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EL CRISTO DEL rPZOmOrTaAazrgoa ALEJANDRO GARCIA - DURAN AGRADECIMIENTO A * El buen Dios * A mis hijos e hijas callejeros * A los dibujantes: Alejandra Escandén y Felipe Delgadillo * A mi sufrida secretaria Alejandrina * Al generoso impresor Armando Prida * Julio Rodriguez * A ti lector amigo que has comprado o te han prestado el libro, Mi direccién. Av. Rio Churubusco No. 357 Col. General Anaya Tels. 604 38 25 604 37 65 A GUISA DE PROLOGO Le pedi a mi padre provincial si tenfa a bien prolongarme este libro. Me contesté con la carta que te adjunto y me dijo que asf la pusiera, Aqu{ la tienes. 15 de septiembre de 1991. P. Alejandro Garefa Durén Hogares providencia, Querido hermano Alejandro, "CHINCHACHOMA\". Ayer que me dejaste una copia, borrador de: "El Cristo de Chinchachoma”, la ver dad que tuve curiosidad por el contenido. Me lo lef de corrido y, cierta- mente se movi6 el tapete y a la vez. me quedé un agradable sabor en el espiritu cuando terminé de leerlo. Enseguida pasé a leer las Lecturas del Domingo (24 del tiempo. ordinario), pues tenfa la Misa un rato después. Comprend{ més clara- ‘mente la respuesta tan dura de Jest y la actitud de Pedro. "; Apértate de mf, Satands !". En la actitud de Pedro esta en juego la tentacién de querer separar al Hijo del hombre del camino de la obediencia a los planes de Dios. Y para Pedro y el resto de Jos disefpulos - donde entramos td y yo - la tentacién también seré_ la no aceptacién del crucificado, el escéndalo ante este camino desconcertante de la salvaci6n: "El que quiera venir conmigo... que cargue con su cruz y que me siga”. } Oh, Sefior, mfo ! De veras, qué dificil es aceptar al Cristo total que nos presenta el Evangelio, al Cristo de hoy encarnado en el préjimo, al préjimo marginado de la sociedad: nifio de la calle, la prostituta, el drogadicto, al que esté en la cércel,... La tentacién de Pedro -nuestra propia tentaciGn- : "Eso no te puede pasar a ti" y, actuar con esta consecuencia: ;Eso no puede ser! Gracias Chincha por esta "revelacién", gracias porque movers el tapete a mds de diez, porque abrirds los ojos de los que creen ver. Si no es amar a Cristo en la persona de los demés, qué significa la oracién (Colecta) que rezamos en la Eucaristia: "Mfranos, Sefior, con ojos de misericordia y haz que experimentemos vivamente tu amor, para que podamos servirte con todas nuestras fuerzas", o lo que decfa Santiago: “De qué le sit ir que ti i “De qn iesirve'c ano cr que ene si no lo demuestra con sus \ $e la publicacién de este librito ayude a quien Io lea a madurar u FE, Padre Alejandro, un abrazo fraterno. P. Aarén J. Cahuantzi Bello Provincial PD. ~"Te sugiero reeditar tus libros anteriores, sobre todo: ‘La Porcién Olvidada de la Nifiez Mexicana", EL CRISTO DEL CHINCHACHOMA ‘Te parece lector un tanto extrafio este titulo: "El Cristo del Chinchecho- ma". Como te Jo mereces te doy la explicacién. Un dia estaba hablando con El y exclamaba: DIOS MIO, DIOS MIO, y ‘me dijo una persona: "de todos, no? Porque también es mio". "si y no", le exclamé, es de todos pero la relacién de El con cada uno es tinica, personal, propia. Como que Dios no cred un mundo para los hombres, sino un mundo para cada uno de los hombres. Por ello el Cristo es mio, porque nacid, vivié y murié por mf, con un amor total y personal por mf. Es mfo porque a través del camino del vivir, balbuceo de Eternidad, El se ha ido comunicando de una manera personal conmigo a través de una serie de personas, de amigos, de encuentros con El, etc. etc. Me dirds, ciertamente tiene todo el derecho. Pero si yo también puedo hablar de mi Dios 0 de mi Cristo, gpor qué me escribe su libro habléndome de su Cristo? Es el deseo de compartir contigo la realidad de ese Cristo mio, Sf, esto es este libro, una comunicacién dentro de lo posible de m: visién de Cristo para que ta la compartas, la superes, 0, tal vez, para que a través de esta lectura, puedas encontrarte.con El. El sabe. CAPITULO 1 EL ESCUPIDO Una de las caracteristicas de mi Cristo, de las mAs relevantes, es que esté escupido. Hay una anécdota de Murillo, que viendo a un maestro pintar un Cristo maravilloso le dijo que cémo podrfa él pintar muy bien y le respondié el pintor: Ama mucho lo que pintes. Pues Murillo am mucho a Marfa y la pint6, S6lo he pintado un cuadro del Cristo. Es el Cristo Escupido, iene la cara tapada (los ojos) y el rostro lleno de salivazos. Recuerdo que cuando lo estaba pintando un niflo se acereé al cuadro y quiso quitar la venda de los ojos pegaba la venda. ‘Como no soy pintor, recurr{ al gran remedio y pegué la venda en el cuadro. No, no es un Cristo bello. No, no es un Cristo hermoso, pero jque Cristo! Firme, potente, la cabeza recta, como quien es duefio de la situacién, y esté vejado, escupido. Este es mi Cristo. EL CRISTO ESCUPIDO. Si ya sé, me dirds lector amigo, que por qué me fijé en este pasaje de la Escritura. Que por qué doy y empiezo mi visidn del Cristo Escu- pido como la primera, Ya verés, ya verds, sigue atento. Un dfa, me acuerdo, me acerqué en el Consejo Tutelar de Menores a los nifios y les hice una encuesta. Mis encuestas son curiosas y vivenciales y, entre las preguntas, una muy importante fue ésta "ZA cuntos de ustedes les han escupido en la cara?" Levantaron la mano unos 15 6 20, un porcentaje de aproximadamente un 10 a un 15%. Estaban escupidos. Les dije: "A Jestis lo escupieron, y saben por qué?" No sabfan responder, uno dijo: "Porque nos han escupido a nosotros”. "Sf, asf es, porque les han escupido a ustedes, porque los ama". He visitado muchos y variados penales y cArceles desde el tiempo de mi seminario y, desde que conocf a mi Cristo Escupido, siempre pre- gunto: "ZA cudntos los han escupido?", y siempre me encuentro algu- nos parejos a mi Cristo que también los han escupido, normalmente los pobres. Me gusta decirles, "te amo a tf porque te escupieron y te pareces a mi Dios, a mi Jestis Escupido". ES BELLO. Una vez en un serm6n a gente muy, muy religiosa, les estaba anuncian- do mi Cristo y les dije: "Mi Dios da asco, es como una mierda, de la que todo el mundo huye, se parece més a un gusano que a un hombre" (esto lo dice la Escritura). * Mi Dios, mi Cristo esté escupido, es un rey de burla y de pitorreo, No sé si ustedes conocen a Jestis, pero quiero que sepan que estd escupido y da asco de ver. Mucha gente se va de su lado porque lo quieren ver en un trono, pero no lo quieren ver escupido y les pasa como al bueno de Pedro, que lo niegan". Querido lector, primera caracteristica de mi Cristo. Es el Cristo Escupido. CAPITULO II EL VENDIDO "{Cudnto me dan y se lo entrego?" Convinieron con él en cierta cantidad... Era de noche. El huerto silencio. El silencio del ayer, del mafiana, del siempre. Un silencio espeso. Concentrado. El Cristo agoniza, acumulacién de angustias personales, de cada quien. El alma en agonfa. Sufrimiento que mata. Espada del alma que lacera y hiere todo el ser. El cuerpo cae en lo més profundo del dolor. Todos los ayes se hacen uno en El, El Cristo que carga todo mi ser y mi dolor. Alf cerca, en otro lado, Judas pregunta ";Cudnto me dan y se lo entrego?” Hombre vendido por otro hombre, esclavitud antafia, Veinte siglos. Un instante. Garibaldi Hierve la plaza con el noctumno bullicio de la vida, del ansia de vivir, del gozo en la quimera intensidad, bullicio. Cenamos 10, 12 nifios y el que escribe. Ansiosa, voluptuosa, ansfa una presencia. Se pega a mi, el hombre desnudo sube y baja, se mueve la nifia. Quinceafiera. Una ansia, ansia total, La miro, se ha hecho paso en medio de los nifios y esta muy pegada al lado izquierdo mfo. Es bella, Miro hacia lo alto y oro en silencio. "Padre, no me vayas a dejar caer en tentaci6n", El instinto primero, el deseo de ella, el eco en el deseo mfo, desapare- ce. Nace amor. La miro de nuevo, sin responder a su ansia, a su llamado, Se entristece la nifia, me dice: yPadrecito, a m{ no me quieres? Fn el centro amoroso de mi alma nace un grito, una protesta que se hace ira y se expresa en grito. Fijos los ojos en ella, exclamo: "\TE AMO!" Razono. La gente se volte. Los miro compadecido. Le dije a mi ni "Ves todos estos que se han volteado, que te miran, ninguno te ama, s6lo buscan tu cuerpo. Yo te amo a ti” Me dirig( a los nifios que asistfan al encuentro amoroso y les dije: "Espérenme aqu{. Vengo en media hora, una hora, no sé". Tomé a la nifia de la mano y nos fufmos. ‘Todo su ser, su mirada, era una interrogante, como que se decfa, qué va a pasar. Qué es esto? Fuimos a un lugar un tanto exlusivo (por lo del precio). Una mesita, dos sillas, un encuentro. Habfa allf sobre la mesa una lucecita para engendrar oscuridad, misterio. : La aparté, yo necesitaba claridad, era claridad. Mis ojos enfrente de los suyos, tomé sus manos entre las mfas, la miré con ternura y le dije: "Dios te ama, yo te amo" (éste es mi anuncio, ésta es mi buena nueva) Me mir6 asombrada, como quien no comprende, me pregunt6: “A m{ me ama? Usted no sabe lo que yo hago 2" “Ya me lo imagino", le contesté. ";Por qué?", le pregunté. "Mi mamé me vendié cuando yo tenfa 10 afios": "5 afios de puta", pensé yo. La comprensién, misericordia, visién amorosa de Dios se concreté en tuna pregunta: "Y tii zqué podfas hacer?" El mirar de la nifia abierto al mundo en ansia y en reclamo, en biisque- da , en interrogante permanente se dirigis hacia adentro, misterio del amor, y se vié pura. ‘Me miré, ansia de liberacién, asombro. Una respuesta, "Nada". Después de afirmar que no podia hacer nada se vié pura, victima y me mir6 con ansias nuevas, desde la inocencia mancillada. *Padrecito, siqueme de aqui." El ser puro, vejado, era libre, era amor, hizo el milagro de que la puta sea virgen. Mi nifia, Mi puta virgen Si vas por Garibaldi no la busques, ya no esté all. Y ten cuidado con quien te juntes, no mancilles una virgen. Luego le dije: "Dame tu bendicién". Me respondié: "Padrecito, no se burle. Usted si puede bendecir que es Padrecito. Yo iqué bendicién tengo?" "Td, una que yo no tengo" {Cudl?" pregunté asombrada, "Pues la de 1a venta" ",Cémo la de la venta?" "Sf, al Cristo lo vendieron" "A poco", dijo ella” "Si, lo vendieron en 30 monedas de plata” *,Cémo a mi?", pregunté ella. "Sf, como a tf", le responds. "Una esclava, una vieja, en tiempos de Jestis costaba eso, 30 monedas de plata". La nifia refa, se sentia amada. El Cristo estaba con ella, atin afiadi més. "{Sabes c6mo lo vendieron?" "No", "Con un beso" "Con un beso?", pregunté. "Como a mi?" "Sf, con un beso. Se aceres Judas y lo bes6, El beso fue la sefal", *{Cémo a mf?" Era la nifia un gozo del alma al sentirse amada con su historia toda. "Jestis se quej6. No, no se quejé de la venta, se quejé del beso”. “Con un beso me entregas" Me mir6. "Ah, pues si puedo bendecirte, El est4 conmigo". Me arrodillé, "S{ puedo bendecir, pero yo no sé cémo". "Muy fécil, se levanta la mano y se dice: "que Dios te bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espfritu Santo", mientras se hace la sefial de la cruz”. Me bendijo Me bendijo, oh Dios. ‘Ahora lector, al revivir esa bendicién del Cristo mio, siento en mis entrafias lo que sentf aquel dfa, El Dios es vivo, el Dios que entra o surge en lo profundo de la entrafia mfa. Entiéndeme lector lo que te digo: Mi Cristo es la puta. Mi Cristo estd vendido cual came humana, Mi Cristo es cual esclavo. Siento Jo inmenso de ese amor divino, Mi Cristo, el escupido, est4 vendido. CAPITULO Ii EL HAMBRIENTO 1938, Nacido en 1935. Tenia 4 afios. Enfrente de mi casa hay un pasaje y en él existe un kinder. Seguro de la mano de mi madre, camino hacia el encuentro con la ciencia. Y al salir de la casa y voltear veo algo ins6lito para mi mente virgen. Un hombre rebusca en la basura. Asombrado le digo a la que me abre a la vida: “Mira mam4, qué hombre tan cochino” “No digas eso, hijo mio", dijo aquella que me engendré a lo sabio. “No es un hombre sucio, el pobre tiene hambre". "Y eso qué es 2" Atin no la conocfa, al hambre compafiera de la vida. Me lo explicé mi madre. Se me asombré mi alma. Llegué a la escuela y mi recuerdo se junta en ese mismo dfa (sin duda fue otro dia). Del salén me iba yo al juego. Me pars la sonrisa y la palabra de la monja: "Alejandro pon ahf tu almuerzo, siéntate un momento. No te estoy castigando. Yo quiero hablar contigo". Me sent{ grande, importante. Salieron mis compafieros hacia el juego y me quedé expectante allf en el asiento, Enfrente mio, el almuerzo, Pan con no recuerdo qué y un plétano, Un plétano maduro al que quise deshechar hacia un momento. Al lado mio of la voz todavia risuefia, aqui en mi entrafia esencia de mi vocacién, balbuceo eterno, ansia de amor que lo abarca todo. La monja habl6 dei hambre. Del hambre del hombre, del ser que de hambre muere, del incontable nimero de hambrientos. Jesucristo era hambre. El Cristo se hizo hambre. Siguié abriendo mi alma a comprender el misterio. Me sentf cual el villano, e! malvado del cuento, cuando me dijo si no comfa el plétano, comeria otra cosa, y le estaba quitando a mi hermano su sustento. Cuando, concluyendo su razonamiento, me dijo que tenfa que comerme el plétano, ya no pude comerlo, ya lo habfa comido. Mi Cristo, el escupido, el vendido es el hambriento, el que