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1. Datos de la obra
2. Marco histórico
Tras la división del imperio romano en dos en el 395 por Teodosio entre sus
hijos Honorio y Arcadio, Roma y su imperio occidental se desintegran y el imperio
romano de oriente se afianza y asegura su supervivencia con el esplendor de
Bizancio, la capital, que pasará a llamarse Constantinopla. A partir del siglo V
Constantinopla se afianza como centro cultural y político que alcanza con
Justiniano (s. VI) el máximo apogeo. La cultura bizantina continúa la tradición
paleocristiana con las aportaciones de Oriente, Egipto y la herencia helenística. Su
pujanza se mantiene casi hasta la caída de Constantinopla en manos de los turcos
en 1453. La antigua Bizancio ofrecía una posición envidiable al situarse justo en el
enclave entre Asia y Europa, por lo que se convierte en un foco cultural y
económico de primer orden.
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Durante el imperio de Justiniano I (518-565), el Imperio llegó al apogeo de su
poder. El emperador se propuso restaurar las fronteras del antiguo Imperio
Romano, para lo que, una vez restaurada la seguridad de la frontera oriental tras la
victoria del general Belisario frente al expansionismo persa de Cosroes I en la
batalla de Daras (530), emprendió una serie de guerras de conquista en Occidente:
La época de Justiniano no sólo destaca por sus éxitos militares. Bajo su reinado,
Bizancio vivió una época de esplendor cultural, a pesar de la clausura de la
Academia de Atenas, destacando, entre otras muchas, las figuras de los poetas
Nono de Panópolis y Pablo Silenciario, el historiador Procopio, y el filósofo Juan
Filopón. Entre 528 y 533, una comisión nombrada por el emperador codificó el
Derecho romano en el Corpus Iuris Civilis, permitiendo así la transmisión a la
posteridad de uno de los más importantes legados del mundo antiguo. Otra
recopilación legislativa: el Digesto, dirigido por Triboniano fue publicada en 533.
El esplendor de la época de Justiniano encuentra su mejor ejemplo en una de las
obras arquitectónicas más célebres de la historia del Arte, la iglesia de Santa Sofía,
construida durante su reinado por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de
Mileto.
Dentro de la capital se quebrantó el poder de los partidos del circo, donde las
carreras de cuádrigas habían devenido en una diversión popular que levantaba
pasiones. De hecho, eran utilizadas políticamente, expresando el color de cada
equipo divergencias religiosas (un precoz ejemplo de movilizaciones populares
utilizando colores políticos). La Iglesia reconoció al señor de Constantinopla como
sacerdote rey y restauró la relación con Roma. Surgió una nueva Iglesia de la
Divina Sabiduría como signo y símbolo de un esplendor que sobrepasa al mismo
Salomón en toda su gloria.
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pestis. Sin duda fue un elemento clave que contribuyó a agudizar la grave crisis
económica que ya sufría el Imperio. Se estima que un tercio de la población de
Constantinopla pereció por su causa.
3. Análisis de la obra
- Tipología:
- Materiales:
Con respecto a los materiales con los que está construida la iglesia se puede
decir lo siguiente: En el exterior, sumamente sobrio, volumétrico, se aprecia que la
iglesia está hecha de materiales ligeros pero resistentes con paramentos de ladrillo
macizo. El cimborrio va aligerado por medio de caños concéntricos de terracota.
Al contrario, su interior está ricamente decorado con mármoles veteados
- Planta:
La planta presenta una forma octogonal, con un deambulatorio cubierto con una
complicada bóveda de arista. En la parte central y aprovechando los pilares
centrales que sirven de soporte a la cúpula central, se articula sucesivas exedras
que nuevamente crean un dinámico ritmo espacial de elementos curvos y rectos.
Siete nichos se abren entre estos pilares del baldaquino central, que se proyectan
en el anillo del deambulatorio, mientras que el octavo lado está ocupado por el
presbiterio cuadrado y el ábside saliente y más bajo que atraviesa la zona del
deambulatorio y de la tribuna. Flanquean este ábside poligonal dos torrecillas
rectangulares seguidas de sendas capillas circulares, provistas cada una de ellas de
un absidiolo rectangular.
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También, a pesar del sentido centralizado de la planta, se observa un rotundo eje
longitudinal, que viene marcado por la existencia de un nártex transversal a la
entrada, y al fondo del presbiterio. El ábside que se encuentra en el presbiterio es
semicircular al interior y poligonal al exterior. El nártex está absidiado en ambos
extremos, dispuesto en posición oblicua, tangente en uno de los vértices del
octógono que permite la colocación, a los lados del espacio interior resultante, de
dos torretas, en una de las cuales se encuentra ubicado el campanile y en la otra la
escalera que da acceso al gineceo. Asimismo, esta posición del nártex, permite la
colocación de un doble acceso al interior tras los dos tramos triangulares que
restan entre éste y el polígono, de ellos el de la izquierda da al tramo opuesto al
presbiterio, y el otro al tramo contiguo. Antecede al nártex un atrio porticado en
tres de sus lados que es uno de los accesos al edificio. Las otras dos entradas con
las que cuenta están situadas a los lados de las capillas.
