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Universidad de Concepción

Facultad de Derecho
Programa de Magíster en Derecho 2008 - 2009
ANALISIS DE LA INTERPRETACION EN EL
DERECHO PENAL CHILENO

Alumno: Pablo Manríquez Díaz

Asignatura: Interpretación jurídica

Concepción, julio de 2008


INTRODUCCION

A través del tiempo y en lo que al derecho respecta, la


interpretación de las normas positivas se ha alzado como un
punto de suma importancia en lo que atañe a la determinación
del campo de acción de las mismas. Sólo interpretando
adecuadamente se puede alcanzar el verdadero sentido y
alcance pretendido por el legislador al establecer una
determinada regla de conducta.

La interpretación, entre nosotros, alcanza su mayor


expresión dentro del Derecho Civil, es en dicha rama donde
tradicionalmente se suele analizar en mayor detalle la
metodología del referido proceso. La existencia de normas
expresas dentro del código del ramo, han situado al estudio
de la materia que nos ocupa, dentro de la esfera del derecho
civil, casi de manera privativa.

2
Sin embargo, no debe perderse de vista que la
interpretación es un proceso que ha de llevarse a efecto en
el marco de la existencia de normas de la más variada
especie, pertenecientes a las distintas ramas de la ciencia
del derecho.

En el campo del derecho penal, la interpretación legal


como disciplina básicamente desempeña el mismo rol, es decir
tiende a fijar el significado de ley y su campo de acción,
pero bajo ciertas premisas que hacen el llevar a efecto el
proceso de una manera que supone tener en cuenta ciertos
principios y aspectos que son ajenos a otras ramas jurídicas.

Hablamos de ciertos principios que imperan en el Derecho


Penal y que son determinantes al tiempo de establecer el real
significado y alcance de una determinada norma legal.

En el presente trabajo se mostrará la forma en que la


doctrina nacional se ha ocupado de la interpretación en sede
penal, sin perjuicio de ciertas reseñas relativas a autores
extranjeros, así como la importancia de ciertos elementos que
han de tenerse en cuenta al tiempo de interpretar una
disposición entendida aquella como norma penal.

I.- CONCEPTUALIZACION DE LA INTERPRETACION LEGAL

En términos amplios es dable señalar que la


interpretación es una operación de orden intelectual, por
medio de la cual se pretende establecer el sentido de las
expresiones utilizadas por el hombre. Se trata de determinar
el contenido y, consecuencialmente, su aplicabilidad a los
hechos que se presentan al intérprete.

3
Interpretar la ley es relacionar un hecho físico o
situación concreta reales o imaginarios, con las
disposiciones legales que les conciernen; o, en otros
términos, fijar el sentido y alcance de la ley respecto de un
hecho o situación ocurridos o por venir1. Igualmente se
plantea que la interpretación de la ley es el descubrimiento
y determinación de su propio sentido al objeto de aplicarla a
los casos concretos de la vida real.2

En relación a este punto Etcheverry señala: “La norma


jurídica es voluntad, pero asume la forma concreta de una
ley, que está formada de términos. La ley solo puede cobrar
vida, o sea aplicarse a la realidad social, a través de un
juicio formulado por un individuo (juez), quien aplica una
voluntad abstracta (ley) a un caso concreto.”3

II.- NECESIDAD DE LA INTERPRETACIÓN

Se discute en doctrina el hecho de ser siempre necesaria


la interpretación en lo que a leyes penales respecta o si
aquel proceso sólo se encontraría reservado a aquellas normas
punitivas obscuras o dudosas.

