Vaso Frágil. t.s.
adolescentes:/ 2001
VasoFrág
il
t.s. adolescentes:/ 2001
... dando honor a la mujer como a vaso
más frágil, y como coherederas de la
gracia de la vida...
Personajes:
Mario – Isabel – Karla – Marito.
Escenario:
La acción transcurre en la sala de una
casa.
ACTO I
Las luces se encienden, hay un
hombre sentado en uno de los sillones
de la sala.
Mario: (Está leyendo la Biblia, su
vestimenta es informal,
una pantaloneta o huelen a cuita de gallina”
pantaloncillo corto y una
camiseta. Está muy
concentrado leyendo.
Muy emocionado se pone
de pie) ¡Aquí está!, yo lo
sabía, ¡Aquí está! (Viendo
hacia el cielo y juntando
sus manos) Gracias Padre,
gracias (Lee en voz alta)
Pero quiero que sepáis que
Cristo es la cabeza de todo
varón (Enfatizando) y el
varón es cabeza de la mujer,
y Dios la cabeza de Cristo.
(Anota en un papel)
Primera de Corintios 11:3.
Ahora sí es cierto que no me
la hace esta mujer.
(Pensativo) El hombre está
llamado a estar sobre la
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mujer, en sentido figurado,
claro, y contra la Palabra de
Dios no
quite(Levantando la Biblia
hay
en alto),que mi mujer se
vaya olvidando del tango.
Que tal, que le lave los platos,
le barra la casa, ¿Dónde se ha
visto eso?, A su propio
marido, al hombre de la casa
, a la cabeza. Y esto lo hace
ante los ojos de Dios, que es
peor aun, ¡por eso el mundo
está como está!. Que
descaro, que le aliste el
almuerzo a las doce, que
recoja a los chiquillos. Que
ingratitud, la de esta mujer.
Por lo menos la dejo que
trabaje y con esto me lo
agradece. (Tocándose la
rodilla derecha) Bendita
rodilla, si no me hubiera
lesionado, todavía estaría
jugando. Pero bueno,
siguiendo en lo que estaba.
¿En que estaba? A sí, en mi
mujer, sí, sí, mi mamá decía
“Los hombres en la cocina
¿Cuándo vi yo a mi papá
haciendo algo?. En una
ocasión mi mamá le pidió que
le lavara los trastos y se llevó
su buen manazo, quedó bien
curada. Hoy en día con eso
de los derechos de la mujer,
esa tal liberación, se creen
mucho. Me importa poco lo
que digan, este es mi
sustento (Enseña la Biblia)
Aquí está claramente
definido, el hombre arriba y la
mujer abajo. Así que si mi
mujer quiere los platos
limpios, que lo siga haciendo
ella o que se consiga una
empleada.
Isabel: (Entra por la derecha) Hola
cariño, ya llegué.
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Mario: (No le da tiempo ni de
saludar) Que dicha, porque
tengo mucha hambre y lo
chiquillos también.
Isabel: (Sorprendida) Pero cómo
¿No dejé dicho que alistaras
la comida?.
Mario: Sí, pero esa tarea no me
corresponde, es a vos.
Isabel: Pero Mario, vos sabés muy
bien que yo trabajo y que soy
la única que mantengo la
casa, por lo menos hasta que
vos estés recuperado y volvás
a jugar otra vez.
Mario: Lo dudo que vuelva a jugar, la
lesión fue muy grave y ha
costado que se recupere.
Isabel: Entonces, en otro tipo de
trabajo, de entrenador,
preparador físico, o cualquier
otro trabajo, la cuestión es
que trabajés.
Mario: ¿Por qué? ¿Acaso te soy una
carga?.
Isabel: No cariño, solo que los dos
debemos de sacar a flote
nuestro matrimonio, la casa y
los hijos, no solo uno.
Mario: (Molesto) ¡Ah! ¿Ahora me
estás diciendo que yo estoy
abandonando mis deberes
como esposo y padre?.
Isabel: No, eso no, lo que estoy
diciendo es que no debemos
descuidarnos.
Mario: Que yo sepa, no me he
descuidado.
