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14.3.

LA GUERRA CIVIL: DIMENSIÓN POLÍTICA E INTERNACIONAL DEL


CONFLICTO. LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA.

1) La zona republicana. En septiembre de 1936 se estableció un gobierno de unidad, presidido


por el socialista Largo Caballero y con ministros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y grupos
vascos y catalanes. En noviembre se incorporaron cuatro dirigentes anarquistas, entre ellos Federica
Montseny.

En la zona republicana el fracaso del golpe militar había provocado una verdadera revolución social:
los comités de los partidos y sindicatos obreros pasaron a controlar los elementos esenciales de la
economía, siguiendo, básicamente, dos modelos. Por un lado, la CNT-FAI y POUM que emprendieron
la inmediata colectivización de tierras y fábricas. Su zona de hegemonía fue Cataluña, Aragón y
Valencia. Por otro lado, el PSOE y el PCE intentaron restaurar el orden y centralizar la toma de
decisiones en el gobierno, respetando la pequeña y mediana propiedad. Las disensiones internas
fueron continuas y llegaron a su momento clave en Barcelona en mayo de 1937: El gobierno de la
Generalitat, trató de tomar el control de la Telefónica de Barcelona, en manos de un comité de la CNT
desde el inicio de la guerra. El intento desencadenó una insurrección y los combates callejeros se
extendieron por Barcelona.

La crisis de mayo de 1937, provocó la dimisión del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno
presidido por el socialista Negrín, tenía una mayoría de ministros del PSOE, pero se inclinaba cada vez
más hacia las posturas defendidas por el PCE. La ayuda soviética había hecho que los comunistas
pasaran de ser un grupo minoritario a una fuerza muy influyente. Con aquel se impuso una mayor
centralización en la dirección de la economía y se terminó de construir el Ejército Popular, acabando
con las milicias.

A partir de marzo de 1938, momento en el que las tropas de Franco llegaron al Mediterráneo y
dividieron en dos la zona republicana, surgieron de nuevo dos posturas enfrentadas. Mientras la
postura oficial, representada por Negrín y apoyada por el PCE y parte del PSOE, seguía defendiendo
la  "resistencia a ultranza", algunos dirigentes, anarquistas y socialistas, empiezan a hablar de la
necesidad de negociar ante la perspectiva de la segura derrota. Esta división se haría patente en los
enfrentamientos en Madrid, al final de la Guerra, entre los partidarios del coronel Casado y del
Gobierno.

2) El bando nacional. La muerte del general Sanjurjo, dejó a la insurrección sin un líder claro. Unos
días después tuvo lugar una reunión de los generales insurrectos en Burgos. Allí se acordó crear la
Junta de Defensa Nacional, como órgano provisional de gobierno de la zona nacional. Las medidas
que adoptó fueron drásticas: se estableció el estado de guerra en todo el territorio, se suprimieron
todas las libertades y se disolvieron todos los partidos políticos, excepto la Falange y los requetés
carlistas. En el terreno económico se cancelaron todas las reformas republicanas, devolviendo a los
propietarios todas las tierras repartidas en la reforma agraria.

El 1 de octubre 1936 Franco fue designado Jefe del Gobierno del Estado español. Sus éxitos
militares, el estar al frente del poderoso Ejercito de África y el apoyo de Alemania con la que mantenía
contactos directos explican el ascenso al poder de Franco, que en abril de 1937, se aprobó el Decreto
de Unificación. Falangistas y carlistas quedaron unificados en la Falange Española Tradicionalista y de
las JONS, conocida como el Movimiento Nacional. Además, la Ley de la Administración Central del
Estado concentró en la figura de Franco los poderes ejecutivo, legislativo y judicial. El nuevo régimen
estableció un estado confesional, aboliendo el divorcio y el matrimonio civil, mientras que gran parte de
la educación volvió a manos del clero. Se establecía así lo que se vino a denominar el Nacional-
catolicismo.

