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Los Par lamentos de las Religiones en

Cataluña y la Comunidad Valenciana:


fiestas de encuentr o y diálogo

por

Jaume de Marcos

El movimiento de diálogo interreligioso es uno de los fenómenos


transnacionales y transculturales más notables de la actualidad, con una
importancia creciente desde sus inicios a finales del siglo XIX. Aunque Occidente
había conocido encuentros formales entre representantes de distintas religiones
en el pasado, éstos habían sido en su mayor parte debates enconados o
contiendas dialécticas en las que cada una de las partes luchaba por imponer su
verdad sobre las razones de sus contrincantes. Sin embargo, el movimiento
moderno de encuentro entre las religiones prefiere que los asistentes acudan
como iguales y sin aspiraciones de superioridad sobre los demás, predispuestos a
escuchar al otro antes que intentar convencerlo. Según la definición de Jean-
Claude Basset, diálogo interreligioso es un “intercambio de palabras y escucha
recíproca que compromete en pie de igualdad a creyentes de diferentes
tradiciones religiosas”1. Es una definición sencilla y poco ambiciosa, que pone el
énfasis en el lenguaje y la inteligibilidad conceptual más que en la puesta en
común de experiencias, esperanzas e ideales espirituales con vistas a un
propósito superior. Una definición que, como veremos, es desafiada por algunos
de los pensadores más destacados del diálogo interreligioso actual.

Hasta hace poco tiempo, España no tenía un historial precisamente brillante


en diálogo intercultural e interreligioso. Sabemos que la “España de las tres
religiones” es, en buena medida, un mito bienintencionado que hemos creado para
buscar en el pasado un espejo noble en el que reflejar nuestra esperanza actual

1
Basset, El diálogo interreligioso, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1999, pág. 30.
de construir una sociedad democrática plural e inclusiva de diversas perspectivas,
incluidas las religiosas. En nuestra época medieval, la ignorancia mutua, cuando
no el recelo y la tensión callada que conducían a esporádicos brotes de violencia,
eran mucho más frecuentes que el diálogo y el acercamiento sincero para conocer
la verdad del otro, y la vida en la frontera alternaba períodos de intercambio
enriquecedor y tolerancia mutua con acometidas guerreras de cruzada y yihad.
Los viajes de Ramón Llull estaban movidos más por el celo de la predicación que
por un genuino interés por integrar las otras religiones abrahámicas en su sistema
de pensamiento2. La posterior llegada del celo inquisitorial nos privó de las
posibilidades que un incipiente erasmismo podía haber aportado a la cultura
religiosa española. Incluso la noción política de libertad religiosa, que en nuestro
país sólo empezó a abrirse paso a finales del XIX, está aún desarrollándose y no
ha alcanzado el grado de plenitud que cabría desear.

En este sentido, la celebración de la tercera edición del renovado


Parlamento de las Religiones del Mundo en Barcelona durante el mes de julio de
2004 representó no sólo un hito histórico en el desarrollo del movimiento en favor
del diálogo multiconfesional e interreligioso en España, sino el germen de un
proyecto que permitiría la preservación, consolidación y expansión en el tiempo de
las sinergias generadas con motivo de dicho encuentro a escala local y regional.

Como es bien conocido, los Parlamentos de las Religiones que se celebran


actualmente son, como los Juegos Olímpicos, un intento moderno de reverdecer
un gran evento del pasado. Por fortuna para los Parlamentos, el modelo se
encuentra mucho más cercano en el tiempo que las citas deportivas panhelénicas
de Olimpia. El Parlamento de las Religiones original tuvo lugar en Chicago en el
año 1893, coincidiendo con la Exposición Universal que se celebró en dicha
ciudad. El evento, que sorprendió a sus propios organizadores por la gran
repercusión y notoriedad que adquirieron sus principales invitados, entre los que
destacó particularmente la magnética presencia de Swami Vivekananda, es
considerado por los historiadores de las religiones como el punto de partida del

