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rasan | NAW eV AVI U NO aC) EN EL «CUARTETO BRIDGEWATER»: ¢Fueron condenados a | : por un crimen que no cometieron? se HE a Viaje a lo més profundo del delito EL CRIMEN DEL VENDEDOR DE PERIODICOS 868-873 _w +L ASESINATO it ei i ere al somprender a unos ladrones. EN BUSCA DE PRUEBAS 876-879 oe OSACUSADS re icsenes tte ‘son arrestados ¥ acusados de asesinato. oo ar CUATRO HOMBRES a EN EL BANQUILLO — ALGO 82-887 A pesa de las endebes putas presenadss, os cuatro hombres son derados Exlpables 7 condenados LA SEMILLA DE LA DUDA 890-893 Un segundo crimen deja al desct- GONPROROSD Sere posi etn MIDI do error jul (GRY La susricia EN EL ld | BANQUILLO 89 MSEEEUE, Se tev6 a cabo una gran eampaia ccuarteto Bridgewater» para demostrar la inoceacia del EL CUARTETO DEL. CRIMEN 874-875 Tos sntecadentes personales de scuartctony de Hubert Spen cer, el otro sospechoso. {QUIEN BSTUVO EN LAGRANJA? 880-881 LARTER) nis sno aaa eS TE: pane aoe a LA BATALLA DE UNA MADRE, 1588-889 La incansable tucha de Ann ‘Whelan para probar la inocen cia de ou hijo y de los demas acusaces. Testo conresion FERIADS™ socgos PU) oo nc Seat SO roca ear ltr Join Daigo Drain Edit Miguel Ago LaretCo edo. Dine de Padi: Jot Mtoe, Dacln de Fanci: tue Oe, Diaein Ge Merkin on Since. Flees intmagesies: Eve Rabra adc jee: Fl co. Psat spain: Manos Muses, Fenda Pez Abellny Aden Goer ep de easel y proc ee Ao Tie Eulogy, Neves Herder Pr [Ein sun Coos Paver, Hla lez Sula Meas ilar So taoon, seceta de Redsostn: Pons Gone, Conejo Aes ero ores Duo ac Sisr Bat cle dal Ls Gating. Rule Ginee Pee ne epslgo Dav Js beret Forlra Jner Cuore oer) ‘hmos Wrongs). ‘Gatos Paeaqua Canasta ini fo ree ner igus naps eo hones 1 cl Coro Navona Poe. fl set eect Wao ge Scand “rd Elta se sana neo dec a psd vera on tareaao le bane [BS agentas eel meri, Pals +s raven: habia a ese de 3 ‘jonlrce SUMARIO DEL CAMEN. Conopurs Aerio mis poy seg. Stoipones rane tates owe Ene Tak EEA Lipecdeloy 141 26020 ti, Tet: 18 07 16 sual pra spe Mobis, Oi bua econ S.A. Cretan, kin 13.380. Vaio de Fone 20008 Mai Feacorgnin: Ch Foccarpasn S.A. Iie: Mats Crono ras Gass, 8A Imereo en esata. Pretedh Spa, Toate 84958525908 lor com). SBN: 6496852986, (secs. Dept pa N-27807 1880, (© ool Corea i, 1800. (© Gloves ca Dat, 19. ‘Setstn Sean, 3026012 Met Cade fasciculo de la coleccién le proporciona la vi- sin de un caso de asesinato. Reuniendo le serie completa de SUMARIO DEL CRIMEN tendré, ade- més, un conocimiento més profundo de este deli +0: pod juzgar todas ls similtudes y diferencias, examinar las pruebas y, sobre todo, sacar sus pro- pias conclusiones. Estaré mas cerca de compren- der lo incomprensible: cémo una persona puede llegar a matar. PLAN DE LA OBRA * 100 fasciculos de 32 paginas, més cubiertas. * 10 Tapas-Revistero. * 10 Indices. Uno para cada volumen. * Indice General con el faseiculo 100. EL CUNY a EVD Oe 1979 cuatro hombres fueron condenados por el asesinato de Carl Bridgewater. Sin embargo, serias dudas sobre el valor de las pruebas y un extrajio segundo asesinato anunciaban la posibilidad de que se hubiera cometido un tremendo error judicial. 19 SEP. 1978 2,60 p.m. Koger Bawards ve entrar con la granja Yew Tree a un turismo Vauxhall Viva de Color azul conducido por tin hombre uniformado 3,90 p.m. Mario Sabetta repara en tuna furgoneta azil aparcada en la carretera, erea d= la grania Yew Tree 4.00 pan. Gladys Jones vo una furgonsta azul aparcada en la granja Yew Tree 420 pam. Alguion cispara contra Carl Bridgewater en la grania Yew Tree 48 pam. Terence Phelps ve un coche azul Gon dos 0 res hombres dentro spatcado nla carretera, junto a la rane Yow Tree 8.90 pam. El doctor Angus Macdonald descubre el cuerpo 1,90 p.m. El superintendente general Robert Stewar lege @ la grania Yew Treo Carl Bridgewater recibié un disparo mortal cuando sorprendié a unos individios robando en una granja de Staffordshire. Los detectives asignados al caso no progresaron en la investigacién hasta que, dos meses mas tarde, se cometié un segundo robo en otra granja de las proximidades. (Carl Bridgewater slo le queds- ban tres periddicos por repartir. Era el mejor momento del reco- ido del joven repartidor. Ba la cuesta sin pedalear hasta el inmenso caserdin de a gran ja Yew Tree. Aquella tarde otofal del 19 de septiembre de 1978, Carl empen6 a traba- jar un poco més tarde que de costumbre por- que tuvo que ir al dentista, Como todos los dia, recogié los periddicos en el puesto de ‘prensa de Davies, cerea del centro de Word sley, una pequefia ciudad de West Midlands, ‘Bn su recorrido baca el oeste, atravesa- ba ellimite fronterizo de West Midlands y be aba hasta Staffordshire. Entcegaba la mayo- ria de los pedidos en ls elegantes calles que ‘alin de Lawnswood Road, una gran averi- da de las afueras de Wordsley. A las 4.15 de la tarde, Car le entreg6 personalmente cl peridico a una sefiora en Lawnswood Dri- ve, siguié su ronda pedaleando por Lawn- sswood Road. ‘Testigos disperses Tha en su bicicleta cuando le adelant6 un ve- Iiculo repleto de trabajadores de la compa fia del agua y uno de sus ocupantes le dio 4nimos. Después, bajé la colina en direc. a la gran situada entre a interseccion de Lawnswood Road y la A449, carretera que tune Wolverhampton con Kiddermister, y se ‘desvi por el camino que daba ala puerta tra sera del viejo caserén. La puerta principal Enla granja Yow Tree habian ocurtido co- sas inslitas antes tel asesinato. En no- viembre y diciembre de 1977 sus habitantes comenwaron a recibir lamadas anénimas, Eran lamadas braves (celgaban ‘en cuanto alguien cogia el eléfono),slen- ciosas y tenian lugar a hores tremenda- mente inoportunas. Las llamadas so ‘eanudaron tres semanas antes del ase- sinato. En abril, cinco meses antes del rimen, Fred Jones quardé 10 libras en el ajon su- prior derecho de una cémoda, En agos- daba a la carretera A449, pero aunca se usaba, ] muchacho conociaperfectamente a los cupsntes dela granja Yew Tree, Fred Jones y su hermana Mary Poole, Amos eran muy rmayores y, debido a su precario estado de salud, casi nunca salian de la propiedad. De hecho, Carl era uno de los pocos contactos, ‘que mantenfan con el mundo exterior. Habian aoordado que si la puerta trasera estaba abierta, como era habityal, el joven entrar a calregaries el periddico en mano. Siesta- be cerrada, muestra evidente de que los ancianos habiensalido, se limitaba a dejar la prensa en el bzén. Cuando dej6 la bicicleta ‘umbada en el suelo, frente ala puerta, eran aproximadamente las 4.20 del tarde. 1a policta precinié la ganja Yew Tree después de que el Dr. ‘Angus Macdonald (derecha) descubriora el cuerpo de Carl Bridgewater. EI doctor habia ido 2 visitar a Fred Jones ¥ 2 Mary Poole, ia pareja de ancianos ‘que vivia ali, pero sélo encontré al cuerpo sin vida del Cchiquillo, tambado en ‘el soll del cuarto de ‘estar. Cuando los duefios de Ia grania ‘egresaron tres horas nds tarde, hallaron el ‘camino de entrada Dloqueado por los ‘coches do la policia : Ta pareja estaba tan ‘afectada por lo ‘ecurrido que pass la noche en la casa del ‘Dr, Macdonald, LA CASA ENCANTADA : i i : ; : “ to, cuando necesité el dine 10, se dio cuenta de que habia deseparecido, Como no queria cus injustamente ala asisenta, dejo pe- ‘quofiascantidades do dinero por la casa para Yer qué ocuria, No sucedi6 absolu- famente nada. Al comenzar el mes de agosto, fue a visfax a unos primos a Bi mingham y dej6 una lave de a puerta tra- sera escondida bajo una teja de pizarra, (Cuando regres la lave no estaba en su sitioy habia otra diferente colocada en la ccerradura dela puerta del cuarto de esa, El hallazgo Una hora y cuarto después, hacia las 5.20, el Dr. Angus Maedonald pasé por la grania camino a su casa, Vivia en Prestwood, en tun casero, al otro lado de la carretera que pasaba por Yew Tree. Trabajaba en el hos- pital Wordsley y sali, siempre que podia, mantener un estrecho contacto con sus aera ed fae Mote vl arte poe Ja tarde, decidid pasar“arcomprobar emo ‘estaban los ancianos, Dejé el coche aparca- do y baj6 caminarido por el mismo sendero ppor el que habia pasado Carl Bridgewater ‘hacia mis o menos una hora. Al principio no noté nada extrafo, pero a medida que se EL BOY SCOUT ered BEE eet meet oar cogia la prer- Ee eect para el quio | | | | ‘Mario Sabettadeclaré