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Rev. de Psicol. Gral. y Aplic., 2003, 56 (3), 311-928 FINGIMIENTO DE LA IMAGEN E {NDICE DE SIMULACION F-K DE GOUGH EN LA ADAPTACION ESPANOLA DEL MMPI-2 FERNANDO JIMENEZ GOMEZ Y GUADALUPE SANCHEZ CRESPO Departamento de Personalidad, Evaluacién y Tratamiento Psicolégico. Facultad de Psicologia. Universidad de Salamanca Resumen Gough (1947, 1950) observé en of MMPI que restando las puntuaciones obtenidas en la escala K de las obte- nidas por la F era posible obtener un “indice de simu- lacion” F-K apreciando que este indice era uti para poder detectar protocolos que no son validos, y que podria ser utlizado como una medida de respuesta disimulada o de ‘exageracién de sintomas psicopatolégicos. El objetivo de esta investigacién consists en experimen- tar este Indice de Simulacién de Gough (F-K) con un total de 3.095 sujetos agrupados segin la forma do responder al cuestionarla (sincera, buena imagen, mala imagen y de forma inconsistente) en la reciente adap- tacién espafiola del MMPI. Lo resultados muestran en general la confirmacion del planteamiento de Gough denotando que los “puntos de ‘corte, que dan significado a un valor determinado, deben considerarse diferentes dependiendo del ambito de aplicacién y del tipo de muestra, Palabras claves: MMPI, indice de Gough, F-K, Simulacién, Abstract Gough (1947, 1950) observed in the MMPI that by subtracting the scores obtained inthe K scale from those reached in the F scala it was possible 10 obtain an F- i «simulation index» which was useful in detecting non- valid protocols which could be used as a measurement of bath faked responses and the exaggeration of psychopathological symptoms. The purpose of the present research has been to experiment with Gough's F-K Simulation Index on a total of 3,035 subjects grouped ‘according to the type of response given to the questionnaire (sincere, good image, bad image and inconsistent) in the recent Spanish adaptation of the Mui Rosuits wore in agreement with Gough's view, denoting that the “cut-off points" that glve meaning to a particular value must be considered to be diferent depending on the range of application and on the type of sample. Key words: MMPI, Gough's Index, F-K, faking, Actualmente, la determinacion de la aceptabil lad de un protocolo es un importante reto para todos los investigadores que tienen como objetivo la validez y fiablidad en la evaluacién de las variables de personalidad y su correspondiente perfil oinico, Mediante diversas estrategias de confrontacién podemos verificar la distorsin de la prueba. Ello hace que los investigadores que han abordado la aceptabilidad de las técnicas de evaluacién de la personalidad con una estrategia psicométrica, hayan ido desarrollando diferentes pruebas suplementarias de validez y fiabilidad para su propia técnica (Cassisi, & Workman, 1992; Crowne & Marlowe, 1960; Gough, 1950; Millon, 1992). El realizar un control de validez y fiabilidad sobre la evaluacién de la prueba se convierte en una obligacién necesaria en determinados ambitos de evaluacién, come podrian ser los casos de informes periciales 0 de seleccién de personal. Las técnicas psicolégicas que evaliian dimensiones Correspondencia: Universidad de Salamanca. Facultad de Psicologia. Dpto. Personalidad, Evaluacién y Tratamiento Psicoligicos. Avda. de la Merced, 109/131.- 37003.- Salamanca. ({limenez@usal.es y lupes@usal.es). 