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El artículo 2505 señala que contra título inscrito no tendrá lugar la prescripción
adquisitiva de bienes raíces o de derechos reales constituidos en ellos, sino en virtud de
otro título inscrito; ni empezará a correr sino desde la inscripción del segundo.
Esta disposición es concordante con el art. 730 inciso 2 que prescribe que si el
que tiene una cosa en lugar y a nombre de un poseedor inscrito se da por dueño de ella
y lo enajena, no se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra, sin la
competente inscripción.
1. ¿El nuevo título que se inscribe debe emanar del anterior poseedor?
2. ¿El art. 2505 sólo se refiere a la prescripción ordinaria o también a la
extraordinaria?
I. ¿EL NUEVO TÍTULO QUE SE INSCRIBE DEBE EMANAR DEL ANTERIOR POSEEDOR?
Respecto a la primera interrogante, esto es, si el título que se inscribe debe emanar o
no del anterior poseedor existen dos opiniones doctrinarias:
a.) La primera opinión representada por ALESSANDRI postula que el nuevo título que
se inscribe debe emanar realmente del anterior; por consiguiente, las
inscripciones deben estar vinculadas.
1º El art. 728 señala que para que cese la posesión inscrita está debe cancelarse por
alguna de las formas indicadas en esta norma: voluntad de las partes, decreto
judicial o nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a
otro.
2º El art. 730 inciso 2 alude a la “competente inscripción” que según esta doctrina es
aquella que emana del anterior poseedor (Véase teoría de la posesión inscrita).
i.) Si el título emanara del anterior poseedor el art. 2505 no tendría sentido,
porque el modo de adquirir no sería la prescripción, sino la tradición, en los
términos del art. 728, esto es, una nueva inscripción en que el poseedor
inscrito transfiere su derecho a otro quedando, en consecuencia, cancelada
la inscripción.
ii.) El art. 2505 no exige que el título emane del anterior poseedor, esto es, que
las inscripciones estén vinculadas.
iii.) La exigencia referida en el número anterior tampoco está contenida en el art .
730, porque esta doctrina entiende que la competente inscripción no es la
que emana del anterior poseedor sino la que cumple con las formalidades
legales.
Los argumentos que se invocan para justificar esta opinión son los siguientes:
1.) El mensaje del Código Civil párrafo 41 dice que el plazo de 30 años (plazo
antiguo de la prescripción extraordinaria, que hoy equivale a 10 años) consolida
todas los derechos y extingue todas las obligaciones, de modo tal que nadie
puede reclamar después de este tiempo un derecho que no ha ejercido.
2.) El art. 2510 nº 1 señala que la prescripción extraordinaria no requiere de título
alguno, por tanto tampoco requiere de título inscrito.
3.) Para la prescripción extraordinaria basta la posesión irregular y que es tal la que
carece de uno o más requisitos señalados en el art. 702. Pues bien, uno de los
requisitos de la posesión regular es la tradición si el título es traslaticio de
dominio, la que se verifica en el caso de los inmuebles por inscripción, de modo
tal que si falta la inscripción, falta la tradición, lo que hace que la posesión sea
irregular y sólo sirva para adquirir por prescripción extraordinaria.
4.) De no aceptarse esta doctrina, jamás existiría prescripción extraordinaria contra
título inscrito y se llegaría al absurdo que la ley protege al propietario
negligente, en perjuicio del que trabaja el inmueble.
3º Argumento histórico: en los proyectos del C.C. el art. 2505 estaba ubicado dentro de
las sanciones aplicables a ambas prescripciones, pero en la redacción definitiva del C.C.
se trasladó de las reglas aplicables a la prescripción ordinaria a las reglas aplicables a
toda prescripción, lo que revela la intención de legislador de hacer extensiva esta norma
a la prescripción extraordinaria.
El problema se presenta, porque el art. 718 del Código Civil alude a la posesión
proindiviso, esto es, a la posesión que tienen varias personas conjuntamente sobre una
cosa común. En efecto, el referido artículo prescribe que cada uno de los partícipes de
una cosa que se poseía proindiviso, se entenderá haber poseído exclusivamente la parte
que por la división le cupiere durante todo el tiempo que duró la indivisión.
Ej.: Fallece el causante y la única propiedad inmueble que éste tenía es una parcela que
pasa a sus cinco hijos y a su cónyuge en calidad de herederos. Pero resulta que la
propiedad se encuentra ubicada en Valdivia y como solamente uno de los hijos (Diego)
vive en ese lugar él es el encargado de explotarla. Puede Diego en virtud de los actos de
posesión que ejecuta periódicamente, adquirir por prescripción adquisitiva la parcela de
Valdivia en perjuicio de los otros comuneros?
En esta materia igualmente existen dos opiniones doctrinarias; una opinión que
sostiene que no procede la prescripción entre comuneros y otros que han sostenido lo
contrario.
II. POSTURA DOCTRINARIA QUE SOSTIENE QUE PROCEDE LA PRESCRIPCIÓN ENTRE COMUNEROS
De allí que el artículo 1317 señale que ninguno de los coasignatarios de una
cosa universal o singular será obligado a permanecer en indivisión; la partición
del objeto asignado siempre podrá pedirse con tal que los coasignatarios no
hayan estipulado lo contrario.
No podrá estipularse proindivisión por más de cinco años, pero cumplido este
plazo podrá renovarse el pacto.
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