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NEGRO
¿QUIÉN?
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EL COMERCIO – Quito, martes 26 de octubre
El secretario jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, fue quien dio, a las 13:35, las
primeras declaraciones en las cuales aseguraba que había un “evidente intento de
golpe de Estado”. Pero la entrevista que Soliz concedió a CNN fue casi dos horas más
tarde.
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El COMERCIO – Quito, viernes 8 de octubre
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Roque | ¡Alto! Democracia blindada
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EL COMERCIO – Domingo 24 de Octubre
MEDIOS DEL GOBIERNO
Vicente Albornoz Guarderas
El Gobierno ecuatoriano es dueño de seis bancos y de cuatro canales de TV. Pero se supone que
es prohibido tener bancos y medios de comunicación. Pero, dado que para el funcionamiento del
país es indispensable que el Gobierno posea bancos, lo que debería hacer es vender sus medios.
Cualquier otra cosa sería torcer la interpretación de la ley… Va a ignorar la Constitución que hizo
redactar a su medida y a encontrar leguleyadas que le liberarán de cumplir una norma tan
evidente. Y, típicamente, va a decir que cualquiera que le critique en este punto es, “corrupto”,
“neoliberal”, “defensor de los banqueros corruptos” o todas esas cosas juntas.
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EL UNIVERSO – Guayaquil, miércoles 13 de octubre
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EL COMERCIO – Quito, sábado 16 de octubre
LUJÁN | Fe en la prensa
Ya que en nuestro país está de moda hacerse el machito, bien vale sacar lecciones de los
mineros chilenos, que nos han enseñado sin histrionismo cómo se ponen en práctica el valor, la
solidaridad y la decencia. En definitiva, como decimos acá, cómo se es bien macho. Nada que ver
con dañarse el nudo de la corbata, volarse un par de botones de la camisa ni desafiar a una masa
insatisfecha a que lo maten. Eso no es ser macho.
Ser macho no es convocar al pueblo a rescatar a un presidente que solo está secuestrado por su
conciencia, poniendo en riesgo la vida de mucha gente, adentro y en los exteriores de un hospital,
so pretexto de transmitir un show televisivo que tuvo mucho rating, sí, porque la mayoría disfruta
de las películas de acción sin que le importe el saldo sangriento que costó el entretenimiento.
Ser macho, en cambio, sí es poner orden dentro de una gruta oscura en la que están encerrados
33 hombres desesperados. Es de valientes, en esas circunstancias, hablar fuerte a todos,
imponer disciplina, racionar los alimentos y vigilar para que nadie se quiera pasar de listo y
pellizque una migaja más de pan, porque esa migaja puede representar la distancia que existe
entre la vida y la muerte. Es de machos aceptar en ese momento a la autoridad que se impone
por su experiencia, su justicia y su sensatez. Es de valientes acatar las órdenes y no sublevarse,
porque aquello pudo haber contribuido solo al desorden, al caos y a la violencia entre ellos
mismos.
Es de machos ser solidarios, pensar en todos y no solo en cada uno, pelearse el turno por ser el
último y por ceder los primeros puestos para salir, porque eso es el síntoma claro de la unión, del
equipo y de la confraternidad. ¿Qué país no saldría adelante si todos sus ciudadanos adoptaran
estas virtudes durante una década?
Todos se han lucido para la televisión y fueron aclamados pero, luego, han quedado mal parados
porque, después de sus gestos dignos del festival de hombres duros, terminaron negociando
mansamente y, en la mayoría de los casos, aceptando lo que con tanta fiereza rechazaron en su
momento.
Gracias a Chile y a sus mineros por darnos un ejemplo auténtico de valentía, por enseñar el
correcto manejo político de un grave problema y por contagiar la satisfacción que siempre trae
consigo un buen trabajo.
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Pedazo de majadero
Manuel Ignacio Gómez Lecaro
Si usted es burócrata, policía, militar o tiene un puesto sobre el que Rafael Correa tenga injerencia directa,
ya sabe lo que tiene que hacer: cerrar la boca. Ni se le ocurra decir lo que ya sabemos: que aquí no hubo
secuestro ni intento de golpe de Estado. O se encontrará con una aclaración como la de este sábado: “Soy
el Presidente de la República, pedazo de majadero. Tú eres mi subalterno y no puedes estar… tratando de
hacer quedar como mentiroso a quien es tu jefe”. Correa no acepta que contradigan sus teorías de
conspiración, secuestro y golpe de Estado. Por eso dio la orden de que se separe del hospital y de la
Policía Nacional al coronel César Carrión.
El ahora ex director del Hospital de la Policía dijo en una entrevista con la cadena CNN que la seguridad
del Presidente nunca estuvo amenazada en su habitación del hospital, que estaba bien resguardado, que
nadie lo tenía secuestrado. Suficiente para que Correa lo llame “mentiroso”, “conspirador”, “tipejo”, “mal
policía”, “mal doctor de la República” y “pedazo de majadero”.