312 Femando Jiménez Gémez y Guadalye Sénchez Crespo de la personalidad, especialmente las de estrategia psicométrica en ia que los sujetos deben autoevaluarse, se muestran especialmente sensibles a este control. EI Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI) ha sido tradicionalmente una de las. técnicas de evaluacién mas utiizadas por psiquiatras y peritos para el diagnéstico de los trastoros de la personalidad e incluso para poder apreciar y diferenciar ‘psicdpatas” de “psicoticos”, “tras- torno” de “no-trastorno”, ‘neuréticos" de “psicéticos” (Roman, Tuley, Villanueva, y Mitchell, 1990) en los diferentes dictémenes psiquidtricos de las salas de justicia, ayudando con ello a jueces y jurados a delimitar la presunta responsabilidad criminal. El interés de Gough por determinar la fiabilidad de un perfil y, consecuentemente, de los datos vertidos y diagnéstico de la personalidad del sujeto, le llevé a realizar su primer trabajo (Gough, 1947, 1950) examinando las configuraciones de! MMPI asociadas con la simulacién, proponiendo un indice F-K para poder detectar y desechar ios protocolos que no son validos, siendo utilizado algunas veces como una medida de respuesta o de exageracién de sintomas en el MMPI-2. Gough propuso utilizar la diferencia entre las puntuaciones directas F y K (FK) de forma que, si el resultado es positive y mayor de nueve (+ 9) indicaria fingimiento en el sentido de ofrecer una “mala imagen’, mientras que si es negativo y menor de nueve (- 9), indicaria la tendencia a ofrecer una “buena imagen’ de si mismo como estrategia de la defensividad del sujeto. Si la puntuacién se encontraba entre los valores 0 y 9, el perfi! era considerado como valido. En 1997, Cloak, Kirklen, Strozie y Reed realizaron un trabajo para poder detectar los estilos de respuestas de los “faking bad’ con el MMPI-2 en una muestra clinica. Se investig la habilidad de las personas para fingir ol Trastomo por Estrés Postraumatico o una lesién cerebral a través de la consistencia temporal de sus respuestas. Los resultados mostraron que los sujetos que fueron preparados para fingir un trastomo por estrés postraumatico obtuvieron en una administracién test-retest (al cabo de dos semanas), puntuaciones que no mostraron diferencia significativa con las conseguidas por los sujetos a los que se les administré el MMPI-2 de forma estandar. Sin embargo se obtuvo un coeficiente de fiabilidad significativamente mas bajo cuando los sujetos fingfan una enfermedad de lesién cerebral. El andlisis de la varianza indic6 que los individuos que fingfan un trastorno obtuvieron puntuaciones significativamente mas elevadas en las escalas de validez sensibles a la exageracién (‘overreporting’) de los sintomas, y, sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en los diferentes tiempos de aplicacién. Por ello los autores concluyen que es necesario diferenciar el tipo de trastomo para poder apreciar la consistencia temporal de las respuestas. Con la reciente adaptacién en Espafia del MMPI-2 realizada por la universidad de Salamanca (Avila y Jiménez, 1999) se han contrastado y actualizado los valores de las diversas escalas de validez. El trabajo realizado por Sanchez (2002) sobre la fiabilidad aportada por un grupo de escalas de validez, y entre ellas el indice de Gough (F-K), nos va a mostrar los valores especificos aportados por una muestra de poblacién espafiola, contrastando sujetos que responden al cuestionario de forma sincera y honesta (sujetos clinicos y normals); sujetos que, adiestrados, muestra inten- cionadamente una buena imagen; otro grupo, igualmente adiestrado, ‘con mala imagen y una muestra que contesta al cuestionario de forma aleatoria. METODOLOGIA Pasando del nivel conceptual tedrico hasta el més especifico metodoldgico, intentamos describir el proceso seguido en nuestro estudio: los objetivos y planteamiento de hipdtesis, los instrumentos utilizados especificados por otras escalas, las caracteristicas de la muestra, los resultados obtenidos, nuestras conclusiones y un apartado para la contrastacién y discusién con otras Investigaciones. Fingimianto_de la imagen @ indice de simulacién F-K de Gough. 