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Los Annunaki

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Zecharia Sitchin nos ha provisto de una fascinante documentación sobre la


existencia en la historia de la humanidad. Estos extraterrestres son descritos
en los antiguos textos Sumerios como los Annunaki (“Aquellos que bajaron del
cielo”). De acuerdo a Sitchin y con una mente abierta para la interpretación de
los textos antiguos disponibles hoy en día, los Annunaki fueron el instrumento
en la creación del hombre hace 250.000 años, y estuvieron muy implicados en
la historia de la humanidad durante las eras pre-cristianas. El Libro del Génesis,
por poner un ejemplo, puede ser interpretado de una mejor y más consistente
manera incorporando la descripción que de los Annunaki nos dan los antiguos
Sumerios.

A pesar de la extensa investigación de Sitchin, hay dos preguntas


concernientes a los Annunaki que no han sido suficientemente exploradas. La
primera de ellas es por qué vinieron a la Tierra. La segunda es si después de
haber estado completamente inmersos en la historia de la humanidad, están
todavía en el planeta Tierra.

Este documento nos da un breve sumario de fondo sobre el origen, la historia y


el envolvimiento en las acciones del hombre de los Annunaki, así como una
teoría del por qué de su llegada a la Tierra en primer lugar y de cómo se
convirtió el hombre en parte de la historia de los Annunaki. El documento
considerará una serie de teorías, ideas y piezas de evidencias que ahondan en
el tema sobre si los Annunaki están o no están todavía aquí.

Los Annunaki

De acuerdo a Zecharia Sitchin (1985) y su interpretación de los textos de los


antiguos Sumerios, los extraterrestres llegaron por primera vez a la Tierra hace
485.000 años. Estos extraterrestres fueron referidos por los Sumerios como los
Annunaki (“aquellos que bajaron del cielo”). Se cree que fueron del planeta
Nibiru, un planeta que supuestamente orbita alrededor de nuestro Sol en una
órbita muy elíptica cada 3.600 años. El perihelio del planeta (punto más
cercano de acercamiento al Sol) se cree que está en el cinturón de asteroides
entre Marte y Júpiter, a una distancia del Sol de aproximadamente 2.75 UA
(unidad astronómica, la distancia de la Tierra al Sol). El hecho de que Nibiru no
sea conocido para la ciencia es debido al afelio (punto más alejado del Sol),
que es más de ocho veces la distancia del Sol a Plutón (unas 40 UA). Ahora
mismo, Nibiru estaría en el espacio profundo y no sería fácil detectarlo.

Los Annunaki son una raza de extremada longevidad, viviendo potencialmente


unos 500.000 años terrestres, o unos 140 “años de Nibiru”. De acuerdo con
esto, los acontecimientos de los Annunaki se suceden muy lentamente
comparados con el paso agitado de los seres humanos. Después de que el
primer Annunaki llegara a la Tierra, por ejemplo, el primer evento notable fue
el descubrimiento de oro 36.000 años después. Esto llevó a una misión
Annunaki a la Tierra para recoger el oro del mar hace unos 445.000 años. Este
esfuerzo inicial fue llevado a cabo por un Annunaki llamado EA, quien recibió el
nombre de EN.KI (”Señor de la Tierra”).

Después de que la primera operación fallase en las cantidades de oro


esperadas, comenzó una misión más grande, esta vez bajo el mando de EN.LIL
(traducido como “Señor del Comando”). Enlil era el hermanastro de Enki. Pero
mientras que Enki era el mayor de los dos, Enlil era el aparente heredero de
Nibiru de la misma manera que Isaac era el hijo predilecto de Abraham sobre
Ismael. La rivalidad entre Enki y Enlil resultó ser muy importante en la historia
de la humanidad y en el entendimiento de documentos históricos como el Libro
del Génesis.

La operación original de extracción de oro estuvo localizada en Mesopotamia,


en el Golfo Pérsico. El nuevo plan era extraer oro del terreno del sur de Africa
(referido en los textos Sumerios como AB.ZU), llevarlo hasta Mesopotamia, y
después transportarlo hasta Nibiru. Enki recibió autoridad sobre Africa (incluido
Egipto), mientras que Enli tomó el control de Mesopotamia y la misión global
en la Tierra. Hace 272.000 años, y tras varias dificultades en la extracción de
oro, Enki propuso crear un “trabajador primitivo” para hacer el trabajo en lugar
de los Annunaki. En efecto, Enki propuso “hacer al hombre a nuestra imagen y
semejanza”. Dado el visto bueno, Enki y su hermanastra, Ninki, crearon al
hombre, Homo Sapiens Sapiens, mediante ingeniería genética para el sólo
propósito de proveer de trabajadores a las minas de oro. El hombre fue creado
cruzando al Homo Erectus con un extraterrestre.
Ninki llevó a término al primer “trabajador mixto” y dio a luz a un ser que llamó
“Lulú”. Posteriormente, catorce “diosas de la fecundidad” (Annunaki
femeninas) fueron empleadas en la producción de trabajadores adicionales.
Esta solución fue sólo un éxito moderado, ya que el “Lulú” era un híbrido e
incapaz de procrear (igual que la mula, el cruce entre un caballo y un burro,
que no puede reproducirse). Y como las “diosas de la fecundidad” se cansaron
de estar preñadas continuamente, Enki y Ninki se vieron forzados a modificar
la estructura genética de los Lulú para que fuesen capaces de reproducirse
entre ellos. Así crearon al “Adama”. Este paso, sin embargo, fue tomado sin el
conocimiento de Enlil.

