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HITLER

Cardona C., F. Nueva Historia Universal. (1970). Editorial de Gassó Hnos.: Barcelona, España. [TEXTUAL]

En el año 1929 ocurrió una grave crisis social y económica mundial que afectó a los países más
importantes del mundo, incluso los que habían resultado vencedores durante la I Guerra Mundial. De
1925 a 1934, ejerció el cargo de canciller de la República Alemana el anciano mariscal Hindenburg,
héroes de la I Guerra Mundial. Las cuantiosas sanciones impuestas sobre el país produjeron profundo
descontento, puesto que impedían su recuperación. Adolfo Hitler, originario de la antigua región de
Bohemia, antiguo combatiente, inicia su movimiento nacionalsocialista (Nazi) sobre la base de la
supuesta primacía de la raza aria. En 1933, el partido nacionalsocialista obtuvo el poder, consiguiendo
Hitler la cancillería. Alemania se retiró de la Sociedad de las Naciones y comenzó una política
pangermánica reclamando todas aquellas regiones habitadas por mayor o menor número de alemanes.
Al mismo tiempo reconstruía su ejército. Se rearmaba poderosamente y militarizaba la región renana,
rompiendo con lo estipulado en los tratados internacionales. En 1938 Hitler realiza su sueño de
anexionar Austria a su estado. Al año siguiente ocupaba la región de los Sudetes en Checoslovaquia. Por
último, reclamaba el pasillo polaco y la ciudad libre de Dantzing con la finalidad de volver a unir la
desgajada provincia de Prusia. Cuando Francia e Inglaterra acudieron en ayuda de Polonia, ya la II
Guerra Mundial había comenzado.

Gombrich, E. La Historia del Arte contada por E.H. Gombrich. (1998). Debate: Singapur.

Artistas alemanes se identificaban profundamente con los pobres y los desheredados, cuya causa
querían defender. Se inspiraban en los apuros de los obreros textiles silesianos durante un período de
desempleo y revuelta social. No buscaban resaltar la dignidad del trabajo, sino que no veían otra salida
que no fuera la revolución. No es de extrañar que este tipo de arte inspirara a muchos artistas y
propagandistas del Este comunista.

En Alemania también se oía con frecuencia la llamada a un cambio radical. En 1906 un grupo de de
pintores alemanes fundó una sociedad a la que llamaron “El Puente” para efectuar una ruptura total con
el pasado y luchar por un nuevo amanecer. “El Profeta”, de Emil Nolde, constituye un buen ejemplo de
los efectos fuertes y cercanos a las técnicas del cartel que perseguían estos artistas.
Tanto en la Alemania nazi como en la Rusia comunista, los políticos apoyaron con gran entusiasmo el
pintar temas que al hombre de la calle le gustaran y pudiera comprenderlos.

Harrison, J., Sullivan, R., Sherman, D. Estudio de las Civilizaciones Occidentales. (1992). McGraw Hill:
Colombia. [TEXTUAL]

Entre 1850 y 1914 una gran parte de la humanidad tuvo la posibilidad de movilizarse fácilmente.
Mientras que antes de 150 relativamente poca gente había visto poco más del mundo de lo que podía
ver en jornadas a pie o a caballo, para 1914, millones de personas podían viajar distancias considerables,
a menudo en vehículos rápidos. Esta fue la era más importante de la construcción de ferrocarriles. La
apertura del Canal de Suez en 1869 y el de Panamá en 1914, además del aumento en el tamaño y
velocidad de los barcos, acercó al mundo, sus gentes, mercancías, mercados y mucho más. Se dio el
nacimiento del automóvil, del aeroplano…

Las comunicaciones se desarrollaban aún más rápidamente. En 1844 el telégrafo transmitía mensajes a
cualquier distancia de un extremo de alambre a otro. Se tendió un cable telegráfico a través del
Atlántico que permitió que las noticias viajaran de NY a Londres tan rápido como lo hacían de NY a
Brooklyn. Años más tarde, fue inventado en teléfono por Graham Bell. Junto con la revolución en el
transporte, estos logros en las comunicaciones aceleraron la Revolución Industrial y facilitaron en gran
manera la movilización a gran escala de capital, materia prima, trabajo y mercados.

