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Visión del Instituto Estatal

de las Mujeres en Nuevo León


Visión del Instituto Estatal de las Mujeres en Nuevo León
Marzo de 2009

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Impreso en México. Printed in México


Visión del Instituto Estatal
de las Mujeres en Nuevo León

El futuro pertenece a quienes creen en sus sueños


Eleanor Roosevelt (1884-1962)

Voy a compartirles qué tipo de Instituto quisiera


que tuviéramos para los siguientes seis años.

Quisiera un Instituto que posibilitara hacer


intercambios con otros países y que, por lo menos
en el 2004, fuera alguna de ustedes, por ejemplo,
durante una semana a ver cómo funciona el de
España o el de la República Dominicana; o ver
cómo es con tres criterios distintos, uno de alto
desarrollo, otro de medio desarrollo y otro de un
país subdesarrollado. Un Instituto al que vengan a
visitarnos también de otros países, por ejemplo, de
Chile, las de Isis Internacional, o las de Perú. Que

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tengamos modelos novedosos de capacitación
o de investigación. Que hayamos logrado llevar
la perspectiva de género a las campesinas y a las
obreras, fundar la Banca de las Mujeres o impactar
en cualquiera de los modelos de la Agenda de
Mínimos de Beijing. Que por lo menos una vez
al año el personal profesional, las titulares de
las direcciones, puedan tener una participación
destacada en encuentros internacionales y
nacionales; que no sea la misma quien todo el
tiempo viaje, sino que todas se rolen según las
temáticas.

Me gustaría un Instituto bien informado de la


agenda mundial y que pueda prever que en el
2004 el tema más importante es fincar las bases
para el desarrollo de las mujeres, que puedan ser
el conocimientos de sus derechos todos: cívicos,
políticos, sociales, reproductivos, etc. Que podamos
estar ya diseñando los folletos y un programa de
televisión para dar a conocer esos derechos.

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Que penetre en todas las esferas de las secretarías
del Gobierno Estatal y que pueda acordar con la
o el responsable de la Secretaría del Trabajo, para
tomar acciones que erradiquen la discriminación de
las mujeres en el empleo, y que serán de todo tipo:
desde la denuncia pública hasta la capacitación,
encuentros con titulares de las empresas, con las
mismas universidades que ofrecen servicio social,
etcétera.

Percibo un Instituto lleno de talento, en el que se


subrogue una buena cantidad de servicios; que
en lugar de tener siete choferes, podamos tener
una relación de nombres de 20 ó 30 personas
desempleadas que trabajen por horas y, que el día
que salgamos o tengamos que utilizar sus servicios,
los contratemos por ese día o por esa tarde.

Un Instituto que asuma un modelo de primer


mundo en eficiencia: menos gente y más calidad,
con mujeres que sepan concertar, mandar,

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promover, como dice el objetivo del Instituto: que
las políticas públicas se realicen.

Visualizo un Instituto que investigue el uso de la


imagen de las mujeres en el Estado, por ejemplo,
que lo prevea con tiempo, pensando que en el
2006 y en el 2009 hay elecciones federales; que el
del poder esté entre uno de los temas del sexenio;
tiene que entrar también el tema de la explotación
sexual y el tráfico de menores y todo lo que tiene
que ver con esto.

Que piensen en la meta para lograr la paridad


después de las elecciones del 2006; porque
tenemos que probar si hubo cambio o no lo hubo
con nueve y con cinco diputadas del PRI, por
ejemplo; si hizo la diferencia, o no, el hecho de
que hubiera mujeres; si no va a haber estímulo
o aliento para las elecciones del 2006, entonces,
tenemos que empezar a trabajar la paridad a

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partir del 2007, para que se consolide cuando nos
vayamos en el 2009.

Un Instituto que sume a las investigadoras de


todas las universidades y las líderes para que
incluyamos la agenda de género en los temas de
investigación, porque al promoverlos y financiarlos
lograremos interesar a muchas más investigadoras
en los asuntos nuestros; por ejemplo, el trabajo
sobre género que hicieron las economistas y fue
premiado, me parece muy encomiable, pero hay
que alentar a otras facultades para que también lo
hagan: a Ciencias de la Comunicación en imagen;
a la de Artes Visuales, igual; la de Ciencias Políticas
obviamente, etcétera... Que más tesis de mujeres
y hombres, al titularse de sus carreras, tengan que
ver con los asuntos de las mujeres y con la visión
de género.

Quisiera un Instituto que no se llene de abogadas.


Si bien las necesitamos, recordemos que no vamos

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a trabajar solas en una isla, que hay y habrá,
muchas abogadas en defensoría de oficio y muchos
abogados amigos nuestros de las organizaciones
a quienes podemos pedirles asesoría, en virtud
de que no somos un Instituto hacedor de leyes,
sino uno promotor de que se hagan leyes. Que lo
estamos haciendo ahora, por un acuerdo político,
para que inicien las acciones y pisen fuerte y se
logren esos dos principios por los que tanto hemos
soñado: la visibilidad y el reconocimiento a las
mujeres. Pero no vamos a dedicarnos sólo a eso.

