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Obligaciones Civiles y Comerciales: Cátedra: Bueres - Boni

Teoría General de la Responsabilidad Civil


Jorge Bustamante Alsina

Punto 37. Capítulo 1


La reacción humana frente al daño: en los primeros tiempos el daño a la
persona o a los bienes de otro despertaba espíritu de venganza. “El imperio de la
pasión” (Von Ihering). Puede decirse que en esta primera época, la cuestión de
los daños y la necesidad de su resarcimiento se hallan al margen del derecho.
Impera la ley del Talión. Período de la venganza privada, forma imperfecta y más
antigua de represión de la injusticia.
Organización jurídica de la sanción: de la venganza a la composición
voluntaria, la pena privada. Avanzan las organizaciones políticas y se estableces
ya instituciones para organizar el sistema de las composiciones. Composición
legal y delito privado. Los montos de resarcimiento los fija el estado, el ofendido
debe aceptarlo, y el ofensor pagarlo.
Diferenciación de las sanciones: represión del delito y reparación de los daños.
El estado no solo fija resarcimientos, sino penas por los delitos más ofensivos. La
responsabilidad se desdoble en Penal, con el castigo del delincuente y Civil, que
tiene a resarcir el daño sufrido. Ya no hay venganza, sino reparación. El estado
lleva adelante la responsabilidad penal, y al particular le queda el reclamo de D y
P por responsabilidad civil.
Tenemos así:
a) La venganza: período donde el delito era vengado por propia acción del
ofendido contra la persona del ofensor.
b) La composición voluntaria: aquí el ofensor, ofrecía una composición al
ofendido, y si este aceptaba (podía no hacerlo y optar por el daño
vengativo), acordaban el monto del resarcimiento.
c) La composición legal: aquí ya es el estado quién toma en sus manos el
asunto y fija el resarcimiento, al cual las partes deben avenirse sin
discusión.

Punto 38/39/40. Capítulo 2


La cuestión en ROMA: el proceso antes comentado se ve bien reflejado en
Roma. “La ley de las doce tablas” (305 AC), principio de la composición legal. En
ciertos delitos aún se dejaba que la víctima optare por la composición personal, o
incluso, de no haber acuerdo, optare por la venganza.

La ley Aquilia: del tribuno Aquilius. Los delitos perseguidos presentaban los
siguientes caracteres:
a) el delito debía ser el deterioro o destrucción de una cosa corporal, y
causado por la acción del cuerpo. Ej.: era delito matar un esclavo con la
mano, y no dejarlo morir en un cuarto aislado de hambre.
b) el daño debía ser causado sin derecho. Con dolo y con culpa también,
aunque haya sido sin intención de dañar. Con derecho, legitima defensa
por ejemplo, la persona no podía ser perseguida.
c) era necesario que el daño proviniese de un hecho de un hombre. Para
que existiese delito era necesario un acto, un hecho por el cual una
persona se hubiese ligado e inmiscuido en la esfera de otra. Ej.: era
culpable el médico que luego de operar dejaba morir al paciente, pero no
aquel que veía un incendio, en el que no había intervenido, y dejaba que
se queme todo sin hacer nada.

Los delitos privados del “ius civile”: delitos castigados por multa o pena doble
en la “ley de las doce tablas”:
a) mutilación de árboles.
b) hacer pastar ganado fuera del tiempo de las cosechas en terreno ajeno.
c) daños causados por animales.
Sin embrago, los principales delitos del “ius civile” eran:
a) la injuria: acto cometido sin derecho, ej: ataques a la persona física, al
honor, y al libre ejercicio de los derechos de la persona.
b) el robo: gran importancia en la evolución de este delito gracias a las
reformas pretorianas.
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c) el daño causado injustamente.
d) la rapiña.
e) delitos pretorianos: eran sancionados por el pretor, ej: violencia y el dolo
(hoy serían los vicios de la voluntad).
Los cuasidelitos: además de los hechos ilícitos, había otros hechos que el
pretor reprimía. Sancionaba a personas que habían cometido un acto culposo o
doloso, y quedaban obligados del mismo modo que si la obligación hubiese
nacido de un delito. El pretor sancionaba con pena o multa. Vemos algunos de
los cuasidelitos que figuraban en las “institutas de Justiniano”:
a) “cuando el juez dicta una sentencia inicua o tachada de ilegalidad, sea
por culpa o por dolo, vuelve el proceso contra el. Queda obligado a
reparar el daño causado”.
b) “si objetos sólidos o líquidos son arrojados desde un edificio a un lugar
donde el público tiene el hábito de pasar y se causa un daño, el autor
puede caer bajo la aplicación de la Ley Aquilia”.
c) “Si han sido colocados o suspendido objetos en un edificio sobre un
pasaje público y amenazan causar un daño por su caída, el habitante de
la casa es también responsable y obligado al pago de una multa. La
acción es popular”.
d) “Si los pasajeros de un buque o los que se hospedan en un hotel sufren
pérdidas o daños en sus efectos, ocasionados por la tripulación o los
dependientes, responden los patrones de buques y hoteleros.

Los delitos y cuasidelitos como fuentes de obligaciones:


a) Institutas de Gallo: “las obligaciones nacen de los contratos y los delitos”.
Luego agrega las obliga-ciones que nacen de “hechos diversos”.
b) Institutas de Justiniano: a la clasificación anterior agrega ……
c) Pothier: agrega la equidad como quinta fuente de obligaciones. Llama
delito al llevado a cabo con dolo o malignidad, y cuasidelito al perjuicio
causado sin malignidad pero por negligencia o imprudencia no excusable.

Función de la culpa: ni en la “ley de las doce tablas” ni en la “ley Aquilia” la


culpa era un factor computable para determinar la responsabilidad del autor, o
para graduar el alcance del deber de responder. Ej.: se penaba el robo, aún
cometido por menores sin discernimiento. La imputación era objetiva. A fines de
la República, los jurisconsultos introducen el concepto de culpa, como requisito
para el inicio de las acciones nacidas de la Ley Aquilia.
Gradación de la culpa en la época Bizantina:
1) Culpa grave: muy similar al dolo, solo lo diferencia la falta de intención de
dañar. Se responde siempre.
2) Culpa leve en abstracto: es la culpa que no cometería el buen
administrador. “El buen padre de familia”. Cuando el administrador se
aparta de este comportamiento esperado, es culpable en abstracto.
3) Culpa leve en concreto: aquí se tiene en cuanta la conducta habitual del
deudor. La culpa que el deudor no cometería en la administración de sus
propios negocios. Se aplica al copropietario, al tutor, al curador y al socio.
4) Culpa levísima: se responde de la mas leve culpa. La diligencia de un
“muy buen padre de familia”. Se aplica al deudor, cuando el contrato solo
le reporta ventajas a el.

Capítulo 3.
La cuestión en Francia:
El antiguo derecho: no existía, ni en las leyes bárbaras, ni en la antigua Roma,
un principio general de la responsabilidad civil. El sistema que operó durante
mucho tiempo fue el de la composición legalmente obligatoria. Recién en el siglo
12, en Francia, se diferenció el delito civil del delito penal. Allí se separó la
reparación de la pena.
Principio de Domat: “compromiso general de no causar mal a nadie, que aquellos
que ocasionan algún daño, sea por haber contravenido algún deber o por haber
faltado al mismo, están obligados a reparar el daño que han hecho”.

Y en el caso de la responsabilidad contractual, el mismo Domat sostiene:


“... en algunos casos es necesario observar la conducta del deudor, y en otros, el
incumplimiento lleva consigo la responsabilidad.

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La generalidad de los autores franceses previos al código napoleónico,
distinguían tres clases de culpa:
a) culpa dolosa (dolo).
b) culpa lata (culpa grave, similar al dolo).
c) culpa leve y culpa levísima.

El Código Napoleón: distinción entre PENA (sanción represiva) y Reparación


civil del daño (sanción resar-citoria). De acuerdo a esto, el Código Civil Francés,
echaría las bases del moderno sistema de responsabilidad extracontractual,
estableciendo los siguientes principios:
a) obligación general de responder por los daños causados a otro.
b) no hay responsabilidad sin culpa.
c) la culpa puede ser intencional o tan solo por imprudencia o negligencia.
d) siendo la culpa la violación del deber genérico de no dañar a otro, ella
convierte en ilícito el acto ejecutado en tales condiciones.
e) sin daño no hay responsabilidad civil.
f) la obligación de responder es una sanción resarcitoria y no represiva, que
consiste en reparar el daño causado.

Y en materia de responsabilidad contractual, el mismo código francés sienta


estos principios:
a) el deudor debe responder de los D y P que ocasionan al acreedor el
incumplimiento de la obligación.
b) dicho incumplimiento importa la presunción de culpa del deudor.
c) la culpa se juzga en abstracto.
d) no existe graduación de la culpa en relación al mayor o menor provecho
que el contrato reporta al deudor.

La evolución de la doctrina, la jurisprudencia y la legislación: hacia fines del


siglo 19 se aplicaba en Francia la teoría de la responsabilidad subjetiva. Con el
desarrollo industrial, comenzaron a darse situaciones que no dejaban conforme a
nadie, por ejemplo, respecto a accidentes de trabajo donde nadie era respondía
con la aplicación de dicha teoría. Fue así que un civilista belga, Laurent,
reinterpreto un par de artículos del código Civil, de manera que los propietarios
de las cosas y máquinas debían responder por los daños que ellas causaran, aún
sin estar ruinosas. Se aplicó aquí la tesis de la responsabilidad objetiva, que es la
que actualmente se sostiene.
Mientras en Francia, había ganado terreno la escuela positiva del derecho penal
de Italia, que sostenía la idea de la responsabilidad sin culpa. Nace así las “teoría
del riesgo creado”, donde se establece una culpa por el solo hecho de introducir
un riesgo en la sociedad. Una responsabilidad civil para aquel que, por su
actividad, haya ocasionado un daño aún sin culpa.

Capítulo 4
La cuestión en el derecho argentino:
Síntesis de evolución: cuando Vélez redactó el C.C. Argentino, se sostenía la
tesis de la culpa como único fundamento de la responsabilidad civil. La
responsabilidad extracontractual halla su eje en el art. 1109 (Art. 1109.- “Todo el
que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro, está
obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas
disposiciones relativas a los delitos del derecho civil”). Solo la culpa justifica la
responsabilidad. Para el caso de la responsabilidad del principal por los hechos
de los dependientes, la culpa se presume “iure et de iure”, por lo que la víctima
no debe probar nada, se presume la culpa del principal. También hay culpa
presumida al guardián de la cosa inanimada o de animales. Para liberarse, el
dueño debe probar la culpa de la víctima, de un tercero del cual no responde, o
caso fortuito o fuerza mayor.
La teoría del riesgo creado no tuvo adhesión por estas tierras. La jurisprudencia
Argentina tampoco acogió a la teoría objetiva. Se adoptaron criterios casi
unánimes que daban satisfacción a la mayoría de los casos, como por ejemplo en
los accidentes de transporte, no importa que el conductor pruebe o no su falta de
culpa y se libere, solo dejará de ser responsable si prueba la culpa de la víctima,
de un tercero por el cual es no responde o el caso fortuito o la fuerza mayor.
Probada la responsabilidad del conductor, inmediatamente comienzan a
funcionar los mecanismos de responsabilidad indirecta del principal.

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En algunos casos se adoptó la responsabilidad objetiva, como por ejemplo en el
caso de accidentes nucleares, aviniendo a la Convención de Viena sobre
Accidentes Nucleares. Solo podrá liberarse parcial o totalmente si
prueba la culpa por negligencia grave o acción u omisión dolosa de la víctima.
Finalmente, la teoría objetiva ganó terreno en los art. 1874 del Código de
Comercio, en el art. 1113 del reformado Código Civil (responsabilidad objetiva por
el riesgo creado en los daños causados por el riesgo o vicio de las cosas) y en el
art. 907 del CC. (responsabilidad objetiva por los daños que causen las personas
sin discernimiento, con fundamento en razones de equidad).

Punto 39. Capítulo 5


Concepto de responsabilidad civil:
El deber de responder: “dar, cada uno, cuenta de sus actos”. La responsabilidad
civil comporta siempre un deber de dar cuenta a otro del daño que se le ha
ocasionado. A veces el acto lesivo recae sobre quien no tenía con el autor
vínculo alguno anterior (fuente de obligación nueva). Otras veces, el
comportamiento dañoso se produce frente a un sujeto con quien el autor de aquél
tenía un vínculo jurídico anterior que le imponía el cumplimiento de una
específica conducta (consecuencia de una obligación anterior).
La ilicitud: lo contrario a la ley.
Sanción: deber de reponer las cosas al estado anterior de la infracción: sanción
resarcitoria. Puede además, imponerse una sanción ejemplificadora para que el
autor no repita los hechos: sanción represiva, propia del derecho penal. En el
derecho civil, mayormente, las sanciones son resarcitorias, pero las hay
represivas, como la pérdida de la patria potestad por parte del padre incumplidor
de las leyes que rigen los derechos de familia. Lo mismo ocurre en derecho
penal, con lo cual queda claro que el régimen de sanciones no es tan
diferenciado como los ámbitos de acción de cada uno.
La sanción resarcitoria: (statu quo ante) “restablecer las cosas al estado
anterior al daño, en cuanto fuera posible, desmantelando la obra ilícita mediante
el aniquilamiento de sus efectos pasados, presentes y futuros”. Cuando el acto ha
producido ya el perjuicio, la sanción resarcitoria consiste en restablecer el
patrimonio al estado anterior en que se hallaba, así:
a) si el daño se ha causado por acto ilícito, debe reponerse el patrimonio al
estado en que se hallaba antes de aquel.
b) si el daño es por incumplimiento de un contrato, el patrimonio debe
colocarse en los mismos términos como que el contrato se hubiere
cumplido.
c) si el daño es por la frustración de un contrato por no haberse concluido,
el patrimonio debe colocarse en los mismos términos en que se hallaría si
la negociación no hubiese sido emprendida, o el contrato no se hubiese
realizado.

La reparación en especie: o “in natura”. Adoptado por el código alemán.


También por nuestro código después de la reforma por la ley 17711, para los
actos ilícitos:
“El resarcimiento de daños consistirá en la reposición de las cosas a su estado
anterior, excepto si fuere imposible, en cuyo caso la indemnización se fijará en
dinero. También podrá el damnificado optar por la indemnización en dinero”.

La indemnización: Consiste en el pago de una suma de dinero equivalente al


daño sufrido por el damnificado en su patrimonio.
Naturaleza jurídica: constituye una “deuda de valor” no sujeta al criterio
nominalista del dinero, o sea , ajustable al tiempo del pago acorde a posibles
depreciaciones. En nuestro código, está determinada en el art. 1083, para el
incumplimiento contractual y subsidiaria y opcional para los actos ilícitos (art. 505
inc. 3º del CC).
Caracteres: la indemnización constituye una obligación autónoma en el caso de
reparar D y P originados por la ejecución de un acto ilícito. Tiene en el acto ilícito
su fuente directa. Cuando los D y P se motivan en el incumplimiento contractual,
la indemnización cumple una función resarcitoria o reparadora, tiene carácter
subsidiario reconoce en la violación del contrato su fuente directa, y es su fuente
indirecta el contrato mismo. En esta órbita tiene carácter subsidiario y accesorio,
ya que la situación normal es el cumplimiento específico, por el deudor o por otro.
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Recién cuando se hace imposible lo mencionado, el acreedor podrá reclamar la
indemnización por D y P. Se da así prioridad al derecho del deudor al
cumplimiento específico, no pudiendo el acreedor pedir la indemnización como
primera instancia de pago. El carácter de accesoria es porque depende su
existencia del incumplimiento de una obligación principal incumplida, que es la
que le da vida.
Fundamento: en el incumplimiento contractual, sería un “pacto tácito” entre
deudor y acreedor como modo de resarcir daños, según la mayoría de la
doctrina.
De todas maneras, el derecho a recibir una indemnización a quien sufre un daño
por el hecho de otro, tiene suficiente sustento en el principio de justicia que
impone restablecer las cosas al estado anterior al daño causado injustamente.
Valuación: la valuación se determina por la valuación del perjuicio ocasionado, o
sea, al valuar el daño se determina el valor de la indemnización.

Punto 40. Capítulo 6


SISTEMAS DE RESPONSABILIDAD:
Responsabilidad contractual y extracontractual:
Dualidad y unidad de la culpa: “culpa contractual” y “culpa extracontractual,
delictual o aquiliana”.
Culpa contractual: supone una obligación concreta, preexistente, creada por
convención de las partes, y que resulta violada por una de ellas. Es simplemente
un efecto de la obligación.
Culpa extracontractual: independiente de una obligación preexistente, que
consiste no en la violación de una obligación concreta, sino en la violación del
deber genérico de no dañar (“Neminen laedere”). Es fuente de una obligación
nueva.
La obligación nacida de la culpa tiene siempre por objeto la reparación del daño
causado, sin importar la naturaleza de la obligación original que ha sido su
fuente. “Hay una sola culpa y un doble régimen de responsabilidad culposa”.

Opción entre ambos sistemas: pueden las partes invocar, cuando así les
conviene, el régimen de responsabilidad que deriva de la culpa aquiliana? no se
pueden invocar ambos sistemas, y acumular ambas responsabilidades. Sería
recibir doble indemnización. Nuestro código admite la compatibilidad de ambos
sistemas decidiéndose por una opción limitada o restringida, en los términos del
art. 1107 referido a los hechos ilícitos. Existe la vía de “opción” (aceptada) y la de
“cúmulo”, no aceptada en nuestra doctrina. Cuando el incumplimiento contractual
configura un delito del derecho criminal, nace la opción para el acreedor, quién
podrá optar su acción resarcitoria en el sistema contractual o extracontractual,
conforme le convenga. De esto se desprende que el art. 1107 exige la doble
configuración, civil y penal, para los casos de incumplimiento doloso o culposo,
para la opción.
Todo esquema de responsabilidad civil se integra con los siguientes elementos
esenciales: antijuricidad, daño, relación de causalidad entre el hecho antijurídico
y su consecuencia dañosa y un factor atributivo de responsabilidad que le sirve
de justificación ético-jurídica, ya sea subjetivo u objetivo.
La responsabilidad civil desde una óptica moderna no pone el acento sobre el
autor para castigarlo por haber concurrido en culpa, sino en la victima para
repararle el daño que injustamente ha sufrido.

Responsabilidad precontractual: puede devenir de dos formas:


a) cuando el contrato se anula por culpa de una de las partes.
b) cuando no se llega a la perfección y cierre del contrato por el retiro de
una de las partes, y el otro ha sufrido un daño con motivo de la ruptura.

Fundamento: para algunos tiene base contractualista y para otros base


extracontractual.

Doctrinas contractualistas: ubican la responsabilidad precontractual dentro de


la órbita del contrato.

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a) Culpa “in contrahendo”: (Ihering) consiste en la violación de la obligación
de diligencia que las partes deben observar no solo en el cumplimiento
del contrato, sino también en el transcurso de las relaciones anteriores al
mismo. Por ello la responsabilidad, para esta doctrina, es contractual. Se
violó el deber de diligencia que debe regir tanto en el contrato como en el
período previo de formación del mismo. Teoría del interés negativo: debe
resarcirse “el interés negativo o de confianza”, consistente en el daño
sufrido por haber confiado en la validez del negocio, y que no hubiera
sufrido de otro modo. Debe restablecerse el patrimonio a los mismos
términos que si no se hubieran iniciado las negociaciones. Comprenderá
el daño emergente (perjuicio que no hubiere sufrido y que provocó
empobrecimiento), y el lucro cesante (ganancia frustrada).
b) Responsabilidad precontractual: (Fagella) divide al período previo de
negociaciones en dos etapas: 1) antes de la oferta y 2) desde la oferta
hasta la firma del contrato. La primer etapa, a su vez, tiene dos períodos:
1) negociaciones preliminares, y 2) la concreción de la oferta. Ninguna de
estas etapas se diferencian en lo concerniente a la responsabilidad. Las
partes conservan en todo momento el derecho de separarse de las
negociaciones, sin consecuencias jurídicas. El tema esta en la ruptura
intempestiva, imprevistas, injustificada de una de ellas, lo que si dará
lugar a consecuencias jurídicas. Puede no ha-ber culpa o dolo, basta con
que haya una separación arbitraria e intempestiva. Se debe resarcir por
da-ño emergente solamente (gastos realizados). A esta doctrina adhieren
Salleilles, Demolombe y Planiol.

Doctrinas extracontractualistas: ubican a la responsabilidad precontractual


fuera del ámbito contractual. En nuestra doctrina encuentra el fundamento de la
responsabilidad en el art. 1109 del CC. Consideran que el apartamiento de las
negociaciones configura un hecho culposo, que no escapa de la citada norma
general.

Art. 1109: “Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia
ocasiona un daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio. Esta
obligación es regida por las mismas disposiciones relativas a los delitos
del derecho civil.
(Párrafo agregado por Ley 17.711) Cuando por efecto de la solidaridad derivada
del hecho uno de los coautores hubiere indemnizado una parte mayor que la que
le corresponde, podrá ejercer la acción de reintegro”.

Para Winscheid el retiro de la oferta constituye un caso de responsabilidad legal.


Para otros es un caso de abuso de derecho. Están excluidas las soluciones
expresamente previstas en la ley, como las que prevén el “ius revocandi”, en
materia de ofertas contractuales.
El art. 1056 del CC. dispone que “los actos anulados, aunque carezcan de los
efectos de los actos jurídicos, producen sin embargo, los efectos de los actos
ilícitos, cuyas consecuencias deben ser reparadas”. Lo dicho permite deducir que
son aplicables las normas del ámbito de la responsabilidad extracontractual.
Abarcaría los daños de consecuencias inmediatas y mediatas de la conducta
culposa del responsable, de conformidad con los art. 901 al 904 del CC. También
el lucro cesante, el que deberá ser evaluado en menor o mayor grado con el
criterio que se juzga la pérdida de chance.