Eventualmente, muchos de los Lulús fueron llevados a Mesopotamia para


trabajar en la agricultura y ayudar a los Annunaki a producir alimento para
ellos y sus nuevos trabajadores. De acuerdo a los textos Sumerios, Enlil creó
E.DIN, un lugar especial donde podrían desarrollar e implementar nuevos tipos
de cosechas comestibles. Los Lulús fueron instalados dentro de E.DIN, pero sin
que Enlil supiese de la recientemente adquirida capacidad de procrear de los
Lulús.

Cuando el resultado de esta capacidad de los Lulús fue obvia para Enlil, cuando
los Lulús había comido del Arbol del Conocimiento (conocimiento sexual), el
resultado fue la expulsión de Adama de E.DIN. Al mismo tiempo, Enki fue el
dios que arropó a los ahora sin hogar Adán y Eva. De hecho, la dualidad del
Dios del Génesis puede ser explicada por las a menudo enfrentadas acciones
de Enlil y Enki. Incluso los Jesuitas de la Iglesia Católica han empezado a
entender la realidad de al menos dos dioses en la historia del Génesis.

La confirmación científica de la creación de la humanidad a partir del Homo


Erectus hace unos 250.000 años viene de dos fuentes. La primera es por Cann,
et al (1987) donde el ADN mitocondrial (una forma de ADN transmitida sólo
maternalmente) ha sido usado para postular que una sola mujer que vivió en
Africa hace 250.000 años se convirtió en la madre de todo ser humano que
viva ahora en el planeta. Más recientemente, Dorit, et al (1995), no ha
encontrado ningún poliformismo específico en un gen heredado paternalmente,
concluyendo la fecha del antepasado masculino común a todos los humanos:
270.000 años.
Los antiguos textos Sumerios también describen con gran detalle los
acontecimientos que llevaron al Diluvio bíblico (hace unos 11.600 años) y las
historias de la humanidad hasta la era de Abraham y su nieto, Jacob. La versión
Sumeria ha corroborado el Libro del Génesis, y de hecho nos ha provisto de
una descripción mucho más detallada de los eventos bíblicos. En muchos
aspectos, el Libro del Génesis es un resumen de los mucho más antiguos
textos Sumerios.

Sitchin (1990-1991) ha dado suficiente documentación para la corroboración


de los textos Sumerios y su interpretación mediante descubrimientos
científicos modernos. Estos textos Sumerios están disponibles para su lectura
(por ejemplo, Dalley, 1989) y cualquier interpretación con una mente abierta
tiende a confirmar las hipótesis de Sitchin. Esto es particularmente cierto con
el Enuma Elish que describe la creación de nuestro Sistema Solar de una forma
científicamente consistente.

Los textos Sumerios hacen un fuerte énfasis en la descripción de detalles de la


historia antigua de la humanidad en el hecho de que el oro perteneció a los
dioses (el término humano para los Annunaki). A este respecto, basta con
observar el Génesis 2:11-12, donde después que Dios crease el cielo y la tierra
y pusiese al hombre en el Edén (pero antes de crear a Eva), la narrativa nos
informa de la existencia de oro en Havilah y el hecho de que “el oro de esa
tierra es bueno”. Esto apoya los textos Sumerios en asignar una gran
importancia al oro para los Annunaki.

Este énfasis, en cambio, nos lleva a la principal misión de los Annunaki tras su
llegada a la Tierra – el por qué de su misión. Pero antes de describir esta teoría,
es necesario discutir brevemente las teorías de David Radius Hudson (1994).

ORMEs

Los ORMEs (Elementos Monoatómicos Oribtalmente Cambiados) es el término


acuñado por David Hudson, y que, coincidentalmente, el lo mismo que la
palabra Hebrea para “El árbol de la vida”. De acuerdo a Hudson, un grupo de 8
elementos, conocidos como “elementos preciosos” que incluyen al rutenio,
rodio, iridio, paladio, osmio, platino, plata y oro, se encuentran en la naturaleza
en forma mono-atómica. En este estado mono-atómico los elementos preciosos
no muestran las características de los metales, además de perder su
reactividad química y cambiar la configuración del núcleo. Con esta nueva
configuración, los átomos interactúan en dos dimensiones, con el núcleo súper
deformado alcanzando una alta rotación en un estado de baja energía. En este
estado los elementos se convierten en perfectos superconductores, con sus
electrones combinados en “Pares de Cooper”, así que se convierten en fotones
de luz. Adicionalmente, los elementos mono-atómicos exhiben un Campo de
Meisner, un campo magnético no polar que repele todos los demás campos
magnéticos y que es un indicador primario para alcanzar la
superconductividad.

