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LA LEYENDA D E LA MA-
D R E DEL FUNDADOR D E ROMA
Quis enim rem tam ueterem pro certo adfimet?, Liv. 1 3,2.
1. DE NOMINE
l P. Grimal, s.v. Ilia, en Diccionario demitologia griega y romana, trad. de Francisco Paya-
rals, Barcelona 1984.
44 ANTONIO L6PEZ FONSECA
" cf. Ovidius, Fastorum librisex, Edited with a Translation and Commentary by J.G. Fra-
zer, Hildesheim-Nueva York 1973, vol. 111, pp.169-70.
Para una visión general, con apunte de las variantes y abundantes citas cf. A. Ruiz de Elvi-
ra, «Ab Anchisa usque ad Iliamn, CFC19, 1985, pp.13-14, y A. Rosenberg, op.cit.
46 ANTONIO LOPEZ FONSECA
'O J. Bayet, La religidn romana. Historia política y psicoldgica, trad. de M .A. Elvira, Ma-
drid 1984.
ANTONIO L ~ P E ZFONSECA
l' T. Livio, Historia de Roma, edición de Antonio Fontán, Madrid 1987: «Después reina
Proca. Éste engendra a Númitor y Amulio; a Númitor, que era el mayor de sus hijos, lega el an-
tiguo reino de la familia Silvia. Pero pudo más la violencia que la voluntad paterna o el respeto a la
edad. Tras expulsar a su hermano, reina Amulio. ABade crimen a crimen; eliminó la descendencia
masculina de su hermano, y a la hija de éste, Rea Silvia, la eligió Vestal, quitándole bajo capa
de honrarla con la virginidad perpetua la esperanza de ser madre. Pero, en mi opinión, era una
exigencia del destino el nacimiento de una ciudad tan grande y el principio del imperio mayor
del mundo después de la potencia divina. La Vestal, víctima de una violación tuvo un parto do-
ble, y bien porque ella lo creyera así, bien porque la complicidad de un dios dignificaba su cul-
pa, atribuyó a Marte la complicidad de su sospechosa descendencia. Pero ni los dioses ni los
hombres la libraron a ella o a sus vástagos de la crueldad del rey: la sacerdotisa fue apresada y
metida en la ciircel; a los niíios mandó el rey que los arrojaran al curso del río».
lZE. Bandiera, cf. op.cit., p.905.
" Plutarco, Vidas paralelas 1 (Teseo, Rdmulo, Licurgo, Numa), trad. de A. Pérez Jiménez,
Madrid 1985, p.209, n.12 (a propósito del episodio de Tarquecio Rom. 2). Interesantes datos
sobre el tema de los embarazos milagrosos pueden consultarse en la obra de Pierre de Saintyves,
Lasmadres vírgenes y los embarazosmilagrosos, Madrid 1985.
se apuntan, incluso, fenómenos extraordinarios en el momento
@ion.Hal.I77,2; Plut., De fort. rom. 8). Ahora bien, entroncaría
con un tópico mucho más amplio, a saber, el de la mujer que da a
luz gemelos prefiada por un dios y que ya vemos en Homero (Od.
XI 235 SS.),donde los hijos son también expuestos, amamantados
por un animal (yegua) y recogidos (por unos traficantes de caba-
llos), luchando posteriormente entre ellos por el poder. Que Ró-
mulo y Remo fueron amamantados por una loba tras su exposi-
ción lo recogen numerosas fuentesI4,así como su posterior recogi-
da y lucha fratricidaI5.Como vemos, la leyenda que nos ocupa po-
see numerosos elementos que parecen estar en el caldo de cultivo
de otros tantos mitos clásicos, eso sí, adornados con elementos ro-
manos. Si es cierto que posee trazos tomados de otros autores y
fuentes, no lo es menos que también ha servido de modelo, al me-
nos, a un episodio de carácter etiológico en que se intenta dar una
razón al Aventino: Hércules y una tal Rea unidos en un bosque
(silua)engendran a Aventino (Verg., Aen. VI1 655-61).