2
Goddard, A History of Christian-Muslim Relations, New Amsterdam Books, Chicago, 2000, pág. 115.
movimiento de diálogo interreligioso moderno3. Cien años después, en 1993, un
grupo de líderes religiosos de Chicago quisieron revivir aquel gran acontecimiento
con una convocatoria a creyentes y líderes de las religiones del mundo para que
acudiesen a Chicago para poner en marcha un renovado Parlamento. De nuevo,
la llamada obtuvo una resonancia mundial y gentes de los cinco continentes
acudieron para conocerse unos a otros, presentar sus creencias y puntos de vista
y dialogar en paz con representantes de otras culturas y tradiciones. El fruto más
tangible del Parlamento de 1993 fue un documento redactado principalmente por
el teólogo Hans Küng y titulado “Declaración de las religiones para una ética
global”. Posteriormente, el Parlamento Mundial fue convocado de nuevo en
Ciudad del Cabo en 1999, en Barcelona en 2004, dentro del marco del Fórum
Universal de las Culturas organizado por el Ayuntamiento de la ciudad, y su última
edición por el momento tuvo lugar el año pasado en Melbourne (Australia).

La organización a nivel local del Parlamento de las Religiones del Mundo de


Barcelona 2004 fue encargada a la Asociación UNESCO para el Diálogo
Interreligioso (más conocida por las siglas AUDIR), una entidad vinculada al
Centro Unesco de Cataluña y que ya llevaba algunos años organizando grupos de
diálogo compuestos por miembros de diferentes religiones con implantación en la
ciudad y su área metropolitana. Animada por los principios de la UNESCO en
favor de una cultura de la paz y de la protección de la diversidad cultural, AUDIR
quería constituirse en una instancia neutral, de orientación laica pero con una
actitud empática y favorable a la expresión de las diversas sensibilidades
espirituales de la sociedad. Aunque muchos de los promotores y cuadros
dirigentes de AUDIR eran de procedencia católica, la jerarquía de la Iglesia nunca
vio con excesivos buenos ojos que una asociación secular pretendiera tutelar el
desarrollo del diálogo interreligioso con una filosofía de la diversidad que optaba
por poner a todas las religiones al mismo nivel, independientemente de su
presencia en la población o su arraigamiento histórico.

El éxito del Parlamento de las Religiones de Barcelona, que fue uno de los
eventos incluidos en el Fórum de las Culturas que contó con mayor número de
3
Véase Basset, op.cit., págs. 73-77.
asistentes, muchos de ellos venidos de todos los continentes expresamente para
asistir al mismo, hizo que AUDIR se plantease la continuidad de la experiencia del
Parlamento en el ámbito que le es propio, es decir, el de la comunidad autónoma
de Cataluña, aunque abriendo las puertas a iniciativas de diálogo interreligioso
que pudiesen surgir en otros territorios con presencia histórica de la lengua
catalana, en sus diversas variantes y modalidades.

Fue así como acabó constituyéndose en 2005 una plataforma informal de


asociaciones de diálogo interreligioso. La “Xarxa”, o red de entidades, se compuso
de asociaciones, instituciones académicas y grupos de diálogo implantados en las
comunidades catalana y valenciana. Posteriormente se han adherido también
grupos de las Islas Baleares, Andorra y el Rosellón francés. La actividad principal
de esta red de asociaciones es la organización de Parlamentos de Religiones con
periodicidad inicialmente anual y, desde el año 2007, bianual. Por consenso entre
los grupos constituyentes, se ha confiado a AUDIR las tareas de coordinación y
gestión del día a día de las actividades de la Red, impulsando y promoviendo la
constitución y consolidación de nuevas plataformas interreligiosas en su ámbito
natural de actuación y favoreciendo la comunicación, intercambio de información y
buenas prácticas, y propuestas de formación en los principios y metodologías del
diálogo interreligioso.

En este sentido, desde el año 2005, la celebración de Parlamentos


regionales de religiones representa la visualización y promoción más notable de la
actividad de esta Red interreligiosa. En ese año, estando aún muy recientes los
ecos mediáticos y sociales del Parlamento Mundial, la primera edición del
Parlamento catalán en la misma ciudad de Barcelona, aprovechando las
instalaciones cedidas por el colegio San Ignacio de Sarriá, obtuvo un notable éxito
de asistencia teniendo en cuenta la novedad de la propuesta, con más de 800
personas inscritas.

El primer Parlamento catalán se convocó con una clara intención de


continuidad y para que sirviera de referencia para el incipiente movimiento de
diálogo interreligioso en la comunidad autónoma. La revista “Dialogal”, editada por
la propia Asociación UNESCO y especializada en el tema religioso, afirmaba en su
editorial coincidiendo con la celebración del Parlamento: “El Parlamento Catalán
de las Religiones quiere ser la punta del iceberg del movimiento interreligioso
catalán. La labor que las entidades hacen discretamente a lo largo del año suele
ser conocida sólo en sus círculos más próximos. Es bueno que haya una cita
anual,… un estallido que dé visibilidad y permita que el gran público conozca lo
que se hace”4.