En la década de 1880 la sindicalización se extendió rápidamente a trabajadores no calificados, rompió


los límites de los oficios calificados y adoptó los programas socialistas (a menudo marxistas) y métodos
más radicales. En Alemania, los sindicatos individuales formaron en 1980 una organización nacional que
fue francamente marxista.

Durante la segunda mitad del siglo XIX el socialismo se convirtió en la fuerza ideológica más importante
dentro de la clase trabajadora e influyó sobre la sociedad y la política de Occidente de manera
importante. Los más grandes representantes de esta tendencia fueron Carlos Marx y Federico Engels,
quienes en 1848 ya habían escrito el “Manifiesto Comunista”.

El nacionalismo de las cada vez más poderosas naciones-Estados de Occidente, los retos a los valores
religiosos y morales establecidos y las tensiones de la sociedad industrial están reflejados en el
pensamiento y arte del período comprendido entre 1850 y 1914. El idealismo y el romanticismo
continuaron a lo largo de todo el siglo XIX y más alá. Sin embargo, después de la mitad del siglo el
realismo tendió a reemplazar al romanticismo del tipo de los comienzos del siglo.

El nacionalismo, que fue un componente muy importante de los desarrollos políticos y sociales durante
el período, se reflejó en un agregado creciente del pensamiento. El nacionalismo era también uno de los
elementos de la expansión de las reformas educativas patrocinadas por el Estados, las cuales llevaron un
alfabetismo expandido y al crecimiento del periodismo popular.

En literatura una corriente de realismo y naturalismo, caracterizados por un examen casi científico de la
vida, parecía enfocarse en el individuo y en las fallas sociales. El arte tendía a escabullirse de la
comprensión del espectador ordinario puesto que la fotografía había desplazado al arte representativo
tradicional, y los impresionistas aplicaron una nueva percepción el mundo físico y de la óptica a su
pintura.

Durante esta era de nacionalismo e industrialización en expansión, en particular después de 1871, hubo
grandes avances en la educación popular. En 1871 el norte de Alemania y Escandinavia eran los únicos
lugares del mundo en donde prácticamente todo el mundo sabía leer y escribir. Para 1914, el
analfabetismo prácticamente había dejado de existir en estas dos regiones.

El ascenso del alfabetismo se reflejó en un crecimiento del periodismo popular. En 1850 los periódicos
eran relativamente pocos, pequeños, caros y se escribían para una clientela educada limitada. Durante
la segunda mitad del siglo XIX, el nacionalismo y la industrialización tuvieron por compañía una nueva
clase de periódico, uno que era barato, sensacionalista, y de atracción popular.

Durante el siglo XX una corriente fuerte del pensamiento reflejó y apoyó el creciente nacionalismo de la
era. Los pensadores alemanes, en particular, contribuyeron a las bases intelectuales del nacionalismo.
Hegel fue el más influyente. Entre otras cosas, argüía que la libertad individual depende de la disciplina
ordenada bajo un Estado fuerte y que el “zeitgeist” (espíritu del tiempo) del siglo XIX era el espíritu de la
civilización alemana. Otro gran representante alemán fue el historiador Heinrich von Treitschke.
Proclamó que la victoria sobre Francia demostraba la superioridad de la autocracia militar sobre el
liberalismo. Sólo deberían existir Estados fuertes las minorías disidentes, el individualismo y la
ineficiencia parlamentaria no debían ser tolerados.

El conjunto más extremos de ideas subyacentes al nacionalismo durante la segunda mitad del siglo XIX
fue el racismo. La gente de cada nación empezó a pensar y a hablar de sí misma como de una raza y
educación superiores. Más que antes, la lengua se confundía con la raza. Así, se hablaba de las varias
razas del imperio austro-húngaro. Con mucho el mito ario era el más popular y el más serio de todos los
cultos raciales. El término se aplicaba a la gente de habla alemana, o teutónica, o al tipo nórdico (alto
rubio) del norte de Europa. Después de los triunfos militares espectaculares y de los logros económicos
bajo Bismarck, el término ario se aplicó más específicamente a los alemanes y a las cualidades militares,
enérgicas y agresivas que se suponía, poseían. Pensadores como Chamberlain fueron tomadas muy en
serio en Alemania. Argüía que la raza era la clave determinante de la historia. Sus ideas racistas viraron
hacia el antisemitismo. Richard Wagner escribió folletos de propaganda violenta y compuso óperas
grandiosas que estridentemente enaltecían las virtudes de los primeros superhombres nórdicos
(alemanes), Sigfrido y los nibelungos.

