Un Excedente de Luz
By Chase Connor
()
About this ebook
Una historia sobre crecer, aprender y madurar.
La amistad y el amor florecen entre dos adolescentes muy diferentes a orillas de un arroyo, durante 5 calurosos veranos en Texas.
"Es un psicópata". Eso fue lo que le dijeron a Mike sobre el chico de cabello oscuro y con ojos tan azules que parecían icebergs flotando en un mar de leche. Desde el momento en que lo vio, se convirtió en la misión de Mike, averiguar todo sobre ese chico. Ese chico que era el mejor peleador de todos, pero que no le gustaba lastimar a nadie. Y además era muy buen artista. Aunque ese chico sólo quería ser su amigo durante los largos días de verano para no arruinar su reputación. Sin embargo, el verano resultó ser la mejor estación de todas, por lo luminosos de sus días, para conocer su verdadero yo. Y no hubo forma de alejar a Mike del chico, cuando lo conoció por lo que realmente era.
Related to Un Excedente de Luz
Related ebooks
Conquistando a su compañera: Compañeros de Zatari, Libro 2 Rating: 4 out of 5 stars4/5Perdóname Rating: 5 out of 5 stars5/5La compañera del lobo: Mordiscos desnudos, #2 Rating: 5 out of 5 stars5/5Brújula perdida: No me dejes ir, #2 Rating: 4 out of 5 stars4/5La redención de Cameron Rating: 5 out of 5 stars5/5Despertó en un lugar extraño Rating: 0 out of 5 stars0 ratingsReglas para tirar ficha Rating: 5 out of 5 stars5/5Más que solo amigos: No me dejes ir Rating: 4 out of 5 stars4/5Oro sucio Rating: 4 out of 5 stars4/5Liam Rating: 2 out of 5 stars2/5Belleza Enredada Rating: 4 out of 5 stars4/5Alaska (Español) Rating: 1 out of 5 stars1/5Cada Cosa en Su Lugar Rating: 4 out of 5 stars4/5
Related categories
Reviews for Un Excedente de Luz
0 ratings0 reviews
Book preview
Un Excedente de Luz - Chase Connor
Un Excedente
de Luz
Chase Connor
Chase Connor Books
The Lion Fish Press
www.chaseconnor.com
www.thelionfishpress.com
To the extent that the image or images on the cover of this book depict a person or persons, such person or persons are merely models, and are not intended to portray any character or characters feature in the book.
Cover models are not intended to illustrate specific people and the content does not refer to models' actual acts, identity, history, beliefs or behavior. No characters depicted in this ebook are intended to represent real people. Models are used for illustrative purposes only.
CHASE CONNOR BOOKS are published by
The Lion Fish Press
539 W. Commerce St #227
Dallas, TX 75208
© Copyright 2019, 2020 by Chase Connor
All rights reserved. Without limiting the rights under copyright reserved above, no part of this publication may be reproduced, stored in or introduced into a retrieval system, or transmitted, in any form, or by any means (electronic, mechanical, photocopying, recording or otherwise), without the prior written permission of the copyright owner.
AUTHORS’ NOTE:
This is a work of fiction. Names, characters, places, and incidents either are the product of the authors’ imagination or are used fictitiously, and any resemblance to actual persons, living or dead, business establishments, events, or locales is entirely coincidental. None of this is real.
Also by Chase Connor
LGBTQ+ YA Books
Just a Dumb Surfer Dude: A Gay Coming-of-Age Tale
Just a Dumb Surfer Dude 2: For the Love of Logan
Just a Dumb Surfer Dude 3: Summer Hearts
Gavin’s Big Gay Checklist
A Surplus of Light
The Guy Gets Teddy
GINJUH
LGBTQ+ New Adult and Lit Fic
A Tremendous Amount of Normal
The Gravity of Nothing
Between Enzo & the Universe
LGBTQ+ YA & MG Fantasy
A Million Little Souls
A Point Worth LGBTQ Paranormal Romances
Jacob Michaels Is Tired (Book 1)
Jacob Michaels Is Not Crazy (Book 2)
Jacob Michaels Is Not Jacob Michaels (Book 3)
Jacob Michaels Is Not Here (Book 4)
Jacob Michaels Is Trouble (Book 5)
CARNAVAL (A Point Worth LGBTQ Paranormal Romance Story)
Jacob Michaels Is Dead (Book 6)
Erotica
Bully
Audiobooks
A Surplus of Light: A Gay Coming-of-Age Tale
Un Excedente de Luz
Una historia sobre crecer, aprender y madurar.
La amistad y el amor florecen entre dos adolescentes muy diferentes a orillas de un arroyo, durante 5 calurosos veranos en Texas.
Es un psicópata
. Eso fue lo que le dijeron a Mike sobre el chico de cabello oscuro y con ojos tan azules que parecían icebergs flotando en un mar de leche. Desde el momento en que lo vio, se convirtió en la misión de Mike, averiguar todo sobre ese chico. Ese chico que era el mejor peleador de todos, pero que no le gustaba lastimar a nadie. Y además era muy buen artista. Aunque ese chico sólo quería ser su amigo durante los largos días de verano para no arruinar su reputación. Sin embargo, el verano resultó ser la mejor estación de todas, por lo luminosos de sus días, para conocer su verdadero yo. Y no hubo forma de alejar a Mike del chico, cuando lo conoció por lo que realmente era.
Como de costumbre:
Este libro está dedicado a mis betas y al equipo de retroalimentación
. Me alegra que todos formen parte de este proyecto. También de que sean tan honestos conmigo, incluso cuando la mayoría del tiempo hago lo que quiero.
Para los lectores: Este ha sido un gran viaje. Me ha encantado cada segundo. Así que lleguemos juntos hasta el final, ¿les parece?