Por último, se creó una legislación que institucionalizó la represión contra los vencidos. En febrero de
1939 se aprobó la Ley de Responsabilidades Políticas, por la que se designaba "rebeldes" a todos
los que se hubieran enfrentado al Movimiento Nacional, con retroactividad desde 1934.
Desde su inicio la Guerra Civil se convirtió en un conflicto de gran trascendencia internacional, como
consecuencia de la extrema tensión en la época, con un mundo dividido entre potencias democráticas y
Estados fascistas. En general, los dirigentes democráticos occidentales no estaban dispuestos a
arriesgarse a entrar en una guerra y, por eso, convocaron en agosto de 1936, en Londres, el Comité de
No Intervención, al que se adhirieron hasta 27 países que se comprometieron a no vender, ni permitir el
paso de armas ni de suministros bélicos a España. Pero la realidad fue que Alemania, Portugal e Italia, a
pesar de su adhesión, continuaron ayudando a los rebeldes, mientras que la República se vio sometida al
cierre de fronteras y al embargo de armas. Estados Unidos no suscribió el pacto, pero aprobó una ley de
embargo que impidió la exportación de material bélico a la España republicana, pero permitió los
suministros de las empresas americanas a la España sublevada, como el petróleo que proporcionó la
Texaco Oil Company o los vehículos de Ford o General Motors.

La desigual ayuda exterior fue otra de las causas determinantes del triunfo del bando nacional. Así,
Franco consiguió rápidamente ayuda italiana y alemana, lo que le permitió que las tropas sublevadas de
África pudieran pasar a la Península en los primeros días del conflicto. Pronto comenzó a llegar la ayuda
militar: Mussolini envío cerca de 70.000 soldados, con abundante munición y material de guerra. Alemania,
por su parte, vendió armas a los sublevados y envió a España a la Legión Cóndor, unidad de élite de la
aviación alemana, así como numerosos asesores y técnicos.

También tuvieron la colaboración de Portugal, que facilitó la llegada de armas al principio de la guerra.

Por su parte, la República vio como la ayuda inicial quedó cortada tras el acuerdo del Comité de No
Intervención. Sólo más tarde empezó a llegar la ayuda soviética, que sirvió para la defensa de Madrid, en
noviembre de 1936. Pero esta ayuda, pagada con el oro del Banco de España, tuvo serias dificultades
para llegar, obligando a la flota a tareas de escolta, perdiéndose así una importante baza militar.

La otra ayuda que recibió la República fue la de las Brigadas Internacionales. Los brigadistas eran
voluntarios antifascistas reclutados por la Komitern en todo el mundo, aunque muchos de ellos no eran
comunistas. Unos 40000 brigadistas intervinieron en la Guerra, comenzando a llegar en octubre de 1936 y
retirándose a finales de 1938, ante las presiones del Comité de No Intervención. En el bando franquista,
por el contrario, los voluntarios italianos continuaron hasta el final.

Uno de los aspectos más controvertidos es el de las pérdidas humanas ocasionadas por el conflicto. Las
cifras son muy dispares, tanto por la dificultad de calcular la mortandad de una guerra como por el hecho
de que se incluyan o no las muertes indirectas causadas por el hambre, los bombardeos o la represión de
la posguerra. De forma aproximada, admitiendo todas estas posibilidades, la cifra rondaría el medio millón
de fallecidos.

Las cifras de la represión siguen siendo una cuestión polémica. En la zona republicana los datos son
más aproximados, porque en 1940 se emprendió una investigación judicial, la Causa General, que permitió
concretar la lista de ejecuciones y asesinatos, rondando las 40.000 personas. Respecto a la represión
franquista, durante la Guerra y después de ella, podemos calcular unas 130.000.

