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Selección y presentación 1
EL
INGENIO
DEL MULÁ
NASRUDÍN
Libros de Regalo
13
2
El ingenio del
Mulá Nasrudín
Aquiles Julián
Selección y presentación
Escríbenos a:
aquiles.julian@gmail.com
ideaccion.dr@gmail.com
IDEACCION
IDE
Desarrollo del Capital
Humano
Cul de Sac Vista del Cerro No. 2, Edif. Robert Collier, Suite 3-B, Altos de Arroyo Hondo III,
Santo Domingo, D.N., República Dominicana. Tels. 809-227-6099 y 809-565-3164
Email: ideaccion.dr@gmail.com
Se autoriza la libre reproducción y distribución del presente libro, siempre y cuando se haga
gratuitamente y sin modificación de su contenido y autor.
Si se solicita, se enviarán copias en formato PDF vía email. Para solicitarlo, enviar e-mail a
ideaccion.dr@gmail.com, aquiles.julian@gmail.com o librosderegalo@gmail.com
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Contenido
4 Otra Cita con el Mulá
6 Cincuenta por ciento
7 Saber qué día es
7 El préstamo
7 Ajíes picantes
8 La sopa de pato
9 La miel en el fuego
9 El contrabandista
10 El oso
10 ¿Vivo o muerto?
11 El reloj de Nasrudín
11 La tumba del Mulá
11 El manto
12 Presentación ante el Gran Mogul
18 Romper la norma de la muerte por una vez
19 El huerto de Nasrudín y la regla de oro
19 Perfume
19 Monogamia
20 Lecciones de laud
21 La estaca
22 Escoger a su conveniencia
22 Todos somos responsables
23 El oro, la túnica y el caballo
24 Importancia de la luna
24 Una capa pesada
24 Sacarse el ojo adolorido
24 Las apariencias
25 En qué lugar ir
25 Gratitud
25 El pueblo al que se le daban bien los números
Jesús educaba con parábolas. La Biblia puede ser asumida como una gran
colección de parábolas, independientemente de su valor histórico. De
hecho, es en tanto narración moral en que muchas de sus páginas cobran
sentido. Las historias de José, de Moisés, de Josué, de Gedeón, de Ruth, de
Esther, de Job, de Lot, de Abraham, de Salomón, de Jonás, de David tienen
sentido por lo que nos enseñan hoy, por lo que pueden aclararnos como
modelo de conducta, como ejemplo, como muestra de las consecuencias de
las decisiones que tomamos.
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Así que una pregunta clave al leer la Biblia, al leer estas historias, al leer
cualquier libro es: “¿Qué puedo aprender aquí que mejore mi vida?”.
Durante muchos años, creí que nos empujaban a vivir una vida sin poseer
un Manual de Vida que nos enseñara a cómo vivirla de la mejor manera
posible, y de alguna forma explicaba así los tantos errores y extravíos
cometidos.
Aquiles Julián
Mayo 2008 ©
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Cincuenta por ciento
Nasrudin fue arrestado y conducido al tribunal bajo la
acusación de haber metido carne de caballo en las
albóndigas de pollo que servía en su restaurante.
Antes de pronunciar sentencia, el Juez quiso saber en
qué proporción mezclaba la carne de caballo con la de
pollo. Y Nasrudin, bajo juramento, respondió:
“- Al cincuenta por ciento, Señoría”.
Después del juicio, un amigo le preguntó a Nasrudin
qué significaba exactamente lo del “cincuenta por
ciento”.
Y Nasrudin le dijo:
“- Un caballo por cada pollo”.
La Bandeja de Hojaldre
"Un sabio forastero llegó a Aksehir. Deseaba desafiar al hombre más docto
de la ciudad y le presentaron a Nasrudin.
El sabio trazó otra línea vertical para dividirlo en cuatro partes iguales.
Nasrudín hizo un gesto como si tomara las tres partes para sí y dejara la
cuarta para el otro. El sabio sacudió la mano hacia el suelo. Nasrudín hizo
lo contrario.
- ¡Qué tipo más glotón!, me dijo: "si tuviéramos una bandeja de dulce de
hojaldre", yo le dije "la mitad es para mí".
