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ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS

CAPÍTULO 1

A QUIEN ORAR

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en


su nariz aliento de vida, y fue el hombre ser viviente " (Gen. 2:7)

En el Libro de Génesis encontramos que cuando Dios crea al hombre, éste


no poseía vida. Entonces Dios sopló sobre su nariz y éste recibió el
aliento de vida. En el Libro de Ezequiel en el capítulo 37, se habla
de un valle de huesos secos. En este valle Dios ordena al profeta
Ezequiel que profetizara sobre los huesos secos que allí se encontraban.
Cuando el profeta comienza a profetizar estos huesos comenzaron a unirse
y fueron llenos de carne y tendones (seres humanos) pero no había vida en
ellos. Fue solamente cuando Dios envió su aliento de vida sobre estos
cuerpos que recibieron el espíritu de vida. ¡Gloria a Dios!

Si estás decidido a recibir de ese aliento de vida, tú necesitas conocer


a ese Dios. El pueblo de Israel utilizaba la palabra Javeh, de
donde hoy día procede la palabra Jehová o Javeh y la cual significa "
llegar a ser conocido”. Dios siempre ha querido manifestarse a todos
aquellos que han dispuesto su corazón en buscarle. En el libro de Mateo
(Mt.11:27) Jesús dijo: “...y nadie conoce al hijo, sino el Padre, ni al
Padre conoce alguno, sino el hijo, y aquél a quién Dios se lo quiera
revelar." La revelación significa traer a la luz, mostrar, aclarar,
descubrir. Esto es lo que siempre ha querido hacer Dios, tener un
encuentro personal con su creación " Koinonía”. 1 Co.1:9. Dios preparó
un plan de redención, un acercamiento a su presencia a través de su hijo
Jesucristo.

Cuando recordamos el episodio en el que Dios se manifiesta a Moisés


diciéndole “Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros”
(Ex.3:14). Como puedes ver, este mensaje era para los hijos de Israel,
no fue para que se lo dijeran al Faraón. En otras palabras, Dios quiere
mostrarse a tu vida, quiere venir a ti y hacerte sentir su amor eterno.
(Jer.31:3, Job 33:26, 1 Jn.4:16). Dios te ha creado a su propia imagen.
Sin embargo, es muy probable que muchas veces te has olvidado que Dios
mismo lo dijo; y te has entregado a pensamientos que destruyen esa imagen
haciéndote sentir insignificante, pequeño, incapaz de lograr cualquier
meta que tengas por delante. Quizás en este momento puedas sentir el
deseo de volver atrás y no enfrentar el reto que has decidido tomar.

Es necesario que te levantes y reconozcas su soberanía sobre tu vida,


deja que su aliento sople sobre tu nariz y recibe de Dios el espíritu que
te conduce a la comunión. Dile que aceptas su amor, que estás dispuesto
amarle con todas tus fuerzas, con toda tu alma, con todo tu corazón. Él
está atento a tu clamor, oración, a cualquier susurro o pensamiento. No
está lejos, sino muy cerca de ti; cerca de tu corazón está la palabra que
hará que Él se manifieste a tu vida, solo tienes que confesarla. Ro.10:9.
Él es tu Creador, tu Sanador, tu Bandera, tu Paz, tu Justicia, el que
siempre está presente. Acércate con confianza al trono de la gracia, a
la bondad de Dios, y encontrarás la gracia para el oportuno socorro. No
temas ni desmayes, esfuérzate y sé valiente. Lucha contra el pecado,
pues escrito está que tú te enseñorearás del pecado y éste no podrá
dominarte. El sol no te fatigará de día ni la luna de noche. Él quiere
exaltarte sobre las naciones de la tierra, quiere enviarte su bendición,
hazle conocer tu dirección. Cuando Dios estableció el pacto con el
pueblo de Israel dijo que esas leyes eran para todos. (Dt.29:14,15).

Cuando los discípulos le pidieron a Jesús "enséñanos a orar”, Jesús les


orientó de la siguiente forma:
“Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga
tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdona nuestras
deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos
metas en tentación, más líbranos del mal; porque tuyo es el reino, el
poder y la gloria, por todos los siglos, Amén.” ( Mt.6:9-13).

Por lo tanto, es uno de los mejores ejemplos de como iniciarse en la


comunión con la divinidad, y lo intentaremos desarrollar en varios
puntos:

1. Toda oración va dirigida al Padre, para que sea efectiva.


(Jn.14:13).

2. Existe un solo mediador entre Dios y los hombres. (1 Tim.2:5).

3. Dios es tu creador, y solo Él es digno de ser adorado. (He.7:7).

4. La Bendición procede de Dios y tú la necesitas. (1 Pe.3:9).

5. Has sido llamado para heredar la bendición. (1 Pe.3:9).

6. Ora en tu aposento al Padre y recibe la recompensa. (Mt.6:6).

7. Dios quiere revelarte sus misterios. (1 Co.2:9).

Nadie podrá separarte del amor de Dios, pero es necesario que tú te


acerques a Él para que recibas de su llenura, de su unción. Como dice el
salmista " Buscad a Dios y su Poder". Es necesario que atravieses el
valle de lágrimas y lo cambien en fuente. Es necesario que te conduzcas
de poder en poder y entonces verás a Dios en Sión. (Sal.84:6,7).

Él es tu sol y tu escudo. Él quiere darte gracia sobre gracia y


mantenerte en el bien si te conduces con integridad en sus caminos. Sea
bendita la presencia de su Espíritu que cada día nos colma de
bendiciones. Aclámale con alegría, cántale y regocíjate en tu creador.
Disfruta de su comunión. Hazte partícipe de su obra. Descansa en su
consejo. Búscale mientras pueda ser hallado. Adquiere sus virtudes.
Persiste hasta que te bendiga. Como sucedió con Jacob, Él podría sacarte
la cadera pero será lo mejor que en tu vida puedas sentir y experimentar.
Glorifica a Dios por medio de la alabanza, y adórale en lo más profundo
de tu corazón, deléitate en sus mandatos, espera en Él porque mejor es su
misericordia que la vida misma.

Pide a Dios que cree en ti un corazón nuevo, limpio y puro. Que renueve
en ti un espíritu nuevo, recto. Que no te alejes de su presencia. Que
te haga sentir gozo y regocijo y verás como se recrearán tus huesos; su
presencia te inundará como la nube que cubría el tabernáculo. Podrás
decir adiós a la enfermedad, y a toda maldición que te ha perseguido.
Porque tú serás olivo verde en la casa de Dios y como dice el Salmista
“Él nos guiará mas allá de la muerte " (Sal, 48:14).

Es un buen momento para recordar una anécdota, la cual menciona a un niño


al que le preguntaron:

- Cuántos dioses hay?

Y contestó:

- Solamente uno.

Al preguntarle como estaba tan seguro, éste, admirado de la pregunta


respondió:

- Pues, porque no cabría otro por falta de espacio, ya que la Santa


Escritura declara que su presencia llena toda la tierra.

Realmente existe una gran diferencia entre aquellos que creen lo que Dios
dice y aquellos que tratan de interpretar a su manera las Escrituras.
Este niño declaró lo que había aprendido de Dios, sin necesidad de
recurrir a cualquier tipo de razonamiento teológico; más su respuesta
fue mejor a la que pudiese haber dado cualquier otro que solo tuviese un
conocimiento intelectual... ¿Por qué insistir en querer cambiar los
designios de Dios, diciendo cosas que Dios no ha dicho, juzgando lo malo
por bueno y viceversa? ... ¿Por qué glorificar las obras de un enemigo
vencido? Parece no haber otra respuesta, y es sencillamente que nuestro
entendimiento está oscurecido, entenebrecido... ¿Por qué tendemos a
alejarnos de Dios, cuando su palabra dice que: “Si el hijo nos libertara
seríamos verdaderamente libres”? Esto pareciera ser un gran misterio,
más no es así. La verdad es que sin santidad nadie verá a Dios, el que
guarda la palabra, es decir, la cumple y la pone por obra " nunca verá la
muerte" (Jn.8:51).

Es necesario que comiences a entender que los pensamientos de Dios no son


tus pensamientos y que Dios quiere que tú llegues a pensar como ÉL...
Dios dice en el Libro de Isaías:

“Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré
con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David."

Ponga pues, Dios, el deseo ferviente en tu corazón de buscarle hasta


encontrarle, el deseo profundo de entender sus pensamientos. Manda Dios
que el impío deje su camino y el hombre inicuo sus pensamientos.
(Is.55:7) y se acerque a Dios el cual tendrá misericordia y será amplio
para perdonar. Acércate a Dios sin ningún temor, Él es amplio para
perdonarte, Él quiere entablar una relación contigo, te está esperando,
escúchalo.

" Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced Justicia; porque cercana está
mi salvación para venir y mi justicia para manifestarse” (Is.56:1).

CAPÍTULO 2

POR QUÈ ORAR

" Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando
fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
fortalecido con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para
toda paciencia y longanimidad " (Col.1:10,11).

¿Por qué debemos orar? Es una de las preguntas que siempre surgen en
nuestra mente y en la cual muchas veces gastamos una gran parte de
nuestro tiempo en tratar de buscar una respuesta. ¿Por qué debemos orar
si Dios conoce nuestras necesidades, si conoce nuestro pensamiento, si su
ojo nos vigila constantemente, si no se cae un cabello sin que Él no lo
sepa?

Jesucristo habló en una de sus parábolas sobre la necesidad de orar sin


desmayar. En esta parábola Jesús menciona a una viuda que iba
constantemente ante un Juez, el cual por la insistencia de la misma tuvo
que atenderle. (Lc.18:2-5). Pero Jesús fue más allá, y estableció la
diferencia al decir que si tú puedes ser oído por un juez injusto, cuanto
más podrás ser oído por Dios mismo. “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus
escogidos, que claman a Él día y noche?, ¿Se tardará en responderles? Os
digo que pronto les hará justicia... "(Lc.18:7,8).

Jesús finaliza la parábola anterior con una interrogante ¿Cuando venga el


hijo del hombre hallará fe en la tierra? En otras palabras, la
persistencia de la cual Jesús habla va más allá de la persistencia que
nosotros conocemos. Esta debe ir acompañada de fe. No es difícil
entender que Dios nos ha dado todo lo que necesitamos, puesto que lo
podemos ver con nuestros ojos, nuestro cuerpo humano es un gran ejemplo.
Sin embargo, no todo termina allí. "Como todas las cosas que pertenecen
a la vida nos han sido dadas por su divino poder, mediante el
conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia" (2
Pe.1:3). En esta cita encontramos que Dios nos ha dado unas promesas que
nos harán partícipes de la naturaleza divina una vez que nos hayamos
apartado de la corrupción que envuelve a la humanidad.
Es maravilloso entender que Dios nos ha escogido cuando pudo habernos
separado de su presencia para siempre por causa de otros. (Ro.6:23).
Pero nuestro Dios es un Dios dadivoso y nos ha concedido vida eterna en
Cristo Jesús Señor Nuestro.

El mismo Dios de quien hemos estado hablando es el que ha establecido que


debemos orar sin desmayar, es la comunión con Dios a través de su
Espíritu la que nos irá perfeccionando. Dios quiere que seamos pequeños
Elohines.

Por esa razón previó un lugar para nosotros en los lugares celestiales al
lado de su amado hijo Jesús. (Ef.2:6.) Bien es cierto que con tus ojos
no puedes verlo constantemente, pero tampoco a Dios lo ves e
indudablemente no puedes negar que Él existe. Dios nos enseña que con
nuestra vista y oído natural nos será muy difícil entender el plan de
salvación. Sencillamente la terminología usada por Dios tiene una
connotación a un nivel espiritual el cual solo podremos entenderlo si
alcanzamos ese nivel.

Dios ha preparado un plan, maravilloso plan, en el cual ha dispuesto que


todos participemos. Ha preparado mansiones, moradas celestiales
(Jn.14:2) en las cuales habitaremos. Cuando el apóstol Pablo habló del
deseo del espíritu de ser revestido de "aquella nuestra habitación
celestial" enfatizó que nuestro espíritu quiere ser revestido para que lo
mortal sea absorbido por la vida. En otras palabras, es la vida en el
Espíritu la que absorbe la vida mortal, tu lucha personal se acabará una
vez que comiences a dejar fluir el poder de resurrección que habita en ti
a través del Espíritu Santo. Con esto estamos completamente convencidos
que con nuestras imperfecciones, rebeldías a la voluntad establecida de
Dios y nuestro razonamiento, solo nos puede esperar una vida separada de
Dios. Más si por el espíritu hacemos morir estas actitudes, entonces
reinará en nosotros la vida.

Indudablemente que el plan establecido por Dios debe tener un propósito


muy especial. Si nosotros queremos entenderlo, es necesario que
conozcamos su voluntad. Dios quiere que conozcamos su voluntad y por eso
también previó otro plan. Hizo descender su Espíritu para que nos
indicara como conocerla. No podemos negar que muchas veces hemos
esperado que Dios actuara en determinado momento haciendo maravillas y
nos hemos quedado esperando. Pero nunca debemos olvidar que Dios es
quien ha establecido las reglas. Muchas veces somos nosotros con
nuestras actitudes los que entristecemos a Dios, y frenamos la obra del
Espíritu Santo. Las obras de Dios, siempre serán para darle gloria a su
nombre y no para tratar de convencernos que Él es poderoso, o que
nosotros somos especiales por que Él nos usa. Por supuesto que estamos
bien equivocados, ya que no somos especiales por que Él nos use. Somos
especiales por que Él nos ha hecho especiales y Él será quien lo
demostrará a otros. Como puede Dios obrar, si nos mostramos interesados
solo por momentos, si preparamos actos, fiestas para que Él se presente,
como si el fuere el invitado. Jesús nos dijo que los invitados somos
nosotros, Él nos espera para una gran cena. Dios nos llama a ser
perfectos, a renovar nuestro entendimiento a santificarnos. Nosotros lo
olvidamos con cierta frecuencia y lo único que tenemos en la mente es el
deseo de poder y más poder, de sentir que Dios confirma nuestros
caprichos de deseos de gloria y mas glorias, nos agrada escuchar que nos
digan que somos príncipes de Dios. Dios quiere hacerlo pero es a su
debido tiempo, y en la medida que nos rindamos a su Espíritu será cuando
comenzaremos a experimentarlo.

Cuando Cristo muere el velo del templo se rasgó en señal que el camino al
lugar santísimo quedaba libre para todos aquellos que en Él creían. Como
ves, Dios nunca pensó dejarte fuera, tampoco mantenerte alejado. Así
que, si entiendes esto ha llegado tu turno. Prepárate para acercarte al
lugar santísimo, a su misma presencia. Cuando Dios se manifiesta a
Moisés lo hizo a través de una Zarza en llamas. Cuando Moisés se acercó
fue cuando pudo escuchar la voz de Dios que le hablaba desde la Zarza.
Asimismo, tú debes acercarte a Dios para que puedas escuchar su voz.

Un hombre escribió: " Mi necesidad más grande es tener a alguien que me


conozca, que realmente me conozca, y que no se vaya”. El verdadero amigo
nunca te dejará porque aunque se entere que no eres la perfección no se
marchará y te dejará solo. Lo más probable es que siempre permanezca
contigo y aún confíe en ti. Es así como Dios te ve. Dios quiere iniciar
una conversación contigo. Él te dice "Dame de beber" porque su pregunta
representará lo que Dios desea darte. Amado hermano, amigo que lees
estas palabras, no te alejes con solo un poco de agua en tu cántaro. Él
quiere que dentro de ti brote una fuente de agua que pueda saciar la sed
de muchos. Ofrenda tu vida en santidad a Dios. Es el altar el que
santificará la ofrenda, tú solo no podrás hacerlo; acércate al altar de
Dios. Dios abomina la oración del impío. ¿Estas tú en esta condición?
Si es así, no tardes en arrepentirte y busca la verdadera senda que te
conduce a la vida. No estarás en el grupo de los que se alejarán
avergonzados. Reconócele en todos tus caminos y Él hará su obra. Sea
bendito su Nombre por todos los siglos, sea su templo colmado de
alabanzas y su presencia descienda sobre ti y te inunde dándote a conocer
su inmenso amor y deseo para tu vida.

¿Por qué orar?

Necesitas conocer su Voluntad.


Necesitas su Bendición.
Necesitas ser Santificado.
Necesitas de su Poder.
Necesitas abrir tu entendimiento.
Necesitas abrir tus ojos y oídos al mundo espiritual.
Necesitas ser fuente de agua viva.
Necesitas su Favor.
Necesitas su Gracia.

¿Quieres alguna razón más? seguramente la habrá. Comienza hoy, no lo


dejes para mañana. Él es la hermosa Rosa del Sharon, el Lirio de los
Valles, el Manzano Silvestre. Habita al abrigo del Altísimo para que
puedas morar bajo la sombra del Omnipotente. Y al único y sabio Dios
puedas dar toda alabanza, gloria y poder por todos los siglos. Amén.
CAPITULO 3

QUE PEDIR

“Pedid y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites."


(Stg.4:3).

“Vamos ahora ricos, llorad y aullad por las miserias que os vendrán.
Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas están comidas de
polillas. Vuestro oro y plata están enmohecidos, y su moho testificará
contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como
fuego..."(Stg.5:2,3).

¿Eres tú rico? Sé rico para con Dios, hazte riquezas en los cielos donde
la polilla no las pueda destruir. La palabra de Dios es muy clara
respecto a lo que se debe pedir. Nunca debes olvidar que Dios siempre ha
querido bendecirte. ¿Has leído el libro del Génesis?.... “Y les bendijo
Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y
sojuzgadla y enseñoread sobre los peces del mar, en las aves de los
cielos y toda bestia que se mueva sobre la tierra, os he dado toda planta
que da semilla y os será para comer " (Gén.1:28).

Como podemos observar, todo lo que Dios creó es bueno y nada ha de


desecharse. Era el propósito de Dios suplir todas las necesidades. Dios
quiere bendecirte. Las condiciones que se establecieron en el antiguo
pacto (Dt.28) nos confirman todo el bien que Dios ha pensado para
nosotros. ¿Cuál era la condición para recibirlo? La repuesta es muy
sencilla, era guardar y poner por obra los mandatos establecidos, observa
que no consistía solo en pedir. Más Dios establece un segundo pacto y
dice la palabra que está basada en mejores promesas. ¿Qué significa
mejores promesas? Lo único que podemos estar seguros es que iba a ser
mejor que el anterior. Y si Dios en el antiguo pacto ha querido
bendecirte, cuanto más ahora en éste que tiene mejores promesas.
Escucha atentamente, guarda y pon por obra sus mandatos y comienza a
disfrutar de esas mejores promesas. Porque las promesas de Dios son en
Él sí y en Él amén.

Dios solo pide de ti como está escrito en el libro de Oseas:


"...justicia, juicio y misericordia...” Jesús nos enseñó que si
queríamos recibir entonces debíamos pedir; pero el mismo Jesús dijo que
sobre nuestras necesidades no necesitamos hacer repeticiones porque Dios
las conocía. Que no nos afanáramos ya que esas cosas vienen por
añadidura. Así que no tienes que pedir la añadidura, ella vendrá sola.
Créelo así, Dios lo dice. ¿Acaso piensas que Él miente?, mira donde has
caído y arrepiéntete, levántate y sal de la casa de la confusión y ven al
camino de la luz. Él estará contigo y te amparará. Aunque todos te
dejen, tu padre, tu madre, Jehová te recogerá. (Sal.27:10).

Dios quiere ser tu Padre, tener contigo una relación Padre e hijo. Así
como un Padre está atento al clamor de sus hijos, así también Dios estará
atento a tu clamor. El Padre ha enviado a su hijo Jesús, a su Espíritu,
con la única finalidad de orientarte en el camino de la vida eterna.
Dios ofreció a su hijo y con la sangre derramada selló el pacto nuevo.
Es tu deber el llegar a conocer cuales son las condiciones del nuevo
pacto, entender el camino dejado por Dios para tu vida, conocer sus
pensamientos y voluntad, si de veras quieres comenzar a pedir según la
voluntad de Dios.

Búscale mientras pueda ser hallado. Recuerda que lo único que Dios pide
de ti es hacer justicia, juicio y misericordia. ¿Pero, qué significan
estas cosas?

1. Hacer Justicia

Tu petición debe estar basada en la justicia de Dios, en todos


aquellos aspectos que revelan la participación de la justicia de Dios. El
rescatar a las almas perdidas, el orar por paz a las naciones, el orar
porque el evangelio sea propagado a todas las naciones de la tierra, etc.