Tomó como modelo una jornada típica del Parlamento Mundial,


concentrando en un solo día lo que el Parlamento padre despliega a lo largo de
una semana entera. El mismo modelo, con variantes poco significativas, se fue
repitiendo en las sucesivas convocatorias.

¿En qué consiste una de estas jornadas? El modelo es, en realidad,


bastante sencillo: los actos de corte más académico, como las ponencias y las
tablas redondas con preguntas de los asistentes, se concentran en el segmento de
la mañana, y se ponen en marcha tras los preceptivos saludos y discursos de
bienvenida de los organizadores y de las autoridades públicas invitadas al evento.
El período matutino es, pues, el más denso conceptualmente y el que atrae al
público más interesado en los aspectos teóricos y expositivos de los líderes,
pensadores y estudiosos de las respectivas religiones participantes.

Tras un receso para el almuerzo, que suele ser aprovechado para fomentar
el mutuo conocimiento y el establecimiento de lazos relacionales entre los
participantes, para lo que se favorece que todos puedan comer en el mismo
recinto, se inicia el segmento de actividades de la tarde, que suele contar con los
programas más participativos: talleres y prácticas artísticas y religiosas,
favoreciendo los aspectos más emotivos y dinámicos. Esta es la sección que
genera más atención en las semanas anteriores a la celebración del Parlamento,
ya que las organizaciones religiosas, sean partícipes o no del diálogo
interreligioso, son invitadas a hacer sus propuestas de actividades.
Posteriormente, son los delegados de la Red de entidades los que seleccionan,
4
“Parlament Català de les Religions”, editorial de la revista Dialogal, Quaderns de l’Associació UNESCO
per al Diàleg Interreligiós, Primavera 2005, pág. 3.
mediante consenso o votación, cuáles cumplen con las exigencias de calidad y
coherencia con el tema general del Parlamento para ser incluidas en el programa
final.

La jornada de un Parlamento concluye habitualmente con un programa


musical de orientación multicultural, con la presencia de músicos de diferentes
grupos de música tradicional, coros o solistas.

Tras el éxito del encuentro de Barcelona, se han celebrado otros


Parlamentos en Manresa (2006), Alicante (2007, que se denominó simplemente
“Tercer Parlamento de las Religiones”, omitiendo el adjetivo “catalán”). El último
Parlamento hasta ahora se celebró el año pasado en Lérida. Un quinto Parlamento
está previsto para el año que viene en Perpiñán, capital del Rosellón francés, con
lo que el evento saldrá por vez primera del territorio español, aunque
manteniéndose dentro del marco geográfico delimitado por el uso histórico de la
lengua catalana, que será lengua co-oficial del evento junto con el francés.

¿Cuál es la filosofía que subyace en estos encuentros y en la Red


interreligiosa que los anima? Aunque el Parlamento de las Religiones del Mundo
se inspira en el modelo del histórico Parlamento de Chicago de 1893 y en la
experiencia de una sociedad tan pluralista cultural, étnica y religiosamente como la
norteamericana, muchos de sus presupuestos y concepciones no son fácilmente
adaptables a un entorno cultural como el español, que tiene una realidad religiosa
e histórica muy diferentes de la de Estados Unidos.

Aparte de los valores culturales y éticos de la Unesco que animan a AUDIR,


la organización que alienta y da soporte a las actividades de la Red de entidades
interreligiosas, una de las más potentes fuentes de inspiración es el pensamiento
de Raimon Panikkar. Este conocido autor, de familia mixta indo-catalana,
sacerdote católico aunque no ejerce como tal, y actualmente retirado en un
pueblecito de la comarca de Osona, donde es visitado por una creciente masa de
seguidores, admiradores y curiosos, defiende apasionadamente tanto la
especificidad y singularidad de todas las tradiciones religiosas, evitando así toda
tentación de sincretismo o de perennialismo, como de la necesidad del diálogo
interreligioso e intercultural, no sólo como una manera eficaz de construir la paz y
la concordia entre las civilizaciones, sino lo que es mucho más importante, como
un imperativo para todo buscador de la verdad, venga de donde venga y sea cual
sea su tradición, historia o creencias personales.