en el uicio ‘que aproximadamente alas 3,30 de la tarde en que se cometié el asesinato, tba conduciendo por Lawnswood Road cuando vio una furgoneta de co- Jor azul aparcada en la carzetere. Al disminui a velocidad para adolantar- Ja, pado vor a dos hombres salir de la ‘parte trasere del vehiculo y crazar la a en direccién aun tezreno préximo ala granja Yew Tree. Sabetta comer- 16 que le habia parecido que uno de los dos hombres Vevaba una pistola. ‘Durante ura identficacién, cuatro meses més tarde, est testigo no reco- nocié aninguno de los individuos; sin ‘embargo, e dia del juicio indicé, por primera vez, que el hombre que leva: ba elarma podia ser Jimmy Robinson. Este testimonio podia haber sido refu- tado radicalmente sila defensa hubie- ra tenido en su poder declaraciones adicionales de Sabetta en las que afir- amaba haber visto los mismos dos su- jetos en un puente del ro Stour el4de septiembre. Nadie sugizié que Robin- sono Vincent Hickey hubieran estado fen dicho puente ese dia. Blincidente disminay6 notablemer- te la eredibilidad de la identiicacion de este testigo, pero labogado defen sor no pudo disponer de su deciare- cién durante el juci. 870 acercaba a a granja se iba sintendo més y ms intranquilo. La puerta estaba entorna- a, Este detalle, en si mismo, no era nada preocupante, ya que los viejecitos, ambos un poco sordos, solian dejar la puerta abierta durante el dia por sino ofan el timbre. Sin embargo, la puerta estaba forzada. La pin- ‘ura roa tena araiiazos, era como si hubie- an met algo entre la cerradura, que esta- baa colgando, y el marc. ‘cabeza descansaba sobre un cojn y del hom bro colgaba todavia la bolsa en la que leva- ba los periédics. De no ser por el aguiero de bala que tenia en la sien, podria parecer que estaba tranquilamente dormido, El doctor Macdonald tardé ain un par de segundos en convencerse de que el peque- ‘io estaba muerto; fue entonces cuando miré a su alrededor asustado y se fo en el caos ‘que reinaba en aquela habitacién. Desde Me inctino a pensar que 1 mévil tuvo que ver con que él [Carl Bridgewater] podia haber reconocido a su agresor [ROBERT STEWART, suporitenderta general eee] + ] Lo primero que pensé al entrar es que se habia cometido un robo, De hecho, en el interior de la casa encontt6 por todas par tes rastros que confrmaban su sospecta. Sin ‘embargo, ena granja Yew Tree habla suce ido algo realmente espantoso. ‘En a habitacién donde Fred Jones y Mary Poole pasaban la mayor parte de su tiempo, vio aun muchacho tumbado en un sof com- pletamente rodeado por un charco de san- igre. Los pies sobresalian igeramente, la donde estaba podia ver un montén de cajo- nes vacios y el contenido de un costurero cesparcido por el suelo. Con mucho cuidado de no tocar nada (y muy asustado con a idea Ge que el asesino siguera en la propiedad), se marché cortiendo a su casa y, desde alli, land a a policia de Kinver la comisaria mis, ‘cetcana, Luogo, volvi6 a la granja para encontrarse con elagente Michael Fallon, de Ja comisaria de Stalordshite. La investigacion policial ‘Tras comprobar, echando un répido vistaz0 al resto de la vivienda, que todas las habita- cones habfan sido objeto del mismo saqueo que el cuatto de estar, Fallon pti refuerzos. Als 7.30 de la tarde Lego a la gran Robert Stewart, superintendente general, para ponerse al mando de la mayor y mis incretble investigacién en la historia de la ‘pequetla hierza policial de Staffordshire. Los hechos parecéan estar claros: Carl Bridge- ‘water, un muchacho que jams habis hecho daft a nadie, habia sido asesinado por entro- rmeterse casualmente en un robo, Cuando Gladys Jones (izquierda), desde cuya ‘casa se divisa la granja Yew Tr00, ‘proporcioné Ja descripcion més exacta de cuantas 99 hicieron sobre el coche ‘quo permanocié aparcado aquella tarde irente a la escena del crimen. Fred Jones y su hermana volvieron a casa ‘ras dar un paseo por el campo, no tenlan Ja més minima idea de quién podéa haber cometido semejmte asesinato. Durante los dias que siguieron al robo, el sefior Jones proporciond una meticulosa des- cripcién de los objetos desaparecids, algu- nos de os cuales aparecieron desperdigados por los alrededores de la vivienda. Entre las antigiedades abendonadas durante la hui ‘se encontraban dos teteras; una de elas estaba en el huerto que habia junto ala puer~ tecila del jardin que daba ala puerta trase- 12, y la otra, de cobre macizo, fue hallada cerea del garaje. Esparcidos por el corral aparecieron cuatro objetos mis, Callején sin salida La policia también efectué una bisqueda exhaustiva de pistas entre los automovilis tas que’ pasaron aquella tarde por Lawn- ‘swood Road; sin embargo, alos pocos dias de lainvestigacin, se encontraron con que ‘no disponfan de un solo testigo que pudiera proporcionar una identificacién posiiva de ‘quign hubiera podido estar en la grania el 19 de septiembre. No obstante, varias perso- ‘as afirmaron haber visto vehicules diferen- {es entrando 0 saiendo de la propiedad. La més relevante de estas declaraciones result6 ser la de Gladys Jones, la cual vvia EL BOTIN DE 100 LIBRAS Beer orc semen abandonados en el exterior de la misma durante la huida (aquierda). Fred Jone oseoy sy ee cca callontacamas yuna tetera de cobro,d Pacer oe eerat Jes de chimenea y otto de cubiertos de Core omar ristal rosado y un soporte de ma poeta eee ‘iin el generoso edleulo aproximative del Pees ogee es renee buy tocar cet Pree acre arene CObeitr) eee Ses peg Envista dela cantidad de objetos roba- Cierra lcci Senet acid SOs Celene eee coer portado: poate Cerutresnosa “Ted fn Eras Sy, Webern ‘Dos semanas después del asesinato se eve a cabo la roconstniccidn de los Jhechos. Martin Flavell arriba), un compafiero del colegio de la victima, representé la ttima ronda de Carl ‘como repartidor de periédicos. ‘en una casita en lo més alto de la colina de Lawnswood Road. Conocia bien alos ancia= tos de Yew Tree y soit contemplarios cuan- do salian. Gladys declar6 a la potcia que el «da en que se cometis el asesinato, aprexi- ‘madamente a ls cuatro de la tarde, vio na furgoneta azul, con el porton trasero abier- { aparcada en I parte posterior de a gran Demaside lejos Segtin esta testigo, el vehiculo se marché media hora después. Ela mantuvo esta ecaracién intacta, de principio a fin, a cexcepcidn de un pequeto detalle: dijo que conocia aun visitante habital dela granja ue ‘también tenia una furgoneta Ford Cortina Es bien certo que distngur el color de dicho automévil desde aquella distancia era cosa ‘cil, pero apreciar desde lejos la marca y el ‘modelo parecia una proeza poco factible. az. TESTIGO Mey SILENCIOSO Fred Jones y Mary Poole, los propie- tarios de la granja Yew Tree, tonian un perro llamado Skip, Era un animal con- fiado y juguet6n, pero muy precavido ‘con los extraios. Siempre recibia alos ‘desconocios con ladridos muy escan- dalosos, fuertes y penetrates Iatarde del 19 de septiembre, antes Ge salir, el sefior Jones encemé aSkip en la cocina. Gladys Jor nes, que vivia cen un chalé con vistas ala gran, on loaltode a colina, sabia perfectamen- te que los ancianos iban a salir y que dejarin al pero en la casa, Cuando vio ‘un coche aru aparcado junto a gran- ja,nose alanmé precisamente porque ‘Skip no ladr6, Se imaginé que el perro ‘conoceria al conductor '¥no volvié @ pensar en el asunto. Cuando llegé el doctor Macdonald, el animal coriaI- ‘bremente por el coral del vehiculo fue conirmada por las numero sisimas declaraciones que fue recogiendo la polit ao largo de toda la investigacion. En. {otal fueron catorce ls testigos que arma ron haber visto un vehiculo de color aul, bien en la granja,o bien entrando o saliendo por el pequetio camino que conduefa hasta lla, Dos de los testigos estaban convenci- dos de que se trataba de un turismo Vaux- hall Viva. Uno de ellos, un directive llamado Roger Baiwards, especificé claramente que el ve- hiculo que vio desviarse hacia el sendero, aproximadamente 2 ls 2.50 de la tarde (hora y media antes del asesinato), era un tris ‘mo Vauxhal Viva de color azul conducido por un hombre uniformado. Sin embargo, tres de los citads testigos creyeron ver un tipo de furgoneta completamente diferente dela que otros dos identifcaron; y los siete res- tantes no estaban seguros. Pistas forenses Qué otras pruebas conser la poici en ‘esas semanas vitales posteriotes al asesina- 19? Las interminable investigaciones sobre turismos o furgonetas levadas a cabo hasta ahora resultaron servir de muy poco. Ade ice agrees aha rb Ia biequeda de pistas fue intense ‘pero infructuosa. Miontras so rastreaban Jos alrocedores de la crania (arriba), los hombres rana de Ja policia dragaban en vano los ccanales locales (abajo) en busca de Ja menor pista. ‘mis, los informes de lo forenses dela pol- revelaron que Carl murié 2 consecuen. de un solo disparo efectuado con una copeta, pero le dispararon desde tan cer ca que resultaba imposible saber si el can habia sido recortado, ‘Tras los interrogatorios des testigos que vieron gente en el interior de los vehfculos sospechosos, se reconstruyeron varios re- ron asaltados por dos hombres enmascars- dos, uno de los cuales Hevaba una escopeta de cafiones recortados. En un gesto de audacia, los ancianos inten- taron recur asus aaltantes, pero so con- siguieron ser tratados a empujones. Les centregaron sus pequefiosahorros y ls lado nes huyeron en un coche que aguardaba fe ra, Bsta ver, sin embargo, habia grandes Todos y cada uno de los agentes de policia implicados en la investigacién estan totalmente horrorizados por Ja perversidad y crueldad de este asesinato ‘ROBERT STEWART, superniendente tratos robots, pero tampoco resultaron ser uy tiles. También se evs a cabo una bis ‘queda exhaustiva de ls objetos robados que, Jiamentablemente, no condo 2 ninguna parte Sin embargo, lo que ms inquietaba a Ste- ward ya sus detectives era el motivo del er ‘men. ¢Por qué dispararia un ladrén contra tun chiguilo? ¢Actuara el asesinoo los ase- sinos de la misma forma en e futuro para evi- tar que les identifcaran? ;Era posible que, como airmaba la prensa, el asesino conocie- aa Carly tuviera que matarle para impedir que contara lo sucedido? Fueron pasando los meses y el prudente ‘optimismo con que el superintendente gene rel recbié a los periodistas en las primeras ruedas de prensa comenzé a desvanecerse. Poco después se suspencieron todas las centrevistas. Aparte de la seguridad de que al menos un vehicula de colo azul haba esta- do ena granja aquella tarde, de que elladrén o ladrones buscaban antigiiedades ¥ de que el arma homicida fue una escopeta de! cali bre 12, ainvestigacion poll no habia pro- _sresado mucho més a finales de noviembre de lo que lo habia hecho la tarde del crimen, La gran oportunidad El tiempo proporcioné la oportunidad que la polica estaba esperando, Se habia comet do un robo similar en una granja aislada a ‘menos de una hora de coche de Yew Tree. ‘Tres ancianos que vivian en la granja Cha- pel, en Romsley, cerca de Halesowen, fue- los padros de Carl, Brian y Janct Bridgewater (derecha), evitaron ‘cualquier implicacién en Ia controversia ‘quo 0 lovants en torno al caso durante Jos afios que siguieron a la muerte de at hijo. eral posibilidades de dar con los agresores. Un limpia-ventarizs vio el coche huyendo de la ‘sranja a toda velociiad y tomé el nimero de a matricul, Ahora, al menos, volvéana tener algo en Jo que basar la investigacién. La coinciden- cia entre los criminales se les hizo irresist- ble. Habéan actuado los mismos delincuen: tes enlos dos casos? Poco tiempo después, la policia ba a tener la ocasidn de averiguar lo gracias a los propios sospechosos. Berra Ataosnec) im 873 DEL CRIMEN |} BL CUARTETO| El «cuarteto Bridgewater» | siempre vivio al margen de la | sectedad, Pertenecian a una |} subcultura de desempleo, | alcoholismo y pequefios delitos en | 1a que las confrontaciones con la Ley estaban a la orden del dia. El | caso de Hubert | Spencer podria | parecer diferente, ya que daba la impresién de ser un ciudadano modélico, pero hasta él tuvo | problemas con la | | justicia en el pasado. ames «Jimmy» Robin- ‘son comenzé a robar siendo un chiquilo. A Jos 16 aos emigrd con su fami- lia a Australia y pas6 en prision casi la mitad de Ios 10 afios que ‘estuvo ali, debido a qe, después de cometer un robo, jamés borra- ba sus huells 874 A Sinalos de 1977 Michael y Vincent Hickey (arriba ¥ ‘derecha) comenzaron a trabalar juntos reparando techos. En noviembre, ‘convencieron a un cliente ‘para que les diera un anticipo de 150 libres por un teiado que iban a colocar en Rickmansworth. Nunca hicieron el trabajo. Sin ‘embargo, Vincent y otros tres Individuos volvieron a la casa ‘Poco tiempo después, esta vez ‘para robar dinero. Robinson volvié a West Mid- lands, se cas6, sent6 la cabeza y ‘mantuvo durante un tiempo un ‘abajo formal, hasta que en 1965 perdié el empleo y volvié a las andadas, En 1967 le sentencia- ron a ttes afios de pcsién por allanamiento de morada y duran- te la década de los 70 signi ade- Jante con su negocio: el robo. ‘Compafieros Patrick Molloy era el fel compa fiero de Robinson y como tal ‘comparta con él el gusto por fa Debida y la tendencia al delito. ‘Aunque era seis aos mayor que swamigo, Molloy parecia doblarle en edad, hasta tal punto que en ‘numerosas ocasiones le tomaron por su padre. ‘Nacid en Irland, Patrick fue tan pronto como se hizo adoles- conte, comonz6 a necositar y a buscar a su progeritor; quia por este motivo pasaba tanto tiempo con los amigos de Joe en pubs como «The Dog and Partridge, fen Selly Oak AA princpios de 1978, cuando tan s6io tenia 16 aios, Ie conde- naron por robo tras uno de sus trabajitos en un tejad. Su técni- ca era la siguiente: después de reparar un tejado,volvin ala casa ‘en la que habia estado trabajan do para robar lo que pudiers. Cuando en diciembre de ese mis- mo aio oy6 a Jimmy Robinson hablar de coger un arma y dar un ‘gran golpe, hizo todo lo posible Aungue Pat Molloy Gaquierda) habia sido cast toda su vide un criminal de ‘Poca monta, era también un ‘abil carpintero que podia § haberse ganado la vida honradamente. Habert ‘Spencer (abajo) de joven también estuvo preso por un delito de robo, pero en 1978 3 hacia ya 18 aos que no se ‘metia en lios. ‘miembro, durante una tempora- de rebabilitaciin especial por da, delas Fuerzas Aéreas Briti- robar un coche, ricas, pero abandoné répidamen- Consiguié un empleo de agen- te este modo de vida para te de ventas que le duré poco lanzarse de lleno al mundo del tiempo y desde 1975 trabaj6.con crimen. Durante la mayor parte su to, Joe Hickey, en un nego- de la década de los 70, los dos cio ambalante de instalacion y amigos se emborracharon yroba- _reparacién de tejados v techs. ron juntos en numerosas ocasio- Michael Hickey nacié en Bir- res, motivo por el que «Pats tivo mingham en 1962. Su madre, (que pasar largos perfodos en pr Ann Hornigold, provenia de una sion. Era un hombre tranquilo, prdspera familia de Norfolk deci Pasivo y sosegado, es decir, el cada a la reposteria. Conocié al ‘extremo opuesto de Robinson, que seria su marido, Joe Hickey, quien siempre destacaba por si cuando se marché a Birmingham voluble impetuosidad, para trabajar de recepcionista en - ‘elhotel New Street y poco des- La oveja negra pyés uvieron ua hijo, Sinembar- Vincent Hickey naciéen 1983, en 0, la relacién de la pareja fue el seno de una familia de clase casi siempre ineliz trabzjadora del sur de Birming- ham. Su padre, también mado -- Nefocios de Vincent, era un hombre duro y iceetead autoritario, lo cual contrastaba Michael quer tanto a sus padres singularmente con su propio his- que jamés pudo comprender por torial criminal. Su hijo tuvo pro- qué no se Hevaban bien, Cuando blemas con la Ley desde muy tenia tan sélo ocho aioe, a pareja, joven. Con tan s6lo 15 alos, por se separé y su madre se lo evs ejemplo, fue enviado aun centro a vivir con elaa Tamworth, Pero para que le dejaran tomar parte cn el asunto, Hubert Spencer, nacido en 1885, también fue un lacronzuelo en si junentd, los neve aos, el T= bbunal de Menores de Smethwick le conden por tres casos de dais premeditados. Un ato después camps un mes de sertenca en un hogar javerl por haber Hevado a cabo un robo de poca cuanta. Por timo, alos 25, tuvo que pagar 25 Tm de mula por un hurto de las mismas caraceristicas. Borrén y cuenta Sin embargo, en 1978, Spencer llevaba 20 aflos sin meterse en ios y se habia convertido en una persona respetable, Durante varios veranos habla organizado las cundrila de trabajadores de fa granja de Hubert Wilkes y, el resio del afo, se las ingeniaba para compaginar su trabajo dia- ro con un empleo por boras como camatero y con sus visitas en busca de antgtedades, espe- cialmente interesado por todo tipo de reojes. SSC Menos de un mes después del robo de la granja Chapel, cuatro hombres fueron arrestados en relacién con el caso Bridgewater. Dos meses mas tarde fueron acusados de asesinato. La policia basé el caso en una confesién firmada. 