Así funciona esta falsa revolución. Mientras funcionarios comecheques se pasean tranquilamente, los
opositores deben esconderse. Si lo de Zamora es por poner en riesgo a los jóvenes, que detengan
entonces de inmediato a Ricardo Patiño. Nuestro “Canciller” fue el primero en poner varias vidas en riesgo
al incitar a la gente a salir a dizque rescatar al Presidente del Hospital de la Policía.
Los numerosos medios gubernamentales y las incontables cadenas nacionales acentúan esta persecución
política a opositores. ‘En Busca de la Verdad’, programa con nombre irónico, ha transmitido una serie de
reportajes sobre los supuestos conspiradores detrás del “golpe”. Pura propaganda gubernamental y
teorías de conspiración. Canales de ecuatorianos, que nosotros financiamos, atacando a los mismos
ecuatorianos. Al menos el Gobierno no puede controlar la televisión internacional y el internet. ¿Se
animarán los canales independientes a investigar a fondo lo ocurrido el 30 de septiembre? Cuando el
Presidente equipara oposición con conspiración, la democracia se vuelve ficción. No hay justicia en un
país que persigue al que contradice al Gobierno. Correa olvida que él debe servir a los ecuatorianos, no
servirse de ellos. Que su palabra no es la ley. Pretende que agachemos la cabeza ante su presencia. Que
aceptemos cualquier cuento que nos venda.
Tal vez Correa logre intimidar a la oposición. Pero su actitud terminará destruyéndolo. Al final, él es su
único conspirador.
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EL COMERCIO – Quito, viernes 29 de octubre
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'Ni un paso atrás'
Por: Ana María Correa
Diecinueve días después del evento, el mismo Gobierno de Rafael Correa, a través de su ministro de
Relaciones Laborales, Richard Espinosa, suscribió el Acuerdo Ministerial n.° 0018, en el que se señala
que, "si bien la Ley Orgánica de Servicio Público deroga las leyes, reglamentos, normas, resoluciones,
acuerdos o cualquier tipo de disposición que reconozca bonificaciones, comisiones o estímulos
económicos..., se faculta la entrega de condecoraciones y medallas en el sector público...". El acuerdo en
cuestión determina el sistema de compensación a los militares pero, en su artículo cuarto, dice lo
siguiente: "El Ministerio de Relaciones Laborales emitirá un acuerdo ministerial que regule a la Policía
Nacional, similar al presente acuerdo considerando las particularidades de la Policía Nacional".
Esto quiere decir que todo lo sucedido en el aciago jueves de septiembre fue absolutamente en vano. Las
muertes, la violencia, los alaridos, las asfixias, los golpes de pecho, las bravuconadas, los insultos, el
tiroteo, las celebraciones; nada de esto sirvió.
Si el propio Gobierno iba a retroceder 18 días después para ceder ante la presión de los policías, ¿por qué
hizo Correa semejante alharaca de presentarse en el Regimiento Quito y decir que moriría en el intento
pero que no cedería? ¿Por qué sometió al país entero a esta dantesca escena si días más tarde iba a
conceder exactamente aquello por lo que reclamaban los policías? Semejante cantinflada -como diría el
propio Correa- sería tan solo eso sino fuera por el sufrimiento que hoy tienen familias ecuatorianas que
lloran aún por sus hombres caídos por una causa cobarde y absurda.
El Gobierno de Rafael Correa está en deuda con el Ecuador. Se nos debe una explicación de por qué esta
rectificación que, si se hubiera dado a tiempo, habría ahorrado al país muertes, sufrimiento y la
persecución política que tiene presos hoy a unos cuantos. Si el presidente hubiera tenido un mínimo de
cabeza fría en la mañana del 30 de septiembre, el país de hoy, casi un mes después, sería completamente
diferente.
Es vergonzoso constatar cómo el ego presidencial adquiere proporciones tales que puede colocar al país
al borde de la locura y del caos.
Lo que sabemos hoy, luego de la puesta en marcha de la rectificadora Correa, es que lo que vimos aquel
día no fue ni de lejos un presidente valiente que enfrenta los problemas directamente. Fue el capricho
enfermizo de un hombre al que nadie puede contradecir y que siempre debe tener la última palabra sobre
todo, aunque, luego, su equipo ministerial deba deshacer entuertos y dejar su propia palabra bajo la tierra.
La constatación de que la estabilidad democrática de nuestro país pende del volátil estado de ánimo
presidencial y de sus arrebatos desproporcionados, que con irresponsabilidad pueden conducirnos a los
excesos vividos, nos muestra el grado de extrema vulnerabilidad en la que tristemente nos encontramos.
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ROQUE | Brujeados
PANCHO | Halloween
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El testigo protegido de la Fiscalía, Xavier Andrés Herrería Ramírez, que en principio indujo a señalar como
presunto responsable de un intento de asesinato al presidente Rafael Correa, al mayor del ejército Fidel
Araujo, se retractó últimamente y dijo que nunca lo ha visto, más que en las noticias.
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