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Beatriz GONZALEZ! LA HISTORIA EXTENSA DE CoLomeBia Arve wda la cultera y transcendenialismo de Europa, a las latinoamericanos nos tocd refugiarnos en el humor. No se puede sobortar una sitwacién sin él Beatriz Gonzalez, 1981! A diferencia de Caracas, Sao Paulo, Ciudad de México o La Habana, Bogota carece de colecciones ptiblicas donde se conserven pinturas, im- portantes o no, de los grandes maestros europeos. No es sino con la ex- posicién Obras maestras del Museo de Lieja, presentada en 1986 en la Bi- blioteca Luis Angel Arango de Bogoté, que se exponen por primera vez en Colombia obras de Paul Gauguin, Hans Arp, Kurt Schwitters, Marc Chagall y René Magritte, entre otros. Tanto la produccién artistica co- mo la recepcidn del arte en los pafses de América Latina estan irreme- diablemente sujetas a las politicas culturales nacionales. Fl presupuesto cultural de Colombia representa menos de 0,5 por ciento del presupues- to nacional.’ Las principales instituciones culturales piblicas estan de- dicadas al patrimonio nacional, casi de manera exclusiva. El reducido presupuesto estatal para la cultura y la ausencia de financiacién corpo- rativa —por falta de una tradicion filantrépica y de alicientes tributa- tios— limita de manera considerable las oportunidades para la colec- cién y exhibicion de arte internacional. Esto afecta directamente tanto la produccién como la recepcién del arte, y explica cierta vocacién au- torreferencial y regionalista de la produccién cultural en Colombia. Los * Este ensayo fue escrito en [998 con ocasién de la exposicién, “Qué honor estar con usted en este mo- mento histérico”, cuya curaduria realicé para el Museo del Barrio de Nueva York. Esa fue la primera muestra individual de Beatriz Gonzalez en esa ciudad, y reunié 50 obras —entre pinturas, dibujos, seri- graffas, cbjetos, muebles y esculturas—realizadas entre 1965 y 1997. ' Entrevista con Beatriz Gonziilez en Lucfa Teresa Solano, “La pintura es comprometida siempre”, en Et Colombiano, Medellin, 15 de noviembre de 1981. 1 La UNESCO recomienda un minimo de uno por ciento del presupuesto nacional para los patses en vias de desarrollo. ejemplos m4s conocidos son Gabriel Garcfa Marquez y Fernando Bote- 10, quienes exacerban los signos culturales locales hasta radicalizarlos, a la vez que integran la memoria de la pintura y de la literatura “univer- sal” (Fernando Botero: Piero della Francesca y Goya; Garcia Marquez: Virginia Woolf y Graham Greene). Nacida en Bucaramanga —una ciu- dad de provincia colombiana— en 1938, Beatriz Gonzalez llegé a la uni- versidad en Bogota en 1959 con una conciencia aguda sobre este regio- nalismo. La encajera es un cuadro pequenito (0,24 x 0,21 m), perfecto, sagrado, intocable, tal vex porque tiene el tabi de todo lo que pertenece al Louvre o al gobierno de Francia. Beatriz Gonzalez, 1964* En 1964, a los dos afios de graduarse en la Universidad de los Andes de Bogot4, Beatriz Gonzdlez realiza su primera exposicién individual en el Museo de Arte Moderno de Bogota (MAM). Expone una serie de 13 versiones abstractas de La encajera (ca. 1665) de Jan Vermeer, en las que se percibe la influencia del expresionismo abstracto que ella habia estu- diado y visto en 1960, durante una excursién de la universidad a Nueva York y Washington. Con un articulo titulado “iClaro que hay jévenes con talento!”, la critica argentina Marta Traba, entonces radicada en Colombia y directora del MAM, expresa su respaldo entusiasta: Como ejercicio de estilo, como afinamiento de los medios expresivos, como afirmacién de una clara voluntad de pintar, la exposicidn es excelente. Y tie- ne por encima de todo, lo que desvela y enfurece a los mediocres: talento.t Por “talento”, Marta Traba se refiere no sélo a la destreza plastica de Beatriz Gonzalez, sino a su forma de desarrollar una idea “con inteligen- cia, buen humor y causticidad”,> elementos que siguen presentes desde Jaime Ardila, Apuntes para la historia extensa de Colombia, Ediciones Tercer Mundo, Bogor, 1974, p. aL. * Ema Araujo de Vallejo (ed.), Marta Taba, Museo de Arte Modemo de Bogoté-Editorial Planeta, Bogoté, 1987, p. 64. 5 Ibid, p. 64. entonces en su obra. Entre el primer estudio, Encajera (1963) y el sexto, Encajera almanaque Pielroja (1964), Beatriz Gonzalez fue “transforman: do la Encajera, recortandola hasta desligarla de Vermeer, de su ambien- te, de sf misma”,® desplazdndola de un contexto formal a uno més con- ceptual. Con el cambio de coordenadas, Beatriz Gonzalez despoja a la Encajera de su status de pieza de museo para revelar su procedencia: una lamina de almanaque tras la cual Ja encajera extiende su Ambito domés- tico a los hogares de las clases populares en Colombia. Es una imagen reinventada y vuelta anénima. . Con estas primeras obras, Beatriz Gonzdlez deslinda las fronteras “colombianas” dentro de las cuales va a desarrollar su trabajo. Comien- za a trabajar con extensos campos de color plano y con un lenguaje figu- rativo que la llevan a abandonar el expresionismo abstracto. Este giro es significativo; salvo algunas excepciones, desde los afios cuarenta y cin- cuenta, el arte moderno en Colombia vive el auge de la pintura abstracta con artistas como Guillermo Wiedemann, Juari Antonio Roda, Alejan- dro Obregén, Eduardo Ramirez Villamizar, Carlos Rojas y Edgar Negret. Al hacer eco al proceso de desarrollo e industrializacion del pats, el arte abstracto ofrece un proyecto nacionalista de modernizacién. Al combi- nar formas modernas alusivas a la tecnologia y la industria con formas geométricas de inspiraci6én precolombina, el arte abstracto era un recur- so para legitimar tanto los ideales del progreso como el legado ancestral de la cultura nacional. Por lo tanto, el desprendimiento de Beatriz Gon- zAlez de las formas abstractas —en aras de un lenguaje figurativo més directo— implica también un cambio de perspectiva sobre el pais: pasa de una nocién idealizada a una definida por sus contradicciones. ® Ardila, op cit, p. 93. id, p. 19 Me siento precursora de un arte colombiano, mas atin, de un arte provinciano que no puede citcular universalmence sino acaso como curiosidad. Beatriz Gonzalez, 1974"

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