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¿Cómo invertir bien mi tiempo libre?


Bueno, algunas cosas que responde a esta pregunta ya se han dicho en las preguntas
anteriores. Pero agregaremos algo más.

Está claro que durante el tiempo libre es preciso descansar. Descansar de los deberes
escolares, que es el principal trabajo del joven. Sin embargo, descansar no es sinónimo de "no
hacer nada". Muchos intelectuales han dicho que la mejor forma de hacer descansar la mente
es realizando alguna actividad práctica, tal vez algún trabajo manual. O bien, realizar algún
‘hobbie’, es decir, alguna actividad agradable en que tú puedas hacer descansar tu mente, pero
sin caer en la ociosidad. Muchas variedades de ‘hobbies’ hay en que tú puedes entretenerte,
pero ¿cuáles de ellas escoger, que te traigan alguna ganancia o provecho en el Señor?

Aprender a tocar un instrumento musical puede ser una hermosa actividad recreativa. Hay
diversidad de instrumentos, y en la iglesia hay hermanos que con la mejor voluntad podrían
enseñarte.

Hay también pequeños trabajos artesanales que los jóvenes pueden hacer, y que les pueden
proveer de algunos ingresos.

En la iglesia hay algunos servicios que los jóvenes pueden realizar, y que les pueden acarrear
muchas satisfacción; la primera satisfacción, por supuesto, será saber que están sirviendo al
Señor, y también el saber que están bendiciendo, o ayudando a otros hermanos.

Es conveniente buscar la compañía de los jóvenes de la iglesia, y compartir con ellos,


sanamente, los ratos libres. En ellos habrá lugar para entretenerse, jugar, y también buscar
compañerismo cristiano. En este compañerismo se hallará consuelo y edificación cuando sea
necesario. Cristo podrá ser tocado en cada joven que ama al Señor.

Sin embargo, es preciso ver que en todo hemos de conducirnos como es digno del Señor. Que
la motivación de nuestros encuentros sea el más sano, el más loable, que no haya ninguna
mancha en nuestros ágapes, que nadie profane el lugar santo en el que Dios nos ha puesto.
Que así sea para su gloria, amén.

¿Cómo reconocer a los verdaderos


amigos?
Proverbios 17:17 dice: "En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de
angustia." Esto nos señala una característica fundamental de un verdadero amigo: la fidelidad.
"En todo tiempo ama el amigo".

La amistad –como todas las cosas verdaderas– no se halla en el mundo. O difícilmente. La


amistad en el mundo suele sustentarse sobre intereses particulares, sobre conveniencias. La
verdadera amistad, en cambio, es una confraternidad. Es decir, es la relación "de hermanos"
que se produce entre personas sin parentesco de sangre.
Este es el "amor fraternal" que Pedro pone casi al final de la escalera de las virtudes cristianas
(2 Ped.1:5-7). Es el amor de hermanos que da su característica a la iglesia de Filadelfia.

Ahora bien, una de las características de este amor es su fidelidad. Este amigo no te abandona
en el día malo, o cuando tú ya no eres próspero. No te desconoce cuando has perdido tu
buena posición económica. Al contrario, este amigo fiel te levanta cuando has caído, y te
socorre en la aflicción. "Es como un hermano en tiempo de angustia." Precisamente es en el
dolor es cuando la amistad es probada. Si es verdadera, el tal amigo será más noble, más
desinteresado, y más generoso precisamente en ese momento.

Otros rasgo que caracteriza al verdadero amigo está dado en Proverbios 27:6: "Más se puede
confiar en el amigo que hiere que en el enemigo que besa" (Versión Popular). El verdadero
amigo "hiere". ¿Qué significa eso? Que el verdadero amigo nos dirá la verdad aunque nos
duela. Nos sacará de nuestro engaño, nos derribará de nuestras presunciones, pondrá una
nota de cordura en nuestros momentos de necedad. El verdadero amigo se expone, incluso, a
ser incomprendido, pero por causa de que su amor es altruista y desinteresado, dirá la verdad,
aunque duela.

Los falsos amigos nos adulan, nos palmotean la espalda, sólo con el fin de obtener algún
provecho. Es preciso estar apercibidos contra tales artimañas, para no caer en el engaño.

El Señor Jesús es el mejor amigo del hombre. El dijo a los discípulos: "Vosotros sois mis
amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo
que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os
las he dado a conocer" (1 Juan 15:15). El murió por todos los hombres, para salvarlos de la
condenación eterna. Esa es la prueba de amor genuino. Pero, aun más allá, a sus íntimos, a
los que le han recibido y le aman, Él los honra tremendamente al declararlos sus amigos. Estos
deberían sólo conocerle como Señor, porque no olvidan su pequeñez, sin embargo, ellos
saben en lo íntimo de su corazón que, si hacen su voluntad, pueden considerarle su amigo.
¿No es maravilloso?

Juan 13:1 dice: "Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado
para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el fin." Esta última frase puede traducirse también "hasta el extremo", o
"hasta lo sumo").

