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CENTRO EDUCATIVO PEUMAYEN

PROFESOR: FRANCISCO JAVIER VALENZUELA

Energías
INTRODUCCIÓN

Breve historia de la energía - 1ª parte

l hombre, a lo largo de su historia evolutiva ha realizado mediante su


propio esfuerzo físico actividades que consumían energía, apoyándose
adicionalmente en los animales domésticos como los caballos, bueyes,
etc.

Hasta la llegada de la Revolución Industrial, la utilización de sistemas mecánicos


para proporcionar energía se limitaban a los molinos de viento o de agua.
Cualquier aplicación de estas tecnologías para la realización de trabajos resultaba
de poco rendimiento.

Las fuentes de energía

De las fuentes de energía, la primera y más importante de las utilizadas por el


hombre fue la leña, gracias a la abundancia de bosques que proliferaban por todas
partes del mundo. Otras fuentes puntuales solamente se utilizaban allí donde eran
accesibles, tales como filtraciones superficiales de petróleo, carbón o asfaltos.

En la edad media comenzó a utilizarse la leña para fabricar carbón vegetal con
cuyas menas se obtenían metales, y que posteriormente vendría a ser sustituido
por el carbón mineral en los principios de la revolución industrial.
Aplicación práctica de la energía

Durante el primer tercio del siglo XIX, aproximadamente hacia 1825-30, se pudo
avanzar en la aplicación práctica de la máquina de vapor, que daría comienzo a la
era contemporánea; se trataba de la primera herramienta que no utilizaba fuerzas
o tracción de origen animal, y que comenzó a emplearse industrialmente.

Junto con la llegada y desarrollo de los motores de combustión interna y la


utilización del gas para calefacción y alumbrado, se produjeron grandes avances
en la generación práctica de energía eléctrica.

La era Contemporánea comenzó con


la aplicación práctica de la máquina
de vapor

A partir de la máquina de vapor se producirían cambios en la evolución


tecnológica, económica y social, de niveles sorprendentes en comparación con
toda la historia precedente.

La crecientes demandas de energía

La nueva sociedad que nació de la Revolución Industrial trajo también nuevas


demandas de energía. Con la máquina de vapor aparecieron inventos
revolucionarios que mejoraron los medios de transporte, como la locomotora que
George Stephenson construyó en 1825.

Sin embargo, a pesar de que este sistema de locomoción era seguro y eficaz,
consumía grandes cantidades de carbón para convertir la energía calorífica en
mecánica; el rendimiento que producía era inferior a un 1%. Aún hoy día se
consume gran cantidad de energía para producir un rendimiento muy inferior; por
ejemplo, una central eléctrica que utilice carbón o petróleo rinde menos del 40%, y
en el caso de un motor de combustión interna incluso menos del 20%. Esta
pérdida de rendimiento es a causa de las leyes físicas; la energía que no
utilizamos (o no somos capaces de aprovechar) no se pierde sino que se
transforma; en los casos de combustión interna, por ejemplo, el resto de energía
que no aprovechamos se disipa en forma de calor. Por ello, una lucha tecnológica
constante es la de mejorar el rendimiento de las máquinas para aprovechar al
máximo la energía.

Energías
INTRODUCCIÓN

Breve historia de la energía - 2ª parte

La nuevas demandas de petróleo y sus derivados

a enorme demanda de carbón comenzó a declinar con la


comercialización del petróleo y sus derivados. El número de compañías
petrolíferas creció en proporción a los nuevos mercados que se crearon:
transportes, energía, calefacción, etc. La búsqueda de yacimientos
petrolíferos fue una constante ante las expectativas que se intuían.
Oriente próximo se convirtió en una zona sensible, siendo Gran Bretaña
la que estableció en Irán en 1941 el primer campo petrolífero.

Las crecientes demandas de


petróleo obligó a la búsqueda
de nuevos yacimientos

La segunda guerra mundial generó grandes demandas de combustibles, siendo


las empresas de Estados Unidos las que se expandieron con mayor éxito por todo
el mundo; de hecho, en 1955 las dos terceras partes del petróleo del mercado
mundial, salvo el bloque soviético y América del Norte, eran suministradas por
cinco empresas de petróleo de Estados Unidos. A la vez, Oriente Próximo se
convirtió en la mayor reserva de crudo del mundo.

Las crisis del petróleo

En 1973 la creciente demanda de energía del mundo desarrollado sufrió una


acusada crisis. Los países árabes productores de petróleo embargaron el
suministro de crudo a Estados Unidos, y recortaron su producción, generando
alarma entre todos los implicados, productores y consumidores. Una segunda
crisis del petróleo se daría de nuevo en 1978 cuando fue destronado el Sha de
Persia; la producción de Irán cayó a niveles mínimos. En 1980 el crudo se había
revalorizado 19 veces en comparación con 1970.

Desde 1973 el precio del crudo ha ido en constante aumento, ante esa situación,
los mercados que hasta entonces se habían consolidado en el petróleo y gas,
dieron nuevas expectativas al carbón que había quedado rezagado,
convirtiéndose en la alternativa en costes para las industrias, muy especialmente
las centrales eléctricas. De esta forma el carbón comenzó a recuperar el mercado
perdido.

Energías
Energías renovables y no renovables

rácticamente todas las actividades que se desarrollan en la moderna


sociedad tecnológica utilizan fuentes de energía no renovables. El
origen de esa energía es el carbón, petróleo o fisión nuclear del uranio,
los cuales precisan en su mayoría ser transformadas antes de ser
consumidas. Estas fuentes de energía no son renovables porque no
tienen posible sustitución una vez agotadas o, dicho de otro modo, el
ciclo cronológico de formación es tan largo que no es posible su restauración.

El carbón o el petróleo existen en cantidades limitadas y se consumen a un


régimen mayor que el de su producción; estas materias necesitan miles de años
para formarse, sin embargo al ritmo actual de consumo su agotamiento se estima
en unos pocos cientos de años.
Las energías basadas en la fisión nuclear del uranio son igualmente no
renovables. Además de la ausencia de ciclo de renovación, para generar este tipo
de energías se precisa centrales muy costosas, debido a las extremas medidas de
seguridad que exigen. Generan además unos residuos de difícil eliminación, por el
largo periodo de radiactividad latente que poseen.

La inagotable energía del Sol

Una energía renovable es una energía alternativa a las que utilizamos actualmente
(ecológicamente hablando). Al encontrarse en cantidades infinitas puede
renovarse tan pronto como es consumida.

Existen energías renovables que apenas aprovechamos, generalmente motivado


por el rendimiento. Sin embargo, sólo es necesario ver a nuestro alrededor para
darnos cuenta que estamos rodeados de energía.

El Sol y el
viento son
fuentes de
energía
renovables
porque
pueden ser
sustituidas
tan pronto
como son
consumidas

El sol, por ejemplo, emite una ingente cantidad de energía que es aprovechada
por las plantas para realizar la fotosíntesis, y para otros muchos procesos físicos
del ciclo ecológico. La mayor parte de esa energía no es utilizada por el hombre.
Una utilización práctica de esta energía puede llegar a ser la obtención de
electricidad, y de hecho se le ha prestado la mayor atención en el estudio de las
energías alternativas.

La energía eólica

También se puede generar energía eléctrica mediante otra fuente renovable ya


utilizada de antiguo para otros fines. Se trata de la energía eólica, que aprovecha
las diferencias de presión del aire para mover una palas, las cuales mediante una
tracción transmite el movimiento a un generador eléctrico. Este sistema ya era
utilizado en los molinos de harina o para extracción de agua.
Otras posibilidades de energías alternativas

Un combustible que puede reemplazarse con facilidad es el alcohol. Podría ser


utilizado con éxito como sustituto de las gasolinas en motores de combustión
interna. Al ser obtenido de plantas que crecen con rapidez, se convertiría en una
fuente renovable de interés. Su limitación se encuentra en la potencia que puede
desarrollar, muy inferior a la del petróleo.

Otras posibilidades de energías alternativas que podrían ser realmente viables,


son las que originan las mareas (véanse los artículos Centrales maremotrices y
Centrales maretérmicas); las geotérmicas, basadas en el aprovechamiento del
calor natural del interior de la corteza terrestre (véase el artículo Energía
geotérmica); o las que provienen de la combustión de residuos orgánicos (véase el
artículo Los biocombustibles).

Energías
ALTERNATIVAS

Solar - introducción

l Sol es de las fuentes de energía a la que se le prestó una primera


atención, y en la que se centró gran parte de la investigación en materia
de energías alternativas, no en vano se trata de una energía totalmente
limpia y 100% renovable. Más aun, salvo por su intervención en el ciclo
ecológico, los humanos aprovechamos una ínfima parte. A pesar de ello,
existe una gran diversidad de sistemas que permiten aprovechar esta
energía.

La energía que recibimos del


Sol es totalmente limpia y
100% renovable
Las limitaciones técnicas y geográficas

La aplicación práctica de la energía solar tiene no obstante sus limitaciones


técnicas, generalmente relacionados con el rendimiento obtenido, además de que
no todos los habitantes de nuestro planeta tienen las mismas oportunidades para
su aprovechamiento.

El Sol ilumina la Tierra de forma desigual, y con diferente ángulo e intensidad


según la región terrestre de que se trate, la estación del año y el ciclo día/noche.
Lo ideal es disponer de una zona que se encuentre iluminada durante la mayor
parte del año, eso implica que determinados lugares quedan al margen de su
aprovechamiento, tal es el caso de los países nórdicos, en detrimento de los más
próximos al Ecuador, que se ven altamente beneficiados.

Captación y acumulación de la energía del sol

Los sistemas de captación de la energía del sol se centran, generalmente, en su


superficie captadora, así como en la capacidad para el seguimiento del Sol en
toda su trayectoria. Igualmente, en la concentración de la radiación para alcanzar
altas temperaturas, que permitan un rendimiento aceptable para su
procesamiento por los elementos transformadores.

Otro punto de importancia está referido al sistema de acumulación de la energía


obtenida; hay que señalar que durante el periodo de ausencia del Sol, es preciso
almacenar esa energía, a la vez que deben entrar en funcionamiento otros
recursos energéticos de carácter auxiliar, que permitan mantener en
funcionamiento los sistemas o redes conectados a él.

Sus aplicaciones

Las aplicaciones de la energía solar suelen estar relacionadas con el empleo de


sistemas térmicos, tales como producción de agua caliente, calefacción industrial,
generación de vapor, generación de electricidad y otros usos variados.

Para información sobre los diferentes sistemas de aprovechamiento de la energía


solar véanse los artículos: Energía fotovoltaica, Colectores solares, Horno solar de
torre central y Energía eólico-solar.
Energías
ALTERNATIVAS

Energía fotovoltaica - 1ª parte

os sistemas de energía fotovoltaica permiten la transformación de la luz


solar en energía eléctrica, es decir, la conversión de una partícula
luminosa con energía (fotón) en una energía electromotriz (voltaica).

Panel de
células
fotoeléctricas
utilizado en
una
instalación
doméstica

El elemento principal de un sistema de energía fotovoltaica es la célula


fotoeléctrica, un dispositivo construido de silicio (extraído de la arena común). Los
paneles solares están constituidos por cientos de estas células, que conexionados
adecuadamente suministran voltajes suficientes para, por ejemplo, la recarga de
unas baterías. Tienen utilidad en múltiples campos, desde el ámbito doméstico,
hasta los satélites artificiales.

Los satélites artificiales utilizan


paneles solares para generar
la energía eléctrica que
necesitan sus equipos

Cómo se construye una célula fotoeléctrica

Para construir una célula fotoeléctrica se utiliza arena común con alto contenido en
silicio; se obtiene inicialmente una barra de silicio sin estructura cristalina (amorfo),
una vez separados sus dos componentes básicos, y que acoge gran cantidad de
impurezas.

Mediante un proceso electrónico, que también permite eliminar las impurezas, la


barra de silicio amorfo es transformada en una estructura monocristalina, la cual
posee características de aislante eléctrico, al estar formada por una red de
uniones atómicas altamente estables (los cuatro electrones de la capa de valencia
de los átomos de silicio tienen enlaces covalentes con los demás).

