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El significado del sonido del cuerno (Shofar) en Año Nuevo (Rosh HaShana) consiste
en que en este día Dios juzga la existencia como parte de un nuevo ciclo, es decir, un
año nuevo. Los tribunales de justicia trascendentales se disponen a juzgar a todo el
universo según los procesos del juicio supremo, como lo mencionamos en el capítulo
segundo.
Y el fiscal celestial está dispuesto a acusar según los delitos de los seres humanos. El
Creador nos ordenó que hagamos sonar el cuerno, el objetivo de esta actividad es
atraer la conducción del mundo con misericordia y no con el rigor de la justicia, y
confundir al fiscal celestial para que no acuse.
Pues ciertamente ello constituye el concepto de medida por medida: puesto que él no
reacciona contra nadie, así no reaccionan en su contra. Y tenemos así que se le trata
con misericordia; y ello mismo es parte del principio de la justicia. Aunque no
solamente tal acto será retribuido de esta manera, sino sobre todo acto que decrete la
sabiduría suprema que le sea retribuido así. Y como parte de ello se encuentra este
mandamiento de hacer sonar el cuerno, que fue mandado sobre Israel para que
atraigan sobre ellos un trato de misericordia. Y cuando lo realizan como es idóneo, ello
será el provecho que sacarán de él. Lo específico de tal observancia, o sea, el nexo entre
el sonido del cuerno y la transmisión de la misericordia, depende de las raíces de la
conducción del mundo y sus fundamentos.
Todo ello a través de este precepto, cuando está acompañado de la apropiada medida
de arrepentimiento, siendo cuidadosos en mantener todos los elementos de tal
observancia, según los detalles de su rectificación
(selección extraída del libro "El camino Divino" por Rab M.Jaim Luzzato, © Jerusalem de México)
Rabi Saadia Hagaon, erudito perteneciente a la época del "Gaonato" que vivió en el
siglo X enumera diez motivos, por los cuales se toca el shofar:
1) Asi como la coronación del rey va acompañada por el toque de trompetas, en Rosh
Hashana se toca el shofar para proclamar a D-os como rey del Universo.
2) El shofar convoca a los pecadores a retornar a la senda del bien y despierta los
corazones de todo judío para acercarse a D-os.
3) En recuerdo a Matan Tora (Entrega de la Torá), que fue cortejada por el toque del
shofar. Debemos nosotros imitar a nuestros antepasados y declarar como ellos
"Haremos y Escucharemos".
5) Evocamos la destrucción del Sagrado Templo, y la voz gloriosa del shofar del
enemigo que oprimió a nuestro pueblo.
6) Rememoramos por medio del Cuerno de Carnero, el sacrificio de Itzhak Abinu, que
entregó su alma a D-os y fue ofrendado en su lugar un ciervo. Es un llamado para que
todo judío esté dispuesto a someterse a la voluntad del Todopoderoso; también
recuerda ante el Creador el mérito de los patriarcas que abogará en favor de nuestro
juicio.
7) Porque la naturaleza del shofar es provocar temblor en los oyentes, como versa: "¿Se
tocará el shofar en la ciudad y el pueblo no temblará?, por lo tanto al escuchar el shofar
debemos doblegarnos y consternarnos ante la omnipotencia de Dios.
8) Para recordarnos el "Día del Juicio Final" sobre el que está escrito en el libro de
Zefania: "Cercano esta el Día de D-os,- dia de Shofar y Terua"
9) Para recordarnos el dia en que D-os reunirá a todos los exiliados en la Tierra de
Israel y consecuentemente nos esmeremos para acercar la Redención como versa en
Isaias 23: "Y será en ese día en el cual se hará sonar un gran shofar vendrán los
perdidos en la tierra de Ashur"
10) Para evocar el día de la Resurrección de los muertos y creer en ello, como nos
profetizó Isaias: "Todos los habitantes del mundo.- y escucharán el toque del shofar,
(que anunciará la redención de lsrael).