El verdadero amigo ama hasta el fin, hasta lo sumo. ¿Qué significaba eso para el Señor Jesús?
Amar a sus amigos hasta dar la vida por ellos. "Nadie tiene mayor amor que este, que uno
ponga su vida por sus amigos" (Juan 15:13). Este es el verdadero amor fraternal. Teniendo
este ejemplo sublime, podemos ver si calza con él cualquier otra forma de supuesto amor o
amistad. Habiéndolo probado en nuestra propia vida, podremos distinguir claramente cuál es el
la amistad verdadera, y cuál no lo es.

¿Cómo se cultiva una verdadera amistad?


Un cristiano ha de ser afable, amigable con todos los hombres. No sólo con los hermanos
hemos de ser así, sino con todos los hombres.

Romanos 12:17 en adelante dice: "No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante
de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos
los hombres. No os venguéis vosotros, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque
escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor ... No seas vencido de lo malo, sino
vence con el bien el mal."

Un hombre así, un cristiano que tiene esta actitud, podrá ser bien considerado aun en el
mundo. Tendrá "buen testimonio de los de afuera" (1ª Tim.3:7). Un hombre de paz, que nunca
responde con asperezas, que busca el bien de los demás será bien conceptuado en el mundo.
Porque el mundo, aunque no ama a Cristo, ama el carácter de Cristo reflejado en un hombre.
¿Cuánto más entre amigos ha de ser así?

El amigo verdadero no exige perfección en el otro. Antes bien está dispuesto a cubrir la
desnudez del amigo y a olvidar el agravio. Muchas veces nosotros hemos ofendido a nuestros
amigos, así que debemos estar dispuestos a perdonar las ofensas. Muchas veces hemos
hablado alguna palabra impropia contra nuestros amigos, así que debemos perdonar cuando
algo se haya dicho mal de nosotros. (Ver Eclesiastés 7:21-22).

David y Jonatán

Tal vez el mejor ejemplo de amistad verdadera sea el de David y Jonatán. Veamos cómo fue
eso.

1 Samuel 18:1-4 dice: "Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de
Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo ... E hicieron pacto
Jonatán y David, porque él le amaba como a sí mismo. Y Jonatán se quitó el manto que
llevaba, y se lo dio a David, y otras ropas suyas, hasta su espada, su arco y su talabarte."

La amistad de estos dos jóvenes es ejemplar. Apenas se conocieron, ellos unieron sus almas
en un afecto entrañable. Jonatán se sacó sus atuendos de guerrero, y se los dio a David.
Jonatán era un príncipe; a la sazón, David era un simple pastor. Este amor fraternal halló
rápidamente una forma para expresarse.

Luego, en muchas otras ocasiones quedó demostrado el verdadero amor que se profesaban,
especialmente cuando Jonatán salvó a David de la furia de su padre Saúl. Su amistad no halló
ocasión propicia para cultivarse, porque corrían en ese tiempo vientos de guerra, de venganza
y de muerte. No obstante, Jonatán "amó a David como a sí mismo."

David es, aquí, un tipo del Señor Jesucristo. Él se tan digno de ser amado, su carácter es tan
dulce, que basta con verle una vez, y ya el corazón queda prendado de Él.

La conducta de Jonatán no es muy típica. En el mundo no ocurre así. Sin embargo, como tipo
refleja una gloriosa realidad: toda vez que un Jonatán conoce a nuestro excelente David, le
ama de inmediato, y le ofrece públicas demostraciones de ese amor. Cristo es digno de ser
amado, y de que por causa de él, menospreciemos las amenazas de nuestro padre en la carne
y le amemos.

La amistad verdadera es una hermandad que se sostiene teniendo a Cristo como fundamento.
Esta amistad es un regalo de Dios para el creyente.

¿Qué haremos con "los de afuera"? Con "los de afuera" tendremos la actitud afable, amigable.
Buscaremos la paz con todos, y le mostraremos el dulce aroma de la vida de Cristo. Que así
sea, para la gloria de Dios.

¿Cómo reconocer el amor verdadero?


Para conocer las características del amor verdadero, vamos a ver la diferencia entre lo que es
la pasión y el amor. Entre lo que es el amor carnal y el amor espiritual.

La pasión.
La llama de un deseo pasajero

Jueces 14. Desde el cap. 13 en adelante se nos habla de Sansón, uno de los jueces de Israel,
conocido por su fortaleza física, por su gran vigor.
Episodio Nº 1: "Amor a primera vista"

Dice en 14:1: "Descendió Sansón a Timnat, y vio en Timnat a una mujer de las hijas de los
filisteos. Y subió, y lo declaró a su padre y a su madre diciendo: Yo he visto en Timnat una
mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer. Y su padre y su madre
le dijeron: ¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que
vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos? Y Sansón respondió a su padre: Tómame
ésta por mujer, porque ella me agrada." (La Biblia de Jerusalén traduce así esta última frase:
"porque esa es la que me gusta".) El verso 5 dice que Sansón descendió con su padre y su
madre a Timnat.

Aquí tenemos a un hombre que se enamora como decimos comúnmente "a primera vista" de
una mujer. Ella era filistea, es decir, pertenecía a un pueblo pagano. Los padres de Sansón
intentaron disuadirlo, pero no lo lograron. Él insistió: "Esa es la que me gusta." Sus padres no
tuvieron la suficiente fuerza como para resistir la decisión de Sansón. Finalmente, ocurrió que
Sansón se casó con esta mujer.

