You are on page 1of 28
ROBERT K, MER LON TEORIA Y ESTRUCTURA SOCIALES xICO XXIL EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA* [..] Los solipsintas declaran, ‘que no hay nadie mis, pero siguen escribiendo (..] para otros. [.-] Los conduetisas afirman {que los pensadores no aprend pero siguen pensando [.. impavidos (Los subjetiviatas descubren, que todo esti en la mente, Y sin embargo siguen sentindose (| en sills reales (..] Los popperianos niegan que podamos verificar, y sin embargo siguen buscandof...] la verdad! Cuanvo Alvin W. Gouldner, mi amigo, colega (de lejos) y en un tiempo dis- cipulo, puso como titulo a su libro reciente The Coming Criss of Western Sociology (19704), planted con excesiva discrecién el problema, pues puede argitirse, sin paradoja y con igual poder de convencimiento, que la sociologfa se ha en- contrado en estado de crisis durante toda su historia. La cRists GRONICA DE LA SOCIOLOGIA La sociologia ha estado, caracteristicamente, en condicién inestable, alter~ nando sus cultivadores entre fates de optimismo extravagante y de pesimismo extravagante acerca de su capacidad, aqui y entonces ol menos muy pronto, para descubrir soluciones duraderas a los problemas de la sociedad humana los problemas de la sociologia humana, es decir, soluciones a los principales problemas sociales y los principales problemas cognoscitivos. + Extedocumento escrito cuando o era miembro del Cento de Estos Avanzador de Clem cia de la Conca se debe 3 una bea. del National Science Foundation tothe Program i the ‘Sociology of Sence, dela Columbia Univers. Me ceron eras muy dies oton lem: Jonna Lederberg Yebuda Elana, Amold Thackray y Harriet Zuckerman " Extensin imperfecta dels tes verso del eepudio lirica de Aiden ala clencia social Un der Which Lyre: A Reasionary Tract forthe Times” (1966) os exitencalina ecaran ge extn en plena desesperacion, Yin embargo siguen erebend. ™ EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA ms Cuando la poblacién de socidlogos llegé a una masa critica, se intensificé clritmo de tales diagnésticos. Cada generacién de sociélogos ha logrado iden- tificar su propia época como un momento decisivo, para bien o para mal, en el desarrollo de su disciplina. Aquellos de nosotros que hemos vivido lo bastante para observar esta conducta a lo largo de décadas, facilmente podemos recor- dar algunos de los mas sorprendentes diagnésticos de la crisis. A mf me basta seleccionar el aijo de 1956, cuando Georges Gurvitch (1956) anuncié “la crisis de la explicacién sociol6gica” y Pitirim Sorokin (1956) concentré otva version de la crisis en su obra Fads and Foibles in Modern Sociology. Es muy comprensible que cada médico que hace el diagnéstico prescriba una terapia formalmente idéntica pero sustantivamente distinta: vea las cosas yhagalas a mi modo, La grave crisis mejorars si los pacientes colectivos adop- {an Ia perspectiva sociolégica del propio diagnosticador: sea la sociologia dia- léetica de Gurvitch o la sociologia integrista de Sorokin 0, mas recientemente, la sociologia reflexiva de Gouldner. Y tampoco, como veremos, la prescripcién de nuestro propio compromiso teérico Uene que ser ocasién para divertirse cinicamente. Después de todo, zqué base cognoscitiva —y no, fijense, base so- cial o psicolégica o politica—, qué base cognascitiva debe haber para suscribir una perspectiva tedrica, aparte de creer que ser mas fructifera, mas comple- ta y més convincente que sus rivales? Los aspectos de la tociologia que, se supone, ofrecen los signos y los sin- tomas de la crisis son de un Upo ya familiar: un cambio y un choque de doc- winas acompafiados por mayor tensin ya veces un conflicto candente, entre los practicantes de la disciplina. El choque incluye la enérgica afirmacién de {que los paradigmas existentes son incapaces de enfocar los problemas que, en. principio, debieran ser capaces de resolver. En ese sentido, podemos decir que, Ia sociologia ha experimentado una crisis crénica, interrumpida inter- * "Gras crénica” no ea frase paradsjca que parece set Iniclando al menos a comienzos de lor ireintas, Horkbelmer (1982) examiné intermitentemente la “cris contemporinea dela cien- fix", Vaungue Boudon (19718) observa que muchos socdlogos han hablado “correcamente” ‘de Ia actual “cris de fn sciologin, pronto para a observa que a “socologia te caracterisa mis ‘© menos permanentemente por una sltuacion de eis Iatentex™. Aparte de su aptiudl espectal para deseribir el estado de la sociologia a wavés de los ais, el ermino “rss erénica”adquiere ‘nds perinencta general ahora que, en la version de Musgrave (1971), T.S. Kuhn (1062, 1970, 19705) fia enmendado su pensamienca de modo qi, hoy los periodos de “iencia norma”, en lugarde sr "periodos dogmdticos entre ent parecen estar "enor de crits props” CGracat a mi colega, Robert Nisbet, wel a pensar lo que nunea debt olvidar: Ia muy doc rmentada otwervacin de la historiadora Blitabet L. Eisenstein, en el sentido de que para nes 120s da, lor extudiosos, obseslanados po a crs, “cada época considerada en un empo como de “ransicén’ es presentada hoy como una Epoca de ‘ers (.) pede leerse, en secuencla tanotagica, acerca de Ia criss pollen del temprano Renacimientafallano y sobre ta ers ex tdsiea del tardio Renacimiento Walang; acerea de innumerables esis —~incluyendo wna iss ‘de identidad'— precipitada por Ia Reforma; acerca dela criss europea generals comienz0s del Siglo 1 (1560"1660); acerea de una criss de la concleneia europea a finales del siglo a! (15801715), acerea de taeda de ris que la iguié iamediatarnente, durante a Thutacion el siglo ti (17151788). De este modo, hbo que atraesat ciao siglos de eisis antes de le- {ar squiers a aqueiosclésicos puntos de paride de finales del siglo XV, para neta ach Sis del siglo 3 revolucin poticaen Francia y Revolucién Industral y Is Hamada Gran Tran formacién en Inglaterra” Enenstein, “Cio and Chrono: An Esayon the Making and Breaking ne ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA GIENCIA mitentemente por breves y sorprendentes periodos de relativa calma, En con- traste con el actual estado de la disciplina, el sentido periédico de crisis surge en momentos en que los sociGlogos cobran particular conciencia de notables in- adecuaciones de su desempenio cognoscitivo a prictico, picamente enfoca- do por intensificadas aspiraciones de mayores Jogros. En el plano social, esta intensificada conciencia de la inadecuacién entre los socislogos (y de sus observadores —que estin lejos de guardar silencio— en la sociedad en general) es ocasionada por unos sistemas sociales dindmicos que generan nuevas perturbaciones graves, © que agravan las anteriores, acon tecimientos que socavan las soluciones que pretendian ser aceptables de los grandes problemas sociales. Me refiero aqui, en particular, 2 ests consecuen- Cias fastidiosas y—en un mundo de conocimiento muy imperfecto— inevi- tablemente imprevistas' de nuestra propuesta accién social, individual y colec- tiva (Merton, 1986). Al acumularse las disfunciones sociales en la sociedad, 0 Cconcentrarse en uno i otto de sus sectores, se desarrolla una sensacién cada vez més aguda entre los practicantes de las ciencias sociales, de que el estado de su conocimiento ni siquiera empieza a estar ala altura de las exigencias de la si- tuaci6n, En el plano cognoscitiva, la intensificada conciencia de inadecuacién es ge nerada por Ja dindmica det pensamiento y la investigacién sociolégicos, di- versamente distribuidos entre los agregados que integran la comunidad de sociélagos, que abren nuevos problemas, tampoco previstos, que vuelven a poner en entredicho algo de un cénocimienta que se consideraba razonable- mente establecido. Se desarrolla una gran crisis en una ciencia cuando las in- congruencias de la expectativa teérica y de la observacién real se acumulan hasta el punto de volverse notables entre quienes trabajan en el campo, y que ya no pueden resolverse alargando una cadena de hipétesis ad hoc destinadas 2 “salvar los fenémenos” (Duhem {2908] 1969}. Esto, a su vez, trae consigo su ignorancia especificada el reconocimiento expreso de lo que ain no se conoce pero debe conocerse para echar los fundamentos de mas conocimiento. Enton- ces, paradéjicamente, una sensacién de crisis puede