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ANTECEDENTES, CAUSAS Y

CONSECUENCIAS QUE CONLLEVARON


A LA SEPARACION DE PANAMA DE
COLOMBIA.

Por: Jaime De Urriola

Introducción.
Este escrito se presenta como un artículo informativo, pero a su vez posee los elementos
cercanos al ensayo, sobre la situación del entonces Departamento de Panamá a finales del
siglo XIX e inicios de lo que será la situación (difícil de definir) que llevó a la separación de
Panamá de Colombia.
La presente investigación no solo se centra en el Istmo, ya que muchos hechos que ocurrieron
tanto a nivel regional e internacional, repercutieron de manera radical en los sucesos que se
presentarían antes, durante y después de nuestro proceso de separación. Esta historia
dimensional nos ayudará a dilucidar de manera clara y objetiva las pretensiones de los
Estados Unidos y la necesidad de una ruta de tránsito que les permitiera conquistar nuevos
mercados por un lado y por otra parte el anhelado proyecto de nación de los notables
panameños que contemplaba la apertura de puertos, la construcción de un camino carretero y
transformar a Panamá en un país hanseático bajo la protección de las potencias europeas y el
cual nunca fue atendido por Colombia.
Prestaremos cuidadosa atención al surgimiento de un nuevo modelo económico: El
Capitalismo Globalde inicios del siglo XX. Analizaremos los motivos que llevaron al
fracaso del proyecto de la formación del Estado Colombiano (Guerra Civil, bancarrota del
Estado, localismos, centralismos); solución de problemas económicos inmediatos, otras
manifestaciones de protectorado y la Junta de Gobierno.
Al final de esta investigación el lector sentirá que se le ha quitado una venda de los ojos y que
no siempre hay que “cubrir con un velo, el pasado, el calvario y la cruz…”

Antecedentes y causas de la separación.