Sin embargo, la relación terminó tristemente, por causa de que Sansón se sintió burlado, al
plantear un enigma en el banquete de bodas, que fue respondido por los invitados. Entonces él
mató a unas personas para cumplir con la apuesta, y se fue "encendido en enojo" (v.19) a la
casa de su padre. "Y la mujer de Sansón fue dada al compañero , al cual él había tratado como
su amigo." (v.20).

¿Qué tenemos aquí? Un enamoramiento inmediato y fugaz. Una mujer que "entra" por los ojos
de Sansón, y que lo cautiva. Luego él fuerza la voluntad paterna, transgrede las leyes del
Señor al tomar una mujer extranjera, y termina en un fracaso terrible, en una tremenda
desilusión. Incluso, con el homicidio de varias personas.

Episodio Nº 2 "La pasión de un momento"

Pero, sigamos. Capítulo 16. "Fue Sansón a Gaza y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a
ella" (Es decir, "tuvo relaciones sexuales con ella"). Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha
venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda a aquella noche a la puerta de la ciudad (porque
todos los enemigos de Sansón querían capturarlo); y estuvieron callados toda aquella noche
(mientras Sansón estaba con la mujer), diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo
mataremos. Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y
tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se
fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón." (vv.1-3)

Sansón juega con su fuerza. Se burla de sus enemigos. Coquetea con la mujer. Y cae luego
bajo sus seducciones. Llevamos dos mujeres en la vida de Sansón, en un corto tiempo.

Episodio Nº 3: "En las redes de una mujer astuta"

Vers.4.: "Después de esto aconteció que se enamoró de una mujer en el valle de Sorec, la cual
se llamaba Dalila."

Sansón y Dalila. Todo el mundo sabe de esta pareja. Ella ha dado tema para películas, libros,
canciones y para muchas historias. Ella también era filistea. Y Sansón se enamoró de ella. Dice
la Escritura que esta mujer en realidad no sentía nada por él; al contrario, ella fue usada por los
enemigos de Sansón para tratar de obtener información acerca de dónde provenía su fuerza
descomunal, y cómo podrían derrotarle.

Desde el principio, Dalila comenzó a importunarle, diciéndole: "Yo te ruego que me declares en
qué consiste tu gran fuerza, y cómo podrás ser atado para ser dominado." Sansón contestó
varias cosas, ellos hicieron varios intentos por cazarlo, pero dice en el v. 16: "Y aconteció que,
presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal
angustia. Le descubrió, pues todo su corazón, y le dijo: "Nunca a mi cabeza llegó navaja;
porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se
apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres."

En ese momento se produce la caída de Sansón. Tanto le importuna la mujer, tanto se ha


dejado seducir por esta mujer astuta, que finalmente la da a conocer el secreto de su fuerza,
que era un secreto entre él y Dios. Descubrió todo su corazón delante de una mujer
incircuncisa, y entonces él se quedó dormido en las rodillas de ella, y ella le cortó su cabello.
Se le fue la fuerza, vinieron los enemigos, lo capturaron y tuvieron a Sansón dando vueltas en
un molino como un animal de carga, en forma vergonzosa.

Sansón es, tal vez, el personaje de la Biblia que mejor ilustra lo que es el amor pasional. El
amor a primera vista, o enamoramiento. Lo que es un sentimiento fugaz, que no tiene ninguna
estabilidad.

Sansón era un hombre dotado, capaz, lleno de poder, lleno de recursos espirituales. Pero él los
ofreció a cambio de una pasión con tres mujeres.

El final de Sansón es triste. ¿Cuál fue su gran problema? El era un hombre sensual, un hombre
apasionado, que vivía por los deseos, impulsos y apetitos del alma.

Tengamos en cuenta su ejemplo, porque nos va a servir más adelante.

Amnón y Tamar: "Cómo el "amor" se convierte en odio"

Avancemos ahora un poco más en la Escritura. 2 de Samuel cap. 13.

Vamos a ver la historia de dos hijos del rey David. Como ustedes saben, los reyes en Israel
tenían muchas esposas, y estos dos jóvenes: Amón –el varón– y Tamar –su hermana– eran
hijos de David, pero de distintas mamás, de modo que eran medio hermanos.

Tamar era una muchacha hermosa. Dice en el verso 2: "Y estaba Amnón angustiado hasta
enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería
difícil hacerle cosa alguna." Amnón se enamoró de su hermana con tanta fuerza, con un fuego
tan avasallador, que estaba angustiado hasta enfermarse por ella.

¿Qué tipo de amor era éste? En la última frase de este versículo se nos revela qué clase de
amor era: "Por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna." Su
intención no era amarla de verdad, sino "hacerle algo". Nosotros sabemos a qué se refiere eso.

Amnón estaba enfermo de amor. Luego, un amigo de él, cuando lo vio tan triste, le dijo: "Mira,
yo te tengo la solución. Haz lo siguiente: declárate enfermo. El rey, tu padre, te vendrá a ver, y
tú le dirás que deseas que tu hermana Tamar te venga a ver y te prepare algo para comer."