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Me preguntó "¿si lo dividiéramos en cuatro partes?", yo le contesté "me
comeré las tres partes". Me propuso "¿si le echáramos pistachos molidos?",
yo le dije "buena idea, pero se necesita un fuego alto. Quedó vencido y se
fue...."
El préstamo
Un hombre pidió a Nasrudín dinero en préstamo. El Mulá pensó que no lo
recobraría jamás, pero de todas maneras le dio dinero.
-Esta vez no, bribón -rugió Nasrudín-; me engañaste la vez pasada cuando
creí que no me lo devolverías. No te saldrás con la tuya por segunda vez".
Ajíes picantes
Amigo, ¿no sabe que los chiles sólo se comen en pequeñas cantidades?
La sopa de pato
Cierto día, un campesino fue a visitar a Nasrudín, atraído por la gran fama
de este y deseoso de ver de cerca al hombre más ilustre del país. Le llevó
como regalo un magnífico pato.
Algunos días más tarde, los hijos de este campesino fueron a la ciudad y a
su regreso pasaron por la casa de Nasrudín.
El Mulá empezó a lamentar haber aceptado aquel pato. Sin embargo, puso
al mal tiempo buena cara e invitó a sus huéspedes a comer.
- Somos los vecinos de los vecinos del hombre que le regaló un pato.
- Pero .... ¿qué es esto, noble señor? ¡Por Alá que nunca habíamos visto una
sopa tan desabrida!
- Esta es la sopa de la sopa de la sopa de pato que con gusto les ofrezco a
ustedes, los vecinos de los vecinos de los vecinos del hombre que me regaló
el pato.
La miel en el fuego
El Mulá calentaba miel en el fuego, cuando un amigo llegó de improviso.
El contrabandista
Nasrudín solía cruzar la frontera todos los días,
con las cestas de su asno cargadas de paja. Como
admitía ser un contrabandista cuando volvía a casa por las noches, los
guardas de la frontera le registraban una y otra vez. Registraban su
persona, cernían la paja, la sumergían en agua, e incluso la quemaban de
vez en cuando.
Un día se retiró y fue a vivir a otro país, donde, unos años más tarde, le
encontró uno de los aduaneros.
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- Ahora me lo puedes decir, Nasrudín, ¿Quá pasabas de contrabando, que
nunca pudimos descubrirlo?
El oso
Un rey que gustaba de la compañía de Nasrudín, y también de la caza, le
ordenó que le acompañara en la caza del oso. Nasrudín estaba aterrado.
- Maravillosamente.
- Ninguno.
- Cuando estás cazando osos, y tú eres yo, no ver ningún oso es una
experiencia maravillosa.
¿Vivo o muerto?
El Mulá estaba pensando en voz alta.
El reloj de Nasrudín
El reloj de Nasrudín nunca marcaba la hora correcta.
— ¿No puedes hacer algo con respecto a ese reloj, Mulá? —alguien le
preguntó—.
— ¿Qué?
— Bueno, nunca está bien. Cualquier cosa que hicieras sería una mejora al
respecto.
El manto
Un día, Nasrudín fue visitado por su viejo amigo, Jalal.
El Mulá dijo: - Estoy encantado de verte después de tanto tiempo. Pero
estoy a punto de efectuar una serie de visitas. Ven, acompáñame y
podremos charlar.
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- Préstame un manto decente -dijo Jalal-, porque, como puedes ver, no
estoy vestido como para efectuar visita alguna.
Nasrudín le prestó un magnífico manto.
En la primera casa, el Mulá presentó a su amigo.
- ¡Este es mi viejo compañero Jalal, pero ese manto que lleva puesto es mío!
En camino al próximo pueblo, Jalal dijo:
- ¡Qué cosa tan estúpida fue que dijeras "El manto es mío"! No vuelvas a
hacerlo.
Nasrudín lo prometió.
La intriga
Los cortesanos, no obstante, no se dieron por vencidos. Unidos esta vez por
la afrenta hecha a sus pretensiones, decidieron preparar la caída del Mulá.
Primero se filtraron en sus habitaciones robándole las joyas, que
repartieron entre ellos, poniendo tierra dentro del cofre para reemplazar su
peso. Después fueron a ver a Nasrudín, con la determinación de arruinar su
cometido, ponerlo en dificultades y, en el proceso, desacreditar también a
su amo.