Varias fueron las causas que abonaron la separación de Panamá de Colombia el 3 de
noviembre de 1903. Por una parte, el abandono en que Colombia mantuvo al Istmo durante
todo el siglo XIX provocó frustración entre nuestros compatriotas. En realidad, el gobierno
colombiano solo percibía al Istmo como el emplazamiento del futuro Canal que algún día
habría de construirse. En tal sentido, nuestro territorio era la mayor riqueza potencial que
poseía la República, pero permaneció materialmente descuidada desde 1821. Durante estos
primeros veinte años de unión a Colombia la decadencia material de la ciudad proporcionó
abundante material a los viajeros que atravesaron el Istmo entre los cuales podemos
mencionar a Gaspard Theodore Mollien, Campbell Scarlett, Adrian Thierry quienes
hicieron minuciosas descripciones de la ciudad de Panamá y el ambiente que se vivía en dicha
ciudad, Mollien en su obra Voyage dans la Republiqué de Colombie en 1823 nos describe
con lujos de detalle el estado deplorable e insalubre de la ciudad de Panamá al escribir que la
ciudad presentaba una “ suciedad excesiva que agrava la indolencia natural de los climas
cálidos y de todo pueblo de origen español” y que “por todas partes se meten las gallinas y las
palomas, al paso que en el patio los cerdos se alimentan con todas las basuras que se tiran por
las ventanas, único sistema que hasta ahora se haya descubierto para hacerlas desaparecer”.
El estado colombiano hizo pocos intentos por impulsar al Istmo, no hubo un fomento en la
educación ni en la salud, la no existencia de una planificación para que se construyeran
caminos y vías de penetración y se realizaran obras públicas, como el acueducto y el
alcantarillado y la pavimentación de calles de las principales ciudades. Sin duda, el sistema
centralista implantado por Rafael Núñez, desde 1886, agravó aún más la situación.
Los istmeños, mayormente de convicciones liberales y federalistas, vieron de la noche a la
mañana transformado su Estado Federal (1855-1885) en un Departamento más de la
República de Colombia, cercenados sus derechos y con un Gobernador elegido en Bogotá al
frente de sus destinos. Ello, sin contar con las permanentes guerras civiles que asolaron el
territorio istmeño, así como el restablecimiento de las aduanas y el incremento de la carga
impositiva, en momentos en que se especulaba fuertemente con la ruina de los franceses.
El fracaso de la Compañía Universal del Canal Interoceánico de Ferdinand de Lesseps, así
como la Compañía Nueva del Canal que se formó en 1894 de la liquidación de la primera
empresa, acarreó una grave crisis económica en nuestro territorio. Las esperanzas del grupo
dominante de ver a Panamá convertida en un emporio del comercio mundial parecieron
hundirse con el frustrado proyecto francés.
Mientras todos estos sucesos se daban en el Istmo, el panorama mundial iba cambiando de
manera rápida y vertiginosa, ya entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, una serie de
factores tanto externos como internos coincidieron para que Estados Unidos se convirtiera en
una potencia imperialista.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que, desde la sexta década del siglo XIX, surgió en
el contexto internacional un nuevo brote de imperialismo por parte de las potencias europeas
en Asia y África, a cuya cabeza estaban la Gran Bretaña, Francia, Alemania, Rusia e Italia; en
tanto que en Asia el Japón también entró en la repartición de los despojos coloniales en el
Lejano Oriente, luego de derrotar a la China en 1895.
Dentro del ámbito global debemos mencionar como primer punto la adopción del patrón oro
como una forma de intercambio monetario para buscar estabilidad financiera dentro de los
países comerciantes, en este mismo espacio tiempo se da la Segunda Revolución Industrial y
podemos afirmar también el surgimiento de una primera globalización comercial financiera
producto de la apertura de las redes de comercio. Hubo un auge en las comunicaciones,
medios de transporte (desarrollo de la máquina de vapor, motor de gasolina diesel, entre otros)
que facilitaron y abarataron los costos de las mercancías como también una rápida llegada a
sus destinos.
En el escenario regional podemos mencionar el deseo de los Estados Unidos en buscar un
lugar adecuado para construir su Canal. Al mismo tiempo tenemos el conflicto entre Estados
Unidos y el último reducto del imperio español, las islas de Cuba y Puerto Rico serían de gran
importancia para el desarrollo estratégico-militar en el continente, luego tomarían las islas de
Guam, Filipinas y Hawaii y es en este punto cuando más urge la construcción de una vía de
comunicación que facilitara el tránsito hacia el mercado asiático y para convertirse en el más
fuerte rival de Inglaterra, ya en estos momentos (1898) Estados Unidos ya ha comenzado a
ejercer un imperialismo disimulado (véase la Enmienda Platt de 1901).
De vuelta a nuestro Istmo, a la ya grave crisis económica vino a sumarse, en 1899, el estallido
de la Guerra de los Mil Días. Durante tres años los ejércitos liberales y conservadores
agotaron la ya deprimidariqueza del Istmo, esto se debió en parte al reclutamiento masivo de
hombres para integrar el ejército cuya consecuencia trajo consigo el descuido de los cultivos y
otros trabajos vitales, aunado a esto, el Istmo se transformó en un campo de batalla. Los
cultivos fueron destruidos, al tiempo que el ganado sirvió de alimento de las desatendidas
tropas. La guerra tocó a su fin, en 1902, con la firma del Tratado del Wisconsin, teniendo
como trasfondo el problema canalero porque para entonces, los Estados Unidos no podían
postergar ya más la construcción de un Canal.
Dentro del escenario entre Colombia y Panamá, la idea de una separación no era nueva, ya se
habían producido intentos en el siglo XIX. Colombia, un país fragmentado inmerso en una
deuda externa con una aguda crisis política. Los Estados Unidos supieron aprovechar esta
coyuntura de factores problemáticos para tentar o seducir al gobierno colombiano. Colombia
recibía ingresos del ferrocarril ístmico pero no era suficiente, tras el fracaso del Canal francés
en 1889 se perdía una vez más el anhelado país hanseático que habíamos mencionado
anteriormente.
En 1901, se firma el Tratado Hay-Pauncefote mediante el cual se derogaba el tratado Clayton-
Bulwer de 1850, pero quedaba latente el tratado Mallarino-Bidlack con su ambivalente y
polémico artículo 35 mediante el cual se garantizaba la seguridad y neutralidad durante la
construcción de un Canal.
Para el momento en que se desarrolla la gesta separatista, Panamá contaba con 315.000
habitantes, una pobre densidad de 4h/km2, la desconexión existente entre la ciudad y el
interior de la República (falta de vías de comunicación y transporte), una grave crisis en la
educación con un 85% de analfabetismo sumado al problema en el sector salud
(enfermedades, epidemias y parásitos), una economía muy simple por llamarle de alguna
manera, productos como la tagua, concha de nácar, entre otros de muy poco valor comercial.
Cabe mencionar los grandes latifundios y terratenientes existentes en el Istmo, ya que 72
familias eran las propietarias de las tierras del Istmo, esto trajo como consecuencia que el
80% de la población del Istmo de Panamá fuese rural, un ejército improvisado y mal armado
y sin ningún adiestramiento, pugnas políticas, un Estado mediatizado sin una soberanía plena
sobre Bocas del Toro y San Blas, problemas para la titulación de las tierras en fin, éramos una
sociedad navegando sin rumbo fijo, un barco sin timonel, es allí en los que Estados Unidos se
aprovecha del fracaso del gobierno colombiano, sumado a esto las grandes presiones políticas
que sufría el mismo, una audaz maniobra estratégica por parte de los norteamericanos para
negociar con los panameños y garantizar su independencia (a medias).
La firma del Tratado Herrán-Hay, a comienzos de 1903, fue la oportunidad que los
panameños habían estado esperando desde mucho tiempo atrás. Por fin, Colombia y Estados
Unidos suscribían un tratado para la construcción de un Canal por Panamá, esta noticia
motivó al grupo dominante panameño dedicado al comercio marítimo y a los servicios,
Panamá recuperaría su función transitista y ellos se enriquecerían a manos llenas. Pero en
Bogotá no había nada que festejar, los ataques al tratado no se hicieron esperar, sobre todo
porque se ambicionaban mayores compensaciones económicas que los diez millones que
ofrecían Estados Unidos y porque se lesionaba la soberanía con respecto al Istmo de Panamá
cuando el pacto hablaba de un arrendamiento por cien años renovables indefinidamente y se
establecían tres tipos de tribunales de justicia en la Zona del Canal.
El temor de nuestros compatriotas era la posible construcción de un Canal a través de
Nicaragua, así como las amenazas de Washington no impidieron que el 12 de agosto de 1903
el Congreso colombiano rechazara el tratado Herrán-Hay. El rechazo por esperado no resultó
menos decepcionante, pero fue sin duda, el detonante de la separación por lo que podemos
decir que el fracaso colombiano se debió a no buscar las alternativas viables y dignas para el
asunto del Canal y el fracaso de los gobiernos previos a éste.