Antes de proceder al cortado del material hay que asegurarse de que está
totalmente ausente de impurezas, pues una sola impureza entre un millón lo hace
inservible. A continuación se corta el material en obleas (finas láminas de sólo una
décima de milímetro). Las obleas son entonces fotograbadas en celdillas con
polaridades positiva y negativa; la polaridad positiva se consigue a base de
introducir lo que electrónicamente hablando se denominan huecos, es decir,
impurezas que están compuestas por átomos que en su capa de valencia sólo
tienen tres electrones (les falta un electrón para completar los cuatro que precisa
para ser estable, por eso se dice que tienen un hueco). Por su parte, en la zona
negativa se sigue un proceso similar al de la zona positiva, pero en este caso las
impurezas que se inyectan son átomos que en su capa de valencia tienen cinco
electrones, es decir, en la estructura de cristal sobra un electrón (existe un
electrón libre, por eso se dice que es una carga negativa).

El conjunto de ambos materiales (positivos y negativos) forman un diodo; este


dispositivo tiene la característica de dejar pasar la corriente eléctrica en un
sentido, pero no en el otro, y aunque los diodos son utilizados generalmente para
rectificar la corriente eléctrica, en este caso, permitiendo la entrada de luz en la
estructura cristalina del diodo permitiremos que se produzca movimiento de
electrones dentro del material, por eso este diodo es denominado más
concretamente fotodiodo o célula fotoeléctrica.
Energías
ALTERNATIVAS

Energía fotovoltaica - 2ª parte

Cómo se genera la energía eléctrica

uando la energía luminosa incide en la célula fotoeléctrica, existe un


desprendimiento de electrones de los átomos que comienzan a circular
libremente en el material. Si medimos el voltaje existente entre los dos
extremos del material (positivo y negativo) observaremos que existe una
diferencia de potencial entre 0,5 y 0,6 voltios.

Si le aplicamos una carga eléctrica, veremos que es posible obtener una corriente
de 28 miliamperios por cada centímetro cuadrado iluminado. Hemos convertido el
dispositivo en una especie de batería eléctrica, que permanecerá aportando
energía indefinidamente en tanto reciba iluminación.

Pero esta pequeña cantidad de energía es insuficiente e inútil, si no somos


capaces de obtener mayores voltajes y corrientes que permitan aplicaciones
prácticas. Para ello se diseñan en cada oblea cientos de diodos del tipo descrito,
los cuales, interconectados en serie y paralelo son capaces de suministrar
tensiones de varios voltios, así como corrientes del orden de amperios.

Control y almacenamiento

Este sistema básico de generación de energía por medio de la luz solar, puede
obtener un rendimiento mayor si se disponen dispositivos de control adecuados.
Por ejemplo, unos motores conectados a unos servos pueden orientar los paneles
hacia la mayor radiación solar, tanto en acimut como en elevación, según la
posición que el Sol ocupe en ese momento. Posteriormente, la energía obtenida
debe ser almacenada para que pueda ser utilizada por la noche, en que la
ausencia de luz no permite su obtención directa. Los paneles solares pueden
acoplarse en forma modular, ello permite que puedan pasar de un sistema
doméstico de generación de energía, a otro más potente para industrias o
instalaciones de gran consumo.

Los inconvenientes
Los inconvenientes de este sistema de generación de energía, no es tanto el
origen de esa energía, el Sol, que excede nuestras necesidades, ni tampoco la
materia prima de donde se extrae el silicio, consistente en arena común muy
abundante en nuestras playas; se trata de la técnica de construcción de las
obleas, excesivamente compleja y cara. Un segundo motivo, es el rendimiento
obtenido y el espacio de terreno ocupado por los elementos captadores; el
rendimiento final se estima en un 13%.

Una central de energía fotovoltaica


para uso industrial precisa disponer
de un notable espacio de terreno
para que sea rentable

Como contrapunto a sus inconvenientes, es un sistema ideal para instalar en


lugares remotos donde no sea posible tender cableados eléctricos o disponer de
personal de mantenimiento, tales como teléfonos de emergencia en determinadas
zonas (autopistas, alta montaña, etc.), faros marinos en costas poco accesibles,
boyas en bajos marinos peligrosos para la navegación que sea preciso señalar,
equipos de salvamento a bordo de buques, etc.
Energías
ALTERNATIVAS

Colectores solares - 1ª parte

sí como los sistemas de célula fotoeléctrica aprovechan la energía


electromagnética del sol que nos llega en forma luz, para después ser
transformada en energía eléctrica, los sistemas de colector solar utilizan
su potencia calorífica para calentar un líquido, que posteriormente será
empleada generalmente en suministrar calefacción.

Central para suministro industrial que


combina varios sistemas de paneles
(fotovoltaicos, colectores fijos, de
concentración...)

Existen sistemas de colector solar con y sin concentración. Los que no utilizan
concentración reciben el Sol directamente, sin ningún elemento auxiliar, como los
rotores que permiten el seguimiento en todo su ciclo. Aunque con menor
rendimiento, tienen sin embargo la ventaja de su simplicidad, facilidad de
construcción y menor mantenimiento, gracias a que su posibilidad de presentar
fallos técnicos también es menor.

Colectores sin concentración


Los sistemas sin concentración utilizados son del tipo colector plano convencional
y colector de vacío.

Colector plano convencional

El colector plano convencional es el de uso más extendido por


su sencillez de fabricación. Dispone únicamente de cuatro elementos: un circuito
de conducción del agua, la placa de absorción, una cubierta y la caja de
protección. La ausencia de partes móviles le da una característica de gran
durabilidad.

El circuito de conducción del agua consiste en una especie de serpentín de tubos


metálicos por donde circulará el agua que se pretende calentar. Su diámetro es
muy pequeño para que el nivel de líquido que circula por é tenga tiempo a
calentarse en todo su recorrido. Los tubos se fabrican con materiales que
mantengan la temperatura, como cobre o aluminio, y se les pinta de color negro
para que no reflejen el calor, sino que la absorban. El conjunto se encuentra
montado sobre una placa de absorción igualmente, que también capta calor y la
induce en los tubos.

La cubierta transparente y la caja de protección no sólo protegen físicamente todo


el conjunto sino que sirven de aislante térmico, impidiendo que la energía captada
y transferida al agua que circula por los tubos se pierda a través de sus paredes.
Para ello se aplica al interior de la caja un recubrimiento aislante, como la fibra de
vidrio, u otro material que mantenga el calor en su interior.

El panel solar así construido juega un papel análogo al de un radiador de


calefacción, pero justamente a la inversa. Así como el radiador tiene una superficie
metálica diseñada para emitir el máximo de potencia calorífica a través de sus
elementos, el panel solar tiene sus elementos diseñados para captar el máximo de
calor y transferirlo a los tubos, los cuales precisamente alimentarán generalmente
a sistemas de radiadores de calefacción, u otros servicios de agua caliente.

El funcionamiento del colector solar sin concentración se basa en el efecto


invernadero. La radiación solar que entra a través de la cubierta transparente,
incide directamente sobre el sistema de conducción de agua (conectados al
suministro de agua fría) y la placa absorbente. De la energía entrante sólo una
décima parte es reflejada a la atmósfera. Al principio, cuando el colector entra en
funcionamiento (entrada de agua fría por primera vez), el sistema absorbe gran
cantidad de energía, ya que precisa calentar todos los elementos y el agua del
interior del serpentín, pero una vez llegado al punto denominado de equilibrio
dinámico, es la propia placa la que emite calor, del cual sólo una pequeña parte
inferior al 10% se perderá por radiación a través de la cubierta de vidrio. Es
entonces cuando se mantiene un efecto invernadero en el interior de la caja
colectora, que es preciso mantener mediante un buen aislamiento de las paredes,
evitando las pérdidas denominadas de convección. Todo el sistema tiene un
rendimiento que varía en función de la intensidad de luz que recibe y la
temperatura interior, pero es siempre inferior a un 60%; generalmente se
aprovechan entre 30 y 50 vatios por cada 100 que se reciben.

Energías
ALTERNATIVAS

Colectores solares - 2ª parte

Colectores sin concentración (continuación)

Colector plano de vacío

n sistema más avanzado de colector solar sin concentración es el


colector plano de vacío. El diseño es muy similar al colector plano
convencional, pero fabricado con materiales que obtienen altos
rendimientos, y que poseen características especiales, tales como
superficies selectivas, es decir, materiales que absorben ciertas
frecuencias como los infrarrojos, pero que apenas los emiten,
permitiendo absorciones del orden del 95%. Además, las pérdidas de convección
están minimizadas al máximo mediante el vacío de la caja, que aumenta el
rendimiento considerablemente. Con este sistema pueden alcanzarse
temperaturas de hasta 120 grados centígrados. La desventaja de este sistema
radica en el empleo de materiales más costosos y el delicado proceso de vacío.

Ambos sistemas de colector solar precisan algún sistema alternativo de energía.


Por esta razón es imprescindible el empleo de acumuladores de calor que
almacenen la energía calorífica que no ha sido utilizada, ejemplo de los clásicos
termos de agua caliente, para su posterior empleo en ausencia de radiación solar.

Colectores con concentración


Así como en los sistemas de colector solar sin concentración, las placas son
expuestas directamente al Sol y se encuentran ausentes de elementos móviles, en
los sistemas con concentración, como su nombre indica, se concentra la luz solar
sobre la zona que se desea calentar. Esto se realiza mediante espejos o lentes
apoyados en materiales selectivos, que calientan el líquido que circula por el
interior de un tubo, en el que incide la radiación concentrada del Sol, permitiendo
un mejor rendimiento que los colectores sin concentración.

Los modelos mas simples de colectores con concentración son los de uno y dos
ejes, aunque existe otro sistema más complejo utilizado en generación de grandes
potencias, y que permite su transformación en energía mecánica: véase el
artículo: Horno solar de torre central.

El sistema de concentración de un eje consiste en un tubo, por el que circula el


líquido que se desea calentar, y que se encuentra ubicado delante de una
superficie parabólica reflectante. La energía reflejada por el elemento parabólico
incide sobre el tubo (de longitud que puede llegar incluso a los 100 metros) y cuya
concentración es cincuenta veces superior a otro sistema similar sin lentes,
permitiendo temperaturas no inferiores a 100 grados centígrados, pero que
pueden llegar a alcanzar los 350. El tubo debe ser fabricado con un material muy
selectivo (generalmente óxido de cobre sobre níquel). Los espejos se construyen
con vidrios bajos en contenido de hierro o con metales esmerilados de gran
pureza, para proporcionar el máximo de rendimiento.

El sistema de colector de un eje precisa que la superficie perpendicular de la


parabólica esté siempre posicionado hacia la máxima radiación del Sol. Para ello
se disponen sistemas asados en ordenadores, que utilizan sensores de posición y
servos, para mover el conjunto y mantenerlo siempre orientado hacia el Sol.

El detector de posición consiste en una serie de fotodiodos o fototransistores, que


generan una corriente eléctrica proporcional a la luz que les incide. Si la
iluminación decae, la señal eléctrica emitida por el detector decaerá también,
entonces el ordenador activará los motores de posición para modificar y reorientar
el colector hacia el punto de mayor radiación del Sol. Este sistema, al ser de un
único eje, solo permite el seguimiento del Sol de Este a Oeste, es decir, desde que
nace hasta que se oculta, pero no de Norte a Sur. Este problema se acrecienta
cuanto más nos alejemos del Ecuador.

El problema del colector de un eje radica en que el Sol se mueve realmente en


dos ejes, uno Este-Oeste y otro Norte-Sur. El eje Este-Oeste es diario, y puede ser
seguido con el colector de un único eje. Sin embargo, conforme nos alejamos del
Ecuador y según la estación del año, desde nuestro punto de observación el Sol
acusa más el movimiento sobre el eje Norte-Sur. Para poder corregir esta
variación se han diseñado los colectores de dos ejes, que realizan un seguimiento
del Sol sobre ambos mediante dos motores, el de acimut y el de elevación, todo
ello situado sobre una torre vertical. El sistema presenta complejidades mecánicas
que no compensan el rendimiento obtenido, por lo que son poco utilizados.
En general, los sistemas de colectores solares con concentración permiten
únicamente aplicaciones para calefacción, y en todo caso pequeñas turbinas para
generación de energía de energía eléctrica. No posee suficiente potencia para
convertirla en energías mecánicas de importancia; para este caso existen otros
métodos mas sofisticados de concentración, como los Hornos solares de torre
central.

Energías
ALTERNATIVAS

Horno solar de torre central

l horno solar de torre central es un sistema más complejo de colector


solar con concentración. Con esta tecnología se pueden conseguir
elevadas temperaturas, del orden de 2000 grados centígrados, con los
que se puede obtener energía calorífica aplicable a la transformación en
energía mecánica, que no pueden realizar otros sistemas de
concentración más sencillos.