Contenido
Capítulo 1
Ian
Capítulo 2
Mike – Nuestro primer verano
Capítulo 3
Mike – Mike, más tarde ese mismo verano
Capítulo 4
Ian
Capítulo 5
Mike – El comienzo de otro verano
Capítulo 6
Mike – Vacaciones de primavera
Capítulo 7
Mike – El verano antes del penúltimo año
Capítulo 8
Ian
Capítulo 9
Mike – El verano antes del último año
Capítulo 10
Ian
Capítulo 11
Mike – Cuatro años después
Historia Corta de Ian
Sobre el Autor
Capítulo 1
Ian
Cuando las condiciones eran las correctas, es decir, cuando no hacía demasiado calor y ha llovido lo suficiente, el arroyo se llenaba por completo. A un paso de la orilla podías hundirte. La corriente era suave y lánguida, pero con un ritmo lo suficientemente constante para evitar que el agua se estancara. No obstante, el arroyo siempre contaba con suficiente agua para mojarse hasta la cintura. Ruidoso y fresco, el arroyo era un respiro para el calor de finales de primavera y principios del verano. Era el lugar favorito de todos los chicos de preparatoria. En ocasiones, los de secundaria convertían del arroyo en su oasis personal, pero si los de preparatoria estaban cerca, se alejaban. Era una de las reglas tácitas que nadie obligaba a cumplir, pero que todos cumplían a cabalidad.
Uno de los mejores momentos para ir al arroyo, era bien entrada la noche, sin importar la edad. Nadie iba al arrojo tan tarde. No porque tuvieran miedo, uno de los principales atractivos de ir a nadar al arroyo era ver a las personas con poca ropa. En la oscuridad no se puede hacer eso. Al amanecer, también era un buen momento para ir al arroyo. En especial, porque a nadie le gustaba levantarse temprano durante las vacaciones. Ni siquiera la idea de tener el arroyo a tu entera disposición, hacía que la gente se levantara al amanecer.
A excepción de mí.
No estaba interesado en ver a nadie con poca ropa, por lo que no me molestaba nadar en la oscuridad. Mientras pudiera flotar tranquilamente sobre el agua sorprendentemente cristalina y disfrutar del arroyo, sin tener a otros chicos alrededor gritando sin parar, no me preocupaba la hora. Cuando no había nadie cerca, usaba solamente mi bañador y me metía a nadar. Jamás había que saltar al arroyo desde su lecho o de los acantilados. Resultaba difícil determinar la profundidad del agua en ciertas áreas. Y si ibas a nadar solo, no había que arriesgarse a romperse la cabeza. O que te ocurriera algo peor.
Más abajo de donde la mayoría solía nadar, había un tramo mucho más amplio y profundo, en el que se podía saltar sin preocupaciones. Sin embargo, a mí me gustaba la zona menos profunda, donde flotaba tranquilo y evitaba el alboroto de los otros chicos. Aunque ya no me podría considerar un chico
. Había acabado la preparatoria, al igual que la mayoría de mis amigos. La graduación se celebró la semana pasada. Y ahora todos los graduandos, estábamos en este extraño limbo donde una etapa de nuestras vidas se acababa y la otra estaba a punto de comenzar.
Tendríamos un verano entero entre esa fase, inseguros de lo que se supone debíamos hacer ahora que éramos adultos. Sin saber si las universidades o trabajos que habíamos elegido, eran el escape ideal que habíamos planeado desde la secundaria. En mi caso, pasaba de la preocupación a la satisfacción. Debido a que, sin estar del todo seguro, sabía que escapar de este lugar, sin importar cómo, estaría bien. En poco más de dos meses, saldría de Texas e iría a Nueva York. Columbia esperaba por mí. Lo que ocurriera después de eso, no me importaba. Ya no estaría en Texas.
Por eso flotaba en el arroyo a medianoche, bajo el brillo de la luna, mirando las estrellas. Soñaba con la vida que tendría cuando acabara esta pausa de dos meses entre mi infancia y la adultez. La sonrisa en mi rostro reforzaba la idea de que había hecho una excelente elección. Si mis antiguos compañeros de escuela se sentían igual o no, si ya habían planeado por completo sus vidas o no, no me importaba. Yo ya había elegido mi camino. Pero primero, debía ser paciente, tenía que esperar dos meses y después me iría. Huiría. Era lo único que necesitaba para empezar a ser feliz.
Mientras observaba el cielo estrellado, libre de nubes, planifiqué mi futuro, fue entonces cuando caí en cuenta que mi plan terminaba cuando llegaba a Columbia. Después de eso, no tenía un plan sólido el cual seguir. Aunque ya no estaría metido en este pueblucho de porquería. De repente, las estrellas fueron bloqueadas por un zapato, la suela de ese zapato presionó mi frente, mis ojos de abrieron de par en par, sorprendido. Fue cuando me hundieron, ya no flotaba pacíficamente sobre el arroyo, sino que hacía lo posible para no ahogarme.
Mis brazos aleteaban salvajemente mientras intentaba poner los pies en el fondo. Cuando lo hice, me empujé del lecho arenoso del arroyo hacia la superficie. Como ya no tenía el zapato encima, salí del agua jadeando y moviendo los brazos, el agua se agitaba violentamente a mi alrededor, mientras escupía y nadaba como foca. Me pasé las manos por el rostro, para quitar el exceso de agua de los ojos, y busqué con enfado a la persona que me hundió.
—Te veías tan tranquilo —miré frente a mí, hacia la fuente de la voz.
Mike estaba sentado a orillas del arroyo, con los pies a pocos centímetros del agua. Encendió un cigarrillo de forma dramática y el brillo naranja del encendedor me permitió ver sus blancos dientes durante una fracción de segundos.