0s tres hombres que aseltaron la I ‘granja Chapel fueron Vincent Hic~ ‘key, de 25 ais; su primo Michael, de 16, y James Robinson, de 44. Este ai- smo era un delincuente reincidente que, tras, pasar la mayor parte de su vida en prisién, evaba, en 1978, una vida completamente ddominada por el alcohol y el mundo del cxi= ‘men, Los primos Hickey, por su parte, esta- 876 ban tremendamente infuenciados por Joe Hickey, padre de Michael y to de Vincent. Joe era toro un personaje entre los clientes el pub «The Dog and Partridge. La especialidad de Vincent era robar en les casas en las que habia estado previamente arreglando alin teiado. En el otofo de 1978, Ly su novia, Linda Galvin, estafaron 300 lias alos ancianos de la granja Chapel fin siendo ser carboneros y prometiendo un pre- cdo mejor por sus servicios siles pagaban por adclantado, La suma estafada said de un Dote repleto de dinero y Vincent comenzé 1 darle yucltas a la idea de enviar a alguien armado para amedrentar a los ancianos y robarles su pequeiio tesoro ‘Michael conocia a un individuo que tenis tun arma, El 24 de noviembre partcipé con Jimmy Robinson y otro hombre lamado John Burkett en un vilento atraco en un super- mercado de Castle Vale, deito por el que fueron juzgados mis tarde. Robinson iba enmascarado y llevaba una ‘escopeta de cafiones recortados con la que Aisparé por encima de la cabeza de un ate- morizado caero, mientras la banda hua con ‘elbotin. La cantidad robads fue insigifcan- te, pero la fuga sirvi6 para que el joven ‘Michael conociera mejor a Jinmy y se diera ‘cuenta de que el sendero del erimen propor- cionaba ganancias files. Fue € quien sug 16 a Vincent que Robinson era el hombre adecuado para ir con ellos ala grania Chapel. Atraco a mano armada 130 de noviembre, os Hickey recogieron «2 Robinson en el Austin 1.100 verde de Linda Galvin y se dirigieron hacia su objetivo. Una ‘vez ali, Vincent se queds en el coche mies ‘ras sus dos compatieros lamaron a la puer~ El equlpo de investigacion (qulerda) estaba dirigido por Robert Steward, del Departamento de Investigacion Criminal de Staffordshire, y por Harry Bailey, el ayudante del jefe de policia (Gpoyada en ia sila) ta, amenazaron alos ancianos y les obliga ron, tras una pequefa pelea y grandes abu- 305, a entregarles el dinero. Sin embargo, lafuga fue un desastre. Se separaron durante Inui y Vincent regresé al apartamento de su novia, pero a nadie se le ocurrié pensar que alguien podia haber visto el nimero de matricua del coche. AI da siguiente, cuan- do aparecis la polefa en casa de Linda, Vin- ‘cent apenas tuvo tiempo para escabullirse por una ventana trasera y correr a lugar seguro mientras a contestaba algunas pre- sguntas, Pero l sabia que el sistema ce habia pues- {0 en marcha, Si no se entregaba cuanto antes, la policfa empezaria a presionar a su, compaiera y a su hija Stephanie. Finalmen- te, decid plantear su tremendo dilema a la familia y charlar sobre ello durante el fn de semana, Los RETRATOS Pest eee Comorian crc. Perey rer: Tee erbectar et obs od Terenas Err Psecrrgr 5 robots (queria) qu ES es respon g cee! vidos para oc ene tn mictaims Peaches ee ornate NOV.-DIC. 1978 211-8 Michael Hickey y Jimmy Robinson, involucrados en tun robo én @) supermercado Tesco, Birmingham 0:11.78 Vincent, Michae! Hickey ¥ Jimmy Robinson roban en Ja granja Chapel 2/9-12-78 Los petiécives relacionan al robo de la granja Chapel con el de le arania Yow Troe 41278 Vincent Hickey 9 entrega a ls policia para confesar sobre el robo de Ja granja Chapel 61298 Anesto de Robinson 8:12.78 Anesto de Pat Malloy 8-12-28 Vincent Hickey «contiesee haber estado en lo qranja Yew Tree 10-12-78 Vincent Hickey eo retracta de su confesin inicial 11-12-78 Pat Molloy firma una cconfesicn, 2012-8 Arresio de Michael Hickey azz Timmy Robinson {fotografiado antes de su arresto Gequierda) y después por la policia, estando bajo custodia por (61 asesinato Bridgewater. Aunque adminis abiertamente estar involuerado on varios robos y diera detaladas descripciones de ellos, negé rotandamente que ‘uviera algo que ver con los hhechos de Ia granja Yow Treo, A pesar de los intorrogatorios a que se vio sometido, Jamas admitis haber ‘osiado all. LA * COARTADA Ap DEL CENICERO ‘Vincent y Michael Hickey declararon ‘en el juicio que habfan pasado gran parte delatarde enque se cometise] asesinato Bridgewater en el aparte ‘mento de Linda GaWin, la nova de Vi cent Hickey, Recordaban bien aquella, tarde porque él habia enviado a Step- ‘tanie, la hija de Linda, a comprar un cenicero de pie 2 una ferreterie cercana, ‘Linda, por su parte, se acordaba de Ja compra del cenicero, pero no esta- ba segura de situvo lugar la tarde de] crimen ol da siguiente, miércoles 20 de septiembre, (Cuando la polica fue ala tienda, des- ceubri6 que ésta cerraba todos los mist coles por la tarde, lo cual queria decir quo sella no se habfa confundido al declarar bajo juramento que el cenice- rose comps el marteso el miércoles pporla tarde, los Hickey no mentian:es- fuvieron en el citado apartamento el martes por la tarde. Durante el jicio, la acusaei6n no Tam6 a declarar ni a linda nia Stephanie. 878 Ellunes 4 de noviembre fue caminando con ss aboqado hasta la comisaria de Bromsero- ve. Estaba dispuesto, sihacta falta, a firmar ‘ura confi completa de cuanto sucedié en la granja Chapel Sin embargo, la policia no se conformaba con resolver un simple robo, querian saber- lo todo sobre lo acontecimientos de a granja Yew Tree. Poco tiempo después, Vincent tener algo que ver con el caso Bridgewater. Robinson fue arrestado y, desde el primer ‘momento hasta el final, negd rotundamente estar implicado, en mayor 0 menor medida, em los acontecimientos de la graa Yew Tree. En su confesin, Vincent también sugiris que el detenido tenfa un cdmplice, un irlan- és con los dientes muy feos», La policia no {ard6 en dentiicar al sujeto en cuestion. Se Daame una pistola y me dispararé yo mismo. Yo no maté a ese chiquillo. Dejadme en paz. No puedo soportarlo mas. Me estoy volviendo loco VINCENT HICKEY ccomens6 a hablar sobre el asesinato de Carl Bridgewater y sugiré que podia ayudar en Ja investigacién, pero que a cambio queria ‘una promesa de inmunidad o, al menos, de fianza para salir bien parado de su implica cin en el robo de la granja Chapel. ‘La police jo que estaba dispuesta a le- ‘gar aun acuerdo siempre y euando él pudie- 13 proporcionarinformacién sobre cl assina- to. Al fina, Vincent les guid hasta la casa de Jimmy Robinson, dejando caer que podia trataba de Pat Malloy, el inseparable com paero de Robinson. Molloy fue también arrestado, y cuando le preguntaron sobre el avesinato respondé que no sabia absoluts- mente nada sobre el tema, El cuarto hombre que Vincent menciond cen au larga conversacién sobre lo sucedido cen a granja Yew Tree fue su propio primo. ‘Condujo ala poicia al ugar en el que Michael podlia estar escondido, la casa de su abuels, pero el joven sabia que le buscaban y se mar- ché de Birmingham antes de que pudieran dar con su paradero. De momento, seguia cn libertad, Alo largo de los tediosos y pacientes inte- stogatorios que la policia de Staffordshire y la Brigada Criminal de West Midlands man- ‘uyieron con Hickey, las preguntas sobre el asesinato fueron siendo cada ver mas con- cretas. Al fina, el interrogado confesé, pero al momento se retracté de todo lo dicho y se nego a firmar una deciarac6n, Parecta que estaba jugando al raton y al gato, algunas ‘veces decia saberlo todo sobre el asesinato y otras, en cambio, negaba rotundamente {odo lo declarado hasta ol momento. En una cocasidn do que habian wtilzado dos vehicw- los para el robo de Yew Tree, una camione- ‘2 y uma furgoneta. 