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LA DIRECCION
Teníamos ya la partida de nacimiento de la Escuela de Comercio Nº 1, pero nada
mas que eso. Había que darle vida al proyecto aprobado. Había que designar sus autori-
dades, formar el cuerpo docente, y “reclutar” los alumnos posibles para iniciar los cursos.
Fue una carrera contra el tiempo, porque transcurrían ya los primeros días de abril. En la
primera semana, se concierta una reunión en la Municipalidad con la Asesora de la Direc-
ción de Enseñanza Superior, Media y Vocacional Profesora Agueda Zanettini, para acor-
dar la forma de solucionar urgentemente dichos problemas.
Esa reunión tuvo como protagonistas, además de la citada funcionaria, al Dr.Pedro
Damiani, don Roberto Antonio Ramón Oribe, que era el subsecretario de gobierno muni-
cipal y jubilado como Inspector de Escuelas de la Nación , el Ingeniero Alfredo Rubén Di
Caro, la señorita Olga Martha Iriberri que sería propuesta como Preceptora , y Aidor Mi-
randa.
El motivo de esta primera reunión, era la designación provisoria del Director, “Tiene
que ser uno de ustedes” nos dijo la Asesora. porque tengo que llevarme el nombre para
oficializar su nombramiento. Ninguno quería ser. Finalmente convencimos, a Pedro Da-
miani, para que fuera él, quien finalmente aceptó con la “condición” de que solo sería por
dos años como máximo, pues no le gustaba la función directiva. Pese a su promesa, que
no dejaría de respetar, debió continuar hasta fines de 1968, año en que presenta su re-
nuncia al cargo, en el que es reemplazado provisoriamente por el Vice-director Ingeniero
Di Caro, hasta el 20 de agosto de 1970, en que soy designado Director.
A esta altura no puede dejar de aclararse, que todo esto era un procedimiento de ex-
cepción y fuera por completo de la normativa reglamentaria, pero que afortunadamente
fue posible porque estaba la voluntad política de la autoridad ministerial, de no privar a la
comunidad de 25 de Mayo, de un nuevo establecimiento secundario, que había sido re-
querido por sus instituciones mas representativas.
EL CUERPO DOCENTE
Cumplido este primer paso, y siempre siguiendo la vía de excepción, quedamos au-
torizados con el Dr. Damiani, para confeccionar el listado de los profesores que dictarían
las materias de Primer año, todos los cuales ingresarían en la calidad de contratados. .
Con la idea de no dejar de obrar con total imparcialidad, hicimos una convocatoria
pública para que se anotaran quienes estuvieran interesados en dictar las distintas cáte-
dras, pero todo ello sin dejar de invitar a que lo hicieran aquellas personas de ya tenían
reconocidos méritos, como en el caso particular del Dr. Armando Unánue, quien declinó
hacerlo porque aun pesaba sobre él la proscripción política de la época de la “Revolución
Libertadora”.
El primero y ya histórico cuerpo docente y auxiliar quedó así integrado: DIRECTOR,
Pedro Vicente Damián; SECRETARIO: Roberto Antonio Ramón Oribe; PROFESORES:
MATEMATICAS, Ingeniero Alfredo Rubén Di Caro; CASTELLANO: Zunilda Casaza de Ur-
danavía; BOTANICA: Ingeniero Osvaldo H. Iacopini; GEOGAFIA: Dr. León Goldstein:
EDUCACIÓN DEMOCRATICA: Aidor Francisco Miranda; HISTORIA: Dr. Pedro Vicente
Damián; FRANCES: Adela Schall de Ferrari; INGLES: Eloísa Bouquet de Chiessa; CUL-
TURA MUSICAL: Irma Urteaga de Casas; DIBUJO Y CALIGRAFÍA: Noelia Cirigliano de
Grau; CONTABILIDAD: Domingo Viceconte; EDUCACION FÍSICA: Rodolfo Pirota. PRE-
CEPTORA: Olga Martha Iriberri.- PORTERÍA : Elsa Minichiello de Sarratea.
EL ACTO INAUGURAL
Completada la planta funcional de la Escuela y cumplidos los trámites del reconoci-
miento ministerial de todo lo actuado, recién el 23 de abril pudimos dar iniciación a las
actividades de la nueva Escuela.
