IRENE Una muchacha camina por el campo sembrado de trigo.

Hace unos das recibi la noticia: su madre est enferma, desahuciada. Lleva tres das caminando. Su paso, firme y ligero, contrasta con la pesadez que siente en el alma; imposible acallar el ruido que producen sus inconexos pensamientos, esos intrusos que acribillan su mente y le impiden gozar la belleza del paisaje, deleitarse con la caricia del viento. Slo faltan los cuervos, piensa. Junto a ella, un fantasma: su padre. Es l, de hecho, el motor de esta locura. Al escuchar la sentencia de muerte record, sbitamente, un relato que aqul sola contar a su madre y que Irene, nia curiosa y vida, almacen en su mente hace ya muchos aos. En el silencio de esta maana de abril Irene puede escuchar la voz de Jos Mara, apasionado del cine y de los grandes directores, contando la historia de Werner Herzog. S, ese loco maravilloso haba recorrido a pie el camino que va de Munich a Pars, con la conviccin de que su sacrificio salvara a su querida amiga Lotte Eisner de la muerte! En pleno invierno! Con su brjula y sus zapatos nuevos! Camin sobre el hielo!, canturreaba su padre exaltado y conmovido. Lo mejor es, y aqu soltaba una risita triunfal que trasluca el poco afecto que le inspiraban los mdicos, que ella vivi muchos aos ms de lo que haban vaticinado Ahora, Irene camina por el trigal, no tiene esa fe que anim a Herzog a caminar sobre el hielo, su racionalismo es ms fuerte que su pensamiento mgico, el camino entre San Nicols y Temascalcingo es mucho ms corto que la distancia que separa a las dos grandes ciudades europeas de la historia, de esa historia, de esa otra historia que es y no es la suya y, en su desolado peregrinar, Irene no sabe si esta caminata es un tributo a su padre muerto o una alucinacin febril para salvar a su madre enferma.