2. Hacer Juicio

Tu petición debe estar basada en el juicio de Dios. El amor


derramado de Dios sobre toda su creación, en la dirección espiritual, la
sabiduría que Dios derrama en los corazones de aquellos que en Él creen,
en las manifestaciones de los frutos, dones y operaciones del Espíritu
Santo en nuestra vida, el perdón, etc.}

3. Hacer Misericordia

Tu petición debe estar basada en la misericordia que Dios revela al


mundo. La provisión divina, La sanidad de las naciones, La sanidad
física, La liberación espiritual, en entender el maravilloso don del
dador alegre.

¿Qué pedir? Es Dios mismo a través de su Santo Espíritu quien te


conducirá en las profundidades de sus insondables riquezas de
conocimiento y te enseñará como hacerlo siempre y cuando tú dispongas tu
corazón a entender. Es Su Espíritu quien susurra a tu oído y te dice que
debes entrar dentro de la comunión del Padre para que puedas pedir como
conviene. Conceda Dios en su Gracia y Favor el deseo profundo de que
alcances esa comunión. Amén.
CAPÍTULO 4

CÓMO PEDIR

“Confesaos vuestras ofensas unos a otros y orad unos por otros para que
seáis sanados, la oración eficaz del justo puede mucho " (Stg, 5:16).

Dios nos ha dejado escrito todo lo que necesitamos saber para poder
mantenernos en una comunión efectiva con Él por medio de su hijo
Jesucristo. Hemos visto también que cosa debemos pedir. Asimismo, el
cómo pedirlo también tiene sus condiciones y son las que veremos en el
transcurso de este capítulo.

Si echamos una mirada al libro de Mateos (Mt.21:22) "… y todo lo que


pediréis en oración, creyendo, lo recibiréis.”
Si creemos lo que allí se nos dice, de seguro tendremos muchas cosas que
contar. Observa que dice “todo lo que pediréis”, y no: “...si pedís algo
recibiréis a medias, dependiendo del tamaño de vuestra fe...”. Lo único
que se enfatiza y que jamás debes olvidar es la condición “creyendo”.
Ahora bien, ¿Crees que si pidieras algo que te colocara en una condición
de pecado, Dios te lo concedería?, ¿Acaso puede un padre dar una piedra a
su hijo que le pide un pan?, ¿Cuanto más vuestro Padre Celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan? Si algo estás pidiendo por fe, es
decir, con verdadera convicción, es porque Dios te ha dado esa
convicción. Por lo tanto, no hay ninguna razón que impida el que puedas
recibir lo que estás pidiendo. La fe viene por el oír la palabra de
Dios. Entonces puedes estar seguro que recibirás lo que Dios te ha
revelado como tu necesidad, siempre y cuando estés preparado para
recibirlo. Este es el momento cuando la fe que has adquirido se
desarrollará en ti y podrás contemplar los resultados.

Como leemos en el versículo introductorio de este capítulo: "La oración


eficaz del justo puede mucho". Entendemos entonces, que no solo basta
ser justo, sino que hasta los justos tienen que aprender a orar
eficazmente, dar al blanco, atinar al objetivo, lograr la meta. Lo que
se está planteando ahora es la necesidad de ser eficaces en nuestras
oraciones. ¿Quizás estamos perdiendo mucho tiempo en añadiduras? La
oración eficaz implica una profunda comunión con La Deidad, una plena
identificación sobre la voluntad perfecta y agradable del Padre.
Realmente han existido muy pocas personas que hayan tenido una vida de
oración continua. Sin embargo, siempre escuchamos que los problemas han
sido solucionados debido a la constante oración. Si esto fuera todo lo
que hay que hacer, es muy probable que nos olvidáramos de nuestros
deberes cotidianos solo por estar orando, y esperaríamos que Dios se
encargue de todos lo que nosotros entendemos por necesidades. ¿Para que
trabajar, Dios me proveerá?, ¿Para que preocuparme por lo demás? De
seguro en poco tiempo haríamos de éste mundo el peor lugar del universo
en el que sería imposible la existencia de cualquier forma humana.

Jesús nos habló de una carga ligera y un yugo fácil, eso nos esperaría
una vez que lleguemos a Él. No nos prometió la flojera, holgazanería ni
cosa semejante a estas. Debemos entender el mandato de orar como parte
del plan que Dios ha establecido para los hombres, y en la medida que
nuestra comunión crezca entenderemos como debemos orar. Solo cuando
tomamos la decisión en serio de dedicarnos a la oración, es que
comenzamos a darnos cuenta de que Dios realmente existe. Elías, dice la
escritura, era un hombre como nosotros. Pero Dios estaba dispuesto a
hacer lo que Elías pidiera ya que estaba formado en la comunión con el
Espíritu de Dios. Ahora, si todo un pueblo se dedica a esta comunión
con el Espíritu de Dios, de seguro una gran bendición encerrada en los
cielos y guardada para ser entregada a su creación no tardará en
descender.

Cuando recordamos las palabras "la oración del justo puede mucho" es como
si escucháramos al Apóstol Pablo decir: " Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece " (Fil.4:13). Y nos preguntamos: ¿pero, toda oración va
dirigida al Padre y es recibida por Dios y contestada?... más no siempre
es contestada, y ese es el mejor momento para preguntarnos que está
pasando con mi forma de orar. No nos queda más alternativa el entender
que pueden haber oraciones eficaces o no eficaces. Si recordamos la
petición que los hijos de Zebedeo hicieron a Jesús, que les concediera el
sentarse a la diestra de Jesús. Jesús les contestó que no era Suya la
potestad de concederles lo que estaban pidiendo. En otras palabras,
ellos habían errado al blanco. No entendían el propósito de Dios. No
les preocupaba otra cosa sino el hecho de poder sentarse a la diestra de
Jesucristo.

Amado hermano, la oración eficaz es una oración de nivel espiritual, el


cual debes y puedes alcanzar a través de la comunión con Dios. Si la
vida exterior no es más que un reflejo de la vida interior, y el Espíritu
es el que da vida y la carne para nada aprovecha, entonces, solo en la
medida que nuestro espíritu se desarrolle, es que comenzaremos a entender
el significado de la oración eficaz. No siendo ésta la oración de
nuestro intelecto, razonamiento, o capricho. No es la manifestación de
nuestro ser egocéntrico, deseoso de alcanzar fama y gloria a expensas del
Espíritu de Dios. Nuestra falsa humildad quedará reflejada y expuesta al
mundo cuando intentemos imitar ese tipo de actitud (oración eficaz), ya
que lo más probable es que Dios no la va a responder. No puede una
persona que se dice cristiano, pero que vive creyendo en un evangelio de
derrota, que vive constantemente luchando contra su propia carne,
pretender hacer oraciones eficaces.

Cuando la palabra de Dios establece que nosotros somos embajadores de


Dios. (2 Co.5:20), se refiere a que Dios nos ha dado la capacidad de
tratar los negocios de nuestro Padre en esta nación terrenal. Es decir,
tenemos perfecto conocimiento y entendimiento de lo que estamos hablando.
Sin embargo, surgen las siguientes preguntas: ¿Nos estamos preparando
para este tipo de trabajo? ¿Sabemos realmente cuales son los negocios
que interesan a Dios en este mundo terrenal?

¿Como podríamos orar eficazmente si no conocemos los negocios de nuestro


Padre? Jesús desde muy pequeño manifestó a sus Padres que Él debía de
estar en los negocios del Padre. (Lc.2:49) ¿Ha sido esta tu actitud?
Cuando la palabra habla que buscaríamos a Dios y le hallaríamos sólo si
lo hacemos de todo corazón, con esto establece que la comunión con Dios
se hace efectiva ya que se ha deseado y buscado de todo corazón y no por
momentos. En otras palabras, la oración eficaz se producirá en aquellos
que buscan a Dios con todo su corazón. Como diría el salmista: "Mi alma
tiene sed del Dios vivo; ¿Cuando vendré y me presentaré delante de Dios?
Debes ser disciplinado si quieres ser un instrumento de gloria en las
manos de Dios. A través de la disciplina aprenderás como debes
conducirte en la casa de Dios, delante de su presencia y aprenderás los
modales de la comunicación espiritual.

Una vez disciplinada tu vida de oración, deberás lograr que ésta sea
continua. Así como la viuda que por su insistencia fue oída y se le
otorgó lo que necesitaba, así como la mujer cananea obtuvo la sanidad de
su hija, así como la mujer del flujo de sangre que durante 18 años el
diablo la mantuvo esclavizada y fue sanada,... solo tu perseverancia es
el mejor signo de interés que puedes ofrecer a Dios.

Jesús nos instó a estar orando continuamente para no entrar en tentación


y estuviésemos alerta, siempre encontraremos este requisito si queremos
alcanzar la comunión suficiente con Dios de tal manera que nuestras
oraciones puedan ser eficaces.

Por último, la oración deberá ser hecha por una persona llena de gracia.
Al referirse a Jesús, Dios nos deja claramente dicho que Él es su hijo
amado en el cual se complace. La palabra también habla de que debemos
acercarnos al Trono de Gracia para atesorarla y así, confiar en el
oportuno socorro (He.4:16). La gracia de Dios te liberará de toda
tensión, toda pesadez, te renovará y te postrará ante la misma presencia
de Dios... “ y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la
resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre ellos"
(Hch.4:33).

Resumiendo, podemos decir que la oración eficaz del justo debe ser:

1. Intensa, de todo corazón.

2. Interesada en los negocios de nuestro Padre.

3. Producto de una vida de oración disciplinada

4. Producto de un vida de oración continua.

5. Hecha por alguien que esté lleno de la gracia de Dios.


CAPÍTULO 5

EL AGRADECIMIENTO

" Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el


nombre del Señor Jesús dando gracias en todo momento por medio de Él”.
(Col.3:17).

¿Escuchaste alguna vez decir: “Este mundo está lleno de mal agradecidos"?
Estoy seguro que si no lo escuchaste entonces alguna expresión parecida
a esta habrás escuchado. Quizás hasta tú mismo lo has dicho, o pensado,
y cuidado si tú mismo no eres uno de ellos. Dios desde el principio de
la creación siempre ha esperado que la misma reconozca su señorío, que
le alabe como Él se lo merece, que reconozcan su poder, su misericordia,
su bondad, su grandeza. Esta acción de reconocer la intervención de Dios
es una de las actitudes que Dios considera como agradecimiento. No es
difícil darse cuenta que la mayoría de los hombres se han olvidado de la
acción de reconocer la soberanía de Dios; aún muchos de aquellos que se
hacen llamar cristianos aparecen en la lista de los mal agradecidos.

En el libro de Isaías encontramos un pasaje en el cual el Señor amonesta


al pueblo. (Is.1:3,5,17,19):

"El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre a su señor; Israel no


entiende, mi pueblo no tiene conocimiento..... ¿Por qué queréis ser
castigados aún? Toda cabeza está enferma y todo corazón
doliente...aprended a hacer el bien y comeréis el bien de la tierra".
¿Por qué el hombre ha llegado a esta condición? Sencillamente porque se
ha apartado de Dios. Hay una ciencia desarrollada por los hombres la
cual han denominado psiquiatría. Esta palabra proviene del vocablo
griego Psykhe y Iatra. La palabra psykhe se refiere a la persona, alma,
aliento, mente, y la palabra Iatra se refiere a tratamiento, sanidad,
restauración, etc.

Vamos a usar este término psiquiatría para tratar de explicar el plan


que Dios ha preparado para la restauración del hombre. Básicamente
hablando diríamos que es el tratamiento que Dios tiene preparado para esa
cabeza enferma y para ese corazón doliente. En el libro de Los
Proverbios encontramos un versículo en el cual pone de manifiesto que tal
como son los pensamientos del corazón, así será esa persona (Pr.23:7).
Surge una pregunta a nuestra mente. ¿Como están mis pensamientos?, ¿Que
pensamientos me invaden continuamente y en cual me deleito? Del corazón
salen los malos pensamientos y éstos contaminan al hombre (Mt.15:19). No
puedes esconderte a una realidad si hay de continuo mal en tus
pensamientos, entonces tu corazón no está bien. No podrás echar la culpa
a un tercero, pues dependerá de ti el disponer tu corazón para recibir la
sanidad necesaria. Nunca podrás hacer nada que pueda igualar lo que
Dios ha hecho por ti. Espera en Él, porque solo Él tiene medicina para ti
(Jer.33:6). El Espíritu Santo estará pendiente e intercederá por tu
necesidad. Solo tienes que permitirle que Él se deleite en ti y se
encargará del resto. Él te pide que comiences entregándole todos tus
secretos, no puede haber secretos entre tú y el Espíritu de Dios. Tú
quieres la sanidad, entonces comienza por confesar delante de Él tu
condición, arrepiéntete y agradécele por la obra que Él realizará en ti.

Recuerda uno de los mandamientos que dice: "Honra a tu padre y a tu madre


para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová te da" (Ex.20:12).
Si lees el libro del Éxodo te darás cuenta que ningún miembro de las
generaciones viejas entraron a la tierra prometida. ¿Sería posible que
ninguno de ellos hubiese honrado a sus padres? Pero bien es cierto que
este mandato fue dado a ellos. Si por lo menos alguno de ellos hubiese
honrado a sus padres, seguro hubiese entrado. Porque cuando Dios manda y
promete entonces cumple y bendice.

Cuando la palabra habla de que nuestra concupiscencia es atraída y


seducida por el pecado, también dice que podemos embarazarnos y dar a luz
muerte. Así sucede cuando por nuestra mente solo cruzan pensamientos
contrarios a la voluntad de Dios incitándonos al pecado. Estos
pensamientos llegan a nuestra mente, sin darnos cuenta les alojamos y sin
darnos cuenta están disfrutando de cosas que desagradan a Dios y a su
Espíritu. Es como si decidieras comer helado continuamente, el helado
puede no ser malo, pero es muy probable que llegues a enfermarte por la
cantidad que estás tomando. Asimismo, los resultados de nuestros
pensamientos pueden ser terribles a largo plazo si de continuo está el
mal en el fondo de ellos. Si sientes que hay algún tipo de pensamiento
el cual no te atreves a expresar libremente, es muy probable que ese
pensamiento no es agradable a Dios y por lo tanto debe ser desechado
inmediatamente. Debes mantenerte alejado de toda situación de la cual
tuvieras que evadir respuestas si te preguntasen. Si has dado cabida a
la entrada de pensamientos que no agradan a Dios y comienzas a sentir
temor de acercarte a Él, es porque ya has caído en pecado y este temor
tratará de alejarte de tu creador, el cual es amplio para perdonar.
Piensa por un momento que el solo hecho de creer que Dios no podrá
perdonarte, es suficiente indicio de que tus pensamientos comienzan a
tener una inclinación contraria a la voluntad de Dios.

Así es como tu cabeza comienza a enfermar y se crea un corazón doliente.


Pero hay una solución para ello (Jer.33:6), Dios ha provisto medicina
para ti. Su palabra es la mejor medicina, el mejor ungüento que hayas
conocido. Al obedecerla, todo tu cuerpo reacciona y experimentas la
limpieza que su Santo Espíritu comienza a realizar en ti. Vas sintiendo
como carga tras carga es eliminada de tus hombros y como una profunda
alegría te inunda, comenzando tus pensamientos a aclararse. Cuando
recuerdas el mandato de honrar a tus padres y la promesa de que tus días
se alargarán aquí en la tierra, te sientes alegre; pero la contrapartida
también significa que si lo que sientes es celos, rencor, odio y cosas
semejantes a estos sentimientos, entonces tus días serán acortados. Es
un arma de doble filo la palabra de Dios. Esta puede penetrar hasta lo
más profundo de tu corazón y puede ser para ti palabra de sanidad o
palabra de condenación. Volvamos al versículo de dar honra a los padres.

Tus padres pudieron haber cometido muchos errores, ¿Acaso fallaron todos
los días, fue su conducta errónea siempre? Seguramente no. Si cuentas
los días, horas y los errores que ellos pudieron cometer, y utilizando el
mismo proceso cuentas el bien que de ellos recibiste, te darás cuenta que
realmente fueron insignificantes sus fallas. Si tuvieses muchas monedas
y alguna de ellas fuese falsa, no te darías cuenta. A menos que fueses
extremadamente avaro y las revisases cada día. Por esa razón si en tus
pensamientos aún guardas rencor hacia tus padres, se cumplirán en tí las
palabras "toda cabeza está enferma y todo corazón doliente".

Amado hermano, si quieres comenzar a entrar en comunión con Dios, una de


las cosas primordiales que debes aprender es que debes ser agradecido,
esto es honrar a tus superiores. Si no eres capaz de honrar a tus padres
que tanto bien han hecho por ti, difícilmente podrás honrar a Dios a
quién no conoces aún. Una vez escuché la historia de un hombre que
estaba naufragando y auque estaba en medio de mucha agua no podía saciar
su sed. Cuando éste fue rescatado nunca olvidó la importancia que tenía
un vaso de agua natural, fresca, limpia. ¿Das tú gracias a Dios cuando
tomas un vaso de agua? El principio de la sanidad de tus pensamientos y
corazón es el agradecimiento a Dios.

Comienza a dar gracias a Dios por el mundo en el cual te encuentras. En


el mundo hay muchas personas desagradables que no quisiéramos ver nunca.
Pero son personas que están enfermas en sus pensamientos y corazón, como
un día tal vez lo estuviste. Así que lo ideal es que se conviertan a
Dios y cambien de actitud, a tener que soportarlos tal como son.
Comienza a dar gracias a Dios por ellos.

Olvida lo pasado y prosigue hacia la meta para que obtengas el premio que
Dios ha preparado para ti. Comienza a dar gracias a Dios y comenzarás a
cambiar. Dios te ama. El ha facilitado las cosas para que comiences a
ser agradecido. Honra a tu padre y a tu madre, el alargará los días de
tu vida. ¿Recuerdas a la mujer que derramó el frasco de perfume sobre
los pies de Jesús? Jesús dijo que, porque ella amó mucho, sus muchos
pecados les fueron perdonados.

El agradecimiento es una de las pruebas de tu amor a Dios. Si no sabes


cómo dar gracias pide a Dios, a su Santo Espíritu, que te enseñe como
agradecer. Busca en qué le puedes agradecer. Esto preparará tu corazón
para ser un intercesor. Dios nunca despreciará un corazón que es
agradecido.

"Porque así dijo el Alto y Sublime; El que habita en la eternidad, y cuyo


nombre es el Santo: Yo habito a las alturas de la Santidad y con el
quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los
humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados". (Is.57:15).

“Dad gracias a Dios en todo porque ésta es la voluntad de Dios para con
vosotros en Cristo Jesús". (1 Ts.5:18).
CAPITULO 6

CUANTO TIEMPO ESPERAR

“Estad quietos y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las
naciones. Enaltecido seré en la tierra. “(Sal.46:10).

¿Cuánto tiempo esperar? ¿Qué es esperar en Dios? ¿Porqué esperar?


¿Cómo esperar? En este capítulo y en los dos próximos estaremos tratando
varios aspectos relacionados con estas interrogantes.

En este mundo son muy pocas las personas que realmente han aprendido a
esperar. Nos atreveríamos a decir que una gran mayoría de los seres
humanos siempre queremos adelantarnos a hacer cosas que aún no estamos en
capacidad de hacer. Por ejemplo, hay quienes les gustaría ser músicos,
quizás no unos virtuosos, pero sí lo suficiente para realizar sus propias
composiciones. Hay quienes les gustaría ser egresados universitarios, o
por lo menos ejecutantes de un instrumento. Hay quienes les gustaría ser
escritores y escribir una gran obra, ensayo, novela. En general, siempre
sentimos que necesitamos saber algo más. Pero cuando nos hablan del
precio que hay que pagar, de la cantidad de años que necesitamos
estudiar, de la cantidad de horas que necesitamos ensayar, etc. Toda la
motivación que poseíamos comienza a derrumbarse.

Cantidades de seres humanos se han frustrado al no poder culminar una


carrera, y han terminado suicidándose. Por supuesto que este ya sería un
caso extremo. La realidad es que de una u otra manera las frustraciones
producidas por no saber, o poder manejar la tensión que representa una
espera, ha sido la causante de infinidades de problemas: familiares,
personales, económicos, sociales, etc.

