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Universidad de Santiago de Chile

Escuela de Periodismo
Cátedra de especialización Política

El caso de la ONU como brazo del


imperialismo al interior de la
República Democrática del Congo

Alumno: Jaime Pérez G.

Profesor: Juan Manuel Poblete

Fecha: 14 de Noviembre de 2007


El conflicto que alguna vez mantuvo prácticamente sitiada a la República
Democrática del Congo (RDC) en manos de los saqueadores y grupos armados
de Ruanda, Uganda y Burundi, hoy parece aún más olvidado que antes a raíz del
establecimiento del nuevo gobierno democrático de Joseph Kabila.

Sin embargo, la actual situación del Estado Congoles, poseedor de un gobierno de


transición que se ve forzado a pedir ayuda a la comunidad internacional para
mejorar su gobernabilidad y estabilidad interna; establece un punto de gran
importancia en la identificación de la nueva tendencia imperialista que utiliza la
excusa de las intervenciones humanitarias, como mecanismo para establecer
incubadoras del neoliberalismo en los países que provienen de largos procesos de
crisis sociales, políticas y económicas.

Si bien el conflicto armado que azotó al Congo durante los años 90 no tuvo mayor
importancia ante los ojos del mundo, ya sea porque se enmarcó en la etapa de
auge del “nuevo orden mundial”, considerado como un período de paz
internacional; o por el consenso de que éste significo un problema de tipo interno,
propio de las diferencias culturales entre las más de 200 tribus que ocupan su
territorio. Hoy en día, su problemática se establece como un ejemplo de lo que
sucede en un país, cuando la ONU no ejerce su rol como organismo encargado de
mantener la paz mundial, puesto que su visión proviene desde el prisma de la
política realista, que deja un amplio espacio de acción donde las llamadas
“intervenciones humanitarias” fácilmente pueden convertirse en brazo del
imperialismo.

Esta es una de las razones a través de las cuales se consiguió establecer en el


Congo una plataforma de Estado-gobierno donde se observa el nivel de anarquía
al que puede llegar el sistema internacional. Pues, en un marco donde no existen
métodos claros de control del poder, tanto para los Estados interventores como
para los grupos paramilitares de mercenarios, financiados por las grandes
potencias a través de la compra de Diamantes, Uranio, Casiterita y Coltán (dos
minerales indispensables para el desarrollo de los hardwares y celulares de última
generación), establecen un mecanismo en el sistema mundial, donde los
problemas de la RDC se convierten en un tema fuera del análisis y el debate de la
política Internacional, para ser considerado como un conflicto de exclusiva
responsabilidad de la ONU, como garante y guardián exclusivo del equilibrio
interno en esta nación, que no necesariamente busca la justicia, sino más bien la
homeostasis del sistema más beneficioso, para la instalación del imperialismo
neoliberal.

El concepto actual de “intervención humanitaria” y su relación con la legitimidad de


la ONU como interventor en la RDC

El término “intervención humanitaria” en materia de Derecho internacional, como lo


señala Robert Kolb, se entiende como una forma de intervención extranjera
coercitiva que puede ser definida como el uso de la fuerza para detener o impedir
violaciones flagrantes de los derechos humanos más fundamentales (en particular,
los asesinatos en masa y el genocidio) en un tercer Estado, a condición de que las
víctimas no sean súbditos del Estado que interviene y de que una organización
internacional competente como, en especial, las Naciones Unidas por medio del
Consejo de Seguridad, no la haya autorizado.

No obstante, el actual mundo unipolar cambió esta visión de amplia tradición


histórica, hacia una posición donde los argumentos y delimitaciones sobre las
“intervenciones humanitarias”, provienen principalmente de la Carta de las
Naciones Unidas.

Este documento, establece que se ha optado claramente por una política que
prohíbe el uso de la fuerza por los Estados de forma individual, tomando en cuenta
los resultados desastrosos que la fuerza desenfrenada produce cuando se la deja
a los Estados uti singuli (como uso singular); estableciendo una excepción sólo
para los casos de legítima defensa.

Así pues, la Carta prohíbe que los Estados efectúen intervenciones humanitarias
de forma individual. Como argumento de orden práctico, añaden que toda solución
contraria daría lugar a abusos graves, a la parcialidad política y a la selectividad,
así como a una política de intervencionismo unilateral por las grandes potencias,
las cuales podrían utilizar el derecho del modo que les parezca conveniente.
(Véase Kolb, R; 2003)

En este nuevo escenario, que se complica aún más si se considera la


promulgación por parte de Estados Unidos de su Estrategia de Seguridad
Nacional, encontramos que la RDC desde el momento en que consigue proclamar
a su actual presidente Joseph Kabila, debe demostrar ante la comunidad
internacional su aprobación sobre las reglas internacionales, en cuanto a las
recetas económicas, la apertura de sus fronteras para los capitales extranjeros y
para la explotación de sus abundantes recursos naturales, por parte de las
empresas transnacionales.

