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Jesús y el Zapatero

Un día de caminata a Jesús se le dañó una sandalia, y se dirigió a un zapatero, éste


empezo a hablar con él,y toda su conversación estaba dirigida a quejarse del dinero
que no tenía, de las necesidades económicas por las que estaba atravesando, de lo
pobre y miserable de su vida...

Jésus le escuchó atento, hasta que el hombre terminó la labor, se levantó y procedió
a agradecerle y ya se retiraba, cuando el zapatero lo llamó y le dijo:

"¿Oiga es que no me piensa pagar?"

Jesús se regresó sonriendo y le dijo:

"Yo soy el Hijo de Dios y nunca cargo dinero, pero pídeme lo que quieras por tu
trabajo y yo te lo daré."

El zapatero dijo:

"Dame un millón de dolares, con eso resuelvo mis problemas".

Jesús contestó:

"Listo... pero, ¿tú me das tus piernas?"

El zapatero respondió:

"¡No, cómo se te ocurre, mis piernas valen mucho más que eso!... Sin ellas ¿Cómo
voy al trabajo?"

"Entonces, dame tus manos."

"No," rehusó, "Con ellas trabajo y ganó el sustento para mi familia."

Pidió Jesús entonces:

"Tus ojos."

El zapatero dijo:

"No me pidas eso... con ellos veo crecer, correr y sonreir a mis hijos, que son los
seres que más amo sobre la y a mi esposa que es la que me alienta para darte
gracias por un día más de trabajo y por un día más a su lado."

Jesús le sonrió y le dijo:

"¿Ves? Lo tienes todo y te quejas de nada, te he dado todo y tu reniegas de ello.


Disfrútate de lo que te he dado y vive agradeciéndome sencillamente por confiar en
mi y amar a mis demás hijos."

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NOTA: A veces tenemos todo y nos quejamos de nada, comparte algo por mínimo que sea, una sonrisa, un
beso, un abrazo o un te quiero, es más gratificante que el dinero. Ese se acaba y nada mejor que sentirse
amado; El amor a los tuyos te genera utilidades.

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