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2008
Palaeontologica
Palaeontologica Nova
Nova
Comité editorial:
Zain Belaustegui
Jaime Cuevas-González
Laura Domingo
Jorge Esteve
Ana Rosa Gómez Cano
Daniel Gómez Fernández
Manuel Hernández Fernández
Ángel Páramo
2008
Palaeontologica Nova
VI EJIP
PALAEONTOLOGICA NOVA (VI EJIP)
Publicaciones del Seminario de Paleontología (SEPAZ)
Volumen 8
Editor de la Serie
Guillermo Meléndez
Comité Editorial
Zain Belaustegui
Jaime Cuevas González
Laura Domingo
Jorge Esteve
Ana Rosa Gómez Cano
Daniel Gómez Fernández
Manuel Hernández Fernández
Ángel Páramo
Maquetación
Daniel Gómez Fernández y Jorge Esteve
© Los autores
© De la presente edición, Publicaciones del Seminario de Paleontología
© Portada: Cerro de los Batallones, Mauricio Antón
© Contraportada: Casa de Campo, Mauricio Antón
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5
Depósito Legal: Z-1466-2008
Maquetación: Daniel Gómez Fernández y Jorge Esteve
Impresión: Servicio de Publicaciones Universidad de Zaragoza
Impreso en España – Printed in Spain.
Índice
Prólogo
Comité editorial.......................................................................................................................... 13-14
Conferencias
Mecánica de fluidos y paleontología; aviones de ala delta y peces sin mandíbula
Dr. Héctor Botella....................................................................................................................... 21-30
Comunicaciones científicas
Aplicaciones paleoclimáticas y paleoambientales de los estudios mineralógicos al yacimiento
de vertebrados miocenos de Somosaguas
Ángel Carrasco, Sara Sacristán, Guillermo Benítez-López, Daniel Romero-Nieto,
Omid Fesharaki & Nieves López Martínez.................................................................................135-149
Medida del éxito evolutivo de las floras del Paleozoico basada en técnicas de clasificación
numérica
Francisco de Borja Cascales Miñana & Francisco Javier Ruiz Sánchez.....................................151-163
Asociaciones de foraminíferos del borde norte de la Cuenca Neógena del Bajo Segura
Hugo Corbí................................................................................................................................. 183-186
La función social de los Museos: uso de los fondos paleontológicos del Museo de Ciencias
Naturales de Valencia
Maria Lázaro-Calatayud, Belén Lázaro-Calatayud & Margarita Belinchón..............................249-257
Fragmentos de cáscara de huevo del tipo básico Testudoide del Cretácico Inferior
de Zaragoza (Formación Villanueva de Huerva, Hauteriviense-Valanginiense)
Miguel Moreno-Azanza, José Manuel Gasca & José Ignacio Canudo.......................................305-315
Paleontología en la M-30: Estudio previo de los macrovertebrados de la zona del Puente del
Rey-Casa de Campo, Madrid.
Cristóbal Rubio Millán, Henela Burbano Jambrina, Maria Presumido Gallego &
Juan Antonio Cárdaba Barradas.............................................................................................. 381-383
Paleontología en la M-30: Estudio preliminar de los microvertebrados del túnel sur del
by-pass sur, Madrid
Cristóbal Rubio Millán, Maria Presumido Gallego, Juan Antonio Cárdaba Barradas &
Helena Burbano Jambrina....................................................................................................... 385-387
Excursión
Yacimientos de Somosaguas: de la investigación paleontológica a un aula didáctica
Jaime Cuevas-González, Laura Domingo & Omid Fesharaki ................................................... 425-431
Prólogo
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revisión hemos contado con la desinteresada colaboración de 38 investigadores de
instituciones nacionales e internacionales, a todos los cuales debemos un sincero agra-
decimiento por, muy amablemente, habernos ayudado a mejorar los trabajos.
Queremos dar las gracias a todos los compañeros y colegas que nos han echado
una mano y nos han aconsejado tanto a la hora de organizar este congreso como en la
edición de este volumen, aguantándonos en nuestros despachos durante la elaboración
del mismo. Así como a los que desde el primer momento han apoyado el proyecto
del EJIP, ejemplo de ello son las empresas colaboradoras e instituciones que, como
el MEC a través del proyecto CGL2007-30560-E/BTE, han financiado parte de este
evento. En particular, expresamos nuestro más sincero agradecimiento a Mauricio
Antón por habernos cedido parte de su arte con el fin de ilustrar este volumen especial
y el logotipo del encuentro. No podemos tampoco olvidar la gentileza de los cuatro
conferenciantes que han puesto a nuestra disposición su tiempo y dedicación para
mostrarnos sus avances en los temas de investigación en los cuales son expertos. Del
mismo modo, agradecemos a Nieves López Martínez el haber tenido a bien prologar
este volumen especial. No podríamos haber encontrado a nadie mejor para realizar
esta tarea puesto que siempre ha apoyado la labor independiente de los jóvenes in-
vestigadores y, de hecho, ha fomentado el desarrollo de un grupo de introducción a la
investigación en torno al yacimiento paleontológico del campus de la UCM en Somo-
saguas, fruto del cual se presentan varios trabajos en esta edición del EJIP. Por último,
agradecemos a todos los participantes del VI EJIP la confianza puesta en nosotros y la
paciencia mostrada. Esperamos que los inevitables errores que puedan quedar refle-
jados en este volumen no empañen la labor realizada. Nuestra intención era hacer el
mejor trabajo posible, ya os tocará a vosotros.
Los que hemos trabajado para que esta sexta edición del EJIP y este volumen
salgan adelante esperamos que el futuro profesional de todos los participantes sea lo
mejor posible y que sigan trabajando con ilusión para que sus ideas salgan adelante.
Comité editorial
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Los jóvenes investigadores en Paleontología se han organizado por sexto año con-
secutivo y han plasmado sus trabajos y proyectos en este libro de resúmenes extensos,
que tengo el privilegio de presentar. En total los participantes reúnen 32 trabajos de
99 autores, la mayoría de ellos estudiantes de grado o postgraduados en diversas fases
de desarrollo de su carrera investigadora. La diversidad de grupos de organismos es-
tudiados es muy amplia: paleobotánica, micropaleontología, paleontología de inver-
tebrados y de vertebrados (peces, tortugas, serpientes, dinosaurios y mamíferos). Y
no menos amplia es la diversidad temática de problemas científicos abordados: desde
taxonomía y filogenia, a mecánica funcional o a biocronología; desde tafonomía y pa-
leoecología, a geoquímica y mineralogía aplicada a la reconstrucción paleoambiental
de yacimientos paleontológicos. Por último, una importante representación de traba-
jos se dirige a la proyección social de la Paleontología, desde educación y divulgación
hasta museos paleontológicos y patrimonio. Si alguien quiere tener una idea general
de las tendencias actuales en investigación paleontológica en nuestro país, este libro
de resúmenes le permitirá obtener una instantánea muy representativa.
Esta nutrida representación de jóvenes paleontólogos en España, capaz de mante-
ner año tras año el esfuerzo organizador de esta serie de congresos, es sin duda un fe-
nómeno especial, que en mi conocimiento sólo se ha desarrollado en nuestro país. En
otros países existen foros y congresos de Paleontología, pero no un pujante grupo de
jóvenes auto-organizados de forma espontánea y paralela a las Sociedades científicas
de su misma temática. Además de acudir a los congresos de los científicos veteranos,
estos jóvenes han buscado un foro propio en el que conocerse, presentarse y entre-
narse en la tarea de comunicar sus descubrimientos a sus iguales. Y lo han hecho con
un alto nivel de auto-exigencia, solicitando revisiones de sus trabajos a los expertos
y participando en esa dura tarea que es la crítica y valoración de los resultados de la
investigación.
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Podemos los veteranos sentirnos muy contentos al ver esta “cantera” que se de-
sarrolla casi a contra-corriente, en un “mercado” de titulaciones y puestos de trabajo
poco propicio para los estudiosos de la naturaleza. ¿Qué hace que un joven científico
busque desarrollar su carrera investigadora en la ciencia de la Paleontología? Sin duda
que no es por el atractivo de un futuro económicamente boyante, pues la investigación
en general, y particularmente en Paleontología, es un camino con escasas perspectivas
salariales. Tampoco es frecuente que estos jóvenes, urbanitas en su mayoría, hayan
vivido su infancia en contacto con la naturaleza. Si alguien les ha llevado al campo
de pequeños, en general les habrá puesto más en contacto con la fauna y la flora, pero
mucho menos con la gea. Nuestro entorno ciudadano, y ahora nuestras leyes, apenas
permiten a los jóvenes experimentar directamente el descubrimiento de fósiles en el
campo, que es una afición creadora de vocaciones. Entonces ¿cómo acceden los jóve-
nes a la Paleontología?
Supongo que no existe una respuesta general a esta pregunta. A muchos niños les
fascinan los cuentos de dinosaurios y en algunos casos ese interés se prolonga más
allá de la infancia. Si un joven sigue soñando durante su enseñanza secundaria con
descubrir dinosaurios, su familia y sus educadores se encargarán de quitarle esas ideas
de la cabeza y de llevarle a un futuro más realista. Y en el caso de que siga su empeño,
se encontrará un camino lleno de dificultades: pocas carreras, pocos profesores y po-
cas becas se orientan a estudiar fósiles. Pero pongamos que nuestro joven vocacional
sigue adelante con su empeño. Dado que los científicos y los centros de investigación
estamos cada vez más absorbidos por la tecnología, los sistemas de análisis y de com-
putación, y por la creciente burocracia (cada vez más exigente en informes, solicitu-
des y publicaciones) ¿quién puede dedicarse a acercarse a los jóvenes y animarles a
estudiar fósiles?
En mi experiencia he visto casos muy diversos, desde vocaciones tempranas y
espontáneas hasta vocaciones tardías descubiertas a través de un profesor, un aficio-
nado, una feria de minerales y fósiles o del “boca a boca” de un compañero. En mi
caso, yo tenía 10 años de edad cuando leí el descubrimiento del “zinjantropo” en una
revista estadounidense traducida al español (Selecciones del Reader’s Digests). El
relato de las aventuras de sus descubridores (cuyo nombre no retuve), me dejó un
vívido recuerdo aunque jamás pensé en dedicarme al tema. Mientras estudiaba Física,
Literatura o Matemáticas y pensaba ser periodista, creí haberme olvidado de aquel
relato. Pero curiosamente el recuerdo volvió cuando estudiando Ciencias Biológicas,
en las prácticas de Paleontología general, la profesora Alvarez Ramis nos encargó una
búsqueda bibliográfica. Ante mi sorpresa, no tardé en encontrar la referencia exacta
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de aquel hallazgo y de sus autores: la familia Leakey en la garganta de Olduvai. Y dos
años después fui alumna del Profesor Emiliano Aguirre, quien había conocido perso-
nalmente y visitado en Africa a esta mítica familia. Su relato y una excursión al ya-
cimiento de Layna (Soria) bastaron para engancharme definitivamente a esta carrera,
tan original como nueva y apasionante. Hoy, muchos años después, esta carrera sigue
siendo tan poco conocida para el gran público que a los paleontólogos para nuestra
desesperación ¡se nos sigue confundiendo con arqueólogos!
Los paleontólogos somos un curioso producto de las Ciencias de la Naturaleza:
debemos saber Biología y Geología, Física y Química, Matemáticas y Topografía,
Computación y Diseño Gráfico, técnicas de comunicación oral y escrita, varios idio-
mas, preparar viajes y expediciones, técnicas de supervivencia, conservación y ca-
talogación de colecciones, museística, didáctica de las ciencias, educación, política
científica, legislación y gestión de la investigación. Después de todo esto ¿cómo es
posible que nuestra profesión todavía sea confundida por el público en general?
Es una suerte que a pesar de todas las dificultades, el estudio de los fósiles siga
despertando el interés de tantos jóvenes dispuestos con entusiasmo a dedicarle cuanto
esté de su parte, y suele ser cierto que “el que la sigue, la consigue”. Podemos por
tanto felicitarnos del potencial que posee nuestro país en energía y talento de jóvenes
paleontólogos, no menos que en magníficos yacimientos de fósiles como algunos de
los que aquí se describen.
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Conferencias
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Héctor Botella
Departamento de Geología, Facultad de Biología, Universitat de València, C/ Dr. Moliner 50, Burjassot,
Valencia 46100, Spain. E-mail:hecbose@postal.uv.es.
Abstract
In Paleobiology, the functional morphology is the discipline that try to establish the relatio-
nship between form and function in organic systems. Usually, it uses biomechanical approaches
which apply the principles of Newtonian physics and fluids mechanics to the organic matter to
infer the life traits of extinct animals. In this line, our working group is trying to establish the
swimming mode and life habits of the earliest vertebrates of the fossil record, the Heterstracans
agnathan fishes, through biomechanical tools, morphological analyses and experimental tests
in wind and water tunnels, to correlate morphological and dynamical descriptors in these fishes
and modern aquatic vertebrates. The aim of this work is to present a summary of the methodo-
logy used, showing the obtained results and exposing the ongoing works within our research
project.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 21
Botella, H. (21-30)
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Mecánica de fluidos y paleontología; aviones de ala delta y peces sin mandíbula
Figura 1. Los heterostráceos fueron un grupo bastante diversos de peces agnatos que vivieron durante el
Silúrico y el Devónico. Algunos de sus representantes mas característicos; Tolypelepidos (arriba derecha);
Pteraspidiformes, como los Pteráspidos (abajo derecha), los protopteráspididos (abajo izquierda) y los Psa-
mosteidos (arriba izquierda). (de Janvier, 1997).
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Botella, H. (21-30)
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Mecánica de fluidos y paleontología; aviones de ala delta y peces sin mandíbula
Figura 2. Esquema del diseño experimental utilizado en el túnel de viento para el visualizado del compor-
tamiento del flujo a través del modelo de Errivaspis. Las flechas negras indican la dirección del fluido. El
plano de luz permite la visualización del comportamiento del flujo en ese punto determinado. El emisor
de planos luz se puede desplazar longitudinal y transversalmente a largo del túnel. (Adaptado de Botella y
Fariña, en prensa).
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Botella, H. (21-30)
ción continua de la célula y la transfiere rante el nado. De acuerdo con estos en-
a la computadora donde se almacena y sayos, como el animal debió haber sido
procesa (Figura 3). más denso que el agua y carecer de aletas
pectorales, la fuerza de sustentación que
4. Locomoción en Heterostrá- contrarrestaría el peso del pez en el agua
ceos Pteraspidiformes; conocimien- se obtendría por una inclinación del cuer-
to actual y perspectivas. po completo (ángulo de ataque positivo),
actuando como un “hydrofoil” durante el
Los pteraspidiformes han sido ex- nado sostenido. Esta inclinación sería la
tensamente estudiado desde los puntos consecuencia del batido de la cola hipo-
de vista bioestratigráfico, taxonómico y cerca que produciría una fuerza longitu-
filogenético (ver Janvier 1996, y las refe- dinal causando el hundimiento de la parte
rencias allí citadas), pero el conocimien- caudal del cuerpo y el alzamiento de la
to que tenemos de sus hábitos de vida y cabeza durante el nado activo, de acuerdo
estrategias de locomoción es muy escaso. a la Teoría clásica de Harris (1936). Así
En general, los pteraspidos (como tam- pues, Aleyev (1976) y Aleyev & Novits-
bién el resto de heterostráceos) han sido kaya (1983), basados en las aproximacio-
tradicionalmente vistos como moradores nes de Kermack (1943), proponen la idea
de fondo con escasa movilidad y muy de una locomoción “intermitente” para
poca maniobrabilidad debido princi- los pteraspidos, los cuales podrían mo-
palmente a la presencia de un “pesado” verse activamente hacia delante durante
escudo cefálico y a la ausencia de aletas cortos periodos de tiempo, seguidos de
pares e intermedias (e.g. White 1935). momentos de reposo en el fondo (Aleyev
Kermack (1943), fue el primero en & Novitskaya 1983: Fig. 1). Es impor-
estudiar la hidrodinámica de los Pteras- tante hacer notar que algunos de nuestros
pidos usando una especie que podemos análisis anatómicos (Mark-kurick & Bo-
considerar en general como represen- tella 2007) sugieren que, aunque la aleta
tativa del grupo Errivaspis waynensis caudal de los heterostráceos sería inter-
(White 1935), con forma fusiforme, ca- namente hipocerca, esta condición no
beza rígida con placas óseas dérmicas y se vería necesariamente reflejada en una
una cuerpo flexible en su porción distal, asimetría externa en todas las especies.
una única apertura braquial situada cerca Además la acción mecánica de una ale-
de las placas cornéales y una aleta cau- ta caudal hipocerca sobre la estabilidad
dal considerada tradicionalmente como de los peces no esta hoy en día tan “cla-
hipocerca. Este autor realizó un análisis ra” como suponía Harris (1936, ver por
experimental usando un modelo de Erri- ejemplo Wilga y Lauder 2002). Botella
vaspis en un túnel de viento para medir y Fariña (2004) reevaluaron los datos de
los coeficientes de arrastre y sustenta- Kermack y sugieren que Errivaspis solo
ción, con el fin de explicar el significado necesitaría mantener un ángulo de ataque
funcional de la cola hipocerca (entonces positivo para nadar a velocidades muy
considerada universal para el grupo de bajas mientras que una posición próxima
los heterostráceos) en la estabilidad du- a la horizontal sería más probable en tér-
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Mecánica de fluidos y paleontología; aviones de ala delta y peces sin mandíbula
Figure 3. Representación esquemática de los test realizados en el túnel de agua. El tubo flexible se inserta a
través de la parte ventral y asoma en la apertura branquial. Se testaron dos situaciones distintas; direcionado
hacia abajo (d) y hacia arriba (u) actuando sobre las placas cornéales. Otras abreviaciones: cm, centro de
masas; dg, adquisición de datos; ed, dinamómetro externo; m, manómetro.
minos energéticos para un nado de rutina & Fariña 2004) basado en algunas con-
prolongado a velocidades mas realistas. sideraciones biomecánicas y en análisis
Por otro lado, Belles-Isles (1987) su- morfológicos, evidencia que Errivaspis
giere que estos peces debieron mantener caería dentro del grupo de los peces es-
una locomoción periódica sostenida, a pecialistas en aceleración. Este grupo usa
altas velocidades, como en los actuales su eficiente forma y su aleta caudal para
atunes y escómbridos, basados esencial- acelerar y cambiar de dirección rápida-
mente en su morfología externa y en su mente, que es consistente con su activo
centro de masas situado anteriormen- modo de vida en busca de pequeñas pre-
te. Además, este autor infiere una baja sas o para escapar de sus depredadores.
maniobrabilidad debido a la ausencia Y que, a diferencia de lo sugerido hasta
de aletas pectorales. Así pues, propone ahora, algunos de estos peces podrían
que Errivaspis debió de ser un filtrador haber maniobrado eficientemente por la
transoceánico migratorio en busca de eyección diferencial de chorros de agua a
plancton para alimentarse. En contraste través de las aberturas branquiales modi-
con esta idea, nuestro estudio (Botella ficadas que poseen, y que podrían obtener
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Botella, H. (21-30)
una eficiente estabilidad durante el nado dad hidrodinámica durante el nado de es-
por diversos mecanismos (Botella & Fa- tos agnatos primitivos.
riña 2004). Adicionalmente, los análisis La biomecánica es actualmente uno
en algunas especies de Pteraspidomorfos de los campos de mayor interés dentro de
(Botella y Fariña 2007 y 2008) demues- la biología. Este interés creciente está en
tran que el escudo cefálico de estos peces gran parte debido a la importancia del uso
induciría un flujo vortical muy parecido potencial de los resultados en tecnología
al que aparece en modernos vehículos y ciencias aplicadas de creciente auge,
aéreos con diseño de ala delta, dominado como la bioingeniería o la biomimética,
por un par de vórtices de rotación opues- que se basan en el diseño de modelos y
ta, aproximadamente simétricos, que se dispositivos que imitan o se inspiran en
crean en el borde de ataque y permanecen “inventos” de la vida, así como en la crea-
pegados a la superficie superior (Figura ción de nuevos materiales y estructuras
4). Esta “estrategia” genera fuerzas de basado en las características anatómicas
sustentación mediante la generación de y fisiológicas de los seres visos. Algunos
vórtices (vortex lift). Teniendo en cuenta ejemplos de los avances en este sentido
que Erriwaspis carece de aletas pectora- son: el radar inspirado por los principios
les y otras superficies de control, las fuer- de la orientación, de los murciélagos; la
zas agregadas por este mecanismo du- luz fría o bioluminiscencia, de los peces
rante la locomoción puede haber jugado marinos; el diseño de estructuras de gran
un papel importante no solamente para resistencia mecánica análogas a las redes
contrarrestar el peso negativo del pez en de los arácnidos; la bioingeniería de las
el agua, sino también como una fuente proteínas (nuevas caseínas), etc. En el
de maniobrabilidad. Los trabajos que se caso de los Pteraspidomorfos, los avan-
están realizando actualmente se centran ces en el estudio de su hidrodinámica,
principalmente en la cuantificación de maniobrabilidad y estrategia natatoria
las magnitudes de las fuerzas generadas pueden ser una fuente de conocimientos
por vórtices longitudinales en la superfi- para la inspiración del desarrollo de vehí-
cie dorsal del caparazón de Errivaspis y culos sumergibles biomiméticos autóno-
otras especies de pteraspidos, así como el mos donde integrar por ejemplo cámaras
análisis del modo en que los “chorros” de visión, ya que, se trata de vertebrados
branquiales afectan a la separación de los con características anatómicas muy pri-
vórtices, produciendo una posible fuerza mitivas, que carecen de estructuras de
de giro para el control hidrodinámico. movilidad amplia, como aletas pectora-
Para ello, se está estudiando la velocidad les, dorsales o anales, y que debieron de
de los fluidos, la distribución de las pre- solucionar los problemas de maniobrabi-
siones y las fuerzas de balanceo en tres lidad por otros mecanismos, que aunque
especies de Pteráspidos bajo diferentes quizás menos eficientes, son más aplica-
condiciones. Estos trabajos nos permiti- bles a construcciones navales donde estas
rán comprender mejor el significado que estructuras tan especializadas se presen-
la armadura cefálica tenía en la estabili- tan imposibles de reproducir.
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Mecánica de fluidos y paleontología; aviones de ala delta y peces sin mandíbula
Figura 4. Reconstrucción del campo de flujo sobre el escudo cefálico de Errivaspis a un ángulo de ataque
de 5º (arriba) y sobre un avión con ala delta (abajo)
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Botella, H. (21-30)
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Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The Cambrian Explosion was a main episode in Earth’s history. After the origin of life it-
self, this was probably the bioevent leaving a deeper impact on the planet. For Charles Darwin’s
concern, geologist from as early as the XIXth century paid particular attention to the sudden
appearance of abundant fossils in Cambrian strata, the majority of them showing remains of
a skeleton. The find of fossil localities at several continents showing strange fossils below the
oldest Cambrian rocks led to interpret these as early representatives of extant major biological
groups. Alternative views look at the Ediacara biota as an early experiment in the biosphere
prior to the Cambrian Explosion.
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Gámez Vintaned, J. A. (31-40)
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La explosión del Cámbrico y sus antecedentes
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Gámez Vintaned, J. A. (31-40)
tos de esta biota hallados en las costas del tuyeron un grupo muy especializado, sólo
mar Blanco (NO de Rusia) desde la déca- emparentado con ellos y que se extinguió
da de 1970 muestran fósiles con un tipo pronto? No lo sabemos con certeza. Aun
de conservación peculiar, siempre ligada aceptando que parte de la “fauna” de
a tapices microbianos, que incluyen casos Ediacara fueran artrópodos, moluscos,
notabilísimos de largas pistas fósiles de celentéreos y equinodermos muy primi-
movimiento, reposo y alimentación deja- tivos y sin esqueleto, todas estas formas
das por géneros como Yorgia y Dickinso- debieron de extinguirse, puesto que por
nia (Ivantsov & Malakhovskaya 2002), el momento (y salvo cuestionables citas
poniendo en jaque la posibilidad de ex- aisladas; Conway Morris 1993) no se co-
plicar toda la biota de Ediacara mediante noce correspondiente alguno en las fau-
la hipótesis de los Vendobionta. Para los nas del Cámbrico ni formas de enlace.
autores rusos –definiendo un concepto Por ello, algunos autores han argumen-
que ha ganado adeptos–, formas de sime- tado que la desaparición de la biota de
tría trirradiada como Tribrachidium per- Ediacara representó la primera extinción
tenecerían al nuevo filo Trilobozoa, un en masa de animales de la historia de la
grupo ya extinto (Fedonkin 1985). vida (Seilacher 1992).
Actualmente, Aspidella terranovica Algunos de estos fósiles neoprote-
se interpreta como el disco de fijación de rozoicos han sido documentados en el
un organismo con forma de fronde perte- Complejo Esquisto-Grauváquico del cen-
neciente a la biota de Ediacara que vivía tro de España (Vidal et al. 1994, Liñán &
semienterrado en el bentos (Hofmann et Gámez-Vintaned 1999).
al. 2008); misma interpretación que por
lo general se aplica hoy a los numerosos 3. El primer Neolítico
fósiles de esta biota vistos antes como
medusas. Con la explosión del Cámbrico, unos
En un mundo así, poblado mayori- mares dominados por tapices microbianos
tariamente por formas microbianas (que dieron paso a otros densamente poblados
formaban extensos tapices en el fondo por criaturas multicelulares, proceso que
del mar), pequeños organismos vermifor- comenzó hace 542 Ma y tuvo lugar de
mes (productores de las más bien esca- una manera rápida. Esta radiación se dis-
sas, horizontales y sencillas pistas fósiles tingue por un cambio en los modelos de
observadas en rocas de estas edades) y comportamiento animal (reflejado por las
criaturas grandes pero inermes, la depre- pistas fósiles), por la diversificación de
dación sería un fenómeno casi inexisten- los animales eucelomados con esqueleto
te, lo que ha dado pie a hablar del “jardín mineralizado u orgánico (que llevarán a
de Ediacara”, en un paralelismo finipre- las biotas de “tipo Burgess Shale”) y por
cámbrico del bíblico “jardín del Edén” la diversificación de los microbios cal-
(McMenamin 1986). cáreos.
¿Fueron los fósiles de Ediacara los El primer cambio que marca la tran-
metazoos precursores de los grupos ani- sición Proterozoico/Fanerozoico es un
males actuales o, por el contrario, consti- nuevo modelo de bioturbación del sustra-
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La explosión del Cámbrico y sus antecedentes
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Gámez Vintaned, J. A. (31-40)
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La explosión del Cámbrico y sus antecedentes
Figura 3. Reconstrucción de la biota del Cámbrico Inferior (Bilbiliense) de Murero (tomado de Liñán et al.
en prensa). 1: Dalyia. 2: Crumillospongia. 3: Stromatocystites. 4: Choia. 5: Planolites. 6: Sericichnus. 7:
Protolenus. 8: hiolítido. 9: Monomorphichnus. 10: Trematobolus. 11: “Lingulella”. 12: Cylindrichnus. 13:
Hamatolenus. 14: Ottoia. 15: Kingaspis. 16: Diplichnites. 17: paleoescolécido. 18: estructura de escape. 19:
Dictyonina. 20: lobópodo (nuevo género). 21: Onaraspis.
les (Thomas et al. 2000). ¿Qué provocó pués de casi 500 millones de años de una
esta súbita diversificación en la base del evolución independiente en linajes que
Cámbrico? Se han argumentado razones han generado arquitecturas distintas. Los
genéticas, ecológicas, biogeográficas, genes reguladores fueron probablemente
etológicas y otras inducidas por cambios los actores más decisivos en este proceso.
geológicos ambientales e incluso astro- La rapidez de este tipo de evolución aún
físicos (Erwin 1993, Crimes 1994). De no ha sido evaluada formalmente pero
entre estas razones, Valentine & Erwin la repetición continuada de variaciones
(1987) han propuesto la posibilidad de bien establecidas (González-Crespo &
una remodelación génica de alto grado Levine 1994) y otras cascadas regulado-
que, de ser cierta, se habría visto favo- ras (Warren et al. 1994) parecen propor-
recida porque el genoma de los anima- cionar atajos en la producción de nuevas
les pluricelulares era entonces menos morfologías. Por eso, hay razones para
complejo que en la actualidad. Según creer que el ritmo de la evolución suce-
Valentine et al. (1999), la mayoría de la dió tal y como sugiere la interpretación
evolución de los planes estructurales se que proviene del registro fósil (Liñán et
efectuó por cambios en los modelos de al. en prensa).
expresión génica. Muchos de los genes Junto a esta flexibilidad genética, por
implicados en el desarrollo de la diver- los datos geológicos que poseemos, es
gencia de los filos se han conservado des- plausible que, con la fragmentación del
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Morales, J. et al. (41-117)
ABSTRACT
The Cerro de los Batallones (Los Batallones Butte) is located in the central-northern area of
the Madrid Basin, central Spain. Nine vertebrates localities containing a large variety of mam-
mals of Upper Vallesian Age (Late Miocene) have been found associated with the sediments
forming the butte. From bottom to top, these sediments consist of magnesian lutite beds (Unit
I), paleosols formed of sepiolite and opal (Unit II), and siliclastic, marlstone and carbonate
beds (Unit III). The set of ERT profiles developed in Los Batallones Butte have demonstrate
that electrical imaging techniques are an estimable tool for the characterization and prospect-
ing of fossil sites developed in fine-grained siliciclastic sequences. These localities contain an
exceptionally rich, varied and well-preserved vertebrate fauna together with invertebrate and
plant fossils. Carnivore species are strikingly well represented at Batallones 1 and 3, and large
herbivore species, such as mastodons, rhinoceros and giraffes, at Batallones 2, 4, 5 and 10. The
taphonomical studies, together with the morphological features shown by the sedimentary fills
of the mammal localities, permit an overall interpretation of these deposits as vertebrate traps.
The study of these localities should offer a significant contribution to our understanding of the
formation pattern of trap-like paleontological sites - which so far have been typically reported
in karstic-type systems -, as well as an important source of paleobiological information about
numerous vertebrate groups.
LÁMINA 1. Figura 1. Situación geográfica, esquema geológico y situación de las columnas litológicas
realizadas en el Cerro de los Batallones. Figura 2. Aspecto de las capas con sepiolita y bancos de silex en la
ladera este del Cerro de Los Batallones. Figura 3. Sección transversal de la cuenca de Madrid mostrando la
topografía durante el Vallesiense en el área del Cerro de los Batallones. Figura 4. El cerro de los Batallones
visto desde el Este. Aproximadamente en el medio de la fotografía puede observarse una estación metereo-
lógica, en cuyos alrededores se sitúan los yacimientos paleontológicos. El cerro está situado en el termino
municipal de Torrejón de Velasco, Madrid.
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Morales, J. et al. (41-117)
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
LÁMINA 2. Figura 1. Columna litoestratigráfica de la parte superior del Cerro de los Batallones con indi-
cación de las tres unidades distinguidas. Figura 2. Características de las unidades distinguidas.
Figura 3. Fotografía al microscopio del sedimento carbonatado que rellena el yacimiento de Batallones -1,
mostrando resto de diatomeas. Figura 4. Sepiolita. Fotografía tomada al microscopio electrónico. Figura 5.
Fotografía al microscopio electrónico mostrando diatomitas en rellenos sedimentarios.
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Morales, J. et al. (41-117)
bién han afectado a sus vertientes, sobre no-alcalino a depósitos palustres edafiza-
las que actualmente se derraman nume- dos y finalmente a sedimentos lacustres-
rosas escombreras de la explotación mi- palustres de agua dulce. Los depósitos
nera. Los análisis de la fotografía aérea que contienen los restos de vertebrados
del vuelo americano, permiten reconocer representarían una cuarta unidad estrati-
diferentes sistemas de paleocárcavas y gráfica caracterizada por la existencia de
“falsos flatirons” (Twidale 2002) a lo lar- facies muy similares a las observadas en
go de su borde occidental, que nos indi- la unidad III pero cronológicamente pos-
can que la extensión del Cerro no ha sido teriores a ésta.
nunca mucho mayor de lo que se observa
en la actualidad. 2.1.1 Unidad I. Facies bentonítica
Desde el punto de vista geológico
existen diferentes publicaciones que Esta constituida por limos arcillosos
abarcan distintos aspectos sedimentoló- y lutitas jabonosas verdes, frecuentes
gicos, mineralógicos y estratigráficos de “slickensides” y nódulos de calcita. A te-
la zona en que se enmarca el Cerro de los cho pasa a lutitas marrón-rojizas masivas
Batallones (Leguey et al. 1985; Pozo et a laminadas (máximo 1,15 m), presentan-
al. 1985; Calvo et al. 1988; Bellanca et do niveles discontinuos de ópalo y nódu-
al. 1992; Calvo et al. 1995; Pozo & Ca- los de carbonato. La asociación minera-
sas 1999; Pozo & López 2004), aunque lógica de la arcilla esta constituida por
la sucesión litoestratigráfica detallada del esmectitas magnésicas e illita que pasan
techo de la Unidad Intermedia del Mio- a techo a esmectitas magnésicas y sepio-
ceno en el cerro no se ha abordado hasta lita, mineral este último predominante a
hace relativamente poco tiempo (Pozo et techo del tramo.
al. 2003a, 2003b, 2004, 2005a, 2005b, Se interpreta como depósitos de lla-
2006, 2007a, 2007b). nura lutítica (mud flat) relacionados con
En la actualidad se dispone de 10 sec- un lago salino-alcalino con aguas ricas
ciones litológicas que son representativas en magnesio.
de la estratigrafía general del cerro (Lá-
mina 2). 2.1.2 Unidad II. Facies sepiolíticas
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
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Recientemente (Pozo et al. 2007b) compleja de los propios rellenos. Los re-
han estudiado el tránsito entre las facies llenos han podido ser clasificados en dos
sepiolíticas y los depósitos de carbonatos tipologías (Morales et al. 2004; Pozo et
de la unidad III. Se ha observado que a al. 2004): 1.- yacimientos profundos con
techo del depósito sepiolítico (unidad II), morfología de copa invertida en los que
se dispone en contacto erosivo un episo- existe una acumulación preferente de car-
dio de aportes en el que se desarrollan nívoros (BAT-1 y BAT-6) y 2.- yacimien-
calcretas y palygorskita, que a su vez, tos superficiales con morfología de copa
también en contacto erosivo, pasa supe- sin invertir, en las que se generan am-
riormente a depósitos clásticos donde son bientes de tipo palustre y lacustre siendo
frecuentes los intraclastos, los minerales característico la aparición de fósiles per-
heredados y la carbonatación en diverso tenecientes a grandes herbívoros (BAT-
grado, para dar paso finalmente a las fa- 3, BAT-5 y BAT-10). Otros yacimientos
cies de carbonatos bioclásticos. Todo ello (BAT-2 y BAT-4) tienen geometrías mas
corrobora un cambio sustancial en las complicadas, en algunos casos asimi-
condiciones paleoambientales, de ma- lables a grandes grietas subverticales.
nera que en el control de las reacciones En la actualidad se han identificado en
mineralogenéticas, el papel de la sílice, el Cerro de los Batallones 11 cavidades
importante en la formación de sepiolita y con rellenos de los que 9 se consideran
ópalo, deja paso a la acción de las aguas como yacimientos paleontológicos. De
bicarbonatadas cálcicas que favorecen el éstos se han excavado o están en excava-
desarrollo de paleosuelos calcáreos con ción BAT-1, 2, 3, 4, 5 y 10. El resto están
palygorskita-sepiolita primero y la sedi- convenientemente aislados y protegidos
mentación de carbonatos palustres-lacus- para su conservación. Por otra parte, es
tres después. de destacar que las prospecciones pa-
leontológicas en el entorno del Cerro de
2.2 Las trampas de vertebrados y sus los Batallones, en la zona sur, ya dentro
rellenos de la provincia de Toledo, han dado lugar
al descubrimiento de cuatro nuevos ya-
Todos los yacimientos del Cerro de cimientos de vertebrados (Valdeinfierno,
los Batallones (abreviados como BAT de El Hornillo y Malcovadeso 1 y 2). En to-
aquí en adelante) participan de las mis- dos estos yacimientos la edad de las aso-
mas características: acumulaciones pa- ciaciones de mamíferos (macro y micro)
leontológicas excepcionales en rellenos indica edades muy similares entre ellos,
discordantes con los sedimentos estrati- atribuibles al Vallesiense superior.
ficados de la sucesión sedimentaria ge- En la identificación de los rellenos se-
neral del cerro (Lámina 3). No obstante, dimentarios, asociados a los yacimientos,
desde un punto de vista paleontológico, ha sido especialmente relevante el reco-
existen diferencias significativas en su nocimiento de estructuras de deforma-
composición faunística, e indicios funda- ción similares en los yacimientos BAT-5,
dos de la existencia de diferentes niveles BAT-7, BAT-9 y BAT-10. Todos ellos tie-
fosilíferos, que indicarían una historia nen en común que se han detectado en su
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
LÁMINA 4. Figura 1. Esquema topográfico de el Cerro de los Batallones mostrando los perfiles realizados
por tomografía eléctrica de resistividades (ERT) durante las campañas de campo desde el 2002 al 2007.