Punto 41/42 . Capítulo 8


Antijuridicidad:
Introducción: lo ilícito es lo contrario a la ley. El concepto de antijuridicidad es
sinónimo de ilicitud. Lo más justo sería que es lo contrario a la ley más lo
contrario a los contratos, que son ley para las partes.
Antijuridicidad en el acto ilícito: concepto de acto ilícito: “el acto ilícito
consiste en una infracción a la ley que causa daño a otro y que obliga a la
reparación a quien resulte responsable, en virtud de imputación o atribución legal
de perjuicio”. O también: “Todo acto dañoso que contradice el ordenamiento
jurídico en sentido formal y material”.
Para que configure ilicitud, y obligue a la reparación del perjuicio, el acto debe ser
causado con culpa o dolo.
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El articulo 1066 particulariza el alcance del articulo 1109, sienta un principio
general de responsabilidad por el hecho propio al imponer la obligación de
indemnizar el daño que se causa cuando se ejecuta un hecho por culpa o
negligencia, encierra una regla general de conducta, que integra a la especifica.
Actos ilícitos propiamente dichos: su ilicitud se configura porque el hecho en si
mismo es contrario a la ley y causa daño a otro, ya sea por actuar con culpa,
dolo, ejerciendo antifuncionalmente los derechos, o por el mal uso de la cosa.
Actos ilícitos potenciales: son aquellos que no violan la ley, sino que al
conjugarse con otros factores extraños al acto mismo, la ley impone el deber de
no dejar sin resarcimiento el daño ocasionado. Ilicitud potencial.
Actos de violación positivos: o de comisión, (culpa por acción). La ley prohíbe su
ejecución. Ej:
a) prohibición expresa: prohibido cruzar en rojo.
b) prohibición tácita: contenida en la regla de actuar con prudencia y
diligencia. No hay semáforo pero debo cruzar igual con cierta prudencia y
cuidado.
c) comisión por omisión: requiere que el agente cometa un acto y omita otro
para reparar el daño. Ej: soy médico, corto una arteria y omito ligarla, el
paciente muere desangrado.
Actos de violación negativos: o de omisión (culpa por abstención). La ley ordena
su ejecución. Ej:
a) orden expresa: hay una ordenanza que ordena señalizar los lugares
donde se ejecutan obras para prevenir accidentes, y omito hacerlo.
b) orden genérica (tácita): veo a alguien en riesgo y no hago nada para
avisarle, permitiendo que le ocurra un daño.
En ambos casos, los positivos y los negativos, se omite una conducta debida.
Artículos relacionados:
Art.1066: “Ningún acto voluntario tendrá el carácter de ilícito, si no fuere
expresamente prohibido por las leyes ordinarias, municipales o
reglamentos de policía; y a ningún acto ilícito se le podrá aplicar pena o
sanción de este Código, si no hubiere una disposición de la ley que la
hubiese impuesto”.
Art.1074: “Toda persona que por cualquier omisión hubiese ocasionado un
perjuicio a otro, será responsable solamente cuando una disposición de la
ley le impusiere la obligación de cumplir el hecho omitido”.
Art.1109: “Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia
ocasiona un daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio. Esta
obligación es regida por las mismas disposiciones relativas a los delitos del
derecho civil”.
(Párrafo agregado por Ley 17.711) “Cuando por efecto de la solidaridad
derivada del hecho uno de los coautores hubiere indemnizado una parte
mayor que la que le corresponde, podrá ejercer la acción de reintegro”.

El principio general de responsabilidad por culpa contenido en el articulo 1109


domina todo el sistema del Código en esta materia., encierra un alto valor moral y
social, y ese deber de prudencia y diligencia que impone, tanto vale para actuar
cuando es preciso como para abstenerse cuando es necesario.

Antijuridicidad en el incumplimiento contractual: necesidad de un contrato


válido: la responsabilidad contractual supone la existencia de un contrato, el cual
impone al deudor la obligación de cumplir con el mismo, que resulta violada por
éste y que al causar un daño al acreedor lo obliga a repararlo.
El contrato debe ser válido. Si así no fuera no habría obligación alguna que
tuviese a aquel como fuente. Una vez ejecutado el contrato, y el mismo resulta
inválido por sentencia de nulidad, nacerán como efecto de la misma nuevas
obligaciones restitutorias, según el art. 1050 y ss. Lo expuesto no abarca la
responsabilidad extracontractual de la parte culpable que nace con la frustración
del contrato. La necesidad de que exista un contrato señala la presencia de un
elemento más estricto en esta responsabilidad que en la responsabilidad
extracontractual. La culpa surgida del contrato consistirá en una valoración
subjetiva de la conducta incumplida del deudor en relación con la esperada por el
acreedor para ser satisfecho su interés. De acuerdo a la naturaleza de cada
obligación, esa conducta será específica, no como en el ámbito de la
responsabilidad extracontractual que la conducta es genérica de no dañar a otro.

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El cumplimiento en la responsabilidad contractual están regulados
normativamente el modo, tiempo y lugar en que se deberá cumplir con la
prestación, independientemente de la imputabilidad del deudor, que supone
haber actuado con culpa o dolo.
El tiempo es importantísimo, ya que determina cuando debe cumplirse, y da
origen al tema de los D y P.
Art.1050: “La nulidad pronunciada por los jueces vuelve las cosas al mismo o igual estado
en que se hallaban antes del acto anulado”.
Incumplimiento relativo: MORA: “se entiende por mora del deudor al retardo en
el cumplimiento de la obligación”.
Da origen a los daños moratorios. Es un retardo relativo, ya que si bien no se ha
cumplido en término, aún puede cumplirse.
Elementos:
a) retardo, o sea, el incumplimiento material en relación al tiempo en que la
obligación debió cumplirse. La realización aún es posible.
b) imputable al deudor por su culpa o dolo.
c) que el acreedor haya sufrido un daño.
d) relación de causalidad entre el incumplimiento y el daño.
e) finalmente, el deudor debe ser constituido en mora por el acreedor.
Puede ser por interpelación (“ex persona”) o por el mero transcurso del
tiempo (“ex re”).

Nuestro código: Vélez optó por la mora “ex persona”, como lo decía en el art. 509
anteros a la reforma. No era de carácter absoluto, ya que había casos, como las
obligaciones de plazo esencial, que la mora era “ex re”.

Mora convencional: “cuando se haya estipulado que el mero vencimiento del


plazo la produzca”.
Existencia de un plazo esencial: “cuando de la naturaleza y circunstancias de la
obligación resulte que la designación del tiempo en que debía cumplirse la
obligación, fue un motivo determinante por parte del acreedor” (catering, torta,
etc). El retardo, en este caso, equivale a una inejecución completa.

Mora legal: la mora se constituye en “ex re” por disposición de la ley. Ej:
a) promesa de dote.
b) restitución de bienes dotales.
c) el socio que no aporto lo prometido a la sociedad, debe automáticamente
los intereses de ella, desde el día en que debió haberlos aportado.
d) cuando la fuente de la obligación sea un acto ilícito.
e) cuando la obligación resulte a la posesión de mala fe o de un delito.

El sistema legal después de la reforma: reforma fundamental con la ley 17711.


Cambio en el art. 509, que ahora establece:
Art.509: “En las obligaciones a plazo, la mora se produce por su solo vencimiento. Si el
plazo no estuviere expresamente convenido, pero resultare tácitamente de la naturaleza y
circunstancias de la obligación, el acreedor deberá interpelar al deudor para constituirlo en
mora. Si no hubiere plazo, el juez a pedido de parte, lo fijará en procedimiento sumario, a
menos que el acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de
cumplimiento, en cuyo caso el deudor quedará constituido en mora en la fecha indicada
por la sentencia para el cumplimiento de la obligación. Para eximirse de las
responsabilidades derivadas de la mora, el deudor debe probar que no le es imputable”.
Plazo y término: el plazo es el tiempo que transcurre desde su iniciación hasta su
finalización. Término es el día preciso en que concluye el plazo.
a) plazo determinado: es el que tiene prefijado un término. Puede ser
cierto (día preciso en que ocurrirá) o incierto (no está determinado
cuando ocurrirá el hecho fatal que pone fin al plazo).
b) plazo indeterminado: es aquel en que difiere la exigibilidad sin término.
Lo fijan las partes cuando crean conveniente o el juez, de no llegar
aquellas a un acuerdo.

Principio: mora “ex re”: plazo expresamente convenido. Difiere de otros códigos,
donde las excepciones supe-ran al principio. Entonces en nuestro código se
invirtió la técnica para consagrar el mismo principio, determi-nando uno general
según el cual la mora es automática.

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Excepción: mora “ex persona”: son casos excepcionales a la mora ex re, y son
los siguientes:
a) interpelación convencional: (art. 1197 del CC.) las partes convienen que
para quedar constituido en mora se debe interpelar.
b) existencia de un plazo tácito: (art. 509 2º parte del CC) “si el plazo no
estuviere expresamente convenido, pero resultare tácitamente de la
naturaleza y circunstancias de la obligación, el acreedor deberá interpelar
al deudor para constituirlo en mora”. Ya no alude a un “plazo esencial”, lo
cual sería otra categoría.
c) Obligaciones puras y simples: “exentas de toda modalidad, y son
exigibles desde su misma constitución, en la oportunidad mas próxima
que su índole consienta” (Llambías). Para ello el acreedor debe informar
al deudor su deseo de cobrar, dándole un plazo razonable al tiempo de
querer ejecutar la obligación, obrando así de buena fe.
d) existencia de plazo indeterminado: (509) “si no hubiere plazo, el juez, a
pedido de parte, lo fijará en procedimiento sumario, a menos que el
acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y
cumplimiento, en cuyo caso el deudor quedará constituido en mora en la
fecha indicada por la sentencia para el cumplimiento de la obligación”.
e) plazo expreso en obligaciones recíprocas con pacto comisorio tácito: se
debe interpelar al deudor, acordándole un plazo no menor a 15 días para
que cumpla la obligación.
f) Plazo incierto: el plazo incierto es un plazo cierto a la fecha del
acaecimiento del hecho fatal. Se rigen por el mismo método de la mora
“ex re”.

La interpelación: “cuando la mora no se produce “ex re” es necesaria la


interpelación del deudor para la constitución en mora (“ex persona”). Hecho
voluntario lícito por el cual el acreedor requiere al deudor el pago.
Caracteres:
a) derecho potestativo del acreedor.
b) hecho voluntario, consistente en una exigencia categórica del pago.
c) unilateral.
d) recepticia, destinada al deudor quien debe tener noticia para que se
produzca la mora.
e) no es formal, puede hacerse bajo cualquier forma expresa o positiva.

Requisitos que debe cumplir el requerimiento:


a) que el cumplimiento sea posible.
b) ofrecimiento de cooperación.
c) ausencia de incumplimiento por parte del interpelante (mora del
acreedor).

Efectos de la mora: la mora configura un incumplimiento relativo de la


obligación, imputable al deudor por su culpa o dolo.
a) efecto principal: hace responsable al deudor por el daño patrimonial que
sufra el acreedor. El deudor debe indemnizar por los daños e intereses
moratorios. Si la obligación se torna de incumplimiento absoluto, ya no
deberá intereses moratorios, sino intereses compensatorios, que abarcan
todos los daños sufridos por el acreedor (resarcimiento integral). Se
deben en carácter subsidiario de la prestación prometida incumplida.
b) traslación de los riesgos que estaban a cargo del acreedor y que en
adelante pasan al deudor.
c) la mora del deudor atribuye a la otra parte la facultad de resolver el
contrato, en razón del incumplimiento de aquel.
d) se suspende el curso de la prescripción, solo cuando el deudor es
interpelado de forma auténtica.
e) el deudor constituido en mora no pierde el “ius solvendi”.

Cesación de la mora: es la situación en que el deudor deja de estar en mora, sin


que ello signifique relevarlo de la responsabilidad que le incumbe por los D y P
ocasionados al acreedor mientras se hallaba moroso. El deudor deja de estar en
mora ya sea por el pago, o porque la prestación se ha tornado de incumplimiento
absoluto. Si el acreedor acepta el pago de la prestación sin reserva alguna, pone
fin a la mora, pero cesará también el derecho que tiene a reclamar los daños e
intereses moratorios producidos hasta el día de pago. En el segundo caso, la
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imposibilidad culpable hace cesar la mora, por inejecución absoluta, y se abre la
responsabilidad del deudor por los daños e intereses compensatorios, que
absorben en su integridad los moratorios.
Renuncia de los efectos de la mora: en esta situación, el acreedor abdica de
los derechos que tiene a reclamar los daños e intereses moratorios. Se renuncia
solamente al estado de mora, pero no a los efectos hasta el momento
producidos.
Mora del acreedor: (509) “el acreedor se encuentra en mora toda vez que por un
hecho, o una omisión culpable, hace imposible o impide la ejecución de la
obligación, por ejemplo, rehusando recibir el pago, no estando en el lugar
convenido para recibir la prestación, o acciones similares”. El deudor debe
interpelar, salvo cuando:
a) cuando el acreedor haya manifestado con anterioridad su voluntad de no
recibir el pago.
b) cuando el requerimiento se hiciera imposible por culpa del acreedor.

La mora del acreedor debe serle imputable por culpa o dolo.


Efectos:
a) responsabilidad del acreedor por los daños que cause al deudor la no
recepción de la prestación.
b) el deudor se libera de los riesgos de la cosa debida, que estaban a su
cargo como dueño de la misma antes de la tradición.
c) se suspende el curso de los intereses que estaban a cargo del deudor.

Cesa la mora del acreedor en los siguientes casos:


a) si el acreedor acepta la prestación después de estar en mora.
b) por renuncia expresa o tácita del deudor.
c) cuando la obligación se extingue como resultado del pago por
consignación.

Incumplimiento absoluto: se presenta en los siguientes casos:


a) Prestación imposible: “la responsabilidad del deudor existirá solamente
si la inejecución total es imputable al deudor por su culpa o dolo, o si este
se hubiera hecho responsable de los casos fortuitos o de fuerza
mayor....” (889). Si no se dan algunas de las condiciones mencionadas, la
obligación se extingue sin responsabilidad para el deudor. La prestación
resulta imposible si:
1) “si la obligación es de dar cosa cierta y esta se pierde” (890).
2) “si la obligación es de hacer o de no hacer, y se hace físicamente
imposible (impedimento físico del deudor), o legalmente imposible
(expropiación de la cosa). También si es de no hacer y el deudor se
niega a cumplir y fuere necesario ejercer violencia física para que
cumpla.
b) Cumplimiento irregular o defectuoso: “se considera que existe
inejecución total aunque exista un cumplimiento irregular o defectuoso,
que el acreedor no está obligado a aceptar (740, 747, 750). Salvo
pequeñas imperfecciones, donde no será posible que el acreedor
argumente una disconformidad. El caso donde el acreedor por un
pequeño defecto o cambio argumenta no estar conforme, constituye un
ejercicio abusivo de un derecho (1071).
c) Cumplimiento tardío: “existe también inejecución total cuando el
cumplimiento tardío de la obligación careciera de interés para el
acreedor”. Esto ocurre en los casos de plazo esencial. No se puede
hablar de mora, ya que el no cumplimiento en término extingue el interés
del acreedor.
d) Obligación de no hacer: en estas obligaciones la no abstención no
implica mora, sino incumplimiento.

Inimputabilidad de la inejecución:
a) Caso fortuito o fuerza mayor. Remisión: interrumpen el nexo causal, y
ubica la causa del daño fuera de la órbita de actuación del deudor. Se
extingue el vínculo obligacional y el deudor no es responsable de los daños
sufridos por el acreedor.
b) Imprevisión: (1198 reformado) “facultad atribuida al deudor, para demandar
la extinción de la obligación y su consiguiente liberación sin responsabilidad”.
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Aquí no se interrumpe el nexo causal, no se extingue la obligación. Lo que
sucede es que la obligación se torna de cumplimiento imposible, salvo que el
deudor mejore la oferta de las condiciones.
1) Orígenes y desenvolvimiento de la teoría: Su origen esta en el
derecho canónico romano, por la usura. “Pacta sunt servanda”, siempre
que “rebus sic stantibus”, era la regla y excepción. Es muy aplicada en
condiciones de inestabilidad económicas donde las convenciones de los
contratos varían rápidamente por los desajustes monetarios.
2) Fundamentos jurídicos: son varis las teorías para fundamentar, a
saber:
A. Presuposición: (Winscheid) “Debe considerarse no solamente
lo que las partes plasman en el contrato, sino también aquello que
presuponen y forma el sustrato del mismo. Sin esa base que crea al
clima de la negociación se desintegra la voluntad contractual, y la
obligación pierde su causa”.
B. Base del negocio: (Oertmann) “El negocio jurídico constituye la
condición implícita del acto jurídico, que resultaría sustancialmente
modificada al cambiar las bases sobre las que se contrató”.
C. Equilibrio de las prestaciones: (Giorgi) “Razones de equidad y de
justicia retributiva exigen que la ley obligue al magistrado restablecer
el equilibrio legal, suprimiendo toda desigualdad entre las partes”.
D. Abuso de derecho: (Ripert) “En el hecho imprevisto, el acreedor, al
intentar exigir el cumplimiento de la obligación, comete una suprema
injusticia, haciendo uso abusivo de sus derechos, lo cual puede
hasta configurar el enriquecimiento ilícito”.
E. Buena fe: “Pretender imponer a una de las partes la ejecución
de una obligación donde han variado sustancialmente las
condiciones originales es contrario a la buena fe que debe regir la
convención de los contratos”.
3) Régimen legal:
A. el hecho debe reunir las características del caso fortuito o fuerza
mayor, salvo en lo que respecta al vínculo. Debe provocar excesiva
onerosidad en el cumplimiento de la prestación para la parte
perjudicada.
B. Ámbito de aplicación: esta doctrina tiene aplicación solo en los
contratos a los que se refiere expresamente la citada norma legal.
C. Requisitos de aplicabilidad: para que el deudor se halle obligado y
pueda imponer la imprevisibilidad no debe haber actuado con culpa o
incurrido en mora (1198 in fine).
D. Pacto de garantía: análogo al caso fortuito. El deudor puede
obligarse a cumplir aún en el caso de imprevisión.
E. Efectos: “Si la parte perjudicada pide la rescisión, la otra parte
puede oponer mejorar las condiciones del contrato”.
c) Rescisión:
1) la obligación se extingue sin responsabilidad para el deudor. La
imprevisión obra como causa de inimputabilidad.
2) solo puede ser pedida por la parte perjudicada.
3) el juez NO puede declararla de oficio.
d) Revisión:
a) la parte beneficiada puede ofrecer mejorar las condiciones del contrato.
Es su facultad.
b) si no se ponen de acuerdo entre las partes, el juez ajusta aplicando el
criterio de equidad.

Punto 43/44/45. Capítulo 9


Daño:
Daño patrimonial: “Menoscabo patrimonial no justificado de un tercero, que da
origen al reclamo del debido resarcimiento para restablecer el patrimonio al
estado original”.
Este deber de resarcir se llama “Responsabilidad Civil”.
“No hay sanción resarcitoria si no hay DAÑO”. El daño es el elemento del acto
ilícito. Debe ser causado con culpa, dolo o negligencia.
Art. 1067.- No habrá acto ilícito punible para los efectos de este Código, si no
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hubiese daño causado, u otro acto exterior que lo pueda causar, y sin que a sus
agentes se les pueda imputar dolo, culpa o negligencia.

Daño justificado (no resarcible): por ejemplo por:


A) inimputabilidad: cundo el sujeto es inimputable, porque causa un daño
actuando sin discernimiento (Excepción: la solución de equidad del art. 907
del CC.).
1) menores de 10 años.
2) Demente, que no actúa en intervalo lúcido, o cualquiera que ejecute el
acto privado de su razón (ebriedad, drogas). Es estado de ebriedad o
similar no debe ser causado adrede para cometer el acto ilícito.
B)Inculpabilidad: en este caso la voluntad se encuentra viciada por el error
o por la violencia (sin libertad), lo cual excluye la Culpa.
C)Incausalidad: interrupción del nexo causal, por un hecho ajeno a la
órbita de actuación del presunto autor. Caso fortuito o fuerza mayor, o un
hecho de un tercero por el cual el no responde, o por culpa de la víctima.
D) Justificación del hecho: puede ser justificación por la ley o por
consentimiento de la víctima.
1) por la ley:
a) Estado de necesidad: persona que para salvarse a si misma, o a otro,
sus propios bienes o los de otro, daña a un tercero. Se actúa así
porque no hay otro camino posible.
Requisitos:
+ Que se llegue al acto sin culpa del autor.
+ Que no haya sido evitable de otra forma menos dañosa.
+ Que sea para evitar un peligro inminente y actual.
+ Que haya razonabilidad entre el acto que se comete y el que se evita.
b) Legítima defensa: medio de defensa privada de la posesión (art. 2470
del CC.)
Requisitos:
+ Que la agresión recibida o a recibir sea ilegítima, injusta.
+ Que el ataque sea presente y no haya finalizado su ejecución (No
vengarse luego del ataque).
+ Que haya razonabilidad entre el medio empleado para repeler o
impedir y el daño.
+ Que no haya provocación previa por parte del que se defiende.
c) Autoayuda: es la justicia por mano propia jurídicamente controlada (art.
2517 del CC.). Faculta al propietario de un predio para remover sin
previo aviso las cosas que se hubieran puesto en el mismo, sin su
consentimiento.
Requisitos:
+ Que se esté protegiendo un derecho amparado por la ley.
+ Que sin la autoayuda, haya peligro que el derecho se frustre
irreparablemente.
+ Que no haya tiempo a acudir a la autoridad pública.
d) Ejercicio legítimo de un derecho: (1071) sin abuso de derecho. “Daño
causado en el legítimo ejercicio de un derecho (sin alterar la buena fe,
la moral y las buenas costumbres).
2) Por consentimiento del damnificado:
a) Expreso: con una cláusula de irresponsabilidad. Dispensa del
dolo o la culpa. Remisión.
b) Tácito: aceptación del riesgo, ej:
+ Actos de abnegación y altruismo: es el acto que ejecuta una persona
que, en ausencia de toda obligación jurídica, acepta deliberadamente el
sacrificar, de manera espontánea, su vida en defensa o auxilio de otro.
Circunstancias:
a) necesidad del otro de ser auxiliado.
b) intervención voluntaria del altruista.
c) inexistencia de obligación legal de auxilio.
d) riesgo grave de vida e integridad física.
De no actuar no incurre en abandono de persona por omisión, ya que
no está obligado por la situación. Es de carácter espontáneo.
+ Participación en competencia riesgosa: automovilismo, box, etc. Con
consentimiento.
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+ Transporte benévolo: trasladar a otra persona por mera cortesía.
Condiciones:
a) voluntad del conductor de transportar a un tercero.
b) el beneficiario y el conductor no deben estar unidos por una
relación jurídica que determine la necesidad del viaje.
c) el viajero no está obligado a retribuir el favor, es mera
cortesía recibida.

Daño resarcible: daño patrimonial y/o daño moral. No solo la afectación del
patrimonio, sino también los sentimientos, el honor y todas las afecciones
legítimas.
Daño patrimonial: (1068) “Habrá daño siempre que se causare a otro algún
perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria, o directamente en las cosas de
su dominio o posesión, o a sus derechos o facultades”.

a) daño emergente: perjuicio efectivamente sufrido. “Empobrecimiento del


patrimonio en sus valores actuales, sea por la ejecución del acto ilícito o por la
inejecución de la obligación a su debido tiempo”.
b) lucro cesante: la ganancia de que fue privado el damnificado (1069).
“Frustración de una ganancia o de una utilidad que haya dejado de
percibir sea la víctima de un acto ilícito, o le acreedor de una obligación
por la falta del oportuno cumplimiento”.