Siguiendo la línea de acción, es la ONU el actor clave en materia de


intervenciones pues, ya sea por desconocimiento o error, las primeras sanciones
internacionales que se impusieron en el año 2003-2004 a los agresores del
Congo, y a este mismo país, actuaron por la vía de sancionar a los Estados, es
decir, se obligo al desarme de las fuerzas armadas de Ruanda, Uganda y Burundi,
además de la RDC.

El problema fue que en ésta última nación las fuerzas militares eran las únicas que
podían prestar socorro a sus habitantes y, en el caso de los otros tres países
agresores, el asedio armado provenía desde grupos paramilitares y no desde las
fuerzas armadas de dichos países.

Como lo señala el informe de la revista Umoya en su publicación del año 2005, “el
Consejo de Seguridad decretó en la resolución S/RES/1493, de 28 de julio de
2003, un embargo de armas en la zona, ¡pero incluyendo al propio país agredido:
la R. D. del Congo! Y nos consta, por diversos informes de grupos de la sociedad
civil congoleña, que el embargo apenas se está haciendo efectivo sobre los
agresores, incluso en algunos casos diversos grupos de la sociedad civil
congoleña han acusado a los cascos azules de la MONUC (Misión de Naciones
Unidas en el Congo) de negarse a inspeccionar ciertos lugares en donde ellos
sospechaban (o habían descubierto) que los ruandeses estaban ocultando
armamento para transferirlo al RCD-Goma. Se dan estas circunstancias en
momentos en que al mando de la MONUC está el señor Williams Lacy Swing,
diplomático de los EEUU”

Eso es en materia de sanciones, pero en el ámbito de apoyo económico desde la


ONU, éste se ha resumido a las declaraciones que realizó en 2006 el entonces
secretario general Kofi Annan, cuando al momento de saber el resultado de las
votaciones del nuevo presidente de la RDC expresó su gratitud a la comunidad
internacional por el apoyo electoral y de otro calibre prestado para este proceso y
pidió también financiación para asistir a las autoridades recién elegidas.

En ese entonces no se podía pensar exactamente en que clase de apoyo


solicitaba Annan. Si era uno de tipo monetario en forma de préstamo, de compra
de sus recursos naturales o de establecer contratos de explotación, aprovechando
la debilidad de una transición tan vapuleada como la del Congo.

Hoy, los recortes de prensa demuestran que ya en enero de 2007 la postura de la


ONU era más clara en cuanto a sus intenciones, pues como señaló el secretario
general adjunto para Operaciones de Mantenimiento de Paz, Jean Marie
Guéhenno, éste advirtió que sería un error repetir errores del pasado y suspender
el respaldo al país africano tras el éxito de los comicios.

Además, sostuvo que la República Democrática del Congo es un polo de


estabilidad en la región de África Central y que resolver la crisis en esa nación
beneficiará al continente más que la resolución de cualquier otro conflicto en esa
parte del mundo. Junto con ello, expresó confianza en que la alianza de la ONU
con la Unión Europea y otras partes interesadas contribuirá al logro de esa meta
estratégica. (Véase Centro de Noticias ONU; 09/01/2007)

Si a este llamamiento se suma la captura de Patrick Opiyo Makasi, líder del


Ejército de Resistencia del Señor (LRA), rebelde que no tiene cargos pendientes
en su contra, a pesar de que ha sido acusado por diversos grupos de derechos
humanos de cometer violaciones graves de estas garantías fundamentales,
incluyendo masacres, secuestros y reclutamiento forzoso de niños soldados,
desde la fundación de este grupo armado en el año 1987; es posible evaluar el
nivel en que está actuando la ONU para restablecer un gobierno estable en la
RDC, pues Opiyo será entregado a los cascos azules de la ONU para que
participe en el programa de desarme, desmovilización y reintegración social
organizado por las Naciones Unidas, lo que determina que probablemente, al
carecer de cargos formalizados en su contra y sin una comprobación de se autoría
por la serie de violaciones a los DDHH, volverá a Uganda como cualquier
ciudadano libre.