Ambiciono un Instituto que tenga presencia estatal


y nacional; que cualquiera de las personas que
trabajen en él pueda participar en reuniones y
tenga voz, voto, opinión, proyecto y logros, por
supuesto que logros, muchos.

Que pensemos en que si abrimos líneas telefónicas,


en virtud de que no vamos a ser gestoras solamente
recibiremos, gestionaremos y turnaremos, pero

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sí podemos tener un servicio telefónico propio
abierto, un número 01800 para distintas situaciones
de las mujeres que quieran o deban ser atendidas,
como la violencia y, sobre todo, para aquellas que
van a ser nuestras enlaces en los municipios con
los institutos municipales.

Requiero que pensemos en que se debe tener


una biblioteca especializada en género y que
ahí se pueda ir a consultar, a leer, a preguntar,
así sabremos decirles qué pasa. Un Instituto que
pueda hacer un encuentro internacional cada año,
otro nacional cada seis meses, o bien reuniones
regionales o interestatales y que podamos tener
invitadas de todas partes del mundo. Se necesita
un Instituto que haga mucha investigación, que
podamos saber, además del INEGI —que hasta
hoy no ha hecho las encuestas que debe sobre la
agenda de las mujeres, a dónde vamos y quiénes
somos en migración internacional, interestatal etc.
Que tomemos temas que no hemos visto ni de

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lejos. Derechos, es con lo que iniciamos, porque
hay que empezar con un piso básico para actuar;
un segundo tema podría ser la explotación infantil
de los niños y las niñas y, por supuesto, la violencia
hacia las mujeres y las niñas.

Después de los marcos legales le podremos dedicar


todo un año a la violencia. Por ejemplo, puede ser
el 2005, aunque ya hablaremos del derecho a una
vida libre de violencia, y profundizar todo el año
en ello en virtud de que es un año preelectoral
de la Presidencia y se requiere sensibilizar para
que cambien las leyes; que tomemos en el 2006
más agudamente el tema de los adolescentes
y las mujeres jóvenes y podamos consolidar
grupos de trabajo, de reflexión y de lectura en las
universidades sobre los temas de género para que
también las universidades sean incluyentes de la
visión de las mujeres.

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Quiero un Instituto que invite a los hombres
a revisar la masculinidad; que eventualmente
realicemos ciclos de cine inteligente, que se
pueda convocar a literatos, pintores, escultores, a
empresarios y a todo aquel que tenga que ver con
la toma de decisiones en el Estado. Quiero que
vayan pensando en mucha gente valiosa, plural,
para que vaya formando parte de los consejos
ciudadanos, porque será por invitación de tal forma
que tengamos gente de derecha, de izquierda y
ciudadanía sin ideología partidaria participando
por igual. Esos serían los Consejos ciudadanos. No
quiero ahí colegas del gabinete que nos digan que
vamos bien; quiero hombres y mujeres que tengan
percepciones distintas a las nuestras y que nutran
al Instituto con sus ideas.

Requiero una Secretaria Técnica de los Consejos y


de la Junta de Gobierno, que lleve las actas, haga
la memoria, los órdenes del día, los acuerdos;
que les mande materiales si los pidieron, que

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prepare los regalos de cada año, porque los de
consejeros son cargos honorarios... que haga lo
que cualquier secretaria técnica: mandar el acta
por e-mail, corroborar que la recibieron; que cuide
y trate a los Secretarios de Gobierno y a consejeros
y consejeras y a integrantes de Comités con igual
respeto y dedicación.

Preciso un equipo de asesores mínimo, que más


bien se conforme con un directorio de oficios y
de disciplinas y especialidades para que puedan
diseñar y elaborar documentos alternativos a las
investigaciones o a las tareas que se realizan.

No me gustaría ver un Instituto lleno de escritorios y


de gente sentada en ellos sin hacer nada. Me gustaría
un Instituto que tuviese espacios para hacer juntas
en la mañana y en la tarde; para capacitaciones
pequeñas, grandes y mayores. De preferencia, en
un lugar propio para no estar rentando ni sub-
arrendando; cuando tengamos foros, encuentros,

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simposios y demás, contemplemos en el
presupuesto la renta de espacios, y si no, que eso
lo podamos resolver en casa.

Un Instituto que suba a la Internet la información y


que rinda cuentas claras de gastos, controles y todo
lo que se necesite; que pase cualquier criterio de
transparencia; que no adjudique ni compre nada
fuera de la ley, ni cosas de ésas, para que no haya
preferencias en la hechura ni en la adquisición de
los materiales de cualquier tipo.

Que a nivel nacional se presente en las


capacitaciones de INMUJERES o que pueda actuar
con legisladoras federales o con organizaciones
civiles de alto grado y que el Instituto de Nuevo
León sea como punta de lanza de modelos diversos
y alternativos que lleven a soluciones asertivas.