Tratándose de que eran hermanos, iba a ser todo muy normal. El plan se cumplió a la
perfección. El rey vino a verlo. Amnón le hizo la petición. Éste mandó a Tamar para que viniera
a prepararle algo para comer – un plato favorito de él, y en un momento, cuando ella le llevaba
en la sartén lo que le había preparado, él no quiso comer. "Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí
a todos. Y todos salieron de allí. ¿Quiénes eran esos "todos"? Los servidores. Recordemos que
él era un príncipe. Entonces Amnón dijo a Tamar: "Trae la comida a la alcoba para que yo
coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano
Amnón a la alcoba. Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella (la tomó),
y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. (La intención era evidente). Ella entonces le
respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No
hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno
de los perversos en Israel. Te ruego, pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti.
(Ella le sugiere que la pida al rey, pero, se entiende, como esposa. En esos tiempos, existían
matrimonios con cierto parentesco, de modo que podía él llegar a tenerla como esposa si la
pretendía). Mas él no la quiso oír (¿por qué? Porque no la quería como esposa, no la amaba
de verdad), sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella.

Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue
mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete. (¡Qué palabras
duras!) Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has
hecho. Mas él no la quiso oír, sino que llamando a su criado que le servía, le dijo: Échame a
ésta fuera de aquí (Era su hermana, pero usa la palabra "ésta", que suele usarse para indicar a
una mujer de baja condición), y cierra tras ella la puerta. Y llevaba ella un vestido de diversos
colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes (era una princesa). Su criado, pues, la
echó fuera, y cerró la puerta tras ella. Entonces Tamar tomó ceniza (que era la forma en que
los judíos expresaban un gran dolor) y la esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores
de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando.

"Y le dijo su hermano Absalón (éste era hermano de padre y madre): ¿Ha estado contigo tu
hermano Amnón? Pues calla ahora, hermana mía; tu hermano es; no se angustie tu corazón
por esto (él habla así porque trata de consolarla, aunque estaba airado con Amnón). Y se
quedó Tamar desconsolada en casa de Absalón su hermano. Y luego que el rey David oyó
todo esto, se enojó mucho. Mas Absalón no habló con Amnón ni malo ni bueno; aunque
Absalón aborrecía a Amnón, porque había forzado a Tamar su hermana."

Ustedes saben lo que pasó luego. Desde ese día, Absalón empezó a tramar la muerte de su
hermano Amnón, y finalmente lo hizo matar. Y el rey no sólo tuvo una hija deshonrada, y un
hijo vil, sino que tuvo un hijo muerto, y a otro hijo fugitivo de la justicia.

¿Cómo fue provocado todo esto? ¿Por el amor? ¿Fue eso amor? No, eso fue una pasión. Este
es el "amor alternativo" que ofrece la carne, y el mundo hoy en día. Este es el amor que está en
boca de todos. Que aparece hoy y desaparece mañana. Que envuelve el corazón del hombre
como una red hasta hacerlo enfermarse.

Y pensar que ese es el amor que, cuando una persona lo siente, piensa que es el amor de su
vida, y que después de esta persona (que lo inspira) no habrá ninguna otra, no puede haberla,
en todo el universo. Sin embargo, muchas veces, después de conseguido el objetivo, que es
saciar los apetitos, se transforma en el odio más profundo, en el rechazo más absoluto.

Aunque tú no hubieras leído nunca antes esta historia, ¿no esto lo que suele verse todos los
días? La Biblia no es un libro anticuado. Está muy vigente.

El amor verdadero.

Ahora, permítenos mostrarte un poco el otro lado. Asomémonos un poco al amor genuino.

Confiando en la elección de Dios

Vamos a ir a Génesis 24. Este es, tal vez, uno de los capítulos más preciosos de toda la Biblia.
Iremos resumiendo y leyendo algunos versículos.

Isaac es el hijo único de su padre Abraham. Es el heredero de todos los bienes. Es un


muchacho dichoso y bienaventurado. Lo tiene todo sin haber hecho nada. Hijo único. Su padre
ve que es el tiempo de que su hijo de case. Entonces, envía por el más importante de sus
criados, el administrador de todos sus bienes, y le dice: "Mira, yo no quiero que mi hijo se case
con una mujer de nuestro vecindario, porque esta gente es impía e idólatra. Yo quiero que
vayas a la casa de donde yo salí, allá lejos, cientos de kilómetros; toma regalos, camellos, y
alimento para muchos días. Búscate acompañantes, haz una caravana, y anda, trae una mujer
para mi hijo. Y el criado fue.

Iba temblando en su corazón por la tremenda responsabilidad. Él no podía fallarle ni a su amo


mayor, ni a su amo pequeño: el joven Isaac. Él iba orando. Seguramente no dormía bien en
esas noches a la intemperie, pidiendo a Dios que lo dirigiera. Y cuando iba llegando al lugar,
ora así: "Señor, por amor a tu siervo Abraham, permite que cuando yo llegue a ese lugar, me
encuentre así como por azar con la mujer que tú has destinado como esposa para mi amo
pequeño."