1a polcia estaba plenamente convencida de que Vincent sabia mas de lo que decia saber y sospechaba, inciso, que é! mismo estaba implicado en el crimen, asf que deci dieron confrontar sus declaraciones con el testimonio de Pat Molloy, quien estaba por fentonces contestando a unas preguntas en | comisaria de Wombourne. Después de ‘es das de intensos interrogatoris, el ilan- és seguia diciendo que no tenfa nada que vver con lo sucedido la tarde que mataron a Carl Bridgewater, pero cuando se enters de ‘que Vincent habia declarado que 6! era miem- bro de a banda que asesiné al pequefo, se puso furioso y se asusté de verdad. La confesién crucial A partir de aquel momento, su versién cam- bid, El 11 de diciembre accedié a declarar ante dos agentes de la Brigada Criminal de ‘West Midland. Esta declaracion, que ocupé cuatro paginas, todas ellas firmadas por ‘Malloy, vino a ser, mas o menos, una con fesion completa de su propia presencia en el escenario del crimen, ‘Segtin este testimonio, Robinson ylos Hic key fueron sus cémplices y juntos fueron a Ia granja en dos vehiculos, un turismo y una fargoneta. Cuando el nitio muri, él se ‘encontraba en el piso superior de a vivien da registrando unos cajones. Alo el dispa 10 baj corriendo y vio alchiquilo muerto en ‘elsofi ya Robinson con un arma ain calen- te en la mano. Vincent Hickey (equierda, con su novia, Linda Galvin) so entregé voluntariamente para evitar que la Policia presionara 2 Linda y a su Iie Stephanie, Durante los primeros interrogatories declaré que tenia informacion sobre el asesinato de la grania para oder nogociar. £1 pub «The Dog and Partridge («El perro y la perdi), en Selly Oak (derecha} Un cliente habitual, Dave Waller, reouerda quo Vincent y Michael Hickey estavieron alli la tarde del 19, de septiembre ‘celebrando el nacimiento de su hi. Esta confesion se convirté en la piedra angular de todo el aso y supuso un relevante complemento a las confusas deiaraciones de Vincent Hickey con respecto a varios deta- les erucales, como lo fue la airmacién de ‘que estaban implicadas cuatro personas o a descripciin de os vehfculos_utilizados. Tenian en sus manos a dos sujetos que narraban de forma parecda los acontecimien- tos que tuviron lugar enla grana Yew Tree cl dia del asosinato. Tres de los indviduos ‘mencionados en estas deciaraciones habian tomado parte en un atraco 2 mano armada fen otra granja, y sablan que Robinson y ‘Michael Hickey habian partcipado en el robo del supermercado «Tesco». Acusacién de asesinato La policia estaba segura de haber resuctto clcaso, aunque Robinson y Michael Hickey, capturado un par de semanas después, con ‘imran negando rotundamente haber estado alguna ver en la granja. Durante enero y febrero de 1979, Pat Malloy, Jimmy Robin son y los Hickey fueron acusados del asesi- nato de Carl Bridgewater. El caso se abrié €18 de octubre de ese mismo afo en el Tr: ‘bunal Criminal de Stafford. oe S 4 Hay que tener en cuenta que Se case “tan solo mueve de tos testigns ‘roporciraron un identfcacin esitiva de los sospechosos y del “vehicuo que conducan. 4 ‘Aunque habia cierto acuerdo color az de dicho ded ala granja una furgoneta Ford Cor- ‘tina de color azul, Sin embargo, deca quero exaba segura de 20 ‘nico que aseguraba haber visto Meme cL aun ndividuo que Hevaba pues ‘A WOLVERHAMPTON a ‘ en una sranja de la regién. Juntos, fueron hasta la sranja Yew Tree en dos vehiculos, una far- goneta Ford Cortina y una camioneta. EL smuckacho aparec6 justo cuando estaban des valjando la casa, y ellos, enloquecidos ¥ borrachos, no dudaron en matarie y salir huyendo con el botin. ‘in embargo, no habia pruebas forenses que avalaran esta tori. BI turismo, la fur- ‘gone y el ama homicid habian desapare- cdo, Por otra parte, en la granja se encon- taron huellas que no pertenecan a sus ‘ocupantes 0 los vsitantes habitules, pero tampoco pertenecan a nino dels acst- ‘dos. Las tnicas pruebas admisibles eran en su mayor parte meramente cicunstancles. Las principales pruebas eserimidas en con- trade Vincent Hickey eran sus propias decla- raciones a a poici. Cuando subié al esta: ddo no neg6 haber mencionado el asesinato Bridgewater por propia iniiativa, pero aclaré que pretendia ofrecer una informaci6n com. pletamente falsa a cambio de inmunidad o, al menos, una fianza razonable. Bl ratén y el gato Sabia, por la prensa y la televisién, que la policia esperaba poder encontrar alguna cconexién entre el asesinato Bridgewater y ‘el 00 de la granja Chapel dos meses des- pues, asi que deciis jugar al gato y al atén ‘con una informacion que no poset Aditi haber sido propitario de una fur- sgoneta Ford Cortina de color azul muy pare- cia a a doseritaen su econfesin», pero aii 1ié que se habia deshecho de ela mucho antes de las Navidades y que podia probar- lo, Se a habla vendido a un comerciante que se qued6 con algunas piezas y dejé el resto para el desguace. Todo esto se comprobs ¥ results ser completamente cierto. Durante todo el Juicio, Pat Molloy (abajo) ocap6 un asionto alejado del resto de los acusados. Su ‘contesién firmada Gocumento 84 de! jicio) no se podia ‘emplear como prueba contra nadie excepto contra si mismo, ‘pero proporciond da piedra angular alrededor de la ‘cual la acusacién reconstruy6 ‘confiadamente todo el caso. Durante fas cinco Somanas que duré el proceso, jimmy ‘Robinson (en la pagina de la ‘zquierde), Vincent y Michael Hickey (equierda) negaron ‘rolundamente todas las acusaciones, mientras que testigos se onecian voluntarioe para demostrar st ‘conexion con ol fruel azosinato do Ja grania Yew Tree. En respuesta a esto, la acusacin llama declarar a dos testigos que vivian cerca de Vincent cuando se cometié el asesinato ¥ stos afrmaron que habia tenido otra furgo- neta, una Cortina también de color azul, des- pués de vender la primera El tio de Vincent, Reg Hickey, cont6 ala sala que habia trabajado con su sobrino repa- +ando tejados en la zona de Wordsley, lo cual ‘puvo en entredicho una declaracién de Vin- ‘cent en a que afimaba no haber estado nun ‘ca poros alrededores de gran Yew Tree. Visita incriminatoria Una seftora que vivia cerca del apartament de Robinson, en Weoley Castle, Catherine Guy, bo que habia visto a Vincent pasar ante su ventana en diceocién al apartamento de Robinson. Este testimonio volvo a poner en. Jaque la crediblidad de Vincent. habia deta rado previamente que todavia no conocia a Robinson cuando se cometié el asesinato. Por timo, un preso lamado Bryant decta- x6 que en una ocasiGn, cuando estaban jun- tos en prisién, Vincent simulé coger una cescopeta justo del mismo modo en que sos tenia | arma un sujeto que fue visto cerca dela granja Yew Tree aproximadamente una hhora antes de que mataran al chiquilo. Ade DECLARA- CIONES «VELADAS» aboaad ieee eke cho a ee 6 proguntar por este detalle i Tas aceon ad coro ets: caer eres ecient era et Siete tre rcs Roederer Scan festaban soguros de que el valor dde sus coariadas asogurarfa su ‘absolucién. 5! fiscal jefe, Philip Cox (izauierdia), decidié, en el thio moment, no lamar 2 declarar ala novia de Vincent, Linda Galvin, por no cconsiderarla una stestigo cretbler. Se aces (erecta) os primos Hickey y © Jimmy Robinson | 3 3 a £ rms, un funcionario de la prisién, Michael Kelly, también dijo que Vincent Je habia comentado que sufiateribles pesadils. Se ssupone que sus palabras exactas fueron: «Sign viendo la cara del peque'io.» Por otra parte, tres testigos habianiden- tiicado a Jimmy Robinson, pero ninguno de clos le setialé cuando le tuvo delante durante Ja prueba de reconocimiento polcal. Estas tres personas fueron Wendy Stagg, Mario Sabetta, quien eijo que creia que el deteni- ‘do se parecia al hombre que vio fuera de la _gronja una hora antes del crimen, y Teren- ‘ce Madeley, para 6! Robinson podia ser uno de los hombres que vio salir de Yew Tree. Wendy Stagg, I testigo ocular ms con- ‘rncente, Sabetta y Madeley proporcionaron tuna detallada descripein grafica del pelo de Jimmy Robinson, Este dato es fundamental, porque cuando se cometié el asesinato el acusado se habia afeitado la cabeza por una puesta. La escopeta de cafiones recortados Cuando le arrestaron, Robinson reconocié que tenfa una escopeta de cafiones recarta- dos y condujo a a polica hasta donde la guar~ aba, pensando, erréneamente, que los expertos serian capaces de asegurarinme- diatamente que aquélla no era el arma con Jn que mataron a Carl Bridgewater. Pero no pudieron. Las escopetas carecen de las cestrias necesaras para determinar con exac titud si un disparo ha sido efectuado por un arma en concreto. No obstante, lo