ser ocasionada por un nuevo conocimiento resultante en unas demandas mayores que se hacen al antiguo conocimiento. Los procesos sociales cognoscitivos, dentro de la colectividad de los sociélo- 408, interactian as{ con desarrollos ocurridos en la sociedad ambiental, para Producir una variabilidad en las evaluaciones del estado actual de la ciencia. Y ‘cuando fas demandas hist6ricas se funden en dominios a la vez cognoscitivos of History Book Time", Histry and Thay, 6 (1968): $685, en $8. Cuando toda una variedad de hhmoriadares decara que lor cuatro Gltimos silos, poco ms o menor, fueron un tempo de con- tUnwada cis europea, tl vex se nos petdone a nowotos los socblogos, contemplando nuestro breve pasado colectvo el deseubrir que slo es una larga crisis eiprbiemade aque imprevitascnseconcareiuaes en falitad noha id eae to por'un radical racionallamo,y nl iguiers mediante el uso de Ta recetainventada Integra: _mente por Bertie Wooster, cuando severamente fecomend6 230 hombre: “Siempre anclpete a todo, Jeeves, ess Sinica manera.” Pero como lo pone en daro el Inmortl Wodehouse, o malo ‘ex qué ca codon vomnos menos optimists que Berle y todos somos mucho menos conocedores gueJeces, EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA n7 yy sociales, como parecen haberlo hecho a finales de los sesentas, generan una sensacién aguda, en lugar del sentido aceptable, o aun agradablemente créni- co, de un rendimiento insatisfactorio, al desarrollar, cognoscitivamente, unos paradigmas poderosos y de aplicacién social. Estos tiempos hist6ricos de difi- cultades transforman los dolores sociol6gicos crénicos en dolores sociolégi- cosagudos. Yes entonces cuando los médicos atentos pueden hacer sus diag- nésticos de que la sociologfa se encuentra en una crisis profunda, Los socidlogos detlicados a hacer ese diagnéstico sélo estin haciendo en su propio dominio lo que se les pide hacer en otros dominios de las sociedades y de Ia cultura. Después de todo, una de las principales tareas asignadas al so- ci6logo y 2 las otras razas de cientificos sociales es que identifiquen el carde- ter y las fuentes del descontento social. Yel descontento acumulado sefiala unas inadecuaciones subyacentes en Ia estructura del sistema social 0 en los valores y las expectativas que se desarrollan en ese sistema, © ambas cosas. No ‘por analogia con la medicina, sino por derecho propio, los cientificos sociales ‘observan que los procesos que hacen surgir las quejas sociales acumuladas no clones hacen que los sociélogos analiticos adopten el papel de metasocidlogos diagnosticando su propio estado colectivo y prescribiendo la terapia apropia- da para las enfermedades que descubren. ‘Si me llamaran como médico consultor a diagnosticar el estado actual de la seciologta, mi opinién seria ésta: que sobreimpuesta a la crisis crénica de la sociologia, a la que me he referido, se encuentra una aguda crisis de una indole particular. Es la “crisis de la prosperidad’, tipo general identificado por Toc- queville en su época y por Durkheim, docto e independiente “disefpulo” de Tocqueville en la suya.t La sociologia se enfrenta hoy a una crisis de abundan- cia, en parte como resultado de una abundancia de crisis sociales. Las grandes transformaciones que estin ocurriendo en gran parte del mundo ponen a los. socidlogos ante la inmensa tarea de investigarlas eficazmente y de llegar a unas recomendaciones basadas en la ciencia para hacerles frente. Es el recién conquistado status de la sociologia, resultante de cierto avance del conocimiento, el que lleva a los sociSlogos a tropezar cuando se creen lit tos para seleccionar o para aceptar el encargo de ayudar a resolver estos grandes problemas practicos. La demanda efectiva de solucién de los problemas so- Ciales es muy superior a la actual capacidad del conocimiento socioldgico y los actuales recursos de la fuerza de trabajo sociolégica. Como resultado innecesa- rio pero comprensible, esa demanda demasiado a menudo tropieza Con apro- ximaciones nominales al articulo auténtico. Los soci6logos que desean creer 0 {que afirman que ya se sabe lo bastante, o que es inmediatamente cognoscible, para damos los lineamientos necesarios para hacer frente a este 0 aaquel gran problema social, logran poner toda su disciplina en un juicio prematuro. Sus ‘Las comillasindican que Durkheim era, desde nego, tan solo un estudloso no un dsefpelo de Tocqueuile.Tampoco hay pruebas direcas de que el concepto de Durkheim, de una cris de |a prosperidad (Durkheim (1897) 1981: Libro, cap. ¥), se bae ene capitulo de Tooqueile {lado “Por qué se muestran tan Inquitos ls norteamericanos en medio de su bienesar™. (Toc: ‘quelle (1885) 1984: eap. a). ne ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA improviadas investigaciones o declaraciones, sacadas de la manga) de ver dade instantincamente alanzadas reciben una credbiidad temporal gracias a lsrealizaciones reales pero everamente lintadas de una Ciencia social er Crupulosa, Pero esta sociologia oracula, lena de respuesta rpidas a pregu ts tfiies, solo puede produce desilusion, sobre todo entre los estadiantes y fos nuevos reclutas de la daciplina, Las demandas hechat ala sociologia pre Cisamente porque ha estado avanzando con lentitud se aceleran a un ritmo {ue solo ensancha la brecha entre expectaia y realzacin situacion muy pro- Picia para producir una sensaciSn més profunda de una crisis cognoscitva® Elalestar entre los sociSlogos, derivado de unas excesivas emandas pric ticas prematuramente aceptadas ¢ inadecuadamente resueltas, es reforeado por el malestar derivado de los arances logrados en dominios cognoscitvos Contiguos. En mi opini, entre ellos el principal es el efecto de las ideas versamente planteadas por Popper, Kulin, Lakatos, Feyerabend, Toulmin y muchos otro en la filosofa de lacencia, A menudo mal comprendidas por sociologor que se encientran en la periferia de esa disciplina, tan tempestucr ‘Seen lnacuaidad,aveces se considers que algunas de extas ideas indican que is sbjetvidad impers suprema en ls ciemciag fisiasy de fa vida y por ell, se Infiere, sin duda debe reinar wmbign en ls clencias sociales de la conduca, Los socidlogos que scan esta inferencia gratuita consideran que ex una li cencia que legitmma una subjelvidad total en que “todo se vale" a que, como treen ellos que lo han aprendido de los flosotos, la objeuvidad en laclencia mo es mds que una idea ja. No dire, de momiento, mas acerea de este tema, pero volveé a 6l més adelante, Baste notaraqut que las actuals an Gudasexpresadas por qulenesexperimentan una “ess dela sociologia nude son explictamente concctadas con ideas muy ascutias hoy en la actual flosoffa de a ciencia. Ente diagnéstico tentati de la actual senspcion de crisis en la sociologia, como dertacién de acontecimientos ocuridesen los dominios sociale en la Cognosciivos, no es incompatible con el diagndsico tentatvo ofrecido por Ben-David (1978). quien analiza las recientes expresiones de insausfaccion con's ror og mostra or Goulgnr 17D, nedrch (1970) Runciman (1970; vease también 1968), comb resultados de un cambio par Ucular de generaciones académicas desde el fin dela segunda Guerra Mune dial, Noes que Ia rica socilogicay las daidencias sean nuevas ampoco + trata de que el supuestoconsento sobre la sstancia de la coria soctologica, * Al llegar 2 ese punto, es evidente que considero que la forma de malesiar expresada por algunos soidlogos acerca del estado de la sociologtatebrica de hoy no consttuye una cris profunda en el fueree senso de implicarbisicamente una nueva controversia sobre los hechos fundamnentles, Las principales linas de argumento denen una historia larga y de fil acceso. SL se Fevsara culdadosamente esta historia, se reconocerla que los ms recientes anuncios de una iss en la socologia son una contnuacién de euestones teieas que desde hace Gempo extn endetate "Tal ver en exte sentido, el nvew libro del wciGlogo polaco Sutompka (1974: 162) condluye ‘on este jut: “Por timo, creo que Ia lamada ers de ia soclologta contemporsinea no es ms {que un nuevo mito de la diciplinay que en realidad existe un sido fundamento sobre el cual Basar nuevos esfuerzo ebricos, muy necesarion” EL. ANALISIS ESTRUGTURAL EN SOCIOLOGIA n9 haya sido remplazado por una marcada disensi6n. Antes