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UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

Alumnos:
Contreras Catpo Christian Max
Zuloeta Tantalean Carlos Jonnny

Docente:
Evid Manzur Guevara

Tema:
Anatomia y fisiologia del desdentado

Ciclo:
VII

Curso:
Prótesis Total

Carrera:
Estomatología

23 de agosto del 2010


DEDICATORIA

Este presente trabajo es dedicado para aquellas


personas que hacen posible que nosotros sigamos
adelante en nuestra carrera profesional, y son
nuestros padres.
INTRODUCCIÓN

La última etapa de evolución del ser humano es la vejez.


El proceso de envejecimiento no se manifiesta de la
misma manera en todos los individuos y, aun en cada
persona, con igual intensidad y forma en todos sus
órganos y aparatos.
En este presente trabajo se hablara del estado
anatómico y fisiológico del desdentado total; recordemos
que en ciertos casos para estas personas el comer no se
le hace algo placentero una tortura y esto es debido por
unas malas adaptaciones protéticas.
Este trabajo se ha realizado tomando como elemento de
estudio al desdentado total, pero puede ser de aplicación
en las áreas desdentada de los parcialmente dentados.
En la anatomía de las edades la condición de desdentado
es el último capítulo en la evolución natural de los
maxilares. Afortunadamente, la ciencia odontológica ha
conseguido agregar otro, que permite rehabilitar con
bastante eficacia las funciones masticatorias, fonéticas
y estéticas: la edad de las prótesis totales.
ÍNDICE

1. procesos de reparación consecutivos a las pérdidas


dentarias.
2. Modificaciones estructurales.
3. Modificaciones óseas.
4. Forma de rebordes alveolares residuales.
5. superficie ósea protética del maxilar superior.
6. superficie ósea protética del maxilar inferior.
7. Musculatura paraprotética.
8. Irrigación e inervación.
9. estado bucal del antiguo desdentado.
PROCESOS DE REPARACIÓN CONSECUTIVAS A LAS
PÉRDIDAS DENTARIAS

En las apófisis alveologingivodentaria, las mutaciones que


se producen con la pérdida de los dientes pueden
diferenciarse en dos distintos momentos:
I. Procesos de cicatrización.
II. Procesos de neomodelación.

I. PROCESOS DE CICATRIZACIÓN:
inmediatamente después de la avulsión de la pieza
dentaria, se desarrolla un fenómeno biológico que
conduce a la cicatrización de la brecha
osteomucosa, y en el que pueden reconocerse dos
periodos distintos:
A) primer periodo, inmediato ala extracción que
incluye fenómeno visible.
B) Segundo periodo, de manifestación menos notorio
que termina con la reconstrucción definitiva del
hueco alveolar.
El primer periodo que se inicia inmediatamente
después de la caída del diente comprende la formación
y la retracción del coagulo, epitelización, cuando
comienza el fenómeno de reptación que realizan los
bordes de la herida mucosa; organización del coagulo y
calcificación endoconjuntiva, resorción de las tablas
determinada por el tironeamiento que efectúa la
trama colágena y diferenciación de la encía, que
adopta las características de la encía adherente.
El segundo periodo no se observan manifestaciones
visibles por cuanto la mucosa ha cicatrizado; sin
embargo ello no significa que la reconstrucción ósea
haya terminado, ya que para que se organice el
trabeculado en el hueso alveolar es necesario que
transcurra un tiempo suficiente, como lo prueban
radiografías obtenidas con bastante posterioridad.

II) PROCESO DE NEOMODELACIÓN:


Corresponde a la transformación lenta, casi
imperceptible, que sufre el hueso con el progreso de la
edad.
MODIFICACIONES ESTRUCTURALES

Los cambios estructurales que resultan de la pérdida de


los dientes se producen en todos los elementos que
participan en el proceso masticatorio.
Se acentúan con el transcurso del tiempo, sobre todo
cuanto mayor haya sido la demora en reponer
protéticamente la dentición.
Así ocurren modificaciones óseas, gingivales, musculares,
articulares, que repercuten en las funciones
masticatorias, fonéticas y estéticas.
Hemos de considerar ahora las modificaciones óseas en
general para explicar posteriormente la influencia que
ejercen los factores que determinan la pérdida de las
piezas dentarias, así como la coincidencia o no en el
tiempo de la producción de áreas desdentadas.