Requisitos del daño resarcible:


a) daño cierto: debe ser constatada la existencia del daño para poder
condenarse al pago correspondiente. No deja de ser cierto por no se actual ni
líquido. Puede ser actual y determinado en su monto (destrucción de cosa cierta)
o futuro y determinable. La jurisprudencia moderna considera que la perdida de
una “chance” es un daño actual y cierto, y por lo tanto, susceptible de ser
indemnizado.
b) Subsistente: no debe haber desaparecido al momento de ser resarcido.
Si la víctima reparó el daño sufrido en su entidad, debe ser indemnizado, ya que
el daño sigue vigente hasta que su patrimonio se restablezca. Si el daño fue
reparado por un tercero, existe subrogación. Se extingue la obligación del deudor
con respecto al acreedor original, pero el vínculo queda latente, ahora entre al
deudor y el tercero acreedor.
c) Personal: el daño debe ser propio de quien reclama la indemnización. No
se puede pretender ser indemnizado por el daño sufrido por otro. Puede ser
directo (gastos en curación de lesiones propias) o indirecto (gasto en curación de
lesiones de un familiar). Debe resarcirlo el responsable del acto ilícito (1079).
d) Interés legítimo: el interés afectado debe estar tutelado por la ley, debe
ser un interés jurídico. Se admite la equidad, en casos no protegidos por
la ley, pero que no abarcarlos sería un claro ejemplo de injusticia, como
el de concubinato.

Diferentes clases de daño: según derive del incumplimiento de un contrato o de


un acto ilícito.
Daños en la responsabilidad contractual:
a) daño compensatorio y moratorio: si el incumplimiento es definitivo el daño
compensatorio, por el menoscabo patrimonial que se produce. Si el
incumplimiento es relativo, el daño es moratorio, por el retardo
jurídicamente relevante.
b) daño intrínseco y daño extrínseco: el primero es el que se produce en
relación al objeto mismo de la prestación. El segundo es el que el
acreedor sufre en otros bienes distintos al objeto de la prestación.
c) daño común y daño propio: el primero es el que habría experimentado
cualquier persona con el incumplimiento de la obligación. El segundo es
el que sufre una persona determinada por circunstancias que le son
particulares. El daño común siempre es indemnizable, no así el propio.

Daños en la responsabilidad extracontractual:


a) Daño directo y daño indirecto: tiene que ver con quienes están
legitimados para reclamar la indemnización. El primero es si lo reclama la
víctima del hecho. El segundo es cuando lo reclama otra persona distinta
de la víctima, que ha sufrido un perjuicio en un interés propio y legítimo.
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Otra interpretación es la siguiente: Daño directo es cuando la lesión recae
en cosas del dominio o posesión del ofendido. Daño indirecto es cuando
la lesión se refleja en el mal hecho a su persona o a sus derechos o
facultades.

Daños en ambas responsabilidades:


a) Daño inmediato y mediato: tiene que ver con las consecuencias
inmediatas y mediatas de que habla el art. 901 del CC. Las primeras son
las que resultan según el curso natural y ordinario de las cosas. Las
segundas son las que resultan de la conexión de un hecho con un
acontecimiento distinto.
b) Daño previsto (en abstracto) o daño imprevisto: (previsible o no). Daños
previstos son los que el deudor o el autor del acto ha considerado
posibles al contraer la obligación o ejecutar el acto. Daños imprevistos
son los que no han podido ser considerados en los casos expuestos.
Previsible es aquel que ha podido preverse en iguales circunstancias e
imprevisibles son aquellos que no han podido preverse.
c) Daño actual, futuro y eventual: los dos primeros llenan el requisito de ser
ciertos, para atribuir al daño la calidad de indemnizable.

Pérdida de chance: “ocurre cuando como consecuencia del incumplimiento de un


contrato o de la comisión de un acto ilícito, sea el acreedor o la víctima, se ven
privados de obtener una ganancia probable, o de evitarse un perjuicio
conjurable”. Ej: el deudor tarda en enviar un caballo al acreedor, lo cual ya es un
incumplimiento, pero además el caballo estaba inscripto en una carrera que muy
posiblemente ganaría y obtendría un premio. Lo reconocido no es la
eventualidad, sino la real pérdida de la chance por el incumplimiento de un
tercero, por eso la indemnización se valúa con la chance misma y no con la
ganancia supuesta perdida, y el valor de la frustración se determina en base al
grado de probabilidad. En la responsabilidad contractual malicioso o doloso, es
una “consecuencia mediata previsible”. En la doctrina y jurisprudencia nacional
han admitido el resarcimiento en casos en que se planteo la cuestión acerca de la
perdida de una “chance” o probabilidad de ganancia.
Prueba del daño: “al actor le incumbe la prueba de los hechos constitutivos del
derecho que invoca en la demanda”. Al damnificado que pide el resarcimiento le
corresponde probar la existencia del daño y la cuantía del mismo.
Probado el daño y no la cuantía del mismo, quedará al criterio del juez fijarlo.

Determinación del daño:


a) Modificaciones intrínsecas: las modificaciones imputables para la
valuación del daño al día de la sentencia, son solo las intrínsecas, o sea las que
experimenta el proceso normal de los elementos constitutivos del daño. No deben
tomarse en cuenta las modificaciones extrínsecas, que son las ajenas a la
normalidad de dicho proceso. Ej: si de un accidente una persona sufre una
fractura, pero en el proceso de recuperación se cura totalmente, hay una
variación intrínseca del daño, que produce la disminución del mismo. Si con
motivo de la secuela, recibe una pensión, este es un factor extrínseco que no
debe ser computado para la para la determinación del daño resarcible. Las
modificaciones intrínsecas deben ser reclamadas en el transcurso del proceso
antes de la sentencia, no luego.
b) Compensación de beneficios: “la víctima no debe enriquecerse a
expensas del responsable, o sea que el acto ilícito no debe ser una
fuente de lucro para la víctima, Esta debe recibir el resarcimiento
integral del daño causado, pero no mas”. Debe determinarse entonces
la medida del perjuicio del patrimonio del damnificado, computando las
consecuencias perjudiciales del acto, pero también las beneficiosas
que también hubieren resultado del mismo. El balance dará un
resultado neto, y es a lo que se llama “compensación de beneficios”.

Valuación del daño: determinación de su valor, es decir, como medirlo en dinero


para fijar la correspondiente indemnización. Puede ser legal, convencional o
judicial.
a) valuación legal: la valuación legal resulta de ciertas leyes que prevén
topes máximos o mínimos de indemnización para supuestos en ellas
contemplados (Ley de accidentes de trabajo, despidos).
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b) valuación convencional: si no lo fija la ley, las partes pueden establecerlo
convencionalmente, ya sea por un acuerdo anterior a la existencia del daño
(cláusula penal) o por un acuerdo posterior (acuerdan el monto del resarcimiento,
de no ponerse de acuerdo lo hacen vía transaccional).
c) valuación judicial: si no acuerdan las partes, ni se fija por una ley, lo fija el
juez a través de la sentencia.

Cláusula penal: por medio de ella las partes convienen anticipadamente a la


inejecución de la obligación, el monto de resarcimiento que el deudor deberá
pagar al acreedor por concepto de D y P.
La cláusula penal tiene una función compulsiva y otra indemnizatoria. Otros
agregan una tercera función, la resolutoria.
a) función compulsiva: refuerza el vínculo y suministra al acreedor un medio
de eficacia mas intensa que la simple acción encaminada a la prestación
b) función indemnizatoria: constituye una liquidación anticipada de la
indemnización que corresponderá al acreedor por inejecución o retardo.
c) función resolutoria: en los contratos con prestaciones recíprocas, se
entiende implícita la facultad de resolver las obligaciones emergentes de
ellos en caso que una de las partes no cumpliere su compromiso.

Método del código: el código legisla sobre este tema en la parte “de las
obligaciones con cláusula penal”. Este método es criticado por la doctrina, ya que
debería estar, por su función resarcitoria, en la parte de los daños e intereses.
Finalidad práctica: originalmente en Roma tenía la finalidad práctica para el
acreedor de no tener que probar los perjuicios ni establecer su monto, ya que el
mismo estaba fijado desde el comienzo de la obligación a través de la CP. En la
actualidad, se mantiene esa finalidad práctica, y se agrega el beneficio para el
deudor, ya que limita su responsabilidad por D y P al monto estipulado.
Clasificación:
a) cláusula penal moratoria: la estipulada para el caso de retardo o mora.
Esta es acumulable con el pedido de cumplimiento de la obligación
b) cláusula penal compensatoria: la estipulada para el caso de
incumplimiento total de la obligación. Esta no puede ser reclamable junto
con el cumplimiento de la obligación, ya que la misma es de
incumplimiento definitivo. Actúa en lugar de la prestación principal, y
compensa el daño que genera la inejecución total y definitiva.

Caracteres:
a) accesoria: depende de una obligación principal, y solo se aplica ante el
incumplimiento de aquella. Si la obligación principal se anula o extingue lo mismo
ocurre con la CP. Hay excepciones:
4) obligación natural: puede ser puesta para asegurar el
cumplimiento de una obligación natural, no exigible judicialmente, pero si lo será
la obligación contenida en la CP.
5) Venta de cosa ajena: si la cosa vendida es ajena y el comprador
lo ignoraba, el contrato es nulo y el vendedor debe daños y perjuicios. Se anula la
obligación principal, pero subsiste la obligación contenida en la CP.
6) cosas inexistentes: lo mismo ocurre si en contrato se estipuló
como objeto una cosa inexistente. Subsiste la CP. pactada.
b) subsidiaria: tiene el mismo carácter subsidiario que se le ha reconocido a
la indemnización de D y P. Por ello no es acumulable a la prestación principal.
c) condicional: la obligación de la CP. está sometida a la condición
suspensiva de carácter negativo, de que la obligación principal no se cumpla por
el deudor. Es potestativa del deudor, ya que se activará solo con su
incumplimiento.
d) es de interpretación restrictiva: puesto que es un derecho excepcional
que le corresponde al acreedor, debe siempre interpretarse y aplicarse con
criterio restrictivo.
e) es inmutable: su monto, en principio, no es susceptible de modificación o
ajuste. Se fija de antemano.
f) es definitiva: una vez que se hace exigible, tiene carácter definitivo, y no
puede el deudor negarse a pagarla.

Comparación de la Cláusula Penal con otras obligaciones:

- -
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Con las obligaciones alternativas: CP: “A” se obliga a entregar un caballo a “B”.
De no cumplir se obliga a entregar $ 500. Alternativa: “A” se obliga entregarle a
“B” un caballo, o $ 500.
a) en la obligación con CP existen dos vínculos obligatorios en relación de
interdependencia. En la obligación alternativa existe un solo vínculo con
diversas prestaciones.
b) en las prestaciones de la obligación con CP. hay una relación de
subordinación entre ambas. En la obligación alternativa, las prestaciones
están a un mismo rango.
c) por la misma razón, en la obligación con CP. se producen los efectos
propios de accesoriedad en cuanto a la nulidad y extinción de la
obligación principal. En la obligación alternativa, el vicio que afecta a una
de las prestaciones o la pérdida de cualquiera de ellas, por caso fortuito o
fuerza mayor, no afecta la obligación, la cual subsiste con respecto a las
demás prestaciones.
d) en la obligación con cláusula penal, el deudor no puede eximirse de la
obligación pagando la pena. En la obligación alternativa tiene la elección
el deudor entre una u otra prestación, para extinguir la obligación
cumpliendo una sola.

Con las obligaciones facultativas: CP: “A” se obliga a entregar un caballo a “B”.
De no cumplir se obliga a entregar $ 500. Facultativa: “A” se obliga a entregar a
“B” un caballo, con la facultad de sustituir el caballo por $ 500.
a) en la obligación con CP. existen dos vínculos obligatorios en relación de
interdependencia, cada uno con su respectiva prestación. En la
obligación facultativa hay una sola obligación con una prestación debida y
otra en facultad de pago, aunque en relación de accesoriedad con
aquella.
b) en la obligación facultativa, el deudor puede sustituir el objeto del
pago. En la obligación con CP. no puede eximirse de de la obligación
principal pagando la pena.

Con las obligaciones condicionales: CP: “A” se obliga a entregar un caballo a


“B”. De no cumplir se obliga a entregar $ 500. Condicional: “A” se obliga a pagar
$ 500 a “B” si no le entregara un caballo dentro de un plazo determinado.
a) en la obligación con CP. la obligación es pura y simple, y el derecho del
acreedor existe plenamente desde la constitución de la obligación. En la
obligación condicional, el vínculo esta sujeto a una modalidad (condición)
y el derecho, por consiguiente, no esta definitivamente adquirido.
b) el caballo constituye el objeto de la prestación en la obligación con CP.
En la obligación condicional, no constituye el objeto, sino que está en la
modalidad del vínculo.

Cláusula penal y arras: o seña. Las arras tienen el carácter de penitenciales,


constituyen una cláusula de arrepentimiento. “Art. 1202: “quien la dio puede
arrepentirse del contrato, o puede dejar de cumplirlo, perdiendo la señal”.
También puede arrepentirse quien la recibió, con lo cual debe devolverla
doblando su valor. Diferencias:
a) las arras autorizan a las partes a disolver el contrato. La CP. no.
b) La CP: funciona en favor del acreedor, las arras facultan a ambas partes
a ejercer el mismo derecho.
c) el deudor de una obligación con CP. no puede eximirse de la obligación
pagando la pena. En cambio, quién hubiere recibido o entregado arras
puede liberarse de la obligación arrepintiéndose.
d) el acreedor de una obligación con CP. no puede rechazar el pago de la
prestación que le ofrezca el deudor en tiempo oportuno, para acceder a la
CP. En cambio, puede rechazarse ese ofrecimiento si hubiera arras,
devolviendo la seña doblada.
e) en caso de incumplimiento, la CP. constituye la indemnización
convencional que fija el tope resarcitorio. En cambio, las arras, no
cumplen esa función en caso de inejecución, pues ellas son previstas
para el supuesto de arrepentimiento.

Tiempo, forma y modalidad de la estipulación: puede estipularse la cláusula


penal el tiempo de constituirse la obligación, o posteriormente, pero siempre
entes de la inejecución. Puede sujetarse a cualquier forma de modalidad: tiempo,
plazo y cargo.
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Causa fuente de la obligación de CP: su fuente esta en todos los actos
creadores de obligaciones, aún sin ser contratos. Hasta puede hacerse un legado
con una CP. para el cumplimiento de un cargo a cumplir por el heredero.
Sujetos y objeto de la pena: generalmente los sujetos activos y pasivo de la CP.
son los mismos que los de la obligación principal. Nada obsta para que alguno de
los sujetos sea un tercero en relación a esta. Sería una situación similar a la de
un fiador, y limita su responsabilidad al monto estipulado para la pena. El objeto
de la CP. debe reunir los mismos requisitos que el objeto de una obligación.

Inmutabilidad de la pena: es uno de sus caracteres. Es así por dos motivos:


a) la estipulación persigue una finalidad práctica, cual es la de evitar toda
cuestión sobre la existencia y monto de los daños. Si el monto pudiese
ser alterado esta convención no tendría efecto.
b) el respeto a la voluntad de las partes, presente en todo contrato, en este
caso con respecto a los daños e intereses. Su origen data del derecho
romano.

En el derecho comparado se ven las siguientes orientaciones de este principio:


1) inmutabilidad absoluta: la descrita anteriormente.
2) inmutabilidad relativa: se consagra el mismo principio, pero con la
posibilidad de su revisión cuando la pena es excesiva.
3) reducción dentro de ciertos límites: fija el valor de la CP. en un valor
equivalente a la prestación principal.

Nuestro código: antes de la reforma, no era uniforme la inmutabilidad absoluta,


ya que la jurisprudencia en ciertos casos corregía los montos excesivos. Con la
reforma se derogó el art. 522, y se agregó un párrafo al art. 656: “los jueces
podrán, sin embargo, reducir las penas cuando su monto desproporcionado con
la gravedad de la falta que sancionan, habida cuenta del valor de las
prestaciones y demás circunstancias del caso, configuren un abusivo
aprovechamiento de la situación del deudor”.
Caso de cumplimiento parcial o irregular: el art. 660 dispone que “si el deudor
cumple solo una parte de la obligación, o la cumple de un modo irregular, o fuera
del lugar o tiempo a que se obligó, y el acreedor la acepta, la pena debe
disminuirse proporcionalmente, y el juez puede arbitrarla si las partes no se
conviniesen”. Lo mencionado constituye una limitación legal del principio de
inmutabilidad.
Caso de incumplimiento doloso: la regla según la cual el acreedor no puede
pretender otra indemnización, aunque el daño por el sufrido sea mayor, tiene
excepción cuando el incumplimiento de la obligación con CP. sea doloso.

Efectos de la cláusula penal:


a) cláusula penal compensatoria:
1) efectos con respecto al deudor: su obligación principal sigue siendo
la pactada, de modo que no puede liberarse de ella ofreciendo el
pago de la pena. Si cuando el acreedor opta por el pago de la CP.
2) efectos respecto del acreedor: producida la inejecución de la
obligación, nace el derecho de la opción para el acreedor, quien
puede exigir el cumplimiento de la prestación principal, si aún es
factible, o el pago de la pena. No ambas a la vez, ya que no son
acumulables, salvo que se hubiera convenido así. El derecho de
opción es irrevocable.
b) cláusula penal moratoria: no es subsidiaria de la prestación principal, sino
que esta pactada por el retardo en el cumplimiento, por lo cual si es
acumulable con aquella.

Condiciones de aplicación: el deudor no responde por el pago de la CP. si no le


es imputable la inejecución por su culpa o dolo. El art. 654 parece decir lo
contrario, pero no es así, ya que no habla de simples dificultades para dispensar
el incumplimiento.
Obligaciones de sujeto plural: art. 661. “sea indivisible o divisible la obligación
principal, cada uno de los codeudores o de los herederos del deudor, no incurrirá
en la pena sino en proporción de su parte, siempre que sea divisible la obligación
para la CP”.
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Art. 662: “si la obligación de la cláusula penal fuere indivisible, o si fuere solidaria
aunque divisible, cada uno de los codeudores, o de los coherederos del deudor,
queda obligado a satisfacer la pena entera”.
Las distintas hipótesis que pueden surgir en cuanto a las combinaciones de
obligación principal y obligación de la cláusula penal, pueden resolverse
aplicando los siguientes principios:
a) no rigen los efectos de la accesoriedad en cuanto a que la naturaleza de
lo accesorio se determina por la de lo principal. Los deudores cumplen
como corresponda lo principal y como corresponda la CP., según la
naturales de cada obligación.
b) si la prestación principal es divisible o indivisible, la CP. se deberá cumplir
en su totalidad por cada uno de los codeudores, o solo por su parte
según que el objeto de ella indivisible o divisible. Lo mismo para los
acreedores.
c) sea la prestación principal simplemente mancomunada y la CP. solidaria
o simplemente mancomunada, tanto los codeudores como los
coacreedores se someterán al régimen de la CP.
d) por excepción, si la obligación principal es solidaria, la CP. tiene igual
carácter.
e) si la prestación principal es indivisible, solo están obligados a pagar su
parte en la pena o totalidad de la misma el deudor o los deudores
culpables de la falta de cumplimiento de la obligación habida cuenta del
principio de personalidad de la culpa.
f) si la prestación principal es solidaria todos los deudores están obligados
a pagar la totalidad de la pena, cualquiera sea el culpable del
incumplimiento de la obligación principal, conforme al principio de
representación recíproca.

Daño moral:
Concepto. Si la lesión se dirige a los bienes que forman el patrimonio, el daño es
material o patrimonial, si la lesión afecta la integridad corporal o la salud de las
personas, el daño es moral, porque los bienes atacados son inmateriales.
Definición. “lesión en los sentimientos que determina dolor o sufrimiento físicos,
inquietud espiritual o agravio a las afecciones legítimas, y en general toda clase
de padecimientos insusceptibles de apreciación pecuniaria”.
Otra: “alteración de la tranquilidad espiritual”.

Bien jurídico e interés legítimo: los bienes jurídicos son las cosas que
constituyen objeto de los derechos patrimoniales, así como los derechos mismos.
Son también bienes jurídicos los atributos o calidades de la persona humana
como sujeto de derecho. El objeto del daño en sentido jurídico no es otra cosa
que un interés humano jurídicamente tutelado.
Daño patrimonial y daño extrapatrimonial: el interés y el daño patrimonial es
aquel susceptible de apreciación pecuniaria. Si el daño recae en un bien jurídico,
cualquiera sea este, y repercute en el patrimonio
afectando un interés legítimo, es patrimonial.
Ahora, si el daño recae sobre un bien jurídico cualquiera y repercute en la
persona afectando interés jurídico no patrimonial, como el espíritu o los
sentimientos, el daño es extrapatrimonial o perjuicio moral. Clasificación:

a) daño patrimonial directo: el daño recae sobre un bien jurídico material,


alterando un interés legítimo de carácter económico, ya que altera la
integridad del patrimonio.
b) daño patrimonial indirecto: el daño recae sobre un bien jurídico inmaterial
atacando la vida, el cuerpo, la salud, el honor o la libertad de una persona
y afecta al mismo tiempo un interés jurídico patrimonial por la pérdida de
un beneficio económico.
c) daño moral indirecto: el mismo daño visto antes, pero que repercute en
los sentimientos por el valor afectivo de la cosa atacada, produciendo un
desequilibrio emocional a causa de la angustia o pena por su pérdida.
d) daño moral directo: el daño recae sobre un bien jurídico inmaterial
atacando la vida, el cuerpo, la salud, el honor o la libertad de una persona
y afecta al mismo tiempo un interés jurídico no patrimonial.

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Un perjuicio material puede repercutir en la persona, en su moral, en su honra e
importar también un daño moral. Y un daño moral, como el devenido del
resultado de una lesión, puede acarrear un daño material en tratamientos,
pérdida de chance, etc.
Cuando el daño moral lo padece indirectamente otra persona distinta de la
victima, se denomina perjuicio de afección. En nuestra legislación no puede
invocarlo ningún tercero y no cualquier pariente de la victima, sino solamente los
herederos forzosos.

Fundamento y naturaleza de la reparación: cuestión de debate que ha dado


vida a las siguientes teorías:

a) Teoría del resarcimiento: (mayoría doctrinaria) la reparación del daño


moral no difiere de la reparación del daño material, ya que aquel como
éste no son mas que especies de daño, y por consiguiente, la reparación
en ambos casos cumple una función resarcitoria. En la reparación moral
no se busca cuantificarlo en valor, sino compensar el dolor sufrido. No es
de carácter punitivo, sino resarcitorio.
b) Teoría de la sanción ejemplar o represiva: (minoría doctrinaria, rechaza la
anterior) la reparación del daño moral encuentra su justificación no en la
víctima, sino en el ofensor. No constituye un resarcimiento sino una pena
civil mediante la cual se reprueba ejemplarmente la conducta del ofensor.

