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I N F O R M E D E AVA N C E :
MODELO TEORICO – METODOLOGICO DE
EVALUACION DE LOS PROGRAMAS CON
INFRACTORES DE LEY
Investigadores asistentes:
Carlos Lange
Francisco Estrada
Mónica Espósito
INDICE
1. INTRODUCCION
_________________________________________________________________________ 5
2.EL MODELO JURIDICO DE RESPONSABILIDAD ___________________ 7
2.1.Principios del Modelo Jurídico de Responsabilidad _________________ 7
2
6.1.2.El apego y la vinculación padres-hijos________________________________ 46
6.1.3.Conceptos sobre familia ___________________________________________ 47
6.2.GRUPO DE PARES ______________________________________________ 49
6.2.1.Conceptos sobre el Grupo de Pares. _________________________________ 52
3
11.3.DEFINICIONES OPERACIONALES DE VARIABLES DE
INTERVENCION ____________________________________________________ 86
4
1. INTRODUCCION
5
discutieron e integraron elementos teoréticos provenientes de distintas
disciplinas y paradigmas, los que refieren a su vez a las distintas
dimensiones de la reinserción social de los adolescentes. Se procuró
reducir la complejidad a través del análisis crítico, y también se
buscaron síntesis y se definieron conceptos operativos para la
evaluación.
6
2.EL MODELO JURIDICO DE RESPONSABILIDAD
2
Otros instrumentos internacionales que configuran la doctrina del protección integral de los derechos
del niño son: a) Reglas Mínimas de Naciones Unidas para la Administración de la Justicia de Menores,
también conocidas como Reglas de Beijing, de noviembre de 1985: b) Reglas de Naciones Unidas para
la Protección de Menores privados de libertad, también conocidas como Reglas de Riad, de 1991: c)
Directrices de Naciones Unidas para la Prevención de la Delincuencia Juvenil, también conocidas como
Directrices de Riad, de 1991.
3
“Para reforzar esta idea de sujeto de derecho, se ha visto surgir una tendencia en América latina
destinada a dejar de usar el término «menores» y reemplazarlo por el de niños y adolescentes o
jóvenes.” (Cillero, 1991: 460).
7
3. Especialización. Se garantiza la existencia de un sistema de justicia
diferenciado del adulto, especializado en todas las fases del
procedimiento y durante el control de ejecución de la sanción, que
asegure la capacidad e idoneidad de los operadores del sistema para
hacerse cargo de las finalidades del nuevo modelo.
4
Quedan descartados todos aquellos mecanismos que castigan la situación de vida del niño y
adolescente, o que devienen en sanciones privativas de libertad encubiertas bajo el ropaje de medidas
de protección.
5
Las características anteriormente nombradas permiten definir con mayor claridad las funciones
asistenciales del Estado de sus funciones jurisdiccionales, lo cual significa mayores probabilidades de
reinserción social de los adolescentes, previo proceso de responsabilización.
8
3.REINSERCION SOCIAL
9
- Microsocial: incluye variables e indicadores relativos a la situación
del adolescente en su contexto más cercano o inmediato, y que
favorecen su reinserción social. En este ámbito se encuentran la
familia y el grupo de pares.
10
dependiendo de las circunstancias y del resultado6.
6
Por ejemplo, el coeficiente de inteligencia podría funcionar tanto como un factor protector como de
riesgo. Aún más, de acuerdo a Rutter et.al. (2000), la investigación prácticamente no ha tenido éxito en
la identificación de factores de protección que sean sólo eso.
11
4.VARIABLE DE IMPACTO AL NIVEL INDIVIDUAL: LA NO
REINCIDENCIA
12
• Sobre el argumento del fracaso de los programas de
rehabilitación.
7
Esta ideología tuvo su origen en la revisión de evaluaciones de programas de tratamiento efectuada
por Martinson en 1974, que entregó una evaluación pesimista de las perspectivas de rehabilitación de
delincuentes juveniles y adultos. “Con algunas pocas y aisladas excepciones, los esfuerzos de
rehabilitación no tienen un efecto apreciable en la reincidencia” (Martinson et.al., 1974, cits. en Cullen y
Gendreau, 2000). Esta sentencia técnica fue reducida posteriormente, por conservadores (partidarios
de un enfoque de incapacitación y disuasión) y liberales (proclives a un modelo de desviación) a una
ideología basada en el siguiente mito: nada funciona en la rehabilitación correccional.
8
El meta análisis es una técnica que permite la agregación estadística de un conjunto de estudios
individuales para estimar el tamaño del efecto de una intervención dada. En este caso, el tamaño del
efecto es la medida de la diferencia entre un grupo experimental y un grupo de control, expresado en
unidades de desviación estándar. (Lipsey, 1990)
9
Este hallazgo fue confirmado en una revisión realizada en la CEE por Redondo, Sánchez Meca y
Garrido (1999, cits en Cullen y Gendreau, 2000).
10
¿ Pautas culturales que permiten una mayor y mejor integración y control social?
13
• Sobre el argumento de la diversidad de objetivos.
11
Se ha preferido el concepto “persistente en el transcurso de la vida” al de inicio temprano, porque la
primera expresión incluye tanto que existe una edad de inicio inusualmente temprana y que hay una
tendencia a persistir durante la época adulta. (Moffitt, 1993, cit. en Cottle et.al. 2001; Nagin y Land,
1993, Paterson, 1995, cits. en Rutter et.al., 2000.)
14
- Presencia de déficits neuropsicológicos que dañan el desarrollo
(Tittle, 2000: Rutter et.al. 2000)12.
- Problemas conductuales tempranos que generan dificultades o
incapacidad de manejo por parte de los padres. Esto resulta en una
socialización deficitaria (Nagin y Partenoster, 1994: Simons, 1998,
cits. en Tittle, 2000).
- Habilidades inadecuadas y escaso auto control, lo que produce
dificultades adicionales en la escuela. (Tittle, 2000).