Sistema de horno
solar. Se pueden
observar los
heliostatos
iluminando el horno
en su parte superior

El dispositivo consta de una torre central de altura comprendida entre 60 y 100


metros, el cual aloja el horno solar en su parta más alta. La base de la torre posee
una columna vertical en la que se encuentran situados un conjunto de heliostatos
(paneles reflectantes de entre 20 y 50 metros cuadrados de superficie), que son
orientados en acimut y elevación mediante unos servos. El número de paneles
varía entre 100 y 300, pero en determinadas instalaciones llegar a los 2000
elementos. Pueden ocupar una superficie de terreno de una hectárea.

La orientación de los paneles reflectores se encarga a un ordenador que


determina el ángulo que deberá tomar cada uno de ellos, dependiendo de la
incidencia de la luz en su superficie; de esta forma todos los heliostatos proyectan
el máximo de luz sobre la zona de la torre donde se encuentra ubicado el
elemento a calentar.

Detalle de un
heliostato

El horno puede trabajar como receptor-evaporador, que es el modo más habitual,


haciendo hervir el agua para producir vapor que se aplicará a las palas de una
turbina generadora de energía eléctrica.

Otro modo de funcionamiento es el de receptor de fluidos líquidos como sodio y


potasio, que por sus características pueden ser fusionados a baja presión; este
sistema obliga a tomar alguna precaución en el manejo de las sales.

Finalmente, el modo de funcionamiento de mayor rendimiento, aunque con


variaciones de temperatura muy peligrosas para el dispositivo, es el de receptor
de aire, mediante el cual se calienta aire a altas temperaturas que mueven una
turbina de gas.

El horno solar es el sistema de colector solar por concentración, más adecuado


para la generación de energía eléctrica de elevada potencia, tiene capacidad para
proporcionar potencias del orden de los megavatios, esto los hace especialmente
apropiados para aplicaciones industriales.
Diagrama de un horno solar de torre central

A pesar de que este sistema mejora su rendimiento con respecto a otros


colectores de concentración y fotovoltaico, gracias a que a mayor superficie crece
aritméticamente sus prestaciones, tiene por el contrario una menor fiabilidad,
debido al gran número de heliostatos que precisa controlar (que actúan
independientemente mediante su propio sistema) y por tanto a su mantenimiento.

Energías
ALTERNATIVAS

Energía eólica - introducción

l viento es un movimiento del aire desde áreas de presión más altas,


hacia áreas de baja presión. Estas diferencias de presión son causadas
por diferencias de temperaturas.

Generalmente, las temperaturas más frías desarrollan presiones más


altas, debido al aire fresco que se desplaza en dirección a la superficie
de La Tierra. Las bajas presiones se forman por el aire caliente que se irradia
desde la superficie terrestre. En resumen, el viento se produce al existir una
variación de temperatura entre dos puntos.
Molino de eje horizontal de
dos palas. (para más
información sobre los
generadores de este tipo
véanse los artículos:
Generadores eólicos)

La existencia de viento pone a nuestro alcance una energía totalmente renovable,


la energía eólica, aunque siempre estaremos a merced de su variabilidad, lo que
nos obligará en muchos casos a disponer de otras fuentes alternativas para poder
mantener un régimen continuo de consumo.

Campo de generadores
eólicos

La energía eólica es de las más antiguas empleadas por el hombre. En sus inicios
el viento solamente era utilizado para ser transformado en energía mecánica, tales
como extracción de agua o en molinos de harina. Hoy día su aplicación más
extendida es la generación de electricidad, ya que ésta puede ser fácilmente
distribuida y empleada en la mayoría de fines.

Diseño de un generador eólico

Para el diseño de un generador eólico se precisa valorar determinados


parámetros. En primer lugar hay que determinar la ubicación; es necesario tener
en cuenta que la potencia obtenida varía con respecto al cubo de la velocidad del
viento. Por tanto, el mayor rendimiento se obtendrá en los lugares de mayor
velocidad (aunque una velocidad constante mejora ese rendimiento). Además, la
velocidad aumenta con la altura, mientras que las zonas con obstáculos interfieren
y alteran su potencia y dirección. Otro punto de importancia radica en la
estabilidad que presente el viento; dado que se pueden presentar situaciones de
variaciones imprevistas que harían arrancar y parar el molino alternativamente, se
diseñan con ciertas características de aprovechamiento, que dependen del
régimen máximo y mínimo de rotación. Por ello, por debajo del régimen mínimo el
sistema dejará de generar energía, pues podría darse el caso que la que generase
fuese inferior a la que consumiese, dando un rendimiento negativo.

Típico molino de harina en


Lanzarote (Islas Canarias)

Por su parte, un régimen excesivo no generará mayor energía, con objeto de


mantener la máxima linealidad; este hecho es evidentemente un desperdicio de
energía, que se descarta en favor de la máxima estabilidad del sistema. En caso
de niveles de viento excesivo, el molino suele desactivarse para evitar que el
esfuerzo de los dispositivos terminen por destruirlo.

Empleo de los generadores eólicos

Los generadores eólicos se emplean generalmente para la producción de energía


eléctrica, tienen además la ventaja de que su potencia puede aumentarse
incrementando también la velocidad de giro de su rotor; ello mejora el rendimiento,
pues estos generadores precisan muy poca fuerza para funcionar. Sin embargo, si
el uso a que se le destina es el de generar potencia mecánica, por ejemplo en la
extracción de agua u otros sistemas hidráulicos, entonces es preciso reducir la
velocidad, lo cual no resulta un problema, ya que se ve compensado por una
mayor potencia transmitida y por tanto un mayor rendimiento.

Energías
ALTERNATIVAS

Generadores eólicos - 1ª parte

ependiendo de su diseño, los generadores eólicos se dividen en dos


grupos: molinos de eje horizontal y molinos de eje vertical. No obstante,
su estructura básica consta de un rotor, unas palas, y un sistema de
aprovechamiento de energía, que depende de la aplicación que se le
vaya a dar: generador eléctrico, bomba hidráulica, etc.

En el diseño de cada uno de los elementos descritos intervienen ciertos


parámetros, que se deben tener en cuenta para cada tipo de generador, ejemplo:
número de palas, longitud, velocidad de giro, etc., todo ello con objeto de
aprovechar al máximo la fuerza del viento.

Molinos de eje horizontal

Los molinos de eje horizontal son los más populares y extendidos, además de ser
los mejor estudiados, siendo el sistema que mejor rendimiento proporciona.
Ocupan poca superficie de terreno en comparación con otros sistemas para la
misma potencia dada. Consisten en una hélice enfrentada al viento sustentada en
lo alto de una torre. El sistema de rotor puede ser del tipo rueda de bicicleta y de
hélice.

Rotor de rueda de bicicleta

El rotor de de rueda de bicicleta dispone de un gran número de palas de poco


peso que presentan una superficie de alta resistencia al viento, todas ellas con
forma plana y fijas a una rueda exterior con eje central. La velocidad de este tipo
de rotor sin multiplicación es superior al de tipo hélice, a igualdad de revoluciones
permite obtener mayor energía gracias a la gran superficie que expone al viento;
de todas formas esa energía es limitada por el poco peso de la estructura, que
impide instalar generadores de potencias superiores al kilovatio.
Molino de eje horizontal con
rotor de rueda de bicicleta

Rotor de tipo hélice

Por su parte, el rotor de tipo hélice utiliza solamente dos o tres palas pero mucho
más grandes que los de tipo rueda de bicicleta. Con estas palas se alcanza una
velocidad inferior, sin embargo el par de fuerzas es mayor y admite multiplicación,
debido a que el viento ejerce una fuerza constante al tener mayor dimensión. Para
soportar esa fuerza se diseñan palas pesadas y sistemas multiplicadores que
permiten menores velocidades de giro. El mejor rendimiento se suele obtener con
una relación de giro 1/60, es decir, por cada vuelta de las palas se producen 60
vueltas del generador.

Molino de eje horizontal con


rotor de hélice de tres palas
El generador eléctrico acoplado a este tipo de rotor y la energía que suministra
depende de las características de éste. Con palas de dos o tres metros se pueden
alcanzar potencias de 10 kilovatios. Con palas de 10 metros y torre de 30 (el
modelo más extendido), se puede llegar a los 100 kilovatios. El modelo de más
potencia, con palas de 30 metros puede alcanzar el megavatio, aunque de esta
potencia en adelante se torna un sistema tecnológicamente complejo, resultando
inviable económicamente.

Energías
ALTERNATIVAS

Generadores eólicos - 2ª parte

Molinos de eje vertical

os molinos de eje vertical disponen el eje de giro verticalmente, mientras


que las palas se mueven en un plano horizontal a su alrededor.
Posee un diseño crítico, pues con esta orientación cuando las palas son
empujadas para que se produzca el avance, también son frenadas por la parte
trasera otras palas que se aproximan al viento. Así pues, el diseño de la pala debe
realizarse de forma que sea capaz de captar el máximo viento por su parte
delantera, mientras que por la trasera ofrezca la mínima resistencia posible. Los
diseños más utilizados son el rotor Savonius y el rotor Darrieux.

Rotor Savonius

El modelo de rotor Savonius es el más simple. Consiste en un cilindro hueco


partido por la mitad, en el cual su dos mitades han sido desplazadas para
convertirlas en una S; las partes cóncavas de la S captan el viento, mientras que
los reversos presentan una menor resistencia al viento, por lo que girarán en el
sentido que menos resistencia ofrezcan.

Este sistema tiene el inconveniente de presentar una sobrepresión en el interior de


las zonas cóncavas al no poder salir el aire, perjudicando el rendimiento; el
sistema queda mejorado separando ambas palas y dejando un hueco entre ambas
para que se exista un flujo de aire.

Molino de eje
vertical

Debido a la gran resistencia al aire que ofrece este tipo de rotor, solo puede ser
utilizado a bajas velocidades. El uso para generación de energía eléctrica
precisaría de multiplicadores de giro que reducirían el rendimiento. Es por tanto útil
para aplicaciones de tipo mecánico, como el bombeo de agua.

Rotor Darrieux

Por su parte, el rotor Darrieux consta de una finas palas con forma de ala de avión
simétrica, que están unidas al eje sólo por los dos extremos, con una curva
especial diseñada para un máximo rendimiento entre las dos uniones del eje. El
modelo de curva más utilizado es el denominado Troposkien, aunque también se
utiliza la catenaria.

Este rotor presenta el problema de que no puede arrancar por sí mismo, teniendo
que emplearse un sistema de arranque secundario, aunque una vez en marcha es
capaz de mantenerse gracias a la aerodinámica de sus palas. Permite mayores
velocidades que las del rotor Savonius, pero no alcanza a las de un rotor de eje
horizontal; de todas formas ya es útil para la generación de energía eléctrica.

Los molinos de eje vertical tienen la ventaja de que no precisan dispositivos de


orientación, ya que pueden captar el viento que provenga de cualquier dirección,
simplificando la maquinaria y evitando averías. Esta característica de captación
omnidireccional, le permite ser instalado en cualquier terreno sin necesidad de
levantar altas torres, reduciendo costes.

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales maremotrices - 1ª parte

os océanos albergan energías de nivel incalculable que apenas


aprovechamos. Realmente, sólo existe una cuarta parte del planeta que
no está cubierta de agua, las otras tres partes guardan recursos
energéticos de gran valor si supiéramos aprovecharlas; y no sólo de tipo
energético, también recursos animales, minerales o vegetales.

Se estima que en el siglo XXI la mayor parte de la energía que consuma la


humanidad será extraída de los océanos. Actualmente apenas está explotada; las
investigaciones se centran sobre todo en las mareas y el oleaje, tanto una como
otra ofrece expectativas, no en vano son fuentes permanentes con gran potencial
y además 100% renovables, aunque es la energía por mareas la que podría dar el
mejor rendimiento con menores complicaciones técnicas.
Porqué se producen las mareas

Las mareas es el primer punto de atención de las posibles energías marinas


explotables. Como se sabe, son producidas mayormente por la Luna debido a la
atracción que su masa y proximidad a la Tierra ejerce sobre todos los objetos que
ésta contiene. Sin embargo, el agua por su fácil movilidad es afectada en mayor
medida, provocando la elevación del nivel del mar cíclicamente en aquellas
regiones de la Tierra por donde pasa nuestro satélite, que según el punto
geográfico puede ser de sólo unos pocos centímetros hasta varios metros; la
inclinación de la Tierra también afecta a estas variaciones. Durante todo el año se
produce el ciclo de las mareas (dos pleamar y dos bajamar cada 24 horas) y son
perfectamente predecibles.