Régimen legal de la reparación: en nuestro código está contemplado en el


reformado art. 1078. La ley 17711 modificó sustancialmente el artículo en
cuestión (y el art. 522), para terminar con la diversidad de interpretaciones que se
le daba.
Art.522: “En los casos de indemnización por responsabilidad contractual el juez podrá
condenar al responsable a la reparación del agravio moral que hubiere causado, de
acuerdo con la índole del hecho generador de la responsabilidad y circunstancias del
caso”.
Art.1078: “La obligación de resarcir el daño causado por los actos ilícitos comprende,
además de la indemnización de pérdidas e intereses, la reparación del agravio moral
ocasionado a la víctima.
La acción por indemnización del daño moral sólo competerá al damnificado
directo; si del hecho hubiere resultado la muerte de la víctima, únicamente
tendrán acción los herederos forzosos”.
En la órbita contractual, no impone la reparación del daño moral, pero el juez
“podrá” condenar a la reparación. En la órbita de los actos ilícitos tiene un
carácter imperativo, de donde nace la necesidad de imponer el resarcimiento
moral al solo pedido del afectado.
Legitimación activa para reclamar reparación: en principio solo la víctima del
agravio, como damnificado directo. Por excepción los allegados como
damnificados indirectos. Si del hecho resultare la muerte de la víctima, la acción
podrá ser ejercida por los herederos forzosos, como damnificados indirectos. No
es subrrogable. Si la víctima muere pero antes inicio la demanda, esta pasa a los
herederos y sucesores universales, como parte del patrimonio.
Las personas jurídicas no pueden, en ningún caso, sufrir daño moral, que es un
padecimiento, o sea una lesión a los sentimientos. En resumen, las personas
jurídicas no están legitimadas activamente para reclamar por presunto daño
moral; los ataques a sus derechos patrimoniales solo son indemnizables si
afectan directamente el patrimonio; los derechos extrapatrimoniales como el
nombre y la reputación gozan de protección jurídica, pero no legitiman para
demandar resarcimiento por daño moral y sí solamente si hubiere daño
patrimonial indirecto; los miembros y representantes no están legitimados para
reclamar a titulo propio indemnización por el daño moral que sufran
indirectamente.

Punto 46/47. Capítulos 10/11.


Relación de causalidad entre el daño y el hecho. “el daño cuya reparación se
pretende debe estar en relación causal adecuada con el hecho de la persona o
de la cosa a las cuales se atribuye su producción”. Nexo de causalidad. De lo
contrario se le imputaría a alguien lo hecho por otro o por la cosa de otro.

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“La relación causal es un elemento del acto ilícito, o del incumplimiento
contractual, que vincula el daño directamente con el hecho, e indirectamente con
el elemento de imputación subjetiva o de atribución objetiva”.
Hay varias teorías:

1. Teoría de la equivalencia de las condiciones: (Stuart Mill) había


establecido en el terreno filosófico que la causa de un resultado es la suma
total de las condiciones positivas y negativas tomadas en conjunto que
concurren a producirlo. Esto dio lugar a la “Teoría de la equivalencia de las
condiciones”, de Von Buri, donde se sostenía lo siguiente: “todas las
condiciones, positivas o negativas, concurrirían necesariamente a producir
el resultado de manera tal que, suprimida una sola de ellas, el resultado no
se dará”. Era lógicamente rigurosa, y que una persona, cumpliera una sola
de las condiciones, ya lo hacía culpable, por mínima que hubiera sido su
participación, con lo cual se torno inaceptable. La cuestión fue entonces
determinar cual condición era importante y cual podía no tenerse en cuenta,
lo que dio lugar a:
2. Teoría de la causa próxima: “se llama causa solamente a aquella de las
diversas condiciones de un resultado que se halla temporalmente mas
próxima a este”. La demás son solo condiciones. Se le atribuye a Francis
Bacon. Considera la causa inmediata y ultima. La crítica de Orgaz es
atendible, sostiene que no siempre la condición más cercana o última
genera el resultado. Ej: una persona de manera dolosa o culposa deja por
remedio un veneno, lo cual es suministrado por la enfermera, y el paciente
muere. Con esta teoría la homicida es la enfermera.
3. Teoría de la condición preponderante: “la causa, resulta ser aquella condición que
rompe el equilibrio entre los factores favorables y contrarios a la producción del
daño, influyendo decisivamente en el resultado”.
4. Teoría de la causa eficiente: “no todas las condiciones tienen la misma eficiencia
en la producción del resultado. Ellas no son equivalentes, pues algunas resultan
mas eficaces que otras”. (crítica: cual sobre cuales).
5. Teoría de la causa adecuada: es la predominante actualmente. (Von
Kries) “no todas las condiciones necesarias para un resultado son
equivalentes. Aquella que según el curso natural y ordinario de las cosas es
idónea para producir el resultado, es la causa”. Las demás son condiciones
antecedentes. Para encontrarla debe llevarse a cabo un juicio en abstracto,
midiendo las probabilidades da cada condición, considerar las acciones u
omisiones hasta encontrar la que sea determinante del acto. El resultado es
una apreciación racional.
6. Teoría del seguimiento continuo del efecto dañoso: (Noe Dejean de la Batié) “se
parte del resultado dañoso hacia atrás, hasta obtener el hecho determinante que lo
causó, llamado factor objetivo” Ej: peatón atropellado por un auto que muere en el
hospital mientras es operado. Se analiza la actuación de los médicos, de la
ambulancia, de todos quienes han intervenido en el resultado, hasta que se llega a
determinar que sin duda en accidente de tránsito causo el posterior resultado.

La causalidad en el Código Civil: Vélez adoptó el criterio de la “causalidad


adecuada” aunque la teoría fuese posterior. El CC. clasifica las consecuencias en
Inmediatas, Mediatas y Causales. Con la reforma se mencionan las
consecuencias Remotas, aclarando que en ningún caso serán imputables si no
tienen con el hecho ilícito nexo adecuado de causalidad.

1. consecuencias inmediatas: (901) “aquellas que acostumbran a


suceder según el curso natural y ordinario de las cosas”.
2. consecuencias mediatas: “son aquellas que resultan solamente
de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto”. Es previsible
en abstracto.
3. Consecuencia casual: “son las consecuencias mediatas que no
pueden preverse”.

El artículo 906 se refiere a las consecuencias remotas, estas jamás son


imputables. Ej.: automóvil atropella peatón fracturándole la pierna.
En definitiva, sarán los jueces quienes han de apreciar según las circunstancias y
con un criterio de razonable objetividad, cual de las consecuencias concurrentes
ha tenido aptitud para producir naturalmente el resultado.
Será carga procesal del actor acreditar la relación de causalidad entre el daño
cuyo resarcimiento persigue y el hecho de la persona o de la cosa a los que
atribuye su producción. Y del demandado que la condición demostrada no fue
determinante del perjuicio, si quiere exonerarse.
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Extensión del resarcimiento: prevalece el concepto de responsabilidad plena o
integral, o sea que el responsable debe reparar todo el daño que ha causado.
Solamente se debe responder dentro de los límites fijados por la ley. Esa
reparación integral del daño constituye el principio general en materia de
responsabilidad, pero no es absoluto, porque existen situaciones excepcionales
en que se restringe en que se restringe expresamente la obligación de resarcir.
Ejemplo de ellas es cuando se ha pactado una cláusula penal, o se han dado
arras.
Lo mismo sucede con las indemnizaciones tarifadas, como las fijadas en la Ley
de Accidentes de Trabajo. Las reglas de imputación de nuestro CC. están
inspiradas en la concepción subjetiva de Pothier. La obligación de reparar tiene
mayor alcance cuando se ha actuado con dolo que con culpa.

Responsabilidad contractual: hay que distinguir entre las obligaciones que


tienen como objeto dar sumas de dinero de las demás (616 al 624).
1. Obligaciones que no tienen como objeto dar sumas de dinero. Antes de la
reforma: El art. 520 no suscitaba cuestión alguna, con dolo o culpa la
indemnización resarce los daños e intereses que son consecuencia
inmediata y necesaria del incumplimiento o retardo. Ambigüedad de
interpretaciones en la lectura del art. 521, donde se fija el modo de
interpretar y asignar el resarcimiento por incumplimiento de este tipo de
obligaciones. Después de la reforma: se modifica el texto del art. 521
eliminado problemas interpretativos. Inejecución maliciosa es sinónimo de
inejecución dolosa.
2. Obligaciones que tienen por objeto dar sumas de dinero: Art.622: “El deudor
moroso debe los intereses que estuviesen convenidos en la obligación,
desde el vencimiento de ella. Si no hay intereses convenidos, debe los
intereses legales que las leyes especiales hubiesen determinado. Si no se
hubiere fijado el interés legal, los jueces determinarán el interés que debe
abonar.
“Si las leyes de procedimiento no previeren sanciones para el caso de
inconducta procesal maliciosa del deudor tendiente a dilatar el cumplimiento
de la obligación de sumas de dinero o que deba resolverse en el pago de
dinero, los jueces podrán imponer como sanción la obligación accesoria de
pago de intereses que, unidos a los compensatorios y moratorios, podrán
llegar hasta dos veces y media la tasa de los bancos oficiales en
operaciones de descuentos ordinarios”.(párrafo agregado con la 17.711).
a) intereses: compensatorios: precio que se paga por el uso del capital
ajeno. Moratorios: son los que se pagan como indemnización por el
perjuicio que experimenta el acreedor ante el retardo en obtener la
restitución del capital. Moratorios convencionales: convenidos por las
partes en el contrato. Normalmente resultan de la estipulación de una CP.
moratoria.
b) Deudas sujetas a intereses moratorios: cumplen una función resarcitoria.
Son todas aquellas que tienen por objeto una suma de dinero y las que
se resuelven a través de una suma de dinero, como las deudas de valor.
Su existencia es cierta y la cantidad se encuentra determinada. En
relación a los D y P. originados en la comisión de un delito, los intereses
corren desde el día del hecho, y posteriormente se resolvió que en las
indemnizaciones provenientes de delitos o cuasidelitos los intereses
deben liquidarse desde el día en que se produce cada perjuicio objeto de
reparación.
c) Curso de los intereses moratorios: “La constitución en mora del deudor de
una suma de dinero se produce por el solo vencimiento del plazo fijado,
se hubiere o no fijado el interés moratorio. Si el plazo fuera tácitamente
establecido se requerirá la interpelación para la constitución en mora.
d) Monto de los intereses moratorios: “si las partes han estipulado una CP.
moratoria fijando convencionalmente el monto del interés que por tal
concepto deba pagar el deudor, corresponde aplicar la tasa pactada”. La
tasa es inmutable, salvo Cláusula Penal. abusiva. En caso de fijarlos los
jueces, se fija la tasa de interés que tiene establecida el Banco de la
Nación Argentina en sus operaciones de descuento ordinarias. Si las
partes han establecido un interés compensatorio, y nada han establecido
sobre intereses moratorios, se entiende que el compensatorio pasará a
ser el moratorio, salvo que el interés legal impuesto por el juez sea
mayor, con lo cual corre este.

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e) Resarcimiento suplementario: los interese moratorios cumplen una
función indemnizatoria específica correspondiente al retardo en el
cumplimiento de obligaciones pecuniarias. En la cláusula penal moratoria
la suma que se adeuda es fija, en la moratoria se acrecienta a “prorrata
temporis”. Para el caso que el deudor incurra en dolo en la inejecución,
hay mayor extensión del resarcimiento. Otro caso sería el de la
indexación, ante la depreciación sufrida por aplicar el criterio nominalista,
y ante un cambio de las condiciones de la economía, el juez podría
revalorizar la deuda a u valor constante real.
f) Intereses represivos: al deudor moroso que incurre en mala fe procesal,
se le aplica un interés adicional al compensatorio, como función represiva
de su conducta.

Responsabilidad extracontractual: “la reparación del daño debe ser integral,


salvo casos de excepción que se admite una reparación limitada. Es decir, que el
resarcimiento que debe el autor del acto ilícito comprende plenamente todo el
daño que ha causado”. El autor, por ley, debe resarcir los daños de
consecuencias inmediatas y mediatas del acto ilícito, sin distinción en caso de
delito o cuasidelito (dolo o culpa), pero no todo el daño materialmente causado a
la victima, sino solamente aquel que se halla dentro de los limites fijados por la
ley, y dentro de esos limites, la reparación debe ser plena. El deber de prever se
determina en abstracto. Responde también de las consecuencias imprevisibles o
casuales si incurre en dolo. “En ningún caso son imputables las consecuencias
remotas, que no tienen con el hecho ilícito nexo adecuado de causalidad”.
Art.905: “Las consecuencias puramente casuales no son imputables al autor del hecho,
sino cuando debieron resultar, según las miras que tuvo al ejecutar el hecho”.
Art.906: “En ningún caso son imputables las consecuencias remotas, que no tienen con el
hecho ilícito nexo adecuado de causalidad”.

Capítulo 11
Interrupción del nexo causal:
A) La causa ajena: “falta, o se interrumpe el nexo causal, todas las veces que el
daño es el resultado de una causa ajena”. Serían estos casos los de culpa de
la víctima, o de un tercero, como también el caso fortuito o la fuerza mayor
(acontecimiento no imputable a nadie: tempestad o guerra). Le incumbe al
demandado demostrarlo, para ser excusado por sus actos, los de sus
subordinados o de las cosas de que es dueño o guardián.

1) culpa de la víctima: Cuando la víctima actúa culposamente es negligente,


imprudente o descuidada con respecto a su persona, exponiéndose por
ello al peligro de sufrir un daño. Otras veces no lo hace por imprudencia,
sino sabiendo que se expone a recibir un daño a través de un acto
voluntario, por un fin determinado, como sería el caso de altruismo.
2) culpa exclusiva de la víctima: (1111) “El hecho que no cause daño la
persona que lo sufre, sino por una falta imputable a ella, no impone
responsabilidad alguna”. Debe ser culposo. La victima solo infringe el
mandato de atender a su propio interés. El hecho de un inimputable no
excusa la responsabilidad del demandado.
3) culpa de la víctima concurrente con culpa o riesgo del demandado : un
hecho del demandado, concurrente con otro de la víctima, confluyen para
que se produzca el daño. El código no tiene solución expresa. Tres
soluciones: que soporte la totalidad del perjuicio el demandado, que sea
enteramente absuelto, y el sistema universalmente más aplicado por
doctrina y jurisprudencia que es el de la “compensación de las culpas”.
En nuestro país se aplica de forma unánime. La determinación de las
proporciones se establece en que cada parte debe soportar el daño en la
medida en que lo haya causado.
4) culpa de la víctima y riesgo de la cosa del demandado: Teoría del riesgo creado
(art. 1113 de la ley 17711). En los casos de los daños ocasionados por el
automotor, se aplicará siempre la teoría del riesgo, sea por vicio de la cosa, o por
el riesgo o peligrosidad de la cosa cuando está en circulación. Entonces:
a) si existiere culpa exclusiva de la víctima, será suficiente para excusar
al dueño o guardián de la cosa. Se corta el nexo causal del daño por
el riesgo o vicio de la cosa.
b) Si existiere culpa de la víctima con riesgo o vicio de la cosa, se
resuelve como en el punto 3 anterior.

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B) Culpa de tercero: tercero es quien no tiene vinculo jurídico alguno de
subordinación ni con la victima ni con el presunto responsable. Si en el
proceso causal, sobreviene el hecho culposo de un tercero que determina
normalmente el daño que otro experimenta, ese hecho constituye una causa
ajena al presunto responsable demandado por la víctima”. La responsabilidad
se proyecta fuera de la órbita de demandado, o de la cosa riesgosa que le
pertenece o que esta bajo su guarda. Esto esta comprendido en el art. 1113
primer párrafo. Principio de responsabilidad objetiva por riesgo: para excusar
la responsabilidad del dueño o guardián de la cosa, es necesario comprobar
la culpa de la víctima, o de un tercero por quien no se debe responder. Que la
víctima sea menor de edad no constituye un eximente de responsabilidad
para la otra parte la prueba de la culpa de los padres por haberlo dejado salir
a la calle, ya que la culpa debe ser de la víctima.
C) Caso fortuito: falta de nexo causal por producirse un perjuicio no atribuible a la
culpa de nadie. Caso fortuito: lo que no ha podido preverse, o que previsto no
ha podido evitarse. Fuerza mayor: lo irresistible. Desde el punto de vista
jurídico no hay diferencia alguna.
1) Caracteres generales del caso fortuito:
a) Imprevisibilidad: imposible de prever.
b) Inevitabilidad: imposible de evitar, aplicando la atención,
cuidados y esfuerzos normales. El juzgamiento de la conducta
determinara la existencia de la culpa o del caso fortuito. Este rasgo
es el definitorio del “casus”.
c) Hecho ajeno: al presunto responsable, o exterior al vicio o riesgo de
la cosa (que el caso fortuito no ocurra por culpa del autor).
2) Caracteres particulares:
a) Hecho sobreviniente: la causa que determina la
imposibilidad de ejecutar la obligación debe sobrevenir después de
la creación de la misma.
b) Hecho actual: debe presentarse en el momento mismo
de cumplimiento de la obligación.
c) Obstáculo invencible: el deudor no debe poder vencer el
obstáculo.

Efectos: exime de responsabilidad al imputado de culpa o dolo en la ejecución de


un acto ilícito, o al duelo o guardián de la cosa por vicios o riesgos, o al deudor de
una obligación contractual en la inejecución de la misma. Excepciones: Las
partes pueden haber convenido, al momento de crear la obligación, a través de
una cláusula de responsabilidad, que el deudor asuma la responsabilidad aun en
el CF o FM. No puede invocarse el CF o FM si el deudor está constituido en mora
previo al acontecimiento. También puede la cláusula asumir directamente el
carácter de un pacto de garantía, que asegure al acreedor el resarcimiento de los
daños en cualquier caso.

Distintos casos:
a) Fuerzas naturales: se refiere a fenómenos naturales que salen del orden
común. Ej: Tsunami, Terremoto grave, etc.
b) Acto de autoridad pública: o “hecho del príncipe”. Disposición general (no
particular) realizada por las autoridades, y que afecta el cumplimiento de
la obligación previamente pactada.
c) Huelga: no es un hecho fortuito en si mismo, pero exime en ciertos casos.
El empleador no debe haber dado pie a la misma, y luego incumplir con
la obligación aduciéndola.
d) Guerra: o revolución o subversión interna. Debe demostrase que afecto al
cumplimiento, que no se sabia de la posibilidad al momento de contratar,
que no se haya desatado estando en mora.
e) Incendio: se refiere al incendio masivo, provocado por fuerzas extrañas y
no dentro del mismo ámbito de la propiedad del deudor (se tomaría como
imprevisión). Tampoco tiene que haber sido causado por el propio
obligado o sus dependientes.
f) Hechos de terceros: alguien extraño al vínculo obligacional, pero
interfiere en el normal cumplimiento de la obligación. Ej: ladrón que roba
el camión que lleva la mercadería objeto de la prestación.
g) Enfermedad: enfermedad inculpable, y en obligaciones de hacer por el
deudor exclusivamente.

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PUNTO 48. Capítulo 12.
FACTORES DE RESPONSABILIDAD
Probada la relación entre el daño y la persona o la cosa, sin prueba en contrario
de la falta del nexo causal, queda por demostrar el factor imputativo o atributivo,
sin el que no existirá responsabilidad.
Evolución histórica.
No basta el daño, para pedir reparación. Ese daño debe conjugarse con el factor
responsabilidad subjetiva u objetiva que la ley reputa idóneo para atribuirlo a una
determinada persona, que debe responder por el daño causado.
En tiempos de la venganza privada la imputabilidad era puramente material. La
víctima descargaba su furia o pasión contra el autor físico del daño, ojo por ojo,
diente por diente. Hasta en la Ley Aquilia el autor físico del daño debía pagar la
pena fuera de toda valoración de su conducta. Inocente o culpable, debía
responder. Los jurisconsultos introdujeron la distinción según que el autor hubiere
incurrido en culpa, sea por negligencia o imprudencia, pero a la mas leve culpa
se respondía. Así se llega al derecho francés, donde la culpa es el elemento
inexcusable de la responsabilidad. Con el maquinismo y la creciente cantidad de
accidentes, se llego a la conclusión que era mas justo indemnizar a la víctima que
castigar a un culpable. Nació en Francia la “teoría del riesgo creado”, lo que
introdujo la responsabilidad sin culpa.
Tratándose de daños causados por las cosas, se presume la culpa del guardián,
y por consiguiente inversión de la prueba éste solo puede excusar su
responsabilidad probando el caso fortuito, la culpa de la victima o un tercero.
Después de la reforma de 1968 por la ley 17.711, existen dos factores de
imputabilidad subjetiva: el dolo y la culpa, y cinco factores objetivos de atribución
legal de responsabilidad: el riesgo, la garantía, la equidad, el abuso del derecho y
el exceso de la normal tolerancia.
Factores Subjetivos Factores Objetivos
• Dolo • Riesgo (Punto 51).
• Culpa. • Garantía (Punto 53).
• Equidad (Punto 55).
• Abuso del derecho (Punto 55).
• Exceso de la normal tolerancia (Punto 55).

PUNTO 48. Capítulo 13.


FACTORES SUBJETIVOS DE RESPONSABILIDAD
La culpa como factor de responsabilidad tiene un indiscutible sentido moral.
La responsabilidad debe centrarse primordialmente en la culpa, y ella constituye
el principio general de todo sistema imputativo.
La legislación ha admitido un tipo de responsabilidad sin culpa, en la llamada
responsabilidad objetiva, porque prescinde del reactor de imputación subjetiva
constituido tradicionalmente por la idea de culpa.
Tanto el dolo como la culpa consisten en una valoración de la conducta que
presupone previamente un análisis
sobre la voluntariedad el acto ejecutado. No se puede reprochar una conducta
como éticamente disvaliosa, si el agente ha actuado voluntariamente.
Hay que establecer si el acto de incumplimiento del deudor o violación de la ley
han sido ejecutados con discernimiento, intención y libertad (Art. 897 “Los hechos
humanos son voluntarios o involuntarios. Los hechos se juzgan voluntarios, si son
ejecutados con discernimiento, intención y libertad.”), resultado de una obrar
inteligente y libre.

Imputabilidad.
Imputar es atribuir a una persona la autoridad un hecho y sus consecuencias.
Distinguimos así "imputabilidad" de "atribución".
Para que a una persona puedan imputársele los efectos dañosos de un acto
ilícito o el incumplimiento de una obligación contractual es necesario, que entre el
daño producido y el hecho obrado por la persona a quien se le atribuye
responsabilidad debe existir una relación de causalidad física o material.
No basta con establecer el nexo de causalidad, debe determinarse la existencia
de culpa o dolo, del autor del acto ilícito o deudor de la obligación incumplida.

