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Puntius melanopterus, Systomus melanopterus y
BALANTIOCHEILOS MELANOPTERUS
EL TIBURÓN PLATA
TEXTO y FOTOGRAFÍA: Ángel Garvía
Con este complicado nombre científico no es extraño
que el aficionado le haya buscado rápidamente
nombre vulgar. En algunos países europeos también
recibe el nombre común de tiburón tricolor, en
nuestro país es conocido por labeo plata o tiburón
plata. El adjetivo plata es consecuencia de sus
grandes escamas plateadas y brillantes. El
sobrenombre de tiburón le viene seguramente por la
silueta que presenta al nadar, con una gran y
aparente aleta dorsal, similar a la de los escualos.
Ejemplar subadulto. Foto: Ángel Garvía.
CLASIFICACIÓN
Balantiocheilos melanopterus pertenece a la familia
de los Ciprinidos (Ciprinidae), una de las más
numerosas de peces de agua dulce, y fue descrito en
1851 por Blecker. Sinónimos científicos no validos son
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según el ejemplar. En ciertos ejemplares incluso se
Barbus melanopterus. Este último es con el que fue
originalmente descrito. El género también puede ser
encontrado en la bibliografía con diferentes grafías
no validas actualmente, como Balantiocheilus o
Balantiochilus.
DISTRIBUCIÓN
Su localidad tipo, es decir la localidad de donde
procedían los ejemplares con los que se describió la
especie, es Baudjarmasin, Borneo. Su distribución
incluye además buena parte de Asia sudoriental:
Indonesia, Tailandia, Sumatra, Malasia, Borneo, etc.
En donde habita preferentemente los tramos poco
profundos de los ríos, en zonas boscosas con
abundante vegetación acuática y aguas corrientes y
límpias (Sageret, 1995).
DESCRIPCIÓN
Esta especie con tiempo y un acuario de gran
volumen alcanza una talla respetable. Estoy
hablando de superar los 20-25 cm de longitud total,
es decir del morro a la punta de la aleta caudal;
aunque en acuarios particulares, por cuestión de
espacio disponible, puede quedarse en tallas del
orden de 10-12 cm. Su longitud máxima se cifra en 30
cm. Los ejemplares jóvenes tienen una silueta que
podríamos calificar de elegante, los adultos pìerden
un poco esta prestancia al hacerse más robustos.
De su anatomía lo primero que llama la atención son
dos cosas: las escamas y las aletas. Las escamas son
bien visibles, brillantes , plateadas y con reflejos entre
azul y verde. Las aletas en proporción al cuerpo son
grandes y presentan un reborde negro que las realza
y se va haciendo más evidente según desarrolla el
ejemplar. La aleta dorsal es alta y la caudal tiene dos
lóbulos bien definidos. Ambas tienen tonos algo
amarillentos o anaranjados, más o menos visibles
pueden apreciar reflejos entre rojo y rosado (Sageret,
1995). Las aletas ventrales y anales mantienen un
patrón de coloración similar, pero quizá menos
intenso. Las aletas pectorales son muy distintas,
prácticamente transparentes y sin reborde negro.
La coloración que hemos descrito es la natural del
tiburón plata, aunque en el mercado se pueden
encontrar ejemplares con brillantes tonos rosas o
azules, como si fuesen neones. Desgraciadamente
este es uno de los peces que se colorean
artificialmente con la intención de ofertar un
producto más atractivo. Afortunadamente, dentro de
lo desafortunada que es esta práctica, no se utiliza el
sistema de inyectar el colorante debajo de la piel del
pez, como se hace con los chandas (Chanda spp),
sino que se sumerge al pez un tiempo en una solución
de colorante hasta que su piel se tiñe. Si bien es cierto
que el daño producido es mucho menor con esta
técnica, bajo mi punto de vista continua siendo poco
ético. Considero que hay suficientes especies de
peces de colores, como para no recurrir a estos
sistemas.
Acuario de labeos plata a la venta en un mayorista.
Foto: Ángel Garvía.
