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TESORO ORATORIA SAGRADA, 6 SEA, BIBLIOTECA SELECTA DE PREDICADORES: COLECCION ESCOGIDA de Sermones, Plitieas y otros Discursos sagrados, sacados de los mas sobresalientes antores nacionales y extrangeros, en expecial modernos; CONSIDERABLEMENTE ampliada con gran copia de trabajos originales , Sermoncs, Planes de sermon, Divisiones, Pasages, Figuras de Ja Sagrada Becritara y Sentencias de los Santos Padres. 2. EDICION CORREGIDA, ORDENADA Y COMPLETADA POR UNA SOCIEDAD DE ECLESIASTICOS, bajo te direecioa bel R. YH. Raman Baldi, Lectov fre Werscatto, PRIMERA PARTE. ‘Tomo V. CON LICENCIA DEL ORDINARLO. BARCELONA: LIBRER(A C4TGLICS de los edidores Pons y 6." Arche, 8, y Capellane, 3, 1375. CON RESERVA DE TODOS LOS DERECHOS DE PROPIEDAD. DIVI{Ision DE LA OBRA. CUATRO COLECCIONES, cap UXA DE LAS QUE CONSTITUYE UX CoPIosisiNo REPERTORIO, FORMAN ESTA GRANDIOSA oARA, EL TESORO DE ORA- TORIA SAGRADA. Las cUuATRo COLECCIONES, © PARTES DE LA OBnA, INDEPENDIENTES ENTRE Si, SON LAS SIGUIENTES: 1a DICCIONARIO APOSTOLICO MORAL. Comprende de $00 4600 SERMO- NES COMPLETOS, y dispuestos de modo, que, con ayuda de los Titulos, Planes, Divisiones, Pasages y Figuras de la Sagrada Escritura y Senten- cias de Jos Santos Padres, debidamente ordenado todo en el {ndice de ma- terias, pueden sacarse miles de discursos, repertorios integros para CUA- RESMA, ADVIENTOS. etc.; siendo esta obra, por su estructura especial, un THESAURUS BIBLICUS, y un FLORES DOCTORUM mds completo que todos los conocides hasta el dia. 9.2 VARIEDAD completisima de PANEGIRICOS DE LA SMA. VIRGEN, relativos a todos sus MISTERIOS, sus VIRTUDES, los HECHOS todos de su vida, y 4 los principales TITULOS y ADVOCAGIONES con que Ia hon- tan los fieles; distinguiéndose por el gran ndmero, de Sermones propios parael mes de MAYO, y acomodados 4 las diferentes clases de audito- rios y demas consideraciones locales 6 accesorias que convenga tomarse en cuenta. 3. SERMONES panegiricos y doctrinales sobre los MISTERIOS DE La VIDA, PASION Y MUERTE DE N. S. JESUCRISTO; sobre la EUCARIS- Tia, SAGRADO CORAZON DE JESUS, festividades principales del Aho Cristiano, Octavarios y Novenas dedicadas 4 las mds notables advocacio- nes de NX. S, Jesus. 4,4 SERMONES morales; EJERCICIOS ESPIRITUALES para Religiosas y diferentes clases y categorias sociales; MISIONES dispuestas al alcance de todas las inteligencias; NOVENARIOS DE ANIMAS, y demas séries de indole analoga. TESORO ORATORIA SAGRADA O SEA, BIBLIOTECA SELESTA "DE PREDICADORES PRIMERA PARTE. DICCIONARIO APOSTOLICO: Compresde de 500 & 600 Sermones completes, y dlspuestos de modo, que, ton ayuds de los titnios, Planes de Sermon, Divlsiones, Pasages, Pigtzas de la Sagrada Escritora yy Sentencias de los Santos Padres, Asbidamente ordenado todo en el indice de materias, pueden sacarse miles de discourses, repertories integros para In Cuareson, Atviente, ete; slo esta obra, pot gu estractora especiel, un THESAURUS BIBLICUS “yun FLoaes pocroaux. 