Isabel: Bueno, ya no insisto más y
voy a ver que alisto de comer
(Sale por la izquierda,
después de unos segundo
vuelve a entrar) Mario.
Mario Sí mi vida, dime.
Isabel: Mario, ¿De casualidad vos
lavaste los platos?.
Mario: No querida, ya te dije que eso
no me corresponde.
Isabel: (Un poco molesta) Pero si
yo estoy trabajando para
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traer el sustento a la casa,
por lo menos vos deberías de
hacer algo acá, mantener la
casa limpia y en orden y
mejor no te pregunto si
barriste y limpiaste, porque
también me vas a decir que
no lo hiciste.
Mario: Sí, tenés razón.
Isabel: ¿En que tengo razón?.
Mario: En eso, de que no barrí, ni
limpié.
Isabel: (Molesta) Eso no es justo
Mario.
Mario: Pero mujer, esa es la parte
que te corresponde, mirá lo
que dice Proverbios 31, del 10
al 25 (Y lo lee) Ves, no te
miento. Además, ve lo que
dice primera de Pedro 3:1 (Y
lee lo que dice) Y También
ponele atención lo que
Efesios te dice, acá en el
capítulo 5, verso 33 (Y lo
lee).
Isabel: Desde que está en la casa, no
hacés otra cosa mas que leer
la Biblia y no ayudás para
nada.
Mario: Pero mujer, si me estoy
preparando, me estoy
entrenando para ser un
soldado de Cristo y poner en
práctica todo lo que dice el
Señor en su Palabra.
Marito: (Entra por a izquierda)
¿Quién va a ser un soldado?.
Mario: Yo hijo, yo voy a ser un
soldado.
Marito: (Emocionado) ¿Y vas a ir a
la guerra papito?.
Karla: (Entra por la izquierda).
Mario: Sí Marito, pero esta guerra no
es con pistolas ni armas de
fuego, es una guerra
espiritual.
Marito: ¿Espiritual?.
Karla: (Molesta con Marito) Si
baboso, espiritual, o sea, con
espíritus.
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Isabel: No Karla, no quiero que tratés
a tu hermano de esa forma.
Mario: Otra más, y te pego.
Karla: Si me pegás, te denuncio.
Mario: Lo siento hija, pero Dios me
ordena castigar y corregir a
mis hijos, de lo contrario
quiere decir que no los amo.
Karla: Ay papá, dejate de decir
tantas babosadas, desde que
estás de vago en la casa, solo
pasás leyendo ese libraco
(Señalando la Biblia) y no
hacés nada. Ya te estás
volviendo loco.
Marito: Bueno, por fin, ¿A que guerra
vas a ir papi?.
Mario: Otro día te explico. Ahora ve
a lavarte las manos para
comer.
Marito: Sí papi (Y sale por la
izquierda).
Mario: (A Karla, en tono
enérgico) Y usted, jovencita,
se va para su cuarto y no me
sale en lo que resta de esta
semana.
Karla: (Molesta) Eso es absurdo,
tengo que ir a clases, ¿Cómo
se le ocurre decir que no
salga de mi cuarto en lo que
resta de la semana?.
Mario: Bueno de por sí ya mañana es
viernes, solo le queda el fin
de semana. Ya dije y listo, me
hace caso porque soy su
padre.
Karla: (Retándolo) Bueno, si usted
es mi papá, demuéstrelo. (Y
sale por la derecha)
Mario: Karla, Karla, no te vayás,
Karla, te ordené regresar a tu
cuarto. (Como Karla no le
hace caso) Bueno, cuando
regresés hablamos.
Isabel: Eso te pasa porque no le das
un buen ejemplo a tus hijos.
Mario: ¿Perdón?.
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Isabel: No tengo que repetirte nada,
vos lo escuchaste muy bien.
Voy a preparar la comida.
Mario: (La toma del brazo) Un
momento.
Isabel: (Lo mira) Si querés comer,
soltame.
Mario: (La suelta).
Isabel: (Sale por la izquierda).
Mario: (Abre la Biblia y se pone a
leer).
Se apagan las luces.
ACTO II
Se encienden las luces, solo se
encuentra Isabel en el escenario,
escribiendo, con la Biblia a la par,
y se vuelven a apagar las luces.