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Es frecuente que el aficionado español meta a
B.melanopterus en el mismo grupo que el resto de las
especies que reciben el nombre vulgar de labeo o
tiburón. Grupo que no tiene mucha coherencia
desde un punto de vista taxonómico e incluye
especies de variada procedencia. Afortunadamente
la especie que tratamos hoy es fácilmente
diferenciable del resto tan sólo fijándonos en su
aspecto externo. Los más frecuentes en el mercado
son el tiburón de cola roja, de nombre científico
Epalzeorhynchus bicolor, de cuerpo negro y con la
aleta caudal roja; el tiburón negro, Labeo
crhysophekadion, de color oscuro casi negro; y el
tiburón arcoiris, Epalzeorhynchus frenatus, que tiene
el cuerpo entre negro y verde y todas las aletas rojas.
Los ejemplares que se comercializan como tiburones
albinos son en realidad una variedad albina de la
especie anterior, el tiburón arcoiris.
Terminamos este capítulo con una curiosidad. Se ha
comprobado B. melanopterus es capaz de producir
sonidos, como hacen muchas botias y peces gato. La
función de estos gruñidos no está aún clara, aunque
podría tratarse de un método para avisarse de un
peligro entre los componentes del banco (Sageret,
1995).
CONDICIONES DE ACUARIO
Fue importado por primera vez como pez ornamental
en 1955, por la compañía Tropicarium en la ciudad
alemana de Frankfurt. Desde entonces se ha
convertido en habitual en los comercios de casi toda
Europa.
Necesita un acuario grande, preferiblemente de
forma alargada para que pueda nadar. Muchos
expertos delimitan en un metro o metro y medio la
longitud que debe tener la urna. Evidentemente estos
datos son para ejemplares adultos, los jóvenes se
pueden mantener temporalmente en acuarios más
pequeños.
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Un acuario destinado a mantener tiburones plata
debe contener un agua de calidad, con muy escasa
o nula concentración de materia orgánica y con los
valores de los principales parámetros físico-químicos
en los siguientes rangos: la temperatura entre 22 y 28º
C.; el pH neutro o ligeramente ácido, con un mínimo
de 6,5 y un máximo de 7,1; y la dureza de media a
baja, de 5 a 8, con un máximo de 10. Pero sin duda
lo que más puede afectar a estos peces son las
oscilaciones de estos parámetros, pues son muy
sensibles a variaciones en los valores del agua. Por
esto lo más recomendable es renovar el agua del
acuario mediante cambios pequeños y frecuentes,
mejor semanales; en vez de hacer un único cambio
mensual, que suele ser hacia lo que tendemos la
mayoría de los aficionados.
En cuanto a la decoración es importante que ocupe
únicamente la trasera y los laterales, quedando la
mayor parte del acuario libre para que el pez pueda
nadar sin obstáculos. Es aconsejable que el acuario
cuente con una población de plantas, las valisnerias
gigantes son una buena opción, y quizá alguna raíz
pequeña, en las que el pez pueda refugiarse. Las
plantas flotantes vienen bien pues ayudan a que el
animal no tienda a saltar fuera del acuario.
Grupo de labeos plata. Foto: Ángel Garvía.
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Según algunos acuariófilos de prestigio, entre ellos mi
amigo Pablo Siebers, es posible trasladar los tiburones
a un estanque al aire libre durante los meses de
verano. En nuestro país este periodo puede abarcar
de mayo a finales de septiembre según cada región
concreta.
COMPORTAMIENTO EN ACUARIO
La posibilidad de mantener tiburones plata en un
acuario comunitario depende básicamente de la
edad del ejemplar. Mientras que los jóvenes son
compatibles con todo tipo de peces, los adultos de
10 ó más centímetros suelen volverse incordiantes con
los compañeros de menor tamaño e incluso devorar
a los más pequeños, como por ejemplo los neones.
No ocurre con frecuencia, ni mucho menos, pero
cuando un ejemplar adquiere práctica en esta mala
costumbre puede llegar a convertirse en un
verdadero y rapidísimo depredador.