Desde la Primera Guerra Mundial, se aplicó la propaganda para crear apoyo al gobierno, y el odio, por el
enemigo. Alguno de los rasgos típicos del fascismo y autoritarismo durante las décadas de 1920 y 1930:
el nacionalismo (la bandera), el militarismo (el uniforme), y la política de masas (la multitud que anima).
La propaganda, la fuerza y el terror se aplican para asegurar el control y más remotamente para lograr
las metas del gobierno. Las comunicaciones modernas, la tecnología y la organización se usan para
controlar la vida económica, social, religiosa y cultural de la nación, tanto como sea posible.

El totalitarismo tuvo sus inicios en Rusia con Lenin, luego fortalecido por Stalin en los años de 1930.
Puesto que este totalitarismo se basaba en el comunismo, fue llamado totalitarismo de izquierda. En
Italia surgió en forma moderada en 1920, y en una forma virulenta en Alemania durando la década de
1930. Este totalitarismo, a estar basado en el fascismo, se llamó totalitarismo de derecha.

El fascismo resultó ser la mayor amenaza para la democracia liberal. Fue antiliberal, antidemocrático,
anti individualista y anticomunista, y a menudo ultranacionalista y militarista.

Mussolini inició el fascismo en Italia durante los años 20, y tuvo una gran expansión a lo largo de toda
Europa. Tuvo su mayor triunfo con la llegada de Hitler al poder en Alemania durante la década de 1930.

El totalitarismo, el fascismo y el autoritarismo de derecha plantearon una seria amenaza a los


defensores de la democracia liberal en el Occidente. En realidad, la esperanza de triunfo de la
democracia liberal después de la Primera Guerra Mundial parecía convertirse en triunfo para sus
enemigos, un triunfo que llevaría al conflicto creciente y a la reanudación de la guerra de 1939.
Arntz, H. Pasado y Presente de Alemania (1961). Editado por la Oficina de Prensa e Información del
Gobierno Federal // Harrison, J., Sullivan, R., Sherman, D. Estudio de las Civilizaciones Occidentales.
(1992). McGraw Hill: Colombia.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial, Alemania salió derrotada, humillada y furiosa. Fue obligada a
firmar un tratado de paz impuesto y bajo términos injustos. En 1919 se estableció la llamada República
de Weimar, estructurado una constitución con un modelo de democracia liberal y orden democrático
parlamentario. Sin embargo, tuvo que enfrentar serios problemas de la postguerra: los socialdemócratas
(encabezados por Friedrich Ebert) se vieron desafiados por levantamientos de marxistas radicales y de
nacional socialistas del ala derecha. Igualmente, tuvieron que responder ante grandes desafíos
económicos: creció rápidamente la inflación y el gobierno fue incapaz de cumplir con el pago de las
reparaciones impuestas por el Tratado de Versalles. En agosto de 1923, bajo el gobierno de Gustav
Stresseman, se intentó llegar a una conciliación. Junto con la ayuda de los Estados Unidos, idearon un
plan de financiamiento para que Alemania pudiera cumplir con sus obligaciones internacionales, lo que
permitió que la economía se recobrara rápidamente, llegándose a convertir en la nación más próspera
de Europa entre los años de 1924 a 1929. Durante la crisis económica que siguió a 1929 aumentó
rápidamente la debilidad interior de la República de Weimar. El poder estaba pasando de mano de los
partidos políticos moderados, a mano de los extremistas, lo que reflejaba un gran desajuste económico
y social de Alemania. Uno de los extremos en crecimiento fue el Nacional Socialismo, organizado y
dirigido por Adolfo Hitler. Toda esta situación permitió que este demagogo se convirtiera en jefe del
partido más fuerte, y como tal es nombrado según las reglas democráticas Canciller del Reich en 1933.
Por la falta de escrúpulos de él y de sus colaboradores, por la presión de las masas que le siguen, logra
eliminar todos los órganos constitucionales y convertir la República en un despotismo brutal.