busca en la basura por el hambre, CAPITULO IV EL SIN NIDO 1972, tal vez, 1973.Es un verano. Vacaciones. En un baldio. Después de un maravilloso encuentro con nifios, intenso a ellos, intenso a El. Cuando el primer grupo de chavos de la calle est integrado ya en el hogar primero, cuando su modo de actuar es una interrogante permanente a mi entendimiento, a mi espfritu enraizado en El, llamado por El, en un retiro me decid. Una vez. asegurados mis hijos en la casa, con Dolores, la tia amorosa, me fuf a vacacionar a mi baldfo. Mi baldio. No hace mucho fuf de nuevo alld, todavia existe. Mi baldio. Mi Cristo. El Cristo del baldfo. Fut al baldfo para encontrarme con El. Yo atin no lo sabfa, Después de unos dias el gran desafio. Mario lo dijo: "Yo creeré que eres sacerdote si dices misa en esa Iglesia". :Por qué ah?” porque de ahf siempre nos corren", fue la respuesta, Fuf, no sin antes invocar al Padre mfo. Me acerqué al sefior cura, Je pregunté: ";Podrfa decir misa?" Me mir6 de arriba a abajo, de hito en hito. Llevaba yo varios dfas ia calle. Me habfa lavado la cara, las manos, mas la ropa, la gura toda apestosa, traslucfa el baldfo en el que estaba, Su mirada de asombro fue creciendo. inal respondié: "Mire sefior, las misas se apuntan alla" Yo", dije yo, reafirmando mi posicidn primera. "Yo vengo a decir misa, soy sacerdote". Para aliviar la duda del sefior pérroco le hablé en latin, que no te escribo aqut para no hacerme pedante, Le dije en la lengua del ayer, el misterio amoroso de hoy. Después de oir mis latinas razones, de explicarle el por qué de mi figura, de c6mo vivia en la calle con los nifios callejeros, me pidi6, en correcto espafiol, por mis papeles. Le contesté, libre ya de los latines, diciendo asi: "Si trabajo con ellos en la calle, no voy a ir con mi valiz con todos mis papeles. No llevo. Pero mire, falta casi una hora para la misa de 11, que es la siguiente, mi superior vive en tal lugar, (le dif los datos), le puede llamar, le dice que soy un sefior pelén, bar- bén y_muy sucio, Con estas sefiales le dird:-"Sf, es él"- Todavia dudaba, me mir6 y me espet6 la pregunta: "ZY la dignidad del sacerdocio?” Lo miré con ternura y le respondf con el Cristo mio, el Cristo del baldio, el sin nido. "Y la dignidad del Hijo Eterno del Padre, que baja de lo alto del cielo, se hace hombre y exclama: "los péjaros tienen sus nidos, las zorras sus madrigueras, el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza", Cuando Jess se levantaba después de dormir en un campo de aquella tierra llena de polvo, como era Hijo de Dios, la tiinica le quedaba limpia y sin una arruga. Aquf viene Jestis, tal como vivia en’ su tierra, usted me lo mira de arriba a abajo, y le dice: no tiene. No me dejé terminar, me dijo: "Diga misa". Que bella misa aquélla, Aiin recuerdo a ellos, los corridos del templo, alld en primera fila, ahora los duefios. El Cristo del baldfo, el sin nido. CAPITULO V EL INMOVIL El Cristo quieto, inmévil, Lo conoct hace afios. Lo acompafiaba su esposa. Lo vi en varias reunio- nes. Pedian oracién. Pedfan sanacién, El cuerpo cada dfa més inmévil. La enfermedad iba creciendo. Otros sanaban, él no. Dios escuché la oracién, ‘Quedé inmévil en absoluto, quieto, s6lo los ojos y la lengua vivos. El alma cada vez més viva, mds fuerte, m4s poderosa, més luminosa, ms bella, Dios escuché la oracién. Inmévil, quieto. Como sabia amar. Su esposa, después de varios afios, 12, 13, ella recuerda mAs que yo, lleva 3 afios muerto, 4 afios ya muerto, Ella lo sigue lorando. Sus hijos crecieron fuertes, hombres, conscientes, ‘Tuvieron padre, inmévil, quieto, pero jqué padre! Parece chiste. Siempre tuvo tiempo de escucharlos... Este mi amigo vivia en Puebla, yo en México. Tha a verlo de vez en cuando. Me ayudaba mucho, Engendraba en mi 20720 de vida, alegria en la lucha, fortaleza en la debilidad. Un dfa le dije: "Te voy a poner un apodo". "{Cudl", me pregunté. "Fundamento", "Por qué fundamento?* "Cimiento, fundamento, la base de un edificio es lo que menos se mueve, como ti”. Refmos los tres, ella, él y yo. A veces le reclamaba en mis visitas: "Me estas fallando, tengo problemas". EI se disculpaba "S{, €8 cierto, pero no creas", me decfa, "sigo firme”. Qué bello, E1 Cristo inmévil, quieto, el que no puede. Recuerdo un da estando yo en la casa, le vino un amago, como de muerte. Llevaba varios afios ya asf. La esposa, la amada esposa, se puso histérica ante el temor de perderlo, Me puse a orar'y legé la paz de nuevo y siguié siendo mi base, fundamento. EI Cristo inmévil, el de la cruz, el que no puede nada, lo insultan, Jo desprecian y El no contesta, Ya vas conociendo mi Cristo escupido, vendido, el sin nido, el hambriento y ahora el inmévil. CAPITULO VI EL PRESO Abril de 1985. En un taxi me dirijo a una de las casas, Estamos casi Ilegando al destino y el taxista me dice: "A usted no le voy a cobrar". Le digo:";Por qué?, {Por qué no?" Me contest6: "Yo soy del Reclusorio Norte”. Ah, me sonref. El de la Navidad, y le afirmé: "Fue bella aquella Navidad". Me contest6: "Sf, aquel dfa cambié mi vida". Te preguntards lector amigo, qué pas6 aquella Navidad en el Reclusori¢ Norte. Estaban ellos y yo y un par de hermanos de esos de la pastoral peniten- ciaria, Era el lugar donde estaba los, vamos a llamarlos asf, nuevos. ‘Tabfa bastantes. Les pregunté: "A cudntos de ustedes les han partido la madre?” La mayorfa levant6 las manos. Yo afirmé: "Jestis dice; a mi también". "A cudntos les han escupido en la cara?" Pocos levantaron la mano, Yo affad, "Jestis dice: a mf también". "ZA cudntos les han insultado y les han mentado la madre?" Varios también Ia levantaron. "{Cudntos de ustedes han pasado hambre?