bien, como lo resume Ben-David (y lo cito extensamente, pues muchos socidlogos no feyeron el diario ‘en que su articulo aparecié) Esta unidad de la profesién [en el periodo de la posguerra inmediata] no se funda- ‘menté en Ia existencia de nada que se pareciera a un “paradigms” para la teoriay Ia como el que fue postulado por Thomas Kuhn como earacteristica de ‘normal, No habia un paradigma en Ia sociologia, ylos socidlogos muy a menudo crticaban los enfoques de los dems. Sélo habia consenso en un aspecto, a taber, el de que todos los sociélogos acepiabart el método cientifico como propio de Ia sociologia, y la moral cientifica como abligatorie pars lor socislogos. Claramente separaban ia ciencia de la ideologia y si, ocasionalmente, se acusaban unos @ otros de ser criptoidedlogos, esto se hacia en nombre de una ciencia libre de valores, y no ‘como un rechazo de Ia posibilidad de una sociologia objetiva libre de valores. Mi hipétesis es que el paso de este consenso a finiales de los sesentas se debié a un. nuevo cambio de feneraciones. La generacion que se doctoré durante los sesentas ‘estaba integrada por jovenes para quienes el problema de la socjologia contra ideo- logis no tenia Ia misma decisiva importancia que para sus antecesores. La eleccién entre ambas no les pareci6 una eleccidn entre una inevitable decepeién intelectual yun fracaso moral, por una parte, ya razonable probabilidad de un avance sélido, aungue 2caso lento, por Ia otra. La leccign de la generacion anterior no la perdie- ron por completo, y probablemente mostraban mas escepticisma hacia la sociologia del que mostraran los j6venes durante los veintes y los teintas, pero también se. rmosiraban escépticos ante a ciencia social y la sociologia. Sin la experiencia de haberse liberado de la ideologia, en la sociologia sdlo podian encontrar pocas real- zaciones pasadas o grandes oportunidades intelectuales a las que tenetles fe en st profesién. Escuchando la autocritica de los socidlogos de la generacion adulta les Fewh6 dificil compartir la Tealtad y la fe inquebrantable que los dilimos tenian en la sociologia. Por consiguiente, cuestionar la posibilidad mismz de uaa sociologia ientifies,y considerar le posibitidad de que acaso no fuese final la linea de demar ceacion entre Ia sociologia y la ideologia, wrazada durante los cincuentas, no two para ellos el misino significado de una amenaza tolalitaia que tuvo para la ge- neracién anterior. esto, junto con las confusiones de Ia actual teoria sociologiea, puede explicar los estallidos y el momento de expresin de Ia insatisfaccin y el radical euestior namiento de a base Logica de la filosoffa que ocurrieron a finales de los sesentas (Ben-David, 1978: 471-472] Sia mi me Ilamaran como médico consultor para revisar no sélo el diag- néstico sino también la terapia recomendada, ésta seria mi opinién: que la cr sis crénica de la sociologia, con su diversidad, competencia y choque de doc- trina, parece preferible a la terapia a veces propuesta para hacer frente a la aguda crisis, a saber, la prescripcién de una sola perspectiva teérica que pro- meta darnos pleno y exclusive acceso a la verdad sociolégica, Las razones de mi opinién son claras, si no concluyentes. Ningiin paradigma ha empezado siquiera a demostrar su cardcter concluyente y ‘inico para investigar toda la ‘gama de las cuestiones de interés sociolgico; y dada la variedad de estas cues- tones, el pasado prefigura el futuro. Las afirmaciones periédicas que se ha- cen en sentido contrario resultan no ser mas que pretensiones prematuras de mo ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA GIENCIA definiéva congruencia teérica. Y, lo que es més, sila terapia propuesta fuese adopiada, produciria algo mucho peor de la crisis. Produciria estass: el ex tancamiento de la investigacién sociologica como resultado de un prematuro acuerdo ex un solo paradigma que, segiin se dice, es gufa exhaustivo para in- vestigar toda la gama de las cuestiones sociol6gicas. ‘Athaber adoptado la metéfora médica de criss ao largo de los aiios, des- de luego, Jos socilogos no estén solos. Los que practican otras disciplinas in- telectuales de po mucho més exigente han wilzado de empo atris la misma figura de diccién para expresar su razonable descontento por las condiciones de esta o aquella parte de la disciplina, Pero, como todos lo sabemos, las meta foras no deben tomarse literalmente, Hacerio no es més que engafar o ser en- galiado, ya que pocas metdforas son analogias heuristicas. Por consiguiente, al tomar la metifora de una crisis, no pretendo levarla sin limite para aleanzar © impular una reduetio ad absurdum El término evss sigue siendo una meté- fora ya gastada: no es un significado literal ni una cercana analogia, sino tan sélo un significado laxamente figurativo y no especialmente heurstico, trasla- dado de un dominio de la experiencia a otro. En los dominios de la ciencia y la cultura, uh sano diagnéstico de la crisis, crénica © aguda, significa que la diseipina dada ha resultado incapaz de ha- cet frente a partes 0 aspectos de la realidad poy !a que se preocupa, 0 “debe” preocuparse. En su forma més fuerte, el diagnéstico de una crisis en la cien- ia incluye unas paradojas fundamentales no resueltas. Yya identificar tales paradojas seria no poco avance. Requiere y significa un considerable desa- rrollo cientfico, como en la profunda formulacjén hecha por Planck durante el cambio del sigho, que pretendia resolver las paradojas a las que hacia frente Ja teorfa cldsica de la emisiOn y la absorcién de la luz. En forma un tanto mas, debil, el diagnéstico de una crisis identifica unos problemas pertinentes que, segan se dice, no pueden resolver los concepts, las ideas y los métodios de que disponen sus practicantes. Esto es Io que ocurre con la reciente version de Morgenstern (1972) de “trece puntos crticos en la teorfa econémica con temporinea”. Pero ni en forma fuerte ni en forma débil se sigue de ah que los cientificos pasan por sus erisis tan solo inyentando colectivamente una teoria unificada capaz de resolver toda la gama de los problemas de su disci ina. PIT ideal de una teoria unificada y general no exsé aqui en disputa. Como otros ideales del ipo T de Pareto (Pareto, 1985: II 1300-1882), éste puede ser funcional, aun cuando no se haya alcanzado, para hacer avanzar el extado ‘Ese sel mismo Max Planck que, como se recordar, ¢n su juventud abancioné el estudio de Ja economia por causa de su dificulady, desde luego el mismo Planck enya abservacion sobre e| Surgimiento de nuevas verdades de Ia endia tal vex sea la mds recuentemente citada de si e+ pecie. Gerald Holton (1978 [1980]: $94), Bernard Barber (1961), Kuhn (1962: 150), Hangstzom (1966: 288), Creenberg (1967: 48), Zuckerman y Merton (1972: 809), entre ls sociSlogos de a cena, se han basado diversimente en la observacion de que “una nueva verdad cienifica no {riunla convenclendo 2 us oponentesy hacindotes ver la kz sino, antes bien, porgue ss ope. ‘ents acaban por morirse y erece una niseva generacién que ya std familarzada con aqua” (Planck, 1948.88.34), Como lo ha notado Scheffer (1972: 870871), ta esa clase de aforiso que fi y engaiosameste te presa aun relativism yun subjeuvismo no examinados EL ANALISIS ESTRUGTURAL EN SOGIOLOGIA nm del conocimiento sociolégicn. Pero cuando ¢1 ideal se confunde con la case corriente, se vuelve disfuncional para la investigacién. Tomadas en serio como ‘guia para todos los programas de investigaci@n, las prematuras pretensiones de haber logrado un cierre teérico en sociologia, que son los tinicos tipos de pretensiones que pueden ser precisados por los monistas teéricos que hay entre nosotros, s6lo nos conducirian a grandes esfuerzos desencaminados, en que la desilusién serfa seguida por algo parecido a una éstasis. Pues, por muy cficaces que puedan ser los actuales paradigmas en su propio y limitado te reno (que atin esta por precisarse mis), no tienen suficiente derecho a mo- nopolizar la investigacién para ef entendimiento sociol6gico. Como lo hemos observado brevemente y come lo veremos con mayor extensién en este estudio, no es tanto la pluralidad de los paradigmas cuanto la aceptacién colectiva por los soci6logos en accién de un solo paradigma propuesto como panacea lo que