menos consumos puntuales SIN disfunción familiar, social,
laboral o educativa (Abstinente Parcial)
3. Presentó 3 o menos consumos puntuales y por lo menos en uno de ellos
disfunción familiar, social, laboral o educativa (Recaída Parcial)
4. Consumos y situaciones que superan el numeral anterior (Recaída Total)
182
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
33. ¿Con quién convivió principalmente el paciente luego del alta y seis meses
después del último tratamiento hospitalario?:
1. En familia de origen
2. En familia nuclear
3. En familia extensa
4. En familia monoparental(padre)
5. En familia monoparental(madre)
6. En familia simultánea
7. En familia fraternal
8. En familia ampliada-extendida
9. En familia mixta
10. Con pareja heterosexual sin hijo(s)
11. Con pareja homosexual
12. Con amigo(s)
13. Ambiente institucional controlado
14. Sólo
34. ¿Con quién pasa la mayor parte del tiempo libre luego del alta y seis meses
después del último tratamiento hospitalario?:
1. Familia 2. Familiares consumidores
3. Amigo(a)s consumidores 4. Amigo(a)s no consumidore
5. Solo
35. La autoridad en la familia, luego del alta del último tratamiento hospitalario
de predominio es de predominio:
1. Democrática 2. Autoritario
3. Permisiva 4. Ausente
5. No vive con familia
183
Mario A. Zapata y Angela M. Segura
37. El vínculo afectivo en el núcleo familiar luego del alta del último tratamiento
hospitalario, es de predominio:
1. De aceptación 2. De rechazo
3. De sobreprotección 4. De indiferencia
5. No vive con familia
38. Patrones usuales de ocupación durante los 6 meses luego del alta del último
tratamiento hospitalario:
1. Ama de Casa 2. Tiempo completo (48h/sem)
3. Medio tiempo (24h/sem) 4. Ocupación Temporal (hs irre/día)
5. Estudiante 6. Estudia y trabaja
7. Servicio militar 8. Invalidez/jubilado
9. Desempleo/sin actividad 10. Ambiente institucional controlado
184
Factores predictivos para el resultado del tratamiento en pacientes farmacodependientes.
Firma: __________________________________________________________
185
Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 187, -211
RESUMEN
El ‘Treatment Perceptions Questionnaire (TPQ)’ es una escala breve y
autoadministrada cuyo propósito es la valoración de la satisfacción de usuarios de
drogas respecto al programa de tratamiento en el que son asistidos. El objetivo del
estudio es analizar la consistencia interna y la fiabilidad de la versión española de
esta escala, así como su validez de constructo. Para ello se ha aplicado el TPQ a
100 usuarios de un Centro de Tratamiento de Drogodependencias. Los resultados,
registrados y codificados según los algoritmos originales, fueron sometidos a
un análisis factorial de componentes principales resultando tres factores que en
Estudio financiado por la Dirección de Drogodependencias de Gobierno Vasco dentro del programa de Ayuda a la
Investigación en Materia de Drogodependencias (INV-200400/0002).
Correspondencia: Ioseba Iraurgi Castillo. Módulo de Asistencia Psicosocial de Rekalde. Camilo Villabaso 24 lonja.
48002 Bilbao. e-mail: iraurgi@telefonica.net
187
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
Summary
The Treatment Perceptions Questionnaire’ (TPQ) is a brief, self-administered
scale designed to measure the drug users satisfaction with regard to the treatment
program they are undergoing. The aim of this work is to analyse the internal
consistency and reliability of the Spanish version of the TPQ, as well as the
construct validity. A sample group of one hundred heroin users diagnosed of
opium dependence, treated in a Drugs Treatment Centre, was evaluated with
TPQ. The results, registered and coded according to the original algorithms,
were subjected to a principal components factor analysis (PCFA) with varimax
rotation. The PCFA revealed a three factors solution stating 58.6% of the
Explained Variance (EV). The first factor, named ‘ readiness and trust in the
treatment team’, assumed 33.4% EV and presented a Cronbach coefficient (α)
of 0.62 and a Intraclass Correlation Coefficient (ICC) of 0.80. The second factor,
with 13.9% of EV, refers to ‘trust and satisfaction with the treatment team and
program’, presents a α= 0.71 and an ICC= 0.85. Lastly, the third factor, with
an 11.2% of EV (α= 0.56 and ICC= 0.81) groups together items which relate
to ‘information reception and motivation for the treatment’. These results don’t
confirm the scope found by the TPQ authors, raising the issue about satisfaction
with the treatment which must be contemplated and valued from a wider number
of areas involved in such process.