Al respecto existe inclinación, mayoritariamente, en


relación al primero de los criterios previamente enunciados,
sin perjuicio de la existencia de opiniones que estiman que
en el caso de la ley con un sentido perfectamente claro, la

1
Del Río C., J. Raimundo: “Elementos de Derecho Penal”. Editorial Nacimiento. Santiago. Chile.
1939. Pág. 109
2
Mezger, Edmundo: “Tratado de Derecho Penal”. Editorial Revista de Derecho Privado. Madrid,
España. Tomo I, Pág 145
3
Etcheverry, Alfredo: “Derecho Penal. Parte General”. Tercera Edición. Editorial Jurídica de Chile.
Santiago. Chile. 1998. Tomo I. Pág. 97

4
interpretación resulta innecesaria y la aplicación puede
efectuarse de inmediato. Aquí sería excesivo e impropio
hablar de interpretación: Retrata de una simple aplicación de
la ley4

En efecto, se ha señalado que “toda ley para aplicarla,


requiere ser comprendida, aunque su texto sea simple y
aparentemente claro en su tenor literal.”5

Por su parte Cury sostiene que “la aplicación de la ley


presupone su interpretación. En efecto, sólo cuando el
sentido de la norma ha sido precisado es posible decidir si
es apropiada al caso concreto que se trata resolver y como lo
soluciona.”6 La verdad es que siempre, en todo caso, es
necesario interpretar la ley. A veces esta tarea será simple,
cuando el texto de la ley sea sencillo y en forma rápida,
casi inmediata y directa, sus términos nos muestren cual es
el concepto que quieren expresar.7

A este respecto, y excediendo a la doctrina nacional,


hemos estimado del caso consignar en esta parte el
pensamiento de Manzini en relación a la postura antes
enunciada. El profesor Italiano señala que si la norma
jurídica fuera una formula mecánica, y si la energía
potencial, que ella representa, fuese una fuerza física, para
su actuación práctica bastaría ciertamente un cálculo
material, fundado sobre la concreta presencia de los

4
Novoa Monreal, Eduardo: “Curso de Derecho Pena Chileno.”. Editorial Jurídica de Chile.
Santiago. Chile. 1960. Pág. 134
5
Garrido Montt, Mario: “Derecho Penal. Parte General”. Editorial Jurídica de Chile. Santiago. Chile.
1997. Tomo I. Pág. 91
6
Cury Urzúa, Enrique: “Derecho Penal. Parte General”. Editorial Jurídica de Chile. Santiago. Chile.
1982. Tomo I. Pág. 143
7
Etcheverry, Alfredo: Ob. Cit. Tomo I. Pág. 97

5
elementos por los cuales la fórmula es creada, en modo de
reducir sus términos abstractos a términos concretos ... la
interpretación, aún cuando a veces pueda parecer evidente, es
siempre necesaria, ya que la fórmula, que expresa la voluntad
de la ley, tiene necesariamente carácter general y abstracto,
esto es, tal que no se puede adaptar a los casos concretos
singulares sin precisar previamente el sentido y la
continencia de la norma.8

Así la postura mayoritaria entiende que todas las leyes,


incluso las más claras y cuyo respecto la duda no existe,
requieren ser interpretadas, pues previo a su aplicación es
necesaria su comprensión.

III.- CLASIFICACION DE LA INTERPRETACION

La generalidad de la doctrina tiende a señalar como


criterio de clasificación de la interpretación, el origen de
la misma, es decir, dependiendo de quien es el que lleva a
efecto la interpretación.9 Por su parte, igualmente se suele
señalar que la extensión dada a la interpretación es otro
criterio de clasificación. Desarrollaremos cada uno de los
criterios enunciados.

a) Según su fuente u origen

8
Manzini, Vicenzo: “Tratado de Derecho Penal. Primera Parte. Teorías Generales”. Traducción de
Santiago Sentís Melendo. Ediar Soc. Anón. Editores. Buenos Aires. Argentina. Tomo I. Volumen I.
Pág. 351
9
Etcheverry, Alfredo. Ob. Cit. Tomo I. Pág. 101; Garrido Montt, Mario. Ob. Cit. Tomo I. Pág. 91;
Novoa Monreal, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 135; Matus Acuña, Jean Pierre: “La Ley Penal y su
Interpretación”. Ediciones Jurídicas Congreso. Santiago. Chile. 1994. Pág. 133; Cury Urzúa,
Enrique. Ob. Cit. Pág. 151; Del Río, J. Raimundo. Ob. Cit. Pág. 109, entre otros.