- Muy bien - dijo el jefe de los intrigantes - Lo primero es que debes ser
humilde. Para demostrar tu modestia, no debes hacer ostentación de
ninguna señal de importancia. Cuando llegues a la India entrarás en todas
las mezquitas que puedas y harás colectas para ti. Lo segundo es que debes
guardar la etiqueta de la corte en el país ante el cual estás acreditado. Esto
significa que llamarás al Gran Mogul ¡La Luna Llena!.
- No en la India - le contestaron.
Las mezquitas
Le habían dicho los consejeros que hiciera con él lo que quisiera, pues era el
producto del crecimiento intuitivo y la gracia. Y como tal, su uso crearía su
propia demanda. Lo que querían que sucediera era que el Mulá se expusiera
al ridículo por conseguirlo en esa forma vergonzosa.
Ahora bien, como todos sabemos, lo bueno a menudo procede del mal
aparente y a la inversa. Aquellos que pensaron que Nasrudín estaba
llenándose sus bolsillos, no contribuyeron. Por alguna razón, sus asuntos
no progresaron. Mas aquellos a quienes se les consideró crédulos y dieron
su dinero, se enriquecieron misteriosamente. Pero volvamos a nuestra
historia.
Antes de la llegada
Después llegó un correo de Persia trayendo una carta secreta en la cual los
espías del Mogul en la corte imperial informaban que Mulá Nasrudín no
era un hombre importante en Persia, que fue elegido sin otra ley que la del
azar, para ser Embajador y que no podían comprender la razón por la que el
Shah no había sido más cuidadoso.
Nasrudín en la corte
"Mejor es que no diga nada, pues no hay nada que decir para disimular esto"
pensó Nasrudín y permaneció callado.
- Esto significa que Persia no nos cederá una onza más de su territorio -
murmuró el intérprete de los pronósticos al rey.
- La Luna Llena es más madura y da más luz que la Luna Nueva, que es más
joven - murmuró el Astrólogo de la Corte al Mogul.
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- Estamos contentos - dijo el hindú deleitado -. Puede usted regresar a su
país y decirle a la Luna Nueva que la Luna Llena lo saluda.
De vuelta a casa
- Estoy más que satisfecho amigo Nasrudín - le dijo -, por los resultados de
los métodos no ortodoxos. Nuestro país se ha salvado y esto significa que
no intentará contabilizar las joyas o lo recogido en las mezquitas. De hoy en
adelante se te reconocerá con el título de Safir Emisario.
- Es verdad - tronó el Shah -, los sabios han dicho que para cada perfección
hay una imperfección. ¡Nasrudín! ¿Por qué me llamó usted a mí Luna
Nueva?.
- Gracias - dijo Nasrudín - ¿Pero cómo podría aceptar yo después de ver con
mis propios ojos lo que le ha sucedido a mi predecesor?.
Epílogo
¿Y qué pasó con las joyas y los tesoros que los malos cortesanos habían
robado del cofre?.
18
Esa es otra historia y como el incomparable Nasrudín dijo:
Una hora después, unas personas que iban de viaje pasaron por allí y, al
verle tendido junto al camino, se pusieron a discutir si aquel hombre estaba
vivo o muerto. Nasrudín deseaba con toda su alma gritar y decirles: "Están
locos. ¿No ven que estoy muerto? ¿No ven que mis extremidades están
rígidas y frías?". Pero se dio cuenta de que los muertos no deben hablar. De
modo que refrenó su lengua.
Por fin, los viajeros decidieron que el hombre estaba muerto y cargaron
sobre sus hombros el cadáver para llevarlo al cementerio y enterrarlo. No
habían recorrido aún mucha distancia cuando llegaron a una bifurcación.
Una nueva disputa surgió entre ellos acerca de cuál sería el camino del
cementerio. Nasrudín aguantó cuanto pudo, pero al fin no fue capaz de
contenerse y dijo: "Perdón, caballeros, pero el camino que lleva al
cementerio es el de la izquierda. Ya sé que se supone que los muertos no
deben hablar, pero he roto la norma sólo por esta vez y les aseguro que no
volveré a decir una palabra".
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El huerto de Nasrudín y la regla de oro
Cuentan que el Mulá Nasrudín se encontraba un día en el huerto,
contemplando. Descansaba recostado a la sombra del nogal que crece junto
a su pozo, embelesado por el olor del nardo y la hierbabuena.