No nos corresponde aquí profundizar en el pensamiento de Panikkar, pero


sí vale la pena enumerar algunos de los elementos de su filosofía que animan la
manera de ver el diálogo interreligioso que tienen los promotores de los
Parlamentos catalanes de las religiones. Panikkar ve al hombre como un ser
esencialmente dialógico5, es decir, un ser relacional, que se realiza y completa a
través del diálogo con otros seres humanos. Este diálogo no es una simple
cháchara, ni una investigación intelectual, ni una encuesta sociológica, sino una
profundización en el misterio de la realidad a través del Otro.

De hecho, no sólo el ser humano es relacional, dialógico, sino que la misma


realidad lo es también. Según Panikkar, el mundo “no puede ser visto ni
interpretado a través de una sola ventana: nosotros no sólo estamos en un mundo,
sino que somos el mundo”6. La fuente del diálogo es, pues, la experiencia de la
propia insuficiencia. Necesitamos el diálogo en tanto que somos contingentes,
incompletos, limitados. Sólo el diálogo permite ir más allá de los límites de uno
mismo para entrever lo que hay más allá, lo que nos completa y supera. También
por esta razón, la finalidad de un diálogo auténticamente dialógico o relacional, no
puede ser nunca el intentar convencer al otro o querer dejarse atraer por éste,
pues ninguna perspectiva puede atribuirse una percepción absoluta o superior a
las otras.

Así pues, el diálogo interreligioso debe cumplir determinados requisitos,


según la visión de Panikkar, para ser auténtico. Para mencionar sólo algunos de
estos aspectos, el diálogo debe ser vivencial, abierto o inclusivo, político, mítico y
holístico. Vivencial, porque no es un encuentro de intelectos, sino que debe haber
una implicación existencial; abierto, porque todos pueden participar en él: no es
una reunión de expertos, ni de líderes religiosos en cuanto tales. Por eso, los
5
Panikkar, El diàleg indispensable, Edicions 62, Barcelona, 2003, pág. 27.
6
Panikkar, op.cit., pág. 38.
Parlamentos están abiertos a la participación de todo el público asistente. También
es político, en primer lugar porque no es un acto privado, sino público, y por tanto
afecta a la vida de la comunidad, de la polis. Pero además tiene implicaciones
para el conjunto de la sociedad: el diálogo no puede permanecer neutro ante la
injusticia, los abusos, la violencia o la opresión de unos sobre otros. El diálogo
interreligioso es inseparable de la realidad social, económica y política en la que
se desarrolla.

El diálogo es también mítico, porque entran en juego el mythos en el que se


fundamentan las creencias de los participantes. Para Panikkar, las religiones son
esencialmente incomparables. Por ello, el propósito de los Parlamentos de las
religiones no es el de buscar equivalencias teológicas ni afinidades en los relatos
simbólicos respectivos de los participantes en el diálogo: no hay una verdad
común que desvelar, sino que la verdad se revela a través, precisamente, no de la
equivalencia sino de la disparidad.

Desde este planteamiento, ¿por qué deberían las religiones acudir al


diálogo? La religión es una de las fuerzas más potentes del devenir histórico y
social de la humanidad, y por ello ha sido la causa de los hechos más nobles, pero
también de las mayores atrocidades. Ninguna religión es inmune al peligro del
fanatismo, de la intolerancia, del deseo de eliminar a quien es visto como
diferente, peligroso, impuro. Por ello el diálogo se erige como un remedio para los
males de las religiones. Las purifica y las obliga a retornar a la fuente de la que
surgieron. Frente a las fortificaciones del dogmatismo y la intransigencia, el
diálogo interreligioso ofrece una oportunidad para la humildad y la aceptación
mutua.

Hablando desde un enfoque cristiano, pero abierto al pluralismo, Torres


Queiruga afirma en este sentido que la presencia salvífica de Dios a lo largo de la
historia de la humanidad se manifiesta en las diferentes religiones, cuya
particularidad es una simple necesidad histórica: las posibilidades que ofrece cada
religión de atisbar la dimensión última de las cosas no se encierran en sí mismas,
sino que se ofrece a todas las demás, dejando también que éstas enriquezcan la
propia con sus percepciones únicas. Como ninguna de estas realizaciones
históricas es perfecta, la misma dialéctica que le permite completarse a través de
las otras la conduce inevitablemente a un proceso dialógico dentro de ella misma,
como un proceso continuo e interno de corrección y conversión7.