Cómo se aprovecha la energía de las mareas

La tecnología para aprovechar las mareas se basa en el sistema


utilizado en los embalses de los ríos. Como se sabe, estos embalses se ubican en
lugares apropiados para almacenar el agua a la mayor altura posible, de forma
que millones de litros de agua obligue a salir a ésta por un único orificio practicado
en la parte mas baja del embalse, produciéndose un chorro a gran presión que
mueve las palas de una turbina para generar energía eléctrica. Este sistema es
sumamente eficaz y es utilizado generalizadamente, aunque genera otros
problemas de carácter social y ecológica, como los desplazamientos de población
allí donde se ubique, o la inundación de zonas que puede albergar recursos
naturales de importancia.

La tecnología para aprovechar las


mareas se basa en el sistema utilizado
en los embalses de río

Por su parte, los embalses construidos en el mar, denominados centrales


maremotrices, pueden ser una alternativa ideal con menor coste ecológico. El
sistema, como se dijo, se basa en una variante del descrito para los embalses de
los ríos. El objetivo es retener el agua de las mareas cuando comienzan a subir, y
mantenerlas cuando comiencen a descender hasta que hayan alcanzado su
mínimo. La energía potencial del agua acumulada es empleada para mover las
turbinas, al estilo del embalse de río, haciéndolas pasar por un conducto estrecho
que le da una alta presión.

Embalse de una central maremotriz

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales maremotrices - 2ª parte

Cómo se aprovecha la energía de las mareas (continuación)

xisten algunas diferencias técnicas entre las centrales maremotrices y


las de río. En las de río se utilizan lugares que permiten concentrar el
agua, y considerables alturas para darle presión con un menor espacio
de terreno.

En las maremotrices, sin embargo, la altura está determinada por el


máximo nivel que adquiere la marea, porque una altura mayor sería
absolutamente inútil. Para compensar este problema, se edifican los embalses en
anchura, con objeto de disponer de un volumen potencial similar; esto implica
realizar construcciones de varios cientos de metros de ancho.

Ilustración de las turbinas de una


central maremotriz

La instalación maremotriz pose una serie de compuertas accionadas por motores


gobernadas desde una central, que permiten inundar los embalses cuando la
marea sube. Cuando ésta ha llegado a su límite superior las compuertas se
cierran reteniendo el agua en su interior, el cual es soltada durante la bajamar a
través de unos conductos mucho más pequeños que le inciden alta presión, y en
el cual se encuentran instaladas unas turbinas generadoras de electricidad.

Lógicamente, en estos embalses al existir menor altura, según el principio de


Pascal el agua saldrá a menor velocidad que en un embalse de río, sin embargo
esta compensado por la superficie, que al ser mayor permite instalar también un
número superior de turbinas, que combinadas pueden igualar a la energía
producida por el embalse de río, e incluso superarla, pues así como en un río
estamos limitados por la altura máxima que podríamos construir, en el mar esta
limitación sólo la marca el coste de las instalaciones.

La energía de las olas

Otra forma de energía marina que podría ser aprovechable es la del oleaje,
aunque todavía en estudio. El principio para su explotación estaría centrado en la
disposición de una gran red de boyas flotantes, los cuales tendrían la facultad de
girar alrededor de unos ejes fijos. Cuando el oleaje golpease estas boyas las
empujaría hacia atrás, recuperando por si mismas la posición inicial cuando la ola
hubiese pasado. Cada boya tendría acoplado un generador que aprovecharía el
movimiento de la boya para convertirlo en electricidad.

Así como la central maremotriz tiene excelentes expectativas, el sistema de oleaje


presenta dificultades, algunas de importancia. Hay que tener en cuenta que el
oleaje no es un fenómeno estable; además, por debajo de determinado nivel de
olas la generación de energía podría ser nula. El mismo problema podría darse
por exceso, si la amplitud de las olas es excesiva podría dañar los dispositivos.
Estas limitaciones no permiten pensar en una aplicación práctica, por lo que cabe
estimar que solamente tendría interés en determinadas zonas, donde existen
condiciones estables para su utilización.

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales maretérmicas - 1ª parte

n noviembre de 1926, el ingeniero francés Georges Claude, presentó en


la Academia Francesa un pequeño experimento que demostraba la
posibilidad de aprovechamiento de la energía térmica del mar. En un
recinto en el que se había producido un alto vacío, Claude introdujo
agua a 25º C. que se evaporó, obteniéndose vapor a baja presión que
se condensaba en otro recipiente en el que se había introducido hielo, y
unido al primero a través de un tubo. La corriente de vapor al circular por el tubo
de unión hacía girar una pequeña turbina acoplada a un minúsculo generador
eléctrico, produciéndose una corriente que permitió encender una pequeña
lámpara.

Claude proponía, basándose en este experimento, construir una central de


energía eléctrica aprovechando la diferencia de temperatura entre las capas
superficiales y las profundas del mar, que se presenta en las zonas cálidas,
tropicales y, sobre todo, ecuatoriales. Dicha diferencia, que puede alcanzar los
22º, puede aprovecharse en la forma demostrada por Claude, es decir,
evaporando en una cámara de vacío el agua de mar superficial relativamente
caliente y condensando a baja presión el vapor producido, en un condensador
refrigerado por las aguas frías (a unos 4 a 6º C.) de las capas profundas del mar.
Basta intercalar en el conducto de unión, entre evaporador y condensador, el
grupo turbogenerador para disponer de una central maretérmica.

Claude, en colaboración con Boucherot, proyectó primero la central maretérmica


piloto de 50 Kw., que se construyó en Ougrée, Bélgica. Se puso en marcha el 28
de abril de 1928 utilizando el agua de refrigeración de los hornos altos con una
diferencia de temperatura de 20º y con un rendimiento del 75%. La central
funcionó perfectamente y quedó demostrada la efectividad del principio a escala
industrial. En vista de ello, el paso siguiente fue la construcción de una central
mayor en la costa de Matanzas, isla de Cuba (1929-30). Si bien no había
problema en la captación del agua caliente de la capa superficial, presentó
dificultades insospechadas al transporte y fondeo de los tubos de gran diámetro
para la captación del agua fría de las profundidades. En efecto, para lograr captar
agua suficientemente fría la tubería debía extenderse hasta unos 4 Kilómetros mar
adentro. Una y otra vez debía repararse las tuberías al ser rotas o despedazadas
por las tempestades, de manera que, a pesar de unas premisas excelentes para el
éxito, se tuvo que abandonar la explotación de la central por dificultades de orden
financiero.

Diagrama de la central
maretérmica Claude-Boucherot:
1-bomba de aspiración de agua
caliente superficial; 2-evaporador;
3-conducto de vapor; 4-turbina; 5-
generador; 6-condensador; 7-bomba
de aspiración del agua fría del
fondo; 8-tubería de aspiración de
agua fría; 9-tubería de salida del
agua condensada

Claude no se arredró por el fracaso, y en años posteriores realizó un nuevo


ensayo, utilizando esta vez una central maretérmica flotante, instalada en un
buque. Fondeado frente a la costa africana, evitaba el inconveniente del largo tubo
de captación de agua fría que presentaba una central sobre la costa, ya que en el
caso de central flotante dicho tubo pende verticalmente del buque hasta llegar a la
capa fría del fondo, reduciéndose así su longitud al mínimo.

Los ensayos también confirmaron la bondad del sistema y se llegó a establecer el


proyecto de una gran isla flotante como soporte de la central meretérmica. La
ventaja evidente era la de poder escoger para su fondeo el punto de mayor
diferencia de temperatura entre capas superficiales y profundas del mar y, por
consiguiente, asegurar un rendimiento máximo.

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales maretérmicas - 2ª parte


a Segunda Guerra Mundial interrumpió el desarrollo del proyecto de
central maretérmica flotante que, por otra parte, presentaba la incógnita
de la resistencia de una isla flotante de esa naturaleza a los embates del
mar. No obstante, después de la ocupación de Francia por los
alemanes, el Ministerio Francés de Ultramar encargó al Centre National
de la Recherche Scientifique, que estudiara las posibilidades industriales
del sistema Claude y como consecuencia del informe se creó la compañía Energie
des Mers. Esta compañía estudia los emplazamientos más adecuados en la costa
de las colonias francesas africanas para una central maretérmica y en 1948
determina que Abidjan es el punto que interesa.

Situada en la Costa de Marfil, en plena zona ecuatorial, con agua superficial a 28º
C., Abidjan presenta la particular característica de que a 4 kilómetros de la costa
se halla el llamado Trou sans Fond, de 468 metros de profundidad, con agua a 6º
C. La diferencia de temperatura, o sea 22º C., es el máximo que prácticamente
puede alcanzarse.

También en este proyecto se prevé como máxima dificultad el fondeo del tubo de
captación de agua fría, de 2,5 metros de diámetro. Por ello, se establece un plan
de ensayos en los que se utilizarán hombres-rana, cuya técnica se ha puesto a
punto durante la guerra, para el acoplamiento submarino mediante juntas de
goma, de los distintos tramos del tubo.

Los ensayos se realizaron primero con secciones de 50 m. y después de 150, en


la costa francesa de Brest, entre 1946 y 1954, poniéndose a punto la técnica de
fondeo y acoplamiento submarino. En 1957 se logró fondear a gran profundidad
con pleno éxito el primer tramo de tubería. Podía, pues, pasarse a la realización
del proyecto de central maretérmica de Abidjan, cuyas características eran las
siguientes:

a. Dos grupos generadores de 5000 Kw. de potencia deberían suministrar la


energía necesaria.
b. El conjunto evaporador-turbina refrigerada de cada grupo, iba ubicado en
un recipiente estanco en forma de esfera achatada de 26 metros de
diámetro y 14 de altura. Para poder resistir la presión exterior las paredes
deberían ser de chapa de acero de 2,5 cm. de espesor, capaz de resistir
presiones de hasta 10.000 kp./m2.
c. El evaporador circular se hallaba dispuesto en la parte superior del recinto y
al mismo llegaría el agua caliente de la superficie.
d. La corriente de vapor engendrada accionaría una turbina de 8 m. de
diámetro, de eje vertical y que gira a 600 r.p.m., arrastrando al generador
situado sobre el recipiente el vapor de condensación que se halla en el
condensador circular inferior, al que llega el agua fría del fondo.
e. La potencia disponible, una vez descontado el propio consumo de la
central, en especial el accionamiento de las bombas de captación del agua
fría, hubiera sido de unos 3.500 kilovatios pro grupo.

Un aprovechamiento secundario de esta central habría podido ser la instalación


desalinizadora, calculándose que con adecuados condensadores de superficie se
habrían obtenido hasta 7.000 ton. de agua dulce cada veinticuatro horas. No
obstante lo avanzado del proyecto, la disgregación del imperio colonial francés, y
el alcanzar su independencia la Costa del Marfil por un lado, y el progreso de las
centrales nucleares por otro, dieron lugar a la suspensión de los trabajos
abandonándose la construcción de centrales maretérmicas.

Con la decadencia de la energía nuclear de fisión, salvo que la de fusión tuviese


visos de hacerse realidad, las centrales maretérmicas son opciones factibles que
tal vez algún día haya que retomar.

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales eólico-solar

ste sistema, también llamado columna ciclónica artificial, utiliza


realmente la energía del Sol para transformarla en viento, por lo que
podría definirse como un sistema de energía solar.
Ilustración de una central eólico-solar

El dispositivo consta de una columna hueca de entre 100 y 200 metros de altura,
denominada columna Venturi (similar a una chimenea), alrededor de la cual se
extiende una cubierta de plástico transparente cubriendo una basta superficie de
terreno. Dentro de la columna, en su parte superior, se instala un rotor cuyas palas
serán movidas por las corrientes de aire caliente que ascenderán por la columna.

Cómo funciona

Para que el sistema funcione se precisa que primero se forme el efecto


invernadero bajo la cubierta de plástico, por efecto del caldeamiento que produce
el Sol. Como el plástico es opaco a los rayos infrarrojos de las moléculas del aire
caliente, éste no puede escapar al exterior a través de el, generándose una
considerable temperatura en su interior.

Puesto que la única salida del aire es a través de la columna, y que éste tiende a
ascender cuando está caliente, se produce un efecto ciclón al moverse grandes
cantidades de aire a gran velocidad a través del estrecho tubo que forma la
columna, haciendo girar el generador que se encuentra en su parte superior.