A todo ello hay que añadir las más de 400.000 personas que abandonaron el país, rumbo al exilio. Se
trataba de una población mayoritariamente joven y activa, que incluía los sectores mejor preparados del
país, convirtiendo a la España del franquismo en un auténtico páramo cultural y científico.

En el terreno económico, la guerra significó la vuelta a una economía agraria tras la destrucción del tejido
industrial. Además, a la enorme deuda de guerra hay que sumar la pérdida de las reservas de oro del
Banco de España. Consecuencia de todo ello fue el hundimiento de la renta nacional y per cápita, y el
hambre para la mayoría de los españoles durante la posguerra.
1.- La ayuda de los fascismos.

- Hitler ordenó la ayuda alemana inmediata, que fue constante a lo largo de la contienda. Así, la flota
alemana bloqueó los puertos republicanos y se envió numeroso material militar como artillería,
tanques y equipos de transmisión. También se creó la Legión Cóndor, con voluntarios del ejército
alemán, pilotos, instructores, cazas, bombarderos y baterías antiaéreas. El coste total de la ayuda
alemana, unos 400 millones de dolares, se reembolsó en alimentos y materias primas hasta el final de la
II Guerra Mundial.

- La participación italiana fue más numerosa: intervinieron desde el principio en todas las acciones de
guerra. Los efectivos ( entre 50000 y 70000 soldados ) se agrupaban en el CTV o Corpo di Truppe
Voluntarie. A esto hay que añadir el soporte aéreo y naval.

- El régimen profascista portugués también prestó ayuda a los sublevados, facilitándoles las
comunicaciones por su territorio y el desembarco de suministros en sus puertos, además de contribuir
con unos 20000 voluntarios.

2. La ayuda a la República.

- La URSS fue el único país que, aunque había firmado el Tratado de No Intervención, ayudó con armas
y alimentos a la República, enviando aviones, carros de combate y abundante material bélico, además
de pilotos, instructores y técnicos. Esta ayuda permitió al gobierno republicano salvar Madrid en 1936
y luego lanzar una gran ofensiva en Teruel y el Ebro. Sin embargo, el cierre de la frontera francesa
inmovilizó buena parte de los envíos, que llegaban de forma discontinua.. La República pagó sus
compras con las reservas de oro del Banco de España ( unos 500 millones de dolares )

- De menor importancia cuantitativa, aunque de gran valor moral, miles de voluntarios de unos 50
países, de ideas democráticas y progresistas, lucharon contra el fascismo junto a la República,
agrupados en las Brigadas Internacionales. Unos 40000 brigadistas combatieron en España entre
noviembre de 1936 y diciembre de 1938 fecha en la que abandonaron España cumpliendo los acuerdos
del Comité de No Intervención.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA CIVIL.

La Guerra Civil dejó un país arrasado. De hecho, el Producto Interior Bruto de España retrocedió
veinticinco año y volvió a las cifras de 1914. Barcelona y Madrid estaban destruidas, las comunicaciones
interrumpidas y las posibilidades de recibir ayuda eran escasas. Al comienzo de la Segunda Guerra
Mundial se sumará la política autárquica del régimen. Son los años de la posguerra, el racionamiento y el
hambre, que se extenderán hasta 1951.

Consecuencias demográficas

Se han dado cifras muy dispares al cuantificar las pérdidas demográficas que causó el conflicto: los
muertos en el frente y por la represión en la guerra y en las posguerra, el hambre, las epidemias; la
reducción de la natalidad consiguiente...

Los cálculos más aceptados estiman en quinientos mil muertos, el coste demográfico de la guerra y la
posguerra.  A ello habría que añadir la cifra de no nacidos y la pérdida de población joven.

Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano. Ya durante el
conflicto, los "niños de la guerra" fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar
en enero y febrero de 1939, consecuencia de la conquista de Cataluña. En conjunto, se calcula que hubo
unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados. Aunque algunos fueron retornando durante la dictadura,
muchos no volvieron a España o esperaron a la muerte del dictador en 1975. Este exilio supuso una
importante pérdida demográfica para el país: una población joven y activa, que incluía a gran parte de
los sectores más preparados del país: las elites científicas, literarias y artísticas de la Edad de Plata.