Por tanto, es la espiritualidad dialógica de Panikkar la que inspira los


principios de los Parlamentos de religiones celebrados desde 2005 en España.
Paradójicamente, Panikkar era inicialmente escéptico ante el proyecto del
Parlamento Mundial, y es sabido que puso graves objeciones al documento
emitido por el Parlamento de Chicago, ya que no fue sometido a suficiente debate
durante las sesiones. Esto se debió a una decisión de los organizadores, que
simplemente querían dar publicidad al documento de Hans Küng sin someterlo a
una revisión que podía ser excesiva o seguramente prolongarse demasiado en el
tiempo, hasta quizá impedir su publicación.

No obstante, Panikkar ha dado su apoyo explícito a los Parlamentos


regionales convocados después, y participó personalmente en ellos. En la
segunda edición, celebrada en Manresa en mayo de 2006, Panikkar abrió el
Parlamento participando en un coloquio con el jesuita y teólogo catalán Xavier
Melloni sobre el tema: “Aportación del cristianismo al proceso de humanización”.
En una entrevista incluida en el documento de presentación del programa de dicho
Parlamento, Panikkar declaraba: “Estamos haciendo historia, ya que hasta ahora
cada religión ha vivido de forma bastante aislada, pensando que era perfecta y la
más completa… Todos hemos de dejar de absolutizar nuestras convicciones, y
eso es difícil. No se trata de desnudarnos por completo, sino más bien de
desprendernos de nuestra etiqueta…”8. En esta misma entrevista, Panikkar se
mostraba también receloso del interés de los poderosos por manipular la religión
en su propio beneficio.

Sin embargo, los representantes políticos no sólo han estado presentes en


todos los Parlamentos celebrados en Cataluña y la Comunidad Valenciana, sino
7
Torres Queiruga, Diálogo de las religiones y autocomprensión cristiana, Sal Terrae, Maliaño, 2005, págs..
100-101.
8
Entrevista a Raimon Panikkar, Programa del II Parlamento Catalán de las Religiones, Manresa 2006.
Associació Sòciocultural Xarxa de Manresa, Manresa, 2006, pág. 4.
que en buena medida han sido facilitadores fundamentales de su celebración. Una
parte muy importante de este apoyo ha venido de los Ayuntamientos de las
localidades en que se han celebrado. Los motivos pueden haber sido muy
diversos, y tienen que ver con el contexto político y social de cada lugar. Mientras
que para los alcaldes de Manresa y Lérida, ciudades con una notable presencia de
inmigrantes que han traído consigo no sólo su fuerza de trabajo, sino también sus
costumbres y su religión, los Parlamentos eran una oportunidad de brindar al
público una cara amable de acogida y respeto por la diversidad cultural y de
creencias. Según Josep Camprubí, alcalde de Manresa: “Hace diez años eran
pocos los extranjeros que venían a vivir entre nosotros y ahora son casi el 12% de
la población… Una transformación tan grande en tan poco tiempo habría podido
ser más conflictiva, y que no lo haya sido lo podemos agradecer, en parte, al
trabajo que realiza desde hace años un buen grupo de personas un buen grupo de
personas que, aunque separados por una tradición cultural y religiosa distinta, se
empeñaron, con humildad y sencillez, a buscar los puntos de contacto… y afrontar
la nueva situación social con una mentalidad abierta”9. Alicante, en cambio, optó
por seguir la fórmula del Parlamento original de Chicago y publicó un documento
consensuado sobre ecología, la “Carta de la Tierra”, que contó con el respaldo de
las autoridades municipales y autonómicas10, aunque con escasos efectos
prácticos hasta el momento.

Además, la labor que realiza la Asociación UNESCO para fomentar el


diálogo interreligioso en Cataluña, mediante la formación de grupos de diálogo, la
animación de la Red de Entidades de diálogo interreligioso e incluso con técnicos
especializados en mediación enviados como asesores de las autoridades locales
de determinados municipios que cuentan con un cierto grado de conflictividad
social por razones de diversidad cultural, ha contado con el respaldo económico,
por medio de subvenciones, del Gobierno autonómico catalán, a través de su
Dirección General de Asuntos Religiosos.