Valoración de los pros y contras de este sistema


Este sistema es realmente simple, proporcionando gran fiabilidad, pues solamente
utiliza una pieza móvil, la del generador eléctrico de la columna, que no precisa
además ningún tipo de orientación hacia el sol, pues la iluminación se realiza
sobre el plano horizontal del terreno. Sin embargo, para su efectividad se precisan
grandes superficies de terreno, que permitan a su vez grandes volúmenes de aire;
además de dotarse de una torre de considerable altura.

Este dispositivo puede proporcionar potencias del orden de los 100 kilovatios, pero
con bajo rendimiento, pues para una potencia similar se puede disponer de otros
dispositivos que precisan de superficies de terreno mucho menores.

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales geotérmicas - 1ª parte

os sistemas geotérmicos aprovechan las fuerzas existentes en el interior


de la Tierra para producir energía útil para el consumo.
Los volcanes son la manifestación
en superficie de las energías
geotérmicas que se desarrollan en
el interior de la corteza terrestre

El interior de la corteza terrestre alberga energías que se encuentran en constante


movimiento, los terremotos son una manifestación de esas fuerzas, así como los
volcanes activos, que liberan en la superficie de la Tierra el exceso de energía que
se mueve en su interior. La zona del interior de la tierra donde se producen esas
fuerzas se encuentra aproximadamente a unos 50 km. de profundidad, en una
franja denomina sima o sial.

En el Timanfaya (Lanzarote-
Islas Canarias), las altas
temperaturas superficiales
pueden observarse a simple
vista

Conforme se desciende hacia el interior de la corteza terrestre se va produciendo


un aumento gradual de temperatura, siendo ésta de un grado cada 37 metros
aproximadamente. No obstante, existen zonas del nuestro planeta donde las altas
temperaturas se encuentran al nivel de la superficie, donde las instalaciones
geotérmicas podrían ser más rentables.
Cómo se aprovecha esta energía

Para aprovechar esas temperaturas se utilizan sistemas de tecnología similar a las


empleadas en la energía solar aplicadas a turbinas: calentamiento de un líquido
con cuya energía se hacen mover las palas de un generador eléctrico.

Los sistemas geotérmicos son considerados como los más prácticos, tanto por el
rendimiento como por el mantenimiento. La única pieza móvil de estas centrales
se reduce a la turbina, lo que mejora la vida útil de todo el conjunto. Otra
característica ventajosa se refiere a la fuente de energía utilizada, ésta se
encuentra siempre presente y suele ser constante en el tiempo, con apenas
variaciones.

Cómo funciona

Básicamente, una central geotérmica consta de una perforación realizada en la


corteza terrestre a gran profundidad. Para alcanzar una temperatura suficiente de
utilización debe perforarse varios kilómetros; la temperatura aproximada a 5
kilómetros de profundidad es de unos 150º centígrados.

Central geotérmica de
Brawley, California

Energías
ALTERNATIVAS

Centrales geotérmicas - 2ª parte

Cómo funciona (continuación)


l funcionamiento de una central geotérmica se realiza mediante un
sistema muy simple: dos tubos que han sido introducidos en la
perforación practicada, mantienen sus extremos en circuito cerrado en
contacto directo con la fuente de calor.

Por un extremo del tubo se inyecta agua fría desde la superficie, cuando
llega a fondo se calienta y sube a chorro hacia la superficie a través del otro tubo,
que tiene acoplado una turbina con un generador de energía eléctrica. El agua
enfriada es devuelta de nuevo por el primer tubo para repetir el ciclo.

Ilustración de una
central geotérmica

El sistema descrito es viable en lo que respecta a su construcción y perforación,


no en vano las prospecciones petrolíferas se realizan a varios kilómetros de
profundidad, sin embargo se presenta un problema relacionado con las
transferencias de calor.

Inconvenientes de este sistema

Cuando el hombre diseña dispositivos para conservar o transferir calor, utiliza


aquellos que tienen capacidades aislantes o conductoras, según las aplicaciones.
Por ejemplo, los metales tienen menor resistencia a la conducción del calor, al
contrario de la arena o la propia roca, que la conserva.

Este último caso es el que se presenta en una instalación geotérmica; la sima del
interior de la corteza terrestre donde se encuentra el calor aprovechable, no tiene
la capacidad de conducir el calor, por ello cuando la central entra en
funcionamiento y comienza a inyectar agua al interior de la sima, ésta se va
enfriando ya que no es capaz de recuperar la temperatura a la misma velocidad
que la consume, precisamente por la característica descrita de baja conducción de
la roca. En la práctica este inconveniente impide el funcionamiento continuo de la
central, ya que una vez que la sima ha cedido todo su calor, el sistema se detiene
y es preciso esperar a que la roca recupere de nuevo su temperatura habitual.

Alternativas viables

A pesar del inconveniente descrito, que impide su aplicación a gran escala, existen
zonas cuyas características geológicas especiales permiten un mejor
aprovechamiento, ejemplo de determinadas islas del archipiélago canario, donde
se pueden encontrar temperaturas de cientos de grados a muy poca profundidad,
lo que permitiría distribuir instalaciones horizontales con pocas inversiones en
prospección, ya que todo el subsuelo tiene características geotérmicas.

Las centrales geotérmicas


reproducen en cierto modo la
actividad natural de los
geisers

En cierto modo una central geotérmica reproduce el funcionamiento natural de los


géisers; en ese caso el agua se introduce por las rendijas del subsuelo, y al
alcanzar las zonas caldeadas del interior de la tierra es llevada a ebullición,
retornando al exterior por aquellos huecos que le ofrezcan menor resistencia,
ofreciendo un espectáculo muy llamativo.

Energías
ALTERNATIVAS
Los biocombustibles

a biomasa, o cantidad de materia orgánica que constituyen todos los


seres vivos de nuestro planeta, es una fuente de energía renovable,
pues su producción es infinitamente más rápida que la formación de los
combustibles fósiles.

La biotecnología ha permitido que de la biomasa puedan extraerse


combustibles absolutamente ecológicos; mediante su destilación, gasificación,
hidrólisis o digestión aeróbica.

Proveedores de la biomasa

Los organismos fotosintéticos, tales como plantas y algas, proveen la mayor


biomasa de la Tierra, con un volumen estimado cercano al 80% del total; algo
menos de la mitad corresponde a los bosques y zonas arboladas. Para dar una
idea de la ingente cantidad de biomasa agrícola y forestal que se produce
anualmente mediante la fotosíntesis, basta decir que supone todo el consumo de
energía del mundo multiplicado por 10, o 200 veces todo el volumen de alimentos
dispuestos.

Biomasa destinada a
una planta procesadora

Los organismos fotosintéticos marinos y terrestres convierten la energía del sol en


materia orgánica de forma continuada, por tanto constituye una auténtica fuente
de energía renovable.

La investigación de los biocombustibles

Con las demandas de los combustibles fósiles, decayeron


vertiginosamente las investigaciones en materia de biocombustibles. Hasta
entonces el biocombustible principal y más utilizado era la madera, tanto para su
uso como fuente propulsora en vehículos de transporte, como para calefacción.

Antes de que
comenzaran las
demandas de
combustibles fósiles,
el principal
biocombustible y
más utilizado hasta
entonces era la
madera. En la
imagen: un horno de
leña para producir
carbón vegetal

Asimismo, muchos vehículos utilizaban biocombustibles a base de metanol y


etanol mezclado con gasolina. Solo las crisis surgidas en los sectores de
combustibles fósiles en los últimos tiempos, ha permitido que se renueven las
esperanzas y se comience a investigar de nuevo en este tipo de energías.

Un ejemplo de rentabilidad

El ejemplo más visible de como el biocombustible puede llegar a ser mas que
rentable para nuestra maltratada naturaleza lo encontramos en Brasil, donde,
desde hace muchos años, se produce etanol a gran escala a partir de melazas de
caña de azúcar o pulpa de mandioca. Este biocombustible se mezcla al 20% con
la gasolina que utilizan los automóviles, lo que supone un considerable ahorro en
la factura de petróleo, además de una verdadera buena noticia para el medio
ambiente, al ser éste un combustible que no emite residuos contaminantes a la
atmósfera.

Técnicas para convertir la biomasa

Existen varias técnicas para convertir la biomasa en combustible. Cada técnica


depende del tipo de biomasa disponible. Si se trata de un material seco puede
convertirse en calor directo mediante combustión, el cual producirá vapor para
generar energía eléctrica. Si contiene agua, se puede realizar la digestión
anaeróbica (con ausencia de oxígeno) que lo convertirá en metano y otros gases;
o fermentar para producir alcohol; o convertir en hidrocarburo por reducción
química; y si aplicamos métodos termoquímicos podemos incluso extraer metanol,
aceites, gases, etc.
Planta transformadora de biomasa de
Anderson, EEUU

El método de la digestión es el más común, y con el que se obtiene el biogás. El


proceso consiste en degradar anaeróbicamente la materia orgánica mediante
microorganismos, o aprovechar directamente el que se produce en un vertedero
controlado. El digestor, que es la vasija hermética en donde se produce la
degradación bioquímica, debe mantenerse a unos 50º C. para favorecer la
actividad de los microorganismos. Entre 10 y 25 días se desarrollan tres fases
principales: la hidrólisis, que favorece la acidez de la biomasa; la acetogénesis; y
la metanogénesis. El biogás obtenido (metano en su mayor parte) puede ahora ser
empleado para generar energía eléctrica o mecánica mediante su combustión, sea
en plantas industriales o para uso doméstico.

Energías
NUCLEAR

Historia de la energía nuclear - 1ª parte

a los antiguos griegos indicaban la existencia de una partículas


fundamentales, que actuaban como elementos constituyentes de la
materia, prediciendo la existencia de unos átomos de diminuto tamaño, y
enumerando una pequeña cantidad de diferentes tipos.

La palabra átomo (en griego "lo que no se puede partir") fue inventada
por un hombre llamado Demócrito, que vivió en tiempos de Sócrates e Hipócrates
(incluso fue amigo íntimo de éste último) en el 430 a.C. Para Demócrito, los
átomos eran aquellas últimas partículas a las que no podemos reducir más en
otras más pequeñas. "Todo está hecho de átomos unidos intrínsicamente -decía-,
incluso nosotros los humanos. Nada existe aparte de átomos y el vacío".

Demócrito explicaba su teoría con el ejemplo de una manzana: "Cuando cortamos


una manzana, el cuchillo tiene que pasar a través del espacio vacío que hay entre
los átomos. Si no existiera ese espacio vacío, el cuchillo no podría penetrar en la
manzana, al toparse con los átomos que no pueden partirse". Las conclusiones de
Demócrito eran correctas en lo fundamental.

Hasta finales del siglo XIX no se descubrieron más datos sobre estos elementos,
como el cálculo de su tamaño medio, que se estimó en 10 cm. de diámetro (cien
-8

millones de átomos linealmente en un centímetro). El peso se dedujo de su


tamaño, aunque según la materia de que se trate pueden ser muy ligeros (ejemplo
del hidrógeno) o muy pesados (ejemplo de la plata); de todas formas, un átomo de
plata sólo pesa 10-24 gramos (cien mil trillones de átomos en cada gramo).

J. J. Thomson, junto a otros investigadores, descubrió en 1897 que los átomos no


eran indivisibles como se creía, sino que podían ser separados en componentes
más pequeños. Asimismo, descubrió la composición de los átomos y la existencia
de unas partículas que orbitaban en la zona exterior denominadas electrones,
cuya masa era mucho menor que la del núcleo; éste, por su parte, tenía carga
positiva y su peso suponía casi la totalidad del átomo en conjunto. A pesar de que
no fue capaz de determinar la composición del núcleo, quedaron sentadas las
bases para posteriores investigaciones, las primeras de las cuales se centraron en
la estructura del átomo.

El átomo consta de un núcleo de gran tamaño sobre el que flotan (orbitan) los
electrones. Ernest Rutherford desarrolló en 1911 un modelo basado en un sistema
solar en miniatura, en el que el núcleo era una estrella (un sol) y los electrones los
planetas. La explicación de su teoría tenía sin embargo dos errores: que los
electrones emitirían energía al girar, disminuyendo su velocidad y cayendo al
núcleo; erróneo porque los electrones ocupan órbitas fijas. Otro error consistía en
que los electrones podían saltar de una órbita a otra cualquiera alrededor del
núcleo; sin embargo, se comprobó que los electrones sólo podían ocupar
determinadas órbitas siempre iguales.