Vers. 15: "Y aconteció que antes que él acabase de hablar (de hacer esta petición a Dios), he
aquí Rebeca, que había nacido a Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la
cual salía con su cántaro sobre su hombro. Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen,
a la que varón no había conocido; la cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía."

El criado, al orar a Dios, había puesto también una señal. Él había dicho: "A la primera joven
que yo encuentre, a la cual yo le pida de beber, y que no solamente me dé de beber a mí, sino
también a los animales, que ésa sea." Entonces comienza a hacer la prueba. Le pide de beber.
Y la muchacha, que no sólo era hermosa, sino que era también diligente, le da de beber a él, y
también a los camellos. ¡Algo insólito! Una joven bien criada. Una joven rica le da de beber a
los camellos. Eso no es algo normal. ¡Esa era la respuesta a una petición del criado! Luego él
le pide que se identifique. ¡Era pariente de su amo Abraham!

Cuando él vio lo que estaba ocurriendo, dice (v. 26) que "el hombre entonces se inclinó, y
adoró a Jehová." No pudo resistirlo. Estaba tan emocionado por lo que estaba viendo, que se
inclina, cae en tierra y adora a Dios, porque Él había respondido su oración.

Entonces ella lo lleva a la casa, y él informa a la familia cuál es el motivo de su viaje. Entonces
ellos, al conocer todas las cosas, le dicen al criado: "De Jehová ha salido esto; no podemos
hablarte malo ni bueno. He aquí Rebeca delante de ti; tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu
Señor, como lo ha dicho Jehová."

Cuando el criado de Abraham oyó sus palabras, se inclinó en tierra ante Jehová. Y sacó el
criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos, y dio a Rebeca; también dio cosas
preciosas a su hermano y a su madre. Y comieron y bebieron él y los varones que venían con
él, y durmieron; y levantándose de mañana, dijo: Enviadme a mi Señor." Ya había cumplido su
misión. Ahora se llevaba una esposa para su amo.

Entonces, el hermano y la madre de ella respondieron: "Espere la doncella con nosotros al


menos diez días, y después irá." (No te la lleves de inmediato, queremos disfrutarla todavía un
poco) . Entonces él les dijo: "Por favor no me detengan, yo quiero irme inmediatamente donde
mi Señor". Entonces ellos respondieron: "Nosotros decimos que sí, tú dices que no. Zanjemos
este asunto de la siguiente manera: llamémosla a ella, que ella decida. Si quiere irse contigo de
inmediato, se van, sin no, se queda ella con nosotros diez días."

"Y llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré." (v.58).

El camino era de varios días. Seguramente el criado le iba contando a Rebeca cómo era su
amo joven, y con cada cosa que él le decía, ella se iba enamorando más y más. Después de
varios días, dice el versículo 62: "Y venía Isaac del pozo del Viviente-que-me-ve; porque él
habitaba en el Neguev. Y había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde (Era un
varón tranquilo: había salido a meditar. Su corazón estaba expectante. Su esposa aparecería
en cualquier momento. ¡Cómo oraría él pidiéndole a Dios que el criado no se equivocara!); y
alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían.

Rebeca también alzó sus ojos, y vio a Isaac, y descendió del camello; porque había preguntado
al criado: ¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros? Y el criado había
respondido: Este es mi Señor. (¡este es mi Señor!) Ella entonces tomó el velo, y se cubrió.
Entonces el criado contó a Isaac todo lo que había hecho. Y la trajo Isaac a la tienda de su
madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de
su madre."
Notemos aquí algunos detalles importantes, que muestran un contraste con lo que ocurrió con
Sansón. Dice la Escritura que Isaac estaba meditando en la tarde – había orado intensamente.
El no conocía a su mujer. Otro la eligió por él. Él había confiado en que Dios escogería la mujer
apropiada para él. Y luego, cuando se casaron, dice que "la amó". Así de simple. La amó.

Luego, al conocer el resto de la historia de Isaac, vemos que fue un matrimonio dichoso. Ellos
tuvieron dos hijos, y nada perturbó la vida de ese matrimonio. En cambio cuando vemos a
Sansón, ¿qué es lo que encontramos allí? Que él se enamora una y otra vez. "Se enamora".
En cambio, Isaac, sin conocerla, y sólo confiando en Dios, "la amó".

Trasladémonos a nuestra realidad.Tal vez tú tengas la siguiente observación: "¡Ah, pero esos
eran otros tiempos! Hoy no corresponde hacer así. Sería anticuado, ridículo que el padre de un
joven le buscara esposa a su hijo; y más encima usara a una tercera persona para escogerla."
Es cierto. Hoy no se estila así.

Pero ¿cuál es el principio que tenemos que sacar de esto? El principio es este: En realidad, la
mujer de Isaac no la escogió el criado, ni Abraham ni Isaac. Estas tres personas que aparecen
involucradas en el caso no tuvieron nada que ver, excepto comprobar la elección que Dios
había hecho. ¡Dios la escogió!

Sansón nos demuestra que cuando entra una mujer por los ojos de un hombre y lo cautiva y se
enamora con ese apasionamiento que en Amnón era una enfermedad, entonces su desenlace
es trágico, porque Dios no está involucrado en eso. Allí no se tomó en cuenta a Dios.

