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DE LA MEDIACION PUBLICA A LA MEDIACION FORZADA Legislacion, procesos electorales y medios electronicos en México Gabriel Sosa Plata No cabe duda de que los préximos co- micios se caracterizarn por consolidar 2 los medios electeSnicos de comunicacin ‘como principal campo de batalla para los distintos partidos politicos. Las causas de tal hecho radican, fun- damentalmente, en dos factores. El p mero es lacompetencia cada vez mis i tensa entre las diversas empresas de television y tos grupos radiofonicos por ganar mas auditotio y, por supuesto, més anunciantes, A partis de la transmi- si6n de los pormenores de las campa- fias de todos los partidos politicos, los medios electronicos procuran -no sin ciertas dificultades- da una imagen de “objetividad’, “oportunidad” y “plural dad” paca recuperar la confianza por el cuestionado tcatamiento informative durante los procesos electorales de 1994, tal como veremos adelante. BI segundo factor se encuentra en et incremento de tiempo que los partidos politicos pueden usar en Ia radio y la te- Ievision, de acuerdo con la reciente refor- ma electoral. Ese incremento, comosesa- be, no s6lo consiste en la obligatoriedad que tienen los medios electr6nicos de ce- der més espacios para Ia transmision de fos programas producidos por las pro- pias organizaciones politicas ~dentro de los denominados "tiempos oficiales’=, si- no también en la adquisici6n de spors en ambos medios que el Instituto Federal Blectoral (IFE) ha puesto adisposicion de los partidos contendientes. ‘Ademas de esos dos Factores, que po- demos calificar como coyunturales, existe vuna situacién histériea, generalizada en las naciones postindusteiales, que adi {cn que fos distintos scetores de la socie- dad ~incluidos, por supuesto, los parti- Corresponsal en México de las revistas Radio World Internacional » TV Technology América Latina. Coautor de Las mil y una dios, MeGrau-Hill Interamericana Editor ves, 1997. dos politicos- procuran fijar cada vez mas ssus posiciones a partir de la mediacién de In radio, la television y la prensa, ‘Como afiema Blisco Veron, ¢s precisa mente en los medias donde se est cons- truyendo cl vinculo principal entee los ciudadanos, los partidos y el gobierno. Por ello et investigador habla de una nue- va “democracia audiovisual”. Bn México, esta mediatizacion se ha idoincrementando de 1988 ala fecha con resultados ain inciertos y contradicto- rigs. Respecto al espacio medidtico de la informactén, es deci, el espacio destina- do por los noticiarios 2 las campanas po- liticas, ha habido signos positivos que ‘permiten apreciar una mayor disposi de tos medios por abordar los plantea- mientos de todos os candidatos dedicarles programas especiales. ‘Sin embargo, los noticiatios no se han podido desligar plenamente de su apoyo primordial al partido en el poder y de los vicios sintomaticos del ejercicio periodis. tico no profesional: el sensacionalismo, {a injuria, Ia tergiversaci6n, entre otros, de los que han sido presa todos los parti- dos politicos, incluso el mismo Partido Revolucionario institucional (PRI). En cuanto al espacio en radio y tele- vision que el Estado ~a través del IFE= otorga a los partidos politicos para la difusién de sus campasas, el saldo ha sido satisfactorio s6lo en algunos casos. Por una parte, s¢ ha calificado como un acierto el hecho de que desde 1973se ha- yan incrementado tales tiempos a fin de ‘que los partidos que hist6ricamente han sido por razones ideoldgicas~ subesti- ‘mados pot los noticiatios, tengan laopor- tunidad de dirigirse a los grandes secto- res de la sociedad para dar a conocer sus ‘opiniones y proyectos. No obstante, han persistido, a ka vez, dos factores en contra: uno es la