188
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
INTRODUCCIÓN
La calidad constituye una herramienta de gestión que tiende a una nueva
forma de relación usuario-proveedor del servicio basada en la confianza del
primero hacia el segundo, satisfaciendo, así mismo, tanto las necesidades y las
expectativas de los usuarios como las del propio proveedor (Galgano, 1993;
Zeithaml, Parasuraman, Berry y Leonard, 1993; James, 1997). Hoy en día existe
un interés cada vez mayor por la calidad en el sector socio-sanitario que implica a
todos los afectados: clientes, profesionales clínicos y gestores de servicios.
189
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
Son pocos los medios de participación que en este aspecto utilizan los
servicios sanitarios. Para conocer aquello que quieren los usuarios se dispone,
básicamente, de las reclamaciones y de las encuestas de satisfacción. A este
respecto, la información sobre la percepción del usuario puede obtenerse
preguntándole mediante encuestas de valoración de servicios, las cuales
comienzan a generalizarse en el sector socio-sanitario durante los últimos años.
Por otra parte, la satisfacción que manifiesta el individuo respecto al tratamiento
puede considerarse como un factor que modera el éxito del mismo, ya que es
razonable esperar que los usuarios que no estén satisfechos puedan abandonar
prematuramente o responder a las expectativas de modo diferente (Pascoe,
1983).
190
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
MÉTODO
Ubicación
El estudio se ha desarrollado en el Centro de Tratamiento de Toxicomanías
de Álava, España (CTT). Éste es un dispositivo sanitario público dedicado a la
atención de usuarios diagnosticados de Trastornos por Abuso de Sustancias no
alcohólicas en régimen ambulatorio.
Diseño y procedimiento
Se ha utilizado un diseño descriptivo de corte transversal en dos fases
utilizando métodos de autoinforme (cuestionario) para valorar la satisfacción
con el programa. En la primera fase se valoraba la satisfacción de los usuarios
mediante la aplicación del TPQ en su formato original (Iraurgi et al, 2004); en
la segunda fase, la valoración de la satisfacción se realizaba mediante el mismo
instrumento pero positivizando los ítems enunciados de forma negativa en el
original, es decir, formulando los ítems enunciados en la versión original de
forma negativa a positiva.
Muestra(s)
Se han utilizado dos muestras en función de la fase de estudio. La muestra
‘A’ quedó constituida por 100 usuarios del CTT que cumplimentaron el TPQ
original. La muestra ‘B’, formada por 125 sujetos, también en tratamiento en el
CTT, respondieron a la versión adaptada del TPQ.
Procedimiento
El único criterio para participar en el estudio fue que los usuarios llevasen
en el programa un mínimo de 15 días, para facilitar que los pacientes tuvieran un
conocimiento mínimo respecto al funcionamiento de su programa de tratamiento.
Dos monitores del centro se ocuparon de solicitar la participación, entregar el
cuestionario y trasmitir las pautas de cumplimentación. Todos los participantes
fueron informados de que se procedía a conocer cuál era su opinión respecto a la
atención y características del centro y que se trataba de un cuestionario anónimo.
La entrega de cuestionarios se realizó sistemáticamente hasta conseguir una
191
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
Instrumento
El ‘Treatment Perceptions Questionnaire’ (TPQ), desarrollado por el
grupo de Marsden en 1998 (Marsden et al, 2000), es un cuestionario destinado a
población en tratamiento por adicción a drogas diseñado para medir la satisfacción
del usuario respecto a su proceso terapéutico.
192
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
Tabla 1
Reformulación de los enunciados de los ítems negativos del TPQ.
Enunciados Formato Original Enunciados Formato Adaptado
Análisis
Para la descripción de las características de la muestra y de los indicadores
de satisfacción se utilizaron la frecuencia (n) y los porcentajes (%) y/o los
estadísticos de tendencia central (media -M- y desviación estándar -DE-). El
contraste de diferencias entre las variables de caracterización de las muestras
se ha realizado a través de pruebas de Ji cuadrado para variables categoriales y
análisis de varianza en el caso de variables cuantitativas.
193
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
coeficiente alfa ha sido calculado tanto para las distintas dimensiones teóricas
del TPQ, para la escala total, así como para las posibles dimensiones factoriales
encontradas en el estudio.