La gran diferencia radica, pues, en si Dios está o no involucrado. Si la esposa (o el esposo) fue
escogido por Dios, o si es sólo del agrado de los "los ojos" del que "se enamora".

Pero avancemos un poco más y veamos otro caso.

La dulce espera del amor

Génesis 29:20: "Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días,
porque la amaba".

Aquí el padre de la novia pone la siguiente condición: era necesario comprarla, así que él la
compra con siete años de trabajo. Imaginémonos lo que son siete años. En siete años un joven
estudiante de Medicina alcanza a completar toda su carrera. En siete años un muchacho se
convierte en joven y un joven en adulto. Sin embargo, a Jacob "le parecieron como pocos días,
porque la amaba".

¿Qué podemos sacar como conclusión de aquí? Tú sabes, los tiempos cambian, las
costumbres cambian, pero los principios de Dios permanecen. ¿Cuál es el principio aquí? Que
el amor genuino no varía, permanece, y que puede esperar. De tal manera que no hay tal cosa
como un amor genuino y puro, que sea al mismo tiempo tan apasionado, tan avasallador que
obligue a dos jóvenes a casarse ahora ya. No existe eso.

El amor genuino, el amor de Dios puede esperar todo el tiempo. Como es genuino no tiene el
problema que tiene el oropel, que se corrompe y se oxida. El amor genuino es como el oro. No
importa que esté al viento, y sujeto a todos cambios de temperatura, y a todas las
circunstancias. Permanece igual. Ese es el principio.

Veamos un poco más acerca de este amor. Efesios 5:25: "Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella."

De todas las cosas grandes que se dicen en este versículo, vamos a rescatar una frase, la que
dice "y se entregó a sí mismo por ella." El amor genuino no tiene todas las flechas y todas las
direcciones enfocadas hacia el "yo", sino que todo apunta hacia el "tú". De tal manera que el
amor posesivo, el amor sensualista que busca deleite, y que busca el ensalzamiento del ego,
ese no es amor.

¡Pero hasta aquí no hemos dicho nada aún acerca del verdadero amor!

El origen y la naturaleza del verdadero amor

Por favor, vayamos a 1ª Corintios 13:4-7. "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene
envidia, el amor, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca
lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta."

El amor verdadero no reside en el alma, sino en el espíritu. Si no estás familiarizados con los
términos "alma" y "espíritu", vamos a explicar un poco. El alma es el lugar –intangible por
supuesto– donde reside nuestra personalidad, donde está nuestra voluntad, nuestra
inteligencia, y nuestros sentimientos y afectos. Estas son las tres grandes facultades del alma.
Eso corresponde al yo, a mi manera de ser, a mi persona en particular. La gente que no
conoce a Dios tiene dos partes en su ser que están funcionando: el alma y el cuerpo. Pero
cuando una persona nace de nuevo, entonces revive su espíritu, que es donde viene a habitar
el Espíritu de Dios.

Todas las personas del mundo, no importa si son hijos de Dios o no, tienen en su alma la
facultad de amar, de odiar, de enojarse, de entristecerse, de tener sentimientos, emociones, y
de tener una capacidad de decidir. El amor "pasional", este amor de Sansón, este amor de
Amnón, es un amor que reside en esa parte: el alma.

En cambio, el amor espiritual, el amor de Isaac, o Rebeca, y el amor de Jacob, el amor de


Cristo por la iglesia, el amor del que se habla aquí en 1ª Corintios 13 no procede del alma. No
es un simple sentimiento; no es la simple emoción de sentirse agradado al lado de la persona a
quien se ama. Es también una emoción, es también un sentimiento del espíritu, del ser interior
que uno tiene adentro luego que uno ha conocido al Señor.

De manera que, aunque esto resulte fuerte, tenemos que decirlo: el verdadero amor no reposa
en quien que no ha conocido a Dios. Simplemente, no lo conoce. Conoce un remedo, una
imitación, una caricatura, una sombra. Algo que "parece", pero que no es.

¿Y sabes qué es lo que sostiene –en muchas parejas– el llamado amor que se tienen? Muchas
veces es simplemente una confraternidad, una mutualidad, porque ambos se necesitan el uno
al otro, porque les conviene estar juntos. Ambos sacan provecho el uno del otro. Pero ellos no
conocen el verdadero amor.

Nosotros, como hijos de Dios tenemos por lo tanto, la opción de amar de verdad. El mundo no
tiene opción. Ellos aman con el único amor que conocen, el sentimiento y la pasión del alma.
Pero nosotros tenemos dos opciones: tenemos el amor del alma, que podemos sentir igual que
ellos; y tenemos el amor como un fruto del espíritu que reposa en nuestro corazón, y que es de
Dios.

El mundo exacerba esta clase de amor pasional, que se origina, no de adentro, del espíritu,
sino que parte por los sentidos, por lo que tocas, por lo que hueles, por lo que oyes. La música
lo exacerba, las caricias lo exacerban, la mirada lo exacerba. Y también la belleza exterior, que
es el ropaje que lleva una persona.