Figura 2 y 3. Prospecciones geofísicas (ERT) durante el verano de 2007 en el área sur del Cerro de los Bata-
llones. Figura 4. A) Modelo inverso 2D del perfil eléctrico (ERT) realizado en la pared norte del yacimiento
de Batallones-1. B) Interpretación geológica de la muralla norte del yacimiento de Batallones-1.
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
LÁMINA 5. Figura 1. Modelo inverso 2D del perfil eléctrico (ERT) realizado en el yacimiento de Batallo-
nes-5. Figura 2. Bloque diagrama de la estratigrafía in situ de las paredes del yacimiento de Batallones-5.
Figura 3. Interpretación sobre fotografía del yacimiento de Batallones-5.
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Morales, J. et al. (41-117)
16 metros pero con muy poca resolución mostrada por espaciados de hasta 2 me-
en la información obtenida. De la misma tros (resolución de objetos 2x2 m: 4 m2)
forma el sistema polo-polo posee mejor ha resultado bastante fiable, mientras que
resolución en la información bajo la ver- las de 3 metros (resolución de objetos
tical del perfil ERT realizado, mientras de 3x3 m: 9m2) identifica estructuras de
que el dipolo-dipolo recoge también in- deformación de gran radio y muy laxas,
formación del entorno adyacente a la ver- pero que no tienen por que tener un ya-
tical del perfil mostrando la existencia de cimiento asociado (como es el caso de
cambios laterales en las resistividades. BAT-8). Por los datos que se tienen hasta
De esta forma cuando se han inves- la actualidad se observa que las zonas de
tigado yacimientos previamente descu- chimenea, al menos en su parte superior
biertos se han utilizado preferentemente (BAT-5, BAT-7, y BAT-9), poseen diáme-
espaciados pequeños (1 y 2 metros) con tros que apenas sobrepasan los 4 metros
dispositivos polo-polo y dipolo-dipo- en el mejor de los casos. Este dato per-
lo conjuntamente con el fin de obtener mite asegurar que los perfiles ERT con
una mayor resolución de la información. espaciado de 2 m están en el límite de
Cuando, por el contrario los perfiles ERT detección de los yacimientos y los de 3
estaban destinados a prospectar una par- m quedan fuera de él. Espaciados de 2 m
cela previa a su excavación por las má- han sido capaces de reconocer disconti-
quinas se han utilizado dispositivos di- nuidades incluso por debajo de capas de
polo-dipolo de mayor espaciado (2 y 3 escombros más o menos potentes (3-4 m)
metros) con el fin de recolectar la mayor procedentes de excavaciones y rellenos
información posible del subsuelo, aún previos de la zona de minas, aunque estas
a costa de la perdida de resolución que finalmente no resultaran contener un ya-
ello lleva implicado. En algunos casos se cimiento (BAT-11, 2007)
realizaron los mismos perfiles con ambos BAT-1 se seleccionó para la pros-
dispositivos dipolo-dipolo y polo-polo pección como ejemplo de yacimiento en
con el fin de comparar los resultados y la profundidad. Dadas las dimensiones de
resolución. la zona de excavación y las limitaciones
La utilidad de la tomografía eléctrica topográficas del yacimiento (actualmen-
de resistividades en la prospección de los te preservado en un agujero casi circular
yacimientos de vertebrados del Cerro de de 8 metros de profundidad y 35 metros
Los Batallones radica en el hecho de la de diámetro), se seleccionó un sistema
existencia de niveles de sílex (muy re- de electrodos de 24 metros de longitud,
sistivos) y materiales siliciclásticos finos con espaciado de un metro, y dispositivo
y rellenos fosilíferos de menor resistivi- dipolo-dipolo. El perfil geoeléctrico (to-
dad. El hecho que la mayoría de los ya- mografía de resistividad eléctrica, ERT)
cimientos se encuentren aparentemente se realizó según la dirección N140º E pa-
perforando los niveles de sílex, la pros- ralelo a la pared Norte de la excavación
pección geoeléctrica busca la existencia (a 2 metros de distancia). La profundidad
de rupturas, flexuras y curvaturas de di- de la excavación durante el año de la
chos niveles resistivos. La información prospección (2002) se encontraba entre
56
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
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Morales, J. et al. (41-117)
1,5 (WNW) y 1,40 m (ESE). El perfil endo con las brechas que contienen los
ERT cubrió toda la zona excavada (elec- fósiles entre los electrodos 4 y 9. Por úl-
trodos 4 al 12) incluyendo una antigua timo, hacia el Oeste entre los electrodos
trinchera de prospección realizada en los 11 y 24 aparece una unidad conductiva
años 90, posteriormente rellena con esté- (similar a la anterior) muy homogénea
riles (electrodos 9 al 12). Los electrodos (<12 Ω/m) que responde al sustrato ar-
1 al 4 se situaron en el borde de la pared cilloso sepiolítico en el que se excavó la
Este del relleno fósil, antiguamente una cavidad.
pared de unos 6 metros de altura exca- El progreso de las excavaciones en
vada sobre un nivel de sílex del mismo BAT-1 entre el 2003 y el 2007 han ex-
espesor. Por otro lado, los electrodos 13 puesto casi en su totalidad la pared inves-
al 24 cubrían la zona oeste (no excavada) tigada en 2002 entre los electrodos 4 y
del yacimiento, previsiblemente forma- 11. Esto ha permitido comprobar que la
da en su mayoría por niveles de sepioli- unidad con geometría de campana cor-
ta correspondientes a la pared Oeste del responde a una brecha basal de origen
relleno fósil. El perfil ERT alcanzó una posiblemente gravitatorio que contiene
profundidad de investigación de 2,7 me- grandes bloques (0.5 –0.7 m de diámet-
tros. En la actualidad la profundidad de ro) de sepiolita, sílex, carbonatos empas-
excavación alcanza más de los 2,5 metros tados por una fina matriz limo-margosa
dándonos la oportunidad de comparar los con un contenido variable de intraclastos
resultados obtenidos y fósiles. Es importante hacer notar que
El modelo inverso de resistividades los bloques de carbonatos procederían de
resultante muestra tres sectores bien di- la parte superior de la cavidad. El patrón
ferenciados, además de un nivel super- 2D casi triangular se puede interpretar
ficial pseudohorizontal muy resistivo como el relleno gravitatorio basal de la
(0,4 a 0,9 m de potencia) resultante de la cavidad fósil (cuña coluvial). Su pro-
compactación del terreno por el paso de longación bajo la pared Este labrada en
maquinaria pesada y personas. En el bor- sílex, probablemente indica la existencia
de Este una unidad resistiva (Max. 150 de un proceso de socavación basal por
Ω/m) testifica la prolongación de la pared debajo del potente paquete de sílex. Los
de sílex mencionada anteriormente, pero procesos de socavación son frecuentes
esta desaparece a los 0,6-0,9 metros de en cuevas y cavidades desarrolladas por
profundidad entre los electrodos 1 y 4. debajo de capas resistentes a la erosión
Adyacente y por debajo de esta unidad (calcretas, silcretas, etc...) por diferentes
resistiva aparece una de mucho menor re- procesos de erosión diferencial sub-
sistividad, con geometría campaniforme, superficial (i.e. piping: Twidale 2002;
y cuya densidad desciende desde su cen- Klimchouck & Andrejchuk 2003). En
tro (55 Ω/m) hasta los bordes (35 Ω/m) cualquier caso, el espectro litológico de
generando un patrón triangular radial en los bloques incluidos en esta brecha ba-
las resistividades. Una tercera unidad, sal representa la secuencia estratigráfica
buzando hacia el Oeste, muestra todavía situada por encima del yacimiento, tes-
menor resistividad (10-15 Ω/m) coincidi- tificando la antigua extensión hacia la
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
superficie de la cavidad fósil. Por otro cia el Oeste tal y como sugería el modelo
lado el relleno de la brecha fosilífera que inverso de resistividades que además van
cubre a la brecha basal muestra la exist- acompañadas por superficies de com-
encia de buzamientos entre 16 y 27º ha- pactación y deslizamiento (tipo slicken-
59
Morales, J. et al. (41-117)
side) que atraviesan la brecha fosilífera y que en profundidad limitan las chime-
y la basal con mayor ángulo y geometría neas (caso claro en BAT-7 y BAT-9). Las
complejas. En la actualidad se puede ob- fallas muestran característicamente una
servar la parte inferior de la pared Oeste tipología inversa hacia las partes cent-
de la cavidad fósil realzada por una su- rales de los yacimientos, y normal hacia
perficie de carbonatación sobre las arcil- su zona perimetral exterior. En todos los
las sepiolíticas. casos los datos de los perfiles ERT han
Los yacimientos BAT-5 (Lámina podido contrastarse con los cortes, bien
5), BAT-7 (Lámina 6), BAT-9 y BAT- de las canteras, o bien de prospección,
10 (Lámina 7), son claros ejemplos de practicados en ellos, para sus zonas más
los yacimientos en superficiales con superficiales 2-4 metros, pero todavía no
desarrollo basal de chimeneas rellenas se ha podido acceder a las zonas de may-
por una brecha detrítica. Los yacimien- or profundidad.
tos BAT-5 y BAT-10, con yacimiento
superficial en proceso de excavación, 4. Paleontología del Cerro de los
muestran claros indicios de la existencia Batallones
de una chimenea vertical asociada a un
relleno inferior, como muestran los per- 4.1 Las excavaciones
files ERT realizados sobre ellos (ambos
con un espaciado de 2m y profundidad de Desde julio de 1991 a septiembre de
investigación máxima de 8 metros). Por 1993 se sucedieron las excavaciones en
otro lado los yacimientos BAT-7 y BAT-9 el yacimiento de Batallones-1 (BAT-1),
sólo han librado fósiles dispersos y frag- con un total de siete meses de excavación
mentarios en las brechas del comienzo y resultados asombrosos, que vinieron a
de las chimeneas, pero ambos han sido confirmar que estábamos ante una rica y
objeto de trincheras de prospección que compleja asociación de mamíferos, cons-
revelan la geometría 3D subcircular en tituida mayoritariamente por carnívoros
forma de copa de los yacimientos super- de todas las tallas (Morales et al. 1995).
ficiales. Estos dos yacimientos son los Sin embargo, a pesar de la excepcio-
que han salido a la luz previa su identi- nalidad de la asociación faunística, atri-
ficación por prospección geoeléctrica. buida a la existencia de una trampa natu-
Ambos se investigaron mediante dis- ral, no existía ninguna explicación con-
positivos dipolo-dipolo con 2m de espa- vincente sobre el origen de una cavidad
ciado y los perfiles ERT correspondientes en estos sedimentos, que habría actuado
muestran la existencia de las chimeneas repetidamente como trampa natural.
verticales asociadas a rellenos de mayor De hecho, desde las excavaciones de
diámetro en profundidad. En ambos ca- 1991 hasta 1999, los trabajos en este ya-
sos, pero también en BAT-5 y BAT-10, cimiento se centraron mayoritariamente
se ha constatado la existencia de fallas en aspectos puramente paleobiológicos,
de geometría curva (incluso circulares) sin que fuésemos capaces de avanzar
que encierran y afectan a la parte per- alguna idea respecto al origen de la su-
imetral de los yacimientos superficiales puesta trampa de carnívoros, fuera de su
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
LÁMINA 8. Figura 1. Foto aérea (Google Earth) del Cerro de los Batallones mostrando la situación de los
yacimientos paleontológicos, cuadrados marcados como B1, B2, etc. Figura 2. Vista general de la excava-
ción de Batallones-1 durante el verano de 2005. Figura 3. Aspecto de la brecha ósea de Batallones-1, duran-
te la excavación del invierno del 1993. Los huesos se encuentran desde aislados hasta formando conexiones
anatómicas relativamente completas. Figura 4. Batallones-1, durante la excavación del verano de 2002.
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
LÁMINA 9. Figura 1. Descubrimiento durante la explotación minera del yacimiento de Batallones-2 du-
rante marzo del 2000. Figura 2. Cráneo de mastodonte procedente de Batallones-2 preparado para su tras-
lado al Museo Nacional de Ciencias Naturales, englobado en un bloque de poliuretano. Campaña del 2002.
Figura 3. Huesos de mastodonte de Batallones-2, campaña del 2000.
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
LÁMINA 10. Figura 1. Vista del yacimiento de Batallones-3 durante la campaña del verano de 2007. Figu-
ra 2. Cráneo del oso primitivo Indarctos sp. excavación de Batallones 3, durante el verano de 2007. Figura
3. El yacimiento de Batallones-5 contemplado desde el sur.
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
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Morales, J. et al. (41-117)
LÁMINA 11 Figura 1. El yacimiento de Batallones-7 visto desde el este. Figura 2. El yacimiento de Ba-
tallones-9 visto desde el este. Figura 3. El yacimiento de Batallones-10 visto desde el oeste. Campaña de
campo de 2007. Figura 4. Caparazón de tortuga gigante en el yacimiento de Batallones-10, durante la cam-
paña de campo de 2007. Figura 5. Panorámica de parte del yacimiento de Batallones-10 durante su primera
campaña de excavación en 2007; en esta zona se concentran gran cantidad de restos de macroherbívoros,
sobre todo jiráfidos y équidos. Se observa en primer plano el cráneo y la serie vertebral cervical de un jirá-
fido sivaterino, casi con toda seguridad de la misma especie que aparece en Batallones-4 y Batallones-5. Se
pueden apreciar los dos osiconos frontales del cráneo de la jirafa, situados entre el cráneo y las vértebras;
muy posiblemente estos dos elementos esqueléticos, cráneo y vértebras, pertenecieron al mismo individuo.
El conjunto de fósiles que se observa en la esquina superior derecha de la fotografía contenía elementos
apendiculares articulados y mandíbulas de équidos tridáctilos del género Hipparion.
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Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
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Morales, J. et al. (41-117)
BAT-1 S
BAT-2 S
BAT-2 I
BAT-10
BAT- 3
BAT- 4
BAT-1
BAT-5
BAT-6
BAT-7
BAT-9
TELEOSTEI
Rutilus sp. X X
AMPHIBIA
Amphibia indet. X X
Rana sp. X
REPTILIA
Chelonia indet. X X X X X X
Squamata indet. X X X
Anguidae indet. X X X
AVES
Aves indet. X X X X
ACCIPITRIFORMES
Accipitriformes indet. X
Haliaeetus sp. X X
PASSERIFORMES
Passeriformes indet. X X
Garrulus sp. X
MAMMALIA
INSECTIVORA
Postpaleoerinaceus vireti X X
Parasorex ibericus X X
cf. Miosorex sp. X X
LAGOMORPHA
Prolagus sp. cf. P. crusafonti X X X X X X
RODENTIA
Chalicomys sp. X
Spermophilinus sp. X
Hispanomys sp. X X X X
Rotundomys sp. X X X
Progonomys sp. X X X X
Xerini indet. X
Eliomys sp. X
PROBOSCIDEA
Tetralophodon longirostris X X X X
(Continúa en página siguiente)
70
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
BAT-1 S
BAT-2 S
BAT-2 I
BAT-10
BAT- 3
BAT- 4
BAT-1
BAT-5
BAT-6
BAT-7
BAT-9
MAMMALIA
CARNIVORA
Martes sp. X
Sabadellictis sp. X
Proputorius sp. X X X
Simocyon batalleri X
Amphicyon sp. aff. A.
X X
castellanus
Indarctos sp. X
Protictitherium crassum X X X X
Hyaenidae indet. X
Felinae indet. sp. I X X
Felinae indet. sp. II X
Paramachairodus ogygia X X X
Machairodus aphanistus X X X
PERISSODACTYLA
Hipparion sp. X X X X X X X X
Rhinocerotidae indet. X X X X X X X X X
Aceratherium incisivum X X
ARTIODACTYLA
Microstonyx sp. X X
Micromeryx sp. X X X
Hispanomeryx sp. X
Giraffidae indet. X X X X
Cervidae indet. X
Bovidae indet. X X
Tabla 1. Lista faunística (vertebrados) determinados para cada uno de los yacimientos del Cerro de los
Batallones. BAT= Batallones, S= Niveles superiors, I= Niveles inferiors.
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Morales, J. et al. (41-117)
destaca, como hemos señalado, la ex- Uno de ellos es una gran jirafa del grupo
tensión de los sedimentos del techo de de los sivaterinos (jirafas de cuerpo ro-
la chimenea, con una rica concentración busto y cráneo provisto de cuatro cuer-
de vertebrados fósiles. Una de las razo- nos) y el segundo es Hipparion, équido
nes para excavar este yacimiento ha sido primitivo que podría estar representado
precisamente la gran extensión de los se- en el yacimiento por dos especies, una
dimentos superiores con fósiles. Estos ni- de ellas de talla notablemente grande.
veles superiores sólo se habían encontra- También existen otras formas como rino-
do con una cierta entidad en Batallones-5 cerontes, mastodontes, tigres dientes de
y en Batallones-2, este último yacimiento sable, etc., pero con menor abundancia.
también interpretado como una trampa El yacimiento es extraordinariamente
de mastodontes. prometedor, y está claro que va a comple-
Por el momento en BAT-10 se han mentar de forma notable el conocimiento
registrado 966 fósiles, entre ellos piezas sobre la Paleontología de este extraordi-
muy completas, lo que sin lugar a duda nario entorno del Cerro de los Batallo-
nos suministra una idea de la riqueza del nes.
yacimiento. La metodología empleada es
la tradicional usada en otros yacimientos 5. Los fósiles de Batallones
del Cerro de los Batallones, y no merece
la pena especificarla. En los yacimientos del Cerro de los
Por el momento poco más podemos Batallones existe una asociación fósil
añadir, ya que por una parte los materiales muy diversa, que principalmente inclu-
extraídos están actualmente restaurándo- ye vertebrados de todo tipo, pero tam-
se y por otra parte, nuestros primeros da- bién restos de otros organismos, como
tos nos están indicando que estamos ante plantas, en general pequeños fragmentos
una concentración de fósiles diferente de con escaso valor sistemático (los análisis
las encontradas hasta el momento en el palinológicos realizados han dado re-
Cerro de los Batallones. sultados negativos), diatomeas, algunos
En cualquier caso de forma prelimi- invertebrados, en particular moluscos de
nar podemos afirmar que el yacimiento agua dulce, crustáceos (cangrejos de río)
(sólo referido a los niveles superiores del y ostrácodos.
mismo) es bastante complejo, con una Pero sin duda son los vertebrados los
concentración caótica en las cuadrículas fósiles más característicos y representati-
Norte y una distribución horizontal en las vos en los yacimientos de Batallones. El
cuadrículas Sur. En las cuadrículas Norte nivel de conocimiento de estos diferentes
los fósiles tienen una conservación muy grupos de vertebrados es por el momento
desigual, desde completamente alterados muy desigual. Se ha avanzado mucho en
hasta relativamente bien conservados. En el estudio de la asociación de carnívoros
las cuadrículas Sur la conservación es y algo menos en los demás grupos. No
más homogénea, en general muy buena. obstante, la formación de un nutrido gru-
La fauna es bastante variada, pero en po de investigación está paulatinamente
la asociación predominan dos herbívoros. cambiando este desequilibrio. A conti-
72
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
73
Morales, J. et al. (41-117)
LÁMINA 12 Micromamíferos del yacimiento de Batallones-1. Fotografías tomadas con microscopio elec-
trónico. 1. Hispanomys sp. 1A. Maxilar con M1-M3; 1B. Fragmento de mandíbula con m1-m2; 1C. m3; 2
Rotundomys sp. 2A. Maxilar con M1-M3; 2B. Mandíbula con m1-m3; 3 Progonomys sp. 3A. Mandíbula
con m1-m3 3B. Maxilar con M1-M3.
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al. 2004a). Se han recuperado restos de al uno de ellos juvenil (Salesa 2002; Salesa
menos 14 individuos de M. aphanistus (2 et al. 2005b, 2006a).
de ellos juveniles) y tan sólo 4 de las dos La presencia de dos especies de gran-
especies de felinos (Antón & Morales des félidos tiene importantes implicacio-
2000). Pero el félido más abundante es P. nes paleoecológicas. En los ecosistemas
ogygia, del cual se han recuperado restos actuales, la convivencia de dos especies
pertenecientes al menos a 24 individuos, de grandes félidos suele producirse en
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hábitats con cierta cobertura vegetal, zonas más abiertas (Antón & Morales
lo que permite a la especie más peque- 2000). De esta forma, el predominio de
ña refugiarse en los árboles para evitar P. ogygia en Batallones-1 podría indicar
perder su presa o incluso ser depredado que la trampa estaría situada cerca de
por la especie mayor (Morse 1974). Así una zona arbolada, o por lo menos con
ocurre en África con leones y leopardos la suficiente cobertura vegetal como para
(Bailey 1993) y en Asia con tigres y leo- que esta especie pudiera ocultarse de M.
pardos (Seidensticker 1976). En el caso aphanistus (Antón & Morales 2000).
de guepardos y leones, que comparten El estudio de los félidos “dientes de
áreas abiertas, con escasa cobertura ve- sable” de Batallones-1 ha permitido de-
getal, la simpatría se produce porque los sarrollar una nueva hipótesis sobre el
guepardos están continuamente evitando origen de este modelo tan especializado
los encuentros con los leones, y realizan de carnívoros. Tradicionalmente se había
las labores de caza durante las horas de explicado el conjunto de adaptaciones
más calor, cuando las hienas y los gran- macairodontinas (caninos comprimidos,
des felinos permanecen inactivos (Hanby potentes extremidades anteriores, sínfisis
& Bygott 1979; Durant 2000). También mandibular verticalizada, modificaciones
existen casos de simpatría entre felinos en el basicráneo, etc) como la respues-
de tamaño similar, como el jaguar y el ta a la caza de grandes presas, a las que
puma, en gran parte del continente ame- se mataba con un certero mordisco en
ricano (Núñez et al. 2000); estos casos se el cuello gracias a los grandes caninos
producen cuando los recursos permiten comprimidos (Gonyea 1976; Emerson &
el sostenimiento de ambas especies, de- Radinsky 1980; Akersten 1985; Rawn-
sarrollándose una marcada segregación Schatzinger 1992). Aunque estaba claro
ecológica entre ellas con un claro com- que un mordisco de este tipo aplicado en
portamiento de elusión de encuentros la garganta cortaría el paso de sangre al
entre adultos (Rabinowitz & Nottingham cerebro y de aire a los pulmones, consi-
1986; Núñez et al. 2000). Por ello, la guiendo la muerte rápida de la presa, no
densa cobertura vegetal no sería suficien- estaba claro que tuviera relación con la
te para explicar esta simpatría, sino que caza de presas grandes, dado que algunas
también sería fundamental la presencia de las especies de macairodontinos más
de una elevada biomasa de presas y que primitivas tenían una talla moderada. En
de ella un alto porcentaje se identifique base a la anatomía craneal de P. ogygia
con ungulados de tamaño pequeño (Sei- y M. aphanistus, Salesa et al. (2005b,
densticker 1976). En el caso del leopardo 2006a) proponen que la combinación de
y el león se ha relacionado esta segrega- unos caninos comprimidos y alargados,
ción con el uso por parte del primero de junto con unas extremidades anteriores
hábitats cerrados, menos favorables para muy potentes contribuyeron a minimizar
los leones (Bailey 1993). De esta forma, el tiempo empleado en dominar y matar
los leopardos establecen sus territorios a la presa, y por ello los riesgos de su-
en parches de bosque, cerca de cursos frir heridas durante la lucha y la energía
de agua, mientras que los leones ocupan empleada en ella, convirtiendo a los féli-
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dos “dientes de sable” en los carnívoros Poco más se conocía de este raro carnívo-
dominantes en las faunas de mamíferos ro hasta el descubrimiento en Batallones-
durante todo el Mioceno superior y Plio- 1 de restos, prácticamente completos, de
ceno. al menos 2 individuos. Este nuevo ma-
terial ha desvelado numerosas incógnitas
5.2.2.2 Otros carnívoros acerca de la anatomía post-craneal, modo
de vida y adaptaciones locomotoras de Si-
Entre los mustélidos, las formas ac- mocyon batalleri, revelándolo como uno
tuales del género Martes suelen estar aso- de los carnívoros más extraños de todo
ciadas a masas forestales (Nowak & Pa- el Mioceno superior. Poseía una serie de
radiso 1983) y, aunque algunas especies adaptaciones que indican altas capacida-
pueden ocupar zonas rocosas, praderas y des arborícolas, entre ellos la posesión
áreas ribereñas, evitan siempre las zonas de un “falso pulgar”, un sesamoideo del
abiertas (Powell 1981; Clark et al. 1987). carpo que se hiperdesarrolló para adoptar
Su presencia en Batallones-1 indicaría la una función prensora. Este rasgo, com-
presencia de una cobertura vegetal bien partido con A. fulgens y el panda gigan-
desarrollada. Los Mephitinae (mofetas) te (Ailuropoda melanoleuca) había sido
actuales ocupan gran variedad de hábi- considerado tradicionalmente como una
tats, salvo el bosque cerrado y los desier- prueba de cierta relación filogenética en-
tos (Nowak & Paradiso 1983; Antón & tre ambos pandas, aunque finalmente los
Morales 2000) por lo que la presencia en estudios moleculares establecieron clara-
los yacimientos de Sabadellictis y Propu- mente su separación en 2 familias: Ursi-
torius no aportaría datos sobre el tipo de dae (panda gigante) y Ailuridae (panda
hábitat que existió en Batallones-1. rojo) (Bininda-Emonds et al. 1999; Flynn
Los ailúridos actuales se reducen a & Nedbal 1998; Flynn et al. 2000, 2005;
una única especie, Ailurus fulgens, habi- Ginsburg 1999). Ambas especies utilizan
tante de los bosques mixtos de coníferas el “falso pulgar” para sujetar las ramas de
y planifolios de China, Nepal y Birma- bambú de las que se alimentan, por lo que
nia (Nowak & Paradiso 1983; Roberts su presencia en S. batalleri, un carnívoro
& Gittleman 1984). Su alimentación se de dentición generalista, debía explicar-
basa principalmente en varias especies se en otro contexto funcional. El análisis
de bambú, aunque también incluye en su profundo de la morfología de este hueso
dieta insectos, aves, pequeños mamíferos, en los pandas (Salesa et al. 2006b) y de la
huevos, frutas y hojas (Nowak & Paradi- anatomía muscular de la extremidad an-
so 1983; Roberts & Gittleman 1984). Sin terior de A. fulgens (Antón et al. 2006) ha
embargo Simocyon batalleri, a pesar de servido para establecer un diferente ori-
estar estrechamente emparentado con A. gen para esta estructura tan especializada,
fulgens (Wang 1997), poseyó una denti- que se habría así desarrollado de manera
ción muy diferente, indicativa de una die- independiente en úrsidos y ailúridos. De
ta generalista a base de caza y carroñeo esta forma, mientras que en los úrsidos el
(Baskin 1998; Antón & Morales 2000; “falso pulgar” habría estado ligado a una
Peigné et al. 2005; Salesa & Fraile 2000). función trófica desde su desarrollo, en los
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LÁMINA 16 Vista ventral de cráneos de carnívoros de Batallones-1. Figura 1. B-3620, cráneo of Simocyon
batalleri. Figura 2. B-4071, cráneo de Amphicyon sp. aff. A.castellanus.
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LÁMINA 17. Simocyon batalleri, Ailuridae emparentando con el oso panda rojo del yacimiento de Bata-
llones-1. 1) Reconstrucción del esqueleto. 2) Anatomía de la mano mostrando la posición del sesamoideo
radial. 3) Reconstrucción en vida. Ilustraciones de Mauricio Antón.
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LÁMINA 18 Figura 1. Esqueleto casi completo (excepto la mandíbula) de Aceratherium incisivum de Ba-
tallones-1. Figura 2 y 3. Reconstrucción del esqueleto y de la apariencia en vida de Aceratherium incisivum.
Ilustraciones de Mauricio Antón.
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LÁMINA 20. Figura 1. Sucesión biocronológica de las especies de mósquidos ibéricos. En algunos
casos están marcadas las formas determinadas como “cf”. Además, aparece la situación estratigráfica
del yacimiento de Sansan (Francia, localidad tipo de M. flourensianus) y la distribución cronológica del
género Moschus (Pleistoceno medio-actualidad). Tomado de Sánchez & Morales, 2006. Figura 2. A, B-
4058, astrágalo de Micromeryx sp (talla grande). B, B-5093, fragmento distal de metatarsiano III-IV de
Hispanomeryx sp. cf. H. duriensis, mostrando el sulcus metatarsal distalmente abierto. Ambos fósiles
provienen de Batallones-1. Figura 3. Reconstrucción anatómica del mósquido mioceno Micromeryx. Se
representa un macho, mostrando los caninos superiores en forma de daga. Ilustración de Mauricio Antón.
Figura 4. BAT-1’03. D5-81, hemimandíbula derecha del bóvido indeterminado de Batallones-1 en el
momento de ser excavada en la campaña de 2003. Se trataba de un animal de gran talla a pesar de ser
un ejemplar juvenil (observar la escala encima de la brújula). Figura 5. Esqueleto completo y articulado
del ejemplar de jiráfido sivaterino de especie aún no descrita que fue descubierto en el yacimiento de
Batallones-4 durante la campaña de 2000. El esqueleto fue extraído fuera de la campaña de verano, durante
el mes de octubre de ese mismo año. Se puede observar en la fotografía el cráneo situado entre los dos
miembros anteriores, con la columna vertebral y las costillas en un segundo plano. En el momento de hacer
la fotografía los huesos estaban engasados para protegerlos antes de la extracción. Figura 6. Cráneo y serie
vertebral cervical de un jiráfido sivaterino, casi con toda seguridad de la misma especie que aparece en
Batallones-4 y Batallones-5. Se pueden apreciar los dos osiconos frontales del cráneo de la jirafa, situados
entre el cráneo y las vértebras; muy posiblemente estos dos elementos esqueléticos, cráneo y vértebras,
pertenecieron al mismo individuo.
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LÁMINA 21 Distintas etapas de la excavación de los yacimientos del cerro de los Batallones. 1.- excava-
ción de los fósiles. 2.- Ubicación y orientación de los fósiles. 3.- Determinación anatómica. 4.- Lavado de
los sedimentos para la obtención de microvertebrados.
mica orientativa de cada uno de los ele- croscopio Electrónico de Barrido (MEB).
mentos La superficie de un hueso consolidado no
- Coordenadas “x”, “y” “z” respecto puede ser observada bajo el MEB porque
a un origen fijado los componentes orgánicos de los conso-
- Orientación e inclinación de los ele- lidantes impiden el paso de los electro-
mentos que mostraron una de sus dimen- nes, de forma que estas áreas aparecen
siones claramente mayor respecto a las en las imágenes como cubiertas por una
otras dos. pátina negra.
- Longitud de los restos En la Figura 2 de la Lámina 22 mos-
- Observaciones realizadas en campo tramos la cuadrícula base actualmente
como la asociación o articulación de los utilizada en Batallones-1. Hemos repre-
restos. sentado la zona excavada entre los años
- En los últimos años se registra un 2001 y 2007. En este yacimiento cada
apartado en el que se indica si el resto cuadro tiene 2 metros de lado, luego la
está o no consolidado con productos quí- superficie que se ha excavado ocupa un
micos. Esta es una información valiosa total de unos 112 m2.
a la hora de observar los restos bajo Mi- Parte del estudio tafonómico se basa
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LÁMINA 22. Figura 1. Porcentaje en el que aparecen los carnívoros, los perisodáctilos, los artiodáctilos
y los restos indeterminados en el yacimiento de Batallones-1 para los índices NEIT (A), MNE (B), MNI
(C). Estos porcentajes se han calculado a partir de la muestra estudiada para tafonomía (N especímenes =
6706). Figura 2. Cuadrícula empleada en Batallones-1. Cada cuadro presenta 2 m de lado. La superficie
excavada en las campañas 2001-2007 aparece sombreada. Figura 3. Cráneos de Amphicyon aff. castellanus
con claras evidencias de compresión. Figura 4. Fotografías de microscopio electrónico de barrido (MEB)
en las que se aprecia diferentes características típicas de huesos que han sufrido digestión. Todas las foto-
grafías corresponden a huesos de mósquidos. A,B,C) Aspecto pulido y el redondeamiento y suavizamiento
de los bordes de fractura en B-3223, BAT-105F5-211 y B- 1756; D, E, F) Digestión intrusiva con pérdida
de tejido en las superficies articulares en B-3223, B-2260 y B-4058; G, H, I) Agrietamiento de la superficie
del hueso similar al efecto que produce la meteorización pero observable a más pequeña escala en B-3223,
B- 2260 y B-456. Figura 5. Abundancia relativa (Ri), expresada en porcentaje, con la que aparecen los
diferentes elementos anatómicos de los tres taxones de mósquidos en el yacimiento de Batallones-1. Si
los restos conformaran esqueletos completos, obtendríamos una línea recta en 100 %. Podemos apreciar,
por tanto, la ausencia de un gran número de elementos. Crán: Cráneo; Mand: Mandíbula; Inci: Incisivo;
Can: Canino; Premol+Molsup: Premolares y Molares superiores; Premol+Molinf: Premolares y Molares
inferiores; Vért: Vértebra; Cost: Costilla; Escáp: Escápula; Pel: Pelvis; Húm: Húmero; Rad: Radio; Uln:
Ulna; Fém: Fémur; Tib: Tibia; Fíb: Fíbula; Rót: Rótula; Carp: Elementos del Carpo; Tars: Elementos del
Tarso; Mtc: Metacarpianos; Mtt: Metatarsianos; 1ª F: 1ª Falange; 2ª F: 2ª Falange; 3ª F: 3ª Falange; Sesa:
Sesamoideo; Ester: Esternito; Male: Maleolar.
