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Compensación de pérdidas

La legislación del Impuesto sobre Sociedades permite la compensación


de las bases imponibles negativas de un ejercicio con las rentas positivas
que se produzcan en los diez siguientes.

Objeto de la compensación

Es importante señalar que lo que se compensa es la base imponible negativa y no el


resultado contable. Recordemos que la base imponible del Impuesto de Sociedades es el
resultado contable corregido mediante la aplicación de los correspondientes ajustes
fiscales positivos o negativos.

En consecuencia, se pueden generar bases imponibles negativas compuestas únicamente


por ajustes fiscales y, al contrario, un resultado contable negativo se puede convertir en
resultado positivo por la aplicación de dichos ajustes. Asimismo, puede suceder que las
bases negativas pendientes de compensación no coincidan con las pérdidas acumuladas
contabilizadas por la Sociedad, ya que ésta puede haberlas saneado por diversos
métodos: aportaciones de los socios, reducción de capital o aplicación de reservas.

Plazo en el que debe efectuarse la compensación

Las bases imponibles negativas generadas en un ejercicio pueden ser compensadas con
las positivas obtenidas en los periodos impositivos que concluyan en los diez años
inmediatos y sucesivos. Decimos “pueden” porque la Sociedad está facultada para
decidir libremente, dentro de los diez años, la cantidad que compensa en cada ejercicio,
con la limitación de no poder generar, como consecuencia de la compensación, nuevas
bases negativas, ya que ello supondría de hecho una prolongación del periodo de
compensación.

Esta libertad permite a una Sociedad, que tenga créditos tributarios pendientes, la
posibilidad de utilizarlos antes de que prescriban. Por ejemplo, imaginemos que una
Sociedad tiene una base imponible positiva de 2.860, un crédito de 350 derivado de
inversiones en I+D pendiente de aplicación, que prescribe en el vigente ejercicio, y unas
Bases Imponibles negativas pendientes de compensación de 3.000.La Sociedad puede
optar por no aplicar en este ejercicio ninguna compensación de bases negativas, dar una
base imponible positiva de 2.860, y una cuota de 1.000 contra la que puede acreditar la
deducción de 350 pendiente. Como resultado pagará un Impuesto de 650.

A la vista de este ejemplo cabe plantearse ¿es interesante pagar 650, que podrían
haberse diferido aplicando las bases negativas pendientes, para ahorrarse 350? Para
calcularlo, es útil la aplicación del método de los flujos de caja descontados a la
previsión de pagos e ingresos futuros. Como tipo de descuento se utilizará el de interés
vigente en el momento de realización del cálculo. En definitiva, se trata de
homogeneizar los distintos flujos de ingresos y pagos que se producen en distintos
momentos, calculando su valor actual al comienzo de la serie.

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Para favorecer a las sociedades de nueva creación que, en los primeros años, es
previsible que tengan pérdidas, la ley difiere en estos casos el inicio del plazo de los
diez años al primer período impositivo cuya base imponible sea positiva

Si una sociedad prevé en un ejercicio tener unas pérdidas extraordinarias que duda
poder compensar en el plazo de diez años, puede prolongar el período de compensación
un año más, efectuando un cierre anticipado del ejercicio social -lo que requeriría un
cambio en los estatutos sociales- de forma que las pérdidas se reconozcan en el ejercicio
siguiente.

Anticipación de la Compensación

La compensación de pérdidas es un acontecimiento que, generalmente, es conveniente


anticipar, ya que adelantar un crédito fiscal tiene un efecto financiero equivalente a
diferir el pago del impuesto. En el año en que la posibilidad de compensación prescribe
(en el año décimo) existe, como es lógico un efecto de ahorro o pérdida definitivos.
Pues bien, la compensación se puede anticipar mediante las siguientes operaciones:

• Venta de activos

En el caso de que la Sociedad con bases negativas tenga activos cuyo valor de
realización sea superior al valor teórico contable, puede enajenarlos, registrando así un
beneficio extraordinario que aplicará a compensar las pérdidas pendientes.

• Reparto de dividendos de filiales

Las filiales que tengan reservas pueden distribuirlas a la matriz que tiene bases
negativas pendientes, adelantando su compensación.

• Operaciones de fusión

La Sociedad resultante de la fusión “hereda” las bases negativas de las intervinientes en


el proceso de fusión, las cuales podrá compensar con sus propias bases positivas, sin
que ello pueda suponer que se amplíe el plazo de compensación.

No es aceptable, en cambio, para anticipar la compensación, la realización de


operaciones de revalorización contable voluntarias. Las reservas procedentes de
revalorizaciones autorizadas por las sucesivas Leyes de regularización de balances
pueden, sin embargo, utilizarse, respetando los requisitos impuestos por dichas
disposiciones.

Contabilización

La contabilización de las bases negativas pendientes de compensar genera un activo


denominado “Crédito por pérdidas a compensar” (cta. 4745 del PGC) que se crea con
abono a la cuenta de Gasto por Impuesto de Sociedades (cta. 630). No obstante, sólo se

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admite la contabilización de este crédito en el caso de que se prevean resultados futuros
favorables que generen expectativas razonables de recuperación de este activo.

Adquisición de Sociedades con pérdidas

Si una sociedad A es propietaria de otra B con bases negativas pendientes de


compensación y la vende a otra C, ello puede producir situaciones de doble diferimiento
de impuesto, por un lado en la sociedad A que enajena y, por otro, en la propia
sociedad enajenada B.

La sociedad vendedora A, al computar la diferencia entre el valor de enajenación y el


valor teórico contable (si no ha aplicado la provisión por depreciación de cartera),
obtendrá una pérdida y, a su vez, la sociedad enajenada B mantendrá intacto su derecho
a la compensación de bases. De éste modo las bases negativas producen un doble
diferimiento, situación que se prolongará hasta que la sociedad adquirente C enajene a
su vez la sociedad B, o ésta, después de compensar contablemente sus pérdidas,
distribuya sus reservas a su adquirente, la sociedad C.

Aunque este doble diferimiento está admitido legalmente con carácter general, se
establecen limitaciones cuando concurran las siguientes circunstancias:

• que una o varias personas físicas o jurídicas vinculadas adquieran la mayoría del
capital de la sociedad con bases negativas pendientes de compensación en un
periodo posterior al cierre del periodo impositivo al que corresponde la base
negativa;
• que, con anterioridad a la adquisición, los adquirentes citados tuvieran una
participación inferior al 25%;
• que la sociedad con adquirida no haya realizado operaciones dentro de los seis
meses anteriores a la adquisición.

La Ley sale al paso de este doble diferimiento con un método que, en definitiva, supone
que la base negativa de la sociedad enajenada se reduce en el importe de la pérdida que
sufre la vendedora, evitando su futura compensación.

Prescripción

Finalmente hay que decir que el hecho de que una Sociedad haga uso de la
compensación de pérdidas no prolonga el plazo de prescripción de 4 años respecto del
ejercicio en que éstas se generaron. Por tanto la Inspección no está autorizada a
comprobar los ejercicios ya prescritos con la excusa de que las bases imponibles
negativas de aquellos están siendo objeto de compensación en el ejercicio objeto de
comprobación.

Pablo Gómez-Mora
Pablo G Mora & Asociados S.L.
Estudio Jurídico-Fiscal

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