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El sueño del tiempo
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El sueño del tiempo

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Con el tiempo, los seres humanos fuimos acumulando sueños y pesadillas. Ignoro si la eternidad es un anhelado sueño o una infausta pesadilla, pero volver a recorrer el camino que nos llevó a concebirla, quizás nos ayude a ver un poco más claro en esta nebulosa.
Desprender la idea de eternidad de la Teología cristiana es virtualmente imposible: nació con ella. Es sabido que entre los judíos no existe la superstición de una vida eterna.
Jahveh nunca prometió la vida perdurable a los hijos del duro desierto. Siendo una invención cristiana, esa eternidad nos señala los fundamentos sobre los que asienta la cristiandad, que están hechos de la misma piedra que sostiene la civilización occidental.
En esta parte (DOS) de esta obra nos aguardan las descripciones de la edad del mundo según la mitología, el contenido de la nada, las visiones casi místicas de Milton, Elliot, Homero y otros poetas. La trinidad de Egipto y la inmortalidad de los súmeros son otras etapas del desafío del tiempo que necesitamos recorrer. Quizás, también, nos aguarde la fe que he perdido pero me consta que otros han sabido mantener.
He tratado de sobrevivir por medio del humor a las peores tormentas que amenazan la vida, que es un bien siempre acechado por el mal. No olvidé esa compañía del humor al iniciar esta travesía. No sé si este recorrido les será de utilidad, pero sé que el humor nos unirá un poco más cada día.
Para que ese humor no despertara sospechas, como siempre, me río de mí mismo. Sobran datos en mi malograda persona para hacerse un festín, quiero anticiparme a los demás en eso.
Ojalá todos y todas podamos ser un poco más felices el día de mañana. Y el mes que viene, si el salario alcanza.
Esto es una pequeña colección, éste es el ejemplar 2 de 3 (DOS) El primero se llama: "Los sueños de la eternidad en el tiempo"
Gracias.

LanguageEspañol
Release dateMay 3, 2017
ISBN9781370716708
El sueño del tiempo
Author

Alejandro Bovino Maciel

BOVINO, Manuel Alejandro DNI 12 440 404 Domicilio: Bmé Mitre 3712 (1201) CABA, Argentina Teléfono: (11) 49811791 Movil: (15) 62298054 Nacido en Corrientes, Argentina, en 1956. Médico Psiquiatra egresado de la UBA (Univ. Nacional de Buenos Aires), escritor. Trabajó 9 años junto al escritor Augusto Roa Bastos en Asunción, Paraguay. Docencia: enseño en la UCSA (Universidad del Cono Sur de las Américas) en Asunción, Paraguay, desde 1999. Cátedras de: Neuropsicología, Psicosemiología, Psicopatología, Semiótica del discurso publicitario. Dictó Carrera de Promoción de Agentes en Género e Igualdad" en la Universidad Nacional de Asunción con 2 cátedras a cargo: "Filosofía e Historia del Patriarcado" y "Psicopatología General". Libros publicados: 1) "La salvación, después de Noé", editado en Buenos Aires, en 1989. Cuentos y ensayos sobre temas de la Biblia. 2) "Los conjurados del Quilombo del Gran Chaco", en co-autoría con: Augusto Roa Bastos (por Paraguay), Omar Prego Gadea (por Uruguay) y Eric Nepomuceno (por Brasil). Libro de relatos sobre la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) articulados en base a las observaciones realizadas en el teatro de operaciones por el cónsul británico y escritor sir Richard Francis Burton. Edit. Alfaguara, año 2000. Traducido al portugués por Edit. Record (de Brasil) con el título de "O livro da Guerra Grande) que va por la 2da edición en 1 año. 3) "El trueno entre las páginas". Libro de conversaciones con Roa Bastos sobre temas políticos, literarios, biográficos. Con prólogo de Vladimir Krysinski, de la Univ. De Montreal. 4) "Polisapo" cuento en co-autoría con Roa Bastos, va por 6ta. Edición en Paraguay, acaba de salir la edición en Ecuador (Edit Libresa) y España (Labericuentos) 5) "La Bruja de oro" nouvelle infanto-juvenil publicada en Paraguay este año, va por la 4da edición. 6) "Prostibularias-1" en co-autoría con otros autores paraguayos y argentinos. Editorial Servilibro, Paraguay, 2002 7) "Diários de um rei exiliado", novela sobre el viaje fantástico de João VIº de Brasil y Algarves, 1808 huyendo del avance de las tropas napoleónicas que invadían Lisboa. Editorial Landmark, Sao Paulo 2005 (en portugués) 8) "El señor es contigo", una investigación sobre Feminicidio en Paraguay, 2005 , en co-autoría con Gloria Rubin. 9) 20 poemas de humor y una canción disparatada, en co-autoría con Pepa Kostianovsky, Serviolibro, 2005. 10...

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    El sueño del tiempo - Alejandro Bovino Maciel

    EL SUEÑO DEL TIEMPO.