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yacimientos indica que todos ellos par- (Domingo et al. 2007b) según las catego-
ticipan de una característica en común: rías establecidas por Andrews (1990). El
los restos de vertebrados se encuentran 100% de los huesos largos de mósquido
en depósitos netamente distintos que los se encuentra fracturado. Esta fractura-
materiales en los que aparecen encajados ción está acorde con el proceso digestivo
y el contacto lateral es brusco; por esto que estos restos sufrieron, puesto que es
parece ser que los sedimentos que en los muy probable que el depredador rompie-
que se encuentran los restos de vertebra- se los huesos largos antes de engullirlos.
dos rellenan cavidades adquiriendo una Debido a la presencia de estas evidencias
geometría de tipo sinkhole. Por esto, la de corrosión por digestión en estos hue-
hipótesis de un eventual atrapamiento de sos, a que la cantidad de especímenes de
los animales parece altamente probable. mósquidos no era excesivamente elevada
En este escenario, la presencia de ani- y a que la muestra estaba bien localizada
males vivos atrapados o de carroña es- en las colecciones, decidimos emprender
taría entre los factores que atraían a los la observación del total de la muestra de
carnívoros a esta zona. Posteriormente, Moschidae en Batallones-1 (es decir, el
los carnívoros quedarían atrapados tam- total de restos de mósquidos recuperados
bién. Sin embargo, no podemos aceptar desde el año 1991 hasta la pasada campa-
un gran procesamiento de los huesos de ña de excavación en el verano de 2007).
Batallones-1 por parte de los carnívoros. El cálculo de la Abundancia Relativa (Ri;
Efectivamente, las marcas dejadas por índice propuesto por Andrews 1990, para
la dentición de los carnívoros son su- comprobar cómo de completos se hallan
mamente escasas. La depredación o un los esqueletos en los yacimientos) nos
carroñeo poco intensivo, en el que tan lleva a concluir que los esqueletos de los
sólo la carne sea utilizada no pueden ser taxones pertenecientes a esta familia no
descartados. se encuentran completos en Batallones-1.
La presencia de restos digeridos es La ausencia de algunos elementos anató-
también anecdótica, sin embargo, se da micos y las evidencias de digestión nos
una característica llamativa y es que de llevan a pensar que los mósquidos fueron
los 20 huesos digeridos que hemos en- introducidos por el depredador en el área
contrado, 18 pertenecen a la familia que hoy constituye Batallones-1.
Moschidae (Lámina 22, Figuras 4 y 5). Los fragmentos indeterminados y las
Estos huesos presentan un aspecto pu- esquirlas se encuentran en Batallones-1
lido y brillante, redondeamiento de los en proporciones sumamente escasas (del
salientes y de los bordes de fractura del total de 6706 restos analizados, 216 co-
hueso, digestión intrusiva con pérdida rresponden a esquirlas). El bajo número
del tejido quedando al descubierto la de esquirlas recuperado no se debe a un
porción esponjosa y el agrietamiento de sesgo metodológico que podría haber
la superficie del hueso sólo observable a sido introducido por una preferencia del
pequeña escala nos llevó a concluir que excavador por recuperar los restos iden-
el responsable de la ingestión y digestión tificables frente a los no identificables.
de estos huesos es un carnívoro mamífero Los restos identificables y los no identi-
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ficables fueron recogidos por igual en las indicaría que los animales no caminaban
campañas de excavación. Por tanto, este por encima de otros huesos previamen-
bajo porcentaje de esquirlas estaría más te depositados. Sin embargo, se hace
bien indicando una baja fracturación de de nuevo necesario tener en cuenta que
los restos en Batallones-1. una lámina de agua habría podido actuar
Otras alteraciones causadas por agen- como agente protector.
tes tafonómicos en etapas biostratinó- Las marcas dejadas por raíces son
micas están aún siendo estudiadas. A la también sumamente escasas en la mues-
espera de cuantificaciones absolutas, po- tra de Batallones-1, indicando la prácti-
demos adelantar que la casi totalidad de ca inexistencia de una cobertera vegetal.
los restos presentan un estadio de meteo- Cabe destacar la abundancia de la im-
rización 0 según las categorías estableci- pronta dejada por las raíces en los fósiles
das por Behrensmeyer (1978), con la su- de Batallones-3. Este yacimiento se en-
perficie del hueso intacta, sin evidencias cuentra situado en una de las laderas del
de agrietamiento ni exfoliación. En prin- cerro y se ve fuertemente afectado por
cipio, esto indicaría que el tiempo de ex- procesos edáficos, entre ellos la acción
posición no fue muy largo, sin embargo, de la vegetación actual.
la protección de los restos por una lámina Se han encontrado restos de roedores
de agua, y esto es probable en Batallo- en Batallones-1, sin embargo, sólo un
nes-1 donde existe fauna dulceacuícola hueso parece mostrar marcas similares a
y depósitos autóctonos de carbonato, no las dejadas por estos animales. Pesquero
debe ser descartada. (2006) indica que los roedores mordis-
La mayor parte de la muestra presen- quean huesos secos que no están reblan-
ta estadio de abrasión 1 según lo definió decidos ni por un elevado contenido de
Alcalá (1994), es decir, el hueso se en- materia orgánica ni por estar en ambien-
cuentra intacto y no presenta ninguna tes saturados en agua. La escasez de esta
evidencia de suavización de sus aristas alteración podría ser indicativa de que los
o vértices. Esto apunta, de nuevo, a un huesos no se encontraban ni secos ni en-
transporte limitado tanto en el espacio durecidos.
como en el tiempo de los restos de Ba- En cuanto a las alteraciones causadas
tallones-1. por agentes tafonómicos en etapas fosil-
Las marcas de pisoteo o trampling diagenéticas, son frecuentes los proce-
son inexistentes en Batallones-1. Esto sos de deformación y diaclasado de los
LÁMINA 23 Figura 1.- Imagen de M.E.B. de cristales de calcita en un poro de costilla de Tetralophodon
longirostris del yacimiento Batallones-1. Figura 2.- Vista general de un canal de Havers de T. longirostris
relleno de calcita (Batallones-1). Figura 3.- Cristales de calcita rellenando totalmente un poro de costilla
de T. longirostris (Batallones-5). Figura 4.- Detalle de un canal de Havers de T. longirostris relleno par-
cialmente de calcita (Batallones-5). Figura-5.- Difractogramas de RX, correspondientes a costillas de mas-
todontes de los yacimientos Batallones-1 (1BA3C) y 5 (5BA2C). La francolita es el componente mineral
mayoritario, aunque también aparecen picos de calcita (CAL). Figura 6. Diagrama que muestra los patrones
de Tierras Raras para las medias de las muestras de nivel superior, nivel inferior, caso 1, caso 2, caso 3 y
el hueso B-75. Se aprecia que los patrones son prácticamente idénticos con la excepción del hueso B-75 al
que le asignamos un origen diferente al resto de la muestra de Batallones-1.
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área madre del que proceden los huesos podría estar indicando un origen diferen-
o las condiciones ambientales existentes te y, por tanto, mezcla de elementos de
durante el enterramiento o la diagénesis diferentes procedencias en Batallones-1.
temprana (Lámina 23, Figura 6). Las concentraciones en Tierras Raras
Varias son las cuestiones que se pre- fueron analizadas en un total de 73 mues-
tenden responder mediante el estudio tras de hueso y 5 de sedimento. Hemos
de las concentraciones de Tierras Raras. podido comprobar que la mayoría de las
Desde el punto de vista taxonómico, Ba- muestras presentan un patrón muy homo-
tallones-1 parece estar formado por dos géneo de Tierras Raras, es decir, los per-
niveles diferentes. Los restos de herbívo- files de la Lámina 23, Figura 6 son muy
ros, y también los restos indeterminados, similares. En esta figura incluimos el
predominan en el nivel superior frente a perfil medio que dibujan las 29 muestras
los restos de carnívoros. En el nivel in- analizadas en el nivel superior, el perfil
ferior es donde encontramos los restos medio que dibujan las 28 muestras anali-
de carnívoros en las proporciones que zadas en el nivel inferior y el perfil medio
hemos comentado. Desde un punto de que presentan los tres casos diferenciados
vista geológico, las actividades mineras (además del hueso B-75).
de explotación de sepiolita que se llevan Esta homogeneidad es sugestiva de
a cabo en el área del Cerro de los Bata- un aporte estable de Tierras Raras duran-
llones desafortunadamente acabaron con te la deposición señalando que los dos
la mayor parte de este nivel superior de supuestos niveles forman un continuo al
Batallones-1, por lo que es difícil esta- menos desde el punto de vista de las Tie-
blecer una posible distinción entre estos rras Raras.
dos niveles. Por tanto, mediante el análi- Por otro lado, los casos separados
sis de Tierras Raras en los pocos huesos presentan también un patrón de Tierras
recuperados in situ en el nivel superior y Raras muy similar al resto de la muestra,
en huesos del nivel inferior, pretendemos por lo que a pesar de sus diferencias en
comprobar si es posible establecer tal la preservación, un origen similar para
distinción. Esta diferencia estaría indi- el total de la muestra de Batallones-1
cando un cambio en las condiciones de es muy probable. El hueso B-75 es una
enterramiento o de diagénesis temprana excepción y muestra un patrón algo dife-
entre los dos niveles. rente. Esta evidencia, junto a su aspecto
Otro objetivo que nos planteamos una claramente diferente, nos lleva a pensar
vez analizamos toda la muestra tafonómi- en un origen diferente para este hueso.
ca, fue la búsqueda de diferencias en los Más conclusiones pueden ser extraí-
patrones de Tierras Raras entre huesos das del estudio de las Tierras Raras en los
con una preservación diferente o un ori- huesos de Batallones-1 y serán comenta-
gen dudoso (hemos separado tres casos das en trabajos posteriores (Domingo et
que incluyen huesos con características al., en preparación). Sin embargo, lo co-
preservacionales semejantes) y huesos mentado hasta aquí tiene implicaciones
“tipo” de Batallones-1. La preservación interesantes. La casi total falta de mezcla
diferente de los huesos analizados nos de elementos de diferente procedencia,
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ciación faunística con neto predominio encontrar la causa del inicio de los proce-
de carnívoros, pero la presencia de osos sos de piping, o incluso la causa primaria
(Indarctos sp.) marca una importante di- de la formación de las fisuras. Tampoco
ferencia con la asociación de Batallones- puede desecharse que simplemente se
1. En Batallones-4, los niveles superiores hayan desarrollado con posterioridad a
estaban prácticamente ocupados por un la formación de las cavidades, superpo-
único ejemplar de jirafa (perteneciente al niéndose un fenómeno al otro. Excava-
grupo de los sivaterinos), con los huesos ciones adicionales y la continuación de
en conexión anatómica, desconociéndo- las múltiples investigaciones geológicas
se cualquier otra información referente a y paleontológicas en la zona nos darán
niveles más profundos. Del resto de los evidencias nuevas en apoyo de alguna de
yacimientos todavía tenemos poca infor- estas hipótesis.
mación procesada, los fósiles recupera- Los resultados obtenidos permiten es-
dos corresponden a herbívoros de talla tablecer que, de cara a la interpretación
grande (mastodonte, jirafa, rinoceronte, del desarrollo de las trampas, la unidad
etc.), lo que es concordante con el regis- más interesante es la III y techo de la II,
tro conocido para los niveles superiores por una parte, y por otra el comporta-
de los otros yacimientos del cerro. miento mecánico de la potente unidad de
La existencia de un sistema de yaci- sepiolita (unidad II) y del sustrato sobre
mientos, probablemente desarrollados el que se asienta el cerro (unidad I). En
durante el mismo tiempo (Vallesiense relación con el tramo sepiolítico es im-
superior), da lugar a nuevas hipótesis so- portante indicar que se han reconocido
bre la formación de los mismos; hipótesis diversos episodios de paleosuelos con es-
que necesariamente tienen que explicar pecialmente relevancia a techo de la uni-
este fenómeno repetitivo, que no puede dad II. El análisis de la geometría de las
relacionarse con los procesos típicamen- capas ligadas a los yacimientos ha puesto
te kársticos que se encuentran en otros de manifiesto el desarrollo de estructuras
sectores de la cuenca de Madrid. No obs- monoclinales en direcciones perpendi-
tante, otros procesos de “erosión subsu- culares entre sí, que definen depresiones
perficial” han podido ser los responsables que actuarían como un sumidero. Asocia-
de la formación de las cavidades en las do a estas flexuras se desarrollan, sobre
que se encuentran los yacimientos. Uno todo en los carbonatos, familias de fallas
de estos posibles procesos es el “piping”, de pequeño salto que marcan diversos
también conocido como Karst de arcillas, episodios en el desarrollo de la cavidad
subfusión o erosión en túnel (Pozo et al. conforme se abre y agranda. Las carac-
2004). terísticas composicionales y texturales
La evidencia en el área del Cerro de de los rellenos guardan similitud con al-
Batallones de fracturas y episodios de de- gunas facies pertenecientes a la unidad
formación podría también indicar que las III establecida, siendo especialmente
fuerzas tectónicas habrían contribuido a relevante el predominio de calcita como
la formación de estas fisuras o cavidades. carbonato y la presencia de restos de gas-
En estos episodios tectónicos se podría terópodos, ostrácodos, carofitas y diato-
106
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
107
Morales, J. et al. (41-117)
108
Yacimiento Vallesiense de vertebrados del Cerro de los Batallones
y amigos que han participado en las ex- del Tajo. En: Geología de España (J.A.
cavaciones, y en los diferentes proyectos Vera, Ed.) Sociedad Geológica de Espa-
de investigación de estos yacimientos, a ña-IGME, Madrid, 555-561.
todos ellos nuestro más sincero agrade- Álvarez Sierra, M. A., Calvo, J. P.,
cimiento y nuestros mejores deseos, con Morales, J., Alonso-Zarza, A., Azanza,
la esperanza de seguir contando con su B., García Paredes, I., Hernández Fernán-
valiosa colaboración. Este trabajo se ha dez, M., van der Meulen, A. J., Peláez-
realizado en el marco de los proyectos Campomanes, P., Quiralte, V., Salesa, M.
de investigación MEC 2005-03900/BTE J., Sánchez, I. M. & Soria, D. 2003. El
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Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The Late Cretaceous terrestrial ecosystems in southern Europe, and especially in the Iberian
Peninsula, are relatively poorly known. At the end of the Cretaceous, the Iberian Peninsula is
the westernmost end of the South European archipelago. At present the Iberian record of the
reptilian fossils (turtles, crocodiles, pterosaurs and dinosaurs) come from a small group of fossil
sites. The recently found fossil site in the locality of “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca, Spain) has
provided an abundant collection of well-preserved fossils representing most of the macrover-
tebrate groups described in the Campanian-Maastrichtian of Western Europe. The presence of
new forms and the raise of the information of scarcely known taxa, allow us consider that this
locality will to shed light on some of the phylogenetical and biogeographical aspects that are
still poorly solved for the European record.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 119
Ortega, F. et al. (119-131)
120
Macrovertebrados fósiles del Cretácico Superior de “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca)
Figura 1. Localización geográfica y contexto geológico del yacimiento de “Lo Hueco” (Cretácico Superior.
Fuentes, Cuenca). A) Mapa geológico simplificado en el área del yacimiento. Leyenda: I.- Cuaternario; II.-
Oligoceno; III.- Eoceno; IV.- Paleoceno; V.- Maastrichtiense; VI.- Campaniense; VII.- Santoniense; VIII.-
Turoniense-Coniaciense. B) Aspecto del perfil occidental de la trinchera del ferrocarril en “Lo Hueco”. C)
Columna estratigráfica simplificada en el área del yacimiento. Leyenda: 1.- margas y lutitas marrones; 2 y
4.- margas y lutitas rojas; 3 y 5.- margas y lutitas grises; 6.-margas y lutitas verdes; 7.- área dolomitizada;
8.- estructura canaliforme.
121
Ortega, F. et al. (119-131)
1.2 El yacimiento de “Lo Hueco” las de “Lo Hueco” por lo que se consi-
(Fuentes, Cuenca) derará la presencia del yacimiento como
una situación singular en el contexto. Por
El yacimiento de “Lo Hueco” fue otra parte, en el área del yacimiento, la
localizado en Mayo de 2007, durante extensión lateral de los niveles fosilíferos
un control arqueológico sistemático del parece ser relativamente escasa (del or-
desmonte de un pequeño cerro durante den de unos doscientos metros) y restrin-
las obras del “Acceso Ferroviario de Alta girse únicamente a los laterales de la pla-
Velocidad de Levante” en el tramo Arcas taforma de la línea de alta velocidad en
del Villar-Fuentes. En este sector, la línea las laderas occidental y oriental del cerro
férrea sigue una dirección, aproximada- en el que se sitúa el yacimiento.
mente N160ºE y, a su paso por la zona
que responde al topónimo de “Lo Hue- 2. Contexto geológico
co”, en el extremo occidental del término
municipal de Fuentes, debía instalarse un El yacimiento de “Lo Hueco” (fig. 1)
falso túnel para salvar un pequeño cerro. se localiza en el flanco oriental del Sincli-
Los niveles que afloran en este área nal de Fuentes, cuyo núcleo se encuentra
están datados en el Terciario (fig. 1) y no constituido por materiales del Cretácico
se reconoce ningún elemento paleontoló- y el Paleógeno, en el contexto de la rama
gico de interés en superficie, por lo que suroccidental de la Cordillera Ibérica
nada hacía prever que, unos metros por (Ramírez del Pozo et al. 1975).
debajo de la superficie, los sedimentos Los niveles que contienen el yaci-
terciarios se disponían sobre materiales miento siguen una dirección N160ºE y
cretácicos en los que se acumulaba una presentan un buzamiento de 10ºO, aun-
gran concentración de restos fósiles de que se horizontalizan progresivamente
vertebrados, fundamentalmente peces, hacia el oeste llegando, incluso, a buzar
tortugas, cocodrilos y dinosaurios. en sentido opuesto.
Se ha intentado localizar réplicas del Estos niveles se asignan a la parte alta
afloramiento en las proximidades y, de de la Formación Margas, Arcillas y Yesos
hecho, se ha observado que, dentro del de Villalba de la Sierra (Vilas et al. 1982),
Sinclinal de Fuentes, entre los kilómetros atribuida al final del Cretácico Superior
3,5 y 3,7 de la carretera Fuentes-N-320, y (Segura et al. 2002; Gil et al. 2004).
a ambos lados de la misma, afloran mar- El tramo estratigráfico considerado
gas y lutitas grises y rojas aparentemente muestra facies de tipo “Garumniense”,
se correlacionan con los niveles equiva- en las que se diferencian, separados me-
lentes del yacimiento. No obstante, estos diante tránsitos progresivos, niveles de
materiales muestran una proporción muy margas y lutitas marrones, rojas, grises y
superior de cristales aciculares de yeso y verdes.
no proporcionan macrofósiles. En el área del yacimiento se identi-
Por el momento no se han identifi- fican una estructura estratigráfica canali-
cado nuevos afloramientos en el área de forme con una dirección aproximada de
Fuentes con características semejantes a N120ºE, que aflora en ambos flancos de
122
Macrovertebrados fósiles del Cretácico Superior de “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca)
Figura 2. Reconstrucción de un ecosistema con titanosaurios del Cretácico Superior Ibérico (1) y distintas
fases de la excavación vertebrados en “Lo Hueco”: 2.- extracción de la serie caudal de un saurópodo titano-
saurio (ejemplar CG1-B8-51); 3.- proceso de perfilado de elementos óseos en zona proximal de la serie de
vértebras cervicales de un saurópodo titanosaurio (ejemplar G1C-922); 4.- excavación de elementos apen-
diculares asociados a una cintura pélvica de un saurópodo titanosaurio (ejemplar CG1-B17-1); 5.- cráneo
del cocodrilo aligatoroideo Musturzabalsuchus (G1-N-49).
123
Ortega, F. et al. (119-131)
la trinchera de la línea férrea. Este depó- ingente cantidad de restos de peces entre
sito se compone de microconglomerados los que predominan las escamas, vérte-
areniscosos, areniscas y lutitas arenisco- bras y dientes que, de forma preliminar,
sas. Es en el contexto de esta estructura podrían ser asignados a actinopterigios
donde se ha registrado la presencia de nu- lepisostéidos, un grupo bien representado
merosos restos fósiles de vertebrados. en otros yacimientos del Cretácico Supe-
La posición litoestratigráfica relativa rior de Europa (Sigé et al. 1997). Menos
de los niveles fosilíferos estudiados y su frecuentemente se identifican restos óseos
contenido paleontológico sugieren que aislados, como dientes de tipo “filodónti-
preliminarmente pueden ser atribuidos al do” y elementos del esqueleto axial, que
Campaniense superior-Maastrichtiense son atribuibles a peces teleósteos.
inferior, mientras que la interpretación Los restos de tortugas son muy abun-
de sus facies sedimentarias muestra una dantes, presentándose tanto en forma de
transición progresiva de un ambiente sa- placas aisladas del dermatoesqueleto,
lobre a otro continental, dentro del entor- como asociados en caparazones más o
no relativamente árido correspondiente a menos completos de individuos en distin-
la regresión marina finicretácica (Frakes tos estadios ontogenéticos. La diversidad
et al. 1992). de tortugas es, sin embargo, escasa y la
práctica totalidad de los restos que pre-
3. Registro fósil sentan caracteres para su determinación
pueden ser asignados a un pleurodiro Bo-
La colección de fósiles recogidos en thremydidae.
el yacimiento representa a macro y mi- Los restos inicialmente atribuidos a
crorrestos vegetales (fundamentalmente Lepidosauromorpha son, mayoritaria-
restos de cutículas carbonosas y frag- mente por el momento, muy fragmenta-
mentos vegetales asociados a óxidos de rios por lo que no puede facilitarse una
hierro) y restos muy abundantes de ani- determinación precisa y se identificarán,
males. de forma preliminar, como Squamata in-
Los restos macroscópicos de inverte- det, con la excepción de algunos restos
brados son relativamente escasos, aunque vertebrales que pertenecen a miembros
su proporción aumenta considerablemen- de Pythonomorpha.
te en los muestreos de microfósiles. En Los restos de cocodrilos son también
una primera aproximación, se han identi- muy frecuentes en “Lo Hueco”, aunque,
ficado restos fragmentarios de moluscos a la espera de los datos procedentes del
gasterópodos y bivalvos. lavado de sedimento, el registro resulta
Los restos de vertebrados son eviden- sorprendentemente monótono. El taxón
temente más abundantes en los sedimen- más abundantemente representado es el
tos que constituyen el cuerpo canaliforme aligatoroideo basal Musturzabalsuchus
del yacimiento y en sus proximidades, (Buscalioni et al. 1997), aunque se regis-
tanto en los muestreos de macro como de tran también algunos elementos que, de
microfósiles. forma preliminar, pueden ser asignados
El lavado de sedimento produce una al eusuquio basal Allodaposuchus. La
124
Macrovertebrados fósiles del Cretácico Superior de “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca)
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Ortega, F. et al. (119-131)
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Macrovertebrados fósiles del Cretácico Superior de “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca)
Figura 3. Esquema simplificado de los elementos de prospectiva científica en “Lo Hueco” a Diciembre
de 2007.
Una de las sorpresas más discutidas que algunos titanosaurios estaban incluso
en el estudio de los dinosaurios saurópo- fuertemente acorazados. Pero los docu-
dos fue el descubrimiento de que algunos mentos fósiles hallados en el yacimiento
titanosaurios presentaban un exoesque- conquense también permitirán la contras-
leto constituido por placas dérmicas, en tación de hipótesis de reconstrucción es-
ocasiones muy desarrollado. El primer quelética de otros reptiles, como el caso
paleontólogo que sugirió esta hipótesis del cocodrilo Musturzabalsuchus. Este
fue el francés Charles Depéret, propuesta aligatoroideo había sido reconstruido con
inmediatamente rechazada por la ortodo- escasa evidencia esquelética (Buscalioni
xia de la época. Durante la segunda mitad et al. 1997). La gran cantidad de restos
del siglo XX fue encontrada evidencia hallados en “Lo Hueco” generará una
que apoyaba esta hipótesis en el Cretá- reconstrucción esquelética mucho más
cico argentino, y pocos años después se adecuada para este cocodrilo.
encontró en España (Sanz & Buscalioni Entre los problemas más evidentes
1987) y más tarde en Francia. Los res- del análisis filogenético en paleontología
tos encontrados en “Lo Hueco” consti- se encuentra la falta de información de
tuyen la evidencia definitiva para saber determinados taxones por una represen-
127
Ortega, F. et al. (119-131)
tación parcial de sus estructuras esque- bate en lo que se refiere a un posible re-
léticas. De nuevo, la gran abundancia de emplazamiento finicretácico de las faunas
restos de titanosaurios y otros taxones en de dinosaurios en Europa (Ortega et al.
“Lo Hueco” va a permitir una revisión en 2006). A finales de los años 1990 autores
profundidad de las hipótesis filogenéticas franceses sugirieron que las asociaciones
sobre estos saurópodos. Esta predicción del Campaniense-Maastrichtiense, domi-
se puede extender, naturalmente, a otros nadas en la fracción de grandes fitófagos
reptiles, incluidos terópodos, ornitópo- por los saurópodos, eran reemplazadas en
dos, anquilosaurios, cocodrilos y tortu- el transcurso del Maastrichtiense por ha-
gas. drosaurios (Bufettaut y Le Loeuff 1997).
Todas estas líneas de investigación, y No obstante, posteriormente se compro-
otras a desarrollar en el futuro, convergen bó que titanosaurios y hadrosaurios ha-
en el objetivo principal del proyecto de bían sido sincrónicos y simpátricos desde
“Lo Hueco”: el conocimiento de la histo- el Campaniense (López-Martínez et al.
ria evolutiva de las comunidades de dino- 2001). El registro de “Lo Hueco” obvia-
saurios y ecosistemas terrestres del Cre- mente no refuta esta segunda hipótesis,
tácico Superior. Dentro de este objetivo pero plantea algunos interrogantes. De
principal pueden destacarse dos aspectos hecho, la presencia de hadrosaurios, de
fundamentales: la variación histórica de haberlos, sería puramente testimonial en
la diversidad dinosauriana en los últimos un registro ampliamente dominado por
millones de años del Mesozoico y el re- saurópodos. Parece probable que las di-
emplazamiento de faunas que se produce nofaunas no fueran drásticamente reem-
en Europa Occidental durante esta época. plazadas, pero el porcentaje de nichos de
Con respecto al primero existen dos hipó- fitófagos probablemente cambió en un
tesis enfrentadas: diversos autores creen par de millones de años. El proyecto de
que los dinosaurios fueron disminuyendo investigación en “Lo Hueco” puede ayu-
en diversidad en el Cretácico Superior, dar a contrastar este modelo, e incluso
mientras otros proponen todo lo contra- plantear algún tipo de proceso explicati-
rio, que el número de géneros aumenta vo.
durante el Campaniense-Maastrichtiense Concluyendo, de forma preliminar, y
(Fastovsky et al. 2004). Recientemente, a la espera de que avancen los trabajos
se ha comprobado que el Maastrichtiense sobre las primeras campañas de excava-
es una de las épocas de mayor diversi- ción, se considera que el registro paleon-
dad genérica para los saurópodos (Taylor tológico de “Lo Hueco”, sobre todo sus
2006). El registro sauropodiano de “Lo dinosaurios, y la reconstrucción del eco-
Hueco” es congruente con las dos últimas sistema existente en el área de Fuentes
hipótesis, siendo especialmente relevante durante la parte final del Cretácico Su-
a la hora de verificar una probable radia- perior contiene los elementos necesarios
ción adaptativa de los saurópodos en los para convertirse en un importante refe-
últimos millones de años de la “Era de rente, tanto en el entorno científico como
los dinosaurios”. en el ámbito de la cultura popular.
Finalmente, ha existido un cierto de-
128
Macrovertebrados fósiles del Cretácico Superior de “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca)
Agradecimientos Bibliografía
Los autores agradecen a la compañía Antunes, M.T. & Mateus O. 2003. Di-
ADIF (Administrador de Infraestructu- nosaurs of Portugal. Comptes Rendus de
ras Ferroviarias) la financiación de las l’Académie des Sciences (Sér. Palevol.),
campañas de prospección y excavación 2: 77-95.
desarrolladas en el yacimiento a lo largo Astibia, H.; Buffetaut, E.; Buscalio-
de 2007 y las facilidades proporciona- ni, A.D.; Cappetta, H.; Corral, C.; Es-
das durante el desarrollo de la actuación tes, R.; García-Garmilla, F.; Jaeger, J.J.;
paleontológica en el campo. Durante el Jiménez-Fuentes, E.; Le Loeuff, J.; Ma-
desarrollo de las actividades en el yaci- zin, J.M.; Orue-Etxebarria, X.; Pereda-
miento, la dirección de excavación ha Suberbiola, J.; Powell, J.E.; Rage, J.C.;
recibido apoyo de distintos estamentos Rodríguez-Lázaro, J.; Sanz. J.L. & Tong,
del Gobierno de la Junta de Comunida- H. 1990. The fossil vertebrates of Laño
des de Castilla-La Mancha (Presidencia, (Basque country, Spain): new evidence
Consejería de Cultura, Consejería de Me- on the composition and affinities of the
dio Ambiente, Delegación de la Junta en Late Cretaceous continental faunas of
Cuenca) y, particularmente, del Ayunta- Europe-Terra Nova 2: 460-466
miento de Fuentes. Buffetaut, E. & Le Loeuff, J. 1997.
Como parte del desarrollo de este Late Cretaceous dinosaurs from the foot-
manuscrito se agradecen los comentarios hills of the Pyrenees. Geology Today,
sobre algunos de los grupos represen- March-April: 60-68.
tados en el yacimiento de Fabian Knoll Buscalioni, A. D.; Ortega, F. & Vasse,
(MNCN, Madrid); Nieves López (UCM), D. 1997. New Crocodyles (Eusuchia: Al-
Xabier Murelaga (UPV) Adán Pérez Gar- ligatoroidea) from the Upper Cretaceous
cía (UAM), Manuel Segura (UAH) y An- of Southern Europe. Comptes Rendus
gélica Torices (UCM). de l’Académie des Sciences, Paris. 325:
La reconstrucción paisajística utiliza- 525-530.
da en la figura 2 es obra de Raúl Martín. Buscalioni, A. D.; Ortega, F.; Wei-
La intervención paleontológica a shampel, D. B. & Jianu, C. M. 2001. A
la que se refiere este escrito se realizó revision of the Crocodyliform Allodapo-
conforme a la autorización emitida por suchus precedens from the Upper Cre-
la Dirección General de Patrimonio y taceous of Hateg Basin, Romania. Its
Museos de la Junta de Comunidades de relevance in the Phylogeny of Eusuchia.
Castilla-la Mancha con número de expe- Journal of Vertebrate Paleontology, 21:
diente 04.0392-P11. Los autores desean 74-86.
agradecer su participación a los más de Buscalioni, A. D. & Martínez Salano-
cien técnicos superiores y auxiliares que va, J. 1990. Los vertebrados fósiles del
contribuyeron al desarrollo de la campa- yacimiento de Armuña (Prov. Segovia,
ña de campo. España). Comunicaciones Reunión de
129
Ortega, F. et al. (119-131)
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130
Macrovertebrados fósiles del Cretácico Superior de “Lo Hueco” (Fuentes, Cuenca)
131
Comunicaciones
científicas
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract:
The middle Miocene fossil site of Somosaguas (Madrid) has provided vertebrate fossil
remains from arkosic alluvial fan sediments, whose source area is the Spanish Central System.
Analyses of preceding data on clay mineral assemblages in detrital sediments and calcretes
have provided palaeoclimatic and palaeoenvironmental indications comparable to those previ-
ously obtained from the mammalian communities. Smectite predominance suggests chemical
alteration in semiarid climate with seasonal rainfalls. These results agree with the existence
of a savanna environment, as it was inferred from the mammalian assemblage. Presence of
montmorillonite in the detrital levels indicates poor drainage conditions, whereas calcretes lev-
els indicate deposition in vadose zone. Calcrete and detrital alternation may indicate variations
of the local phreatic level.