Este comportamiento agresivo se acentúa en los
ejemplares solitarios, por lo que el mantenimiento en
grupo, especialmente de 5 o más individuos, parece
el mejor sistema para aplacar bastante esta
agresividad. En la naturaleza este ciprínido
aconstumbra a vivir en bancos y en acuario conserva
esta buena compatibilidad entre los miembros de su
propia especie. Es un buen ejemplo de lo que se
considera un pez gregario.
B. melanopterus también tiene constumbre de saltar, con lo
que dada la gran velocidad que puede alcanzar nadando es
fácil que consiga salir del acuario. No hace falta decir nada
acerca de la conviencia de tapar perfectamente el acuario.
ALIMENTACIÓN
El tiburón plata es un comilón insaciable que
constantemente está buscando alimento. En
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cautividad acepta casi todas las clases de comida
utilizada en acuariofilia, desde alimento vivo a
comida en escamas, pasando por artemia, larva de
mosquito, tubifex, etc; ya sea congelado o liofilizado.
Es recomendable ofrecer una dieta con un buen
aporte vegetal, para evitar que los peces empiecen
a perder peso y sus vientres se hundan. Esta se puede
lograr con escamas para peces herbívoros o ricas en
espirulina, papillas elaboradas a base de espinaca o
acelga, introduciendo hojas de lechuga,
previamente lavadas, con un peso para que no
floten, etc.
Si la dieta no contiene este aporte vegetal, puede
suceder que los peces vayan perdiendo peso y se
debiliten progresivamente. No es difícil observar en
algunos comercios ejemplares muy delgados y ya
con el vientre hundido. De todos modos, es habitual
que el tiburón plata intente conseguir por si mismo el
suplemento vegetal. En libertad come algas y ciertas
partes de vegetales acuáticos. En acuario también
suele comer ocasionalmente las algas que encuentra
a su paso, aunque quiero dejar bien claro que no se
puede considerar ni de lejos un pez come algas.
Ejemplar joven. Foto: Ángel Garvía.
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ENFERMEDADES
Mi experiencia me dice que el tiburón plata no es
una especie especialmente predispuesta a contraer
enfermedades bacterianas o por protozoos, sin
embargo es un pez con el que se debe tener
cuidado sino se quieren tener problemas de salud.
Por un lado está el tema de su alta sensibilidad al
cloro y a los cambios rápidos en los parámetros físico-
químicos del agua. Un cambio de agua del acuario,
realizado excesivamente rápido y sin haber eliminado
totalmente el cloro, tiene muchas posibilidades de
producir la muerte de los tiburones plata que
contenga la instalación. Hay que tener especial
cuidado en este tema.
También está el número de bajas por salto del
acuario, que es elevado en esta especie. Además
esta especie es nerviosa y algo asustadiza, tanto que
ante movimientos bruscos frente al acuario suele
reaccionar huyendo rápidamente. En estas huidas
alocadas puede golpearse con los cristales del
acuario o las rocas y troncos que decoran la
instalación. En los ejemplares grandes mantenidos en
acuarios demasiado cortos es típico la formación de
úlceras, tumores y otras alteraciones similares en los
labios y alrededores de la boca, que son
consecuencia de herirse repetidamente en esa zona
cuando chocan con las paredes de la urna.
Afortunadamente está en nuestra mano tomar
medidas preventivas para evitar este tipo de
problemas. Son medidas elementales que a veces
por esto mismo se pasan un poco por alto, como por
ejemplo no utilizar en la decoración materiales que
tengan bordes afilados, con los que el pez podría
herirse, tapar bien el acuario, no introducir
repentinamente las manos en el acuario, no dejar
que nadie de golpes en los cristales, etc.
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REPRODUCCIÓN
Según los autores del Atlas Mergus su reproducción
en acuario se ha conseguido, aunque no pueden
asegurar que no haya sido con ayuda de
inyecciones de hormona hipofisaria. Aún así, la
mayoría de los manuales que he consultado
coinciden en afirmar que no se conoce mucho sobre
su proceso reproductivo y consideran que la cría en
acuario de esta especie es aún hoy una asignatura
pendiente. Van Ramshorst (1991) apunta que sí
existen citas de reproducción en acuario, pero que
sólo pueden considerarse casuales y anecdóticas. El
conocido acuariólogo Ivan Petrovicky es uno de los
pocos que da condiciones concretas para intentar la
cría en acuario, que son las siguientes: mantener un
grupo de peces, dos machos por hembra, en una
instalación con un volumen mínimo 500 litros, provista
de rejilla protectora en el fondo y un agua a 25-27º C.
de temperatura, 6,5-7 de pH y dureza media-alta
(superior a 18ª).
