Professional Documents
Culture Documents
Receptor de Célula T
El complejo TCR consta de dos partes bien diferenciadas tanto estructural como
funcionalmente: una de ellas está formada por dos cadenas polimórficas (diferente
en cada linfocito T) denomindas TCR αβ y γδ, encargadas del reconocimiento y
unión específica de los antígenos presentados por las moléculas de
histocompatibilidad; la otra parte la forman una serie de cadenas monomórficas
(iguales en todos los linfocitos T) denominadas CD3, con función de transmisión de
la señal de reconocimiento antigénico al interior celular para comenzar la cascada
de reacciones que dan lugar a la activación del linfocito T.
Además del complejo TCR, las células T expresan en su membrana otras proteínas,
llamadas colectivamente, moléculas accesorias. Alguna de estas moléculas son las
encargadas de iniciar la unión a las células del entorno con las que contacta el
linfocito T, y facilitar así el posterior reconocimiento del antígeno por el TCR.
Josué I. Cervantes Vázquez 15/09/09
Inmunología Médica/Facultad de Medicina UABC
Dr. Ignacio Luján
Estructura
Los linfocitos T en pequeño porcentaje forman el complejo TCRγ y TCRδ, con las
mismas estructuras que las anteriores.
Las cadenas de un TCR tiene dos dominios con un enlace disulfuro intracatenario
que abarca 60-75AA. Los dominios del TCR uno variable y uno constante son
semejantes a los de las inmunoglobulinas, también semeja un fragmento Fab unido
a la membrana celular y no a la región constante de la molécula. Los dominios
variables tienen tres regiones hipervariables, equivalente a las regiones de
complementariedad (CDR) en las cadenas ligera y pesada de la inmunoglobulina.
La orientación de sus regiones V y C del TCRαβ es de 147° y tal vez influya en los
mecanismos de señalización y el modo en el que las moléculas interactúan con
moléculas correceptoras.
Cada cadena de TCR tiene una secuencia conectora en la que un residuo de cisteína
forma un enlace disulfuro con otra cadena del heterodímero. Después con una
región de conexión transmembranal de 21 – 22 AA fijándola cada cadena a la
membrana plasmática. Estos dominios transmembranales permiten la interacción
entre las cadenas del heterodímero del TCR y cadenas del complejo CD3 de
transducción de señales.
Las CD3γ, CD3δ, CD3ε. Están formadas por una región extracelular, una región
transmembrana y una gran región citoplasmática con varios sitios susceptibles de
fosforilación involucrados en la transmisión de señales de activación.
Función
a) Reconocimiento antigénico
Así hay una primera fase de adhesión inespecífica mediante distintas moléculas,
llamadas moléculas accesorias, que se encuentran en la superficie de ambas
células .
Estas moléculas de adhesión primaria (como las moléculas CD2, LFA-1, CD28,
CD45R y CD11a/CD18 del linfocito T, cuyos ligandos en la célula presentadora son
CD58 y CD54 respectivamente) sujetan a los dos tipos celulares para que tenga
lugar el reconocimiento específico del TCR, se unen de manera independiente a
otros ligando en células presentadoras de antígeno o en células blanco. Si no hay
un reconocimiento del complejo MHC/péptido por el TCR, la célula T se separa y
sigue inspeccionando otras células, pero si hay activación, ocurre un incremento
pasajero en la expresión de moléculas de adhesión celular de membrana, dando un
contacto más cercano entre las células que interactúan y permite que citocinas o
sustancias citotóxicas se transfieran con mayor eficacia.
Para que se produzca el reconocimiento, las regiones variables (Vα y Vβ) del TCR
deben reconocer de forma conjunta tanto las regiones polimórficas del MHC como el
antígeno unido a él.
Las células T solo reconocen antígeno cuando una molécula MHC los presenta en la
membrana de la célula, esto es la restricción a MHC propio., siendo un modelo de
identidad alterada, donde la especificad para el MHC reside en un receptor único de
la célula T.
Las moléculas accesorias del linfocito T, CD4 y CD8 se unen a regiones conservadas
del MHC II y MHC I respectivamente.
Josué I. Cervantes Vázquez 15/09/09
Inmunología Médica/Facultad de Medicina UABC
Dr. Ignacio Luján
Por tanto, el linfocito T se une en una primera fase inespecíficamente, por las
moléculas accesorias de superficie, posteriormente contactan el TCR con el
complejo péptido extraño/MHC. El reconocimiento peptídico mediante las regiones
variables Vα y Vβ inicia la transmisión de la señal de activación al interior celular.
b) Transducción de la señal
Desde que se produce la unión del TCR al complejo MHC/péptido extraños hasta
que finaliza la activación del linfocito puede pasar horas o incluso días. Durante este
tiempo, en el interior celular se produce una cascada de reacciones bioquímicas de
la que desconocemos en la actualidad una gran parte.
Las reacciones de rechazo de injerto son resultado del reconocimiento por células T
de moléculas MHC, que funcionan como antígeno de histocompatibilidad. El
polimorfismo del MHC permite que individuos de una misma especie tengan grupos
únicos de moléculas MHC, o antígenos de histocompatibilidad y se considera que
son alogénicos, un término que se utiliza para describir a individuos de una misma
especie genéticamente distintos.
Las células T responden a aloinjertos y se considera que las moléculas MHC son
aloantígenos. Las células T reconocen una molécula MHC extraña. Hay una alta
frecuencia de células T alorreactivas. Un receptor de célula T particular específico
para un péptido antigénico extraño mas una molécula MHC propia también pueden
reaccionar en forma cruzada con ciertas moléculas MHC alogénicas.