Hitler participó en el Primera Guerra Mundial, y desde ese momento sintió el gusto por el mando,
cuando llegó a ser cabo. Frecuentemente iba por las tabernas arengando soldados desempleados y
organizándolos en grupos de violenta acción política. Fue así como descubrió sus poderes magnéticos de
oratoria y liderazgo. A estos grupos que se le fueron uniendo los organizó en el Partido Nacional
Socialista Alemán de los Trabajadores (Nazi). En 1927 Wilhelm Keppler -un empresario- se unió al
partido nazi. Y a través de él algunos otros -tales como Hjalmar Schacht (más tarde, ministro de
economía de los nazis), Fritz Thyssen y el banquero Kurt von Schroeder- aceptaron financiar al partido,
lo que permitió que para 1932 el partido nazi tuviera 120 publicaciones diarias o semanales, leídas por
sobre un millón de personas. Entre sus más importantes seguidores se encontraba Paul Joseph Goebels,
quien llegó a ser el jefe de propaganda nazi. Hitler fue hecho preso cerca de 1923 por un levantamiento
que fracasó; desde la cárcel escribió Mein Kampf (Mi Lucha), lo que se convertiría posteriormente en la
“biblia” nazi.

La política exterior del nacional socialismo consistió en el repudio al Tratado de Versalles, en el rearme
total y en la recuperación de todos los territorios, incluidos los que se habían perdido después de la
Primera Guerra Mundial. El programa doméstico fue vago y contradictorio. Los monopolios y las tiendas
por departamento debían ser nacionalizados; debían ser eliminados todos los ingresos no provenientes
del trabajo, gran control sobre los sindicatos, y persecución contra los judíos, que en última instancia se
tradujo en la exterminación de la raza.

En enero de 1933, Hitler llega al poder como Canciller, cargo que le fue ofrecido por el presidente
Hindenburg. Inmediatamente convocó a elecciones parlamentarias, las cuales ganó con el 52% de las
curules en el Reichstag. Todos los comunistas fueron excluidos y demandó poderes dictatoriales por
cuatro años, los cuales le fueron otorgados; sólo se reuniría el Reichstag por convocatoria del Führer
(líder) para la aprobación de sus actos. Obtuvo el control total de la policía estatal, de la agencias de
información y de su propia maquinaria de partido altamente disciplinada. Los nazis utilizaron todos
estos elementos como recursos de propaganda para atemorizar y confundir a la gente. Exageraron y
explotaron la amenaza comunista. Hitler dispersó todos los partidos políticos, excepto el nacional
socialista, las libertades de prensa, de expresión y de reunión quedaron completamente abolidas.

El control y el moldeamiento del pensamiento siempre tuvieron alta prioridad en las actividades nazis.

J.E. Rivera Oviedo. Comunicación de Masas (1971). Ediciones del Congreso de la República: Caracas,
Venezuela. [TEXTUAL]

Este tipo de dictaduras totalitarias ejercen el monopolio de los medios de comunicación con fines
propagandísticos y la educación como una vía muy efectiva de adoctrinamiento. Una de las
características más importantes de un sistema totalitario, del signo que sea, es el de completo
monopolio de los medios de comunicación:

… maestros y alumnos están por igual expuestos a las presiones emanadas del partido totalitario y a sus
organizaciones. Y cuando, en el curso del desarrollo de la dictadura más y más maestros son absorbidos por
el movimiento… La distinción entre educación y propaganda llega a ser cada vez más confusa en lo que a
moral y a estudios se refiere. Educación tanto como ideología llegan a ser instrumentos en manos de un
régimen que toma en sí y por sí mismo la definición de la verdad. (Friedrich, C. and Brzezinski Z. (1965)
Totalitarian Dictatorship and Autocracy. Praeger Publishers. New York, p. 149)
Harrison, J., Sullivan, R., Sherman, D. Estudio de las Civilizaciones Occidentales. (1992). McGraw Hill:
Colombia.

Bajo la dirección de Goebbels, ministro de propaganda, de la prensa y de la radio alemana salía a