* La mayorfa levant6 la mano, “Jestis dice; yo también." ",Cudntos de ustedes tuvieron que huir del pueblo porque el cacique los buscaba para matarlos?" Unos cuantos levantaron la mano, Afiadf: "Jess dice; yo también". * {Cudntos de ustedes durmieron en las calles porque no tenfan en dénde?” De nuevo se alzaron manos de presos. Y volvi a afiadir: "Jesis dice; yo también". "A cudntos de ustedes los metieron en Ia cércel?" ‘Todos levantaron las manos sonriendo y cotorreando. Afjadf: "Jess dice; yo también” "jA cudntos ..." Siguieron dos o tres interrogantes més y a todas ellas la afirmacién. “Testis dice; yo también” Se hizo el silencio. Elocuente silencio. Locuaz silencio. Elevé mis ojos a lo alto, mi mano se alz6 mirando a lo alto de los cielos y el grito se hizo eco de lo profundo del silencio: "Miren la estrella" Nadie mir6 hacia el cielo, la mirada se dirigié hacia lo interno de cada uno. " Aqut baja la estrella al medio de vuestro patio. Ahf esti Jestis con cada uno de ustedes", "Voy a adorar a Jestis". Me arrodillé para adorar a Jesis. Lloraban, lloré. Les desee feliz Navidad. Eso es la Navidad. Jesis viene y desciende a tf Querido lecior, ya vas conociendo a mi Cristo. El Cristo mio esté preso. CAPITULO VIL EL GOLPEADO 1974, Escuela José Calasanz. El que te escribe, director de ella, En el, llamémosle, salén de actos, reunido el alumnado todo. En frente de ellos un niffo, enclenque, débil, temeroso. Les digo a todos. "Ven este nifio?, les tiene miedo. A todos ustedes les gusta sentirse fuertes y lo golpean". ‘Ya me cansé, Quiero que venga a la escuela feliz. Me hago su vale- dor. No me gusta pegar, pero el que pegue a éste, queridos hijos (siempre he tratado de hijos a mis amados alumnos), le pegaré yo. {Entendie- ron?" Todos dijeron que sf. Se fueron a sus salones, siguié el ritmo vivo de la escuela, el abrirse de ellos alos conocimientos y lleg6 el recreo. Lo vf, encogida el alma, el golpeado, el otro detris. Me acerqué indignado, le df un bofetén al otro, perdié el equilibrio y cayé en el suelo. EI que lloraba me dijo, entrecortadamente por los sollozos: "Este me estaba consolando". Me arrodillé ante él, le dije: Perdona hijo”. Me miré la victima mfa, al que yo juzgué victimario. Qué mirada, ternura, alma gemela a la mfa. Comprensién plena. En una palabra, amor. Mientras me miraba sonrefan sus labios. Con una palabra lo expres6 todo, "No me dolié". Varios muchachos estaban ya alrededor y grité: "Que traigan al que sf fue". Entre cuatro, temeroso, livido, me lo trajeron. Lo vi. Desarmada mi alma le dije: "Que suerte que tienes. Después de ese bofetén tan injusto ya no puedo pegar. Pero la pr6xima vez..." Cort6 el nifio temeroso el suspense, Ia amenaza, diciendo: *Ya no habré proxima vez". No la hubo. El Cristo golpeado, sf, los ojos tapados, el rostro escupido, los macizos golpes, la cruel burla, el pitorreo. ;Adivina quién te peg6? El Cristo, mi Cristo est4 golpeado. De la mano del Cristo golpeado, pasemos al siguiente capitulo, el despreciado. CAPITULO VII EL DESPRECIADO Séquese. Séquese. Séquese. Y ahf va un nifio corrido, Y ahf va una niffa corrida. Ahf va un obrero hecho un reclamo, corrido. Ahf va un ser despreciado, humillado. 1Cuéntos? 2Cuéntos son? TG que me lees, {Cudndo te pas6? El hombre para sentirse fuerte en su debilidad domina al débil, se siente grande. f Retino fuerte la voz del cémo definirlo, voluptuoso, engreido, hipécrita Y pongo tres puntos... y definelo ti. Herodes; el loco, esté loco, Estaba esperando circo, un show, se encontré con un hombre de verdad. Algo divino. Se encontré con mi Cristo, el escupido, y lo definié de otro modo nuevo. Despreciado, el loco y toda la jaurfa aullé al unfsono, a la voz del amo, el loco. Esté loco, loco, loco. Séquese. El humillado, el despreciado es otro de los aspectos del Cristo mio. CAPITULO IX CRISTO EL ULTIMO Lo dice la Palabra, lo anuncié Isafas: "Soy un gusano y no un hombre". Todo el mundo se burla... Lo dijo Pablo, siendo de condicién divina se anonadé a s{ mismo y tom6 condicién de esclavo. Lo intuyé Pedro, cuando el Cristo quiso lavarle los pies y lo acepté ante la amenaza del Cristo de no tener parte con El. Jesis el sitimo. ‘Como que el Padre Bterno, el Hijo y el Espfritu quisieron manifestar su amor al tiltimo de los hombres, a cada ser humano, por eso el Hijo al hacerse el Cristo descendié y fue el dltimo de todos, para poder anunciar al iltimo de los hombres que Dios lo amaba a él. Jests el ditimo. Por eso lo anuncié. "Lo que hagan a uno de los més pequefios me lo hacen a mi". Mi Cristo, el Cristo mio es el dltimo de todos. Me gusta por ello buscarlo en los diltimos lugares. Reconocerlo, servir- lo en el dltimo humano y encontrarme con El. En un templo pregunto a la gente: "esis esté arriba de ustedes 0 debajo?” La gente se mira, me mira, como sin entender la pregunta. La repito. Tests est arriba de ustedes 0 debajo?" La respuesta es: "Arriba". Me empiezo a dirigir a un cristiano con una pregunta: "A tf te han escupido en la cara?” "No" “A Jesus sf. Est4 dedajo tuyo" "ZA tf te han golpeado, te han partido la madre?” No? "A Jest sf. Esté debajo tuyo". "Tu has pasado hambre?” "No". “Jess sf, Esta debajo tuyo", "(A thte han vendido? "No". “A Jesis si. Est4 debajo tuyo". {VA tte han metido en la cércel?” “Not “A Jestis sf. Estd debajo tuyo". "Ti, dénde naciste?* La gente acostumbra contestar con el lugar del nacimiento, Entonces concreto més la pregunta: En un hospital o en tu casa?". La respuesta mAs general es en un hospital. Yo contesto: "Jess nacié en un pesebre, como un animal". Es el signo que puso Dios para indicar que era su hijo nacido entre Jos hombres. Si alguno contesta afirmando en vez. de negando que é! sf pasé hambre, por ejemplo, entonces le digo: “Jestis esté parejo contigo". Luego pregunto a la gente: " {Qué harfan ustedes si ahora se apareciese Jestis aqui en medio?". Las respuestas acostumbran a ser muy variadas y las acostumbro cortar con una afirmacién que les llena de duda y de asombro. "Saben qué harfa yo?" "Le dirfa a Jestis: pasa, acércate, aqui tenemos agua, lévame los pies". Asombro. Afirmacién mfa para remarcar lo asombroso del Cristo mio. "Sf, es lo que yo le dirfa: l4vame los pies”. "Para eso vino, para lavar los pies de los Apéstoles, los tuyos y Jos mfos, Jest es servidor. Mi Cristo es siervo". Ese es su mandamiento, servir. Es impresionante ese Cristo mio. Puedes, lector amigo, reunir todas las caracteristicas del Cristo mio y te irés acercando a un amor inmenso, profundo, total, infinito. Espero que sigas adelante en la lectura para que llegues a comprender ms al Cristo mfo. CAPITULO X EL ABANDONADO- Mi Dios da asco de ver. Es un gusano, No es hombre. La burla de todos. Un guifiapo. Solo Como que babea sangre. Los suyos lejos, los ms intimos adormilados, més cerca. Esté aplastado. La angustia lo aniquila Sudor que es sangre El poro transmite desde dentro la angustia total. Protesta. Protesta sumisa. "Padre, si es posible, pase de mi este céliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Misterio. Cuando era yo nifio, me imaginaba al Padre con rostro cruel, insensi- bie, casi casi cual sédico. Su voluntad, la sangrienta aniquilacién de su Hijo. Como que no se entiende, @Por qué? Luego serd un grito en la cruz, un grito que resume sin duda el grito d cada ser humano que sufre. Un grito que es sintesis de los gritos de todos los hombres: ELI, ELI, LAMA SABACTANI. La Escritura, cuidadosa ella de detalles finos, nos conserva el grito tal como El lo dijo y nos lo traduce de inmediato para que lo oigamos a y lo