que sf pudieronafirmar sin lugar dudas es que los cartuchos encontrados con Ja escopeta del acusado no eran del mismo tipo que el dis- parado en la granja Yew Tree. Helen Johnston, una camarera, dijo en el juicio que habia otfo a Robinson y a Molloy hablando sobre el erimen «unas dos sem- nas después del asesinato». Segin Helen, tino le dio al otzo: «Di que la escopeta se ispar6 accidentalmente.» Ante esta deci. +acién la respuesta de Robinson no se hizo esperar, dos semanas después de los acon- tecimiontos dela granja él se encontraba en prision por haber cometido otro robo. Los tunicos dias que pola haber estado en el pub ‘Dog and Partridge» estando Helen traba- jando all fueron el da siguiente al asesinato (se comprobé que dicho da estuvo en Tam worth), o bien a partir del 23 de octubre, fecha en que salié de la citcel, es decir, cin- co semanas después del crimen del que se le acusaba, ‘Dos presos con condenas de larga‘ dura- con y un reincidente djeron al jurado que, cestando en prisién, Robinson les habia con- tado algunas cosas que podian considerar~ se wconfesiones». Pero la tnica confesién directa fue la que supuestamente protago- 1ia6 Mervyn «Tex» Riter, quien impresio- 16 notablemente a os miembros del jurado cuando presté juramento sobre el Antiguo ‘Testamento. De palabra labia pocas pruebas contra Michael Hickey. Eltestigo mis importante de la acusaciin era Brian Sinton, un estafador de poca monta de Barnsley, quien declaré que Michoelle habia cconfesado toda la verdad en las duchas de 835 ‘la novia de Jimmy Robinson, Carol Bradbury (arriba), no fue lam: testificar en su dofensa porque sus rimeras declaraciones fueron contradictoras. la prisign de Winson Green. Kelly, un fun- nario de dicha penitenciarla, aseguré que cl acusado Ie habia confesado que «Robin- son maté al nfo». Un amigo de Hickey, ‘Michzel Lee, cont6 que durante una conver sac 6] dej6 caer que su padre y 6 to esta. ban «deshaciéndoe de Ia mercancia de la granja». Por iltimo, un taxista declaré que “Michael habia intentado preparar una coar- tada para la noche del erimen, inventando su estancia en el (a Estos testimonios componian fa suma total e Jas pruebas esgrimidas contra Michael Hickey. En su mayoria son conversaciones ‘que supuestamente mantuvo después del asesinato, Ninguna de ollas, excepto ia pre ‘sunta confesion a Sinton, le impiicaban dnec- tamente en la muerte de Carl Bridgewater. ‘Michael negé rotundamente todas elas y si madre ech por tierra el iltimo testimonio, ‘ya que fue testigo presencial de la conver in con el taxista ichael, Vincent y Jimmy Robinson apor~ {acon gran cantidad de pruebas en su defen ‘2 y proclamaron indignados su inocenesa ret ‘yotra vez. El mativo por el que, segsin dij- mos anteriormente, la acusacién parecia po- co consistente es que los dos fectores fun- damentales que convencieron a la polica de ‘que los cuatro hombres eran culpables no pu- exon demostrase en el juicio TE primero de estos factores fue la coine- dencia entre el robo de la grania Chapel y ‘el de Yew Tree. Al comenzar el juicio, et juea, sefor Drake, dejé bien claro que cual- auier referencia al caso Chapel prejuzgaria indebidamente a los acusados. EI segundo factor giraba en torno al caso ‘como una sombra. Se tataba del documento 1.2 54, fa confesiin en la que el propio Pat “Molloy mencionaba a sus compaferos, Sern Con sus palabras ximbombantes, su jerga legal y los ingeniosos argumentos que han utilizado no han conseguido sino obcecarse y seguir equivocados IMM ROBINSON, sobre su conde las leyes britnicas, la confesion de un m= pice cuando no esti apoyada por datos obje- tivos no puede ser uilizade contra otras per- sonas involucredas con 6 en un mismo delto, Siendo esto asi, la confesién de Molloy slo serviria como prueba contra sf mismo, nun- ca contra el resto de los acusados. Este era un hecho legal, pero en realidad, desde que los miembros del jurado vieron Ja confesn, la tuvieron bien presente duran te todo el proceso. Segin este documento, ‘cuando el chiguilo muri, Molloy se encon- traba en el piso de arriba mientras que Robin- son y os Hickey estuvieron en todo momen- to.en el piso inferior: cuando ay6 el disparo yy baj6 al salén, enconte6 a sus compafieros, alrededor del arma atin caliente y al peaue- fio muerto en el sofa. ese a que eljuez Tecordaba a menudo al jurado que no debian considerar esta deci. racién como prueba contra los dems, en la prictica resultaba imposible no hacerlo. No se podé esperar que ignoraran el hecho fu- damental €e que para delatar la presencia del resto de los aeusados en la granja, Molloy habia tenido que reconocer su participacin en los bechos. La viltima esperanza 2Qué iba hacer Molloy? zDesmentnfa su confesiin? Explicarfa por qué Ia habia hecho, caso de ser falsa? Tanto la acusacin como Michael, Vincent y Robinson tuvieron 17 lias para presentar sus argumentos. Des- Pauline Molloy y Doreen Robinson (arriba) saliendo del Tribunal Criminal de Stafford durante ol juicio de sus maridos. EL ALLEGRO COLOR GRANATE ‘Wendy Stagg, la profesora que no re- ccongcig a Jimmy Robinson durante a rueda de identiicacion poli, sino untiompo después declaréantelapo- lcia que latade de los hechos vio wna fuagoneta aml dando marcha ads por eleamino de entrada la grana hasta Jncarotea. A continuacion, apareci6 un vehicuo de color aranate, an Alle- grooun Maxi, ysedetuvojuntoa ela. Un sujet, probablemente ede ia fur goneta, estuvo un rato hablando con aay eternal gin Wendy, er, Jimmy Robinson, Sn embargo, ay gue decir que amsse enconté el vehicu- Jo color grarate y que aunque la pol- ia tom declarecin a7 fen ninguno de esos testimonios se menciona el menor detall sobre un coche de estas caractersticas. uss, la sala vivié el momento mis dramti- ‘0 de todo el proceso. join Gorman, e abo- ‘ado de Malloy, se puso en pe y dijo en tono solemne: «Seforia, no haremes ninguna deck racin sobre la conducta de Patrik: Melk.» Molloy se habla declarado previamente ‘nocente de a acusacon de asesinato alegan- do que él no estuvo en la grana. Sin embar- 40, ahora no queria negar 0, a menos, exp cat su propia confesién con respecto a st presencia alli. Es importante destacar que, aparte de la ‘dudosa memoria de Helen Johnston, la cama- zera que afirmé haber escuchado ‘na con- versacion sobre el crimen entre Molloy 7 Robinson, no habia ni una sola prueba de que el primero hubiera estado en la grana. Sin embargo, habia admitido por su propia volun- tad haber estado ally haber paricpado en un Vaunal Viva azul, en di perce 250 de latarde, vesta un ui Pee te Pokercast to fue de granrel coer eee ee eat Eva vane llev6a cabo un exp Soeeeert Peepers yy: Ann Hickey y Ann Whelan (arriba) ‘manifesténdose frente al Tribunal Criminal de Stafford. El asesinato de Wilkes las animé a sequir luchando. ‘minal de Stafford, ante el que Hubert Spen- ‘cor comparecié, acusado de asesinato, en jnio de ese mismo afio, Aun asf, no duds ron un momento en declararle culpable. Fue condenado a cadena perpetus ‘Tan pronto como se enter6 de este ase- sinato, Ann Whelan, la made de Michael Hickey, empezs a encontrar mumerosas coincidencias con el caso Bridgewater y ‘escribié wna carta al superintendente gene- Stewart en la que trataba de lamar la atencién sobre tal descubrimiento, Macabras coincidencias Poco tempo después, sus abogados recbie- ron varias cartas del fiscal general del Bsta- do ens que se incian numerosos documen- tos y declaraciones recogidas antes dl jicio contralos cuatro acusados de Stafford. Estos documentos sefalban una serie de macabras coincidencias que relacionaban dizectamente 1 Spencer oon la granja Yew Tree: + Roger Edwards habia visto un coche ‘Vauxhall Viva de color azul entrando en la «anja media hora antes del crimen. El con- ductor era un hombre que vestia de unifor- me. La policia buse6 por todas partes a un ‘ndividuo uniformado que tuviera un vehicu- lo de tales caracteristicas y s6lo encontra- ron a uno en toda la zona. Su nombre era Hubert Spencer, ‘* Este hombre conocia Yew Tree perfec: tamente, Sola vistar a los ancianos y tenia, ‘30 permiso para cazar en las tierras de la sania. Eran expertotirador y posefa su pro- pia escopeta ‘© Spencer comerciaba con antiguedades Hacfa ya tiempo tuvo una tienda en Word- sley y ain, en sus rstos libres, seguia ven- ciendo y comprando