(selección extraída del libro "Torat Hamoadim", por Rabi David Iosef © Rabi David Iosef)
Aunque hacer sonar el shofar en Rosh HaShaná es un decreto Divino [que es aceptado
sin que necesitemos entender su motivo], podemos, sin embargo, distinguir un
propósito en ello. Es como si nos estuviera diciendo: ¡Durmientes, despertad de
vuestro sueño; vosotros que dormitáis, salid de vuestro letargo; reflexionad sobre
vuestras acciones, retornad y recordad a vuestro Creador! Aquellos que olvidan la
verdad con el paso del tiempo y quienes desperdician sus años persiguiendo vanidad y
tonterías carentes de valor y que no brindan salvación, ¡fijaos en vuestras almas!
¡Mejorad vuestras acciones! Que cada uno de vosotros abandone su mal camino y
pensamiento que no conducen al bien.
Saadiá Gaón escribe que el hecho de hacer sonar el shofar en Rosh HaShaná
representa diez elementos simbólicos:
Rosh HaShaná marca el comienzo de la Creación, el día en que D-os creó al mundo y
se convirtió en su Rey. Así como es costumbre tocar trompetas para glorificar al rey y
proclamar nuestra sumisión ante él, del mismo modo mostramos nuestra aceptación
del reinado de Di s a través de hacer sonar el shofar.
Rosh HaShaná marca el primero de los Diez Días de Arrepentimiento. Por lo tanto,
hacemos sonar el shofar para anunciar y advertir que ha comenzado dicho período. Es
como si anunciáramos: Aquellos que quieran arrepentirse, deben hacerlo ahora, y si no
quieren, no se les permitirá venir luego para protestar contra su destino. Esta es
también la manera en que los reyes ejercen su poder, anunciando sus decretos con el
acompañamiento de trompetas.
El sonido del shofar nos recuerda la revelación en el Monte Sinaí, que también fue
acompañada por sonidos de shofar. Así, al escuchar el shofar y recordar ese
acontecimiento, una vez más aceptamos sobre nosotros aquello que nuestros padres
asumieron sobre sí.
Sirve para recordarnos las advertencias de nuestros Profetas, comparadas al sonido del
shofar, como declara el versículo (Ezequiel 33:4 5): Y todo aquel que escuchare el
sonido del shofar y no fuese cuidadoso, entonces vendrá la espada y se lo llevará. Pero
aquel que se cuide, habrá salvado su alma.
Sirve para recordarnos la destrucción del Beit HaMikdash y el sonar de las trompetas
del ejército de nuestros enemigos. Así, cuando escuchamos el shofar, debemos rezar
por la reconstrucción de nuestro sagrado Templo.
Sirve como recordatorio del cuerno del carnero en la "Atadura de Itzjak" (Akedat
Itzjak), quien ofreció su vida a Di s pero en cuyo lugar fue sacrificado el carnero. De la
misma manera, todos nosotros debemos estar dispuestos a entregar nuestras vidas en
aras de la santificación del Nombre del Eterno, y rezamos para que esto nos sirva de
mérito y seamos recordados para bien.
Despierta en nosotros una sensación de estremecimiento y temor que nos conduce a
acercarnos a D-os con humildad, como expresa el versículo (Amós 3:8): ¿Acaso es
posible hacer sonar el shofar en la ciudad y que el pueblo no se estremezca?
Sirve para recordarnos la proximidad del gran Día del Juicio, como declara el versículo
(Tzefania 1:14,16): El gran día de Di s está próximo, cercano y pronto [en llegar]... es el
día [del sonido] del shofar y de la teruá.
Sirve para recordarnos la futura convocatoria de todos los exiliados del pueblo judío y
para despertar nuestro anhelo de que ello suceda, como declara el versículo (Isaías
27:13): Y será en aquel día que se hará sonar el gran shofar y retornarán los
extraviados desde la tierra de Asiria...
Sirve para recordarnos la resurrección de los difuntos, como declara el versículo (ibíd.
