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Luc 5:12 Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno
de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra y le rogó, diciendo:
Señor, si quieres, puedes limpiarme.
Lev 13:45 Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza
descubierta, y embozado pregonará: !!Inmundo! !!Inmundo!
Lev 13:46 Todo el tiempo que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y
habitará solo; fuera del campamento será su morada.
Este hombre leproso debió haber conocido al Señor Jesús. Los leprosos se encontraban
apartados de las ciudades así que tuvo que haber visto al Señor en algún otro
momento, quizás de paso o cuando estaba limpio aun.
El conocía el poder de Dios, nunca dudó que lo podía sanar, estaba totalmente seguro,
y era tan así que tenía mucho respeto de Jesús, no se sentía merecedor de estar en su
presencia, incluso hizo algo arriesgado para llegar a el por encontrarse en un lugar que
no re correspondía.
Y le pregunta al Señor si es que El quiere limpiarlo, estando a una distancia de EL y
postrado con el rostro en tierra en señal de humillación, en una forma de decir que
Jesús era mucho más que él, que no era digno aun de mirarlo a la cara.
El Señor hizo lo que nunca nadie había hecho con este hombre lleno de lepra, le toco.
¿Por qué era necesario que Jesús le tocara? El Señor solo con decir quiero, era
suficiente. Mas Jesucristo quería demostrarle primeramente con sus actos y luego con
su boca que realmente quería limpiarlo. Para el Señor estaba primero el actuar y luego
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Por: Iván P. Yáñez Fica www.mirad.cl contacto@mirad.cl
el decir y a este hombre lo convenció de que lo que decía era verdad, y luego con sus
palabras lo limpió al instante.
Así mismo nosotros estábamos como ese hombre, llenos de lepra, (pecado) y no
éramos dignos de entrar a la presencia de Nuestro Señor, mas el se acerco, tomando la
forma de hombre, se hizo semejante a nosotros, y nos salvo.
Fil 2:6-8 el cual, siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando la forma de siervo, hecho
semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a si mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Él no tenía porque dejar su Trono, el Siendo Dios no podía tolerar el pecado frente a
Él, pero por amor a nosotros descendió en forma de hombre para salvarnos nosotros
solo con pedirle que el nos limpie de todo pecado Él lo hace. Vemos como es
maravillosa la forma en que el Señor nos limpia cuando se lo pedimos, en este mundo
todo tiene un tiempo de espera aunque sea muy pequeña, mas para Dios esto sucede
al instante, a una velocidad inmedible.
Luc 5:14 Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo, muéstrate al
sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés, para testimonio a ellos.
Luc 5:15 Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y
para que les sanase de sus enfermedades.
Luego que las personas veían los milagros de Jesús los atraía para que ellos también
pudieran gustar de la gran misericordia del Señor y también así poder sanados.
Si bien Cristo podía hacer todos los milagros y sanaciones que las personas les pidiesen
ese no era su objetivo final en la tierra. Su fin era entregar las buenas nuevas de
Salvación y no sanar a las personas superficialmente, no sanarlas de cuerpo sino
espiritualmente.
El fin último de Jesús es que ninguno perezca y es por eso que hasta hoy da la
oportunidad para que cualquiera creyendo en El y aceptándolo de corazón pueda ser
rescatado de la condenación y sea santificado por su obra y limpiado con su sangre
derramada.
Viendo tan grande amor mostrado por ti, ¿no te dan ganas de recibirlo ahora mismo?
El está esperando por ti no lo dejes con los brazos extendidos y acéptalo ahora que es
el tiempo aceptable, ahora que es el tiempo de Salvación.
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