borbotones un chorro constante de información falsa o distorsionada. Leer los periódicos o escuchar las
emisoras extranjeras era un crimen. Se adelantó una incesante campaña de odio contra el mundo liberal
democrático. Las escuelas, por supuesto, fueron nazificadas. Solamente los miembros del partido podían
ser directores de escuela. A los miembros de las organizaciones juveniles nazi se les ponía a espiar a sus
profesores y padres. Se reescribieron los libros de texto para conformarlos a las teorías de la raza
superior alemana. La quema de libros liberales, incluso los de las figuras literarias más grandes de
Alemania como Goethe y Schiller, llegó a ser una manía nacional. El ministro de educación nazi admitió
que la única función de la educación era la creación de los nazis. Hitler escribió en Mein Kampf que toda
la educación y el desarrollo de los jóvenes alemanes debía dirigirse a enseñarles la convicción de ser
absolutamente superiores a los otros, la creencia en la invencibilidad de su nacionalidad entera. Se
nazificaron las artes, y solamente se les permitía publicar, exhibir o presentarse ante una audiencia a los
miembros del partido o a simpatizantes. Los nazis también intentaron el control de las instituciones
religiosas. La mayor parte de la Iglesia Luterana, que era la religión oficial del Estado, quedó bajo el
dominio nazi, quienes intentaron utilizarla y convertirla en una agencia de propaganda.

Ochoa, O. (1999). Comunicación política y opinión pública. McGraw Hill: México. [TEXTUAL]

La comunicación y la política han sido elementos esenciales para la vida del hombre; ambos le han
ayudado a vivir en sociedad, a organizarse y desarrollarse. El hombre ha hecho política a través de la
comunicación. De esta manera se persuade a seguir normas, principios, valores y sistemas. Cada vez más
la política ha conseguido sus funciones centrales en la vida de las comunidades, cada vez más con el
auxilio de la comunicación.

De modo que gobernantes y gobernados, gobierno y oposición, mayorías y minorías incorporan en sus
interacciones el elemento comunicativo en todos los contenidos y temas de la ciencia política.

Ya que la comunicación política tiene como uno de sus propósitos sistematizar los flujos de información
que se dan entre gobernantes y gobernados en toda sociedad organizada, podemos afirmar que
comunicar es un acto de naturaleza política y que sin la comunicación la política se vería limitada en
cuanto a su alcance, significado y posibilidades:
Cualquier movimiento que se ha presentado en el mundo, ha montado su propio servicio de propaganda.
Disimulada o descaradamente, desde Sócrates hasta Platón, hasta los postmodernos. Transmisión oral o
escrita, el aparato de propaganda se ha de mantener o imponer, preso sobretodo ha de existir. (Freud y La
Verlany en Magno F. Marbón, 1986)

La propaganda debe tener contacto real y directo con los acontecimientos, así como seguir una
determinada planeación. Sin embargo, se debe cuidar que su contenido pueda dar pie a diferentes
interpretaciones, según la particular experiencia de cada individuo. Busca llegar al mayor número de
personas, de manera oportuna, es decir, en el momento más idóneo para lograr su efecto. Sus mensajes
pueden ser repetitivos, pero no hasta el punto que lleguen a aburrir, a fin de que no pierdan su
efectividad. Su contenido debe ser congruente con la realidad; aunque Goebbels sugería que repetir una
mentira equivalía a fabricar una verdad, o bien que mediante la repetición constante de un concepto
falso, se puede, después de un tiempo, convencer a quienes lo han escuchado que es verdadero.

La meta común de esos tres movimientos (marxismo-leninismo, fascismo y nacionalsocialismo) era la


total sumisión moral-creencias y opiniones, hábitos, gustos-del individuo que a ellos se afiliase (...) A dos
recursos principales se recurrió para lograrlo: una reiteración frenética y sugestiva de la respectiva
doctrina, fuese o no fuese objetivamente verdadera la tesis propagandada, y el culto constante a la
personalidad del jefe, llámese Padre los Pueblos (Stalin), Duce (Mussolini) o Führer (Hitler).

http://es.wikipedia.org/wiki/Nazismo#cite_note-97

Los nazis fueron unos de los primeros movimientos políticos que implementaron lo que puede ser
llamado la práctica moderna de la propaganda como ingeniería social. En las palabras de Joseph
Goebbels, quien llegó a estar a cargo del Ministerio del Reich para la Educación del Pueblo y la
Propaganda, creado en 1933:

Hoy podemos decir sin exageración que Alemania es un modelo de propaganda para el mundo entero.
Hemos compensado por las fallas del pasado y desarrollado el arte de la influencia de masas al punto que
avergüenza los esfuerzos de otras naciones. La importancia que la directiva Nacional Socialista pone en la
propaganda quedo clara cuando estableció un "Ministerio para la educación del pueblo y la propaganda"
después que tomó el poder. Este ministerio está completamente dentro del espíritu Nacional Socialista y en
él se origina. Une todo lo que hemos aprendido como un movimiento de oposición confrontando el
enemigo y bajo la persecución de un sistema anímico, a veces más de la necesidad que del deseo.
Recientemente algunos han tratado de imitar este Ministerio y su concentración de todos los medios de
influencia sobre la opinión, pero aquí también se aplica el dicho: "a menudo imitado, pero nunca igualado.