entendamos: *Dios mfo, Dios mfo, zpor qué me has abandonado?” Para mf, todas las otras palabras de la cruz se centran en ésta, primero como causa y razén de este misterio exclamaré a su Padre: "Perdénalos”. El Padre contestar4 enviando el espfritu a un ladrén para que Cristo sepa que el Padre sf perdona, y la segunda palabra del Cristo ser para poder ver el fruto de su amor y de su entrega. "Hoy estards conmigo en el Paraiso". El, el siervo, el Cristo mio, nos dara su madre, lo entregaré todo, afirmard el vacio de su ser en su entrega total, exclamando: "Tengo sed" Y encomendard a su Padre su misiGn, el espfritu, el amor. "En tus manos encomiendo mi espiritu". Entrega total, absoluta, maravillosa, La expresi6n mAs plena es grito: "ELI, ELI, LAMA SABACTANI Mi Cristo es entrega total. CAPITULO XI EL AMOR Raz6n. La raz6n. Amor. Mi Cristo es amor. Solo. Un amor ancho, profundo, amplio, inmenso, total, infinito, divino puede expresar el Cristo mio. Todo el mensaje se reviste de ternura: Carifioso con los nifios.Cémo corrfan al verlo. Tierno, misericordioso con los negados al amor, con los pecadores, con las putas, con las Magdalenas, con el Pedro que niega. Tiemno, delicado con el que lo vende, el que sabe llorar por su pueblo. EL que siendo infinito se hace nada. Mi Cristo es amor. El alma respira la sustancia amorosa de El en cada comunién, en cada misa. Solo hay una raz6n de tanta sin raz6n: El amor. EI Cristo del Getsemani. El Cristo del Eli, Eli... EI Cristo que lava pies. El Cristo s6lo tiene una explicacién: AMOR Amor, que es algo conereto, personal. Se llama Espfritu Santo. Sin embargo, sigue la interrogante. El amor nos hace entender la entrega del Cristo, pero sigue la duda, Sigue la pregunta: gPor qué asf, por qué del sufrimiento? {Por qué el Padre quiso ese sufrimiento? Sf, es cierto, para manifestar la grandeza del amor divino, pero ¢por qué de tanto dolor? Vamos a escuchar al Cristo mio ‘Vamos a tratar que El nos ilumine. Que El nos explique el por qué de su grito. Para esto, lector amigo, pasemos al capitulo siguiente. CAPITULO XIL El abrios lo eleva al hombre a condicién divina. El Cristo mfo es la Palabra, el Verbo. EFFETA - ABRIOS La luz entre las sombras, en las tinieblas, Y la tiniebla cuando se abre a la luz se vuelve estrella. Un hombre sordo no oye. El Cristo mio. La palabra que sale de su boca es una palabra insegura, tartamudea JF! me hace divino. dice la Escritura, EFFETA, El sordo, el que no oye, pronuncia balbuceos de palabra. Como que la palabra nace a medias sin ser hecha. El Cristo lo toma, se hace aparte con él. Con él va.a hacer un signo. Signo de amor. Pero hay algo muy especial en ese signo. Tan especial que, como el grito,nos llega en su palabra, en su lengua, en su idioma, tal cual lo dijo, con la inmediatez de la traduccién, para evitarnos dudas. En medio del signo misterioso reluce la saliva, el barro del origen del; mundo, del humano, La palabra suena, La palabra es viva. La palabra es vida. Cristo que habla en el sordo-mudo a cada hombre, a la humanidad toda: EFFETA, ABRIOS. Un nuevo nacimiento. Una nueva gestacién de cada hombre. La palabra, vida, engendra vida nueva al mudo-sordo. Al que no tiene palabra, Al que no sabe oir la palabra. Y el mundo habla con la palabra nueva y asf el ser humano ya es divino, * Siendo ser divino, El se hizo humano, Siendo humano, qué puede ser divino. El EFFETA, CAPITULO XII TALITA KUM is{ lector; otra palabra viva, sonora, como El la dijo, con su {raduccién correspondiente. Indica algo esencial de la misién Licl Cristo mio, es un Signo. [Un milagro. [Todo milagro del Cristo es signo de su amor. /Es un mensaje. Pero este signo es algo muy especial, profundo, muy divino. Jess lo manifiesta llamando a los tres la Triada consentida, Los del Tabor, los del Getsemani, los del Talita Kum. Hay una nifia jovencita, muerta. Su padre, su madre, los tres y el Cristo. Tres y tres. Los papas y la nifia son signo de la humanidad, la nuestra. Los tres son signo del anuncio de la vida nueva y el Cristo afirma, “la nifia est4 dormida" La humanidad, el mundo nuestro, a veces parece muerto, sin vida, hecatombe. Mas Elo afirma: "tan solo esté dormida” Se oye potente el grito de la vida. Bs la misién del Cristo. EI Cristo, el amante, el pleno de la vida, vida eterna. TALITA KUM. Nifia, muchacha, levanta" La nifia se levanta, resucita. Tiene hambre. Dénle de comer para que viva". El suefio de muert EI mundo sumergido expresa la tiniebla de la vida, la luz desciende y resucita muerte a plenitud de vida, sin ocaso. Resurreccién. El Cristo mfo es vida. Por eso Eucaristfa, el que come mi carne tiene la vida, el que bebe mi sangre tiene la vida. TALITA KUM. Humanidad levanta. Come mi cuerpo, bebe mi sangre y asf el Cristo mfo es mi pan y es mi vino, es mi alimento de vida eterna. Tu cuerpo, cuerpo mfo; mi cuerpo, cuerpo tuyo. Td y yo somos uno. Tu sangre, sangre mfa; mi sangre, sangre tuya. Ti y yo somos uno. Comunién, CAPITULO XIV SEPULCRO MUERTO. Un sepulero es para conservar la muerte, El cuerpo permanece en el sepulcro, Se trata de mantener reminiscencia de vida. Conservar el resto en una permanencia, El pueblo egipcio, las pirémides.Sepulcros grandes. Hay un sepulero muerto, Conserva un recuerdo. Sepulcro vacfo. Es el sepulero del Cristo mfo. El es vivo. Eles vida Lo anuncio Lo vieron, Vivo. Las llagas, expresién luminosa de amor, son luz. Eles vida, Un restaurante, una noche. Pasado el punto cero en el tiempo, inicio de nuevo dia. Cuatro hijos mfos y yo cenamos. Se acerca ella, una mujer hermosa, Me pide darme un beso. Le miro el rostro. La mirada limpia, el rostro sereno, puro. Le digo: "bueno". Me da el beso. Luego le pregunto: "ZY por qué de ese beso?". Me responde: "Hace 7 aiios lo of a usted y aquel dia salf del prostfbulo”. Me sonrié, Ie sonref. Se fue con su esposo que la esperaba, "Destrufdo este templo, en tres dfas ser4 nuevo". /Mi oficina. Entra un muchacho con su mujer, traen un nifio, EI 1o pone en mis manos y me dice: "Padre, su nieto". I alma se conmueve y escalofria mi cuerpo. "Si no hubiese sido por usted, yo nunca hubiera tenido un hijo". |Sonrfo) "Yo no hice nada". (Sonrfe é!) "Gracias a usted, Chincha’. "No, mi hijo gracias a tf y alo que td vales". std enfermo, angustiado, imposibilitado, lleno de odio. in didlogo. ina oracién, amo, ‘epulero vacfo, muerto. | sigue enfermo, pero el alma es vive, ‘antas, tantas, tantas, tantas historias. La mujer desesperada, in didlogo. Vida nueva. Un ser en paz, luminoso. ntes de irse me pide un favor. "Déjeme tocarle la barba". Bueno". .a toca. Sepulero muerto, ' El esté vivo. s doy un mandamiento