Aspiro a un listado de personajes de la vida estatal


que se hayan distinguido o se distingan en diversas

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áreas y que nuestro Consejo lo formen siempre
mujeres y hombres. Empecemos con tres hombres,
al siguiente cuatro, y luego nos vamos con la
paridad en los siguientes años. Deseo que toda
la gente que participe en el Instituto en diversas
tareas, sepa, y le interese, el tema de las mujeres:
economistas, obreras destacadas, amas de casa,
integrantes de ONG y que sean integrantes del
Consejo. La pluralidad es importante.

Propongo que se instituya un premio estatal para el


reconocimiento a las mujeres, ya pensaremos si es
a las que más trabajan, a la que se haya destacado
por algún valor que incluyamos en el año: el valor
del respeto, el de la diversidad, el de la tolerancia,
etc. Que otorguemos un reconocimiento a pioneras,
a mujeres que se hayan destacado en diferentes
disciplinas o áreas de cualquier carácter deportivo,
cultural u otros, ya sea en forma directa, a través
de publicaciones o de otros medios. Quiero que

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sea un Instituto que sepa reconocer y respetar a
las mujeres.

Se necesita que entremos a todas las universidades


y que empecemos a hacer un listado de qué tipo de
acuerdos necesitamos empezar a “bajar”, iniciando
en octubre con la capacitación al gabinete. Luego
bajarlo ¿a quién?, ¿quién sigue? veamos a hombres
y mujeres alcaldes, jueces, magistrados, rectores
de universidades, directores de carrera, maestros,
periodistas... hasta que lleguemos a la formación
de institutos municipales y a la capacitación
regional por zonas, a la capacitación por
municipios; dividamos el área metropolitana en
zonas territoriales para poder tener acceso directo
a las personas en las colonias donde viven.

Persigo un registro muy puntual de toda la gente


que atendamos, de la gente que capacitamos, con
formatos y demás, para sacar liderazgos formales e
informales y ver posibles candidaturas de mujeres

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en el futuro. Necesitamos más mujeres diputadas,
alcaldesas, regidoras, de todos los partidos. Vamos
a capacitarlas en la política para que no nos digan
que no hay mujeres preparadas, al momento de
designar candidaturas.

Pretendo que hagamos libros propios, editados en


el Instituto y también que hagamos presentaciones
de libros acordes con la temática que manejamos
de la agenda mundial y los doce objetivos de
Beijing.

Me gustaría que escojamos fechas relevantes en


conjunto, como el 8 de Marzo, en las que esté
presente el Gobernador, sin duda alguna; de
preferencia cada trimestre en una fecha notable.
Y el Día del Reconocimiento del Voto a las
Mujeres, el Día Mundial de la Población o el Día
Internacional de la No Violencia hacer encuentros,
foros o simposios. Cuando menos una o dos veces
al año, convocar a encuentros masivos de cientos

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de mujeres en conciertos y eventos; si no muy
amplios, al menos con auditorios grandes de 1,800
espacios. Que se hagan festivales y foros donde
vengan cantantes y conferencistas que nos apoyen.
El tema de las mujeres debe ser de todos y todas.

Que hagamos un coloquio sobre comunicación e


imagen con las más conocedoras comunicadoras
de México. Que de una vez por todas se entienda
que somos más de la mitad de México y Nuevo
León, que hablar de las mujeres es hablar de la
sociedad. No más imágenes de minusvalía.

Aspiro a que tengamos un logotipo propio; que


cuando vayas por las carreteras del Estado se vean
panorámicos del Instituto con los teléfonos de
lada sin costo, y sepan las mujeres que ahí serán
atendidas en alguna consulta, de orientación
directa psicológica o jurídica y haya otra colega
atendiendo las llamadas en una grabadora... un
canal abierto totalmente para, por lo menos,

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asesorarlas y decirles a dónde acudir a resolver su
problema.

Pretendo que hagamos un billete de lotería, ojalá


sea uno de la Lotería Nacional con la imagen del
Instituto Estatal de las Mujeres de Nuevo León; allá
por el 2008, ya que estemos súper acreditadas y
reconocidas a nivel nacional.

Quiero que llamemos a estudiantes a realizar aquí


su servicio social y tengamos aprendizajes con
tutoría; que generemos un marco conceptual para
que subcontratemos a capacitadores/as temáticos
o a empresas, que tengan como requisito para ser
contratados tomar un taller de dos o tres horas
impartido por nosotras mismas y que les quede
clara la perspectiva de género, para que luego
generen los contenidos que van a dar en todas
partes.

Espero que los sindicatos del Estado y las mujeres

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líderes sean las primeras en capacitarse en sus
propias organizaciones, llámense FSTSE, Sección
50 y 21, IMSS, ISSSTE, Salud, etc. Después, a todos
los colegios de profesionistas, a las escuelas y a la
comunidad abierta.