- Fracaso en la adquisición del capital personal y social que podría
ayudarlos a ajustarse convencionalmente en su vida posterior. (Tittle,
2000)
- Como resultado, los niños crecen como adolescentes con problemas
conductuales, y eventualmente llegan a ser adultos antisociales o
desviados (Tittle, 2000).
12
Muchos de los cuales se hacen evidentes al momento del nacimiento.
13
De esta mirada, los patrones de carrera de los infractores devienen de la naturaleza y calidad de los
vínculos sociales del individuo, los que ayudan a crear puntos de inflexión en el curso de vida.
15
recorrieron los siguientes senderos de conductas problema: a) de
conflicto con la autoridad: b) el encubierto y: c) el abierto.
16
• Los Modelos de Reincidencia y la evidencia empírica
14
Consultar Moffitt, 1993, cit. en Cottle et.al. 2001.
15
Howell y Bilchik,1995; Gottfredson et.al. 1996; Loeber y Farrington, 1998; Farrington, 1992;
Gottfredson y Hirschi, 1990; Visher, 1991, cit. en Gottfredson et.al. 1996.
17
deben incluir delitos detectados o no detectados?: ¿interesa la
incidencia de las infracciones o su prevalencia?. En particular, si los
investigadores tuvieran acceso a la “información completa” (Malz,
1984, cit. en Hayes y Daly, 2002), se podrían considerar tanto las
ilegalidades detectadas y como las no detectadas. Sin embargo, los
investigadores raramente tienen acceso a este grado de información
completa. En este marco, es útil analizar las ventajas y desventajas de
los dos métodos de recolección de la información pertinentes: las
entrevistas y cuestionarios de auto-informe y las estadísticas y bases
de datos oficiales16.
16
No se incluyen en esta discusión las encuestas de victimización, que constituyen el tercer
procedimiento utilizado para medir las tasas de delincuencia e indicadores asociados, debido a que no
es relevante a los fines del estudio.
17
En Australia, sólo el 53% de los delitos son reportados a la policía (Carcach, 1997) y se estima que
sólo un tercio de estas infracciones son registradas por la policía como un delito (Criminal Justice
Comission, 1997). En EE.UU., las encuestas indican que aproximadamente un 60% de los delitos no
son informados a la policía, y aún para delitos serios como el robo, las víctimas sólo informan el 50% de
sus victimizaciones (Bastian, 1993, cit. en Gottfredson et.al. 1996). También existen importantes
riesgos de sub-estimación de las conductas delictivas, al juzgar por estudios con adultos que han
considerado conducta violenta auto-informada y que ha utilizado igualmente medidas oficiales de re-
arresto (Lidz, Mulvey, Gardner, 1993: Steadman et.al., 1998, cits. en Cottle et.al., 2001).
18
validez de criterio parece mucho menos clara18.
4.4.DEFINICIÓN DE REINCIDENCIA
18
Por ejemplo, en algunos estudios se ha encontrado una menor validez diferencial para los hombres
afro-americanos (Huizinga y Elliot, 1986; Hindelang, Hirschi y Weis, 1981), situación que no fue
corroborada por Farrington et.al. (1996, cit. en Thornberry y Krohn, 2000) Otras investigaciones han
observado sub-reportes cercanos a un 20% de conductas como el consumo de drogas (Thornberry y
Kronh, op.cit.), al correlacionar los resultados de auto-informes con exámenes de orina y pelo.
19
Un tema más complejo tiene que ver con el Artículo 42° del Anteproyecto, que define el inicio de la
persecución penal de responsabilidad de un adolescente inculpado de un delito por parte del Ministerio
Público. En términos formales, esta situación no es constitutiva de una infracción, debido a que no se
ha esclarecido la participación en el delito (principio de inocencia). Sin embargo, como se ha
establecido en múltiples estudios, la experiencia de interacción con el sistema de justicia tiende a ser
criminógena, y adicionalmente, tampoco se puede afirmar que un adolescente inculpado de un delito
esté en situación de inserción social satisfactoria (sobre todo si este joven es un “reingreso” al sistema).
19
responsables por la comisión de algún delito que sean nuevamente
inculpados o responsabilizados por alguna infracción a la ley durante
un cierto período de tiempo (alguna vez, un año, un mes) en la etapa
de seguimiento. Finalmente, la incidencia de la delincuencia será el
número de delitos por los cuáles los jóvenes sean inculpados o
responsabilizados durante un cierto período de tiempo de
seguimiento.
20
Por tanto, no mide estrictamente la reincidencia.
20
5.VARIABLES INTERVINIENTES DINÁMICAS AL NIVEL
INDIVIDUAL
21
adolescente21. Entre estas conductas de riesgo se ha incluido el abuso
de alcohol y de drogas “duras”.
21
Consultar Baumrind, 1987; Furby y Beyth – Maron, 1990; Irwin, 1987, 1990, cits. en Igra, V., Irwin,
Ch., 1996; Jessor, 1991, cit. en Becoña, 1997.
22
En el caso de los infractores atendidos por la Red SENAME, se observan porcentajes superiores al
30% de niños con problemas de drogas en los delitos contra la propiedad y las personas, y de 94.5%
entre los niños ingresados por delitos y faltas. (SENAME, 2001). No obstante la categoría “problemas
de drogas” es gruesa, es claro que estas proporciones son muy superiores a las prevalencias en la
población adolescente general en Chile. Por ejemplo, la prevalencia último mes del consumo de drogas
ilegales para la población escolar adolescente país alcanzó al 5.6% en 1997 (CONACE, 1998).
22
et.al., 2000: Andrade, s/a: cit. en Villatoro, 1995, s.ed).
23
comportamientos no esperables en la mayor parte de los individuos de
un grupo determinado. La oportunidad refiere a la ejecución de
conductas con un grado de anticipación que pre-supone daños
futuros al desarrollo del adolescente. El término extensión alude al
nivel de involucramiento del sujeto con la conducta. Esta es una
comparación empírica distribucional, que se diferencia de las
definiciones de normalidad basadas en un estándar invariante de
conducta (Igra e Irwin, Ch. 1996).