194
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
RESULTADOS
Descripción de las muestras
En la Tabla 2 y 3 se presentan las variables de caracterización de ambas
muestras y la prueba de contraste de diferencias entre ambas. En ninguna de
195
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
Edad – Media 32.44 (6.01) 32.95 (6.49) 32.03 (5.61) F(1,223)= 1.29 0.256
(Desviación Estándar)
n ( %) n (%) n (%)
Sexo
Hombre 174 (77.3%) 77 (77.0%) 97 (77.6%) X2= 0.01 0.914
Mujer 51 (22.7%) 23 (23.0%) 28 (22.4%)
Estado Civil
Soltero/a 130 (57.8%) 57 (57.0%) 73 (58.4%) X2= 1.85 0.761
Casado/a 36 (16.0%) 14 (14.0%) 22 (17.6%)
Convive en pareja 36 (16.0%) 16 (16.0%) 20 (16.0%)
Separado, Divorciado/a 18 ( 8.0%) 10 (10.0%) 8 (6.4%)
Viudo/a 5 ( 2.2%) 3 (3.0%) 2 (1.6%)
Estudios
Sin estudios 8 ( 3.6%) 4 (4.0%) 4 ( 3.3%) X2= 1.63 0.897
Primarios - EGB 46 (20.9%) 20 (20.0%) 26 (21.1%)
Bach. Elem. - Gr. Esc. 84 (38.2%) 40 (40.0%) 44 (35.8%)
Bach. sup.- BUP - COU 48 (21.8%) 30 (30.0%) 27 (12.0%)
196
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
Situación Laboral
6 meses o más 101 (48.1%) 46 (46.0%) 55 (47.0%) X2= 1.10 0.993
menos 6 meses 20 ( 9.5%) 8 (8.0%) 12 (10.3%)
paro 25 (11.4%) 11 (11.0%) 14 (12.0%)
Estudiante 9 ( 4.3%) 3 (3.0%) 6 ( 5.1%)
Pensionista 30 (14.3%) 13 (13.0%) 17 (14.5%)
Jubilado 3 ( 1.4%) 1 (1.0%) 2 ( 1.7%)
Labores del hogar 4 ( 1.9%) 2 (2.0%) 2 ( 1.7%)
Otros 18 ( 9.0%) 9 (9.0%) 9 ( 7.7%)
Problemas Judiciales
Sí 75 (36.6%) 34 (34.0%) 41 (36.0%) X2= 0.04 0.836
No 130 (63.4%) 57 (57.0%) 73 (64.0%)
Tabla 3
Variables de historia toxicológica y de tratamiento.
Total Muestra ‘A’ Muestra ‘B’ Prueba de p
(n= 225) (n= 100) (n= 125) Contraste
Meses en el
Programa (n=184)
Media 25.6 (27.6) 27,8 (32.0) 23.9 (23.3) F(1,182)= 0.86 0.353
(Desviación Estándar
Rango 1 a 156 1 a 156 1 a 99
No contestan 41 20 21
197
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
Ítems: 1) El equipo no siempre ha comprendido la clase de ayuda que yo quiero; 2) He sido bien informado acerca de las
decisiones tomadas sobre mi tratamiento; 3) El equipo y yo hemos tenido ideas diferentes acerca de cuáles deberían ser los
objetivos de mi tratamiento; 4) Siempre ha habido un miembro del equipo disponible cuando yo he querido hablar; 5) El equipo
me ha ayuda a motivarme para solucionar mis problemas; 6) No me han gustado todas las sesiones de tratamiento a las que
he asistido; 7) No he tenido tiempo suficiente para solucionar mis problemas; 8) Yo pienso que los miembros del equipo han
sido buenos en sus tareas; 9) He recibido la ayuda que buscaba; 10) No me han gustado algunas de las reglas y normas del
tratamiento.
198
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
Fiabilidad
En la Tabla 5, se presenta el análisis de las propiedades de los ítems respecto
al conjunto de dimensiones que componen el TPQ, en su versión original (muestra
A) y adaptada (muestra B). En concreto, se analiza la homogeneidad corregida de
los ítems y el coeficiente alpha que alcanzaría la escala en el caso de excluir dicho
ítem, tanto para cada una de las dimensiones (dos primeras columnas) como para
la escala total (3ª y 4ª columna); en la quinta columna de la tabla se presenta en
coeficiente de fiabilidad alpha de Cronbach (α) para cada una de las subescalas
y escala total.
Tabla 5
Índices de Homogeneidad corregidos y Coeficientes de fiabilidad (α de Cronbach) de las
Dimensiones y Componentes del TPQ.