MODIFICACIONES ÓSEAS

El hueso dentado presenta la apófisis alveolar, destinada


a alojar a los dientes y a recibir las fuerzas de tracción
que les transmiten las fibras periodonticas cuando
producen los movimientos fisiológicos de las piezas
dentarias, sobre todo los de intrusión. Por ello es que
aparecen una formación peculiar, tanto de las corticales
como el esponjoso de tablas y tabiques. Pero dichas
fuerza no son absorbidas exclusivamente por la porción
alveolar si no que son transmitidas al resto del hueso.
Cuando los dientes caen las apófisis alveolares se
modifican y desaparecen, puesto que no tienen función
que cumplir.
Cundo el hueso ha sido desdentado, la cadena
transmisora de las fuerzas, integradas por dientes,
fibras del periodonto, cortical, trabeculado, se
interrumpe por la por la ausencia de su primer eslabón y,
por lo tanto la masa ósea deja de recibirla. Si el acto de
instalación de la prótesis es inmediato o la demora es
pequeña en relación con la perdida dentaria, el hueso
acepta con mayor facilidad la nueva modalidad de
fuerzas; pero cuando ha pasado mucho tiempo
desdentado, y repentinamente, por la instalación de una
prótesis comienza a recibir presiones nuevamente, hueso
puede reaccionar en primera instancia produciendo
notorias resorciones.
FORMA DE REBORDES ALVEOLARES RESIDUALES

Los rebordes residuales constituyen la mayor parte de


las zonas de soporte de las prótesis.
En el maxilar inferior se adiciona el área
correspondiente a la fosa y trígono retromolar, y en el
superior la bóveda palatina.
Los rebordes están constituidos por las siguientes caras:
a) caras o flanco vestibular, estructurado a
expensas de la tabla vestibular.
b) Cara o flanco palatino o lingual, ocupa el
plano que en el maxilar dentado corresponde
a la tabla homónima.
c) Cara oclusal, en relación con la posición que
ocupaban los orificios de los nichos
alveolares.
Observados por su cara oclusal, los rebordes residuales
óseos presentan la forma en herradura similar a la de las
apófisis alveolares en que se originaron. En general las
caras oclusales pueden seguir una dispocision triangular,
cuadrada u ovoidal. Los protesistas han reconocido una
relación entre las formas del reborde residual, de
contorno facial y de perímetro de la cara vestibular del
incisivo central superior.
Las estadísticas indican como más frecuentes la forma
triangular, siendo la ovoidal la mas rara.
Es importante, por la significación que adquiere en el
momento de la aplicación protética, estudiar la forma
que presenta un reborde examinado su sección en el
sentido vestibulopalatino o lingual.
Coscalla Rodriguez describe estos tres tipos clásicos: U,
V y en C acostada.
La forma U es la mas favorable desde el punto de vista
protético, por cuanto ofrece un plano de inserción
sumamente cómodo y además el paralelismo de los
flancos es conveniente para retención.
La forma V corresponde generalmente a los desdentados
antiguos; protéticamente es poco óptima por que es
difícil tener buena retención.
Los casos señalados por la C acotada son los de peor
pronósticos ya que los bordes de la prótesis deben
respetar necesariamente el ecuador del reborde para no
lesionar la mucosa en el momento de la inserción
SUPERFICIE ÓSEA PROTÉTICA DEL MAXILAR
SUPERIOR

Esta superficie presenta un aspecto de semiovalo con un


contorno prominente en forma de herradura, el borde
alveolar residual, que circunscribe por adelante y
lateralmente una zona central, cóncava, la bóveda
palatina.
El límite posterior esta constituido, en la parte central,
por las aristas posteriores de las láminas horizontales de
los huesos palatinos, que forman en la línea medial la
espina nasal posterior; en estas aristas y espina se
inserta la aponeurosis del velo del paladar. Lateralmente,
e inmediatamente por detrás de los rebordes se
encuentran los surcos bamulares formados por la
articulación del conglomerado maxilopetrigopalatino,
integrado por la tuberosidad del maxilar, la apófisis
pterigoidea del esfenoides y la apófisis piramidal del
palatino. el limite anterior y lateral de esta superficie
esta ubicado en el plano óseo, en el cual el
rebordealveolar se continua con la superficie esta del
cuerpo del hueso; ha de ser determinado con la presicion
por la inserción de los elementos musculares y
ligamentosos, que fijaran el limite entre los tejidos
blandos móviles y estacionarios.
SUPERFICIE ÓSEA PROTÉTICA DEL MAXILAR
INFERIOR