24
5.2.RESPONSABILIDAD
Para que alguien sea culpable de un delito, tiene que estar presente
una de las dos siguientes cosas23: a) un acto voluntario, el actus rea;
b) un elemento mental, la intención de cometer un delito, la mens rea.
“La justicia penal se basa en la premisa de que se puede y se debe
imputar la culpa; en un examen de los conceptos de delito, el tema de
la edad y la responsabilidad penal es, por tanto, un punto de partida,
porque sin imputación de culpa y sin aceptación de que son
suficientemente mayores como para ser responsables de sus acciones
no se puede decir que los jóvenes hayan cometido un delito” (Rutter,
et al., 2000: 48) 24.
23
Y habitualmente las dos.
24
No obstante, la evolución de la noción de culpabilidad ha derivado desde la relación anímica del acto
al autor (teoría psicológica) a una concepción normativa que se funda en la posición jurídicamente
reconocida del sujeto frente al sistema normativo. Bustos (1981: 317) es claro en señalar: “falso es que
la norma describa algo, lo que hace es imputar o asignar. Se reconoce así que la imputabilidad
cumple así la función político-criminal de servir de barrera entre la reacción estatal ante infracciones
penales cometidas por adultas y las cometidas por menores de edad. La función de la culpabilidad es
a c t u a r c o m o u n p r i n c i p i o d e r e g u l a c i ó n d e l p o d e r p u n i t i vo d e l E s t a d o . Elabora
así la “teoría del sujeto responsable” donde “culpabilidad es responsabilidad, pero esta
responsabilidad adquiere una dimensión mucho más profunda que la hasta ahora entendida. Al
plantear que culpabilidad es responsabilidad, necesariamente hay que descender al individuo concreto
y, por tanto, se trata de examinar al sujeto responsable en esa actuación.” (Ibid, p. 319)
25
La imputación de la culpa ha sido denominada “la actividad
originadora y justificadora de todo el proceso de justicia penal”. Sin
embargo, “aunque se estableciera el actus rea y la mens rea hay varias
razones para no inculpar a una persona por un delito, una razón sería
la minoría de edad (ibíd: 49). De modo que es necesario distinguir
entre culpa, culpabilidad y responsabilidad. Por ejemplo, algunos
autores han sostenido que se puede culpar a los adolescentes por la
comisión de delitos, “ pero tal vez no eran responsables de sus
acciones a causa de limitaciones en su desarrollo cognitivo y moral”
(ibíd). La pregunta es: ¿son responsables los adolescentes desde el
punto de vista de la sicología evolutiva del desarrollo moral y
cognitivo?.
25
Lind sugiere una serie de distinciones que permiten comprender mejor tanto el desarrollo moral como
el cognitivo: a) los aspectos de la conducta moral, cognición y afecto, son atributos de la misma
conducta. Su diferenciación sólo puede ser de tipo analítico, no ontológico: b) ambos aspectos son, en
principio, observables empíricamente: c) la totalidad estructural del razonamiento no puede significar,
dicotómicamente, rigidez o consistencia; la conducta refleja una multitud de implicaciones morales de
una situación para el sistema valórico de una persona lo que requiere de juicios tanto diferenciados
como integrados: d) el concepto de desarrollo cognitivo no coincide con aquellos planteamientos que
entienden la cognición como contenidos particulares y no como un conjunto de estructuras y procesos
y: e) los aspectos cognitivos y afectivos del desarrollo moral se despliegan de forma secuencial e
invariable, lo que permite diferenciarla de cambios meramente actitudinales (Lind, 2000: 21).
26
Para la teoría del desarrollo cognitivo, la estructura de una conducta
de juicio moral refleja la organización y los procesos del pensamiento
moral, la forma y el grado en que los principios morales se realizan en
situaciones específicas. En particular, Kohlberg considera dos
dimensiones del desarrollo moral-cognitivo; la dimensión cognitiva-
estructural representada por tres niveles y la dimensión afectiva
ordenada en seis etapas26:
I. Nivel Premoral
II Nivel Preconvencional
26
Etapas y estructura están ligadas teóricamente y ordenadas según cuatro hipótesis: a) la sucesión de
las etapas del desarrollo moral sigue un curso invariante: b) el juicio moral se organiza como una
totalidad: c) existe un orden jerárquico entre los tipos de razonamiento moral y: d) existe un paralelo
entre el desarrollo de los aspectos cognitivos y afectivos del juicio moral.
27
III Nivel Convencional
28
5.2.3.DESARROLLO ADOLESCENTE, TOMA DE DECISIONES Y
RESPONSABILIDAD.
29
del condón no estuvieron relacionadas con las creencias de los/as
adolescentes sobre el grado en el que los condones previenen el
embarazo; más bien, las intenciones estuvieron correlacionadas con el
grado en que los/as adolescentes percibieron que el preservativo era
fácil de usar, popular entre los pares y facilitaba el sexo. Por otra
parte, los programas de prevención del tabaquismo entre adolescentes
han enfatizado, exitosamente, las consecuencias psicológicas
inmediatas de fumar (Flay, 1985, cit. en Igra e Irwin, 1996).
Este modelo propone que los jóvenes rindan cuentas por sus
conductas, enfatizando la asunción de la responsabilidad como un
elemento central. Rendir cuentas, la traducción aproximada del
término inglés accountability, supone asumir la responsabilidad por la
conducta y desarrollar acciones que reparen el daño causado. Para
algunos partidarios de la Justicia Restauradora, ni el castigo ni la
adhesión a determinadas normas involucran una respuesta que
permita asumir la responsabilidad completa y no facilitan el desarrollo
moral, por lo tanto, no son formas eficaces de enfrentar el delito, en
tanto no generan un cambio significativo y perdurable en los sujetos
(Umbreit y Bazemore, 1995)27.
