En ocasiones pensamos que la vida tiene un complot en contra nuestra, o tal vez por todo lo que nos

rodea llegamos a creer que lo que sucede y el mundo todo gira a nuestro alrededor, por esa misma
razón hay que preocuparse. Pero que hay de las coincidencias con eso que en verdad no es
coincidencias, o podrían tomarse como revelaciones, y he aquí el drama de todo esto.

Con todas esas cosas que no esperas que pasen, que es de lo que tienes la mas remota idea de ello, pero
así es y por eso te sorprenden ya sea una sorpresa que te cause la mayor felicidad o la mayor tristeza.

Fue un día tranquilo donde nadie esperaba que pasaría lo que pasase y también normal para todos,
como podrías decir que al ir por la calle donde todos tienen la libertad de seguir por donde quieres y en
ese camino te cruces con alguien, y no seria alguien en el pasado pero ahora es alguien simplemente es
eso lo que la hace tan poco usual que ocurriera y que al caminar ir conversando con un amigo y ha
distancia tomar a ese alguien quien fue una persona que quisiste mucho y que esa persona al igual
como pudo decirlo, pudo mentirlo y no sentirlo de corazón pero con esto se llega a otra historia que no
es el enfoque de esta coincidencia que debería de llamarse revelación

Cruzar el camino con esa persona fue de grata sorpresa, ver que de quien te habías alejado estuviera
bien y que nada malo le haya pasado en el tiempo en que ambos se distanciaron, pudo haber sido como
un tipo de alegría del modo en el que te podría congelar al igual como neutralizar todo el tiempo sentir
que tu corazón palpita cada vez mas lento, sentir las pulsaciones de la sangre correr con tus venas y por
tu cuello sentir la presión que provoca el sentimiento. Eso fue lo que causo con solo verla a la distancia,
simplemente preparando las emociones para no sentir nada o no reaccionar de ninguna manera porque
así de fácil, no seria lo correcto que se tendría que hacer. Ante esto solo esperar el punto de cruce, con
ella, en dirección opuesta a la mía y agradeciendo que entre mas multitud me tapase y ella no me haya
reconocido, no era miedo a volver a verla, era la intriga a como hacer una buena respuesta ante estas
cosas.

Mas delante, en la siguiente esquina un tipo con una desesperación, me llama para preguntar que si le
hacia el favor o tenia el crédito para una llamada desde mi celular. Entonces accedí, dije que por que
no?. Algún día podría ser yo quien necesite ayuda de alguien mas, pero para entonces el me dio el
numero de a quien le quería llamar con tanta desesperación, pero en ese momento no le tome
importancia, fueron seis llamadas exactas y ninguna entraba o todas eran desviadas y nadie contestaba
del otro lado de la linea, eso pudo poner al tipo en mas sobrecarga y preocupación, pensé que la
llamada seria lo suficientemente importante como para poner a alguien en ese estado de alteración
Como ninguna llamada entro, y tampoco la contestaron a pesar de ser perdidas eran llamadas que salían
de mi celular y después de esto le ofrecí que le mandase algún mensaje al remitente para que no dejara
la duda o por si acaso quien perdió las llamadas no quede sin avisar.

El me lo agradeció, y al irse intento pagarme por el uso del teléfono, pero eso no pudo generar
problema, también se me hacia extraño por que a quien llamaba no contestaba, o porque pudo haber
sido, pero así fue. El numero después de pensar me pareció familiar, y no por nada me pareciera
familiar pues esa curiosidad me llevo a darme cuenta que el numero a quien yo marcaba por
inconsciente que estaba de quien era, fue ella, quien me pudo causar toda esa sensación al cruzar la en
esa avenida y que creara esos segundos que se convirtieron en horas, pero todo tenia un porque. No
importa en lo que piense ella, con lo que paso, pero tampoco yo intentaba buscarla, simplemente fue
una suerte, aunque no sé si fue buena o mala, pero esta suerte fue la que me revelo que nunca se sabe
que a quien estas a punto de ayudar podría ser a quien no quisieras ayudarle en verdad. Es como la vida
y el universo se llena de paradojas, enigmas e ironías.

Escrito por : Héctor Cadena.