2s EDICION CORREGIDA, ORDENADA Y COMPLETADA POR UNA SOCIEDAD DE ECLESIASTICOS, ‘Tajo ia direccion bel KR. Y. Ramon Batu, Lector fraueiseano, ‘Tomo v. CON LICENCTA DEL ORDINARIO. DIOS. SU EXISTENCIA PROBADA POR LA FE DEL GENERO HUMANO. Ego sum qui sum. Exod. 3, 14. Yo soy e] que soy. Es ciertamente una cosa muy notable para los verdaderos filésofos el ver, que tudo el género humano esta de acuerdo en confesar la exis- tencia de la Divinidad, en darle un culto y en rendirle homenajes de adoracion y de dependencia; conformidad tan universal y tan antigua como el mundo, que se extiende 4 los sabios lo mismo que al vulgo, y 4 las naciones cultas como 4 las mds barbaras. Efectivamente, los ingenios mas grandes que han producido los siglos,-los hombres mas eminentes por su ciencia y sus virtudes, han pensado sobre esto como el pueblo, excepto algunos ridiculos personajes, que han apa- recido de cuando en cuando, para perturbar con su voz fatal la armo- nia del mundo. El ateo ingenioso en sustraerse 4 la luz, 6 en ofus- carla con sus sofismas, se gloria de rechazar la creencia del mundo entero, y mira como una especie de triunfo el luchar é1 solo contra el género humano. Si se le habla de la universalidad de esta creencia religiosa, pronto trata de buscar en algun ignorado rincon del orbe un punto, en que la civilizacion esté tan atrasada, que no se halle, si es posible, rastro alguno de esta doctrina. Si se le seiiala esta undni- me creencia del género humano como la voz de la naturaleza, de la razon y de-la verdad, solo encuentra en ella un efecto de credulidad y de ignorancia; prefiriendo no ver en la razon natural mas que una preocupacion popular, antes que pensar en esta materia como el pueblo: en fin, si obligéndole 4 explicarse se le pregunta, de dénde ha podido venir 4 los hombres una, creencia tan universal, tan antigua y tan arraigada como la de la existencia de Dios, contesta, que es un 8 0s. efecto de la imaginacion engafiada por el miedo, 6 de la politica de los legisladores. Examinemos, pues, todos los subterfugios del ateis- mo, para lo cual sentaremos tres verdades que Ilenen el objeto de es- ta conferencia: 4." la f6 del género humano atestigua, que hay un Dios; 2." esta creencia viene de la naturaleza y dela mas pura ra- zon; 5." nada hay mis frivolo que cuanto el ateo imagina para expli- car esta {é. Pidamos antes los auxilios de la gracia: A. M. 4. La creencia del mundo entero es un hecho, y como tal, no se” prueba por conjeturas, sino por testimonios. Consultemos pues los anales del mundo, todos los monumentos histéricos, las relaciones de todos los viajeros, y hallaremos demostrado, que todas las naciones, y todos Jos siglos, el antiguo y el nuevo mundo, estan undnimes en la creencia de la Divinidad. Podriamos, desde luego, interpelar 4 losim- pios, para que nos citasen una sola comarca de la que sea posible, no digo conjeturar, sino demostrar, que haya sido 6 que sea atea. Remontémonos hasta las épocas mds remotas; recorramos todos los pueblos, tanto los mas ilustrados como los mis salvajes que han habitado el globo: ghallaremos acaso uno siquiera, que no haya esta- do imbuido de un conocimiento mas 6 ménos perfecto de la Divini- dad? Fenicios, Caldeos, Egipcios, Persas, Judios, Griegos, Romanos; todos, en fin, estén acordes en este punto. Los tiempos fabulosos eslan Nenos de las historias de dioses y semidioses: .y qué vemos en los fi- ldsofos, -en los historiadores, en los poetas y en los oradores de la Grecia y de Roma, mas que sefiales bien patentes de la fe de todas las naciones? ,Qué significan los altares, los.templos, los sacrificios, las fiestas religiosas, las estdtuas de los dioses, los himnos sagrados, los apotéosis, el Eliseo y el Tartaro? ,No tiene todo ello una cone- xion palpable con el. dogma de la Divinidad? Echad una mirada so- bre la faz de la-tierra, decia Plutarco (Cont. Colot. Epicur.), halla- reis ciudades sin fortificaciones, sin ciencias, sin magistratura regular; vereis pueblos sin habitaciones separadas, sin propiedad de bienes, sin ningun conocimiento del uso de la moneda, y en una total igno- rancia de las bellas artes pero en ningnna parte encontrareis una ciudad que no tenga alguna idea de la Divinidad. Cicerun (Cicer., Tuscul. Quest. lib. I, cap. xu.) y Séneca (Senee., Epist. cxu.) han usado del mismo lenguaje. Yemos, pues, aqui testimonios bien positives de los hombres mis sabios y mas graves de la antigiiedad, contra los cuales de nada sir- ven los pasajes oscuros y equévocos de ciertos escritores subre el su- puesto ateismo de algunos pueblos, cuyo nombre es casi desconocido. Dios. 9 Hay que observar, sefofes, que sin poder acusar a un pueblo de ateismo propiamente tal, pueden concebirse de él ciertas sospechas, ya porque teniendo costumbres impias y feroges viole todas las leyes divinas y humanas, que los otros reverencian; ya porque no, presente yestigios bien claros de culto y religion publica, 4 causa de su vida errante y grosera independencia; ya porque desprecie el culto de al- guna deidad que adoren sus vecinos, 6 ya, en fin, porque ain cuan- do reconozca 4 una Divinidad suprema, no la adore; y venere tan solo 4 dioses subalternos, cual se ha observado en algunos pueblos salvajes. Asi es, que Plinio no veia en los Judios, que se distinguian por su religion del mundo idélatra, otra cosa mas que unos insolentes despreciadores de los dioses. (Hist. nat. lib. XII, cap. w.); y Gice- ronen su oracion 4 favor de Fonteyo (Pro Fonteyo, cap. xx et seq.), arrebatado por el interés de su causa, trata 4 los Galos de im- pios, sin fe ni probidad, y se complace en recordar su expedicion contra Delfos. Sin embargo, vemos que César, que ciertamente los conocia mejor, los pinta como una nacion religiosa en extremo. (De Bello Gall. lib. VI, cap xvi). Asi tambien se acusaba de ateos y sacri- legos 4 lus primeros cristianos, porque aborrecian & los dioses del imperio. Guardémonos, pues, de acusar 4 un pueblo de ateismo por algunas citas vagas. La creencia en la Divinidad fué tan universal entre los antiguos, que Lucrecio felicité 4su maestro Epicuro, por haber sido el primero que se qtrevié 4 luchar contra el género hu- mano, y 4 levantar la cabeza en medio de los pueblos sometidos, de- cia él, al yugo de ‘la supersticion. (De rerum nat. lib. hy vers. 65 et seq.). Ademéas de esto, seliores, aunque los antiguos hayan estado su- mergidos en supersticiones ridiculas y monstruosas; y hayan pobla- do la tierra y los cielos de una multitud de divinidades quiméricas, sin embargo, el conocimiento de un Sér supremo, de un Dios sobera- no, Sefior de los otros dioses como de los hombres, era mds general entre los sabios, y atin entre el vulgo,” quo lo que comunmente se cree. Yo advierto, ademas, que los mas célebres filésofos de fa antigiie- dad creian en este Dios supremo; y que ain cuando reverenciaban por miedo 6 por politica 4 los dioses populares y nacionales, recono- cian la grandeza excelsa del que -habia presidido 4 la formacion de este universo. El apéstol S. Pablo les reprende ménos el haber des- conocido la Divinidad, que el no haberla glorificado como debian. Los poetas y los oradores han celebrado en sus obras el poder de este Dios, supremo director del universo y de las cosas humanas: tal

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