El mundo no conoce las cosas de las que estamos hablando aquí. Pero desde hoy tú no sólo
las tienes, sino que también las conoces. Tú tienen desde ahora una tremenda ventaja. Porque
cuando comience a aflorar esa cosquillita allí después de mirar a un(a) joven atractivo (a), y
después, cuando se le va el sueño en la noche pensando en él (o en ella), y sientas el deseo
de estar juntos, como que estalla en el corazón una emoción profunda al estar a su lado, y todo
lo que nosotros sabemos: el sudor de las manos, el temblor de las piernas.
Todo esto, amado joven, puedes sentirlo hoy, y desaparecer mañana. Y cuántas veces te ha
pasado –nos ha pasado– que lo que hoy nos parece el amor más puro, más perfecto, al poco
tiempo, no queda absolutamente nada de eso, o bien queda, en su lugar, un odio profundo, o
una terrible decepción causada por el daño o por la traición del otro.

El amor de Amnón se transformó en un odio más grande que el amor que tenía antes. Y así
suele ser. De tal manera, que hay una gran diferencia entre la pasión, que procede del alma, y
el amor verdadero, que es espiritual.

La muerte que da paso a la vida

Algunos de nosotros, los cristianos que llevamos algún tiempo caminando, nos enamoramos, y
nos casamos sin saber estas cosas. ¿Y sabes, hermano? Mira, te vamos a contar.

Llegó un momento en nuestra vida en que se produjo el necesario "traslado" de los afectos. El
cambio de un ámbito al otro. Y no fue sin dolor. Llegó un momento en que ese amor del alma
que sentíamos hacia nuestra esposa desapareció. Con los primeros problemas, con las
dificultades, desapareció. Y hubiésemos terminado definitivamente separados, como muchas
parejas en el mundo, porque ese amor desaparece. Es sólo un entusiasmo, una pasión que se
sacia al poco tiempo, porque está muy dependiente también del sexo y la parte física.

Y después viene la rutina y todas las cosas propias de una pareja única. Entonces, en ese
momento fue necesario que se produjera el cambio. Y desapareció el amor del alma. Pero en
la aflicción y la angustia de ver la desaparición de un sentimiento tan amado y tan idealizado, el
Señor, en su gracia, puso ese amor profundo, ese amor del espíritu. Ese amor que no cambia,
y que no depende de los atractivos de la otra persona, ni de los méritos de la otra persona, sino
depende de Dios que lo da. Es un amor que lo envuelve todo y que es capaz de amar aunque
uno no sea amado. Y que es capaz de sobrellevar toda diferencia, y de perdonar todo lo que
sea necesario perdonar. Creo que eso nos ha pasado a muchos de nosotros, de los que somos
más viejos.

Pero tenemos la esperanza de que en nuestros amados hermanos jóvenes no sea necesario. Y
que desde el comienzo, el amor que una su corazón con el de la persona a la cual Dios
escogió, sea este amor profundo que no conoce mengua ni sombra alguna. Que así sea.
Vamos a poner nuestra confianza en eso.

Pros y contras de la soltería


Veamos 1ª Corintios 7. Este capítulo lleva por título, en la versión Reina-Valera: "Problemas del
matrimonio", pero veremos que contiene un poco más que eso, porque tiene que ver con toda
esta problemática de la pareja humana.

Vamos a leer algunos versículos y vamos a sacar algunas conclusiones.

Ojalá se quedaran solteros

"Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo (¿Qué significa que Pablo diga
eso? ¡Él era soltero!. Esto nos plantea inmediatamente una idea que tendremos que repetirla
varias veces: el estado más perfecto, ideal, para un siervo o sierva de Dios, es el estado de
soltero); pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no
tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando." (7:7-9)

Lo primero que Pablo desea, y lo dice dos veces (en el versículo 7 y en el 8), es que bueno
fuera al hombre quedarse soltero ("como yo") pero también, en dos oportunidades, en el
versículo 7 y en el 9, Pablo deja abierta la puerta. Siendo el estado del soltero el perfecto, deja
abierta la puerta para casarse. Dice: "Pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la
verdad de un modo, y otro de otro". O sea, no todos pueden quedarse solteros, como yo.

Y luego, en el versículo 9 dice que si no tienen don de continencia, que se casen, pues mejor
es casarse que estarse quemando. Aquí entonces entendemos que para que una persona – un
siervo de Dios – permanezca soltero, y sin causar problemas (¡Oh, sí, puede causar muchos
problemas!), tiene que tener un don, una capacidad especial concedida por Dios, según la cual
una persona puede vivir sin necesidad de tener esposa o esposo. En esas personas, la
actividad sexual está inhibida. No es que no sea un hombre o una mujer, son perfectamente
hombre y perfectamente mujer, pero la capacidad sexual no está activada, de tal manera que
pueden permanecer soltero o soltera sin necesidad de mujer o de varón.

La soltería de la que habla Pablo, y que es deseable, que como ideal es perfecto, se asocia
con un don, y luego dice: "Pero no todos tienen este don". ¿Está claro?

Si no tienen el don, cásense

Luego, explicamos lo que dice en el verso 9, segunda parte: "Pues mejor es casarse que
estarse quemando." Siendo perfecto el estado de soltería, dice que es mejor casarse que
estarse quemando. ¿Cuáles son los solteros "que se queman"? Los que no tienen don de
continencia. Es decir, aquellos que necesitan de una persona del sexo opuesto.