Índices para las dimensiones Índices para la escala total
Equipo 0.84
Ítem 1 0.72 0.79 0.73 0.87
Ítem 3 0.48 0.84 0.57 0.88
Ítem 4 0.67 0.81 0.64 0.88
Ítem 5 0.68 0.80 0.74 0.87
Ítem 8 0.72 0.80 0,70 0.88
Programa 0.78
Ítem 2 0.59 0.74 0.56 0.88
Ítem 6 0.68 0.70 0.71 0.87
Ítem 7 0.43 0.79 0.46 0.89
Ítem 9 0.61 0.73 0.74 0.87
Ítem 10 0.56 0.74 0.64 0.88
Total 0.89
Ítems: 1) El equipo siempre ha comprendido la clase de ayuda que yo quiero; 2) He sido bien informado acerca de las decisiones
tomadas sobre mi tratamiento; 3) El equipo y yo hemos tenido ideas similares acerca de cuáles deberían ser los objetivos de mi
tratamiento; 4) Siempre ha habido un miembro del equipo disponible cuando yo he querido hablar; 5) El equipo me ha ayuda
a motivarme para solucionar mis problemas; 6) Me han gustado todas las sesiones de tratamiento a las que he asistido; 7) He
tenido tiempo suficiente para solucionar mis problemas; 8) Yo pienso que los miembros del equipo han sido buenos en sus
tareas; 9) He recibido la ayuda que buscaba; 10) Me han gustado algunas de las reglas y normas del tratamiento.
199
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
200
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
201
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
Figura 1
Análisis factorial confirmatorio por ecuaciones estructurales del TPQ.
Parámetros estandarizados estimados para el modelo Uni y Bidimensional
Modelo 0.73 0.75 0.74 0.80 0.61 0.69 0.82 0.66 0.69 0.71
Bidimensional V1 V3 V4 V5 V8 V2 V6 V7 V9 V10
Índices de Bondad de Ajuste
0.68* 0.76* 0.67* 0.69* 0.79* 0.73* 0.61* 0.81* 0.72* 0.70*
χ2(gl) = 58.13 (35) ; p< 0.001
χ2/gl =1.66
GFI= 0.93
RMR= 0.10
Satisfacción con Satisfacción con
NFI= 0.88
el Equipo el Programa
NNFI= 0.97
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio ha sido verificar la idoneidad del TPQ en su
versión adaptada, para reproducir los modelos teóricos propuestos por los
autores del instrumento de la existencia de un factor global de satisfacción con el
tratamiento (modelo unidimensional) o dos factores referidos uno a la satisfacción
con el programa y otro a la satisfacción con el equipo (modelo bidimensional).
Los análisis de las características psicométricas del TPQ han mostrado resultados
favorables para apoyar el formato adaptado utilizado.
Son varios los resultados que permiten asumir esta conclusión. Por una
parte, podría plantearse la posibilidad de variabilidad de respuesta al instrumento
cuando es aplicado en poblaciones diferentes, y que las diferencias en las
características psicométricas que ofrece pudieran ser debidas a características
202
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
Por otra parte, también podría plantearse que, en promedio, una muestra
estuviese más satisfecha que la otra y por tanto sus respuestas al TPQ diferirían
entre sí. De ser esto cierto, las diferencias se percibirían en todos los ítems que
componen el instrumento. Como hemos podido comprobar, las diferencias de
respuesta entre las muestras aparecen de forma significativa en cuatro de los
cinco ítems enunciados de forma negativa en la escala original y reformulado en
la escala adaptada. Ninguno de los ítems con formulación positiva en el formato
original, que se mantienen de igual modo en el adaptado, ha mostrado diferencias
estadísticamente significativas. Es decir, los ítems con enunciado positivo son
respondidos de igual modo en una muestra que en otra, no así los que han sido
reformulados. En general, en la versión adaptada las medias de los ítems tienden
a ser más homogéneas entre sí que entre los que conforman la versión original.
Por tanto, lo que marca la diferencia a la hora de estimar las puntuaciones medias
del TPQ son los ítems enunciados negativamente no así los positivos.
203
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
formato adaptado, tanto para la escala global (α= 0.89) como para las dimensiones
(α= 0.78 y 0.84), ha de ser considerada como satisfactoria y nos informa de la
homogeneidad entre los elementos que componen el TPQ. Psicométricamente,
es una prueba axiomática de una mayor idoneidad de la versión adaptada sobre
la original.
204
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
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208
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
ANEXO
CUESTIONARIO SOBRE PERCEPCIONES DEL TRATAMIENTO
El presente cuestionario trata de conocer su satisfacción con la asistencia que
se le presta en este Centro. Le agradeceríamos contestase a las preguntas que
se le formulan en las páginas siguientes con la mayor sinceridad posible. El
cuestionario es anónimo y confidencial y nos ayudaría a mejorar nuestro servicio.