Me gustaría que los días de las y los médicos o


abogados, de la madre, de la enfermera, etc.,
tengan un significado para el Instituto, y ellos
y ellas puedan recibir una carta nuestra. Que
tengamos un directorio de quienes nos hayan
apoyado para enviarles una cortesía. Quiero que se
genere un regalo con un diseño que nos caracterice
o bien, un libro del Instituto y que podamos
otorgarlo con dignidad a nuestros invitados/as
extranjeros, nacionales o a quienes nos apoyen
voluntariamente.

Deseo que podamos invitar a funcionarios/as


de las dependencias federales a reuniones en el
Instituto y nos otorguen una plática. Que si viene

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personal de Salud a hablar de violencia, que
visiten el Instituto y nos den una plática de ello; si
son expertos en capacitación para el trabajo, pues
que también vengan al IEM, o sea, establecer este
tipo de contactos con los enlaces que tengamos
en las entidades, en las secretarías diversas para
estar comunicadas, enteradas, y adaptar el tipo de
contenidos que se está dando en cada Secretaría
para transversalizar las políticas públicas.
Lograr que muchas mujeres, al llevar a las colonias
la información, defiendan sus derechos y sobre todo,
impulsar muy fuerte la cultura de la denuncia. De
nada nos sirve capacitarlas, si no las capacitamos
para denunciar; si no ofrecemos alternativas, como
gestoras, del servicio de guarderías, de casas-
hogar alternativos o recursos posibles a las mujeres
violentadas, etcétera, que seamos un organismo de
puentes y logros.

Que podamos ser invitadas a transformar lo existente


y poder dar cuenta y razón de hechos y de efectos;

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que estemos pendientes de las mujeres literatas, de
las que escriben y las que ganan concursos, etc.
Todas ésas que son destacadas todos los días en los
periódicos, que reciban un pequeño regalo nuestro.
Que nos hagan un disco de música con una buena
selección, por ejemplo con Bach, Beethoven,
entre otros, y que sea un disco del Instituto para
los niños recién nacidos y otro para los escolares,
que podamos enviarlo también a aquellas mujeres
que salen en el periódico por haber ganado en
atletismo, en un concurso de literatura en París, en
fin, a todas aquellas mujeres triunfadoras hacerles
saber que estamos al pendiente de ellas y que las
reconocemos.

Tratemos de conseguir la agenda internacional,


que siempre se programa tres o cuatro años antes
de que se hagan los eventos, como el seguimiento
de Beijing que será en el 2005; o el año que entra,
cuando será el seguimiento de El Cairo; tratemos

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de ver los informes de la CEDAW y los de Naciones
Unidas, entre otros.

Comprometernos a que lo más valioso que tengamos


sea un directorio para ir sumando y sumando lo
que cada una hace con las diversas personas que
acuerda: sus teléfonos, e-mails y demás, para tener
una base sustantiva e importante.

Convenir en introducir los valores de que hablaba


hace rato —que son la libertad, la tolerancia, la
democracia, la diversidad, la justicia, el respeto—
a lo largo de los seis años, repetirlos sin descanso.
Intentemos cambiar la cultura, tratemos de brindar
imágenes que valoren el trabajo doméstico y
también irnos hacia un conglomerado amplio
como son las amas de casa, para el reconocimiento
del trabajo doméstico femenino.

Concertemos para incluir a las mujeres banqueras


y empresarias; a las estudiantes que son presidentas

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de mesas directivas de todas las carreras de
todas las facultades. Hay 210 organizaciones no
gubernamentales con registro, revisemos quiénes y
cuáles son, para ver la estrategia institucional que
se pueda tener con ellas.

Hagamos concursos públicos; una o dos veces al


año hagamos desplegados con diversos motivos.
Tratemos de estimular las imágenes públicas de
mujeres exitosas, que las mujeres en el anonimato
tengan voz y sean visibles. Sin dejar de lado la
función de ama de casa, reivindiquemos a las
mujeres que trabajan, a las que estudian, a las que
se superan, a las que hacen ejercicio pleno de su
libertad y su conciencia.

Incluyan en la lista de las que necesitan


capacitación, a todas aquellas mujeres que lleguen
a la función pública. Tratemos de hacer debates
entre hombres y mujeres frente a los diversos
modelos machistas, como el debate de Emiliano

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Zapata o el Pedro Infante mexicanos y las Sara
García de ahora, que se planteen algunos títulos y
contenidos que permitan la reflexión.

Busquemos que tengan valor curricular algunos


talleres o algunas otras actividades que hagamos,
para puntos de ascenso si son para maestras, o
como diplomados o materias optativas si son para
estudiantes, de manera que podamos ofrecer a
todas las facultades, según sus contenidos, un ciclo
de conferencias y un examen sobre ellas y que de
esa forma se acredite alguna materia.