Keywords: Somosaguas, Miocene, alluvial fan, clay minerals, montmorillonite, calcretes, pal-
aeoenvironment, subtropical seasonal climate.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 135
Carrasco, A. et al. (135-149)
136
Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
Figura 1. Situación del yacimiento paleontológico de Somosaguas sobre el corredor lutítico de Maja-
dahonda, indicando las distribuciones de arcillas y arenas a diversas profundidades. Modificado de Cuevas-
Gonzáles (2005).
por lo tanto separado de los lagos salinos En la serie que contiene ambos yaci-
de centro de cuenca. Cuevas-González mientos (Somosaguas Sur y Norte) se di-
(2005b) relaciona estos depósitos con el ferencian tres tramos sedimentarios (T1,
llamado pasillo lutítico de Majadahonda T2 y T3) que buzan 2 o 3 grados hacia el
(Fig. 1), donde se concentran facies arci- Sureste (Fig. 2). El tramo T1 está forma-
llosas en un corredor oblicuo NW-SE ac- do por arcosas arcillosas matriz-soporta-
tualmente cortado por el Sistema central. das escasamente cementadas y es muy
rico en microvertebrados. El tramo T2
2.2 Estratigrafía y paleontología está formado por una alternancia de are-
nas micáceas, de composición arcósica, y
Los aspectos más relevantes en cuan- arcillas lutíticas marrones. Esta sucesión
to a la estratigrafía y paleontología del representa depósitos de zonas encharca-
yacimiento han sido descritos en traba- das afectadas periódicamente por mantos
jos previos (López Martínez et al. 2000; de arroyada. El tramo T3 está compuesto
Mínguez Gandú 2000; Cuevas González por arcosas gruesas de matriz aleurítica
2005b; Fesharaki 2005; Élez 2005; Her- y cementación irregular con abundantes
nández Fernández et al 2006, entre otros), niveles de arcillas negras y calcretas la-
por lo que se hace sólo una descripción minares. Se apoya mediante una superfi-
somera de estos aspectos. cie erosiva de morfología cóncava sobre
137
Carrasco, A. et al. (135-149)
Figura 2. Columnas estratigráficas de Somosaguas correlacionadas, con indicación de los tres tramos
(T1, T2 y T3) definidos en el yacimiento. Modificado de Hernández Fernández et al. (2006).
los dos tramos anteriores, quedando su- suficientemente húmedo como para de-
perpuestos directamente los dos tramos sarrollar una mayor cobertura vegetal y
fosilíferos (T1 y T3) hacia el Norte. medios acuáticos someros y persistentes
Los resultados obtenidos del estudio en el tiempo (Sánchez 2000). El gran pre-
paleoambiental de la asociación de fósi- dominio entre los roedores de especies
les de Somosaguas (Hernández Fernán- oportunistas (estrategas de la r) define
dez et al. 2006) indican un bioma de tipo un medio relativamente inestable y cam-
sabana, con clima tropical semiárido y biante (Luis & Hernando 2000). Aunque
una estacionalidad hídrica muy marcada. no se han encontrado restos de microflora
Según Luis y Hernando (2000) predo- en el yacimiento de Somosaguas, los ha-
minarían los terrenos abiertos de vege- llados en el Mioceno medio de la cuenca
tación dura, pero habría zonas con suelo de Madrid indican condiciones de clima
138
Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
cálido con aridez estacional (Fernández ficas levantadas en Somosaguas (Fig. 2),
Marrón et al. 2004). concluyendo que la asociación de mine-
rales de la arcilla presenta un predominio
2.3 Geoquímica y mineralogía de la esmectita (entre un 75% y un 95%),
con cantidades de illita y caolinita que no
Los análisis de δ18OCO3 y δ18OPO4 suelen superar el 15% y 10%, respecti-
(isótopos de oxigeno en carbonato y en vamente. Fesharaki et al. (2007) obtienen
fosfato), realizados sobre muestras de datos sobre las relaciones texturales entre
calcretas y esmalte dental de mamíferos los minerales detríticos y sus productos
del yacimiento, muestran un descenso de alteración en los sedimentos de Somo-
en los valores de ambas relaciones isotó- saguas, así como de los minerales neofor-
picas, lo que indica una disminución de mados. A partir de estos datos y los datos
temperatura (26.6 ºC en T1 a 18.2 ºC en composicionales deducen dos secuencias
el tramo T3 inferior y 15.7 ºC en T3 su- de alteración de filosilicatos en el área de
perior), que coincide con el enfriamiento estudio, una que produce la transforma-
global producido por el establecimiento ción de biotita en beidellita y la otra que
del casquete de hielo de la Antártida. Por produce illita y beidellita, a partir de mi-
otro lado, los análisis de δ13C muestran un cas dioctaédricas.
aumento en los valores isotópicos, lo que Los carbonatos existentes son princi-
estaría reflejando un aumento de la aridez palmente “chips” de carbonatos removi-
(Hernández Fernández et al. 2006). lizados y calcretas laminares incipientes
En trabajos previos (Fesharaki 2005; (Alonso Zarza 1999) representados en T3
Fesharaki et al. 2007) se han descrito la (Cuevas-González 2005b).
mineralogía general y las asociaciones de
minerales de la arcilla de los sedimentos 3. Metodología
del yacimiento. Fesharaki et al. (2007)
han diferenciado minerales heredados Se han realizado difracción de ra-
(cuarzo, plagioclasa, ortosa, biotita, mos- yos X de muestra total y de la fracción
covita y caolinita), minerales transfor- arcillosa y microanálisis químicos con
mados (diversos tipos de beidellita, illita microscopio electrónico de transmisión
dioctaédrica e interestratificados illi- sobre muestras de un nivel de calcretas
ta/esmectita) y minerales neoformados del tramo T3, siguiendo la metodología
(montmorillonita) en los sedimentos del recogida en Fesharaki et al. (2007), para
área de estudio. Otros minerales hereda- completar los resultados descritos por este
dos son las turmalinas, rutilos, cloritas y autor. El estudio preliminar de los filosi-
apatitos, que junto con los fragmentos de licatos asociados a calcretas ha incluido
roca (granitos, gneises, cuarcitas, esquis- 2 muestras analizadas mediante rayos X
tos y pizarras) están relacionados con los y otra muestra estudiada en microscopio
granitoides y las rocas metamórficas del electrónico de transmisión, obteniendo
área fuente (Fesharaki 2005). Este autor 10 análisis químicos de partículas arci-
analizó muestras arcillosas de todos los llosas. Se han analizado las posibles va-
niveles de las cuatro columnas estratigrá- riaciones mineralógicas entre y en cada
139
Carrasco, A. et al. (135-149)
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Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
Figura 3. Correlación entre los distintos niveles de la columna SOM-4 y sus contenidos mineralógicos
totales recalculados a 100% y sus contenidos en minerales de la arcilla recalculados al porcentaje total de
filosilicatos.
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Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
Figura 4. Mapa de distribución a nivel mundial de los minerales de la arcilla generados por alteración
exógena. Modificado de Chamley (1989). Los puntos corresponden a las siguientes localidades: 1. Prydz
Bay (extremo Sur del Índico); 2. Tasmania (Australia); 3. Rhab (Marruecos); 4. California (E.E.U.U.); 5.
Varennes (Francia); 6. Mar Egeo (Grecia); 7. Australia Occidental; 8. Kampala (Uganada); 9. Queensland
(Australia); 10. Serra do Mar (Brasil).
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Carrasco, A. et al. (135-149)
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Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
et al. 2000). Según estos autores, una las aguas superficiales. Las condiciones
asociación de calcretas con fibrosos de la físico-químicas extremas bajo las cua-
arcilla y ausencia de rasgos hidromórficos les se formaron los minerales fibrosos
en los sedimentos indican climas áridos de la arcilla característicos de los lagos
(precipitaciones medias anuales de 50 a del centro de la cuenca de Madrid, no se
100 mm); mientras que una asociación dieron en el lago local de Somosaguas ya
con esmectitas, illitas y óxidos de que no se han identificado este tipo de
hierro indican climas semiáridos minerales.
(precipitaciones anuales medias de El predominio de la esmectita con
100-500 mm); por último, el desarrollo más de un 70% sobre el resto de minera-
de suelos con rasgos hidromórficos les de la arcilla, es indicativo de un clima
y vérticos asociados a esmectitas e subtropical con una marcada estacionali-
illitas indican climas subhúmedos dad en la que alternarían largos periodos
(precipitaciones medias anuales de 500 secos y una corta estación lluviosa.
a 700 mm). Los minerales de la arcilla Las arcillas asociadas a las calcretas
asociados a las calcretas del tramo T3 del tramo T3 podrían interpretarse como
del yacimiento, indicarían un clima indicativas de clima semiárido con valo-
semiárido con aproximadamente 100-500 res de aproximadamente 100-500 mm/
mm/año o valores ligeramente superiores año o ligeramente superiores, relaciona-
de precipitación media, relacionados dos con una fuerte estacionalidad hídri-
con una elevada estacionalidad hídrica ca.
(menos de 3-4 meses lluviosos). Estos La alternancia entre niveles detríticos
datos concuerdan con el bioma de sabana con montmorillonita y niveles de calcre-
atribuido a Somosaguas por Hernández tas sin este mineral sería indicativa de
Fernández et al. (2006). cambios en la altura del nivel freático
local.
6. Conclusiones
Agradecimientos
Los análisis mineralógicos previos
interpretados en el presente estudio han Agradecemos a Manuel Hernández,
permitido extraer resultados paleoclimá- Javier Elez, Jaime Cuevas, Blanca Gar-
ticos y paleoambientales compatibles con cía, Ana Gómez y Carlos Alonso su lec-
los deducidos en trabajos previos realiza- tura crítica del documento, así como las
dos en el yacimiento paleontológico de correcciones realizadas por Ana Alonso-
Somosaguas. Zarza y un revisor anónimo que han per-
El desarrollo local de charcas con pH mitido mejorar el resultado final de este
básicos descritos en Somosaguas con- trabajo.
trasta con el pH ácido del área fuente. La realización de este trabajo se en-
Esta variación podría deberse a diversos marca dentro del proyecto CGL2006-
procesos asociados a intervención de 04646/BTE del Ministerio de Educación
aguas subterráneas con pH básicos, o a y Ciencia. La UCM y la CAM conce-
cambios en las condiciones de drenaje de dieron ayudas al grupo de investigación
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Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
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Inferencias paleoambientales mediante estudios mineralógicos
149
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
This paper gives a quantitative and qualitative assessment of the evolutionary success of
Paleozoic vascular plant families. We use the analysis of evolutionary rates and the measure-
ments of similarity and distance among defined plant groups. The latter measurements are
obtained from: (1) maximum similarity or minimum distance-single linkage, (2) minimum
similarity or maximum distance-complete linkage, (3) similarity or distance not mediates pon-
der-UPGMA, and (4) similarity or distance mediates ponder-WPGMA). The results of the clus-
ter analysis are represented graphically across dendrograms and shady matrix. A main control
is used to evidence the foregone results of biodiversity in absence of disturb factors (extinc-
tions).
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 151
Cascales Miñana, F. de B. & Ruiz Sánchez, F. J. (151-163)
zación de estos medios terrestres por for- del estudio de su registro fósil (Schopf
mas de vegetales de corte primitivo (Gen- 1975). La agrupación de estas floras vie-
sel & Andrews 1984). La disposición de ne marcada por los importantes cambios
los tejidos de crecimiento secundario a ambientales que acontecieron en La Tie-
lo largo de los tallos, ramas y raíces, el rra durante el Paleozoico (Cleal 1991).
aumento de la biomasa soportada por las El estudio de la composición florística de
especies con sólo crecimiento primario, y los diferentes periodos de tiempo geoló-
el desarrollo de nuevas adaptaciones con- gico permite realizar agrupaciones de flo-
dujo a que las plantas terrestres durante ras que pueden ser comparadas con otras
el Devónico sufrieran una extraordina- cercanas o alejadas en el tiempo.
ria expansión que les permitió invadir la El éxito evolutivo puede definirse de
práctica totalidad de biotopos terrestres formas muy diversas. Una manera muy
(Meyer-Berthaud et al. 1999). sencilla de definirlo y cuantificarlo puede
El Carbonífero marcó un máximo en ser describirlo como producto de la can-
la colonización del medio terrestre por la tidad de tiempo que consigue permane-
vida vegetal. Las plantas con esporas, he- cer un taxón en el medio. En ausencia de
lechos y licopodios arbóreos fundamen- factores externos al taxón (ambientales)
talmente, constituían el elemento más ca- sólo los factores internos marcarán el
racterístico de estos bosques carboníferos éxito o fracaso de éste (De Renzi 1995).
(DiMichele & Skog 1992) junto con los No obstante, la conjunción de ambos fac-
equisetos (Cleal & Thomas 1999). Junto tores son los que determinan la cantidad
a estos grupos anteriormente menciona- de tiempo que pueden permanecer en los
dos coexistieron primitivas pteridosper- ecosistemas. El presente trabajo pretende
mas, esto es, plantas que se reproducían caracterizar la composición taxonómica
mediante semillas, además de las progim- de la flora de las distintas épocas paleo-
nospermas (Beck & Wight 1988) que da- zoicas desde el Silúrico hasta el Pérmico,
rían paso a las primeras coníferas, grupo estudiar la similaridad y distancia entre
abundante durante el Mesozoico (Harris estas floras, medir el éxito evolutivo de
1976; Miller 1977). los diferentes taxones de plantas vascu-
A finales del Pérmico acontecen gran- lares durante este intervalo de tiempo y
des cambios ambientales de origen inter- analizar el papel que las extinciones han
no y externo que suponen un extraordi- jugado en la conformación del compor-
nario proceso de tría dentro del grupo de tamiento evolutivo de los taxones origi-
vegetales terrestres (Erwin 1993). Este nados.
proceso propicia la desaparición de un Para abordar este estudio es necesario
gran número de taxones y la apertura de definir el nivel taxonómico sobre el que
nuevas posibilidades en los ecosistemas basar el resto del trabajo. Se ha elegido el
resultantes. nivel de Familia por que ésta representa
Por tanto, la evolución en el seno de la agrupación sobre la que existe mayor
las plantas terrestres ha propiciado la exis- grado de información en el registro fósil
tencia de una serie de floras característi- (Cascales & Ruíz-Sánchez 2007). Nive-
cas que pueden ser evidenciadas a partir les taxonómicos más próximos al nivel
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Éxito evolutivo de las floras del Paleozoico
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Cascales Miñana, F. de B. & Ruiz Sánchez, F. J. (151-163)
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Éxito evolutivo de las floras del Paleozoico
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Cascales Miñana, F. de B. & Ruiz Sánchez, F. J. (151-163)
Tabla 1. Datos taxonómicos del estudio. T0, Límite inferior de la época (m.a.), Ep, Época del estudio, TF,
Límite superior de la época, TD, Duración temporal de la época, N0, Número de taxones que provienen de
la época anterior, Nt, Número de taxones que pasan a la época inmediatamente superior, TaxaE, Número de
taxones ensayos, TaxaO, Número de taxones originados, TaxaEX, Número de taxones extintos, E, Tasa de
extinción. LS, Silúrico superior, ED, Devónico inferior, MD, Devónico médico, LD, Devónico superior,
CM, Mississipiense, CP, Pennsilvaniense, EP, Pérmico inferior y LP, Pérmico superior.
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Tabla 3. Matrices primitivas de los valores de similaridad y distancia entre las épocas del Paleozoico.
Abreviaturas especificadas en la tabla 1.
ser explicada en términos de extinción. parte de él. Este tipo de anomalías pue-
Únicamente los emparejamientos Silúri- den descubrirse únicamente en la matriz
co superior-Devónico inferior, Devónico primitiva, en la cual están presentes todas
medio- Devónico superior y Pérmico in- las similaridades o distancias (tabla 3).
ferior-Pérmico superior se repiten en los Los encadenamientos que produce la
diferentes algoritmos de encadenamien- aplicación de los diferentes algoritmos
to. Estos valores podrían venir marcados nos muestran que la composición taxo-
por algún tipo de artefacto matemático nómica del Pensilvaniense (Kosanke
ligado al procedimiento de cálculo. El 1950; Jennings 1990; Cleal & Thomas
dendrograma es útil para observar la for- 1999) guarda más similaridad con el Pér-
mación de grupos, pero enmascara las mico superior que con el Mississipiense
similaridades individuales entre los ca- (Meyen 1982). Dicho comportamiento
sos. Puede ocurrir que un elemento pase podría explicarse debido al importante
a formar parte de un grupo y en realidad número de taxones que se extinguen en
sea diferente a la mayoría de los elemen- el límite entre el Misisipiense y el Pensil-
tos del mismo. Su inclusión en este grupo vaniense junto con el número de taxones
se debería a su similaridad con sólo una que se originan al final del Carbonífero y
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Éxito evolutivo de las floras del Paleozoico
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Cascales Miñana, F. de B. & Ruiz Sánchez, F. J. (151-163)
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Éxito evolutivo de las floras del Paleozoico
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163
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
This paper discusses results of a diagnostic survey carried out with 97 university students
from twelve different careers, who participated in the excavation of the Somosaguas paleonto-
logical site in the academic year 2006-07. The results show the shortcomings of the university
students in their training-related paleontological topics, especially in relation to the concepts of
fossil, fossilization and succession of life forms in the past.
Palabras clave: paleontología, didáctica de las ciencias, ideas previas, errores conceptuales,
estudiantes universitarios.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 165
Castilla Cañamero, G. & de la Iglesia Fernández, A. (165-173)
166
Detección de ideas erróneas en paleontología
167
Castilla Cañamero, G. & de la Iglesia Fernández, A. (165-173)
Figura 1. Viñetas de la pregunta 10, las cuales hacen referencia a la historia de la vida en la Tierra crono-
lógicamente desordenadas (explicación en el texto).
las ideas de los alumnos sobre la relación bientes y faunas a lo largo de la historia
entre los fósiles y los materiales que los de la Tierra. Esta última prueba se clasifi-
contienen, relación que ya exploraran caría en la categoría de las denominadas
con alumnos de Educación Secundaria “Ranking Responses” (Bisquerra 2000),
(ver Lillo 1996; Pedrinaci 2001; Gascó donde los participantes deben ordenar
& Martínez Pérez 2007). por antigüedad cuatro reconstrucciones
de la vida en el pasado correspondientes
Pregunta 10. Organiza estas cuatro
al Cámbrico (C), el Pérmico (B), el Ju-
viñetas de la historia de la vida en la Tie-
rásico (D) y el Terciario (A). Los cuatro
rra (Fig. 1) por orden cronológico. Para
dibujos fueron seleccionados de un libro
ello deberás relacionar mediante líneas o
de divulgación científica (Margulis y Sa-
flechas la letra de cada dibujo (A, B, C y
gan 1995) debido a que son sencillos y de
D) con un número (1, 2, 3 y 4), donde 1
estilo homogéneo en los que destacan los
representa la escena más antigua y 4 la
organismos más característicos de cada
más moderna.
periodo.
Con esta última pregunta pretendemos El número de alumnos que participa-
averiguar qué saben los alumnos sobre la ron en la excavación durante la campa-
vida en el pasado y la sucesión de am- ña correspondiente al curso 2006-07 se
168
Detección de ideas erróneas en paleontología
Grupo EDN Personal de una empresa especializada en Educación Ambiental, ocio y tiempo
libre en la naturaleza, integrada por licenciados y estudiantes de último curso de
Geografía, Pedagogía, Filosofía, Arquitectura Técnica y Agrónomos (n = 9).
aproximó a la centena, de los cuales un las preguntas 5.1 y 5.6 son bastante pa-
30% se correspondían con estudiantes recidos, lo que nos permite afirmar que
del área de las ciencias sociales. El total al menos un 10% de los estudiantes con-
de personas que respondieron al cuestio- sidera necesario que un organismo mue-
nario fue de noventa y siete (n = 97), to- ra para que deje un resto fósil (Tabla 2).
dos ellos alumnos que participaban en la Este resultado es un 20% inferior que el
excavación por primera vez, pertenecien- publicado por Gascó & Martínez-Pérez
tes a seis grupos diferentes (Tabla 1), y (2007) en relación al estudio que realiza-
todos vinculados al ámbito universitario. ron con alumnos de ESO y Bachillerato.
La prueba fue anónima y voluntaria, y La razón de esta diferencia podría residir
antes de repartir el cuestionario se expli- en el tipo de cuestionario empleado en
có a los alumnos el objetivo del mismo. cada caso: nosotros, al invitar al alumno
Dada la alta participación, próxima al a que señale la afirmación que considera
100%, consideramos que los resultados y correcta, también le ofrecemos la posibi-
porcentajes obtenidos son fiables y repre- lidad de no responder. Es decir, la dife-
sentativos. rencia entre ambos resultados puede de-
berse a una elevada abstención por parte
3. Discusión de los resultados de los estudiantes universitarios a la hora
de responder esta prueba; abstención que
En la tabla 2 hemos recogido los re- quizá fuese motivada por inseguridad o
sultados obtenidos en relación con las duda. Por otro lado, también es llamativo
preguntas 5 y 6. En lo que al proceso de el hecho de que sólo el 11% de nuestros
fosilización se refiere, los porcentajes de estudiantes universitarios considere que
169
Castilla Cañamero, G. & de la Iglesia Fernández, A. (165-173)
170
Detección de ideas erróneas en paleontología
Figura 2. Diagrama de barras con porcentajes acumulados de los resultados correctos e incorrectos a la
pregunta 10.
Figura 3. Diagrama de barras del número de las distintas combinaciones erróneas del orden cronológico de
las viñetas de la pregunta 10 (ver Fig. 1).
171
Castilla Cañamero, G. & de la Iglesia Fernández, A. (165-173)
172
Detección de ideas erróneas en paleontología
173
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The study of internal structures of brachiopods from parallel serial sections is widely exten-
ded among brachiopod specialists. The record of these sections is carried out by making acetate
peels, which reflect the textural features at every stage. A detail explanation is given on the
experimental process for taking serial sections of brachiopod specimens, and making acetate
peels, as well as their preparation for SEM study. The use of acetate peels for the study of the
shell microstructure under the scanning electron microscope (SEM) is evaluated and assessed.
This technique provides good results and presents sound advantages on the traditional method,
based on direct study of serial sections of the specimen shell.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 175
Colás Gracia, J. (175-182)
176
Uso de peels de acetato en SEM
Figura 1. Engastado del ejemplar y obtención de secciones seriadas mediante pulido. Explicación en el
texto
Figura 2. Obtención de peels de acetato a partir de secciones seriadas y su almacenamiento para estudio
con lupa o microscopio óptico. Explicación en el texto.
177
Colás Gracia, J. (175-182)
178
Uso de peels de acetato en SEM
Figura 4. Imágenes de microscopio electrónico de los peels del ejemplar MY·016. a: valva ventral; b:
detalle de a que muestra la intersección entre la lámina dental y la pared de la concha; c: detalle de b; d:
plano articular; e: detalle de d mostrando las bases crurales; f: detalle de d mostrando la articulación (diente
y foseta). Los recuadros blancos muestran la situación de los detalles.
179
Colás Gracia, J. (175-182)
180
Uso de peels de acetato en SEM
181
Colás Gracia, J. (175-182)
182
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Hugo Corbí
Dpto. Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente, Universidad de Alicante, Apdo. 99, San Vicente del
Raspeig, 03080 Alicante. Hugo.corbi@ua.es
Abstract
The Messinian and Pliocene stratigraphic record of the Bajo Segura Basin has been divided
into three main allostratigraphic units. These units are composed of different marine to conti-
nental depositional systems. In this work foraminiferal assemblages belonging to lagoonal and
marine environments were studied. The distribution of palaeocological groups of foraminife-
ra, paleobathymetric analysis, diversity indices and sedimentological data permit to approach
the palaeoenvironmental evolution of this area during the Messinian and Pliocene in order to
advance in the knowledge of the relations between these deposits and the Messinian Salinity
Crisis.
Palabras clave: Foraminíferos, Messiniense, Plioceno, Cuenca del Bajo Segura, Reconstruc-
ción paleoambiental
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 183
Corbí, H. (183-186)
184
Asociaciones de foraminíferos de la Cuenca Neógena del Bajo Segura
Figura 1.- A: Localización de las secciones estratigráficas en el margen norte de la Cuenca del Bajo Segura
(modificado de Soria et al. 2005). B: Organización estratigráfica de las unidades del Messiniense y Plioceno
en el margen norte de la cuenca.
185
Corbí, H. (183-186)
186
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The Miocene Climatic Optimum was followed by a sudden deterioration of the climate as
a consequence of the reestablishment of the ice cap in the Antarctica. Somosaguas site (Middle
Miocene, Madrid Basin, Spain) has provided a rich record of mammal remains. Stable isotope
analyses have been performed on herbivore tooth enamel with the aim of determining if the glo-
bal cooling and aridity pattern triggered by the reestablishment of the ice cap is recorded at this
site. A decrease in the oxygen isotopic values is indicative of a progressive drop in the tempera-
tures, whereas the increase in the carbon isotope values suggests an increase in aridity. Trace
elements analyses have also been performed in order to detect changes in the palaeoecology.
Keywords: Somosaguas site, Middle Miocene, herbivores, oxygen and carbon isotopes, Ba/
Ca.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 187
Domingo, L. et al. (187-200)
188
Geoquímica del esmalte dental de herbívoros de Somosaguas
189
Domingo, L. et al. (187-200)
190
Geoquímica del esmalte dental de herbívoros de Somosaguas
191
Domingo, L. et al. (187-200)
Figura 2. F/P frente a Ca/P. Se observa que el esmalte dental de Somosaguas se sitúa más próximo
al valor mostrado por el carbonatohidroxiapatito (mineralogía original). Las muestras de dentina
procedentes de otros estudios se sitúan más próximas a los valores de fluorapatito (mineralogía alterada).
En las muestras de Somosaguas aparece entre paréntesis la sigla y el nivel. Ref. 1: Michel et al. (1995);
Ref. 2: Lindars, (1998); Ref. 3: Bryant (1995); Ref. 4: Nriagu & Moore (1984); Ref. 5: LeGeros (1981);
Ref. 6: Williams & Elliot (1979). Modificado de Grimes et al. (2003).
192
Geoquímica del esmalte dental de herbívoros de Somosaguas
4.2.1 Oxígeno
193
Domingo, L. et al. (187-200)
del valor de δ18O del agua está íntima- lores de temperatura obtenidos a partir
mente relacionado con un descenso de de los distintos taxones analizados. Se
la temperatura desde T3-1 hasta T3-3. El aprecia una disminución desde valores
valor de la temperatura ha sido calculado de 17,8±1,1°C en T3-1 hasta 11,6±0,7°C
mediante la aplicación de la ecuación de en T3-3.
Yurtsever & Gat (1981):
4.2.2 Carbono
t(°C) = (δ18OH2O(VSMOW) +11,9)/0,338
En la figura 5 se pueden observar los
En la figura 4b se observan los va- valores de δ13C alcanzados por el esmal-
te dental de los herbívoros analizados en
Somosaguas. Como era de esperar, estos
valores se sitúan próximos al rango de
variación de las plantas C3, puesto que
las plantas C4 no son abundantes hasta el
Mioceno final y comienzo del Plioceno.
Si bien, tal como se puede observar en
esta figura, los valores de δ13C obtenidos
a partir del esmalte dental de los herbívo-
ros de Somosaguas presentan cierta des-
viación hacia valores típicos de plantas
C4, lo que apoya la interpretación de la
existencia de una vegetación de tipo xé-
rico o una pequeña proporción de plan-
tas de tipo C4 en la alimentación de los
mamíferos de dicho yacimiento. Tanto
la presencia de vegetación de tipo xérico
como la existencia de un bajo porcentaje
de plantas de tipo C4 son perfectamente
compatibles con la interpretación de una
sabana arbolada propuesta para Somo-
saguas durante el Mioceno Medio (Ló-
pez-Martínez et al. 2000; Hernández Fer-
Figura 4. Variación de los valores de a) nández et al. 2006; Carrasco et al. 2008,
δ18OH2O (‰VSMOW) y b) temperatura (°C) a en este volumen). Desde T3-1 hasta T3-
lo largo de los niveles T3-1 a T3-3. Se observa 3, el valor de δ13C muestra un incremento
un descenso significativo de los valores de
δ18OH2O desde -5,82±0,50‰ (VSMOW) en T3-1
general que podría estar relacionado con
hasta-7,97±0,23‰ (VSMOW) en T3-3 y de la un cambio hacia condiciones más secas
temperatura desde valores de 17,84±1,10°C en T3- (Kohn & Law 2006).
1 hasta 11,61±0,69°C en T3-3. Cuadrado negro:
Gomphotherium angustidens, cruz: Prosantorhinus
douvillei, triangulo blanco: Anchitherium cf. A.
cursor, círculo blanco: Conohyus simorrensis,
diamante negro: rumiante indet.
194
Geoquímica del esmalte dental de herbívoros de Somosaguas
195
Domingo, L. et al. (187-200)
196
Geoquímica del esmalte dental de herbívoros de Somosaguas
197
Domingo, L. et al. (187-200)
198
Geoquímica del esmalte dental de herbívoros de Somosaguas
199
Domingo, L. et al. (187-200)
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of Somosaguas near Madrid-its dispersal
200
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Jorge Esteve
Área y Museo de Paleontología Depto CC. De la Tierra. Universidad de Zaragoza. E-50009 Zaragoza.
jorgeves@unizar.es
Abstract
The Taoudeni Basin is a very big basin in the West African craton subdivided in several
sub-basins with a different evolution among them. Four megasequences are common for all the
sub-basins. Here it is described in detail the lithostratigraphic successions of megasequence 2
in the vicinity of Kayes (Mali).
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 201
Esteve, J. (201-206)
202
Neoproterozoico de Kayes (Malí, SO la Cuenca de Taodenni)
Figura 1 Mapa esquemático del Oeste Africano Mostrando la Cuenca de Taoudeni y la situación de Kayes
(Deynoux et al. 2006)
203
Esteve, J. (201-206)
2.2 Megasecuencia 2
204
Neoproterozoico de Kayes (Malí, SO la Cuenca de Taodenni)
205
Esteve, J. (201-206)
206
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
La Rioja is one of the Spanish places with more number of dinosaur’s footprints sites. This,
together with other fossil evidences found in the area, give us information about local fauna, the
environment in which they lived or their behaviour, what makes La Rioja a really interesting
place for the study of these big extinct reptiles.
Palaeoethological studies with dinosaurs footprints are very important in order to under-
stand better these animals (how they walked, their body position, etc.). In this paper we try to
sum up the main sites from La Rioja in which different types of individual behaviour (turns,
run, limp,…) and social behaviour (herds, hunting groups, etc.) were indicate.
207
García-Ortiz de Landaluce, E. & Díaz-Martínez, I. (207-219)
208
Etología e icnitas de dinosaurio en La Rioja
blando y otras cuando éste estaba más (Aguirrezabala et al. 1980; Gatesy et al.
consolidado (Pérez-Lorente 2001). 1999; Bromley 2001).
En el yacimiento de Las Losas (En-
2.1 Comportamiento individual ciso) hay un rastro terópodo en el que el
andar es semiplantígrado (Figura 1.) al
2.1.1. Andar semiplantígrado pasar por zonas de barro blando y digití-
grado cuando el animal pisó en zonas con
Los dinosaurios bípedos generalmen- un sedimento más consistente (Romero-
te producen huellas digitígradas (Pérez- Molina et al. 2003). Otro ejemplo de
Lorente 1993) aunque en ocasiones dejan rastro semiplantígrado se encuentra en el
icnitas semiplantígradas (apoyo del me-
tatarso). Kuban (1989) que llama a este
tipo de icnitas “man tracks”, las interpre-
ta proponiendo que el andar semiplantí-
grado es opcional en estos animales y que
lo utilizarían para ganar estabilidad cuan-
do se movían lentamente (búsqueda de
alimento, acecho a una presa, etc.). Wade
(1989) apunta que los canguros recurren
a la colocación plantígrada del pie cuando
se desplazan lentamente para ganar equi-
librio. Este dato no es extrapolable a los
dinosaurios, pero aporta una explicación
a la formación de estas extrañas huellas.
Una posibilidad sería que estas icnitas
sean de dinosaurios cuya anatomía este
adaptada al andar semiplantígrado (Ku-
ban 1989). Otra podría estar relacionada
con las condiciones del medio, de modo
que el dinosaurio adoptase un apoyo se-
miplantígrado al moverse sobre sustratos
con barro de muy baja viscosidad (Pérez-
Lorente 1993). De este modo, el apoyo
del metatarso aumentaría la superficie de
contacto e implicaría menor coeficiente
de penetración en el sedimento.
En cualquier caso, no todas las icnitas
con marca de metatarso son producto del
andar semiplantígrado. Puede quedarse Figura 1. Yacimiento de Las Losas (Enciso). Ex-
traído de Romero-Molina et al. (2003). Ejemplo de
impreso parte del mismo si penetra en icnitas semiplantígradas.
el sustrato al estar el barro muy blando
209
García-Ortiz de Landaluce, E. & Díaz-Martínez, I. (207-219)
Figura 2. Yacimiento de La Torre 6 B en Igea. Extraído de Viera y Torres (1995). Comparación entre un
rastro en el que el dinosaurio corría A) y otro en el que andaba B).
210
Etología e icnitas de dinosaurio en La Rioja
211
García-Ortiz de Landaluce, E. & Díaz-Martínez, I. (207-219)
212
Etología e icnitas de dinosaurio en La Rioja
2.2.1 Saurópodos
213
García-Ortiz de Landaluce, E. & Díaz-Martínez, I. (207-219)
Figura 6. Yacimiento de La Era del Peladillo (Igea). Extraído de Pérez-Lorente et al. (2001). Ejemplo de
una manada de dinosaurios saurópodos.
214
Etología e icnitas de dinosaurio en La Rioja
2.2.3 Terópodos
215
García-Ortiz de Landaluce, E. & Díaz-Martínez, I. (207-219)
Figura 8. Yacimiento de Peñaportillo (Munilla). Extraído de Pérez-Lorente et al. (2001). Rastros de huellas
terópodas paralelos.
216
Etología e icnitas de dinosaurio en La Rioja
217
García-Ortiz de Landaluce, E. & Díaz-Martínez, I. (207-219)
218
Etología e icnitas de dinosaurio en La Rioja
219
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 221
García Yelo, B. A. et al. (221-232)
222
MICE (Mammalian Intercontinental Communities for Ecology)
Figura. 1. Distintos tipos de vegetación mundial relacionados con la tipología de climas usada en MICE
(modificada de Walter 1970). Climodiagramas como en Fig. 2.
223
García Yelo, B. A. et al. (221-232)
224
MICE (Mammalian Intercontinental Communities for Ecology)
225
García Yelo, B. A. et al. (221-232)
Figura. 3. Ficha en MICE para la localidad de Tulear (Madagascar). Datos climáticos: T, temperatura me-
dia anual; Tp, temperatura anual positiva; Tmax, temperatura media del mes más cálido; Tmin, temperatura
media del mes más frío; Mta, media anual de la amplitud térmica; It, índice de termicidad; Itc, índice de
termicidad compensado; W, duración del invierno; VAP, periodo de actividad vegetal; FVAP, periodo libre
de actividad vegetal; Io, índice ombrotermico; P, precipitación total anual; D, periodo de sequía.