La teoría nazi sostenía que entre el Führer y su pueblo existía una armonía mística, una absoluta
comunión, en la medida que el Führer encarna y dirige todas las aspiraciones y voluntad del pueblo.
Pero en la realidad, ese pueblo -como individuos- puede fallar en entender esa “voluntad general”, por
lo cual la comprensión i adhesión de esos individuos debe ser lograda. La propaganda política está
dirigida a las masas, habla el lenguaje del pueblo porque debe ser entendida por el pueblo. Su tarea es el
arte más creativo de poner hechos y eventos a veces complejos en una forma simple, que pueda ser
entendida por el hombre común. La propaganda es por lo tanto, una función necesaria del estado
moderno. Sin ella es simplemente imposible, en este siglo de las masas, aspirar a grandes objetivos. La
propaganda se sitúa, por lo tanto, al comienzo de la actividad política práctica en cada aspecto de la vida
pública. Es un requisito importante y necesario.

http://www.psywarrior.com/Goebbels.html [TEXTUAL]

Goebbels utilizó todos los medios de educación y comunicación para impulsar la propaganda nazi,
promoviendo en los alemanes el concepto de su líder como un dios y su destino como los gobernantes
del mundo. Como Ministro de Propaganda, Goebbels obtuvo todo el poder sobre la radio, la prensa, el
cine y el teatro. Aplicó su innegable inteligencia y su brillante insight completamente a la psicología de
masas al servicio de su partido.

Kershaw, I. (AÑO) HITLER 1936-1945. Ediciones península: LUGAR [TEXTUAL]

Para aumentar al máximo la humillación, se dejaba a los prisioneros (muchos de los cuales sufrían
diarrea crónica) entre sus propios excrementos. Era como si la suciedad y el hedor tuvieran que resaltar
la separación de los judíos de la comunidad nacional alemana, <<sana, limpia y saludable>>

La escala y la naturaleza del salvajismo, y el propósito patente de aumentar al máximo la degradación y


la humillación, era muestra del éxito que había conseguido la propaganda en la demonización de la
figura del judío, algo indiscutible dentro de las organizaciones del propio partido, y en la aceleración del
proceso, iniciado con la subida de Hitler al poder, de deshumanización de los judíos y de su exclusión en
la sociedad alemana, un paso vital en el camino del genocidio”

Sin embargo, la circular propagandística de una expresión espontánea del pueblo no se la creyó nadie.
<<Absolutamente todo el mundo sabe- admitía más tarde el propio tribunal del partido- que
actuaciones políticas como las del 9 de noviembre las organiza y ejecuta el partido, se confiese o no. Si
se queman todas las sinagogas en una sola noche, eso es algo que se tiene que organizar de alguna
manera, y sólo puede organizarlo el partido.” (pág. 155)
Los ciudadanos ordinarios, afectados por el clima de odio y la propaganda dirigida a los malos instintos,
impulsados también simplemente por la envidia y la codicia, siguieron en muchos sitios la iniciativa del
partido y se sumaron a la destrucción y el saqueo de las propiedades judías.

http://www.psywarrior.com/Goebbels.html

De acuerdo a Goebbels, la planificación de cualquier y todo acto debe considerar sus implicaciones
propagandísticas. Y todo debe contribuir a los objetivos políticos que la propaganda determina, no en
una repetición mecánica, pero para construir una visión general. En palabras de Goebbels en “The Radio
as the Eight Great Power” (1938):

No intentamos usar la radio solo para propósitos partisanos. Queremos espacio para entretenimiento, artes
populares, juegos, bromas y música. Pero todo debería tener una relación con la actualidad. Todo debería
incluir el tema de nuestro gran esfuerzo reconstructivo o, por lo menos, no entorpecerlo. Sobre todo es
claramente necesario centralizar todas las actividades radiales, poner las actividades espirituales por sobre
las técnicas, introducir el principio del líder, presentar una clara visión del mundo y presentar esa visión de
manera flexible… Queremos una radio que llegue al pueblo, una radio que trabaje para el pueblo, una radio
que sea intermediaria entre el gobierno y la nación, una radio que también atraviese nuestras fronteras
para que le de al mundo una imagen de nuestro carácter, nuestra vida y nuestro trabajo…
(http://www.calvin.edu/academic/cas/gpa/goeb56.htm)