2. De stupro.
Trátase, quizá, del aspecto más destacado de la leyenda: la
unión de una sacerdotisa de Vesta con el dios Marte. Aquí estriba
el linaje divino de la prole fundadora de Roma (aparte de su de-
scendencia de Eneas, hijo de Venus) y, probablemente, el motivo
del rechazo que apuntábamos anteriormente por parte de los poe-
tas áureos. La práctica totalidad de las fuentes atribuye la paterni-
dad de los gemelos a Ilia en unión con Marte, si bien hay alguna
discoincidencia en las circunstancias que rodearon el hecho. No
obstante, hay otras versiones, todas las cuales recoge Dionisio de
Haiicarnaso (1 77): la violación se consuma cuando Ilia iba al bos-
que sagrado de Marte a por agua pura para los sacrificios en el re-
cinto sagrado. ¿Quién la viola? Tres son las posibilidades que se
apuntan: un pretendiente; su tío Amulio, cubriéndose con armas
para no darse a conocer (visión racionalista del mito), más por odio
que por complacerse; la divinidad del lugar. Añade, además, una serie
de señales prodigiosas tales como la desaparición del sol (también en
Plutarco -De fort. rom. S-). El dios dirigiéndose a la mortal le
dijo que no había de temer nada, pariría dos hijos de gran valor.
Envolvióse en una nube y se marchóig.Una variante al respecto
recoge Ovidio (Fast. 111 9 SS.):Marte, prendado de la belleza de la
doncella, se une a ella mientras esta duerme. Más adelante habla
de la «divina carga» (cf. también Ov. Fast. 11 383-4: Sdwa Vestalis
caelestia semina partu/ediderat, patruo regna tenente suo). Tarn-
bién al momento del sueño se refiere Estacio (Sdu. 1 2,242: sic WG
ta sopore doloso). Singular es el testimonio que presenta Pemzgi-
lium Venenk (v. 7 1: moxque Marti de sacello dat pudicam uirgi-
nem), en que Venus, a modo de alcahueta, entrega la Vestal a
pendientes de la lista de los reyes de Alba. Fueron incorporados a ella cuando la leyenda de Ró-
mulo se unió a la de Eneas. (Para bibliografía cf. p. 45). También A. Ruiz de Elvira, op.cit.
pp.24-25; M' C . García Fuentes, «Eneas, Ascanio y los reyes de Alba», Hispania Antiqua 11
(1972) pp.21-34, trabajos en los que se aborda el origen y autoría del irbol genealógico de la li-
nea Silvio-Rómulo; y Ovidius, Die Fasten. Herausgegeben, übersetzt und kommentiert von
Franz Bomer, Heidelberg 1958, Band 11 pp.209-21 l.
'' Este episodio, mutatis mutandis, tiene cierto parecido con el de la anunciación a Maria,
recogida en el Nuevo Testamento (Lucas 1 30-5: Et ait angelus ei: Ne timeas Maria, inuenisti
enim gratiam apud Deum; ecce concipies i n utero etparies Iilium et uocabis nomen eius Iesum.
Hic erit magnus et Fiiius Altissimi uocabitur (...) Dixit autem Maria ad Angelum: quomodo fiet
istud, quoniam uirum non cognosco? E f respondens angelus dinit ei: Spiritus sanctus superue-
niet in te, et uirtus Akissimiobumbrabit tibi.
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3. D e obitu.
El desenlace de la leyenda de la madre del fundador de Roma
se debate entre la historicidad y la recreación poética. Es de nue-
z' Laurence Catlow, en su edición del Peruigifim Veneris (Collection Latomus, vol. 172,
Bruselas 1980), hace notar que el verbo do frecuentemente significa «entregar en matrimonio».
Así, la frase datpudicam uirginem oculta la auténtica naturaleza de la unión, sugiriendo pudica
uirgo aquí m6s la imagen de una candorosa doncella que de una virgen consagrada.
" El picoverde y el lobo son animales consagrados a Marte. El lobo simboliza la astucia y el
valor combativo, mientras que el picoverde es considerado un ave profética.