27
Sin embargo, para Daly, K. (2000), la justicia restauradora no supone el abandono de la noción de
castigo. Más bien, sería una forma de un castigo más sofisticado. La distinción clave que realiza esta
autora es con relación a la intencionalidad de los operadores del sistema y la manera en que los
“beneficiarios” de las políticas experimentan sus consecuencias. De esta manera, el castigo debería
definirse más bien por las consecuencias que tiene para la persona que en tanto una intencionalidad
determinada de los operadores del sistema.
30
Asumir la responsabilidad por una conducta requiere:
31
La culpa y la vergüenza son dos manifestaciones emocionales. La
primera emerge cuando “un actor tiene la sensación de disponer o de
haber aplicado sobre el otro un poder excesivo” (Bericat, 2000: 155);
de este modo, “en el asesinato, el robo, la mentira o la violación un
actor ha aplicado sus recursos de poder contra el otro, a objeto de
obtener beneficios para sí, más allá de lo permitido por los estándares
y normas que regulan y limitan el uso del poder y de la coacción en
las relaciones sociales. La culpa deriva, por tanto, de una transgresión
de estos estándares morales, e implica una dolorosa auto evaluación
negativa de sí mismo” (Ibíd.). En cambio, la vergüenza “es la emoción
experimentada cuando un actor cree que ha reclamado y/o recibido
más estatus del que merece” (Kemper, 1978, cit. Bericat, 2000); esto
explicaría la turbación emocional que se siente al cometer un fallo
ante los demás, “pues si el estatus nos es normalmente otorgado por
el reconocimiento de nuestros logros en la división del trabajo o por
nuestra capacidad relacional, un fallo a la vista de los demás, sobre
todo de aquellos seres que nos ofrecen estatus, les indica que no
somos tan competentes, o que no somos tan buenos.” (Bericat, 2000:
157). La vergüenza se genera en la exposición pública, real o
imaginada, de nuestra incompetencia.
gratificaciones”-, definido el poder como las “acciones que son coercitivas, basadas en la fuerza,
amenazantes, que utilizan castigo, etc. y que, por lo tanto, producen una relación de dominación y
control de un actor sobre otro”, y el estatus como “una dimensión escalar que refleja la cantidad de
aprobación, deferencia, recompensas, aprecio, apoyo emocional o financiero, incluso amor, que los
actores se otorgan unos a otros” (Ibíd: 153). Es el juego interaccional entre los actores en términos de
poder y estatus el que determinaría las emociones que evocarán internamente los sujetos; en este
juego destacan cuatro emociones, que Kemper cataloga como negativas: la culpa, el miedo y la
ansiedad, la depresión y la vergüenza.
32
con sus acciones individuales y sus interacciones sociales.
33
5.3.COMPETENCIAS PSICOLÓGICAS
5.3.1.AUTOEFICACIA
Teorías explicativas
Bandura define auto eficacia como “la convicción personal que tiene el
sujeto que puede ejecutar exitosamente la conducta requerida para
producir un resultado”. Entiende que la auto eficacia sería un
mecanismo cognitivo común que permite sostener una visión
unificadora del cambio conductual.
29
Dubow y Luter, 1990; Lösel y Bliesener, 1994; Quinton y Rutter, 1988; Werner y Smith, 1982, 1992,
cits. en Rutter et.al. 2000.
30
Bandura, 1995; Clausen, 1993; Connell, Spencer y Aber, 1994; Quinton y Rutter, 1988; Quinton et al.
1991; Werner y Smith, 1982, 1992; cits. en: Rutter et.al. 2000.
34
sistemas reguladores de la conducta que se relacionan de forma
recíproca: a) acontecimientos de la conducta en forma de refuerzos
externos (condicionamiento clásico); b)consecuencias de la conducta
en forma de refuerzos externos (condicionamiento operante
instrumental): y c) los procesos cognitivos mediacionales que regulan
la influencia del medio, determinando los estímulos a los que se
prestará atención, la percepción de los mismos y la influencia que
tienen en la conducta.
31
El aprendizaje vicario, observacional o mediante modelos, se define como “el proceso de aprendizaje
por observación en el que la conducta de un individuo o grupo – el modelo – actúa como estímulo de
pensamientos, actitudes o conductas similares por parte de otro individuo que observa la actuación del
modelo” (Perry y Furukawa, 1987; cits. en Becoña, 1997).
35
autoeficacia permite al individuo reconocer sus posibilidades de
actuar de forma exitosa para obtener un resultado.
36
5.3.2.AUTOESTIMA
Teorías explicativas
37
mediante la continuación o repetición del acto desviado (Ibíd.).
Interaccionismo simbólico
38
condiciones, incluyendo la severidad y certeza del castigo (que puede
exacerbar la situación), la naturaleza del acto criminal por sí mismo
(algunos actos pueden hacer que uno pierda aún más autoestima y
puede cambiar las reacciones de los otros) y las características de la
persona (tales como las percepciones y consideraciones morales).
5.3.3.AUTOCONTROL
33
Estos rasgos se muestran consistentes con aquellos que señalan que “ser problemático” o “difícil de
manejar” a la edad de los 3 años predice la actividad delictiva a la de 11 (White et al., 1990; cit. en
Rutter et al., 2000).
34
Rutter et al. citan un conjunto de estudios que documentan esta relación, entre ellos un conjunto de
investigaciones longitudinales: “El estudio de Cambridge de chicos de zonas deprimidas del centro de
Londres (Farrington, 1992), el estudio longitudinal de Christcurch (Fergusson y Horwood, 1993;
Fergusson, Horwood y Lloyd, 1991), el estudio de Pittsburgh (Loeber et al., 1993), el longitudinal sueco
de Magnusson (Magnusson et al., 1993), el estudio de Dunedin (McGee et al., 1984, Moffilt, 1990), el
estudio de Montreal (Soussignan et al., 1992)”.