¿Por qué somos así? ¿Por qué no nos gusta esperar? ¿Por qué todo lo
queremos ya? La respuesta está en la condición del hombre, el hombre
separado de Dios, del conocimiento de Dios. El profeta Oseas habla al
pueblo de Israel un mensaje proveniente de Dios, en el cual les dice: "Mi
pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento" (Os.4:6). Es
interesante observar que dice "mi pueblo fue destruido". Sí Dios sabía
que el pueblo podía ser destruido por falta de conocimiento ¿Porqué
entonces no lo evitó? ¿Será que la decisión de conocer a Dios y el
aprendizaje de sus mandatos es una decisión exclusiva del hombre? ¿Qué
crees tú?. ¿Piensas que Dios comprenderá la ignorancia que tienes
respecto a sus caminos y por eso siempre te protegerá de ser destruido?

Nuestro amado Padre celestial siempre nos ha querido enseñar que es de


suma importancia el aprender a esperar. Cuando lees el libro de Génesis
y recuerdas como fue el origen de este mundo, entiendes que desde ese
tiempo Dios estaba mostrando el principio de trabajar, esperar y
descansar. Las escrituras muestran varios pasajes en los cuales se
pueden apreciar claramente estos principios.
Volvamos al libro de Génesis por un momento y recordemos como se inició
el proceso. El primer día se hizo la luz, el segundo día se separaron
las aguas de las aguas, el tercer día se produjeron los árboles, etc., el
cuarto día se hicieron las lumbreras, el quinto día se hicieron los peces
y aves, el sexto día se hizo al hombre. El día séptimo, Dios terminó la
obra y descansó. ¿No crees que Dios pudo haber terminado antes? Él es
Dios y tiene el poder para hacerlo. ¿Por qué descansó? ¿Acaso se
cansaría Dios después de tanto trabajo?

Jesucristo declaró que el día de reposo fue hecho por causa del hombre y
no el hombre por causa del día de reposo. (Mr.2:27.) ¿Por qué Dios nos
quiso dar un día de reposo si nosotros fuimos hechos a su imagen y
semejanza? ¿Por qué no podríamos trabajar continuamente? ¿Por qué Dios
creó el día y la noche? ¿No sería que Dios desde el principio siempre ha
querido que el hombre pueda tener un tiempo de reposo?

Actualmente muchos psicólogos están plenamente convencidos que el hombre


para mantener un equilibrio en su personalidad necesitan reposar, según
los estudios que han hecho éstos opinan que el hombre debería descansar
diariamente una hora; durante la noche tener de 7 a 8 horas de un sueño
reparador en una habitación ventilada; un día completo de 24 horas
durante la semana, y tres semanas de vacaciones en la montaña o en el mar
por cada año de trabajo.

En el libro de Daniel, en el capítulo 10, se habla de una experiencia que


vivió el profeta Daniel. Este se encontraba afligido durante tres
semanas, y en el día 24 de ese mes mientras se encontraba orando tuvo una
visión. Un ángel del Señor le estaba visitando; durante ese momento el
había perdido todas sus fuerzas y le faltaba aliento. (Dn.10:18), pero
una vez que el ángel comenzó diciéndole “...esfuérzate y aliéntate..."
Esas palabras fueron suficientes, el mismo Daniel dice que mientras el
ángel hablaba, el recobraba sus fuerzas (Dn.10:19). De este pasaje
podemos destacar dos aspectos interesantes:

a. El ángel trajo una respuesta a Daniel, porque Daniel había


dispuesto su corazón para entender y humillarse en la presencia de Dios.
b. Daniel estuvo esperando durante tres semanas una respuesta.

¿Cuanto tiempo esperar? A Daniel le llevó tres semanas a pesar de que


sus palabras fueron escuchadas desde el primer día, ya que él dispuso su
corazón a entender y a humillarse en la presencia de Dios. Según las
leyes físicas que rigen nuestro universo se ha podido comprobar que la
velocidad con que se desplaza el sonido es de 331 metros/segundo. Eso
significa que si ocurriese una explosión a 993 metros de donde nos
encontramos, el sonido de la explosión lo escucharíamos tres segundos más
tarde. Ahora, si nosotros colocamos ciertas barreras que interrumpan la
propagación de estas ondas, probablemente no escucharemos nada.

Como puedes ver, si en la comunicación que mantienes con Dios existen


barreras, si tu corazón no está dispuesto a humillarse, si no te has
dispuesto a entender, entonces es muy probable que no escuches nada.
Estas barreras impedirían que el mensaje llegara con claridad o que
llegase a la velocidad a la cual deberían llegar.
Una de las cosas que debemos aprender de Dios es que Él es soberano, y
que Él mejor que nadie sabrá cuanto tiempo puedo esperar una respuesta.
Así que por esa parte no debes preocuparte. Para que podamos descansar
Dios ha creado la noche, para cosechar primero hay que sembrar, como
dice el Predicador... "hay un tiempo para todo" (Ec.3:1-8).

En el libro de Eclesiastés se nos dice que Dios ha creado el trabajo para


que los hombres se ocupen en él, y que todo lo hizo hermoso en su tiempo.
También dice que todo lo que Dios hace será perpetuo, que sobre eso no se
añadirá, ni de ello se disminuirá, y que esto lo ha hecho para que
delante de Él los hombres teman. Si Dios estableció que es necesario que
los hombres esperen, eso nunca será cambiado. Si te das cuenta vamos a
vivir para siempre. De seguro existirán días iguales, en los cuales
tendrás que cumplir una serie de rutinas y esto será por la eternidad.
Por lo tanto, puede ser que tengas que esperar un día, una semana, un
año, el tiempo que Dios considere necesario. La verdad con certeza
cuanto tiempo nunca lo sabremos. Lo importante es estar plenamente
convencidos que Dios sí lo sabe. Y la otra cosa importante saber es que
yo con mi actitud puedo retrasar la respuesta. Que puedo ser destruido
si no tengo el conocimiento necesario de Dios y que este conocimiento
dependerá de la comunión que yo pueda tener con Dios a través de su
Espíritu Santo.

Si disponemos nuestro corazón como Daniel y nos humillamos delante de la


presencia de Dios, buscando entender su voluntad, preparándonos para
verle cara a cara, la espera puede convertirse en una de las acciones
más edificantes a nuestro espíritu. Como dice el Señor… "El que creyere
no se apresure" (Is.28:16).

Dios, nuestro Padre, sabe hacerse esperar y lo hace perfectamente. Tú


comenzarás a entenderlo en la medida en que tu vida se edifique en la
esperanza de llegar a conocerle cada día más. Cree que pronto le podrás
ver. Él así lo ha determinado, y entonces vivirás lleno de gozo y
alegría.

CAPITULO 7

CÓMO ESPERAR

“Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome de aliento


vuestro corazón " (Salmo 31:24).

Cuando en nuestro camino nos encontramos en situaciones que requieren de


nosotros la capacidad de esperar, es cuando comenzamos a entender que el
esperar, el tener paciencia, el confiar, son las actitudes más difíciles
de practicar.
Cuán difícil se hace alcanzar una meta, obtener algo deseado. Cuán
largos se hacen los días y las noches. Sin embargo, si nos estuviésemos
preparando para presentar un examen, o enfrentando a una situación a la
cual no nos sintiéramos preparados; entonces los días parecen horas y las
horas segundos.

Comenzamos a sufrir ciertos cambios, nuestro carácter cambia. El mundo


que antes era hermoso se convierte en algo despreciable. Nos volvemos
sensibles y débiles y al finalizar la situación lo más probable es que
hayamos tomado la decisión equivocada. ¿Existe alguna solución a todos
estos embates que acompañan la espera?, ¿Como debemos hacerlos?,
¿Sentados y descansando, agitados y preocupados, o esforzándonos y
reposando en Dios nuestra confianza y tomando aliento?

La palabra de Dios nos dice que todos los que esperan en Él deben
esforzarse. (Sal.31:24). Pero, ¿que quiere decir "esforzarse"?. La
palabra esforzarse que conocemos proviene del latín esfortiare, que
significa "dar fuerza o vigor" En otras palabras, Dios manda a aplicar
fuerza, vigor, a todos aquellos que esperan en Él. Es decir, si
esperamos ver resultados en nuestras metas, objetivos, hay que realizar
un trabajo... "esperar"... hay que aplicar todas nuestras energías.

De la misma naturaleza aprendemos algunas leyes físicas que hemos


denominado universales. Existen dos conceptos que se utilizan
constantemente en la aplicación de algunas de estas leyes. Estos son:

1. La Energía: Capacidad que tiene un cuerpo de realizar


un trabajo.

2. La Potencia. Trabajo realizado por una fuerza durante un


tiempo determinado.

Cuando Dios habla de esforzarnos, realmente está hablando en términos de


esta naturaleza. De la palabra "Esforzaos" entendemos que se necesita
aplicar fuerzas, de la palabra "aliento" entendemos que estas fuerzas
deben ser aplicadas durante un tiempo determinado. En otras palabras,
Dios nos manda a aplicar fuerzas, nos manda aplicar toda la energía que
poseemos. Si es necesario que esperemos, entonces, debemos estar en
excelentes condiciones físicas y espirituales. En el libro de los
Proverbios, en el capítulo 18, verso 14, podemos leer las siguientes
palabras: "El ánimo del hombre soportará su enfermedad, más ¿quién
soportará al de ánimo angustiado? El alma del que trabaja, trabaja para
sí, porque su boca lo estimula. Si permites que la angustia domine tu
intelecto, entonces comenzarás a dar cabida a la preocupación. Si
permites que el desánimo llegue a formar parte de tu vida, entonces
habrás fracasado antes de comenzar cualquier proyecto.

Si te encuentras en una situación como esta, si han disminuido tus horas


de sueño , si te sientes extremadamente cansado es muy probable que estás
siendo atacado por la angustia y la preocupación. Dios nos ha otorgado
suficientes armas con las cuales poder defendernos de este tipo de
ataque.
Comienza hoy mismo, toma la iniciativa de enfrentar esta situación con
todas las armas espirituales que Dios nos ha entregado. El alma del que
trabaja, trabaja para sí, porque su boca lo estimula (Pr.16:26); es
importante destacar que el aliento, el ánimo, es creado en este caso por
las palabras que se están pronunciando. Un verso similar a éste, lo
encontramos en el libro del profeta Joel. "...diga el débil fuerte
soy..." (Jl.3:10). Es Dios mismo quien manda al pueblo para prepararse
para la guerra. Si Dios lo ha dicho, quién podrá decir que si lo hacemos
no funcionará. "..Su boca lo estimula..." Comienza a hablar la palabra
y comenzarás a experimentar la libertad del reino. Escaparás del reino
de la angustia, de la depresión y de la ansiedad. La angustia, la
depresión, la ansiedad provienen de la falta de confianza en Dios. Es
decir, si sientes que estás en una de esa situación, quizás deberías
decir: "He perdido la confianza en Dios". Son duras estás palabras ¿No
es verdad?, pero eso es exactamente lo que estás haciendo cuando das
cabida a este tipo de sentimiento.

Es necesario que comiences a reflexionar sobre los actos que haces y que
te causan inseguridad, luego pronuncia la palabra de salvación sobre tu
vida y aplica toda la energía posible de manera que puedas afrontar
cualquier situación que se te presente, plenamente confiado en Dios.

¿Sabías que el poder que resucitó a Jesucristo es el mismo que opera en


tu vida? "...y cual la supereminente grandeza de su poder para con
nosotros los que creemos según la operación de su fuerza" (Ef.1:19).

¿Para que crees que es ese poder, esa potencia?, ¿No es acaso el
evangelio de Dios potencia de Dios para salvación a todo aquel que cree?
Esa potencia, ese poder habita dentro de ti y es suficiente para destruir
todo tipo de sentimiento como el desaliento, desánimo, ansiedad.
Recuerda, ese poder está dentro de ti, te da la capacidad de desechar
toda ansiedad. Como dijo el apóstol Pedro "Echando toda vuestra
ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros" (1 Pe.5:7).

Dios está cuidando de ti diariamente. No pierdas tiempo pensando si Dios


te cuida o no te cuida. Él lo ha dicho. Él quiere quitar de ti toda
carga, toda ansiedad. "Ciertamente ninguno de cuantos esperan en Él
serán confundidos" (Sal.25:3). Dios no dejará que seas confundido. Si
dejas que la ansiedad te domine y que se apodere de ti la angustia, de
seguro que te confundirás y errarás en la visión que hay para tu vida.
Te desesperarás y al final como resultado, el fracaso, la infelicidad, el
desaliento estarán en capacidad de destruir tu vida con toda clase de
enfermedades.

No sería justo que tú, poseyendo ese poder en todo su ser, te vayas a
dejar vencer. Es necesario que te mantengas alerta, velando en oración
para que cuando llegue a tu vida ese momento de prueba puedas salir
victorioso y exaltes y alabes a Dios por todas las bendiciones recibidas.

Dios gustosamente derramará todo su amor en tu corazón, porque Él ha


puesto su Espíritu Santo en ti. (Ro.5:5).
Aprende a descansar en Dios. Recupera todo el tiempo que has perdido al
preocuparte en aquellas cosas que desde hace mucho tiempo han sido
vencidas por Dios. Esfuérzate, toma aliento y di a tu corazón: "Mi Dios
Reina". Pronuncia las palabras que Dios te ha dejado. Jesús dijo:
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré
descansar" (Mt.11:28).

Recuerda, Dios quiere que tú seas fortalecido "diga el débil fuerte soy",
eso lo comprendió David, por eso David dice en uno de los salmos: “Pero
tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; será ungido con aceite
fresco" (Sal.92:10). Dios te dará el poder para emprender toda obra, te
dará el descanso necesario para que la puedas terminar manteniendo
siempre gozo y alegría y puedas glorificarle en todo momento.

CAPITULO 8

POR QUÉ ESPERAR

“Pero los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán
" (Gen.2:7).

¿Qué hay detrás del esperar? ¿Porqué esperar cuando hemos creído en un
Dios que es capaz de milagros, grandes maravillas en fracciones de
segundos? Dios hizo nuestro mundo en siete días. El mundo fue
destruido con un diluvio en 40 días. Si el Mar Rojo pudo ser separado,
el río Jordán también fue separado en tan solo un instante. ¿Por qué
debemos aprender a esperar? ¿Por qué acostumbrarnos a esperar?

La palabra de Dios dice: “Los que confían en Jehová son como el monte de
Sión, que no se mueve, sino que permanece para siempre" (Sal.125:1).
Con esto nos dice que si queremos ser inmovibles, si queremos permanecer
para siempre, si queremos que nuestras fuerzas se renueven, si queremos
correr y no cansarnos, caminar y no fatigarnos, entonces debo esperar en
Dios confiando en Él y Él hará. (Sal.37).

Dios es nuestra respuesta, la solución a cualquier crisis que los seres


humanos puedan vivir. David dijo: “Invoqué a Jehová y Él me respondió
poniéndome en lugar espacioso" (Sal. : ). Dios quiere darnos la
tierra como herencia. "Los que esperan en Jehová, ellos heredarán la
tierra" (Sal.37:9). Podrán venir contra ti todas las naciones y
rodearte, pero tú puedes destruirlas en el nombre de Jehová
(Sal.118:10). No morirás sino que vivirás y contarás las obras de
Jehová. Aunque tu alma sea abatida, Dios puede vivificarte. Aunque tu
alma se deshaga de ansiedad, Él con su palabra te sustentará (Sal.119).
Si la aflicción quisiera apoderarse de ti, La ley de Jehová te libertará.
Su Ley pude ser tu delicia. Haz que sus testimonios sean tu meditación.
Él no dará tu pie al resbaladero, no se dormirá el que te guarda
(Sal.121). Después de leer esas promesas que Dios te ha dejado escritas,
piensa: ¿Necesitas preocuparte? ¿Verdad que no?

Hermano, si Dios no cuidara de ti, en vano sería que velaras. No hay


necesidad de levantarse de madrugada, y tarde a reposar y comer pan de
dolores, si tu confianza no está puesta en Dios. Dios ha dicho "A su
amado Dios dará el sueño" (Sal. : ). Sea bendito el nombre de Dios por
siempre y para siempre.

El que teme a Dios espera en Dios. El que teme a Dios se deleita en la


palabra de Dios. El que teme a Dios es hecho libre de todo yugo, porque
dondequiera que está el Espíritu de Dios allí hay libertad. No hay
cadenas que puedan sujetarte y separarte de la presencia de Dios si tú
confianza y temor están puesto en Él. Él es el autor y consumador de la
fe. ¿Por qué esperar a Jehová? Porque Él a su debido tiempo responderá,
te enviara su palabra, te libertará de tu ruina (Sal 107:).

Bien es cierto, que escrito está que el cielo y la tierra pasarán más su
palabra no pasará, ni una tilde dejará de cumplirse. Si esto es así, no
debe quedar ninguna duda de que cada promesa que nos ha dejado se
cumplirá.

A través de este proceso de espera nuestra vida en Cristo crece, se


desarrolla y se expande y podemos ayudar a otros a través del testimonio
y así edificamos al cuerpo de Cristo. Porque el que es de Dios ha
vencido al mundo a través de la fe. Esa es nuestra victoria la fe.

Amado hermano, no podemos esperar si no tenemos fe, y nuestra fe irá


creciendo en la medida que aprendemos a esperar en Dios. La palabra de
Dios dice: "sin fe es imposible agradar a Dios". Esto implica, que si no
aprendes a esperar en Dios lo más probable es que tampoco puedas
agradarle.

¿Por qué esperar? Dios así lo quiere, debes aprender a esperar. Como
dijo David: “ pacientemente esperé a Jehová y el me oyó". Que estas
palabras puedan vivificarse en todo tu ser y seas edificado en el
conocimiento de la espera en Dios a través de la comunión con el Padre
por medio de su Santo Espíritu. Gloria a Dios.
CAPITULO 9

COMO SE DESARROLLA EL HÁBITO

"También en el camino de tus juicios, OH Jehová, te hemos esperado; tu


nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma" (Isaías 26:8).

En este capítulo estaremos hablando del proceso de formación de una


disciplina de oración. Para esto haremos una breve reseña a los
estímulos que influyen en la formación de conductas determinadas.

Algunos psicólogos, estudiosos de la conducta, opinan que el hábito tiene


un lugar prominente en la vida del hombre, y que es un poderoso elemento
de educación y por lo tanto del robustecimiento del carácter. Dios en su
palabra nos habla de los frutos del Espíritu Santo (Gal.5).

Entre estos frutos se encuentran dos que tendrán una gran influencia en
la formación de este hábito. La templanza y la mansedumbre. Es bien
sabido que muchos de los que se hacen llamar cristianos carecen de estos
frutos. Sin embargo, otro grupo que sí ha experimentado la obra de Dios
en su ser, también carece de estos frutos. ¿Por qué en muchos cristianos
estos frutos no se manifiestan? ¿Habrán sido mal enseñados? ¿Será que
nunca han escuchado de la importancia de estos?

Si establecemos una secuencia del orden como trabaja Dios con el hombre,
encontraremos el siguiente orden:

Primero: Dios coloca las pautas a seguir.

Segundo: El Espíritu es enviado a orientarnos.

Tercero: Nuestro espíritu es guiado por el Espíritu de Dios.

Cuarto: Nuestra alma es enseñada por el Espíritu de Dios.

Quinto: Nuestro cuerpo es controlado por la acción del Espíritu de


Dios en nuestra vida.

Cuando escuchamos un mensaje basado en la palabra de Dios,


automáticamente somos motivados a estar atentos y escuchar detenidamente
qué se está diciendo. A través de la revelación que en ese momento
estamos recibiendo, nuestro intelecto va adquiriendo información que es
utilizada por el Espíritu de Dios para guiarnos a toda verdad. Como el
mensaje es procesado en nuestra mente para que sea ejecutado, deberá
estar arraigado en nuestro corazón. Por lo tanto, en ese momento
sucederá un análisis entre nuestra mente y nuestro corazón. Dominará el
que sea más fuerte, ya sea el mensaje o lo que esté fundamentado en
nuestro corazón. Solamente si yo estoy dispuesto a hacer la voluntad de
Dios, aceptaré lo que Dios me está encomendando en ese momento. Una vez
que se haya tomado la decisión de aceptar el mensaje de Dios. Dios lo
confirmará en nosotros de manera que nuestra fe sea fortalecida. David
dijo: "hacer tu voluntad me ha agradado" (Sal. : ). David se había
sujetado a lo que el Espíritu de Dios le enseñaba y él mismo reconoce que
la voluntad de Dios es agradable y perfecta. Surge a nuestra mente la
pregunta ¿Cómo puedo yo agradar a Dios? La verdad es que nosotros
actuando humanamente nunca podremos lograrlo. Es la obra del Espíritu
Santo la que hará de nosotros si nos sujetamos a Dios con sacrificios
agradables a sus ojos.

