By Juan Re-crivello
(1) Al asumir el Primer Consulado, Napoleón se propuso como meta, dentro del proceso de la Revolución francesa,
refundir en un solo texto legal el cúmulo de la tradición jurídica francesa, para así terminar con la estructura jurídica del
Antiguo Régimen, eliminando las normas especiales que afectaban sólo a sectores determinados de la población
(leyes para la aristocracia, leyes para los campesinos, leyes para los gremios, etc.), y suprimiendo las normas locales
que suponían un obstáculo para la administración pública, formulando una serie de normas aplicables de manera
general; también se pretendía eliminar las contradicciones y superposiciones nacidas de la convivencia de diversos
regímenes legales, apoyando la estabilidad política.
Waterloo
Aquella jornada, el opio me dejaría dormido y sin más. Un día largo estuve
fuera de la batalla, ¿quizás parte del 16 y 17?. Al despertar fui informado de
nuestro dominio en el terreno. Quise ponerme en pie pero temblaba y deseaba
el vómito. Perdería otras tres largas horas en encontrarme en mi sitio. El
caballo, su cabalgadura, todo me molestaba. Di orden de atacar en dirección al
Este. El Duque de Welligton no pensaría que el movimiento era posible, pero
transcurridas algunas horas deduje el error con mis ayudantes. De nuevo un
ataque de furia me desarmo. No podía contenerme, era prisionero de esta
desdicha. De esta ganancia de la historia que me había llevado por batallas i
honores. Pero me había situado solo frente al temor y la adulación. Di una
nueva orden: ¡marchar al Oeste!. Mis tropas se quejaban de aquel torpe que
les dirigía. Mi blandura mental les hacía sentirse desprotegidas. El gran
Napoleón estaba en horas bajas, solo descubría que detrás del opio que me
quitaba los dolores, merodeaba una gran excitación la cual producía o un error
o una anemia de interés. Dirigir a un gran soldado como era este ejército, me
extenuaba. Me enfrentaba, a un General que había estudiado el arte e la
guerra. De mi lado, me guiaba mi intuición y mi espíritu audaz y… ¡mi genio!.
Pero las largas etapas de comer poco, dormir lo justo y esta pesadez que me
invadía, me colocaban ante un tigre de galones dispuesto a acabar con el
Imperio.
Fui hasta la letrina. Mi insólita carne de vejiga dejo escapar un hilillo. Volví para
intentar montar a caballo. Presentía que ya estaba todo a punto de decidirse.
De un feo resultado animarían las almas, luego este hombre de cartulina y
honores, pasaría al destierro -sin más.
El Ocaso
9:30 de la mañana
17:30 de la tarde
El autor
Sus numerosos artículos son resultado de ser un activo bloguero que publica
en la edición digital de El País, Le Monde y Clarín. Su obra narrativa también
ha sido editada en Scrib y Bubok.
First Edition
This book is a work of fiction. Names, characters, places and incidents are either a product of
the author´s imagination or are used fictitiously. Any resemblance to actual events, locales or
persons, living or dead, is entirely coincidental.
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