39
socialmente inaceptables y en concentrarse en actividades orientadas
a metas, tales como aquellas requeridas para un desempeño escolar
exitoso. Estas conductas incompetentes incrementan la probabilidad
de rechazo de los pares y juicios de incompetencia por parte de los
profesores.35
Teorías explicativas
35
Dodge, Petit, McClaskey, Brown, 1986; McFall, 1982: Rubin y Krasnor, 1986; cits. en Gottfredson,
Sealock y Koper, 1996.
40
Modelo de Control de Santa Creu et al.
41
2. Auto evaluación; y
3. Auto refuerzo (Kanfer, 1978, cit. en Becoña, 1997).
36
Kanfer distingue entre autocontrol decisional y autocontrol programado. En el decisional, el sujeto
elige entre varias alternativas sin ejercer control después de la elección. En el programado, el control de
la conducta se mantiene después de la elección. Para Thoresen y Mahoney (1982) sólo puede haber
autocontrol cuando se dan las siguientes condiciones: a)existen varias alternativas de respuesta; b)
tales alternativas son conflictivas y: c) las conductas autocontroladas son provocadas y/o mantenidas
por consecuencias externas a largo plazo (Ibíd).
42
determinada (positiva o negativa), en los ámbitos cognitivo, afectivo y
conductual. Es la actitud de la persona hacia sí misma.
43
6.VARIABLES INTERVINIENTES DINÁMICAS AL NIVEL
MICROSOCIAL
6.1.LA FAMILIA
44
espera de ellos
- Una hábil desviación para evitar el desarrollo de enfrentamientos y
crisis.
- Receptividad a las sensibilidades y necesidades de los hijos
- Fomento de la conducta prosocial, la propia eficacia y la solución
de problemas sociales.
- Estímulo del desarrollo de controles internos por medio de la
comunicación abierta, el reconocimiento de los derechos de los hijos y
la aceptación de la responsabilidad.” (Rutter et.al. 2000).
45
disciplina laxas y erráticas, y no existen expectativas y normas claras
de conducta. Este estilo se expresa en bajos niveles de supervisión
parental, que repercuten en un escaso conocimiento de los padres en
torno a las amistades y actividades del joven en su tiempo libre. Esto
implica el fracaso en la supervisión y monitoreo de los adolescentes y
un mayor riesgo de conductas delictivas.
38
Turner, Irwin, Tschann, Millstein, 1993, cits. en Igra e Irwin, 1996; Snyder, Patterson, 1987, cit. en
Gottfredson et.al. 1996: Farrington, 1989, cit. en NCJRS, 2000.
46
superiores a las tasas de permanencia en la calle (que no sobrepasan
el 7% para las categorías consideradas) y abandono familiar (no
supera el 2%), lo que denota que las familias de los infractores tienen
un alto nivel de conflictividad, están en riesgo de desintegración, pero
permanecen juntas al fin de cuentas.
• Estilos de supervisión
39
Farrington, 1989; Mc Cord, 1979; Maguin et.al., 1995: Elliott, 1994, cits. en NCJRS, 2000: Bijur,
Kurzon, Hamelsky y Power, 1991, cit.s en Igra e Irwin,1996: Loeber y Dishion, 1984, cits. en Rutter,
M.,et.al. 2000.
40
Dubow y Luster, 1990: Egeland, 1993: Jenkins y Smith, 1990; Reiss et.al., 1995: Rutter, 1997, cits.
en Rutter, et.al., 2000.
41
Hawkins, Fitzgibbons, 1993: Werner, 1991; cit. en Igra e Irwin,1996: Peterson et.al., 1994; cits. en
NCJRS, 2000; Rutter, et.al., 2000
47
excesivamente severas, duras, castigadoras y no receptivas con los
adolescentes. Se las entiende como un factor de riesgo.
48
Por modelos de comportamiento prosociales se entiende al predominio,
entre los padres u otros familiares significativos en la vida del
adolescente, de actitudes y conductas que tienen una baja
probabilidad de comprometer y/o provocar daños físicos, psicológicos
y sociales al sujeto ejecutante y a terceras personas.
6.2.GRUPO DE PARES
42
Akers et.al. 1979, cits. en Gottfredson et.al. 1996; Akers, 1985: Conger y Simons, 1997, cits. en Tittle,
2000; Sutherland y Cressey, 1978, cits. en Rutter et.al., 2000
49
entre las conductas como buenas o malas, y que les sirven como
criterios de valoración de las consecuencias de las conductas que
podrían esperarse en un contexto determinado.
50
un medio para superar auto-actitudes negativas y sostener una
identidad prestigiosa (Kaplan, 1975, 1980: Rosenberg y Rosenberg,
1978: Katz, 1988: Short y Strodtbeck, s/a, cits. en Tittle, 2000).
También se las ha interpretado como una adaptación a una identidad
estigmatizada (Becker, 1963, Lofland, 1969 cits. en Tittle, 2000).
51
Howell y Bilchik, 1995). Sin embargo, también se ha observado que el
pasar tiempo libre con la familia reduce la influencia de los pares. Es
probable que el seguimiento y supervisión de los padres sea
importante para la restricción de las actividades de los jóvenes con
coetáneos antisociales (Warr, 1993, Small, 1995; cits. en Rutter et.al.
2000).
52
7.VARIABLES INTERVINIENTES DINÁMICAS AL NIVEL
MESO - MACRO SOCIAL
53
En el caso de los jóvenes infractores de ley, una buena parte de las
dificultades de inserción social se deben al carácter excluyente y
discriminador de los mecanismos de selección y las metodologías de
intervención de los programas sociales (SENAME, 2001, proyecto
piloto). La discriminación social de los adolescentes indica que la
sociedad tiende a desligarse de la responsabilidad que le compete en
la formación de las conductas delictivas, asumiendo un creciente
distanciamiento respecto de los jóvenes que se encuentran en esta
situación y fomentando acciones que los van relegando a una posición
cada vez más segregada dentro del sistema social (Cortés, 2001). 46
54
relaciones constructivas y autónomas con otros entes de la sociedad
(como por ejemplo, el Estado). Dentro de éstas destacan las juntas de
vecinos, clubes deportivos, agrupaciones culturales, grupos religiosos,
etc.