Si a ello se agregan los “intercambios” que han realizado los soldados de las
fuerzas de paz de la ONU en territorio Congoles, ya sea con los escándalos por el
trueque de petróleo por comida, de comida por sexo (que incluye las violaciones
donde los soldados entregaron alimento a las mujeres después del acto para
encubrir sus acciones bajo una supuesta “prostitución”), o los 150 denuncias por
casos de violaciones por parte de efectivos de la ONU, principalmente con niñas,
convierten a estas acciones en un reflejo del nivel real de “paz” que puede
imponer hoy en día este organismo internacional. (Véase Worlnetdaily;
24/12/2004)

Ante este panorama, queda de manifiesto la imposibilidad de que las llamadas


“intervenciones humanitarias”, aplicadas de la forma antes descrita, donde se deja
a un lado la complejidad del actual sistema internacional, que por su enfoque
estatalista se olvida de la importancia que tienen los actores como las
transnacionales y los organismos de ONG`s en su rol de informantes de los
errores que se cometen en estos actos de “ayuda”.

Eso es lo que se puede comprobar con un análisis superficial y bastante ingenuo.


En cambio, si se intenta dilucidar la lógica con que la ONU realiza los llamados a
la comunidad internacional se puede comprobar que la RDC a través de su
gobierno de transición y de total sometimiento a los mandatos y recetas
neoliberales, se convierte en la plataforma perfecta para una nueva ola
imperialista en África, ya no por la vía del colonialismo, pero si por medio del poder
del capital.

Pues como señala Benjamín Herrera Chávez en relación con el “nuevo orden
mundial” En el sistema internacional no se puede dejar de lado la estructura de la
producción y que con referencia a ésta la decisión de qué producir, dónde
producir, qué conocimiento generar, qué conocimiento transmitir y qué recursos
movilizar estaba cada vez más en manos de las transnacionales y qué, por lo
tanto, el poder ya no se basaba exclusivamente en el soporte territorial que daba
sentido a la autoridad de los Estados”.

Por tanto, si se toma este principio se puede señalar que la ONU, como un
organismo agotado y que ya no posee la legitimidad que alguna vez ostentó, se
convierte en el aliado perfecto del imperialismo del capital para, como en el caso
de la RDC, institucionalizar el saque de recursos, a través del aprovechamiento de
baja institucionalidad de los países en crisis, que en este caso es el segundo de la
lista de “estados fallidos” del ranking de la Foreign Policy, y que además se
encuentra gobernada por el hijo del asesinados presidente Laurent Kabila.
¿Dónde más si no en el Congo sería el escenario perfecto para instalar un centro
de operaciones para el saqueo del continente Africano? .
Referencias Bibliográficas

Centro de Noticias ONU. (2007). República Democrática del Congo: ONU confirma
rendición de comandante rebelde. Extraído el 10 de Noviembre de 2007 desde
http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=10702&criteria1=Cong
o&criteria2=

Centro de Noticias ONU. (2007). República Democrática del Congo: Consejo de


Seguridad refrenda apoyo al pueblo congolés. Extraído el 10 de Noviembre de
2007 desde
http://www.un.org/spanish/News/fullstorynews.asp?newsID=8559&criteria1=Congo
&criteria2=Consejo

Foreign Policy, Fondo por la Paz. (2004). Efectos de la Globalización: Índice de


“estados fallidos”. Foreign Policy. Extraído el 12 de Noviembre desde
http://www.fp-es.org/ago_sep_2005/story_10_16.asp

García, R. (2005). La “responsabilidad de proteger”. Un nuevo papel para


Naciones Unidas en la gestión de la seguridad Internacional. Extraído el 09 de
Noviembre de 2007 desde
http://www.reei.org/reei%2011/R.GarciaPerez(reei11).pdf

Herrera, B. (2006). El “nuevo orden mundial” entre la dispersión del poder y la


hegemonía. En revista Polis, Universidad Bolivariana, en
http://www.revistapolis.cl/13/herre.htm

Kolb, R. (2003). Observaciones sobre las intervenciones humanitarias. Revista


Internacional de la Cruz Roja Nº 849, extraído el 10 de Noviembre de 2007 desde
http://www.icrc.org/Web/spa/sitespa0.nsf/htmlall/5UAMPD?OpenDocument&style=
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López, C., (2006, 28 de Noviembre). Annan felicita a Kabila por su reelección


como presidente de la RDC, extraído el 12 de Noviembre de 2007 desde
http://www.lukor.com/not-mun/africa/0611/28195330.htm

Revista Umoya, (2005). Informe sobre la República Democrática del Congo.


Revista Umoya, extraído el 10 de Noviembre de 2007 desde
http://www.umoya.org/telegramas/prueba1/Dossier%20Congo.pdf

WorldNetDaily.com, (2004). The new world disorder:


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desde http://www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=42088

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