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Lucas 5:12-16 “Jesús sana a un leproso”

(Mt. 8.1-4; Mr. 1.40-45)

Luc 5:12 Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno
de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo:
Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Recordemos que era la lepra:


Lev 13:1 Leyes acerca de la lepra
Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:
Lev 13:2 Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o
mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a
Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.
Lev 13:3 Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se
ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de
lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
Lev 13:4 Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere
más profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote
encerrará al llagado por siete días.
Lev 13:5 Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo
aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a
encerrar por otros siete días.
Lev 13:6 Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse
oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará
limpio: era erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio.
Lev 13:7 Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se mostró al
sacerdote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote.
Lev 13:8 Y si reconociéndolo el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la
piel, lo declarará inmundo: es lepra.

Lev 13:45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza
descubierta, y embozado pregonará: !!Inmundo! !!Inmundo!
Lev 13:46 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y
habitará solo; fuera del campamento será su morada.

Este hombre leproso debió haber conocido al Señor Jesús. Los leprosos se encontraban
apartados de las ciudades así que tuvo que haber visto al Señor en algún otro
momento, quizás de paso o cuando estaba limpio aun.
El conocía el poder de Dios, nunca dudó que lo podía sanar, estaba totalmente seguro,
y era tan así que tenía mucho respeto de Jesús, no se sentía merecedor de estar en su
presencia, incluso hizo algo arriesgado para llegar a el por encontrarse en un lugar que
no re correspondía.
Y le pregunta al Señor si es que El quiere limpiarlo, estando a una distancia de EL y
postrado con el rostro en tierra en señal de humillación, en una forma de decir que
Jesús era mucho más que él, que no era digno aun de mirarlo a la cara.

Luc 5:13 Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al


instante la lepra se fue de él.

El Señor hizo lo que nunca nadie había hecho con este hombre lleno de lepra, le toco.
¿Por qué era necesario que Jesús le tocara? El Señor solo con decir quiero, era
suficiente. Mas Jesucristo quería demostrarle primeramente con sus actos y luego con
su boca que realmente quería limpiarlo. Para el Señor estaba primero el actuar y luego

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el decir y a este hombre lo convenció de que lo que decía era verdad, y luego con sus
palabras lo limpió al instante.
Así mismo nosotros estábamos como ese hombre, llenos de lepra, (pecado) y no
éramos dignos de entrar a la presencia de Nuestro Señor, mas el se acerco, tomando la
forma de hombre, se hizo semejante a nosotros, y nos salvo.

Fil 2:6-8 el cual, siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando la forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a si mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Él no tenía porque dejar su Trono, el Siendo Dios no podía tolerar el pecado frente a
Él, pero por amor a nosotros descendió en forma de hombre para salvarnos nosotros
solo con pedirle que el nos limpie de todo pecado Él lo hace. Vemos como es
maravillosa la forma en que el Señor nos limpia cuando se lo pedimos, en este mundo
todo tiene un tiempo de espera aunque sea muy pequeña, mas para Dios esto sucede
al instante, a una velocidad inmedible.

Luc 5:14 Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al
sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos.

En Lev 14 se encuentra la ley para el leproso cuando se limpiare.


Al Señor no era que no le importara que se conociera su nombre o que no conocieran el
evangelio de su salvación, sino que para Dios era más fácil demostrar su poder a través
de los cambios realizados en las personas. Y así como para confirmar ante los
sacerdotes que él estaba limpio era necesario realizar una ofrenda, un sacrificio, así
también para nosotros poder decir que fuimos sanados, fuimos limpiados fue necesario
mostrar un sacrificio y esta ofrenda fue lo realizado en la cruz por nuestro Salvador, el
Señor Jesucristo que murió y dio su vida y resucitó para darnos a nosotros vida y
salvación.
Y así damos testimonio a las demás personas que lo que decimos es verdad, teniendo
este gran respaldo que nos avala como hijos de Dios.

Luc 5:15 Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y
para que les sanase de sus enfermedades.

Luego que las personas veían los milagros de Jesús los atraía para que ellos también
pudieran gustar de la gran misericordia del Señor y también así poder sanados.

Luc 5:16 Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.

Si bien Cristo podía hacer todos los milagros y sanaciones que las personas les pidiesen
ese no era su objetivo final en la tierra. Su fin era entregar las buenas nuevas de
Salvación y no sanar a las personas superficialmente, no sanarlas de cuerpo sino
espiritualmente.
El fin último de Jesús es que ninguno perezca y es por eso que hasta hoy da la
oportunidad para que cualquiera creyendo en El y aceptándolo de corazón pueda ser
rescatado de la condenación y sea santificado por su obra y limpiado con su sangre
derramada.

Viendo tan grande amor mostrado por ti, ¿no te dan ganas de recibirlo ahora mismo?
El está esperando por ti no lo dejes con los brazos extendidos y acéptalo ahora que es
el tiempo aceptable, ahora que es el tiempo de Salvación.

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