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Cuando Vienen las Sombras

PREPARAOS PARA ALGUNAS DE ESTAS


EXPERIENCIAS EN VUESTO VIAJE POR EL SENDERO

Por el Dr. H. SPENCER LEWIS, F.R.C.


(Tomado del "Rosicrucian Digest", de octubre de 1933)

M
e intereso mucho un editorial publicado en el
número de agosto de 1933 de la excelente revista
inglesa "The Occult Review". Sus editoriales son
siempre interesantes y bien documentados, y de vez en
cuando tocan algunos de los principios profundos del
misticismo.
En este editorial, el autor dice que hay un tipo de
"malestar" que prevalece entre las personas que van
progresando en el sendero del desarrollo espiritual o
místico, y cuyas vidas son "vívidas e intensas". Mucho me
complació que el autor usara esos términos: vívido e
intenso, porque creo que estas palabras describen mejor la
clase de individuos que es más sensible a las experiencias
de esta extraña emoción.
Muchos estudiantes que han hecho algún progreso en
el sendero del desarrollo espiritual y místico han comentado
que a medida que sus vidas se hacen más en armonía con
los principios espirituales y místicos de la existencia que
nos rodea, tanto más intensas y más vívidas son sus
reacciones tanto a las alegrías como a los dolores de la
vida. Es expresión común del estudiante de misticismo
verdaderamente serio y devoto el decir que una de las
primeras y más notables manifestaciones de que está
ocurriendo un cambio en nuestro interior, es la de una
apreciación más aguda, una comprensión más llena de
simpatía, de los dolores y tristezas de la existencia
humana, y al mismo tiempo también de las alegrías y cosas
más ligeras de la vida, que parece que hallaran una
reacción más cordial y rápida en nuestro interior, y en un
grado más alto que antes. Como un amado estudiante lo
dijo: la luz del sol que danza en sus rayos al caer sobre el
piso de mi cuarto parece que ejecutara una fantasía de luz
y armonía para mi propia diversión, y me sentí tan feliz
como un niño observándola, y hasta la risa de un niño de
pocos meses llega a sr cautivadora, con una influencia
avasalladora y dinámica, mientras que la sola idea de la
ignorancia y de la oscuridad mental en la vida de los seres
humanos, parece que nos trajera un desaliento abrumador.
Esas personas viven una plenitud de vida, en sentido
extraordinario y mental. Esas personas oscilan como un
péndulo, desde el grado extremo del dolor hasta el grado
extremo de la felicidad. Fácilmente se las conmueve y se
las lleva desde un plano o un grado de reacción emocional
hasta otro. Esto se debe a que su vida interior es
verdaderamente vívida e intensa, y está llena con toda la
plenitud de la experiencia del alma.
Pero el editor de la revista inglesa también llama la
atención acerca de algo que ordinariamente se conserva en
secreto entre los que han progresado en el Sendero. El
habla francamente de aquella parte inevitable del viaje del
místico, cuando el sol parece que se oculta y que el día
termina, y los pasos del estudiante lo llevan gradualmente
hacia la noche, al progresar en el Sendero. El editor dice
que este periodo de sombras profundas ha recibido diversos
nombres, que en el lenguaje de los místicos cristianos se lo
llama "la noche oscura". Entre los que no son cristianos,
especialmente entre los orientales, este periodo se conoce
con el nombre de: viaje a través de las sombras. En la
mayor parte de los documentos Rosacruces se la llama la
Noche Oscura. Es cierto que este periodo dura a veces
varios meses, y hasta un año. A este periodo es que puede
aplicársele el término malestar.
Quiero citar algo más del excelente editorial: "Sin
embargo, es característico que, ya sea de larga o corta
duración, pocos estudiantes, si es que los hay, pasan a
través de él sin quejarse, y ningún consuelo o seguridad
que les dé otra persona, sirve de nada para el que sufre.
Resulta imposible convencer al estudiante de que, en el
fondo, todo va bien . . . ¿Existe alguien cuya vida interna
haya alcanzado un grado apreciable de desarrollo y que no
haya experimentado ese vacío, esa muerte interna, que
acaba con el atractivo de todas aquellas cosas que,
ordinariamente, consideramos como las más valiosas y
dignas? . . . Sin embargo, de una manera o de otra, el
verdadero discípulo lucha vigorosamente, a través de estos
periodos de oscuridad interior, sin perder completamente el
contacto con una certeza interna de que está en el camino
verdadero; de que, sea cual fuere la apatía y hasta la
aversión que sienta en lo profundo de su corazón, él sabe