antiguedades. "© Conocia a Carl Bridgewater. De 1970 1975, Hubert y su nnujer vivieron en el rnimero 25 de Ascot Gardens, en Wordsley. Los Bridgewater vivian en el niémero 21 y 1a hija de los Spencer soli ir al colegio con Car, + Dos dias después del asesinato la poli- cha interrogs a Spencer y éste declard que e119 de septiembre de 1978 estuvo todo el «dia en el hospital. El principal testigo de su courtada, su secretaria, Barbara Riebold, vii a pocos metros de su casa, en Kings- ‘winford. Sin embargo, olvidé mencionar este equeti detalle ala policia. Tampoco ls dijo ‘que conocia a Carl y que frecuentaba la granja Yew Tree, iat entre ‘© B116 de noviembre de 1978 fue inte- rogado de nuevo, esta vez por dos detectt- vves mis expertos. Dicho interrogatorio revela que los agentes pensaban que pot ser sospechoso del asesinato y que legaron inchso a advertile:«Volveremas a vernos. ‘Aquel mismo dia, Barbaia Riebold declaré que Spencer estuvo con ela en el hospital toda la tarde del 19 de septiembre. ‘+ Unimes después del asesinato, e123 de octubre, Hubert y su familia Hevaron un ‘pedazo de cartulina ala comisaria de Smeth- ambulancia, acudié ala gran Holloway House en ‘respuesta a una (con dla tase do 1 ventanilla del Fomor i potta Engrs leeocona BaTomen ‘Spencer (arriba), preso por el asesinato de Hubert Wilkes, negé cconstantemente tener algo que ver con los sucesos de la grania Yew Tree. Wick, En él habia escrito algo quc hacia refe- rencia a Carl Bridgewater, Spencer dio que se le habia encontrado. ‘Todas estas coincidencias reforzaron la determinacin de Ann Whelan de seguir ae- lente con la campatia para limpiar el buen nombre de ou hij. LAS Oley FICHAS DE “2455 ASISTENCIA DESPARECIDAS Todesles documentos que pon haber probado que Hubert Spencer n0 twvo nada que ver con el asesinato desapare: cieron misteriosamente. Durante el ti po quetabaj como ete deambulancias ‘nel hort Corbet tenia que elenar ‘odaslas ads una ica por cada serv: cio de asistencia aun paciente, Cuando 1a polisa buso6 estos documentos en 1880, se encontrS con que, aunque le mayoriade as chase 197 esaban en el archivo, las de 1978, incuidas as del cia del asesinato,habiandesaparecido Silas corespondieiesal ia decries Jubieran estado ali, habrianaveriguado ‘épidament si Spencer estaba rellenan- do forularos en el momento que dsp ‘avon contra Cat! Bridgewater enlagran- ja Yen Tree g93 Deere eo pusieron de relieve el hecho MME Oe won Preterm eee Cnr conc nyc as confesiones fueron I cl pilar del caso contra los cuatro hombres ‘acusados del asesinato de Carl ‘Bridgewater. En primer higar, la de Vincent Hickey cuando se fentregé voluntariamente en la comisaria de Bromsgrove. Y des- pués, claro esté, la de Pat ‘Molloy. Ambos. reconocieron posteriormente que sus confesio- nes eran completamente falsas. Vincent, por ejemplo, aseguré que fing tener informacion sobre el crimen para conseguir a ‘cambio la fanza por el robo dela sranja Chapel. Por otra parte, la confesion fr ‘mada por Molloy, que fue con ‘mucho la prueba més importan- te de todo al proceso, jams se confirms. Molloy se sometié a ‘una identicacion ante los ocho testigos que vieron vehiculos ‘entrando o saliendo de la granja latarde de los hechos, pero nin- ‘guno de ellos le reconccis. Prueba insuficiente parte de la polémica conversa- cddn sobre el asesinato que ssupuestamente mantuvo con Robinson en el «Dog and Partrid- ge» dos semanas después de los Ihechos, no existia ninguna otra prueba que demostrara que ‘Molloy estuvo en la gran. Segin I legislacén inglesa, un ‘acusado puede set condenado por su propia confesién aunque cho testimonio no esté apoya- tm do por otras pruebas. Otros sis temas legisativos (ei de Esoocia, or ejemplo) zequieren que cxal- ‘quier confesin esté minimamen- te corroborada antes de conde- nar a nadie, ara mauchos observadores esta exigencia puede parecer innecesara. Después de todo, por qué iba a confesar alien algo que no ha hecho? Esta obi cin es mayor cuando el crimen aconfesares mis grave, Es post ble imaginar ura confesin frvo- Ja en casos de poca trascenden- ia, pero, zquién mentira en la confesion de un crimen tan bru- tal como el asesinato de Cart Bridgewater? Casos recientes han demostra- , sin embargo, que este tipo de ‘ras Jos disturbios de ‘Tottenham on 1985 (arriba), unas confesiones sin ‘corroborar motivaron el que tes hombres fueran condenados por el asesinato del agente do policia Keith Blakelock. confesiones falsas son bastante frecuentes incluso en los crime- ‘nes mis espantosos. Durante las investigaciones que se efectua- ron en 1985 tras los hechos ocu- ridos en la granja Broadwater, al norte de Londres, la polcéa arrest6 aun jovende coor lama- do Howard Kerr y le mantuvo dos dias bajo custodia sin permi- tice ver a sus amigos, familia 0 abogados. En ese tiempo firms ‘una confesién nada menos que de 35 piginas, en la que admitia Guilford, se slegaron fas mismas encuentran bajo custodia admitir Blakelock en la granja Broadwa- raenes, Las custo personas acl- crimenes que jams cometieron. ter, los cuatro implicados en el ssadas de la masacre en 197 fir- A pesar de esto, sigue habiendo caso de la mba que hizo explo- ‘meron tna confesin del cmen y, muchas personas que estin cum- sion en el pub de Birmingham y ‘a pesar de no haber ninguna otra pliendo condenas de cadena per- muchos otros, quizi men0s cono- prueba, los condenaron a todos, pelus enase, fica y exclusiva- cidos, han estado o siguen tras Quince afios més tarde, cwan- mente, a unas confesiones que las rejas por unas confesiones do se demostré que habian ocul- jams se comprobaron. ‘ue hicieron bajo presién, que no fado sus coartades, fueron pues- Los tres hombres condenados se corroboraron y elas que més. tos en libertad, A pesarde haber por elasesinato del agente Keith tarde se retractaron. ‘admitid su culpatildad, eos 20 pusieron la bora En octubre de 197% cinco peroras Severos “Tesutado de la intervogatorion —_qdiuatsue Los custo expkaron poateir- Pomba del IR ono abe ete ere a Cambie htomgnin qeter culated aba) Siavncontninslptc tots Roo demi berer iba ana Sain pc epeetee eee ig oo bchon ol tn co “send bdo Creitny penibn qv ycen reer 8 emer Sets ‘Como complemento a este ale- — Senin | eee del hospital Guy's, expuso una anu s. Gerard larga tesis sobre las confesiones, Conlon (derecha), aigepanenyenend ee eee a ches pala prsom eue ‘su participacién en los hechos, ‘adem de proporciar los nom bres de otros jovenes que esti vyeron ali con él. Muchos de estos muchachos fueron arrestados, acusados y condenados. Sin embargo, Howard consiguié probar que quella noche no estuvo en Tot- tenham sino en Slough y al final Je pusieron en libertad. Asustado Kerr confesé en parte porque estaba asustato y desorientado, yen parte (garadicamente) por «que sabia que erainocente y que posta probaro cuando la pola le dejara en libertad En um caso mucho més inpo- tante, ede la bomba det pab Saneaton ison: Ai PATophe Durante los afios ochenta, se Hevé a cabo una enorme campaiia para probar la inocencia del «euarteto Bridgewater». Fracasé ‘a pesar de las innumerables pruebas presentadas, pero dejé tras de si gran cantidad de inquietantes preguntas sin contestar. JUN. 81-JUN. 89 17-181 Michael Hickey toma el sero do la verdad 18181, Vincent Hickey toma l suero de la vordad. 