226
MICE (Mammalian Intercontinental Communities for Ecology)
227
García Yelo, B. A. et al. (221-232)
respuesta de dichas comunidades de ma- del logotipo de la base de datos. Sus co-
míferos al clima. No obstante, sus apli- nocimientos de las técnicas informáticas
caciones dentro de la autoecología y la de tratamiento de imágenes unidos a su
biología evolutiva también resultarán de profundo interés por la ciencia, particu-
gran interés, permitiendo realizar diver- larmente la Biología, nos ha permitido
sos estudios sobre las especies y su adap- plasmar en una imagen la información
tación a distintos ambientes. Todas estas que se engloba en esta base de datos. El
cuestiones tienen especial relevancia si trabajo de diversos estudiantes de Biolo-
las enmarcamos dentro de la situación de gía (UAM, UCM), Geología (UCM) y
cambio climático global en el cual nos Ciencias Ambientales (UCLM) ha contri-
encontramos actualmente. buido (y esperamos que seguirá contribu-
La Ciencia es un bien común, que yendo) al crecimiento de MICE, a todos
avanza a medida que los conocimientos ellos les estamos enormemente agradeci-
personales se convierten en universales. dos. Finalmente queremos agradecer los
El planteamiento de MICE como proyec- valiosos comentarios al manuscrito origi-
to público no sólo facilita el libre acce- nal aportados por M.T. Alberdi (MNCN,
so a la información, sino que fomenta la CSIC), B. Azanza (UZ) y L. Domingo
interactividad entre creadores y usuarios (UCM).
de la base de datos. La posibilidad de El desarrollo de MICE ha sido fi-
ampliar o modificar la información con- nanciado por diversos proyectos del
tenida en la base de datos con diversas MEC y la UCM (PB98-0691-C03-01,
aportaciones realizadas por los usuarios, PB98-0691-C03-02, BTE2002-00410,
previamente verificadas por los adminis- PR1/06-14470-B, CGL2005-03900/BTE
tradores de MICE, permitirá el desarrollo y CGL2006-01773/BTE). Este trabajo es
de una herramienta dinámica e interac- una contribución del Grupo de Investi-
tiva, en permanente crecimiento y revi- gación UCM-CAM 910607 sobre Evo-
sión, y esperamos que permita avanzar en lución de Mamíferos y Paleoambientes
el conocimiento de las relaciones entre el Continentales Cenozoicos, dirigido por
clima y las comunidades de mamíferos. Marián Álvarez Sierra (UCM). M.H.F.
disfruta de un contrato UCM del Progra-
Agradecimientos ma “Ramón y Cajal” del Ministerio de
Educación y Ciencia. A.R.G.C. disfruta
La concepción de MICE se ha bene- de una beca como investigadora en for-
ficiado a lo largo de los años de diversas mación del CSIC en el programa de la
aportaciones por parte de M.A. Álvarez “Junta para la Ampliación de Estudios”.
Sierra (UCM), B. Azanza (UZ), R. Da-
ams (UCM), N. López Martínez (UCM), Bibliografía
J. Morales (MNCN, CSIC), P. Peláez-
Campomanes (MNCN, CSIC) y E.S. Alba, D. M., Agustí, J. & Moya-Sola,
Vrba (Yale University). También quere- S. 2001. Completeness of the mamma-
mos agradecer a Sergio Pérez González lian fossil record in the Iberian Neogene.
(UCM) su participación en la creación Paleobiology. 27: 79-83.
228
MICE (Mammalian Intercontinental Communities for Ecology)
229
García Yelo, B. A. et al. (221-232)
230
MICE (Mammalian Intercontinental Communities for Ecology)
231
García Yelo, B. A. et al. (221-232)
232
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
Two isolated theropod dinosaur teeth from sites of the El Castellar Formation (upper Haute-
rivian – lower Barremian, Early Cretaceous) in Teruel Province, NE Spain (Aliaga and Mirave-
te de la Sierra) have been described and assigned to baryonychine. Each tooth can be included
in a different baryonychine morphotype with the absence/presence of mesial denticulation as
main difference between both of them.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 233
Gasca, J. M. et al. (233-234)
tre, palustre) mientras que en el estadio medido 8,97 mm. de FABL y 6,83 de BW.
2, que se caracteriza por la alternancia La relación FABL/BW es 1,31. Presenta
de niveles de calizas y margas grises, se solo dentículos distales (8,6 dentículos/
produce el desarrollo generalizado de un mm.). La estriación longitudinal es más
lago carbonatado somero. Los dos ya- marcada que en MOAL-1/1.
cimientos se sitúan en la parte basal de Según Ruiz-Omeñaca (2006)
la sucesión carbonatada del estadio 2. es probable que haya al menos dos
Paleogeográficamente corresponden al barionicinos diferentes en la Península
sector oriental de la Subcuenca de Galve, Ibérica: un primer morfotipo con
una de las siete subcuencas en que se di- dentículos mesiales y distales, en el que
vide la Cuenca cretácica del Maestrazgo. se incluiría MOAL-1/1, y un segundo
Los dientes MOAL-1/1 y SM-2/D1 morfotipo sin dentículos mesiales, en el
corresponden a dos morfotipos diferen- que se incluiría SM-2/D1. La coexistencia
tes de espinosáuridos barionicinos cuya de dos morfotipos de barionicino
principal diferencia es la presencia/au- indeterminado en una misma formación
sencia de dentículos mesiales. Presentan geológica es un dato novedoso que se
en común: ligera compresión laterome- presenta en este trabajo.
dial y curvatura distal del ápice, sección
subcircular algo elíptica, estriación lon- Referencias
gitudinal característica (en cara labial y
lingual), fina denticulación, pequeña ru- Ruiz-Omeñaca, J. I. 2006. Restos
gosidad en la superficie del esmalte. directos de dinosaurios (Saurischia,
MOAL-1/1 es una corona dental que Ornithischia) en el Barremiense
presenta fractura fresca hacia la raíz con- (Cretácico Inferior) de la Cordillera
servando una altura de 22,71 mm. Se ha Ibérica en Aragón (Teruel, España). Tesis
medido en la base una longitud antero- Doctoral de la Universidad de Zaragoza,
posterior (FABL) de 14,04 mm. y an- 432 pp.
chura labiolingual (BW) de 10,54 mm. Liesa, C. L., Soria, A. R., Meléndez,
La relación FABL/BW es 1,33. Presenta N. & Meléndez, A. 2006. Extensional
dentículos mesiales (5,2 dentículos/mm.) fault control on the sedimentation pat-
y distales (5,6 dentículos/mm.). terns in a continental rift basin: El Cas-
SM-2/D1 es una corona dental frac- tellar Formation, Galve sub-basin, Spain.
turada que le falta la parte apical, conser- Journal of the Geological Society, Lon-
vando una altura de 11,60 mm., estando don, 163, 487-498.
la raíz también ausente por rotura. Se ha
234
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
In this work we propose an approach in relation to the potential loss of species associated
to taphonomic processes occurring in fossil sites. We attempt to determine the possible value of
bioclimatic analysis as a suitable methodology in assessing the number of species not registe-
red in fossil sites. The analysis has been carried out with the data from six modern mammalian
communities from tropical deciduous woodland and savanna environments, in order to compa-
re them to two fossil sites: La Gloria-4 and La Calera (=Aldehuela). On each community and
palaeocommunity we have deleted species randomly. Comparison of original and virtually im-
poverished communities by χ2 analyses allowed us to conclude that the pattern of functionality
loss was similar in both kinds of modern environments. Furthermore, by comparing the patterns
of the modern localities and the fossil sites, it was possible to infer the possible loss of 10-30 %
of species in the taphocoenosis respect of original paleocomunities.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 235
Gómez Cano, A. R. & Hernández Fernández, M. (235-247)
236
Sesgos de muestreo y representatividad en faunas de mamíferos
Fig.1. Relaciones entre las paleocomunidades originales y las comunidades fósiles (modificada de Bren-
chley & Harper 1998)
Fig.2. Resultado tipo, para determinar la aplicabilidad del análisis bioclimático al estudio de comunidades
faunísticas empobrecidas. Se puede ver como la estructura de la comunidad se mantiene estable, siendo
necesaria la retirada de más del 80% de las especies para comenzar a obtener diferencias significativas entre
la estructura de la comunidad original y la de las comunidades virtualmente empobrecidas (Gómez Cano
& Hernández Fernández, 2007). Se indican en la figura dos puntos de inflexión, 1: corresponde al mayor
porcentaje de especies retiradas para el que no obtenemos diferencias significativas en el test χ2 y 2: es el
menor porcentaje de especies retiradas para el que se obtienen diferencias significativas.
237
Gómez Cano, A. R. & Hernández Fernández, M. (235-247)
Alcalá 1994, Albesa et al. 1997). El ya- (Tabla 1) para las que existen estudios
cimiento de La Gloria-4 forma parte de de análisis bioclimático (Hernández Fer-
la fosa neógena de Teruel, situandose al nández 2005) y que quedan englobadas
NE de esta ciudad. La fauna de mamífe- en los biomas II y II/III (Walter 1970). En
ros del yacimiento consta de 41 especies, cada uno de estos biomas hemos incluído
contando con especies tanto de micro- tres localidades, y en todos los casos una
como de macromamíferos. Los estudios pertenece al continente americano, otra
paleoambientales indican que se trataba es africana y otra asiática, intentando así
de un sistema lacustre y los tafonómicos recoger una mayor variabilidad biogeo-
que se trata de un yacimiento de carácter gráfica.
autóctono. Los estudios bioestratigráficos
datan este yacimiento en 4.8 m.a. (Alca- 2.2 Análisis bioclimático
lá 1994, Albesa et al. 1997, Domingo et
al. 2007). El yacimiento de La Calera Esta metodología de inferencia am-
(=Aldehuela) cuenta con 29 especies, y biental, ideada por Hernández Fernández
está caracterizado sedimentológicamen- (2001), se basa en el estudio de listados
te como un sistema fluviolacustre, se faunísticos de mamíferos. Se desarrolló
encuentra también formando parte de la como una técnica de análisis paleoam-
fosa de Teruel. Pertenece a la sección es- biental de gran precisión, que permite
tratigráfica de la zona de Aldehuela y es obtener datos paleoclimáticos compara-
uno de los yacimientos más importantes bles a partir del estudio de comunidades
de mamíferos del Plioceno en esta zona faunísticas de distintos grupos de mamí-
(Pérez & Soria 1989, Alcalá 1994). feros. Esta técnica ha sido utilizada para
Para ambos yacimientos existen es- inferir los cambios climáticos en el Pleis-
tudios paleoambientales que los definen toceno de Europa (Hernández Fernández
como ambientes análogos a los biomas II 2006, Hernández Fernández & Peláez-
(bosque tropical deciduo) y/o II/III (sa- Campomanes 2003, 2005), y Plio-Pleis-
bana) (Pérez & Soria 1989, Alcalá 1994, toceno de la Península Ibérica (Hernán-
Albesa et al. 1997, Hernández Fernández dez Fernández et al. 2007), basándose en
et al. 2007). Se trata de dos tipos biocli- listados faunísticos de roedores.
máticos distintos pero con características Las variables empleadas en el análisis
climáticas muy similares, ya que am- son los diez componentes bioclimáticos
bos presentan un periodo estacional de que, basados en la clasificación de los
lluvias y otro de sequía. No obstante la biomas de Walter (1970), conforman el
diferencia entre ambos biomas se basa espectro bioclimático de cada comuni-
en la duración de este último periodo, el dad. Su cálculo se detalla en Hernández
cual es mayor en el bioma de sabana, ha- Fernández (2001) y, por tanto, en este
ciendo que éste se defina como más árido trabajo lo exponemos de manera muy re-
que el bioma de bosque tropical deciduo sumida. En primer lugar, se calcula para
(Walter 1970). cada especie el Índice de Restricción Cli-
Como comunidades actuales de com- mática (CRI), en cada uno de los com-
paración se han utilizado seis localidades ponentes bioclimáticos, de manera que
238
Sesgos de muestreo y representatividad en faunas de mamíferos
239
Gómez Cano, A. R. & Hernández Fernández, M. (235-247)
Fig.3. Gráficas resultantes para las localidades actuales estudiadas para el bioma II y bioma II/III. Las
curvas resultantes están definidas por puntos que representan el porcentaje de resultados no significati-
vos obtenidos en la comparación χ2 entre el espectro bioclimático de las 50 comunidades virtualmente
empobrecidas y el espectro bioclimático de su respectiva comunidad original.
240
COMPONENTES BIOCLIMÁTICOS
Nº de
LOCALIDAD I II II/III III IV V VI VII VIII IX
especies
Roque Sáenz
52 15,817 33,237 24,583 2,660 1,891 18,686 1,250 1,635 0,240 0,000
Peña
Bosque tropical
deciduo Patna 70 17,398 38,922 28,207 6,551 3,660 3,303 1,469 0,490 0,000 0,000
(Bioma II)
Ziguinchor 121 16,192 39,272 21,434 8,928 5,980 7,839 0,236 0,118 0,000 0,000
Catamarca 54 7,615 18,742 44,514 5,594 3,773 11,581 2,088 5,655 0,437 0,000
Sabana
Jaipur 68 14,233 29,296 33,831 10,802 5,130 3,904 1,723 1,082 0,000 0,000
(Bioma II/III)
Zinder 105 6,485 27,304 37,145 12,637 7,510 8,510 0,272 0,136 0,000 0,000
La Gloria-4 41 10,562 17,175 8,696 4,283 25,305 6,240 10,018 10,586 5,808 1,327
YACIMIENTOS
La Calera 29 8,559 23,822 10,050 6,118 16,192 5,347 8,962 14,811 5,106 1,033
Tabla 1. Valores del espectro bioclimático para las localidades estudiadas (de Hernández Fernández, 2005)
241
Sesgos de muestreo y representatividad en faunas de mamíferos
Gómez Cano, A. R. & Hernández Fernández, M. (235-247)
242
Sesgos de muestreo y representatividad en faunas de mamíferos
Figura 4. Gráficas resultantes para los yacimientos estudiados. Las curvas resultantes están definidas por
puntos que representan el porcentaje de resultados no significativos obtenidos en la comparación χ2 entre
el espectro bioclimático de las 50 comunidades virtualmente empobrecidas y el espectro bioclimático de
su respectiva tafocenosis
& Rodríguez 2003, Gómez Cano 2007). tico nos ha permitido inferir que en los
yacimientos de La Gloria-4 y de La Ca-
4. Conclusiones lera (=Aldehuela) se produjo un sesgo en
el registro de especies. No obstante, dado
Se ha podido comprobar que la es- que solo afecta a un limitado porcentaje
tructura bioclimática de las comunidades de especies, estas pérdidas no implican la
se mantiene sin cambios significativos, invalidez del análisis bioclimático como
hasta que el porcentaje de pérdida de es- metodología de estudio paleoambiental.
pecies es muy elevado, y que esto ocurre Finalmente, queremos recalcar la
en las localidades actuales y en los yaci- importancia de los resultados obtenidos
mientos estudiados. El análisis bioclimá- en este trabajo, que dan pie a proponer
243
Gómez Cano, A. R. & Hernández Fernández, M. (235-247)
Figura.5. Representación conjunta de las curvas obtenidas para todas las localidades actuales estudiadas y
el yacimiento de La Gloria-4. Se indican en la figura dos puntos de inflexión, 1 y 2 (ver Fig.2).
Figura 6. Representación conjunta de las curvas obtenidas para todas las localidades actuales estudiadas
y el yacimiento de La Calera (=Aldehuela). Se indican en la figura dos puntos de inflexión, 1 y 2 (ver
Fig.2).
244
Sesgos de muestreo y representatividad en faunas de mamíferos
Diferencia entre el
porcentaje de especies
Diferencia entre el porcentaje de
retiradas paral el que
especies retiradas paral el que comienzan
comienzan a aparecer 71.93 - 58.54 71.93 - 41.38 77.57 - 68.29 77.57 - 55.17
a aparecer resultados significativos
resultados significativos = 13.40 = 30.55 = 9.27 = 22.40
entre el yacimiento y la media de las
entre el yacimiento y la
localidades actuales
media de las localidades
actuales
% Que representan el
100 - 13.40 = 100 - 30.55 = % Que representan el total de especies 100 - 9.27 = 100 - 22.40 =
total de especies en cada
86.60 69.45 en cada yacimiento 90.72 77.60
yacimiento
Nº especies identificadas
Nº especies identificadas en cada
en cada yacimiento 41 29 41 29
yacimiento (tafocenosis)
(tafocenosis)
41sp --> 41sp --> 41sp --> 41sp -->
86.60% 69.45% 90.72% 77.60%
¿Cuántas serían el 100%? ¿Cuántas serían el 100%?
x x x x
sp --> 100% sp --> 100% sp --> 100% sp --> 100%
x = 47.34 --> x = 41.76 --> x = 45.19 --> x = 37.37 -->
¿Cuántas especies faltarían? faltarían: » 6 faltarían: » 13 ¿Cuántas especies faltarían? faltarían: » 4 faltarían: » 8
especies especies especies especies
Tabla 2. Cálculo del rango de especies que podrían faltar en los yacimientos estudiados.
245
Gómez Cano, A. R. & Hernández Fernández, M. (235-247)
246
Sesgos de muestreo y representatividad en faunas de mamíferos
247
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The Museo de Ciencias Naturales of Valencia carried out some didactic workshops in the
Penitentiary Center of Picassent (Valencia), in order to commemorate the “International Day of
the Museums” in the years 2006 and 2007.
The paleontological materials used for this activity belong to collections of Museum. Sev-
eral zoologycal specimens belong to Department of Zoology at the Universitat de Valencia.
This activity became an ambitious project in which, a small “branch” of the Museum travels
to social and educational centers.
From the social and museistic viewpoint, the results obtained in this pedagogical action can
be considered as highly positive. An extract of the actions carried out is showed in this work.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 249
Lázaro-Calatayud, M. et al. (249-257)
250
Museo y Sociedad
251
Lázaro-Calatayud, M. et al. (249-257)
4. Estimular la interactividad de
los usuarios según propone Wagensberg
(2001)
4.1. Interactividad manual o de
emoción provocadora (Hands On).
4.2. Interactividad mental o de
emoción inteligible ( Minds On).
4.3. Interactividad cultural o de
emoción cultural ( Heart On).
4. Material y Métodos
Figura1. Baúl contenedor de las maletas didácti-
cas. Se observa la lupa binocular que se utiliza en la
En este momento, hay disponibles unidad didáctica “El mundo invisible”.
tres unidades didácticas que constituyen
una pequeña sucursal itinerante del Mu- de un archivo, son las fuentes de infor-
seo. Se preparó como contendedor de las mación sobre los eventos que han ocurri-
mismas una gran maleta perfectamente do a lo largo de la historia de la Tierra
transportable (Fig.1). Las tres unidades y los seres vivos que la pueblan son el
didácticas que la componen son comple- resultado de un largo proceso evolutivo
tamente representativas de los contenidos que ha durado millones de años.
del Museo. Son perfectamente utilizables
por colectivos de personas a cargo de un 2-“El mundo invisible”. Esta parte
educador, y además cuentan con cua- consta de preparaciones para ver y estu-
dernos didácticos específicos adecuados diar, a partir de una lupa binocular, seres
para distintos niveles de conocimiento. vivos o parte de ellos que no son visibles
El servicio de préstamo de estas maletas directamente por el ojo humano. Algunos
es gratuito y se oferta en la página web ejemplos de los contenidos de esta unidad
del Museo (www.valencia.es/museocien- son: un mosquito de hace 25 millones de
cias). años atrapado en ámbar, un fragmento de
La maleta consta de tres unidades di- cáscara de huevo de dinosaurio o la plu-
dácticas que tienen un contenido temáti- ma de un pájaro. Todas ellas son prepara-
co específico: ciones muy llamativas e ilustradoras de
la idea que se quiere transmitir, no es otra
1- “La memoria de la Tierra”. (Fig.2) que “existen otros mundos que no vemos
Los fósiles, que manipulan los usuarios, con los ojos”.
ayudan a contar los procesos de fosiliza-
ción y los distintos tipos de fósiles que 3- “A mos redó” (a bocados) (Fig.3)
existen. Se trata de hacer comprender que Esta unidad se ha preparado en colabo-
los fósiles, al igual que los documentos ración con la facultad de Biología de la
252
Museo y Sociedad
253
Lázaro-Calatayud, M. et al. (249-257)
254
Museo y Sociedad
Helecho fósil
Tibia de Rinoceronte
Costilla de Dinosaurio
Brachiopoda (3)
Cyrtospirifer vernuilli
(Braquiópodo)
Annularia sp.
Dientes de tiburón
Icnita de tortuga
Figura 4. Relación de los materiales incluidos en cada una de las tres unidades didácticas. Entre paréntesis
se indica el número de ejemplares.
255
Lázaro-Calatayud, M. et al. (249-257)
256
Museo y Sociedad
257
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
New Cricetodontini material from the upper Aragonian locality of Nombrevilla 2 is de-
scribed. Two species of the genus Hispanomys are recognized: Hispanomys aguirrei and His-
panomys lavocati. Morphometrical analyses are performed and the results are compared with
those from other representatives of the tribe Cricetodontini. These two species of Hispanomys
are recorded from the Calatayud-Daroca Basin for the first time. The record of these taxa in the
Calatayud-Daroca area indicates a somehow important exchange of taxa between this Basin
and the Duero and Vallès-Penedès Basins at the end of the late Aragonian.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 259
López Guerrero, P. et al. (259-271)
netoestratigráficos (Garcés et al. 2003), cie ha ido cambiando, según los autores,
obteniéndose dos posibles correlaciones de un género a otro, como ejemplo bas-
con la escala magnetoestratigráfica para ta citar el caso de Hispanomys. lavocati.
el yacimiento de Nombrevilla 2 la más Inicialmente fue definida por Freuden-
antigua lo sitúa en el subcron C5r.2n con thal en 1966 como una especie de Cri-
una edad de 11,6 Ma, y la otra en el sub- cetodon, posteriormente fue incluida en
cron C5r.lr-n indicando una edad de 11,3 los subgéneros Pseudoruscinomys (Mein
Ma en cualquier caso esta localidad se & Freudenthal 1971a) y Pararuscinomys
ubica en la zona MN 7/8 (zona local G3) (Agustí 1980). En trabajos recientes esta
del Aragoniense superior. especie se incluye, generalmente, en el
El control estratigráfico, la precisión género Hispanomys (Casanovas-Vilar
de las dataciones y la gran riqueza de 2007) como ya estableció Agustí en 1977.
fósiles de Nombrevilla 2 (presenta gran Todos estos datos indican la necesidad de
abundancia de restos fósiles de represen- una revisión en profundidad de las espe-
tantes de las familias de roedores: Gliri- cies de la tribu Cricetodontini a lo largo
dae, Sciuridae, Castoridae y Cricetidae) del Aragoniense y el Vallesiense. Para
lo convierten en un caso emblemático ello, la sección de Toril-Nombrevilla es
para el estudio de los micromamíferos especialmente interesante por la alta den-
aragonienses. Tiene especial relevancia la sidad de yacimientos de gran riqueza en
gran cantidad de restos de representantes restos fósiles.
de un grupo de Cricetidae de talla media- Álvarez Sierra et al. 2003 citan la
na o grande pertenecientes a la tribu Cri- presencia del género Cricetodon, en los
cetodontini. Esta tribu está representada yacimientos del Aragoniense superior de
en la Península Ibérica (Rummel 1999 Toril 1, 2 3A y 3B y Nombrevilla 2, 3
y Bruijn & Ünay 1996) por los generos y 4, así como la de Hispanomys en los
Cricetodon Lartet, 1851, Hispanomys yacimientos del Aragoniense superior de
Mein & Freudenthal, 1971 y Ruscinomys Nombrevilla 9 y 10 y del Vallesiense de
Depéret, 1890. Nombrevilla 1, 13, 14 y 19 y Pedregueras
La sistemática de este grupo ha sido 2A y 2C.
revisada en numerosas ocasiones por di- Los caracteres diagnósticos que per-
ferentes autores. Así Mein y Freudenthal miten diferenciar los géneros Cricetodon
en 1971a publican una clasificación de e Hispanomys - mayor talla, hipsodon-
los cricétidos del Terciario de Europa en cia y mejor desarrollo de los ectolofos
la que crean varios subgéneros del géne- de Hispanomys así como una mayor re-
ro Cricetodon entre los que se encuentran ducción del m3 con respecto a Criceto-
Hispanomys y Pseudoruscinomys. Más don- (van de Weerd, 1976) nos llevan a
tarde, en 1976, van de Weerd eleva a la inferir que al menos parte del material del
categoría de género a Hispanomys y con- Aragoniense de la sección de Toril-Nom-
sidera Pseudoruscinomys sinónimo de brevilla asignado al género Cricetodon
Ruscinomys, repartiendo las especies de pertenece en realidad al género Hispano-
éste entre Hispanomys y Ruscinomys. En mys.
algunos casos, la asignación de una espe-
260
Cricetodontini del yacimiento de Nombrevilla 2
LONGITUD ANCHURA
mín media máx σ mín media máx σ N
M1 2,82 3,09 3,36 0,13 1,82 2,03 2,15 0,07 45
M2 2,14 2,37 2,65 0,12 1,74 1,92 2,06 0,08 150
M3 1,49 1,72 1,92 0,09 1,45 1,62 1,73 0,07 68
m1 2,36 2,54 2,76 0,09 1,55 1,69 1,81 0,07 48
m2 2,2 2,41 2,67 0,11 1,76 1,91 2,06 0,08 43
m3 1,98 2,23 2,46 0,12 1,6 1,78 1,92 0,08 80
Tabla 1. Estadísticos descriptivos de Hispanomys aguirrei de Nombrevilla 2.Se presentan las medias, los
máximos (máx), mínimos (min) y las desviaciones típicas (σ ) de la longitud y la anchura, para cada uno de
los elementos dentales, así como el número total de especímenes medidos (N).
261
López Guerrero, P. et al. (259-271)
262
Cricetodontini del yacimiento de Nombrevilla 2
263
López Guerrero, P. et al. (259-271)
264
Cricetodontini del yacimiento de Nombrevilla 2
Figura 1. Gráficos de dispersión en los que se representa la longitud y anchura de los diferentes
elementos dentales de Hispanomys aguirrei (círculos rellenos) e Hispanomys lavocati (círculos vacíos)
del yacimiento de Nombrevilla 2.
265
López Guerrero, P. et al. (259-271)
LONGITUD ANCHURA
mín media máx σ N mín media máx σ N
M1 3,18 3,58 4,06 0,19 37 2,11 2,29 2,56 0,09 38
M2 2,4 2,64 2,88 0,09 55 2,12 2,22 2,45 0,07 52
M3 1,65 1,96 2,14 0,09 75 1,71 1,85 2 0,08 75
m1 2,47 2,85 3,05 0,13 55 1,8 1,95 2,12 0,09 60
m2 2,55 2,74 2,9 0,09 50 2,11 2,22 2,35 0,06 50
m3 2,26 2,44 2,64 0,09 71 1,93 2,04 2,17 0,06 71
Tabla 2 Estadísticos descriptivos de Hispanomys lavocati de Nombrevilla 2.Se presentan las medias,
los máximos (máx), mínimos (min) y las desviaciones típicas (σ ) de la longitud y la anchura, para cada uno
de los elementos dentales, así como el número total de especímenes medidos (N).
266
Cricetodontini del yacimiento de Nombrevilla 2
267
López Guerrero, P. et al. (259-271)
268
Cricetodontini del yacimiento de Nombrevilla 2
Lámina 1. Figuras 1-3 y 7-9 Hispanomys lavocati (Agustí, 1980); 1.M1 derecho; 2.M2 derecho; 3.M3
izquierdo; 7.m1 derecho; 8.m2 derecho; 9.m3 derecho; figuras 4-6 y 10-12 Hispanomys aguirrei (Sesé,
1977);4.M1 izquierdo; 5.M2 izquierdo; 6.M3 derecho; 10.m1 izquierdo; 11.m2 izquierdo; 12.m3 derecho.
269
López Guerrero, P. et al. (259-271)
270
Cricetodontini del yacimiento de Nombrevilla 2
271
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
A maxillary fragment of a large theropod dinosaur from the Lourinhã Group (Upper
Jurassic, uppermost Kimmeridgian) of the north of Praia da Corva (Porto Novo, Upper Jurassic
of Torres Vedras) is described. The specimen consists in the anterior part of a right maxilla that
preserves the anterior edge of the antorbital fenestra and part of the nasal process. It shares with
the Spinosauroidea Torvosaurus (Upper Jurassic of North-America and Portugal) the absence
of a maxillary fenestra and an anteriorly lateral ridge that forms the anteroventral margin of the
antorbital fenestra. These conditions are not present in the other large theropod dinosaurs that
inhabit the Portuguese Jurassic ecosystems. We conclude that the specimen would be consid-
ered as cf. Torvosaurus sp.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 273
Malafaia, E. et al. (273-279)
274
Terópodo del Jurásico Superior de Torres Vedras (Portugal)
Figura 1. A, Localización del yacimiento de Praia da Corva (Concelho de Torres Vedras, Portugal) en la
Orla Mesocenozoica Portuguesa. El área tramada corresponde a la Cuenca Lusitánica. B, Mapa geológico
simplificado del área de Torres Vedras que muestra la ubicación de la Praia da Corva (Concelho de Torres
Vedras, Portugal). Leyenda: 1- Cenozoico (afloramientos del Plioceno-Holoceno); 2- Cretácico Inferior
(afloramientos del Berriasiense inferior-Valanginiense); 3- Formación Bombarral (Titónico inferior-Titóni-
co superior); 4 – Formación Freixial (Titónico inferior-Titónico superior); 5- Formación Sobral (Kimmerid-
giense superior-Titónico inferior); 6- Miembro Praia da Amoreira – Porto Novo de la Formación Alcobaça
(Kimmeridgiense superior); 7- Formación Corálico do Amaral (Kimmeridgiense superior); 8- Formación
Vimeiro (Kimmeridgiense superior); 9- Formación Abadia (Kimmeridgiense inferior-Kimmeridgiense su-
perior); 10- Formaciones Montejunto y Cabaços (Oxfordiense medio-Oxfordiense superior); 11- Forma-
ción Dagorda (Hettangiense); 12- Rocas intrusivas, post-Cretácico Inferior.
275
Malafaia, E. et al. (273-279)
276
Terópodo del Jurásico Superior de Torres Vedras (Portugal)
Figura 2. Ejemplar ALT-SHN.116, fragmento maxilar de cf. Torvosaurus sp. recogido en Praia da Corva
(Jurásico Superior, Torres Vedras). A, localización anatómica del ejemplar. B, vista lateral. C, vista medial.
Leyenda: 1- fenestra anteorbital; 2- superficie de contacto con el lacrimal; 3- superficie de contacto con el
nasal; 4- posición del diente de reemplazamiento visible a través de la fractura; 5- proceso anteromedial
del maxilar.
277
Malafaia, E. et al. (273-279)
278
Terópodo del Jurásico Superior de Torres Vedras (Portugal)
& H. Osmólska (Ed.). The Dinosauria II. from the Upper Jurassic of Praia da Areia
47-70. University of California. Branca (Lourinhã, Portugal). Neues Jahr-
Yagüe P., Dantas P., Ortega F., Cachão buch für Geologie und Paläontologie 240
M., Santos F. A. M., Gonçalves R. & (3): 313-342.