Lo que queda de nuestra parte es la sujeción a Dios. La mansedumbre y


sujeción a Dios es una de las claves. Jesús dijo: "llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mi, que yo soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera
mi carga" (Mt.11:29,30). Para lograr este estado de mansedumbre debo
cumplir básicamente tres pasos:

El primer paso que debemos dar es el siguiente: Ser sensible. Esto es


un sinónimo de arrepentimiento. Un segundo paso es: Ejercer una
confesión diaria. Y un tercer paso que demos dar es: Mantenernos libres.

LA AUTOLIBERACIÓN.

A través de esta serie de pasos iremos formando en nosotros la


personalidad y el carácter con el cual el Espíritu de Dios podrá trabajar
y en lo cual Dios se alegrará de ti. Podrás establecer la comunión tan
anhelada con su Espíritu y serás transformado en lo que Dios quiere hacer
de ti, un instrumento para su gloria y para su honra.

Tomemos por el momento un ejemplo sencillo. Cuando éramos niños,


nuestros padres nos enseñaron que debíamos limpiarnos los dientes después
de cada comida. Mientras éramos niños realmente no entendíamos el
significado de esas palabras, simplemente lo hicimos porque nuestros
padres nos lo impusieron. Una vez que fuimos adultos, ya estábamos
completamente conscientes de la importancia de hacerlo. Sencillamente,
ese proceso se grabó en nuestra mente. Asimismo, el proceso de hacernos
conscientes requerirá de ciertos pasos que implican la sujeción de
nuestro ser a los mandatos de Dios. Con lo dientes, estoy seguro que
muchos agradecerán a sus padres todos aquellos regaños que hoy día
contribuyen a que tengan una dentadura sana. Así también, Dios vela por
tu salud espiritual de manera que tu espíritu se mantenga libre, sano y
puedas glorificarle por todas las cosas buenas que Dios ha hecho contigo.

Es necesario mantener el canal de comunicaciones entre Dios y nuestra


persona tan limpio como pueda ser posible, de manera que nunca erremos en
la visión que Dios nos ha encomendado.

LA SENSIBILIZACIÓN.

Este es un proceso que permitirá en nosotros tener la capacidad de captar


la voluntad de Dios de una manera rápida y sin dudas. Como antes
dijimos, está basada en el fundamento del arrepentimiento.

Dice la palabra de Dios en el libro de Joel: "..Convertíos a mí con todo


vuestro corazón, con ayuno, lloro, y lamento" (Joel 2:12.) ¿En qué
estado se encuentra tu conversión con Dios? ¿Medio corazón, cero ayuno?
¿Cuándo fue la última vez que lloraste? ¿Realmente estás convertido...
en qué sentido?

Dios está dispuesto a hacerte conocer su voluntad. ¿Recuerdas cuando


Dios dice: "Clama a mí y yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y
ocultas que tú no conoces"? (Jer.33:3). ¿Sabes tú todas estas cosas?
¿Has clamado últimamente de tal manera que estas cosas te hayan sido
reveladas? También dice la palabra que si confiesas tus pecados
alcanzarás misericordia. Comienza a anunciar la voluntad de Dios.
Comienza a proclamar alabanzas en su santo templo. Declara con fe tu
victoria. No continúes bajo el yugo de la tradición humana, bajo el yugo
de los pensamientos inicuos. Como dice el Señor, levanta tu cabeza
porque tu redención está cerca.

La sensibilización solamente la lograrás cuando abras tu corazón a Dios,


reconociéndole como Señor de tu vida. Cuando te dediques a buscar su
rostro continuamente. Cuando clames por la necesidad que tiene tu alma de
ser enseñada por el Espíritu Santo.

LA CONFESIÓN DIARIA

¿Qué significa confesión? La palabra confesión proviene de una palabra


griega que significa estar de acuerdo con Dios en lo que se refiere a la
opinión de Él sobre la voluntad que Él tiene para ti. También significa
admitir la culpa, un acto de admisión declarada, un debate entre nosotros
y nuestro corazón. Mi vida de oración, es un reflejo de mi vida
espiritual, ya que es esa etapa donde mi espíritu se encuentra con el
Espíritu Santo y es edificado, enseñado, libertado, sanado. Es decir, si
mi vida de oración es pobre, mi vida espiritual es pobre. David dijo:
"Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría
escuchado" (Sal.66:18). La confesión libera la conciencia de los
sentimientos de culpa que agobian nuestra alma, matando nuestra fe y
nuestro corazón para poder creer que Dios oirá nuestras peticiones.

En el momento que admitimos que hay determinadas clases de actos que


desagradan a Dios. Entonces tenemos suficiente motivos para pedir
perdón. No puede haber sanidad adentro mientras no haya una confesión
afuera. Dios se derramará en ti tan pronto como él sepa que te
encuentras listo para cumplir la misión que Él te ha encomendado. Es
necesario que haya un cambio en tu carácter para que la presencia de Dios
a través de la unción de su Espíritu pueda posarse sobre ti. ¿Cómo crees
que Dios, que es Santo, pueda enviar su Espíritu para que habite en un
templo destruido por el pecado, en un creyente que se regocija en la
maldad y en la vanidad de un mundo influenciado por la corrupción que los
hombres apartados de Dios han creado?. El pecado es una de las causas
que ocasionan el desinterés, la indiferencia. Es imposible que personas
indiferentes cambien el mundo.

Si estudiamos las palabras que David declaró en el salmo 139,


encontraremos una guía útil de cómo pedir al Espíritu de Dios que haga
una limpieza de todo nuestro ser. Aquellos hombres que han sido usados
poderosamente por Dios, son aquellos que también se dispusieron a
confesar sus debilidades. Recuerda el caso del Profeta Isaías. Cuando
Isaías declara "Soy muerto" ( ) fue entonces cuando Dios lo
invita a seguir luchando; porque Dios tenía para él muchos planes que
deberían cumplirse primero. Una vez que Job confesó su pecado, al
enfrentarse contra Dios en una disputa sobre la justicia, fue cuando Dios
le pidió que orara por sus amigos, ya que estos no habían hablado sobre
Él justamente. Dios lo levantó y le concedió el doble de lo que tenía
antes ( ). Cuando Daniel estaba confesando su pecado y el de su
pueblo, fue cuando Dios le envió un ángel con una respuesta. ( ).

El Espíritu Santo obrará a través de un vaso limpio, puro, un vaso de


honra. La confesión nos conduce a la purificación a través de la
santificación al desechar todas aquellas cosas que no agradan al Padre.
Dios dice en el libro de Isaías: " Vuestros pecados han hecho división
entre vosotros y vuestro Dios" (Is.59:2). Dios no quiere que esa sea tu
actitud, Dios no quiere que te mantengas separado de Él por causa del
pecado. Tampoco quiere que finjas un falso arrepentimiento como hizo el
faraón egipcio. O como el mago Simón, que quiso comprar el don de Dios.

Es necesario que como instrumento de Dios, puedas conservarte puro,


santificado, de la misma forma que permanecían los utensilios en la casa
de Dios. Por esa razón, siempre debes acudir a tu creador y confesar
cualquier acto que pueda considerarse pecaminoso o conducta similar a
esta. No pierdas el brillo de la gracia que Dios ha puesto en ti.
Bendice a Dios y comienza hoy mismo a confesar delante de Él tus pecados,
y sé un instrumento digno de ser utilizado por Él.

LA AUTOLIBERACIÓN

En este punto hablaremos de este tema ya que es de suma importancia y


tiene una gran influencia en el desarrollo del don de la templanza
durante nuestro crecimiento espiritual.

¿Te sientes completamente libre de cualquier opresión?. ¿Te consideras


más santo que los demás? ¿Te consideras mucho menor que los demás?.
Dios nos dice que ninguno de nosotros debe tener un concepto más alto de
sí mismo, sino que debe pensar de sí con cordura (Ro.12:3.) Si este es
tu caso, necesitas un proceso de auto liberación. Dijo Jesucristo que
cuando un espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos
buscando reposo y no lo halla. Entonces dice que volverá a su casa de
donde salió y cuando llega la encuentra desocupada, barrida y adornada.
Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él.

Cuando leemos ese pasaje (Mt.12:43-45), encontramos que el espíritu


inmundo va a buscar otros siete peores que él, En otras palabras,
aparentemente tiene entrada y salida libre de la casa, o esa casa se la
pasa con las puertas abiertas, o por lo menos sin cerraduras. ¿Cómo
sabes que tu casa tiene todas las cerraduras buenas? ¿Cuando fue la
última vez que las revisaste?, ¿No lo recuerdas? Si esto es verdad,
será mejor que te vayas preparando para este proceso de auto liberación.
La realidad es que hay muchos espíritus vagando, deseando entrar en las
casas que han sido arregladas, adornadas, barridas, etc. También podemos
leer que el espíritu inmundo no encontraba reposo en los lugares secos
por donde andaba. ¿Crees que ellos seguirán vagando si saben que pueden
permanecer en una casa limpia, barrida y adornada? ¿No te das cuenta que
estas casas limpias representan hombres que llegaron a Dios, se
convierten y son liberados por el poder de su Gracia?

La vida de alguien que todavía no ha sido salvado, no se encuentra


limpia, adornada, ni barrida. Las casas barridas, adornadas son de
aquellos que se acercan a Dios.

Así que, hermano, comienza a vigilar tu puerta, vigila tu vida, vigila tu


alma. Porque haciendo esto podrás estar seguro de que nada podrá
arrebatarte lo que Dios te ha dado.

En resumen, podemos decir que la formación del hábito de permanecer


constante en la oración requiere de un proceso de sanidad interior, de la
conciencia que hayas adquirido de tu necesidad espiritual, de la decisión
que en tu corazón pueda formarse de ser completamente liberado por Dios.
"Donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad". El hecho de saber
que necesitas arrepentirte unido al deseo de conocer cada día la voluntad
de Dios, el mantenerte limpio, puro a través de la confesión y el proceso
de auto liberación, son el resultado de una voluntad sujeta a Dios
(mansedumbre), y el resultado de comenzar a ejecutar la voluntad de Dios
mostrará la templanza, la seguridad en ti mismo de que el poder y la
gracia de Dios fluirá por todo tu ser, porque es su Espíritu quien estará
operando a través de ti.

Amado hermano, no tardes en responder a este llamado que te hace Dios.


La corona que te espera es grande y hermosa y el propósito que Dios tiene
para ti, supera cualquier meta que estés tratando de lograr por ti
mismo.

Es nuestro Padre quien ha emprendido la obra y es Él quien va a


terminarla perfeccionándote. Eres su empresa y Él la conducirá a
alcanzar la máxima producción, la máxima efectividad. Dispón tu corazón
a Dios, sé sabio de corazón, como aquellos hombres voluntariosos de
corazón que Dios escogió para trabajar en la construcción de su templo.
Dios te bendecirá en todo fruto de justicia, paz, gozo y amor
preparándote así para la gran obra y para el ministerio que ha
establecido para Su iglesia aquí en la tierra. Que el Dios de Paz te
conceda su gracia y ponga en ti el deseo de aceptar ese llamado.
CAPITULO 10

LA PURIFICACIÓN A TRAVÉS DE LA ORACIÓN

“Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en


medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová "
(Isaías 52:11).

La palabra de Dios nos habla en la primera carta de Juan (1 Jn.3:3),


sobre la forma en que somos purificados al tener nuestra esperanza
fundamentada en Jesucristo. El apóstol dice que aún no se ha manifestado
lo que hemos de ser, pero que cuando se manifieste seremos semejantes a
Él porque le veremos cara a cara. ¿Te das cuenta, hermano, que seremos
semejantes a Él cuando le veamos cara a cara? El apóstol dijo que si
teníamos esa esperanza entonces seríamos purificados. David dice en el
salmo 51, verso 7: “Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré
más blanco que la nieve". El hisopo del cual habla David era una planta
que se utilizaba para rociar un líquido sobre alguna cosa. Como cuando
Dios mandó a rociar los dinteles de las casas de los primogénitos de los
israelitas.

Dios envió a su Hijo Jesucristo el cual derramó su sangre por nosotros y


nos roció con ella, alcanzando nosotros así la misericordia de Dios y la
redención de toda la maldición establecida por la Ley. No necesitamos el
hisopo, pero sí necesitamos permanecer rociados con la sangre de nuestro
Señor Jesucristo si queremos permanecer aceptos a Dios. Así mismo fuimos
lavados por las aguas del bautismo, ( ) y hemos sido limpiados
por las palabras que Jesús nos habló ( ).

En el capitulo 15 del evangelio de San Juan, verso 2 Jesús dice: " todo
pámpano que en mí no lleva fruto lo quitará y todo aquel que lleve fruto
lo limpiará para que lleve más fruto". Dios quiere que demos más fruto
de lo que normalmente podemos dar. Él está dispuesto a podarnos para que
podamos producir más. Dios quiere limpiarnos. Él quiere quitar aquellas
cosas que consumen nuestra energía y que no nos dejan producir más fruto
del que podemos dar. Este proceso de limpieza también lo denominaremos
purificación. Este consiste en ser puro así como Dios es puro. En el
Libro de Hebreos se mencionan unas aguas de la purificación, las cuales
se utilizaban en el tiempo de Moisés para limpiar toda inmundicia en la
cual se hubiere contaminado una persona. La Biblia dice que estas aguas
santificaban para la purificación. ¿Te das cuenta que aunque estés
santificado, necesitas purificarte? Las obras que haces para mantenerte
en santidad son las que te conducirán a la purificación. Si volvemos al
Libro de los Hebreos encontraremos que la palabra de Dios declara que la
sangre de Cristo limpiará nuestra consciencia de las obras muertas. La
purificación estará obrando sobre tu conciencia. ¡Gloria a Dios! Dios
cambiará tu forma de actuar, porque irá purificando tu conciencia cada
vez más.

Recordemos por un momento como se realizaba antes el proceso de las aguas


de purificación. El pasaje que hace referencia a estas aguas se
encuentra en el Libro de Números, capítulo 19. Las aguas de la
purificación estaban formadas por una mezcla de las cenizas de una vaca
alazana perfecta en la cual no debería haber ninguna falta, ni siquiera
debía haber usado yugo. Esta vaca era ofrecida en sacrificio, quemada y
luego las cenizas se mezclaban con agua y se les daba a beber, o se
rociaban a las personas que hubiesen estado inmundas y así estás podían
ser purificadas nuevamente. Es interesante observar en ese capítulo que
la persona que ofrecía el sacrificio solo por ofrecerlo, permanecía
inmunda hasta la noche. Es decir, no era sino hasta el otro día que ella
quedaría limpia. Nosotros no tenemos que pasa por esto, ya que el
sacrificio de Jesucristo es continuo. Dios nos está limpiando
constantemente, purificando constantemente. Nosotros como inmundos no
podríamos acercarnos a Dios. Más el plan de Dios es perfecto y así como
el hombre leproso le preguntó a Jesús si quería limpiarlo y Jesús le
contestó "Quiero, sé limpio", asimismo, Dios está siempre dispuesto a
limpiarte, a purificarte, a santificarte. Y como limpios podemos ser
purificados al tener nuestra esperanza en Jesucristo. Dios renueva
nuestro hombre interior día tras día, y así también nuestro hombre
interior desea ser revestido de esa nueva mansión celestial.

Nuestras oraciones deben reflejar el profundo deseo que sentimos de


alcanzar ese grado de santidad. El Espíritu de Dios estará con nosotros
en todo momento, intercediendo según nuestra necesidad en el espíritu.

Él hablará el mismo lenguaje del Padre, y nos enseñará cual es la


voluntad perfecta y agradable del Padre, porque Él conoce cuál es la
voluntad de Dios. (Ro.8:27.) Comienza hoy mismo a desarrollar la oración
en el espíritu. Su precioso Espíritu estará esperando para ayudarte. El
apóstol Judas nos dice: “edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando
en el Espíritu Santo" (Judas 1:20).

Jesucristo también nos recordó que debemos ser perfectos así como nuestro
Padre celestial es perfecto (Mt.5:48). El grado de limpieza dependerá de
cuánta disposición tenemos en nuestra dedicación a Dios y a su Espíritu
Santo, en la comunión que con La Deidad deseemos alcanzar. Recordando
que es Dios el que puede perfeccionarnos y no nosotros por nuestros
esfuerzos. Los instrumentos de un médico cirujano, no solo deben estar
limpios; sino que deben estar esterilizados. Dios quiere proporcionarte
el mayor grado de limpieza posible. Tú solo debes estar dispuesto a
entregar tu corazón, tu alma, tu cuerpo. Tú solo debes desear ser ese
instrumento en las manos de tu Dios.

"Y aquel que tiene esta esperanza en Él, se purifica a sí mismo, así como
Él es puro" (1 Jn.3:3.) ¿Tienes tú esa esperanza? ¿Qué esperas para
tenerla?

Nunca olvides que esperar es "Declarar la voluntad de Dios para tu vida".


Dios te ama, y en ese amor se encuentra revelado todo el conocimiento que
necesitas para alcanzar esa perfección.
CAPITULO 11

LA OFRENDA A TRAVÉS DE LA ORACIÓN

"Vuelve, OH Israel, a Jehová tu Dios; porque por tus pecados has caído.
Llevad con vosotros palabras de súplica y volved a Jehová y decidle,
quita toda iniquidad y acepta el bien; y te ofreceremos la ofrenda de
nuestros labios" (Oseas 14:2).

Jehová dijo a Moisés, habla a los sacerdotes hijos de Aarón y diles:


“Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las
ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto,
serán santos" (Lev.21:16).

Cuando el profeta Oseas habla al pueblo de Israel, lo hace por


inspiración directa de Dios. Es Dios directamente hablando quién nos
está pidiendo que quitemos la iniquidad; ya que hoy día nosotros
representamos a ese pueblo de sacerdotes. Es necesario que de nuestros
labios surjan estas ofrendas. Dios había establecido que ninguno de los
descendientes de Aarón por todas sus generaciones que tuviesen algún
defecto, podían acercarse a Él para ofrecer el Pan de su Dios, porque
éste era de lo muy santo, y también les prohibió comer de las cosas muy
santificadas. Ni siquiera les permitía que se acercaran tras el velo o
del altar. Dios consideraba que si estos tenían defectos y se acercaban,
entonces el altar sería profanado.

Hoy día podríamos decir que se sigue cumpliendo algo parecido. Tuvo que
venir Jesucristo y por una sola ofrenda, Él Mismo, nos hizo perfectos
para siempre. El profeta Isaías una vez exclamó: “Si Jehová de los
Ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos y
semejante a Gomorra" ( ). Pero el Hijo de Dios descendió a la
tierra y llevando nuestras iniquidades, herido por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados, el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y
por sus llagas fuimos nosotros curados. Así de grande fue la ofrenda
presentada por todos nosotros. Por esa razón hoy día tú puedes ofrecer
el Pan de tu Dios. Jesucristo te hizo perfecto para siempre. Dios te
mira a través de su hijo Jesucristo. Recuerda que nuestras armas no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. La
palabra de Dios dice que Jesucristo nos hizo perfectos para siempre. No
puede haber nada que te impida el acceso a Dios mientras te mantengas
amparado bajo la sangre de Jesucristo. Tú podrás participar de la gloria
venidera cuando Jesucristo sea manifestado en gloria. Aleluya, Aleluya,
sea bendito el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Gloria a Dios que nos
ha librado de la destrucción repentina.

"Los caminos de Jehová son rectos y los justos andarán por ellos, más los
rebeldes caerán en ellos" ( ). Quizás hayas pecado y no sientas
perfecto, pero recuerda que Jesucristo representa nuestra reconciliación
con Dios. En Él se encuentra el perdón que necesitamos. Él es nuestra
paz ( ). Dios anunció desde mucho antes las cosas que
sucederían. Él mismo dijo: “Tierra alégrate y gózate, porque Jehová
hará grandes cosas" (Joel 2:21). Lo que Dios hizo, no tiene medida,
tamaño, o alguna forma específica como para ser definido. Es demasiado
grande para comprenderlo o entenderlo. No lo intentes, solo acéptalo.
Aprovecha el tiempo y disfruta de las primicias que Dios te está
ofreciendo.

Si por alguna razón aún no consigues alcanzar la comunión con Dios,


deberías examinar otros aspectos de tu vida espiritual. El profeta Joel
dijo inspirado por Dios: “Convertíos a mí con corazones y no con vuestros
vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios" (Joel 2;12,13).
Indudablemente que ellos conocían a Dios, porque Dios mismo les dice que
Él es su Dios. Pero ellos se habían convertido solo con sus vestidos,
exteriormente, y no habían sido renovados, no existía en ellos una
metanoia . Dios quiere una conversión desde el corazón. Uno de los
mandamientos nos manda a amar a Dios con todas nuestras fuerzas, nuestra
alma y con todo nuestro corazón. Dios había mandado a los sacerdotes del
pueblo de Israel: “Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes y
ministros de Jehová y digan perdona, OH Jehová, a tu pueblo... y Jehová
solícito no tardaría en responderles" Eso también te incluye a ti, ya
que tú pasaste a ser sacerdote de Dios. Es tu deber colaborar en la
liberación y salvación de los que están en peligro de perder sus almas.