Consecuentemente, la propaganda se desarrolló en varias direcciones a través de la totalidad de la


sociedad y vida pública alemana. Se utilizaron medios de comunicación masivos (libros, periódicos y
afiches) que engrandecían a Hitler como salvador y líder de la raza aria, los cuales cubrieron las
ciudades, prohibiéndose cualquier expresión de duda, llegando incluso a la quemas de libros
considerados "perniciosos", no tanto como acto de censura sino de "expurgación pública".
Adicionalmente se organizaron grandes actos públicos, manifestaciones y desfiles, que glorificaban un
pasado alemán mítico, místico y heroico, junto a la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su
ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacaciones, pensiones, etc.), todo sugiriendo una nación
de guerreros liberados por un héroe seleccionado e inspirado por el destino, envueltos en una lucha a
muerte no sólo por su supervivencia, sino por todo lo que es justo, bello y de valor, contra las miserables
razas inferiores que, motivados por la envidia y la malevolencia, sólo saben destruir.

El cine sufrió no sólo la censura, sino además la manipulación. Todas las películas debían contener algún
mensaje pro nazi. El propio Estado se ocupó de producir películas documentales de propaganda,
utilizando todos los adelantos de la técnica y arte. La radio se convirtió en un medio muy importante
para el régimen, ya que permitía que la voz del Führer entrara en los hogares alemanes, del mismo
modo que la propaganda nazi.
http://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Goebbels#cite_note-sapiensYacomGoebbels-0 [TEXTUAL]

Mediante la propaganda, Goebbels divinizó a Hitler, promovió el odio a lo extranjero, al capitalismo,


al comunismo, al sionismo y al judaísmo. Como ministro de Propaganda, controló en adelante la
literatura, la prensa, el teatro, la radio, las bellas artes y el cine. Es en el aspecto cinematográfico donde
conoce a Leni Riefenstahl, presentada por Rudolf Hess y aprobada por el Führer, para realizar
documentales propagandísticos, el choque de personalidades fue inevitable y ambos se profesaron
animadversión mutua.

La propaganda no buscaba sólo fortalecer la fidelidad al régimen o el odio hacia los judíos, sino difundir
formas culturales consideradas propias o saludables para la nación, identificadas con la raza aria. De esta
manera, se instaba a los jóvenes sanos a casarse, informándoles previamente de los antecedentes
raciales de su pareja, y a procrear familias numerosas. Las mujeres eran alentadas a permanecer en el
hogar y a dedicarse a la crianza de los niños. Los jóvenes fueron un blanco importante para la
propaganda nazi. Se crearon instituciones destinadas a la socialización de niños y jóvenes, como las
Juventudes Hitlerianas. En ellas los jóvenes recibían una cuidadosa educación física y adoctrinamiento
político.

Su función consistía en controlar todos los medios, la radio, televisión, cine, literatura, etc. Así mismo
debía impedir que saliera a luz la información del exterior. Era también el encargado de promocionar o
hacer públicos los avisos del gobierno. Usó mucho lo que hoy en día se conoce como el marketing social,
ensalzando muchos sentimientos de orgullo, promoviendo odios y convenciendo a las masas de cosas
muy alejadas de la realidad.

http://es.wikipedia.org/wiki/Propaganda [TEXTUAL]

Este mensaje propagandístico nazi se basaba en una lógica simple y directa asentada en tres pilares:
anticomunismo, anticapitalismo y antisemitismo. El primer elemento de esta negación de valores
consistió en rechazar la organización política de las democracias y de la Unión Soviética, como fórmulas
infectadas de corrupción, argumentando que la democracia deriva en comunismo, desorden y pérdida
de las tradiciones, frente a la forma propuesta por el fascismo-nazismo basada en priorizar el Estado por
encima del individuo, el orden emanado de un líder y la defensa de las tradiciones nacionales. El
segundo de los elementos, el anticapitalismo, acusaba al libre mercado de ser el desencadenante del
paro y de la crisis económica que hundía a Alemania. Esta retórica se dirigía a la infraclase (el lumpeng),
a las capas medias y al pequeño empresario, pese a que en la práctica su política económica consistió en
una conjunción entre la nacionalización de empresas y la connivencia con los más grandes capitalistas
del sector industrial.