nuevo. Amaos los unos a los otros como yo los he mado”. CAPITULO XV EL AMOR IL El amor. Qué bello que es amar. Amor divino es. Y el hombre puede amar porque tu imagen es. Todo ser humano es engendrado en la sustancia Trinitaria del hombre. Un esperma, orgasmo de hombre. Un évulo lo recibe. Orgasmo de mujer. Un yo nuevo. Bendicin absoluta consustancial a la creacién de la pareja al ser de pareja. Imagen, la més clara del ser Trinitario. Dios es amor. Todo ser humano, aparte de la bendicién primera, cuando es bautizado, recibe la bendicién del Cristo mio. El bautismo, agua de vida. El bautizado es parte de Cristo. Capaz de un acto de amor eterno, inmenso, infinito. EI ser humano puede amar como divino. ‘Asf puede anunciar al evangelio. La buena nueva a toda criatura. Es bello. Te amo, a todo ser humano. Te amo, a todo lo que existe. Te amo, a todo lo que ocurre. Hermano sol. Hermana luna, Hermano pdjaro. Hermano el enemigo. Francisco. Licenciado Lépez Lopéz de! Consejo Tutelar de Menores. Hace afios de esto. Me habl6: "Hemos de hacer algo. Nos llegan los nifios de la 20 de Noviembre todos torturados". EI médico de allé me avis6 de un nifio. [Pongdmosle Juan Pérez. Lo torturaron. Tenia 9 afios. En vez de meter- le tehuacdn por las narices se lo metieron por el ano, le reventaron los intestinos. /El médico no pudo hacer nada. Muri entre grandes dolores. Le dije: "Yo lo puedo denunciar en la radio, pero yo no puedo decir, ime han dicho", El dijo: "Di que yo dije". ‘As{ Io hice. El General Durazo nos invit6 a un desayuno. Con los micr6fonos. Futmos alld. INos pusieron en una mesita aparte, La mesa estaba llena. Se levant6 él, Me miré desafiante. Entendi el objetivo del desayuno. |Afirméd: “eso no es cierto". Me levanté, ful donde estaba él, le df dos recios golpes en la espalda, como quien saluda, y le dije: "Mi General yo no voy a decir que a los nifios los torturan con el tchuacdn en las narices, yo no voy a decir que los meten en el pozo". Y uf ennumerando torturas y torturas. "Lo que si voy a decir es que a Juan Pérez. lo mataron, No puede hacer- ime decir que no”. ‘Luego me fuf, irritada el alma, con la verdad por bandera. Me dijeron: "Te van a matar”. IContesté: "Estaria bueno, uno todavia no es digno”. Lugo me hice Eucaristfa, en la misa, con el Cristo mio. ISepulero muerto. Le ofrect mi cuerpo, mi sangre a mi Padre, por él. No por el nifio, no. El ya estaba en el Reino. Por Durazo, mi hermano. Es bello. Si llega a leer este libro, que sepa que lo amo. Hay un amor divino, abarca todo ser. Ser perfectos. Como vuestro Padre celestial es perfecto. Elama a buenos y malos. CAPITULO XVI ABBA, ABBA El nifio hebreo, balbucea: "Padre", y suena expresién primera, tierno, suave el ABBA del nifio. ABBA, papé. Balbuceo del Hijo el Eterno al Padre Eterno en boca de humano. Es por el Cristo mio, por el cual digo yo Papé al Papa suyo, a Dios Eterno, Esp(ritu divino con potencia infinita en mi ser el humano, por el Cristo} mio, se expresa con ABBA, Papé, al Padre eterno. Ya soy divino. Parte con EL, con el Hijo, en eterna comunién con el Hijo, con el Cristo mio. ABBA. Dios llega también en la cuarta palabra, que nos llega tal como la dijo el Cristo, pero nos llega a través de la Iglesia. Es el espfritu eterno el que la pronuncia en el bautizado. Eco del bautismo del Cristo. Este es mi Hijo muy amado, en el que me complazco. Asif, en mf vive El, el Cristo mio. Soy anuncio de 1a buena noticia, Att, lector, te amo, A tt, la puta, te amo. Att, el preso, te amo, Att, el hambriento, te amo. A ti, el desgraciado, te amo. ‘Ati, mi enemigo, te amo. A tf, flor del campo, te amo. At, accidente en el camino, te amo. A tf, pan que como, te amo. /e amo, Es la vida eterna, No, no es plena, pero ya est en mf. Ansia de muerte. Morir como que es nacer para vivir. ABBA. Papa. Es asombroso. Ahora resulta que en el Cristo mfo soy, ti también, el centro del mundo, Cada ser humano es el centro del mundo, el sol, las galaxias innumera- bles, imposibles de ser captadas por la mente del hombre en su grandiosidad. El Iago, los rios, 1a gota del rocfo, el pez que nada, todo lo hizo Dios para mf. Ahora entiendo a Francisco. Francisco con Fray Leén van a comer en un campo bello, junto a una fuente cristalina, los mendrugos recogidos en el pueblo cercano, Francisco bendice a su Padre, le da gracias por el banquete. Fray Leén se lo mira como quien no entiende, y le dice: "Est bien que demos gracias a Dios, pero cual banquete?”". Francisco lo regafia tierno y amoroso: Pero qué {no ves la mullida alfombra de pasto? Pero qué no ves la cristalina y pura agua? Pero qué no ves la extraordinaria lémpara maravillosa, el hermano sol? Fray Le6n se fue abriendo a la grandiosidad de la visién de Francisco, cl hombre que no tenfa nada y todo el mundo era suyo, hecho para él. Amor. Un amor tan grande que abarca todo ser con sus imperfecciones, con sus negatividades, con sus bisquedas a través de las cosas para encontrar grandezas que siempre baladies. Amor. Sepulero muerto. CAPITULO XVIL PODER Palabra bicéfala Dos cabezas. Dos visiones, Dos sentidos. “Todo poder de este mundo viene del maligno" (San Pablo). “El principe de este mundo (satanés)". /Asf lo llama el Cristo. if eres rey”. ‘ f, 1o soy. Mi reino no es de este mundo". eee } Cristo mfo no tiene poder de este mundo. Me ha sido dado todo poder, ir por todo el mundo. jo tengan miedo, yo estaré con ustedes hasta el final" Maximiliano Kolve. Un campo de concentracién. Una fuga. Diez presos condenados a morir de hambre, El se ofrece por su vecino. El poder lo aplasta como al Cristo. iQué poder mas grande el de Kolv Kolve es, estd vivo y muere trés larga agonfa, en paz. EL hombre humano quiere ser, quiere construirse, Destruye, domina, se siente grande cuando esté encima de otro o de otra. El lema "ser superior a otro”. Poder. En mf hay poder. Es el poder de! amor. Es el que ama de abajo a arriba, con el Cristo mfo, el que descendié hasta el diltimo humano. Qué bello este poder. Quién nos apartard del amor de Cristo, de cémo El nos ama. La tribulacién, no, La muerte, no. La persecucién, no. Los poderes de este mundo, no. Los poderes del averno, no. Nada ni nadie nos podré apartar de ese amor. (Pablo de Tarso). Este es el poder del Cristo mfo, Poder de amor. El amor todo lo puede, todo lo soporta, todo lo perdona. Cree sin Ifmites, espera sin I{mites, confia sin Ifmites. Oh lector, apéyate en el Cristo y ama. CAPITULO XVIII MARIA. Maria lo dijo. Ella, la inmaculada, vi6 este mundo, El él estaba. Era parte de El él. No se sabfa inmaculada, Vefa rifias, odios, robos, el mundo nuestro. Suftfa, oraba, Su oracién