6
En base a este criterio, se distingue entre
interpretación auténtica, judicial y doctrinaria, siendo el
resultado en los dos primeros casos, de carácter vinculante
y, en el segundo, se estima que aquel no obliga, sin
perjuicio de la fuerza de los argumentos otorgados por su
autor.

Pasamos a ocuparnos de cada clase de interpretación en


base a quien la lleva a efecto.

1.- La interpretación auténtica: es la que lleva a


efecto el legislador a través de un pasaje de la misma ley
interpretada o de otra ley distinta.

Tal distinción es reconocida por la doctrina,


denominándose la primera interpretación autentica contextual
y la segunda se caracteriza por ser una ley posterior la que
se dicta para, en casos de excesiva trascendencia, aclarar la
ley fijando su sentido y alcance.10

La interpretación auténtica tiene idéntica


obligatoriedad que la disposición interpretada, pues es
también ley, y para su sanción se han cumplido idénticos
requisitos. Por lo general, estas leyes interpretativas
tienden a dar el significado y la comprensión exacta de los
términos contenidos en la ley interpretada.11

10
Tal distinción es efectuada en: Jiménez de Asúa, Luis: “Tratado de Derecho Penal” Losada.
Buenos Aires. Argentina. Tomo II. Pág. 367
11
Fontán Balestra, Carlos: “Derecho Penal. Introducción y Parte General”. Abeledo-Perrot. Buenos
Aires. Argentina. Tercera Edición. Pág. 131

7
Esta interpretación es la única que tiene una aplicación
obligatoria, de carácter general, ello de conformidad a lo
prescrito en el artículo 3 del Código Civil.

2.- La interpretación judicial: Es aquella llevada a


efecto por los Tribunales de Justicia en el ejercicio de su
potestad jurisdiccional. No tiene fuerza obligatoria sino en
lo que concierne al caso decidido.

En otras palabras, es aquella hecha por el juez al


aplicar la ley al caso concreto y sólo para este tiene fuerza
obligatoria.12 Lo anterior, según lo dispone expresamente el
inciso segundo del Artículo 3 del Código Civil, el cual
señala: “Las sentencias judiciales no tienen fuerza
obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se
pronunciaren”

Por elevada que sea la jerarquía de un tribunal, la


interpretación que haga de un precepto legal no podrá ser
impuesta ni para ulteriores causas de que él mismo conozca,
ni para los asuntos que vayan a ser sometidos al juzgamiento
de jueces subalternos. Aún cuando una de las finalidades que
persigue un tribunal de casación – la Corte Suprema – es
regularizar y uniformar la jurisprudencia, ese objetivo es
solamente logrado por la fuerza jurídica y moral que se
reconoce a las decisiones del más alto tribunal, pues aún
cuando en constantes fallos haga idéntica interpretación de
una norma, cualquier tribunal inferior es libre para
entenderla de manera diversa.13

12
Cuello Calón, Eugenio: “Derecho Penal”. BOSCH, Casa Editorial S.A. Barcelona. España.
Decimoctava Edición. Tomo I. Volumen primero. Pág. 218
13
Novoa Monreal, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 136

8
3.- La interpretación doctrinaria: Es aquella llevada a
efecto por los estudiosos del derecho, por los tratadistas,
en su afán por desarrollar la ciencia jurídica y establecer
el valor de un documento legislativo, ya sea en cuanto a su
aplicación, ya sea en cuanto a sus fines.

Se trata de una interpretación de carácter no


vinculante. Su libertad es máxima, pero su fuerza obligatoria
es nula. Esto, desde el punto de vista jurídico, porque en el
hecho es posiblemente la interpretación que más influencia
ejerce, tanto sobre la interpretación judicial como sobre la
auténtica o legislativa.14

Estimamos que esta clase de interpretación cumple un


papel fundamental e indispensable en el desarrollo y fijación
del derecho, independiente del sistema de que se trate. Se
trata de una actividad necesaria que se caracteriza por
resolver planteamientos en forma independiente y serena,
cuyas conclusiones acrecientan la solidez de la
interpretación tanto legal como judicial.