-Es curioso -se dijo meditabundo- aquellas enormes calabazas salen de un
tallo endeble y delgado y sin embargo las nueces, siendo tan pequeñas y
livianas, han de crecer sobre un tronco grueso y robusto.
En aquel momento, una nuez madura vino a estrellarse desde la cima del
árbol con estrépito sobre la calva del Mulá. Dolorido, éste se levantó de un
brinco y con grandes aspavientos gritaba hacia el cielo:
- Perdón, perdóname Dios mío. ¡No volveré a entrometerme en tus
asuntos!
Perfume
La mujer de Nasrudin deseaba fervientemente tener un animal doméstico
que le hiciera compañía, de modo que se compró un mono.
Monogamia
El hijo de Mulá Nasrudín le pregunta, "¿Por qué la ley no permite a un
hombre casarse con más de una mujer?"
Y el Mulá le dice, "Si un hombre no puede protejerse por si mismo, ¡la ley lo
proteje!"
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Lecciones de laud
Nasrudín decide que le podría ser útil aprender algo nuevo.
"Treinta piezas de plata por el primer mes; luego, una pieza por cada mes
subsiguiente", dice el músico.
La estaca
Avanzaba la caravana en lucha con el amanecer que se adivinaba en el
horizonte. Más de doscientos dromedarios y camellos forzaron el paso
animados por los gritos de sus cuidadores, ansiosos también del merecido
descanso.
Cabalgaban durante toda la noche para evitar el calor y aliviar a las bestias
de sus pesadas cargas. Bajaban hacia Tombuctú y el camino se hacía cada
vez más duro y ardiente.
Con las primeras luces del alba montaban el campamento al socaire de una
duna o de unas palmeras, si tenían la suerte de encontrarlas. Colocaban en
círculo los animales para descargarlos. Con las monturas e impedimenta
formaban un muro de protección dentro del que se acomodaban por grupos
los camelleros, después de haber maniatado a las bestias para que no se
extraviaran durante la fuerza del calor y del viento chergui del mediodía.
- ¿Y, entonces?
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- Que no puedo amarrarlo, ¡Padre de todos nosotros! Y cuando apriete el sol
y sople el chergui, se escapará con toda la carga encima ya que no puedo
descargarla. ¡Ay, qué desgracia!
- ¿Cómo dices?
- Sí. Haz lo que te digo. Cuando llegues ante él, agáchate y comienza a
cavar con fuerza y a hundir con brío el martillo en el suelo, ¡de espaldas al
camello, claro! Verás cómo se arrodilla y podrás descargarlo y maniatarlo
- Pero...
Y volviéndose a sus amigos, les dijo Omar ben Yussef, hijo del sabio Tarik
ben Baraka.
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- Así hay muchos en el mundo que creen estar amarrados a estacas que no
existen.-
Escoger a su conveniencia
Todos los días Nasrudín iba a pedir limosna a la feria, y a la gente le
encantaba hacerlo tonto con el siguiente truco: le mostraban dos monedas,
una valiendo diez veces más que la otra. Nasrudín siempre escogía la de
menor valor.
La historia se hizo conocida por todo el condado. Día tras día, grupos de
hombres y mujeres le mostraban las dos monedas, y Nasrudín siempre se
quedaba con la de menor valor.
"No puedo conseguir trabajo -dijo el Mulá- porque ya estoy al servicio del
Altísimo."
"En ese caso -respondió su esposa- exíjele tu salario porque todo empleador
debe pagar."
"Tiene razón", pensó Nasrudín ; y luego en voz alta agregó:
"No me han pagado simplemente porque nunca lo solicité."
"Entonces, será mejor que vaya a pedirlo."
El Mulá fue al jardín, se arrodilló y gritó: "Oh, Alá, envíame cien piezas de
oro, pues la paga atrasada de todos mis servicios alcanzan por lo menos a
eso".
Su vecino, que era un prestamista, pensó en hacerle una broma.
Tomando una bolsa, que contenía cien piezas de oro, se la arrojó desde una
ventana.
Nasrudín se puso de pié con dignidad y llevó el dinero a su esposa. "Soy uno
entre los santos -le dijo-; eh aquí lo que se me debía".
Esto impresionó vivamente a su mujer.
