Si, quiero mi pasta. Es tan atractivo el olor del dinero que desfallezco
ante su brillo. El brillo de la noche esconde muchas trampas. El brillo
del dinero aun más. Si tu bolsillo esta débil, no recurras al mío. Le
tengo rígido y lleno: de ambición, de orgullo, de ego.
Nada mide mejor la miseria humana que el castillo del intercambio.
En un extremo esta lo deseado, en el otro la garganta de la ambición,
en forma de billete.