313 OBJETIVO Y PLANTEAMIENTO DE HIPOTESIS Nuestro objetivo general intenta analizar la sensibilidad del Indice de Gough (F-K) con una poblacién espafiola para poder discriminar y diferanciar protocolos contestados de forma honesta y sinoera de aquellos otros en los que, intencionadamente, se ha realizado algtin tipo de distorsién en las respuestas de los sujetos. Nuestro planteamiento hipotético es e! sigtiiente: en la adaptacién espafiola del MMPI-2, el Indice de Simulacién de Gough (F-K) nos va a permitir detectar y diferenciar sujetos que responden de forma honesta y sincera de aquellos otros que intentan falsificario. Muestra La muestra de esta investigacion se recogié en la casi totalidad de las diferentes comunidades de nuestra geografia espafiala quedando distribuidas por género y especificadas en el cuadro 1. Cuadro 1. Muestra espafiola segiin forma de contestar por grupos y género “Tenino n cuenta la iformacién dl tem | Sin ene en ental nformacin del tem, Sacer yhonetamente Adtosrados Normat_| Caines | Bumagen | Mtsmagen Ring Inconsisents ‘otal mostra ae at [va] | vee] wh | var | wu! va Ma ve. | s+ vos0] 252] 309 | ato] ea | oe | im 100 100 1323 [ues um | ma | 269 20 3036 Los individuos participantes en nuestra investigacién, denominados como “grupo normat’, son tuna muestra compuesta por 1.723 sujetos considerados como normales (sin evidencia de patologia) que han contestado a jos ftems del MMPI-2 de forma sincera y honesta (forma esténdar). Estos sujetos presentan una media de edad de casi 30 afios (29 afios y 10 meses) de los cuales 1.039 son mujeres y 684 varones. Los participantes denominados, en nuestra investigacién, como “grupo clinica” son verdaderos pacientes en régimen abierto ambulatorio que acuden al Centro de Salud correspondiente, con diferentes problemas de tipo psicol6gico o psiquidtrico (de gravedad leve o moderada), solicitando Ja ayuda del profesional de la psicologfa, Esta muestra no incluye pacientes crénicos internados en un centro psiquiatrico. El nimero de sujetos es de 561 pacientes, de los cuales 309 son mujeres y 252 Son varones, teniendo una media de edad de 34 afios. Los individuos denominados, en nuestra investigacion, como “grupo buena imagen’ son personas consideradas “normales” (sin evidencia de patologia) a las que se Jes instruyé para que realizaran la prueba del MMPI-2 intentando ofrecer una ‘buena imagen’ de si mismo. El ntimero de sujetos fue de 282, de fos cuales 163 fueron mujeres y 119 varones, teniendo una media de edlad de 27 afios. Los sujetos denominados en nuestra investigacién como de “grupo mala imager’ son individuos considerados “normales” (sin evidencia de patologta) a los que se les instruy6 para que contestaran al MMPI-2 intentando ofrecer una “mata imagen’ de s{ mismas. El nimero de sujetos fue de 269, de los cuales 172 fueron mujeres y 97 varones, teniendo una media de edad de casi 27 afios (26 afios y 11 meses). Por fin, se generé el grupo de “Respuestas inconsistentes”. Para ello se cumplimentaron 200 protocolos sin tener en cuenta el sentido de los items, independientes de la edad y sexo, Las respuestas han seguido estrategias diferentes, como responder a todo el cuastionario como Verdadero, como Falso, alternativamente Falso/Verdadero (cada 5, cada 10, cada columna de fa hoja de respuesta, ete, etc.). 314 Femando Jiménez Gémez y Guadalype Sénchez Crespo INSTRUMENTOS. El instrumento Unico es el Cuestionario de Personalidad MMPI-2, en su adaptacién espafiola (Avila & Jiménez, 1999). En este estudio se tuvieron en cuenta para su andlisis las escalas tradicionales de Validez L, F, K, las adicionales Fb, VRIN y TRIN y las escalas Superiativa “S” de Butcher & Han (1995) y Psiquidtrica “Fp” de Arbisi & Ben-Porath (1995) que de forma muy breve describimos por ser, quizas, las menos conocidas. + La escala Superiativa “S" de Butcher & Han (1995). Butcher y Han (1995) elaboraron esta escala para evaluar a personas que se presentan a s{ mismas de una manera exageradamente ajustada y frecuentemente ante situaciones de seleccién de personal para ocupar un puesto de trabajo. En ta investigacién llevada a cabo por Greene (1997) con distintos tipos de muestras (normales y patolégicas) se pudo apreciar una altisima correlacién, y significativa con