Una vez contestado, tan solo le llevará cinco minutos, lo puede depositar en el
buzón habilitado para tal fin.
209
Juan Manuel Jiménez-Lerma, Ioseba Iraurgi, Miguel Landabaso y Igone Zubizarreta
b. ¿Por qué persona de este servicio considera Ud. que ha sido mejor
atendido?:
........................................................................................................................
c. Si tuviera que valorar de cero (0) a diez (10) el programa sanitario que usted
recibe, que puntuación le daría:
......................................................................................................................
e. Por favor, escriba en el recuadro que sigue cualquier comentario que quiera
hacernos llegar, acerca del tratamiento que Ud. ha recibido en nuestro
servicio. Estamos muy interesados en su opinión sobre el programa para así
poder mejorar la atención prestada.
210
Valoración de la satisfacción con el tratamiento en drogodependencias. Validación estructural
del “Treatment perceptions questionnaire (TPQ)”.
CENTRO DE ATENCIÓN:
________________________________________________________________
(Naltrexona, …)
¿Cuánto tiempo lleva en tratamiento en ese programa? _____ meses ______ años
¿En qué año realizó su primer tratamiento por su problema con las drogas?
_____________________________________________________________
211
Revista Peruana de Drogodependencias – VOL. 5, Nº. 213, -241
RESUMEN
En el presente artículo, tratamos de completar lo planteado en otro anterior sobre
la educación social en el tratamiento de drogodependencias, ofreciendo de manera
desarrollada un análisis de la realización práctica de la disciplina socioeducativa
en este ámbito. Para ello, se plantea inicialmente un análisis que parte de aspectos
generales, para profundizar, de manera específica, en las características de la
actuación individual de carácter socioeducativo con el sujeto drogodependiente,
en la que el concepto de proceso tiene una importancia central. A continuación, se
señalan los rasgos definitorios de la labor realizada por el educador social cuando
el trabajo se dirige a grupos, seleccionando las claves pedagógicas y didácticas
de mayor importancia: valores a suscitar, objetivos generales, contenidos, y
la metodología que más se ajusta a la educación no formal. Seguidamente, se
recogen elementos de valor para el abordaje práctico de la labor socioeducativa en
un contexto comunitario, haciendo especial hincapié en la idea de que el terreno
de lo cotidiano es el espacio natural para el educador social. En la parte final del
artículo, se traza de manera breve un perfil del profesional de la educación social,
213
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
ABSTRACT
In the present paper, we try to complete questions raised in a previous paper
about social education in the treatment of drug-addiction, developing an analysis
of the practical application of the socioeducative discipline in this scope. For this
purpose, we start making an analysis of general aspects, to deepen later in the
features of the socioeducative individuzal work with the addict subject, in which
the concept of process has a central importance. Next, the distinctive characteristics
of social educators’ work with groups are indicated, selecting the pedagogical
and didactic keys of a greater importance: values, general objectives, contents,
and the methodology that adjusts in a better way to nonformal education. Next,
valuable elements are signaled for a practical approach of the socioeducative
work in a community context, with special emphasis in the idea that daily life
is the natural space for the social educator. In the final part of the paper, we try
to stablish a brief profile of the professional of the social education, his or her
personal characteristics and formation and trainig required for the practice of the
profession in the field of drug addiction.
INTRODUCCIÓN
ASPECTOS GENERALES SOBRE LA EDUCACIÓN SOCIAL EN
DROGODEPENDENCIAS
En un trabajo anterior (Olivar, 2005), se desarrollaba una extensa justificación
sobre el papel que la Educación Social juega en el tratamiento de los problemas
asociados al consumo de drogas; se planteaba una caracterización de la profesión
de manera general, sus ejes generales de actuación, y se la enmarcaba dentro
de un modelo de actuación potenciador, frente a una perspectiva asistencialista
214
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
Gráfico 1
Estructura de la educación formal, no formal e informal, según Sarramona (1992).