Las características físicas de estos elementos mono-atómicos han sido


descritos en detalle en la literatura científica (Duncan 1989, Greiner, 1990,
Macchiavelli, 1988, Dejbahsh, 1988, Lim,1989, Shimizu, 1990, Randeria, 1989,
Adrian,1992, Boyer –brivvvbón-, 1975, Puthoff, 1989 y Haisch, 1994). La
conexión del fenómeno Orme con la Energía de Punto Cero es particularmente
profunda. Por ejemplo Puthoff (1989) al describir una Fuerza Lorenzt de punto
cero predijo una pérdida de masa de 4/9 cuando el núcleo interactúa solo en 2
dimensiones. Hudson (1994) ha observado experimentalmente esa pérdida de
masa, así como el campo de Meisner del objeto mono-atómico levitando en el
campo geomagnético de la tierra. Esto último está basado en el campo de
Meisner excluyendo todos los campos magnéticos externos, incluida la Tierra.

De particular importancia en el trabajo de David Hudson es el hecho de que los


metales preciosos en su forma mono-atómica no pueden ser identificados
como tales por los métodos de análisis estándar, a menos que se sigan
procedimientos especiales. En el caso de la emisión espectroscópica por
ejemplo, la prueba debe ser prolongada unas veinte veces más que la duración
de la prueba estándar.

La incapacidad de los procedimientos estándar para identificar elementos tales


como el rodio y el iridio en su estado mono-atómico ha hecho que estos
elementos parezcan extremadamente raros, y por lo tanto caros. Una fuente
de los metales preciosos en Sudáfrica, por ejemplo, produce 1/3 de onza de
todos los metales preciosos por tonelada de mineral. David Hudson ha
encontrado extensas muestras de mineral en los Estados Unidos y otros
lugares que están en realidad, produciendo más de 2.200 onzas por tonelada
de mineral. En el caso del rodio, que se vende a 3.000 $ la onza, Hudson ha
obtenido 1200 onzas por tonelada.
La incapacidad de los procedimientos estándar para detectar los elementos
preciosos en su estado mono-atómico es extremadamente importante, como
es el hecho que esos elementos son encontrados casi siempre en su estado
natural en combinación con el oro. (Hudson, por ejemplo, hizo su
descubrimiento del estado mono-atómico mientras trataba de separar el oro
del mineral refinado). Así que la búsqueda y la importancia del oro para los
Annunaki puede ser, de hecho, un intento por parte de esos extraterrestres de
adquirir los elementos preciosos en su forma mono-atómica, y en grandes
cantidades.

El Árbol de la Vida

Basado en una gran síntesis de evidencia histórica, filosófica, mitológica y


científica, David Hudson (1994) ha determinado que el Orme que ha
identificado es realmente el Árbol de la Vida. Hudson ha apuntado, por
ejemplo, a las bases científicas de la demostración de superconductividad por
parte de las células humanas (Giudice, 1981), y la gran cantidad de
investigadores que actualmente llevan a cabo tratamientos de cáncer y otras
enfermedades con elementos preciosos. Estos elementos preciosos parecen
corregir el ADN, haciendo fluir literalmente “la luz de la vida” dentro del
cuerpo.

Los libros de Alquimia han hablado sobre “el polvo blanco de oro” – la misma
forma en que Hudson encontró los ocho elementos preciosos mono-atómicos.
Adicionalmente, los alquimistas antiguos, en su búsqueda para completar “El
Trabajo Maestro” (en otras palabras, para preparar el Elixir de la Vida y la
Piedra Filosofal; o en términos más tradicionales y anecdóticos, para convertir
plomo en oro), pensaron que la clave del éxito era “dividir, dividir, dividir...”. La
implicación de este consejo fue que sólo liberando los átomos de un elemento
de los confines de su estructura cristalina, y de muchos átomos del mismo o de
diversos elementos, uno podría esperar alcanzar la meta esotérica del
alquimista. ¡En efecto, los alquimistas estaban tratando de alcanzar la forma
mono-atómica del oro y de otros elementos preciosos!

Hudson también ha conectado el Orme con la tradición Hebrea del maná – el


polvo blanco de oro – así como la observación del término manna – que
significa literalmente “¿Qué es eso? en The Egyptian Book of the Dead (Budge
1967). Las implicaciones históricas y filosóficas incluyen también el Orme como
parte del sacerdocio de Melchizedek y la fundición de Qumrán, donde los
Essenes fueron encontrados.

Los Essenes son descritos en “Los Manuscritos del Mar Muerto Desvelados”
(Eiseman y Wise, 1993), mientras que otras referencias incluyen la mezcla de
polvo blanco de oro en agua como “lo que emana de la boca del creador”, La
Lágrima Dorada del Ojo de Horus, y “el semen del padre del cielo”. En la
tradición Essene, el polvo blanco de oro es mencionado como el “maestro de la
justicia” que es compartido e ingerido. Hudson también cree que Moisés sabía
los secretos de la fabricación del Orme, y que el Arca de la Alianza era un mero
contenedor para el Orme. Como dispositivo eléctrico volátil y superconductor,
el Orme podría explicar las increíbles propiedades del Arca – desde la levitación
hasta “ráfagas de descontento divino”.