En 1911, Ernest Rutherford


desarrolló una teoría del
átomo basado en un sistema
solar en miniatura

En 1913 Niels Bohr enunció una nueva teoría atómica para dar solución a los
fallos de la teoría de Rutherford; consistía en un sistema con un pequeño núcleo
alrededor del cual giraban los electrones, pero con órbitas que obedecían a ciertas
reglas restrictivas. Según esas reglas, sólo podrían existir un número determinado
de órbitas y cada órbita tendría un nivel de energía, por tanto el electrón que
ocupase una órbita concreta poseería la energía correspondiente a esa órbita.
Asimismo, un electrón no podría saltar de una órbita a otra, salvo recibiendo una
energía adicional igual a la diferencia de energía de ambas órbitas; si un electrón
cambiara de una órbita de energía superior a otra inferior, emitiría igual cantidad
de energía en forma de onda electromagnética, que sería de espectro fijo para los
mismos tipos de átomos (una especie de sello identificativo).

En 1913, Niels Bohr enunció


una nueva teoría, hoy
aceptada en líneas generales,
que distribuía los electrones
en capas de órbitas que
poseían su propio nivel de
energía. En la imagen, las
tres capas de un átomo de
cloro

Energías
NUCLEAR

Historia de la energía nuclear - 2ª parte

a teoría de Bohr, a pesar de los adelantos en las explicaciones sobre la


estructura de la materia, también contenía errores, aunque hoy es
aceptada en líneas generales. Los electrones deberían emitir energía al
girar alrededor del núcleo, invalidando que las órbitas fueran de energía
constante. La teoría de la mecánica cuántica vino a solucionar estas
interrogantes, mediante la enunciación del principio de la dualidad onda-partícula,
por la cual toda partícula puede comportarse igualmente como una onda. Estas
teorías y estudios fueron fruto del desarrollo y aportaciones de muchos y notables
científicos como Schrödinger, Heisenberg, Dirac, Planck, Louis de Broglie, etc.

La siguiente operación después de establecerse el sistema de las órbitas


electrónicas, era determinar la estructura del núcleo. En estado normal un átomo
no posee carga eléctrica, sin embargo, se observó que la carga del núcleo era
positiva y siempre múltiplo de la carga del electrón; así pues, se concluyó que el
núcleo estaba compuesto por un conjunto de partículas, cada una de ellas con
igual carga que la del electrón, pero positiva; esas partículas fueron denominadas
protones. Según este planteamiento, los átomos tienen el mismo número de
electrones que de protones para poder mantener una carga neutra, es decir,
cargas negativas en los electrones iguales a cargas positivas en los protones. El
hidrógeno posee un electrón en su órbita, por tanto posee igualmente un protón en
su núcleo; se dedujo así que el peso del protón era aproximadamente dos mil
veces superior al del electrón; sin embargo, esta medida no se corresponde con la
de otros elementos atómicos. La incógnita de las masas quedó despejada en 1932
cuando James Chadwick, de la Universidad de Cambridge, descubrió un nuevo
elemento en el núcleo cuando estudiaba las colisiones entre partículas a alta
velocidad, al que se le denominó neutrón. Quedó así definitivamente determinada
la estructura del átomo.

Átomo de
Átomo de helio Átomo de litio
hidrógeno
Para poder mantener una carga neutra, los átomos poseen el
mismo número de protones en el núcleo que de electrones en las
órbitas

El paso entre la determinación de la estructura de la materia y la teoría para la


obtención de la energía nuclear por fisión lo dio Albert Einstein. Los experimentos
sobre esta teoría demostraron que al bombardear un átomo pesado con otra
partícula, las diversas partes en que se separaba el núcleo tenían en conjunto
masas menores que la del núcleo original, liberándose por tanto una cantidad de
energía. Si se aplicaba la fórmula de Einstein sobre la diferencia de masas, se
observaba que los resultados eran coincidentes con los de la energía liberada.
Con el éxito en la ejecución de la teoría de Einstein se había encontrado una
fuente de energía de enormes posibilidades, sin embargo en la práctica aún era
inviable, el motivo era que experimentalmente siempre se consumía mayor
energía que la que se producía. Estas limitaciones quedaron arrinconadas en
1939, cuando Lise Meitner y Otto Hahn descubrieron la facilidad con que podía ser
partido el núcleo del uranio mediante un neutrón, el cual producía además otros
tres neutrones que podían dividir a su vez otros núcleos, acelerando la propia
radiactividad natural del uranio.

Superadas las limitaciones para generar energía nuclear aprovechable, en 1942


comenzó a funcionar en la Universidad de Chicago el primer prototipo de reactor
nuclear, construido por Enrico Fermi. A finales de 1950 comenzaría una utilización
práctica de esta energía para producir electricidad, con las primeras centrales
nucleares de fisión.

La energía nuclear no sólo tuvo aplicación pacífica. Paralelamente a esa


investigación se realizaban ensayos con fines bélicos. Cinco años antes de que se
le diera a la fisión nuclear una aplicación práctica para la producción de energía
eléctrica, fueron lanzadas dos bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima
y Nagasaki que causaron gravísimos daños, tanto en vidas humanas como
materiales (véase el artículo El arma atómica).

La energía nuclear mediante la fisión de uranio supuso un paso tecnológico


importante para la humanidad, pero con elevados costes ecológicos debido a los
residuos radiactivos que produce, los cuales deben ser manejados con extremo
cuidado, además de ser de complicado almacenamiento por el largo periodo de
degradación que precisa. Véase el artículo: Los desechos radiactivos.

Los inconvenientes de la energía de fisión tienen su contrapunto en la energía de


fusión. Esta técnica podría ser la solución a las demandas de una energía
económica, ecológica y muy potente, aunque de momento en los experimentos
siempre se ha consumido más energía que la que se produce.

La fusión nuclear consiste en la unión de varios átomos de pequeño tamaño


(como el del hidrógeno) en otro de peso mayor; la energía que libera es muy
superior a la que se obtiene mediante la fisión del uranio, cuyo átomo es muy
pesado. Las grandes ventajas de este tipo de energía estriba en que, a diferencia
del uranio, el hidrógeno es un elemento muy abundante en la naturaleza, además
de que los residuos que produce pueden liberarse sin peligro alguno. Véase el
artículo: La energía de fusión.
Energías
NUCLEAR

Historia de la energía nuclear - 3ª parte

mediados del siglo XX se comenzaba a confiar en la energía nuclear


como la fuente que traería consigo el fin de todos los problemas
inherentes a la escasez de combustibles fósiles. La notable rentabilidad
de la fisión nuclear traería consigo el abaratamiento de la energía
eléctrica, y crearía expectativas de un futuro prometedor para el sector
industrial, al no depender de recursos energéticos inestables o escasos.

En un principio, los grupos más preocupados por la conservación de los recursos


naturales, que estaban siendo extraídos desenfrenadamente, sobre todo mediante
minas de carbón a cielo abierto, veían en la energía nuclear el sustituto que
permitiría la recuperación de la atmósfera, muy contaminada en aquellos
momentos por los excesos en la utilización de los combustibles fósiles.

Aquella creencia de que el ser humano se encontraba ante una energía poderosa,
demostrada sobradamente en el terreno militar, pasó de un estado de euforia
inicial en la opinión pública, a las sospechas y reservas conforme se iban
conociendo los riesgos que presentaban las centrales nucleares para los
organismos vivos, no sólo en lo que respecta a la radiactividad presente en el
proceso, sino también en los peligrosos residuos generados, y las complicaciones
para su eliminación. Además, las temidas armas nucleares utilizaban el mismo tipo
de materiales radiactivos (uranio 235 y plutonio 239); aquí, el riesgo de que los
productos radiactivos se dispersen por la atmósfera, penetren en la tierra y
contaminen acuíferos, o entren en las cadenas alimentarias, son evidentes; riesgo
mucho menor en las centrales nucleares, que cuentan con grandes medidas de
seguridad para evitar escapes radiactivos.

Los movimientos en contra de la energía nuclear han ido en constante aumento.


Esa oposición organizada, cada vez con más apoyo social, ha llevado a muchos
países con dependencia de este tipo de energía a establecer legislaciones
específicas, o incluso a crear moratorias con vistas a eliminar la energía nuclear
de sus programas.

La sociedad se encuentra especialmente sensibilizada con el


tema de la energía nuclear. Un accidente en una de estas
instalaciones es asumida inmediatamente como un asunto de primer orden
ecológico y sanitario. A lo largo de la historia de esta energía han existido más o
menos siniestros con mayor o menor fortuna, aunque dos de ellos han tenido
especiales consecuencias. Se trata de los accidentes de la central de Three Mile
Island (Pennsylvania) en 1979, y de la central ucraniana de Chernobyl (antigua
Unión Soviética) en 1986. En la primera, por efecto de un error humano, se
liberaron productos radiactivos del núcleo del reactor, aunque sólo una parte de
ellos salieron al exterior; sin embargo, los daños materiales fueron cuantiosos.
Este accidente fue el punto de partida para el establecimiento en todo los Estados
Unidos de un buen número de normas y legislaciones, tendentes a la seguridad de
funcionamiento y construcción de centrales nucleares. Las estrictas exigencias de
estas normas en lo que se refiere a los costes de su puesta en práctica, llevaron
incluso a varias compañías a abandonar sus proyectos.

El otro accidente, esta vez de graves consecuencias y que significó el inicio de


una nueva etapa en la historia de la contaminación, la del "riesgo tecnológico a
escala mundial", tuvo lugar el 28 de abril de 1986 en Chernobyl (Ucrania ). La
noticia saltó a los medios de información a partir de una advertencia procedente
de Suecia, según la cual se registraba un fuerte aumento de la radiactividad
ambiental que debía atribuirse, dada la situación meteorológica reinante, a un
posible accidente en la central nuclear soviética de Chernobyl, a 1500 km. de
distancia. La noticia fue confirmada por las autoridades soviéticas y la opinión
mundial se enteró, con sobresalto, que tres días antes se había producido el peor
accidente nuclear de la historia, en la citada central, que se encontraba a 120 km.
al norte de la capital de Ucrania, Kiev, ciudad con una población de dos millones y
medio de habitantes.

Como resultado de una serie de actividades humanas que no seguían las normas
autorizadas, uno de los cuatro reactores de la central explotó y comenzó a arder.
Se alcanzaron temperaturas de 1.500º C., y se generó una nube radiactiva que
llegó a soltar su temida carga en los países nórdicos, que fueron los primeros en
dar la voz de alarma.

Meses después, tras las contradicciones iniciales sobre el alcance real del
accidente, se reconocieron 31 víctimas mortales y se emitieron informes que
preveían hasta el año 2050 unos 5000 casos de cáncer, todos ellos directamente
provocados por el accidente.

El accidente de Chernobyl demostró de manera incuestionable que la teoría del


"riesgo mayor" (conocida en Gran Bretaña con la denominación major hazrds,
para indicar aquellos riesgos tecnológicos susceptibles de afectar más allá de los
límites de las instalaciones industriales) tomaba, en la década de 1980, una
dimensión internacional que sobrepasaba el marco político de las fronteras de
cualquier estado soberano.
Energías
NUCLEAR

Introducción a la energía nuclear - 1ª parte

Qué es la radioactividad...

a radiactividad es una energía que emiten ciertos cuerpos, sea


espontáneamente (radiactividad natural) o provocada por una
intervención externa (radiactividad artificial). Esta radiactividad tiene
numerosas aplicaciones, tales como determinar la edad de los
minerales, investigación biológica, tratamiento de enfermedades,
técnicas de microanálisis, etc. Becquerel descubrió en 1896 que el
uranio poseía la propiedad natural de emitir radiactividad, unos pocos años más
tarde el matrimonio Curie logró aislar el radio, que era un millón de veces más
radiactivo que el uranio.

En la radiactividad natural, como se ha dicho, determinados cuerpos tienen la


capacidad de modificarse espontáneamente emitiendo radiación. Mayormente, los
átomos que existen en la naturaleza son estables (la composición del núcleo no
varía), sin embargo, una pequeña porción de ellos tienen una tendencia a
descomponerse con el transcurso del tiempo, transformándose en otros elementos
diferentes. Existe un tiempo de vida media de estos elementos que varía según de
cual se trate; por ejemplo, el del uranio 238 se estima en cinco mil millones de
años y el del uranio 235 setecientos millones de años. Pero también existen
elementos radiactivos de cortísima vida en comparación con los citados, como es
el del estroncio 90 con 28 años, o el del tritio (isótopo del hidrógeno) con doce
años.