La leyenda blanca y la leyenda negra.


Las especiales características de nuestro surgimiento como República hicieron que
rápidamente surgieran dos posiciones contrapuestas con respecto a los acontecimientos
acaecidos y en particular, a la participación de los Estados Unidos, en virtud del interés de
construir un Canal por nuestro territorio. La leyenda Blanca o versión idílica, está
representada por los puntos de vista de los próceres, sobre todo José Agustín Arango, Tomás
Arias y Federico Boyd, quienes plantean que para llevar adelante la separación, arriesgaron
sus vidas, sus fortunas y su posición social con el fin de librar del yugo colombiano a sus
compatriotas. Aunque no desconocen la participación de los Estados Unidos, en realidad se
concentran en su actuación personal.
Por otra parte, existe una leyenda Negra sobre nuestra separación, inicialmente representada
por aquellos compatriotas que no estaban de acuerdo con la secesión y por la historiografía
colombiana y norteamericana. Entre los que se opusieron se destacan Oscar Terán, Juan
Bautista Pérez y Soto y Belisario Porras. Para el primero, la República de Panamá fue creada
por los Estados Unidos y no era más que una dependencia de la gran nación. Pérez y Soto
consideraba que detrás de la separación se movían poderosos intereses económicos y que los
panameños habían sido comprados por el dólar norteamericano y Belisario Porras sostenía
que Panamá al separarse de Colombia se transformaba en un protectorado. También
contribuyeron a la leyenda negra las declaraciones de Teodoro Roosevelt, años después de la
separación, cuando expresó en el teatro de la Universidad de Berkeley en California: “I took
the Isthmus”.

Bibliografía
Arauz, Celestino Andrés y Patricia Pizzurno. El Panamá colombiano 1821-1903. Panamá:
Ediciones Pribanco La prensa, 1993.
Mack, Gerstle. La tierra dividida. Historia del Canal de Panamá y otros proyectos del
canal Ístmico. EUPAN, 1978.
Mollien, Gaspard Theodore: Viaje por la República de Colombia. Biblioteca Popular de
Cultura Colombiana, Bogotá, 1944.
Pizzurno, Patricia y Celestino Andrés Arauz. Estudios sobre el Panamá republicano.
Editorial Manfer S.A. 1997.
Tindall, George y Davis E. Shi. Historia de los Estados Unidos, tomo II. Bogotá tercer
Mundo Editores, 1995

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