era un ansia en su justicia interna y verdadera. Dios envia al que ha de venir. He aqu/ la esclava del Sefior. Ella con gozo lo engendra. Casi no pensaba ni en El, ni en ella, pensaba en la misién de El, Por eso su canto empieza magnificando a Dios. Reconociendo su ilusién, la de la esclava, y cantando gozosa la liberacién, los humillados serén ensalzados. Los hambrientos serén colmados de bienes, Profeta de la vida nueva, del poder del Enviado. Ella vivi6 el amor, todo lo espera,todo lo soporta... José, el justo, Su compatiero en el amor. En el amor del Reino. Patriarca de la justicia del nuevo testamento. No juzguéis, no condenéis.. José, el hombre que ama por encima de la ley. {Cudl ley? Laley ya no es sepulcro muerto, s doy el mandamiento nuevo: "Amaos como yo os he amado". "Dad la vida por el enemigo". El Cristo mfo muere por mf, su enemigo. Me da su vida. ‘Toda ley se hace pequeita. En mi ser el espfritu que clama: ABBA, me hace ser de ley, de vida divina. Cémo va a robar el que ama? Cémo va a fornicar el que ama? La luz resplandece en las tinieblas. as tinieblas ya son luz, CAPITULO XIX ALFA Y OMEGA Principio y fin, En el principio creé Dios el cielo y la tierra, En el principio existfa el Verbo. Hagamos ti y yo un esfuerzo y vayamos antes del principio. Sélo esta Dios. Vive su vida. Dimensién; lo eterno, El instante que no pasa, que siempre es. Dios, Trinidad. Pura luz. Puro amor. El Padre inmenso. infinito, pleno, bello, tierno (pénle y pénle cualidades y nunea abarcarés), Un yo perfecto. Se conoce. Al conocerse engendra un conocimiento perfecto de s{ mismo. ‘Tan perfecto que es persona también distinta e igual. Otro yo. El Padre Eterno en su perfeccién infinita se enamora de ese yo perfecto, infinito, Td eres mi Hijo. Hijo bello, hermoso..." (Haz lo mismo de antes). El Padre no se ama nada a si mismo. Ama el conocimiento de sf mis- mo. A la otra persona, el Hijo. EI Hijo no se ama a sf mismo, ama al Padre que lo engendra, al cono- cerse, Ese amor no son dos, es uno solo. No es posesivo, es eterno. No es creciente, es infinito, pleno en el instante de lo eterno. Se llama Espiritu Santo. Es un ir del Padre al Hijo y del Hijo al Padre. Déjame nombrarlo a ese Dios tierno como el Saciado, el Pleno, el Feliz, la sonrisa eterna. El gozo sin Ifmites. Y Dios, ;Por qué serd?, decide crear. Crear a quién, a mi, a tf, gpor qué? El Padre dice al Hijo: "Hijo, te amo tanto que te quiero repetir”. Y el Hijo le dice al Padre: "Te amo tanto que quiero engendrar millones de seres y en cada uno decirte "papa". ¥ el amor, el espiritu se estremece en un goz0 eterno y el ser impasible, eterno, con un dinamismo infinito en su ser, el saciado, decide crear al hombre. No, no decide crear la humanidad, decide crear cada ser humano, Uinico, tal como es, para lo eterno, para hacer a cada ser tinico, parte de El. Dios no puede crear otro Dios, pero sf puede crear un ser pequefio, diminuto y hacerlo Dios. Puesto Dios a crear, puede crear tantas humanidades posibles, pero decide crearme a mf. Me veo a mf, a mi am6, a mf. En mi oracién permanente con El le grito: "Por qué has hecho este mundo asf, por qué no hiciste un mundo perfecto, qué no ves? ¥ le hablé yo de tantos seres humanos con vidas imposibles de vivir, pero que viven como pueden, Le grité: "Por qué no has hecho un mundo perfecto? Me contest6 con una luz. que me estremece: "Alejandro, si llego a crear un mundo perfecto, jestarfas ti. Sabes por qué hice este mundo asf? Porque te amo a tf tal como eres". Me sent{ culpable, me sentf gusano. Me sentf la causa de todo el sufrimiento del mundo mio, del mundo tuyo, del mundo nuestro. Entiende lo que te estoy escribiendo. Entiende al Cristo mio, el ditimo. Dios creo el mundo como es. No, no se le escapé. El hombre no destroz6 el mundo que Dios creé. Dios bien sabfa el destrozo que iba a hacer el hombre. El que vive en lo eterno sabe antes de engendrar al ser humano en el espacio y el tiempo, lo que este ser humano va a decir, va a hacer. El e6mo, eso si yo no lo sé. Pero El lo sabe. Te vid a ti, me vié a mf. Vié al enemigo. Vi6 a la victima del pecador. Y en cada ser humano el Padre vié a su Hijo el Bterno. El Hijo le dijo al Padre: "Padre, te amo tanto que vamos a engendrar esta humanidad, este nos va a poner al brinco". A veces pienso que nuestra pequefiez y nuestra maldad le dié ternura a Dios. El Hijo le dijo al Padre: "Hagamos a este ser humano y en la grandeza de nuestro amar nos acercaremos a nuestra victima de nuestra decisién amorosa, y yo te podré amar de una manera que no te pueda amar en nuestro mundo pleno de saciedad”. Iré al mundo del hombre al que vamos a engendrar en nuestro amor. Y seré el tiltimo. A ti te amaré de una manera nueva, como enemigo tuyo, ¥ los traeré junto a tf. EI Espfritu se moverd desde el origen del mundo entre las aguas. Dios decidié crear a millones de seres humanos libres, sabiendo ue en su libertad iban a ser pecadores. Y asi donde abundé el pecado, sobreabundé la gracia y el Hijo pudo dar gloria al Padre, expresando con su amor la respuesta de Dios al interrogante de cada ser humano. De cada por qué... Por eso el Hijo, desde el ser humano Jestis, viene a dar la gloria al Padre, a glorificar al Padre, a hacer entender al hombre el porque de un amor tan grande que engendré un mundo de seres humanos que libremente se harfan pecadores, lobos, los unos de los otros, para traer el mundo eterno al mundo del hombre y poder convertir a cada hombre en parte de Dios. Una reunién de nifios, yo en medio de ellos, es el COI, el Hogar Uno, donde empieza el proceso. Los vecinos, como siempre, en contra, Doce nifios, trece, no recuerdo el niimero, y yo en medio de ellos ensefidndoles el amor. Diciéndoles: "Tienen que perdonar a sus paps, sus papas no sabfan amar, por eso eran asi", Un nifio me mir6 y me dijo: “yo no tengo que perdonar a mis papés, mis paps son asf, yo al que tengo que perdonar es a Dios". Le pregunté extrafiado: "A Dios por qué?". "EI me los escogié, ellos son asf. No me dié opcién": Ahora sf lo entiendo. En aquel momento no lo entendf muy bien, pero me gusta oir a los nifios. Hay muy poca gente que oiga a los nifios, el mundo esté lleno de necios. Me unf al nifio e hicimos una oracién para perdonar a Dios, Le dijimos asf: "Dios, te perdonamos porque a este nifio, con prepotencia absoluta, noctumidad total, 1o engendraste a una vida imposible". El respondié: "Lo engendré asf porque lo amo y él a sus padres tal como son. Yo no engendré el mal, pero engendré al ser humano libre y bien sabfa yo lo que iba a pasar a este niflo, pero yo ya pagué mi responsabilidad de amor", *{Cémo