que las sombras que caen sobre él proceden de afuera".
Aquí está, en verdad, el punto esencial que merece la
consideración constante del discípulo. No estoy de acuerdo
con el editor en creer que todos los discípulos,
especialmente aquéllos que entran en las sombras por la
primera vez, saben siempre o sienten siempre la convicción
de que las sombras caen sobre él desde el exterior. Nuestra
experiencia al ayudar a millares de estudiantes en el
sendero, durante esta época crítica, nos indica que
debemos tratar de dar confianza continua al discípulo y
asegurarle de que la mayor parte de esa sombra no
procede de condiciones interiores. Y aún en muchos casos
en que existe la creencia de que la sombra proviene del
exterior, hay a veces también una creencia de que las
sombras y la oscuridad proceden de alguna fuente del mal
que está dirigida personalmente contra el bienestar del
discípulo. Es en este punto del viaje del discípulo en el
sendero en que fácilmente cae en la tentación de considerar
demasiado y a veces exageradamente la posible existencia
de los poderes imaginarios que se atribuyen a la magia
negra.
Para la buena guía del discípulo es necesario hacerle
comprender que las tinieblas obedecen a un decreto
cósmico y que son buenas en su intención y en su
propósito, y que verdaderamente son una experiencia que
el discípulo tiene que pasar como parte de su iniciación y
desarrollo.
Es cierto que a veces de esas sombras son un estado
que, interpretado erróneamente como parte de las
tinieblas, se debe simplemente a mala salud o a estados
físicos del cuerpo humano. Por esta razón es que el sistema
Rosacruz de instrucción y guía en el sendero insiste en la
importancia de los tratamientos de la buena salud y del
conocimiento de las causas de la enfermedad y de su
curación psíquica o mística. Es tal vez por la misma razón
que algunos sistemas y escuelas orientales insisten en la
creencia de que el discípulo que está en el sendero debe
abstenerse de comer carne, de beber ciertos líquidos, de
ingerir ciertos alimentos y debe abstenerse de ciertas
funciones y emociones del organismo humano. La creencia
en el celibato, en la dieta restringida, en la práctica de la
respiración profunda y otras cosas especiales, figuran en
algunos sistemas orientales únicamente como medios para
conservar, no solamente la buena salud, sino una buena
cantidad de ese poder creador que está en el cuerpo
humano y que según se cree impide toda clase de
enfermedad o de desgaste físico. Pero en la larga
experiencia de los adeptos del mundo occidental se ha
probado que muchas de estas restricciones de alimentación
y supresiones de funciones naturales tienden a crear
estados físicos anormales que hacen al individuo fácilmente
atacable por ese estado llamado "malestar", tanto como lo
haría cualquier causa externa, cósmica o espiritual. Por esta
razón la prohibición universal y general de comer carne, y
de abstenerse de otros placeres mortales y naturales, ha
quedado eliminada de todos los sistemas de guía mística
más modernos y eficaces. Es necesario considerar al
individuo más bien que a la clase, y hay pocos individuos
que verdaderamente requieran esas estrictas reformas,
esas estrictas prohibiciones que figuraban destinadas a las
masas en las antiguas creencias. La salud normal es todo lo
que se requiere para el discípulo, más bien que un estado
anormal de supuesta pureza y de extrema espiritualidad.
Durante este periodo de la Noche Oscura, hay algo de
inquietud, de duda y de lucubraciones. A veces la mente se
hace indiferente a todo lo que es místico, espriitual y
oculto, mientras que en otros momentos la mente parecer
ser agudamente analítica y crítica, y parece que hallara
razones vivamente coloreadas y artificialmente inspiradas
para dudar de la sinceridad y valor y beneficios de cualquier
curso de estudio espiritual y místico. Hasta los propios
instructores que han sido la inspiración del estudiante,
aparecen de pronto en la mente del discípulo como
personas dudosas; el estudiante duda de los buenos
motivos de aquéllos; la amistad parece tener menos valor
que antes y la voz del tentador parece especialmente
amable y cuidadosa. Viene también una sensación de
depresión, de soledad y de inferioridad, o pudiera también
surgir bruscamente la figura grotesca de la superioridad,
con su ego altamente exagerado, tratando de proclamar
sus super-cualidades y su indudable derecho a mirar con
desdén todo lo que se ha aprendido y a desdeñar también a
todos aquéllos que son guías y directores en el Sendero.