Lopes S. 2006. New Sauropod Material
279
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 281
Martín Abad, H. (281-290)
pez Martínez & Truyols Santonja 1994). dios pueden llevarse a cabo de diversas
Generalmente, el proceso de fosilización maneras: mediante observación directa
se divide en dos fases: por un lado, la fase de restos de organismos en ambientes
bioestratinómica, que engloba los proce- naturales; mediante experimentación en
sos de producción de la entidad a fosilizar ambientes naturales con restos de or-
y los fenómenos, procesos y alteraciones ganismos dispuestos por los investiga-
que tienen lugar antes del enterramiento; dores; o mediante experimentación en
y por otro lado, la fase fosildiagenética, laboratorios, lo cual confiere la ventaja
que comprende los fenómenos, procesos de poder controlar alguna(s) variables(s)
y alteraciones que tienen lugar después (Kowalewski & Labarbera 2004). Estu-
del enterramiento (desde el primero, si dios de este último tipo, como el desarro-
se suceden varios procesos de enterra- llado por Davis & Briggs (1998) respecto
miento). La mayor parte de los procesos a aves, arrojan gran cantidad de informa-
de descomposición del resto producido ción acerca de los procesos de descompo-
originalmente, como por ejemplo la de- sición bioestratinómica que, después, ha
gradación de tejidos blandos y la desar- sido utilizada para contrastar con ejem-
ticulación de los elementos óseos si el plares del registro fósil. Otro ejemplo lo
resto es un cuerpo orgánico (un ser vivo encontramos en el estudio llevado a cabo
o parte de él), tienen lugar durante la pri- por Cambra-Moo (2007). Este estudio re-
mera de estas fases, la bioestratinómica salta la importancia que tiene la duración
(Cambra-Moo 2006), motivo por el cual del período en el que los restos se ven
el presente estudio se ha centrado en esta expuestos a estos procesos de descompo-
fase en concreto. sición, ya que permiten tener una idea de
La descomposición es un proceso los procesos concretos que han sucedido,
complejo sobre el que influyen multitud por ejemplo, en el yacimiento en el que
de variables: desde las características se han encontrado los restos. Por eso, po-
ambientales (climáticas, geológicas, etc.) der estimar el tiempo de descomposición
del entorno, hasta las características pro- resulta fundamental para realizar, como
pias del resto producido (Cambra-Moo ya se ha dicho, reconstrucciones tanto
2006; Mann et al. 1990). Esto hace que paleoecológicas como de los sucesos que
el estudio del efecto de todos estos fac- han tenido lugar tras la producción del
tores al mismo tiempo sea prácticamente resto.
imposible. Sin embargo, el análisis de La duración de este período puede es-
cada una de estas variables por separa- tudiarse de varias formas, ya sea median-
do es mucho más asequible, y es en esto te el análisis del sustrato, como del pro-
precisamente en lo que la Actuotafono- pio resto (Bass & Jefferson 2003). En el
mía resulta una herramienta muy útil. La segundo caso, hay varias variables en las
Actuotafonomía investiga procesos ac- que se puede centrar el estudio, y una de
tuales, como son los de descomposición, ellas es la descomposición sufrida por el
extrayendo información que ayuda en la resto. Percibir esta descomposición suele
generación de modelos de preservación ser mucho más fácil en un resto que ori-
para el registro fósil. Este tipo de estu- ginalmente era la carcasa completa de un
282
Estimación de la tasa de descomposición bioestratinómica
ser vivo. Una vez más, se puede recurrir a cia en cuanto a la teoría y la metodología
la experimentación actuotafonómica para se refiere, y no en cuanto a los valores
abordar este estudio. La comparación de numéricos y sus consecuencias.
los resultados obtenidos en simulaciones
experimentales de la descomposición 2. Material y métodos
bioestratinómica de organismos con el
estado que presentan los restos fósiles de La muestra utilizada está compuesta
organismos semejantes (cuanto más, me- en su totalidad por ejemplares de teleós-
jor) pueden permitir establecer relaciones teos clupeomorfos (fig. 1), pertenecien-
entre ambos procesos, y por tanto hacer tes a las especies Engraulis encrasicho-
una estimación de la duración del perío- lus (boquerón común), en el caso de los
do en el que tuvieron lugar los procesos grandes y medianos, y a la especie Aphia
de descomposición del resto fósil. minuta (chanquete), en el caso de los pe-
Un factor clave en este tipo de estu- queños, de acuerdo a los siguientes ran-
dios es la velocidad de descomposición gos: 13 – 13,5 cm, 8 – 9,5 cm y 4 – 5
del resto. A priori, este dato es imposible cm respectivamente. Cada uno de los tres
de averiguar simplemente con el fósil, y, grupos de diferentes tamaños incluye 5
sin embargo, este tipo de experimentos ejemplares, y el peso inicial medio para
actuotafonómicos permiten hacer esti- cada uno de los tres era 23,68 g, 6,01 g y
maciones teóricas. La velocidad de des- 0,3 g respectivamente.
composición depende, una vez más, tanto Para el desarrollo de este experimen-
de factores biológicos (propios del resto to, se ha utilizado una urna de metacri-
fósil), como de las características del en- lato de 100 litros de volumen, dentro de
torno. Por lo tanto, para poder realizar la cual se han introducido cuatro bande-
estimaciones válidas habría que experi- jas de plástico cubiertas de una capa de
mentar con todas las combinaciones de sedimento calcítico finamente filtrado.
estas variables que puedan haberse dado Dicho sedimento fue extraído de la lagu-
en la descomposición del resto; así, las na de La Lengua, incluida dentro de las
estimaciones serán cada vez más acerta- Lagunas de Ruidera (Ciudad Real). Para
das. Este es el objetivo de estudios como la medición del peso de los individuos se
los mencionados de Davis & Briggs ha utilizado una balanza (Balanza Precisa
(1998) y Cambra-Moo (2007), y en esta XB1200C) de 0,01 gramos de precisión.
línea se ha trabajado también en el pre- Para mantener la temperatura aproxima-
sente experimento, que se ha centrado en damente constante, se ha instalado en la
el análisis de la velocidad de descompo- urna una manta térmica (Manta térmica
sición intrínseca de los cuerpos (en este Termo Heat 20 watios). También se ha
caso de vertebrados, y más concretamen- instalado un higrómetro (Higrómetro
te de peces teleósteos), es decir, sin la Eurozoo analógico) para poder medir la
influencia de factores externos. Hay que humedad en el interior de la urna. Por
destacar que se trata nada más que de un otra parte, también se ha utilizado un ma-
estudio preliminar, y por tanto los datos y traz kitasato, unido a un vacuómetro (Va-
conclusiones obtenidas tienen importan- cuómetro con mercurio Álamo), que ha
283
Martín Abad, H. (281-290)
284
Estimación de la tasa de descomposición bioestratinómica
285
Martín Abad, H. (281-290)
de tamaño grande, para ver cómo había que en las gráficas se incluya la pérdida
afectado la descomposición a los tejidos de masa del sedimento por evaporación
interiores. Éstos habían quedado reduci- (esto es fácilmente demostrable matemá-
dos a escasos restos secos de color negro, ticamente: teniendo en cuenta la escasa
entre los que no se podía identificar nin- influencia de la pérdida de masa de los
gún órgano ni tejido. A medida que avan- ejemplares pequeños en la pérdida total
zaban los procesos de biodegradación, de peso de esa bandeja, podemos con-
iban liberándose líquidos corporales, que cluir que de los 7,45 g perdidos aproxi-
fueron absorbidos por el sedimento, de madamente 7 se deben a la evaporación
manera que se formaron unas almohadi- del agua del sedimento; puesto que en
llas de sedimento compacto alrededor de todas las bandejas el proceso de pérdida
los cuerpos. de peso se estabilizó, podemos calcular
Como resultado de estos proce- la debida a la evaporación, y ver que en
sos, también tuvieron que desprenderse las tres bandejas grandes representa tan
gases, especialmente CO2, que es el pro- sólo una pequeña parte del total de masa
ducto final habitual de las descomposi- perdida, por lo que la gráfica representa
ciones por fermentación, lo cual también básicamente la tasa de descomposición
es interesante de cuantificar, ya que tam- de los ejemplares) y puede ser conside-
bién puede suponer un factor de estima- rada por tanto en términos de la ecuación
ción de la velocidad de descomposición. exponencial general:
Sin embargo, en el dispositivo preparado e-λψt = W / W0
a tal efecto no se registró cambio alguno donde λ = constante de descompo-
en la presión gaseosa a lo largo de los 60 sición, ψ = constante de temperatura, t
días de experimentación. El cuerpo intro- = tiempo transcurrido, W = peso en el
ducido, en cambio, parecía sufrir los mis- tiempo t, y W0 = peso inicial (Davis &
mos procesos biodegradativos, ya que en Briggs, 1998). Una variable clave para
él se apreciaban las mismas pérdidas de la descomposición es, por tanto, la tem-
masa y de líquidos, que quedaron deposi- peratura. La temperatura a la que el ex-
tados en el kitasato, puesto que no había perimento fue llevado a cabo fue más o
sedimento en su interior menos constante, por lo que ψ adquiere
un valor de 1, de manera que la ecuación
4. Discusión se reduce a:
e-λt = W / W0
La pérdida de masa es una buena va-
Los valores de W, W0 y t pueden
riable para medir la biodegradación o el
proceso general de descomposición de un obtenerse directamente de los datos del
cuerpo. La tasa de descomposición, cuan- experimento, y sustituyéndolos en la
tificada mediante la pérdida de peso, de ecuación, se puede calcular el valor de
individuos de diferentes tamaños es muy λ. La primera ecuación puede utilizarse
similar, y en todos los casos presentaba, ahora para interpretar la descomposición
en este experimento, un comportamien- en teleósteos fósiles. Valores de ψ a di-
to esencialmente exponencial, a pesar de ferentes temperaturas pueden calcularse
teniendo en cuenta que la tasa de des-
286
Estimación de la tasa de descomposición bioestratinómica
Figura 3.- Gráficas de pérdida de peso de las bandejas de ejemplares pequeños (a), medianos (b) y grandes
(c y d).
287
Martín Abad, H. (281-290)
excluido el resultado para los ejemplares en este proyecto no son relevantes para
pequeños, que es de 5,93 x 10-3, puesto la interpretación de fósiles por la ausen-
que al ser tan diferente habría falseado cia de ciertos factores, como por ejemplo
el valor de λ para medianos y grandes, factores ajenos al propio resto que influ-
que era muy similar). Estos datos, ade- yen en los procesos de descomposición.
más de para hacer inferencias paleonto- Sin embargo, el objetivo de un estudio
lógicas, permiten realizar comparaciones experimental bajo condiciones contro-
de los procesos de descomposición de ladas es aislar y determinar los efectos
peces teleósteos y de otros organismos. de cada variable que afecte al proceso
Por ejemplo, en un estudio similar a este taxonómico (Brand et al. 2003). Estu-
respecto a aves (Davis & Briggs 1998) se dios controlados comparativos apoyados
ha obtenido un valor para la constante λ por observaciones de ambientes natura-
de 0,14. Este resultado es mucho mayor les proveerán el más completo entendi-
que el calculado aquí; la causa reside en miento del proceso general, y cómo éste
que los sujetos experimentales en el caso difiere bajo distintas condiciones. Como
de las aves fueron sometidos a procesos dijo Briggs (1995), “sólo simplificando
biodegradativos diferentes, especialmen- las condiciones y explorando el efecto
te debido a la presencia de organismos de las variables cambiantes podremos in-
necrófagos o carroñeros. vestigar los factores más importantes que
En cuanto a la producción de gases influyen en la fosilización, y determinar
durante la descomposición, el sistema su papel”. De esta manera no sólo se co-
ideado para medirla en este experimento nocerá el efecto de estas variables, sino
no ha funcionado. Probablemente, esto también el de las que están ausentes.
se deba a que el volumen del matraz era A partir de los resultados de este tra-
muy grande comparado con el del indi- bajo, se puede extraer una serie de con-
viduo, lo suficiente como para que los clusiones referentes a los procesos de
gases producidos se comprimiesen, inca- descomposición bioestratinómica. Los
paces de desplazar el mercurio de la co- cuerpos de los peces teleósteos sufren
lumna de medición que, por otra parte, no una biodegradación, en ausencia de fac-
parece el líquido más adecuado para tal tores externos que afecten al proceso, que
efecto, dada su gran densidad. se ajusta a una ecuación de tipo exponen-
cial, con una tasa de descomposición λ =
5. Conclusiones 0,0242, a partir de la que se pueden ex-
traer datos tafonómicos respecto a restos
La Tafonomía es la herramienta que fósiles. En este proceso de biodegrada-
permite integrar la información obtenida ción, la temperatura es un factor clave,
tanto del registro fósil como de la experi- elevando su velocidad cuando aumenta.
mentación actualista, y mediante la cual Experimentos como el desarrollado
se pueden proponer hipótesis de recons- en este trabajo arrojan cierta cantidad de
trucción paleoecológicas mucho más información tanto paleobiológica como
completas. Podría pensarse que experi- paleoambiental, permitiendo un conoci-
mentos controlados como el desarrollado miento más profundo de la vida del pa-
288
Estimación de la tasa de descomposición bioestratinómica
289
Martín Abad, H. (281-290)
290
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
Arsinoitherium is one of the most emblematic genera from the fossil fauna of African Terti-
ary. Though one of the most represented prehistoric mammals in children’s books, it is also one
of the least well-known. Its unique morphology characterized by two enormous nasal horns
and its singular teeth have fascinated palaeontologists for the last hundred years. Three species
have been described to date: the type A. zitteli Beadnell 1902, the bigger and less common A.
andrewsi Lankaster 1903 and the more recent A. giganteum Sanders 2004. Using the new and
unpublished collection of Arsinoitherium from the Muséum National d’Histoire Naturelle from
Paris we studied the teeth and anatomy of this genus and realized that the criteria based on size
used for the description of the different species are not reliable due to the great variability of
measures taken mostly from the teeth. The taxonomic value of the species is questioned. There-
fore we propose a new protocol of measure that could help to solve the problem of the number
of species within the genus Arsinoitherium.
Keywords: Africa , Arsinoitherium, teeth, new collection, Mammal, number of species, Terti-
ary
Palabras clave: África, Arsinoitherium, dientes, colección inédita, Mamífero, número de espe-
cies, Terciario
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 291
Mondéjar Fernández, J. et al. (291-304)
292
El género Arsinoitherium. Colección del MNHN de París
Figura. 1 – Representación sintética de los elementos esqueléticos de la colección del MNHN de Paris.
(Arsinoitherium zitteli Beadnell 1902, según Andrews 1906)
293
Mondéjar Fernández, J. et al. (291-304)
trado en conexión anatómica. Podemos más alta que la del lado interno (mura-
observar que a pesar de su interés, del lla lingual). Los dientes se disponen de
abundante material y de su relativo buen manera contigua, a excepción de los
estado de conservación, esta colección primeros incisivos superiores que están
inédita no presenta ningún espécimen separados por un pequeño espacio. La
que no haya sido descrito anteriormente ausencia de diastema permite diferenciar
(Andrews 1906). Desgraciadamente no a los embritópodos del resto de tetiterios
aporta nueva información sobre la anato- (Court 1992a).
mía de Arsinoitherium. Los premolares definitivos son mor-
El principal criterio de discriminación fológicamente diferentes de los mola-
entre especies de arsinoiterios es el tama- res. Los molares son bilofodontos. Cada
ño. La especie A. andrewsi se diferencia uno de los molares se compone de dos
de la especie tipo A. zitteli por su “ma- crestas, o lofos, curvadas hacia delante
yor tamaño, siendo sus dimensiones casi y reunidas en el lado lingual a nivel del
el doble” (Andrews 1906). Asimismo, la ángulo antero-interno de las crestas. A
especie A. giganteum se diferencia de las medida que el diente se desgasta, las dos
otras especies de Arsinoitherium por su crestas transversales se unen por el borde
“mayor tamaño de los dientes” (Sanders del lado lingual. La hendidura que sepa-
et al. 2004). Vemos por tanto que la ca- ra los dos lofos queda abierta por el lado
racterización de especies de Arsinoithe- vestibular, contrariamente a los que se
rium no se basa en la morfología ósea observa en otras denticiones bilofodon-
sino en las medidas de las piezas dentales tas. Esta bilofondocia particular es exclu-
y esqueléticas. El estudio comparativo de siva de los embritópodos y corresponde
los elementos esqueléticos de la colec- a una forma extrema de dilambdodoncia
ción del MNHN nos permitirá indicar y (Court 1992a).
discutir estos criterios de caracterización El desgaste de los dientes no se pro-
de las diferentes especies de Arsinoithe- duce sobre toda la superficie del diente,
rium y probar su validez. de forma homogénea como en los caba-
llos, sino más bien del lado interno. Ello
3. Resultados contribuye a acentuar aun más la diferen-
cia de altura entre la muralla vestibular
3.1 La dentadura de Arsinoitherium y lingual. A la vista de estas observacio-
nes podríamos caracterizar los dientes de
La formula dentaria consiste en I 1 Arsinoitherium como extremadamente
– 3, C 1, P 1 – 4, M 1 – 3. Existen varia- hipsodontos (sensu Andrews 1906; Sen
ciones importantes de la talla y la forma 1979; Tanner 1979). Además se ha obser-
no solo entre los diferentes dientes sino vado que los dientes de Arsinoitherium
también entre las tres especies de Arsi- son de crecimiento continuo, es decir que
noitherium. La corona es asimétrica para la raíz permanece abierta durante casi
todas las piezas dentales, y desde las pri- toda la vida del individuo. Sin embargo
meras etapas de su desarrollo, la pared en ciertas piezas muy usadas no se ob-
externa (muralla vestibular) es siempre servan marcas de esmalte. Podemos de-
294
El género Arsinoitherium. Colección del MNHN de París
cir que la corona ha sido completamente 3.2 Las variaciones de tamaño de los
destruida por el desgaste y que no ha sido dientes
resintetizada. Por tanto la pérdida de la
corona original recubierta de esmalte y la Con el fin de asignar específicamente
incapacidad de reemplazarla una vez que los elementos de la colección del MNHN
ha sido destruida provoca que en anima- de París hemos efectuado una serie de
les longevos la masticación se realice con medidas de las diferentes piezas dentarias
dientes de raíces abiertas y sin esmalte. A de la colección y las hemos comparado a
la vista de estas observaciones podríamos las medidas presentadas en la literatura.
caracterizar los dientes de Arsinoitherium Para ello hemos utilizado un protocolo
como protohipsodontos (sensu Mones de medida adaptado a los caracteres par-
1982), pero con un crecimiento prolon- ticulares de la dentición de los arsinoite-
gado; o como euhipsodontos (sensu Mo- rios que permita obtener unas medidas lo
nes 1982) pero incapaces de resintetizar suficientemente fiables como para poder
la corona. Por desgracia ningún término compararlas con las de la literatura.
de la literatura consultada define comple- Observamos que el intervalo de varia-
tamente y de modo preciso la morfología ción de la longitud de los dientes de la co-
dental de los arsinoiterios y por tanto to- lección engloba a varias de las longitudes
dos los términos utilizados para describir características de las otras especies. Este
estos dientes singulares son imprecisos. hecho se debe seguramente a un error en
A pesar del estado derivado de la mor- la toma de medidas como resultado de la
fología dental el criterio fundamental de aplicación de un protocolo de medida no
discriminación entre especies es el tama- explicado en la literatura y seguramente
ño de los dientes (Andrews 1906; Sanders diferente al utilizado por los otros autores
et al. 2004). Este criterio de caracteriza- (Andrews 1906; Sanders et al. 2004). Se
ción está por tanto sujeto a las medidas observa también que A. giganteum está
realizadas sobre los dientes, sobre todo la poco representado y que las longitudes
longitud y la anchura de las piezas. Sin de sus dientes se incluyen dentro del ran-
embargo las dimensiones utilizadas para go de variación de los especimenes de la
caracterizar a las especies son muy va- colección del MNHN. (Fig.2)
riables debido al carácter derivado de la Nos hemos interesado también en las
dentadura y a la influencia del desgaste variaciones de las proporciones de tama-
(Court 1992a). Por tanto la atribución de ño entre premolares y molares. (Fig. 3)
una longitud y de una anchura máxima de Vemos que para las medidas de la colec-
referencia en las publicaciones deben ser ción la pendiente de las curvas aumen-
tomadas de manera provisional ya que ta a medida que la serie molar avanza,
ningún protocolo de medida exclusivo mientras que para las medidas de An-
a los dientes de Arsinoitherium ha sido drews (1906) en A. zitteli la pendiente
propuesto ni explicado en ningún artículo es negativa al final. Este hecho se debe
de la literatura consultada. al método de medición ya que para la
295
Mondéjar Fernández, J. et al. (291-304)
296
El género Arsinoitherium. Colección del MNHN de París
Figura. 3 – Variación de las longitudes de los dientes de la serie P2 – M3 de la colección del MNHN, A.
zitteli, A. andrewsi y A. giganteum.
de tamaño de los elementos del esqueleto decir que tanto los especímenes comple-
postcraneal son claras entre estas dos es- tos del húmero como de la ulna de la co-
pecies de Arsinoitherium y que por tanto lección del MNHN de París pertenecen
la especie A. andrewsi podría ser válida muy probablemente a la especie A. zitte-
según este análisis. Igualmente podemos li.
Figura. 4 – Longitud de la expansión distal en función de la longitud de la tróclea para las extremidades
distales de los húmeros de A. zitteli, A. andrewsi y del espécimen completo de la colección del MNHN de
París (LBE 595)
297
Mondéjar Fernández, J. et al. (291-304)
Figura. 5 – Longitud de las ulnas completas de A. zitteli, A. andrewsi y del espécimen completo de la co-
lección del MNHN de París (LBE 599)
298
El género Arsinoitherium. Colección del MNHN de París
sus comparaciones con respecto a medias otras. Además según el código de no-
calculadas a partir de longitudes y anchu- menclatura zoológica las diagnosis que
ras de los dientes de A. zitteli publicadas definen especies sólo deben tener en
por Andrews (1906). Afirma así que A. cuenta la morfología, es decir los carac-
giganteum es más grande que A. zitteli teres intrínsecos a los taxones. La edad y
ya que algunas de las dimensiones de los la distribución geográfica son caracteres
dientes de A. giganteum son superiores extrínsecos que no tienen relevancia en
a las medias de A. zitteli. Además para las descripciones de especies. La varia-
este autor A. andrewsi no sería más que ciones de tamaño no están relacionadas
un individuo de gran tamaño de A. zitteli. con la edad de las especies y por tanto
No obstante vemos que generalmente las la especie A. giganteum no tiene razón
dimensiones de A. giganteum están in- de ser a la vista de estas consideracio-
cluidas dentro del rango de variación de nes. Podríamos estar igualmente frente
los dientes de A. zitteli de la colección o a un caso de sincronismo de las especies
bien no son significativamente más gran- de Arsinoitherium que pueden atravesar
des que las de los dientes de A. andrewsi. largos periodos de tiempo sin presentar
Por tanto incluso si los dientes de A. gi- grandes modificaciones morfológicas.
ganteum son más grandes que las medias
de A. zitteli, no podemos afirmar que ge- 4.4 Objetivos futuros
neralmente A. giganteum sea más grande
que A. zitteli o que A. andrewsi. A continuación vamos a proponer un
nuevo protocolo de medida que refleje
4.3 Biocronología las singularidades de la dentadura de los
arsinoiterios y que permita la toma de
La especie A. giganteum es defini- medidas fiables que puedan ser conside-
da en función del tamaño de sus dientes radas como una referencia estable para
(Sanders et al. 2004). No obstante en su las comparaciones dentarias.
artículo el autor precisa que esta nueva
especie de arsinoiterio es más reciente La longitud
que las otras dos: A. zitteli y A. andrew-
si son del Oligoceno inferior de Egipto Proponemos que la toma de medidas
mientras que A. giganteum es del Oligo- de la longitud de los dientes se realice
ceno superior de Etiopía. Según Sanders en vista oclusal, considerando exclu-
et al. (2004) A. giganteum no sería una sivamente los puntos de contacto más
especie diferente solamente porque el ta- alejados entre las coronas de los dientes
maño de sus dientes es más grande de los anteriores y posteriores al diente medi-
de A. zitteli, sino también porque es geo- do. Estos puntos corresponden a las úni-
lógicamente más reciente que las otras cas zonas de la dentadura que no sufren
dos especies. modificaciones por el desgaste ya que el
Ya hemos visto que el criterio de la contacto entre los dientes es lo bastante
talla es erróneo para afirmar que A. gi- profundo como para no quedar nunca
ganteum es una especie diferente de las expuesto, incluso cuando el esmalte está
299
Mondéjar Fernández, J. et al. (291-304)
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Mondéjar Fernández, J. et al. (291-304)
pleta completo
53. LBE 656 : Tibia derecha (frag- 57. LBE 660 : Astrágalo izquierdo
mentada ) incompleto
54. LBE 657 : Extremidad proximal 58. LBE 661 : Astrágalo izquierdo
de tibia izquierda incompleto
55. LBE 658 : Patela derecha (frag- 59. LBE 662 : Calcáneo derecho
mentada) (deformado)
56. LBE 659 : Astrágalo izquierdo
304
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
Eggshell fragments of the Testudoid basic type have been recollected in the Valanginian-
Hauterivian of Zaragoza (Villanueva de Huerva Fm.). Its ornamentation, histostructure and
ultrastructure allow us to ascribe them to the spherurigidis morphotype, oofamily Testudooli-
thidae, oogenus indet. Comparisons with fossil and recent ootaxa suggest an affinity with eggs
laid by Testudinidae turtles, a group with no Mesozoic record.
Keywords: Eggshells, Testudoid basic type, Chelonia, Iberian Chain, Lower Cretaceous.
Palabras clave: Cáscara de huevo, Tipo básico testudoide, Chelonia, Cordillera Ibérica, Cre-
tácico Inferior.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 305
Moreno-Azanza, M. et al. (305-315)
306
Tipo básico Testudoide del Cretácico Inferior de Zaragoza
307
Moreno-Azanza, M. et al. (305-315)
308
Tipo básico Testudoide del Cretácico Inferior de Zaragoza
309
Moreno-Azanza, M. et al. (305-315)
Desviación
Medida n Media Mínimo Máximo
estándar
Espesor 17 425 59 306 534
Ø unidades cáscara 4 307 28 268 331
Ø poros 52 73 37 14 149
Ø poros pequeños 35 54 21 14 90
Ø poros grandes 17 110 35 92 149
Distancia entre poros 46 381 139 45 685
diámetro (54 y 110 μm. de diámetro me- radial. El resto de la unidad de cáscara
dio respectivamente), que se abren sobre está formada por cristales tabulares de
las superficies de las unidades cristalinas calcita en disposición radial (Lám. 1, Fig.
y en los ángulos entre diferentes unida- 6). No presentan un patrón de extinción
des respectivamente. Los poros pequeños característico, sin embargo se observan
son subcirculares o irregulares, mientras grandes cristales de calcita con extinción
que los poros de mayor tamaño son sub- ondulante (Lám. 1, Fig. 8). Los canales
circulares u ovalados, sin orientación pre- de los poros son rectos y en algunos ca-
ferente, con una densidad de poros de 12 sos más anchos en los extremos (Lám. 1,
poros/mm2. La distancia media entre los Figs. 6 y 8). Las unidades cristalinas pre-
poros es de 381 μm. La superficie inter- sentan una gran cantidad de perforacio-
na (Lám. 1, Fig. 2) presenta disposición nes de pequeño tamaño (1-2 μm.) (Lám.
laberíntica de las bases de las unidades 1, Fig. 4) similares a las vesículas que se
cristalinas, con algunos cráteres de reab- observan en la estructura escamosa de la
sorción en las mamilas. La base de las cáscara aviana. Estas perforaciones no
mamilas presenta cristales de carbonato están conectadas entre sí y se disponen
en forma de aguja que divergen desde en líneas verticales divergentes, de forma
el centro de la mamila (Lám. 1, Fig. 3), paralela a las cuñas que forman las uni-
ultraestructura radial aragonítica carac- dades cristalinas. Su origen no está claro,
terística del morfotipo testudoide. No se pudiendo ser el resultado de la pérdida de
conserva el núcleo orgánico. En sección volumen producida en el paso de arago-
radial se observan unidades esferoida- nito a calcita durante la diagénesis, mar-
les más estrechas en su base y más altas cas de procesos de disolución, bioerosión
que anchas (2/1) (Lám. 1, Fig. 5-8). Las producida por microorganismos o relic-
unidades cristalinas no conservan la es- tos de filamentos proteicos.
tructura radial aragonítica excepto en la
parte inferior (1/5 del total del espesor de 6. Discusión
la cáscara) donde se observan seudomor-
fos aciculares de calcita en disposición Hirsch (1996) identificó dos morfoti-
310
Tipo básico Testudoide del Cretácico Inferior de Zaragoza
pos diferentes dentro del tipo básico Tes- calo-1 es similar a este morfotipo, pre-
tudoide en función de la relación entre la sentando ambos dos familias de poros y
altura y anchura de las unidades cristali- relación altura/anchura 2/1 en las unida-
nas y el tipo de cáscara (blanda, flexible des cristalinas. Las cáscaras de Pochan-
o rígida). El morfotipo esferuflexible se calo-1 se diferencian de este tipo B al
caracteriza por unas unidades cristalinas ser ligeramente más finas (500-750 μm.
aproximadamente tan altas como anchas, en el caso del ootaxón tipo B); además
mientras que el morfotipo esferurrígido la disposición de las aberturas de los po-
se caracteriza por unidades claramente ros es diferente, ya que en Testudoolithus
más altas que anchas. Las cáscaras de sp. los poros menores rodean a los poros
Pochancalo-1 se asignan al morfotipo de mayor tamaño, por lo que parece que
esferurrígido por presentar unidades cris- Testudoolithidae de Pochancalo-1 repre-
talinas más altas que anchas. Dentro de senta un ootaxón distinto de los represen-
este morfotipo se ha descrito únicamente tados en el Hauteriviense-Barremiense
la oofamilia Testudoolithidae con un solo de Galve.
oogénenero: Testudoolithus. A este oogé- Isaji et al. (2006) describieron en el
nero, se han adscrito dos ooespecies: T. Neocomiense de Japón varias puestas y
rigidus Hirsch 1996 y T. magnirigidus fragmentos de cáscara con morfotipo es-
Zelenitsky 1995. Se distinguen por su ferurrígido que asignaron tentativamente
diferencia en el espesor y en su relación a tortugas criptodiras. El ootaxón japonés
anchura/altura (220-240 μm. y 2/1 en T. carece de aberturas de poros y las unida-
rigidus; 780-820 μm. y 3/1 en T. magniri- des cristalinas tienen paredes paralelas.
gidus). El ootaxón de Pochancalo-1 difie- Por otro lado, presenta perforaciones si-
re de ambas en el espesor de la cáscara y milares a las que se observan en el oo-
en el tamaño y forma de las aberturas de taxón de Pochancalo-1, que los autores
los poros, por lo que podría tratarse de un interpretan como marcas de disolución.
ootaxón sin describir. En el Albiense de Francia se ha descri-
Kohring (1990a) identificó en la loca- to un huevo de tortuga (Masse 1989). El
lidad turolense de Galve tres ootaxones diámetro de las unidades cristalinas es si-
del tipo básico Testudoide, que refiere milar al del ootaxón de Pochancalo 1, si
como A, B y C. Este material posible- bien el ejemplar francés carece de las zo-
mente proviene de la Formación El Cas- nas superiores de las mamilas, por lo cual
tellar (Hauteriviense superior-Barremien- es imposible comparar ambos ootaxa. En
se basal). El Tipo A difiere del ootaxón el Plioceno de las Islas Canarias se han
de Pochancalo-1 en presentar un espesor descrito dos nidadas de tortugas que po-
mucho menor. Amo Sanjuán (1998) con drían ser asignadas al morfotipo Spheru-
material también de la Formación El rigidis (Hirsch & López-Jurado 1987;
Castellar en Galve, pero de yacimientos Rothe & Klemmer 1991; Hutterer et al.
diferentes a los estudiados por Kohring 1997). Las cáscaras tienen un espesor si-
(1990a), identificó cáscaras muy simila- milar (400 a 420 μm.), pero las aberturas
res al tipo B de Kohring (1990a) como de los poros son menos abundantes que
Testudoolithus sp. El ootaxón de Pochan- en el material de Pochancalo.
311
Moreno-Azanza, M. et al. (305-315)
Dentro de las tortugas actuales, las tortuga gigante Geochelone nigra (Quoy
familias Kinosternidae, Emydidae y Tes- & Gaimard 1824), diferenciándose por-
tudinidae ponen huevos cuya estructura que los poros son mucho menores en
se asemeja al morfotipo Spherurigidis, si este caso (10 a 40 μm.) en esta especie
bien la descripción formal y la determina- de Geochelone (Hirsch 1983; Schleich &
ción parataxonómica de los huevos de las Kästle 1988).
tortugas actuales no se ha llevado a cabo
todavía. El ootaxón de Pochancalo-1 pre- 7. Conclusiones
senta un espesor de cáscara mayor al de
la mayoría de los huevos producidos por Se describe por primera vez fragmen-
los taxones actuales. La familia Emydi- tos de cáscara de huevo de quelonios en
dae presenta cáscaras de huevo con poros la Formación Villanueva de Huerva (Va-
circulares, en ocasiones en el centro de langiense-Hauteriviense) en Zaragoza.
grandes cráteres que perforan hasta un Los fragmentos de cáscara se asignan a
tercio del espesor total de la cáscara. Los la oofamilia Testudoolithida por presen-
núcleos orgánicos se encuentran muy tar tipo básico testudoide y morfotipo
próximos, pudiendo llegar a formar una Spherurigidis. Estos fragmentos difieren
capa continua (Schleich & Kästle 1988). de los oogéneros fósiles descritos por
La familia Kinosternidae presenta cásca- presentar un patrón de ornamentación
ras de huevo con poros subpoligonales o característico. Se han encontrado mor-
irregulares, además unidades cristalinas fologías similares en cáscaras de huevos
imperfectas se sitúan entre los espacios de tortugas actuales de la familia Testu-
dejados por las unidades perfectamente dinidae. El registro fósil conocido más
desarrolladas. antiguo de esta familia es del Paleoceno
La familia Testudinidae presenta una (Lapparent de Broin 2001; Holroyd &
amplia variabilidad en la estructura y Parham 2003), lo cual supone una impor-
ultraestructura de la cáscara. El ootaxón tante dificultad para asignar las cáscaras
de Pochancalo-1 es similar morfológica- de huevo de Pochancalo-1 a esta familia.
mente a la cáscara de huevo de Testudo
graeca Linnaeus 1758. Ambas presentan Agradecimientos
dos tipos de poros, unos subcirculares
y de pequeño tamaño y otros ovalados, Este trabajo se enmarca en el proyec-
pudiéndose fusionar en grupos de varios to CGL2007/62469/BTE del Ministerio
poros. Sin embargo la cáscara de huevo de Educación y Ciencia de España, por
de Testudo graeca es mucho más fina los fondos Feder y Gobierno de Aragón
que la de Pochancalo-1 (160 μm.), y las (Financiación de Grupos Consolidados
unidades cristalinas presentan superficies 2008). La Dirección General de Patrimo-
cóncavas, a diferencia del taxón cretácico nio Cultural del Gobierno de Aragón ha
(Schleich & Klemmer 1988). Finalmen- financiado los trabajos de prospección.
te, el ootaxón de Pochancalo-1 presenta Las fotografías de MEB las ha realizado
similitud morfológica en estructura y ul- Cristina Gallego del Servicio Microsco-
traestructura a la cáscara de huevo de la pía Electrónica de la Universidad de Za-
312
Tipo básico Testudoide del Cretácico Inferior de Zaragoza
313
Moreno-Azanza, M. et al. (305-315)
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315
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
New undescribed material of Megacricetodon from the early Aragonian locality of Artesilla
is presented. On the basis of the composition of the fossil rodent association, with a peculiar
combination of taxa, it represents the first record of the genus Megacricetodon in the Iberian
Peninsula. Megacricetodon primitivus and M. collongensis have been compared, using material
from their type localities, in order to establish the validity of both species. After the morpho-
metrical study the sample from Artesilla has been assigned to M. primitivus. The evolutionary
stage of this material is, as would be expected, relatively more primitive than that from Val-
torres, type locality of M. primitivus.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 317
Oliver Pérez, A. et al. (317-329)
318
Megacricetodon de Artesilla (Aragoniense Inferior)
319
Oliver Pérez, A. et al. (317-329)
320
Megacricetodon de Artesilla (Aragoniense Inferior)
Tabla 1. Estadísticos descriptivos para cada uno de los elementos dentales de Megacricetodon en las loca-
lidades estudiadas. Donde n= número total de ejemplares medidos; min.= valor mínimo medido; media=
media de los ejemplares medidos; max.= valor máximo medido; σ= desviación típica de la muestra. Los
datos se han obtenido de Daams & Freudenthal (1988) en el caso de Valtorres, Maridet (2003) para Vieux-
Collonges y Aguilar (1995) para Port-la-Nouvelle.
En todos los ejemplares, tanto el me- tosinúsido, en uno y medio sin cerrarlo
talofúlido como el hipolofúlido tienen en dos. El anterolófido lingual es largo
conexión anterior y apuntan oblicuamen- alcanzando la esquina antero-lingual del
te hacia delante. El mesolófido es largo metacónido en diez, corto en 16 y ausente
alcanzando el borde lingual del diente en en uno de los 27 ejemplares. El cingúlido
dos ejemplares, medio en 14, corto en 13 lingual (cíngulo que cierra lingualmente
y ausente en dos Un ejemplar presenta la base del protosinúsido) es relativamen-
ectomesolófido. Aparece un hipococo- te abundante, estando claramente diferen-
núlido en 10/33 especímenes, siendo in- ciado en 12 de 29 ejemplares e incipiente
cipiente únicamente en uno. en otros tres. El cíngúlido labial (cíngulo
que cierra labialmente la base del sinúsi-
m2- El anterolófido labial está bien do) sólo aparece claramente en un ejem-
desarrollado y cierra el protosinúsido en plar y es incipiente en otros cuatro de los
28 ejemplares, es medio, cerrando el pro- 29 especimenes.
321
Oliver Pérez, A. et al. (317-329)
En todos los ejemplares el metalofúli- lle (Aguilar 1995). En una primera fase
do es anterior, de los cuales en seis se co- se han comparado los materiales de las
necta al anterolofúlido y en los restantes localidades tipo de ambas especies para
24 se conecta directamente al anterocóni- establecer si existen diferencias significa-
do. El mesolófido puede ser largo (3/29), tivas que apoyen la utilización de ambas
medio (18/29, de los cuales en siete se especies o, por el contrario, es necesaria
conecta al metacónido), corto (7/29) o su sinonimización como se desprende de
ausente (1/29). El hipolofúlido es ante- Daams et al. (1998, 1999a). Los resulta-
rior y apunta oblicuamente hacia delante dos de estos estudios se presentan en las
en todos los ejemplares. En ocho de 26 tablas 1 a 12.
dientes aparece un hipoconúlido y en 17 El material de Valtorres presenta una
de 29 hay un valle posterior al hipocóni- talla menor que los de los yacimientos
do, siendo incipiente en nueve. franceses de Vieux-Collonges y Port-la-
Nouvelle.
m3- El anterolófido labial está bien Megacricetodon primitivus de Valto-
desarrollado en todos los ejemplares. rres presenta las siguientes característi-
Sin embargo, en 33 cierra labialmente el cas morfológicas: m1 con anterocónido
protosinúsido al conectarse con la base siempre simple; presenta el mesolófido
del protocónido, y en los seis restantes generalmente corto; son abundantes los
no llega a conectar, por lo que el proto- cingúlidos y los estilos; presencia, aun-
sinúsido permanece abierto labialmente. que escasa, de ectomesolófido; y en al-
El anterolófido lingual puede ser largo, gunos casos, el anterolofúlido y el brazo
alcanzando la esquina antero-lingual del anterior del protocónido no se encuentran
metacónido (1/30), corto (26/30) o au- alineados pudiendo llegar a estar desco-
sente (3/30). El ectostílido está presente nectados.
en 12 de 40 dientes, siendo incipiente en En los m2 de Valtorres los cingúlidos
otros tres. son bastante abundantes. Predominan los
mesolófidos cortos que se conectan fre-
4. Resultados y discusión cuentemente con el metacónido.
En los m3 el anterolófido labial se
En la MN4 se han descrito represen- encuentra bien desarrollado, no llegando
tantes de dos especies de Megacricetodon a cerrar el protosinúsido en algunas oca-
de pequeño tamaño: Megacricetodon co- siones.
llongensis (Mein 1958) y M. primitivus Al igual que en Vieux-Collonges y en
(Freudenthal 1963). Con el fin de compa- Artesilla, los M1 de Valtorres se carac-
rar el material de Artesilla con estas dos terizan por cíngulos bastante desarrolla-
especies, se ha estudiado material tipo de dos y frecuentes entostilos y mesostilos.