9
Ibid., pág. 2.
10
Véase el artículo de Asunción Sánchez Zaplana, concejala de Medio Ambiente y Acción Social del
Ayuntamiento de Alicante, en el programa del Tercer Parlamento de las Religiones, Alicante, 2007, pág. 4.
No obstante, los Parlamentos catalanes y valencianos no han contado con
apoyos unánimes. La jerarquía de la Iglesia Católica mostró públicamente su
incomodidad por sentirse marginada durante los preparativos y la celebración del
Parlamento Mundial de 2004, y se manifestó contraria a que una entidad no
religiosa como la Asociación UNESCO para el Diálogo Interreligioso ejerciese una
tarea de liderazgo que, en justicia, debería corresponder a los propios
representantes de las diferentes religiones implicadas en el diálogo. Desde
entonces, su participación oficial en los Parlamentos ha sido más bien testimonial
y ha impulsado en Barcelona una plataforma de diálogo interreligioso diferenciada,
con el nombre de “Grupo de Trabajo Estable de las Religiones”. Así, la
representación de la fe católica en los Parlamentos ha quedado limitada a
creyentes de base, algunas congregaciones religiosas, como el monasterio de
Santa Clara de Manresa, y algunos sacerdotes comprometidos con el diálogo
ecuménico e interreligioso. En ese sentido, cabe destacar la importante presencia
del Centro Ecuménico de Cataluña como uno de los principales impulsores, desde
el ámbito cristiano, tanto de la Red de entidades de diálogo como de los
Parlamentos de religiones.

Otra causa de desavenencia ha sido la participación de nuevos


movimientos religiosos y de corrientes muy minoritarias que, por sus prácticas y
sus atuendos, han conseguido atraer la atención de los medios de comunicación.
Dado que los programas de los Parlamentos están abiertos a todas las
comunidades religiosas por un igual, esta notoriedad de grupos que algunos
calificarían de “sectarios” y pequeñas minorías llamativas ha creado cierta
polémica en el movimiento. Así, llamó especialmente la atención que algunos
periódicos barceloneses reflejasen la noticia de la celebración del primer
Parlamento catalán con una foto de unos jóvenes neopaganos que habían acudido
al encuentro con sus ropajes ceremoniales, inspirados en antiguas religiones
precristianas. La incomodidad de los organizadores ante lo que veían como una
distorsión mediática de los valores y la identidad de los promotores del encuentro
se vio reforzada por el hecho de que estos grupúsculos hacían una aportación
mínima o nula al diálogo interreligioso durante el resto del año, con lo que era fácil
pensar que sólo acudían para aprovechar una ocasión excelente de darse
publicidad.

Estas dificultades no han impedido la continuidad y la expansión de


actividades de la Red interreligiosa que anima los Parlamentos. Incluye ya
actualmente a 19 asociaciones que participan de manera estable, y las actividades
organizadas a nivel local cuentan cada vez con más participantes, aunque la
inscripción en los Parlamentos ha sufrido un leve descenso, causado en parte por
la distancia de las últimas ciudades convocantes respecto al área metropolitana de
Barcelona, que es donde se concentra tanto la mayor diversidad religiosa en
Cataluña como el mayor número de entidades implicadas. Cabe destacar también
la creciente implicación de grupos no específicamente religiosos, como la
Masonería regular o las asociaciones de ateos y librepensadores, deseosos de
contrastar sus convicciones respectivas con las creencias de las religiones
establecidas, aunque hasta el momento sin la voluntad de establecer polémica con
ellas. En este sentido, podemos hablar de un diálogo cada vez más abierto a
convicciones no religiosas o pararreligiosas. El abigarrado mundo de la New Age,
aunque no está representado explícitamente en los grupos de diálogo al carecer
de una estructura organizativa explícita, está no obstante presente gracias a las
actividades de algunos centros inspirados en esta filosofía espiritual11.

Más allá de las experiencias concretas de los Parlamentos de religiones, el


fomento del diálogo interreligioso, tanto desde la sociedad civil como desde las
instituciones políticas locales y autonómicas, representa un esfuerzo para
favorecer la integración social y la visibilidad de la diversidad cultural y de
creencias como un bien democrático común que hay que preservar. No tiene
sentido ignorar la realidad de que una causa muy importante de la multiplicación
de opciones religiosas no católicas va ligada al fenómeno de la inmigración,
principalmente procedente de Latinoamérica, el Magreb y Oriente Medio.