Las implicaciones de la existencia del Orme y tomar el polvo blanco de oro (y


de otros elementos preciosos) son asombrosas. Basándose en la inmensa
literatura científica, histórica, filosófica y mitológica, Hudson cree que un
humano que ingiera el Orme en la manera correcta puede satisfacer todos los
sueños de los alquimistas esotéricos: Tener telepatía perfecta, ser capaz de
levitar y/o bilocalizarse, saber si el bien o el mal están contigo en una
habitación (comer de la fruta del Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal),
proyectar tus pensamientos en la mente de otro, curar mediante la imposición
de las manos, y resucitar muertos dos o tres días después de haber fallecido.
Esto último está evidenciado por las tradiciones de los Annunaki de volver
después de la muerte, al igual que en los Evangelios Cristianos. En efecto, la
evidencia sugiere que un individuo que ingiera Ormes puede convertirse en un
ser de la quinta dimensión.

Implicaciones

La implicación de la yuxtaposición del trabajo de Sitchin, Gardner y Hudson es


la casi ineludible conclusión de que el propósito de la llegada de los Annunaki a
la Tierra fue la obtención de los elementos mono-atómicos con el propósito de
su ingesta y ser así capaces de tener la habilidad de lograr todas las hazañas
descritas en seis siglos de literatura y filosofía.
En efecto, extraterrestres del planeta Nibiru vinieron a la Tierra para excavar
oro y elementos preciosos, crearon a la humanidad para tener a alguien que
trabajase en las minas, dieron el conocimiento a un selecto y muy limitado
número de seres humanos sobre el Orme y el método por el cual pudiera
hacerse y ser ingerido por el individuo, y después perdieron el control de la
humanidad según su población se incrementó exponencialmente.

Es significativo que el primer intento de los Annunaki de extraer oro fue el agua
salada, especialmente las aguas del Golfo Pérsico. Según Hudson, la forma
primaria en que se encuentra el oro en agua de mar es en su forma mono-
atómica. Los elementos preciosos también se encuentran en hierbas y en
numerosos vegetales. Las uvas, por ejemplo, pueden ser una fuente primaria.
Los volcanes son otra fuente ya que el interior de la Tierra es el principal
fabricante de los elementos. Hudson también ha descubierto en el tejido
cerebral de cerdos y vacas, que sobre el 5% del tejido cerebral una vez seco
consiste en rodio e iridio.

Vale recordar del Génesis 2:11-12, citado anteriormente, que no sólo había oro
en Halivah, sino que “el oro de la tierra es bueno”. El énfasis en que el oro es
bueno – opuesto a, simplemente, que estaba allí – puede implicar que el oro
“bueno” es el oro mono-atómico y/o el oro que incluye en sus depósitos los
otros elementos preciosos en su estado mono-atómico.

Las primeras indicaciones de la continua investigación sobre el Orme y sus


efectos sobre los seres humanos sugieren al rodio como el elemento primario
en la salud del individuo, mientras que el iridio parece proporcionar los
increíbles talentos prometidos por el Orme. La clave para beneficiarse del
Orme, sin embargo, parece ser la forma específica de ingerir el Orme. (Hudson
(1994) ha sugerido la necesidad de una cuarentena de cuarenta días, en la
cual después de diez días de agua solamente, el Orme se ingiere en dosis de
unos 500 miligramos en los treinta días siguientes).

Adicionalmente a todos los otros posibles talentos que los Ormes pudieron
proveer a la humanidad, vale observar que la extremada longevidad de los
Annunaki pudiera ser en parte por la ingesta de Orme. También podemos
asumir que la larga vida de la familia de Adán (desde Adán hasta Noé, y en un
menor grado desde Shem a Abraham) pudo tener su origen al compartir los
Annunaki el Orme con los patriarcas y otros individuos cuidadosamente
elegidos.

Dado el trasfondo proporcionado hasta el momento, es posible considerar la


tesis de este documento; si los extraterrestres (Annunaki) que vinieron a la
Tierra hace cerca de medio millón de años están o no todavía aquí. La
respuesta a la pregunta, por supuesto, depende de la razón de su llegada a la
Tierra. Pero, si de hecho el “por qué” de su llegada y su larga permanencia fue
con motivo de adquirir los elementos mono-atómicos para su ingesta y
adquisición de sus talentos y habilidades, la cuestión se centra en si los
Annunaki están todavía aquí.

Puntos de evidencia

Hay tres posibilidades: 1) Los Annunaki se fueron y no volvieron. 2) Todavía


están aquí (y han estado), pero están ocultos. 3) Se fueron, pero están de
regreso (y puede que no estén muy contentos de lo que ha pasado en su
tiempo sabático).