M. primitivus de la localidad de Valtorres El cíngulo lingual rodea al protocono,
y material de M. collongensis de su loca- formando un reborde que separa al cono
lidad tipo (Vieux-Collonges). Además, se del extremo del diente. Predominan ade-
han comparado los resultados con datos más, los mesolofos medios y cortos. En
de M. collongensis de Port-la-Nouve- los M2 el cíngulo labial es relativamente
322
Megacricetodon de Artesilla (Aragoniense Inferior)
323
Oliver Pérez, A. et al. (317-329)
324
Megacricetodon de Artesilla (Aragoniense Inferior)
Tabla 2. Distribución de los estados de carácter definidos para el anterocónido del m1de Megacricetodon
en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 3. Distribución de los estados de carácter definidos para el mesolófido del m1de Megacricetodon en
las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 4. Distribución de los estados de carácter definidos para el anterolófido lingual del m2 de Megacri-
cetodon en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 5. Distribución de los estados de carácter definidos para el mesolófido del m2 de Megacricetodon en
las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 6. Distribución de los estados de carácter definidos para el espolón del anterolofo labial del M1 de
Megacricetodon en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 7. Distribución de los estados de carácter definidos para el mesolofo del M1 de Megacricetodon en
las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 8. Distribución de los estados de carácter definidos para el espolón posterior del paracono del M1 de
Megacricetodon en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 9. Distribución de los estados de carácter definidos para la conexión entre el espolón posterior del
paracono y el mesolofo del M1 de Megacricetodon en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 10. Distribución de los estados de carácter definidos para el posteroseno del M1 de Megacricetodon
en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 11. Distribución de los estados de carácter definidos para el protolófulo del M2 de Megacricetodon
en las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 12. Distribución de los estados de carácter definidos para el mesolofo del M2 de Megacricetodon en
las diferentes localidades estudiadas.
Tabla 13. Distribución de los estados de carácter definidos para el metalófulo del M2 de Megacricetodon
en las diferentes localidades estudiadas.
325
Oliver Pérez, A. et al. (317-329)
326
Megacricetodon de Artesilla (Aragoniense Inferior)
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Une nouvelle classification des Criceti-
329
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The Upper Jurassic record of turtles from the Lourinhã Group (Portugal) is relatively abun-
dant. At present, it has been recognized members of Pleurodira (Platichelydae), Paracryptodira
(Pleurosternidae), basal Eucryptodira (Plesiochelydae), and, probably, forms of Cryptodira
(Chelydridae?). This paper describes a relatively complete shell of a turtle picked up in the
cliffs of Ulsa (Torres Vedras), from levels belonging to the Freixial Formation (Tithonian).
The specimen is interpreted as an adult individual of a species of Plesiochelys. The relation-
ship of this specimen and other members of this genus from the Portuguese Upper Jurassic are
discussed.
Abreviaturas Institucionales.
ALT-SHN: Associação Leonel Trindade – Sociedade de História Natural.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 331
Pérez García, A. et al. (331-344)
332
Plesiochelys sp. de la Fm. Freixial en Ulsa
Figura 1. A-B, Localización del yacimiento de Ulsa (Concelho de Torres Vedras, Portugal) en la Orla
Mesocenozoica Portuguesa. El área tramada corresponde a la Cuenca Lusitánica. C, Mapa geológico sim-
plificado del área de Torres Vedras que muestra la ubicación de la localidad de Ulsa (modificado de Pere-
da-Suberbiola et al., 2005). Leyenda (nota: de 3 a 10 son unidades litostratigráficas del Jurásico Superior):
1- Cenozoico (afloramientos del Plioceno-Holoceno); 2- Cretácico Inferior (afloramientos del Berriasien-
se inferior-Valanginiense); 3- Formación Bombarral (Titónico inferior-Titónico superior); 4- Formación
Freixial (Titónico inferior-Titónico superior); 5- Formación Sobral (Kimmeridgiense superior-Titónico
inferior); 6- Formación Praia da Amoreira-Porto Novo (Kimmeridgiense superior); 7- Unidad Corálico
do Amaral (Kimmeridgiense superior); 8- Unidad Vimeiro (Kimmeridgiense superior); 9- Unidad Abadia
(Kimmeridgiense inferior-Kimmeridgiense superior); 10- Unidades Montejunto y Cabaços (Oxfordiense
medio-Oxfordiense superior); 11- Unidad Dagorda (Hettangiense); 12- Rocas intrusivas, post-Cretácico
Inferior. D, Tabla cronolitoestratigráfica. El área tramada marca, aproximadamente, la posición estratigrá-
fica de la localidad de Ulsa.
333
Pérez García, A. et al. (331-344)
334
Plesiochelys sp. de la Fm. Freixial en Ulsa
trón y el resto del caparazón es óseo, ma- posterior de la periferal sexta y la sép-
nifestándose en una sutura poco sinuosa. tima, octava y novena izquierdas. Todas
ellas son más largas que anchas. El molde
Placas óseas: de las placas periferales tercera a sexta iz-
quierdas es parcialmente reconocible. La
Espaldar: De la placa nucal únicamen- relación entre la parte posterior de la no-
te se preservan los laterales. Atendiendo vena periferal y la séptima pleural indica
al espacio que ocuparía, es corta y ancha que el número de pares de periferales ha
(L: 25 mm; A: 85 mm), contactando con de ser mayor de nueve (Fig.2, E-F).
el borde anterior de la primera neural y Peto: Se preservan el par de hioplas-
con aproximadamente la mitad de las pri- trones, exceptuando su borde anterior, el
meras pleurales. par de hipoplastrones y el de xifiplastro-
El número de neurales es ocho. La nes. El ejemplar carece de mesoplastro-
primera es cuadrangular y el resto hexa- nes.
gonales. Anterolateralmente emiten unas La anchura del lóbulo anterior, me-
pequeñas proyecciones hacia la placa an- dida en la región axilar es de 145 mm,
terior, bien marcadas desde la segunda a similar a la del lóbulo posterior, medida
la quinta neural, resultando una línea de en la región inguinal.
sutura sinuosa. La neural más larga es la La sutura sagital es recta a lo largo de
segunda. A partir de ésta la longitud va todo el peto. La longitud del fragmento
disminuyendo hasta la última, resultan- de hioplastrones disponible es mayor que
do la fórmula neural 4<6>6>6>6>6>6>6 la de los hipoplastrones. Ambos se unen
(Fig.2, A-B). por una sutura perpendicular a la sagi-
Se preservan las siete primeras pleu- tal, ligeramente cóncava hacia la parte
rales, estando ausente las octavas. Sus anterior en la zona medial y ligeramen-
bordes son paralelos entre si y perpendi- te convexa en la lateral. La sutura entre
culares al eje longitudinal. No se produ- hioplastrones e hipoplastrones contacta
cen contactos entre pleurales en el plano lateralmente con el contorno de la quinta
sagital. La sutura entre las pleurales con- periferal.
tacta siempre con el tercio anterior del Los hipoplastrones son más anchos
contorno de las neurales, excepto en la que largos. Ocupan parte del lóbulo pos-
sutura entre la quinta y la sexta, que lo terior, uniéndose a los xifiplastrones por
hace sobre el contorno posterolateral de suturas paralelas a las anteriores.
la quinta neural. La segunda pleural es la El lóbulo posterior tiene una morfolo-
más larga, disminuyendo la longitud has- gía trapezoidal siendo el extremo anterior
ta la séptima. Todas las pleurales, salvo casi el doble de ancho que el posterior.
la primera, tienden a ser más largas en su Los xifiplastrones son más largos que an-
extremo lateral que en el medial. chos. La terminación del lóbulo posterior
De la serie periferal se preservan el es redondeada por la ausencia de escota-
primer y segundo par, parcialmente ero- dura anal (Fig.2, C-D).
sionados en su borde anterior, la parte
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Pérez García, A. et al. (331-344)
336
Plesiochelys sp. de la Fm. Freixial en Ulsa
Figura 2. Ejemplar ALTSHN.ULS.0016. Plesiochelys sp. Jurásico Superior (Titónico), Ulsa (Torres
Vedras, Portugal). A-B, vista dorsal. C-D, vista ventral. E-F, vista lateral izquierda. B,D,F, las líneas negras
representan las suturas entre las placas óseas y las grises, más estrechas, las suturas entre los escudos
córneos. Las superficies grises corresponden a sedimento. Abreviaturas de las placas óseas: Nu, nucal;
N, neural; Pl, pleural; P, periferal; Hy, hioplastrón; Hp, hipoplastrón; Xi, xifiplastrón. Abreviaturas de los
escudos córneos: V, vertebral; C, costal; M, marginal; If, inframarginal; Pc, pectoral; Ab, abdominal; Fe,
femoral; An, anal. Escala: 100 mm.
plastrón con las placas periferales. Son inframarginales cubren el borde anterior
más largos que anchos, haciéndose más del hioplastrón, el tercero cubre parte del
largos desde el primero al cuarto de ma- hioplastrón y del hipoplastrón y el cuarto
nera que el cuarto es tan largo como los cubre el borde posterior del hipoplastrón
dos primeros juntos. Los dos primeros (Fig.2, C-D).
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Plesiochelys sp. de la Fm. Freixial en Ulsa
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Plesiochelys sp. de la Fm. Freixial en Ulsa
trón y del hipoplastrón no sean iguales. cuarta, sobre la quinta y sobre gran parte
Atendiendo a la descripción original, de la sexta.
(Sauvage 1897-1898) Plesiochelys cho- La longitud de ALT-SHN.ULS.0016
ffati únicamente presenta fontanelas pleu- es de 300 mm y su anchura de 220 mm.
ro-periferales pero Antunes et al. (1988) Estimamos que el caparazón completo y
describen la presencia de una fontanela no deformado mediría en torno a los 370
“ventral posterior”. ALT-SHN.ULS.0016 mm, siendo su anchura aproximadamente
comparte muchos caracteres con Ple- de 320 mm. Por tanto, su relación anchu-
siochelys choffati que, en su mayoría, ra-longitud estaría en torno al 85%. Las
son comunes para cualquier especie del medidas del caparazón de Plesiochelys
género Plesiochelys sensu Lapparent de choffati son, según Sauvage (1897-1898),
Broin et al., 1996: la unión del plastrón de 200 mm de longitud por 280 mm de
al resto del caparazón mediante un puen- anchura, siendo esta relación del 140%.
te de cerca de un tercio de su longitud; En las fotografías que acompañaban esta
hipoplastrones más anchos que largos y publicación se aprecia que la compresión
más cortos que los hioplastrones, con los longitudinal a la que ha estado sometido
que se unen por una sutura bastante recta; el ejemplar modifica este resultado pero
los xifiplastrones se unen a los hipoplas- también que faltan el extremo anterior de
trones por una línea ligeramente sinuosa la placa nucal, el posterior de la pigal y
hacia delante, muy inclinada hacia atrás las últimas periferales. La anchura está
lateralmente; escudos femorales más es- exagerada por deformación mientras que
trechos que los abdominales, de los que la longitud no tiene en cuenta las placas
se separan por un surco muy oblicuo; los ausentes. La relación anchura-longitud
escudos anales se separan de los anterio- debería ser mucho menor.
res por un surco en el que la parte exter- Los caracteres presentes en el ejem-
na, la más larga, se dirige oblicuamente plar ALT-SHN.ULS.0016 que lo distin-
hacia detrás mientras que la parte interna guen de otros plesioquelidos son: la si-
se dirige hacia delante; el espaldar tiene nuosidad del surco central de las placas
ocho placas pleurales, siendo la primera dérmicas ventrales, las proyecciones
la más larga (en ALT-SHN.ULS.0016 anterolaterales de las placas neurales, las
la más larga es la segunda), y disminu- proporciones relativas de ciertas placas
yendo la longitud hasta la última placa, óseas y escudos dérmicos, y los contac-
registrándose la mayor longitud en todas tos entre ellos.
ellas hacia el borde del caparazón; escu- Estos caracteres no están descritos ni
dos vertebrales muy grandes, siendo el adecuadamente figurados en el holotipo
primero más pequeño que los siguientes; de Plesiochelys choffati (Sauvage 1897-
escudos costales grandes, sobretodo el 1898) y se precisa de una revisión pro-
primero, que se extiende sobre la prime- funda del ejemplar para establecer sus
ra placa pleural y sobre dos tercios de la semejanzas con ALT-SHN.ULS.0016,
segunda, el segundo sobre el resto de esta quedando abierta la posibilidad de que se
placa, toda la tercera y parte de la cuarta, trate de individuos de la misma especie
el tercer escudo costal sobre el resto de la en distintos estadios ontogenéticos o for-
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Abstract
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Paleocorología de los mamíferos de Somosaguas
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Pina, M. et al. (345-356)
4. Resultados
Figura 1. Ejemplos de endemismos ibéricos duran-
te la zona MN5 (Mein, 1999). Las trazas verticales
4.1 Análisis específico representan el área de distribución del género y las
zonas de color negro, las de la especie. A: distri-
De las 17 especies descritas en Somo- bución endémica del género Armantomys y de la
especie A. tricristatus. B: la especie Anchitherium
saguas (Tabla 1), cinco de ellas (Arman- sp. cf. A. cursor muestra una distribución restrin-
tomys tricristatus, Cricetodon soriae, gida a la Península Ibérica, mientras que el género
Heteroxerus grivensis, Anchitherium sp. al que pertenece tiene una distribución europea.
cf. A. cursor y Micromeryx sp. cf. Micro- Paleogeografía de Ilyina et al. (2004), con diferen-
te tonalidad se muestran las tierras emergidas per-
meryx sp. nov. 2) muestran una distribu- manentemente y las zonas inundadas durante una
ción de tipo endémico durante la MN5 trasgresión marina.
(Fig. 1) (Daams 1990; Sánchez et al.
1998; Hernández Fernández et al. 2006;
las especies de Madrid presentan una dis-
Sánchez & Morales 2006). De ellas, He-
tribución endémica (11 especies). En el
teroxerus grivensis tiene un área de dis-
caso de las especies del Mioceno de So-
tribución que abarca desde la Península
mosaguas se ha obtenido un porcentaje
Ibérica hasta el sur de Francia, es decir,
de endemismos del 29,4 %. Por tanto, pa-
es un endemismo íbero-occitano (Fig.
rece contradecirse la hipótesis de Maridet
2).
et al. (2007) que estipula que el grado de
El estudio comparativo de las faunas
heterogeneidad de las faunas de mamí-
muestra que en la actualidad el 28,9 % de
feros europeas aumenta al disminuir la
348
Paleocorología de los mamíferos de Somosaguas
temperatura global.
En el caso del yacimiento estudiado, Figura 3. Distribución europea de las especies
la endemicidad es una característica res- Megacricetodon collongensis (A) y Prosantorhin-
tringida a representantes de los órdenes us douvillei (B) durante la zona MN5. Las zonas
de color negro representan el área de distribución
Rodentia (el 42,9 % de las especies de de la especie y las trazas verticales, las del resto de
este taxón tienen dicha distribución), Pe- especies del género. Paleogeografía de Ilyina et al.
rissodactyla y Artiodactyla. Sin embargo, (2004), con diferente tonalidad se muestran las tie-
en la actualidad, las especies endémicas rras emergidas permanentemente y las zonas inun-
dadas durante una trasgresión marina.
se reparten en más órdenes, principal-
mente, de micromamíferos (Tabla 2).
therium, Hemicyon y Anphicyon) se po-
4.2 Análisis genérico drían considerar de amplia distribución,
al abarcar su territorio también otros con-
El estudio de los géneros revela que tinentes.
sólo uno de los que aparecen en el yaci- Por otra parte, en la fauna madrileña
miento es endémico (Armantomys, orden actual existen dos géneros endémicos
Rodentia). Esto supone un 5,0 % sobre de la Península Ibérica (Galemys, orden
el total de los 20 géneros analizados. El Insectivora, y Oryctolagus, orden Lago-
resto se extiende a lo largo del continen- morpha), lo que representa el 6,3 % de
te europeo (Fig. 3). En algunos casos, los 32 que habitan hoy en la Comunidad
(Megacricetodon, Miosorex, Gompho- de Madrid (Burton 1985; Mitchell-Jones
349
Pina, M. et al. (345-356)
Distribución
Orden Especie Endémicas
europea
Galerix exilis (Blainville, 1839) X
Insectivora
Miosorex grivensis (Depéret, 1892) X
Prolagus sp. cf. P. oeningensis König, 1825 X
Lagomorpha
Lagopsis penai (Royo, 1928) X
Microdyromys koenigswaldi de Bruijn, 1966 X
Microdyromys monspeliensis Aguilar 1977 X
Armantomys tricristatus López Martínez in
X
López Martínez et al. 1977
Rodentia Democricetodon larteti (Schaub, 1925) X
Megacricetodon collongensis (Mein, 1958) X
Cricetodon soriae López Martínez et al. in
X
Hernández Fernández et al. 2006
Heteroxerus grivensis (Forsyth Major, 1909) X*
Pseudaelururs sp. X
Carnivora Hemicyon sp. cf. H. sansaniensis Lartet, 1851 X
Amphicyon sp. X
Conohyus simorrensis (Lartet, 1851) X
Micromeryx sp. cf. Micromeryx sp. 2
X
Artiodactyla (Sánchez & Morales, 2006)
Heteroprox sp. X
Tethytragus sp. X
Proboscidea Gomphotherium angustidens (Cuvier, 1817) X
Anchitherium sp. cf. A. cursor Sánchez et al.
X
Perissodactyla 1998
Prosantorhinus douvillei (Osborn, 1900) X
Tabla 1. Distribución de las especies que aparecen en el yacimiento de Somosaguas (las especies no deter-
minadas, se consideran a nivel de género). *: endemismo ibero-occitano.
350
Paleocorología de los mamíferos de Somosaguas
Orden Lagomorfa 2 0 2 0 2 2
Orden Rodentia 4 9 13 3 4 7
Orden Carnivora 1 10 11 0 1 1
Orden Artiodacyla 1 3 4 1 1 2
Orden Proboscidea - - - 0 1 1
Orden Perissodactyla - - - 1 1 2
11 27 38 5 12 17
Tabla 2. Distribución del número de especies de mamíferos actuales y de las que aparecen en el yacimiento
de Somosaguas, en función del orden y el corotipo al que pertenecen.
Tabla 3. Distribución del número de géneros de mamíferos actuales y de hace 14 Ma, en función del orden
y el corotipo al que pertenecen.
et al. 1998), mientras que otras se exten- de Brujin et al. 1992; Rössner & Heissig
dían por Europa. 1999), Gomphotherium y Miosorex se
En cuanto a los géneros, como era han registrado en la Península Arábiga
de esperar, muestran distribuciones más (Fortelius 2003; Alroy 2006; de Brujin
amplias que las de las especies. Particu- et al. 1992; Rössner & Heissig 1999), y
larmente, Hemicyon y Megacricetodon Amphicyon ha sido encontrado en Nor-
llegaron a ocupar zonas de China durante teamérica (Alroy 2006).
este periodo (Fortelius 2003; Alroy 2006; Nuestros resultados indicaron que el
351
Pina, M. et al. (345-356)
porcentaje de especies endémicas en la der Meulen & Daams 1992; van Dam &
fauna de mamíferos de Madrid podía ser Weltje 1999, López Guerrero 2006, Her-
mayor o menor en el Aragoniense que en nández Fernández et al. 2007, Jiménez-
la actualidad dependiendo de si el objeto Moreno & Suc 2007) y las faunas de ma-
de estudio eran especies o géneros. No míferos ibéricos mostraron un patrón de
obstante, en ninguno de los dos casos se provincialismo acorde con la propuesta
muestra un rotundo incremento de ende- de Maridet et al. (2007). Durante perio-
mismos en la actualidad con respecto al dos con temperaturas elevadas, el límite
Mioceno medio, como podría esperar- se situaba en la porción septentrional de
se si atendiésemos al planteamiento de Europa y se observa en la Península Ibé-
Maridet et al. (2007), que postulan un rica un conjunto de especies muy simila-
aumento del provincialismo en Europa res a las del resto de Europa (Maridet et
asociado con la disminución de las tem- al. 2007). En los periodos menos cálidos
peraturas globales. este límite se desplazaba hacia el sur y
Las áreas de distribución de las espe- producía que las penínsulas mediterrá-
cies están condicionadas por varios fac- neas y Centroeuropa perteneciesen a rei-
tores. Por una parte, los pasos naturales nos biogeográficos diferentes (Pickford y
accesibles hace 14 Ma en Europa tenían Morales 1994), lo cual provocaba que sus
unas características distintas a los actua- faunas se diferenciasen, incrementándose
les dado que la orogenia Alpina todavía la tendencia hacia la endemicidad en las
no se había completado (Ziegler 1990; primeras, y que aumentase la heteroge-
Ilyna et al. 2004). Por otra parte, existen neidad de la fauna continental (Maridet
estudios paleoecológicos como el plan- et al. 2007). Sin embargo, en el Plioceno
teado por Maridet et al. (2007), que de- superior la bajada de temperaturas glo-
fine que la heterogeneidad de las faunas bales que comenzó en el Mioceno medio
europeas aumenta al disminuir la tempe- llegó a su punto culminante y provocó
ratura global. Esto se puede relacionar que finalmente la Península Ibérica se si-
con la variabilidad del sistema climático tuase bajo la influencia de climas templa-
y su influencia sobre la estructura bio- dos de manera permanente (Hernández
geográfica de Europa. Fernández et al. 2007). Con ello, dejó de
Según Pickford & Morales (1994), producirse el patrón de aumento del pro-
el límite entre los reinos biogeográficos vincialismo en las faunas de mamíferos
Paleotropical y Paleártico fluctúa latitu- de Europa durante los periodos fríos. No
dinalmente a lo largo del tiempo debido a obstante, no se debe olvidar que incluso
las variaciones de la temperatura global. en el Pleistoceno la Península Ibérica ha
Esto implica que la fauna de la Península mantenido un cierto nivel de aislamiento
Ibérica es más similar a la de África o de respecto al resto de Europa no sólo por
Europa central dependiendo de la ubica- una diferencia climática (causante de la
ción latitudinal de dicho límite. Durante existencia de las regiones biogeográficas
la mayor parte del Neógeno las condi- Mediterránea y Eurosiberiana) sino tam-
ciones climáticas en la Península Ibérica bién por la existencia de los Pirineos.
fueron de tipo tropical semiárido (van
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Paleocorología de los mamíferos de Somosaguas
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Paleocorología de los mamíferos de Somosaguas
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Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The aim of this work is the preliminary study of a new fossil plant assemblage located near
to the small village Losa del Obispo (Valencia Province). To reach our goals we have analyzed
and studied over than one hundred of vegetable remain attributed to the genus Frenelopsis. The
presence of this genus in Losa del Obispo represents the first reference of this genus in the most
southern area of Iberian Chains and its first record in Valencia Province.
Palabras clave: Frenelopsis, Albiense, Cretácico Inferior, Fm. Escucha, Cordillera Ibérica.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 357
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Frenelopsis sp. del Cretácico Inferior de Valencia
Figura 2. Columna estratigráfica de los materiales aflorantes en el yacimiento de Losa del Obispo, donde se
aprecia en la base las arcillas negras con restos vegetales objeto de estudio en este trabajo.
361
Plá Gallent, C. et al. (357-368)
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Frenelopsis sp. del Cretácico Inferior de Valencia
LÁMINA 1 Fig.1:.-Estomas en una cutícula de Frenelopsis sp.? (Coniferal) del Cretácico inferior del
yacimiento de Losa de Obispo (Valencia). x100 Fig.2:.- Cutícula de Frenelopsis sp? donde se aprecian los
numerosos estomas organizados en la superficie inferior de la hoja. x100 Fig.3:.- Estomas cada uno con
sus células oclusivas y acompañantes ordenados en hileras bien definidas Frenelopsis sp?. x 400 Fig.4:.-
Detalle del aparato estomático distinguiendo: la apertura estomática abierta, las ocho células acompañantes
(un sólo anillo, monocíclico) y las dos células oclusivas (Frenelopsis sp.?). x 400 Fig.5 y 6:.-Detalle de un
aparato estomático de Frenelopsis sp.? donde son evidentes las células oclusivas y acompañantes. x 400.
Fotografías realizadas con el microscopio óptico, ejemplar MGUV-19591
363
Plá Gallent, C. et al. (357-368)
364
Frenelopsis sp. del Cretácico Inferior de Valencia
LÁMINA 2 Fig.1:.-Visión general de la cutícula inferior o abaxial de una hoja de Frenelopsis sp.?. apre-
ciándose los estomas dispuestos en hileras paralelas Escala 500 μm Fig.2:.- Detalle de la superficie de la
cutícula abaxial de Frenelopsis sp.? donde se aprecian los aparatos estomáticos, ordenados en hileras,
compuestos por 4 papilas. Escala 50 μm Fig.3 y 4:.- Detalle del aparato estomático con presencia de 4
células subsidiarias, cubriendo las células oclusivas y la apertura estomática en un fragmento de cutícula de
Frenelopsis sp?. Escala 20 μm y 10 μm respectivamente. Fig.5 y 6:.- Detalle de la apertura estomática con
las dos células oclusivas de un ejemplar de Frenelopsis sp.?. Escala 10 μm y 5 μm, respectivamente.
Fotografías realizadas con el microscopio electrónico de barrido, ejemplar MGUV 19 592.
365
Plá Gallent, C. et al. (357-368)
et al. 2001; Gomez et al. 1999; Martí- aparentemente anfistomáticas (con una
nez-Bernet 2001), se puede suponer que mayor acumulación de estomas en la
nuestro yacimiento se formó a partir del cutícula abaxial), y aparatos estomáticos
depósito de grandes cantidades de hojas, protegidos por papilas, son indicadores
las cuales fueron transportadas en masa y de adaptaciones a ambientes con un es-
conservadas por acumulación. En gene- trés ambiental importante. Por lo tanto,
ral, como ya se ha comentado, los restos podemos suponer que la especie identifi-
se encuentran muy fragmentados y son cada en los materiales de la Fm. Escucha
difícilmente identificables, sin embargo, en Losa del Obispo como Frenelopsis
existen algunos niveles donde los restos sp.? podría estar adaptadas a vivir en am-
tienen un tamaño relativamente grande bientes con un alto estrés ambiental.
(Fig. 3 a, b), presentando todas las hojas
una misma orientación (Fig. 3 e, f) pro- 6. Conclusiones
ducto de un transporte en un fluido unidi-
reccional. Esto es indicativo de diferen- Los restos estudiados en el Yaci-
tes momentos de sedimentación con am- miento de Losa del Obispo representan
bientes ligeramente diferentes, alternado la primera cita de restos del género Fre-
momentos de más energía con momentos nelopsis en la región más meridional de
menos energéticos. Por último, comentar la Cordillera Ibérica, e igualmente cons-
que dado que todos los restos vegetales tituyen la primera cita en la provincia de
obtenidos han sido fragmentos de hojas Valencia. Gracias al magnífico estado de
de diversos tamaños, podemos deducir conservación hemos podido realizar un
que podría haber existido un transporte estudio anatómico y cuticular de los res-
selectivo y un sesgo tafonómico impor- tos, que ha permitido deducir ciertos as-
tante por tamaños y morfologías. pectos paleoecológicos relacionados con
En cuanto a su paleoecología es im- la estructura estomática, que permiten
portante destacar que Frenelopsis se suponer que nuestros restos pertenecen
asocia comúnmente a ambientes conti- a especies adaptadas a ambientes con un
nentales con una fuerte influencia mari- importante estrés ambiental.
na, por lo que para algunos autores es un Por otro lado, dadas las características
buen candidato para habitar ambientes morfológicas de los restos estudiados, és-
xeromórficos o halomórficos (Gomez et tos podrían ser asignados tentativamente
al. 2002). Sin embargo, estos mismos al género Frenelopsis sp?. Sin embargo,
autores ponen de manifiesto que la alta para confirmar esta asignación a nivel
variabilidad morfológica, anatómica y específico, sería necesario un estudio
autoecológica de las especies españolas exhaustivo de los márgenes de las hojas
de Frenelopsis es consistente con una observando la presencia de tricomas, y
gran variedad de adaptaciones a diferen- la distribución de los estomas en ambas
tes ambientes, no sólo salinos (Gomez et superficies foliares. Con todo, Gomez et
al. 2002). Sin embargo, las adaptaciones al. (2002) ponen de manifiesto que este
fisiologías observadas en nuestros restos género únicamente posee entre 4 y 6 cé-
foliares como son la presencia de hojas lulas subsidiarias. Por lo tanto, no es se-
366
Frenelopsis sp. del Cretácico Inferior de Valencia
guro que nuestros restos pertenezcan al l’étude de la flore des calcaires litho-
género Frenelopsis (al menos no todos) graphiques de la province de Lérida (Es-
pudiéndose tratar de una especie diferen- pagne): Frenelopsis rubiesensis nov. sp.
te de conífera. Review of Palaeobotany and Palynology.
Por último, la excelente conservación, 16: 271-287.
unido a las características de la asociación Daviero V., Gomez B. & Philippe
registrada, nos permite hacer una serie de M. 2001. Uncommon branching pattern
inferencias tafonómicas relacionadas con within conifers: Frenelopsis turolensis,
la formación del yacimiento. Según esto, a Spanish Early Cretaceous Cheirolepid-
podemos deducir que nuestro yacimiento iaceae. Canadian Journal of Botany. 79:
tuvo su origen en ambiente de sedimen- 1400–1408
tación deltáico-fluvial donde los restos Font P. 1974. Botánica pintoresca,
fueron transportados y seleccionados por Editorial Ramón Sopena, Barcelona. 519
una corriente, que posteriormente acu- p.
muló sedimentos de grano fino (arcillas) Gomez B., Barale G., Martín-Closas
junto con los restos foliares en condicio- C. & Thévenard F. 1999. Découverte
nes anóxicas que facilitaron su perfecta d´une flore à Ginkgoales, Bennettitales et
conservación. Confiérales dans le Crétacé inférieur de
la Formation Escucha (Châine Ibérique
Agradecimientos Orientales, Teruel, Espange), Neues Jahr-
buch für Geologie und Paläontologie,
Quisiéramos agradecer al Dr. Ber- Monatshefte. 11: 661-675.
nard Gomez (Université Lyon), a Luis Gomez B., Martín-Closas C., Méon
Miguel Sender y Cristóbal Rubio (Uni- H., Thévenard F. & Barale G. 2001. Plant
versidad de Zaragoza) y al Dr. Francis- taphonomy and palaeoecology in the la-
co Javier Ruiz-Sánchez (Universitat de custrine Uña delta (Late Barremian, Ibe-
Valencia) sus importantes comentarios al rian Ranges, Spain). Palaeogeography,
manuscrito, que han ayudado a mejorarlo Palaeoclimatology, Palaeoecology. 170:
notablemente. También agradecer la co- 133-148
laboración de Iván Martínez y Honorio Gomez B., Martín-Closas C., Bara-
Cócera por su ayuda en el campo para la le G. Solé de Porta N., Thévenard F. &
obtención de las muestras, así como de la Guignard G. 2002. Frenelopsis (Con-
posterior realización de las imágenes en iferales: Cheirolepidiaceae) and related
el microscopio óptico. male organ genera from the Lower Cre-
taceous of Spain. Palaeontology. 45: 997-
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Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
‘The dinosaurs of Catalonia and Valencia: 20 years of research for spreading’ It is one of
the projects of diffusion and spreading of the science approved by the Spanish Foundation for
the Science and the Technology (FECYT) in 2007. The actions of this project had a principal
aim: to bring the paleontology over to the society, showing the results of the research realized
during the last two decades and trying to increase the social interest for the knowledge of this
branch of the science.
In this project have taken part researchers from the Institut Català de Paleontologia, the
Universitat de València, the Universitat Autònoma de Barcelona, the Universitat de Barcelona
and the Universidad de Zaragoza.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 369
Poza, B. et al. (369-380)
370
Divulgación de los dinosaurios de Cataluña y Valencia
371
Poza, B. et al. (369-380)
estudio de la flora, la fauna y los ambien- revistas son publicados, el número de ve-
tes sedimentarios. ces que es citado un trabajo, etc); acos-
El potencial de dichas comarcas a tumbra a ser el parámetro que justifica el
nivel científico es elevado, del mismo éxito del proyecto y condiciona parte de
modo, la puesta en valor de esta actividad nuestra carrera científica. Esta situación
ha creado en algunos de los municipios va en detrimento de que el paleontólogo
un ambiente propicio para la activación pueda dedicar parte de su tiempo a ela-
de distintas iniciativas y proyectos de borar y desarrollar proyectos de divulga-
desarrollo local resultado de la colabo- ción científica .
ración entre el equipo investigador (des- Asimismo, nuestra labor ha genera-
de el Institut de Paleontologia de Saba- do un basto y novedoso conocimiento en
dell –Institut Català de Paleontologia-, el campo de la paleontología, sobre todo
la Universitat Autònoma de Barcelona durante las últimas décadas, del cual la
y la Universitat de València), las admi- sociedad ha quedado al margen. No hay
nistraciones locales (Ayuntamientos y que olvidar la necesidad del público en
Diputaciones) y entidades sin ánimo de general por conocer los resultados de
lucro (Grup Guix, Associació d’Estudis estas investigaciones científicas, que el
Ilerdencs), con el objetivo de recuperar nuestro, no deja de ser un trabajo directo
el patrimonio, poder seguir con nuestra sobre un patrimonio, que influye de ma-
labor científica y aprovechar los fósiles nera más o menos directa sobre las loca-
como elemento dinamizador cultural de lidades en las que se trabaja y que tiene
zonas rurales con su aprovechamiento a cierto impacto social. Por lo que creemos
nivel cultural y turístico. que justo es devolverlo a la sociedad y
muy especialmente a aquellas localida-
3. Divulgación de la Investiga- des y regiones en las que se localizan los
ción yacimientos, para que puedan hacer uso
de él de la mejor manera posible.