Esta superficie, a diferencia de lo ocurren el maxilar


superior esta integrada casi totalmente por el reborde
alveolar residual con la sola adición de la región del canal
y trígono retromolar.
Cabe destacar que el tamaño del arco alveolar residual
inferior, considerando desde el plano oclusal, es mayor
que el superior entre otros motivos por la incorporación
de esa zona ósea situada lateralmente y detrás de los
molares, que determinan asimismo que la superficie de la
aplicación protética tenga limites mas amplios que el
primitivo reborde dentado.
Su altura suele ser menor que la del superior por cuanto
las resorciones normalmente son de mayor magnitud; es
así como pueden hallarse pacientes que, habiendo sido
desdentado simultáneamente en ambos maxilares,
presentan mejores condiciones en el maxilar superior
para la instalación de una prótesis.
En la porción anterior, la mayor resorción parece
operarse siempre sobre la tabla vestibular; por ello es
que el flanco lingual del reborde residual se modifica
poco; en cambio, el vestibular altera substancialmente su
inclinación con respecto a la que poseía la tabla
correspondiente en el maxilar dentado. Por ese motivo
resulta frecuente en esa porción la forma en V; con la
posición de la arista más cercana a lingual.
En la zona de los molares; las líneas oblicuas internas y
externas determinan la existencia de una verdadera cara
oclusal. En muchas ocasiones ambas líneas delimitan
entre sí un canal anteroposterior; debido aquellas sufren
modificaciones muy ligeras, en tanto que; a nivel de los
tabiques intra e interalveolares, se producen grandes
resorciones.
A nivel de los últimos molares comienzan el relieve de la
línea oblicua externa, que asciende a medida que
progresa hacia atrás, hasta convertirse posteriormente
en el borde anterior de la rama montante del maxilar
inferior. Entre estas líneas y de las crestas vestibulares
de los alvéolos de los molares se delimitan la fosa o canal
retromalar, extendido en el sentido anteroposterior
desde abajo hacia arriba; se determinan el gran espesor
de la tabla externa o vestibular de lo alvéolos de los
molares cuando se producen la perdida dentaria y la
neomodelcion ósea, esta fosa o canal se constituyen en
zonas principal de soporte.
MUSCULATURA PARAPROTÉTICA

En los maxilares desdentados se producen una serie de


modificaciones, que suelen ser notables, en la forma,
tamaños, consistencia y disposición de sus elementos. Los
músculos perimaxilares y paraproteticos no quedan, por
supuesto, al margen de esas variaciones; pero debemos
destacar ahora un aspecto directo relacionado con las
variaciones ósea ya que, cuanto mayor sea la pérdida de
sustancias, mas se acercaran las inserciones y las masas
musculares a las zonas de influencia protética.
Es posible realizar este avance, porque algunos músculos
se insertan por medio de vainas tendinosas resistentes,
que no traducen los cambios volumétricos o de posición
de los músculos en contracción; o bien por que los mismo
no poseen el tonismo suficiente para poder desplazar las
prótesis.
La acción de estos musculos paraprteticos se manifiesta
en las modificaciones que sufre el formix de los surcos
vestibulares, superior e inferior y lingual. Por ello, en la
construcción de un aparato de prótesis es necesario
determinar racionalmente la altura a que deben llegar los
bordes del mismo, pues no deben alcanzar territorios a
los que llegan músculos en su dinámica; si ello ocurre, la
inmediata consecuencia es el desplazamiento de la
prótesis.
Los músculos pueden actuar en forma directa o
indirecta:
A) Directa. Por acción de sus propias fibras y
de sus movimientos particulares (buccinador,
que actúa por si solo).
B) Indirecta. Cuando son movilizados por alguna
otra masa muscular (el milohioideo, elevando
el surco lingual, cuando es conducido hacia
arriba por la acción de los músculos de la
lengua, que proyecta a esta hacia arriba
hacia afuera).
IRRIGACIÓN E INERVACIÓN

No se observan diferencias sustanciales entre la


dispocisión de los elementos vasculares y nerviosos de
los maxilares desdentados y dentados. La distribución en
ambos árboles, vascular y nerviosa, tanto en el hueso
como en los tejidos blandos.
La irrigación de los procesos alveolares se realiza
atravez de los vasos interdentales, situados en
conductos nutricios labrados en los tabiques
interalveolares. Los vasos se originan en las arterias
dentarias inferior o en su rama la arteria incisiva para el
maxilar inferior, y en las arterias dentarias posteriores
y anteriores para el maxilar superior lo cual significa que
los alvéolos reciben el aporte sanguíneo desde la
profundidad del hueso.
Cuando la porción alveolar se transforma en borde
residual, persisten casi en sui totalidad dichas arteriolas
y por ello sigue irrigado casi exclusivamente desde el
interior, complementándose con la participación del
sistema periostal. Por esta razón, no deben preocupar la
posibilidad de que la presión ejercida por la prótesis
pueda ocasionar trastornos circulatorios en el hueso.
En lo que respecta a la presencia de elementos
vasculares en la mucosa, solo debe tenerse presente, en
el maxilar superior, la emergencia de los tres conductos
palatinos en la bóveda ósea. Es remota la posibilidad de
que puedan producir lesiones la compresión protéticas,
por cuanto el orificio anterior la mucosa dispone una
protectora formación fibrosa denominada papila incisiva,
yen los posteriores se interpone entre la superficie ósea
y la mucosa con abundante capa glandular y adiposa. Por
otra parte, la trayectoria anterior que sigue el paquete
vasculonervioso palatino posterior recorre, en
generalidad de los casos, un canal labrado en el ángulo
diedro que se ubica entre el techo de la bóveda palatina
y su pared lateral, a nivel de la zona que Nozar denomina
adiposa.
También aparece en la bóveda los conductos palatinos
accesorios; por sus escasas dimensiones y el pequeño
calibre de sus elementos nobles que por ellos emergen,
pueden considerárselos sin importancia paraprotéticas.
En el maxilar inferior, los únicos troncos que pueden
quedar en relación de vecindad con las bases de las
prótesis son los que emergen del agujero mentoniano,
cuando resulta notable la resorción ósea.
Es difícil que la disminución de altura del reborde
residual llegue a ocasionar compresión en los elementos
del conducto dentario inferior.
En cuanto a los linfáticos del maxilar superior, se
registra la persistencia del plexo vestibular, que por vía
de los colectores adosados a la vena facial, llegan a los
ganglios submaxilares. Los linfáticos de la región palatina
del reborde se confunden con los de la bóveda, siendo
tributarios del grupo anterior y superior de la cadena
yugular interna y, excepcionalmente, de los ganglios
retrofaringeos y submaxilares.
ESTADO BUCAL DEL ANTIGUO DESDENTADO