I. Actualmente, hay una falta de evidencia de su presencia actual. Esto es


particularmente cierto cuando uno considera su abrumadora presencia y
completo envolvimiento en los sucesos de la humanidad desde la creación del
hombre hasta los tiempos de Alejando Magno. Sitchin (1985) ha afirmado, que
desde el momento de la muerte de Alejandro en el año 232 DC, “las guerras de
hombres han sido guerras solamente de hombres”. Sin embargo, Sitchin
también ha afirmado (1995) que “Nunca he escrito que nos hayan dejado”.

En tiempos antiguos, la población de la humanidad era extremadamente


pequeña comparada con los tiempos modernos. Así la humanidad pudo ser
mucho más fácil de controlar por unos cientos de dioses, o una mera docena
de Annunaki que eran altamente influyentes en las interacciones a gran escala
entre los Annunaki y la humanidad. El incremento exponencial de la población
humana, sin embargo, pudo haber restado a los Annunaki la habilidad de llevar
el control de la humanidad.
Quizás sea necesaria una analogía. Seguir o llevar el control de una hormiga es
considerado una trivialidad para un humano. Pero si el mismo humano se
encuentra con una colonia de hormigas guerreras en el camino, ese hombre
estará virtualmente desamparado. Su único recurso sería apartarse de su
camino. Detener a las hormigas guerreras no sería una opción.

Los Annunaki pudieron sentir lo mismo respecto a los miles de millones de


humanos que actualmente dominan la Tierra. Unos pocos pueden ser fáciles de
tener bajo control, pero un gran número de almas independientes sería un
caos. Y un aspecto está bastante claro: los llamados dioses son definitivamente
mortales, aunque viviesen mucho tiempo. Este punto está enfatizado en la
historia de Isis y Ra, y en numerosos ejemplos en los textos Sumerios.

II. Hay muchos puntos de vista distintos y contradictorios con los Annunaki –
tantas como diferentes filosofías y formas de actuar de sus distintas figuras. No
sólo nos encontramos la fuerte rivalidad entre Enki y Enlil, también la
encontramos entre Marduk y Ninurta (los dos hijos mayores, respectivamente),
entre varias facciones en sus varias guerras (desde “La Batalla de los Titanes”
hasta la primera y segunda “Batalla de la Pirámide”), y el hecho de los intentos
de la diosa Inanna para tomar el poder en varias ocasiones. La paz entre las
varias facciones ha sido difícil en el mejor de los casos, con diosas como Ninki
como principal pacificadora.

En esta conexión hay también dos “facciones”, divididas entre aquellos


Annunaki nacidos en la Tierra y los que nacieron en su planeta, Nibiru. Entre
los últimos estaban Enki, Enlil, Ninki, Marduk y Ninurta. Mientras que Enki y
Ninki pudieron tener una especial relación con la humanidad por el hecho de
habernos creado (y porque podrían tener poca motivación para regresar a
Nibiru), los demás podrían haber tenido poco o ningún interés en el bienestar
del hombre y/o la Tierra. Por otro lado, los Annunaki como Innana, su hermano
gemelo, Utu, así como Nanna, Ningal e Iskhur, nacieron en la Tierra y pudieron
sentir que su destino estaba ligado a este planeta. Al mismo tiempo, sin
embargo, podrían no haber sentido ninguna preocupación por el devenir de la
humanidad.

Las opiniones y motivaciones divergentes de los Annunaki pudieron implicar la


necesidad del cese de la guerra abierta entre las facciones y permanecer
ocultos. Hay referencias en la antigua literatura donde la humanidad
ocasionalmente empezó a objetar el hecho de ser utilizados como carne de
cañón en las guerras de los Annunaki, y así los dioses pudieron sentir la
necesidad de controlar los asuntos humanos sin nuestro conocimiento.
También cabe la posibilidad de que las continuas guerras en el planeta hoy en
día sean instigadas o inspiradas por fuerzas y agendas ocultas, incluyendo
potencialmente las de las diferentes facciones de los Annunaki.

III. También existe la posibilidad de que los Annunaki reconociesen el increíble


progreso de la humanidad (que relativamente hablando era enormemente
rápida comparada con la suya). Pudieron haber actuado en consecuencia. Si un
Annunaki típico, por ejemplo, era capaz de vivir hasta 400.000 años, y el
hombre vive (actualmente) unos 80 años, esto asciende a un múltiplo de 5000.
Si, por ejemplo, un humano duerme 8 horas, ¿implica esto que un Annunaki
duerme cuatro años y medio? Más aún, si el ratio de progreso de un Annunaki
en términos de crecimiento es medido por su historia, llegamos a la conclusión
de que las escalas temporales de los Annunaki son extremadamente diferentes
a las de la humanidad.

Se ha sugerido por parte de autores como Ferguson (1995) y Frissel (1994) que
la velocidad a la que evoluciona la humanidad es extremadamente rara en el
universo, y posiblemente sea el resultado de un experimento interplanetario de
manipulación genética (cuando Enki y Ninki cruzaron al Homo Erectus con los
Annunaki).