inequi- dad en el reparto de los espacios (situa- ‘ci6n muy cuestionada por los partidos de Ia oposici6n y por algunos sectores aca- démicos); y otro segundo, mucho mas importante, es el escaso aprovechamien- to del Lenguaje audiovisual por parte de los partidos politicos. Esto tikimo es par- ticularmente grave, ya que la deficiente produccién de los programas partidistas de radio y television, lejos de conteibuira ‘un mayor conocimiento sobre las plata- formas de dichas organizaciones polft- ‘as, ha generado un rechazo hacia estos instrumentos de persuasién, lo cual afec- ta la credibilidad y aceptacién det pro sistema de partidos existente en Mi Asi pues, esa mediacin forznda im- puesta por la legislacién, debida al capti cho de los partidos politicos, necesita acompatiarse de otros elementos para que realmente logre cumplir su propési- to: la democratizacién del espacio pri 0 det Estado. Goblerno-radiodifuseres Una constante histérica en la actua- cién de fos medios electr6nicos durante tos procesos electorales fue, hasta 1994, su inclinacién por favorecer abiertamen- tea los candidatos del PRI navista cana BE COMUNICACIN 25 BI origen de ello se encuentra en la conformacién del propio cocporativismo del sistema politico mexicano, cuya esta- bilidad se basaba en diversos mecanis- mos de control, asf como en formas de participaci6n politica y de legitimidad. La radio y Ia television no estuvieron ajenas a este corporativismo y durante muchos afios tales medios tuvieron pro- hibido tratar asuntos de politica: su la- bor era muy vigilada por el gobierno a tcavés de Ia entonces Secretaria de Comu- nicaciones y Obras Pdblicas (SCOP, hoy Secretaria de Comunicaciones y Trans- portes). Reglamentos como el de Estacio- res Radiodifusoras Comerciales, Cienttfi- ‘cas, Culturales y de Afcionados de 1937, precisaban claramente fa imposibilidad de queen las estaciones radiodifusoras se abordaran asuntos personales, politicos y religiosos.” No es sino hasta 1960, con {a Ley Fede- ral de Radio y Televisién, cuando se ga- rantiza la libertad de expresién, pero esta libertad no Fue ilimitada: se podia hablar peicticamente de todo, pero nunca cues- tionar al sistema politico, nial Ejército ni al Presidente de la Repiblica. Esa nocma no esté escrita en [a ley, pero era un acuerdo entendido entre radiodifusores ¥ gobierno que duré hasta los afios ‘ochenta. Por supuesto que los duefios de esos medios por ejemplo, Azcérraga o las far milias Serna, Salas o Laris~ no estaban descontentos por no tatar libremente asuntos de politica por varios motivos. En primer lugar, porque no tenfa caso cues- tionar el desempefio de un gobierno y de tun sistema que tantos beneficios y faci dades les habfa otorgedo para acrecentar ‘sus negocios. En segundo lugar, porque no existia una oposicion fuerte © grupos organizados que cucstionaran tas ai nes de gobierno. Por lo mismo, los radio- difusores no se iban aarriesgar a transmi- tic informacion de una _organizacién minoritaria que molestara a algan fun- ‘onario. ¥ en tercero, porque desde tos afios cuarenta se ha desarrollado un inte- resante fen6meno que todavia permane- ce: a estrecha relaci6n entre radiodifuso- res y funcionarios del gobierno, que va desde nexos familiares hasta fa incursiGn de una actividad en otra, es decir, radio- difusores que se convierten en politicos ven radiodifusores: S6lo recordemos, por ejemplo, a Miguel Alemdn -hijo del ex presidente y senador con licencia co- ‘mo accionisea y actual vicepresidente det Consejo de Administracién de TELEVISA; 0 ‘a Luis M. Farfas ~ex gobernador de Nue- 26 pavasta MEXICANA DE COMUNICACION vo Leén y lider de la mayoria prifsta en la (Cimara de Diputados en tos afios setenta ¥ principios de los ochenta- como ex ac- ‘ionista del