No fueron pocas las dificultades que debimos superar para ello en pocos días, prác-
ticamente en horas, habida cuenta que ya había transcurrido algo mas de un mes de la
iniciación del período lectivo en todos los niveles.
En primer término, tratar de reunir el disperso alumnado que habíamos inscripto pro-
visoriamente, pero que al llegar a la fecha de iniciación de las clases y no haberse concre-
tado la creación de la escuela, debieron optar por el ingreso a los otros establecimientos.
De los mas de 40 inscriptos que teníamos registrados, y con gran esfuerzo pudimos
reunir 26 para primer año, la mayoría de ellos porque no habían podido ingresar en las
otras escuelas.
En forma paralela con esas gestiones, tratábamos de resolver otro problema no me-
nos grave, el lugar para funcionar. Ninguna escuela tenía disponibilidad. Finalmente, con-
seguimos un “albergue transitorio” en el viejo edificio de la calle 27-10 y 11, donde funcio-
naba la Escuela Profesional, cuya directora Onelia H. Saldarini, nos facilitó un aula.
Asi, desprovistos de los mínimos recursos materiales para el desarrollo de la activi-
dad educativa, y a pesar de tanta precariedad, decidimos realizar en la mañana del 23 de
abril de 1062 el acto inaugural”.
Reunidos profesores y alumnos a las 8 de la mañana en el patio central junto al
mástil, advertimos que nos faltaba el pabellón de la patria para izarlo, ya que no teníamos
acceso a la Dirección de la Escuela Profesional. Corrimos hasta la Comisaría a pedir
prestada una bandera, y poco después pudimos verla ondear al tope, mas linda que nun-
ca, mientras que “a capella”, pues no teníamos música- entonamos, con la emoción pro-
pia de las circunstancias, las estrofas de nuestro Himno Nacional
Ahora sí: Como reza una placa de la Escuela, “Modesta en sus medios, pero altiva
en sus fines” había nacido la Escuela de Comercio Nº 1 de 25 de Mayo. Dios nos brindó
el halago de haber asistido a su gestación y alumbramiento…
LOS PRIMEROS ALUMNOS
La nómina de los 26 alumnos “fundadores”, de los cuales solo TRES arribarían al 5º año
de estudios y obtendrían el título de Perito Mercantil ( María Delia Barrales, Luis Farina y
Elida Clara Ledesma), era la siguiente:
ALE, Marta Amelia
ANTINORI, Celia Edith
BARRALES, María Delia
BERGAMINI, Mirna Mabel
CANULLAN Mario Alberto
CARRARA Oscar Aníbal
CINGOLANI Beatriz Alicia
DEL RIO Hilario Alberto
FARACE Enrique Pedro
FARINA Luis
HERBON Rodolfo
LEDESMA Elida Clara
LEGUIZAMON, Blanca Esther
LEGUIZAMON Héctor Marcial
MINIERI María Alcira
MINIERI, José Francisco
MONTERO; Raúl
MORA Amelia Aída
MORA Noelia Beatriz
PASQUALINO Zulema Edith
PETRELLI Juan
PORTILLA Juan Manuel
QUINTANA Rodolfo José
RASCHIA Juan Vicente
SCATOLON Susana Mabel
ZANOVELLO Ferruccio
De los nombrados, Héctor Marcial Leguizamón y Raúl Montero, reingresarían mas
tarde -en 1964- cuando se crea el Turno Nocturno, en el que obtendrían también su títu-
lo.
A todos ellos, egresados o no, les alcanza nuestro agradecido recuerdo, porque en
circunstancias excepcionales, su presencia hizo posible que nuestra Escuela pudiera ini-
ciar esa primera etapa de las 45 que en forma progresiva y ascendente cumpliría des-
pués, para beneplácito de la comunidad y orgullo de los muchos que pudieron “arrimar un
ladrillo” para lograr la infraestructura material y espiritual que hoy la tiene encumbrada en
el ámbito socio cultural de 25 de Mayo.
“ MAESTROS PAGADOY”
Identificada oficialmente como “Escuela de Comercio Nº1, en una de las primeras
reuniones del grupo de profesores que trabajaba junto al Director, se acordó en buscar un
nombre como complemento,.