Educación
Formal
Eje Y
Educación
Informal
Educación
No Formal
Eje X
215
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
216
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
217
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
Funciones singulares:
- Transmisión, desarrollo y promoción de la cultura
- Generación de redes sociales, contextos, procesos y recursos educativos y
sociales
- Mediación social, cultural y educativa
Funciones compartidas:
- Conocimiento y análisis de los contextos sociales y educativos
- Diseño, implementación y evaluación de programas y proyectos educativos
- Gestión, dirección, coordinación y organización de instituciones y recursos
educativos
218
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
Escucha activa
Escuchar los sentimientos
Resumir
Hacer preguntas
Ser positivo y recompensante
Dar información útil
Ayudar a pensar
Elegir el momento y lugar adecuado y preparar la situación
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Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
220
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
y relacional, de poder darse el contacto, será para el educador social una fuente
de información relevante para conocer al sujeto: no sólo por romper con una
posible manipulación, sino también por conocer la situación general tal y como
es vivida por su entorno, para detectar presiones, inquietudes y malestares que
puedan socavar la actuación futura del educador social y que convenga prever
con antelación.
CONCEPTO DE PROCESO
Se hace necesario entender el término “proceso” como una sucesión de
fases, como una labor extendida en el tiempo, muy relacionada con lo que Funes
(1990) planteaba respecto a la adolescencia: un camino repleto de idas y venidas,
de avances y retrocesos, de crisis y cambios. En el que para el educador social
es tan importante el ir definiendo un final como el dar los pasos adecuados en
cada momento del camino. Por otro lado, es importante precisar que la duración
de estas fases no es igual en todos los sujetos ni relaciones, y que está sujeta a
variables muy diversas.
En esta primera fase, el educador social debe tender más hacia la aceptación
incondicional del otro (Rogers, 1987), a poner en marcha los procesos de empatía
221
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
sin juicios de valor y sin prejuicios, asumiendo que el otro es como es, y que
interpreta la realidad y el mundo que le rodea de una determinada manera: es
esto y no otra cosa lo que el educador social habrá de entender. Las estrategias
más adecuadas en esta fase serán la escucha activa, la formulación de preguntas
sin juicios de valor (ya sean explícitos o implícitos), la recogida paciente de
información, la facilitación de opciones sin que se ejerza ningún tipo de presión
en un sentido u otro. Digamos que la relación en esta fase estaría marcada por una
tendencia a la horizontalidad que promueva una paulatina cercanía.
Esta fase estará más dedicada a que tanto el educador social como el sujeto
se vayan conociendo, de forma progresiva, para facilitar que ambos sepan qué
pueden esperar del otro. En este momento, el educador social mostrará confianza
en lo que el sujeto dice, escuchará cómo lo cuenta, formulará preguntas que
permitan aclaraciones, e irá buscando que el sujeto le perciba como alguien
interesado no sólo en él, sino también en la perspectiva que tiene sobre el mundo,
alguien que trata de apoyarle y ayudarle; es importante no tanto conocer su
devenir vital en términos de datos objetivos, sino su vida como ha sido vivida:
como decía Vega (2000), debemos ser capaces de ahondar en las realidades de
sentido común, en lo superficial, con el fin de configurar sus futuras experiencias
cotidianas. En esta fase es importante que el educador social consiga fomentar
en el sujeto la sensación de estar a gusto con la relación, y la de posibilidad de
trabajo conjunto y compartido. Y, en ella, la tendencia del educador social ha
de ser la de ir alcanzando una posición diagonal de mayor cercanía. Es éste el
momento en que el educador social ha de realizar su valoración del caso: una
vez recogidas las informaciones que mejor ayudan a conocer a la persona y sus
relaciones con el entorno, procederá a un establecimiento de objetivos iniciales
(que, en la medida de lo posible, deberán ser consensuados con el educando),
una secuenciación de los mismos y a planificar, en definitiva, lo que serán las
siguientes fases del proceso educativo.
La tercera fase se caracterizaría por una posición más activa del educador
social: en ella debe fomentar el alcance de acuerdos y pequeños compromisos
concretos, el análisis conjunto de situaciones y toma de decisiones, la oferta de
alternativas y el ajuste de expectativas compartidas, transmitir información sobre
lo socialmente adecuado, y poner en marcha refuerzos y críticas basadas en la
222
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
5) Despegue y separación
223
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
224
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
225
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
a grupos, sino conseguir que éstos se eduquen, tanto entre ellos como a partir
de las acciones socioeducativas que ponga en marcha el propio educador. No
podemos olvidar que lo que son déficits en algunos miembros del grupo pueden
ser capacidades y habilidades en otros, por lo que la labor del educador estará
orientada a facilitar la interacción y el aprendizaje por el modelado de los iguales;
al igual que apostamos por una consideración realista del sujeto desde una
perspectiva antropológica, consideramos que es necesaria una visión polimórfica
de los grupos, no sólo teniendo en cuenta la diversidad (porque frecuentemente
se observa la heterogeneidad como un hándicap), sino potenciando que dicha
diversidad sea un elemento que promueva el cambio en el grupo, a través de la
observación y la interacción.
