trabajaba duramente todos los das de sol a sol. Un tarde al pasar por el puente que atravesaba el ro, el hacha que colgaba de su cinturn se precipit a las fras aguas del ro. Cuando el leador se dio cuenta exclam:
- Vaya contratiempo, cmo voy a cortar ahora
los enormes rboles del bosque? Antes de que sus palabras desparecieran en el viento, una joven ninfa emergi entre las aguas para decirle:
-No te preocupes buen hombre. Yo te devolver tu
hacha perdida. Acto seguido, se sumergi en las turbias aguas del ro, apareciendo con un hacha de oro entre las manos. El leador la rechaz al instante, ya que aquella no era su herramienta de trabajo. Nuevamente se hundi la ninfa en el ro y cuando reapareci, el hacha era de plata. -Te agradezco el ofrecimiento, pero tampoco es mi hacha. Volvi a sumergirse en el agua la ninfa y tras varios segundos reapareci con una vieja hacha de hierro. -Esa es mi querida hacha. Muchas gracias por recuperarla. -No tienes porque darlas. Ya que eres un leador honrado, puedes quedarte con las otras dos hachas como premio. MORALEJA Quien con la honradez no se aviene, pierde hasta lo que tiene