Professional Documents
Culture Documents
Cubículo 4
Alejandro
Cosas comunes
Prólogo
esperpento.
I
en el pequeño papel. Quizás sea una idea mía, pero no sé qué pensar.
compra, etc. Tendré que atrasarlo; acabo de empezar otra vez. La renta
aprendido.
perdido todo el día preparando los salones, según me contó. Sin más,
acepté tal noticia y me decidí por acostarme otro rato más. A la hora,
me arreglo y pongo a hervir agua para alentarla con té. Cuando al fin
sometida a los asquerosos y sucios mandatos del verdugo que, sin duda
hazaña. No tenía ninguna idea del sufrimiento que me hizo pasar, pero
yo sé, que en algún momento de su vida él sufrirá igual o más que yo.
su centro de ataque.
cuarto.
vez que me observaba con su máscara puesta. Llegué hasta donde estaba
Cubículo 4
Una vez en esa hazaña, le dije que si no me hacía ese favor, tendría
que pagar con su vida. Y es que lo más que me llenó de toda esta
desde los diez años con toallas. De esas personas malévolas que le
igual que los cuerpos que los poseían; penes gigantes, como si nunca
él. Le dije que hasta que no tuviera una señal mía, no saliera del
estúpido de pueblo.
Nos montamos en su camioneta y nos dirigimos hacia la entrada en
donde había unos guardias que protegían muy bien el portón. Logramos
logramos, salimos del lugar nuevamente. Pero no fue al poco rato que
Ahora, todas las ideas llegaron a mi mente, podía ver claramente todo
con él, a volverlo a intentar luego de haber terminado los más altos
niveles de estudio en este país. No puedo creer que haya sido él quien
me tomara por el pelo para hacerme tan triste y tan feliz a la vez.
unos días de mi país, hacia el lugar en que me habían criado, pues uno
de mis abuelos estaba mal de salud. La verdad es que era muy posesivo
y, sobre todo, muy celoso con todas las cosas que hacía. Pero yo lo
amaba, ¿cómo se atrevió a hacerme eso? Con todas las pruebas de amor
que había gastado por él. Tantas preguntas llegaron a mi mente, pero a
Alejandro
según sus colegas. Desde que comencé a colaborar con su causa, yo era
En fin, cuando por fin mi mentalidad dejó de correr, acoplé las ideas
ala principal en donde nos íbamos a quedar. Fui y las tomé, pero
cabeza, pues, yo sé muy bien que ella no querrá mostrarse así por un
tiempo.
no puedo negar que se sentía bien. Pero, ¿en qué diablos estoy
los senos, pues, no quería terminar lo que había empezado con Alejo en
el prostíbulo.
Caminamos y caminos hasta encontrar lo que deseábamos. Al
De pronto tropezamos.
IV
Cosas comunes
que ya todo estaba bien. Le expliqué que sólo me bastó una noche para
visitarlos.
buena idea irme a vivir con mis padres por un tiempo. Al menos hasta
que la maldad se difumine entre los campos. O por lo menos hasta que
mi sufrimiento.
mi mirada, tal como hacían los enfermos que iban al lugar. Verifiqué a
café. Asintió con la cabeza. Hice lo mismo con Lucía. Contestó igual
que hace el café sobrepasa la cantidad de euros que gano por un día.