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Si el hecho fue resultado de un comportamiento querido por el agente en
necesario previamente comprobar si gozaba de discernimiento al tiempo de
ejecutarlo, y si su voluntad no se hallaba viciada por el error, el dolo o la
violencia.
Art. 921.- Los actos serán reputados hechos sin discernimiento, si fueren actos lícitos
practicados por menores impúberes, o actos ilícitos por menores de diez años; como
también los actos de los dementes que no fuesen practicados en intervalos lúcidos, y los
practicados por los que, por cualquier accidente, están sin uso de razón.

Causas de Inimputabilidad.
A) Incumplimiento Contractual.
No es imputable el que no ha tenido capacidad para obligarse por el contrato de
cuya violación se trata. Desde los catorce a años existe discernimiento de la
persona pero es incapaz de obligarse, el acto que habría dado nacimiento a la
obligación no ejecutada esta viciado de nulidad.
Tampoco es imputable el deudor que siendo capaz de otorgar el acto que lo
obligo, cae posteriormente el estado de demencia y la obligación no se ejecuta
aunque no fuese interdicto. La falta de discernimiento en el deudor impide que se
le pueda imputar dolo o culpa en la inejecución.

B) Acto Ilícito. No son imputables según la ley:


• Los menores de diez años.
• Los dementes, salvo cuando actuaren en intervalos lúcidos.
• Los privados accidentalmente de razón (ebriedad, estados tóxicos, uso de
drogas, sonambulismo, hipnosis, etc.). Es necesario que pruebe que la
perdida de conciencia fue un hecho involuntario.

CULPABILIDAD.
A) DOLO.
a) Acepciones. Como vicio de la voluntad.
Art. 931.- Acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto, es toda aserción de lo que
es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se
emplee con ese fin.
Art. 933.- La omisión dolosa causa los mismos efectos que la acción dolosa, cuando el
acto no se hubiera realizado sin la reticencia u ocultación dolosa.

b) Dolo Contractual
Concepto. El deudor de una obligación contractual puede cometer dolo en la
inejecución de la misma. El dolo en el incumplimiento de la obligación queda
configurado por la deliberada intención de no cumplir pudiendo hacerlo. Es una
inejecución consciente, deliberada, cuando el deudor no está impedido de
cumplir.
Efectos. El artículo 506 señala los efectos, disponiendo: “El deudor, es
responsable al acreedor de los daños e intereses que a éste resultaren por dolo
suyo en el cumplimiento de la obligación”
Dispensa. El artículo 507 dispone que: “El dolo del deudor no podrá ser
dispensado al contraerse la obligación.” no existiría obligación alguna allí donde
queda librado a la sola voluntad del deudor cumplir o no la prestación nada
impide, en cambio, renunciar a los efectos del dolo ya producido.
Prueba. La prueba del dolo le corresponde al acreedor, quien puede tener interés
en demostrarlo en vista de la obtención de un mayor resarcimiento o para
reclamar una reparación integral a despecho de la cláusula penal pactada en el
contrato.

c) Dolo Delictual.
El dolo como elemento de imputabilidad del delito, consiste en la ejecución del
hecho "a sabiendas y con intención de dañar la persona o los derechos de otros".
Art. 1072. “El acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la
persona o los derechos de otro, se llama en este Código "delito".”
En el dolo la intención se dirige a la causación del daño, y donde el autor quiere
el acto y quiere también el resultado que aparece previsto en su conciencia. En la
culpa se quiere el acto pero el resultado no se ha previsto cuando era previsible o
no se ha evitado cuando era evitable, si se hubiese actuado en ambos casos con
la debida prudencia y diligencia.
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La doctrina distingue el dolo directo del dolo eventual. En el primer caso la acción
se dirige a causar el daño; en el segundo, la acción no se ejecuta para causar el
daño, pero el autor del hecho desdeña el daño que pueda causar.
El dolor agravar la responsabilidad del acto ilícito, extendiendo el daño resarcible
a las consecuencias causales previstas al ejecutarse el mismo y que hayan sido
tenidas en mira. Art. 905 “Las consecuencias puramente casuales no son
imputables al autor del hecho, sino cuando debieron resultar, según las miras que
tuvo al ejecutar el hecho.”

B) CULPA.
a) Concepto. El código civil la define en el Art. 512 “La culpa del deudor en el
cumplimiento de la obligación consiste en la omisión de aquellas diligencias que
exigiere la naturaleza de la obligación, y que correspondiesen a las
circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar”, refiriéndola al
incumplimiento de las obligaciones.
La culpa así definida se caracteriza por: 1) ausencia de intención maléfica, 2)
omisión de la conducta debida, positiva o negativa, para prever y evitar un daño a
otro.
La ausencia de intención maléfica separa la culpa del dolo y ubica el acto en un
ámbito responsabilidad más benigna que el dolo, ya se trate de un acto ilícito o
del incumplimiento de las obligaciones.

b) Culpa Civil y Culpa Penal. el concepto de culpa penal es semejante al de culpa


civil: en ambos casos la culpa se define por una omisión de la conducta debida
para prever y evitar el daño, bien que la culpa civil aparezca definida en sí misma
(Art. 512 “La culpa del deudor en el cumplimiento de la obligación consiste en la
omisión de aquellas diligencias que exigiere la naturaleza de la obligación, y que
correspondiesen a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.”) y
la culpa penal expresada por los medios en que ella se manifiesta: imprudencia,
negligencia, impericia o inobservancia de reglamentos o deberes (84 y 94 CP)
En la apreciación de la culpa a los fines del resarcimiento del daño, la culpa se
aprecia con un criterio muy afinado para no dejar a la víctima sin reparación, y en
la represión del delito, existe mayor rigor para valorar las circunstancias y no
condenar a un inocente.

c) Apreciación de la culpa. De acuerdo con el sistema de nuestro código, el juez,


para establecer la culpa de un sujeto (autor de un acto ilícito o deudor de una
obligación), deberá:
1. Considerar en concreto la naturaleza de la obligación o del
hecho, las circunstancias de las personas, tiempo y lugar.
2. Considerar únicamente las condiciones personales del agente en
relación al mayor deber de previsibilidad que le impongan las
circunstancias en que actúa. Dispone el Art. 902 “Cuanto mayor sea el
deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor
será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los
hechos”.
3. Con los citados elementos concretos debe el juez crear el tipo
abstracto de comparación que le permita establecer si el sujeto actuó o
no como debía actuar en esa emergencia con cuidado, pericia, diligencia,
prudencia, etc.

d) Dispensa de la Culpa. La dispensa se pactaría en una "cláusula de


irresponsabilidad", en la cual el acreedor prestaría expresamente su
consentimiento. El problema consiste entonces en determinar la validez o nulidad
de dichas cláusulas.
1) Culpa Contractual. tratándose de la culpa contractual la dispensa
anticipada suscita algunas cuestiones. Para la mayoría de la doctrina
puede estipularse pues no existe prohibición. No sería válida en
obligaciones legales consideradas de orden público. Asimismo, si la
cláusula de dispensa no fuese convenida con toda libertad y en un día de
igualdad.
Otra parte de la doctrina distingue el supuesto de la dispensa parcial
(cláusula limitativa) y el de la dispensa total (cláusula excluyente).
Respecto al primero no habría inconveniente en admitirla limitando la
responsabilidad cuantitativamente (hasta cierto monto) o cualitativamente

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(referida a ciertas culpas). En el segundo caso, tales cláusulas no serian
válidas.
2) Culpa Extracontractual. en cuanto a la culpa extracontractual no son, sin
duda, admisibles aquellas cláusulas que tienden a limitar la
responsabilidad derivada de un delito; ellas serían contrarias a la moral y
las buenas costumbres.
La cuestión no es tan clara cuando se trata de cuasidelitos. Primero, la
cuestión de la responsabilidad extracontractual se plantea generalmente
entre personas extrañas entre sí. Segundo, tales convenciones
conducirían a los individuos a apartarse de sus deberes generales de
prudencia y diligencia en la forma de conducirse en relación a los demás.

e) Prueba de la Culpa. Se afirma que la culpa se presume en el incumplimiento


contractual y, por lo tanto el acreedor no debe probar la culpa del deudor.
Demostrado el título de su crédito por parte del acreedor incumbe al deudor la
prueba del incumplimiento o la circunstancia impediente o extintiva de la
obligación. En materia de culpa aquiliana, corresponde a la víctima probar la
culpa del autor del daño.
En obligaciones de "medio" y obligaciones de "resultados", la prueba de la culpa
es independiente de la fuente de la obligación. En la obligación de medio
incumbe al autor la prueba de la culpa, en la obligación de resultado, es a cargo
del demandado probar el caso fortuito o la fuerza mayor liberatoria.

f) Falta de Prueba. La prueba de la falta de culpa consiste en la demostración de


que se actuó con la diligencia, prudencia, cuidados, pericia, etc. que requería la
naturaleza del hecho atendiendo a las circunstancias de las personas, de un
tiempo y lugar (Art. 512 “La culpa del deudor en el cumplimiento de la obligación
consiste en la omisión de aquellas diligencias que exigiere la naturaleza de la obligación, y
que correspondiesen a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.”). En
este caso si el daño ocurrió lo mismo es porque o bien ese resultado no era
previsible, o previsto, no era posible evitarlo.
Es decir que el autor del hecho puede eximirse de responsabilidad con la
demostración de que el acaecimiento estuvo fuera de la previsibilidad común o de
las posibilidades normales de evitarlo.
Puede también excusarse la responsabilidad alegando que el daño ha sido
producido por un caso fortuito o de fuerza mayor, o por culpa de la víctima o de
un tercero ajeno a aquel.
Tanto la falta de culpa como el caso fortuito se demuestran probando hechos y
circunstancias que serán motivo de valoración y juzgamiento judicial.

Punto 49/50. Capítulo 14.


Sectores de aplicación de los factores subjetivos:
Responsabilidad extracontractual: en este ámbito se comienza distinguiendo el
sector de responsabilidad por el hecho propio, y el sector de responsabilidad por
el hecho ajeno. En el primer caso además, debe verificarse si el autor obró con
dolo (delito) o con culpa (cuasidelito).

Hecho propio.
Cuando el daño es causado por el hecho propio el autor solo responde si el autor
ha obrado con dolo o culpa. Delito (intención de dañar) y cuasidelito (dañar por
negligencia o imprudencia).

Delitos contra las Personas:


1) Homicidio: (1084) “Si el delito fuere de homicidio, el delincuente tiene la
obligación de pagar todos los gastos hechos en la asistencia del muerto y en
su funeral; además lo que fuere necesario para la subsistencia de la viuda e
hijos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar el monto de la
indemnización y el modo de satisfacerla”. Los jueces pueden fijar a su
arbitrio el modo de satisfacer la indemnización. Generalmente los jueces
acuerdan en concepto de indemnización una suma única. Los gastos para la
asistencia médica o funerales de la víctima pueden ser reclamados por quién
los haya realizado, ya que es una acción propia y directa. Puede reclamar el
conyugue o sus hijos, en caso de divorcio puede pedir alimentos de parte del
difunto. La ley exige dos requisitos para la procedencia de la acción
resarcitoria: que quién la ejerce no hubiera sido el autor o cómplice del
homicidio y que no haya dejado de impedir el hecho pudiendo hacerlo.
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2) Lesiones: (1086) “Si el delito fuere por heridas u ofensas físicas, la
indemnización consistirá en el pago de todos los gastos de la curación y
convalecencia del ofendido, y de todas las ganancias que éste dejó de hacer
hasta el día de su completo restablecimiento”. Se comprende en el
resarcimiento el daño emergente y el lucro cesante. Corresponde a lesión
física, psíquica o estética.
3) Delitos contra la libertad individual: Art.1087: “Si el delito fuere contra la
libertad individual, la indemnización consistirá solamente en una cantidad
correspondiente a la totalidad de las ganancias que cesaron para el paciente,
hasta el día en que fue plenamente restituido a su libertad”. Le ley se refiere
al lucro cesante, pero se debe también restituir el resarcimiento por el
agravio moral (1078).
4) Delitos contra la honestidad: Art.1088: “Si el delito fuere de estupro o de
rapto, la indemnización consistirá en el pago de una suma de dinero a la
ofendida, si no hubiese contraído matrimonio con el delincuente. Esta
disposición es extensiva cuando el delito fuere de cópula carnal por medio de
violencias o amenazas a cualquier mujer honesta, o de seducción de mujer
honesta, menor de dieciocho años”. La indemnización a que se refiere el
artículo es la del agravio moral causado a la víctima, pero no excluye el
resarcimiento pleno por todo el agravio material causado. Si el deudor
contrae matrimonio se constituye como reparación suficiente.
5) Calumnias e injurias: Art.1089: “Si el delito fuere de calumnia o de injuria de
cualquier especie, el ofendido sólo tendrá derecho a exigir una
indemnización pecuniaria, si probase que por la calumnia o injuria le resultó
algún daño efectivo o cesación de ganancia apreciable en dinero, siempre
que el delincuente no probare la verdad de la imputación”. Solo se refiere al
agravio material, pero no puede dejarse de evaluar el agravio moral. El delito
de calumnia e injuria se comete fuera del juicio, pero se ha puesto en
movimiento una acción judicial, ya sea por querella o simple denuncia.
6) Acusación calumniosa: Art.1090: “Si el delito fuere de acusación calumniosa,
el delincuente, además de la indemnización del artículo anterior, pagará al
ofendido todo lo que hubiese gastado en su defensa, y todas las ganancias
que dejó de tener por motivo de la acusación calumniosa, sin perjuicio de las
multas o penas que el derecho criminal estableciere, tanto sobre el delito de
este artículo como sobre los demás de este capítulo”. Este delito se comete
dentro del juicio, del proceso.

Delitos contra la Propiedad:

1) Hurto: (1091) “Si el delito fuere de hurto, la cosa hurtada será restituida al
propietario con todos sus accesorios, y con indemnización de los deterioros
que tuviere, aunque sean causados por caso fortuito o fuerza mayor”.
Conforme al principio de reparación integral, corresponde pagar el valor de la
cosa si esta se hubiere destruido totalmente y fuere imposible su restitución.
No exime al responsable probar el CF o FM.
2) Usurpación de dinero: (1093) “Si el delito fuere de usurpación de dinero, el
delincuente pagará los intereses de plaza desde el día del delito”. Se deben
los intereses moratorios de pleno derecho desde el día del delito. Además se
debe el resarcimiento de todo perjuicio que se hubiere ocasionado a la
víctima.
3) Destrucción de cosa ajena: (1094) “Si el delito fuere de daño por destrucción
de la cosa ajena, la indemnización consistirá en el pago de la cosa destruida;
si la destrucción de la cosa fuere parcial, la indemnización consistirá en el
pago de la diferencia de su valor actual y el valor primitivo”.

Cuasidelito: en este caso la culpa es el elemento del acto ilícito, y la víctima no


solo debe probar el daño, la relación de causalidad de este con el hecho del
demandado, sino también las culpa del autor en la ejecución del hecho. La culpa
resultará generalmente acreditada con la prueba de las circunstancias en que el
hecho se produjo, para atribuir la autoría a determinada persona. La prueba de la
culpa debe hacerse cuando el daño ha sido causado por el propio cuerpo del
autor (puñetazo). En cambio, si el hecho se ha causado utilizándose una cosa
como instrumento de la acción (bastón, navaja) solo deberá probarse la relación
de causalidad, pues la culpa se presume del dueño o guardián de la cosas “iuris
tantum” (1113 1º parte). En este caso se invierte la carga de la prueba, y es el
demandado quien deberá probar las circunstancias eximentes de culpa (3º,
víctima, CF o FM). Las personas responsables son el dueño o el guardián de la
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cosa, con responsabilidad subsidiaria excluyente, o sea: el dueño responde en
cuanto de sirve de la cosa, que es lo mas corriente, y si ha transferido el uso a
otro, entonces responde este como guardián y excluye al dueño.

Hecho ajeno.
También actúa la culpa como factor de imputación en la responsabilidad indirecta
de los padres, tutores, curadores, maestros artesanos y directores de colegios
respecto de los daños ocasionados por los hijos, pupilos, aprendices y alumnos.

1) Responsabilidad de los padres: Art. 1.114: “El padre y la madre son


solidariamente responsables de los daños causados por sus hijos menores
que habiten con ellos, sin perjuicio de la responsabilidad de los hijos si
fueran mayores de diez años. En caso de que los padres no convivan, será
responsable el que ejerza la tenencia del menor, salvo que al producirse el
evento dañoso el hijo estuviere al cuidado del otro progenitor.
Lo establecido sobre los padres rige respecto de los tutores y curadores, por
los hechos de las personas que están a su cargo. (Párrafo incorporado por
art. 1° de la Ley N° 24.830 B.O. 7/7/1997.) (Artículo sustituido por art. 6 de la
Ley N° 23.264 B.O. 23/10/1985.). La responsabilidad de los padres se funda
en la culpa que estos hubiesen podido incurrir, por haber violado los deberes
legales de vigilancia impuestos en relación a sus hijos menores de edad, que
se hallen sujetos a la patria potestad. Los padres tienen la autoridad que les
da la ley y tienen el deber de hacerla observar por sus hijos que les deben
respeto y obediencia. La responsabilidad es indirecta aunque supone la
culpa de los padres. Esta responsabilidad indirecta es a veces personal,
cuando el hijo que causa el daño es menor de 10 años, por carecer de
discernimiento. Los padres son responsables por su culpa y no tienen la
acción recursoria a su favor contra el hijo. Otras veces es una
responsabilidad indirecta subsidiaria o refleja, si el hijo que comete el acto
ilícito es mayor de 10 años y responde por su propio hecho. En este caso los
padres tendrían acción regresiva
contra el patrimonio de su hijo.
Requisitos para funcione esta responsabilidad: a) que los hijos sean menores
de edad. b) que estén bajo la patria potestad del pretendido responsable, ya
que es el que tiene el deber de vigilancia. c) que los hijos menores habiten
con sus padres.
Desplazamiento de esta responsabilidad a la madre: la responsabilidad es
solidaria de padre y madre. En
caso de divorcio, separación de hecho o nulidad de matrimonio, será
responsable el padre que ejerza la tenencia, salvo que al momento de
producirse el hecho dañoso este al cuidado del otro progenitor. En el caso de
no convivencia siguen siendo responsables solidarios hasta tanto se
produzca la separación legal que conceda la tenencia a uno u otro
progenitor.
Cesación de esta responsabilidad: Art. 1.115: “La responsabilidad de los
padres cesa cuando el hijo ha sido colocado en un establecimiento de
cualquier clase, y se encuentra de una manera permanente bajo la vigilancia
y autoridad de otra persona”. Se han transferido los poderes de vigilancia.
Art. 1.116: “Los padres no serán responsables de los daños causados por los
hechos de sus hijos, si probaren que les ha sido posible impedirlos. Esta
imposibilidad no resultará de la mera circunstancia de haber sucedido el
hecho fuera de su presencia, si apareciese que ellos no habían tenido una
vigilancia activa sobre sus hijos”.
2) Responsabilidad de los tutores y curadores: 1117: “Lo establecido sobre los
padres rige respecto de los tutores y curadores, por los hechos de las
personas que están a su cargo”. Culpa “in vigilando”.
Requisitos de esta responsabilidad: a) que el autor del daño sea incapaz
(menor de 10 años, demente, interdicto o sordomudo). b) que el autor del
daño se halle bajo tutela o curatela. c) que los incapaces habiten con sus
tutores o curadores.
3) Responsabilidad de los directores de colegios y maestros artesanos: Art.
1.117: “Los propietarios de establecimientos educativos privados o estatales
serán responsables por los daños causados o sufridos por sus alumnos
menores cuando se hallen bajo el control de la autoridad educativa, salvo
que probaren el caso fortuito.
Los establecimientos educativos deberán contratar un seguro de
responsabilidad civil. A tales efectos, las autoridades jurisdiccionales,
dispondrán las medidas para el cumplimiento de la obligación precedente.
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La presente norma no se aplicará a los establecimientos de nivel terciario o
universitario”.
(Artículo sustituido por art. 2° de la Ley N° 24.830 B.O. 7/7/1997.).
Condiciones de la responsabilidad: a) que el daño se produzca durante el
tiempo en que el aprendiz o alumno este bajo la vigilancia del director o
maestro artesano. b) si el aprendiz o alumno es mayor de 10 años haya
cometido un acto ilícito. Si es menor de esa edad, el daño debe ser
injustificado. Presunción “iuris tantum” de culpa, por lo que el maestro o
artesano deberá probar en contra de la presunción legal.

Responsabilidad contractual:
a) Hecho propio: el deudor es responsable al acreedor de los daños e intereses
que a este resultaren por dolo suyo en el cumplimiento de la obligación
(506). También lo es cuando por culpa propia ha dejado de cumplirla (512).
b) Hecho ajeno: es caso que el deudor ocupe a terceros para el cumplimiento
de una obligación (representantes, dependientes). Hay una obligación de
garantía inexcusable por parte del deudor, aunque el dolo o la culpa haya
sido del tercero.

PUNTO 51/52. Capítulo15.