    (PARTE DOS DE LOS SUEÑOS DE LA ETERNIDAD, EN EL TIEMPO)

    © Copyright Alejandro Bovino Maciel, 2017

    SMASHWORDS EDITION

    PUBLISHED BY ALEJANDRO BOVINO MACIEL AT SMASHWORDS

    Descubra otros títulos de Alejandro Bovino Maciel en Smashwords:

    El rey prófugo de Portugal

    "El perdón de los pecados

    Los sueños de la eternidad, en el tiempo

    Cuentos de la Guerra del Paraguay

    Teatro Político- 1

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    Gracias por respetar el arduo trabajo del autor.

    TABLA DE CONTENIDOS (ÍNDICE)

    Chapter 1 : Prefacio. Extravagariedades.

    Chapter 2 : Libro de la muerte, según los nilotas.

    Chapter 3 : Homeromerías.

    Chapter 4 : Debate fenomenológico con Jacobo Kogan

    Chapter 5 : Noches áticas, sueños griegos

    Chapter 6 : La eternidad efímera del ángel renegado.

    Chapter 7 : ¿Qué es la eternidad?

    Chapter 8 : La eternidad de las palabras.

    Chapter 1

    EXTRAVAGARIEDADES

    Propósito de estos escritos impíos.

    Un día domingo, lluvioso, frente al televisor, me detuve a pensar en la homilía que un sacerdote enfatizaba desde el púlpito de cierta catedral norteamericana de un estilo austero y aséptico, con ángeles de plástico y estuco en las columnas imitando un mármol travertino escandalosamente postizo y de pésimo gusto. El pastor aseguraba que la secularización y el paulatino y progresivo alejamiento del hombre ref_1 de los Diez Mandamientos era la causa del reinado del terror en el mundo inmundo asestó, con toda la seguridad que otorga el fanatismo a sus ungidos.

    Me puse a repasar mentalmente los Diez Mandamientos y, por ejemplo el simple no matarás no tiene su correspondiente prospecto de aplicación; no me dice qué hacer si un señor con muy malas intenciones entrare armado en mi casa, matare a toda persona que encontrase en su camino y yo tuviese un arma a mano. ¿Qué debo hacer?, ¿salvar al resto de mi familia del criminal con una buena dosis de pólvora? ¿O debo atenerme al mandamiento y dejar que asesine impunemente a todos, incluyéndome?

    El mandamiento dice secamente: No matarás y con esa proposición negativa exhortativa paraliza todas mis acciones.

    Otro mandamiento dice claramente: No desearás la mujer de tu prójimo y aquí hallo dos o tres objeciones. Primero, ¿las mujeres están libres del inciso nuevamente? Ya empiezo a sospechar una discriminación misántropa en el Decálogo. ¿Acaso las mujeres pueden desear libremente maridos ajenos y hasta hacerle proposiciones pícaras o procaces? Pero lo más grave es que la orden se impone a un ciego ya que todos sabemos que el deseo lo es; hasta la fecha no se halló fórmula alguna capaz de neutralizar un deseo; hubiese sido más sensato ordenar no consumar las malas apetencias, no cumplir los malos deseos, dejarlos de lado, sepultarlos en lo hondo del alma, enviarlos a la Gehena pero nunca dejar de reconocer su existencia porque brotan del aire como me decía cierta amiga, adúltera consuetudinaria. En otras palabras, puedo abstenerme de consumar deseos en la práctica, pero no de cesar todo deseo en potencia, a menos que esté aguardando mi turno de sepelio.

    No mentirás, a secas, ya es una mentira. De Quincey ref_2 se encargó de mostrar que hasta un filósofo tan inteligente como el señor Kant es capaz de llegar al absurdo siguiendo al pie de la letra esta receta obsesiva.

    Así pueden repasar el decálogo y verán por ustedes mismos (y mismas) que cada código restrictivo (no harás esto, no harás lo otro…) tiene zonas frágiles, opacidades y faltan las pautas de aplicación. Las normas positivas se limitan a ordenar sentimientos: Amarás a Dios por sobre todas las cosas, por ejemplo, y aquí se me ocurre esta objeción dicha por alguien: "perdón don Dios pero yo no comando mis amores, ¿qué hago si no me puedo enamorar de Usted? ref_3 ¿Finjo mal, como los galanes de las telenovelas mejicanas de Televisa? Pero eso sería mentir y Usted también me lo prohíbe; ya ve don Yahveh, el grave conflicto en el que me encuentro ¡estoy atrapado entre dos mandamientos! Si miento, me condeno, si digo la verdad, también".