18:3): Todos los habitantes del mundo y los que descansan en la tierra verán cómo es
alzado un estandarte en el monte, y escucharán el retumbar del shofar al hacerse
sonar.
¿Cuántas veces se debe escuchar el sonido del shofar en Rosh HaShaná? Es necesario
escucharlo nueve veces, ya que la Torá utiliza la palabra teruá [uno de los sonidos del
shofar] tres veces en relación a Rosh HaShaná, y cada teruá es precedida y seguida por
un sonido de tekiá.
Ahora bien, con respecto a la teruá a que la Torá hace referencia, se han suscitado
dudas a lo largo del tiempo, en cuanto al sonido que trata de imitarse: si debe ser como
un quejido, semejante al llanto de las mujeres cuando se lamentan, o una especie de
suspiro, como el que suele emitirse repetidas veces en situaciones de profunda pena, o
una combinación de ambos, un suspiro y un sollozo. Porque esa es la manera en que
actúa alguien que siente gran pena y angustia: primero suspira y luego se lamenta.
Por lo tanto, hacemos sonar todos estos tres sonidos y, para diferenciarlos,
denominamos teruá al sonido del quejido, shevarím al sonido del suspiro; y a la
combinación de ambos, shevarím teruá. Para eliminar las dudas respecto del sonido de
teruá original, hacemos sonar las tres posibilidades, cada una de ellas precedida y
seguida por el sonido uniforme e ininterrumpido de la tekiá.
Luego de recitar las correspondientes bendiciones (Majzor para Rosh HaShaná, pág.
131), se toca una tekiá, seguida de shevarím, una teruá y luego otra tekiá (o sea: tekiá,
shevarím terúa, tekiá). Este orden se repite tres veces y los sonidos suman doce en
total [seis tekiot, tres shevarím y tres teruot]. Luego se toca otra tekiá, seguida de un
shevarím y luego otra tekiá (tekiá, shevarím, tekiá). Este orden también se repite tres
veces, con un total de nueve sonidos. Luego, se toca otra tekiá seguida de una teruá, y
luego otra tekiá (tekiá, teruá, tekiá). Se vuelve a repetir este orden tres veces,
obteniendo un total de nueve sonidos. En total, los sonidos suman treinta.
Este orden de los sonidos del shofar se conoce como tekiot demeiushav, las tekiot que
se tocan "cuando la congregación puede permanecer tanto de pie como sentada".
Aunque la persona que hace sonar el shofar debe estar parada, la congregación puede
permanecer sentada, ya que aún no se dio comienzo al oficio de Musaf. Sin embargo,
es costumbre ponerse de pie cuando se hace sonar el shofar.
CIEN SONIDOS
Hacer sonar el shofar cien veces en Rosh HaShaná (incluyendo tekiot, shevarím y
teruot) se ha convertido en una costumbre generalizada. Estos cien sonidos simbolizan
las 101 letras contenidas en el lamento de la madre de Siserá que esperaba el regreso
de su hijo del campo de batalla, y que figura en la Canción de Devorá [ver Jueces 5].
Entre las comunidades sefardíes se hace sonar una tekiá adicional antes de recitar
Aleinu al final del servicio de Musaf, por lo que suman un total de 101 sonidos. Este
número corresponde al valor numérico de las letras del nombre Mijael, el ángel
guardián de Israel que procura misericordia en favor del pueblo.
Es costumbre hacer sonar una tekiá guedolá [un sonido largo] como sonido final del
shofar para confundir al Satán y evitar que acuse a Israel por falta de temor al Día del
Juicio Divino, ya que luego de los servicios comen comidas festivas. Cuando el Satán
escucha que el shofar se hace sonar más veces que lo que la Torá ordena, éste se
confunde y teme que los sonidos adicionales correspondan al shofar del Mashíaj.
¿Pero es posible que el Satán, el intrépido acusador del pueblo de Israel, capaz de
colocarle trampas ingeniosas a toda la humanidad, sea tan tonto como para temerle a
un sonido que hasta un niño se da cuenta que no corresponde al shofar del Mashíaj?