La mayor parte de los proyectos de A continuación se describen las tres
investigación paleontológica están diri- actuaciones principales que conforman
gidos desde universidades, centros de- el proyecto: la edición de un libro, la
dicados exclusivamente a la investiga- confección de una página web y la ela-
ción en los que la divulgación científica boración de una propuesta museológica;
queda en un segundo plano, vinculada todas ellas con planteamientos diferentes
normalmente a acciones puntuales como pero enfocadas hacia un objetivo común:
por ejemplo la organización de cursos o la divulgación de la paleontología hecha
seminarios. Entendemos que la tarea de por paleontólogos.
un investigador debe centrarse en la pro-
ducción científica, a poder ser alto nivel, 4. El libro: La síntesis de las in-
quedando ésta plasmada en la publicación vestigaciones
de artículos científicos. Adoptando una
postura realista la productividad (número La edición de libro, de marcado ca-
de artículos publicados por año, en qué rácter divulgativo, explica la historia de
372
Divulgación de los dinosaurios de Cataluña y Valencia
Figura 2. Vista de la estructura general de los ámbitos 1 y 3 de la exposición, en ella se aprecian los distin-
tos módulos, vitrinas, pantallas y paneles integrados.
373
Poza, B. et al. (369-380)
374
Divulgación de los dinosaurios de Cataluña y Valencia
375
Poza, B. et al. (369-380)
376
Divulgación de los dinosaurios de Cataluña y Valencia
nómica. Llegados a este punto del reco- dels Santjoans y la partida presupuestaria
rrido, el visitante conoce que los fósiles disponible para la producción de la ex-
descubiertos en ANA, corresponden a posición.
un Barionicino y a un Iguanodon, y se La sala que acoge la exposición es de
vale para explicar lo hábitos más carac- planta rectangular, de unos 81 m², y para
terísticos de los dos géneros. También se aprovechar al máximo el espacio expo-
introduce al visitante en los procesos de sitor disponible, los módulos de los tres
preparación necesarios previos al estudio ámbitos se colocaron a lo largo de las pa-
del material. redes, dejando libre la parte central de la
sala, para poder acoger actividades tem-
8. Museografía: “ANA, un jaci- porales y darle un carácter más activo y
ment viu” dinámico a la sala de exposición.
El ámbito 1 y 3 consisten en una es-
Los factores que condicionaron el di- tructura fija de 18 m², que conforma el
seño de los módulos fueron: el espacio armazón de los módulos, ya que en ella
disponible habilitado para la exposición, se han integrado las vitrinas, los paneles,
concretamente la planta baja del Palau las pantallas y los distintos módulos in-
377
Poza, B. et al. (369-380)
378
Divulgación de los dinosaurios de Cataluña y Valencia
9. Conclusiones
Figura 6. Cuaderno guía de la exposición ‘Ana, un
jaciment viu’. Ante la observación y constatación de
las pocas muestras de difusión y de divul-
minada cuestión (Figura 5). gación con rigor científico que se dan de
La interactividad con dispositivos y la paleontología y en concreto del mundo
medios informáticos, se realiza a través de los dinosaurios, se puede culpabilizar
de ordenadores donde el usuario activa al sistema educativo, los medios de co-
reconstrucciones en tres dimensiones del municación, pero si reflexionamos y nos
yacimiento ANA y de los dinosaurios cuestionamos quién tiene la responsabili-
descubiertos en él. Además puede jugar a dad directa de hacer la divulgación de la
conocer el peso estimado de los diferen- paleontología la respuesta es sencilla: los
tes dinosaurios. Existe otro módulo que paleontólogos.
también incorpora la tecnología digital, “Los dinosaurios de Cataluña y Va-
se trata de un aparato para ampliar ob- lencia: 20 años de investigación por di-
jetos dotado de una cámara y conectado vulgar” es un proyecto cuya finalidad es
a un monitor. En el portaobjetos se han facilitar el acceso intelectual a los bienes
colocado dos réplicas una de un dien- patrimoniales paleontológicos a la socie-
te de un dinosaurio carnívoro y otra de dad y contribuir al desarrollo cultural de
una cáscara de huevo de titanosaurio. El ésta.
usuario puede manejar de forma sencilla Asimismo, las actuaciones llevadas
los mandos de la lupa, y moverse por la a cabo en estas comunidades a lo largo
pieza dentaria y aumentar o disminuir el de estas dos décadas ha permitido la ac-
campo de visión, cómo si de un científi- tivación de diversos proyectos de desa-
co en plena investigación se tratara y ob- rrollo, con un aprovechamiento de los
servar los rasgos característicos que los fósiles como elementos dinamizadores,
paleontólogos utilizan para clasificar los en especial en zonas rurales deprimidas
dientes de dinosaurios o los huevos y que y alejadas de los circuitos turísticos típi-
han sido explicados en los contenidos de cos, cumpliendo de esta manera una do-
379
Poza, B. et al. (369-380)
380
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
Presentation of a preliminary research work on macromammal remains found during the
redesigning works of Madrid’s inner city belt M-30. In this fossil site, paleontological remains
of Cheirogaster bolivari, Amphicyon sp., Hemicyon sp., Hemicyon sansaniensis, Felidae indet.,
Pseudaelurus sp., Gomphotherium angustidens, Hispanotherium matritense, Anchitherium
sp. Suidae indet., Bunolistriodon lockharti, Triceromeryx pachecoi and Tethytragus sp have
been identificated. This is a typical fossil association from Middle Aragonian sites in Madrid,
corresponding to Biozone Db-Dc.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 381
Rubio Millán, C. et al. (381-383)
382
Macrovertebrados de la M-30
383
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
Palabras Clave: Lagopsis, Caenotherium, Biozona Dc, By Pass Sur, Aragoniense medio
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 385
Rubio Millán, C. et al. (385-387)
Figura 2. Gráfico con el nº total de piezas dentales para cada una de las muestras.
386
Microvertebrados de la M-30
Figura 3. Gráfico con los porcentajes de piezas dentales para cada una de las muestras.
387
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 389
Santos-Cubedo, A. & Furió, M. (389-390)
390
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Ioannis Sarris
Unidad de Paleontología, Departamento de Biología, Universidad Autónoma de Madrid.
C/Darwin 2, 28049. Cantoblanco (Madrid). e-mail : sarrioan@yahoo.es
Abstract
The present paper is a study of the fossil record of the group Vipera s.l. in the Iberian Penin-
sula. Though this group is divided in three subgroups, in the Iberian Peninsula are present in the
fossil record only two of them, the group of the ‘oriental vipers’ and this of ‘Vipera aspis’ (that
is its habitant until today). For the purpose of accumulating all the disponsible information for
the group, it is developed the natural history of Vipera s.l. in the Iberian Peninsula and also are
mentioned its most important fossil records in Europe.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 391
Sarris, I. (391-395)
República Checa (Ivanov 2002). Poste- tei siendo este su registro más moderno.
riormente se ha encontrado en el Mio- (Bailon 1986).
ceno inferior de Ucrania (Szyndlar y Ze-
rova 1992), en Hungría (Venczel 1994 y 3. Grupo de ‘víboras orientales’
Szyndlar 2005), en Alemania (Szyndlar
y Schleich 1993) y en Francia (Rage y El registro más antiguo de `Víboras
Bailon 2005). Durante el Plioceno, es- grandes’ proviene del Mioceno inferior
tas formas están presentes, aparte de en de Namibia (Rage 2003). En Europa, el
España, en Hungría (Venczel 2001) y en resto más antiguo se ha encontrado en el
Polonia (Szyndlar 1991). La distribución Mioceno inferior de la Península Ibérica
del grupo en el Pleistoceno incluye, entre (Szyndlar y Alférez 2005; Szyndlar 2000;
otros, Grecia (Szyndlar 1991), Polonia Antunes y Rage 1974), pero rápidamen-
(Szyndlar 1981) e Italia (Delfino 2004). te se extiende a Francia (Rage y Bailon
En lo que se refiere al registro fósil de 2005; Ivanov 2000), Alemania (Szyn-
la Península Ibérica, el primer hallazgo de dlar y Schleich 1993) y República Checa
una forma perteneciente al grupo subge- (Szyndlar 1987). En el Mioceno superior
nérico de ‘Vipera aspis’ procede del yaci- se encuentra en Hungría (Venczel 1994),
miento Agramón (Albacete) del Mioceno en Alemania (Bachmayer y Szyndlar
inferior (Szyndlar y Rage 1999; Szyndlar 1987), en Ucrania (Zerova 1992) y en
y Alférez 2005). En las Islas Baleares, el Grecia (Szyndlar 1995). Desde el Pleis-
único descubrimiento de víboras provie- toceno presenta una distribución geográ-
ne de las localidades pliocénicas de Pun- fica similar a la actualidad (Venczel y Sen
ta Nati 3 y 12. La localidad Punta Nati 12 1994; Bailon 1999).
es la localidad tipo de la especie Vipera La primera forma del grupo de las
nateniensis, diagnosticada por una vérte- ‘víboras orientales’ en la Península Ibé-
bra troncal (Bailon et al. 2002). Según el rica aparece durante el Mioceno inferior.
autor, dicho especimen se puede atribuir Dicho descubrimiento se refiere a los res-
tanto al complejo ‘Vipera aspis’ como al tos fósiles de una víbora indeterminada
complejo ‘Vipera berus’. Finalmente, se del yacimiento Córcoles (Szyndlar y Al-
ha caracterizado como perteneciente al férez 2005). Coetáneo a éste, es el único
primer grupo, aunque su atribución a las hallazgo de Portugal, que procede del ya-
pequeñas víboras representaría la única cimiento Quinta das Pedreiras y se refiere
registrada en la Península. La informa- a una vértebra troncal identificada como
ción sobre el Pleistoceno inferior nos Vipera sp. y atribuida al grupo de las ‘ví-
llega del yacimiento cárstico Almenara- boras orientales’(Szyndlar 2000; Antu-
Casablanca-3 (Castellón). El material fó- nes y Rage 1974). La siguiente muestra
sil de dicho yacimiento consiste en varias de la presencia de las víboras grandes en
vértebras precloacales atribuidas a la es- la Península es del Plioceno medio de
pecie actual Vipera latastei (Blain et al. Layna (Soria). El material fósil de este
2007). En el yacimiento del Pleistoceno yacimiento se identificó como Vipera
superior de Cueva Hora (Granada) se ha maxima pero debido a sus similitudes
encontrado una vertebra de Vipera latas- con el género ya establecido de Daboia,
392
Las víboras ibéricas fósiles
393
Sarris, I. (391-395)
394
Las víboras ibéricas fósiles
and Eastern Europe. Part II. Natricinae, and middle Miocene ophidian faunas of
Elapidae, Viperidae. Estudios Geológi- southern Germany. Stuttgarter Beiträge
cos. 47(3-4): 237-266. zur Naturkunde, Serie B 192: 1-47.
Szyndlar Z. 1995. The vertebrate lo- Szyndlar Z. y Zerova G.A. 1992. Mi-
cality Maramena (Macedonia, Greece) at ocene snake fauna from Cherevichnoie
the Turolian–Ruscinian boundary (Neo- (Ukraine, USSR), with description of a
gene). 4. Serpentes (Squamata, Reptilia). new species of Vipera. Neues Jahrbuch
Münchner Geowissenschaftliche Ab- für Geologie und Paläontologie, Abhand-
handlungen, Reihe A. 28: 39-42. lungen. 184 (1): 87-99.
Szyndlar Z. 2000. The snakes (Reptil- Venczel M. 1994. Late Miocene
ia, Serpentes) from the Miocene of Portu- snakes from Polgárdi (Hungary). Acta
gal. Ciências da Terra. 14: 359-364. Zoologica Cracoviensia. 37(1): 1-29.
Szyndlar Z. 2005. Snake fauna from Venczel M. 2001. Anurans and squa-
the late Miocene of Rudabánya. In R.L. mates from the Lower Pliocene (MN 14)
Bernor L. Kordos y L. Rook (eds): Mul- Osztramos 1 locality (Northern Hun-
tidisciplinary research at Rudabánya. Pa- gary). Fragmenta Palaeontologica Hun-
laeontographia Italica 90: 31-52. garica. 19: 79-90.
Szyndlar Z. y Alférez F. 2005. Iberian Venczel M. y Sen S. 1994. Pleistocene
snake fauna of the early/middle Miocene amphibians and reptiles from Emirkaya-
transition. Revista Española de Herpe- 2, Turkey. Herpetological Journal. 4:
tología 19: 57-70. 159-165
Szyndlar Z. y Rage J.C. 1999. Oldest Zerova G.A. 1992. Vipera (Daboia)
fossil vipers (Serpentes: Viperidae) from ukrainica - a new viper (Serpentes; Vi-
the Old World. Kaupia 8: 9-20. peridae) from the Middle Sarmatian (Up-
Szyndlar Z. y Schleich H.H. 1993. per Miocene) of the Ukraine. Neues Jahr-
Description of Miocene snakes from Pe- buch für Geologie und Paläontologie,
tersbuch 2 with comments on the lower Abhandlungen. 184(2): 235-249.
395
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
Abstract
The eastern Iberian Peninsula area has yielded an extensive dinosaur record since the early
XX century. The current taxonomic state of the art summarized in the present paper allows the
geographical and time setting of the main taxa of Dinosauria. The taxonomic synthesis discerns
diverse thyreophorans (Dacentrurus and Polacanthus) and ornithopods (Rhabdodon, Iguan-
odon, and endemic species such as Pararhabdodon isonensis and Koutalisaurus kohlerorum)
in Ornithischia and several basal eusauropods (Losillasaurus giganteus) and neosauropods,
non-avian theropods, and Aves (Noguerornis gonzalezi) in Saurischian clades. The abundance
of ichnological and oological evidence is a useful biostratigraphic tool in order to know and/or
confirm the occurrence of taxa in areas and epochs where their bones are usually rare or ab-
sent.
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 397
Suñer, M. et al. (397-420)
398
Dinosaurios del Este de la Península Ibérica
Figura 1. Situación geográfica general de la zona de estudio con indicación de las principales áreas con
yacimientos de dinosaurios.
399
Suñer, M. et al. (397-420)
400
Dinosaurios del Este de la Península Ibérica
et al. 1983). Estos autores describen una no ser huesos diagnósticos, y que perte-
masa de huesos con falanges y metatar- necieran a ornitópodos más avanzados.
sianos tanto de un pie derecho como de Gran parte del material citado por auto-
un pie izquierdo provenientes del yaci- res como Lapparent & Aguirre (1956)
miento Teuleria Millán (Formación Ar- se halla actualmente desaparecido, por
cillas de Morella, Morella, Castellón). lo que resulta imposible comprobar su
Posteriormente Ruiz-Omeñaca (2001) asignación al género Rhabdodon. Por
asignó este material a Hypsilophodonti- otro lado, Llompart & Krauss (1982) ci-
dae indet. En el año 1998 Miquel Guar- taron y figuraron un fragmento de diente
diola encontró nuevos fósiles similares a de ornitópodo hallado en el municipio de
los del citado yacimiento, en un nuevo Vilanova de Meià (Lleida), que presenta
yacimiento conocido como Mas del Do- todas las características de los dientes de
lço, lo que puede suponer una nueva cita un rabdodóntido.
de la presencia de “hipsilofodóntidos” en Los iguanodontoideos basales de la
el Cretácico Inferior de la zona. Península Ibérica están representados por
El único registro conocido de igua- el género Iguanodon, especialmente en la
nodontios basales en el Este peninsular comarca de Els Ports (Castellón). Es ade-
proviene de los niveles más modernos más un género histórico ya que en 1872
del Cretácico Superior. Los restos de y 1873 Juan Vilanova i Piera consideró la
estos ornitópodos, a pesar de ser formas presencia de este dinosaurio por primera
primitivas, han sido descritos en varios vez en la península, no obstante se desco-
yacimientos del Campaniense superior- noce la ubicación actual de estos fósiles
Maastrichtiense inferior. Se trata de un y si realmente pudieron pertenecer a este
único taxón, el iguanodontio Rhabdo- ornitópodo (Pereda Suberbiola & Ruiz-
don, que parece extinguirse a mediados Omeñaca 2005). A día de hoy siguen
del Maastrichtiense (López-Martínez et recuperándose numerosos fósiles perte-
al. 2001; Pereda-Suberbiola et al. 2004). necientes a este género en localidades de
Un yacimiento como el de Chera, en Va- la comarca como Cinctorres o Morella
lencia, con una edad de final del Campa- (Ruiz-Omeñaca & Santos-Cubedo 1998;
niense o principios del Maastrichtiense, Gasulla et al. 2007).
ha proporcionado abundantes restos de El hallazgo de hadrosauroideos en el
Rhabdodon priscus. En este yacimiento Cretácico Superior de la Península Ibéri-
se han recuperado vértebras, huesos de ca, se cita por primera vez en 1984, cuan-
las extremidades, dientes y un maxilar do W. Brinkmann publica la descripción
(Pereda-Suberbiola et al. 2006). En los de dos fragmentos de isquion hallados
yacimientos pirenaicos, a pesar de que en el término municipal de Sant Esteve
en las referencias antiguas abundan las de la Sarga (Lleida). La mayor parte de
citas del género Rhabdodon en materia- restos de hadrosauroideos se localizan en
les de la Formación Tremp, los restos las formaciones Tremp y Arén del sur del
seguros de este dinosaurio son escasos. Pirineo catalano-aragonés, concretamen-
Es posible que algunos de estos hallazgos te en la cuenca de Tremp-Isona (Lleida y
no fueran identificados correctamente al Huesca) (ver tabla 1). Otras localidades
401
Taxón Edad Yacimiento Material Referencia
Tránsito Jurásico- Casanovas et al. 1995a, 1995b,
402
Dacentrurus armatus Cerrito del Olmo; Losilla Postcraneal
Cretácico 1999a.
Gasulla et al., 2003; Ortega et al.
Polacanthus Aptiense Cantera Mas de la Parreta Postcraneal
2006.
Company, 2007; López-Martínez,
Campaniense Placas y
Thyreophora
Nodosauridae indet. Els Nerets; Julí; Chera 2003; López-Martínez et al. 2000;
superior dientes
Santafé et al. 1997
Ruiz-Omeñaca (2001); Sanz et al.
Hypsilophodontidae Aptiense Teuleria-Millán; Mas del Dolço Postcraneal
Suñer, M. et al. (397-420)
1983
Rhabdodon priscus / Postcraneal,
Campaniense sup.- Llompart & Krauss, 1982; Pereda-
Rhabdodon cf. priscus Chera; Vilanova de Meià dientes,
Maastrichtiense inf. Suberbiola et al. 2006.
maxilar
Povet de Sant Llàcer; Ana; El Gasulla et al. 2007; Ruiz-Omeñaca y
Iguanodon sp. Beltrán (Teuleria Azuvi); Cantera Santos-Cubedo, 1998; Ruiz-Omeñaca
Aptiense Postcraneal
I. bernissartensis Mas de la Parreta; Mas Guimerà; y Canudo, 2004; Santafé et al. 1982;
Masia Eroles; Mas Romeu Suñer et al. 2003
Tous; La Solana; Moror; Basturs
Euhadrosauria Brinkmann, 1984, 1988; Company et
Ornithopoda
Poble; Euroda Nord; Serrat del
Hadrosauria Campaniense Postcraneal, al. 1998; Casanovas y Santafé, 1993;
Rostiar-2; St. Romà d’Abella;
Hadrosauroidea superior- maxilares, Casanovas et al., 1993a; Llompart,
Serrat del Corb; Costa de la Serra-
Pararhabdodon isonensis Maastrichtiense dentario, 1979; Pereda-Suberbiola et al. 2003a,
1; Molí del Baró-1; Planta del
Koutalisaurus kohlerorum superior dientes 2003b; Prieto-Márquez et al., 2006,
Mestre; Els Nerets; Casa Fabà;
Lambeosaurinae 2007; Martin et al. 2007
Fontllonga; Peguera
Casanovas et al. 1993, 2001; Gaete
Jurásico Superior- Baldovar, Alpuente, Benagéber, Postcraneal,
Sauropoda indet. et al., 2002; Lapparent, 1966; Royo y
Cretácico Superior Benicatazara dientes
Gómez, 1925; Sanz, 1996
Tránsito Jurásico-
Losillasaurus giganteus La Cañada Postcraneal Casanovas et al. 2001
Cretácico
Aras de los Olmos; Titaguas: Sant Casanovas et al. 2001; Ortega et al.
Dientes,
Júrasico Superior- Antoni de la Vespa; El Canteret; 2006; Sanz, 1985; Ruiz-Omeñaca et
Titanosauriformes postcraneal
Cretácico Inferior Masia Eroles; Cantera Mas de la al. 1999; Santafé et al. 1982 Yagüe
Parreta et al. 2001
Casanovas, 1992; Casanovas et al.
Sauropoda
Molí del Baró-2; Els Nerets; 1987, 1995d; Casanovas y Santafé,
Campaniense sup.-
Titanosauria indet. Peguera-1; Orcau-1; L’Estanyó; Postcraneal 1993; Lapparent & Aguirre, 1956a y
Maastrichtiense sup.
Fontllonga 6 b; Masriera & Ullastre, 1988; Vila et
al. 2007.
Campaniense
Lirainosaurus sp. Chera Postcraneal Company, 2007.
superior
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Taxón Edad Yacimiento Material Referencia
Abella & Suñer 2004; Canudo &
Tránsito Jurásico-
Benagéber; Benicatazara; Ruiz-Omeñaca 2003; Casanovas et
Cretácico
Alpuente; La Ventura, Fonseca, La al. 1988, 1993; Royo y Gómez 1925,
Aptiense inferior
Pacheca, P.Magdalena, El Chopo 1926; Ruiz-Omeñaca & Pereda-
Theropoda indet. Campaniense
Morella; Mas Romeu; El Beltrán; Suberbiola 1999; Santafé et al. 1978,
superior /
Ana 1982; Suñer et al. 2005; Suñer &
Maastrichtiense
Els Nerets; Montrebei Santos-Cubedo 2006; Torices et al.
inferior
2004
Dientes y
Allosauroidea indet. Aptiense Cantera Mas de la Parreta Gasulla et al. 2006
postcraneal
Canudo & Ruiz-Omeñaca, 2003;
?Carcharodontosauridae Aptiense El Beltrán Diente
Santafé et al. 1978 y 1982
Spinosauroidea Aptiense Vallibona Postcraneal Gómez-Fernández et al. 2007
Spinosauridae Aptiense Cantera Mas de la Parreta Postcraneal Ortega et al. 2006
Morella; Ana; Cantera Mas de la Dientes y Canudo et al. 2004; Gasulla et al.
Baryonychinae indet. Aptiense
Parreta postcraneal 2006; Suñer & Santos-Cubedo, 2006
Tránsito Jurásico-
Theropoda
Cretácico La Cañadilla
Coelurosauria indet. Aptiense Cantera Mas de la Parreta
Campaniense sup. Vicari-4; Montrebei Canudo & Ruiz-Omeñaca, 2003;
– Maastrictiense inf. Dientes Gasulla et al. 2006; Suñer et al. 2005;
Tránsito Jurásico- Torices et al. 2004; Vila et al. 2007
Benagéber
Cretácico
“Dromaeosauridae” Fontllonga 6; Montrebei; Vicari 4;
Campaniense sup.
Peguera-1
Maastrictiense inf
Campaniense Prieto-Márquez et al., 2000; Torices
“Richardoestesia-like” L’Abeller Diente
superior et al. 2004
Cambra-Moo et al. 2006; Chiappe
Enanthiornithes indet.
Barremiense inferior Pedrera de Rúbies Postcraneal & Lacasa-Ruiz, 2002; Lacasa-Ruiz,
Noguerornis gonzalezi
1989, Sanz et al., 1999
Tabla 1. Principales taxones y localidades con dinosaurios en el sector oriental de la Península Ibérica (Catalunya, Valencia y Castellón).
403
Dinosaurios del Este de la Península Ibérica
Suñer, M. et al. (397-420)
404
Dinosaurios del Este de la Península Ibérica
Superior como del Cretácico Inferior de gos, relevante por la cantidad y el tipo de
Valencia y Castellón (Lapparent 1966; fosilización, se produjo en el yacimiento
Royo y Gómez 1925; Sanz, 1996; Ca- de Sant Antoni de la Vespa en Morella.
sanovas et al. 1993, 2001; Gaete et al. Este yacimiento fue localizado por Mi-
2002). quel Guardiola, quién en 1998 mientras
Los miembros de Turiasauria han realizaba unos trabajos de prospección,
sido hallados en materiales del tránsito dio con la cabeza de un gran fémur de
entre el Jurásico y el Cretácico de la Pe- dinosaurio. En el yacimiento han apare-
nínsula Ibérica, tanto en la provincia de cido fósiles de saurópodos, de al menos
Teruel como en Valencia (Royo-Torres et tres individuos, dos de ellos articulados.
al. 2006). En la zona que nos ocupa, el Concretamente han aparecido cuatro ex-
eusaurópodo mejor conocido es Losilla- tremidades posteriores de dos ejemplares
saurus giganteus (Casanovas et al. 2001), diferentes, prácticamente en conexión
el tercer dinosaurio saurópodo que se de- anatómica y una quinta tibia aislada (Or-
finió en España. Durante las siete campa- tega et al. 2006; Poza et al. 2008). En
ñas que duraron los trabajos de excava- Morella además, han sido hallados hue-
ción se recuperaron cerca de 30 huesos sos de un saurópodo que por la forma es-
identificables; entre ellos se encontraron tilizada de su húmero podría pertenecer
fragmentos de vértebras cervicales y dor- a un braquiosaurio (Yagüe et al. 2001).
sales, restos del sacro y vértebras cauda- Entre los titanosauriformes titanosaurios
les, las placas esternales, el húmero iz- pueden distinguirse al menos dos formas
quierdo, fragmentos del radio, de la ulna bien diferenciadas entre el material del
y de un metacarpiano, fragmentos del sector oriental de la Península Ibérica. El
isquion, ilion y pubis. Su adscripción a género Lirainosaurus ha sido en el yaci-
Turiasauria por parte de algunos investi- miento de Chera (Valencia) (Pereda et al.
gadores (Royo-Torres et al. 2006) se basa 2004). Lirainosaurus astibiae, definido
en caracteres postcraneales. por Sanz et al. (1999) en el yacimiento de
Los fósiles de Titanosauriformes son Laño (Condado de Treviño; Campanien-
comunes en la Península Ibérica. Existen se superior-Maastrichtiense basal), es
abundantes restos aislados que han sido un pequeño titanosaurio que los últimos
incluidos en este clado (Sanz 1985; Royo- análisis incluyen dentro de Lithostrotia
Torres & Canudo 2003; Royo-Torres (“cubiertos de piedra”) (Upchurch et al.
2007). En las comarcas de Els Ports y de 2004). Otras formas de titanosaurios ha-
Los Serranos se han hallado piezas den- lladas en el Levante ibérico agruparían a
tarias y elementos postcraneales diversos, todo un conjunto de fósiles claramente
recuperados en diversos yacimientos que, diferenciables (por su robustez y tamaño)
aunque algunos permanecen en estudio, del pequeño lithostrotio Lirainosaurus.
por el momento han sido asignados a Ti- Estos taxones estarían representados en
tanosauriformes indet., Brachiosauridae los yacimientos de la cuenca de Tremp y
indet. y Brachiosaurinae indet. (Santafé Àger (Lleida), y la comarca del Berguedà
et al. 1982; Sanz 1985; Ruiz-Omeñaca (Barcelona) provenientes la mayoría de
et al. 1999). Uno de los recientes hallaz- yacimientos con una edad Maastrichtien-
405
Suñer, M. et al. (397-420)
se. Su registro comprende principalmen- Omeñaca (2003) buena parte del material
te elementos postcraneales (huesos de las fue asignado a Theropoda indet. Algunos
extremidades, vértebras y otros) (Lappa- de estos fósiles, como un diente de la
rent & Aguirre 1956; Casanovas et al. localidad de El Beltrán podrían pertene-
1987, 1995d; Masriera & Ullastre 1988; cer a carcharodontosáuridos (Canudo &
Casanovas 1992; Casanovas & Santafé Ruiz-Omeñaca 2003).
1993; Vila et al. 2007). Los estudios en Del grupo de los espinosáuridos se
curso han de permitir clarificar qué posi- han hallado dientes fósiles de barioni-
ción ocupan estos saurópodos dentro de cinos indeterminados en el Aptiense in-
los titanosaurios. ferior de la comarca de Els Ports en los
yacimientos de Ana (Cinctorres) (Suñer
Theropoda & Santos-Cubedo 2006) o en el Mas de la
Parreta (Morella) (Ruiz-Omeñaca et al.
Los restos directos de terópodos en- 1998; Ortega et al. 2006). Por otro lado,
contrados tanto en materiales del tránsito Gómez-Fernández et al. (2007) describen
Jurásico-Cretácico, como en el Cretácico una cintura pélvica de un dinosaurio espi-
Inferior y Cretácico Superior son escasos nosauroideo del yacimiento de Vallibona,
en Europa y España. Muchos de ellos ais- también en la comarca de Els Ports.
lados y en su mayoría adscritos a unos Por su parte, son numerosos los dien-
pocos géneros o de una forma indeter- tes de celurosaurios hallados en el Este
minada al grupo Theropoda. El material de la Península Ibérica, pues se han en-
más abundante son los dientes aislados contrado en las cuatro provincias que
de dinosaurios de tamaño pequeño-me- cubre el área de estudio. Se conocen
dio (que en su mayoría pueden atribuir- dientes asignados a Coelurosauria indet.
se a tetanuros evolucionados, aunque en el tránsito Jurásico-Cretácico de Los
también podrían estar representados los Serranos (provincia de Valencia) y en el
neoceratosaurios). Cretácico Inferior de Els Ports (Suñer et
Los terópodos carnosaurios al. 2005; Gasulla et al. 2006). El registro
del grupo de los alosauroideos están re- de dientes de tipo “dromeosáurido” en el
presentados por dientes aislados y frag- Cretácico es también abundante (Torices
mentos de elementos postcraneales en et al. 2004 y tabla 1). Del Cretácico Infe-
yacimientos del Cretácico Inferior de Els rior de la comarca de Els Ports han sido
Ports (Gasulla et al. 2006). descritos dientes y elementos postcranea-
Los megalosáuridos son citados les (Ruiz-Omeñaca & Pereda-Suberbio-
por primera vez por Royo y Gómez en la 1999; Gasulla et al. 2006). Por lo que
1925 en Benagéber (Valencia), donde respecta al Cretácico Superior, el registro
describe dos cabezas articulares de fémur temporal de los hallazgos abarca desde el
de Megalosaurus. Santafé et al. (1978, Campaniense superior hasta el Maastri-
1982) también describen la presencia de chtiense superior. La mayoría de los es-
Megalosauridae indet. en el yacimiento pecímenes han sido hallados en la cuenca
de El Beltrán (Teuleria Azuvi). Sin em- de Tremp (Lleida) (Torices et al. 2004)
bargo en la revisión de Canudo & Ruiz- y en la zona del Sinclinal de Vallcebre
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Dinosaurios del Este de la Península Ibérica
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Grupo / Parataxón Edad Yacimiento Material Referencia
Tránsito Jurásico- Huellas y
Morfotipo “ornitópodo” Corcolilla Santisteban et al. 2003
Cretácico rastros
Morfotipo “hadrosaurio” Cingles del Boixader; Mata
Icnogénero Campaniense superior- del Viudà; Costa Roia; Coll de Huellas y Llompart, 1979 y 2006; Vila et al. 2005a
Ornithopoda
Hadrosauropodus Maastrichtiense superior Jou; Torrent de Guixers; Mas rastros y referencias en Vila et al. 2006
Suñer, M. et al. (397-420)
Sauropoda
“Titanosauria indet.” Campaniense sup.- Huellas y
yacimientos de Fumanya & Meyer, 2000; Schulp & Brokx, 1999;
Icnogénero Brontopodus Maastrichtiense sup. rastros
Vila et al. 2005b
Tránsito Jurásico-
Cretácico
El Hontanar; Corcolilla
Aptiense inferior Moratalla et al. 2003; Llompart, 2006;
Barranc de la Vallivana Huellas y
Morfotipo “terópodo” Hauteriviense? Santisteban & Suñer, 2003; Santisteban
Rambla de Tambúc rastros
Santoniense-Campaniense et al. 2007a
Theropoda
Moror-B
Campaniense superior/
Maastrichtiense inferior
Indet. Maastrichtiense superior Vall d’Ariet, Mas de Morull Huellas López-Martínez et al. 1998b
Indeterminado
Tabla 2. Registro paleoicnológico del Este de la Península Ibérica.
Registro de ooespecies Cretácico Superior (cuencas) Referencias
Ager
Tremp
C. Nargó
Vallcebre
Megaloolithus petralta X Vianey-Liaud & López-Martínez 1997
Tabla 3. Registro de ooespecies en el Cretácico Superior del Este de la Península Ibérica (modificado de Galobart 2007)
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420
Excursión
Palaeontologica Nova. SEPAZ 2008 (8)
I. S. B. N: 978-84-96214-96-5 425
Cuevas-González, J. et al. (425-431)
Figura 1. Situación de la cuenca de Madrid en la Península Ibérica y mapa geológico simplificado. Las
flechas indican la dirección de los aportes de los sistemas de abanicos aluviales. La línea de puntos corres-
ponde al límite paleogeográfico del contacto de las facies detríticas de borde con las facies de orla lacustre
en el Aragoniense Medio y Superior (Unidad Intermedia) según Calvo et al. (1989a).
a los valles excavados por la red fluvial progradando varios kilómetros sobre las
cuaternaria, haciendo posible su estudio facies evaporíticas de la Unidad Inferior.
directo en afloramiento. Esta unidad re- En las áreas distales de estos abanicos la
presenta una penetración progresiva y sedimentación es de tipo fan-delta, cu-
generalizada de sedimentos terrígenos yos materiales más representativos son
en sistemas de grandes abanicos aluvia- las arenas verdes micáceas y las arcillas
les hacia las áreas centrales de la cuenca, verdes, conjunto conocido en esta cuenca
426
Yacimientos de Somosaguas
427
Cuevas-González, J. et al. (425-431)
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Yacimientos de Somosaguas
Figura 3. Columnas estratigráficas de los sedimentos de Somosaguas, donde se muestra los tres tramos
distinguidos. Abajo, perfil topográfico con la posición de las columnas.
429
Cuevas-González, J. et al. (425-431)
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Yacimientos de Somosaguas
431
“En el fondo, los científicos somos gente con suerte:
podemos jugar a lo que queramos durante toda la vida”
Lee Smolin