FACTORES OBJETIVOS EN GENERAL - RIESGO CREADO
El hecho dañoso no se refiere a la culpa, se prescinde de la persona, por ello es
objetivo. La aplicación de los factores objetivos debe ser expresamente prevista
por la ley, dado su carácter excepcional en sistema de responsabilidad civil. Para
distinguirlos de los delitos (dolo) y de los cuasidelitos (culpa) los llamaremos
actos ilícitos potenciales. Son los siguientes:
FACTOR RIESGO:
Responsabilidad extracontractual: este factor objetivo de responsabilidad tiene
aplicación en los casos de daños causados por las cosas inanimadas (1113 2º
parte):
Art. 1113. “En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para
eximirse de responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el
daño hubiere sido causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o
parcialmente de responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por
quien no debe responder. Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o
presunta del dueño o guardián, no será responsable”.

a) Cosas Inanimadas:
Antes de la ley 17711: estaba regido por el art. 1133, que establecía la
responsabilidad del guardián por el daño producido por las cosas de que uno se
sirve o tiene a su cuidado. Este art. regía para el caso en que el dueño no fuese a
la vez guardián de la cosa. Si lo era, entonces se regía por el art. 1113, por ser la
culpa de este una culpa demostrada o revelada y no meramente presumida. Para
eludir su responsabilidad el guardián debía demostrar la culpa de víctima, o de un
tercero, el CF o FM. Respondían el dueño, salvo no tener la cosa a su cuidado, o
habérsele quitado de su órbita por robo o hurto, o el guardián, por la culpa
presumida en el cuidado y atención que debió tener en la guarda y empleo de la
cosa. En el caso del daño causado con la cosa, regido por el art. 1109, la
responsabilidad era naturalmente del conductor culpable, pero se llegaba
fácilmente a la responsabilidad del dueño o guardián, por la aplicación de las
normas de responsabilidad indirecta del principal por el hecho del subordinado.
El sistema impuesto por la ley 17711: se incorpora la teoría del riesgo creado en
los casos de daños causados por las cosas. En realidad lo que cambió con la
reforma fue actualizar el código a lo que venía ocurriendo en la jurisprudencia
realista. En lo que refiere a los daños causados con automóviles, la
jurisprudencia había también suprimido ya, en cuanto a la prueba de la culpa, la
distinción entre en hecho con la cosa o por la cosa. Resulta razonable que quién
provocó el daño, aún sin culpa, en una actividad lícita y útil para el, cargue con
las consecuencias del riesgo que creó. Ya no es cuestión de juzgar conductas
sino de repartir los daños que la actividad necesaria y útil de los hombres va
produciendo, y parece justo que soporte el daño quien obtiene el beneficio
inmediato de dicha actividad. Se suprimió el art. 1133y se agregó al art. 1113 los
siguientes párrafos: “En los supuestos de daños causados con las cosas, el
dueño o guardián, para eximirse de responsabilidad, deberá demostrar que de su
parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido causado por el riesgo o vicio de

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la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad acreditando la
culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder”.
Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del dueño o
guardián, no será responsable”.
El nuevo texto del artículo 1113 se refiere a dos situaciones distintas que son
objetivamente reguladas de distinta manera. Por un lado se trata de los daños
causados con las cosas, y por el otro, se trata de los daños causados por las
cosas o por el hecho de las cosas.
El criterio adoptado por la reforma es. Sin duda, el de cosas que tienen riesgos y
cosas que no los tienen.
Cosas peligrosas (tienen autonomía para dañar, ej: pólvora) y no peligrosas
(carecen de autonomía para dañar, ej: un bastón bien usado).
Vicio y riesgo: con haber mencionado el riesgo hubiera sido suficiente, ya que el
vicio lo que hace es introducir un riesgo. El damnificado puede dirigir su acción
directamente contra el fabricante de la cosa viciada. En cambio, el responsable
como dueño o guardián de la cosa, no tiene acción recursoria contra el
fabricante. Es una responsabilidad personal del dueño o guardián frente a la
víctima, porque el factor objetivo esta dado por el uso de algo riesgoso.
Personas responsables: el dueño de la cosa es quien tiene el dominio de la
misma lo ejerza por si o por otro. En cambio con el concepto de guardián hay
varias posiciones: unos sostiene que es quien posee materialmente la cosa, otros
que es quien la posee a derecho (no el ladrón). Una tercera dice que es quién la
aprovecha económicamente. Lo mas correcto sería la “guarda intelectual”, que la
posee quién tiene poder de mando sobre la cosa.
Entonces:
a) son guardianes: el dueño si no se ha desprendido
voluntariamente de la cosa. Los tenedores legítimos de la cosa con
facultad de uso y goce, como los inquilinos. Los tenedores legítimos de
la cosa sin facultad de uso y goce, como los tenedores desinteresados.
Los poseedores ilegítimos como los ladrones.
b) no son guardianes: a pesar que detentan la cosa, aquellos que lo
hacen por una relación o por el servicio que prestan, ej: chofer,
mecánico, sereno, etc.

Carácter de la responsabilidad: en caso de ser el dueño y el guardián la misma


persona, es responsable el dueño, en caso de estar en guarda es responsable el
guardián, cuya responsabilidad es subsidiaria o excluyente. Si fueran varios
dueños o guardianes, responden solidariamente todos los dueños o todos los
guardianes (unos u otros). Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad
expresa o presunta del dueño o guardián, no será responsable.
Causas de exoneración: como es fundamento de la responsabilidad es objetivo y
el factor atributivo es el riesgo creado, de nada sirve al dueño o guardián probar
que no hubo culpa. Solo le sirve probar la interrupción del nexo causal (culpa de
la víctima, CF, FM. o culpa de un tercero por el cual no responde el).

b) Cosas Inanimadas: casos particulares: automotores, aeronaves, edificios y


productos elaborados.

1) Automotores: antes se regulaba con las cosas inanimadas. El criterio


jurisprudencial que se ha impuesto es el de que “el automóvil es una cosa
peligrosa, y que por lo tanto le es aplicable la teoría del riesgo creado,
incorporada por la reforma al art. 1113 del CC. En el caso de dos
automóviles se reparte la culpa en proporción al riesgo que cada conductor
ha incorporado en el hecho. En el caso de que el dueño o guardián de la
cosa fuere inimputable, no varía la cuestión, ya que la responsabilidad es
objetiva y prescinde de la culpa. Puede atenuarse por aplicación del criterio
de equidad.
2) Aeronaves: regidas por el código aeronáutico. La persona que sufre un
daño en superficie a causa de un objeto caído o arrojado de una aeronave,
tiene derecho a reparación con solo probarlo. También aquí la culpa es
extraña, ya que la responsabilidad es objetiva. Exime el CF, FM, culpa de la
víctima y 3º no dependiente. La responsabilidad incumbe al explotador de la
aeronave, aun sin fines de lucro. Solo se exime si ha rentado la aeronave
por contrato debidamente registrado en el RNA.

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3) Edificios: se rige por el art. 1113, cosas inanimadas en general.
Responsable el dueño o guardián, solo se exime probando lo de los art.
anteriores. En construcción responde el constructor que ocupa el lugar del
guardián, mientras dura la obra. También responde el dueño, pero de la
ruina total, no por las cosas caídas o utilizadas en la obra. La obligación de
ambos no es conjunta, sino alternativa, y por lo tanto no existe solidaridad
entre ambos.
4) Productos elaborados: existen acciones contra el proveedor o vendedor y
acciones contra el fabricante. La primera reside en el contrato de
compraventa y no requiere prueba de la culpa. La acción se origina en la
obligación de seguridad que se halla implícita en el contrato de
compraventa. El vendedor o proveedor del producto que vende
habitualmente asume una obligación de seguridad o garantía de que la
cosa vendida no causara daño al comprador, por defectos o vicios que la
tornen nociva. La segunda no se puede fundamentar en el contrato de
compraventa, ya que el fabricante de la cosa no participó en el. Sería
accionando a través del art. 1113 como responsabilidad extracontractual.
Excluido este, solo queda invocar el art. 1109 (“todo el que ejecuta un hecho,
que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro, está obligado a la
reparación del perjuicio”) si se demostrara que el producto fue deficientemente
conservado o no fue revisado antes de entregar, conociendo su defecto.
Debe ser demostrada por la víctima. Puede haber presunciones “hominis”
que inviertan la carga de la prueba, favoreciendo a la victima, y poniendo al
demandado en situación de demostrar que no tuvo culpa, fue CF, fue FM,
culpa de la victima misma o de un tercero. Ley de defensa del consumidor
de 1994. Art. 40: “Responsabilidad solidaria. Si el daño al consumidor
resulta del vicio o defecto de la cosa o prestación del servicio responderá el
productor, el fabricante, el importador, el distribuidor, el proveedor, el
vendedor y quien haya puesto su marca en la cosa o servicio. El
transportista responderá por los daños ocasionados a la cosa con motivo o
en ocasión del servicio. La responsabilidad es solidaria, sin perjuicio de las
acciones de repetición que corresponda. Solo se liberara total o
parcialmente quien demuestre que la causa del daño le ha sido ajena”.

PUNTO 52. Capítulo16.


Responsabilidad contractual: el “riesgo” constituye también un factor de
atribución de responsabilidad contractual, de aplicación particularmente en el
sector del contrato laboral en materia de accidentes de trabajo, y en el sector del
contrato de transporte por los daños que sufran los pasajeros.
La indemnización tarifada. El sistema de indemnizaciones adoptado no es el
integral, sino el tarifado o forfatario. No se discute la culpa en el riesgo
profesional, debe pagarse siempre la tarifa estipulada para cada caso, en relación
al salario y a su responsabilidad laboral. En el riesgo profesional no se discute la
culpa del accidente. La responsabilidad profesional cesa si el nexo causal se
interrumpe, por
a) cuando el accidente es intencionalmente causado por la víctima o por
culpa grave de ella.
b) cuando fuere debido a fuerza mayor extraña al trabajo.

Transporte de personas: puede ser a título gratuito, como el transporte benévolo,


o oneroso, como el transporte contractual terrestre, agua, etc. Pueden ocurrir
daños a las personas o a las cosas transportadas. Con respecto a la naturaleza
jurídica algunos sostiene que es un locación de obra, y otros una locación de
servicios. Con respecto al régimen legal, esta cubierto por el art. 1119 del CC: es
una responsabilidad indirecta de garantía.
Fundamento de la responsabilidad: la responsabilidad que contrae el
transportador por el daño que sufran los pasajeros durante el transporte tiene su
razón de ser en el deber de seguridad que el contrato impone a aquel, en virtud
del cual debe trasladar o conducir a la persona de un lugar a otro sana y salva.
No puede, el empresario, exonerarse demostrando que no hubo culpa de su
parte o de sus dependientes o subordinados. La responsabilidad es objetiva,
impuesta por el legislador “ex lege”, y existe independientemente de la culpa del
empresario transportista. Tiene fundamento en el riesgo creado por el transporte,
y pone a cargo de quien ejerza esa actividad el deber de seguridad que se
traduce en la obligación de indemnizar los daños. Art. 184 del

- -
32
Código de Comercio.
Causas de exoneración: el transportador solo se exonera si el nexo causal fue
interrumpido por FM, culpa de la víctima, de un 3º no dependiente o CF.
Prescripción: no corresponde aplicar la prescripción anual a estos casos.
Prohibición de dispensa. El artículo 184 del Código de Comercio impone esta
responsabilidad de modo que no puede dispensarse convencionalmente por un
pacto en contrario. Toda cláusula que tienda a suprimir la responsabilidad del
transportador con respecto al supuesto enunciado por dicho artículo, es nula.

PUNTO 53. Capítulo.


FACTOR GARANTIA. AMBITOS CONTRACTUAL Y EXTRACONTRACTUAL.
Responsabilidad extracontractual: funciona este factor objetivo en el supuesto
de la responsabilidad indirecta del principal por los daños causados por sus
dependientes (1113).
Hecho de los dependientes: “La obligación del que ha causado un daño se
extiende a los daños que causaren los que están bajo su dependencia” (1113).
Se puede o no excusar al principal de la responsabilidad? hay tres teorías: a) es
excusable, b) no es excusable y c) es inexcusable porque la posibilidad no esta
contemplada en la norma. No cabe la presunción “iure et de iure” de culpa, del
principal, “in eligendo o in vigilando”, ya que la culpa se presume objetivamente.
El fundamento de esta norma no se baza en la culpa, sino en la necesidad de
garantizar a los terceros por la acción eventualmente dañosa de las personas que
actúan en el interés de otros. El subordinado aparece así a los ojos de los demás
actuando como si fuera el principal mismo.
Parece más ajustado llamar a este factor de responsabilidad “deber de garantía”.
La ley, por razones practicas y de justicia, constituye al principal en garante ante
la victima de la culpa de sus subordinados en el ejercicio de sus funciones.
Requisitos para el funcionamiento de este factor: a) relación de dependencia
(vinculo de dependencia o subordinación, si para obrar hubo autorización, ya sea
gratuitamente o remunerada), b) ejercicio de la función al momento del hecho (si
el daño tiene relación con la función desempeñada) y c) acto ilícito del
subordinado (obrando con dolo o culpa).
Legitimación pasiva: el damnificado puede ejercer la acción contra resarcitoria
contra el autor del hecho y contra el principal, o solo contra este último. Principal
y dependiente no son responsables solidarios, por que el origen de la
responsabilidad es distinta, deber de garantía en el primero, hecho propio en el
segundo.
Acción recursoria: el principal responde solamente a la víctima por el deber legal
de garantía. Tiene el derecho de ejercer una acción recursoria contra el
dependiente autor del acto ilícito.

Responsabilidad contractual: Obligación de seguridad: es de carácter general y


accesoria en ciertos contratos, para preservar a las personas y cosas de los
contratantes, contra los daños que puedan surgir de la ejecución del contrato
(recitales, teatros, cines, etc.). Obligación de garantía: responden los dueños de
hoteles y casas públicas por los daños ocasionados por la intervención de sus
dependientes, o terceros (otros pasajeros) e incluso ladrones. Como
consecuencia la obligación de seguridad se convierte en una obligación de
garantía. Esta responsabilidad es inexcusable, aunque pruebe el dueño que fue
imposible evitar el daño. Mismo ocurre con los capitanes de buques y
embarcaciones en relación con los daños causados por la tripulación a los
efectos introducidos o embarcados. También transportes terrestres. Es de
carácter contractual.
Fundamento de la responsabilidad: el fundamento es objetivo. La culpa es
extraña al sistema, y la responsabilidad del agente es excusable si demuestra
una causa ajena a los deberes contractuales de conservación y transporte de las
cosas confiadas a ellos por la existencia de hechos que demuestren la
interrupción del nexo causal. La responsabilidad de garantía es inherente al
contrato, aunque nada se hablare de ella.

PUNTO 54. Capítulo 17.

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33
DAÑOS CAUSADOS POR ANIMALES.
Responsabilidad extracontractual: este factor objetivo de responsabilidad tiene
aplicación en los casos de daños causados por los animales (1124 y ss):

Animales: Fundamentos de esta responsabilidad: el riesgo creado como factor de


responsabilidad es también aplicable para atribuir al dueño o guardián de un
animal el daño causado por este, sea doméstico o feroz. Con excepción de la
posibilidad de invocar la falta de culpa por haberse soltado o escapado el animal
doméstico que causo un daño, las demás excusas admitidas por la ley no son
otras que las de inexistencia del nexo causal. Art. 1124 1º parte. “el propietario de
un animal doméstico es responsable del daño que causare....”. Es responsable el
propietario del animal, aunque al momento del daño haya estado bajo la guarda
de los dependientes de aquel (1126). Si el dependiente es el dueño del animal y
lo usa en el interés del principal, responde aquel como propietario y éste por
servirse de él. El propietario no responde si el animal causa daño cuando se
hallase al servicio de otro contra la voluntad expresa o presunta de aquél. Si lo
abandona será responsable de los daños que ocasione el animal, teniendo en
cuenta las circunstancias del abandono. Si el animal se reintegro a su hábitat y
perdió el hábito de vivir bajo el dominio de su dueño, no será responsable el
mismo. El que se sirve del animal, tanto a título gratuito u oneroso, es
responsable del mismo y de os daños que ocasione. Son responsables el dueño
y quién se sirva de el (guardián) ante la víctima, la cual puede optar en accionar
hacia uno u otro, la responsabilidad no es conjunta sino alternativa. Si los dueños
o guardianes fueren varios responden solidariamente. La causación del daño
debe ser activa, ej: no se es responsable de la muerte por un infarto de quién ve
un león de circo. El daño puede recaer en los las personas o en los bienes, o en
otro animal. Incluso puede ser una enfermedad trasmitida por el animal.
Cesación de la responsabilidad: a) si la víctima provoca o se expone
peligrosamente al animal, b) si el daño del animal proviene de un CF o FM, ej:
estampida por un trueno, y c) el animal que se haya suelto o perdido sin culpa del
dueño o guardián. En este caso la presunción es “iuris tantum”, por lo que se
invierte la carga de la prueba y es el dueño o guardián quien debe demostrar su
falta de culpa. Esto último quiebra el criterio de responsabilidad objetiva, ya que
se tiene en cuanta la demostración de culpa, la cual hasta aquí era indigente por
el criterio objetivo. Con animales feroces la responsabilidad es inexcusable, salvo
exposición voluntaria de la víctima. El daño (daño reciproco) de un animal a otro
será indemnizado por el dueño del animal ofensor, salvo provocación de aquel.
No se puede ofrecer el animal como recompensa por el daño causado
(improcedencia de abandono).

Punto 55. Capítulo 18.


Sector de aplicación del factor “equidad”: introducido por la ley 17711 (907).
Para el caso de daños causados por un sujeto inimputable (carece de voluntad):
Art.907: “Cuando por los hechos involuntarios se causare a otro algún daño en su persona
y bienes, sólo se responderá con la indemnización correspondiente, si con el daño se
enriqueció el autor del hecho, y en tanto, en cuanto se hubiere enriquecido. Los jueces
podrán también disponer un resarcimiento a favor de la víctima del daño, fundados en
razones de equidad, teniendo en cuenta la importancia del patrimonio del autor del hecho
y la situación personal de la víctima”.
También es un factor de carácter objetivo, prescinde de la culpa, y queda su
aplicación al criterio y evaluación del juez, quien podrá aplicarlo en caso que el
autor inimputable tenga un patrimonio considerable al lado de la víctima, sin
recursos suficientes para afrontar el daño recibido. No es obligatorio aplicarlo, los
jueces están facultados para hacerlo. Se prescinde de la culpa igual que con el
factor riesgo, ya que este último debe ser aplicado por los jueces, y la equidad es
una facultad que puede o no ser aplicada. La equidad puede conducir a una
reparación parcial, en tanto que el riesgo creado obliga al resarcimiento integral
del daño.

Punto 55. Capítulo 19.


Sectores de aplicación del factor “abuso del derecho”: tiene su origen en el
derecho romano. Se ha desarrollado más aún en el derecho francés. “el derecho
cesa…, donde el abuso comienza,… un solo y mismo acto no puede ser a la vez,
conforme y contrario a derecho”. Si en el ejercicio de un derecho su titular excede
el límite fijado, no habría sin duda abuso del derecho, sencillamente por que no
habría derecho.
Diferentes criterios doctrinarios:
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a) Intencional: intensión de dañar, dolo o fraude. La jurisprudencia francesa
se inspiró en este criterio.
b) Técnico: culpa en la ejecución. Puede haber abuso sin ánimo de abusar.
Con buena fe pero abusando.
c) Económico: basado en Ihering. Falta de interés legítimo. “Los derechos
subjetivos son intereses jurídicamente protegidos”. Los excesos no
pueden ser protegidos por el ordenamiento jurídico.
d) Funcional o finalista: desvío del derecho en su función social. Los jueces
pueden hacer control de legitimidad de los derechos subjetivos.
e) Ético: ejercicio contrario a la buena fe y a la moral.

Este factor de atribución del daño funciona con independencia de la culpa. Este
factor se manifiesta en el ejercicio antifuncional de los derechos subjetivos, es tan
amplio que excede el campo propio de los derechos personales.
Punto 55. Capítulo 20.

Sectores de aplicación del factor “exceso de la normal tolerancia entre


vecinos”:
Ámbito de aplicación: Art. 2618 (Ley 17.711). “Las molestias que ocasionen el
humo, calor, olores, luminosidad, ruidos, vibraciones o daños similares por el
ejercicio de actividades en inmuebles vecinos, no deben exceder la normal
tolerancia teniendo en cuenta las condiciones del lugar y aunque mediare
autorización administrativa para aquéllas. Según las circunstancias del caso, los
jueces pueden disponer la indemnización de los daños o la cesación de tales
molestias. En la aplicación de esta disposición el juez debe contemporizar las
exigencias de la producción y el respeto debido al uso regular de la propiedad;
asimismo tendrá en cuenta la prioridad en el uso. El juicio tramitará
sumariamente”.

Fundamento de esa responsabilidad: varias teorías. Por culpa: el propietario tiene


el derecho de usar libremente de su propiedad, pero si en el uso de ella causa un
perjuicio, debe indemnizar el que resulta de su culpa. Por abuso del derecho.
Teoría de la intromisión (fuente romana): a cada uno le es lícito hacer en su
propio fundo cuanto le plazca, con tal de que no se verifique intrusión en el fundo
ajeno.
Cualquiera sea el fundamento que la doctrina quiera darle a esa responsabilidad,
es notorio que ella es extraña a la culpa. El daño debe repararse por el solo
hecho de ser causado mas allá de lo que consiente la recíproca tolerancia.
Es un factor objetivo de responsabilidad, que ser determinado por el juez en cada
caso apreciando con un criterio de razonabilidad lo que debe o no tolerarse
teniendo en cuenta las condiciones del lugar, usos y prioridades.

Punto 58. Capítulo 21.


RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL ABOGADO.
Ámbito de esta responsabilidad.
El abogado realiza dos tipos de actividades: la extrajudicial (consejo legal y/o
asesoramiento jurídico) y la judicial (patrocinio letrado, defensa de un procesado
o representación de partes).
"El abogado es..., un elemento de pacificación en las relaciones humanas,
preservando el poder jurídico mediante el acatamiento de las normas que su
consejo lleva siempre consigo; mediante la solución directa de los conflictos
creados, con un sentido de justicia; y mediante la actuación jurisdiccional que le
permite exponer por los medios técnicos del proceso el derecho de los
justiciables" (Bustamante Alsina).
La violación de los deberes en el ejercicio profesional implica generalmente el
desafuero, eventualmente la inconducta puede ser sancionada por los jueces. El
abogado causa además, culpablemente o por dolo, un daño a su cliente o a
terceros en el ejercicio de su profesión, incurre en responsabilidad civil y debe
reparar el perjuicio ocasionado. La relación siempre es contractual y tiene el
carácter de una locación de servicios o de obra.
En cuanto a los daños respecto a terceros, su responsabilidad tiene carácter
extracontractual.

Naturaleza de la obligación.

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Es necesario distinguir la doble actuación como letrado apoderado (procurador) y
como abogado consultor, asesor o patrocinante o defensor de un proceso.

a) Apoderado Letrado. Es el representante judicial de su cliente y está sujeto a


las reglas del mandato, obligaciones impuestas por la ley 10.996.
Esto ha obligado a una prestación de resultado en cuanto a los actos procesales.
La omisión de los deberes compromete su responsabilidad, sin que sea
necesario demostrar su culpa (ej.: permitir la caducidad de los actos procesales
por no ejercicio en término).
Responde por los daños que causa por el incumplimiento de sus deberes legales
en relación a la marcha el proceso y a la intervención que le corresponde en el
mismo.
Debe interponer recursos contra toda sentencia definitiva adversa a su parte y
contra toda regulación de honorarios, salvo instrucciones por escrito en contrario.
Cabe responsabilidad al perimir una instancia donde se pierde la acción por
prescripción.

b) Letrado Patrocinante, Defensor y Asesor Legal. No tiene la representación


directa del cliente, ni está sujeto a las reglas del mandato ejercita solamente el
patrocinio o la defensa, conduciendo el pleito bajo su dirección o aconsejando
las soluciones legales.
Está obligación es de medios, debe tratar de obtener un resultado favorable, pero
no garantiza el resultado.
El abogado que no puede obtener un resultado, no es responsable por lo que el
éxito, pero sí lo es si no ha procedido con el cuidado y los conocimientos
exigidos.