12681 Muere Pat Molloy 282.63 Michael y Vincent Hickey comienzan una protesta de 22 dias en el teiado do la prison de Long Lartin 2411-83 Michael Hickey protagoniza una protesta en ‘al tejado de le prisién do Gartree que duraré & dias Sept. 67 Brian Sinton edmite quo cus declaraciones a la palicia, fen 1919 fueron faleas ic. 88 El caso Bridgewater va al ‘Triounal de Apelaciones Jun. 89 La apslacion es rechazada sao inode rm Whe FE resi sr cia verte etn he re User Pat Moly. a te ara el fico, Smt cay bcs er i pd erin sop deem sti der cn nos oso. Soar ex onus ge agus ic Hin feel publ por oper eres cm copie terran oc Eb anonn dea on Whe sry Tne Apacs en fe cups mcoubaca enum me de isnt ci. dents ey cana conpltente on vert dee my Robin tao Cav a, De hecho, expla, decks amotio pcos may Stent elas con Vinca sky po per dite natant (Baziba, de inquierda 2 dorocha) Brian Sinton, quien 90 retracts de su testimonio inicial: Jim Nichol, ol Abogado da Michael Hickey; Paul Foot, ‘jutor de «Murder at the Farm (GeAsosinato en la granjay), y Ann Whelan Durante el uci, sus abogados le aconse- jaron que no testifieara y que no negara 0 rmodiicara si confesin, ya que de este mado conseguir una condena por homicidi invo- antazio y una sentenca elativamente breve. Si, pore contrario, negaba su declaracionor- ‘ial, perdera credibilidad ante el jurado y le ‘condenarian, coma asus compaieros, @ unos 25 afios. Molloy, por supuesto, eli la pi mera opeién, pero cuando vio lo que habia perjudicado a su amigo Robinson y al resto de los acusadce, satis remordinientos y deck id contar toda fa verdad La muerte de Molloy Pero su relto jamds se Bev6 ante un trae nal. En junio de 1981 sufré un ataque car aco mientras jgaba al ithol en el patio de la pris, y muri casi instanténeamente, A partir de entonces, su vers de los hechos Slo podrfa leerse en un montén de since: 3s cartas y en sus declaraciones alos abo- aos y al Tribunal de Apelaciones. En diciembre de 1981 el ctado Tribunal se rounié con el fin de escuchar la sobcitud de spelacdn cursada por los dems condenados. Sin embargo, la vista duré tan sdlo un dia y tres juoces, encahezads por el presidente del ‘Tebunal Supremo, denegaron tal peticién. Ann Whelan estaba sola, peto seguia Sinton cont6 lo sucedido en una rueda de prensa Et hecho de que Sinton se retractara publ camente obligé al Ministerio del Interior 2 tomar una decsién, Bn octubre de ese mis- smo ao, el ministro Douglas Hurd volvié a enviar el caso al Tribunal de Apelacones. Bsta ver la vista duré siete semanas, deste iiem- bre hasta enero de 1989; aun as, el veredic tonoestuvo terminad hasta el mes de mar- La conversacién que, segin dije en el juzgado, mantuve con Michael [Hickey] en las duchas de la prision, nunca tuvo lugar... S6 que pasaré mucho tiempo antes de que me perdone BRIAN SINTON, rstgo de cargo ‘empefada en conseguir eu propésito: entre vistar a todos los testigos polémicos dl jui- io para comprobar, defiitivamente, si era posible acarar el caso. Entre 1981 y 1987 los que fueron clave de a acusacion es decir, aquellos que con sus deciaraciones habian ayudedo a condonar al wuarteto Bridgewa- tem, reconoceron, a instancias de Ann, que sus testimonios eran totalmente falss. ‘Ademis, en 1983, un preso llamado “Michail Ishmael revel6 que Hubert Spencer le habia confesado haber matado al pequefo Carl, A raiz de esta informacién, el Ministe- flo del Interior abri6 na investigaion secre ta en la que modiaba la recomendacion expresa de no tomar medidas al respecto. ‘Un ato mas tarde, um agente especial esribié una carta al polcia de Staffs en la ‘que contaba que Hubert Spencer le habia ‘mostrado un arma que sola evar en e male tero de su coche. Este incidente mativé el ‘que se abriera de nuevo una extensa inves tigacién polcial en la que recomenciba, una vez mis, no tomar ninguna medica. La clave fundamental Enelotofio de 1987 Ann Whelan dio con el paradero de Brian Sinton, el testigo funda- ‘mental de la acusacién contra Michael Hic key. Sinton admits que la declaracin en la ‘que afirmaba que éste le confesd fa culpabi- lidad en las duchas de la prision era comple tamente fala, y explié que accedié a decla- rar porque esperaba conseguir un trato favorable en a cércely porque tenia tan ast rida la culpabiidad de los acusados que pen- 6 que lo que dijera no supondca un cambio fundamental en el veredicto. En 1987 Brian 0, Con una. duraciin mayor que el juio orignal a apelaion se desaralé bajo unas circunstancis completamente diferentes, Jimmy Robinson, pr ejemplo, habia det radon aici que Molloy y lhablanpasa- doa tarde de aesinatoen la casa de Carol. Bradbury, su novia, pero made respalde su dedaracén. En la apelacén sin embargo, Ia hija de Carol Bradbury, Tracey, testis «que recordaba perfectamente aquela tarde CARTA DE INDIGNACION ‘Un da después de ser sentenciado a ‘8 aios de prisin Jimmy Robinson es- cxibia a Carol Bredbury: ‘El juez puede agobiarme, pero nun cc conseguiré doblegarme porque sé que pese a toda su sabidursa y a todo el poder del sistema legal que le res- palda, esté equivocedo, eriblemente equivocado,y que hay algo enlo que, ‘como sucede a menudo, el procedi- riento e sistema legal han funciona: do drésticamente mal. No puedo darte cesperanuas, yaque yo tampocolasten- go, pero el saber que soy inocente y ‘que me han condenado injusarente ‘hace que me recree con el morboso ‘convencimiento de que con sus pala ‘bras rimbombantes, su erga legal ylos ‘ngeniosos argumentos que han ut ‘ado no han conseguido sino obcecar- se y seguir equivocados.» porque su madre habia salido del hospital por Ja mattana. Jimmy y Pat estuvieron toda la tarde en su casa Por otra parte, se demostré que «Tex» Ritter habia mentido instinivamente duran- te toda su vida; un psiguiatra le describio Helen Johnston (Gequierda) afirms fen el juicio que abla ofdo @ Robinson y ‘Molloy hablar sobre st! ‘implicacién en el ‘asesinato Bridgewater. En 1986 96 rotracté de todo Jo que habia declarado durante una aparicién on el ‘canal nacional de television. Sin ‘embargo, cuando Ia policta le ‘Pregunt6 por su zuova version, volvié a cambiar de opinion y se ‘mantuvo firme en su declaracion ‘original. Como restilado de todo ‘esto, su testimonio fue rechasado y tachado de «10 crefilen durante LA CAMPANA PROTESTA DESDE EL TEJADO 3124 de noviembre do 1983 (ocho meses después de habe levado acabo con sa mo Vincent —arriba— una protest de 22 dbs encaramados al tejado de la prisén ‘ong Lattin, Michae! Hickey se puso cinco jersts dos pares de calzoncls large, tres ‘ates de pantalones y cut pares de cal ‘cetnes, v8 subi al ead dela prisin Ca ‘199, ceca de Leicester. Levaba consigo tna sdbanaenlaque labia esrito con tas bien visible SPENCER MATO & CARL, NO- ‘SOTROS SOMOS INOCENTES. Permanecis all durante nada menos que 88 dias, prot ‘gonzando asia protesta més duradera de ‘uanfas se habian realizado sobre ol tjado “eat tee econ lappy con el apoyo y colaboracin del reso de os presos, quienes se lasingeniban pare proporconatle cast aslasnockes una coma caliente y plas px 1a una reo, Se consyé una especie de Telus, jade de sus propos excremetos, ‘ara protegerse contra el vento y el to. EXhecho de que tant tiempo después de su condena siguerareivindicando su ino- cenciay protestando con tanto vigor, pro- aonb ua mena uid aus Si embargo, el precio qua Hickey uve que ‘ator elo fe may ao, Cuando bas Gel ‘e)ado, tivo que pasar un largo perodo in- ‘comunicado, después de aquello, su salud comers a deterirarse veriginosamen, Envista de un notable rastorno mental, fue ‘enviado a Park Lane, una insituciOn psiquid- ‘como «mentiroso patoligico». En una oca- sidn, cuando un polici le pregunté por qué ‘mentia tanto, respond: «Me invento una smentira por minuto.» ‘También se aportaron pruebas de la pri sion de Winson Green que demostraban que Ritter habia sido trasladado al pabellin de Robinson deliberadamente. Su misién con- sistia en espiarle. Pero, por ei esto fuera poco, se hizo hincapié en el hecho, no men- ionado hasta ahora, de que Ritter obtuvo cl indulto de la Reina justo después de tes- tiflear contra Robinson. Los abogados de Vincent Hickey consi smuieron demostrar que la vecina que dects 16 que el acusado habfa comprado un Ford He mentido cuando no sberia haberlo hecho..., he mentido, mas o menos, durante todo el proceso HELEN JOHNSTON, tsigp do cargo Cortina de color azul después de vender el primero, estaba equivocada. En realidad, esta testigo habia confundid Tas fechas de ‘compra y venta de dichos vehiculos. El asunto de la coartada de Vincent y ‘Michael levé una semana entera. Se aporta ron, como prueba fundamental, numerosos documentos de garajes y tiendas de alguler -¥ compra de automéviles que confmaban ave ambos habian pasado la tarde del asesinato ‘comprando un coche en un garaje de North- field, Els legaron ai aprosimadamente alas cinco, es dectr, media hora ms tarde de que ‘se cometiera el asesinato (Car! Bridgewater ‘murié alas 4.20 en Woresley, a bastante més de media hora de al i é é ‘Tras muchas discusiones y andisis en pro- {fundidad, Jeremy Roberts, el fiscal que le vvaba el caso, tuvo que reconocer que los documentos presentados probaban la pre- sencia de los Hickey en el ctado garaje la tarde en cuestién. Este fue, sin higar 2

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