El estado que presenta la boca del sujeto que ha


perdido sus piezas dentarias muchos años atrás, debe
ser considerado tanto en lo referente a los rebordes
óseos como a los tejidos blandos que los recubren y,
por supuesto, a las estructuras paramaxilares. Ya ha
sido expuesto el concepto de que las modificaciones
serán mayores cuanto más tiempo haya transcurrido
desde la perdida de los dientes y mas se hayan
demorado en efectuar la reposición por medio de la
prótesis.
Las modificaciones, que se va acentuando con el avance
de la edad pueden agruparse así:

A) MODIFICACIONES ÓSEAS

En el hueso se produce una atrofia que generalmente


determina la aparición de rebordes residuales filosos.
En este tejido es fácil que se registre osteoporosis
por alteraciones en el metabolismo calcico, lo cual
explica también las repuestas exageradas ante una
prótesis, aunque este bien construida.
Cuando el maxilar ha permanecido parcialmente
desdentado durante cierto tiempo en los dientes
remanentes suelen aparecer condiciones de oclusión
distinta que las normales, ocasionando zonas de
resorción en las áreas de sostén de esos dientes a
todos esto se debe agregar el hecho de que, como
ocurre con los restantes elementos, mucosa, glándulas,
etc.
El hueso sufre un cambio regresivo que depende de la
menor actividad metabólica, de la que participa todo el
organismo.

B) MODIFICACIONES EN LA MUCOSA Y
SUBMUCOSA

Los signos más notorios que se registran son: 1º


adelgazamiento de la mucosa. 2º disminución del espesor
de la submucosa. 3º reducción de la superficie. 4º
disminución de la elasticidad de la mucosa.
En algunos casos, cuando se producen una gran resorción
del reborde residual, ocurre consecuentemente un
aumento de tamaño del tejido blando que lo recubre, en
forma de hipertrofia o hiperplasia.
Esta formación blanda es desplazable y dificulta
inclusive el registro de la impresión.

C) MODIFICACIONES EN LAS MASAS MUSCULARES

Se traduce en dos aspectos distintos.


1º en la retracción de las masas musculares en el caso de
los músculos masticadores del grupo superior elevador,
por que al faltar los dientes se producen una disminución
de la dimensión vertical y, por lo tanto, el punto móvil de
inserción (en la mandíbula) se acerca al fijo, en la base
del cráneo.
2º en los músculos cutáneos, por que al deprimirse de
masas blandas de las paredes bucales, en las que están
contenidos e producen el acortamiento del músculo.

D) MODIFICACIONES EN LOS ELEMENTOS


PARAMAXILARES

En el sujeto parcialmente dentado y, mas aun, en el


desdentado total, aparecen vicios en el mecanismo
masticatorios; así como en las mejillas caen y los labios
se hunden, la lengua se dilata por que los elementos de
contención los dientes ya no existen. Por ello podrán
suceder, en los primeros días de uso de una prótesis que
los pacientes se quejan de la frecuencia con que se
“muerden” los labios, carrillos y lengua, molestias que
desaparecen cuando estos elementos se rehabilitan a la
presencia, aunque artificial de los dientes.

E) MODIFICACIONES TEMPOROMAXILARES

Con la desaparición de los factores dentarios que son los


que condicionan el articulamiento, trayectoria incisiva,
altura cúspidea, curva de compensación y plano de
orientación, la trayectoria condilea se modifica
gradualmente como consecuencia de las características
del trabajo a que es sometida.

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