Por su parte, la radiactividad artificial es la descomposición de los átomos por


colisión con otras partículas atómicas. Para producir esta energía artificial es
preciso bombardear intencionadamente el núcleo de un átomo de un determinado
material. En las centrales nucleares de fisión ese material (o combustible)
habitualmente utilizado es el uranio. La fisión (división) se produce cuando se
golpea el núcleo del átomo de uranio con un neutrón a 16.000 km. por segundo. El
resultado de esa división es la liberación de una energía veinte millones de veces
más potente, que muchas de las energías provenientes de los hidrocarburos que
utilizamos asiduamente en el hogar.

Pero la fisión no sólo libera energía, también se generan otros productos variados.
Además de tres neutrones libres que pueden romper a su vez otros átomos, se
producen otros elementos como estroncio, cesio, bario, xenon o kripton; todos
ellos son también radiactivos.

La radiación que emiten los materiales radiactivos pueden dañar los organismos
vivos. Todos los seres vivos están expuestos a mayor o menor radiación
procedente de materiales que la emiten de forma natural. La unidad de medida de
la radiación es el sieverts; un nivel normal (no nocivo) de radiación sobre un
individuo puede ser 2 o 3 milisieverts (2 o 3 milésimas partes de un sieverts). En el
caso del trabajador de una central nuclear, este nivel puede llegar a 4,5
milisieverts; un nivel de 5 sieverts le causaría la muerte.

La radiactividad artificial producida en una central nuclear que consiga superar las
medidas de seguridad establecidas, o la liberada por efecto de la explosión de
bombas atómicas, puede causar graves daños a los seres vivos incluso más allá
de las fronteras del país donde se haya producido. Esa radiación puede
precipitarse sobre la superficie terrestre en forma de gotas de lluvia tras
condensarse en las nubes. El polvo radiactivo, antes de producir la lluvia, puede
girar alrededor de la Tierra arrastrado por los fenómenos atmosféricos, e incluso
precipitarse al cabo de meses o años.

Estructura de la materia

Para comprender cómo se desarrolla la energía nuclear, es preciso introducirse en


la estructura de la materia y analizar la partícula más pequeña en que se puede
subdividir, el átomo.

Químicamente, el átomo es la parte más pequeña de un elemento que puede


intervenir en una reacción; cuando se encuentra en estado normal su carga
eléctrica es neutra, es decir, posee el mismo número de electrones en las órbitas
que protones en su núcleo.

El átomo es la parte más


pequeña de un elemento
que puede intervenir en
una reacción
Si varios átomos interaccionan entre sí, forman entonces una molécula, en donde
los respectivos electrones mantienen una serie de enlaces; estos enlaces pueden
ser de tipo covalente, metálico o iónico.

Si varios átomos interaccionan entre


sí forman una molécula

Energías
NUCLEAR

Introducción a la energía nuclear - 2ª parte

Estructura de la materia (continuación)

os enlaces que mantienen los átomos de una molécula pueden


romperse mediante una fuerza externa; este hecho acarreará una
liberación de energía, tal es el caso de la energía eléctrica, que se
consigue precisamente forzando a los electrones a que salten de sus
órbitas y busquen huecos en órbitas de otros átomos. Sin embargo,
existen otras uniones que guardan energías mucho más potentes
llamadas de atracción nuclear, se trata de la formada por los protones y neutrones
del núcleo del átomo.
Los protones y neutrones del
núcleo del átomo, mantienen
una potente unión llamada
de atracción nuclear. La
rotura de esa unión (fisión)
generaría una reacción
nuclear

Para valorar la enorme potencia de esta unión, baste decir que es cien millones de
veces más potente que la de los enlaces entre átomos. Así pues, si se consigue
fisionar el núcleo del átomo, es decir, partir la potente unión de protones y
neutrones del núcleo, se liberará la energía almacenada en esa unión; se
producirá una reacción nuclear.

Para que se produzca energía mediante la fisión del núcleo, se precisa no


obstante que se cumpla una condición: que la masas resultantes de la división
sean inferiores a la masa inicial del átomo, en caso contrario la reacción no se
producirá porque necesita absorber una gran cantidad de energía.

El uranio o el plutonio son los materiales utilizados generalmente en una central


nuclear, la razón es su número atómico elevado, que permite la generación de
energía al realizarse la división del núcleo. El uranio contiene isótopos, es decir,
átomos con el mismo número de protones pero no de neutrones.

El uranio natural consta de 92 protones y tres isótopos distintos con 142, 143 y
146 neutrones. Para distinguir los diferentes tipos de isótopos se nombran por la
suma de neutrones y protones de su núcleo; así, los diferentes isótopos del uranio
natural se denominan uranio 234, 235 o 238. De los tres isótopos sólo el 235 es
fisible, debiendo ser separado de los demás para utilizarlo como combustible
nuclear. Por su parte, el uranio 238 una vez bombardeado con neutrones se
transforma en plutonio 239, que sí es fisible.

En la fisión del uranio 235


se bombardea el núcleo
con un neutrón,
produciéndose cesio 140,
rubidio 93 y 3 neutrones

Para fisionar el uranio se bombardea el núcleo con un neutrón, produciéndose


cesio 140, rubidio 93 y 3 neutrones. Para que la reacción nuclear se mantenga, es
preciso que la cantidad de átomos de uranio y su concentración sea superior a
cierto límite, a partir de ahí se produce lo que se conoce como reacción en
cadena. Esa cantidad y concentración mínima de átomos de uranio mínimos
necesarios para que la reacción no se detenga se denomina masa crítica. Por
encima de esta masa crítica se producen más neutrones de los que se necesitan,
y por tanto la reacción se mantiene.

Energías
NUCLEAR

Control y conversión de la energía

stablecer una reacción nuclear es en teoría relativamente sencillo, pero


mantenerla en ciertos límites tiene ciertas complicaciones técnicas. Las
dificultades que más preocupan vienen determinadas por razones de
seguridad; hay que tener en cuenta que la reacción debe mantenerse
dentro de unos límites seguros, de tal forma que no se detenga, y que
tampoco aumente peligrosamente. Otro tipo de dificultades se presenta
cuando se trata de transformar la energía que desarrolla la reacción, en otro tipo
de energía que sea aprovechable, como es la energía eléctrica.

Para generar una reacción nuclear es preciso utilizar neutrones a velocidades


adecuadas. Si se utilizan neutrones lentos se tiene más probabilidad de partir el
núcleo de un átomo de uranio, que con neutrones rápidos. Para evitar altas
velocidades de los neutrones es necesario emplear algún sistema que los frene,
esto se realiza mediante un material que se denomina moderador. El moderador
suele consistir en un tipo de material que absorbe la energía cinética de los
neutrones, y por tanto reduce su velocidad que normalmente se establece en
16.000 kilómetros por segundo.
Trabajos de observación en
una central nuclear

El material utilizado en la actualidad como moderador es el


grafito de gran pureza, compuesto de átomos de carbono. Las primeras centrales
nucleares utilizaban sin embargo lo que se denomina agua pesada, es decir, agua
compuesta solamente por moléculas con átomos de deuterio. El deuterio es un
isótopo del hidrógeno cuyo núcleo está compuesto por un protón y un neutrón (los
átomos normales del hidrógeno contienen un único protón en el núcleo); extraer el
deuterio del agua es muy lento y de gran complejidad, por encontrarse en en el
agua en proporciones muy pequeñas.

Si un reactor nuclear no produce un nivel mínimo de fisiones se detendrá. Por otro


lado, si las fisiones son excesivas se producirá la destrucción del reactor por
sobrecalentamiento. La única forma de mantener la reacción sin que se detenga
es, obviamente, logrando que se produzcan neutrones por exceso, por tanto habrá
que estabilizar de alguna forma ese exceso para que la generación de energía sea
aprovechable y segura.

El sistema utilizado para controlar las fisiones es mediante una serie de varillas
construidas de acero al boro, los cuales tienen la capacidad de absorber
neutrones. Así, dependiendo del estado de la reacción se van introduciendo un
número determinado de varillas, y a una profundidad también determinada. Si
existen neutrones por exceso se introducen más varillas para reducir el número de
fisiones; si por el contrario el reactor tiene tendencia a detenerse, se van
extrayendo las varillas para que un mayor nivel de neutrones generen más
fisiones.

Para que la energía producida por una reacción atómica sea útil, es preciso
convertirla en otro tipo de energía que a su vez pueda ser transportada. La
energía nuclear no puede ser utilizada en sí misma, tal como se produce, sino que
debe ser transferida mediante un elemento denominado intercambiador de calor.
La necesidad de un intercambiador de calor estriba en que la energía cinética de
las partículas fisionadas, no debe entrar en contacto directo con el receptor de esa
energía, que por seguridad tiene que ser independiente. El receptor de la energía
suele ser una turbina cuyas palas reciben el calor transferido de la reacción
nuclear, que a su vez mueven un generador eléctrico.

Como elemento de absorción del calor se suele utilizar un gas o líquido


refrigerante, el cual circula entre las varillas de material radiactivo. El refrigerante
además de absorber el calor de la reacción, mantiene la temperatura del núcleo
para evitar sobrecalentamientos que podrían destruir el reactor. Posteriormente, el
calor tiene que ser transferido al intercambiador (ya que el refrigerante está
altamente contaminado por las radiaciones), que a su vez lo transfiere a otro
líquido no contaminado que moverá las palas de las turbinas.

Básicamente, un intercambiador de calor funciona análogamente a como lo hace


un calentador de gas; el agua que circula por el interior de un serpentín metálico
es calentado por el aire caliente que se produce en el exterior al arder el gas. En
este ejemplo de intercambiador, el aire caliente se transfiere a un elemento
refrigerante, el agua que circula por el interior del tubo, sin existir contacto alguno
entre ellos.

Como refrigerante de muchas centrales se suele utilizar agua pesada o un


producto que pueda absorber neutrones (agua normal). El agua normal, además
de ser utilizada para esa función, es también útil para detener la reacción en caso
de necesidad.

El objetivo de todo este proceso no es otro que el de producir energía eléctrica, la


cual será posteriormente distribuida hacia las industrias, hogares, etc.

Energías
NUCLEAR
Estructura básica de una central nuclear

xisten diversos tipos de centrales nucleares aunque sus estructuras son


básicamente similares.

El elemento principal de una central es el combustible. Se trata de unas


largas varillas metálicas en cuyo interior se halla el producto reactivo,
que según el tipo de central puede ser uranio 235 o plutonio 239.El
motivo de ir envasados en varillas metálicas, se debe a la necesidad de darles
cierta rigidez. El metal que los cubre es además permeable a los neutrones, pues
sin ellos no se puede mantener una reacción.

Esquema básico de los


módulos del reactor y
generador de vapor

Un reactor nuclear tiene dificultades para mantener la reacción si los neutrones


adquieren excesiva velocidad. Al fisionar un átomo se producen neutrones, pero
éstos son muy rápidos, la posibilidad de que mantengan la reacción es cien veces
menor que a bajas velocidades. Por ello se precisa un elemento que permita que
los neutrones sean frenados; este material se denomina moderador.

El moderador adopta formas variadas. Puede ser un líquido, como el agua


pesada, en el que se sumergen las varillas de combustible. También puede se
sólido, como el grafito; en este caso es envasado en barras que se mezclan con
las varillas de combustible; la intensidad de la reacción se controla introduciendo
estas barras más o menos. Al bloque de combustible+moderador se le denomina
núcleo del reactor.
Ilustración de un reactor
nuclear

Un elemento importante para el núcleo del reactor es el refrigerante. Su misión es


absorber el calor producido por la reacción, para posteriormente ser transferido a
un circuito secundario (intercambiador de calor).

El refrigerante puede ser líquido o gaseoso; en caso de un líquido se sumerge el


núcleo en él, y si es un gas se inyecta éste a alta presión por una serie de
conductos dispuestos en el núcleo.

En cualquier caso, un intercambiador de calor (que impide que el refrigerante esté


en contacto con la turbina) genera vapor de agua que se aplica a la turbina para
producir energía eléctrica.

El reactor nuclear precisa un aislante que impida las fugas radiactivas (cubierta
protectora). Consiste en una estructura (una campana) de hormigón de gran
espesor que normalmente recubre núcleo y refrigerante, aunque en determinadas
centrales puede rodear solamente el núcleo; en este último caso necesita ser una
estructura de mayor espesor.