3.- La interpretación administrativa: Es lo expuesto


anteriormente, la forma en que la doctrina nacional se ha
ocupado de la clasificación de la interpretación en base a su
fuente u origen. Estimamos incorporar otro punto dentro de la
estructura tratada, la cual es recogida por Jean Pierre
Matus, esto es, la interpretación administrativa de la ley
penal.

El autor citado reconoce que esta clase de


interpretación no se considera habitualmente al estudiar el
14
Etcheverry, Alfredo. Ob. Cit. Tomo I. Pág. 102

9
tema en cuestión. Pero destaca que gran parte del poder del
sistema penal se encuentra desplazado a estos organismos,
cuyas decisiones producen efectos normativos, esto es,
constituyen presupuestos de acción judicial o reemplazan
derechamente a la judicatura.15

Por interpretación administrativa, debemos entender que


es aquella realizada por el conjunto de organismos ligados al
Poder Ejecutivo.

Entre los entes que realizan interpretación


administrativa de la ley penal encontramos, entre los más
relevantes: Ministerio Público, Policías, Ministro del
interior, Gendarmería de Chile, Servicio de Impuestos
Internos, Director y Administradores de Aduanas, el Servicio
Médico Legal, entre otros.

b) Según su extensión

En forma clásica se suelen distinguir tres clases de


interpretación en razón de sus resultados, cuales son: la
declarativa, restrictiva y extensiva. Tales términos no se
hallan, en verdad, suficientemente definidos y, en rigor, es
difícil conceptuarlos en forma correcta.16 Sin embargo, la
doctrina nacional igualmente se aventura en su
conceptualización, y en forma generalizada, obedecen a la
mismas ideas que a continuación resumidamente se exponen.

1.- Interpretación declarativa: Es aquella que consiste


en la sola declaración del sentido de la ley, sin modificar

15
Matus Acuña, Jean Pierre. Ob. Cit. Pág. 140
16
Cury Urzúa, Enrique. Ob. Cit. Pág. 157

10
en el proceso su alcance. Se trata de aquella en que el
sentido de la ley coincide con el tenor literal de la misma.17

2.- Interpretación restrictiva: Se trata de aquella que


conduce a decidir que la misma pretende regir un ámbito más
reducido que el que se deduciría de su tenor literal.18

3.- Interpretación extensiva: Es aquella que nos lleva a


la conclusión de que, en su verdadero sentido, la ley
comprende también ciertos casos que aparentemente no están
incluidos en el tenor literal mismo del precepto.

Parte de la doctrina nacional entiende que en esta


materia la clasificación anterior es válida hasta cierto
punto, pues plantean que debe haber un solo tipo de
interpretación, esto es, la declarativa. Ello, pues la
interpretación solo interpreta, no extiende ni restringe.19

Se señala a título de crítica, que la ley tiene un solo


sentido y no se trata de extenderlo o de restringirlo, sino
de darle el que corresponde conforme a las reglas de
interpretación, resultando inapropiada la referida
clasificación20.

La postura enunciada afirma la vigencia de lo dispuesto


en el artículo 23 del Código Civil en materia penal. Así lo
favorable u odioso de una disposición no se tomará en cuenta
para ampliar o restringir su interpretación.