Pactemos para vincularnos con consultores,


asesores de imagen, periodistas, para meter el
género en todas partes. Tratemos de que cada
Secretaría haga lo que le corresponde en función
de sus programas y presupuestos; tengamos una
buena cantidad de carteles en todas las escuelas
sobre los derechos de las niñas y los niños.

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Procedamos a premiar a los anuncios televisivos
más equitativos o a las empresas con mayor
contratación de mujeres. Hay que empezar primero
por el aliento, luego por el castigo. Tratemos de
formar una Procuraduría de la Defensa de las
Mujeres, si no se transforman las leyes. Hablar
con los clubes de jardinería para formar o hacer
algún concurso de arreglos con la flor del Estado:
la anacahuita.

Intentemos que cada año, en el Congreso del


Estado entre una leyenda para que sea el año de
la Equidad en el empleo al menos en Nuevo León;
o el año de la no violencia contra las mujeres de
Nuevo León, el año de lo que sea, con algún tema
de la agenda de las mujeres. Vislumbrar las cinco
temáticas de la agenda de mínimos con un tema
central sobre el cual giraremos en los trabajos y las
acciones (pobreza, violencia, salud, participación
política, presupuestos de género, educación,
trabajo, etcétera).

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Propongámonos para que las mujeres de las áreas
rurales y las indígenas tengan información, folletos,
teléfonos y demás, de los diversos servicios a las
mujeres que ofrecen educación, salud y otros.

Investiguemos en las diversas Secretarías cuáles


tienen perspectiva de género para que sean las
representantes ante nosotras o las hacedoras de
la política pública, si no las hay; ver quién tiene
talento para ello, es más fácil capacitar a las
mujeres que tienen talento que a una que no tiene
la menor idea o el menor interés en hacerlo.

Emprendamos algunas acciones que permitan


construir jornadas macro, enormes, en la
Macroplaza, de los servicios que se ofrecen, tipo
las marchas que hacen en el DF y culminan en
el Zócalo, de todas la áreas; promover una bolsa
de trabajo femenina; diseñar, elaborar o encauzar
reuniones con los jefes o directores de los medios,
llámese radio, televisión o prensa escrita, para

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empezar con las cabezas de los medios sobre el
proyecto de trabajo. Crucemos lo que dijimos en
el Plan de Gobierno sexenal para ver qué cabe
en cada año según las áreas temáticas que se
decidan.

Tratemos de lograr que las mujeres sean soberanas.


Hay una masa fuerte de mujeres que pueden ser
aliadas en nuestros sindicatos o nuestra fuerza con
las que ya se cuenta con simpatía y a las que nos
podemos dirigir: burócratas estatales, municipales,
las instituciones y de ahí abrirnos a una ciudadanía
abierta organizada, luego vamos a comunidad
abierta. Tenemos que cambiar: Si cambian las
mujeres, cambia la sociedad.

Mujeres, aprendamos un poco de política y de


formas políticas para que se nos faciliten las cosas,
porque cada acción o cada oficio que haga el
equipo debe tener un destinatario final. Primero al
Gobernador, luego su servidora y también ustedes,

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tenemos que entender cuál es la visión, cuál es el
objeto de tener un espacio como éste; para qué lo
construimos, de qué le va a ser útil al Estado que
haya un Instituto Estatal de las Mujeres. Voy a tratar
de ser clara y de contar con la voluntad política del
Gobernador.

¿Es un refugio para las desesperadas? ¿Es un espacio


de acción o promoción de la labor en todas las
otras áreas de vinculación y coordinación, así
sea sociedad civil o así sea Gobierno del Estado?
¿Es un refugio para escribir? Pues no. Más bien,
promovamos que se escriba. Que en cada
universidad haya un área de género, con las
mujeres de letras, con las de jurídicas, con las de
aquí o las de allá. Que se hagan en todos lados
investigaciones que nos interese promover sobre la
perspectiva de género, para que en un año y medio
más o menos, este término sea de uso común sin
interpretaciones falsas o sesgadas. El género se
construye y es femenino y masculino.

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Hagamos un equipo de gente que escriba en los
medios, como editorialista o articulista y sean
nuestras aliadas en estas tareas progresistas. Hay
mujeres con talento, sensibles a los problemas
sociales. Seamos incluyentes de los hombres con
visión de cambio, dejemos a los remisos fuera de
la historia.

Formemos un espacio cultural para que se


rescaten las biografías de las mujeres notables en
el Estado y podamos recuperarlas en la historia
política, económica, social o de fundadoras o
de otras actividades, pero que tengan rostro y
nombre. Hagamos un libro de todas las que han
sido alcaldesas, no importa el partido. Otro más
de las que han sido diputadas, senadoras; o uno
de quienes han sido pioneras de carrera, pero
que tengan foto y su historia personal, desde la
primera maestra del siglo antepasado, del 1894
creo, en que se fundó la Escuela Normal, hasta las
últimas que son pioneras en carreras nuevas, como

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metalurgia y otras, que antes eran impensables.
Un libro que refleje diversidad, la llegada de los
años 70 u 80, ver cuántas mujeres se han titulado
de maestrías y doctorados; cuántas han tenido los
primeros lugares de su facultad, de su generación,
de cada universidad, etcétera.