La cubierta protectora, además de evitar fugas de radiaciones gamma y neutrones


al exterior, suele ser diseñada para proteger el núcleo de cualquier catástrofe
ajena a la central, tales como terremotos, pudiendo soportar impactos de grandes
proporciones sin partirse.

Energías
NUCLEAR

Los desechos radiactivos

uando se fisiona el núcleo del átomo se generan principalmente tres


productos radiactivos: partículas alfa (núcleos de helio compuestos de
dos protones y dos neutrones), beta (electrones producto de la
descomposición de un neutrón), y radiaciones gamma.

Las radiaciones gamma y los neutrones son las partículas más


peligrosas, pues son capaces de traspasar la mayoría de los materiales, ya que
sus radiaciones electromagnéticas son de frecuencia superior a los rayos X. Para
bloquear estas radiaciones es preciso emplear paredes de hormigón de notable
grosor.

El riesgo de contaminación radiactiva no finaliza una vez que se ha fisionado todo


el uranio y la central ha dejado de producir energía. Los productos resultantes de
la fisión siguen manteniendo su capacidad radiactiva en alguna medida, y pueden
mantenerse durante varios cientos de años, e incluso puede llegar a superar los
mil años.

Transporte de residuos nucleares


Algunos materiales radiactivos ya procesados pueden volver a ser reprocesados,
pero la mayoría tienen que ser transportados en contenedores especiales hasta un
lugar de almacenaje seguro y bajo control estricto, para que no supongan un
peligro de contaminación de la atmósfera. El sistema de almacenamiento consiste
en introducirlos en bidones de hormigón de gran grosor, que impiden las radiación
de neutrones y rayos gamma, posteriormente son enterrados o introducidos en el
interior de minas; en algún caso han sido arrojados al fondo del mar.

Cambiar el combustible agotado en una central nuclear implica normalmente el


pararla completamente. Este suele ser uno de los momentos más delicados, pues
para proceder al intercambio del combustible es necesario abrir el núcleo, con el
consiguiente peligro de fuga de sustancias radiactivas.

Algunos residuos pueden volver a ser utilizados como combustible una vez
reprocesados, como es el caso del plutonio 239. La labor de reprocesado es
llevada a cabo por los llamados reactores de enriquecimiento.

El almacenamiento es el último paso en el ciclo del combustible


nuclear, y el que más problemas suscita. Aunque las técnicas
para almacenar residuos nucleares son fáciles de llevar a cabo, presentan no
obstante dificultades de orden político, como es la elección de un lugar adecuado
de almacenamiento, y de mantenimiento en el tiempo.

Los residuos nucleares son introducidos en


bidones de hormigón de gran grosor, para
posteriormente ser enterrados

Hay que recordar que muchos residuos nucleares mantienen su actividad durante
miles de años; en este sentido, ningún proyecto humano que tenga por meta más
allá de dos o tres generaciones tendría visos de ser controlable, sin poner en
riesgo a su vez otras generaciones futuras. No se trata pues de un problema
menor, cuya solución no debería ser tomada únicamente por un gobierno en
particular, al encontrarse en juego no sólo el medio ambiente y calidad de vida
actual, sino también la de generaciones por venir.
Energías
NUCLEAR

El arma atómica - 1ª parte

ntes de probarse con éxito la primera bomba atómica el 16 de julio de


1945 en el desierto de Los Álamos (Nuevo México), los explosivos
utilizados hasta entonces generaban la energía mediante combustión o
descomposición de determinados compuestos químicos.

La potencia de la bomba atómica o nuclear resultaba devastadora en


comparación con los explosivos clásicos; mientras que éstos utilizaban los
electrones más externos del átomo para generar la energía, la primera bomba
atómica, por su parte, se basaba en la fisión del núcleo del átomo, es decir, en la
ruptura de los núcleos atómicos de un mineral con una estructura de la materia
adecuada para esta función, como era el plutonio.

La bomba descrita utilizaba una esfera de plutonio de tamaño aproximado al de


una pelota de tenis; la potencia de la explosión fue equivalente a 20.000 toneladas
de TNT (trinitrotolueno). Tras el éxito de esta prueba, Estados Unidos utilizaba
militarmente dos bombas de similares características, lanzándola sobre las
ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945,
respectivamente.

La primera bomba atómica detonada en


el desierto de Los Álamos en 1945 liberó
una potencia de 20 kilotones

En la década de 1950, la bomba atómica de fisión fue superada por la de fusión de


hidrógeno (bomba H) extremadamente más potente; y más tarde, en las de 1970 y
1980, por la de neutrones. Los alemanes fueron los precursores de los misiles
nucleares (constituidos a partir de 1950) con sus V-1 y V-2 conseguidos durante la
Segunda Guerra Mundial. La investigación en el campo de la fisión y fusión
nuclear, permitió conseguir potencias asombrosas, capaces de alcanzar el orden
de los megatones (equivalente a millones de toneladas de TNT).

La bomba nuclear aplica la teoría de la relatividad de Einstein.


Según su definición, la energía es equivalente a la masa
multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz. Es decir, que una pequeña
cantidad de materia contiene una gran cantidad de energía. Si por ejemplo una
materia de 1 Kg. de peso pudiese transformarse por completo en energía, la
potencia resultante sería equivalente a 22 millones de toneladas de TNT.

En la bomba de fisión, la liberación de la energía consiste en la fragmentación del


núcleo, que previamente fue bombardeado con neutrones. A su vez, el núcleo
emite otro determinado número de neutrones que, nuevamente, genera fisiones
nucleares manteniendo una reacción en cadena y por tanto una liberación de
energía sostenida. La reacción en cadena depende de la masa del material, ésta
debe ser bien estudiada para que se produzca; al material capaz de permitir la
reacción se le denomina material físil, y a la masa adecuada para que se
mantenga masa crítica.

Por su parte, en la bomba de fusión, también llamada termonuclear, la energía


aprovechada es la que produce la fusión (unión) de los átomos de hidrógeno; es
decir, la reacción opuesta a la fisión (partición) del núcleo del átomo.

Para que se produzca la fusión nuclear es preciso llevar a los átomos de


hidrógeno a una temperatura de varios millones de grados (de ahí el sobrenombre
de bomba termonuclear), momento en que adquieren incrementos de velocidad
espectaculares. Para una cantidad de hidrógeno dada, se desarrolla una energía
tres veces mayor que la misma cantidad de uranio.

Hasta aquí se puede entender la teoría de funcionamiento de la bomba de


hidrógeno o termonuclear pero, ¿como conseguir en la práctica una temperatura
de varios millones de grados que permita la fusión de los núcleos de hidrógeno...?.
La única forma es mediante otra bomba atómica que libere esa tremenda cantidad
de calor. Por eso, la bomba termonuclear, aunque de teoría conocida, no pudo ser
llevada a la práctica hasta que fue perfeccionada la bomba atómica de fisión. Así,
una bomba de fisión podía actuar como detonador de una bomba de fusión
(integrando una bomba dentro de otra).
Energías
NUCLEAR

El arma atómica - 3ª parte

os efectos térmicos y mecánicos de la explosión de un bomba nuclear,


son despreciables frente a la radiación creada, causante de daños
incalculables en los organismos vivos. A pesar de ello, la radiactividad
residual cesa al poco tiempo. Puede ser de dos tipos, según se base en
la fisión o la fusión nuclear: la bomba de fisión está constituida por dos
masas subcríticas, que al unirse dan lugar a una masa supercrítica y
explotan.

En la bomba de fusión o de hidrógeno para desencadenar la fusión se usa una


bomba de fisión como detonante. La energía desprendida es mucho mayor que en
las de fisión, pero el peligro de una lluvia radiactiva es mucho menor.

En los primeros segundos de la explosión de una bomba nuclear, se propaga una


onda térmica que incendia cualquier material inflamable en un radio de varios
kilómetros. Después viene una onda de presión (llamada onda de choque)
desplazándose rápidamente desde el centro de la explosión hacia afuera, que
supera los efectos de un huracán en un radio aproximado de 1 km. Le sigue una
onda de succión que acaba de destrozar lo que aún quedaba en pie. A todo esto
hay que añadir los efectos de la radiactividad que contamina la zona de la
explosión y que puede producir la llamada lluvia radiactiva (caída de material
radiactivo que se había elevado en la explosión) en puntos más alejados.

El poder de devastación de una bomba atómica de 10 megatones detonada a una


altura óptima, puede superar un radio de 20 kilómetros. La radiación térmica
alcanzaría los 30 kilómetros y, dependiendo de determinadas condiciones, puede
producir tormentas de fuego por efecto de las corrientes ascendentes, las cuales
generarían a su vez fortísimos vientos que avivarían las llamas y destruirían
cualquier material susceptible de inflamarse.
En los primeros segundos de la explosión de
una bomba nuclear, se propaga una onda
térmica que incendia cualquier material
inflamable en un radio de varios kilómetros

Por su parte, la radiactividad, que es un tipo de radiación totalmente diferente al de


la radiación térmica, provoca gravísimos daños cuando es absorbida por los
organismos vivos. En Japón, por ejemplo, mucho tiempo después de producirse la
explosión nuclear de Hiroshima y Nagasaki en 1945, murieron gran cantidad de
personas que habían quedado a salvo de las ondas expansivas y radiaciones
térmicas, y todavía sigue manifestándose en los descendientes de los
supervivientes.

Esa radiación puede penetrar en la tierra y aguas subterráneas, y trasladarse con


el viento o dispersarse cubriendo áreas de miles de kilómetros cuadrados. Ejemplo
más reciente lo observamos en los efectos producidos por el accidente de la
central nuclear ucraniana de Chernobil, el 26 de abril de 1986; las radiaciones que
se produjeron durante 10 días, causaron que durante los 5 años siguientes
aumentaran las enfermedades de cáncer y leucemia en un 50%.

Las bombas H llamadas limpias o de neutrones, se precian de no emitir sustancias


radiactivas de forma directa. La radiación temida es la producida por la bomba de
fisión que actúa como detonante de la bomba H (de fusión). Se considera como
limpia la bomba H cuya energía de fisión sea inferior al 50%, ya que la energía de
fusión apenas genera sustancias radiactivas. La bomba limpia o de neutrones fue
probada por varias potencias nucleares, y en ella la radiación solo alcanza el 5%,
por tanto se consigue un 95% de energía liberada de contaminantes radiactivos.

Los efectos de una bomba atómica sobre los seres humanos, construcciones y
medio ambiente, tuvieron su trágico laboratorio de pruebas en las ciudades
japonesas de Hiroshima y Nagasaki, el 6 y 9 de agosto de 1945. El día 6, un
Boeing B-29 dejó caer a a 8.000 metros de altura sobre el cielo de Hiroshima, de
entre 250.000 y 300.000 habitantes, una bomba atómica de 20 kilotones que fue
detonada a 600 metros de altura. Los efectos producidos fueron extraordinarios,
calculándose en 70.000 los muertos ocasionados, bien debido a las temperaturas
tan elevadas que se produjeron después de la explosión, o bien a los efectos de la
radiactividad, considerándose éstos como efectivos, en mayor o menor medida, a
una distancia de unos 4,5 kilómetros del foco de la explosión. Los daños más
importantes sobre construcciones se produjeron en un radio de 1200 metros y los
incendios directos en un diámetro de 1500 metros. 10 Kilómetros cuadrados de
superficie quedaron totalmente arrasados.

Pocos días después, el 9 de agosto de 1945, fue lanzada sobre la ciudad de


Nagasaki una bomba de mayor potencia que la arrojada sobre Hiroshima. Los
efectos fueron análogos a los producidos con la anterior. Media hora después del
ataque, a una distancia de 100 kilómetros, se podía distinguir sobre la ciudad una
nube de 7 kilómetros de altura. Esta bomba, que fue arrojada desde una altura
similar a la anterior, e hizo explosión en las proximidades del suelo, ocasionó la
muerte de unos 30.000 habitantes y cerca de 50.000 heridos. La ciudad quedó
totalmente destruida en una superficie de cuatro kilómetros cuadrados, bastante
menos que en Hiroshima a pesar de ser una bomba de mayor potencia, pero
debido sobre todo al tipo de construcción, concentración y distribución de los
edificios, que influyeron notablemente en la contención de la devastación.

Al día siguiente de ser lanzada la bomba atómica sobre Nagasaki, el Gobierno


japonés ordenó a sus tropas la deposición de las armas y solicitó la paz.

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