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INTRODUCCIÓN.
Cuando andamos por la montaña y vemos como los arroyos han excavado sus valles
entre las montañas, no es tan difícil imaginarnos este proceso. Algo más difícil es lo
contrario, es decir visualizar el volumen de roca que ha desaparecido en los últimos
miles o millones de años y intentar reconstruir el paisaje antiguo. En este artículo se
Las cumbres de las montañas de la Cordillera Cantábrica suelen ser de rocas resistentes
a la erosión (calizas, cuarcitas, areniscas de estratificación gruesa), y por eso una
denudación*1 de unos 20 metros por cada millón de años parece razonable. Sin
embargo, el Canto de las Cardinas (al noreste de la Velilla) es una cumbre de roca dura
(cuarcitas de Barrios) pero con una formación geológica de estratificación fina por
debajo, provocando el hundimiento de la cumbre. En este caso se calcula que la
denudación ha sido unos 30 metros por millón de años. Entonces, hace 2,5 millones de
años, las cumbres tenían entre 50 y 75 metros más altura que actualmente.
Las montañas altas (por encima de los 1500 metros) de hace 2,5 millones de años, eran
las mismas que las montañas altas de hoy en día y todas tenían cumbres de caliza o
cuarcita. Estas montañas tenían pendientes parecidas a las actuales, (quizás solo un poco
menos escarpadas) por tratar de materiales resistentes a la erosión. Las montañas que
hace 2,5 millones tenían cumbres de 1400 metros o menos, eran solo unos montes con
un desnivel de apenas 150 metros. Además, estos montes coinciden con materiales de
baja resistencia a la erosión (la formación Oville y especialmente la formación Huergas,
ambos mezclas de areniscas y lutitas), y es muy probable que tenían unas pendientes
suaves.
Con estos datos se puede hacer una reconstrucción aproximada de la topografía de hace
unos 2,5 millones de años. La figura 2 muestra el resultado de esta reconstrucción. Se
puede observar que los tres arroyos principales (el arroyo de Prida, el arroyo de Bosvil y
el arroyo del Villar) ya estaban presentes y su localización era parecida a la actual. Esto
no es de extrañar porque la situación global de los ríos y arroyos grandes está
determinada por las montañas altas.
Para intentar averiguar que influencia tuvieron estos arroyos en la formación de las
cuevas Arvajales y la Riera, es fundamental tener una idea de cómo era la geología hace
2,5 millones de años. Usando los datos geológicos (limites de formaciones, direcciones
de estratificación y inclinación, etc.) se puede construir un mapa de la paleogeología
aproximada (la geología de hace 2,5 Ma), partiendo de la topografía reconstruida como
base. Además es probable que con el conocimiento de la distribución de las rocas de
entonces, se llega a una mejora de la topografía reconstruida. Sin embargo, la
construcción de un mapa de la paleogeología es otra historia.