Error de Fundamentación. La responsabilidad profesional no existe cuando


median errores de carácter científico, pero subsisten en los casos impericia. Por
un error grave o inexcusable el abogado debe responder. En el patrocinio judicial,
el error de derecho tiene menores consecuencias ya que puede quedar
subsanado por aplicación del principio "iuria curia novis" (el juez conoce el
derecho).
Aun así el error de derecho puede ser trascendente, si en la elección entre varias
vías se elige equivocadamente una, dejando entretanto prescribir la otra acción.

Deber de Lealtad. Es una norma de la ética profesional, el la que no se debe


abandonar el patrocinio intempestivamente y sin causa que lo justifique. La
violación culposa o dolosa de este deber, determina su responsabilidad por los
daños.

Secreto profesional. El abogado está obligado a guardar secreto, y constituye un


deber y un derecho del mismo. La transgresión de este deber es reprimida por el
código penal (Art. 156).
El secreto profesional se debe a la necesidad de la defensa personal del
abogado, cuando es objeto de persecuciones por parte de su cliente.

Indemnización. Un defecto de asesoramiento legal, la pérdida de un juicio por


omisiones, o la negligencia del profesional configuran un daño cierto, no eventual.
La dificultad radica en determinar la cuantía del daño a reparar cuando lo que se
ha perdido es una chance en conseguir una ganancia o el evitar una pérdida.
Nuestros tribunales han fijado un criterio general, la indemnización consistirá en
una suma, que es la que presumiblemente se hubiera acordado en un juicio,
además de las costas. Debe medirse a los efectos del quantum del resarcimiento
de acuerdo con la chance perdida, y en función de la probabilidad de éxito, de la
existencia de jurisprudencia y doctrina, y de la novedad u originalidad de la
cuestión promovida.

RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL MÉDICO.


El deber del humanismo. Consiste en la obligación de suministrar atención a los
enfermos, o sea la obligación de prestar la asistencia debida.
El médico tiene el deber legal de asistir a los enfermos, la omisión de la
asistencia debida puede generar su responsabilidad directa en los términos del
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Art. 1074 (Art. 1074.- Toda persona que por cualquier omisión hubiese ocasionado un
perjuicio a otro, será responsable solamente cuando una disposición de la ley le impusiere
la obligación de cumplir el hecho omitido.). La simple negativa a prestar la asistencia
profesional no dará lugar a la responsabilidad civil del médico, si existían otros
médicos, si la gravedad del paciente igualmente hubiera producido fatalmente la
muerte. El deber del humanismo puede dar origen a una responsabilidad directa
y personal de carácter extracontractual.

Naturaleza de la obligación de prestación.


El deber de prestar la debida asistencia, supone que el médico fue requerido y
aceptó intervenir, dando lugar a una responsabilidad contractual, donde hay un
compromiso en una obligación de medios.

Culpa médica. La culpa profesional del médico no es distinta a la noción de culpa


en general (Art. 512.- “La culpa del deudor en el cumplimiento de la obligación consiste
en la omisión de aquellas diligencias que exigiere la naturaleza de la obligación, y que
correspondiesen a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar.” Art. 902.-
“Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas,
mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos”. Y Art.
909.- “Para la estimación de los hechos voluntarios, las leyes no toman en cuenta la
condición especial, o la facultad intelectual de una persona determinada, a no ser en los
contratos que suponen una confianza especial entre las partes. En estos casos se
estimará el grado de responsabilidad, por la condición especial de los agentes”).
Carga de la prueba. Incumbe al paciente la prueba de la culpa del médico. Si el
actor probare solamente que la intervención del médico no dio el resultado
esperado, causando la muerte del paciente o agravando su estado, ello no sería
suficiente para presumir su culpa.

Ámbito de esta responsabilidad.


Si la responsabilidad es contractual, sólo se responde de las consecuencias
inmediatas y necesarias, y si es extracontractual se extiende a las consecuencias
mediatas. La prescripción de la acción resarcitoria, tiene un término de diez años
en el primer caso y de dos años en el segundo. En la doctrina nacional prevalece
el concepto de que la responsabilidad es contractual.

La responsabilidad seria extracontractual en los casos siguientes:


1. Cuando los servicios del médicos son requerido
por otra persona distinta del paciente. En relación a este la responsabilidad
de no nace de un contrato.
2. Cuando son prestados espontáneamente, sin consentimiento del paciente;
como ocurre en caso de accidente callejero y un médico auxilia a la
víctima.
3. Cuando los servicios son prestados en contra de la voluntad del paciente,
como en el supuesto del suicida que recibe auxilio médico.
4. Cuando el médico ha cometido un delito del
derecho criminal en relación a una persona, sea o no cliente. Por ejemplo,
si cometió un homicidio prescribiéndole una supuesta medicación que
determinarse la muerte del enfermo.

Naturaleza de la obligación.
La obligación que asume el médico no es una obligación de resultados, sino
solamente de medios.

Relación de causalidad.
No puede imputarse al medico las consecuencias perjudiciales que sufre un
paciente, si no se determina la existencia del respectivo nexo causal.

Casos de responsabilidad.
La responsabilidad del medico debe apreciarse, según las circunstancias
particulares de cada caso.

a) Advertencia al enfermo. El médico tiene el deber de advertir al enfermo los


riesgos por el tratamiento recomendado o por la intervención quirúrgica

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aconsejable. El enfermo tiene el derecho de saber su estado de salud y el
pronóstico del mismo.
b) Consentimiento. En principio, el medico no debe emprender ningún tratamiento
ni ninguna intervención, sin haber obtenido el consentimiento del enfermo. Sobre
todo cuando deba efectuar una operación mutilante (amputación, castración,
etc.), la que podrá ser exigida por escrito.
La vida, la salud, la integridad física, son bienes personales que la ley protege no
solo en mira de intereses individuales sino también generales. Por ello, el
consentimiento del paciente no seria suficiente para privarlo de la vida
(eutanasia).
Si el paciente niega su consentimiento el medico no puede intervenir. Se ha
admitido su intervención, en supuestos de tratamientos médicos y transfusiones
sanguíneas con fines terapéuticos, aun contra la voluntad de la misma.
c) Diagnóstico. El error de diagnóstico o un tratamiento inadecuado
responsabiliza al médico por los daños que sufre el paciente. El error debe ser
grave e inexcusable.
d) Tratamiento. El médico es responsable por un tratamiento equivocado, en
forma grave e inexcusable. Si el médico actuó poniendo su celo profesional, el
fracaso del método elegido no puede ser imputable.
e) Intervención quirúrgica. El cirujano no es responsable, si no incurre en algún
error no tolerable, o en alguna falta inexcusable. El profesional tiene en la
intervención, una obligación de medios o de prudencia y diligencia.

Equipos médicos.
La responsabilidad es individual de cada miembro del equipo, aunque también
hay responsabilidad refleja del jefe del equipo, solamente si se prueba culpa en la
elección de los colaboradores o por instrucciones equivocadas o ineficientes o
falta de vigilancia por parte del cirujano. Si no se puede individualizar, el equipo
es responsable y la culpa de todos, salvo prueba en contrario.
En casos de prestaciones separadas pero simultáneas, la responsabilidad es
individual, si no se pudiera determinar el origen del daño, la responsabilidad es
colectiva, a menos que alguno pruebe que no lo ha sido.

Establecimientos médicos.
Si bien el paciente tiene acción directa contra el medico en caso de
incumplimiento de su obligación, también tiene acción directa en el mismo caso
contra la entidad estipulante en razón del contrato de asistencia pasado entre
ellos.
No es la responsabilidad por el hecho de los dependientes (Art. 1113.- La obligación
del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que están bajo su
dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado. En los supuestos
de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de responsabilidad,
deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido causado por
el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad
acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe responder. Si la cosa
hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del dueño o guardián, no será
responsable.), por que si bien puede haber un contrato con relación de
dependencia, la actividad profesional es independiente de subordinación a
ordenes de las autoridades del establecimiento.

CIRUGIA ESTETICA
No estamos considerando cirugía reparadora o correctora, en los casos de
cirugía estética el cliente generalmente no padece afección. La intervención del
médico, persigue lograr un efecto favorable desde el punto de vista estético,
pronosticando al cliente un resultado.
El juzgamiento de la responsabilidad del medico se basa en el fracaso de la
intervención, tanto si no se obtiene el mejoramiento estético buscado, como si de
la intervención resulta una secuela desfavorable. Solo podrá exonerarse de
responsabilidad demostrando un caso fortuito o de fuerza mayor.

RESPONSABILIDAD PROFESIONAL DEL ESCRIBANO.


Se discute en doctrina si el notario o escribano público es un funcionario público.
Si lo es, su responsabilidad civil se hallara regida por el articulo 1112 (Art. 1112.-
Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones,
por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están
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impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este título), conforme al carácter
que la propia ley le atribuye, como delegado del Estado desempeñando una
función publica, dando autenticidad a los instrumentos que otorga, como
depositario de la fé publica.
Sin embargo si bien desempeña una función pública, no es un funcionario
publico, es un profesional libre que ejerce una función pública como fedatario,
pero lo hace en nombre propio y con su exclusiva responsabilidad, aunque esta
investido por el Estado con una delegación especial, sujeto a su potestad
reglamentaria y disciplinaria (Ley 12.990). Su función es esencialmente
legitimadora. Velez Sarsfield ya había señalado que el escribano público es algo
diferente al funcionario público.

Ámbito de esta responsabilidad.


Se cumple mediante los diversos actos que están legalmente autorizados a
ejecutar.

Naturaleza de la obligación.
Considerando que el escribano se obliga a realizar determinados actos propios
de la función y competencia, el contrato de que tratamos es de locación de obra.
Siendo una obligación de resultado valido, pues se compromete al otorgamiento
de un instrumento valido en cuanto a las formalidades legales que el debe
observar como autorizante.
En relación a los terceros extraños al contrato entre el cliente y el escribano, la
responsabilidad tiene carácter extracontractual.
La responsabilidad contractual que existe en relación al cliente puede derivar en
una responsabilidad por acto ilícito, que abre la opción aquiliana para el
damnificado en los términos del articulo 1107 (Art. 1107.- Los hechos o las omisiones
en el cumplimiento de las obligaciones convencionales, no están comprendidos en los
artículos de este título, si no degeneran en delitos del derecho criminal.). En la doctrina y
jurisprudencia nacional, bajo el concepto de funcionario publico, se ha
considerado que la responsabilidad que surge para el escribano frente a su
cliente es extracontractual.

Régimen legal de la responsabilidad.


La responsabilidad será contractual o extracontractual, según consideremos al
escribano como profesional libre o como funcionario publico. Con respecto a su
cliente será contractual y extracontractual respecto de terceros.
El escribano no es responsable por los vicios del acto jurídico que no sean
manifiestos, pero si en la hipótesis de vicios que hacen al acto nulo y que el
escribano pudo o debió conocer por su carácter manifiesto.
Asimismo, la responsabilidad del escribano titular se extiende a los hechos u
omisiones de los escribanos adscriptos en el ejercicio de sus funciones,
quedando bajo su total dependencia y responsabilidad.
Con respecto al secreto profesional, el escribano esta obligado a guardarlo, en
caso de violación incurre en responsabilidad penal, y consiguientemente civil.
Los escribanos, quedan exentos de responsabilidad en casos en donde asume
una responsabilidad contractual, pero solamente si ha ocurrido en alguna culpa o
negligencia, que debe ser probada, habida cuenta que tales prestaciones son de
medio y no de resultado (Ej.: estudio de títulos, cabe responsabilidad si el informe
emitido es erróneo por culpa inexcusable). Tampoco es responsable de la falta o
demora de la inscripción de una inhibición voluntaria, ya que no le esta impuesta
legalmente, ni de demoras o inconvenientes (no atribuibles a él) en la inscripción
registral.

Punto 56. Capítulo 21.


RESPONSABILIDAD DE LAS PERSONAS JURIDICAS
Sujetos Pasivos Comprendidos.
Comprende como sujetos pasivos, a todas las personas de existencia ideal o
personas jurídicas enumeradas en el art. 33 reformado por la Ley 17.711, que se
hallan equiparadas en sus relaciones con los terceros, a las personas de
existencia visible (art. 41).
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL
El art. 42 sienta el principio general.
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Art. 42.- Las personas jurídicas pueden ser demandadas por acciones civiles, y puede
hacerse ejecución en sus bienes.
Por lo que siempre son responsables contractualmente., hallándose sometidas
pasivamente al efecto normal o subsidiario de las obligaciones (Art. 505),
contraídas por sus representantes legales (Art. 36.- Se reputan actos de las personas
jurídicas los de sus representantes legales, siempre que no excedan los límites de su
ministerio. En lo que excedieren, sólo producirán efecto respecto de los mandatarios.). El
dolo o la culpa inciden sobre ellas. (Art. 505.- Los efectos de las obligaciones respecto
del acreedor son: inc 3º "Para obtener del deudor las indemnizaciones correspondientes.
Respecto del deudor, el cumplimiento exacto de la obligación le confiere el derecho de
obtener la liberación correspondiente, o el derecho de repeler las acciones del acreedor, si
la obligación se hallase extinguida o modificada por una causa legal. Si el cumplimiento de
la obligación, cualquiera sea su fuente, derivase en litigio judicial o arbitral, la
responsabilidad por el pago de las costas, incluidos los honorarios profesionales de todo
tipo allí devengados y correspondientes a la primera o única instancia, no excederá del
veinticinco por ciento (25 %) del monto de la sentencia, laudo transacción o instrumento
que ponga fin al diferendo. Si las regulaciones de honorarios practicadas conforme a las
leyes arancelarias o usos locales, correspondientes a todas las profesiones o
especialidades superan dicho porcentaje, el juez procederá a prorratear los montos entre
los beneficiarios. Para el cómputo del porcentaje indicado, no se tendrá en cuenta el
monto de los honorarios de los profesionales que hubieren representado, patrocinado o
asistido a la parte condenada en costas. (Incorporado por ley 24432/Honorarios)).

RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
Tratándose de la responsabilidad de las personas jurídicas por actos ilícitos, se
han expuesto diversas teorías.
La Cuestión en la Doctrina. Diversas doctrinas sobre la naturaleza de las
personas jurídicas, han dado también distintas soluciones al problema de la
responsabilidad extracontractual.
a) Teoría de la ficción. Savigny. Las personas jurídicas no responden de los actos
ilícitos cometidos por sus órganos o agentes, por que: 1. la persona jurídica
carece de voluntad. 2. no tiene por fin cometer delitos. 3. los actos ilícitos de sus
administradores no pueden alcanzarla, porque exceden el límite del manejo
ejercido.
b) Teorías Negatorias. Niegan la personalidad jurídica de estos entes ideales. Por
falta de responsabilidad delictual, por falta de subjetividad (desecha la culpa, pero
acepta la idea de riesgo), por que la responsabilidad es producto de una
asociación personificada, por ser solo patrimonios colectivos comprometidos por
los actos de los administradores.
c) Teorías Realistas. Son doctrinas que consagran de forma amplia su
responsabilidad civil por actos ilícitos. La responsabilidad de las personas
jurídicas resulta comprometida por: 1. la culpa del órgano, salvo cuando el
fundamento de la responsabilidad es objetivo, 2. el órgano debe obrar en calidad
de tal y en la actividad de la persona jurídica, y si es un agente o dependiente, en
el ejercicio de las funciones.

El Derecho Argentino Antes de la Reforma (Ley 17.711). El problema se


encaro desde diferentes ángulos siempre desde un punto de vista realista y aun
por encima del texto legal.

a) El texto legal y sus fuentes. El Art. 43 escrito por Velez Sarsfield decía: “No
se puede ejercer contra las personas jurídicas, acciones criminales o civiles por
indemnización de daños, aunque sus miembros en común, o sus administradores
individualmente, hubiesen cometido delitos que redunden en beneficio de ellas”.
Las fuentes del Codificador fueron Savigny y Freitas, que rechazaban
categóricamente la responsabilidad por actos ilícitos.

b) Criterios de interpretación. Hubo diversos criterios sobre el artículo 43:


1. Irresponsabilidad absoluta. Criterio clásico el de total y absoluta
irresponsabilidad de la persona jurídica.
2 Irresponsabilidad limitada. Los crimines y delitos civiles están exentos de la
responsabilidad del Art. 43. Los cuasidelitos darían lugar a responsabilidad.
3. Responsabilidad amplia. Tendencia más avanzada, que admitía la aplicación
del Art. 43, solo en materia de delitos de derecho criminal.

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40
c) Evolución jurisprudencial. La jurisprudencia de nuestros tribunales siguió
una evolución tendiente a extender el radio de responsabilidad de las personas
jurídicas. Desde la negación absoluta y total, se llego hasta a afirmar en forma
categórica esa responsabilidad de las personas jurídicas por cualquier acto ilícito,
cometido por sus órganos o simplemente por los empleados o dependientes.
Hasta 1933 la CSJN sostenía la irresponsabilidad contractual del Estado, basada
en la interpretación estricta del Art. 43, pero separando actos de gestión de actos
de autoridad, los cuales se hubiesen realizado como poder publico en ejercicio de
su soberanía. Excepcionalmente se aceptaba negligencia de empleados. A partir
de ese año modifica su jurisprudencia, al condenar a la Nación en un daño por
incendio, invocando los Art. 1109 y 1113
Art. 1109.- “Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un
daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las
mismas disposiciones relativas a los delitos del derecho civil….”
Art. 1113.- “La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que
causaren los que están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene
a su cuidado. En los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián,
para eximirse de responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero
si el daño hubiere sido causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o
parcialmente de responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por
quien no debe responder….”

Reforma introducida por la Ley 17.711 de los Art. 43 y 1720. Estos artículos
reformados eliminaron la absoluta inoperancia de los anteriores, ante la evolución
de la jurisprudencia.
Art. 43.- Las personas jurídicas responden por los daños que causen quienes las dirijan o
administren, en ejercicio o con ocasión de sus funciones. Responden también por los
daños que causen sus dependientes o las cosas, en las condiciones establecidas en el
título: "De las obligaciones que nacen de los hechos ilícitos que no son delitos".
Art. 1720.- En el caso de los daños causados por los administradores son aplicables a las
sociedades las disposiciones del título "De las personas jurídicas".

Se distinguen los daños que causen los directores o administradores (órganos) y


los de los dependientes de los mismos o de las cosas de su propiedad o que
tengan bajo su guarda.
Que directores o administradores constituyan los órganos de expresión de las
personas jurídicas, no es suficiente para hacer incidir en el patrimonio de ella los
actos ilícitos de sus representantes, cuando esos actos son ajenos a la función.

RESPONSABILIDAD DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS.


Concepto. Ciertos funcionarios públicos están sujetos a una responsabilidad
política y pueden ser sometidos a juicio político por mal desempeño de sus
funciones o por violación de las leyes y de la CN.
En el orden administrativo también están sujetos a una responsabilidad
administrativa regulada por el derecho publico, y también están sometidos a una
responsabilidad penal si incurrieran en delitos previstos en leyes o el CP y que
son específicos del funcionario publico, tales como el cohecho, el prevaricato, el
abuso de autoridad, la malversación de caudales públicos, etc., como así también
están sujetos a responsabilidad civil por los daños que causaren en su carácter
de tales.

Régimen legal. Responsabilidad contemplada en el Art. 1112. El problema que


plantea este artículo es si se justifica esta norma particular, en presencia de la
disposición general que contiene el Art. 1109.
Art. 1112.- “Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus
funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les
están impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este título”.
Art. 1109.- “Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un
daño a otro, está obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las
mismas disposiciones relativas a los delitos del derecho civil….”.
Puesto que los funcionarios y empleados públicos ya están comprendidos en el
Art. 1109, como lo explica la fluente, no puede justificarse en consecuencia el Art.
1112 como una supuesta traslación de lo que ya dispone el Art. 1109 a los
funcionarios. Debe entonces haberse referido al contenido de la responsabilidad
misma, al hecho ilícito que la origina, se ha querido ver en la ilicitud del Art. 1112
un hecho distinto a un cuasidelito.

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41
Consideramos que el Art. 1112 tiene un sentido y alcance propios en cuanto a la
responsabilidad de los funcionarios públicos, por los cuasidelitos que solamente
ellos pueden cometer, precisamente por el carácter de la tarea que realizan.
Así, por ejemplo, un medico, un abogado, un arquitecto, están sometidos a la
responsabilidad general por los daños que causen a otros por su culpa (Art.
1109) y cuando actúan en el ejercicio de sus respectivas profesiones liberales, su
responsabilidad como tales profesionales se modifica en la misma medida en que
están sometidos a otros deberes específicos.
Esto mismo sucede en relación a los funcionarios públicos. Como personas tiene
aptitud genérica para ser imputados, dentro del régimen legal de imputabilidad,
por los daños que causen culposamente (Art. 1109). Como funcionarios tiene una
responsabilidad especial prevista en el Art. 1112. Este artículo le atribuye una
responsabilidad más circunscripta que aquella que le corresponde como simple
individuo.

Condiciones de esta responsabilidad.


a) Debe tratarse de un funcionario público. Que cumpla una función publica
sin importar jerarquía.
b) Estar en ejercicio de sus funciones. Con dos criterios:
I) Subjetivo. Hay que averiguar si actuó con motivo de la función o
con la finalidad de cumplir la función.
II) Objetivo. Hay que analizar que “apariencia” presenta el acto o
hecho. Es el criterio que se sigue. Permite determinar la naturaleza
del hecho, en base a la intención del agente.
c) Cumplimiento irregular de las obligaciones legales. La función de que se
trata debe estar reglada o regulada en sus obligaciones. Una falta del
funcionario en el ejercicio de sus funciones no basta para comprometer
su responsabilidad, como lo seria por aplicación del Art. 1109, es
necesario que esa falta, que ese hecho, importe el cumplimiento irregular
de sus obligaciones legales.
d) Culpa del funcionario. El cumplimiento irregular de las obligaciones
legales, que ocasiona daño a otro, debe haber sido cometido con culpa,
de otro modo, no existiría un cuasidelito, y aquel no seria responsable.
No es indispensable que haya existido dolo del funcionario (Art. 1072.- El
acto ilícito ejecutado a sabiendas y con intención de dañar la persona o los
derechos de otro, se llama en este Código "delito"). El error de derecho no
excusa la responsabilidad del funcionario, quien no puede alegar
ignorancia de sus obligaciones, conforme al principio general sobre
inexcusabilidad del error de derecho (Art. 923.- La ignorancia de las leyes, o
el error de derecho en ningún caso impedirá los efectos legales de los actos
lícitos, ni excusará la responsabilidad por los actos ilícitos.). Si podría invocar
error de hecho, al irregular cumplimiento de sus obligaciones legales
siempre que sea excusable (Art. 929.- El error de hecho no perjudica, cuando
ha habido razón para errar, pero no podrá alegarse cuando la ignorancia del
verdadero estado de las cosas proviene de una negligencia culpable), si no se
debe a su culpa el desconocimiento de los hechos.