17
Sanhueza Romero, Juana; Cruces Pereira, Rubén y González-Fuente Rubilar, Rodrigo:
“Nociones fundamentales de Derecho Penal”. Fondo de Publicaciones. Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales. Universidad de Concepción. Concepción Chile. 2007. Pág. 145
18
Cury Urzúa, Enrique. Ob. Cit. Pág. 157
19
Cury Urzúa, Enrique. Ob. Cit. Pág. 157
20
Garrido Montt, Mario. Ob. Cit. Pág. 102

11
El profesor Novoa, se manifiesta enérgicamente por esta
postura y señala que lo anterior, en orden a la vigencia y
prioridad del artículo 23 antes referido, es la única
conclusión que hoy acepta la doctrina, ya que de otra manera
quedarían sin efecto las normas interpretativas.21

Otros, entienden que la clasificación enunciada es


necesaria y que resulta procedente interpretar restrictiva o
extensivamente, en la medida que el sentido de la ley no es
claro, cuando el texto adolece de oscuridad. Así y en base a
esta opinión, no puede extrañar, por consiguiente, que las
leyes penales puedan ser interpretadas, dentro de los límites
señalados, tanto en forma restrictiva, como en forma
extensiva, si con ello se obtiene una aplicación más conforme
a la voluntad de la ley.22

IV.- ELEMENTOS DE INTERPRETACION

La doctrina nacional reconoce, sin mayores reparos, el


hecho de que en materia penal son aplicables las normas sobre
interpretación contenidas en el Código Civil. Sin embargo, a
su vez enuncian diversos elementos que han de ser
considerados al tiempo de llevar a efecto la interpretación
en el campo que nos ocupa.

En efecto, el Código Penal no contempla normas


especificas en orden a como ha de llevarse a efecto la
interpretación. Quien se aventure en tal proceso, deberá

21
Novoa Monreal, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 141
22
Novoa Monreal, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 143

12
llevarlo a cabo sin contar con una guía legal específica en
tal sentido.

Ante dicho vacío, la doctrina nacional no ha dudado en


señalar que las normas contenidas en el Código Civil son de
aplicación general, y sin mayor cuestionamiento las hacen
aplicables al campo de lo penal. Así los elementos
gramatical, lógico, sistemático e histórico, que fueron
planteados por Savigny, aparecen como los elementos de
interpretación por excelencia según los autores nacionales,
los cuales “supuestamente”23 estarían comprendidos en los
artículos 19 a 24 del Código Civil.

Destacamos igualmente aquí, la opinión del profesor


Matus quien sostiene que las reglas de interpretación del
Código Civil, no tienen mayor importancia. Sostiene, que lo
realmente importante es la función de resguardo y promoción
de los derechos del hombre que ha de tener la interpretación
y aplicación de la ley penal, en conformidad a lo dispuesto
en el artículo 5, inciso segundo, de la Constitución Política
de la República. Indica, además, que muchas de esas reglas
contradicen el principio de legalidad, que impone limitar la
interpretación al llamado sentido literal posible, esto es,
al límite que constituye el contenido semántico de las
expresiones de la ley.24

Atendida la extensión del presente trabajo, no nos


avocaremos a desarrollar y analizar los elementos de
interpretación antes enunciados, y que clásicamente se
23
Solo un autor de los consultados (Cury Urzúa, Enrique. Ob. Cit. Pág. 150) reconoce el hecho de
que investigaciones recientes (refiriéndose a la obra de Ducci) han demostrado que Bello al
incorporar los elementos de Savigny a su proyecto, les introdujo una serie de modificaciones que
no solo alteraban su forma, sino también su contenido.
24
Matus Acuña, Jean Pierre. Ob. Cit. Pág. 206

13
analizan a luz de las normas del Código Civil. Sin embargo
desarrollaremos otros que han sido considerados aplicables a
la interpretación de la ley penal, atendidas las especiales
características de la materia que nos ocupa y que han de ser
tomados en cuenta al tiempo de llevar a efecto la labor
interpretativa.

a) La finalidad de ley

Sin duda, toda norma tiene una finalidad y en materia


penal ello principalmente se traduce en la tutela de un bien
jurídico determinado. La interpretación que tiene en cuenta
tal elemento, es denominada por la doctrina interpretación
teleológica.

Entendemos por interpretación teleológica aquella que se


propone conocer la voluntad de la ley con arreglo al fin
perseguido, esto es, el bien jurídico tutelado.

