NECEDAD (Carmen Cueva)

La advert tantas veces, quise prevenirla, le habl de todas las formas que encontr para
que me entienda... pero no pude convencerla.
-Mira, - le dije que tu destino no tiene sol, ni luna, ni estrella; que tu horizonte se ver
muy brumoso y muy lejano; que la soledad ser tu compaera de siempre.
Pero no ella tena esa esperanza envidiable de los nios; esa confianza absurda de los
ingenuos; esa fe inquebrantable de los pobres... y no pude convencerla.
-Mira.- insist, que la gente no cree jams en las utopas; que los sueos no estn
permitidos ms all de la alborada, que los das estn construidos de metal y cemento.
Pero no... Ella me hablaba de las flores y del viento; de los nios y de la msica; de los
colores y del mar... y no puede convencerla.
-Escucha, - grit, cmo el llanto traspasa las fronteras; cmo el silencio es ms poderoso
que la palabra ms dulce; cmo el viento se detiene para impedir el ritmo de las flores.
Pero no.... ella amaba la paz. La libertad; amaba el amor; crea en el poder de la luz
sobre la sombra; crea en la vida.
No pude convencerla, no pude.... y naci.