Giraron las sugerencias en torno a los nombres de distintos próceres, como Sar-
miento, Alberdi y Carlos Pellegrini, que en definitiva se fueron descartando, ante un pro-
puesta mas original, que pretendía buscar en la historia local, el o los nombres de quienes
por su aporte a la comunidad, merecían ser honrados con su recordación.
Así fue que hurgando en el pasado, encontramos como antecedentes válidos e in-
cuestionables, los que habían reunido en su trayectoria como educadores privados, los
hermanos Juan Bautista y Pedro Pagadoy, vinculados a familias tradicionales de nuestro
medio.
Estos maestros, oriundos de Francia y radicados en 25 de Mayo, crearon su escue-
la e “hicieron escuela” por muchos años, con sucesivas generaciones de veinticinqueños
Sobrados merecimientos para darle el nombre de “MAESTROS PAGADOY” a una
escuela nacida con humildad y modestia, pero con miras tan elevadas que serían moti-
vo de legítimo orgullo para todos los que habrían de transitar en tiempos distintos sus pa-
sillos, educadores y educandos.
EL TURNO NOCTURNO
La receptividad que desde el primer momento tuvo la apertura de la Escuela de Co-
mercio, con una especialidad que ampliaba el espectro para una salida laboral, nos hizo
ver la necesidad de ampliar esta oferta educativa, para quienes por razones de trabajo y
por su edad, estaban imposibilitados de iniciar la carrera de Perito Mercantil que se cur-
saba en el turno diurno con un plan de cinco años.
Nos abocamos por ello, a gestionar la apertura de un turno nocturno, previsto en los
planes de estudio para adultos, con los mismos contenidos pero con una duración de 6
años.
Con el importante respaldo de las dos instituciones mercantiles de la ciudad, el Cen-
tro Empleados de Comercio, presidido entonces por el señor Andrés Bergamini, y la Cá-
mara de Comercio. Presidida por don Lorenzo Iriberri, se realizaron las gestiones perti-
nentes y en 1964, obteníamos la autorización para la apertura del Turno Nocturno.
Al llamado de inscripción respondieron 41 alumnos, de las más variadas edades a
partir de los 18 años, que era el mínimo exigido y todos ellos ya con vinculación laboral.
Y, de nuevo a afrontar el problema propio de todo “carenciado” que no tiene casa
propia. ¿Adonde nos “metemos”? por que en el edificio donde funcionaba el turno diurno.,
en el horario vespertino la Escuela Profesional tenía sus propios cursos.
Después de peregrinar por posibles establecimientos con resultado adverso, recala-
mos finalmente en la Municipalidad, a cuyo frente estaba como Intendente el señor Fer-
nando Garabano, a quien le planteamos lo que hasta ese momento era un problema sin
solución a nuestro alcance.
Así fue que como alternativa de emergencia y con la mejor disposición, nos ofreció
un espacio en la planta alta del palacio municipal, que de muy buen grado aceptamos, y
una vez adaptado, allí comenzó la vida institucional del Curso Nocturno de la Escuela de
Comercio, que a partir de entonces y en forma ininterrumpida, siguió brindando hasta
nuestro días, una inestimable oportunidad de superación por el estudio, para una vasto
sector de nuestra población adulta
Al frente del turno nocturno, alternaban en la función directiva, el titular de la direc-
ción el turno mañana, Dr. Pedro Damiani y como secretario el Profesor de Educación Fí-
sica, Rodolfo Pirota. En mayo de 1968, se crea la Vicedirección, y es designado para de-
sempeñarla, el Ingeniero Alfredo Rubén Di Caro, en el turno noche.
Seis años después, en 1969, tendríamos los primeros egresados del turno Nocturno,
que fueron:
ALBORNOZ, Eduardo
APICELLA, Juan Carlos
BORDA Susana Esther
ESTENSORO Angélica R.
LGUIZAMON, Héctor Marcial
MONTERO Rodolfo
SANTURION, Jorge P.