la escala. K (.82 y .8). Como se esperarfa, los individuos de pobiacién normal obtienen puntuaciones mas altas en la escala S que las obtenidas por los pacientes, pero las distribuciones se hacen justamente parecidas para las puntuaciones elevadas (PD = 38), (Sanchez y Jiménez -en prensa-). - La escata Psiquiétrica “Fp” de Arbisi & Ben-Porath (1995), Esta escala ayuda a distinguir a pacientes psiquidtricos que tesponden honestamente de los que intentan exagerar sus sintomas de forma intencionada (Jiménez y Sénchez, 2002). Las puntuaciones elevadas en esta escala no deberian encontrarse dentro de una psicopatologia severa. Fp puede funcionar como una escala adicional para clarificar el origen de una F elevada, aunque deberia emplearse, por ahora, de forma cautelosa hasta que se encuentveri nuevas investigaciones que avalen lo que comentamos. “El Indice de Simulacién de Gough F-K (1947, 1950). Gough (1947, 1950) se dio cuenta de que sestando las puntuaciones obtenidas en la escala K de las obtenidas por la F, era posible obtener un “indice de simulacién” F-K. A través de sus resultados Gough pudo apreciar que este indice era util para desechar y poder detectar protocolos que no son validos, siendo a veces utilizado como una medida de respuesta disimulada 0 de exageracién de sintomas psicopatolégicos. Gough propuso utilizar la diferencia entre fas puntuaciones directas F y K de forma que, si el resultado es positive y mayor de 9 (> +9) indicaria fingimiento en el sentido de ofrecer “mala imagen”, mientras que si es negativo y menor de 9 (<-9) indicaria una tendencia a ofrecer una “buena imagen” de si mismo como estrategia de defensividad del sujeto. Si la puntuacidn se encontraba entre estos valores (0-9), el perfil del sujeto podia considerarse como valido. RESULTADOS Nuestros resultados de la Tabla 1 presentan ias puntuaciones obtenidas en los diversos grupos aqui investigados a través de diferentes percentiles, nos muestran, en una apreciaci6n global, al grupo que intenta expresar su buena imagen con las puntuaciones mas elevadas y negativas (e incluso en sus puntuacines medias: -15,365). Otro grupo que presenta puntuaciones negativas en sus percentiles el normal (@ incluso su punt. media: -7,4), mientras que es el grupo clinico el que, a pattir del percentil 50 presenta sus puntuaciones positivas (P50: 1), mostrando su valor medio con 1,084, Continuando con esta visién globalizadora de las puntuaciones percentiladas, observamos que son los grupos de mala imagen y los que contestan de forma incoherente (Rta. Inc.) los que muestran sus valores positives (e incluso sus puntuaciones medias, 36,699 y 14,515 respectivamente). Los resultados obtenidos muestran de forma manifiestamente sensible cémo este Indice de indice de simulacién F-K de Gc 315 Tabla 1. Variable “F-K". Percentiles. Andlisis por grupos Percentiles | Normal | Cifoico | Buena Imagen | Maly Imagen | Rta, Ine. 10 “713 23 164 65 25 135-7 20) 30 105 50 o H aI a1 145 75 3 3 Ba a7 18 30, 4 15 67 30 2 Simulacién de Gough nos puede distinguir a los sujetos que intentan ofrecer una buena o mala imagen de si mismos a través de sus valores positivos o negativos. Otro tanto estd ocurriendo con el grupo que contesta de forma inconsistente (Rta. Inc.) cuando muestra sus valores positivos. Los sujetos normales presentan un percentil medio (P50) de -8 para el grupo normal que ha contestado honestamente a la prueba y de +1 (P50) para el grupo clinico que igualmente ha contestado de forma honesta al MMPI-2. Estos resultados contrastan con los de Greene (1997) que, con una muestra de 2.600 sujetos normales (esta muestra, en realidad, es del grupo de investigadores de Butcher et al,, 1989) y de 3.475 sujetos con graves trastornos mentales obtuvo un percentil 50, para los normales de -12, y para los pacientes psiquidtricos de -4; los resultados parecen ser “algo” més semejantes. La Tabla 2, que muestra las correlaciones entre las distintas variables y los distintos grupos Tabla 2. Variable “F-K” Correlaciones* ‘Variables | Normal | Ciinico | Buena imagen | Mala imagen | Ria. Tne. L | -3i2 3608 2347 =AS0 F 4 902. 