constituiria una profunda crisis, con la consiguiente éstasis.? ‘SOBRE FI. LIMITADO ARGUMENTO EN PRO DEl, ANALISIS ESTRUGTURAL Todo esto puede explicar por qué no considero que el paradigma del andlisis estructural que se desarrolla a través de los afios nos ofrece el tinico modo de salir de esa crisis —periédicamente anunciada— de la sociologia, Parafrasean- doa Winston Churchill cuando hablé sobre la democracia, considero que el paradigma de este po de andfisis estructural cs la peor orientacién teérica en Sociologia... salvo todas esas otras orientaciones que ya han sido probadas de "Hay un every, aparentementeen crecimiento, de opiniin socolca en exe mismo se do. En enero de 1075, mints exe xcriocnaba ch prensa, Shimiel Ecrasdt yo deve {hor durante mi vas 3 Jensen que durante vars afos habiamosetado dewrrllando inde Pendientements aa las misma tens acerca det pltalidad ae ie ceria tochologlay, fa atraena de us ntertelaclones a Fecutrnieitastenci on na mer ea sooty Is conerones de todo eo con a curt de a emunidad de aoeGlogsy con desrellos {tico en vocedad que nos rodes, Haxa entonces, ambos habamos Getrllado ex ideas En forma de putea or: Eenatady en conferencas en a Unierudad Hebres yo, en cSc- drasen a Unveridad de Columbia. hors camos poniendo en letras de tlle evar dent Gren gran creals,en ts tro con M. Cuelrs, inlad0 Secnogial Thy th Soll Com- ‘muni and “Gif Sedlpy Yo, en pequeaexcaa, en cate eaeto. Par Un texto peininar ‘Stade en al ito ease Edens (14), Demasado tarde pars poder fecar exe arealo than aparedigo dos rofundosentudios de Gano (2972, Pazorno (1072) en Ros hala oy (je Bensadt me amd tr atenion “En trero de 197, lentes ere aco aGn exaba en prenia, Stefan Novak, dea Universe dude Vanovia, edo un emplar el eset que habla presentado al Vill Congreso Mundial de Sociologia en Toronto pocon dat antes de que yo exis presentando 6 nla Asoiain Socolgles Americana en Montreal. Una ver ms enconramen un pataleiame nowbe J: part im, reeanforante(aproplada respi sos mblples Ingependlents en la lend y el exe {oy Nowak coniders que la “ers, com ve earacteraiea dela secaogt, dip lwo {Seto de xem todo cnoemlento erica peranent acer ea sodedd en una ova “ites que todo Wo abargue™ynota que temdremos gue vr Ingo emp on muchas tor _eraateutvamente complementary acumulathas en dainty sends dela palabra, ap bien dlerenesapectos del ead socal, que respondan a ders pregtaseicsY Ses para dierencspropoaton soca prbcicos" (Nowak 19741213) m2 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA cuando en cuando. Claramente ocurre asi, yo no continuaria esforzindome cn esta direccién. Pero esto esta lejos de decir que el andlisis estructural, esta varlante u otra, nos ofrece una base teérica exclusiva y completa, Todo lo con- ‘sario. El andlisis estructural ha generado una problemética que encuentro in- teresante y un modo de pensar en los problemas que considero mas eficaz que ‘ningsin otro que yo conozca. Ademds, se conecta con otros paradigmas socio- légicos que, a pesar de la polémica, no son contradictorios en mucho de lo que premponen o afirman. Esta es, sin duda, una posicién indecentemente pacifista para adoptarla en un momento en que la arena de la sociologia re- suena con las pretensiones de los gladiadores que defienden doctrinas rivales. Ysin embargo, recientes obras de andlisis estructural me conducen a esferas de acuerdo y de complementariedad, y no las supuestas contradicciones bist ‘as que hay entre varios paradigmas sociol6gicos. Y esto no es extraiio, pues no es ficilalcanzar unas doctrinas sociol6gicas siquiera acepuablemente plau- sibles (paradigmas, teorias, esquemas, conceptuales, modelos) que se con- tradicen unas a otras en sus suposiciones bésicas, conceptos e ideas. Por cjert- plo, muchas ideas del andlisis estructural y el interaccionismo simbélico se oponen entre si, casi en el mismo sentido en que el jamén se opone a los hue- ‘vor: son perceptiblemente distintas, pero muiuamente se enriquecen. Esto, pues, es el context para que yo goce de la licencia autobiogréfica que Peter Blau nos ha dado a una docena de nosotros, poco mas o menos, en estos capftulos. Como principal creador del simpasio, evidentemente decidié que Jas normas ordinarias del decoro que exigen el disimulo de las ideas personales en un discurso impersonal podian, sin peligro, relajarse para esta ocasiOn, lo bastante para que cada uno de sus colaboradores se permitiera reflexionar en. Pliblico acerca de alguna de sus ideas favoritas. O como lo dijo Blau, en su acu- saci6n, cada uno de nosotros debe ofrecer “el significado distintivo de su enfo- que a dar explicaciones sistematicas de la estructura social y de st dinémica”. En mi caso, debo resis la tentacién... al menos en parte, Pues analizar este aspecto de mi obra no seria més que repetit una parte de lo que Charles y Zona Loomis (1961: 246-826); Filippo Barbano, en una serie de escritos, en- tre ellos uno que Hlevaba como subtitulo “La emancipacién del anilisis ex twuctural en sociologia” (Barbancs 1959, 1966, 1968, 1971): Walter Wallace (1969: 2459); M.J. Mulkay (1971: cap. 5) y, sobre todo analiticamente Arthur Stinchcombe (1975), han elaborado como los gatos exenciales de este modo de anilisis estructural, ms profunda y criticamente de lo que Yo estoy capacitado para hacerlo, En lugar de estos relatos complejos y detallados, s6lo esbozaré los compo- nentes basicos de esta variante del anzlisis estructural en forma de una serie de estipulaciones. Aunque el término “estipulacién” fue tomado de la cultura —adversa— del derecho, s6lo lo utilizo para indicar un acuerdo provisional sobre el ipo de andliss estructural que estamos analizando aqui. Con ese acuer- do, puedo pasar al resto de mi tema: el lugar de ese modo de teorizar en la ex tnuctura cognoscitiva y social de Ia sociologia y en relaci6n con algunas ideas ac- tuales que hay en la sociologia y la filosofia de la ciencia. FL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA res 14 ESTIPULACIONES PARA EL ANALISIS ESTRUCTURAL. Estas son, pues, 14 Se exit 1) Que la nocién evolucionante de “estructura social” es polifilética y po- limoria® (pero, esperemos, no polimorfa perversa): es decir, el concepto tiene mis de una linea ancestral de pensamiento sociolégico, y estas lineas differen parcialmente en sustancia y parcialmente en método. 2) Que las ideas basicas del anzlisis estructural en sociolagfa se anticiparon, ‘en mucho, a ese heteréclito movimiento intelectual y social conocido como “estructuralismo”? Abarcando toda una variedad de disciplinas medulares, el estructuralismo se ha vuelto iitimamente el foco de un movimiento social popular ya veces indiscriminado que ha explotado por medio de una extensién indisciplinada la autoridad intelectual de figuras tan intocables como Ferdi- rand de Saussure y Roman Jakobson en lingiiistica, Claude LéviStrauss en antropologia, Jean Piaget en psicologia y, mas recientemente, Frangois Jacob en biologia. En suma, aunque en la actualidad el andlisis extructural ha sido afectado por ciertas comunalidades del estructuralismo que servian como con- texto cognoscitive —por ejemplo, ciertos paralelos entre Sassure y Durkheim— no se deriva hist6ricamente de estas tradiciones intelectuales, asf como no se deriva, digamos, de la forma aducto-educto de “andlisis estructural” desarro- Madas por Wassily Leontief (1952) en economia. 