EN LA “CASA PROPIA”
Año 1966.- A esta altura, transcurridos los primeros cuatro años, ya aparecía con-
formada la que por años sería distinguida como “ LA FAMILIA DEL COMERCIAL”, deno-
minación que hacía honor al grupo humano de los docentes de cualquier función, desde
el director a los preceptores, los auxiliares, padres y alumnos, que cohesionados firme-
mente, trabajaron sin desmayos por el crecimiento y la consolidación de la flamante es-
cuela, instalándola en la comunidad como un claro exponente de calidad educativa
No se puede dejar de recordar ciertos apellidos de padres de alumnos, que entre
muchos otros cuyos nombres resulta inevitable omitir, desde la Asociación Cooperadora o
desde el Club de Madres, fueron verdaderos puntales en la concreción de cada uno de los
emprendimientos proyectados. Los Abriola, Dentice, D’Angelo, Dré, González,(Oscar y se-
ñora), Del Río, Picone, Rodríguez, Chacón, Brunero, Telechea, Cordioli, Almirón, Risé,
Pinto, Serrano, Cryan, Vior, Tombolato, Andrade, Coscarelli, Raineri, Herrero, Uribarri, Ba-
dano, Marelli, Carrozo, Carona, Labolita, Melgar, Gagliano, Elorga, Faga, entre muchos
otros, son nombres que hoy no pueden leerse en los paredes de la Escuela, pero que en-
tre cada uno de sus ladrillos, su recuerdo asoma en la mezcla espiritual imperecedera
que asegura su vitalidad y garantiza su permanencia..
Héctor Dentice presidía la Asociación Cooperadora cuando se resolvió realizar una
rifa de 1000 números, con un primer premio de un automóvil Peugeot 303, a fin de recau-
dar fondos para emprender una verdadera cruzada para procurar adquirir nuestro propio
edificio. El sorteo tendría lugar en una cena, en la que tenía derecho a participar cada ad-
quirente, la que se llevó a cabo en el Club Sportivo, y fue beneficiario del premio el señor
Antonio Farace
Realizada la misma, se pudo reunir la cantidad de un millón de pesos, cifra impor-
tante pero insuficiente para poder concretar la compra del edificio que era propiedad de la
sucesión de don Pedro Azcona. Ubicado en la calle 10 entre las de 26 y 27, con la que ha-
bíamos iniciado las conversaciones y tenían la mejor disposición para venderla.
A partir de ese momento, se realizaron activas gestiones en el Ministerio de Educa-
ción, para obtener el aporte de los 2 millones de pesos que faltaban para completar el pre-
cio exigido por los propietarios, que era de 3 millones de pesos.
Obtenida esta partida, se realiza poco después., el acto de escrituración en la Escri-
banía General de Gobierno, en La Plata, la que se hizo a nombre del Ministerio de Edu-
cación de la Provincia, pues no era posible que la Asociación Cooperadora figurara como
adquirente. Era Gobernador entonces, el Dr. Anselmo Marini, de la UCR. quién había ac-
cedido al cargo en las elecciones que habían consagrado como Presidente de la Nación
al Dr. Arturo llia.
Con el Dr. Damiani, recordamos como hecho anecdótico de entonces, que parte del
precio se pagó con un cheque de $ 700.000, de la cuenta de la Tesorería de la Provincia
en la casa Central de su banco, y que al pretender hacer efectivo su importe por parte
del señor Gofredo Andrade, familiar de los vendedores, le fue devuelto “por falta de fon-
dos”, debiendo ser sustituido por otro con “fecha diferida”. ¡ La Provincia estaba “en des-
cubierto” en su propio Banco¡
¡Y nos mudamos a nuestra “propia casa”!, de la que saldría a fines de ese año-
1966- la Primera Promoción de Peritos Mercantiles, con tan solo cuatro egresados: Ma-
ría Delia BARRALES, Elida Clara LEDESMA, Luis FARINA y Silvio DAGLIO .
En esa “casa”, que iríamos modificando en su estructura edilicia para adaptarla a los
nuevos requerimientos de aulas para un creciente alumnado, estuvimos durante casi
veinte años consecutivos, hasta que en l982, nos mudaríamos para inaugurar el flamante
edificio de calle 13 y 25, que sería su asiento definitivo.
El 21 de mayo de 1982, se lleva a cabo el acto inaugural de la nueva sede escolar.