7.2.LA ESCUELA
47
Simourd y Andrews, 1994, cits. en Cottle et.al. 2001; Bachman, Green, Wirtanen, 1971: Gottfredson,
1981, 1987: Grissom, Shepard, 1989: Jessor y Jessor, 1987: Kandel, Kessler, Margulies, 1978: Lloyd,
1978: Loeber y Dishion, 1983, cits. en Gottfredson et.al. 1996; Rutter et.al.. (2000; Catalano y Hawkins,
1996; Hirschi, 1969, cits. en NCJRS, 2000.
48
Las tasas de deserción son especialmente altas entre los adolescentes ingresados por delitos contra
las personas (39.3%) y delitos contra la propiedad (35%) (SENAME, 2001)
49
Por ejemplo, el estudio de evaluación de las Comunidades Terapéuticas del Hogar de Cristo
encontró que la situación de reinserción social de sus egresados mejoraba en la medida en que
aumentaba su nivel de escolaridad (Egenau y Villatoro, 2000).
50
Fashola y Slavin, 1997).
55
(Rutter, et.al. 2000)51.
- La atracción representada por la obtención de fuentes de ingreso
complementarias para el grupo familiar, o situaciones de crisis, tal
como embarazo adolescente52.
56
facilitar el paso a la delincuencia, al proporcionar oportunidades
adicionales para la mala conducta. (Rutter et.al. 2000). Otros
indicadores mencionados son el incumplimiento de las reglas del
establecimiento (Gottfredson, 1988; cit. en Howell, J.C., Bilchik, S.,
1995) y los cambios o transiciones escolares (Berg, 1984; Ekblom.,
1979; cits. en Rutter et.al. 2000).
57
7.3.INSERCION LABORAL
58
el principio de acentuación, que indica que las tensiones de la vida
suelen acentuar las tendencias preexistentes en el comportamiento,
en vez de alterar completamente pautas de conducta. Caspi y Moffitt
(1993, cits. en Rutter et.al. 2000). También podría expresar el efecto
conjunto de: a) la reacción a la pérdida económica: b) del incremento
del tiempo y las oportunidades para el delito y: c) el aumento de la
influencia de los pares.
59
8.VARIABLES INTERVINIENTES ESTÁTICAS
8.1.GENERO
Los autores sostienen que este patrón diferencial según género no sólo
es común a la conducta antisocial y delictiva, sino que se encuentra
en otros trastornos psicosociales y psiquiátricos y que, así mismo, por
ejemplo, para elucidar la depresión, la gama de explicaciones es tan
amplia como la de la delincuencia (Bebbintong, 1996; Macintyre, Hunt
y Sweeting, 1996; cits. en Rutter et al. 2000). Ante esta falta de
claridad se propone considerar algunas alternativas:
60
- La tercera alternativa es que los factores de riesgo sean los mismos
en los dos sexos, pero que el sexo biológico o el género psicológico
proporcione algún factor adicional de riesgo o protección” (Ibíd.: 353-
354).
61
f) El dominio y el estatus son más importantes dentro de los grupos
de compuestos exclusivamente por varones que en los femeninos”
(Rutter et.al. 2000: 379-380).
62
Finalmente, se ha observado de manera preliminar, la no-existencia
de diferencias estadísticas significativas en los resultados de las
intervenciones con infractores de ley según género. (Lipsey, 1999;
Lipsey, Wilson, D., Cothern, L., 2000). Al parecer, “lo que funciona
para los hombres lo hace con las mujeres” (Lipsey, 1999, cit. en
Cullen y Gendreau, 2000). Sin embargo, no está para nada claro si el
género funciona como un factor específico de respuesta al
tratamiento, que afecta los estilos de aprendizaje de los infractores y
las modalidades óptimas de prestación de servicios (Dowden y
Andrews, 1999, cits. en Cullen y Gendreau, 2000).
63
la primera detención y la edad en que se produjo la primera la
privación de libertad. Parece que mientras más temprano se participe
en infracciones de ley y en conductas antisociales, es más probable
que se genera una trayectoria infraccional del tipo persistente en el
transcurso de la vida56.
Sin embargo, Rutter et.al. han señalado que hay que ser cuidadoso al
momento de decidir lo que constituye una conducta antisocial de
inicio temprano, ya que no hay que hacerla necesariamente
equivalente a una primera detención a una edad temprana. Por
ejemplo, Moffit et.al. (1996, cits. en Rutter et.al. 2000) exigieron para
la inclusión en el grupo de infractores persistentes en el transcurso de
la vida, que la conducta antisocial fuera elevada al menos una
desviación estándar sobre la media en al menos 3 evaluaciones
realizadas en distintos momentos temporales del desarrollo previos a
la adolescencia.
64
cits. en Rutter et.al. 2000).
Dado que una buena cantidad de estudios muestran que el ser padre
o madre adolescente va asociado a otra serie de riesgos - entre ellos,
dificultades de crianza, acortamiento de la educación, pobreza,
dependencia del sistema de prestaciones de la seguridad social y la
falta de apoyo de una pareja -, es bastante posible que gran parte del
riesgo venga dado por esas circunstancias de riesgo asociadas en vez
de la edad de la madre.
65
cuidado sustituto tienen una mayor probabilidad de ser delincuentes
(Minty y Ashcroft, 1987: Hagell y Newburn, 1994, cits. en Rutter et.al.