Nucleo Radio Mil? Dentro det anecdotario de esa rela- ‘cin destaca un dato curioso: en 1966, un ‘grupo de radiodifusores encabezado por Inis Ignacio Santibéfiez, reconocido lo- ‘cutor y directivo del grupo radiofénico FIRMESA, cred la Uni6n Civica de Radio- ddifusores, ailiada al PRI, para abrir sus €3- taciones a los “postulados revoluciona- ios" enarbolados por dicha organizacién politica * ‘Ast, el espacio mediatico del Estado ‘en cealidad era un espacio monopolizado porel gobierno y su partido, en el cual no ‘existia la competencia electoral. Primeros espaties de apertura Ante ese panorama, los gobiernos de Bcheverréa Alvarez. (1970-1976) y de ‘José Lopez Portillo (1976-1982) se vieron ‘en la necesidad de abrir algunos espacios ‘a los partidos politicos en los medi electeénicos? La Ley Federal Electoral de 1973 por primera vez estableci6 ese derecho du- ‘ante los periodos electorates. La apertus- ra, sin embargo, fue muy limitada: 10 mi- fnutos quincenales y participaci6n en programas colectivos (Articulo 39). or su parte, la Ley Federal de Organi- zaciones Politicas y Procesos Electorales (LrOPPE) promulgada -al iniciarse el de- bate sobre la posible reglamentacion det derecho a ta informacion- en 1977, ex tendi6 esa garantia alas épocas de “nor- malidad", es decir, cuando no habia co- smicios en puerta, y dispuso que hubiera cequidad en el acceso a medios. En su Ar- ticulo 34 se establecia que el "tiempo que la Comision Federal Electoral determine a cada uno de los partidos politicos le co- rresponderé igual cantidad, sin que el tiempo para cada partido sea inferior a 15 simtos mensuales” Empero, 1a polémica continud en los aos siguientes (sobre todo en los proce- s0s clectorales de 1979, 1982 y 1985) por bvias razones. Como se aprecia, estas le- yes s6lo se referian al “uso de los tiempos Oficiales’ dos 30 minutos diatios que marca la Ley Federal de Radio y Televi- sion yel 12.5 por ciento del denominado “tiempo fiscal’) y no a los tiempos comer- ales o al ocupado por los noticiarios © programas especiales De tal manera que, aungue hubicra equidad dentro de los “tiempos oficiales", no Ia habfa.en tos no- ticiarios ni en los tiempos comerciales (spots pagados), siempre saturados en periodos electorates por el PRI. Las cifras de 1988 Fuc bajo tales regias como se desarro- U6 el proceso electoral de 1988 y, como ‘se preveia, Ia inclinacién a un solo parti- do fue contundente: radio y principal. mente Ia television saturaron sus espacios noticiosos de los pormenores de la cam- patia del entonces candidato det PRI, Car- {0s Salinas de Gortati, y dejaron de lado {a informaci6n relativa a los otros candi- datos, Existen varias investigaciones sobre el comportamiento de los medios en ese pe- Hlodo que demucstean la anterior aseve racion.* Una de elias, efectuada por el Centro Internacional de Investigacion y Desarrollo, AC. entre octubre de 1987 y mayo de 1988 (difundida parcialmente), arrojé los siguientes resultados: mien- tras que la campafia del candidato Carlos Salinas de Gortari ocup6 el 69.4 por ciento del tiempo destinado en {os noticiarios radiof6nicos a cu- brie las campafias electorates, tos oteos candidatos ocuparon -en total s61o el 30.6 por ciento; yen Ia televi desproporeifin Fae mayor: ef 90.7 por ciento del tiempo dedicado por los no- ticiarios a las campatias presidenciales correspondié al candidato del PRI, ca tanto que s6lo un 9.3 por ciento se de- ‘a oteos candidatos. En total, radi y television destinaron un 79.8 por cien- to de au tempo a Salinas yun 20.2 por clento global a lor candaton de oponicion (re cudroe sgn: tes). vor Ante tal comportamiento in- formativo, los cuestionamientos por parte de los partidos de la ‘oposicién no se hicieron esperar, aunque la molestia no tuvo