354 856, K__[ a6 2837 = 484 2161 Fo [715 78S. 291 4, ‘VRIN_|— 348 78. =A403, 002 TRIN 095 2035; 433 Fp 564 568, 850 398) S. a4 784 a =528 EK [1.00 100, 100 1.00 de la variable F-K, resulta interesante. Por una parte podemos apreciar las elevadas correlaciones (de ambos signos) que presenta el grupo de “mala imagen” con el resto de las variables. Por otra ‘observamos que, en general, existen unas correlaciones sumamente elevadas y positivas espe- cialmente con las variables F, Ds y Ds-r, F(p), Fb, IR y /F-Fb/ Las variables que correlacionan negativamente son la L, K, S, y ODecp, siendo justamente el grupo de “buena imagen” el que, entre éstas ultimas, presentan las negativas mas elevadas. Esta Tabla 3 nos muestra las puntuaciones medias de los diferentes grupos de sujetos. Nos Tabla 3. Variable “F-K": Puntuaciones Medias y St.D. Rommel ‘Cinco oem Tnagen Mal agen is Toconiat — Media| SD [Metis | ScD | —Modis | st | Wadia | 'S.D—| Media| StD | -7,400_| "8.337, 1,064 [10,580 | -15.365_ [8,209 [36,699 | 13.443_[ 14.515 [6,603 J 216 Femando Jiménez Gémez y Guadalupe Sénchez Crespo interesa resaltar especialmente su elevados valores medios positivos (mala imagen: +36,699 y Rta. Inc.: +14,515) y los negatives (buena imagen: -15,65; y normal: -7,4). Los sujetos clinicos, pacientes que solicitan ayuda psicolégica en un Centro de Salud y que han contestado honesta y sinceramente, son los que presentan una puntuaci6n media mas baja y positiva (+1,064), aspecto que contrasta de forma estadisticamente significativa con los sujetos de “mala imagen” (36,699). Podemos apreciar, por los resultados mostrados en las Tablas 3 y 4, que todos los grupos ‘son estadisticamente significativos en sus diferencias de medias, tanto si se analizan separada~ mente por sexos como si su andlisis se realiza conjuntamente. Esto nos confirma que esta variable F-K se muestra indiferente cuando contesta al cuestionario un varén o una mujer. ‘Como podemos apreciar por la grafica 1, los sujetos que han contestado de forma sincera Tabla 4. Variable “F-K". ANOVA. Diferencia significativas entre grupos ‘Grupos Dithied | i, Cri | “pI Siife] Normal vs. Cinigo— 805 [eo emoor | St Normal vB. Inagea | 765 1,163—[ e001 [St Normal ve Me imagen | —#4009"[ 1.67 | <000r- st] ‘Normal vs. Rias Ine, [21915 | 1353 | 65 en L, F 0K, o inferiores a 30. Para solucionar este problema, el indice F-K (Gough, 1947, 1950) fue desarrollado combinando dos de las tres escalas tradicionales de validez del MMPI. Las puntuaciones F-K muy elevadas indicarfan también casos psicéticos graves, y las muy bajas (negativas) podrian indicar tendencias acusadamente rigidas y defensivas en los sujetos. Igualmente sobre la interpretacién det mismo pademos hacer ciertas discrimina- ciones. En la tendencia a ofrecer una “buena imagen", destacan las elevaciones L y K, con bajo F, y las bajas puntuaciones en todas las escalas Clinicas basicas. En cambio, cuando se intenta ofrecer una ‘mala imagen’, destacan el alto F y los bajos L y K, con elevaciones tipicas en Esquizofrenia (Sc) y Paranoia (Pa). En el perfil de simulacién, las puntuaciones son mas mode- radas, y aparecen “picos” en las escalas Depresi6n (D), Desviacién psicopatica (Pd), Paranoia (Pa) y Esquizofrenia (So). Es importante acompariamos, para la interpretacién, de las nuevas escalas del MMP1-2 referidas por VIN y TRIN. En un trabajo posterior Gough(1950) pudo determinar que una diferencia de 10 puntos marcaba el punto de corte significativo del intento de ofrecer una “mala imagen’, y una puntuacién menor de 10 era significativa de presentar una “buena imagen". Posteriormente Carson (1969) ha modificado esta puntuacién a once (11), mientras que Butcher y Williams (1992), para et MMPI-2 concretan fa puntuacién en quince (18). Ei trabajo de Wetzler ‘& Marlowe (1990) va en esta misma direccién intentando detectar la exageracién de los sintomas. El problema de los “puntos de corte” siempre ha sido un tema candente en las investigaciones que s@ llevan a cabo con el indice de Gough (F-K). El estudio realizado por Osbome, Colligan, & Offord (1986) con una poblacién normal, establece dos puntuaciones medias diferentes seguin sexos. Para los varones: F-K = -9,77 (nuestros resultados: -6,87) y para las mujeres: F-K = - 11,22 (nuestros resultados: -7,743), Graham (1990) afirma, de forma general que, siempre que la puntuacién directa de ia Escaia F es mayor que la puntuacion directa de la escala K, debe considerarse la posibilidad de “hacerse el enfermo” (“fake bad’) y cuanta mayor es la diferencia tanta mayor es la probabilidad de fingir tuna mala imagen. A primera vista el perfil “fake bad” podria parecer similar al perfil que uno deberia esperar af obtenido por una persona que esté realmente trastornada psicolégicamente, pero sin ‘embargo existe, a juicio del autor, una diferencia sumamente importante: la puntuaci6n de la escala F generalmente es mas elevada para el perfil “fake bad” (haverse el enfermo). El rango, comunmente aceptado, de la puntuacién T de la Escala F para personas diagnosticadas como psicéticas se Fingimiento_de la_imagen @ indice de simulacién F-K de Gough... 921 encuentra entre 71 y 90, mientras que el perfil “ake bad” para la Escala F se encuentra por encima de 100T. Es decir, en un perfil fake bad” las puntuaciones de las escalas Clinicas basicas tienden ‘a ser mucho extremadamente mds altas que en un perfil valido para una persona con un trastorno grave. Los perfiles tipicos de la actitud de “faking good” (fingirse bueno) los muestra Graham (1990, Pgs. 47 y 48) como una forma de “uve” en la configuracién del perfil de las escalas de validez, con elevaciones en las escalas L y K y una puntuacién, en la escala F, en el rango entre 40 y 50T. Mirando las escalas Clinicas subsiguientes a este perfil, podemos apreciar que éstas se encuentran en un rango de puntuaciones por debajo de la “franja de normalidad” o puntos decorte; es decir con una puntuacién entre 30 y 50 T, pero con las escalas Hy (Histeria), Mf (Masculinidad- feminidad) y Ma (hipomania) algo més elevadas. Posteriormente los trabajos de Graham, Watts, y Timbrook (1991) para detectar los perfiles “take bad” y “fake good” en sujetos normales y clinicos mostraron que los resultados indican que la media de los perfiles y la puntuacién éptima de corte se parecen a las establecidas previamente en el MMPI original. Se logré una identificacién precisa de las personas que fingfan buena (“fake good") o mala (“fake bad") imagen. Fue posible aiferenciar entre pacientes y sujetos normales que se fingian enfermos, Pero fue necesario utilizar diferentes puntuaciones de corte para distinguir entre sujetos normales que hicieron el test siguiendo las instrucciones de honestidad y aquellos que fueron instruidos para fingir una mala imagen (fake bad). Greene (1997, pgs. 188-189) presenta un resumen sobre la distribuci6n de las puntuaciones F-K en sujetos normales y pacientes con diversos sintomas psicopatolégicos. Sus resultados Muestran que los sujetos normales consiguen puntuaciones medias cercanas a -12 (nuestros resultados, ambos sexos: -7,4), mientras que los pacientes psiquiatricos consiguen puntuaciones medias de ~4 (nuestros resultados en pobiacién clinica, no especificamente psiquidtrica y para ambos sexos: +1,064). Ya que la escala F, por si misma, también puede reflejar la presencia de psicopatologia, actualmente el uso de estas puntuaciones produciria una proporcién inaceptablemente alta de falsos positivos (personas que estan diciendo ser fingidores pero que experimentan realmente una psicopatologia significativa). Roger (1997) y Graham (1992) son partidarios de una puntuacién bastante superior a +9 en F-K para discriminar el ntimero de falsos positivos, De igual