3) Que el andlisis estructural en sociologia implica la confiuencia de ideas derivadas principalmente de Durkheim y de Marx. Lejos de ser contradicto- rias como a veces te ha supusto, las ideas basicas tomadas de sus obras han resultado complementarias en una larga serie de investigaciones a lo largo de los afios, que van desde las fuentes sociabestructurales de la conducta desviada y fa formacién de ta personalidad burocedtica hasta ¢} desarrollo la estruct- ‘a institucional de la ciencia (Merton, 1968, 1973). En forma més compacta, un paradigma propuesto para el andlisis funcional durante los treinta y publicado en 1949 llamé la atenci6n hacia los traslapes, no hacia la identidad, de estas orientaciones teéricas. Por ejemplo, Jos conceptas bisicos de “contradicciones” fen el uno y de “disfunciones” en el otro; el lugar fundamental dado a las “condi- ciones” de la sociedad en Marx y del "contexto estructural” o la “TimitaciGn es- wructural” en el andlisis estructural y, en él terreno de la sociologia del cono- jpulaciones de esta variante del andlisis estructural * Boudon (19716910) adopta la imagen de un “Polimorfismo dela sciologia“ en un senddo relacionado, pero diferente, para eferire a varias formas de a obra sociologien un “ensayo bri lance’, un “eidio deseripivo empicin”, una verilcable “ora analtea” 0 na teorfaespeci- latva" que sefalandirecelones de [a lnNesdgacin. "La cecient bibliografia soe el estnicturalsmo es précdcamente inagotable,y de nada ser- ‘icin offecer aqui una lag lina, Las obras de los maestros son Tciles de conseguir no neces tan mencisn, salvo, tl ver, la vita general de Jean Plaget (1970) y la magiatal historia de Ta hherencia con su sucesva revelaién de estructura, por Francois Jacob (1978). oudon (19714) hace un serio exfuerz0 por diferencia y formalizar la principales concepeiones de a estructura social en relasign con los Conceptos de egructura en ouras diciplinas. Para tras obras secu Garin, néans Vier (1965), Ducrot «al (1968), ¥ Robey (1973). mm ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA GIENCIA simiento, el postulado marxista de que el cambio efectuado por los hombres, cn la “existencia social determina su conciencia” corresponde a la concepcién de Durkheim de que las representaciones colectvas reflejan una realidad social (Merton, 1968: 98-95, 160-161, 516 ss.) La interrelacién de estos hilos de pensamiento no pas6 inadvertida. Los anilisis de Stinchcombe (1968: 80-101; 1975) de los traslapantes conjuntos de ideas te6ricas generaron su término “funcionalismo marxista’, mientras que Gouldner toma nota repetidamente de que yo “subrayo [las] afinidades” ‘que hay entre ellos, concluyendo con la compacta observacin acerca del ané- Isis en “estructara social y anomia” de que “aqui, en efecto, Merton utiliza a Marx para hacer presién sobre Durkheim” (Gouldner, 1970: $85, 402, 426, 448, ¥: Para el aperru, 447). Kalab (1969: 15-20) describe el método de Marx como “andlisis estructural dialécticamente concebido" y nota la interdependencia del “andlisis hist6rico y estructural” asf como lo hizo el ejemplar historiador Herbert Butterfield hace algunos afios cuando dijo que la principal contribu- ci6n del marxismo a la historiografia era habernos “ensefiado » hacer de nues- tra historia una pieza estructural de andlisis” (19514: 7980). En un instructivo volumen, Giddens (1971) ha analizado, recientemente, las congruencias que hay en los escritos de Marx, Durkheim y Weber, y en otro, Sztompka (1974) en- ccuentra intimas congruencias entre el andlisis funcional y el marxista, asi como lo hizo Pierre L. van den Berghe hace mas de una década (véase también Ma- lewski, 1959, 1967). La conclusién de Berghe plantea concisamente el asunto: Nuestra afirmacién central es que los dos principales enfoques que han dominado ‘ran parte de Ia ciencia social presentan vistas paciales pero complementarias dela Fealidad. Cada cuerpo de iortas plantea dificultades que pueden resolerse, ya sex fechazando cierios poslados innecessios, ya Inuroduciendo conceptos winados del otro enfoque. Como lo muestran ei funcionalismo y la dialectics, aparte de dr {erencia importantes, cierios puntos de convergenciay wssape, hay experanas de wascender el eclecticismo ad hocy de legar 4 una equilibrada sintesa erica (Berghe, 1968: 705). 4) Que dado que la confluencia de elementos de Durkheim y de Marx ba 1 iced aa da pop Sei ROS al an ae or es ce eed nl sin armen Be Ethie ssn neo Sense necesariamente una sefial de crisis o decadencia te6rica, la convergencia de cere trp ly Stee cn ‘nae Leslee ster epreak tado unos paradigmas mas generales."" % hone respecto debe rechazar la confetada conjetura de Gouliner de que, en lor teint y cuarentas, yo "rate de hacer la paz enlze el marxlamo y el funclonallamo precimmente sub. ‘ayando sis alldades, ya! facili aos esudlantes mantas volverse profewres finconallitas” (Couldner, 1970, $85). Aqu, sin duda Goukdner me hace un anor excealve Yo no tengo Ma alén nl el ngento nla cpacdad de confundir au a mis estudiantes. "Bat extiptlacén es ya ve Yo he extado defendiendo lalmportncla de la consolidacén teérieaen sodologfa desde ls cuarentas (Merton, 1968; cap. 2 erp. 455). SOCIOLOGIA ns EL ANALISIS ESTRUCTURAL. 5) Que como las orientaciones teéricas en las otras ciencias sociales, para no hablar de las ciencias fisicas y de la vida, el andisis estructural en sociologia debe enfrentarse sucesivamente a fenémenos de niveles micro y macro. Como ellas, se enfrenta, por tanto, ai formidable problema (recién planteado nue- ‘vamente por Peter Biau [1964] y por muchos otros) de crear conceptos, méto- dos datos para vincular el andlisis micro con el macro."* 6) Que para adoptar la importante y compacta formulacién de Stincheombe sobre el nivel micro: el proceso nuclear concebido como central en la estructura social es la elecién entre opciones socalmente esiructuradas. Esto difiere del proceso de eleccién de la teoria ‘econémica, en que se concibe que las opciones tienen utilidades inherentes. Difiere ‘del proceso de eleccién de Ia tora del aprendizaje, en que se concibe que las op- ciones emiten extimulos que se refuerzan 0 que se extinguen unos a otros, Difiere de ambas en que... la utlidad o refuerzo de una elecci6n alternativa particular se considera socialmente establecida, como parte del orden insttueional [Stinchcombe, 1975}, 7) Que, al nivel macro, las distribuciones sociales (es decir, la concenteacién y la dispersion) de 1a autoridad, el poder, la influencia y el prestigio com- prenden estructuras de control social que cambian histéricamente, e7 parte por medio de procesos de “acumulacién de ventaja y desventaja” correspon dientes a las personas que ocupan diversas posicionies estratificadas en tal es- tructura (sujetas a procesos de retroalimentacion en condiciones an mal com prendidas)."* 8) Que es fundameniai, y no incidental, al paradigma del andlisis estructural No parece atenturado exipular en lugar de discullr esas concepciones extensamente, hoy aque ha logrado penetrar en ee depésto del “conodimiento extblecido” el Ibo de texto. (So- thre la importaneia del libro de texto en tas diferentes dicplina, vease Kubin, 1962: 168165) ‘ial analiar el “eszuctralnmo de itercambio" de Bla, eteabe Jonathan Turner: “Colman. ‘doa brecha entre micro y matro, Uno de los prablemas analiicos mt nportantes 3 los que se ‘enirenta la teortasoclologica gira en torno de exa pregunta: chasta que grado ls etructras fos procesosen los niveles micro y macro dela organtzacén soGal exe aljetos a anliis por lo} imismos conceptos ya la descripan por lat miumas lees sociogicas En que niveles de org ‘izacén socal requieren Int propiedades nacienterc! io de concepfos adiclonales y descr ‘Sn en términcs de wus propias yes sorser?* (Turner, 1974: 292) 'Ysin caer en un tele inoportino analogismo, los sociélogos deben poner certo interés en el sequerdo que es hace ef pollmata fico Richard Feynman en el senda de que, en relain con las leyer dls iia, “hemos descubierto que la condlcta de Ia materia en pequea eval obe- dece fees muy diferentes de las cosas en gran exala. Por ell, la pregunta es, ¢que parece la sgravedad en pequefa escala? A esto se le lama la Teorla Cudntica de fa Gravedad. Hoy, no hay ‘Teoria Cuntica dela Gravedad. El hombre no ha logrado por completo hacer una teoria que sea congruente con los prinepios dela inceridumbre y con os principio de la mecdnica cus ‘ica” (Feynman, 1965: $238), “Dexde que aparedi en la sodologfa de la ciencia en 1942 a idea de “acumuacion dela ve: ‘a en lor sinemas de extatficas6n social (que se relaciona com los conceptos de “protects {ques realza por sf mama” yel“efecta de Matthew) se hz desarollado en toda una serie dei ‘vestgacioner Merton, 197% 28, 416, 439450; Zuckerman y Merton, 1972: $25; Zuckerman cap. 5, palsing Coley Cold, 197S: 287247, peu Alison y Stewart, 1974: 506.006, Zuckerman y Cole, 1995, 726 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA cel que las esiructuras sociales generen su confliio social siendo diferenciadas, en extension e indole que histéricamente difieren, y en disposiciones entrclazadas de status social, estratos, organizaciones y comunidades que tienen sus inter ses y valores potencialmente conflictivos, asi como comunes (Merton, 197 796; 1968: 424-495). (Tengo algo més que decir al respecto.) 