Si dijeres... “Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que


pesa los corazones? ( ).

Dios ha prometido a aquellos que le buscan: "Si anduvieres no se


estrecharán tus pasos y si corrieres no tropezarás, retén el consejo,
guárdalo, porque eso es tu vida" (Pr.4:12,13).

La ofrenda a través de la oración es ofrecer a Dios lo que le pertenece


por medio de una creación hecha perfecta para siempre por la maravillosa
intervención de su mano. Ese plan fue concebido hace mucho tiempo atrás.
Las primeras personas en presentar ofrenda a Dios de las cuales tenemos
conocimiento fueron los hijos de Adán y Eva. La ofrenda que hizo Abel
fue agradable a los ojos de Dios, la de Caín no lo fue. El semblante de
Caín decayó cuando supo que su ofrenda no fue agradable a Dios. Dios le
dijo a Caín: “Si bien hiciereis, ¿no serás enaltecido? (Gen.4:7). Dios
siempre estará atento a tu ofrenda. Jesucristo estuvo atento a la viuda
que hacía ofrenda y también al rico que hizo ofrenda y Él sabía quién
realmente había dado más. Dios espera recibir de ti lo que tienes y no
lo que te sobra. Dios necesita tu templo completamente, no una parte del
templo. No puedes tener en tu templo un lugar para los vendedores y una
parte para la oración. El templo será llamado casa de oración.
Jesucristo dijo: "Cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre,
recibirá cien veces más y heredará la vida eterna" (Mt.19:29). Siempre
vas a tener. Si no tuvieses, Él te daría para que tuvieses, el pasaje
paralelo a este versículo (Lc.18:29,30) habla que recibiremos no solo en
este siglo, sino en el siglo venidero la vida eterna. Tú puedes dar más
de lo que hasta ahora has imaginado.

Dios concedió un canto a Moisés para que fuese recitado al pueblo. Este
dice:
"Escuchad, cielos y hablaré; oiga la tierra los dichos de mi boca.
Goteará como lluvia mi enseñanza; destilará como el rocío de mi
razonamiento: como llovizna sobre la grama, y como las gotas sobre la
hierba; porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro
Dios" ( ).

Amado hermano, si proclamas el nombre de Jehová de los Ejércitos,


sencillamente hasta los cielos te escucharán. Este canto fue inspirado
por Dios para que cuando vinieren muchos males y angustias al pueblo de
Israel, se recordaran que tenían un Dios al cual podían volverse y
recibirían el perdón y la restauración; y todos los cielos y la tierra
serían testigos que Dios los había escuchado.

Dios mismo ha establecido que la ofrenda que Él requiere debe surgir de


un corazón limpio (Mt. 5:23), es justicia (Os.3:3), tú eres esa ofrenda
especial, ese tesoro precioso. Tú eres su ofrenda especial. Y en la
medida que te presentas ante él limpio y puro, te santificas y purificas
cada día más ante su presencia.

Dios ha dicho " Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los
Ejércitos, en el día en que Yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que
perdona a su hijo que le sirve" ( ).

Hermano, tú pasaste a ser esa ofrenda agradable, la ofrenda que puede


permanecer, la ofrenda que habla y expresa; confiesa las maravillas del
Dios del universo, y anuncia sus virtudes a todos aquellos que no le
conocen. Tan solo abre tu boca y deja que Él llene tus pensamientos y
pronúncialos. Él te enseñará a hacerlo. Así podrás decir como decía
David: "Sacrificios de alabanza te ofreceré" (Sal.116:7). Solo las
palabras que acreditan a Dios la gloria y la honra, que provienen de la
perfección de su creación. Que son hechas por los perfectos y
santificados, constituirán esas ofrendas agradables a los ojos de Dios.

Comienza ahora a inundar los cielos con lo que sientes por tu Dios.
Rocía la tierra y riega la grama con tus alabanzas a Dios. Háblale al
mundo que te escucha de las maravillas de Dios. Cuéntales cuán
maravilloso es confiar en Dios, vivir con Él y adorarle en la plenitud de
la alabanza de su gloria.

CAPITULO 12

LLEGANDO AL CÁLIZ

“Sobre los malos hará llover calamidades; fuego, azufre y viento


abrasador será la porción del cáliz de ellos "(Salmo 11:6).

Amado hermano, Dios tiene un cáliz, una copa. En este Dios guarda
juicios para ser derramados sobre los hombres, ya sea bien en forma de
bendición o mal en forma de destrucción. Cuando el juicio de Dios vino
sobres las ciudades de Sodoma y Gomorra, solamente unas cuantas personas
lograron salvar sus vidas gracias a la misericordia de Dios, a lo que Él
les tenía reservado en su cáliz.

Recordemos que sucedió en ese entonces con Lot y su familia. La historia


comienza cuando los Ángeles se aparecen a Abraham y le dicen que van a ir
a destruir a Sodoma y Gomorra. Abraham, que era pariente de Lot, insiste
en que Dios debía actuar con justicia y no destruyera la ciudad si al
menos se encontrasen diez justos. No debemos olvidar que cuando Abraham
y Lot se separan, el motivo principal era que no poseían tierra
suficiente para las labores de pastoreo; de tal manera que sus pastores
habían comenzado a tener discusiones entre sí. Igualmente sabemos que
Lot tenía criados; porque cuando Abraham lo rescata de un rey que lo
tenía prisionero rescata a 318 personas.

La justicia de Lot era reconocida por Dios; ya que Dios le llama "varón
justo que afligía su alma a la puerta de la cuidad" ( ). Pero,
¿qué pasó, entonces, con su esposa, sus hijas y yernos, pastores y
criados? ¿No habían diez justos?. Podemos decir que Abraham se había
equivocado. No había 10 justos, ni siquiera su esposa, ni siquiera sus
hijas; aunque éstas hayan podido sobrevivir.

Amado hermano, Dios está dispuesto a perdonar a todo aquel que se


arrepiente de corazón. De tu intercesión puede depender una nación, una
persona, una vida. Debes aprender a interceder al igual que Lot lo hacía.
Esta historia nos hacer creer que el modo de vida de la cuidad de Sodoma
había penetrado en el corazón de toda la familia de Lot. Lo más probable
es que Lot no encontraba con quien hablar o a alguien que creyera en el
Dios que el conocía, ni siquiera su esposa, ni sus hijas, criados,
pastores. No se encontraba quien pudiese entender la aflicción que Lot
tenía en su alma. Lot afligía su alma justa, viendo y oyendo los hechos
inicuos de ellos. Lot clamaba por la intervención e Dios. ¿Sería el
clamor de Lot del que los ángeles hablaban?. "El clamor contra Sodoma y
Gomorra se aumenta más y más" (Gen.18:20). Cuando los ángeles llegan,
inmediatamente Lot reconoció la presencia de estos extranjeros. ¿Quizás
alguien con quien poder hablar?, o sabía que era la solución que Dios
estaba enviando y por la cual él tanto clamaba. Dice la palabra que Lot
porfió mucho con ellos y estos fueron con él. Indudablemente Lot debe
haber estado bien con Dios, ya que los ángeles permitieron " porfiar con
ellos”, que él hablara con ellos.

Debemos recordar que Lot era un extranjero, quizás esta era una de las
razones por la cual no tenía mucha influencia en la sociedad. ¿Pero qué
de sus criados, estos también eran extranjeros? La sociedad se los había
tragado, hasta las hijas de Lot le habían perdido el respeto. ¿Quién era
Lot, acaso él no enseñaba a sus hijas? ¿Será Lot un creyente tibio, que
ante un mundo ateo pareciera un fuego ardiente? ¿Podríamos hacer esa
comparación? No, Lot no era un creyente tibio. Si observas bien, Lot le
suplica a los ángeles el poder ir a otra cuidad "Zoar" y éstos le
respondieron que no destruirían la cuidad hasta que él no llegase a ella.
(Gen.19:23,24). Más dice la palabra de Dios que " la mujer de Lot miró
atrás, a espaldas de él, y se convirtió en estatua de sal". Lo había
hecho a espaldas de Lot, esto revela que la esposa de Lot no creía a sus
palabras, no las respetaba. Su hija mayor dijo que debían acostarse con
su padre ya que no quedaba varón en la tierra. Ella sencillamente
hablando, era una mentirosa. Y que de la hija menor, esta creyó lo que su
hermana decía. Si no mientes, pero crees en la mentira estás en la misma
situación que un mentiroso. ¿Qué aprender de esto?

La salvación es individual, es posible que solo tú las alcances. No


importa si otros no creen, importa que tú creas. Importa el clamor que
tú puedas hacer para que Dios intervenga en donde hay injusticia.
Importa el clamor que puedas hacer pidiendo que Dios actúe en su
misericordia. Aunque los demás no te escuchen, no te hagan caso, Jehová
te escucha. Él escucha tu clamor. Tú podrás detener o enviar el fuego
de la ira de Dios sobre la tierra.

No toda oración llegará al altar sino aquella que realmente se identifica


con la situación por la cual se intercede, ésta es la de un verdadero
intercesor. ¿Cómo está tu oración de intercesión? ¿Estará llegando al
altar? ¿Estará siendo mezclada con incienso y llevándose hasta la
presencia del Santísimo? ¿Sabías que la oración que llega al cáliz se
quema con fuego en el altar y que el fuego del altar es capaz de
estremecer la tierra?

Hermano, tus oraciones pueden estremecer la tierra pero necesitan pasar


por el fuego del altar y ser rociadas con incienso y llevándose hasta la
presencia de Dios. Recuerda cuando el apóstol Pablo dijo: “si tu enemigo
tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber. Pues,
haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás en su cabeza”. (Ro.12:20). La
forma de hacerlo es a través de la justicia. La justicia del intercesor "
porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino de justicia, paz y
gozo en el Espíritu Santo (Ro.15:17.) Ese varón justo, como decía el
apóstol Pedro, afligía su alma. ¿Eres tú justo? Según el Libro de
Proverbios Jehová te lo pagará (Pr.25:22).

Fue el clamor de Lot, la ofrenda agradable a Dios la que se quemaba en el


cielo. Era la intercesión de este varón la que gemía en las alturas
pidiendo la intervención de Dios. Quizás Abraham pensaba que habría otra
solución, otra oportunidad, pero Lot sabía que la única solución la tenía
Dios. Así que afligía su alma con ayunos a las puerta de la cuidad y
esperaba la intervención divina. Ni siquiera en su casa podía orar,
clamar. El esperaba la misericordia de Jehová; pero la decisión de cada
uno de los miembros iba a ser personal.

Nos preguntamos: ¿Llegaba la oración de Abraham a estremecer el cáliz?


Seguramente no. Abraham no conocía el estado de sus parientes.
Hermano, Dios te ha puesto sobre una Sodoma, sobre una Gomorra. Quizás
tengas que clamar y pedir la intervención de Dios. Quizás tengas que
hacerlo fuera de tu casa. No te preocupes, porque pronto verás la gloria
de Dios manifestada y su intervención en esa ciudad. Tus oraciones
habrán llegado al cáliz. Serás capaz de intervenir en la transformación
del mundo. Como Elías orarás y el fuego consumirá el holocausto.
Gloria de Dios es encubrir un asunto, pero honra del rey es escudriñarlo.
Podrás escudriñar en los pensamientos de Dios e intervendrás en la
voluntad divina.

Ama la justicia, Abraham creyó y le fue contado por justicia. Tú también


puedes creer. Comienza ahora. Cambia el destino de tu país. Llama al
mediador entre Dios y los hombres. Pídele la solución. No le digas lo
que tiene que hacer solo pídele la solución. Dios te ha concedido la
oportunidad de haber llegado al cáliz de su intervención divina.

CAPÍTULO 13

EL MINISTERIO DE LA ORACIÓN

“A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la


edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4:12).

Uno de los grandes misterios de Dios es el fuego. En el Libro de Levìti-


cos Dios habla "...Y el fuego arderá continuamente en el altar y no se a-
pagará " (Lev.6:13).

Dios hace a las flamas de fuego sus ministros. Dios quiere que sus
ministros sean flamas de fuego. ¿Sabes como se forma el fuego? Para que
éste ocurra como llama natural, hace falta la presencia de tres elementos
esenciales. El oxígeno, el combustible y la temperatura. Si se quiere
extinguir el fuego, solo hay que combatir uno de estos tres factores y se
logrará su control. Ahora, para el creyente el oxígeno representa la
oración, el ayuno, y la lectura de la palabra. El combustible sería la
aplicación de la fe o la acción de la misma, siendo la temperatura la
gracia de Dios y su favor.

¿Que sucede cuando te apartas de tu creador? Tu fuego comienza a


extinguirse. Por eso nuestro adversario lucha y hace todo lo posible
para que no seas un ministro del Dios Todopoderoso. Por otra parte,
durante un fuego se liberan cantidades enormes de energía en forma de
calor y este depende de la cantidad de combustible utilizado. Así mismo,
en tu vida se puede liberar gracia y favor en cantidades enormes. Dios
está dispuesto a derramarla sobre ti si decides ser ese instrumento, ese
ministro dispuesto a hacer su voluntad en todo momento.

Dios te ha llamado. En la carta del apóstol Pedro se nos dice que hemos
sido escogidos para que anunciemos las virtudes de Aquel que nos llamó de
las tinieblas a su luz inaccesible. Dios quiere hacerte crecer en gracia
delante de Él y de los hombres.

También sabemos que uno de los propósitos de Dios era hacer de nosotros
un sacerdocio real, de la más alta clase que pudiese existir. Dios dice:
"...y me seréis un reino de sacerdotes y de gente santa!"( ). Dios
nos ha llamado a gobernar junto con Él. A ser columna en su templo.

Examinemos quién era un sacerdote. En el Libro de Levíticos, capítulo 8


encontramos los pasos que Moisés realizó para la consagración de Aarón y
sus hijos como sacerdotes:

1. Lavó a Aarón y a los hijos de éste con agua.

2. Los vistió.

3. Tomó el aceite de la unción y los ungió para santificarlos.

4. Los selló con sangre de un sacrificio ordenado por Dios en el


lóbulo de la oreja, el dedo pulgar de la mano derecha y el dedo pulgar de
su pie derecho.

5. Ofreció una ofrenda mecida.

Por medio de todos estos pasos, Aarón y sus hijos alcanzaron la


consagración como sacerdotes. Dios lo había dispuesto así. Con nosotros
sucede algo similar. Dios nos lava a través de las aguas del bautismo.

Nos viste y nos ciñe de poder. Nos sella con su Santo Espíritu. Nos
roció con la sangre derramada por su hijo Jesucristo. Jesús se ofreció
por nosotros como ofrenda perpetua, ofrenda viva al Padre. "Y por una
sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados"( ).
Como puedes observar, los mismos pasos se cumplieron. A todos aquellos
que Dios llama los hace pasar por el mismo proceso. Quiere decir con
esto que Dios ha escogido a un pueblo completo, a una nación para que
sean reino de sacerdotes y gente santa, y tú estás en esa nación.

Cristo nos ha llamado para que hagamos la voluntad del Padre. Él nos ha
consagrado, solo depende de nosotros el practicar el sacerdocio y
dedicarnos a servirle de todo corazón, Él nos ha dado la capacidad. Tú
no tienes que inventar nada. Él te va a decir todo lo que debes hacer.
Dispón tu corazón a Dios, Él te ayudará.

¿Qué significa ministerio de la oración? Hagamos una analogía de lo que


es un ministerio aquí en la tierra. Escojamos el ministerio de Sanidad
(Departamento encargado de velar por la salud y asistencia social en
nuestro país). Este está formado por un grupo de personas idóneas en
diferentes áreas de asistencia social. De esta forma se pueden lograr
los objetivos y metas que se plantean. Estamos hablando de diferentes
áreas de trabajo como son: la administración, dedicación y servicio, amor
al prójimo.
Pensemos, que sucedería si las personas que se dedicaron a estudiar
medicina, no soportaran ver sangre. ¿Cuántos habrían muerto? Pero Dios
les ha dado la capacidad para que puedan ejercer el amor al prójimo,
aunque ellos reciban una paga por ejercerlo. El ministerio de la oración
en un creyente también consiste en ejercer ese amor por el prójimo y
también podemos recibir un pago al ejercerlo.
Ejercer el ministerio es algo muy serio, requiere de administración,
tiempo de dedicación, voluntad de servicio y lo más importante, de amor
por el prójimo. Dios nos ha dado la capacidad, así que no debemos temer
el ejercer el ministerio. Ejercer este ministerio es mucho más grande
que ejercer cualquier otra función aquí en la tierra. Sus objetivos son:

1. Libertar a los oprimidos.

2. Interceder por los necesitados.

3. Bendecir al mundo.

4. Mostrar al mundo la bondad y misericordia de Dios.

5. Destruir las fortalezas del enemigo.

6. Enseñar el camino de la verdadera adoración al Dios Omnipotente.

7. Interceder a Dios, para que su gracia y su favor esté de continuo


sobre toda su creación.

¿Verdad que es sublime este ministerio? El llamado que Dios nos hace,
contiene la opción de servir a Dios dentro del templo o fuera de él.
Solo tienes que tomar una decisión. Si tú decisión ha sido sí, entonces
abre tus ojos, tus oídos, tu corazón, tu mente, y dispón tú cuerpo a
servirle con alegría. También deberás orar a Dios y comunicarle esta
decisión que estás tomando, y comienza a ejercitarlo, Dios a través de su
Espíritu te irá guiando durante todo el camino. Recuerda que el Espíritu
que Él ha puesto en nosotros nos anhela celosamente. Él vendrá a ti y
morará contigo si le amas. Tus principales herramientas serán, la
oración y el ayuno. Deberás especializarte en reconocer su voz. Debes ser
el mejor en tu dedicación, amando a Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente.

Entre los frutos que encontrarás como resultado del ejercicio de este
ministerio estarán:

1. Poco tiempo para ti.

2. Mucho tiempo para los demás.

3. Muchos milagros podrás ver.

4. Tu comunión será muy especial, te regocijarás y alegrarás en la


presencia de su santidad.

5. No tendrás ningún deseo de volverte atrás.

Algo no debes olvidar y esto es:

1. Solo a Dios pertenece la Gloria y la Honra.

2. Solo Dios es quien hace la obra.


3. Escóndete en Su presencia. Que los demás no puedan verte, que
solo vean a Cristo en ti.

Haciendo estas cosas puedes estar seguro que no te aplaudirán y que solo
Dios recibirá todo el reconocimiento. A Él sean dadas todas las
alabanzas, todo el honor, todo el loor por toda su creación por siempre y
para siempre. Amén.

CAPITULO 14

LAS BENDICIONES

“Y vendrán todas estas bendiciones y te alcanzarán, si oyeres la voz de


Jehová tu Dios" (Deuteronomio 28:")

Dios habló al pueblo de Israel las siguientes palabras:

“Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy


para que mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden cumplir todas las
palabras de esta ley. Porque no es una cosa vana; es vuestra vida, y por
medio de esta Ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra, pasando
el Jordán, para tomar posesión de ella". ( ).

La palabra BENDECIR que conocemos proviene del latín “benedicere”, que


significa bien decir. Cuando hablamos de bendecir, estamos hablando de
hablar bien, desear cosas buenas, desear alegría, felicidad. Lo
contrario a esto es hablar mal, es maldecir.

Cuando una persona ofende a otra al decirle "maldita" podemos notar que
la otra persona se molesta seriamente. Les parece sumamente terrible el
recibir una maldición, aunque solo sea de palabras. Sin embargo, muchas
de estas personas al escuchar la palabra "bendecir" la toman muy a la
ligera y no le prestan tanta atención como a la palabra maldecir.

No podemos negar que la dimensión de la palabra "bendecir" es desconocida


por muchos, hasta es probable que muchos creyentes desconozcan su
dimensión. El apóstol Pablo nos dice en el Libro de Hebreos... "Sin
discusión alguna el menor es bendecido por el mayor" (He.7:7). El
apóstol se refería a Melquisedec cuando bendijo a Abraham y al cual
Abraham les entrego los diezmos.