22 Verg. Aen. 1 274: Martegrauisgeminam partu dabit Ilia prolem; VI 776-7: quin et auo co-
mitem sese Mauortius addet / Romulus, Assaraci quem sanguinis Ilia mater, educet ; Hor.,
Carm. IV 8, 22-23: (...) QuidforetIliae/Mauortiuspuer, L..); Tibull. 11 5,51: Tequoqueiam ui-
~ o6v 65 "Apawc ycvCuear T O
deo, Marti placitura sacerdos ; Strab. V 229: p v e r ú e ~ apEv ~
nai8ac; Plut., De fort. rom. 8: Sncp i> "Apqc 8cck d v rrj 8~;lBiaevqsrj uvvfikee; Flor. 1 1: Pri-
mus ille et urbis et imperii conditor Rom ufus fuit, Marte genitus et Rhea Silvia; Solin. 1 17: Ro-
mufus Martegenitus et Rea Siluia; Serv., ad Verg., Aen. 1 273: hanc ut multi dicunt Mars com-
pressit, unde natisunt Remus et Romufus ;VI 777: de hacetMartenatisunt Remus et Romu-
111s ; Eutr. 1 1: Romufo L..) qui Reae Siluiaec..)iiius et L..) Martis cum Remo fiatre uno partu
editus est.
vo, como en las dos anteriores ocasiones, Dionisio de Halicarnaso
quien recoge las distintas versiones (1 78-9): Amulio, extrañado de
que Ilia faltase a los ritos le envió un médico y dejó a su esposa vi-
gilándola. Esta, así que descubrió el hecho, la acusó. Amulio con-
vocó a su hemano Númitor a consejo, reveló el embarazo y acusó
a los padres de la muchacha de complicidad. Númitor pidió cle-
mencia por tratarse de la obra de un dios, pero los consejeros de-
cidieron cumplir con lo preceptuado por la ley: que muriera azo-
tada con varas y los niilos arrojados al río. Sin embargo, dice Dio-
nisio de Halicarnaso (1 78,5) que «ahora» la ley dice que las muje-
res así sean enterradas vivas. A continuación enumera las distintas
versiones: o bien fue muerta inmediatamente o bien fue encerrada
en oculta prisión, lo que indujo al pueblo a pensar que había
muerto, o bien Amulio, compadecido por las súplicas de su hija
Anto, compañera de niñez de la acusada, libró a Ilia de la muerte
encerrándola en un lugar vigilado hasta que, tras la muerte del
rey, recuperó su libertad. Sólo Plutarco (Rom. 3) apunta también
la intercesión de Anto por su prima, y Estrabón (V 229) la versión
del asesinato. Como vemos, el de Halicarnaso recoge las variantes
pero omite, por descuido o intencionadamente, llevado de su con-
dición de historiador, aquella en que Ilia es arrojada al río y casa
con el dios del mismo. Es muy importante destacar aquí que sólo
aparece esta versión en los poetas, con el propósito, a nuestro en-
tender, de dar una mayor conexión con lo divino a la leyenda,
frente a los testimonios de los historiadores que procuran ser más
fieles a la realidad o, cuando menos, a lo que tiene visos de ser real
o probable. En esta poética muerte de Ilia hay que apuntar una
subvariante, a saber, el casamiento con Anio, dios del afluente del
Tíber, frente a la más extendida en que casa con el dios del río Tí-
ber. Así Horacio (Cann. 1 2, 13-20)presenta al Tíber como venga-
dor de Ilia, y, por su parte, Ovidio (Am. 111 6,45-82 - e l verso 69
recuerda el episodio de la muerte de Dido en Verg., Aen. IV 688-
92) ofrece el protagonismo a Anio. Recogen en su condición de
comentaristas ambas versiones Porfirión (ad Hor., C m . 1 2: flia
auctore Ennio itl amnem Ti'bertm iussu Amulii regis Albanorum
praec~pitataantea enim Anieni matrtmonio iuncta est. Atque hic
Ioquitu, quasi Tiberipotius nupserit) y Servio (ad Verg., Aen. 1
273: tum et quidam dicunt f l i m sibi Anien fecit uxorem, ut dii
inter quos Horatius, Tiberis). Frente a los poetas los historiadores
prefieren la versión del encarcelamiento de la Vestal. Aparte de
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