9} Que las estructuras normativas no Uenen conjuntos de normas unificadas. En cambio, la ambivalencia socioldgica est incluida en las estructuras normati- vas, en forma de expectativas que tienen pautas incompatibles y como “alter- naci6n dindmica de normas y contranormas” en papeles sociales, ya que esta “ambivalencia sociolégica” ha sido identificada, por ejemplo, en las esferas de la burocracia, la medicina y la ciencia (Merton y Barber, 1963; Merton, 1973: cap, 18; Mitroff, 1974), 10) Que las extructuras sociales generan diferentes tasas de conducta desviada, definidas diversamente por miembros estructuralmente identificables de la so- ciedad. La conducta definida como desviada resulta, en grado significativo, de unas discrepancias socialmente pautadas entre aspiraciones personales cu turalmente producidas y diferenciales pautados en el acceso a la estructura de ‘oportunidades para avanzar hacia estas aspiraciones por medios institucionales (Merton, 1968: 185-188; 1971: 798-846). 11) Que ademas de los hechos ex6genos, las estructuras sociales generan a la xz el cambio dentro de la estructura y el cambio de la estructura, y que estos tipos de cambio ocurren por medio de elecciones acumulativamente pautadas en la conduicta y las amplificaciones de las consecuencias disfuncionales resultantes de ciertos tipos de tensiones, conflictos y contradicciones en la estructura social diferenciada (Merton, 1968: 176-177).* 12) Que, de actterdo con las estipulaciones anteriores, cada nueva cohorte nacida en tina estructura social que nunca cred procede diferencialmente, a lo largo de otras cohortes de edad, para modificar tal estructura, involuntaria- mente y de propésito, por medio de sus respuestas a las consectiencias sociales ‘objetivas, ala vez imprevistas y planeadas, de una accién colectiva y previa- mente organizada (Merton, 1936). 13) Que es analiticamente stil distinguir entre los niveles manifiesto y la- tente de estructura social como de funcién social (con lzadvertencia de que el estructuraligmo como es expresado en otras disciplinas —por ejemplo, por Jakobson, Lévi-Strauss y Chomsky— considera esencial distinguir las estruc- turas de “superficie” de las “profundas") (of. Gouldner, 1957-1958: 463, pas. sim; Barbano, 1968: 55.57). ° Esto queda estipulado a pesar de lat recente erfacas hechas por Runciman y Nisbet, Ambos convienen en que resulta improcedente aciar a! anSlinis funcional o estructural de no tener fhinguna “teoria del cambio social ¥taran 40 argumento lo mejor que pueden: planteando es teoriay erticéndota. En una serie de obras, Nisbet erie enérgicamente la idea de un cambio socal generado estructural o inmanentemente, dicend que resulta tericamenteinsostenible Yo sgo sin dejarme convencer. Su andlsisblo muestra que lat fuentes exSgenas ala esructura socal también cooperan para producir el cambio, poscign absolutmente fn, como event ‘mente lo reeonoce, 2 I de aquellos de nosowros que mo creemos que el andi extructural agate {edos los aspecios de los fenémencs sodales. Nisbet (1989, 1970: 178, 194196; 1972). Runciman ag70. 43), EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA ne? 14), por timo, como sera evidente en el resto de este escrito, queda es tipulade como cuestion de principio teérico (y no como pulla contra la mo- destia notoria) que, como cualquier otra onentacién teérica en la sociologia, el anilisis estructural no puede aspirar a ser capaz de explicar exhaystivamente Tos fenémenos sociales y culturales. Por estas estipulaciones, severamente condensadas, debe ser claro que esta variante del andlisis estructural en sociologia tiene grandes deudas con el modo clésico de analisis estructural-funcional creado por mi maestro, amigo y cole- gaa distancia, Talcote Parsons.'® Pero la variante difiere de la forma estandar, segtin yo, en dos aspectos importantes, el sustantivo y el metate6rico. FUENTES ESTRUCTURALES DE CONFLICTO Y CONDUCTA DESVIADA, Sustantivamente, la doctrina variante deja gran espacio a las fuentes estruc. turales y las consecuencias diferenciales de conflicto, disfunciones y contra. dicciones que hay en la estructura social, representando asf, como ya lo he notado, un entrelazamiento de los hilos centrales del pensamiento que hay ‘en Marx y en Durkheim. Me parece significativo que Ralf Daherndorf, duran- te largo tiempo llamado “tedrico de conflicto” en las clasificaciones a veces semimiticas de la sociologia te6rica, notara, afios atris, este punto bisico. capitulo, significativamente tnlada "Die Funktionen sozialer Konflikte”, ob- sen Dahrendorf que este modo de anilisis estructural permite a Merton, en contraste con Mayo, aceplar la idea de que ls conflictos pueden fer sistendticamenteproducidos por eiructuras sociale. Segiin €, hay circunseancias en que las exrructuras de role, grupor de referencia e insUituciones hasta cierto grado reccsriamenie generar confiein Pero, zdénde surgen estos conflictos, y Cuil es 1 sig ficado? Fs en este punto donde introduce el cancepto de “disfuncién’, muy vulies- do desde entonces... Exe paso adelante (en el desarrollo del andisis funcional) se er ‘cuenta ante todo en ss indieacin de la posibilidad ("sobre el nivel exrucearal’) de una ‘explicacién sitemética dl conflicts (Dabrencior’, 1967: 268269; las cursivas son mins) Una observacién muy similar fue hecha independientemente por Hans Goddijn (1963: cap. 4), al notar que este modo de andlisis estructural encuen- tra “los orfgenes del conflicto social dentro de la estructura social misma, a saber, en la antitesis de las posiciones sociales, Por esta raz6n, este anilisis puede verse dentro del contexto de una sociologia del conflicto”. Gouldner ha hecho el mismo tipo de observacion histérjca y analitiea acer: ‘ca del andlisis estructural de la conducta desviada. Pasando fécilmente a través ° Tods ft bibtoteca en que Parions ha desarollado su concepcién del ansisis estructural funcional no puede ser enumerada aqot. Una pequeria muestra incluipia su primer gran libro The Stucke of Saal Action (1087), que es Xs summa contra UUIIATTOS Eye Soil Thay (1949) y The Sail System (1051), que en conjunto integra at summa wciologia, desrrllad después en toda una rariedad de direcciones, parclalmence representa en Sbucuré and Proc $n Mader Sst (1960) Soil Thor and Madar Soe (1967) ne ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA GIENCIA de las falsas barricadas que obstruirian todo paso, asi fuese timitado, entre las orientaciones teGricas basadas en Marx y Durkheim, nota el traslape que hay en- te ellas. Como no puedo mejorar el propia planteamiento de Gouldner, lo tomo aqui mismo. Observa que ciertas teorfas sobre la conducta desviada ddeben ser vita hstricament en funcin de To que significa cuando aparece por Primers veay2e hace nota. En ete context, necesita el énfss que Merton pone x Eres anoma as como Mila lo pone en la Spatologia social” fe “iberstvo” para auienes vvian con cls como parte de una Cultura vas diferencia de come Noy puede aparecer como parte del simple mg de em culturs, en un uernpo wvide ‘De esto, hay varias razonesy una.esque tanto Merton como Mil mantavieron abiera una va de acceso an tcorfa marsinta En realidad, ambos tenfan una especie de marisn cto, El marxismo de Mil siempre fue mucho mis icito de lo que le hacia parceer su propia posieign radical, mientras que Merton siempre fe mich ‘mis marxsta de lo que I hicieran parecer ns sllencon sobre eta cuestion[.] Mer ton siempre s8po ot Mare yconoeis perfectamene los maices de controwersia en Inculturs mankna viva, Marx desavollo su andlsa generaizado de a dives formas deconducta deniada ubicandolas dentso de una formlizcion sitertica de la teoria de ia onomia de Durkheim, dela que a puto en tina perspectira analiica, fEncindose tcitamente asf minmo en una ontologia marxita de Ix contradicein 50. cial, Tal ver sea ents dimension hegeliana del marxiamo Ia que haya tenioel efecto tis daradero sore las regan snadlices de Merton, yl que le dispone + considersr In anomia como el rexsltado imprevsio de unas insdtciones sociales que sofoeaban 2 ioshomnbres en sn esfuerzos por