Dios siempre ha querido bendecirnos. En el Libro de Efesios capítulo 1,


se nos dice que Dios nos había bendecido con toda clase de bendición
espiritual en los lugares celestiales... “Dios nos ha bendecido con toda
clase de bendiciones espirituales”, ¡qué bien suenan esa palabras a
nuestros oídos! Continúa diciendo... "según nos escogió Él antes de la
fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin manchas delante de
Él". Esto concuerda con las promesas que Dios estableció en el antiguo
pacto declarado en los tiempos de Moisés. En el Libro de Deuteronomio
Dios dice a través de Moisés: "Te confirmará Jehová por pueblo santo
suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová
tu Dios, y anduvieres en sus caminos" (Dt.28:9,) continúa diciendo que
enviaría su bendición sobre nuestros graneros y sobre todo aquello en que
pusiéramos las manos, y que nos bendeciría en la tierra que nos daba.

No nos debe quedar ninguna duda. Dios nos quiere bendecir en lo


espiritual, en lo material, en todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu;
y hasta en todo los que nos rodea, dondequiera que pusiéramos nuestras
manos. La bendición estaría en nosotros, sobre nosotros, alrededor de
nosotros. Recuerda cuando Jesucristo dijo: " pondrán las manos sobre
los enfermos y sanarán",... recibirían salud, se recuperarían. La
bendición está en tus manos, en tu ser, porque Dios te ha confesado, lo
ha declarado como juramento, te ha establecido como pueblo santo.

Jesucristo nos mandó a bendecir en vez de maldecir. Podemos hacerlo,


Jesús mismo lo dijo... que hiciéramos bien a los que nos aborrecen y que
oráramos por los que nos ultrajan y persiguen para que seamos hijos de de
nuestro Padre que está en los cielos. Hermano, Dios nos considera sus
hijos, y como sus hijos dignos de mostrar a un mundo que se pierde, que
existe un Dios Todopoderoso. Que la bendición es mayor que la maldición.
Dios lo muestra al mundo a través de la presencia de su hijo Jesucristo
en nosotros. Dios nos ha bendecido con toda clase de bendición
espiritual en los lugares celestiales. Como podemos darnos cuenta la
dimensión de la bendición es inimaginable ante el entendimiento humano.
Comienza a bendecir, el mundo necesita de tu bendición. Si en ti habita
la bendición, la maldición no podrá tocarte. Como dicen las escrituras
"el menor es bendecido por el mayor" y mayor es el que habita en
nosotros. De una misma fuente no puede proceder bendición y maldición
(Stg.3:10), nosotros hemos sido llamados para heredarla. No la deseches,
si la desechas entonces la maldición estará a la puerta. Clasifiquemos
este mundo en dos sectores, los que cuentan con la bendición de Dios, la
cual procede del nuevo pacto, de la gracia del Dios Padre; y los que
están bajo la maldición de la ley, apartados de Dios y entregados a sus
propias maneras de pensar.

Aunque parezca algo confuso, también Dios nos permite que podamos
maldecir. Si, podemos maldecir con la intención de destruir a todo
aquello que se opone en contra de los principios de Dios. Pero la única
razón que se nos permite es porque esto ya está bajo una maldición
determinada por Dios. Por ejemplo, podremos maldecir enfermedades con la
intención de que se sequen, desaparezcan. ¿Recuerdas cuando Jesús
maldijo a la higuera?, ¿Qué sucedió? Sencillamente "se secó". Debemos
estar claros en algo, Dios dijo que no volvería a maldecir a la tierra
por causa del hombre (Gén.8:21) por tanto yo no puedo maldecir tampoco a
la tierra. Si Dios bendijo, yo puedo bendecir. Si Dios maldijo, yo
puedo maldecir. ¿Recuerdas cuando fueron a buscar al profeta Baalam para
que maldijera al pueblo de Israel? Siempre el Espíritu venía sobre él y
el profeta terminaba bendiciendo. ¿Por qué? Porque Dios había
determinado bendecir al pueblo de Israel. La bendición es superior a la
maldición. Si Dios nos bendijo, la maldición no tiene cabida en mí. Si
alguien tratara de maldecirte, la maldición caería sobre ellos ya que
rebotaría en ti y se regresaría a los que la pronunciaren. (Num.24:9).

Por último podemos mencionar lo que el Espíritu Santo inspira al apóstol


Pedro (1Pe.3:9):

"...finalmente sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos


fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal ni
maldición por maldición sino por el contrario, bendiciones sabiendo que
fuisteis llamados para que heredaseis la bendición".

No lo dejes para mañana, hay muchas cosas que requieren de la bendición


que habita en ti. Muchos enfermos la necesitan. Benditos serán los que
te bendigan y malditos los que te maldigan. Bendice a tus familiares, a
tus amigos, a tus enemigos, a las naciones, presidentes. Habla la palabra
de bendición sobre tu vida. La presencia del Santo Espíritu de Dios te
confirmará que la bendición habita sobre ti. Bendice a Dios, es decir,
reconoce delante de Él que a Él y solo a Él pertenece la bendición. Una
de las cosas que reconocen los que le rodean en su trono y continuamente
le alaban es esto. (Ap.7:12). Con Dios también se cumple... "Bendito los
que te bendijeran". Bendice a Dios, ya que haciéndolo recibirás más
bendición. Dios quiere alegrarse sobre ti, quiere gozarse y te quiere
recrear en su casa de oración. Esto puede ser una realidad en tu vida.
"El PODER DE LA BENDICIÓN HABITA SOBRE TI". ¿LO HAS ENTENDIDO? Si aún te
cuesta entenderlo, solo procede a ejecutarlo, Dios te enseñará en las
profundidades de su inmensa sabiduría y te deleitarás en Él al entender
el significado de ese mensaje "EL PODER DE LA BENDICIÓN HABITA EN TI". A
Dios sea la gloria y la alabanza, la sabiduría y el poder, la fortaleza y
la acción de gracias y las bendiciones por los siglos de los siglos.
Amén.

CAPITULO 15

NIVELES DE ORACIÓN

"... y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues,


que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos..." (Romanos 8:26).

¿Acaso existirán niveles de oración, diferentes estadios, diferentes


formas de comunicarse con el único Dios? El apóstol Pablo nos habla en
su carta a los romanos sobre la obra del Espíritu de Dios en nuestras
vidas. Dice la palabra: " Más el que escudriña los corazones sabe cual es
la intención del Espíritu porque conforme a la voluntad de Dios intercede
por los Santos ”. Observa bien que dice "conforme a la voluntad de Dios".
De aquí podemos concluir que el Espíritu nos moverá a pedir cosas según
la voluntad de Dios. Todo lo que pidas en el Espíritu estará en la
voluntad de Dios, por lo tanto será hecho. Si recordamos el pasaje del
fariseo y del publicano, entendemos que el fariseo oraba consigo mismo,
confiado en su propia santidad. El publicano se humillaba, confiaba en
que era Dios quien podía santificarlo. Uno fue justificado y el otro no.
¿Que aprender de esto? Tenemos que aprender a orar, dejarnos enseñar y
ser guiados por el Espíritu en nuestra comunicación con Dios. Dios dice
en Isaías 56:6... “a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para
servirle y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos, a todos los
que guarden el día de reposo para no profanarlo y abracen mi pacto. Yo
los llevare a mi santo monte y los recrearé en mi
casa de oración". Es Dios quien elige quienes y en que condición deben
estar aquellos que quieran llegar hasta su monte de oración.

¿Cuántas veces has tratado de decir a Dios que cosas debe hacer?,
¿Cuántas veces le mencionas las obras que haces como si no fuese la mano
de Dios quien las obrara?, ¿Cuántas veces has olvidado que lo que tienes
es porque Dios te ha bendecido? El publicano oraba "ten misericordia de
mí". Él entendía cual era su condición. Dios ha dicho que Él morará con
el quebrantado y el humilde de espíritu (Is.57:15). ¿Es esa tu
condición? Él sabía cual era la condición del hombre delante de la
grandeza de Dios, de la santidad de Dios, delante de la presencia de
Dios. Gracias a la misericordia de Dios entramos a formar parte del
pacto que estableció con su pueblo Israel. Dios dijo... "con amor eterno
te he amado por tanto, te prolongue mi misericordia"(Jer.31:3). Por
misericordia de Dios tú has recibido su bendición, su gracia, su amor,
aunque no lo merecieras.

Cuando recordamos el pasaje del publicano y el fariseo nos damos cuenta


que fueron dos formas de orar diferentes y como resultado dos respuestas
diferentes. Uno fue justificado, el otro perdió su tiempo. Jesús dijo a
la mujer samaritana. “Que era necesario adorar a Dios en el Espíritu”
(Jn.4:24). Nuestra oración debe ser el producto de la enseñanza de la
comunión con el Espíritu de Dios si queremos realmente adorar a Dios.

A través de la palabra de Dios reconocemos siete tipos diferentes de


oración; por lo tanto, debemos recibir siete tipos diferentes de
respuestas. A estos tipos de oración los denominaremos "Niveles de
oración":

PRIMER NIVEL

ACCION DE GRACIAS

Como su nombre lo indica, no es solo decir gracias. Más bien, es una


acción que expresa agradecimiento. En el salmo 26:7 la palabra dice que
debemos exclamar con "voz de acción de gracias". En el salmo 100:4 nos
dice que debemos entrar a sus puertas con acción de gracias. El pueblo
de Israel ofrecía sacrificios exclusivamente por acción de gracias.
Cuando Jesús resucita a Lázaro, lo primero que dice en su oración al
Padre era "Padre, gracias te doy por haberme oído". Cuando partió el pan
dice la palabra... "y habiendo dado gracias partió el pan".

El sacrificio de acción de gracias que ofrecía el pueblo de Israel


consistía de lo siguiente:

Tortas sin levaduras "amasadas con aceite"

Hojaldres sin levadura "untadas con aceite"

Flor de harina frita en "tortas amasadas con aceite".

¿Te das cuenta que en todas interviene el aceite? La acción de gracias


debe estar mezclada con el aceite, tiene que ser producto de la obra del
Espíritu Santo en nosotros. Por lo tanto es un estado espiritual, hay
que alcanzarlo. Una cosa es ser agradecido, otra cosa es ejercer la
acción de gracias. No puedes agradecer de corazón si no entiendes el
motivo porqué agradecer. El Espíritu de Dios sí conoce nuestras
necesidades y sabe que necesitamos ejercer la acción de gracias, por eso
el Espíritu intercede por nosotros. No puedes ofrecer acción de gracias
si no estás consciente de la obra del Espíritu Santo en tu vida. Podrás
mencionar con tu boca la acción de gracias, pero si en esta no se
encuentra la unción del aceite, la unción del Espíritu, entonces ésta no
será acepta a los ojos de Dios. Dios quiere hechos, no palabras. Tus
oraciones aprendidas no sirven en este caso. La palabra de Dios dice que
los árboles aplauden ante su presencia. Como si un árbol puede ofrecer
alabanzas tú, que tienes la capacidad de razonar, de entender, de
comunicarte con el creador no lo haces.

La acción de gracias también debía expresarse con voz de júbilo


(Jer.30:19). ¿Recuerdas como cayeron los muros de Jericó?. Dios le
gusta obrar milagros cuando le reconocemos públicamente, cuando estamos
dispuestos a reconocer su majestad, su señorío. Jesús lo hacía. Jesús
dijo que cosas mayores haríamos por que el Padre mismo nos ama.
Aprendamos de Jesús, aprendamos de la obra del Espíritu Santo y
exclamemos con voz de acción de gracias la soberanía de Dios sobre su
creación.

SEGUNDO NIVEL

LA ALABANZA

“¡OH Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!


Has puesto tu gloria sobre los cielos; de la boca de los que maman
fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos para hacer callar al
enemigo y al vengativo" (Salmo 8).

Así comienza el Salmo 8, y bien es cierto que estas palabras encierran


uno de los grandes secretos del poder de la alabanza. Jesús utilizó
esta porción de las escrituras al referirse a las alabanzas que le
brindaban los niños en el templo (Mt.21:16) "...de la boca de los que
maman, perfeccionaste la alabanza."

Al comparar estos pasajes nos daremos cuenta que la perfección de la


alabanza y el fundar la fortaleza tiene el mismo sentido. Siempre se
comenta que la alabanza hace callar al enemigo. Cuando estos niños
alababan a Jesús diciendo Hosanna al hijo de David los ancianos y los
escribas se indignaron, y la verdad es que se quedaron indignados porque
Jesús se marchó y los dejó sin que ellos pudieran intentar hacerle daño.
¿Que sucedió? la alabanza de los niños los mantenía frenados, habían
creado una fortaleza. Si te encuentras en una situación similar, y si
quieres que el enemigo se detenga y no avance, que se quede atado,
controlado, solo una cosa puedes comenzar, y es alabar a Dios en voz
alta, verás los resultados, tus enemigos se detendrán ante ti. Pues
Dios habrá formado una fortaleza que ellos no podrán penetrar.

¿Alguna vez escuchaste decir que la alabanza desata el poder de Dios?


Cuando se habla de desatar el poder de Dios, se está hablando de provocar
la intervención divina, la misma presencia de Dios tomando control de la
situación. ¿Recuerdas que sucedió cuando el apóstol Pablo y su compañero
de prisión Silas comenzaron a alabar a Dios? Las escrituras dicen que
se oyó un estruendo, las cadenas que los ataban fueron rotas y abiertas
las puertas de los presos. Ellos solo comenzaron a cantar himnos a Dios
y todos los que estaban presos los oían. Dice que los cimientos de la
cárcel se sacudían. ¿Has pensado que con tu alabanza puedas estremecer
muros de concreto, provocar terremotos y grandes acontecimientos por el
simple hecho de cantar? Mientras más fuerte sea la alabanza más fuerte
serán las cosas que sucederán. Ellos cantaban de manera que no había
ningún preso que no los escuchara, siendo el resultado que las puertas
fueran abiertas. Eso significa que con tu alabanza puedes libertar a
otros, si alabas a Dios de manera que otros te escuchen, aquellos que
escuchan serán libertados de sus cadenas. ¿Cuantas veces no hemos
escuchado personas testificando de su sanación tan solo durante el
momento en el cual se alababa a Dios? Hasta la misma naturaleza se
conmueve, recordemos el terremoto que hizo estremecer los cimientos de la
cárcel. Es decir, la misma naturaleza sufrió cambios como resultado de
la alabanza.

Tu situación puede cambiar si comienzas a alabar a Dios. Los que te


rodean pueden recibir bendiciones cuando tú alabas a Dios. ¿Por qué no
hacerlo ahora?, ¿Por qué no comenzar en este instante? Deja de leer por
un momento, eleva tu mirada al cielo y comienza a orar cantando con todo
tu corazón, expresa a tu Creador, a tu Señor y a tu Dios los deseos
profundos de tu corazón. Proclama sus maravillas, reconoce delante de Él
su Señorío sobre ti. Alábale por las obras que ha hecho en ti. Tú
puedes recibir grandes e inimaginables bendiciones. Dios es capaz de
hacer las cosas mucho más abundantes de lo que podamos entender, porque
su poder actúa en nosotros manifestándose a través de la alabanza sincera
y del reconocimiento del Señorío de Jesucristo sobre su creación.
Mientras más profunda sea esta alabanza, más profundos serán también los
resultados.

Dios no se equivoca y estas palabras fueron escritas siendo vida para los
que la hallan. Así es el contenido de toda la escritura, poderosa en
Dios para edificar, enseñar y hacer de nosotros hijos perfectos,
semejantes a nuestro Padre Celestial. No debes olvidar que es a través
de ti que el poder de Dios actuará.

En la carta a los Efesios 3:19, El Espíritu Santo nos indica la necesidad


de conocer el amor de Cristo. Dice que este amor excede todo
conocimiento para llenarnos de toda la plenitud de Dios. Hermano,
¿Quieres ser lleno de toda la plenitud de Dios? Entonces comienza por
querer conocer el amor de Cristo. ¿Cómo lo conocerás? Amándole tu
también. Es la comunión con Dios, con su Espíritu Santo con Jesucristo,
lo que te hará conocer, entender, y sentir el amor que Dios siente por
todos sus hijos, por su creación. Exprésale tu amor con todas tus
fuerzas, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu corazón. Es a
través de esta comunión que aprenderás a alabar a Dios de una manera
profunda, y es a través de esta comunión que comenzará a manifestarse el
poder de Dios en tu vida.

El propósito de Dios es que seamos perfectos así como Él es perfecto. Y


los perfectos hacen las cosas perfectas. Las imitaciones de lo perfecto
nunca lograrán alcanzar la calidad del original. Dios no quiere copias
de segunda mano. Di un no a la imitación de lo perfecto. Da un sí a la
perfección. Observemos como David alababa a Dios. "Te alabare, OH
Jehová, con todo mi corazón; cantaré todas tus maravillas. Me alegraré
y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, OH Altísimo". Mira como lo
hacía David y compara como lo haces tú. ¿Es esta la forma como lo
haces?, ¿Estas cantando con todo tu corazón las maravillas de Dios las
cuales son innumerables?, ¿Te alegras y te regocijas cuando lo haces?
Creo que podríamos decir que el corazón de David era un corazón limpio y
puro. Él mismo muchas veces pidió a Dios que le concediera ese
privilegio. Le pidió que renovara y vivificara su espíritu. Por lo
tanto, encontramos a un David que tenía un corazón dispuesto a alabar a
Dios en todo momento y que se regocijaba de las maravillas que había
hecho en su vida. David confiaba en Dios desde muy pequeño, tocaba su
instrumento y cantaba para Él. A Dios le agradaba tanto, que lo utilizó
para ayudar a Saúl cuando éste era atormentado por un espíritu. Saúl,
que era escogido y establecido como Rey, sufría los ataques del Enemigo y
lo afectaban fuertemente. David también sufrió estos ataques pero con su
alabanza sus enemigos eran destruidos. ¿No has pensado que podrías
alabar a Dios de esa manera? El Espíritu Santo había ayudado a David,
lo había enseñado y dirigido a expresar la alabanza y la adoración al Rey
de Reyes y Señor de Señores. Dios mismo le había enseñado como debía
alabarle.

Nuestro Dios hará lo mismo contigo si le dejas, si le permites, serás


conducido por los caminos de la ciudad, te llevará hasta su monte de
oración y te revelará los grandes secretos y misterios de su inmenso
amor. Pídele a Dios que cree en ti un corazón deseoso de alabarle, de
recibir sus enseñanzas. Nunca podrás pensar en algo que para Dios sea
imposible hacerlo y con todo eso hasta el más grande de tus pensamientos
no es nada comparado con las maravillas que Dios puede crear. Dios dijo:
"Tus pensamientos no son mis pensamientos...” Los pensamientos de Dios
son para tu bien, son pensamientos de paz (Is.55:8,9).
Hermano, no te detengas ahora, aún te falta mucho por recibir. No has
descubierto todo lo que encierra el acto de la alabanza. Recuerda que
vas a pasar toda la eternidad alabando a Dios, adorándole. Tienes mucho
que aprender. Comienza ahora si aún no lo has hecho. El Señor dice:

"Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará" (Is.43:21).

TERCER NIVEL

LA ADORACION

“Y Jehová descendió en la nube y estuvo allí con él proclamando el nombre


de Jehová y pasando por delante de él proclamó Jehová fuerte y
misericordioso... entonces Moisés apresurándose bajó la cabeza al suelo y
adoró. Y dijo: Si ahora he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el
Señor en medio de nosotros: porque es un pueblo de dura cerviz; y perdona
nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos como tu heredad."
( ).

En este pasaje podemos ver como Moisés estuvo ante la presencia de Dios,
y como fue la forma de adorar. Moisés inclinó su cabeza al suelo.
Cuando Jesucristo fue tentado en el desierto, Satán le tentó pidiéndole
que se postrara ante él para que le adorara. La respuesta de Dios es "Al
Señor tu Dios adorarás y a Él solo servirás". Esto significa que la
forma de adorar es postrándose, Satán lo sabía y sabe que esto enciende
la ira de Dios. Por esa razón incita a los hombres a postrarse delante
de otros hombres, imágenes, etc.

Cuando Dios entregó los mandamientos a Moisés, hizo un énfasis sobre la


adoración diciendo " No te inclinarás a ellas" y luego habla de la maldad
la cual había de castigarse aún hasta la tercera generación. La
adoración de imágenes le permitiría a Satanás el control de la vida de
las personas por varias generaciones. Si las personas abrieran su mente
a lo delicado de este asunto, de seguro, no quedarán imágenes o ídolos a
los cuales postrarse. Pero el entendimiento de ellos fue entenebrecido
porque le dieron la gloria a la creación antes que al Creador. La
postración ante cualquier imagen para adorarle es maldad delante de Dios.