Sin embargo, la presencia permanente de B.
melanopterus en las listas de exportadores del
sudeste asiático indica que se debe reproducir
rutinariamente en esta zona, pero por lo que yo sé se
realiza en grandes estanques al aire libre. Si sólo se
vendiesen ejemplares pescados directamente en su
hábitat, no se podrían ofertar todo el año y su
presencia en el mercado sería cíclica, dependiendo
de la época del año y su ciclo reproductivo como
ocurre con la botia payaso (Botia macracantha).
No parecen existir diferencias sexuales externas
grandes, únicamente se apunta que en la época de
cría las hembras presentan las aletas menos
coloreadas (Petrovicky, 1990) y el vientre
significativamente más abombado que los machos
(Rielh & Baensch, 1996; Petrovicky, 1990; Sandford,
1994 y 1996; Van Ramshorst, 1991)
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puede ser un ejemplo algo exagerado, pero creo
que ilustra bien la opinión que intento exponer aquí.

AGRADECIMIENTOS

La mayor parte de los ejemplares que ilustran este

artículo son propiedad de Jose Sanchez, Azucena
Castellano, Alberto Guerrero y Pablo Siebers. En el
domicilio particular de este último, y en el comercio
Pez y Cía de Madrid, han sido realizadas la mayor
parte de las fotografías. A todos ellos mis más sinceras
gracias.

BIBLIOGRAFÍA
Ejemplar adulto. Foto: Ángel Garvía.
Axelrod, H.R. 1992. “Atlas de peces de acuario de
agua dulce”. 7ª edición. Hispano Europea.
COMENTARIO FINAL
Bird, P. y cols. 1982. “Libro joya del acuarismo”.
Ediciones Vida Acuática.
Hay que tener presente dos cosas antes de adquirir
Mills, D. 1994. “Peces de acuario. Guías de
este pez: crece mucho y requiere espacio para
identificación”. Omega.
nadar. Necesita un acuario grande, de más de 100
Palicka,J. 1992. “Balantiocheilos melanopterus: the
litros, y de forma alargada con sitio para que nade
tricolor sark”. T.F.H. abril.
libremente. Se puede mantener temporalmente en
Petrovicky, I. 1990. “La gran enciclopedia de los
acuarios pequeños, pero únicamente mientras es
peces de acuario”. Susaeta.
joven y siempre teniendo claro que llegado el
Riehl, R & Baensch, H. 1994. “Atlas del acuario”.
momento es necesario tener previsto que vamos a
Mergus. (Tomo I, traducido al castellano).
hacer con el pez cuando haya crecido demasiado.
Sandford; G. 1994. “El libro completo de los peces de
Quién no pueda proporcionar unas condiciones de
acuario”. Tursen/Hermann Blume Ediciones.
mantenimiento es mejor que elija otra especie.
Sandford; G. 1996. “Peces de acuario”. Omega.
Sageret, A,et A. 1995. “B. melanopterus. Le ciprinide
Y que nadie piense que con estas palabras estoy
des grands espaces“. AquariumMagazine nº 108.
abogando por no comercializar este bonito ciprínido,
Van Ramshorst, J.D. (Ed.). 1991. “The complete
más bien digo que uno debe ser consciente del
Aquarium Encyclopedia of tropical freshwater fish”.
animal que compra y que cada especie necesita
Elsevier Pbl.
unas condiciones para llegar a desarrollarse
totalmente. Por poner un ejemplo, quizá algo
extremo, comentaros que leí hace tiempo en una
revista que una asociación belga tenía en su local un
acuario con un gran banco de tiburones plata, pero
el acuario era de más 1.300 litros. Como ya digo

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