aqui lo misnitimos bienesy valores qe estas ‘mismasinsituciones les habian alentado a buscar [Gouliner, 19788: Estas observaciones sobre la conducta desviada, como las que se hacen so- bre el conflicto social, estin en marcada contradiccién con el concepto, tilla- doe inmutable pero muy comtin en ciertos ambientes sociol6gicos, segiin el cual una orientacién teérica llamada “sociologia del conflicto” esta inevi- tablemente opuesta al modo del anilisis estructural que estamos estudiando aqui. En cierta manera, Dahvendarf, Goddija, Gouldner y no pocos otros han refutado esta afirmacién desde antes de que se pusiera de moda. La afirma- cién fija, hecha de una sola pieza, atribuye a este tipo de anzlisis estructural la siposicién, no revelada, de que las sociedades o grupos tienen un consenso total de valores, normas e intereses. Esta suposici6n imputada (mds que docu- mentada) supuestamente contrasta con la idea de que el conilicto social es, de algun modo, inherente a la s6ciedad humana. Pero, desde luego. el con- fiero social na puede ocurrir sin un choque de valores, normas o intereses di versamente compartides por cada una de las formaciones sociales que entran en conflicto, Como lo hemos notado en la octava estipulacién, es precisamente ese tipo de diferenciacién —socialmente pautada— de intereses y valores el que lleva al andlisis estructural a sostener que el conflicto social no es una sim- ple casualidad sino que esté arraigado en la estructura social (Merton, 1971: 786-797). Aparte de las observaciones de Dahrendorf-Goddijn-Gouldner, y mis pro- pias reiteraciones en el misino sentido en el desarrollo del andlisis estructural, hay pruebas de sobra para negar el estereotipo que lo describe como “socio EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA 729 logia consensual”. Después de todo, “no es casualidad” (como dice uno) que Lewis Coser, continuado exponente de la tradicién de la variante sobre el anli- sis estructural, adoptara para sus investigaciones los dos facos gemelos regi trados en el tilo de su temprana obra, The Fundions of Social Conf (1956); le 0 pasara a desarrollar Continuitis in the Study of Social Conflict (1967): y, mas Feclentemente, enfocara las fuentes estructurales del conflicto social en sus Greedy Institutions (1974) LA ESTRUCTURA COGNOSCITIVA PLURALISTA DE LA SOCIOLOGIA Hasta aqui, hemos hablado de un aspecto sustantivo de esta variante del andli- sis estructural como orientacién te6rica. Coma hemos observado brevemente y ahora lo consideraremos con mayor extensi6n, esta orientacién ha sido aso- ciada en su aspecto metatedrico con una imagen particular del mapa cognos citivo de la sociologia. Segiin esa imagen, la sociologia tiene una pluralidad de orientaciones teéri- cas —distintos paradigmas y teorias de la gama intermedia— y no una sola tcoria real o comprensiva que pronto pudicra alcanzarse. Estas imagenes se relacionan con la cuestiOn general de Ia forma de diversos modelos de la es tructura y el crecimiento del conocimiento cientifico en general que mas re- ientemente ha entrado en el dominio de la sociologia por la puerta creada por la filosofia de la ciencia. Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend y Naess se encuentran entre las figuras principales {y en algunos casos, carismticas) del renovado debate entre el pluralismo tebrico y ef monismo tebrico. Examinamos agus esta cuestién por diversas razones. Por una parte, se en- cuentra en lz finea directa de la continuidad cognoscitiva si no hist6rica con el debate que viene desarrollindose en la sociologra desde los cuarentas. Exe de- bate contrasté el ideal y la perspectiva de un sistema tedrico generalizante con Ja imagen de una muluplicidad de paradigmas ocasionalmente consolidados. Por otra parte, la cuestin es pertinente porque unas versiones confusas dé fas doctrinas popperiana y kuhniana han estado introduciéndose en ia sociologia, particularmente por la sociologfa de la ciencia (esa vecina de la filosofia de la ciencia). Y, por dltimo, la investigacin de esta cuestién nos ayudard a ubicar elanalisis estructural en el mapa cognoscitivo de la sociologia. Comienzo con el juicio aparentemente paradéjico de que Talcott Parsons (al menos, el Parsons de los cuarentas) y Thomas Kuhn (al menos el Kuhn de 1962), aunque habitualmente considerados como separados en los polos, en realidad han sido casi de una sola opinién ante la cuestion de lavestructura cognoscitiva, si no de los procesos de cambio de las disciplinas cientificas. ‘Ambos han sido monistas teéricos, que han fijado la imagen de un solo para- digma general en las ciencias maduras: Parsons principalmente en el contex- tode la defensa; Kuhn, en el contexto de su conceptualizacién descriptiva de una “ciencia normal” Las bases de este juicio deben compleiarse con ciertos detalles por causa de la biple pertinencia del tema y porque es especialmente el pasado antepeniil- v0 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA, timo de una disciplina en répido desarrollo eljque queda opaco bajo suces vas cohortes de nuevos reclutas. Conocen el pasado mas distante por medio del estudio prescrito de la doctrina, en tanto que el foco institucionalmente Prescrito de la mévil frontera de la investigacién conduce a un estudiado des. dén de las fuentes y los descubrimientos que han sido olvidados, al ser incor- porados al conocimiento canénico."* Durante los cuarentas, cuando estaba surgiendo ya claramente como jefe de una escuela que, como é! la vefa, estaba integrada principalmence por seguidores criticos, y no por discipulos, Talcott Parsons estaba previniendo y redicando un monismo teérico. Como él dijo, “hay todas las perspectivas"™ de que la entonces actual diversidad de teorias propuestas dentro del "grupo profesional” —la colectividad de soci6logos profesionales “convergiera en el desarrollo de una sola estructura concepaial” (Parsons, 1948: 157). Aun en aquellos dias remotos, como sin duda en exceso, desde entonces, uno de los discipulos de Parsons refut6 esta orientacién monista observando la realidad y defendiendo los usos de una pluralidad de teorias. El choque de opinion no fue menos prafundo por haber sido expresado en unos términos preten- didamente enérgicos pero corteses, como éstos: Cuando el sefior Parsons sugiere que nuestra principal tarea es enfrentarnos a la “woria" y no a las “teorias", yo debo oponerme enérgicamente. El hecho es que el término “teoria sociolégica", como ocuriria a los términos “teoria fisica” o “teoria médica", a menudo es engahoso. Sugiere una mayor integracién de diversas torts de trabajo dela que ordinariamente se obtiene en cualquiera de estes disciplinas. Permitaseme aclarar lo que esto implica. Desde luego, cada diaciplina ene una corriente hacia luna congrencia légica y empirica. Desde luego, la temporal coexistencia de teorias égicamente incompatibles causa una tension que sélo se resuelve si se abandona una u otra de las teorias, o bien sie revisada para eliminar la incongrucucia, Der de luego, asimismo, eada disciplina tiene conceptor biscos, postnladotyteareinas qe son recursos comunes de los tedricos, cualquiera que sea la gama especial de lox problemas los que hace frente. Por supuesto,tinas tcorias distintas incluyen a menudo unos concepos y postulndos ‘que percialmente raslapan, Pero el hecho significativo es que el avance de estas disci- "Los histaradores y los soci6logos de la clenciase ven obligados a tomar now de esta pata de “borramiento de Ia fuente de ideas 0 descubrimientos por #2 incorporacién en el cono- ‘lmiento acivalmente aceptado” (Merton, 1968; 28, 85, 99) emramiaita dela fueveen el sentido fstreto de borra toa hula de los origenes excl cao limite en el ine del conoeimlent cen tfieo y aun entonces se wonlene principalmente para les Jornaletos de la lencla. Toda disciplina clentifea tiene algunos pracucantes que encuentran el placer en mantener fresco el recerdo de los desarolladores de ieas aunque ninguno, hasta donde lega mi limitado conocimiento, mas {que Paul Samuclion, macstra constructor de ctos erdaderos fenes de epénimos que Insta ‘dneamentelegan a is ctulares en una genealogfa de ideas ("un exacto modelo HumeRleardo Marshall de comercio internacional” puede setvir como el ejemplo de la variedad 2 bate