226
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
227
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
228
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
METODOLOGÍA
Entendemos que la metodología más apropiada para el desarrollo de este
tipo de actividades ha de estar basada en el enfoque constructivista, siendo de
especial interés la caracterización que algunos autores (Coll, Martín, Mauri, Miras,
Onrubia, Solé, y Zabala, 1993) plantean y que, en la medida de las posibilidades,
ha de generalizarse a todas las actuaciones:
• Partir de los conocimientos previos: tener en cuenta qué conoce cada sujeto
respecto al contenido de la actividad puede facilitar su incorporación como
referente para otros, adaptar los contenidos de manera más adecuada, etc.
229
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
230
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
gestión de conflictos, mientras que dentro del segundo incluyen aspectos como el
peso del grupo, de los grupos, en la acción educativa, a la importancia de espacios
para la participación, para “dar la palabra” a los que toman parte en la acción
educativa y a la propuesta y animación de actividades.
Por otra parte, describen cuatro dimensiones básicas que resultan aplicables
en el contexto del que hablamos:
231
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
aspecto tan esencial de nuestra tarea. Porque el educador social es una figura de
especial relevancia en el ámbito cotidiano: es en él donde ofrece sus máximas
prestaciones.
“Las personas, los espacios, el tiempo, los objetos que se viven cada día
configuran una trama que, potencialmente, ofrece a cada uno el sentimiento de
seguridad y relajación que se originan en el hecho de saber que es aceptado –
querido-, que sus necesidades están cubiertas, que es capaz de dar respuesta a
lo que los demás esperan de él, y que va encontrando su propia forma de actuar
en la realidad, poseyendo un dominio básico sobre ella y pudiendo contribuir a
modificarla” (French y Martinell, 1994).
Para ellos, se hace necesario tener una visión general, saber contemplar la
base global sobre la que se sostiene la vida del grupo, saber ver todo el conjunto,
compuesto de momentos y situaciones que configuran un marco de experiencia y
que conforman, en su globalidad, la virtualidad de la educación. Más adelante, y
como resumen señalan que:
“Lo que pretendemos explicar es que la cotidianeidad puede ser una manera
de ganar autonomía y de disfrutar de un cierto bienestar; en el fondo, una forma
de estructuración constante e insensible de la personalidad. O puede ser una
manera de acostumbrarse a sentirse perdido, a experimentar malestar y a no
obtener ninguna referencia útil para estructurar una forma propia de presencia en
la realidad y de actuación en esta”
232
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
(Olivar, 2000), dado que ofrece pistas sobre la realidad cotidiana con la que
trabajan y una visión de mayor profundidad que la que permite la dinámica de
trabajo habitual.
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Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
que éste ya le identifica como alguien que forma parte de su realidad cotidiana, y
se expresa de manera más natural y espontánea.
234
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
Características
Valverde (2002) propone una serie de características que debe poseer el
educador para la actuación individual en el ámbito de los centros de reforma y
que ya recuperamos en una obra dirigida a los mediadores sociales en prevención
de drogodependencias (Ayuntamiento de Madrid, 2007). Estas características,
sin embargo, pueden ser extensibles a otros ámbitos, como el trabajo de los
educadores sociales en el tratamiento de drogodependencias, adaptando su
significado a esta labor. Son las siguientes:
• Madurez: entendida como la capacidad del educador social para dar respuesta
a las situaciones desde una perspectiva amplia, sin caer en un exceso de
afectividad en la vivencia de la relación educativa.
235
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
FORMACIÓN DE BASE
Ya se planteaban en el anterior artículo los contenidos que se impartían
dentro de una Diplomatura de Educación Social; en este sentido, resulta necesario
precisar que hay tres grandes campos en los que la formación de base debe
incidir:
• El conocimiento del individuo: para ello, todas las materias relacionadas con
la Psicología, desde los elementos biológicos (Psicobiología de la Educación)
hasta los sociales (Psicología Social), pasando por la forma de aprender
(Procesos Psicológicos Básicos), la evolución del ser humano y su relación
con la educación (Psicología Evolutiva) y los problemas psicológicos y
trastornos psiquiátricos (Psicopatología). La Antropología de la Educación
236
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
también podría incluirse dentro de este apartado, dado que está orientada
hacia un conocimiento en profundidad de los individuos susceptibles de ser
educados (en este caso, los drogodependientes).