Hay una gran cantidad de acciones que se pueden


desprender del programa de gobierno, habría
que verlo de manera horizontal y decir: Leamos
el primero, ¿qué dice? Que hagamos esto. ¿Y en
qué año se va a hacer?, pues en el primero o en el
segundo o hasta el sexto. Entonces, ¿cuándo vamos
a promover la Procuraduría? Pues después de que
capacitemos al ministerio público y a los jueces y
magistrados, ¿y cuándo vamos a capacitar a jueces?
En el 2004, entonces el 2005 nos vamos con la
Procuraduría. Siguiente acción, ¿cómo vamos a
hacerla? y lo vamos poniendo en cada cuadrito
y luego nada más agrupamos, para que todo el
Plan Estatal de Gobierno quede comprendido en

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el sexenio y queden logrados los compromisos
con las mujeres. De tal forma que al final, en el
2009, al leer el Plan Estatal de Desarrollo podamos
decir: todo eso lo hicimos. A veces lo repetiremos,
a veces lo reharemos, porque capacitar a jueces y
magistrados ahora será con un contenido y después
con otro cuando hagamos las reformas al Código
Penal y al Civil, en violencia, por ejemplo. Revisar
horizontalmente todo lo que les estoy diciendo.

Espero que en estos días que estoy fuera, puedan


serenamente pensar en colectivo, aunque hay
quien opina que no se construye el conocimiento
en esta forma. Bueno, pueden llenarse de sueños e
ideas novedosas que permitan tener un panorama
mucho más cercano de los dineros públicos que
necesitamos para lograrlos. No queremos estar fuera
de una administración, vamos a estar en el tono de
cualquier contraloría, en la rendición de cuentas
de cualquier tipo. Si se pueden tener establecidas y
planeadas todas las acciones que se puedan hacer,

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que sean viables, las que realmente podamos y nos
comprometan, y se transparenten y digamos: “este
año vamos a dar ocho capacitaciones”, que sí se den
las ocho; a qué grupos y dónde, si son hacedoras
o facilitadoras para otros grupos o qué contenidos
siguen. Que tomen esas decisiones. Habrá mujeres
que nos interesa que participen o ya trabajan en
los sectores, a quienes podemos contratar para
conferencias aisladas o para acciones integradas,
en sus tiempos, en sus tardes, en sus mañanas,
según corresponda.

Hay que crear categorías de asesoras o especialistas,


ver más o menos cuánto cuesta una asesoría o una
consultoría de tres horas o una capacitación de
cuatro horas por persona o por cuántas personas,
según el contenido, etc. Si a las 12 ó 14 directoras
de facultades de la Universidad Autónoma de
Nuevo León las invito a desayunar y contratamos a
alguien relevante que reflexione con ellas el tema

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de género, podremos sensibilizar y se nos pueden
abrir las puertas.

Vamos a transformar sobre una base social.


Necesitamos un directorio muy amplio de quiénes
dirigen los medios y quiénes son las voces en la
radio: esta mujer, la otra locutora, la que recita, la
que habla de cosas regionales. A todas las podamos
invitar y si están en el gobierno, nos pueden ayudar
a garantizar que se ejerzan políticas públicas con
perspectiva de género.

Por último, se vale soñar, se vale pensar en la


necesidad de mirar a las mujeres jóvenes, integrar
acciones para las niñas, en ver hacia el futuro y no
olvidar lo que tenemos que hacer para las mujeres
mayores o las que viven con discapacidad. A ver
cómo le hacemos para destruir los mitos que nos
acompañan a las sesentonas. Se valen muchas
cosas: sentarse a rebotar ideas, poner una buena
cantidad de cosas. No quiero decir que ustedes las

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hagan una a una, busquen quién las haga, derivemos
servicios y revisemos las investigaciones, revisemos
las capacitaciones y pensemos en herramientas
cualitativas de medición de actitudes, que pueden
ser muy interesantes frente al conflicto o frente a
las crisis. Necesitamos diagnosticar qué hacen las
mujeres nuevoleonesas.

Aspiro a que tengan un montón de ideas, es


suficiente para mí que tengan visión de largo plazo
y que piensen y actúen como mujeres informadas,
profesionistas del tema y que sea difícil que
alguien intente manejar un tema de género, de
mujeres, sin un recurrente del IEM como órgano
asesor o promotor o gestor de la política pública
en concreto. Se vale que revisen lo que hacen
la Secretaría de Desarrollo Social, el Programa
Progresa, el de Oportunidades, la SEP, ver qué se
está haciendo con relación a las becas; en Salud,
Derechos Humanos, etcétera.