Paralización

Es durante este periodo cuando muchos discípulos


arbitrariamente detienen su progreso, hacen un alto a un
lado del sendero, tratan de establecer contacto con otros
que también se han detenido y que viven en las sombras, y
hallan allí la confirmación de sus dudas y falsas creencias
en la experiencia de los demás, llegan a conclusiones
erradas que les hacen ver falsamente que su actitud de ese
momento es correcta, renuncian a todo contacto que tienda
a elevarlos, abandonan los estudios y se entregan a las
tinieblas más profundas de la negra noche del pesimismo.
Hay algunos que hallan lo que ellos creen que es un
descanso de ese malestar, adoptanto esta actitud contraria
y abandonando su camino. Esos creen que han salido de
una situación deplorable y que han alcanzado la libertad. Al
renunciar a sus estudios y apartarse de su escuela de
pensamiento y ayuda, alardean de que quieren ser almas
libres y de que ya no pueden hallar la felicidad y la paz en
estar asociados y en entregarse a estudios minuciosamente
prescritos. Parece que el momentáneo efecto del cambio
que arbitrariamente producen en su vida los lleva
erradamente a creer que se han libertado de cadenas y que
han roto los lazos que los unían como esclavos, pero
nosotros sabemos muy bien que a esta falsa interpretación
sigue rápidamente un grado mayor todavía de pesimismo,
de inquietud, y que el estado siguiente inspira profunda
lástima. Es entonces cuando llega, en verdad, el momento
de probar la vanidad del hombre y de probar su ego
exagerado.
Es entonces cuando el discípulo verdaderamente
desconsolado y verdaderamente incapacitado, comprende
que necesita más que nunca la compañía y la guía que
recientemente abandonó. Pero en vez de admitir su error, la
pobreza de su juicio, la sumisión a la voz del tentador y la
flaqueza de su fortaleza espiritual, ese estudiante rehusa
escribir a su maestro, a su guía y a sus compañeros y
solicitar una nueva admisión en las filas de los que estudian
su grado. Algunas veces pasan años antes de que estas
personas lleguen a alcanzar no solamente una comprensión
completa del error que cometieron al abandonar su
progreso duante la hora de las tinieblas, sino a dominar la
debilidad que muestran al vacilar para volver audazmente
al sendero y poner fin a sus continuas horas oscuras. Hay
siempre gran alegría en el corazón de guías y maestros
cuando un discípulo perdido se redime o vuelve
voluntariamente al sendero. En el sendero no hay tinieblas
oscuras ni sombras que sean tan deprimentes como el
periodo de melancolía que envuelve al estudiante que cede
a la tentación de las sombras para abandonar el sendero y
liberarse de las influencias que continuamente lo impulsan
desde adentro y desde afuera. Una vez que el yo interno ha
tenido conciencia del sendero y ha probado todas sus
alegrías y pesares, y se ha desarrollado a través de las
cambiantes emociones y de las diversas influencias, se ve
entonces arrojado a las profundidades de la mayor tiniebla
y al abismo del constante torbellino, por haber cortado su
entonamiento, su armonía y sus contactos que tan
preciosos eran.
Sin embargo, todos aquéllos que permanecen firmes
en el sendero, ven que la Noche Oscura conduce al alba
maravillosa que está más allá de la frontera. Parece que de
acuerdo con la resolución, la sinceridad y la devoción del
discípulo, así las horas de la Noche Oscura se acortan y
terminan. Solo aquéllos que permanecen firmes y escuchan
las afirmaciones de sus guías e instructores llegan a
comprender que durante este paso de la noche una de las
mayores batallas del yo personal se libra y se gana. Como
muy bien lo dice el autor en su editorial: "En el ardor del
combate, aquél que sufre y padece no ve que hasta las
últimas heces del yo se purifican. Sólo después que los pies
han recorrido muchos largos kilómetros en el Sendero, es
posible comprender a plena conciencia la índole ilusoria de
esos estados afectivos que asaltan al aspirante, pero
mientras él se niegue a descarriarse de su verdadero
sendero interno, esas pruebas son, en verdad, una fuente
de fortaleza".