ACTO III
Se encienden las luces, no hay
nadie en el escenario, solo hay
una carta sobre una Biblia en la
mesa de centro y pedazos de
vidrio quebrado a la par.
Mario: (Entra por la izquierda,
soñoliento. Se sienta en
uno de los sillones y toma
la Biblia, pero se da
cuenta que hay una carta
sobre la misma, la toma y
la abre). ¿Y qué es esto? (Y
la lee, pero se escucha la
voz en off de Isabel) Para
Mario (Pausa) Perdóname
que te escriba y que lo que te
voy a decir no te lo diga cara
a cara, pero en los últimos
meses se ha vuelto difícil,
casi imposible hablar con vos
(Extrañado) Cuando te
convertiste a Cristo fue mi
mayor alegría, pero durante
este período que has estado
lesionado han entrado en tu
cabeza ideas muy raras,
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interpretaciones de la Biblia
que no son ciertas y que lo
que hacen es crear confusión.
Me cansé, sí, me cansé de ser
tu esclava, soy tu esposa, no
tu sirvienta, y quiero que
volvas a leer el pasaje de
proverbios 31 donde habla de
la mujer virtuosa (Vuelve a
ver la Biblia) Pero leelo, no
te quedés viéndola, quiero
que la leás. (Toma la Biblia
y la abre) Y que la leás en
voz alto y todo el pasaje, sin
saltarte ni un punto, ni una
coma (Comienza a leer en
voz alta. Cuando termina
cierra la Biblia, muy
pensativo) Ves, no habla de
ser una esclava, si bien es
cierto ve por su familia, pero
no dice que es esclava de su
esposo, y además dice que su
esposo y sus hijos la alaban y
le dicen bienaventurada,
¿Cuándo has hecho eso por
mí?, ¿De que sirven los
regalos, los buenos vestidos,
una buena casa, cuando no
hay amor? El amor no se
disfraza con regalos o con
detalles, el amor se
demuestra de otra forma y
quiero que leás lo que dice
Efesios 5:22 al 24 (Mario
buesca el pasaje y lo lee)
Muy bien, ahora leé lo que
dice del 25 al 33 (Mario lee
el pasaje) Vos nunca me
leíste esa parte, yo sabía que
existe porque al igual que vos
yo también leo la Biblia, pero
quería escucharlo de vos. Vos
te desviaste Mario, mal
interpretaste lo que dice la
Biblia, ya no eres el Mario que
entregó su vida a Dios. Y por
último quiero que leás lo que
dice 1ª de Pedro 3:7, me
imagino que ya lo has leído,
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pero quiero que lo leás
(Mario lo busca y leé)
Quiero que lo leás una vez
más para que te escuchen
todos. (Mario lo vuelve a
leer) Notaste la parte donde
dice dando honor a la mujer
como a vaso más frágil y
como a coherederas de la
gracia de la vida, para que
tus oraciones no tenga
estorbo. Sabés Mario, este
vaso no aguantó más y se
rompió, y son miles los
pedazos, ¿Y sabés quién tiene
le fórmula para pegarlos? ¿Lo
sabés Mario? ¿Ah Mario, lo
sabés? No te escucho
responder. (Mario) No, no
sé. (Isabel) ¿Cómo no vas
a saber? Sos vos (Mario)
¿Yo? (Isabel) Sí Mario, sólo
vos podés unir todos los
pedazos de este vaso roto y
solo vos decidís cuando vas a
comenzar a recogerlos, y
pegarlos, porque solo vos
sabés como. Te amo, y te lo
digo de corazón, porque la
promesa que te hice en el
altar delante de todos los
testigos allí presentes y de
Dios, el principal de todos,
aun la tengo muy grabada en
mi corazón. Te amo, sin
importar lo que haya pasado,
aun estás a tiempo. Aquí hay
un vaso esperando que su
dueño lo venga a reparar.