La doctrina nacional ha entendido tradicionalmente que


este elemento de interpretación sólo ha de ser aplicado de
manera supletoria o, a lo más, en forma complementaria al
elemento gramatical ha virtud de lo dispuesto en el inciso
segundo del artículo 19 del Código Civil. En efecto, plantea
el profesor Etcheverry, que el referido artículo se pone en
el caso de que la ley emplee una expresión “oscura”, y en tal
caso permite recurrir, para desentrañar su significado, a su
“intención o espíritu”.25

25
Etcheverry, Alfredo. Ob. Cit. Tomo I. Pág. 105. En igual sentido Sanhueza Romero, Juana;
Cruces Pereira, Rubén y González-Fuente Rubilar, Rodrigo. Ob. Cit. Pág. 148; Garrido Montt,
Mario. Ob. Cit. Pág. 96.

14
Sin embargo, otra parte de la doctrina nacional otorga
mayor importancia al fin de la ley, es a él al que hay que
estarse para efectos de determinar el real alcance del
sentido literal de una disposición. Así por ejemplo, Novoa
indica que atendido el carácter sancionatorio que tiene el
Derecho Penal, todo precepto penal propiamente dicho tiene
por fin la protección de un determinado bien jurídico.
Descubrir ese bien jurídico constituye, pues, la más
importante luz para iluminar su sentido.26

Otra postura, sostenida por el profesor Matus y que


prescinde de las normas de interpretación contenidas en el
Código Civil, plantea que el fin de la ley sólo puede
considerarse como un argumento limitador del sentido literal
posible de la misma, precisándola y determinándola en su
justa dimensión. Ello, por cuanto la finalidad protectora de
los bienes jurídicos que desempeña la norma penal no puede
sobrepasar su principal función: Ser una garantía
constitucional contra la arbitrariedad.

b) El principio pro reo

En materia de interpretación de la ley penal es


discutido el hecho de que el principio pro reo tenga
aplicación, toda vez que según la mayoría sólo tendría cabida
en la interpretación de normas procesales, mas no
sustantivas.

Algunos plantean que no obstante el empleo de todos los


medios de interpretación pueda ocurrir que la voluntad
legislativa aparezca incierta, ante ello se suele indicar que
26
Novoa Monreal, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 141

15
el criterio para resolverlo está dado por el principio in
dubio pro reo, de manera que se debería aceptar aquella
interpretación que aparece más favorable al imputado, toda
vez que así lo indica otro principio cual es, el de
presunción de inocencia.

Otros, plantean que cuando la interpretación es dudosa,


no se permite favorecer al imputado, sino que se le debe
asignar a las palabras de la ley aquel sentido que más
conforme resulte a su espíritu.

De acuerdo a lo expuesto, ambas posturas se relacionan


con la discusión enunciada a propósito de la interpretación
de la ley penal según su extensión, aspectos a los cuales nos
remitimos.

c) La analogía

Según Maggiore27, la analogía es la aplicación de un


principio jurídico que establece la ley para un hecho
determinado, a otro hecho no regulado, pero jurídicamente
semejante al primero.

Se trata entonces de la aplicación de la norma que


establece la ley para un hecho determinado, a otro hecho que
la ley no contempló, pero que guarda semejanza con el
primero.28

En cuanto analogía propiamente tal, es discutido en


doctrina si la misma tiene o no cabida en derecho penal.

27
Citado por Etcheverry, Alfredo. Ob. Cit. Tomo I. Pág. 112
28
Novoa Monreal, Eduardo. Ob. Cit. Pág. 146

16
Algunos plantean que tiene cabida en la medida de que se
trate de una analogía en bonam parte, es decir, de una
integración que beneficie al delincuente. Otros, señalan que
no importa el carácter que tenga la analogía, aquella no
tiene cabida en el derecho penal, pues en concepto de esta
postura no existen vacíos en la ley penal que requiera la
integración de la misma.