IV. Lao Tzu, Confucio, Buda y Zaratustra nacieron todos en los cien años que
van desde el 550 al 650 AC. Con ellos nacieron las enseñanzas filosofías y
religiosas, que por primera vez, se apartaban de la adoración de dioses y
diosas, y se veían envueltas en filosofías más profundas sobre un Dios
universal. Desde este punto de vista, el/los dioses del Génesis no eran el Dios
del Universo, sino una descripción de Enki o Enlil, y en menor grado, de otros
Annunaki.

¿Fueron estas más profundas filosofías que florecieron alrededor del siglo VI AC
una coincidencia, un evento inspirado en un Dios universal, o quizás, un regalo
de Enki y/o Ninki? Hay que tener en cuenta que Ninki es muy probablemente el
foco original de los matriarcados y las diosas femeninas que florecieron
durante decenas de miles de años hasta la destrucción final de Creta cerca de
1250 AC cuando la última versión “oficial” de las religiones de diosas fue
forzada al ostracismo. La cuestión que aún queda sin respuesta es si Ninki, o
alguna combinación de otros dioses Annunaki, introdujeron verdaderas
filosofías seiscientos años antes de nuestra era. Es una posibilidad distinta.

V. Numerosas culturas a lo largo de la historia de la humanidad han


desaparecido de forma abrupta después de haber establecido culturas
prósperas. Varias culturas Mesoamericanas como los Olmecas, Toltecas y
Mayas, aisladas de otras influencias, parecen simplemente haber desaparecido
de la noche a la mañana, dejando sus ciudades y sus bienes intactos.
Teotihuacan, por ejemplo, parece haber sido abandonada alrededor del año
200 AC.

Una explicación de por qué estas culturas desaparecieron de la vista puede


derivar en parte del antiguo dios principal de México y América Central,
Quetzalcoatl. De acuerdo a Sitchin (1990-2), el dios serpiente emplumada,
Quetzalcoatl, no fue otro que la deidad Sumeria, Ningishzida, uno de los hijos
pequeños de Enki y unos de los Annunaki de menor beligerancia. Quetzalcoatl
también se identifica con el dios Egipcio Thoth. (A este respecto, se piensa que
Marduk era Ra, Enki era Ptah, e Inanna era Isis. Esta identificación cruzada se
utiliza también para conectar el conflicto y los mitos de Isis/Ra con los de
Innana y Marduk).

Como Dios de la Sabiduría, Enki era experto en genética, ingeniería,


arquitectura (incluyendo la geometría sagrada), ciencias de la vida (incluyendo
cómo resucitar a los muertos), y otras disciplinas esotéricas. Mucha de esa
sabiduría y conocimientos fueron aparentemente traspasados a su hijo,
Quetzalcoatl/Ningishzida/Thoth, posiblemente desde el punto de vista de Enki
el único merecedor digno.

Quetzalcoatl, por lo tanto, pudo ser un Annunaki del lado de los hombres, y
pudo asistir en el crecimiento de la gente bajo su cuidado – las culturas de
México y América Central, además del antiguo Egipto (especialmente los
Reinos Antiguo y Medio) donde Thoth pudo haber suministrado un
conocimiento esotérico similar. En particular, Moisés fue comparado con Thoth
en el trabajo del filósofo Judeo-Griego del siglo II AC, Artapanus, quien acreditó
al profeta con una gama de inventos “científicos” (Hancock 1992). Así, la
capacidad de Moisés de fabricar el Orme – de su tiempo como príncipe de
Egipto – pudo venir directa o indirectamente de Thoth.
Hudson (1994) cree, por ejemplo, que Moisés empleo el tiempo en el Monte
Sinaí para fabricar una fundición y crear el Orme. El hecho de que
posteriormente tuviese que llevar un velo debido a importantes quemaduras
en su cara hacen viable esta consideración. Además, Moisés debía traer del
Monte “las tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para
enseñarles” (Exodo, 24:12). No mandamientos en tablas de piedra, sino tablas
de piedra, y la ley, y mandamientos. Las tablas de piedra eran indudablemente
el Orme, que Moisés había hecho en el Monte que estuvo cubierto de nubes
durante seis días, y que fue visto “como un fuego abrasador en la cumbre del
monte” (Exodo, 24:17). ¡Además, no se aprenden leyes escritas en tablas que
permanecen ocultas!

VI. Durante el tiempo de la conquista de México y Perú por parte de los


conquistadores Españoles, una increíble cantidad de oro y plata fueron
enviados por barco a España. Se estima que la cantidad de oro y plata
“extraídos” solamente del Imperio Inca sumaban unos 60 millones de onzas de
oro y 300 millones de onzas de plata (y los conquistadores nunca pensaron
realmente haber encontrado el Dorado).

Si el oro era tan precioso para los Annunaki, ¿por qué esta cantidad ingente de
oro residiendo en México y Perú en 1500 DC? ¿Dejaron los Annunaki de recoger
el oro en épocas recientes, permitiendo su acumulación? ¿Seguían los mineros
indios extrayendo oro, aún cuando ya no había dios alguno demandando su
continua producción?