Atentamente, Isabel. (Toma
la carta, y la dobla muy
despacio, como pensando
cada doblez, cuando la ha
doblado por completo la
pone sobre la mesa y
toma algunos pedazos de
vidrio y los mira, de sus
ojos brotan algunas
lágrimas)
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Karla: (Entra por la derecha. Se con ustedes, y principalmente

asusta al ver a su papá con su mamá, pero ya no
sentado en la sala, pero quiero seguir siendo así,
nota que está llorando y quiero cambiar y quiero
se le acerca) Papá, ¿te pasa pedirles perdón.
algo?. Perdónenme, de corazón se
Mario: (Se seca las lágrimas) Sí los pido, ¿Creen que puedan
hija, he quebrado un vaso perdonarme?. ¿Karla?
muy frágil. ¿Marito?.
Karla: (Mira los pedazos de Karla: Sí papi, te perdono.
vidro) Pero se puede Mario: ¿Marito?.
comprar otro, no tenés que Marito: No sé de qué, pero te perdono
llorar por eso. papi.
Mario: No hija, no es este vaso, es Mario: Bien, que tal si ahora me dan
otro aun más frágil, y que no un abrazo.
se puede comprar ni aunque Todos: (Se abrazan).
fuera el hombre más rico de Mario: Los amo hijos, los amo.
la faz de la Tierra. Karla y Mario: Nosotros también
Karla: No te entiendo papá. papi.
Mario: No importa, yo si me Mario: Gracias hijos. (Los suelta)
entiendo, ve a llamar tu Bien, ¿qué les parece si
hermano, que quiero hablar después de clases se van a
con ustedes dos. donde su abuela María y
Karla: Sí papi. (Sale por la pasan el fin de semana en la
izquierda) finca.
Mario: (Sigue viendo los pedazos Karla: (Contenta) La idea está
de vidrio, abre la carta buenísima.
una vez más, mira lo que Marito: (Igual de contento) Si, y me
dice en la Bibla en 1ª de voy a llevar los carros para
Pedro 3:7) jugar con Carlitos.
Marito: (Aun medio dormido) Mario: Bien, entonces después de la
¿Para qué es?. escuela yo los recojo y los voy
Karla: Ay, no preguntés tanto, solo a dejar al bus para que se
quiere hablar con nosotros. Y vayan.
no le digás nada que está Karla: ¿Y ustedes no van?.
muy raro. Mario: No hija, yo tengo que arreglar
Marito: Está llorando. un vaso que quebré y me voy
Karla: Sí, sí, pero no le digás nada, llevar mucho tiempo
solo sentate y ya. (Se reparándolo.
acercan a Mario. Karla Marito: Pero con la gotita lo pegás
tose para llamar la rápido.
atención de Mario) Mario: No hijo, este vaso no se
Mario: (Vuelve a ver) Ah, son arregla con la gotita, este
ustedes, siéntese hijos, quiero vaso se arregla con amor. Y
hablarles algo. (Los dos se ahora vayan a mudarse
sientan. Mario toma aire porque les va a coger tarde
para hablar) Miren, yo sé para ir a clases.
que no he sido el mejor padre Karla: Sí papi. (A Marito) Vamos
que ustedes pueden tener, Marito. (Ambos salen por la
que me he portado muy mal derecha).
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Mario: (Toma el teléfono y marca.

Espera unos segundos)
Aló, mamá, soy yo Mario...
Muy bien... Pues bien, si bien.
Mirá mamá, te llamaba para
ver si puedo mandar a los
chiquillos para que pasen
este fin de semana allá... Sí,
es que tengo que hacer un
trabajo acá... No ella se
queda... Bueno, yo los
mando en el bus de tres y
media, entonces para que
papá los espere en la
terminal, más o menos el bus
llega a las seis de la tarde...
Gracias mamá, te amo, adiós,
chao, saludos a papá...
Bueno, adiós. (Cuelga y
vuelve a marcar) Aló,
buenas, con doña Caridad,
gracias... ¿Doña Caridad?...
¿Como está? Le habla su
yerno Mario... Muy bien
gracias (Camina hacia la
izquierda)... Disculpe que la
llame tan temprano... A
bueno, que dicha. Bueno es
que yo la llamaba para
pedirle un favor... Sí, sí, es
que necesito que me de la
receta para preparar el arroz
con camarones que le gusta a
Isabel... Yo lo voy a preparar...
Ah bueno, entonces yo voy
por usted (Y sale)

Se apagan las luces

fin