FORMACIÓN COMPLEMENTARIA
Pero, si nos centramos en el ámbito de las drogodependencias, hemos
de señalar algunos elementos que pueden contribuir a facilitar la formación
complementaria del educador social en este campo:
237
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
A MODO DE CONCLUSIÓN
A lo largo de las páginas de este artículo, hemos tratado de trasladar una
visión general del trabajo práctico del educador social en el ámbito de las
drogodependencias: resulta indudable que muchas de nuestras aportaciones
pueden ser aplicadas con mayor o menor facilidad en diversos contextos, pero
que no todo es adaptable a todos los lugares. Confiamos en que este artículo, al
menos, haya servido para ampliar el conocimiento que de nuestra labor tienen
otros profesionales que trabajan en drogodependencias, y para que los educadores
sociales que desarrollan su trabajo en este ámbito puedan contar con una referencia
orientadora para su labor.
238
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
REFERENCIAS
Aguilar, I. (coord.) (1995). El educador social y las drogodependencias. Madrid:
GID.
Coll, C., Martín, E., Mauri, T., Miras, M., Onrubia, J., Solé, I. y Zabala, A. (1993):
El constructivismo en el aula. Barcelona: Graó.
Díez, D. (2001). Cómo tratar con adolescentes el tema de las drogas. En Trabajo
Social hoy. Monográfico: Trabajo Social con infancia y adolescencia II.
Madrid: Colegio Oficial de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes
sociales.
239
Alvaro Olivar Arroyo y Alfonso Tembrás López
Sánchez-Hervás, E., Tomás, V., Molina, N., Del Olmo, R., y Morales, E.
(2002): Procesos de cambio en conductas adictivas: influencia de variables
psicopatológicas y de consumo. Revista Adicciones, 14(3),337-344.
240
La educación social en el tratamiento de las drogodependencias II: Estrategias y procedimientos.
Schön, D.A. (1983). The reflective practitioner: how professional think in action.
Londres: Temple Smith.
241
Recensiones
Recensiones
245
Recensiones
William E. Cabanillas
246
Recensiones
247
Recensiones
William E. Cabanillas
248
Recensiones
EPIDEMIOLOGY
OF
DRUG ABUSE
249
Recensiones
A pesar de sus 15 secciones, esta publicación nos deja algunos vacíos. Quizá
el más importante es la ausencia de énfasis en la articulación de la epidemiología
con la planificación de programas preventivos y formulación de políticas.
No obstante, “Epidemiology of drug abuse” es lo suficiente descriptivo para
entender la necesidad de ir complejizando nuestras actuales aplicaciones de la
epidemiología al estudio del consumo de drogas y las drogodependencias.
William E. Cabanillas
250
Recensiones
PROMOTING TREATMENT
ADHERENCE
A Practical Handbook for Health Care Providers
251
Recensiones
252
Recensiones
William E. Cabanillas
253
NORMAS DE PUBLICACIÓN
Los trabajos serán aceptados a partir de una exhaustiva evaluación de su
relevancia teórica y aplicada, siendo un eje central de evaluación la rigurosidad
con la que se trate el tema.
Las figuras, dibujos, gráficos y tablas (una en cada hoja) deberán de ser
realizadas por los autores del modo definitivo en el que deseen que aparezcan y estar
numeradas correlativamente, indicando su ubicación en el texto. Las fotografías
o figuras equivalentes tendrán una calidad suficiente para su reproducción, y su
tamaño se ajustará a una base de 7 ó 14 cms y a una altura máxima de 20 cms.
255
El uso de notas será mínimo y nunca a pie de página. Las que resulten
imprescindibles se numerarán en el texto con números arábigos consecutivos e
irán impresas en una hoja separada.
Presentación de Artículos
Los trabajos serán presentados en un diskette (en versión Word para Windows)
acompañado de una versión impresa al coordinador: William E. Cabanillas, Revista
Peruana Drogodependencias. Investigación y Análisis.,Comisión Nacional para
el Desarrollo y Vida sin Drogas. Av. Benavides 2199- B, Lima 18, Perú (e-mail:
wcabanillas@devida.gob.pe)
Evaluación de Artículos
La revista evaluará las propuestas mediante un sistema de revisión por pares
o expertos (peer review). La evaluación será efectuada por árbitros anónimos,
entendidos en la materia objeto del trabajo, cuya apreciación será comunicada
al editor quien informará de manera anónima los resultados de la evaluación
(“revisión doblemente ciega”). La aceptación o no aceptación de la propuesta
será comunicada al autor principal a la brevedad posible.
256
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ISSN: 1729-7559
17297559