    Pero si vamos más lejos el digesto sagrado nunca aborda de un modo claro los límites de la imputabilidad. Nada nos dice acerca de los alienados, los dementes, y sobre todo la minoridad. ¿Desde qué edad estoy obligado a cumplir los Mandamientos? Estrujé biblias, nuevos y viejos testamentos, levíticos enteros, deuteronomios de cabo a rabo y no conseguí responder esta simple pregunta: ¿cuándo empiezan a imperar mis obligaciones? ¿Qué hora de qué día de qué mes de qué año comienza a regir la norma para corregir mi conducta y evitar el descarrío del pecado? Esto, que parece superfluo, es de vital importancia ya que fija definitivamente el inicio de mi responsabilidad civil, familiar y social, y me hace moralmente imputable en caso de transgredir las leyes. El código civil no debería ser más perfecto que Yahveh y sin embargo no existe uno sobre la Tierra (que yo sepa) que ignore este principio básico. Seguí mesándome la cabellera escasa sin conseguir resolver la cuestión y en eso estaba cuando se me apareció el demonio de monsieur Descartes acosándome con preguntas: ¿Quién asegura, decía el granuja, que el Pentateuco sea preferible al Corán o los antiquísimos Vedas? ¿Dónde está la firma hológrafa del autor en cada texto? ¿Por qué insistir buscando en un libro toda la verdad?

    Obviamente, porque el Pentateuco es de inspiración sagrada, repuse, ¿acaso me instigarás a investigar el código de Dios en las novelas del valenciano Blasco Ibáñez que tienen en mí cierto poder somnífero del que no puedo sustraerme?

    Ya se sabe que discutir con los demonios es tarea de tarados, pero debo reconocer, si me restara algo de honestidad intelectual, que su pregunta quedó resonando en las cavernas de mi alma. ¿Por qué insistir con el fanatismo monoteísta, monótono, monógamo y monóbiblo? ¿Acaso las éticas de Aristóteles no son igualmente edificantes? ¿Acaso Platón en Las leyes predica el dolo, el crimen, el estraperlo y la fanfarronería? ¿No hay gente redimida tras la lectura de Cicerón? ¿Alguien salió ileso en su maldad después de leer al cordobés Séneca?

    Cuando creí que el demonio hesitante me había devuelto la paz y dispuse las sábanas para el desquite diario del sueño, el muy malandra volvió a inmiscuirse en mis cavilaciones horizontales y juró no cejar en sus acosos a menos que escribiese yo este Propósito para explicar por qué les propongo, erudito lector, clarividente lectora, hacer este recorrido desordenado a través de la Biblia, la idea de la eternidad que anima los santos dictados, los sueños y algunas obras de nuestra civilización que nos proporcionaren algunas pistas sobre estas tópicas utópicas.

    Cumplo entonces con Lucifer antes de rezar a Jahveh pidiendo me dé descanso al cuerpo, paz al alma y moderación a la Dirección Impositiva que se viene transformando mes a mes en un purgatorio crediticio armado de prorrateos, porcentuales, tasas y otras entelequias igualmente malignas que me van despojando de mis bienes bien habidos con el debido sudor de la frente con el que maldijo Dios a la raza por haberle hurtado una manzana; sin menguar jamás un ápice de mis males que los dejan intactos.

    Desde hace por lo menos tres mil años Dios y el Estado nos vienen cobrando deudas, ¿acaso aprendió el uno del Otro? ¿O son la misma cosa?

    Cuando la Iglesia olvidó el diezmo, el Estado inventó el IVA.

    Dios nos libre de ambos y así sea.

    Chapter 2

    LIBRO DE LA MUERTE, SEGÚN LOS NILOTAS

    En plan de crear dioses para que éstos crearan el mundo y sus calamidades, los egipcios no ahorraron recursos, y si bien su teología registra dioses que se esperan hallar en cualquier religión, también se manifestaron dioses insólitos, como el protector contra los dolores molares. Los papistas, se me dirá, tienen en Santa Apolonia una eficaz abogada contra la caries y toda forma de enfermedades dentales. Pido una consideración adventicia. La santa sufrió en carne propia los dolores odontológicos ya que en tiempos del Imperio los lúbricos romanos la torturaron desdentándola sin anestesia ni necesidad por negarse a fornicar con algún dignatario indigno. Por esa extraña ley de las correspondencias que cultivan los hagiógrafos, quien sufrió la amputación de las ubres será abogada de lactancias, quien ha sido supliciado con fuego como el mártir Lorenzo será un excelente bombero, la santa a quien se le arrancaran ambos ojos es hoy patrona de los oftalmólogos. Nada sé del pasado de esa divinidad faraónica con forma de cocodrilo que tutelaba los malestares bucales para merecer tan alto designio.

    En el escalafón de la teología faraónica ref_4 hay una trinidad que es también una fraternidad: Osiris, Isis y Neftis. Como el Cristo, Osiris es asesinado con saña, mutilado y arrojado al río desde donde es rescatado por su hermana y esposa Isis y devuelto a la vida.

    Para regocijo de nuestras investigaciones añorada lectora, cauto lector, buscando dioses pescamos otra forma de la eternidad en el Tratado de Isis y Osiris, de Plutarco ref_5. Hay más romanerías que mitología faraónica en el libro del latino Plutarco, pero en el descuido de la transcripción, el escritor cometió la originalidad de describir los epagómenos: cinco días adicionales del calendario que no pertenecen al año que pasó, no son actuales ni se injertarán al almanaque del futuro. Es un tiempo no-temporal, ahistórico, acrónico. Antes de inventar los epagómenos el calendario tenía 12 meses de 30 días pero nunca nada sigue siendo igual después de haber nacido tiempo, la cicatriz de aquel

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