2000). Se ha señalado que aunque la acogida en instituciones como
tal puede no constituir el factor de riesgo más importante, las
experiencias negativas en la acogida pueden aumentar los riesgos de
una manera muy importante si se suman a las dificultades derivadas
de una gran sucesión de cuidadores, que implica la carencia de
relaciones vinculares significativas. (Utting, 1996, cit. en Rutter et.al.
2000).
66
9.VARIABLES DE INTERVENCION
9.1.GARANTIZACION DE DERECHOS
67
57
reconocen al individuo ante la acción del Estado (Peña 1994: 98 ).
Específicamente, “el ejercicio del ius punieni se encuentra limitado
por un conjunto de garantías, que constituyen el núcleo del derecho
penal”. De esta manera, “el Derecho Penal Moderno se constituye para
ser la tutela del ciudadano ante el arbitrio público” (Ferrajoli, cit en
Cillero, 2000:6).
• Garantías generales
1. Juicio oral
2. Defensa letrada, gratuita, oportuna y especializada.
3. Tribunal Independiente
4.Tribunal Imparcial
5. Tribunal especializado
6. Presentar pruebas
57
PEÑA (1994), p. 98
68
7. Reserva del procedimiento
8. Igualdad. Los derechos y garantías reconocidos en esta ley se
aplicarán a todos los adolescentes, sin discriminación alguna por
razones de sexo, origen étnico, condición social o económica, religión o
cualquier otro motivo semejante, ni en atención a las circunstancias
de sus padres, familiares, tutores o personas que lo tengan a su
cuidado.
9. Interés Superior del niño. En todas las actuaciones judiciales o
administrativas relativas a los procedimientos y medidas aplicables a
los adolescente infractores a ley penal, se deberá tener en conside-
ración el interés superior del adolescente que se expresa en el
reconocimiento y respeto de sus derechos fundamentales.
10. Integridad corporal. Ningún adolescente puede ser sometido a
torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes,
ni a cualquier otra forma de atentado contra su dignidad y desarrollo
integral.
11. Principio de Separación. Las personas que se encontraren
privadas de libertad en aplicación de alguna de las sanciones
previstas en esta ley, sea en forma transitoria o permanente, en un
lugar determinado o en tránsito, deberán permanecer siempre
separadas de las personas juzgadas o sancionadas según la ley
aplicable a los adultos.
69
10. Recibir atención de salud y a acceder a servicios educativos
adecuados para las personas de su edad;
11. No ser trasladado desde el centro donde cumple la sanción, a
menos que por motivos de seguridad deba adoptarse dicha
determinación, que en todo caso deberá ser revisada por el tribunal,
de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 90.
12. Que se revise periódicamente la pertinencia de la mantención de
la sanción en conformidad con lo dispuesto en esta Ley, como también
a que se controlen las condiciones en que ella se ejecuta; y,
13. A comunicarse privadamente con su abogado.
14. En caso de internación provisoria, comunicarse por escrito, por
teléfono o por cualquier otro medio; en conformidad con las
prescripciones del reglamento,
15. En caso de internación provisoria, procurarse a sus expensas las
comodidades y ocupaciones que no fueren incompatibles con la
seguridad del recinto en que se encontrare, todo ello de acuerdo a lo
dispuesto en el reglamento de la presente ley.
9.2.VARIABLES DE TRATAMIENTO
58
Andrews, et.al., 1990: Andrews, 1995: Andrews y Hoge, 1995: Gendreau, 1996; Cleland, et.al., 1997:
Losel, 1995: Redondo, Sánchez Meca y Garrido: 1999, cit.s en Cullen, Gendreau, 2000; Howells, K.,
Day, A., 1999; National Mental Health Association, 2000
70
habilidades sociales y capital humano en los infractores, y usan más
que una modalidad de tratamiento para enfrentar los múltiples
problemas que experimentan los infractores59.
59
Andrews, et.al., 1990: Palmer, 1995: Losel, 1995: Lipsey, 1999; Redondo, Sánchez Meca y Garrido,
1999, cits. en Cullen y Gendreau, 2000; National Mental Health Association, 2000.
71
meses de permanencia en los programas60. Sin embargo, se debe tener
en cuenta que esta asociación no necesariamente es lineal, ya que
algunos estudios individuales han encontrado una especie de techo
para los efectos de la intervención a partir de los 12 meses de
permanencia en los programas (Egenau y Villatoro, 2000).
60
Lipsey, 1999; Lipsey, 1999, cit. en Cullen y Gendreau, 2000; Lipsey, Wilson, D., Cothern, L., 2000;
Egenau y Villatoro, 2000; National Mental Health Association, 2000.
61
Andrews, 1995: Andrews y Hoge, 1995: Gendreau, 1996, cits.en Cullen y Gendreau, 2000; Lipsey,
1999; Lipsey, Wilson, D., Cothern, L, 2000.
62
Lipsey, 1999, Lipsey, 1999, cit. en Cullen y Gendreau, 2000; Lipsey, M., Wilson, D., Cothern, L.,
2000; National Mental Health Association, 2000.
72
10.DEFINICIONES NOMINALES DE LOS INDICADORES Y
VARIABLES.
10.1.REINSERCION SOCIAL
73
- Reincidencia:
- Responsabilidad Social
- Autoestima
74
- Auto eficacia
- Autocontrol
- Inserción Familiar:
75
- Conceptos relativos a la familia
- Grupo de Pares:
76
de pares prosocial. Por el contrario, se lo calificará en situación de no
reinserción cuando establezca relaciones con un grupo de pares
antisocial.
77
situación de no reinserción cuando:
• Red Comunitaria
• Garantización de Derechos
• Historia Infraccional
78
11.DEFINICIONES OPERACIONALES.
Reinserción Total = 7
Reinserción Suficiente = 5
Reinserción Insuficiente = 3
No reinserción = 1
79
correspondientes.
• DIMENSION INDIVIDUAL
- No Reinserción = 1
- Inserción Insuficiente = 3
- Inserción Suficiente = 5
80
responsabilización por el acto.