de {guiones, aunque una bGaqueda mas larga sin duda descubrifa un verdadero tren del tipo aja: ente, eempliicado en la “tcarla econémica de mimerot¢ indices ocados s los nombres de Pigou, Konus, Keynes, Sachle, Leontief, Frisch, Lerner, RG. D. Allen, Wald y mis propias fe preferencia revelada"). Como ya tve ocasén de observar en On th Sheuldes of Giants el borramiento de I fuente academics o centfea ocurre a menudo en forma de pa: limpesios en que los eseritos ulteriaresborran a los anteriores EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA 11 plinas consiste en elaborar gran nGimero de teorias que sean especiticas a ciertos tipos de fenémenos y en explorar su felaciones mutuas, no.en cevtrar Is atencién en Be teorts" coma tal Concentrarseexclusivamente en el exquema conceptual predominante para derivar toda teorfa socioligica ex correr el riewo de producir equivalertes ie! siglo XX a los igrandes sistemas filoséficos del pasado, con todo su poder sugestivo, tado su er Plendior arquiteetSnico y toda wu esterilidad cientifiea [Merton, 1948: 164-165; las ‘cursivas son inias] En vista de las diversas octrinas pluralistas que hoy Henan las revista de f- losofia de la ciencia, es aver mis oportuno que esta Fudimentaria propuesta de una pluralidad de teorias que la gama intermedia deseriba la actual teoria sociol6gica diciendo que consiste,en gran parte, en “orieniaciones generales™ burdas y tenuemente unidas en lugar de tener la urdimbre fina ¥ bien ene tretejida de la “teoria hipotéticosleductiva” que por entonces se estaba difun- diendo. Por ejemplo, se obser que mucho de lo que se describe en los libros de texto como teoria sociolgiea consisie cen arientaciones generate hacia materiales sustantivos. Tales orientaciones ineluyen postulados gencrales que indican tiperde variables que de algin modo deben tomarse ‘ey cuenta en lugar de especifiear unas relaciones determinadas ente variables par- Uevlares Por muy indispentables que sean estas orientaciones, blo oftecen el mar ceo més general ala invenigacién empirica (Merton, 19%: 465; las cursivas son mas) Por elfo, a partir de los cuarentas, algunas de nosotros decidimos proponer la terminclogfa de “paradigmas” y “orientaciones te6ricas" para referirnos a Ia estructura teérica realmente operanite en a sociologia. Aquella era la €poca en que yo toqué el cardcter y las funciones de los paradigmas en socio- logia (Merton, 1968: 65-72, 109, 514; Friedrichs, 1972), y elabaré paradigmas para cl andlisis funcional y para esa sociologia del conocimiento destinada a Identificar suposiciones basicas, conceptos, problematicas y tipos de prueba pertinentes, Pero quedaria reservado a Raymond Boudon (1978) actarar y eX- pficar Ia distincién entre la teorfa sociologica propiamente dicha y los para- digmas y, mediante su tipologia de los paradigmas, indicar sis usos y limita ciones distintivos, ‘Una razén de la pronta aceptacin del concepto de pluralidad de paradig- ‘mas se sugiere al punto por s{ misma, Pintaba el estado real de Jas cosas, sino el ideat remoto, en fa ciencia social. Aunque por entonces se consider6 tue regiones de economia y de psicologfa (de buen tamafio) habian desarrollado ‘unos sistemas teGricos bastante bien elaborados; ent general fos cientificos so cialeyrestaban lo bastante escamados por la experiencia real para reconocer el cardcter verdaderamente modesto de sus realizaciones teéricas. El concep- to de paradigm, faxo en sit construcci6n, pero mucho mejor que el poz0 sin fondo del simple empirismo, ofrecia a la vez unas descripciones y una razén, de ser de lo que estaba ocurriendo, aunque no hiciera que nadie sandonara oda esperanza de desarrollar paradigmas en unas construcciones te6ricas mas generales y més exactas, m2 ESTUDIOS SOBRE SOCIOLOGIA DE LA CIENCIA Como miniestructuras de bésicas ideas, conceptos, probleméticas y descu- brimientos, se suponfa que los paradigmas repfesentaban las aspiraciones no pretensiosas pero s! organizadas de haber alcanzado wn tipo limitado de cono- cimiento cientific. Se les consider6 como intermedias hacia lo que Leontief hrabfa descrito en aquellos dias (1937) como “teorizacién implieita” con su au- sencia de control te6rico y su teorizacién hipotéticodeductiva, con sus elabo- rados conjuntos de proposiciones logicamente interdependientes y empiric ‘camente fundadas. Por tiltimo, en contraste con el cientificismo de la época derivado del empisiame local y el movimiento de la “unidad de la ciencia”, el concepto de una pluralidad de paradigms flojamente relacionados asl6 alos soci6logos contra la posibilidad de adoptar las cjencias comparativamente ma- duras de la fisica, la quimica y la biologia como modelos realistamente apro- piados y no como, en muchas formas, modelos de referencia contrastantes. KUHN VEL ANALISIS ESTRUGTURAL Este estado de unos socidlogos trabajando diversamente con sus dtimas fuer zasen un estado de modestia —impuesta por la realidad—reconociblemente continuada, durante gran parte de los cuarentas y de los cincuentas (como ha seguido desde entonces, a pesar de ciertas opiniones actuales en sentido con- trario). Llegé entonces 1962, y la aparicién pilblica de La estructura de las re ‘voluciones clentificas* por el fisico ¢ historiador filésofo de la ciencia Thomas ‘Kun. Resultado de casi 15 afios de pensamiento en lenta cristalizacién, esta monografia empez6 a tomar su forma final, muy apropiadamente, durante la permanencia de Kubn en 1958-1959 en e Centro Interdisciplinario de Estu- dios Avanzadas en las Ciencias Sociales. Fue allf, como nos informa en el prefi- cio de su trascendental libro, donde le llamé la atencién la multiplicidad det abierto desacuerdo sobre las cosas furidamentales entre los cientificos sociales, de un tipo que le parecié distinto de las controversias que habia en campos como la astronomia, la fisica, la quimica o la biologia. Como observé Kuhn, al ratar de descubrr e\ origen de esta diferencia, legué a reconocer el papel de- sempeiiado en la investigacion cientfiea por lo que, desde entonces,llamé ‘paradig- mas". Considero a éstos como realizaciones cientificas universalmente reconocidas ‘que, durante certo tempo, proporeionan modelos de problemas y soluciones una ‘comunidad cientifica. En cuanto ocupé su lugar exta pieza de mi rompecabexas, surgié répidainente un bosquejo de este ensayo (Kuhn, 1962]. En varios aspectos, el destino del libro de Kuhn se ejemplifica por sf mismo. Ejemplifica la influencia y la autoridad ocasionalmente absoluta ejercida por un paradigma bien seleccionado aunque sueltamente construido, de la variedad prekubniana. Nos ofrece todo un muestrario de suposiciones bisicas hechas explicitas, conceptos fundamentales, un muestrario de problemas y una tipo- * Hay waduecin del rx. EL ANALISIS ESTRUCTURAL EN SOCIOLOGIA oy logia ticita de pruebas pertinentes, todo ello basado explicitamente —y tam- bién, significativamente recombinando y desarrollando— en ideas anteriores de la flosoflahist6rica y la sociologia de la ciencia. Fue, como después lo ha ob- servado a menudo Kuhn, un esfuerzo de codificacién en esta esfera del conc- cimiento. El propio concepto de “paradigma” fue tan multivalente que produjo 21 sentidos discriminables para un analista de actitud favorable." De manera bastante comprensible, la multiplicidad de significados no fue obsticulo para lavasta difusién de la informativa idea de Kuhn. Es mas, tan enorme variedad de significados acaso contribuyera a su répid2 difusién: pues, como lo atesti- gua el variado uso que le da la muy diversa literatura, el paradigma de Kuhn acerca de los paradigmas fue interpretado en el sentido de toda clase de co- sas para todo tipo de practicantes en toda indole de grupos y comunidades cientificas y filos6ficas, que lo obligaran, ocasionalmente, a rechazar ideas imputadas a él por sus més entusiastas y autodeclarados discipulos. (Ante las imputaciones de estos discipulos, Kuhn sin duda se ve tentado periédica- mente a exelamar, a la manera de aquel sabjo victoriano que pas6 gran parte de su largo exilio en el Museo Britdnicor “je ne suis pas Kuhniste"). Yante ‘odo, para nuestros propésitos inmediatos, el paradigma kyhniano podria in- terpretarse en el sentido de que afirmaba que al menos las ciencias “ma-

You might also like