11
Sobre la implantación de grupos y actividades próximos a esta corriente, véase el estudio sociológico de Mª
del Mar Griera y Ferran Urgell, Consumiendo religión: nuevas formas de espiritualidad entre la población
juvenil. Fundación La Caixa, Barcelona, 2001.
Además de las iniciativas municipales, que a veces cuentan con una
importante oposición vecinal que es aprovechada por algunos representantes
políticos, como el reciente caso del concejal Xavier García Albiol del Partido
Popular en Badalona, o el desarrollo de un partido político contrario a la
inmigración en Vic y que ya se está expandiendo a otras localidades catalanas, el
propio gobierno autonómico catalán ha desarrollado diversos programas para
facilitar el conocimiento de las religiones y animar los encuentros entre ellas. Así,
ha instituido recientemente un programa sobre la presencia de representantes
religiosos en hospitales y en prisiones. Según un estudio patrocinado por el
Consejo de Europa, “el Islam es la religión que atrae más el foco de atención en
Cataluña, por lo que el gobierno autónomo ha tenido que llevar a cabo programas
específicos para este colectivo… Estos programas no sólo reflejan la voluntad
política de supervisar la práctica del Islam, a cambio de su reconocimiento público,
sino que son también una oportunidad para que los recién llegados conozcan la
lengua catalana, que es un punto fundamental de la política de inmigración e
integración catalana.”12 No cabe duda que, aunque no se trate de un programa
oficial, los Parlamentos de las religiones constituyen una pieza fundamental en el
encaje de la creciente diversidad religiosa en una sociedad cada vez más plural y,
no obstante, cada vez más amenazada por los peligros de la xenofobia y los
ataques de los fundamentalismos religiosos y seculares. En este sentido, y más
allá de los ideales espirituales de Raimon Panikkar, es evidente que los
Parlamentos pueden tener un papel fundamental en el proceso de normalización
de la diversidad religiosa si son capaces de dirigirse no sólo a los ya convencidos
y concienciados de la necesidad del diálogo interreligioso, sino también al hombre
y la mujer de la calle, preocupados por la presencia del velo en las escuelas,
atenazados por una crisis económica que recorta implacablemente el acceso a los
servicios sociales y un crecimiento del desempleo, que podrían ser detonantes de
situaciones conflictivas entre comunidades culturales y religiosas. Que lleguen a
constituirse en eventos sociales multitudinarios que impulsen una percepción de la

12
Flora Burchianti y Xabier Itçaina, “Local authorities and inter-faith dialogue in Spain”, en Gods in the City:
Intercultural and Interreligious Dialogue at Local Level, Council of Europe Publishing, Wasselone, 2007,
págs.. 117-18.
diferencia como un valor positivo, al tiempo que desactiven la fuerza destructora
de los esencialismos y las intransigencias de unos y otros, es el reto al que los
futuros Parlamentos deberán enfrentarse en la segunda década del siglo XXI.
BIBLIOGRAFÍA

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“Religiones en Diálogo”. Desclée de Brouwer, Bilbao, 1999.

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• TORRES QUEIRUGA, Andrés. Diálogo de las religiones y


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ACERCA DEL AUTOR

Jaume de Marcos Andreu nació el 25 de junio de 1961 en Barcelona. Es


Licenciado en Filología Anglogermánica (1987) y Máster en Historia de las
Religiones (2005), ambos por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Profesionalmente trabaja como consultor en el ámbito de la localización de
software para el mercado hispánico. Es miembro de la Sociedad Española de
Ciencias de las Religiones (SECR) y ha participado en diversos congresos
internacionales de estudios de las religiones y en el Parlamento de las Religiones
del Mundo de Barcelona (2004). Es consejero del Instituto de Estudios Sijenenses
"Miguel Servet" y actualmente forma parte de la Junta Directiva de la Asociación
UNESCO para el Diálogo Interreligioso. Ha publicado diversos artículos en
publicaciones especializadas de España, Gran Bretaña y Estados Unidos. Es
autor de los libros "La influencia de Erasmo en la obra de Miguel Servet" (2006) y
"Manual de celebraciones unitarias universalistas" (2007), y ha participado como
co-autor de publicaciones tales como "Religiones y Objetivos del Milenio" (2009) y
"La sonrisa divina" (2009), entre otras.

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