Hay que tener en cuenta que en el caso del Imperio Inca, que el territorio de
América del Sur estaba bajo el control de Ishkur, identificado como el Gran Dios
Inca, Viracocha. Había una clara demarcación entre el territorio de Quetzalcoatl
y Viracocha. Y también hay alguna indicación de que Viracocha/Ishkur, el “Dios
de la Guerra”, pudo haber empujado a un lado a
Quetzalcoatl/Thoth/Ningishzida - teniendo en cuenta las leyendas de la salida
de Quetzalcoatl de América Central y su promesa de volver – los hechos dicen
que los métodos de actuación en Sudamérica no fueron por el beneficio de la
población humana. Ishkur no era el tipo de Annunaki que liberaría a los
esclavos y cesase en su demanda del oro que “pertenecía a los dioses”.
Por otro lado, y esto puede ser de vital importancia, los Annunaki pudieron
haber tenido muy poco interés en el oro amarillo, esencialmente el oro en su
estado metálico. Si el oro mono-atómico (junto con los mono-atómicos rodio,
iridio, etc.) era en lo que los dioses estaban interesados, entonces el oro
amarillo pudo haber sido considerado como un producto de desecho en la
extracción de los elementos mono-atómicos. Así, el exceso del oro en los
antiguos Imperios Azteca e Inca no implica necesariamente la ausencia de
Anunnakis. Es decir, el oro amarillo de los incas no era el oro que era "bueno".

VII. Hoagland (1994) ha presentado un fascinante concepto en su análisis de la


llamada “Cara de Marte” localizada cerca del área de Cydonia. La región
incluye lo que parecen ser pirámides situadas en ángulos precisos en relación
las unas con las otras y con la “Cara” misma. La evidencia de construcciones
artificiales de seres inteligentes en algún tiempo sobre Marte es impresionante.
Y las similitudes entre esas estructuras y aquellas de Sumeria, Egipto y México
sugieren una conexión entre ellas, e implícitamente con los Annunaki.
Informaciones más recientes han sugerido estructuras en la Luna.

Las estructuras Marcianas y Lunares pueden o no estar activas en el presente,


pero con la limitada información disponible, no puede clarificarse de una u otra
forma. Es posible, sin embargo, que estas estructuras hubiesen servido como
base o pequeña escala en los esfuerzos de colonización del pasado, y hay
alguna evidencia (Sitchin, 1990-1) de actividad reciente en Marte. Dicha
evidencia, sin embargo, tiende a caer en la misma categoría que los informes
de OVNIS. Es extremadamente difícil hacer juicios definitivos en cuanto a su
exactitud. Por otro lado, la actividad OVNI en las proximidades de los volcanes
puede tener que ver con el hecho de que los volcanes son la fuente primaria de
elementos mono-atómicos. Estas consideraciones, desafortunadamente, son
altamente especulativas, y actualmente, tienen pocas posibilidades de dar con
una respuesta clara.

VIII. Las guerras internas entre los Annunaki se ha manifestado en una


variedad de formas. Esto incluye aspectos relativamente mundanos como los
diferentes puntos de vista filosóficos con respecto a códigos de la ley. Por
ejemplo, mientras que las llamadas leyes originales de los Sumerios eran
realmente leyes de comportamiento (“cuidar de las viudas”, “no engañar a los
trabajadores”, y por el estilo), un código posterior instigado por Marduk detalla
castigos específicos para diferentes crímenes. Conocido como el código
Hammurabi, éste último utilizaba el miedo a la represalia como fuerza
motivadora, en lugar del anterior concepto de hacer lo que está bien.
Las diferentes facciones Annunaki tenían definitivamente distinto modos de
actuación. Esto se hace relevante para nuestra tesis si nos preguntamos quién
estaba al mando. El mito de Ra e Isis (o Marduk e Inanna), detalla un tiempo
cuando Ra era viejo y senil, e Isis procedió a quitarle sus poderes. El resultado
final fue que Isis “conoció a Ra por su nombre propio”, y Ra “se escondió así
mismo de los dioses, y su puesto en el barco de millones de años quedó vacío”.
La implicación es que Ra fue vencido y perdió su posición en la jerarquía
Annunaki. Es importante reseñar que el mito deriva de la XVIII dinastía,
aproximadamente (según Emmanuel Velikovsky) en tiempos del Rey Salomón
y la Reina Hatshepsut de Egipto (alrededor del año 1000 AC). Así, Marduk pudo
muy bien haber inspirado mucha de la historia Babilónica (del 2000 al 1000
AC), pero después lo perdió todo en Egipto en las manos de la “gran diosa,
Isis”).

Adicionalmente, los Annunaki dieron una importancia considerable a las


alineaciones astronómicas. Dataron el comienzo del calendario Nippuriano (el
mismo que el calendario Judío) en el año 3.760 AC en la Era de Tauro, basado
en una conjunción en masa de planetas. Dos milenios después, cambiaron el
calendario para que en vez de Tauro, se convirtiera en la Era de Aries. (Las
Eras se suceden al revés, debido a la Precesión de los Equinoccios de la Tierra).
Al mismo tiempo, se cambió la astrología para colocar a Aries en la Ascendente
en lugar de Tauro. (Fue también una época en la que se degradó a la mujer en
relación al hombre, pero esa es otra historia). El comienzo de la nueva Era de
Aries estuvo marcada por un alineamiento astronómico de todos los planetas
visibles (incluyendo al Sol y la Luna) en marzo de 1993 AC – que es también el
comienzo del Calendario Chino.