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Se vale diagnosticar y proyectar soluciones
concretas de largo plazo para problemas concretos
que tienen que ver con las mujeres; pensemos que
transformar el Estado es una tarea superior, que
nuestras acciones no sean pequeñas, que formen
parte de un marco general de acción y de actuación
de todo orden: políticas, económicas y sociales,
fincadas todas en la participación ciudadana para
generar indicadores e impactos. Trabajemos para
todas, sin discriminar a nadie ni a ninguna.

Vamos a promover estudios que muestren lo que


decimos y que quede muy claro, que se actúe con
conciencia estatal y como directoras estatales de
una política pública. No es lo mismo el nivel de
una asociación o de una tarea en pequeños grupos,
que en grandes masas; todo lo que digan y lo que
hagan va a tener repercusión en ámbitos de la
sociedad, a veces muy específicos y a veces muy
ampliados.

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Empiecen a pensar en grande, a construir en grande,
piensen que la investigación que van a hacer tiene
un efecto real de la sociedad y que proyecten
profesionalismo, la capacidad, el conocimiento, la
información, con la categoría de gente que sabe
lo que está haciendo, que sabe a dónde va, que
facilita que las cosas se den o sucedan, que las
evalúen, supervisen y valoren. Para eso vamos a
tener 51 municipios con institutos y para eso vamos
a tener enlaces con las Secretarías de Gobierno, a
tener gente representativa de las universidades, de
las ONG y las académicas y muchas más. Hacer
grupos o comités por categorías de empleo, de
acciones, de estudios, de investigaciones que nos
tipifique una gran rama de mujeres para cubrir en
estos seis años. Que no se nos queden espacios sin
cubrir, si no los cubrimos nosotras, alguien más lo
va a hacer.

Me gustaría que pensemos con un criterio ejecutivo


que pueda darles a ustedes mismas visibilidad y

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reconocimiento, de entrada. Esa misma estrategia
que estamos utilizando con las legisladoras de
que lleguen pisando fuerte, sabiendo lo que son,
es la misma que vamos a usar nosotras. Y no sólo
como estrategia, la vamos a usar porque para esa
demostración vamos. Claro, no es para mañana,
pero sí pensaría que es para pasado mañana. Que
entremos acreditadas con nuestro conocimiento
y nuestras acciones, con seguridad plena en el
rumbo del Estado y del país.

Por último, no se les olviden los impactos, si


hacemos una campaña pública durante seis meses
o un año, sobre un tema, la violencia, por ejemplo,
¿dónde se mide el impacto?, ¿cuántas denuncias
hubo? Si capacitamos jueces ¿cuántas resoluciones
se dieron? Si capacitamos académicas ¿cuántas
investigaciones se fomentaron? Se cuantifican los
impactos en base a las tareas y a los indicadores.
También hay que considerar en el presupuesto la
suscripción a revistas nacionales e internacionales,

37
los periódicos todos, locales y nacionales tiene
que ser revisados y leídos al día...

Debemos tener a alguien que dé seguimiento al


pulso social con el tema de mujeres en las áreas
múltiples en que nos movemos y esté revisando
en un seguimiento y en carpetas temáticas, que no
sean sólo de violencia, ya sabemos ahora cuántas
se mueren porque hay información pública, sino
el tema del trabajo entra junto a la Ley Federal del
Trabajo en México como un tema de discusión,
entre otros. Poner el tema de las mujeres en
seis años en la mesa de la cocina de todos los
hogares. Tener manera de influir a nivel nacional o
internacional con el International Women’s Forum
o con las organizaciones, en en lo que tiene que
ver con las mujeres y por supuesto, en los temas
de decisión.

Podemos concebir un video de 20 segundos, de


cinco o diez minutos sobre el Instituto, grabando

38
las acciones, las reuniones y lo que se vaya
haciendo para el video de las primeras semanas,
que puede ser colocado en una sala de espera
común donde estén las personas que van a ver
a una u otra directora y que en la televisión esté
pasándose permanentemente; también pensar en
rentar algunas películas con los temas de mujeres,
para ir proyectándolas en la recepción.

Ahora pensemos en el nivel internacional, primero


ir al Distrito Federal y tomar la agenda de los años
2004 y 2005 de las reuniones internacionales, por
supuesto hablar con la titular de la SRE, para la
agenda del tema nuestro y obtener los e-mails de
todas estas organizaciones; vincularse y coordinarse
igualmente con la Cámara de Diputados Federal
para las reuniones de la COPA, la COPPPAL o el
Parlatino, organizaciones en las que van legisladoras
y sociedad civil para entrar a la agenda mundial.
También poner un sitio en Internet que hable del
Instituto, una página que presente al Instituto a

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nivel mundial, tratar de obtener un directorio de
todos los institutos y ministerios del mundo que
realizan este tipo de tareas y dar a conocer por esta
vía nuestra existencia y funcionamiento, incluir en
ello a las Naciones Unidas y a las Organizaciones
de la Sociedad Civil (OSC) más relevantes.