- Alzado:
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los pilares centrales que sostienen el peso de la cúpula que se encuentra oculta por
un cimborrio que es una construcción en forma de torre, generalmente de planta
cuadrada u octogonal, que sirve para dar realce a una bóveda.
El presbiterio está al fondo, con un tramo cubierto por una bóveda de arista y un
cierre en bóveda de horno.
- Espacio arquitectónico:
Ciertamente, San Vital produce una sensación la magnificencia, ya que durante
cierto tiempo fue la capital italiana del imperio bizantino. Esto se puede ver tanto
en su estructura arquitectónica como en los detalles de los mosaicos que decoran
su interior y de los que hablaré a continuación.
La iglesia se encuentra a caballo entre el arte occidental y el oriental ya que hay
que tener en cuenta que el templo se construyó cuando el imperio bizantino no
había tomado aun Rávena, pero una vez que lo hicieron se decidió que sería la
segunda capital del imperio y por ello se decoró con los mosaicos que se
encuentran en el interior.
Fue el bizantino un estilo conservador, al servicio de la Iglesia y del emperador
que sirve para mostrar su prestigio y poder. No existe preocupación por la forma,
se interesa por lo divino y espiritual lo que se traduce en una exagerada
ornamentación. El cuerpo humano pierde valor como tal y se representa como
morada del espíritu. La influencia oriental se refleja especialmente en el fastuoso
colorido (sobre todo en los interiores) de las construcciones que se decoran con
brillantes mosaicos y pinturas.
Las plantas pueden ser de tipo basilical y central. Las plantas basilicales se
cubren con bóvedas, como novedad. En las de planta central la cúpula puede ir
directamente sobre el muro o bien descansar sobre columnas que sirven para crear
un espacio anular. La basílica bizantina aporta algunas modificaciones: el atrio se
reduce al final a un pórtico adosado a la fachada de la iglesia. El nártex es el lugar
de reunión de los catecúmenos que no podían asistir a algunas ceremonias. La
iconostasis, especie de cancela que separa el espacio destinado a los presbíteros.
La tribuna, destinada a las mujeres, en el piso superior, es el antecedente del
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triforio medieval, sobre las naves laterales.
Las columnas y los capiteles eran de ricos materiales. Los capiteles suelen ser
corintios trabajados a trépano y, en algún que otro caso, de caras planas y formas
cúbicas muy depuradas. Sobre ellos se coloca el cimacio.
- Tema:
El emperador Justiniano lleva como ofrenda una gran patena de oro; Aquí,
Justiniano se presenta como el decimotercer apóstol.
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- Elementos:
En el centro del mosaico aparece un Justiniano idealizado con una corona y una
aureola que lo diviniza. Sostiene en sus manos la gran patena de oro que va a
utilizar como ofrenda y va vestido con una toga negra con elementos dorados y
blancos. Va precedido por dos altos dignatarios eclesiásticos, uno de ellos lleva el
incensario y el otro el misal, y por el arzobispo Maximiano, que lleva una cruz.
Todas estas ofrendas aparecen ricamente decoradas con gemas, cabujones y
esmaltes. Tras el arzobispo, en segundo plano, el banquero Juliano, que financió la
construcción de la iglesia. Detrás del emperador hay dos altos funcionarios del
estado con toga, el primero sería el general Belisario, conquistador de Rávena.
Cierra el cortejo la guardia personal del emperador con el crismón en sus escudos.
A izquierda y derecha del mosaico, para delimitarlo, hay dos columnas corintias
adornadas con materiales preciosos. Los pies de los personajes están en forma de
“V”.
- Expresión:
El rostro expresivo de Justiniano que es autoritario, la ausencia de movimiento,
la impenetrabilidad de los rostros, en mi opinión lo que causa es una sensación de
solemnidad y suntuosidad excepcionales y teniendo en cuenta como era el arte en
aquella época, hay que reconocer que la obra conseguía cumplir con la función que
tenía y que no era otra que los habitantes del imperio jurasen fidelidad a
Justiniano, el representante de Dios. Los ojos almendrados, las figuras planas y
alargadas y los pliegues de las túnicas recuerdan al arte del periodo arcaico griego
y confieren un marcado hieratismo y rigidez a los personajes.
- Espacio:
- Líneas:
- Color:
5. Comentario personal.
Analizar esta iglesia junto con los mosaicos que la adornan en el interior ha sido
una experiencia bastante costosa debido a la poca información que conocía sobre
ella.
Por otro lado también he de decir que no es precisamente el estilo artístico que
más me gusta y me interesa debido a que siempre he sentido más pasión por la
Europa medieval occidental tanto en su historia como en sus manifestaciones
artísticas. Pero en cuanto a esto último se refiere, me interesan más las artes
plásticas que las arquitectónicas ya que en estas lo que veo es que lo que más se
trata son sus elementos arquitectónicos, pero no cuanto supusieron artísticamente
hablando, sino arquitectónicamente. Creo que de la arquitectura debería estudiarse
más lo que supuso artísticamente y no tanto sus aspectos técnicos. Es por esto que
las obras arquitectónicas siempre me han costado más al estudiarlas.
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