Una Advertencia

Que sirva esto de advertencia a los estudiantes, sean


jóvenes o viejos, sean nuevos o no en el sendero: a medida
que viajamos por el camino de la vida. Así, pues, es natural
que esperemos que en nuestro camino de desarrollo llegue
un momento en que el primer día de viaje termine y el sol
se ponga durante un rato y las tinieblas nocturnas
oscurezcan la vía y llenen de tinieblas nuestra vista. No hay
mayor razón para que el discípulo abandone su carrera en
esta época, de la que habría para abandonar la existencia
terrenal cuando las sombras del cielo se hacen más tupidas
y el final del día trae la oscuridad para la vista mundana.
Porque, así como los tentadores y agentes del mal se
reúnen y residen en los sitios tenebrosos de la noche de
nuestra jornada mundana, así también los tentadores
invisibles y los agentes esotéricos del mal residen en las
sombras de la noche espiritual. Allí tratan de atraer al
devoto y apartarlo del Sendero e inducirlo a tomar sendas
extraviadas; lo impulsan a abandonar su camino directo;
influencian su pensamiento y su juicio; ofrecen una
engañosa luz brillante, la cual aseguran que brilla más que
el mismo día; hablan arteramente de la libertad del alma;
sugieren que la vía independiente, la nueva vía, el camino
abierto, virgen, inexplorado, a través de un país imaginario
y de maravillas nunca descubiertas, será la más rica de las
recompensas; señalan las pruebas y tribulaciones que ya se
han soportado y las convierten en montañas; esparcen las
palabras de la duda con respecto a la sinceridad y bondad
de quienes son sus compañeros y guías; comentan los
fracasos que el estudiante ha tenido y fomentan las
pequeñas vacilaciones que haya podido tener en su mente,
y las agrandan a tamaños enormes. Pero nunca explican
por qué si son emisarios que traen grandes recompensas y
grandes beneficios, viven sólo entre las sombras. Jamás
explican por qué no se les encuentra entre la luz de la vida,
entre la luz del sendero. Ellos no se nos presentan como si
fueran parte de la sombra, pero dejan que descubramos
esto por nosotros mismos, después que nos hayamos unido
a ellos en su labor de crear desgracia, infelicidad y
descontento. Por esta razón vuestros ojos deben estar
atentos, esperando la aurora que está más allá de la noche,
y vuestros oídos y vuestro corazón deben escuchar la voz
de quienes entonan sus cantos inspirados durante el día, a
la gloriosa luz que precede a esa falsa y siempre oscura
noche.

Copyright :
Este articulo ha sido extraido de la publicacion
“ El Rosacruz ” Volumen III, Numero 5, de Mayo de 1950
con copyright de 1950 por “ la Suprema Gran Logia de A.M.O.R.C ”
( Todos los derechos reservados )

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