El significado de las eras astronómicas es importante en tanto que Marduk fue


apartado del poder en Babilonia por las alegaciones de su hermano, Jergal, de
que todavía no era el tiempo para la Era de Aries – Aries identificado como el
planeta de Marduk, Marte-. De la misma manera, la Era de Piscis, que comienza
entre los años 200 a 600 AC es identificada con el Planeta Neptuno, que a su
vez es identificado con Enki. Esto puede explicar por qué la Era Astrológica de
Piscis comienza con los filósofos (Lao Tze, Buda, etc. – quizás incluyendo a
Jesús). También puede explicar por qué los Annunaki no se hacen plenamente
presentes – Enki podría estar actualmente al mando. Para nuestros propósitos,
el tema relevante puede ser la llegada de la Era de Acuario – tradicionalmente
asociado con el planeta Urano, e identificado con Anu, el padre de Enki y Enlil.
Así la temporal y aparente ausencia de los Annunaki puede deberse a la Era de
Piscis en la que a la humanidad se la está permitiendo algo de pausa para
crecer y desarrollarse. También llevaría consigo la presentación y consecuente
disponibilidad de profundas filosofías cuyas bases ayudarían en nuestro
crecimiento. Al mismo tiempo, la Era de Piscis puede estar llegando a su fin en
un futuro muy cercano con la más que probable fecha de 2012. (Sin embargo,
hay un espectacular alineamiento de planetas el 8 de Septiembre de 2048, y
esta podría ser la fecha del comienzo de la Era de Acuario).

Conclusiones e Implicaciones Futuras

La evidencia acumulada de varios milenios apoya fuertemente la contención


propuesta inicialmente por Zecharia Sitchin (y Lawrence Gardner y otros) de la
llegada de extraterrestres a la Tierra para el propósito de la extracción de oro.
Estos Annunaki del planeta Nibiru crearon y subsecuentemente interactuaron
recíprocamente de formas substanciales con la humanidad durante miles de
años. Basándonos en el trabajo de David Hudson, parece claro que los
Annunaki vinieron a la Tierra para extraer oro y adquirir suministros de los
elementos preciosos (como el rodio, iridio, plata y oro) en su estado mono-
atómico con el propósito de ingerirlo como medio para adquirir y mantener sus
poderes y potenciar su longevidad. La preponderancia de la evidencia hace de
esta conclusión algo virtualmente ineludible.

Adicionalmente, no hay evidencia (con la excepción de la aparente falta de


interacción en nuestros días) de que los Annunaki abandonaran la Tierra.

Tampoco existe una motivación conocida que les hubiera hecho abandonar la
Tierra. Por otro lado, existen argumentos razonables y convincentes que
sugieren que los Annunaki están todavía en el planeta, pero fuera de la vista.
Podrían estar, sin embargo, manteniendo cualquier control que pudieran estar
ejercitando a puerta cerrada. Más allá, es muy posible que existan varias
facciones de Annunaki con objetivos y agendas dispares para la humanidad, y
que estos desacuerdos puedan muy bien estar manejando los asuntos de la
humanidad.

Las conclusiones sugieren dos notables implicaciones. La primera es el


conocimiento, desde el cual cada uno de nosotros comienza a tener una visión
de nuestro mundo y nuestra sociedad de un modo distinto. Este es el proceso
de evaluar nuestros paradigmas – nuestra manera de ver el mundo que se ha
desarrollado desde su nacimiento y que incluye posiblemente mal
interpretaciones serias – y considerar si queremos revisar nuestro paradigma.
Es un proceso que demanda de nuestra atención sobre los eventos de nuestras
vidas, y reconocer las diferencias fundamentales entre los “dioses” y el creador
del Universo.

La otra implicación es si nosotros como raza podemos o no esperar una


implicación abierta de los Annunaki en nuestras vidas. El aprecio que los
Annunaki demostraron por las alineaciones astronómicas de planetas como
medio de determinar cuándo ciertos eventos deben proceder ya ha sido
mencionada. Sabemos, por ejemplo, que un alineamiento en el año 4000 AC
inició aparentemente la Civilización Sumeria, un alineamiento en el año 3100
AC pudo haber iniciado las civilizaciones Egipcias y del Valle del Indo (así como
el Calendario Maya), una alineación en el año 1993 AC inició el Calendario
Chino y efectivamente comenzó el reinado de Marduk, el Templo de Salomón
(año 1000 AC) fue retrasado desde los tiempos de David (“porque no había
llegado el momento”), y la Era Cristiana llegó aproximadamente en el año 4
AC, poco después de que las profundas filosofías del Este dieran comienzo y
después de que los Annunaki desaparecieran de la vista.

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