Ahora bien, hemos dado ciertos conceptos de analogía con


la finalidad de que no sea confundida con la interpretación
analógica. Esta última, busca el verdadero sentido y alcance
una norma acudiendo al parangón con leyes análogas, se trata
de un recurso lógico para determinar cual es el alcance real
de una ley.

Tradicionalmente se ha señalado, que la analogía no


tiene cabida en el derecho penal, ello debe ser precisado en
base a lo antes enunciado. La analogía en tanto suponga
otorgar un alcance a la norma penal que la misma no tiene,
supone analogía y en tal caso implica a su vez una
transgresión al principio de legalidad o reserva, ello sin
perjuicio de la opinión de la doctrina antes enunciada. En
tanto, si solo se busca clarificar el sentido de una ley
acudiendo a otra similar, aquello no está proscrito y tiene
cabida en el derecho penal.

17
Conclusión

En el análisis de la literatura jurídica nacional en


materia penal, hemos constatado que básicamente la estructura
al tiempo de tratar la interpretación es muy similar. La
mayoría se ocupa de la interpretación a la luz de los
postulados y normas del derecho civil.

Sólo algunos autores reconocen la existencia de otros


elementos o formas de interpretación, que han de tener cabida
en nuestro ordenamiento, incluso postulándolos como normas
que han de primar por sobre las normas del Código Civil.

Ahora bien, hemos mostrado que en efecto existen ciertas


pautas o elementos que no gozan de gran difusión en nuestro
medio, los cuales sin duda han ser tomados en consideración
por el jurista y abrirse a otras formulas, ajenas a las
clásicas y menos pregonadas por la doctrina, pues de tal
forma podremos generar un mejor debate y con mayores
perspectivas a la hora de hablar sobre interpretación
jurídica.

18
Bibliografía
1.- Cuello Calón, Eugenio: “Derecho Penal”. BOSCH, Casa
Editorial S.A. Barcelona. España. Decimoctava Edición. Tomo
I. Volumen primero.

2.- Cury Urzúa, Enrique: “Derecho Penal. Parte General”.


Editorial Jurídica de Chile. Santiago. Chile. 1982. Tomo I.

3.- Del Río C., J. Raimundo: “Elementos de Derecho Penal”.


Editorial Nacimiento. Santiago. Chile. 1939.

4.- Etcheverry, Alfredo: “Derecho Penal. Parte General”.


Tercera Edición. Editorial Jurídica de Chile. Santiago.
Chile. 1998.

5.- Fontán Balestra, Carlos: “Derecho Penal. Introducción y


Parte General”. Abeledo-Perrot. Buenos Aires. Argentina.
Tercera Edición.

6.- Garrido Montt, Mario: “Derecho Penal. Parte General”.


Editorial Jurídica de Chile. Santiago. Chile. 1997. Tomo I.

7.- Jiménez de Asúa, Luis: “Tratado de Derecho Penal” Losada.


Buenos Aires. Argentina. Tomo II.

8.- Manzini, Vicenzo: “Tratado de Derecho Penal. Primera


Parte. Teorías Generales”. Traducción de Santiago Sentís
Melendo. Ediar Soc. Anón. Editores. Buenos Aires. Argentina.
Tomo I. Volumen I.

9.- Matus Acuña, Jean Pierre: “La Ley Penal y su


Interpretación”. Ediciones Jurídicas Congreso. Santiago.
Chile. 1994.

10.- Mezger, Edmundo: “Tratado de Derecho Penal”. Editorial


Revista de Derecho Privado. Madrid, España. Tomo I.

19
11.- Novoa Monreal, Eduardo: “Curso de Derecho Pena
Chileno.”. Editorial Jurídica de Chile. Santiago. Chile.
1960.

12.- Sanhueza Romero, Juana; Cruces Pereira, Rubén y


González-Fuente Rubilar, Rodrigo: “Nociones fundamentales de
Derecho Penal”. Fondo de Publicaciones. Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales. Universidad de Concepción. Concepción
Chile. 2007.

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