Cuando el apóstol Juan tuvo un encuentro con el ángel que le revela los
misterios de lo que acontecerá en un futuro. Al verlo, Juan sintió el
deseo de postrarse delante de este ángel. Mas el ángel le dijo," Mira no
lo hagas porque yo soy consiervo tuyo...y de los que guardan las palabras
de este libro. Adora a Dios " ( ).

En el libro de Reyes, podemos leer que el pueblo de Dios llegó a adorar


al ejército de los cielos, dándose a la adivinación y a los agüeros
provocando con esto la ira de Dios (2Re.17:16) y dice luego la palabra
que Jehová los quitó delante de su rostro. Es decir, fueron entregados
al príncipe de este mundo.

¿Que significado tiene para nosotros el hecho de que Dios aparte su


rostro de nosotros? Si antes sucedió con nosotros puede suceder igual.
Pero Dios en su inmenso amor nos llamó teniendo misericordia de nosotros
diciéndonos que si miramos a Él seríamos salvos. Escrito está que todas
las familias de las naciones le adorarán. (Salmo 22:27). Dios ha
establecido que ante Él toda rodilla se doblará. Es decir, todos tendrán
que adorarle, adorarán su Majestad, su Santidad. Nadie podrá estar en
pie a menos que hayas creído en Él y te mantengas acepto a su presencia.
Jesús dijo: “Velad pues en todo tiempo orando para que seáis tenido por
digno de escapar de estas cosas que vendrán y de estar en pie delante del
hijo del hombre". (Lc.21:36)

Si eres de los que adoran a Dios, de los que se postran delante de su


presencia, entonces serás tenido por digno de escapar, de recibir el
permiso de poder estar en pie delante de su presencia.

Otro aspecto interesante es que la adoración debe incluir cantos. El


Rey David decía " Toda la tierra te adorará y cantará a ti; cantarán a
tu nombre" (Sal.66:4). En el Libro de Apocalipsis se mencionan que
cuando los querubines decían "Santo, Santo es el Señor Dios Todo
Poderoso", los 24 ancianos se postraban delante del trono diciendo:
"Digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque creaste
todas las cosas y por tu voluntad existen y fueron creadas" ( ).
El pasaje describe a estos seres vivientes y dice que estos tenían en sus
manos arpas y que cantaban un nuevo cántico. Dice el apóstol que oyó a
todo lo creado que está en los cielos, sobre la tierra, debajo de la
tierra, en el mar y a todas las cosas que en ellos hay, dando alabanzas,
honra, gloria y poder por los siglos de los siglos al que vive para
siempre.

El evento más grande que podamos imaginar está por ocurrir y es la


suprema alabanza, donde toda lengua confesará que Jesús es Señor, donde a
toda voz escucharemos decir: Gloria, honra y poder sean dados a Dios por
todos los siglos. Es el día del cual se habla que toda la creación
espera la manifestación de los hijos de Dios. ¿Quieres formar parte de
esta generación, de los llamados y escogidos?

Si es así, debes aprender a adorar a Dios con todas tus fuerzas,


postrándote, entregando tus riquezas, coronas, etc.
Para adorar a Dios es necesario conocerle, entregarse a su voluntad y
designio. Es necesario que tu espíritu sea edificado por el Espíritu
Santo. Tu espíritu debe llegar a ser sensible a la presencia de Dios, de
manera que automáticamente tienda a postrarse delante de nuestro Señor y
Dios.

Es necesario reconocer el señorío de Jesús sobre nuestras vidas


ofreciéndole todo aquello en lo cual hemos puesto nuestro corazón. Ante
Su presencia deberás llegar como ofrenda santa, tu propio cuerpo libre de
toda contaminación por el pecado. Un cuerpo santo es el ejemplo de la
presencia del Espíritu Santo en este mundo. Los verdaderos adoradores
adorarán a Dios en espíritu y en verdad. Proclamando falsedades,
mentiras e hipocresías jamás lograremos la verdadera adoración a Dios.

Comienza a expresarle a Dios la necesidad que tienes de adorarle en


espíritu y en verdad. Dile lo que quieres hacer, Él cambiará tu vida.
Él puede hacer de ti una columna en su templo y nunca más saldrás de
allí. Estarás en su presencia perpetuamente, adorándole y cantándole
con un canto nuevo junto a los billones de millones de seres vivientes.

CUARTO NIVEL

LA INTERCESION

¿De donde surge esta palabra?, ¿Cuál es su significado?, ¿Que se quiere


decir cuando se habla de interceder? Si buscamos en un diccionario
podríamos leer la siguiente definición: "suplicar para obtener perdón de
alguno", y a la intercesión se le definiría como el acto realizado por un
intercesor.

No podemos negar que a nuestra mente llegan preguntas como estas ¿Por qué
Dios querrá que supliquemos?, ¿Un mediador para suplicar por quién? Por
lo tanto, deberíamos buscar el origen de donde surgió esa necesidad. Así
que nos trasladaremos al origen. A la creación del universo. A la
creación de este mundo.

En el libro de Génesis, se habla de los primeros hombres que vinieron


sobre la tierra, Adán y Eva. Dice que ellos vivían en un paraíso llamado
Edén. Dios había escogido un lugar en la tierra donde colocar a la
creación hecha a su imagen y semejanza. Le proveyó en todas sus
necesidades, en todos los sentidos. Creó todo árbol delicioso a la vista
y bueno para comer, pero también creó el árbol que contenía el
conocimiento del bien y del mal. Así mismo, Dios podía hablar
directamente con su creación.

Cuando Adán y Eva pecan, no tenían excusas de ninguna clase que pudiera
justificar la causa de este error. La palabra griega que se tradujo como
pecado, significa "errar al blanco" y la palabra griega que significa
muerte es "thanateos"; la cual significa "estar separado". Entonces,
cuando Adán y Eva pecan quedan destituidos de la presencia de Dios.
Ellos mismos se vendieron, se entregaron al conocimiento del bien y del
mal y ese conocimiento adquirido sin la dirección del Dios Omnipresente
los conduciría a la muerte espiritual, a la muerte de su alma. Ese mundo
precioso que existía quedó vacío, los moradores tuvieron que salir de
allí. Pero no sólo eso sucedió, sino que la misma creación quedó
cambiada para siempre. Desde ese día, comenzó un proceso de
transformación, un proceso de restitución, de recuperación de ese mundo.
En ese momento comenzó a separarse la mano de Dios de ese lugar y
comenzarían a suceder cosas muy desagradables.

Esta desobediencia hizo que el pecado entrara en este mundo y fuese


contaminada la raza humana con la esencia pecadora. Si pensamos por un
momento las terribles consecuencias que se produjeron al comer del fruto
de este árbol, nos preguntamos ¿por qué Dios los puso en el huerto?,
¿Acaso Dios confiaba en que el hombre, creado a su imagen y semejanza,
vigilaría que nadie comiese del árbol prohibido?
Y al haber comido de este fruto, los ojos de Adán y Eva fueron abiertos.
Dice la palabra "...y conocieron que estaban desnudos y tuvieron temor"
( ) y este temor que sentían les hacía separarse de Dios. Esto nos
confirma que el pecado es malo y puede tomar poder del conocimiento para
matar. Como decía el apóstol Pablo: "Más el pecado, tomando ocasión por
el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin ley el pecado está
muerto" (Ro 7:8).

Cuando Eva notó que el árbol era codiciable para alcanzar sabiduría,
sintió deseo comerlo, pero desconocía que la codicia era mala. Pablo
decía que él no conocería la codicia, si no existiese el mandamiento "no
codiciarás". Quiere decir que el pecado, para mostrarse pecado, produce
en los hombres muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que, por el
mandamiento, el pecado llevase a ser sobremanera pecaminoso. Así que, si
queremos vencer el pecado, debemos salir fuera de la ley, debemos
entender las cosas con otro punto de vista diferente, debemos entender
que nuestra lucha no es contra carne ni huesos. El pecado andaba
rondando en ese tiempo. Según la palabra, estaba a la puerta de aquel
que no actuaba bien; pero, con todo y eso, no se enseñoreaba de nadie.
Más Jesucristo terminó con el impedimento de la restauración del mundo.
El pecado estaba vencido. Por eso dice la Palabra de Dios que el hijo de
Dios no peca ni puede pecar porque la simiente de Dios está en Él.

Dice la Palabra que nosotros nos enseñorearíamos del pecado, es decir,


nosotros lo controlaríamos. La autoridad y el deber nos han sido dados
para rescatar ese mundo original a través de la proclamación de este
evangelio. Se nos ha confiado este evangelio "por lo cual asimismo
oramos siempre, para que Dios nos tenga por dignos de su llamamiento y
cumplamos todo propósito de bondad y toda obra de fe con su poder, para
que el nombre del Señor sea glorificado en nosotros y nosotros en Él por
la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo".

El primer paso que debemos dar como intercesores de Dios, es la


identificación con el problema. Es decir, el problema debemos sentirlo
para poder clamar con la suficiente intensidad, debemos estar en el lugar
del que lo necesita, debemos controlar nuestras emociones y solo dejar
que se manifieste la dirección del Espíritu Santo de Dios. Para lograr
que se manifiesten estas señales en nuestras vidas es necesario que
diariamente podamos estar en contacto con Dios a través de su Espíritu,
orando sin cesar y sin dejar de dar gracias por todas las cosas. Toda
oración que podamos dirigir a Dios deberá comenzar con la adoración y
terminar con adoración, "todo lo que respira alabe al Señor" (Sal 150:6).

El ubicarnos en el lugar de los demás, no es nada fácil. Pero Dios puede


hacernos sentir lo que está pasando, revelarnos las cosas que están por
acontecer y el mismo Espíritu Santo nos ayudará a interceder trayendo a
nuestra memoria aquello por lo cual debemos orar. Cristo nos ha enseñado
que debemos pedir que su reino venga y se haga su voluntad. Entonces, es
nuestro deber al igual que Juan el Bautista el preparar ese camino,
clamando a Dios para que se lleve a cabo Su voluntad escrita, Su Palabra.
Jesús clamaba al Padre por sus discípulos, pero no solo clamó por ellos
sino también por aquellos que iban a creer en Su palabra (Juan 17:20).
Siempre encontraremos una razón para orar, porque el mundo siempre estará
lleno de necesidad de Dios. Jesús también rogó cuando Pedro iba a ser
zarandeado como a trigo, y su clamor era que no le faltare fe. Jesús
también recordó a sus discípulos que debían levantarse y orar para que no
entraran en tentación. Es decir, cuando pedimos a Dios que no nos
permita caer en tentación, la respuesta es inmediata "levantaos y orad
para que no entremos en tentación".

Un cristiano que permanezca en oración muy difícilmente podrá entrar en


tentación. Quiere decir que, cuando comencemos a interceder por este
mundo, si el deseo está verdaderamente en nuestro corazón, el Espíritu
Santo revelará y nos hará saber por quién orar y cómo orar. Muchas veces
es posible que no podamos sentir una identificación con el problema que
se esté suscitando. Esto puede ser un síntoma derivado por la falta de
ayuno, lo que conlleva a que nuestro espíritu se mantenga opacado por la
primacía de la carne y los deleites de este mundo.

Un cristiano que ame al mundo más que a Dios nunca podrá ser un buen
intercesor porque "todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne,
los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida no provienen del Padre
sino del mundo. El mundo pasa y con él sus deseos, pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre." (1 Juan 2:16,17).

Hemos sido llamados para rescatar la posición original que el mundo una
vez tuvo. Jesús ya hizo el principio redimiéndonos de la maldición, nos
hizo libres de la esclavitud en la cual nos encontrábamos. Ahora es
nuestro deber tomar esa tierra prometida, derribar los muros de Jericó y
derrotar a toda clase de gigante que nos haga frente, porque vamos en el
nombre de Jehová de los ejércitos y Dios nos ha puesto para derribar,
destruir, arruinar, y en su defecto para edificar y plantar. No digas
que eres un niño y no sabes de qué hablar, porque Dios mismo te dirá lo
que debes decir. Él confió una vez en el hombre y el hombre lo defraudó.
Ahora su plan es más perfecto, pues Él mismo hará la restauración
moviéndose dentro de ti.

El segundo paso que deberás seguir es reconocer y aceptar la necesidad


que tenemos de Dios y permitir que su misericordia opere en nuestras
vidas. Es necesario alabarle por los que no le alaban, adorarle por los
que no le adoran, bendecirle por los que no le bendicen, reconocer su
gloria, honra, imperio y potencia por los que no le obedecen, cantarle
por los que no le cantan. En otras palabras, debemos llenar el vacío que
han dejado los demás, los que se han apartado en pos de otros dioses.
Jesucristo decía al Padre: “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para
que ellos también sean santificados en la verdad" (Juan 17:19).

El tercer paso deberá ser la sustitución, el sacrificio, el dar tu vida


por los demás, ¿Estás dispuesto a sufrir en ti las consecuencias por el
pecado de los demás?, ¿Eres capaz de soportar el precio? Un buen
intercesor lo hará, porque él confía en la misericordia de Dios. Su
nivel de vida se encuentra en las alturas de la santidad. Jesús estuvo
dispuesto a dar su vida por nosotros. Por tanto, haz de estar dispuesto
hasta la muerte, y muerte de cruz, por lo cual Dios exaltó que en ese
nombre que es sobre todo nombre, se doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; para que toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre"
(Fil 2:9-11). ¿Eres capaz de reconocerte culpable por lo que otros
hicieron, de tal manera que puedas soportar el juicio de Dios sobre ti
mismo?

En este momento también se pueden hacer peticiones, como decía Abraham,


¿si aún hay 10 no la destruirás? Tú puedes detener una destrucción.
Dios está dispuesto a ver tu reacción ante lo que estás clamando y te
bendecirá dándote en recompensa de lo que clamas en lo secreto. Dios
tiene el poder para hacer que cualquier situación cambie de la noche a la
mañana, así que no temas en ofrecer tu vida como ofrenda, como
sustitución y pago por lo que clamas, porque Dios mismo puede
devolvértela si es su voluntad.

El cuarto paso que se presenta a través de una intercesión es la


victoria, la convicción de haber triunfado sobre el problema, la
convicción de haber sido restaurada la posición derrotada. Esto se
manifiesta casi siempre a través de un gozo profundo, de una paz que
sobrepasa todo conocimiento. Sencillamente has vencido. Has salido con
la cabeza en alto porque luchaste con Dios y venciste. Dios te ha
bendecido y bendecirá a todo aquel por el cual clamaste. Pues Dios sabe
que con su pensamiento fue que clamaste. "Clama a mí y yo te responderé
y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tu no conoces" (Jer 33:3).

Hermano, ora a Dios y pídele que te enseñe como ser un verdadero


intercesor. Comienza a ayunar y a clamar porque su reino venga y verás
como Dios operará a través de tus oraciones. Te habrás convertido en un
intercesor.

QUINTO NIVEL

LA CONFESION

"Que si conversares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu


corazón que Dios le levantó de los muertos, será salvo" (Ro 10:9).

La declaración de fe. Confesar la Palabra de Dios. Que si confesares...


que Jesús es Señor y creyeres serás salvo... Con la boca se confiesa para
salvación. El poder de Dios se manifiesta a través de la confesión,
declaración de la Palabra. Jesús dijo que por nuestras palabras podíamos
ser justificados, pero también podríamos ser condenados (Mt 12:37).
Cuando Dios habló a Josué le dijo: "Nunca se apartará de tu boca este
libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él para que
guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito; porque entonces hará
prosperar tu camino" (Jos 1:8).

Así que nos damos cuenta que las palabras encierran poder. Poder para la
vida o poder para la muerte. Cuando hablamos con una persona que está
enferma y la persona se considera enferma, disminuida, notamos que su
recuperación se hace lenta y algunas veces no llega a recuperarse.
Una vez se realizó un examen a diez ejecutivos y se les comunicaron los
resultados. A cinco de ellos se les dijo que habían salido muy mal (esto
no era cierto). A los otros se les dijo que habían salido muy bien. Se
volvió a realizar la prueba y el resultado fue que los cinco a quienes se
les dijo que habían salido mal salieron peor y los otros cinco salieron
mejor.

Una vez más el poder de la palabra se hizo manifiesto.

Adán y Eva conocieron que estaban desnudos y se ocultaron de la presencia


de Dios por temor. El conocimiento de las palabras puede cambiar tu
vida.

En Proverbios 12:18 encontramos una gran verdad. Una verdad


maravillosa... "Mas la lengua de los sabios es medicina". ¿Quieres tener
salud? Debes ser sabio, habla salud. Dice la Palabra de Dios que... "el
hombre inicuo deje sus pensamientos y vuélvase a Jehová el cual tendrá de
él misericordia, y al Dios nuestro al cual será amplio en perdonar".

Cuando confiesas lo contrario a la voluntad de Dios sencillamente caes en


pecado pues el plan de Dios es perfecto. Si consideras que lo que Dios
ha preparado para ti no funciona, entonces estás en pecado. Pero Dios te
ha provisto de un abogado que está dispuesto a perdonarte (1 Juan 2:1).

Cambia tu forma de pensar para que compruebes que la voluntad de Dios es


agradable y perfecta (Ro 12:2). Renueva tu mente, tu forma de pensar.
No seas insensato sino entendido de Su voluntad (Ef 5:17).

Cómo ejercer la confesión

* Debes conocer la voluntad de Dios.


* Debes pronunciar la palabra delante de testigos.
* Debes caminar y confiar que va a suceder lo que está escrito en la
Palabra de Dios.

Un ejemplo claro lo podemos ver con nuestra salvación.

1. Conocimiento de nuestra salvación. Edifica nuestra fe.


2. Pronunciación de la Palabra. Es el profesar nuestra fe. Confesar
que somos hijos de Dios.
3. Creer que es Dios quién produce la salvación.

Al cumplir estos pasos, todo sucederá según sea tu proceder; por ende, tu
forma de actuar deberá ser de la siguiente manera:

1. No importa lo que tus ojos vean.


2. No importa lo que tus oídos estén oyendo.
3. No importa lo que tus manos estén sintiendo.

La respuesta de Dios será importante para tu vida. Por lo tanto:

1. Importa lo que Dios te siga revelando.


2. Gana tiempo buscando la dirección de Dios.
3. Ve la gloria de Dios y hónrale por Su obra.
Nunca debes olvidar que:

1. Eres el receptor de la gracia de Dios.


2. Sintonízate con el Espíritu Santo.
3. Debes pronunciar a todo volumen. Que te oiga el máximo de
testigos.

Jesús nos dijo, y no fue solo una vez:

"Otra vez os digo que si dos se pusieran de acuerdo en la tierra acerca


de cualquiera cosa que pidierais, les será hecho por mi Padre que está en
los cielos" (Mt 18:19).

SEXTO NIVEL

ANUNCIANDO

"He aquí se cumplieron las cosas primeras y yo os anuncio cosas nuevas, y


antes que salgan a la luz yo os las haré notorias" (Is 42:9).

"La verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi


nombre sea anunciado en toda la tierra" (Ex 9:16).

"Pero yo siempre anunciaré y cantaré alabanzas al Dios de Jacob" (Sal


75:9).

En Isaías 42:9 encontramos que Dios mismo nos habla que anuncia cosas
nuevas antes de que salgan a la luz. Dice que Él las hará notorias. La
versión King James dice "...and new things do I declare before the spring
froth I tell of them." Indudablemente Dios las hará de nuestro
conocimiento. Él anunciaría cosas nuevas antes de que salgan a la luz.
Es decir, cosas que no existen. ¿Por qué decimos que no existen? Porque
para Dios no hay nada escondido, todo está a la luz. Por lo tanto, la
única esperanza y explicación es que no existen, pero Él las anunciaría,
se formarían y existirían.

Dios dijo hágase la luz y la luz fue hecha. Una sola palabra fue
necesaria. El centurión le dijo a Jesucristo: " Una sola palabra tuya es
suficiente”... “Solamente di la palabra y mi criado sanará”. Este hombre
conocía el significado de la autoridad. Y ¿Cuál fue la respuesta de
Jesús?, ¿Acaso dijo "criado sé sano"? Él solo dijo: "Ve y como creíste
te será hecho". El centurión había declarado la sanidad de su siervo, la
había anunciado, sólo le faltaba la autoridad. Pero, ¿cuál es tu caso?
Si tu has creído; por lo tanto, te sea hecho.