Legitimación pasiva. Están legitimados pasivamente para reclamar daños y


perjuicios, todos los administrados que en tales circunstancias experimenten un
daño, por la comisión u omisión de un acto del funcionario, ya sea patrimonial, ya
sea un agravio moral.

Responsabilidad indirecta de los agentes públicos. El artículo 1112


contempla, sin duda, la responsabilidad personal y directa de los funcionarios
públicos. En lo que respecta a la responsabilidad del Estado por los hechos de
los funcionarios públicos, esta regida por el artículo 43 reformado por la 17.711. Y
por los dependientes de éstos el articulo 1113. El fundamento de esta
responsabilidad indirecta parecería encontrarse en una culpa “in vigilando”,
propia de la autoridad. Esa responsabilidad indirecta del superior jerárquico seria
excusable, probando que él no incurrió en ninguna culpa en la vigilancia de su
subordinado.
Art. 1112.- Los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus
funciones, por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les
están impuestas, son comprendidos en las disposiciones de este título.
Art. 43.- Las personas jurídicas responden por los daños que causen quienes las dirijan o
administren, en ejercicio o con ocasión de sus funciones. Responden también por los
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daños que causen sus dependientes o las cosas, en las condiciones establecidas en el
título: "De las obligaciones que nacen de los hechos ilícitos que no son delitos"
Art. 1113.- La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que
causaren los que están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene
a su cuidado….”.

Coordinación de las responsabilidades del funcionario público. Según el


daño provocado en sus funciones surgen distintas responsabilidades:
1) El caso en que el funcionario actúa en el regular cumplimiento de sus
obligaciones legales: si ello causa un daño, solo el Estado es
responsable.
2) El caso en que el funcionario actúa irregularmente, pero ya fuera del
ejercicio objetivo de la función: en tal caso, al no ejercer la función, no
actúa como órgano del Estado, y solo el funcionario será responsable.
3) El caso en que el funcionario actúa irregularmente, y todavía dentro del
ejercicio objetivo de su función: en tal caso, ambos son responsables
concurrentes; el primero por haber actuado irregularmente, y el segundo,
porque un órgano suyo cometió un daño ejerciendo la función a él
encomendada.
Como persona jurídica de carácter público (Art. 33) el Estado responde por los
daños causados por actos ilícitos de comisión u omisión imputados a sus órganos
(Art. 43) y halla su fundamento inmediato en el deber de garantía de buena
administración de justicia.
Esta responsabilidad del Estado por acto ilícito del funcionario es concurrente o
conexa con la responsabilidad personal de este último, pero no siendo
mancomunada no puede existir solidaridad.

Responsabilidad del Estado por “Error Judicial”. El “Error Judicial” es


entendido como todo acto judicial ejecutado por el juez en el proceso, que resulta
objetivamente contradictorio con los hechos de la causa o con el derecho y la
equidad, desviando la solución del resultado justo al que naturalmente debió
llegar.
Es un verdadero acto ilícito o contrario a la ley, cometido por el juez, sea por
acción u omisión en el curso del proceso sometido a su jurisdicción.
Para hacer efectiva la responsabilidad del Estado es necesario considerar:
1) La cuestión prejudicial, que consiste en la previa determinación
de que el “error judicial” no ha sido consentido por la parte a quien
perjudica y que no ha pasado en autoridad de cosa juzgada, pues en tal
caso goza de la presunción de verdad.
2) La existencia del “error judicial” debe ser verificada en el mismo
proceso en que se habría cometido, debiéndose agotar para tratar de
llegar a esa declaración, todos los recursos y las instancias que hacen
posible reposición, la apelación y, excepcionalmente, la nulidad y la
revisión.
3) La acción de daños y perjuicios contra el Estado solo será
posible después de declarado el “error judicial”, deduciendo la acción
ante el juez competente, que no será el que cometió el “error judicial”,
probando el daño y la relación de causalidad.

Punto 59/60. Capítulo 22.


RELACIONES ENTRE LA ACCION CIVIL Y LA PENAL.
Metodología. Desde el artículo 1096 hasta el 1106, se refiere a los daños
causados por delitos, también aplicables a los cuasidelitos, concernientes a actos
ilícitos obrados con culpa, los cuales también pueden configurar delitos del
derecho criminal.
I. SUJETOS DE LA ACCION. DELITOS Y CUASIDELITOS CONTRA LAS
PERSONAS.
A. Legitimación activa.
a) Damnificado Directo. Principio general expresado en articulo 1079 Es la
victima del delito o cuasidelito, es decir, la persona que padece como sujeto
pasivo la acción ilícita, sea que esta recaiga sobre su persona o sobre las cosas
que le pertenecen.

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Art. 1079.- La obligación de reparar el daño causado por un delito existe, no sólo respecto
de aquel a quien el delito ha damnificado directamente, sino respecto de toda persona,
que por él hubiese sufrido, aunque sea de una manera indirecto.

b) Damnificado indirecto. Articulo 1079 2ª parte (“…sino respecto de toda persona,


que por él hubiese sufrido, aunque sea de una manera indirecto”). También tiene
derecho a ejercer la acción todos aquellos que, sin haber sido victimas o
damnificados directos, sufren un daño como consecuencia del hecho.
Esta cuestión ha dado lugar a discusiones en la doctrina y a soluciones
jurisprudenciales de distinto alcance. Extendiendo el artículo 1079, no habría
limitación alguna con respecto a las personas a quienes se les reconocería
derecho a reclamar indemnización, aplicando ese artículo sin restricciones.
Según Borda, habría que establecer una limitación en cuanto a las
consecuencias causales, de las que no se responde (Art. 905.- Las consecuencias
puramente casuales no son imputables al autor del hecho, sino cuando debieron resultar,
según las miras que tuvo al ejecutar el hecho), la conexión del hecho ilícito con el
daño debe ser mas o menos próxima, descartando la posibilidad de resarcimiento
de aquellos que aunque afectados, lo sean tan indirecto y remoto que no era
normalmente previsible.
Respecto a los delitos contra las personas el Art. 1084.- Si el delito fuere de
homicidio, el delincuente tiene la obligación de pagar todos los gastos hechos en la
asistencia del muerto y en su funeral; además lo que fuere necesario para la subsistencia
de la viuda e hijos del muerto, quedando a la prudencia de los jueces, fijar el monto de la
indemnización y el modo de satisfacerla. Y el Art. 1085.- El derecho de exigir la
indemnización de la primera parte del artículo anterior, compete a cualquiera que hubiere
hecho los gastos de que allí se trata. La indemnización de la segunda parte del artículo,
sólo podrá ser exigida por el cónyuge sobreviviente, y por los herederos necesarios del
muerto, si no fueren culpados del delito como autores o cómplices, o si no lo impidieron
pudiendo hacerlo.
Doctrina y jurisprudencia sostienen que el Art. 1079, constituye una regla general
no limitada por los Arts 1084 y 1085. Asimismo, el Art. 1084 crea una presunción
(iuris tantum) de daño a favor de las personas allí aludidas: la viuda y los
menores de la victima, obligando al demandado a demostrar que los reclamantes
no sufrieron perjuicio alguno. Esta presunción de daño, se halla justificada por la
circunstancia de que tratándose de personas que tienen un vinculo entre si de
familia tan estrecho, forman un núcleo ético y económicamente solidario, donde
los esfuerzos son comunes, y la falta de uno determina un quebrantamiento de
ese orden.
En los supuestos de homicidio, se trata de establecer si la acción resarcitoria en
este supuesto de la muerte de la victima es ejercida por sus titulares a titulo
personal (iure propio) o a titulo de herederos del muerto (iure hereditaris). El daño
indemnizable varia fundamentalmente según que se invoque el daño sufrido por
la victima misma o el daño personal de los que ejercen la acción.
La acción por la muerte de una persona, como cualquier otra acción, no puede
nacer sino en cabeza de personas vivas. Hecha esta aclaración, la acción en
caso de homicidio, corresponde:
1) Al Cónyuge. Si estaban divorciados o separados de hecho, aun mujer
culposa, si recibía alimentos, tiene derecho. Y si no los recibía, pero
conservaba el derecho, tiene derecho a indemnización.
2) A los hijos, legítimos o no, sin importar la edad.
3) A los padres y demás ascendientes.
4) A los demás descendientes legítimos o no.
5) A los hermanos, como si percibieran alimentos, vivían con él o a su costa.
6) A cualquier otra persona, que sin ser pariente recibiera alimentos a titulo
legitimo.
7) Otros, quienes pueden sufrir daño y posean interés legitimo, como
acreedor, socio, empleado, cliente, etc.
8) A la concubina, si los acreedores y los parientes lejanos pueden tener
reparación, con mas razón. La acción de resarcimiento solo se acuerda
cuando se trata de reparar el daño producido por la lesión de un interés
legitimo tutelado por la ley, lo que no ocurre con respecto a la concubina,
porque dentro de nuestro ordenamiento legal el concubinato, por atentar
contra el régimen de la familia, es inhábil para engendrar por si solo entre
los concubinos derechos patrimoniales o extrapatrimoniales.
Es admisible, como solución de equidad en casos concretos y dentro de
determinadas condiciones de hecho, una reparación del daño que, de no
contemplarse, conduciría a un respaldo groseramente injusto.

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Cuando el asegurador paga la indemnización al beneficiario de un seguro de
vida, no tiene acción alguna contra el homicida para obtener el reintegro de la
suma abonada. El Art 80 de la Ley 17.418 dispone que “…la subrogación no es
aplicable en los seguros de personas”.

c) Sucesores universales del damnificado. El acto ilícito hace nacer un crédito a


favor de la victima contra el autor del daño. Ese crédito consiste en la
indemnización de daños y perjuicios.
En relación al daño moral, la acción del damnificado directo es intransmisible a
los herederos, salvo cuando la acción hubiese sido intentada en vida por el
causante.

d) Acreedores de la victima. Pueden ejercer la acción de daños y perjuicios contra


el autor del delito o cuasidelito, subrogándose a su deudor mediante la acción
oblicua o indirecta (Art. 1196.- Sin embargo los acreedores pueden ejercer todos los
derechos y acciones de su deudor, con excepción de los que sean inherentes a su
persona).

e) Cesionario. El crédito por daños y perjuicios puede cederse (Art. 1444.- Todo
objeto incorporal, todo derecho y toda acción sobre una cosa que se encuentra en el
comercio, pueden ser cedidos, a menos que la causa no sea contraria a alguna prohibición
expresa o implícita de la ley, o al título mismo del crédito).

f) Pluralidad de damnificados. Puede suceder que de un mismo acto ilícito


resulten varios damnificados. Todos y cada uno tienen derecho personal a
obtener resarcimiento del daño. No implica solidaridad activa, la renuncia a
indemnización que haga uno de los damnificados no perjudica el derecho de los
demás (Art. 1100.- La acción por pérdidas e intereses que nace de un delito, aunque sea
de los penados por el derecho criminal, se extingue por la renuncia de las personas
interesadas; pero la renuncia de la persona directamente damnificada, no embaraza el
ejercicio de la acción que puede pertenecer al esposo o a sus padres).
En caso de fallecimiento de la victima, habiendo esposa e hijos, los ascendientes
carecen de derecho para reclamar daños y perjuicios, a menos que prueben daño
actual y concreto, por ej. que recibían una pensión para su subsistencia.

B. Legitimación pasiva.
La acción de daños y perjuicios puede intentarse contra las siguientes personas,
legitimadas pasivamente en carácter de responsables directos o indirectos,
originarios o por sucesión:
a) Autor del hecho. Ejecutor imputable por su culpa o dolo (Art. 1109.- Todo el que
ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro, está obligado a
la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas disposiciones relativas
a los delitos del derecho civil. Cuando por efecto de la solidaridad derivada del hecho uno
de los coautores hubiere indemnizado una parte mayor que la que le corresponde, podrá
ejercer la acción de reintegro).

b) Consejeros o cómplices del autor del delito. No esta considerado el encubridor,


pero eso dependerá si hubiese causado perjuicio a la victima (Art. 1181.- La forma
de los contratos entre ausentes, si fueren hechos por ins-trumento particular firmado por
una de las partes, será juzgada por las leyes del lugar indicado en la fecha del
instrumento. Si fuesen hechos por instrumentos particulares firmados en varios lugares, o
por medio de agentes, o por correspondencia
epistolar, su forma será juzgada por las leyes que sean más favorables a la validez del
contrato).

c) Persona que lucro con los efectos de un delito. Hasta la concurrencia de lo que
hubiere recibido.

d) Dueño o guardián de la cosa cuyo vicio o riesgo causo daño a otro. (Art. 1113.-
La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que
están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado. En
los supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de
responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere
sido causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de
responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe
responder. Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad expresa o presunta del dueño

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o guardián, no será responsable).

e) Personas que responden por los hechos del otro, como el principal, los padres,
tutores, curadores, etc. (Arts. 1113 al 1119).

f) Sucesores universales de las personas mencionadas precedentemente, a


quienes transmiten las obligaciones pasivamente.(Arts. 503, 1098, 1195, 3417)

g) Pluralidad de responsables. Cuando existen varios responsables como


autores, consejeros o cómplices de un delito o coparticipes de un cuasidelito, son
solidariamente responsables (Arts. 1081 y 1109 -Ley 17.711-)

DELITOS Y CUASIDELITOS CONTRA LAS COSAS.


A. Legitimación activa.
Cuando el acto ilícito cause daño a las cosas, se hallan legitimados activamente
en carácter de damnificados:
a) Propietario, locatario, comodatario o depositario, acreedor
hipotecario, etc.
b) Sucesores universales del damnificado, acreedores de la victima
y cesionarios del crédito por daños y perjuicios.
B. Legitimación pasiva.
a) Autores, consejeros, cómplices, etc. cuando el daño es causado por varios
sujetos, la responsabilidad es solidaria. En virtud de la reparación “in natura” que
dispone el artículo 1083, la obligación que nace del delito no solamente es
solidaria sino que será indivisible. (Art. 1083.- El resarcimiento de daños consistirá en
la reposición de las cosas a su estado anterior, excepto si fuera imposible, en cuyo caso la
indemnización se fijará en dinero. También podrá el damnificado optar por la
indemnización en dinero)

Cuestión de la acción directa contra el asegurador responsable. La doctrina


se ha mostrado favorable al reconocimiento de la acción directa, el artículo 504
da un importante apoyo a esta tesis.
Art. 504.- Si en la obligación se hubiere estipulado alguna ventaja en favor de un tercero,
éste podrá exigir el cumplimiento de la obligación, si la hubiese aceptado y hécholo saber
al obligado antes de ser revocada.
Si bien el seguro se contrata teniendo principalmente en mira los intereses del
asegurado, también supone una ventaja para el tercero victima del siniestro, al
nacer un nuevo responsable, de gran solvencia, como garantía de que el daño
será reparado.
La jurisprudencia se ha pronunciado en contra de la admisión de la acción
directa, fundándose en que el responsable del hecho contrata el seguro, para
cubrir su responsabilidad eventual de las consecuencias de su culpa o
negligencia.
Resulta del articulo 18 de la Ley de Seguros 17.418, que: “…El damnificado
puede citar en garantía al asegurador hasta que se reciba la causa a prueba. …
La sentencia que se dicte hará cosa juzgada respecto del asegurador y será
ejecutable contra él en la medida del seguro… el asegurador no podrá oponer
defensas después del siniestro”, pero podrá oponer aquellas originadas con
anterioridad.
Del artículo resulta que no hay acción directa contra el asegurador. La acción
directa se da contra el deudor del deudor del accionante, sin intervención del
titular del crédito que se reclama. El damnificado solo puede citar en garantía al
asegurador, lo cual supone que la acción debe dirigirse contra el asegurado
responsable del acto ilícito. La citación en garantía dará al asegurador una
intervención obligada como tercero en la litis. Si fuera una acción directa, el
asegurador demandado podría oponer, contra el actor y eventualmente contra el
asegurado. La citación es una advertencia de que esta obligado eventualmente a
satisfacer al damnificado, dentro de los limites del contrato de seguro. El artículo
en cuestión tiene caracteres de acción directa y caracteres de un sistema de
privilegios.

II. RELACIONES ENTRE LA ACCION CIVIL Y LA ACCION CRIMINAL.


Relaciones entre la acción civil y la acción penal: sanción resarcitoria y
sanción represiva.
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Art.1096: “La indemnización del daño causado por delito, sólo puede ser
demandada por acción civil independiente de la acción criminal”.
Este artículo deja en claro la autonomía conceptual de ambas ilicitudes, la penal y
la civil, determinante de un diverso régimen jurídico. La diferencia señalada entre
ambos tipos de sanciones (resarcitoria y retributiva) no significa necesariamente
el divorcio absoluto entre las acciones que de ellas nacen. Ambas acciones
persiguen fines diferentes. Dado el carácter privado de la acción resarcitoria, será
el damnificado el que, ante un delito, pueda elegir ante quién accionar, si ante el
fuero civil o el fuero penal, conforme mas le convenga. Entonces puede ocurrir
que en el mismo proceso penal el damnificado reclame el resarcimiento propio
del fuero civil. Esto está consagrado en el art. 29 del CP.
Cuestiones surgidas de la aplicación de dicho art.:
a) el juez penal puede de oficio ordenar el resarcimiento del daño o puede
hacerlo solo si ha existido el reclamo por parte del damnificado? La
jurisprudencia se vuelca hacia la segunda opción.
b) si el damnificado opta por la acción penal y en ella se cuantifica el daño y
se fija el resarcimiento, queda cerrada la vía civil.
c) si ocurre lo mismo y el juez considera que no existe daño civil, hace la
condena cosa juzgada y se cierra el reclamo por daños.
d) si el procesado es absuelto en el proceso penal, el juez no puede fijar
resarcimiento alguno, ya que el mismo es accesorio de la sentencia
condenatoria. Pero el damnificado tiene el derecho de ejercer la acción
de daños y perjuicios ante el juez en lo civil.
e) en el proceso penal, solo era legitimado activo el que sufrió el daño (no
como en la acción civil). Luego de varios fallos, se consideró restrictivo
dicho criterio, por lo cual se modificó el código de procedimiento penal
para casos de homicidio, y se extendió la legitimación activa a los
mencionados en el CC.

Efectos de la independencia de las acciones: la actitud pasiva de la víctima


respecto de la acción penal, no induce la voluntad de renunciar a la acción civil, y
viceversa. La renuncia a la acción civil importa la renuncia a la acción penal.
Coexistencia del proceso civil y el proceso penal: coexisten ambos procesos,
pero el penal tiene una notable preponderancia sobre el civil, a causa de la
importancia de la cosa juzgada de aquel sobre las decisiones en este.

Suspensión de la sentencia en el proceso civil: Art.1101: “Si la acción criminal


hubiere precedido a la acción civil, o fuere intentada pendiente ésta, no habrá
condenación en el juicio civil antes de la condenación del acusado en el juicio
criminal, con excepción de los casos siguientes:
1) Si hubiere fallecido el acusado antes de ser juzgada la acción criminal,
en cuyo caso la acción civil puede ser intentada o continuada contra los
respectivos herederos;
2) En caso de ausencia del acusado, en que la acción criminal no puede
ser intentada o continuada”.
La suspensión debe ser declarada de oficio cuando el juez toma conocimiento del
proceso penal. Es nula la sentencia civil dictada antes de que haya
pronunciamiento en el proceso penal. La prescripción de la acción penal pone fin
al proceso penal, por lo que no existe impedimento para dictar sentencia en el
proceso civil.

Suspensión de la prescripción de la acción civil: si la víctima optó por


reclamar los daños en el proceso penal no existe problema alguno. Con la
reformadle CC. se estableció que la querella penal suspende (no interrumpe) la
prescripción del proceso civil.
Art.3982 bis: “Si la víctima de un acto ilícito hubiere deducido querella criminal contra los
responsables del hecho, su ejercicio suspende el término de prescripción de la acción civil,
aunque en sede penal no hubiere pedido el resarcimiento de los daños. Cesa la
suspensión por terminación del proceso penal o desistimiento de la querella”.

Efecto recíproco de la cosa juzgada:


A) influencia de la sentencia penal sobre la civil:

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a) sentencia condenatoria: la sentencia dictada en el juicio penal tiene un
valor absoluto impuesto por la autoridad de la cosa juzgada, en cuanto
a lo que deba decidirse en el juicio civil en cuanto a:
1) la existencia del hecho principal que constituye el delito (si el juez en
lo penal considera que ha existido un delito, no puede el proceso civil
pretender la inexistencia del mismo) y
2) la existencia de culpa del condenado (no puede el proceso civil
renovar la culpa del autor reconocida en el proceso criminal).
La condena criminal no solo hace cosa juzgada respecto del autor sino
también de los terceros, ya que es una responsabilidad refleja, si uno
es culpable, los otros también.
b) sentencia absolutoria: absuelto el imputado en el proceso penal no se
podrá alegar en el juicio civil la existencia del hecho sobre el cual ha
recaído la sentencia.
La jurisprudencia ha orientado que la sentencia absolutoria en el
proceso penal, no produce el efecto de cosa juzgada en el civil,
permitiendo condenarlo como autor de un cuasidelito, a pagar la
indemnización por daños y perjuicios, ya que la absolución no implica
no invocar la culpa del mismo, y el concepto “in dubio pro reo”, es
diferente a la culpa civil que se juzga con criterio amplio y favorable a la
victima.
c) sobreseimiento: la jurisprudencia actual interpreta que el
sobreseimiento penal no hace cosa juzgada en lo civil, ni aun cuando
se fundara en la inexistencia del hecho mismo que sirve de base a la
acción resarcitoria. Carece de efecto sobre la acción civil un
sobreseimiento basado en inimputabilidad del menor, o por no poder
individualizarse a los autores.

B) influencia de la sentencia civil sobre la penal:


a) principio general, indiferencia: lo que resuelve el juez en el proceso civil
no incide en nada en el proceso penal.
b) cuestiones prejudiciales: en algunas cuestiones penales es importante
lo que se decide en el proceso civil (1104).

A) cosa juzgada:
a) la sentencia sobre validez o nulidad del matrimonio hace cosa juzgada
en el proceso penal.
b) la sentencia sobre D y P en el juicio civil cierra el reclamo de D y P en
el proceso penal.

D) caso de demencia: + no hace cosa juzgada en lo penal lo determinado en el


juicio civil, y viceversa.

Extinción de la acción: la acción resarcitoria nacida de un acto ilícito se extingue


por las siguientes causas:
a) por renuncia que de ella haga el damnificado (1100). Si son varios la
renuncia de uno no implica la renuncia de todos.
b) por transacción: (842) “La acción civil sobre indemnización del daño
causado por un delito puede ser objeto de las transacciones; pero no la
acción para acusar y pedir el castigo de los delitos, sea por la parte
ofendida, sea por el ministerio público”.
c) por prescripción: la acción por responsabilidad civil extracontractual
prescribe por dos años.

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