que ya pagaste?", le preguntamos. "Si, yo envié a mi Hijo a ser el tiltimo, a vivir con este nifio para que tu le anuncies que yo le amo tal como es", Entendf, la vida del hombre es una gestién de Dios. Es el mundo, es el criadero de dioses, cada ser humano tiene la posibilidad de llegar a ser dios. El ser humano engendrado es gestado al ser en el seno materno. Es estado al yo en el proceso de infancia, es gestado al yo social y al sentido de su adultez y de su libertad para que pueda i i de amor, muchas veces engendrar, en el tiempo y el espacio, un acto , muchas en lo obscuro y en lo absurdo y asf pueda engendrar un ser divino y al morir Ilegue a su destino eterno, junto a Dios. ‘ALFA Y OMEGA. Principio y fin en cada ser humano. Dios es el principio y Dios es el fin. ; No, no veas a Dios entonces como a uno que domina. ; Mentiras. Es un ser que engendra seres libres para hacerlos dioses. Por eso s6lo hay dos caminos para el hombre. Dos poderes, el de este mundo y el divino. Por eso, bienaventurados lo pobres, Fey Hh a Por eso el pecado es cuando el hombre dice: "Yo soy Dios". Por eso la virtud es cuando el hombre reconoce su verdad, Ia nada que tu amas y engendras al amar y entonces, oh misterio, se hace Dios por el Cristo mio. : Ahora sf entend{ que el Cristo sea el ultimo. CAPITULO XX EL NACIMIENTO A LO PLENO. ‘Nace un nifio. Nadie sabe que seré guapo 0 feo, listo 0 tonto, rico o pobre, sabio 0 necio, bueno o malo. Todo mundo sabe moriré. Desde el sepulcro muerto, desde el Cristo mfo no hay muerte, no existe la muerte, este mundo es un parto, el parto de Cristo, del Cristo total, son palabras de Pablo el de Tarso. Si cada ser humano no puede engendrar el Cristo en s{ mismo, tiene que engendrar el Cristo en el otro. Como Dioses amor y no se amé a si mismo, porque el Padre no se ama a s{ mismo. Ni el espfritu se ama a s{ mismo; El es amor. No se puede engendrar el Cristo sin engendrarlo en los demés. El amor es unir. Psicolégicamente se dice, y es cierto, que nadie puede amar si no se ama a s{ mismo, ‘A mfesaafirmacién me pone nervioso, me inquieta, me gusta transformar- la en otra afirmacién desde el Cristo mio. Nadie puede amar si no es amado antes, eso sf. El verdadero amante recibe amor y ama, no se ama, no necesita amarse. El amor del amado lo estremece. Lo define, lo hace pleno y al ser uno engendrado en un amor inmenso, infinito. El Cristo en su amor infinito que desciende a lavar los pies de uno. Uno, al ser amado asf, no puede amarse. Contesta con un amor que es arse, con una plenitud de entrega que es un desasosiego, hasta queal alma llega de manos de la amada hermana muerte, al encontrarse con el amante, con el amado pleno. Es bello entonces el combate, la lucha, la tortura y hasta el desasosiego del alma para poder amar y estar con El, con el espiritu pleno, con el que se cio, Por eso claramente lo afirmé el Cristo: "Lo entenderdn todo cuando les envfe mi espfritu, El los haré entender todo Jo que yo os he ensefiado". ¥ asf, el buen Pedro, el de los tres, no seré un sf hasta la muerte en cruz, Y seré el pastor, el que apacienta, Porque en su humildad, sabré dirigir sin poder de este mundo. Por esa, aquel que le es dado vivir la palabra, es un amén al camino y Id Que ocurre es un amén a la cruz, ala tortura y a la muerte. Porque, quer lector, el sepulcro esté muerto, esté vacio. El es vida, vida eterna, Este mundo entonces tiene una belleza exclusiva que no estd en el mundd pleno, y es el combate, el poder amar al que hiere, el poder vivir la vid Y superar la muerte. Cuentan de Ignacio, el de Loyola, que estaba viejo y se le aparecié el Crista y le respondié aquel intimo suyo. * Te vienes ya conmigo? ". ¥ le respondié Ignacio: "Ti sabes. Pero sabes que, mientras tenga fuerzas, mientras pueda segui luchando por tf, déjame estar aqui un tiempo mds. Luego es el puro gozo y allf ya no podré luchar més por ti ". Y asf la luz de las tinieblas ha convertido las tinieblas en luz, convierte el combate, Io horroroso, en luminosa ofrenda, CAPITULO XXI EL REINO DE LA LUZ. Un dfa. Una boda. Y Ilegaré la muerte. El nacimiento, la boda y el banquete. Y llegaré yo al Reino; la muerte bella, al morir se ve la luz. Riete del sol, ahora sf se ve la luz. De los sentidos el més profundo es el odo, es el que més directamente conecta al cerebro. Al morir, el :iltimo contacto con el mundo es el oido, Como que el espiritu ya oye en el seno materno, o si quieres, ya siente el seno materno. El hombre se va poco a poco. Pierde el ver, pierde el tacto, no hay catalepsia sin que el cataléptico oiga. Al irse el alma del camino ve, como que no oye, todavfa ve la h La luz lo mece hacia una paz. que se siente. Y que serena el alma, el al ue piensa ya sin neuronas, repasa en un instante toda y, mecido por la h seva trasella. Hacia la boda, la unién eterna con el amado. De otra man a lo fntimo, con la vida del papd que nos engendra aqu{ en el Cristo mi en un espfritu que a todos hace uno. A quien, rota lz barrera de la muerte, al revivir el cuerpo lo regresay tod los que han vivido esta experiencia hablan de una puerta, un hasta aquf, Ifmite entre ta vida y la muerte. Hay quienes, felices y bienaventurados, ya no regresan, y son la mayorta. arten hacia la luz y Ilegan al reino de la luz, No, no es quimera. En llegando se contempla la reina, lena de luz. Y un asombrado dice: "Que bella luz". Y ella contesta: (el oido ya oye, el cuerpo resucita paulatino). Dice Marfa: "Esta luz tan bella es para t1". Allld nadie dice yo. All nadie dice es mio. Todos dicen, para tf. El goz0 de uno, el otro lo goza. Todo es comunién, De la mano de ella, el Cristo Juminoso es el que més luz da. El da la luz eterna, No domina. El poder de este mundo feneci6. Todo es un canto. Sélo hay un espiritu, La dimensién, lo eterno. E1 ABBA, balbuceo del niffo, se convierte en el pap ya pleno, el del Hijo, el eterno y el ser humano sin perder su esencia ni su ser, se encuentra al fin con su verdad, su yo. Se descubre y se define y se conoce pleno y dice al Padre: "Ya sé quién soy, el todo para tf, la nada que ti amas, tu Hijo". Y la palabra de este mundo muere; ni el ojo vi, ni el oido oy6, ni cabe en el entendimiento del hombre lo que es el reino de la luz eterna, Qué bello seré el contemplar allé al enemigo de uno, viviendo el gozo del amor sin fin, el de mi padre Dios. EPILOGO Querido lector, amado hermano, ti y yo, por ese Cristo mio, el que mat6 el sepulero de la muerte, tenemos una cita allé en el reino. Ahf espero encontrarte, Si no nos vemos antes, hasta el Reino. Bendito el Cristo mio.

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