Era inocultable la satisfacción que experimentábamos todos -docentes, padres y
alumnos-, por acontecimiento tan trascendente, aunque no existía ánimo ni disposición
para festejos
¿La razón de ello? Otros acontecimientos acaparaban la preocupación de los argen-
tinos, que asistían impávidos al desfile de miles de jóvenes que, inocentes, marchaban
hacia el impensado escenario de guerra abierto en el Atlántico Sur, para jugar sus precio-
sas vidas en la contienda armada desatada con Gran Bretaña, en el intento de recupera-
ción de nuestra soberanía, sobre las Islas Malvinas.
El gobierno militar de turno, que una vez mas se habían encumbrado en el poder
después de derrocar a un gobierno constitucional, con escasa o nula visión geopolítica del
presidente, General Leopoldo Galtieri, había creído oportuno dejar de lado las gestiones
diplomáticas y recurrir a las vías de hecho, sin medir en modo alguno las posibilidades y
menos aun las consecuencias de una guerra desigual con una potencia del primer mun-
do como es Inglaterra.
Mientras nosotros izábamos el pabellón patrio que daba la señal de apertura de un
nuevo baluarte de la educación en nuestro medio, y entonábamos con profunda unción
nuestro Himnos Nacional, latían en nuestros corazones la inquietud y tristeza, porque en
ese mismo momento, a miles de kilómetros, en el Atlántico sur. El rugir de los cañones
apagaba el eco de nuestras voces…, y miles de jóvenes que se habían visto obligados a
trocar su uniforme escolar por otros que los convertía en improvisados soldados de una
inexplicable guerra, se debatían en una cruel alternativa de tratar de conservar su valio-
sa vida y evitar perderla sin siquiera llegar a saber por qué
Y allá, en ese cruento escenario, añorando los recreos de su escuela, en las fango-
sas trincheras, uno de nuestros “ chicos”: jugaba en serio a la guerra: ROLANDO DANIEL
TROCHE, quien a Dios gracias, no habría de contarse entre sus muchas inocentes vícti-
mas., y pudo volver a nosotros, dejando atrás su terrible pesadilla.
En honor de esa heroica legión y para perpetuar nuestros derechos a su sobera-
nía, impusimos el nombre de “Islas Malvinas” al hermoso salón de actos, tal como lo re-
cuerda la placa que desde ese día luce en uno de sus laterales.
A partir de ese auspicioso hecho, los años sucesivos pusieron de resalto que el rit-
mo ascendente no ha sufrido alteraciones, y habiendo surcado ya los carriles de los 47
“kilómetros” de vida, todos quienes tuvieron algo que ver en ese largo tramo, pueden os-
tentar en el interior de sus pechos, la reluciente e innominada medalla que iluminando sus
corazones, dice:¡¡¡ Yo también estuve…!!!
¡Y LA VIDA SIGUE¡¡¡
Se dice y no sin razón, que “lo que no avanza, retrocede; y lo que no progresa, se
arruina”. , reflexión ésta tenida en cuenta, al decidirme a relatar hechos no por todos co-
nocidos, que tienen que ver con la gestación, advenimiento y desarrollo de esta querida
criatura institucional que se llamó “Escuela de Comercio MAESTROS PAGADOY”. a la
que en el curso de sus jóvenes 47 años, varias veces le cambiaron su ropaje, sin que en
modo alguno le hicieran perder su linaje ni opacar el brillo de su trayectoria. Por algo es
para todos “Nuestra Escuela” y para cada uno de nosotros, los que la “vivimos” siem-
pre será “Mi Escuela” Los hechos y cada una de las circunstancias conexas, no son sim-
ples recuerdos que la memoria ha movilizado para instalarlos en tiempo presente, sino
que son vivencias que han dejado en el. alma su marca indeleble y acompañan mi exis-
tir.
A los que hoy no están y ya no podrán volver, quisiéramos hacerles llegar un “,mail”
a la nube en que reposan, para decirles que siguen estando entre nosotros para que
“vean” que no pasaron en vano por la vida terrenal, y que las semillas de su siembra ca-
yeron en muy fértiles surcos, los mismos que abrieron con su saber, su vocación y su
amor, y de los que año a año, cientos de jóvenes siguen cosechando los mejores frutos.
Para MI ESCUELA
Para ROBERTO RAMON ANTONIO ORIBE
Para LEON GOLDSTEIN
Para OSVALDO IACOPINI
Para RODOLFO PIROTA
Para ADELA SCHALL DE FERRARI…