A nivel nacional, si yo tuviese esta tarea de enlace,


rápidamente conseguiría el directorio, revisaría los
dos informes anuales que ha hecho INMUJERES,
porque ahí describe qué hace cada dependencia
en cada una de las entidades y estaría sacando una
lista de todas las actividades que me parecieran
interesantes, novedosas o distintas de las que los
programas tienen establecidos. De los mismos
programas sale lo que hacen también las OSC,
de manera que ya estaría perfilando, por ejemplo:
“Puebla, tiene una revista de género, tiene una
estación de radio de género, tiene esto, tiene lo
otro”. Pero también trataría de ver las experiencias
exitosas, pero eso está pendiente de que vayan a

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los estados, y las visiten cuando terminemos esta
otra tarea, para completar las actividades del Estado
ya de entrada pueden irse revisando los informes
anuales. Conocer la agenda de INMUJERES, en
cuanto a reuniones nacionales, de investigaciones,
de entidades que son piloto para el desarrollo de
algunas actividades.

A nivel estatal, estarían los enlaces de cada una


de las Secretarías que entrarían, capacitándolas
obviamente, compartiéndoles todos los
compromisos de la agenda pendiente; hay que
conocer los compromisos de campañas municipales
a ver si hay alguna diferencia entre lo que dijeron
los candidatos o a qué se comprometieron, para ir
apoyándoles en elaborar su programa, planear sus
actividades, restaurar su autonomía financiera y
conseguir que les paguen en los municipios, que lo
tomen en serio y que reciban salarios las que hagan
la tarea para que haya cierta correspondencia y una
cierta autoridad institucional para que trabajen en

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las políticas públicas con perspectiva de género. El
segundo taller con los enlaces de los 51 municipios,
aparte de cómo construir el programa, sería el de
género; luego programaría reuniones regionales, la
región del Norte con siete u ocho municipios; la
región citrícola con otros tantos; luego la región
Sur, etc., para trabajar con cinco o seis mujeres
cada titular municipal, capacitarlas en género para
que ellas bajen el taller a sus propias congéneres y
además tengan nuestro apoyo con conferencistas de
Monterrey y en mes y medio podríamos tener todo
el Estado cubierto y capacitado en lo básico; luego
entrar con otro taller sobre derechos y deberes, con
los grupos establecidos y formados y capacitados
en primera instancia en cada municipio. Trataría
de homologar en todo el Estado la información y
que tuvieran su número lada 01800 y recibieran
de nosotras folletos e información, por supuesto,
asesoría para atender las problemáticas específicas
de las mujeres. No son las mismas del norte que
emigran los maridos, que las del sur que son

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campesinas y que siembran la tierra, tienen que
considerar los territorios, las costumbres y la
cultura prevaleciente.

Hacer contacto y enlaces con OSC y recuperar


el listado, incluyendo las de beneficencia;
distinguirlas, registrarlas y citar a las más fuertes
primero en una junta, luego a las contrarias en
otra junta, a sus opositoras y a todas en algún
momento. Vale la pena que en cada uno de
los registros tratemos de incluir las fechas de
cumpleaños o fechas de nacimientos de todas las
personas que acudan a nuestras reuniones, juntas o
capacitaciones, a fin de tener alguna atención con
ellas en sus cumpleaños.

Estamos en septiembre del 2003, queremos


crear un Instituto Estatal de las Mujeres como un
organismo autónomo. A nivel federal existe el
Instituto Nacional de las Mujeres (en octubre 24
del año 2000 presenté la iniciativa y se aprobó),

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tenemos que preguntarnos todos los días: ¿Y
hoy, qué voy a hacer por las mujeres? Dar pasos
pequeños y dar zancadas, pero no dar marcha
atrás. Si logramos mover estructuras y conciencias;
si logramos instalar en la opinión pública las
necesidades de las mujeres, podremos soñar en
vivir de una mejor manera. Ya no lo hagamos por
nosotras, hagámoslo por nuestras hijas y nuestras
nietas; porque es un acto de justicia el ser iguales
y ser equitativos; porque queremos que el trato no
sea diferente; porque queremos que nuestra voz
y nuestras palabras tengan igual valor que la de
los hombres; porque recibamos salario igual para
trabajo de igual valor; porque necesitamos que las
mujeres tomen decisiones y tengan oportunidades,
todas sin restricciones; porque los beneficios del
desarrollo también sean parejos. Aprendamos
a caminar juntos hombres y mujeres y desde
nuestra posición de poder ejerzamos el liderazgo
para garantizar que se transforme el mundo que
habitamos.

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Ser funcionarias responsables es todo un
compromiso y una decisión de vida. Hagámoslo
por el bien de todas y de todos.

Lic. María Elena Chapa


Versión estenográfica
Monterrey, N.L., 12 de septiembre de 2003.

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