"Quemarse" significa tener dentro de su ser biológico, fisiológico, una necesidad de tipo sexual.
Esa persona no puede pasarse mucho tiempo sin estar necesitando de una pareja para un acto
sexual. Cuando se trata de una persona que está soltera y que no puede reprimir este fuego
que le quema, entonces puede caer en la fornicación. Por eso dice, que si alguien se va a estar
quemando, si va a estar con ese fuego incontenible adentro, entonces, cásese.

No trates de cambiar de estado

Vamos a avanzar un poco más. En este mismo capítulo, versículos 26 y 27, dice: "Tengo, pues,
esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse
como está (¡Fíjense en esta última parte!: es bueno quedarse como uno está. ¿Cómo uno
está? El versículo 7 lo aclara). ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte (Es decir, si estás
casado, no procures separarte o divorciarte). ¿Estás libre de mujer? (o sea, si eres soltero) No
procures casarte.

¿Se dan cuenta de la sabiduría profunda que estas dos preguntas encierran, y de sus
respectivas respuestas?

La persona que trata de romper el vínculo puede provocar el adulterio de su cónyuge y puede
caer él mismo en un adulterio; y luego, si alguien estando libre procura casarse, entonces,
como dice un poco más abajo, va a tener algunas aflicciones.

La ventaja del soltero

Veamos los versículos 32 al 34: "Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene
cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las
cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada y la
doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como
en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su
marido."

De estas palabras nosotros podemos extraer lo siguiente: El estado de menor congoja, de


menor aflicción es el estado de célibe, es decir, de soltero. Dice: "Yo quisiera que estuvieseis
sin congoja". Es decir, ante la perspectiva de que se casen, dice: "Van a tener aflicción."
Podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Decía Pablo esto porque él era soltero? Alguien
podría, tal vez, atreverse a preguntar: "¿Lo decía por despecho?" No. Esta es la sabiduría de
Dios. Si tienen don de continencia; si pueden pasarse bien amando y siguiendo al Señor sin
esposo o sin esposa, quédense así. Sólo si no pueden estar sin esposo y sin esposa, cásense;
pero al momento de casarse (leamos el versículo 39, donde dice de la mujer viuda, que es libre
para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor), al momento de casarse, cásense
con quien quiera, pero "con tal que sea en el Señor".

Lo que dice el versículo 39 respecto de las viudas, lo podemos aplicar perfectamente a las
mujeres o varones solteros que necesitan casarse. ¿Cuál es ese principio? "Con tal que sea en
el Señor".

Veamos también el versículo 40: "Pero a mi juicio, más dichosa será si se quedare así; y
pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios". De nuevo, Pablo vuelve sobre lo mismo, es
decir, el estado perfecto no es el de casado, sino el de soltero, ¡o viuda!

Sin embargo, (tenemos que aclarar de inmediato) la razón más inmediata sería que es
necesario casarse antes que se esté quemando.

Otras razones para casarse

Pero puede haber también otras razones que aconsejen casarse. Puede ocurrir lo que ocurrió
en una iglesia hace años atrás. Una hermana soltera fue humillada por un hombre casado (de
confianza de ella) que pretendió seducirla. Ella llegó a una reunión un día llorando, y pidiendo
socorro del Señor. Ella después dijo a los hermanos: "Si por causa de mi soltería yo voy a
verme expuesta a estas aflicciones, yo prefiero casarme. Yo pido, hermanos, que ustedes oren
por mí, y le pidan al Señor que me dé un marido." La iglesia oró, y al poco tiempo, el Señor le
dio un marido. Y para hacer eso posible, El Señor tuvo que producir unas circunstancias muy
especiales, pero eso sería largo de contar.

Pablo desalienta a los interesados en casarse

Puede haber razones válidas para casarse, pero ¿te das cuenta que todos los pasajes que
hemos leído de 1ª Corintios 7, claramente desalientan a los solteros que quieren casarse, y que
se afanan por ello? En este momento, dada la edad que la mayoría de ustedes tiene, tienen
que pensarlo bien. ¿Es este un asunto como para afanarse hoy?

Y para los que tienen más edad, y no quieren estarse quemando, ¿cuál es el consejo? "Con tal
que sea en el Señor". Tiene que ser en el Señor. Tiene que ser el marido o la esposa que el
Señor les dé como respuesta, no sólo a la oración personal, sino a la oración de la iglesia.
Sugeriríamos a esos hermanos que les pidieran ayuda a los ancianos de la iglesia. Que sea un
motivo de oración de la iglesia, no de los hermanos solamente. Es un asunto tan importante,
que los problemas que podrían derivarse de un matrimonio mal avenido, no sólo le van a
afectar a ese matrimonio, sino a toda la iglesia.

¿Estás tú en la situación de estarte quemando y que necesites casarte? ¿O que tiene


cualquiera otra dificultad como la que hemos visto, y que hace necesario que se case? Pídale
esposo o esposa al Señor. Pídale a los ancianos o hermanos responsables de la iglesia que le
ayuden a orar, que el Señor mueva todas las circunstancias para que les traiga el marido (o la
esposa) que necesitan.

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