Si reconoces que por medio de la Palabra todo está anunciado, te darás


cuenta que sólo te faltará autoridad; pero en tu caso, es sólo cuestión
de creerlo. Sí mi querido hermano, si has creído, entonces las cosas
sucederán porque Dios ha dicho que las haría notorias antes de que
viniesen a la luz.
El segundo versículo (Ex 9:16) dice "Yo te he puesto para mostrar en ti
mi poder y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra".
Establece que la gente conocerá a Dios aunque Él no se manifieste
visiblemente. Esto porque el poder de Dios residirá de tal manera en tu
vida que por la obra del Espíritu Santo, a través de ti, su poder se
manifestará. Los milagros, las sanidades, los cambios de rumbo, las
transformaciones en la vida de los hombres demostrarán que el Dios de
Israel fue, es y será por siempre. Muchos se admirarán y aunque no crean
por tus palabras, creerán por las obras que se manifestarán.

Comienza a dejar fluir ese poder que reside dentro de todo tu ser. No
sientas temor. Deja fluir esa corriente divina, ese fluir divino de
amor, esa gracia divina que Dios ha derramado sobre ti. Él te ha puesto
para eso, para que glorifiques su nombre. Jesús dijo "y todo lo mío es
tuyo y lo tuyo es mío, y he sido glorificado en ellos".

En el capítulo 17:4, Jesús dijo: "Padre yo te he glorificado en la


tierra, he acabado la obra que me distes que hiciese". En otras
palabras, Jesús dice que Dios recibiría la gloria en la medida que su
deseo y obra fuese llevada a cabo sobre los hijos de los hombres.

Al darles autoridad a los apóstoles y discípulos, Jesús estaba


confirmando que esa autoridad sería concedida a cada uno de sus hijos y
así su obra se prolongaría eternamente. Él recibiría gloria... Sí, mi
querido hermano, así está establecido que Él será glorificado en la
medida que nosotros dejemos que le Espíritu de Dios se manifieste en
nuestra vida.

En el tercer versículo (Salm 75:9), se establece la revelación entre el


anunciarlo y el tiempo de expresión. En la versión King James dice: "but
I will declare forever". Es necesario que hables con tu boca y publiques
las virtudes de nuestro Dios. Como diría el apóstol Pedro "Dios nos ha
llamado y somos linaje suyo, pueblo adquirido para anunciar las virtudes
de aquél que nos llamó de la tinieblas a su luz admirable." No fue a
cualquier luz, fue a su luz que todo lo impresiona. Sí, a su luz
admirable...

Ahora bien, todo este tipo de oración debe ser manifestada públicamente,
ya que la idea principal será anunciar las cosas nuevas que no existen
para que existan. Es llamar a las cosas que no son como si fuesen, pues
Dios nos ha llamado para esto, para mostrar en nosotros su poder y así su
nombre sea dado a conocer en toda la tierra.

Comienza desde hoy y declara sus alabanzas, anuncia sus virtudes y


maravillas. Anuncia su justicia, su bondad, su benignidad, su
misericordia y anuncia las cosas grandes que Él hará. Porque no hará
nada Jehová el Señor sin que revele el secreto a sus siervos los profetas
(Amos 3:7).
SEPTIMO NIVEL

PROFETIZACION

En este punto solo haremos énfasis en el pueblo como profeta de Dios, su


pueblo escogido.

Cuando Moisés reunió a los setenta ancianos y Dios descendió sobre ellos
con su Espíritu haciendo que estos profetizaran, sucedió que en el
campamento, dos de los escogidos se encontraban ausentes de la reunión
establecida y éstos, al mismo tiempo, también profetizaron. Entonces,
Josué le dijo a Moisés que les impidiera profetizar, a lo cual Moisés
contestó: "Ojalá todo el pueblo fuera profeta y que Jehová pusiera su
espíritu sobre ellos". Hoy día podemos decir que esto se sigue
cumpliendo en las iglesias verdaderas, en las iglesias que buscan el
reino divino en las cuales el Espíritu Santo se mueve con libertado.

En el libro de Amós, el mismo profeta declara que él no lo era, ni


siquiera era hijo de profetas, sino que Jehová lo había sacado, lo había
tomado de detrás del ganado y le había dicho que fuera y profetizara a su
pueblo Israel. Como puedes ver Dios es quien te puede mandar a
profetizar sobre las cosas, convirtiéndote aunque sea por un solo
momento, en profeta de Dios.

Algunas cosas debemos saber y mantener bien claras si queremos comenzar a


ser profetas del Altísimo. Estas son:

1. Dios es quién constituye a los profetas.


2. El profeta debe poseer ciertas características que lo hacen muy
especial.
3. El don de profecía y su función en la iglesia.
4. La profecía
5. El llamado de Dios a profetizar.

Las escrituras declaran que Dios constituyó a unos apóstoles, a otros


profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la
edificación del cuerpo de Cristo (Ef 4:11-12). El Señor había decidido
ejecutar lo que Moisés una vez dijo: “Ojalá que todo el pueblo fuese
profeta y que Jehová pusiese su Espíritu sobre ellos". Y, por eso, hoy
día encontramos muchos que profetizan en su nombre.

Si analizamos las escrituras nos daremos cuenta que cada hombre que Dios
utilizaba para que profetizara a su pueblo, poseían algunas
características típicas:

1. Querían ayudar a su pueblo.


2. Se mantenían separados del pueblo.
3. Tenían buen testimonio ante las demás personas de que eran
escogidos por Dios para realizar este tipo de obra.
4. Cuando se les solicitaba, una vez planteado el problema o la
situación, ellos consultaban y luego profetizaban.

Entre éstos podemos mencionar a Moisés, Daniel, Elías, Eliseo, Isaías,


Jeremías. Sin embargo, cuando leemos el Nuevo Testamento encontramos que
existieron otras personas que profetizaban directamente, como fueron Ana,
Simón y Agabo. Es decir, que no necesitaron consultar en el momento para
poder profetizar. ¿Quiere esto decir que Dios ha cambiado el plan? Por
supuesto que no. Lo que sucede es que este tipo de profecía es inspirada
directamente por el Espíritu de Dios. Una vez que terminara el
sacerdocio ejercido por la tribu de Leví, entonces comenzaría a fluir en
una forma diferente, no común para esa época. Ahora se había convertido
en una experiencia personal, diciendo que no se manifestará a nivel de
grupos grandes, sino más bien que adquirirá una nueva dimensión. Jesús
dijo "Si éstos callan las piedras hablarán". Dios puede constituir a las
piedras como hijos de Abraham. Él es quien constituye cuando encuentra
las características necesarias para realizar este tipo de obra.

Lo maravilloso del caso es que el Espíritu Santo habita en medio de ti;


por lo tanto, él te inspirará constantemente a profetizar sobre las cosas
que él quiera que sucedan. Atrévete a ser esa persona.

En la carta a los Corintios, el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu,


habla sobre el propósito de la profecía. "Pero el que profetiza habla a
los hombres para edificación, exhortación y consolación" (1 Co 14:3).

El apóstol Pablo decía a los miembros de las iglesias que pidieran los
dones pero sobre todo el profetizar. El conocía muy bien la capacidad de
este don. El sabía que la profecía estaba íntimamente ligada a la
revelación personal, a la visión espiritual. A través de este don
podrían entonces ampliarse las metas, los objetivos, crecer en sabiduría,
confianza y seguridad de que Dios apoyaría las obras que pusiéramos en
práctica.

Cuando el profeta Agabo le declara al apóstol Pablo lo que le iba a


suceder cuando éste fuese a Jerusalén (Hch 21:11), de seguro Pablo sabía
a qué se estaba exponiendo, pues dice que no pudieron persuadirlo. Era
necesario que otros creyentes vieran el valor de este apóstol, la
confianza absoluta en Dios que éste poseía. El sabía también que sobre
esta profecía había una profecía mayor "estaré contigo todos los días
hasta el fin de los tiempos".

Es pues, la profecía, esa revelación divina que Dios muestra a su iglesia


a través del Espíritu Santo, y que también funciona de la misma manera y
a la misma escala sobre su iglesia individual haciéndola crecer,
exhortándola y consolándola. Estos principios sopesarán sobre todo tu
ser al aceptar a Jesucristo como tu Salvador personal, y cuando el
Espíritu Santo ha descendido sobre ti, te ha llamado a profetizar.

Dios te ha llamado a predicar su evangelio (Mt 28:18-20). El Rey de


reyes, el Señor de señores, te ha llamado a su reino, te ha dado las
armas para que acabes con éxito la misión a la cual has sido llamado.
Debes proclamar el reino, debes anunciar su venida, debes decirle a este
monte “arrójate al medio del mar”... y esta montaña lo hará. Sí, mi
querido hermano, Dios te ha llamado a profetizar, a clamar, que sea hecha
la voluntad del Padre en la tierra. No eres tú quien realmente lo haga.
tú solo vas a hacer y decir lo que el Espíritu Santo te ha de inspirar.

En la medida que tengas esa vida especial, apartándote de las cosas del
mundo, teniendo una comunión verdadera con el Espíritu de Dios, conocerán
sus sentimientos. Como diría el apóstol Pablo: " Nosotros tenemos la
mente de Cristo..." Ahora, si nosotros tenemos su mente, podemos tener
sus pensamientos y si tenemos sus pensamientos sabremos lo que Dios
quiere hacer entonces, sencillamente lo que anunciamos, declarando con
fe, proclamando a todas las naciones, y el resto lo hará Dios mismo.

Hermano, comienza hoy.

CAPITULO 16

CAMINANDO CON DIOS

" Caminó pues Enoc con Dios, y desapareció porque le llevó Dios."
(Gén.5:24).

Hemos querido finalizar este último capítulo con un tema muy especial.
Como su nombre lo indica “ Caminando con Dios ”.

¿Sabías que el nombre de Enoc significa consagrado y que Matusalem, el


hombre que vivió más tiempo en la tierra, fue su hijo?, ¿Sabías que el
nieto de Matusalem fue Noé? y ¿Que el Padre de Noé, Lamec, anunció que
Noé aliviaría a la tierra del trabajo de las manos y de las obras que
tenían que hacer por causa de la maldición de la tierra? (Gén.5:29).
Eso significa que Dios hace mucho tiempo redimió a la tierra de la
maldición que tenía por causa del pecado original. Que tú no deberías
seguir cansado de la obra de tus manos. Es y ha sido siempre el
propósito de Dios el hacerte libre. Cuando el pueblo de Israel sale de
Egipto, siempre le seguía la columna de humo y el ángel de Jehová. Dice
la palabra que la columna de nube y la de fuego nunca se apartaron del
pueblo. Es interesante que aunque el pueblo de Israel le llevaba ventaja
a los egipcios, Dios le dice que acampen junto al mar. Cuando se
aproximaron los egipcios y Moisés clamó. ¿Cuál fue la respuesta? "Porque
clamas a mí; dile a los hijos de Israel que marchen y tú extiende tu mano
sobre el mar". ¿Cuándo le concedió Dios ese poder a Moisés para que le
reclamara de esa forma? Sencillamente desde el momento que le llamó.
Solo hasta que el pueblo de Israel se enfrentara a la prueba, entendería
que Dios les había otorgado ese poder. Si lo hubiesen sabido antes, ya
hubieran encontrado una explicación a la apertura del Mar Rojo.

Asimismo, cuando atraviesas por dificultades y pruebas es cuando llegas a


comprender que la mano de Jehová está contigo en todo momento. En ese
momento notas la bendición de Dios, ¿Sabes por qué? Sencillamente no
tienes escapatoria, no hay otra solución y tú lo sabías, te ves obligado
a ejercer la fe y como resultado te maravillas de la obra de Dios.
¿Porque detenerte a acampar a orillas del mar y esperar que la prueba de
tu fe se acerque?, ¿Por qué clamas a mí? Es bueno esperar en Dios
cuando Dios te dice que acampes, pero debes estar atento y preparado al
siguiente paso que debes ejecutar. No te quedes dormido porque tu
enemigo viene tras de ti.

Otro caso muy parecido fue el del profeta Elías. Elías era un
instrumento escogido de Dios, al igual que tú. Elías usaba de sus
recursos de oración, la fe declarada, la convicción. ¿Te das cuenta que
anunciaba a su discípulo Eliseo que si lo veía cuando fuere arrebatado,
entonces recibiría lo que había pedido? No fue una profecía lo que dijo
Elías, él solo estaba anunciando lo que le sucedería a Eliseo si éste le
llegaba a ver. Eliseo declaraba por fe que sería arrebatado. Tenía una
profunda convicción en su espíritu. Pero Elías no profetizó sobre la
petición de Eliseo. ¿Recuerdas que fue lo que hizo Eliseo cuando recibió
la unción? Lo primero que hizo fue extender su mano, sabía que había
recibido la unción. ¿No crees tú que la unción que había en Jesucristo
era mayor? Y el mismo Jesús anuncia que recibirás poder cuando el
Espíritu Santo venga sobre ti. ¿Es ese tu caso?, ¿Has recibido el manto
de la unción?

Es interesante observar que el profeta Eliseo muere de una enfermedad.


Pero eso no significa que Eliseo se había portado mal al final de sus
años. Se dice que una vez llevaban a enterrar a una persona que había
muerto y el cadáver cayó sobre el sepulcro donde había sido enterrado
Eliseo, y una vez que hizo contacto con los hueso de Eliseo la persona
que había muerto resucitó. El poder de Dios aún residía en los huesos
de Eliseo. La enfermedad podrá llegar a tu cuerpo y afectarlo, pero el
poder de Dios nunca disminuirá por esa razón. ¿Recuerdas que la palabra
de Dios penetra hasta tus huesos? (He.4:12), ¿Recuerdas que de Jesús se
dijo que ningún hueso sería quebrado?, ¿Y qué de la declaración de Adán
sobre su compañera? Ella sería huesos de sus huesos. Al parecer Dios
los considera importante, es por ello que debes estar plenamente
convencido que le perteneces a Dios hasta los huesos.

En el Libro de Proverbios la palabra nos recuerda que la lengua blanda


quebranta los huesos. Ten cuidado, en nuestro cuerpo reside el poder de
Dios. ¿Has oído hablar de la importancia del líquido que contienen los
huesos? Los huesos te mantienen firme, protegen los conductores
principales de tu sistema nervioso. Es la parte sólida más fuerte de ti.
La que te sostiene. ¿Recuerdas a la mujer que estaba encorvada y Jesús
la sanó? Un demonio había atacado su estructura ósea, pero Dios estaba
dispuesto a sanarla. Sin embargo, es tan fácil quebrantar los huesos con
una lengua blanda. Ten cuidado con lo que dices.

Dios nos dijo que sobre todo lo que impusiéramos nuestras manos sería
bendecido, solo si guardamos sus mandatos. Impón tus manos, pero no a la
ligera. Reprende al demonio de miseria que ha acechado a los pueblos y
trata de demostrar que el evangelio significa solo miseria. El poder que
Dios ha derramado sobre ti, tiene carácter residual. No te detengas ante
el Mar Rojo, extiende tu mano y avanza a través del mar. Dios estará
cuidando tu retaguardia. No mires atrás como la mujer de Lot. Tú ya
pusiste la mano en el arado. No permitas que se refieran a tu casa como
la casa del descalzado, como la casa del que no quiso cumplir con la
parte de su contrato y no preservó el nombre de Dios sobre la tierra. No
tienes que ser ese descalzado, tú tienes el apresto del evangelio de la
Paz.

Como puedes ver, Dios ha utilizado a sus hijos de diferentes formas.


Juan Bautista usaba la misma vestimenta que usaba Elías, pero Juan
Bautista no fue usado en la misma forma. Esto tampoco significa que
fuese utilizado en menor grado. Sencillamente eran propósitos
diferentes. Es nuestro deber examinar y buscar cual es el propósito que
Dios ha seleccionado para nosotros. Uno de los propósitos de Dios es que
todos los hombres sean salvos y no se pierdan. Otro de los propósitos
quizás lo podamos entender en la medida que conozcamos los nombres y
significados con los cuales Dios se manifiesta a los hombres.

El pueblo hebreo distinguía a Dios con diferentes nombres de acuerdo a


sus funciones:

1. Jehová-Nissi
Relacionado con Dios Victorioso.
2. Jehova-Sidkenu
Libertador. Voluntad de Dios Ejercida.
3. Jehová-Shalom
Relacionado con la Paz de Dios.
4. Jehová-Jireh
Relacionado con el Dios Proveedor.
5. Jehová-Ra-ah
Función Sacerdotal. Reconciliador.
6. Jehová-Sama
Relacionado con el Dios Santificador.
7. Jehova-Rafah
Relacionado con la Perfección.

El llamado a caminar con Dios comprende el ejercicio de todas esas


funciones. Hay una batalla que ganar. Dios no tardará en darte todo lo
que necesitas. Dios ya lo ha determinado. Solo avanza hacia adelante sin
mirar hacia atrás, a tus debilidades o a tus sueños que ves sin solución.
Dios tiene un plan, y en él estás incluido tú. Prosigue hacia la meta
del supremo llamamiento. Es voluntad de Dios liberar, sanar, rescatar,
reconciliar, proveer, hacer justicia, santificar, perfeccionar. Tú eres
llamado a ejercer esa voluntad.

Resumamos un momento. Dios quiere que ejerzas función sacerdotal


(ministerio de reconciliación), quiere que alcances la Santidad
necesaria (perfección) y que ayudes y animes a los demás a lograr estas
metas (voluntad de Dios).
DIOS ESCOGIÓ AL PUEBLO DE ISRAEL Y LE DIO LEYES Y MANDAMIENTOS.

DIOS ENVIO A SU HIJO JESUCRISTO

PARA SALVAR AL MUNDO, JUDIOS Y GENTILES.

POR VOLUNTAD DE DIOS,

LOS HOMBRES EJERCERÍAN FUNCIONES SACERDOTALES

ANUNCIANDO LAS BUENAS NOTICIAS AL MUNDO

A LOS QUE CREYEREN Y FUEREN BAUTIZADOS

(NUEVOS ESCOGIDOS Y FIELES)

ALCANZARÁN LA SALVACION

ELEGIDOS PARA EL MINISTERIO

1. El Libertador. En el capítulo 61 del Libro de Isaías, aparecen las


características que ejercería el siervo de Dios. La cita reza
textualmente de la siguiente forma:

"El espíritu del señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los
presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de
Jehová y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los
enlutados. A ordenar que a los afligidos de Sión se les dé gloria en
lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar
de espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicias, plantío
de Jehová, para gloria suya" (Isaías 61:3).

Observamos que en esta cita aparecen palabras como predicar, publicar,


proclamar, ordenar. Todas estas palabras representan la acción que
desarrolla la función ministerial de un libertador.

La función libertadora de un Sacerdote podemos describirla de la


siguiente manera.

ACCIÓN ESTÁTICA:
DECLARANDO.
ANUNCIANDO.
PROFETIZANDO.
PUBLICANDO.
ORDENANDO.
PROCLAMANDO.

ACCIÓN DINÁMICA:
BUSCANDO LAS NECESIDADES.
APROVECHANDO EL TIEMPO.
2. El Sacerdocio. La función Sacerdotal.

ACCIÓN ESTÁTICA:
INTERCESION.
EXTENSION DEL EVANGELIO.

ACCION DINÁMICA:
ANIMANDO A OTROS.
PREDICANDO.
SIENDO EJEMPLO.

3. La Santidad. Esta función revelará el camino de la perfección a la


cual Dios nos llama. La purificación, la transformación a semejanza del
Padre.

ACCIÓN ESTÁTICA:
ACCION DE GRACIAS.
ALABANZAS.
ADORACION.

ACCIÓN DINÁMICA:
SOMETIENDO AL CUERPO.
ALCANZANDO LOS PENSAMIENTOS DE DIOS.

Amado hermano, es hora que comiences a pensar en serio como te encuentras


a Dios. Poco tiempo queda. Pronto podremos marchar con el Señor. A ti
te digo que estás llamado a ejercer estas funciones. Comienza a orar.
Hazte un esquema de oración. Comienza a buscar la oportunidad de
participar en la obra de Dios. Comienza a consagrarte. Desecha todo
pensamiento inicuo que te aleja del propósito al cual te ha llamado Dios.
Declara con tu boca "Yo quiero ejercer ese propósito”. La Palabra de
Dios es poderosa para derribar toda altivez, toda doctrina que se levante
en contra del propósito al cual te ha llamado Dios. Comienza a tener una
vida de oración y ayuno.

Recuerda "Velad y orad". “Velad, pues en todo tiempo orando para que
seáis digno de escapar de todas estas cosas que vendrán y de estar en pie
delante del Hijo del Hombre" (Lc.21:36) con el Dios Santificador. Amén.

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