- Inserción Total = 7
• DIMENSION MICROSOCIAL
• FAMILIA
- No reinserción familiar = 1
81
- Vinculación y apego familiar
- Modelos parentales o de adultos significativos dentro de la familia.
• GRUPO DE PARES
- No inserción = 1
- Inserción no calificable = 4
- Inserción Total = 7
- No Reinserción Social = 1
82
- No esté incorporado al sistema educacional o de capacitación al
momento de ser realizado el estudio por las siguientes causales:
-Reinserción Insuficiente = 3
-Reinserción Suficiente = 5
83
- Cumpla con los requerimientos mínimos de asistencia al
establecimiento educacional o programa de capacitación respectivo.
- Se encuentre en situación laboral de ocupado, pero no cuente con
empleo estable. Como ocupados se considerará a todos los jóvenes de
14 años o más que declaren haber trabajo una hora o más en la
última semana anterior a la realización del estudio. Incluye estar
trabajando por remuneración (sueldo, salario, pago en especie,
comisión) utilidades o ganancias o como familiar no remunerado.
- Reinserción total
84
2
Donde:
• HISTORIA INFRACCIONAL
85
alguna causal vinculada a infracciones a la ley penal.
- Juntas de Vecinos
- Clubes Deportivos
- Agrupaciones Culturales
- Iglesia, Grupos Religiosos
- Organización de Apoyo al Desarrollo Infanto - Juvenil
- Consejo Comunitario de la Infancia y Adolescencia.
• NO GARANTIZACIÓN DE DERECHOS
86
- Conocimiento del derecho de presentar peticiones de revisión de la
medida impuesta y a obtener respuesta pronta.
- Conocimiento del derecho de denunciar la violación de alguno de sus
derechos ante el juez
- Contar con la asesoría permanente de un abogado
- Información del derecho de recibir visitas periódicas, en forma
directa y personal, al menos dos veces a la semana, con una duración
mínima de hasta dos horas cada vez.
- No torturas, violencia o malos tratos físicos o psicológicos
- Satisfacción de necesidades básicas
- Recepción de atención en salud
- Acceso a servicios educativos
- No traslado del centro sin previa orden del tribunal
- Comunicación privada con el abogado.
- Comunicación escrita o telefónica con familiares u otras personas
significativas.
87
12.MARCO METODOLOGICO DEL ESTUDIO
63
Por el contrario, los diseños intra-sujetos son aquellos en que se realizan dos o más mediciones para
cada sujeto incluido en el experimento.
88
Donde la composición de los grupos de acuerdo a los factores será la
siguiente:
- Tiempo de intervención.
89
12.1.VALIDEZ INTERNA DE LA ESTIMACIÓN DEL IMPACTO
• Control Estadístico.
90
mantener una cierta proporcionalidad en la definición de las cuotas de
muestreo, de acuerdo a algunos parámetros poblacionales como el
género.
12.2.INSTRUMENTOS DE RECOLECCION DE LA
INFORMACION
12.2.1.INSTRUMENTOS DE MEDICION
91
de evaluación de Dahlberg et.al. (1998) tiene una consistencia interna
ejemplar (coeficiente Alpha de 0.91).
- Escala de autocontrol.
92
- Escala de Garantización de Derechos.
64
O cualquier otro indicador compuesto que se elabore.
93
significativamente superiores a los observados entre los
jóvenes de la medición de ingreso”65.
65
Esta hipótesis de trabajo se hace extensiva a cualquiera sea la variable dependiente a considerar en
el diseño de validación.
66
Hernández Sampieri, R. Metodología de la Investigación, México D.F., 1998.
94
12.2.3.CONFIABILIDAD DE LOS INTRUMENTOS
12.2.4.DISEÑO DE MUESTREO
67
Se utilizó la medida de funcionamiento familiar porque interesa particularmente en este estudio tener
mayor sensibilidad para la detección de efectos teoréticamente correlacionados con la no –
reincidencia.
95
Se realizó un análisis de varianza multifactorial, que arrojó un
coeficiente de correlación múltiple R 2 = 0.108, lo que equivale a un
tamaño del efecto68 φ = 0.1210. Luego:
SISTEMA NO REINGRESO 11 11 11 33
AMBULATORIO NO REINGRESO 11 11 11 33
TOTAL 44 44 44 132
• Trabajo de campo
96
cerradas y abiertas) a cada uno de los sujetos incluidos en la
muestra70. El trabajo de campo se realizará durante el tercer mes del
estudio, en las regiones quinta y metropolitana, y considerará las
siguientes actividades:
97
instrumentos e instructivos, propuesta con detalle sobre
procedimientos de recolección, procesamiento y análisis de los datos y
otras recomendaciones.
CRONOGRA
98
13.BIBLIOGRAFIA CITADA Y CONSULTADA
99
Couso, J. (2000). Alternativas a la pena en el derecho penal de
adolescentes. Una perspectiva comparada. Adolescentes y Justicia
Penal. Propuesta de Política Criminal en Chile. Santiago. ILANUD,
UNICEF, UNION EUROPEA
Cillero, Miguel (2000),. "Los Derechos de los Niños y los Límites del
Sistema Penal". En: ILANUD, UNICEF, UE. Adolescentes y Justicia
Penal. Propuesta de Política Criminal en Chile. Santiago de Chile,
2000.
100
Health and Human Services.
101
Metodología de la Investigación. Caracas. Mc Graw-Hill.
102
Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Fundación Paz
Ciudadana, CONACE (1998). Estudio Nacional del Consumo de Alcohol,
Tabaco y Drogas en la Población Escolar de Chile. Informe Final
Septiembre 1998. Santiago.
Rubin, A., Earls, F., Dore, P., Cunningham, R., Farber, S. (1996).
Adolescent violence. Handbook of Adolescent Health Risk Behavior.
Edited by Di Clemente, R., Hansen, W., Ponton, L. New York, Plenum
Press.
103
Menores, Santiago de Chile.
104