Consecuencias económicas

La guerra fue una verdadera catástrofe económica. Un dato revela su magnitud: la renta nacional y per
cápita no recuperará el nivel de 1936 hasta la década de 1950. Estos fueron los principales elementos de
esa catástrofe económica:

 Destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una
economía básicamente agraria.

 Destrucción de viviendas, se calculan en unas doscientas cincuenta mil, comunicaciones,


infraestructuras...

 Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España, usadas
por el gobierno de la República para pagar la ayuda soviética.

Consecuencias sociales

El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte
de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se dio la pérdida de todos los
derechos adquiridos por los trabajadores.

Consecuencias morales

La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el
sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra.
El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su
origen bélico. Las heridas de la guerra civil perduraron durante decenios y la persecución y represión
de los vencidos por una rasgo clave del franquismo. 

APÉNDICE: EL DEBATE DE LAS PÉRDIDAS HUMANAS EN LA GUERRA CIVIL.

En cuanto a lo que se refiere a las pérdidas humanas el debate aún continúa:

Las estimaciones de Gabriel Jackson son las siguientes:

100000 - muertos en campos de batalla


l0000 - Incursiones aéreas
50000 - enfermedades y desnutrición durante la guerra
20000 - Represalias políticas en la zona republicana
200000 - Represalias nacionalistas durante la guerra.
200000 - Prisioneros republicanos muertos por ejecución en el período l939-l943. (aquí las cifras
oscilan entre las 50000 y las 200000 personas)

Algunos historiadores rebajan estas cifras y otros simplemente las redondean ( un millón de
muertos ). Pero el aspecto más polémico de los últimos años ha sido el de la represión en los dos bandos.
Hasta ahora se manejaban las cifras de Ricardo de la Cierva o de Ramón Salas Larrazábal, pero
recientes estudios que han coordinado investigaciones regionales, arrojan otros números1.

CIFRAS DE LA REPRESIÓN DURANTE LA GUERRA Y POSGUERRA CIVIL.

FUENTE REPRESIÓN FRANQUISTA REPRESIÓN REPUBLICANA


Propaganda franquista 470.000.-
Ricardo de la Cierva 8000.-
Ramón Salas Larrazábal 43313.- 64544.-
Gabriel Jackson 200000.- 20000.-
Francisco Moreno Gómez2 130000.- 3
50000.-
REPRESIÓN EN LOS ENCARCELAMIENTOS 
1939 750000 (1939)4
1940 280000 (1940)
EXILIO
1939 CASI 500.000.-5

Lo cierto es que la mítica cifra de “un millón de muertos”, que convino, durante décadas, a los dos
bandos, hoy en día podría estar en torno a los doscientos cincuenta o trescientos mil muertos, incluyendo
combates y represión.

1
Moreno Gómez, Francisco., El terrible secreto del franquismo., La Aventura de la Historia, Año I, número 3,
Madrid, 1999.
2
Los datos del estudio de Francisco Moreno se reducen al estudio parcial en quince provincias. En la mitad de las
provincias se conocen ya 72527 fusilamientos, lo que hace suponer que podamos hablar de unos 150.000
muertos. La represión republicana debió rondar los 40.000 muertos.
3
Unos 90.000.- durante la Guerra Civil y otros 40.000.- durante la posguerra. Todavía está sin cuantificar la
represión de la guerrilla y del personal civil por su supuesto apoyo a “los del monte”
4
Solo en unas quince cárceles se produjeron en la década de los cuarenta 4.296 fallecimientos.
5
Muchos españoles continuaron luchando en el ejército francés para acabar en campos de concentración nazis.
Así, solo en Mauthausen murieron 7000 exiliados republicanos.

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