Se acercaban con sigilo a la casa abandonada, Y se lo merecían todo. Estos niños que sin temor a nada. Ellos no acostumbraban a dieron su pequeño trozo de interpretación, bien celebrar ese tipo de rituales, pero la noche lo hablada o con una expresividad inusitada, pero es requería. Ávidos y hambrientos de lo el arte del cine y la fantasía para crear ese desconocido, se adentraron en el enorme hall universo de casas encantadas y espíritus que guardaba con celo aquel viejo caserón que agradecidos. Y repito, se lo merecían todo porque ha vivido tiempos muy lejanos, cortinas ajadas la culminación del arte, y en este caso, del por la soledad de los enormes habitáculos y un séptimo arte, se premia con la estatuilla de la mobiliario que invitaba al temor y no al gloria y el diploma al actor o actriz más recogimiento. Se dieron las manos uniendo el avezados. gran círculo de la tabla, cuyas letras y signos contenían el cordón umbilical al otro lado. Todo estaba dispuesto y, con el sollozo de las velas y el gemido del viento golpeando el vidrio mojado de los ventanales, se llamó a la puerta del más allá. Esos ojos casi etéreos y el gran estertor de su alma asombraron con pavor al más incrédulo. Un espíritu, un ente sobrevolando sus cabezas, deseaba hablar y decir la verdad a gritos. El juego, a veces, es peligroso, como el juego de la tabla del otro lado. Da igual si habla en otro idioma, la verdad es universal, “jugando con mi cometa, me caí en un pozo,… tenéis que liberarme…”. Algunos de los premiados, después de unos Con esta premisa, ¿quién no se resiste a momentos de tensión, probando las mieles del navegar por esta historia de fantasmas y niños éxito in situ. jugando a ser otra cosa? Sí, todos supieron sacar partido de su otro yo, el Perdonad si ahora me he puesto tan que se disfraza y quiere ser otro, otra realidad por trascendental, pero aún me emociono cuando muy lejana y horrible que sea. veo esa realidad en los cortos con los que trabajamos. Sé que todos aprendimos algo de los personajes. Sí, lo más importante es la comunicación, ¿por qué no intentarlo en otro idioma diferente al nuestro? ¿No es un reto el hecho de ver qué pasó hace un siglo o medio?
Algo flota en el ambiente y hace más frío.
Sí, qué noche la de aquel año, que melodía más
tenebrosa. Todo eso y mucho más perdurará en El fantasma, entregado en cuerpo y alma. nuestros corazones con esas imágenes prácticamente imborrables, casi transparentes, como el espíritu de la Noche de Halloween.