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INTRODUCCIÓN AL AIKIDO

Aikido es un Arte Marcial Japonés desarrollado por O’Sensei (gran maestro) Morihei Ueshiba. El nombre
de este arte proviene de los siguientes ideogramas:

Ai: representa a la armonía o desarrollo natural de los fenómenos,


Ki : refererido a la esencia vital; la energía propia de todo ser y de la naturaleza misma. Similar al
concepto de Chi en China o Prana en la cultura de India.
Do: es la senda, camino o manera de actuar ante la búsqueda de un determinado objetivo.

Así la interpretación de Aikido podría ser “el camino en que logramos la armonía con la esencia
energética propia de la naturaleza”.

O’Sensei luego de una intensa búsqueda personal del verdadero significado de Budo, o vía marcial, nos
plantea este arte de vida que nos invita a experimentar una constante renovación personal, un intenso
trabajo físico, un permanente estímulo a la flexibilidad de la mente y nos desafía a descubrir hasta donde
pueden llegar nuestras capacidades.
Morihei Ueshiba nació en la ciudad de Tanabe, prefectura de Wakayama, en 1883 y tras ser un niño con
tendencia enfermiza logró una vida excepcional en la vía marcial. Estudió diversas artes de combate
llegando a dominar, además, diversos estilos de armas, como sable, bastón, lanza y bayoneta. Su
incansable búsqueda lo llevó a ser reconocido como uno de los mejores exponentes de artes marciales de
Japón y su particular visión espiritual lo condujo por un camino de evolución inigualable hasta su
fallecimiento en 1969.

La raíz técnica de este arte se encuentra en la antigua disciplina del Aiki-jujutsu, de la escuela Daito, y a
partir de estos movimientos evolucionan los gestos circulares del Aikido. El objetivo es no oponer
resistencia a las intenciones de agresión, sino más bien recibir cada ataque como una situación a resolver
de manera natural. Los movimientos del Aikido permiten conducir la agresión para controlarla a través del
bloqueo de articulaciones y/o proyecciones, según sea el caso. Lo primordial es resguardar la integridad
propia y lograr que el adversario comprenda por sí solo que su ataque es inútil y que se puede hacer daño
con sus propias intenciones.

Bajo el amparo de una enseñaza tradicional, la práctica marcial pasa a ser una actividad recomendable a
hombres, mujeres y niños de cualquier edad. El Aikido en particular, promueve un arte y una filosofía de
vida basada en el autoconocimiento y un constante desarrollo personal. A través del ejercicio corporal el
estudiante se da cuenta de sus limitaciones físicas y mentales. Aprendiendo de sus fortalezas y debilidades
se potencia el trabajo en unidad de cuerpo y mente, se incentiva la búsqueda de una integración global y un
camino al crecimiento personal. La autoconciencia y la práctica de correctos métodos de respiración
permiten descubrir los estados energéticos que todo ser posee y en muchos casos se estimulan nuevas
sensaciones a través de la aceptación del flujo natural del Ki. El Aikido conjuga todas estas ideas buscando
la armonía con todo lo que lo rodea, personas y medio, llegando a niveles de compresión que nos hacen
entrever con más claridad el principio fundamental: “todo el universo comparte la misma esencia
energética”.

Autor: Michel Manghi Haquin


Profesor de Aikido
SHINSEN DOJO
Santiago - Chile

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