manera, tomando como referencia las puntuaciones de corte de Greene (1988) y comprobando que se producia una alta proporcién de “falsos positivos”, los resultados del estudio realizado por Gillis, Rogers, & Dickens (1990) con muestra de poblacién normal y olinica y con el objetivo de detectar a los simuladores que pretenden mostrarse de forma negativa, mostraron que F y F-K fueron indicadores relativamente eficaces para distinguir a las personas que se fingen enfermas. Los autores sugieren que se tomen otros pardmetros de puntos de corte, El estudio de Gallucci (1984) traté de evaluar la efectividad de los indices F y F-K del MMPI para detectar disimulo a través de una muestra clinica de pacientes psiquidtricos compuesta por 40 mujeres y 80 hombres (que reclaman un subsidio por incapacidad). Se formaron cuatro grupos diferentes segiin los niveles de motivacién y exageracién de su patologia con el fin de alcanzar el grado deseado para conseguir el subsidio. Cuando se controla el nivel de patologia y la edad, fos incrementos de los indices en F y F-K coinciden sistemdticamente con el aumento de la motivacién para disimular (exagerar su patologfa). Un problema con el indice F-K, comentado por Greene (1997), en la identificacién de la defensividad es que alguien pueda estar reconociendo la capacidad para manejar sus propios problemas, estar bien ajustado 0 adaptado (mostrando una alta PD en K) o no estar experimentando estrés 0 conflicto alguno (mostrando una baja PD en F). De este modo personas normales que contestan e! MMPI-2 a menudo serian clasificadas inapropiadamente como defensivas en el indice F-K. Seguin los resultados de Greene (1997) en la investigacién con muestras de sujetos normales 2 Femando Jiménez Gémez y Guadalupe Sanchez Crespo Bujetos con trastornos mentales, si las puntuaciones en el indice F-K de = -12 se utilizan como Un criterio de defensividad (se corresponde con el percentil 50), entonces, e! 25% de fos pacientes deberian ser también clasificados como defensivos. De nuevo, un considerable porcentaje de pacientes evaluados en una situacién clinica estan siendo defensivos. En resumen, el indice de Gough (F-K) parece mostrarse con cierta efectividad para detectar a los simuladores, especialmente a los que Intentan exagerar la sintomatologia psicopatolégica, La mayor parte de ios estudios sobre el MMPI y el MMPI-2 con este indice han utilizado como muestra a personas normales que han sido instruidas para fingir sintomas patolégicos. Algunas investigaciones (Austin, 1992; Graham et al. 1991; Woychyshyn ef al, 1992) han confirmado la utiidad de F-K para identiicar estudiantes instruidos para fingir. Otras investigaciones (Graham et al., 1991; Woychyshyn et al, 1992) también han demostratio que la Escala F, por sf sola, identificé fingidores de forma igual, o mejor, que el Indice F-K. Los puntos de corte dptimos en estos estudios presentan un rango de 6 (Sivec et al, 1994) a 17 (Graham et al., 1991). Para Nichols (2002) “el indice discrimina entre los perfiles de pacientes y no pacientes que intentan simular 0 exagerar psicopatologias, pero la puntuacién de corte para diferenciar mejor los perfiles reales de los simulados ha variada notablemente segin los estudios y las muestras” (69.61). Nuestros resultados son coincidentes con los obtenidos por la mayoria de las investigaciones que analizan esta variable, sobre todo son coincidentes los resultados cuando se trata de del signo Positivo 0 negativo de! indice y en los diferentes grupos experimentados. El problema de perflar ‘con mayor o menor exactitud los “puntos de corte” més bien parecen depender, como bien dice Nichols (2002) y ratificamos nosotros, de los distintos Ambitos en el que se administra la técnica, de las indicaciones suministradas y det diferente tipo de muestra elegida, REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Atbisi, P.; Ben-Porath, Y. (1995). 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