Poco tiempo después, al ver la incesante remesa de alimentos, ropas y
muebles que llegaban a la casa del Mulá, el vecino entró en sospechas y fue
a recuperar su dinero,
"usted me oyó pedirlo y ahora pretende que es suyo", dijo Nasrudín. "Nunca
lo tendrá."
El vecino aseveró que llevaría a Nasrudín a la corte de juicios sumarios.
"No puedo ir así -protestó Nasrudín-, no tengo ropa adecuada ni tampoco
caballo. Si nos presentamos juntos ante el juez, éste se inclinará a su favor
por causa de mi pobre apariencia."
El vecino se quitó su túnica y se la dió al Mulá; luego lo montó en su propio
caballo y fueron ante el cadí.
El demandante fue oido en primer lugar.
"¿Cuál es su defensa?", le preguntó el magistrado a Nasrudín.
"Que mi vecino está loco."
"¿Qué evidencia tiene, Mulá?"
"¿Cuál mejor que la que surge de sus propios labios? Piensa que todo le
pertenece. Si Usted le pregunta por el caballo que monto o por la túnica
que uso -sin mencionar el oro-, seguro que los reclamará."
"ìPero sí, son míos!", rugió el vecino.
Caso cerrado.
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Importancia de la luna
Nasrudín entró a una casa de té y declamó: "La luna es más útil que el sol".
"¿Por qué?”, le preguntaron.
Las Apariencias
Cuenta el Mulá Nasrudín que cierta vez asistió a una casa de baños
pobremente vestido, y lo trataron de regular a mal y ya para salir dejó una
moneda de oro de propina.
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A la semana siguiente fue ricamente vestido y se desvivieron para
atenderlo...y dejó una moneda de cobre, diciendo:
En qué lugar ir
- La gente preguntó al Mulá Nasrudín "¿Dónde debemos ir en una
procesión fúnebre, al frente, en la parte trasera, o al lado?"
Nasrudín contestó:
"¡No importa donde vayas, mientras no vayas dentro del ataúd!"
Gratitud
Cierto día, mientras Nasrudín trabajaba en su
granja, una espina se clavó en su pie.
Increíblemente él dijo: "¡Gracias, Dios mío,
gracias!" y prosiguió:
"Veo que lo tienes todo bien calculado", dijo Nasrudín admirado. "¿Por qué,
entonces, no construyes un canal para traer el agua al río?" "¡Eso no es tan
simple!", dijo el granjero. "En el camino hay una colina que deberíamos
atravesar. Si pusiera a mi burro y a mi chico a construir un canal en vez de
enviarlos por el agua, les llevaría quinientos años si trabajasen dos horas al
día. Al menos me quedan otros treinta años más de vida, así que me es más
barato enviarles por el agua."
"Claro que sí", dijo el granjero. "Hay cien familias en el pueblo. Si cada
familia enviase cada día dos horas un burro y un chico, el canal estaría
hecho en cinco años. Y si trabajasen diez horas al día, estaría acabado un
año."
"Entonces, ¿por qué no se lo comentas a tus vecinos y les sugieres que todos
juntos construyáis el canal?
"Hay otro problema", dijo el granjero. "Estarás de acuerdo conmigo que una
vez que el canal esté construido, cualquiera podrá ir por agua, tanto como
si ha o no contribuido con su parte de trabajo correspondiente."
"Así que como a cada uno de nosotros se nos dan bien los números,
intentaremos escabullirnos. Un día el burro no tendrá fuerzas, el otro el
chico de alguien tendrá tos, otro la mujer de alguien estará enferma, y el
niño, el burro tendrán que ir a buscar al médico.
"Tengo que reconocer que tus razones suenan muy convincentes", dijo
Nasrudín. Se quedó pensativo por un momento, pero de repente exclamó:
"Conozco un pueblo al otro lado de la montaña que tiene el mismo
problema que ustedes tienen. Pero ellos tienen un canal desde hace ya
veinte años."
Aquiles Julián
Formador empresarial, especialista en mercadotecnia
integrada y gerencia, programación neurolingüística,
PNL, coaching, recuperación de impagados y
desarrollo de equipos de alto desempeño.
Formación
Formación profesional en psicología, mercadotecnia y
gerencia.
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Libros de Regalo
©2008