El tercer postulado del aparato mediático nazi fue la afirmación de que la raza aria era superior, una
defensa que buscaba en la comunidad judía el chivo expiatorio de la desgracia alemana. En concreto,
atacaba a los banqueros judíos como los responsables de administrar las reparaciones de guerra
impuestas a Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, el objetivo real de este discurso era
barrer las diferencias grupales entre alemanes y construir una identidad enfrentada al "otro" o
"enemigo común" mediante el odio étnico.

También empleó otras técnicas y métodos, como el de hacer esperar al público alemán por las noticias
en tiempos de victoria para crear un fuerte suspenso y lograr que, cuando recibieran las buenas nuevas,
la alegría fuera más duradera.

Asociación Universitaria Carlos Marx


www.nodo50.org/carlosmarx
De su método se derivan los siguientes principios de la comunicación:
1. Principio de simplificación del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo.
Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los
adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos,


respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan".

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en
amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos
inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más
pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su
comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas


incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo
sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase:"Si una mentira se
repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad".
7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un
ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público está ya interesado en otra cosa. Las respuestas
del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los


llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular
las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de
comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato
preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de
difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que piensa "como todo el mundo",
creando una falsa impresión de unanimidad.

Con su talentosa retórica, Goebbels creó la mayoría de los discursos de Hitler, ideó la propaganda
radiofónica y el Ministerio de Propaganda y fue la cara visible y el portavoz del nazismo. Cada año
tomaba parte en los congresos de Nuremberg en el Campo Zeppelín:

Der Kongress zur Nürnberg, 1934


http://ics.leeds.ac.uk/papers/vp01.cfm?outfit=pmt&folder=715&paper=2159

El concepto de propaganda ha sufrido una transformación fundamental, particularmente como resultado de


la práctica política en Alemania. Alrededor de todo el mundo de hoy, la gente está empezando a ver que un
estado moderno, ya sea democrático o autoritario, no puede soportar las fuerzas subterráneas de la
anarquía y el caos sin la propaganda. No solo se trata de hacer lo correcto; el pueblo debe saber que lo
correcto es lo correcto. La propaganda incluye todo aquello que ayuda al pueblo a darse cuenta de esto.
La propaganda política en principio es active y revolucionaria. Está dirigida a las grandes masas. Habla el
lenguaje del pueblo porque quiere ser entendida por el pueblo. Su tarea es la más elevada arte creativa de
algunas veces presentar eventos y hechos complicados de una manera lo suficientemente sencilla como
para que sea entendida por el hombre de a pie. Su base es que no hay nada que el pueblo no puede
entender, pero las cosas deben ser presentadas en una manera que pueda entender. Es cuestión de hacerlo
claro al pueblo, utilizando el enfoque, la evidencia y lenguaje adecuados.
La propaganda el medio para lograr un fin. Su propósito es guiar al pueblo a un entendimiento que
voluntariamente y sin resistencia interna le permitirá devotarse a las tareas y metas de un liderazgo
superior. Si la propaganda ha de ser exitosa, debe saber lo que quiere. Debe mantener en mente una meta
clara y firme, y buscar los medios y métodos apropiados para alcanzar la meta. La propaganda como tal no
es ni buena ni mala. Su valor moral es determinado por la meta que persigue.
(…)
La propaganda también tiene un sistema. No puede hacerse de cualquier manera. En el largo plazo, sólo
puede ser efectiva en el servicio de grandes ideales y amplios principios. Y la propaganda debe ser
aprendida. Solo debe ser guiada por personas con un instinto agudo y seguro para los frecuentes
sentimientos cambiantes del pueblo. Deben ser capaces de llegar al mundo de las grandes masas y dibujar
en ellas sus deseos y esperanzas. El propagandista efectivo debe ser un maestro del arte de hablar, de
escribir, del periodismo, del poster, y del panfleto (leaflet). Debe poseer el don de utilizar los métodos de
influencia sobre el público más grandes tales como la prensa, el cine y la radio para que sirvan a sus ideas y
metas, sobre todo en una era de avances tecnológicos.

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