efec- tos inmediatos. En 1990 entré en vigor el Cédi- ‘g0 Federal de Instiruciones y Pro- ‘cedimientos Electorales (COFIPE) ~que sustituy6 al Cédigo Federal Electoral en 1967-, el cual incluy ‘nuevas disposiciones (articulos del 42 a1 48) bien cecibidas por los par- tidos, pero otras retomadas de la LFOPPE que ratificaron la inequi- dad en el acceso y cuyo debate hoy todavia continga, Cuadro 1 INFORMACION EN RADIO Y TELEVISION DURANTE LA CAMPANA DE 1986 Tiempos totales ral" que, en un primer momento, s- uid siendo ineficax'® Fl apoyo al PRI, ya en el proceso electoral de 1994, sigul6, segin un estudio de Alianza Civica/Observacién 94." Por tal razin, el Consejo General del TFE, en su sesi6n del 18 de jue no, exhorts a los medios de comu- nicacién “a cumplit con su funcién de informar de manera veraz, obje- tiva, equilibrads, plural y equitaiva respecto a ins actividades de campa fia de los partidos politicos [..] ¢o- mo condiciGn necesaria de la de- mocracia’, ya que “existe un amplio. reclamo social [J ante situaciones de falta de equilibrio y objetividad en la informacién celativa alas cam- pafias.."!? En la misma ceunién, el FE anuncio ~a propuesta del PRD- En el primer caso, el COFIPE dispuso una serie de mecanismos ‘para que esas organizaciones con- ‘rataran espacios en radio y tel si6n en el entendido de que las ta- rifas no serian “superiores a las de 1a publicidad comercial”. sin em- 9.4K que, a través de la Comisién de Ra- diodifusi6n, realizarfa un monito- 68% ‘POR NOTICIARIOS DE RADIO reo de los principales noticiarios de radio y televisi6n. Los primeros resultados ~que cubrieron del 22 de junio al 5 de jutio- comproba- ron que la practica de favorecer al Ibargo, no se establecié la obligato- riedad para las emisoras de radio y television de vender tiempos de teansmisi6n a los partidos, con lo ‘que las empresas quedaban en li- bertad de aceptar © no Ia propa- ganda pactidista. Por lo que se refiere a Ia inequidad, el Articulo 44, feacci6n 2, el COFIPE se- fala que “la duraci6n de las transmisio- nes [destinadas a Los partidos politicos] serd incrementada en periodos electo- rales en forma proporcional a su fuerza electoral”. Adin asf, la medida fue calif cada como buena, aunque insuficiente, por especialistas en la materi El proceso electoral de 1994 En visperas de los comicios de 1994, Ia presion de los partidos politicos de ‘oposicién continué y en septiembre de 1993, el COFIPE fue reformado para troducir tres nuevas disposiciones.’ En tuna se preciso la manera como los par- tidos politicos debian contratar esp2- cios en radio y televisi6n, a través de ca télogos que especificaban _horarios disponibles y tacifas en las estaciones. (tra establecié un procedimiento para que los partidos y concesionarios, a tra- vés de un “acuerdo de voluntades" por escrito, pudieran formalizar la contrata- cién de espacios para Ia insercién de propaganda. ¥ fa tercera -cuyo fin fue 35.1% [02.9% PRI en los noticiarios de radioy te- levisién permanecia con un 41 por ciento del tiempo total dest to hacia todos los partidos politicos-con- sistis en incluir una serie de sugerenciat del IFE a fa CAmara Nacional de la Indus- tia de Radio Televisién (CIRT) para que los agremiados de esta instivucién -con- cesionarios de estaciones de radio y tele- ‘visi6n— guiaran el tratamiento informati- vo de las campatias electorales. Bajo el titulo “Lineamientos generales aplicables en los noticiarias de radio y te- IevisiOn respecto de Ia informaci6n y difu- si6n de las actividades de camparia de los, partidos politicos", la autoridad electoral intent6 inducir, por primera vez.en su his- toria, un comportamiento mas objetivo y plural de los comunicadores, basado fun-

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